La Columna Vertebral
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La Columna Vertebral
La columna vertebral
El dolor de espalda
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Material de Cátedra
ENTRENAMIENTO CORPORAL DEL ACTOR II----CÁTEDRA Lic. Andrea JULIÁ
El dolor de espalda sigue estando tan difundido como siempre, si no más. Es cierto que
actualmente se puede tratar de diversas maneras, pero no se ha conseguido que la mayoría de las
columnas se encuentren en general más sanas. Si creemos que la prevención es preferible al
tratamiento, cada uno debe responsabilizarse de su propia columna vertebral. Como ha dicho
Wilfred Barlow, autor de El principio de Alexander, «se trata fundamentalmente de un
problema de uso>. Muchos terapeutas instruyen a sus pacientes acerca de cómo sentarse, cómo
andar y cómo levantar pesos, y todo esto es valioso a su manera como forma de prevención,
pero así los pacientes siguen sintiéndose pacientes: un movimiento en falso y la espalda puede
lesionarse de nuevo. El dolor de espalda puede prevenirse mediante un cambio gradual y
progresivo que devuelva el equilibrio a la estructura. El dolor de espalda es la culminación de
una mala mecánica corporal continuada en los movimientos cotidianos, y su prevención debe
concentrarse en estirar, aflojar, alargar y equilibrar toda la columna y el cuerpo en general.
Existen numerosos factores que contribuyen al dolor de espalda: la postura, tensiones y
esfuerzos mecánicos, cambios degenerativos, factores psicológicos, problemas orgánicos y
enfermedades de la propia columna. Estas causas, a su vez, pueden estar influidas por factores
hereditarios, lesiones, embarazo, régimen alimenticio y estilo de vida en general. Pero en
términos generales, desde un punto de vista estructural, el dolor de espalda se debe
principalmente a tensiones mecánicas y cambios degenerativos en las propias vértebras.
Uno de los primeros de la lista es el factor postural, es decir, el dolor derivado de una rigidez
residual en la columna, que a su vez proviene de alteraciones de sus curvas naturales. La
curvatura lumbar, por ejemplo, puede ser exagerada, casi inexistente, estar invertida, desviada
lateralmente o torcida sobre su eje. El más frecuente de todos los desequilibraos de la parte
inferior de la espalda es la exageración del ángulo sacro-lumbar. Esta zona sufre frecuentes
tensiones, debido a todas las fuerzas que se concentran en ella, y la consecuencia puede ser un
problema de toda la columna. Muchos desequilibraos pueden concentrarse en una sola vértebra
en relación con sus vecinas. El estudio del fenómeno de ese único hueso «desalineado» o «fijo»
casi se ha convertido en una ciencia por sí solo. La denominada lesión osteopática ha originado
probablemente más bibliografía que ningún otro fallo mecánico del cuerpo. Pero, sean cuales
fueren las condiciones mecánicas locales, es necesario trabajar en toda la columna y sobre la
estructura en su conjunto. Cualquier vértebra que se fije, se enganche, se bloquee, o como
quiera decirse, indica que en el cuerpo hay fuerzas desequilibradas que se han concentrado
sobre esa vértebra en particular, haciéndola ceder bajo el esfuerzo. Esta situación se resuelve
muy a menudo con o sin tratamiento, pero sólo una modificación de la estructura general
impedirá las recaídas.
Degeneración
Las luxaciones articulares menores que se acumulan a consecuencia de la actividad cotidiana
contribuyen considerablemente a la degeneración de la columna en general. Las pequeñas
luxaciones y tirones suelen repararse espontáneamente hasta cierto punto, pero también pueden
producir una rigidez persistente si la columna no se relaja, estira y afloja regularmente. Cuando
una articulación de la columna deja de funcionar correctamente, su circulación resulta afectada,
lo que con el tiempo puede dar lugar a cambios degenerativos y artríticos, incluidos posibles
problemas discales. La mayoría de los problemas
discales son consecuencia de la compresión continuada, la falta de movimiento y el secado
del disco. Las cualidades amortiguadores de los discos quedan gravemente perjudicadas por los
cambios en la curvatura de la columna que hacen recaer el peso del cuerpo sobre una parte del
disco, que así se adelgaza y se desgasta. Los disccos pueden hincharse, desintegrarse, herniarse
o sufrir prolapsos. Un problema discal suele ser la última consecuencia de un abuso mecánico.
Aunque una fuerza brusca puede lesionar el disco, lo más probable es que las tensiones y la
degeneración hayan ido desarrollándose a lo largo del tiempo. Por fortuna, sólo una persona de
cada mil necesita cirugía discal.
La gente se lesiona la columna haciendo las cosas más sencillas. Incluso hay quien se lesiona la
columna durmiendo, y al despertar no puede moverse. Pero en casi todos los casos, el dolor de
espalda no puede considerarse un problema local; casi siempre viene acompañado y precedido
de desequilibrios en otro lugar del cuerpo. Hay fuerzas que tiran y empujan desde arriba y
UNA- ARTES DRAMÁTICAS- Licenciatura en Actuación
desde abajo, hay fuerzas que arrastran hacia atrás y estiran por delante, etc. La rigidez y el
desequilibrio en piernas, caderas y hombros provocan tensiones adicionales en la columna, y las
tensiones en la propia columna suelen desplazarse de un nivel a otro. Quizá no siempre resulte
posible modificar radicalmente las curvas de la columna, pero restaurando la movilidad y la
fluidez, estirando y liberando todo el cuerpo, podemos reducir los episodios agudos de dolor y
reducir al mínimo los efectos degenerativos a largo plazo de las actividades diarias.
Las costillas
También las costillas desempeñan un importante papel en el equilibrio estructural, y se las ha de
mantener sueltas, bien ajustadas y flexibles. Son unas potentes palancas laterales unidas a la
columna y, salvo las últimas, al esternón. Los ligeros movimientos deslizantes y giratorios de
las costillas aumentan y reducen el volumen torácico unas 20 veces por minuto, durante la
respiración. Es corriente sufrir de una «restricción respiratoria» entre dos costillas, y sus
articulaciones son víctimas frecuentes de la rigidez. La rigidez de la columna puede afectar a las
costillas, y de igual manera, las restricciones de las costillas pueden limitar la libertad de la
columna. Exageradas, las curvas de la columna deprimen las costillas; las inferiores se acercan
demasiado a la pelvis y las superiores se hunden, cosa que conduce a la conocida cifosis de las
personas mayores, que se forma en la base del cuello. A veces, las costillas se mantienen
excesivamente levantadas, con los hombros echados hacia atrás, lo cual también aumenta la
rigidez de la columna y afecta al resto de la estructura. Cuando las costillas están libres y
equilibradas, esto suele indicar que la columna está suelta y los hombros bien sostenidos.
BIBLIOGRAFÍA
“GUÍA PARA MEJORAR LA ESTRUCTURA CORPORAL”
John L. Stirk
Ediciones URANO 1989
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