La Invencion Escritura
La Invencion Escritura
La Invencion Escritura
Nathalie Douay
Parques de Estudio y de Reflexión La Belle Idée
Mayo 2013
nathalie_douay@yahoo.fr
Introducción............................................................................................................................3
Interés del estudio ..............................................................................................................3
Método de trabajo...............................................................................................................4
Epílogo.................................................................................................................................68
Bibliografía ...........................................................................................................................81
2
Introducción
Interés del estudio
Este estudio trata sobre lo que llevó al ser humano a crear la escritura y sobre lo que pudo
producir en él. El interés está puesto sobre el momento de la invención, de la creación de
algo completamente nuevo.
Desde ese punto de vista, no vamos a abordar aquí el tema de las opciones que se tomaron
para la grafía de los signos, ni de cómo se implementó un sistema y cómo éste se
desarrolló. Lo que es apasionante es el acto mismo de inventar. Es esta respiración
profunda del alma que, al llegar al final de su búsqueda, se libera del camino recorrido y
descubre, —sin lograr medir realmente su alcance— la extensión de ese nuevo mundo que
se abre ante ella. Intuimos que a pesar de que la escritura haya sido completamente creada
por los hombres, puede parecer un regalo de los dioses. El hombre no podría ser lo que es
sin esta intención evolutiva que se confunde con los dioses; sin la escritura que lo impulsa él
no habría podido producir nada, ni imaginar nada, ni inventar nada.
En este estudio se percibe al proceso humano como “mar de fondo” que se expresa a través
de culturas muy diversas y aún sin contacto entre ellas. Hay un fondo común de humanidad
que no sólo se establece en base a criterios biológicos y fisiológicosJ sino que expresa
también en él un sentido de lo espiritual y una búsqueda de trascendencia. Es una
dimensión que existe en todas las culturas, como si fuera algo constitutivo del hombre.
La escritura fue una invención tan particular, que se la considera como el inicio de la época
histórica. El hombre cambia de tiempo y modifica de esta forma, de manera permanente, su
relación consigo mismo y con el mundo. La invención en sí se produjo en el período
precedente, en el Neolítico, y más precisamente al final de este período marcado por la era
de los metales.
Este estudio se aborda por lo tanto siguiendo algunas propuestas respecto a lo que nos
llevó a inventar la escritura. ¿Cómo nos vino la idea de la escritura? ¿Qué búsqueda tenían
esos hombres para llegar a esta invención? ¿Qué hicieron con ella? ¿Qué aportes generó
para el proceso humano?
3
Para desarrollar estos puntos, estudiaremos algunas civilizaciones que inventaron la
escritura: los sumerios de Mesopotamia, los egipcios, los pueblos del valle del Indo, los
chinos, los cretenses y para terminar los germanos. No vamos a abordar la invención del
alfabeto, que es más tardío, pues en ese momento el signo no vale ya por su significado,
sino por el sonido que representa; lo cual es ya otra etapa.
Método de trabajo
Una monografía no es sólo un escrito: es una experiencia mística, la forma en que se
traduce una disposición a la inspiración, una aventura que se prolonga y se produce hasta
dentro de nosotros. Esto va unido a una práctica de Ascesis, como las que llevamos
adelante en los parques de estudio y de reflexión siloistas1. No debiera sorprender que una
búsqueda espiritual lleve a interrogarse sobre la escritura, porque en los signos que
escribimos hasta el día de hoy, hay algo que nos interpela, algo que resuena y que es
mucho más que lo que vemos. Hemos llamado a este trabajo una “investigación”, porque
cuanto más hemos investigado y estudiado, más fuimos invadidos, penetrados, poblados
por estos hombres y por sus escrituras. También nos sentimos portadores de una cierta
“misión”, la de transmitir un mensaje que se perdió a lo largo del tiempo, la profunda
intención de estos hombres cuando llevaron a cabo esta búsqueda, que finalmente los
condujo a inventar la escritura.
Tal como dijo Ortega y Gasset, sólo mi vida me es real e imagino que los otros, que vivan
hoy o 5000 años antes, piensan, sienten y desean como yo. Pero esto no sucede así, pues
el ser humano es una estructura dinámica y el contexto en el que se desenvuelve y donde
fue formado tiñen fuertemente aquello que él piensa, siente y desea2.
1
“Los Parques de estudio y reflexión son puertas de entrada al mundo mental de lo Profundo. En ellos se
realizan los trabajos de Escuela, un conjunto de estudios y prácticas que permiten acceder a
experiencias de contacto con dimensiones internas recónditas”.
www.parquepuntadevacas.net/otpar.php
2
El paisaje de formación. Si hoy podemos intuir lo que experimentaron y buscaron nuestros ancestros
hace 5000 años, a través de los testimonios indirectos que han llegado hasta nuestros días, y tratando
de captar hoy un paisaje cultural a través de objetos que el ser humano ha creado en ese momento, es
porque el paisaje, el contexto imprime su huella y su trasfondo en cada cosa. Al ir hacia esas épocas, lo
hacemos desde el ahora y nuestra forma de mirarlo está imbuido de todo el contexto en el que vivimos
y en el cual fuimos formados.
Silo, “Paisaje de formación”, Apuntes de Psicología, Ulrica Ediciones, Rosario, 2006, pp.138-140.
Silo, “Discusiones historiológicas”, Contribuciones al pensamiento, Editorial Plaza y Valdés, México,
1990.
Jose Ortega y Gasset, “Ideas para una historia de la filosofía”, prólogo de Historia de la Filosofía, Émile
Bréhier, Volumen I, Período helénico, Editorial Sudamericana, Buenos Aires, 1942, pp.26-34.
4
Para poder sumergirse entonces en ese momento, tuvimos que remontar el tiempo,
impregnarnos de todo un contexto y dejarnos guiar siempre por ese hilo conductor, ese
trasfondo de humanidad común, ese gran motor de la historia, el Propósito.
Para hacer este trabajo se requirió toda una aplicación, sobre todo para las culturas en que
la escritura aún no fue descifrada. Son culturas de las que conocemos poco y lo que hay,
está sujeto a interpretación. Tuvimos que sumergirnos en esos mundos desconocidos,
olvidar lo que creíamos saber, hacer silencio para poder captar lo sutil, y tratar de percibir
aquello que estos hombres nos murmuraban más allá de los siglos, a través de algunos
signos, a través de caracteres aún vivos.
Entrar, ver y sentir desde adentro. En este camino recibimos ayuda, ya que el Propósito, esa
búsqueda de elevación y de eternidad continúa vibrando en nosotros. Al mantenerse en esta
co-presencia, llegan las intuiciones, las perspectivas y las comprensiones. La entrada a esos
espacios la hicimos a través de los mitos; su trama es también el camino que siguieron esos
hombres para rodearse del carácter sagrado de la escritura. Es por esta razón que vamos
penetrando en cada una de las culturas a través del mito de la invención de la escritura, es
decir por la vía (voz) divina3.
Al contemplar las escrituras nos acercamos también a esos hombres; dejaron algo de si
mismos en esos signos: las aspiraciones más altas de sus pueblos y un mensaje lanzado
hacia la eternidad. Illustraremos nuestro propósito con algunas representaciones que nos
han inspirado particularmente.
3
En francés, via (voie) et voz (voix) son homófonos.
5
Capítulo I. Presentación de la escritura.
1. ¿Qué es la escritura?
La escritura son signos, signos dispuestos en cierta forma y que tienen un significado más
allá de su ritmo o su aspecto decorativo. Esos signos son sobre todo una elaboración. Son
una abstracción, es decir una interpretación mental de algo que se registra. Las sensaciones
percibidas por nuestros sentidos externos (los cinco sentidos) y nuestros sentidos internos
(kinestesia y cenestesia) son traducidas en impulsos que a su vez son transformados en
representaciones, es decir que son estructuradas y permiten que el psiquismo
pueda trabajar con ellas4. Es esto lo que nos interesará, el hecho de que estas traducciones
de impulsos - que son los signos - pueden ser generadas por sensaciones inmediatas, pero
también por sistemas de tensiones más profundos ligados a las necesidades vitales
biológicas, sociales y espirituales.
Esos impulsos buscan traducirse desde hace mucho tiempo; hay algo que trata de
exteriorizarse y “golpea” en la conciencia. Pensemos en los primeros signos dibujados por
los hombres del Paleolítico5. Cuando esos hombres dibujaban flechas, círculos, espirales en
la pared de las cavernas, esos símbolos ya traducían conceptos y sensaciones, así como lo
hacían las representaciones animales referidas a impulsos profundos de fuerza, de impulsos
vitales, de unidad y de dirección6. Aún cuando los ritmos que sugieren no traduzcan un
sistema de escritura como tal, expresan la voluntad de dejar signos visibles y que se puedan
memorizar. Si se considera que las pinturas rupestres, eran la traducción figurativa de
impulsos profundos, esos signos expresaban de forma simbólica ritmos y sistemas de
tensiones, que no eran generados por la vida cotidiana sino que eran la expresión de una
fuerza vital y de evolución, de un propósito trascendente.
Hemos podido observar la traducción de impulsos profundos aún en los elementos llamados
decorativos de la representación de divinidades en el Neolítico. Por ejemplo el elemento
decorativo que se encuentra en el vientre de las diosas, ¿no es acaso esa sensación que
encierra, que protege y que contiene toda la vida que está en ella y que ella genera? De
este modo hasta los “dibujos” más pequeños no serían azarosos, y fueron dibujados para
expresar algo más que un elemento decorativo7.
En esa misma época en el Cercano Oriente (en Jerf el Ahmar, Siria) otros hombres
dibujaron algunas marcas y dibujos codificados en unas tablillas de arcilla y otro tanto
sucedió en los sellos aparecidos en Anatolia en el VII milenio antes de la era común, que
permiten repetir al infinito con un molde los signos allí grabados.
4
Silo, Apuntes de Psicología, p.41 y siguientes, p.220 y siguientes.
5
Signos en las paredes de las cavernas decoradas, manos negativas y positivas, trazos grabados en
bastones o sobre un mango de hueso o ébano. También se mencionan en Mas d’Azil (Francia, 10.000
años aec) de la época del Mesolítico, guijarros pintados con ocre, decorados de puntas y de bandas. La
repetición del objeto en el mismo sitio y a veces en otros más alejados, sugiere que estas figuras tenían
un carácter convenido.
6
Ariane Weinberger, Investigación sobre el Propósito del Homo sapiens en el Paleolítico superior:
del afán por sobrevivir al afán por trascender, Parques de Estudio y de Reflexión La Belle Idée,
2011.
7
Marija Gimbutas, El lenguaje de la diosa, Dove, 1996.
6
Pero como consideramos generalmente que la escritura es un sistema de signos que
difunden una información precisa, no se establecen los vínculos directos entre estos
primeros balbuceos y los primeros sistemas de escritura, como aquellos grabados por los
sumerios en Mesopotamia hace más de 5000 años. Sin embargo, no podemos dejar de ver
un antecedente, como las manifestaciones de una intención que se realizará plenamente
algunos miles de años mas tarde.
La escritura8 se inventó en Uruk, hacia el 3300 antes de nuestra era, en el contexto de una
sociedad urbana, y fue simultánea al surgimiento de una arquitectura monumental, de la
escultura, al desarrollo de la metalurgia y al de otras técnicas innovadoras como el torno y la
rueda.
Podemos afirmar, en base a estas primeras huellas, que la escritura no fue inventada una
sola vez, y sería mejor hablar de invenciones de la escritura. Porque aún cuando algunos
pueblos sabían que otros pueblos la habían inventado, cada cual lo hará a su modo y
generará su propio sistema9. Así, Egipto estaba en contacto con Mesopotamia cuando ésta
contaba con la escritura. Los egipcios, en vez de copiar esta invención como de hecho lo
hicieron con otras innovaciones de Mesopotamia, haciéndolo sin restricciones ni
modificaciones, en lo que se refiere a escritura los egipcios se esmeraron en crear la propia.
Y otros pueblos harán lo mismo como es el caso de los chinos, los cretenses, los pueblos
del Indo que, aun cuando estaban en contacto con pueblos que habían inventado la
escritura, no se preocuparon en adaptarla a sus necesidades, sino más bien la
re-inventaron.
Hay aquí una extraordinaria concomitancia. Todos estos pueblos estaban en un proceso
común y universal, en todas partes los hombres avanzaban en la misma dirección aunque
tomaran caminos diversos. Entonces surgió en varios puntos y bajo formas diferentes una
misma experiencia: la creación de signos que tenían un significado, un sistema de escritura.
Del mismo modo que la conquista del fuego en su momento fue hecha por grupos humanos
8
Se tiende a retrotraer la cronología de la invención de la escritura apoyándose en los descubrimientos
recientes, como esos documentos en arcilla que asocian una cifra a una representación de un animal,
que fueron encontrados en el alto Eufrates (Tell Brak, Siria) y que hacen pensar en una etapa más
primitiva de la escritura pre-cuneiforme. Pero en Uruk se descubrieron varias miles de tablillas que
atestiguan un sistema establecido.
9
Aún en los casos en que la lengua que se transcribía lo permitía: los primeros pictogramas sumerios
podrían haber transcrito otra lengua, lo que al final sucedió con el acadio.
7
que no estaban relacionados unos con otros, algo empujó al ser humano y se exteriorizó a
través de la invención de la escritura. ¿Como no captar ahí la expresión de un propósito
mayor?
Además, la escritura sigue siendo una invención que está viva, siempre se esta recreando y
es ella misma fuente de creacion. Es mucho más que una técnica, compromete a quien
escribe. Siempre es parte de una convención y de un aprendizaje pero es sobre todo una
invención que requiere más que una destreza: hay una parte de sí mismo en juego. Lo que
uno escribe, lo que se expresa hacia afuera es lo que está en nosotros mismos. Los
grafólogos no se equivocan, ellos perciben más allá del sentido de las palabras escritas la
esencia de aquel que las escribió.
Ya sea que hoy exprese la intimidad de cada cual, que traduzca originalmente los mensajes
sagrados dirigidos a los dioses o que represente el momento cúlminante de una cultura,
existe siempre un vínculo de identidad con la escritura y es esto lo que explica que varias
civilizaciones la hayan inventado y no copiado (con los alfabetos sucede a la inversa). La
escritura se nutre del mundo interno que a través de ella logra exteriorizarse y ser
compartido en el mundo colectivo.
4. El contexto histórico.
La llegada de la escritura coincide con el impulso de las primeras ciudades. Su génesis está
muy ligado a estas: la complejidad de su invención requiere que haya una cierta
organización social y que tenga una adhesión colectiva que al usarla facilita su
funcionamiento. En general se piensa que nació de la necesidad de fijar mensajes y de dejar
constancia de hechos y de pensamientos en forma duradera para sociedades muy
cambiantes, en las que la jerarquía se iba intensificando. Las destrezas también
evolucionaron y cada cultura ya poseía todo un repertorio de signos y de símbolos en sus
artes plásticas.
Decir que es el contexto histórico tal cual se conoce, a través del desarrollo de las grandes
ciudades y del comercio, o sea según un proceso mecánico que habría motivado la
necesidad de almacenar y de prever, de administrar y de controlar, es un punto de vista muy
reductor. De hecho, hubo grandes culturas que durante mucho tiempo no tuvieron escritura,
y eso no les impidió ser prósperos, tener relaciones comerciales con puntos muy lejanos, y
administrar sus producciones para satisfacer las necesidades de una población importante
(es el caso de los incas en Perú, los dogones de África, los celtas en Europa del
Noroeste10).
Los factores de organización social, política y económica existieron, y tuvieron su rol. Pero lo
que es realmente impresionante en ese momento de expansión urbana, es que hubo un
profundo cambio, una mutación real. Hubo una formidable aceleración y una fuerte
desestabilización de los modos de vida y de percepción. Hubo emulaciones y cambios.
Estos cambios fueron producidos por “revoluciones” técnicas, pero no sólo por ellas. Más
10
Los incas habían inventado un sistema de conteo basado en unas cuerdas con nudos, pero no habían
inventado la escritura. Los dogones disponían de un alfabeto original en el siglo XIX. Los celtas usaron
un alfabeto Ogham a partir del siglo IV.
Numerosos pueblos antiguos adoptaron la escritura tardíamente, al difundirse los alfabetos.
8
bien, estos progresos no solamente fueron técnicos y modificaron mucho más que las
condiciones de vida.
En un avance tan importante que va a transformar la visión que tiene el hombre de sí mismo
(ser capaz de crear sin materia), del tiempo (la historia) y de sus capacidades (la ampliación
de la conciencia), es coherente buscar un motor que no tiene nada de mecánico sino que
mas bien nos hace pensar que el hombre llegó a ello porque estaba en una búsqueda. Todo
lo que le sucede y todo lo que es, forma parte de las fuerzas creadoras superiores. Es muy
probable que esta invención extraordinaria, que consiste justamente en que los datos y las
ideas se expresen y sean perennes, haya sido imaginada a partir de esa sensibilidad. Su
búsqueda tenía que ver de una u otra manera con el acercamiento a los dioses: conectarse
más fuertemente a la Creación y al mismo tiempo liberarse de la materia y de sus límites. La
búsqueda que incluye la invención de la escritura está ligada a una búsqueda de eternidad,
al deseo de vivir junto a los dioses, al deseo de evolución, de elevarse, de juntarse con lo
divino, aquello que según todos los mitos, nos dio origen.
9
¿Qué sucede cuando creamos? ¿Qué es el fenómeno de la creación? Hay una búsqueda,
una acumulación de actos, todo se moviliza en una dirección, hacia un objetivo aún
desconocido, todo “sube” en nosotros y repentinamente se proyecta, se materializa en el
mundo bajo una forma u otra. Hay una dirección que llamamos Propósito, y hay una tensión
que aumenta la carga afectiva, la “temperatura”. Así como en la creación de la cerámica, del
bronce o del vidrio, es la temperatura la que modifica el estado y la sustancia de la materia.
Todo se moviliza por ese algo que surgió. En el acto de la creación la conciencia está en un
estado muy particular, el estado de inspiración.
Con toda lógica primero los hombres hicieron sus búsquedas con la materia, con todas
aquellas que tenían a su disposición. “Trabajándolas”, amasándolas, mezclándolas, llegaron
a la creación del bronce. El trabajo sobre la materia fue un pre-requisito al trabajo directo
sobre algo interno; la creación de una materia era la previa a la creación sin materia. Sin la
creación del bronce el hombre no podría haber inventado la escritura.
11
Silo, “La conciencia inspirada”, Op. cit., pp.323-324 y 329.
10
Capítulo II. El contexto de la invención desde el punto de vista del
aprendizaje y de la búsqueda. La Edad del Bronce
La invención de la escritura, sea cual sea la cultura en la que haya surgido, se dió al final del
Neolítico. Aún cuando esas culturas no la hayan producido en el mismo momento
cronológico, todas las culturas lo han hecho en el mismo momento del proceso12.
Estos progresos técnicos tienen una incidencia sobre su percepción del mundo y de sí
mismo: va experimentando un cambio en su emplazamiento frente al mundo y el cambio de
percepción de sí mismo y del mundo que resulta de ese nuevo emplazamiento. Podríamos
decir entonces que partiendo de una visión global en la que él no se distinguía del resto del
mundo, va descubriendo una visión para actuar sobre el mundo. Al intervenir sobre su
medio, siente también un cambio en su percepción del tiempo. Sin lugar a dudas el hombre
atiende de una manera nueva a los ciclos de la naturaleza. “Para el ordenamiento de los
ciclos naturales en la agricultura se creó el calendario y el ordenamiento de los movimientos
del cielo (zodiaco)”13.
Ahora se ubica en un mundo bipartito: existen él y el mundo, a diferencia del Paleolítico en
que “la visión que tenía el ser humano era monística, veía la realidad bajo la forma de un
contexto simple, de una continuidad perfecta”14.
En esta misma etapa, va transformando algunas materias como la arcilla, cuya cocción le
implica profundizar su manejo del fuego, llegando finalmente a altísimas temperaturas
necesarias al aprendizaje de la metalurgia.
Estas experiencias lo van a llevar a nuevos experimentos, llegando a crear una nueva
materia: el bronce. En efecto este “oro del hombre” es la primera materia creada por él. Es
notable que justo en ese momento del proceso el hombre invente la escritura. Hay una
concomitancia importante entre la creación del bronce y la invención de la escritura. La
relación entre ambos acontecimientos sólo se ha considerado desde una mirada
cronológica, sin ver en ello un vínculo de causa a efecto. Y sin embargo cada pueblo que
inventó la escritura había descubierto también - o al menos había experimentado - la
creación del bronce15.
12
Ver Anexo 1. Cronología de las escrituras más antiguas.
13
Eduardo Gozalo, Estudio sobre los antecedentes en Mesopotamia de la disciplina material, Parques de
Estudio y de Reflexión Punta de Vacas, 2009, p.6.
14
Agostino Lotti, Espacialidad y temporalidad en la pintura, escultura y arquitectura, en los momentos
en que se manifiesta una nueva espiritualidad, Espiritualidad en Anatolia y la Medialuna Fértil en el
Mesolítico y comienzo del Neolítico, Parques de Estudio y de Reflexión Attigliano, 2010, p.5.
15
Ver Anexo 2. Edad del Bronce y escritura.
11
2. La metalurgia y sus consecuencias artesanales y sociales
Los hombres ya habían aprendido a trabajar los metales con el cobre y el oro, pero se los
utilizaba partiendo de su forma original y se los trabajaba martillando las pepitas en frío o en
caliente. La característica del bronce no está en el uso de los metales sino en el
descubrimiento y el desarrollo de la metalurgia. El bronce es una aleación de cobre y de
estaño cuya fusión requiere el manejo de hornos a altas temperaturas y una atmósfera
reductora16.
La fundición del bronce se producirá por primera vez en Mesopotamia, una región
desprovista de los minerales necesarios que son el cobre y el estaño. La metalurgia requiere
implementar una economía compleja de producción (extracción, transporte, fundición) y de
distribución, cubriendo amplios territorios, lo que es muy distinto de los objetos fabricados
anteriormente, que sólo requerían materias y competencias locales. En la Edad del Bronce
aparecen por lo tanto los intercambios entre zonas muy lejanas, y con ellos la ampliación del
horizonte. Esta industria implica también una distribución de las tareas y de las riquezas
distintas a la anterior, así como una jerarquización social más marcada. Esto se verá
reflejado en las ciudades que se amplian por el aumento de los medios de producción, y
pues de la población17.
16
El cobre funde en 1084°C, el estaño en 232°C, lo que baja el punto de fusión.
17
Hay huellas visibles en la urbanización de las ciudades así como en el desarrollo de los ritos funerarios,
en que aparecen también al lado de las tumbas colectivas, unas tumbas individuales ricamente
decoradas.
18
Silo, “Espacialidad y temporalidad de los fenómenos de conciencia”, Op. cit., pp.313-318.
12
Para ser exactos debiéramos hablar de los bronces: al ser una aleación, las proporciones de
los materiales son variables, así como sus componentes. Es una operación que implica la
intervención de la mano del hombre y se podía decir que cada bronce dependía del fundidor
y de la operación en sí. El bronce, materia duradera y resistente es a la vez viva, polimorfa y
no fija. Más que mejorar la calidad original del material, asistimos a una transformación de la
materia y de la sustancia. El hombre es ahora capaz de modificar los estados de la materia,
lo que ya había experimentado con la arcilla de la cerámica, cuya tierra, la materia prima,
cambiaba irremediablemente de característica al transformarse en cerámica (su carácter
impermeable).
Cuanto más nos sumergimos en esta contemplación, más se sienten los efectos de la
materia en nosotros mismos. Estos cambios de la materia y también esa transformación de
las materias podrían asimilarse a los cambios que operaron entonces en la interioridad del
ser humano. ¿Acaso en ese momento los hombres se dieron cuenta que hay espacios que
comunican, que hay un pasaje, una circulación y una interacción entre los espacios internos
y externos? ¿Quizás la intuición que todo es uno se vuelve entonces experiencia y certeza?
Estas observaciones tuvieron consecuencias decisivas, como por ejemplo crear objetos que
no son realidades materiales a partir de otras materias que no pertenecen al mundo físico.
Estos avances son la traducción de una dirección mental particular. A su vez generan
nuevas imágenes que abren nuevas vías de acción y de intención. Las nuevas intuiciones
autorizan ideas hasta entonces impensables: evolución y transmutación.
19
Silo, Op. cit., p.326. Ver también en la misma obra, “El desplazamiento del yo - La suspensión del yo”,
p.330 y siguientes.
13
Con el desarrollo de la metalurgia, estas imágenes se fueron perfeccionando y
amplificando. Si bien es la revolución agrícola la que genera imágenes ligadas al
renacimiento, el manejo de la cerámica y de los metales entregó la necesaria
articulación de las imágenes de transformación e inmortalidad. Con la fundición del
bronce vemos que hasta los elementos más estables como los minerales pueden ser
perfeccionados para transformarse en otra criatura, brillante, resplandeciente y
potente. Las nociones mismas de evolución, de transmutación y de inmortalidad son
imágenes que nacieron y se desarrollaron en base a los progresos tecnológicos del
Neolítico que implican intervenciones humanas que cambian el orden natural en sus
aspectos esenciales20.
Tal como dice Mircea Eliade, “estas técnicas eran al mismo tiempo misterios, pues
implicaban por una parte la sacralidad del Cosmos y por otra se transmitían por iniciación
(los “secretos del oficio”)”. El hombre descubre la posibilidad de insertarse en lo sagrado a
través de su propio trabajo21.
Hasta ese momento sólo los dioses, la Naturaleza habían creado. Con su trabajo, el hombre
adquiere un nuevo estatuto y un nuevo emplazamiento frente a la Creación. En cierta
manera él se acerca a los dioses y por lo tanto a la inmortalidad. A su vez él va creando, él
va dando vida, él va haciendo su propio aporte a la Creación, él la va completando, él
colabora con los dioses.
Con la metalurgia el hombre interviene en los procesos y modifica los tiempos. Su visión del
tiempo y sobre todo su relación con el tiempo han cambiado. La escritura ofrece esta
posibilidad de ir más allá del tiempo presente, así ilustra y revela las posibilidades de esta
nueva relación que hoy es una interacción.
20
Danny Zuckerbrot, Mesopotamian Origins and the Material Discipline, Parques de Estudio y de
Reflexión Hudson Valley, 2009, pp.8-15.
21
Mircea Eliade, Herreros y Alquimistas, Alianza Editorial, 2001, p.64.
22
Eduardo Gozalo, Op. cit., p.14.
23
Mircea Éliade, Op. cit., p.5.
14
5. El detonante necesario para la invención de la escritura
Con el bronce, el hombre se hace a su vez creador: genera una materia nueva y acelera los
procesos naturales. Hay cambios que se operan en él y alrededor de él. Sus deseos de
eternidad y de borrar los límites se expresan en esta materia. El también cambia de estado,
se disuelve, se transforma y renace. Estas experiencias de la Edad del Bronce fueron los
requisitos previos a la invención de la escritura.
24
La idea misma de creación quedará íntimamente ligada a la palabra, a la acción del verbo que también
eleva al que lo utiliza.
15
Capítulo III. Escrituras
Aunque haya surgido de la mano de los hombres y que siga renovándose continuamente, la
escritura sigue siendo un regalo de los dioses. La misma ingeniosidad es un don divino25.
Esta fue la forma de darle “legitimidad” a la escritura (que no siempre fue percibida en forma
positiva), de destacar la colaboración del hombre en la obra divina y también de inscribirla
en la historia de tal o cual pueblo26.
Las primeras escrituras son pictogramas, es decir un dibujo esquemático de la cosa que
significa (la espiga del trigo, la cabeza de carnero...), son la materialización, en un signo, de
una representación mental. Fue así necesario “abstraer lo esencial para ordenar”. La
escritura contribuye en ese momento de proceso iniciado por la domesticación, a llevar el
hombre a actuar no solo sobre su medio natural sino también a ordenar su “medio mental”27.
En esta elaboración es posible que la música y la danza, que antes ocupaban un lugar
importante en los ritos, es decir en la puesta en condición para que la conciencia entre en
contacto con la divinidad, hayan tenido un rol de modelo y de procedimiento. Evoquemos los
bronces chinos, como primer soporte de escritura, también conocido por sus cualidades
sonoras y de resonancia.
La escritura está fuertemente vinculada con los mundos internos y externos; ella va
unificando. Es quizás la razón por la que no hubo una invención de la escritura: ya que no
solamente refleja un proceso que hace un pueblo para elevarse; sino que también da mucha
identidad porque utiliza y se alimenta del mundo interior de cada cultura.
25
Para nosotros también se trata de un estado particular y estructurado de la conciencia, el de la
conciencia inspirada, que ellos llamaban el “regalo de los dioses”.
26
Ver Anexo 3. Los mitos de la invención de la escritura.
27
Hemos visto que antes de la invención de la escritura, estos pueblos habían inventado el calendario
para medir el recorrido de los cuerpos celestes y las estaciones. Aprendieron a crear signos inventando
las cifras (signos por excelencia) y con ellos la numeración y el cálculo.
28
Silo, “Impulsos: traducción y transformaciones - Morfología de los impulsos: signos, símbolos y
alegorías”, Op. cit., pp.220-243.
16
Pareciera además que la escritura no haya tenido la misma significación en cada uno de los
pueblos que la han inventado. Algunos la conservaron, otros no. Algunos la desarrollaron,
otros no. Algunos la transmitían a los otros hombres, otros la escondían.
Las escrituras pertenecen a los pueblos que la han creado, y para comprender lo que llevó
estos pueblos a inventarla, y por qué lo hicieron bajo esta forma y no otra, es conveniente
estudiarlas en su contexto cultural. Dicho de otro modo, la escritura tiene una relación
indisociable con el pueblo que la inventó.
17
1. Escritura mesopotámica
Enki, el más sabio de los dioses, el soberano del abismo (masa de agua sobre la cual
flota la tierra) establece los principios de la civilización y le entrega sus favores y
asigna un rol a cada uno de los dioses. Confía la escritura y la función de escriba a la
diosa Nisaba que en su origen es una divinidad del grano y de los juncos que sirven
para fabricar el cálamo.
La santa Nisaba recibió la regla de medir y conservar la vara del lapislázuli; es ella
la que proclama las grandes reglas, la que fija las fronteras, la que va marcando las
límites. Ahora es la escriba del país29.
Luego Enki tomó el nombre de Ea. Envió a la tierra Siete Sabios, el primero de ellos
fue Adapa, cuya misión era transmitir a los hombres el conocimiento divino en los
tiempos míticos, antes del Diluvio, cuando la realeza descendío del cielo. Los Siete
Sabios, maestros de las ciencias relacionadas con el arte de la escritura, “Jsimilares a
su padre Ea y gracias a él, ellos están dotados de una inteligencia sublime”30.
Cuando Marduk fue el rey del panteón babilónico, su hijo Nabu fue designado para
escribir los destinos fijados por Marduk en la capilla de los destinos. Es el Señor del
cálamo, el dios de los escribas.
Nabu, el muy alto, el sabio, el poderoso, el héroe... cuya palabra es primordial, el
maestro de las ciencias, que vigila la totalidad del cielo y de la tierra, aquel que
sabe todo, que entiende todo, que posee el cálamo del escriba... el eñor de los
señores, cuya potencia es sin igual, el compasivo, el misericordioso.
Assurbanipal lo honra con su biblioteca ya que él “sujeta la tablilla de arcilla y el
cálamo de los destinos, él prolonga los días y hace revivir a los muertos, él emite la luz
para los hombres presos de confusión”. Aún tiene “la aureola del esplendor divino, es
un soberano de amplio entendimiento, es un sabio de amplio saber que domina la
escritura y cuyas decisiones no pueden ser apeladas”.
A través de Nabu el escrito trasciende la muerte y el tiempo.
29
Los atributos de Nisaba recuerdan a los inicios de la escritura: procede en parte de los avances
intelectuales de la creación del calendario y del cálculo; se ocupa, además, de “captar” el mundo y
ordenarlo – se trata a la vez del mundo natural y de la interioridad humana.
30
El Poema de Erra, 162. La última gran composición mitológica mesopotámica, in Jean Bottéro y Samuel
Noah Kramer, Cuando los dioses hacían de hombres, Mitológica Mesopotámica, Ediciones Akal, 2004,
p.694.
18
1) Los inicios de la escritura
Las primeras huellas que muestran la voluntad de transcribir signos cargados de significado,
son aquellas dejadas en los calculi, sistemas de bolas de tierra que contienen unos conos
de arcilla sobre las cuales estaban inscritos signos numerarios y pictogramas representando
animales. Anotaban la cantidad de animales que componían el rebaño. Por supuesto que en
esos milenios del pasado los hombres podían hacer una estimación de su rebaño, y
escribirlo simplificaba estas operaciones.
Hace 5300 años, los hombres grabaron estos signos en la arcilla para acordarse de una transacción
sin tener que romper un calculi. Desde esos tiempos, estos signos continúan actuando sobre nosotros
y tienen ese sabor de misterio y de maravilla.
Desde 3200 años antes de nuestra era, los pictogramas estaban alineados en las tablillas de
arcilla para dar cuenta de los intercambios comerciales y ser parte de los registros
administrativos. Los descubrimientos más antiguos son las tablillas del gran templo de Uruk,
en Sumer. Un siglo más tarde también fueron producidas en Jemdet Nasr, en el norte del
país. Los especialistas dicen que están muy cercanas de la invención de la escritura.
Estas tablillas estaban hechas en arcilla, la misma que había utilizado el dios Enki para crear
al hombre. Llevan inscripciones de pictogramas trazados con un junco tallado en la punta.
La similitud del trazo con la huella de los clavos, hará que los descubridores la llamen signo
cuneiforme (del latín cunus, clavo). Hacia 2900 antes de nuestra era, o sea 300 años
después de su inicio, la punta del junco fue biselada y al sentido de la escritura se le dio
vuelta para facilitar el trazado horizontal de los signos. A partir de ahí, las curvas de los
dibujos fueron descompuestas en trazos, un procedimiento que va a generar una mayor
estilización, llegando hasta la abstracción como lo demuestran las tablillas de Ur que datan
del año 2700 antes de nuestra era y aquellas contemporáneas de Fara y de Abu Salabish
(región Acadia). Varios centenares de estas últimas representan el estado más antiguo de la
literatura sumeria. A partir de esa fecha el uso de la escritura se extendió a otros campos, es
lo que mostrará la famosa biblioteca de Nínive del siglo VII antes de nuestra era, que
contiene más de 30000 tablillas que fueron reunidas por el rey asirio Assurbanipal.
19
Tablilla de arcilla contable en escritura
cuneiforme. Ur, 2360 antes de nuestra era. Tablilla cuneiforme de Fara.
Museo del Louvre, París.
20
Estos cuatro grupos de tablillas antiguas son cada uno etapas del primer desarrollo de la
escritura cuneiforme y muestran que se mantuvo la reflexión y la mejora de la invención
durante siglos, varias generaciones sostuvieron este esfuerzo de desarrollo.
De esta manera, primero fue una escritura lineal de croquis de objetos bastante
reconocibles, cuyo trazado simplificado se inscribía en la continuidad de aquellos realizados
sobre la cerámica pintada y sobre los sellos, desde el inicio del V milenio antes de nuestra
era. Los investigadores han encontrado más de 1500 caracteres primitivos: son pictogramas
que como en el dibujo, sugieren más que aquello que representan. Así el pictograma de la
montaña evoca el monte, pero también los países extranjeros, la espiga representa el trigo y
todos los trabajos agrícolas, etc. A cada signo está asociado todo un conjunto de
co-presencias. Para transcribir realidades menos tangibles se asociaban dos pictogramas: el
del agua con el del ojo significa lágrimas; el agua con la boca son la acción de beber, etc.
2) De la ayuda-memoria a la literatura
Jean Bottéro supo recalcar que se trataba de una “escritura de cosas” que permitiría
materializar el pensamiento y fijar realidades. El uso estaba limitado ya que permitía sobre
todo rememorar, y él lo llamó “ayuda-memoria”31. Pero muy rápidamente, tal como lo
muestran las tablillas de Jemdet Nasr (año 3100 antes de nuestra era), los mesopotámicos
van más allá. El hecho que fueran descubiertas en la región Acadia hace pensar a Gérard
Pommier que bajo la intensificación de los contactos con los acadios, que hablaban otra
lengua, los sumerios desarrollaron más el fonetismo32. Esto significa que un signo no sólo
hacía referencia a lo que representaba, sino también al sonido de la palabra que
representaba la cosa dibujada.
31
Jean Bottéro, “De la ayuda memoria a la escritura”, Mesopotamia: la escritura, la razón y los dioses,
Cátedra, 2004.
32
Gérard Pommier, Nacimiento y Renacimiento de la escritura, Nueva Visión, 1996, pp.147-152.
21
En una de las tablillas hay una secuencia de tres
pictogramas: los dos primeros corresponden al
nombre del dios sumerio en.lil (señor – aire), seguido
del signo representando una flecha. La flecha es el
homófono de vida (ti). Por consiguiente, la inscripción
significa “Enlil da la vida”.
De ahí emerge una primera literatura (los himnos y los rezos, los mitos, los consejos sabios)
que nos da una mayor comprensión sobre esta civilización. Las tablillas de Fara del año
2600 antes de nuestra era nos transmitieron los primeros ensayos de una literatura que
remite aún a la tradición oral anterior. Hicieron falta varios siglos para que esta tomase la
forma escrita con la cual fue transmitida.
33
La epopeya fue escrita al final del II o al inicio del Ier milenio antes de nuestra era pero transcribía mitos
más antiguos. El poema es paralelo a la promoción de Hammurabi, rey de Babilonia en 1750 antes de
nuestra era, quien extiende su autoridad a las otras ciudades-estados. Del mismo modo su dios Marduk se
eleva por encima de los otros dioses.
22
Cada nombre del dios contenía materialmente todos los poderes y cualidades que lo
definían. Según el mito, los dioses calculaban y decidían el destino de todos los seres.
Tenían que escribirlo luego en las Tablillas del Destino, para darles existencia, materialidad,
fuerza e irradiación. El nombre contenía todo el ser y le atribuía todo lo que él era. Existir era
recibir un nombre. Así la Epopeya de la Creación comienza con estos versos:
Cuando en lo alto
el cielo no había sido nombrado
y en lo bajo la tierra
no había sido mencionada,
sólo el océano primordial
cuyo progenitor era Apsu
y la mar generadora, Tiamat
que será la madre de todos ellos,
mezclaban juntos sus aguas.
Ningún dios aún había aparecido,
ni era llamado por su nombre,
ni tenía un destino
(entonces) en su seno,
los dioses fueron creados34.
Los 50 nombres de Marduk representan cada uno sus cualidades asignadas por los dioses.
Cada uno expresa una voluntad de los dioses para él. Cada uno precisa su destino. El
análisis de un nombre permitía re-encontrar todos los sentidos, todas las voluntades divinas
y por lo mismo, el destino.
Aun cuando más tarde la escritura se desconectó del realismo de la palabra escrita, para
acercarse más a la lengua hablada y convertirse en un instrumento de comunicación de uso
corriente, los Letrados nunca olvidaron que la escritura encerraba toda la profundidad de los
seres, ni que tenían existencia en sí misma; son ellos los que siempre trataron de enriquecer
el conocimiento por el análisis de las palabras.
De este modo los Letrados establecieron listas interminables de todo lo existente y obras
destinadas a explicar las palabras y las cosas. Aún después de la invención del fonetismo, la
escritura no abandonará su referencia inmediata a las cosas.
Consignar todo era observar todo; era señalar todo y por lo tanto desvelar lo universal.
Trataban de captar lo universal para explicar lo esencial. A través de los Tratados que
llegaron hasta nuestros días, desde el primer tercio del II milenio antes de nuestra era, se
34
Primer dístico de la Epopeya de la Creación, Tablilla I, verso 1-9, Babilonia, in Jean Bottéro y
Samuel Noah Kramer, Op. cit., p.618.
23
observa el cuidado en la observación de toda cosa para descubrir los síntomas y proponer
los remedios. Los manuales de medicina, de gramática, de matemáticas, de adivinación se
presentaban como catálogos enumerando hechos clasificados por tema: “Si [se observa tal
fenómeno], entonces [este es su significado o su remedio].” Los Letrados analizaban casos
para concluir en un principio que fuera válido para todos y que se difundiera a todos. Tal
como sucede hoy con la ciencia, se trataba de extraer de una cosa su naturaleza esencial, ir
más allá del hecho individual para llegar a lo universal. Sucedía finalmente con las cosas lo
mismo que con las palabras: profundizar en ellas para captar plenamente y únicamente lo
esencial, lo necesario, lo universal, lo permanente.
Este espíritu científico que buscaba sobrepasar el aspecto singular de la realidad observada
para llegar a percibir su naturaleza esencial y permanente, estaba puesto al servicio de
todos y de la acción de todos. El mundo, la Creación y los dioses debieron maravillarlos
profundamente para consagrar tanta energía a estudiarlos y reflexionar sobre ellos. Al
tiempo que lo estudiaban, el mundo les ofrecía muchas ventajas: grandes innovaciones
técnicas como el torno del alfarero, el arado, el riego, la arquitectura monumental y urbana
transformaron y mejoraron considerablemente las condiciones de vida. Y como el mundo de
los hombres imitaba el mundo de los dioses (cuyos mitos mostraban una gran analogía con
la historia humana), entender el sentido de sus mensajes y descifrar sus favores traducidos
en las realidades terrestres, le daba aún más sentido al estudio del mundo.
24
5) Invención sagrada y práctica
Aquel que gobierna al lado de Enki (Ea), el soberano del Universo, es el dios de la Técnica,
quien entregará la escritura a los hombres. El mito corresponde perfectamente a ese pueblo
cuya cultura tenía ese gusto por lo práctico. Los mesopotámicos pusieron toda su energía,
toda su creatividad, toda su inteligencia en inventar y perfeccionar técnicas que les permitían
hacer mejor las cosas. Todo alimentaba la producción y la acción.
Era justo entonces, necesario y significativo que también la invención de la escritura fuera
en esa dirección; por eso aparecen los registros administrativos y contables entre las
primeras huellas de escritura que han llegado hasta nuestros días. Por lo demás, es en la
superación de los límites de la difusión, del intercambio, de la vida administrativa y comercial
que están los grandes progresos de ese pueblo. En lo que respecta a este estudio, ¿no es
acaso el querer sobrepasar las “fronteras étnicas y lingüísticas”35 lo que llevará a los
sumerios a desarrollar los caracteres fonogramas, permitiéndoles intensificar sus relaciones
con los acadios que se encuentran en el norte de la región?
Los mesopotámicos creían en la virtud creadora de las palabras. Estas eran un don de los
dioses quienes nombraron cada cosa para que llegase a existir. La palabra instaura las
cosas, la escritura fija lo que es. Al utilizarla, los hombres se elevan porque también ellos
acceden al poder de fijar las cosas o de cambiarlas36. De hecho escriben los nombres de
sus dioses y de sus príncipes en cifras, para que nadie pueda poseerlos a través de sus
nombres. Lo escrito tiene el poder de deshacer las palabras y por consecuencia las cosas,
por lo que las listas tienen aún más importancia ya que permiten fijarlas y ordenarlas.
Manteniéndose en el respeto de sus dioses, los hombres sin embargo retiran de ello un
nuevo poder, un medio de actuar sobre los destinos humanos y quizás también sobre la
acción de los dioses.
Este pueblo mesopotámico tan prolijo exporta tanto sus invenciones como sus
producciones. En el lV milenio antes de nuestra era, la escritura fue conocida por otros
pueblos, entre ellos los egipcios y los elamitas.
Entre 3100 y 2900 antes de nuestra era, los elamitas de Susa37 inventaron un sistema de
contabilidad y de anotaciones original llamado proto-elamita. Los especialistas acordaron en
reconocer una influencia del modelo sumerio en la forma de la escritura proto-elamita, pero
35
Gérard Pommier, Op. cit., p.151.
36
Jean-Jacques Glassner, La Mésopotamie, Guide belles lettres, Paris, 2002, pp.225-226.
37
El sitio de Susa está hoy en el Khuzistán iraní. Estaba en la prolongación geográfica al este, de la
llanura mesopotámica.
25
funcionaba de un modo independiente. También tenía signos pictográficos y abstractos
trazados en la arcilla. Este sistema se difundió en la meseta de Irán pero no se desarrolló
más allá.
En cambio, hacia el año 2100 antes de nuestra era, se reconoció otro intento de sistema de
escritura. A ésta escritura se la denomina “elamita lineal” debido a su grafismo. Es
esencialmente silábica. Más tarde, lo cuneiforme se convertirá en el único medio de
comunicación escrito en elamita.
Sin embargo, ambas invenciones locales no son menos elocuentes en cuanto al carácter de
identidad que reviste la escritura en estos primeros tiempos. En lugar de utilizar la escritura
de los sumerios, los elamitas se inspiraron en ella para intentar ellos mismos su propia
aventura. Quizás la escritura fuera considerada a la vez como un instrumento útil y un
intento de experiencia, una forma para un pueblo de elevarse técnicamente e
intelectualmente, y sin duda también espiritualmente. La única escritura capaz de transcribir
los mensajes de los elamitas, a quien fueran dirigidos, era la suya propia y no la utilizada por
otros. Se encontrará este apego identitario a la invención de la escritura, en todos los otros
pueblos antiguos.
26
2. Escritura egipcia
Thot, el escriba divino con cabeza de ibis o con cuerpo de babuino, es el dios lunar
que capta la luz de la luna y regula sus ciclos. Es el “Señor del Tiempo”, el
“Coleccionista de los años”. Antes de que el calendario fuera constituido sobre la base
de las crecidas del Nilo, la luna servía de base para establecerlo. Un texto en Edfu
describe su nacimiento:
En el seno del océano primordial emergió la tierra. En ésta, los Ocho vinieron a la
existencia. Ellos hicieron aparecer un loto del cual salió Rê, asimilado a Shou.
Luego surgió un capullo de loto de donde emergió una enana, auxiliar femenina
necesaria, que Rê vio y deseó. De su unión nació Thot que creó el mundo por el
Verbo.
Siendo poseedor del conocimiento, Thot se encargaba de difundirlo. Por eso inventó la
escritura. El reina sobre las actividades intelectuales ya que él mismo es el Verbo
creador.
En Hermópolis, Thot fue el demiurgo que creó el cosmos con la palabra; en Menfis,
primera ciudad real, fue la lengua utilizada por Ptah en el momento de la Creación; en
Heliópolis, Thot era la lengua y el corazón de Ra.
La leyenda que lo vincula con Ra, el dios solar, ilustra la luminosidad de la escritura.
Ella permite al hombre a quien transmite las palabras de eternidad, acceder al
conocimiento supremo.
1) El contexto histórico
Casi contemporánea a las primeras tablillas sumerias, la escritura aparece en Egipto hacia
el año 3200 antes de nuestra era. Así pues, se hace la pregunta sobre sus orígenes38. Hoy,
para los especialistas, esta escritura se ve sin duda limitada a una inspiración y a la
transmisión de algunos principios. En su forma, en su significado y en su uso, a la escritura
egipcia se la percibe como una invención propia de ese pueblo.
La historia y aún la protohistoria egipcias están caracterizadas por los reinados de los
faraones, de los que se conoce su sucesión gracias a la obra de Manetón, Aigyptíaka. Es un
escrito tardío en relación a nuestro período de estudio, pero su lógica es fiel a la del período
38
Cuando un mismo objeto o acontecimiento se descubre en zonas geográficas distintas, los especialistas
buscan siempre índices de filiación. En el caso de la escritura, se descubrirá más tarde que el fenómeno
apareció de manera concomitante en varias culturas, revelando así una inspiración, el resurgimiento de
una “fuerza” (o intención evolutiva) que escapa al análisis intelectual y lineal de los datos.
27
que la precedía, ya que se apoya en las listas reales, en las estelas grabadas con los
nombres sucesivos de los faraones y en los acontecimientos durante sus reinados. La
percepción del tiempo entonces, está íntimamente relacionada con estos reinados, el conteo
de los años recomienza a cero con cada nuevo faraón, como si él inaugurara una nueva era.
Desde tiempos inmemoriales, la vida en Egipto es marcada por la del rey, descendiente del
primer faraón, el dios halcón Horus, que vela sobre su pueblo y su tierra, y cuyo símbolo se
halla sobre el nombre de todos los faraones que se encuentran en las estelas.
El estudio de los signos sobre estas vasijas y sobre otros objetos producidos ulteriormente,
permite seguir el progreso de la estilización de vegetales y animales hasta llegar a los
símbolos divinos, que ya son jeroglíficos. Estas primeras inscripciones proceden por
representaciones directas. La posterior notación fonética mostrará los progresos y la
evolución de esta escritura.
Este período se termina con el reinado del rey Narmer (o Menes) (hacia el 3150 antes de
nuestra era) que realizó la unificación del país, del Alto y del Bajo Egipto, abriendo así una
nueva era. Esta victoria se celebra sobre una paleta a pintura, la paleta de Narmer que lleva
justamente los primeros jeroglíficos conocidos.
Paleta de Narmer o de Hieracómpolis, 3150 antes de nuestra era. Museo del Cairo, Egipto.
28
La parte superior de cada una de las caras contiene un serej39 esculpido en bajorrelieve que
contiene los símbolos del pez-gato (nar) y de las tijeras (mer). Representan en inscripción
fonética el jeroglífico del nombre de rey Narmer. En los registros y sobre ambas caras,
Faraón es representado venciendo a sus enemigos. Sobre cada uno de ellos se muestran
también signos jeroglíficos que probablemente significan sus nombres. En el centro, una
copela se encorva entre los cuellos enlazados de dos animales serpentinos.
Este objeto, que porta jeroglíficos entre los más antiguos que se conocen, es
particularmente significativo. Se trata de una paleta de maquillaje: el cosmético se
depositaba en la copela central donde era molido. Luego, la malaquita en polvo era aplicada
como un maquillaje para proteger los ojos. La paleta, encontrada en una tumba, fue
asociada a los cuidados y protección que se hacían al cuerpo en la muerte. Béatrix
Midant-Reynes precisó justamente que el mismo objeto servía para mostrar en el cuerpo las
marcas de una transformación40, en relación con el destino póstumo del espíritu de Faraón
que, después de haber recorrido el mundo subterráneo de Osiris, comenzará su ascensión
para volverse una estrella que brillará eternamente.
La paleta está hecha de esquisto verde que los egipcios llamaban la “piedra de Bekhen”, del
nombre del lugar de donde provenía. La elección del material no es una casualidad porque
los egipcios pensaban que esta región había sido el lugar de una manifestación
sobrenatural41. El mundo mineral llevaba en él una parte de la divinidad que lo había creado.
La paleta misma se hacía portadora de la gracia divina, y moler allí la malaquita y reducirla a
polvo significaba restituírsela al dios en forma de ofrenda. Además, ese polvo debía ser
utilizado como pintura para proteger el ojo. Todavía se encontrará en la época faraónica, el
rito de “la Ofrenda de la pintura”, que tenía como objetivo permitir al “Ojo Solar” de abrirse y
dispensar su luz benéfica42.
39
El serej es un cartucho, un marco mágico. Es el símbolo de “todo lo que el sol rodea”, es decir el
universo. Se dice también chenu “el que envuelve”. Protege y refuerza lo que contiene.
40
Béatrix Midant-Reynes, Aux origines de l'Égypte, Du Néolithique à l'émergence de l'État, Fayard, Paris,
2003, pp.338-341. En las prácticas funerarias egipcias, los restos corporales completos sufren una
transfiguración ritual.
41
Sydney Aufrère, L'univers minéral dans la pensée égyptienne, 2 vol., bibliothèque d'étude CV, IFAO
(Institut Français d'Archéologie Orientale du Caire), Le Caire, 1991.
42
El ojo ocupa un lugar particular en la mitología egipcia. El ojo de Horus significa y proporciona la
intuición intelectual. El también posee una función mágica que le permite recuperar la integridad de la
persona a la cual protege y otorgale el poder de “ver lo invisible”.
29
La invención de la escritura se integra en este contexto unificador. Esta misma parece una
emanación ya que es un símbolo sintetizador y unificador de ideas y palabras. Servirá
justamente para la centralización del poder real. Ella surge de un momento particular, de un
período de mutaciones marcado por un formidable movimiento de aceleración empezado
doscientos años antes (a partir del año 3300 antes de nuestra era) y perceptible en la
evolución rápida de los objetos materiales y las estructuras del país.
Por último, los primeros signos de escritura surgen de un universo mental fuertemente
estructurado en coherencia con los acontecimientos que atraviesa esta cultura43.
Desde esta época, todo se confunde con la persona de Faraón: el estado, el país, las
tierras, las producciones, la religión, etc. Todo contribuye a la unificación y a la
centralización de la que Faraón es la manifestación más alta y más esencial. Trabajando
para él, los hombres obran para los dioses y en consecuencia, para ellos mismos.
Permitiéndole alcanzar la inmortalidad, están asegurando la inmortalidad de su civilización.
Faraón es “Horus en la Tierra”, la imagen viviente del dios-sol entre los hombres,
asegurándoles así protección e inspiración divina. Los faraones fueron percibidos como
dioses; a través de ellos, los hombres estaban en contacto con lo sagrado.
Desde sus principios, la escritura aparece sólo en estrecha relación con la institución real.
Está constituida por títulos y enunciados, y todavía no forma frases complejas. Es utilizada
con fines ideológicos y administrativos.
Bajo los reinados de los faraones posteriores a la primera dinastía, el uso de la escritura se
va a ampliar: los descubrimientos que datan del reinado de Den (Oudimou, años 3020 al
2985 antes de nuestra era) dan testimonio de evoluciones significativas y de una
sistematización de la escritura, solamente 160 años después de los jeroglíficos de la paleta
de Narmer.
Rápidamente establecidos, los jeroglíficos, oscilando entre 700 y 1000 signos, serán
utilizados hasta alrededor del año 400 de nuestra era. Es decir a la vez su perennidad y la
del sistema la que los vio nacer.
43
Béatrix Midant-Reynes, Op. cit., pp.124-125.
30
4) El poder del signo
Los primeros jeroglíficos fonéticos corresponden a nombres. La persona real emerge de allí
porque para los egipcios “si se pronuncia el nombre de un hombre, entonces se convierte en
un ser vivo”. Así, los egipcios llamaban a su escritura médounetcher (“palabra de los
dioses”)44. Los jeroglíficos guardan en ellos mismos el poder de las palabras, es decir, la
fuerza creadora. La palabra escrita o leída puede crear lo que ella significa.
No hay diferencia entre significado y signo, ya sea éste imagen o escrito45. Si las imágenes
estaban asociadas a jeroglíficos, éstos no las comentaban. No hay continuidad entre el
signo y la imagen sino más bien una complementariedad, como dos partes que forman un
todo. El nombre, ren, es una parte constitutiva del ser que nombra y no un simple atributo o
una simple representación.
Los vestigios más antiguos que llevan los primeros signos jeroglíficos son objetos funerarios
y estelas depositadas en las tumbas. No tenían por vocación ser leídos y ni siquiera ser
vistos. Estos signos valían por sí mismos y bastaba inscribir en ellos el nombre de Faraón
para darle existencia.
Los sucesores de Narmer tendrán varios nombres pues cada uno representa la calidad que
al mismo tiempo se le está dando. Rápidamente, los títulos reales van a amplificarse con
múltiples nombres, pues llevando un nombre se vuelve lo que el representa. “La escritura
deposita en un nombre las potencialidades del que lo lleva para luego desplegarlas en el
universo”46.
44
La palabra “jeroglífico” viene del griego hierogluphica (“caracteres sagrados grabados”) pues los griegos
los descubrieron trazados sobre bajorrelieves de piedra en los templos.
45
En egipcio antiguo, la misma palabra designa “escritura” y “dibujo”.
46
Pascal Vernus, “Les écritures de l'Égypte ancienne”, in Histoire de l'écriture, de l'idéogramme au
multimédia, sous la direction d'Anne-Marie Christin, Flammarion, Paris, 2001, p.61.
31
Desde las primeras dinastías, los títulos contienen tres nombres: el nombre de Horus del
faraón (en su calidad de descendiente del dios), su nombre de Nesut-Bity (rey del Alto y del
Bajo Egipto) y el de Nebty (reflejo de la trayectoria del príncipe heredero antes de su
coronamiento).
Más tarde, cuando los jeroglíficos cubrirán los muros de las cámaras de las pirámides,
formando a la vez un entorno protector y un guía hacia la eternidad, el espíritu de Faraón
será dirigido y acompañado en su trayecto a través de los diferentes nombres que le han
sido otorgados. Es por los nombres y las calidades que éstos representan que se efectúa el
viaje y la transformación del espíritu de Faraón.
En los muros de las tumbas, se despliega el Texto de las Pirámides. Este hace de
estos espacios a la vez cámara funeraria y entorno celeste. El faraón reposa en
medio de un mundo que se funda sobre reminiscencias terrestres y sobre
esperanzas divinas. El texto transpone lo efímero a la eternidad.
Para los egipcios, los signos tienen un poder y toda imagen es susceptible de animarse, de
tomar vida. La imagen no es solamente la representación de una realidad. Es también su
esencia y su existencia, es una de sus manifestaciones. Los egipcios creían en formas
múltiples de existencia, dentro de las cuales el mito de la inmortalidad, tanto material como
psíquica es una manifestación. Esculpidos sobre las paredes de las mastabas funerarias, los
47
En esta época, la necrópolis real de Abidos es un importante centro de culto a Osiris, dios de los
muertos y de la resurrección, de la unidad e integridad reencontradas.
32
jeroglíficos permitían al difunto emprender su viaje al más allá. El escultor era “aquel que
hace vivir” y el acto de esculpir se decía “hacer nacer”.
A los jeroglíficos se les atribuá tanto poder que, en ciertos casos, se lo intentará limitar. En
las tumbas, donde se trata de la supervivencia o de la destrucción del espíritu del difunto, se
mutilaban ciertos caracteres con el fin de disminuir su peligrosa potencialidad: los cocodrilos
están cortados en dos, los escorpiones incompletos, se sustituye con un signo inofensivo a
otro nefasto, etc.
La escritura era percibida como una creación en sí misma; algo que se había agregado al
mundo y que tenía vida propia. Los jeroglíficos no son fijos, ellos actúan, están vivos, se
desarrollan como toda creación que está en el mundo. Evolucionan y justamente son el
soporte de las cosas en devenir (palabras, imágenes, historiaJ).
Detrás del signo, se podía encontrar el ser; detrás de su huella se podía encontrar su
esencia, ya que era una manifestación de su sustancia vital.
33
3. Escritura de la civilización del Indo48
Los ideogramas son utilizados por los hindúes en los rituales en forma de trazados
Yantras, principalmente en las prácticas tántricas de meditación y de visualización.
Brihaspati, maestro de la palabra y creador del verbo, ofrece ayudándose de la
palabra, nombrar las cosas que sobrepasan el entendimiento humano.
La civilización que se desarrolló sobre las orillas del Indo ha sido descubierta gracias a las
excavaciones de la ciudad de Harappa y luego a las de Mohenjo-Daro50. Éstas nos dejaron
entrever una cultura que se habría desarrollado del año 2500 al 1900 antes de nuestra era.
Esta civilización se inscribe en la prolongación de una cultura neolítica y posteriormente
calcolítica, conocida por el sitio de Mehrgarh del que numerosos elementos debían harcerse
al III milenio característicos de la civilización Harappa. El importante sitio de Mehrgarh (no
lejos de la actual ciudad de Quetta en Paquistán), sobre el río Bolán, ha sido ocupado desde
el año 7000 antes de nuestra era hasta el final del III milenio.
Se percibe hoy, que todo el período que precede a la aparición de las grandes ciudades de
la civilización del Indo, fue marcado por un gran dinamismo a nivel económico y cultural,
como consecuencia de las tradiciones locales del Neolítico.
La ciudad de Mohenjo-Daro, primer centro de esta cultura y hoy situada a varios kilómetros
del curso del río Indo se encontraba en aquella época al borde del río. Las excavaciones
han demostrado que los habitantes debieron sobrealzar muchas veces su ciudad
amenazada por las crecidas. Además, más de 15 metros de vestigios están hoy todavía
sumergidos bajo los escombros del sitio actual. Fue posiblemente la inestabilidad geológica
de la región lo que obligó a los habitantes de Mohenjo-Daro a establecerse en otras
48
A esta escritura se la llama a veces “proto-india”, término que insiste más en lo que podría haber sido
(una premisa a la escritura de la India del siglo III) que sobre su originalidad. Emplearemos más bien los
términos de “escritura de la civilización del Indo”.
49
Como en la mayor parte de las culturas donde la escritura no se descifró, no conocemos los mitos de
los pueblos del valle del Indo. Los mitos que transmitimos aquí ilustran las creencias de la India
histórica cuyo sustrato se formó en parte sobre estas antiguas tradiciones.
50
Los estudios han demostrado que la ciudad de Mohenjo-Daro fue anterior y mas aún, fue el origen de la
ciudad de Harappa, pero como la denominación de esta civilización se hizo cuando se comenzaron las
investigaciones, se continua llamándola “civilización harappa”.
34
regiones para fundar allí nuevas ciudades, o tal vez factorías asociandose con poblaciones
locales51.
De hecho, el área de difusión de la civilización del valle del Indo es particularmente extensa,
sin duda de las más vastas de la Antigüedad, ya que su inmenso territorio cubría más que la
superficie del Egipto y de la Mesopotamia contemporáneos reunidos. Hoy, se han
identificado centenares de sitios que pertenecían a esta civilización (cerca de 1052); cada
región estuvo dominada por un centro alrededor del cual gravitaban los pueblos. Dadas las
grandes distancias que separan los diferentes sitios, se puede confirmar la presencia de
fuerzas vivas que los animaron y del espíritu emprendedor de aquellos que les dieron forma.
Estos centros urbanos son la expresión de un gran esfuerzo colectivo y llegaron a ser la
justificación del poder civil y probablemente religioso. Ellos demuestran las formidables
capacidades urbanísticas de este pueblo y el nivel muy elevado de sus técnicas
artesanales52.
Los habitantes de Mohenjo-Daro y de las ciudades del valle del Indo fueron grandes
comerciantes que estaban en contacto con pueblos muy alejados, particularmente con los
51
Solo para mencionar algunos sitios, entre los años 2400 y 2000 antes de nuestra era, los habitantes de
Mohenjo-Daro fundaron hacia el norte y hacia el este las ciudades de Harappa y de Kalibangan (hacia
el año 2300 antes de nuestra era); y posteriormente el puerto de Lothal al suroeste (hacia el año 2200
antes de nuestra era).
52
No conocemos un arte monumental, ni arquitectura ni esculturas que pertenezcan a esta civilización.
Los arquéologos tampoco han identificado palacios o templos en las ciudades excavadas.
35
sumerios. Por cierto que fue el descubrimiento de objetos harappas en ciudades
mesopotámicas lo que permitió establecer la datación de las ciudades del Indo53.
Este pueblo, quizás después de haber descubierto la invención de la escritura gracias a los
sumerios, escogió visiblemente hacer por sí mismo la experiencia y creó un sistema original.
Esto demuestra hasta qué punto el proceso mismo de invención era importante: elevó la
comunidad y gracias a este proceso, dio un salto cualitativo.
Entre los diversos soportes de esta escritura, sólo subsistieron sellos y algunos signos sobre
alfarerías. No conocemos ni texto ni mención bilingüe que permita una traducción. Aunque
400 signos han sido identificados, las inscripciones que forman son demasiado cortas (4 a
10 signos en general) y los signos se repiten muy poco para poder descifrarlos. La tarea es
tanto más ardua al no saber qué lengua hablaban los harappas y además no todos los
especialistas están de acuerdo sobre el pueblo que ellos conformaban54.
Aunque sólo algunos ejemplares de escritura sobre fragmentos de alfarería y sellos han sido
conservados, es probable que este pueblo utilizara hojas de palmera recortadas, reunidas
en grupo y sujetadas entre dos tabletas de madera, para inscribir textos más largos.
Desgraciadamente estos soportes no sobrevivieron, pero sería un error considerar el uso de
esta escritura limitado únicamente a los vestigios que conocemos.
Las muy numerosas trazas dejadas por los sellos en la arcilla indican que no se trataba
solamente de amuletos, sino que éstas eran utilizadas diariamente para sellar e identificar
las mercancías. Según Ernest Mackay, la cantidad de sellos encontrados es tal, que se
puede interpretar que en las grandes ciudades, cada ciudadano poseía el suyo.
Estos sellos descubiertos en varias ciudades del valle del Indo provienen de un trabajo muy
cuidadoso y de gran maestría. Son generalmente cuadrados o rectangulares, de 17 a 30 cm.
Llevan por detrás una protuberancia perforada con el fin de deslizar por allí un cordón y
poder colgarlos en la cintura.
53
Las tablillas sumerias mencionan los intercambios con Meluhha, nombre dado a una región próspera
que los especialistas identificaron como la civilización del Indo.
54
Se ha supuesto que la escritura harappa transcribía una lengua que, posiblemente, perteneció a la
familia dravídica de lenguas que todavía se utilizan en el sur de la India, como el tamil o el canarés.
36
Los sellos están hechos en esteatita. Para realizarlos, el artesano recortaba con una sierra
la forma del sello y la terminaba con un cincel. Pulía luego las superficies con la ayuda de un
abrasivo. En seguida grababa los motivos con un pequeño cincel y un buril. Para hacer los
acabados, el sello era recubierto con álcali y calentado, lo que le daba ese particular color
blanco y su aspecto lustrado.
Sobre la cara (lado anverso), se grababan signos de escritura y una representación animal o
algunas veces una escena narrativa, ambos sistemáticamente asociados. Se ha hecho un
inventario de aproximadamente 400 signos diferentes, pero solamente la mitad son
utilizados más de 5 veces. Posiblemente representaban sílabas, no obstante algunos
probablemente eran determinativos. Los especialistas observaron que varios signos eran
muy cercanos a la pictografía - se reconocen peces, estilizaciones humanas en ciertas
posiciones, etc. - lo que les hace pensar que este sistema estaba todavía bastante próximo
de su origen. De todas maneras constituye una escritura fijada y organizada.
55
Es la suposición que señala Jean-Marie Casal refiriéndose al hecho que en la Antigüedad se creía al
unicornio originario de la India. Pline habla de dos animales en India: el orix (un tipo de asno) y un
bóvido, ambos llevaban un solo cuerno. En Irán, leyendas semejantes se conservaron mucho tiempo.
Jean-Marie Casal, La civilisation de l'Indus et ses énigmes, Éditions Fayard, Paris, 1969, p.139.
56
El epigrafista Iravatham Mahadevan propone ver en este objeto el “filtro sagrado” del que a menudo
habla el Rig-veda en su simbología del Soma, el néctar divino. Voir Iravatham Mahadevan, "The Cult
Object on Unicorn Seals: A Sacred Filter ?", Puratattva n°13 & 14 (1981-83), New Delhi 1985, pp.165-
186.
37
escenas se refieren más claramente al carácter sagrado del unicornio: sobre un sello, su
cabeza forma uno de los elementos de un símbolo probablemente solar; sobre otro sello,
dos cabezas de unicornio brotan en la base de un árbol de higuera sagrada asociado a una
divinidad57. Por encima del unicornio, se observan algunos signos de escritura harappa
asociados con la imagen.
Sobre otros sellos se ha logrado identificar al búfalo, al cebú, al rinoceronte, un toro con una
joroba, al tigre, al elefante y en raras ocasiones, al cocodrilo. Se trata siempre de animales
que sugieren poder y fuerza a través de sus cuernos y su conexión a la tierra. En estas
características ctónicas hay que ver una relación con la tierra, considerada como fuente de
vida (agricultura) y fuente de vida generosa, poderosa como una inmensa fragua de la que
saldría la Vida.
Sus cuernos levantados parecen rayos, parecen una concentración de fuerza acerada y
proyectiva. Es un elemento evidentemente importante, ya que a menudo los cuernos son
añadidos sobre cabezas de tigres, de serpientes, de animales variados con caras humanas
y de divinidades.
Sobre este sello, entre las ramas de un árbol de higuera sagrada, una divinidad femenina se
levanta desnuda, a excepción de sus brazos, cubiertos de pulseras. De su frente se verguen
dos cuernos, símbolos de su fuerza y de su carácter divino, y entre ellos probablemente se
levanta una rama. Frente a ella, otra divinidad se prosterna abriéndole sus brazos. Esta otra
divinidad también lleva en la parte alta de su cabeza dos cuernos y una rama. Detrás de
ella, majestuoso, avanza un macho cabrío con cabeza humana. La parte inferior del sello
sigue el ritmo de una procesión de mujeres con largas trenzas y vestidas con faldas. La
57
El caracter sagrado del arbol de higuera sagrada (Ficus religiosa) se transmitió a la India histórica.
38
parte alta de sus cabezas se valoriza con una vivaz rama saliendo de sus cabellos. Los
cuerpos son apenas sugeridos con un trazo.
Los signos de escritura se reparten entre los elementos superiores de la escena.
Esta divinidad es representada sobre otros sellos, siempre asociada al árbol de higuera
sagrada y a un animal, y en posturas manifestando su fuerza y vitalidad58. Emana de estas
pequeñas representaciones una presencia fuerte, una energía manifiesta que, como
sugieren las pulseras, vibra y hormiguea, recorre todo el cuerpo hasta irradiar en el centro
superior. Más que la regeneración o la fecundidad que simbolizan otras diosas antiguas, las
divinidades de la civilización del Indo exhalan la circulación de la energía y el pasaje vibrante
de la vida que esta circulación comunica a todos los demás elementos. Emana de esto toda
una poesía que envuelve con una relación sutil todos los personajes y los signos,
pareciendo así formar un todo.
También existen varios sellos llevando el mismo “Gran Dios”, a veces sentado en una silla
baja en posición de meditación.
58
Varias estatuillas femeninas han sido encontradas durante las excavaciones. En ellas la divinidad no
tiene estas actitudes dinámicas y, si su cuerpo es muy esquemático, en cambio, una particular atención
se le da a los collares que cubren su pecho, a sus ojos muy marcados y a sus peinados originales
llevando flores y rizos, creando así todo un movimiento alrededor de su cabeza.
59
Cultura Kulli, Edad del Bronce, Balûchistân, sur del Pakistan.
39
De cada lado de su cabeza, se encorvan dos cuernos largos entre los cuales algunos vieron
un moño (que será una marca de divinidad en las representaciones de la India histórica). Su
cara es triple; su mirada se dirige en todas las direcciones. Alrededor de él se distinguen
varios animales: un tigre, un elefante, un rinoceronte y un búfalo, y por delante de su trono,
una fila de cabras. La postura, que será característica de los yoguis de la India, y la
procesión de animales sugirieron a los especialistas un prototipo de Shiva Pasupati, Shiva
Señor de los Animales. En todos los casos, él posee como el dios indio, una innegable
fuerza energética.
3) Interpretaciones
Aunque en efecto el uso de la escritura no fue exclusivamente reservado para los sellos y
que los harappas también la utilizaron en soportes que no sobrevivieron, se puede tratar de
interpretar lo que representaba la escritura a sus ojos, a partir de las muestras que se
tienen.
Los signos siempre se asocian con representaciones de animales cuya fuerza consolida el
carácter sagrado. Lo mismo ocurre con las representaciones de divinidades veneradas por
la Creación entera, bajo sus aspectos animal y vegetal. Estas figuraciones representarían la
energía divina y creadora. La escritura manifestaría la expresión más alta y humana. Los
signos de escritura, manifestación sintética del “genio” humano, completan las
representaciones sagradas en una síntesis de lo más elevado que existe. Sobre los sellos
aparece un tipo de figura de unidad, de complementariedad entre los diferentes aspectos del
mundo.
Y aunque se trate de objetos útiles y prácticos, esta idea no se contradice: es hasta lógico,
que para un pueblo tan emprendedor, tan guiado por la vida y su circulación, incluso la de
bienes, todos los aspectos de su actividad puedan ser así unidos y se comuniquen
recíprocamente su energía.
40
Es también revelador que en las etapas de fabricación de los sellos, varios procedimientos
fueron activados: la glíptica, los oficios del fuego y finalmente la alfarería, ya que es para
imprimir huellas sobre la arcilla que los sellos fueron concebidos. Piedra, fuego, tierra, agua
y la mano de los hombres...
Todo contribuye a esta síntesis. El fuego, como presencia manifiesta de la energía divina,
ocupaba un lugar particular en las creencias de este pueblo, como lo prueban los vestigios
de altares del fuego encontrados en varias ciudades así como los lingams de los que se ha
hablado, ya que las creencias asociadas con ellos, provienen en sus orígenes, del dios
védico Agni, el Fuego divino60.
Estos sellos también tenían un carácter identitario bastante marcado, por su uso y también
como signo distintivo de esta comunidad. En efecto, como los mismos caracteres no
estaban asociados sistemáticamente con las mismas figuraciones, se puede deducir que
estos caracteres no se remitían directamente a estas figuraciones. Posiblemente las
inscripciones se referían al nombre del propietario o a su familia o a su clan. Estas
inscripciones, asociadas con las imágenes rituales de los sellos, producían la más alta
expresión de la energía creadora y dispensadora de bienes.
Pero esta desaparición sin duda no fue tan radical como se pensó en un momento, pues
existen numerosos ejemplos de transmisión, de símbolos que habrían atravesado las
edades para estar todavía presentes en el hinduismo actual y en los elementos de la cultura
material61.
60
Algunos altares fueron acondicionados en los cruces de las calles, al aire libre, en Kalibangan,
Banawali, LothalJ
Para el significado cósmico, astronómico e interno de los altares, ver el artículo de Subhash Kak, “The
Axis and the Perimeter of the Hindu Temple”, Mankind Quarterly, vol.46, 2006.
61
Michel Danino, L'Inde et l'invasion de nulle part, le dernier repère du mythe aryen, Édition Les Belles
Lettres, Paris, 2006.
41
4. Escritura china
Según la tradición, los tres emperadores Fuxi, Shen Nong y Huangdi, los “Grandes
Antepasados” habrían fundado la civilización china dotándola de todos los elementos
necesarios para su funcionamiento. Fuxi, con cabeza humana y cuerpo de serpiente,
habría reinado en el Neolítico anterior y enseñado a los hombres el arte de la caza, de
la pesca y de la crianza de animales. También creó los Ocho Trigramas adivinatorios
del I Ching, superposición de líneas continuas y líneas quebradas cuyas disposiciones
representan los aspectos del universo en movimiento. Los chinos atribuyen a su
sucesor Shen Nong la invención de un sistema de conteo sobre la base de nudos en
cuerdas. Bajo el reinado del tercer Gran Antepasado, Huangdi el Emperador
Amarillo62, considerado como el fundador de China, Cang Jie (Tsang-Kié) su adivino,
habría imaginado los caracteres chinos observando los rastros dejados sobre la arena
por las patas de las aves. Dotado de dos pares de ojos, símbolo de su clarividencia
sobrenatural, Cang Jie podía escudriñar los fenómenos y las cosas más allá de las
apariencias y penetrar los secretos del mundo. También se ha dicho que al anuncio de
su invención, los dioses temblaron de rabia: de ahora en adelante los hombres podían
penetrar los secretos del universo. Los dioses solo encontraron una salida dando a
Cang Jie el estatuto de semidiós.
Los primeros testimonios de una escritura en China son unos caligramas de la cultura
Yangshao de Banpo, que datan entre los años 4800 y 4200 antes de nuestra era. Grabados
en huesos y en el caparazón de la tortuga, los caligramas dan testimonio también de la
forma de adivinación más antigua en China, la adivinación con los huesos
(escapulomancia). Algunos especialistas consideran estos vestigios demasiado dispersos
para poder calificarlos de escritura. Se puede sin embargo considerarlos como una primera
tentativa y, en ese sentido, considerar el contexto en el cual han sido creados estos
caracteres.
62
Este Gran Ancestro habría reinado al principio de la Edad del Bronce y durante más de 100 años (2697-
2599 antes de nuestra era).
42
Es de la época de madurez del bronce, bajo la dinastía de los Shang en el siglo XIV antes
de nuestra era, en Anyang (Henan), de la que nos llegan los primeros rastros de escritura
china63. Estos rastros están particularmente vinculados a las prácticas adivinatorias, ya que
se trata de inscripciones fijadas sobre huesos y carapazas de tortuga a las cuales se les
había hecho un tratamiento con el fuego, con la ayuda de un tizón incandescente, para
provocar resquebrajaduras. Éstas eran interpretadas como signos, mensajes divinos que
dictaban a los hombres las conductas a observar. Los adivinos interpretaban primero al
oráculo, luego inscribían en columnas verticales unos logogramas con el fin de anotar las
circunstancias y los resultados.
Así como en otras culturas, los animales terrestres vivos entre los hombres pero
susceptibles de meterse bajo tierra, fueron considerados capaces de transmitir los
mensajes de los ancestros. La carapaza dorsal de la tortuga es el modelo reducido
del Cielo en cuyas divisiones figuran los palacios celestes. Se la interroga pues para
descubrir el movimiento de las fuerzas cósmicas.
63
El soberano Pan Geng (1401-1372 antes de nuestra era) estableció entonces su capital en Yin (actual
Anyang). Los historiadores le han dado retrospectivamente el nombre de dinastia Yin a los siguientes
soberanos.
43
2) Evolución y usos de lo escrito.
La escritura no era la propia adivinación, pero permitía fijar la memoria. Además, el mismo
carácter shi designa al adivino, al escriba, al analista y al historiador.
Cada signo reenvía a una palabra y no a un sonido. El signo permite acceder directamente
al sentido y así ser utilizado por pueblos que hablan dialectos diferentes.
Esta escritura no se cambió en sus principios y en su estructura, aunque los grafismos
evolucionaron. Una gran parte de los signos antiguos fue así descifrada. El carácter
permanece como símbolo, una representación invariable independiente del tiempo y del
lugar. La escritura constituye una referencia
fija de toda la realidad65.
64
Otros, por el contrario, ven el resultado de una lenta evolución cuyos orígenes se pueden ver en los
primeros signos grabados desde el V milenio.
65
Jean-François Billeter, L'art chinois de l'écriture, essai sur la calligraphie, Éditions Skira Seuil, Paris,
2001, p.13.
44
con la ayuda de observaciones complejas, el día y el lugar favorables para el cumplimiento
de un designio. Los vasos rituales vinculaban estrechamente arte, política y religión, con
frecuencia eran asociados a la personalidad del soberano. Pero lo que es verdaderamente
notable es que, de la misma manera que las inscripciones en los oráculos, las de los
bronces no estaban destinadas a ser leídas, pues estaban inscritas en el fondo de los vasos,
y éstos eran a menudo colocados en depósitos funerarios; los signos valían por sí mismos.
Durante un milenio, no era común usar caligramas. Es solamente con la literatura que la
escritura se convierte en un instrumento de comunicación. Por otra parte, es significativo
que los textos más antiguos sean los del I Ching, redactado en una época en donde se
consideraba que todas las configuraciones de los signos ya habían sido descubiertas y que
la consulta de los archivos reemplazaba la escapulomancia67. Estos signos fueron
codificados en líneas, continuas y quebradas. Los hexagramas así concebidos describen el
mundo tal como es y sus posibles transiciones.
66
La conciencia inspirada es un estado de conciencia global que se traduce en la filosofía, la ciencia, el
arte y la mistica. Silo, “La conciencia inspirada”, Op. cit., pp.323-327.
67
El I Ching o Libro de las Mutaciones habría sido escrito en los comienzos de la dinastía Zhou, en el
siglo IX antes de nuestra era. Pero el texto antiguo que nos ha llegado es aquel transmitido en el
compendio de las obras de Confucio a quien se le atribuye la redación de los comentarios filosóficos.
68
Léon Vandermeersch, “L'écriture en Chine”, in Histoire de l'écriture, de l'idéogramme au multimédia,
Flammarion, Paris, 2001.
45
representaba los actos de un reinado, era su historia llevada cronológicamente por días,
décadas, lunaciones, estaciones y años. De allí sale una percepción de la historia
alimentada de cosmología y en donde lo que prevalece es la dinámica de las cosas, la
influencia de los cinco elementos y las transformaciones.
3) Cosmogonía y escritura.
La escritura en sí no era oracular, pero para los chinos no hay cosas aisladas. Ella
necesariamente formaba parte de un todo y se asociaba a él de una manera dinámica. Ni la
escritura ni cualquier otra realidad son fijas o estables. Todo reacciona, todo es dinámico,
evoluciona, cambia y sucede. El cielo, la tierra, los hombres y toda cosa.
La escritura no fija nada. Sirve para dar cuenta de lo que es. Muestra, pero no demuestra,
presenta lo que es, lo que se hace y lo que se deshace. Ella misma se inscribe en todo un
conjunto de relaciones y de variaciones, en el que lleva la impronta, ya que forma parte de
esa realidad.
Observar las cosas, transcribirlas y clasificarlas se ajusta a la planificación del mundo del
cual nada se escapa, ni los dioses, ni los hombres, ni sus invenciones.
En las prácticas oraculares, la escritura servía para comentar los signos percibidos como
signos del destino. Ella nació del estudio de estos signos. Los caracteres chinos entonces
no formaban frases, sino símbolos dispuestos para la exégesis69. La escritura solo permitía
penetrar algunos secretosJ y representaba simbólicamente los misterios del cosmos. Es la
visión que transmiten sus orígenes míticos.
Desde la época antigua los letrados chinos consideraban esos mitos como leyendas. Sin
embargo, reconocían en los mitos el vínculo que la escritura mantiene con el universo y con
la naturaleza, escritura que permite vislumbrar sus misterios.
69
Léon Vandermeersch, article “Écritures et langue graphique en Chine”, Le Débat, 1990/5, n°62.
46
sagradaJ y no hay pintura de paisaje que no oculte un fragmento de poema, una
inscripción o un simple carácter.
La caligrafía juega con los llenos y con los vacíos, con los soplos que los recorren, con la
musicalidad de la línea y con toda la sensibilidad del signo. Revela la esencia escondida de
las cosas, el impulso mismo de la vidaJ lo que los dioses depositaron allí. Existen textos
tan bellos sobre la caligrafía como la caligrafía misma. Como si ella fuera capaz de hacer
aparecer tanto en su trazado como en su contemplación, lo más profundo y lo más poético:
del que traza y del que lee, de la mano que baila y del ojo que se abisma.
70
Meng Tian bijing. Traducción francesa de Yang Yu-hsun, La calligraphie chinoise depuis les Han, Paris
Geuthner, 1933.
47
Las líneas que forman un carácter se trazan siempre en el mismo orden. Cada signo es
también un gesto únicoJ Es a la vez una forma y un gesto. En esta escritura posiblemente
más que en todas las otras, el cuerpo está plenamente comprometido con el acto de
escribir. Es una realización total del cuerpo, del espíritu y de la sensibilidad71. Tanto se funde
el que traza en su gesto que él allí se pierde72, y la virtuosidad del calígrafo consiste en
desaparecerse para que se exprese lo que es en lo más profundo de él mismo. El artista se
“des-plaza” para crear un vacío del cual surge la inspiración que guía su mano. “Todo signo
es un surgimiento y proviene siempre de la misma fuente central”73. La caligrafía sobrepasa
el estetismo. Ella se presenta como una práctica mística, una disposición para acceder a
niveles profundos donde luz, sentido y vida brotan bajo la forma de signos.
El signo es más intenso que la realidad a la cual el remite; él tiene una presencia más fuerte
y para el espíritu, un grado de realidad más elevado74.
71
François Cheng, Vide et plein, le langage pictural chinois, Éditions du Seuil, Paris, 1991.
72
“El fenómeno del desplazamiento del yo es un estado de conciencia provocado con el fin de dejar
producirse la expresión de impulsos profundos que provienen de espacios no cotidianos y que se
podrán interpretar según las culturas como la manifestación de la divinidad”.
Silo, “El desplazamiento del yo - La suspensión del yo”, Op. cit., pp.330-333.
73
Jean-François Billeter, Op. cit., p.107.
74
Jean-François Billeter, Op. cit., p.33.
48
5. Escrituras cretenses
Herodoto relata que Cadmo, hijo de Agénor rey de Tiro en Fenicia y de Telefasa, el
legendario fundador de Tebas (Beocia), habría introducido en Grecia el alfabeto fenicio.
Según Herodoto, Cadmo vivió cerca de 1600 años antes que él, hacia el año 2000 antes
de nuestra era.
Pero según los mitos75, los hombres descubrieron la escritura con Orfeo quien la
aprendió de las Musas. Los dioses cantan mientras que los hombres escriben su
historia. Una leyenda contada por Pausanias dice “que Orfeo sobrepasó a todos aquellos
que lo habían precedido, por la belleza de sus versos, y que él adquirió una reputación
muy grande por la opinión que le atribuía la invención de los misterios de los dioses, por
las expiaciones de los grandes crímenes y por haber encontrado los medios tanto para
sanar las enfermedades como para calmar la cólera de los dioses”76. Luego, él habría
sido fulminado por Zeus por haber revelado a los hombres misterios sagrados.
“La voz de Orfeo se prolonga en escritura material. (-) Primero está el canto de Orfeo
como algo anterior a la palabra que arrastra consigo las vidas más mudas, los “animales
del silencio”. Pero la escritura ya está allí, habitada por esta misma voz; y se percibe un
tumulto de libros, de discursos que se escriben alrededor del canto de Orfeo. (-)La voz
deposita signos escritos en las tablillas, el canto de Orfeo produce la escritura, se hace
libro, se escribe en himnos y en encantamientos, en cosmogonía”77.
1) El contexto histórico.
En el corazón del Mediterráneo, en el cruce de los intercambios del mundo egeo, un pueblo
que llamamos minoico se desarrolla en la isla de Creta, en la Edad del Bronce78. Su
necesidad creciente de cobre lo empujará a mirar más allá de la isla, hacia las Cícladas.
Durante varios siglos la brillante civilización cretense dominará toda la región, hasta su
conquista por los micénicos. Integra entonces este conjunto, pierde su papel preeminente
pero continúa por algún tiempo un desarrollo absolutamente notable.
75
No conocemos los mitos por los cuales los cretenses se explicaban el mundo y su origen. No obstante,
transmitimos el mito griego, sabiendo que muchos mitos helenos fueron inspirados por los mitos de los
pueblos instalados en los territorios que conquistaron.
76
Pausanias, Libro IX, Beocia cap. XXX.
77
Marcel Detienne, L'écriture d'Orphée, Éditions Gallimard, Paris, 1989, p.109 y 114.
78
Sir Arthur John Evans, el descubridor del sitio de Cnosos al norte de la isla creyó encontrar el palacio
del legendario rey Minos. Por eso, dio a ese pueblo el nombre de “Minoico”, que por otro lado fue
denominado Kelti en los textos egipcios.
49
El auge considerable que conoce Creta al principio del II milenio antes de nuestra era, se
expresa particularmente en la construcción de palacios. Fue un proceso de larga duración
que termina con la organización de grandes aglomeraciones alrededor de “palacios”. Se
trata de complejos protegiendo las instancias políticas, religiosas y artesanales, mientras
que los recursos vitales provenían de poblados de las regiones vecinas. Es también el
momento en que aparecen los edificios sagrados, en particular en las zonas más elevadas,
donde hacía mucho tiempo que las divinidades eran honradas a cielo abierto.
Es una cultura urbana descubierta gracias a las excavaciones, bastante desarrollada y muy
refinada. Los sitios palaciegos presentan algunos elementos característicos de esta
civilización a través de su cultura religiosa y artística; pero la originalidad de los minoicos se
ilustró particularmente en el campo de la escritura.
Se encuentran bosquejos de estas escrituras en las marcas puestas sobre sellos que
circulaban desde hace tiempo. A partir de éstas los minoicos inventaron simultáneamente
dos escrituras. La escritura llamada jeroglífica79 permite observar la evolución de los
símbolos de los sellos hacia representaciones e imágenes.
79
Cuando Arthur J. Evans los descubrió, los comparó con los jeroglíficos egipcios. El término no es
adecuado ya que la escritura egipcia identifica sílabas y no nombres - como todas las escrituras
minoicas - pero la designamos siempre bajo este nombre.
50
Encontramos el rastro de esos ideogramas 500 años después de las primeras instalaciones
palaciales en la isla, hacia el 1900 antes de nuestra era. Esas inscripciones estaban
esencialmente realizadas sobre sellos (cilíndricos y otros), aunque se conocen también
sobre otros soportes como piedras grabadas, vasijas, tablillas y aún objetos de culto.
Estas dos escrituras coexistieron durante casi 250 años, hasta el 1600 antes de nuestra era,
luego el lineal A prevalecerá. Pero no se utilizaban sobre el mismo soporte.
Las tablillas en lineal A provienen casi exclusivamente de los grandes sitios, palacios y
ciudades palaciales. Su uso estaba generalizado en la isla y en las posesiones exteriores. A
pesar de que esta escritura no fue descifrada, se supone que se la usaba para registrar
operaciones de contabilidad. Aún si al principio era elemental, ésta correspondía a la
necesidad de una autoridad de manejar un stock, un jefe que se dotará poco a poco de toda
una administración. Esas cuentas eran sin duda puramente utilitarias ya que los minoicos no
51
las conservaban como archivos. Una vez finalizado el año, la arcilla de sus soportes era
reutilizada. Así, conocemos sólo muy poco de ellas y son las destrucciones de los palacios
hacia 1700 y luego en 1450 antes de nuestra era que nos han provisto la mayor cantidad80.
Poseemos cada vez sólo las tablillas del año en curso en el momento de la destrucción.
Los minoicos debían atribuir una dimensión de identidad a su escritura. Si los sellos que
portaban inscripciones con jeroglíficos cretenses eran utilizados para actividades
comerciales, ellos también se referían a su propietario y la cantidad de huellas diferentes
deja suponer que muchos minoicos poseían el suyo.
Además, las inscripciones dedicatorias en las mesas de libación con jeroglíficos cretenses y
en lineal A unían la escritura a las prácticas rituales. La inscripción en sí misma debía ser
objeto de ofrenda, como una marca de conmemoración para rendir homenaje. Los hombres
asociaban a sus dones (vino, aceite, produccionesJ), un elemento elevado de su cultura,
una representación de lo mejor que habían producido. La palabra escrita reforzaba el don.
Tal vez como en otras civilizaciones antiguas, habría que ver un signo de un poder particular
asociado a lo escrito.
80
Los especialistas distinguen tres fases de construcciones palaciales: el Minoico antiguo que se termina
bruscamente hacia el 1700 antes de nuestra era con la destrucción de los primeros palacios
probablemente a causa de un terremoto, tal vez la erupción del volcán de la Isla de Santorini (Thera).
Los nuevos palacios (Minoico medio) fueron construidos sobre sus vestigios y utilizados hasta alrededor
del 1450 antes de nuestra era cuando la invasión de los micénicos provocan su destrucción. Los
últimos palacios fueron entonces construidos en los mismos lugares (Minoico reciente) y utilizados
hasta alrededor del 1250 antes de nuestra era.
81
No sabemos cuáles eran la o las lenguas usadas en Creta durante el III milenio y la primera mitad del II
milenio antes de nuestra era, excepto el griego que debe haber aparecido en Grecia continental al
comienzo del II milenio pero que no hará su aparición en la isla hasta la llegada de los micénicos.
52
3) La invención de una tercera escritura.
Hacia el año 1450 antes de nuestra era, los micénicos conquistan la isla. Los minoicos
inventan entonces una nueva escritura para transcribir la lengua de los nuevos amos, lengua
que se sabe que ha sido un dialecto griego82. Mientras que el uso de jeroglíficos cretenses
desaparece totalmente, en lineal A evoluciona y esta tercera escritura, llamada lineal B, es
su continuación compleja.
Esta será utilizada hasta el año 1250 antes de nuestra era, fecha de la última destrucción de
los palacios, y sobre todo más allá de Creta, en Micenas y Pilos principalmente. En la isla
misma, se la ha encontrado únicamente en Cnosos, ya sea porque se trata de un “accidente
arqueológico”83 o bien porque la influencia del palacio no se extendía más allá.
La lineal B ha sido descifrada y sabemos que servía en todos lados, desde el norte de
Beocia hasta el sur de Creta, para registrar las operaciones contables. La unidad gráfica de
esta escritura corresponde a una unidad política fuerte.
La lineal B parece haber sido concebida únicamente como un medio de registrar, una
manera de aumentar la memoria colectiva de aquellos que estaban a cargo de la
administración.
82
El desciframiento del lineal B por Michael Ventris y John Chadwick les ha permitido definir la lengua
micénica.
83
En efecto, las ánforas encontradas en Tebas que llevan las inscripciones en lineal B indicaban que la
mayoría de ellas habían sido fabricadas en Creta oriental.
53
4) ¿Una cuarta escritura?
Tenemos también que mencionar una última escritura que se conoce por un único objeto: un
disco en arcilla encontrado en el palacio de Festo, en un contexto arqueológico fechado
antes del año 1700 de nuestra era. Es entonces contemporáneo de la lineal A y presenta
ideogramas en sus dos caras.
Es un disco de arcilla, cuya tierra cocida tenía una calidad excepcional, muy depurada. Fue
aplanado manualmente y se imprimieron sobre las dos caras signos según un esquema
concéntrico partiendo del borde. Cada uno de los 241 signos fue impreso separadamente en
la arcilla húmeda con la ayuda de un pequeño sello de piedra blanda o tal vez de oro. El
procedimiento utilizado, la fabricación de punzones, nos asegura la impresión de otros
textos aún si no tenemos rastros de ellos. Se trataría del primer documento de tipo mecánico
producido por el hombre.
El carácter único del disco de Festo ha sugerido a algunos investigadores que tal vez no
haya sido fabricado en Creta, ya que algunos dibujos hacen referencia a elementos
claramente extranjeros al arte minoico84. Podríamos decir a lo sumo que no sería
sorprendente que los minoicos hayan llevado su ingenio hasta crear una cuarta escrituraJ
84
No obstante se lo ha aproximado a signos encontrados en una doble hacha de Arkalochori en Creta
central (pero que se parecen más a decoraciones que a inscripciones) y a aquellos grabados en una
losa caliza de Malia. Estos descubrimientos aislados y muy parciales no han permitido por el momento
a los investigadores, proponer soluciones aceptables.
54
5) La hazaña: una superación de sí mismo hacia lo divino.
Es bastante difícil hacerse una idea del significado de la escritura para los minoicos ya que
los descubrimientos son parciales y variados. Los textos en lineal A y B son cortos y
consisten fundamentalmente en inventarios de bienes, transacciones o distribuciones. Como
en otras escrituras antiguas, las de los minoicos se inscriben en el contexto de sostener una
administración centralizada y la organización del poder. No hay rastros de un uso privado de
la escritura, ni de su dimensión histórica. Se trata únicamente de listas (de individuos, de
animales, de productos) lo que sugiere el uso de la lineal B para cuentas administrativas.
Pero considerar el uso y el alcance de las escrituras cretenses sólo a través de ese prisma
limitaría mucho nuestra comprensión. Estas escrituras se inscribían en toda una dinámica
cultural que podemos todavía presentir a través de algunos testimonios que nos han llegado
o que justamente faltan.
Los reyes cretenses no cubrieron el país de testimonios monumentales de su poder, y el
culto, aún en el corazón de la vida palaciega, se efectuaba sin la intermediación de estatuas.
Este culto se practicaba en los altares a cielo abierto pero sobre todo, fuera de la ciudad, en
lugares naturales y sagrados (grutas, bosquesJ) donde la divinidad podía manifestarse
libremente. Las ceremonias se desarrollaban alrededor de la aparición de la divinidad. En
los objetos cultuales, las divinidades están siempre representadas con sus adoradores los
cuales se libran con ellas a danzas sagradas y manifiestan su presencia divina a través de
poses extáticas. El acento está puesto en la relación con la divinidad, además esas escenas
están a menudo grabadas en anillos, sellos y pequeños objetos que hacen referencia a esa
conexión y que se pueden conservar consigo mismo.
En los minoicos existe también todo un corpus de objetos y escenas cultuales85 que
representan escenas de hazañas y de superación de sí mismo: danzas sagradas,
taurokapthasia (prueba iniciática donde los jóvenes saltan por encima de un toro en plena
carrera tomando como apoyo sus cuernos), música, éxtasis...
La invención de la escritura, más su repetición, se inscriben en ese impulso, en esa voluntad
de superación de sí mismo para elevarse: ésta constituye un logro refinado que permitía
honorar a la divinidad a través de los dones que ella había otorgado a los hombres.
85
Conocemos también dos objetos simbólicos: las dobles hachas y los cuernos de consagración. Esos
elementos guardan similitud con el unicornio y las representaciones de la civilización del valle del Indo
pero ninguna relación jamás ha sido señalada entre estas dos culturas.
55
6. Escritura germana Futhark
Para finalizar, esta es una escritura fascinante por el hecho de no haber sido inventada para
ser leída. Se trata del Elder Futhark, la antigua escritura rúnica, cuyo germen de origen se
encuentra en los petroglifos de Escandinavia, los primeros signos grabados en la época
neolítica. Se puede, de ese modo, seguir una elaboración y una búsqueda a través de
milenios.
1) La escritura Hallristinger
56
Esos signos dieron nacimiento a los caracteres de la escritura Hallristinger. No son
pictogramas que cuentan cronológicamente una historia, ni tampoco arte parietal (aún si
está grabado en la roca), sino imágenes presentando una forma de lenguaje simbólico ritual,
que apareció hacia el año 2500 antes de nuestra era y que perdurará hasta el año 500 de
nuestra era, es decir hasta la Edad del Hierro. La mayoría de los investigadores se han
puesto de acuerdo en reconocer en las representaciones de los grandes petroglifos, un culto
solar predominante, así como también alusiones a dioses de la fertilidad y a una
diosa-madre. Los barcos, tan frecuentemente representados, fueron probablemente pedidos
fervientes por prosperidad y por la protección requerida para las travesías que efectuaban a
menudo esos hombres. Pero cuando representaban figuras humanas con los brazos
levantados hacia el cielo en las mismas embarcaciones, hacían alusión a los viajes
iniciáticos que debían llevarlos más allá de los espacios cotidianos. Trazados sobre piedras
planas, cara al cielo, indescifrables para el ojo humano, esos signos se dirigían a los dioses.
2) El Elder Futhark
De la estilización de estos signos, nacería la escritura rúnica. Estos pueblos nórdicos que
conocemos con el nombre de germánicos, por la apelación genérica que más tarde le dan
los romanos, inventaron un alfabeto que no fue concebido para escribir en el sentido clásico
del término, es decir para consignar información, sino para comunicar con las fuerzas
sobrenaturales. En ese pueblo, que poseía elementos técnicos perfeccionados (industria del
bronce, del estaño, carro con cuatro ruedas), pero que no vivía en grandes urbes pues
privilegiaba la organización clánica, las enseñanzas fueron principalmente orales. Sin
embargo, un mito cuenta la invención de la escritura86.
86
Ver Anexo 3. Los mitos de la invención de la escritura.
57
La escritura rúnica más antigua, la Elder Futhark (elder: antiguo y futhark: acrónimo de 6
primeros caracteres87) comprende 24 runas, signos angulosos grabados originalmente en la
piedra y en la madera88. Estas runas primitivas fueron utilizadas hasta alrededor del año 650
de nuestra era.
Estos caracteres no se leen como simples letras y no forman frases. A cada uno de ellos se
le asocia varios significados: por ejemplo, la F (ᚠ , fehu) evoca el ganado, la fertilidad y la
esperanza; la K (<, kenaz) significa a la vez el fuego doméstico, una gran inspiración, la
pasión y la transformación; la J o Y (ᛃ , jera) el ciclo del tiempo, la cosecha de los frutos del
trabajo y de la esperanza de paz y prosperidad. Cada runa cubre entonces todo un campo
de posibilidades, intraducible, correspondiente a una realidad concreta o simbólica. La
lectura se presta a varios niveles de comprensión y podemos por lo menos ver en ella una
simbólica del universo, permitiendo a los hombres profundizar el nexo con las fuerzas
creativas de lo sagrado.
Siendo cada una de las runas el fragmento de un saber secreto, fueron utilizadas para fines
adivinatorios89. La fuerza de estos signos mágicos era capaz, según la leyenda, de traer los
muertos a la vida. Los iniciados podían por medio de ellos favorecer los nacimientos, calmar
las aguas o neutralizar los hechizos. Más allá de la práctica adivinatoria, las runas eran
sobretodo un proceso iniciático.
87
Fehu (f), Uruz (u), Thurisaz (th), Ansuz (a), Kenaz (k).
88
La forma misma de los caracteres, una barra vertical sobre la cual se insertan líneas oblicuas, da
justamente testimonio de un grabado sobre madera, en el cual es más fácil grabar perpendicularmente
o en oblicuo, que paralelamente al sentido de las fibras de la madera. Además, Buche en alemán
significa “haya”, que la encontramos en la palabra Buchstabe, “letra”, literalmente “barra sobre el haya”.
En anglo-saxo boc significa a la vez “libro” y “haya”; el término dará book (libro). El verbo to write
(escribir) viene de una raíz que significa “grabar la madera con un cuchillo”. James Février, Histoire de
l’écriture, Payot, Paris, 1959, p. 504.
89
Louis-Jean Calvet, Historia de la escritura, de Mesopotamia hasta nuestros días, Ediciones Paidós
Ibérica, colección Bolsillo, 2007, p.149, cita del historiador romano Tácito.
58
Había que estar en un estado de inspiración para grabarlas ya que de esta manera
comunicaban con las fuerzas divinas, pero también para “leerlas”. Esta escritura se centra
completamente en el campo de lo sagrado y no en los campos usuales o cotidianos. Para
este pueblo, la escritura nace de toda una búsqueda por comunicar con las grandes fuerzas
creativas y por comprender los mensajes que ellas les enviaban. Las runas quedan como
testimonio de esta relación privilegiada, de este impulso hacia lo sagrado y el carácter
misterioso que lo rodea es el de los ritos de iniciación.
Es particularmente interesante notar que los germánicos que inventaron el Futhark, estaban
en contacto con otros pueblos del sur de Europa que ya utilizaban los alfabetos90. Sin
embargo, ellos continuaron usando el suyo, según su orden sagrado y en el campo ritual al
cual éste pertenecía, aún cuando más tarde adoptaran el alfabeto latino.
El alfabeto rúnico propiamente dicho fue elaborado más tardíamente, hacia el siglo V de
nuestra era, por los pueblos germánicos del este que le dieron su nombre (de la raíz
indoeuropea ru, que significa “secreto”, “misterioso”) y que lo difundieron en Gran Bretaña y
en las regiones célticas. Según la leyenda céltica, las runas fueron enseñadas a los
hombres para iniciarlos en los misterios de la vida.
90
Los germánicos estaban por supuesto en contacto con los romanos, pero el origen latino de su alfabeto
es poco probable. Se cree más en la idea de un origen etrusco.
59
7. Conclusiones. El sentido de la escritura
Cada escritura es original y hemos visto cómo se la comprende en el contexto cultural del
pueblo que la creó. Sin embargo, sobresalen algunos rasgos comunes y eso nos permite
entender mejor lo que fue la escritura para esas civilizaciones antiguas.
Las primeras escrituras no fueron inventadas para comunicar entre los hombres. No fueron
inventadas para ser la herramienta que son hoy día. A menudo, no eran leídas. En su uso
corriente servían para consignar, registrar y conservar. Permitían fijar una realidad y así
aumentar la memoria colectiva. Reflejan el deseo de los hombres de “apropiarse” del
universo, de lo que los rodeaba e influía. Se trataba de poder abarcar todo lo que se
encontraba exteriormente, pero también toda la amplificación interna que ello suponía91.
Esmerándose en anotar todo, esos hombres rendían homenaje a todo lo que existía. Esta
forma de estar en el mundo modificará las conciencias, desarrollando y ordenando nuevas
formas mentales.
La escritura es sobre todo el manejo de símbolos. Fue sagrada y divina antes de ser
humana. Si se trataba de comunicar, era con los dioses, los ancestros, con esas fuerzas que
gobiernan al mundo y a los hombres. En muchas culturas, la palabra divina es creadora.
Nombrar, escribir una palabra, es hacer existir aquello que se designa. El signo contiene
más que una referencia a una realidad, es enteramente una realidad. Lo es en sí mismo. Es
un principio, una creación. Esas escrituras fueron una cierta manera de acercarse a los
dioses. El surgimiento de esos signos es un mensaje divino y los caracteres grabados son la
manifestación de esta relación, una manera de devolverlos a los dioses pues son eternos.
La eternidad y el infinito (del tiempo y del espacio) son el dominio de los dioses. Por su
naturaleza sagrada, la escritura está asociada a la adivinación y a las prácticas místicas en
varias culturas. Se ofrece como una predisposición para entrar en niveles profundos con el
fin de captar lo indecible de los mensajes divinos y hacerlos accesibles a los hombres. Es el
camino que lleva al plan divino y traza la estela a seguir para regresar allí.
91
Los datos recogidos en el mundo no aparecen solamente en las tablillas. Se inscriben también en la
memoria. “El psiquismo se ha ido haciendo complejo. [J] Aparece como el coordinador de la estructura
‘ser vivo-medio’: es decir, de la estructura ‘conciencia-mundo’ ”.
Silo, Op. cit., p.17.
60
Capítulo IV. Los aportes de la escritura
Se admite comúnmente que con la escritura se abren los tiempos históricos. Aún cuando se
trate de un término moderno, este refleja un cambio importante de la temporalidad y de la
espacialidad: cuando el hombre inventa la escritura, inventa también la historia, la historia
humana. Antes, el tiempo que prevalecía era el tiempo cíclico de las estaciones, de la
naturaleza y del universo, el de los dioses y el de la Creación: el tiempo mítico92. Con la
escritura de la historia, el hombre se vuelve consciente de ser un ser histórico, deja un rastro
y se proyecta en el tiempo como nunca antes. Es un emplazamiento totalmente nuevo, un
cambio profundo en el cual el hombre profundiza su condición humana al mismo tiempo que
supera los límites conocidos. Con el sentido histórico, el hombre pasó a otra etapa y
adquiere ahora una memoria igual a la de los dioses.
Pero es a partir del gran Crono (Tiempo), el más joven titán, que todo comenzó a fluir
según lo siguiente sucede a lo anterior. Antes de él, los tiempos corrían a saltos y en
todas direcciones: el pasado sucedía al futuro y, a veces, todos los instantes
transcurrían en tropel concentrado. En realidad, los mortales nada pueden decir de
algo anterior al comienzo de las cosas (por esto algunos, hacen derivar de Crono a
todo lo pensable).93
92
Eliade Mircea, Aspectos del mito, Paidós, 2000.
93
Silo, “Mitos greco-romanos”, Mitos Raices Universales, Editorial Plaza y Valdés, México, 1993, p.99.
61
Con la escritura de la historia, el hombre ordena el tiempo: existen ahora ciclos y eventos
que no son ya el mero hecho del orden natural divino. Se va a poder recordar lo que era
antes, pensar lo que es y proyectar lo que será.
Los mitos relacionados con los primeros inventores ponen en evidencia una nueva
concepción del tiempo: hay un antes y un después. Los dioses intervienen para ordenar el
caos, la invención tiene un origen mítico y una vida eterna94.
Ciertos historiadores señalaron correctamente que la escritura aparece cuando los hombres,
que veneraban hasta ese momento lo sagrado a través de manifestaciones naturales (el
rayo y el fuego, las diosas-madres, los ciclos estacionalesJ) comenzaron a darle la
apariencia de héroes civilizadores. En ciertas mitologías, la escritura es inventada por reyes
inspirados por los dioses95.
Los primeros textos, como hemos visto, no son los relatos de esos héroes. Las listas reales
y los anales establecidos para perpetuar los nombres de aquellos que vivieron antes de
nosotros y a quienes debemos el estar donde estamos, ofrecen también una innovación: son
las primeras líneas escritas de la historia de los hombres. La noción de historia aparece
entonces y, por supuesto, está fuertemente asociada al poder establecido. Será ella misma
instrumento de ese poder ya que la escritura es selectiva: anotamos lo que queremos
recordar y de la manera en la que la queremos recordar. Los avances del conocimiento en
geometría, astronomía, matemáticas, medicina, gramática, etc. no aparecerán en los anales
históricos sino en forma de manuales. Se preferirá hacer conocer a las generaciones futuras
los eventos que legitiman el poder ejercido por los dirigentes (victorias militares,
construcciones de templos, sacrificios ritualesJ). Pero finalmente será esta transcripción la
que se volverá historia cuando todo el resto haya desaparecido y se haya borrado de la
memoria de los hombres. Lo que perdurará se convertirá en realidad histórica.
“Hasta el siglo XVI y XVII antes de nuestra era, la escritura era la palabra [de los dioses, su
voz]. La escritura sigue la misma transformación que la sociedad: pierde su carácter sagrado
para convertirse en asunto de los hombres acomodados y sabios. El escrito permitirá crear
sociedades complejas, estructurar maneras de pensar y vivir en colectividad.”96
94
Pierre Lévêque, Introduction aux premières religions, Bêtes, Dieux et Hommes, Livre de Poche Histoire,
Paris, 1997, pp.81-82.
95
Aunque las epopeyas que narran hazañas de héroes se inspiran en mitos muy antiguos y aunque su
redacción haya sido posterior a la invención de la escritura, la personificación de lo sagrado en dioses y
diosas dotadas de poderes y en héroes legendarios remonta sin duda a este período de mutación al
cual pertenece el comienzo de la escritura.
Béatrice André-Salvini, L'invention de l'écriture, Nathan, Paris, 1986.
Pierre Lévêque, Op. cit, p.111.
Ver también Anexo 3. Los mitos de la invención de la escritura.
96
Florence Braunstein, Histoire de civilisations, Acculturation et assimilation des faits culturels et religieux
en Occident et en Orient jusqu'au début du VIIe siècle de notre ère, Éditions Ellipses, Paris, 1996, p.49.
62
2. La capacidad de abstracción
La escritura procede por signos, cada uno asociado a una realidad externa o interna. Para
crear un pictograma, se necesitó captar una realidad, filtrar solo los trazos esenciales y
característicos para que sea reconocible por otros. Hubo observación y análisis, deducción y
finalmente abstracción. Para inventar un signo, hay que conectar con un sonido o un gesto,
con lo que nos produce, con el fin de hacer una reducción simbólica comprensible para
otros. Es el registro común del sonido o del gesto. Para que un signo funcione como tal -
para que haga manifiesto lo que es ausente o invisible - tiene que despertar el mismo
registro en el otro. “Expresión y significación son una estructura y son inseparables. [J] Los
signos permiten fijar la percepción como memoria; transformar lo que es percibido y traducir
los impulsos internos a niveles perceptibles.”97
Esto es en sí mismo una acción sobre el mundo: captar lo que es una cosa y coger lo
esencial. La escritura es una elaboración. Con ella, el hombre ha respondido a nuevas
necesidades a través de medios intelectuales98. Es un nuevo tipo de respuesta que se
elabora desde la invención del calendario, seguidas por la numeración y el cálculo. Al igual
que la melodía, el ritmo y el cálculo, el carácter escrito es una invención que procede y
amplifica las capacidades mentales de los hombres99. Además hemos notado que el
ordenamiento del mundo corresponde al el del ambiente mental del hombre.
Este último se desarrolla y amplifica sus capacidades de abstracción a tal punto que crea un
sistema totalmente abstracto, alejándose de la figuración de la realidad física, hacia una
realidad fonética (ya propia del hombre) para finalmente transcribir una realidad mental. El
hombre se aleja de la realidad perceptual (al mismo tiempo que la fija) y amplifica su
conciencia. En esta etapa, lo que es significativo, es que “el psiquismo sale de sí, se plasma
en el mundo.”100
De esta manera, el hombre se adjudica un nuevo lugar en la Creación. Dado que los dioses
nombraron cada cosa para que exista, el hombre le designó un signo para que dure y
perdure. Así hizo fructificar el regalo de los dioses.
97
Silo, Apuntes de Psicología, pp.41-48.
98
Marcel Cohen, La grande invention de l'écriture et son évolution, tome 3, Imprimerie nationale, 1958,
p.12.
99
Para una presentación del funcionamiento del psiquismo humano y de los centros de respuesta, ver
Silo, Op. cit., p.50 y 191.
100
Silo, Op. cit., p.16.
63
3. La amplificación de la conciencia colectiva.
La escritura se vuelve el reflejo y el motor del progreso intelectual de los hombres. Es una
aventura colectiva y será la herramienta intelectual que permitirá aumentar la memoria,
diseminarla y compartirla. Se vuelve indispensable y permite a un gran número de personas
apropiársela101. Facilitará la elaboración de un pensamiento abstracto y complejo e, incluso,
una “reestructuración” del propio pensamiento. Es “La invención de nuevos objetos de
pensamiento que, a su vez, transforman ciertas maneras de pensar.”102
Aunque la escritura será durante mucho tiempo el privilegio de una élite, su aporte al
desarrollo y al progreso humano se extenderá mucho más allá de la esfera de poder. Sin
lugar a dudas, engendrará una ampliación de la conciencia colectiva. La escritura se inscribe
además en una mutación mental más compleja y más general.
Cuando la escritura pasa del escriba al sabio, se vuelve un trampolín para el conocimiento:
vehículo de ideas, soporte para la memoria y herramienta para la reflexión. Jugará un rol
esencial en el momento de la elaboración de un pensamiento filosófico y de un
razonamiento científico; como lo prueba la introducción de la razón pura y la demostración
por los pensadores griegos de hace 2500 años.
101
Sobre la memoria dispersa, ver Silo, Op. cit., pp.21-22.
102
Marcel Detienne, Op. cit., p.102.
103
Jack Goody, La logique et l'écriture, Éditions Armand Colin, Paris, 1986.
64
Capítulo V. La sacralidad de la escritura
La invención misma de la escritura hace que ya no se pueda sostener la visión mecánica del
proceso humano. El motor de la historia no es la tecnología. El motor de la historia es una
intención evolutiva que llamamos “dios”, “trascendencia”, “lo profundo”, “propósito”J
Cuando nos reconectamos con ella, encontramos el Sentido que ilumina y alimenta toda
búsqueda y que hace que la escritura sea todavía tan querida para nosotros. Más allá de los
signos trazados, en filigrana de líneas, lo que leemos es la voluntad de dejar una huella, de
sobrepasar lo instantáneo y la finitud de nuestras vidas, la búsqueda profunda y continua de
elevación hacia la inmortalidad y de superación de la condición humana.
Que la escritura haya sido inventada independientemente por varios pueblos no nos
sorprende. Este fenómeno de concomitancia revela una inspiración, el resurgimiento de una
“fuerza" que escapa al análisis intelectual y lineal de los datos. La escritura es hija de una
fuerza subyacente e irreprimible que crece y se expresa en todos los lugares y en todas las
culturas; en ella se expresa algo independiente y profundo, como una misma fuente
alimentando varios ríos.
Cuando los hombres la inventaron, no habían cortado los puentes con sus orígenes,
recordaban que el mundo y ellos mismos habían sido creados por los dioses y era también
esta relación la que querían profundizar. La escritura se inscribe en una búsqueda milenaria
de trascendencia y cuando los hombres se inspiran a través de ella, surgen las invenciones.
Inventándola, hemos hecho la más bella y las más sagrada de las experiencias. Salida del
fondo del tiempo, esta firme intención, este propósito imperioso, fuerte y calmo como la
certeza, ha empujado, chocado, acumulado, acelerado en el hombre (en nosotros) para que
brote esta chispa divina. Lleva en sí misma esta sacralidad que obra a través nuestro bajo la
forma de signos al mismo tiempo entre los hombres, el mundo y nuestro interior.
La escritura es una proyección de lo sagrado. Fue como una “experiencia de fuerza” donde
todas las energías y la obsesión acumulada se experimentan como una forma que florece
luego en el mundo y en el corazón de los hombres. Ella los atravesó y se expresó afuera, a
través de ellos y más allá de ellos. El Verbo creador es la Voz del Propósito. Escribir no es
una técnica, es una manifestación de fuerza y de eternidad, una parcela de lo divino, un
relámpago de lo sagrado. Y ellos también agradecieron dando gracias a todo lo que es, a la
experiencia y al Todo. Esos mensajes escritos eran de agradecimiento por el camino
recorrido, por los horizontes desplegados delante de ellos, por su gusto de eternidad, la
promesa de la inmortalidad, el roce de lo divino. Nada es ya igual y podemos sentirnos
amados por los dioses, inspirados, guiados, elevados.
Los dioses les habían concedido algo más que a las otras criaturas, una conciencia
sensible, sutil y que podría expandirse al infinito. Entonces sería ese aliento, ese impulso
divino el que las habría sostenido y animado, puesto que unirse a un dios, es llegar a un
cierto nivel de conciencia, a un estado elevado de conciencia que se materializa en la
escritura.
65
Lo trascendental es aquello que sobrepasa al ser humano y es al mismo tiempo lo que le da
consistencia. Es soñando la inmortalidad que el hombre toma conciencia de su condición de
mortal y alimenta la búsqueda que lo empuja a superar los límites de su mundo.
Pues lo que sentimos en la escritura es una unión: con el mundo, con nosotros mismos, con
el tiempo y el espacio, con las fuerzas creativas. La escritura misma nace de un momento
de síntesis: de síntesis mental, de síntesis en la búsqueda de lo perenne (bronce) y de
síntesis en la comunicación con las fuerzas divinas y por consecuencia de síntesis de un
estado elevado de conciencia.
Todo el mundo tiene una relación particular con la escritura. Es siempre un gran prodigio ver
a nuestros pensamientos brotar de nuestros dedos y transformarse en signos, inscribirse en
la realidad compartida con otros. La escritura es proyectiva, pone en el mundo mucho más
que un pensamiento. Cuando nos ponemos a escribir, tocamos un espacio particular en
nosotros, a menudo poético, elevado. Aunque no usemos ya la escritura como en sus
comienzos y haya entrado en una esfera de intimidad que no tenía entonces, la escritura
conserva de sus orígenes ese contacto con los espacios sagrados y elevados en nosotros y
a ellos nos vincula todavía.
La escritura es una mano tendida, un impulso hacia el mundo y para aquél que escribe es
una parte misteriosa de nuestro interior. Lo escrito vehicula en su trama nuestras ideas,
pensamientos, sentimientos y un “no sé qué” más, que al ser traducidos en esos signos se
convierten entonces en una nueva realidad que continúa viviendo y creciendo mucho tiempo
después de que desaparezca la mano que los trazó.
66
sueño, una comprensión, una ocurrencia, una poesía, que de no hacerlo se nos escaparían.
No es que la experiencia se retenga en esas palabras escritas, ya que muchas veces no hay
palabras que puedan traducirla, pero a través de las palabras podemos remontar hasta la
experiencia. Las palabras graban un surco, un camino a seguir para volver a la fuente donde
brota la experiencia.
Una y otra vez, misterio del signo que nos divertimos en descifrar, como tantas marcas de
amor dejadas por los dioses, para que las encontremos. Misterio del signo de esas
escrituras que todavía inventamos. Pues la escritura está viva y hay una alegría exaltante al
trazar arabescos, al dejar correr la mano sobre la hoja como si tradujera sola. Los signos se
alinean, inventan códigos, hacen dibujos, ennegrecen hojas por el solo placer de trazarlos.
104
Eduardo Gozalo, Presentación de los Parques de Estudio y Reflexión,
www.parquepuntadevacas.net/otpar.php
67
Epílogo
Es necesario convencerse de que la palabra es un ser vivo.
La mano del soñador vibra y tiembla al escribirla;
La pluma que de sus alas alarga la extensión,
Rasga el papel al trazarla.
La palabra, el término, tipo venido de no se sabe dónde,
Faz de lo invisible, aspecto de lo desconocido,
¿Quién lo creó? ¿Quién lo forjó? Saliendo de la obscuridad,
[J] La palabra conoce el secreto de la esfinge que se llama espíritu
humano.
La palabra quiere o no quiere, corre como hada o bacante,
Se ofrece, se entrega o huye [J];
Tal palabra es una sonrisa, tal otra es una mirada;
Hay palabras profundas que hacen meditar al hombre;
Toda fuerza en el mundo tiene la palabra por multíplice;
Modelada según el cerebro, viva o lenta, grave o corta,
El hueco del cráneo humano le da su relieve
Y la antigua marca queda en él cerca de la nueva;
Lo que una palabra no sabe, otra lo revela;
Las palabras chocan en la frente como el agua en los arrecifes;
Hormiguean, abriendo en nuestro pensador espíritu
Garras o manos, y algunas abren alas.
Como sobre un hogar obscuro saltan chispas,
Tristes, alegres, siniestras o dulces,
Las palabras van y vienen en nuestro pensamiento;
Las palabras son los transeúntes misteriosos del alma.
[J] Cada una de ellas nos trae una sombra o enciende una llama,
[J] Por eso cada una, con el trabajo común, hace obra diferente;
[J] La palabra hace que todo vibre en el fondo de nuestros espíritus;
Todo lo remueve en ellos: Beatriz, Licoris,
Dante en el Campo Santo y Virgilio en Pausílipo;
Es el obscuro pólipo del Océano del pensamiento;
Cuando un libro brota de la pluma de Esquilo o de Manou,
Cuando San Juan en Patmos, escribe sobre sus rodillas,
Entre versos llenos de hidras y de vampiros,
Se ven palabras monstruos arrastrarse en sus obras prodigiosas.
[J] ¡Oh mano impalpable! ¡Oh poder supremo!
[J] La palabra es omnipotente;
[J]Suena en una trompeta, y hace temblar una muralla,
Y Baltasar se tambalea y Jericó se desploma;
Se incorpora en el pueblo, siendo ella misma multitud;
Es vida, espíritu, germén, huracán, virtud y fuego,
Porque la palabra es el Verbo y el Verbo es Dios.105
105
Víctor Hugo, Los Castigos y Las Contemplaciones (Las Contemplaciones VIII), Trad. Pedro Pedraza y
Páez, Casa Editorial Sopena, Barcelona, 1912?
68
Y entonces el signo= se volvió señal
Han dicho muchas cosas de nosotros, los que hemos inventado la escritura. Sumerios,
egipcios, harappas, chinos, cretenses, germanos- nos dieron a entender que el desarrollo
de nuestras ciudades nos llevó a encontrar soluciones para organizarnos mejor y que la
escritura había sido una ingeniosa respuesta a esos nuevos desafíos. Aún si todo eso es
verdad, nuestra búsqueda fue mucho más profunda y ocultarla hoy, es como quitar el sueño
de Icaro a los primeros hombres voladores.
Nuestra historia comienza mucho antes, antes de las ciudades y sus necesidades.
Estábamos en nuestros pueblos donde criábamos animales y cultivábamos plantas en las
tierras que aprendimos a irrigar. Por primera vez, actuábamos en el mundo que nos
rodeaba, modificábamos lo que la Naturaleza nos ofrecía. En esta aventura exaltante,
seguimos actuando, modificando, trabajando, aplicándonos en todo lo que ella nos ofrecía:
la arcilla que modelábamos, la trayectoria de los astros que medíamos, los bosques y las
colinas que acondicionábamos. Sabíamos desde hace mucho que el fuego, que nos
acompaña desde tiempos ancestrales y al que cuidamos, era entonces nuestro mejor amigo.
Gracias a él, aprendiendo a aumentar su temperatura, provocábamos transformaciones
increíbles a la materia, con él éramos capaces de crear en algunas horas lo que la
Naturaleza tardaba milenios en fabricar. Entonces, embriagados por esos descubrimientos,
experimentamos, trabajamos y mezclamos todas las materias a nuestra disposición, aún
aquellas que debíamos ir a buscar muy lejos. En esta búsqueda obsesiva, terminamos por
realizar lo impensable: creamos una nueva materia. La llamamos bronce, es divina y eterna,
sin embargo cambia, vive, se transforma, nos permite miles de nuevas cosas inimaginables
hasta ahora. Con ella, nos convertimos también en creadores: creadores de una nueva
materia, pero también creadores de nuevas formas y sobre todo, modificamos a su vez en
nosotros estados, vemos surgir en nosotros nuevas formas: como ella, nos transformamos.
Creamos una materia nueva que nos transformaba. Una materia duradera, resistente, capaz
de trascender los tiempos. Esa materia nos abría las puertas de la eternidad. Entonces,
continuamos.Habían sueños en nosotros, pensamientos, impulsos que nos llevaban hacia
los dioses porque tenían ya su esencia. ¿Cómo devolvérselos? ¿Cómo agradecerles por
todos sus beneficios? ¿Cómo hacer saber que sus mensajes, aún indecibles son eternos?
Entonces, continuamos y creamos sin materia, ¡que prodigio! Esos mensajes divinos
tomaban forma en esos pequeños dibujos que concentraban toda la energía de la realidad
creada por los dioses. Nos volvimos capaces de traducir, transcribir en la materia del
mundo, esos impulsos que sentíamos en nosotros.
Entonces, con esos signos cubrimos el mundo: el mundo de aquí para que a través de ellos
la puerta que lleva a los dioses quede abierta. Los pusimos en miles de objetos para que
nos acompañen para siempre donde estemos, pero también para que ustedes los
encuentren y que más allá del tiempo, su mensaje continúe resonando. En esos signos,
están depositados a la vez el tesoro del genio humano y la luz divina. Son un puente entre
dos espacios: los espacios donde vivimos, material e inmaterial, los espacios donde viven
los dioses y los Guías poderosos, los espacios de antes y los de mañana. ¡Qué maravilla la
de esos signos que fijan y liberan todo a la vez!
Los signos eran para nosotros el canto de los dioses inscrito en la materia. Eran también el
prodigio de los hombres que se elevan por encima de su condición y sobrepasan los límites
69
del tiempo y del espacio de sus propias vidas. Los signos fueron una experiencia increíble
de expansión y apertura. Con ellos, todo cambia. Ya no éramos los mismos, el mundo ya no
era el que conocíamos y después allí donde habíamos alcanzado, los dioses no nos
hablaban ya de la misma manera.
Queríamos decíroslo. Que los hombres de hoy recuerden que cuando trazan sus letras,
cuando dejan la mano deslizarse sobre una hoja y sus pensamientos brotan en signos, que
sepan que avanzan por ese camino que nosotros trazamos, que ellos caminan hacia su
propia profundidad que los lleva a lo más sagrado, a lo más elevado y a lo más puro, allí
donde los vientos que soplan son el aliento de los dioses. Que recuerden que han sido
desde siempre capaces de mucho más de lo que imaginan.
70
Anexo 1 – Cronología de las escrituras más antiguas
Ubicación en el tiempo y en el espacio
−30000: En las cavernas adornadas del paleolítico, los negativos y positivos de las manos
pueden haber constituido una escritura de gestos y signos dispuesta en los muros.
−9200 a −8500: Se encuentran dibujos codificados de principios del Neolítico sobre tablillas
de arcilla en el sitio de Jerf el Ahmar, Siria.
−3100: Signos utilizados por su valor fonético en las tablillas de Jemdet Nasr, Mesopotamia.
−2500 a −1900: Escritura de los pueblos del valle del Indo (Mohenjo-Daro, Harappa, etc.).
71
−1500: En Cercano Oriente, escritura proto-sinaítica con 30 signos de aspecto jeroglíficos106.
Escrituras proto-cananeas107.
−1450: Escritura llamada lineal B en Creta (Cnosos) que transcribe un dialecto griego.
−800: Alfabeto griego elaborado a partir del arameo, invención de la grafía de las vocales.
−300: Dos escrituras silábicas en India, la karosti (de origen arameo) que se expande hacia
Asia central y la brahmi que da lugar posteriormente a numerosas escrituras
silábicas en el sud-este de Asia y en Indonesia.
En el imperio romano, proliferación de inscripciones lapidarias en quadrata
(mayúsculas).
−200: “Piedra de Roseta”, copia de un decreto de Ptolomeo V en una estela con jeroglíficos
egipcios, demóticos y griegos.
Escrituras púnicas y berbero-líbicas encontradas en el norte de África.
106
“Grafitis” encontrados en las minas de turquesa explotadas por los faraones del Medio y del Nuevo
Imperio en el sitio de Serabit el-Khadim, península del Sinaí.
107
Inscripciones similares pero que podrían ser mucho mas antiguas, descubiertas en regiones de Líbano
y Palestina (Lakis, Gézer y Sichem).
108
El progreso intelectual de la escritura fenicia reside en el hecho que es totalmente fonética: cada signo
representa una consonante precisa y única. Inversamente a los sistemas cuneiforme y jeroglífico, no
utiliza complementos de sentido o indicadores gramaticales. La segunda etapa para llegar a transcribir
todos los sonidos, es la invención de la vocal por los griegos.
72
0: Invención del papel en China.
300: Escritura rúnica en Elder Futhark, en los pueblos germánicos del norte de Europa.
73
Anexo 2 – Edad del Bronce y escritura
La invención de la escritura por las sociedades de la Edad del Bronce —aún si éstas no son
siempre denominadas con ese término pues se ha preferido el de la cultura vigente— está
comprobada en las diversas civilizaciones.
La civilización del valle del Indo vive su apogeo durante la Edad del Bronce (hacia el año
2500 y hasta el año 1900 antes de nuestra era). Gracias a las estatuillas en bronce
encontradas en los sitios y a los abundantes sellos e impresiones que llevan inscripciones,
se sabe que la industria de los metales y la glíptica formaban parte de las destrezas locales.
En Creta, la civilización minoica se desarrolla en la Edad del Bronce, entre los años 2700 y
1200 antes de nuestra era, y producirá en ese mismo período al menos tres escrituras. Se
admite que la Edad del Bronce comenzó hacia el año 3000 antes de nuestra era,
probablemente con la adopción de técnicas transmitidas por los pueblos que vivían más al
este. Finalmente, la civilización micénica corresponde al fin de la Edad del Bronce en Grecia
y Creta, entre los años 1400 y el 1100 antes de nuestra era.
En Escandinavia, la creación del bronce es relativamente tardía, hacia el año 1800 antes de
nuestra era. En esta época, todavía se graban los petroglifos llamados escritura
Hallristinger, aparecidos en el año 2500 antes de nuestra era. Las pre-runas que derivan de
ellos y que darán lugar a la escritura Furthak, aparecen problamente en el siglo III de
nuestra era.
74
Anexo 3 – Los mitos de la invención de la escritura
El mito sumerio Enki y el Orden del Mundo cuenta como Enki, el más sabio de los dioses, el
soberano del abismo (masa de agua sobre la cual flota la tierra) establece los principios de
la civilización la entregando a sus favores y asignando un rol a cada uno de los dioses.
Confía la escritura y la función de escriba a la diosa Nisaba, que en su origen es una
divinidad del grano y de los juncos que sirven para fabricar el cálamo.
109
Esta presentación de los mitos de la escritura viene en gran parte de documentos disponibles en el sitio
web del museo de las Escrituras, museo Champollion de Figeac, Francia.
110
Los atributos de Nisaba recuerdan a los inicios de la escritura: procede en parte de los avances
intelectuales de la creación del calendario y del cálculo; se ocupa, además, de “captar” el mundo y
ordenarlo - se trata a la vez del mundo natural y de la interioridad humana.
111
El Poema de Erra, 162. La última gran composición mitológica mesopotámica, in Jean Bottéro y Samuel
Noah Kramer, Cuando los dioses hacían de hombres, Mitológica Mesopotámica, Ediciones Akal, 2004,
p.694.
112
Nabu, dios de los escribas, es simbolizado por un cálamo, a veces lo ponían sobre tablillas de arcilla
ubicado en la espalda de una serpiente-dragon, su animal representativo.
75
lugar primordial en el clero de Babilonia y de Asiria, le dieron importancia en la jerarquía
divina.
Dos estatuas dedicadas en su templo de Ezida, “la casa estable”, en la ciudad de Nimrud,
capital de Asiria, lo invocan como un dios todo poderoso:
[Enmerkar] alisó la arcilla con las manos, en forma de tablilla, y depositó las palabras;
hasta ese momento, nadie había depositado palabras en la arcilla114.
113
Precisamente en la ciudad de Uruk se encontraron, varios miles de años después, las primeras
muestras de la escritura cuneiforme.
114
Poema épico que data probablemente del año 3000 antes de nuestra era.
76
El mito egipcio
El respeto que Thot inspira viene de su saber ilimitado: reina en todas las disciplinas
intelectuales ya que él mismo es el Verbo creador. Como poseedor del conocimiento, él se
encarga de difundirlo; es por eso que inventó la escritura.
La leyenda egipcia del dios Thot enseñada por Re, el dios del sol, ilustra la luminosidad de
la escritura: relacionada con un mito solar, la escritura egipcia permite al hombre a quien
transmite las palabras de eternidad, acceder al conocimiento supremo.
77
El mito chino
Según la tradición, los tres emperadores Fuxi, Shen Nong y Huangdi, los “Grandes
Antepasados” habrían fundado la civilización china dotándola de todos los elementos
necesarios para su funcionamiento. Fuxi, con cabeza humana y cuerpo de serpiente, habría
reinado en el Neolítico anterior y enseñado a los hombres el arte de la caza, de la pesca y
de la crianza de animales. También creó los Ocho Trigramas adivinatorios del I Ching,
superposición de líneas continuas y líneas quebradas cuyas disposiciones representan los
aspectos del universo en movimiento. Los chinos atribuyen a su sucesor Shen Nong la
invención de un sistema de conteo sobre la base de nudos en cuerdas.
El mito destaca el carácter “mágico” que los chinos atribuyen a su escritura, además de su
relación con el universo y la naturaleza, de quien la escritura toma posesión desentrañando
sus misterios. De ese modo, la escritura en la tradición china transmite simbólicamente los
misterios del cosmos.
El mito griego115
Herodoto relata que Cadmo, hijo de Agénor rey de Tiro en Fenicia y de Telefasa, el
legendario fundador de Tebas (Beocia), habría introducido en Grecia el alfabeto fenicio.
Según Herodoto, Cadmo vivió cerca de 1600 años antes que él, hacia el año 2000 antes de
nuestra era.
115
No conocemos los mitos por los cuales los cretenses se explicaban el mundo y su origen. No obstante,
transmitimos el mito griego, sabiendo que muchos mitos helenos fueron inspirados por los mitos de los
pueblos instalados en los territorios que conquistaron.
78
Pero según los mitos, los hombres descubrieron la
escritura con Orfeo quien la aprendió de las Musas. Los
dioses cantan mientras que los hombres escriben su
historia. Una leyenda contada por Pausanias dice “que
Orfeo sobrepasó a todos aquellos que lo habían
precedido, por la belleza de sus versos, y que él adquirió
una reputación muy grande por la opinión que le atribuía
la invención de los misterios de los dioses, por las
expiaciones de los grandes crímenes y por haber
encontrado los medios tanto para sanar las
enfermedades como para calmar la cólera de los
dioses”116. Luego, él habría sido fulminado por Zeus por
haber revelado a los hombres misterios sagrados.
“La voz de Orfeo se prolonga en escritura material. (-) Primero está el canto de Orfeo como
algo anterior a la palabra que arrastra consigo las vidas más mudas, los “animales del
silencio”. Pero la escritura ya está allí, habitada por esta misma voz; y se percibe un tumulto
de libros, de discursos que se escriben alrededor del canto de Orfeo. (-) La voz deposita
signos escritos en las tablillas, el canto de Orfeo produce la escritura, se hace libro, se
escribe en himnos y en encantamientos, en cosmogonía”117.
El mito nórdico
En el Runatal, una parte del poema Hávamál, el descubrimiento de las runas es atribuido a
Odin. Pues en el comienzo del tiempo, el secreto de las runas estaba prohibido a todos, aún
a los dioses. Después de haber meditado durante 9 días y 9 noches a la sombra de
Yggdrasil, el árbol-mundo, Odin, el más grande de los dioses nórdicos, decide descubrir ese
secreto. Las Nornas guardianas de las Puertas oscuras, aceptan ayudarle pero le imponen
pruebas terribles. Odin se lanza a la aventura: pierde su ojo derecho, se perfora el costado,
es colgado por los otros dioses a una rama del Yggdrasil donde pasa 9 días y 9 noches
soportando sufrimientos atroces. Al amanecer del décimo día, Odin descubre el secreto de
las runas y se transforma en el Príncipe del poder grabado. Decide transmitir sus
conocimientos a los hombres y, según la leyenda, les pide utilizar estos guías en todas las
circunstancias de la vida.
116
Pausanias, Libro IX, Beocia cap. XXX.
117
Marcel Detienne, Op. cit., p.109 y 114.
79
El mito indio118
Los ideogramas son utilizados por los hindúes en los rituales en forma de trazados Yantras,
principalmente en las prácticas tántricas de meditación y de visualización. Brihaspati,
maestro de la palabra y creador del verbo, ofrece ayudándose de la palabra, nombrar las
cosas que sobrepasan el entendimiento humano.
El mito maya
Para los mayas, Itzam Na, hijo de Hunab el dios supremo, era el dios del cielo, de la noche y
de la escritura. Era representado como un “anciano” sin dientes. Este dios estaba asociado
a Kinich Ahau, dios del Sol y a Ixchel, diosa de la Luna. Se le atribuye la creación de los
libros y de la escritura. Los mayas creen que fue el primer sacerdote. Estos dioses reflejan la
creencia dualista, de oposición o de complementariedad de los dioses y de la Creación. La
visión cíclica del tiempo era también primordial y justificaba la importancia de la escritura de
eventos pasados, ya que permitía imaginar el futuro, pues las cosas se reproducen de
manera cíclica.
118
Como en la mayor parte de las culturas donde la escritura no se descifró, no conocemos los mitos de
los pueblos del valle del Indo. Los mitos que transmitimos aquí ilustran las creencias de la India
histórica.
80
Bibliografía
Obras recomendadas
Obras generales
81
Maisels Charles Keith, Early Civilisations of the Old World, Formative Histories of Egypt, the
Levant, Mesopotamia, India and China, Routledge, Londres, New York, 1999.
Mandel Ladislas, Nouveaux regards sur l'antiquité de notre écriture, 1982, n°52 base Persée
et in Lettres capitales, août 1982, cahier des Rencontres internationales de Lure.
Massin, La lettre et l'image, Gallimard, Paris, 1970.
Pommier Gérard, Nacimiento y Renacimiento de la escritura, Nueva Visión, 1996.
Ouaknin Marc-Alain, Les Mystères de l'alphabet. L'origine de l'écriture, Éditions Assouline,
1997.
Silo, Contribuciones al pensamiento, Editorila Plaza y Valdés, México, 1990.
Scarre Chris, Chronos, une chronologie visuelle des temps anciens, Des origines de
l'homme à l'an1500, Éditions Seuil, Paris, 1993.
Numéro hors série de Science et Vie de juin 2002 (consacré à la naissance de l'écriture), le
numéro d'octobre-novembre 2008 des Cahiers de sciences et vie.
Musée des Écritures, musée Champollion de Figeac.
Site de la Bibliothèque Nationale de France.
Obras específicas
Prehistoria y Protohistoria
Gimbutas Marija, El lenguaje de la diosa, Dove, 1996.
Guilaine Jean, La préhistoire d'un continent à l'autre, Larousse, Paris, 1986.
MétrauxAlfred, “Les primitifs. Signaux et symboles, pictogrammes et protoécriture” in
L'écriture et la Psychologie des peuples, Centre International de Synthèse, Armand
Colin, Paris, 1963, pp.9-27.
Mohen Jean-Pierre y Taborin Yvette, Les sociétés de la préhistoire, Hachette, Paris, 1998.
Otte Marcel, La Protohistoire, Éditions De-Boeck, 2e édition, Bruxelles, 2008.
Weinberger Ariane, Investigación sobre el Propósito del Homo sapiens en el Paleolítico
superior: del afán por sobrevivir al afán por trascender, Parques de Estudio y de
Reflexión La Belle Idée, www.parclabelleidee.fr, 2011.
El bronce
82
Mohen Jean-Pierre, Éluère Christiane (éd.), Découverte du métal, Paris, Picard, 1991.
Mohen Jean-Pierre, Métallurgie préhistorique, Elsevier-Masson, Paris, 1997.
Mordant Claude, La production métallique: le bronze et le fer dans la société protohistorique
Environnements et cultures à l'âge du bronze en Europe occidentale, Comité des
travaux historiques et scientifiques, 2007.
Zuckerbrot Danny, Mesopotamian Origins and the Material Discipline, Parques de Estudio y
de Reflexión Hudson Valley, www.parclabelleidee.fr, 2009.
Mesopotamia
Bordreuil Pierre (dir.), Les débuts de l'histoire, le Proche-Orient, de l'invention de l'écriture à
la naissance du monothéisme, Éditions de la Martinière, Paris, 2008.
Bottéro Jean, Kramer Samuel Noah, Cuando los dioses hacían de hombres, Mitológica
Mesopotámica, Ediciones Akal, 2004.
Dictionnaire de la civilisation mésopotamienne, sous la direction de Francis Joannès, Robert
Laffont, Paris, 2001.
Glassner Jean-Jacques, La Mésopotamie, Guide belles lettres, Paris, 2002.
Joannès Francis (dir.), Dictionnaire de la civilisation mésopotamienne, Éditions Robert
Laffont, Paris, 2001.
Egipto
Aufrère Sydney, L'univers minéral dans la pensée égyptienne, 2 vol., bibliothèque d'étude
CV, IFAO (Institut Français d'Archéologie Orientale du Caire), Le Caire, 1991.
Feneuille Serge, Paroles d'éternité, CNRS Éditions, Paris, 2008.
Grimal Nicolas, Historia del Antiguo Egipto, Ediciones Akal, 1996.
Midant-Reynes Béatrix, Aux origines de l'Égypte, Du Néolithique à l'émergence de l'État,
Fayard, Paris, 2003.
Vernus Pascal, “Les écritures de l'Égypte ancienne”, in Histoire de l'écriture, de
l'idéogramme au multimédia, sous la direction d'Anne-Marie Christin, Flammarion, Paris,
2001.
China
Alleton Viviane, L'écriture chinoise, Presses universitaires de France, 1970, 6e éd. 2005.
Billeter Jean-François, L'art chinois de l'écriture, essai sur la calligraphie, Éditions Skira
Seuil, Paris, 2001.
Cheng François, Vide et plein, le langage pictural chinois, Éditions du Seuil, Paris, 1991.
Djamouri Redouane, Écriture et divination sous les Shang, revue Extrême Orient Extrême
Occident, 1999.
83
Vandermeersch Léon, “L'écriture en Chine”, in Histoire de l'écriture, de l'idéogramme au
multimédia, Flammarion, Paris, 2001.
Vandermeersch Léon, article “Écritures et langue graphique en Chine”, Le Débat, 1990/5,
n°62.
Yang Yu-hsun, La calligraphie chinoise depuis les Han, Geuthner, Paris, 1933.
Creta
Chadwick John, El enigma micénico: el desciframiento de la escritura Lineal B, Taurus 1962.
Chadwick John, “Linéaire B et écritures apparentées”, in La naissance des écritures, du
cunéiforme à l'alphabet, Éditions du Seuil, Paris, 1994.
Detienne Marcel, La escritura de Orfeo, Península, 1990.
Finley Moses I., Les premiers temps de la Grèce, Flammarion, Paris, 1980.La Grecia
primitiva : la edad de bronce y la era arcaica, Eudeba, 2005.
Mastorakis Michel, von Effenterre Micheline, Les Minoens, l'âge d'or de la Crète, Éditions
Errance, Paris, 1991.
Olivier Jean-Pierre, Les civilisations égéennes, PUF, Paris, 1989.
Olivier Jean-Pierre, “Les écritures crétoises” et “Le linéaire B et son déchiffrement”, in Les
civilisations égéennes du Néolithique et de l'âge du bronze, René Treuil, Pascal
Darcque, Jean-Claude Poursat, Gilles Touchais, Collection Nouvelle Clio, Paris, 2008.
El Futhark
Djénane Kareh Tager, Les arts divinatoires, Plon, Petite bibliothèque des spiritualités, Paris,
2006.
Willis Tony, Les Runes, art divinatoire des peuples nordiques, Flammarion, Paris, 1989.
Aportes de la escritura
Caballero José, Morfología. Símbolos, signos, alegorías, Editorial Antares, Madrid, 1996.
84
Eliade Mircea, Aspectos del mito, Paidós, 2000.
Goody Jack, La raison graphique, Éditions de Minuit, Paris, 1979.
Goody Jack, La logique et l'écriture, Éditions Armand Colin, Paris, 1986.
Lévêque Pierre, Introduction aux premières religions, Bêtes, Dieux et Hommes, Livre de
Poche Histoire, Paris, 1997.
Bottéro Jean, Kramer Samuel Noah, Cuando los dioses hacían de hombres, Mitológica
Mesopotámica, Ediciones Akal, 2004.
Hugo Victor, “Las Contemplaciones VIII”, Los Castigos y Las Contemplaciones, Trad. Pedro
Pedraza y Páez, Casa Editorial Sopena, Barcelona, 1912?
Silo, El día del león alado, Editorial Planeta, Buenos Aires, 1991.
Silo, “Mitos greco-romanos”, Mitos Raíces Universales, Editorial Plaza y Valdés, México,
1993.
85