El Imperio Napoleónico fue un Estado imperial creado por Napoleón Bonaparte en 1804 cuando se coronó emperador de los franceses. Napoleón deseaba que Francia fuera la principal potencia europea y expandió el Imperio para controlar gran parte de Europa, pero su Imperio finalmente se derrumbó tras las derrotas en Rusia en 1812 y Waterloo en 1815.
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El Imperio Napoleónico fue un Estado imperial creado por Napoleón Bonaparte en 1804 cuando se coronó emperador de los franceses. Napoleón deseaba que Francia fuera la principal potencia europea y expandió el Imperio para controlar gran parte de Europa, pero su Imperio finalmente se derrumbó tras las derrotas en Rusia en 1812 y Waterloo en 1815.
El Imperio Napoleónico fue un Estado imperial creado por Napoleón Bonaparte en 1804 cuando se coronó emperador de los franceses. Napoleón deseaba que Francia fuera la principal potencia europea y expandió el Imperio para controlar gran parte de Europa, pero su Imperio finalmente se derrumbó tras las derrotas en Rusia en 1812 y Waterloo en 1815.
El Imperio Napoleónico fue un Estado imperial creado por Napoleón Bonaparte en 1804 cuando se coronó emperador de los franceses. Napoleón deseaba que Francia fuera la principal potencia europea y expandió el Imperio para controlar gran parte de Europa, pero su Imperio finalmente se derrumbó tras las derrotas en Rusia en 1812 y Waterloo en 1815.
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IMPERIO NAPOLEÓNICO
Estado imperial creado por el militar francés Napoleón
Bonaparte, que en 1804 se hizo coronar emperador de los franceses.
I. ¿Qué fue el Imperio napoleónico?
El Imperio napoleónico fue un Estado imperial creado por el militar francés Napoleón Bonaparte, que en 1804 se hizo coronar emperador de los franceses. Esa coronación llevó a la guerra con varios Estados de Europa, en especial Gran Bretaña, Austria, Rusia y Prusia, que querían evitar la expansión francesa. A esas guerras se las denomina guerras napoleónicas o guerras de coalición.
Se lo conoce también como Imperio de Napoleón
Bonaparte o Primer imperio francés, y se desarrolló desde 1804 hasta la derrota definitiva de Napoleón en la batalla de Waterloo, en 1815.
Bonaparte deseaba que Francia se convirtiera en la
primera potencia europea y utilizó todos los recursos a su alcance para conseguir ese objetivo. En 1810, el Imperio napoleónico alcanzó su máxima expansión, ya que controlaba casi todo el continente europeo. Solo Gran Bretaña, Suecia y Rusia resistían sus intentos hegemónicos.
II. Características del Imperio napoleónico
Entre las principales características del Imperio napoleónico se pueden destacar las siguientes: Concentró todo el poder en Napoleón Bonaparte que, como emperador, era Jefe del Estado y Jefe de Gobierno. Si bien había un Parlamento bicameral, se limitaba a votar sin debatir los proyectos de ley preparados por un Consejo de Estado, presidido por el emperador. El Poder Judicial estaba a cargo de una Alta Corte Imperial y de diversos tribunales de justicia.
Restableció el orden en Francia luego de la movilización
popular y la lucha entre distintas facciones desencadenadas por la Revolución francesa. Uno de los pilares de la política imperial fue la idea de reconciliar a los grupos enfrentados desde 1789 y mantener pacificada a la sociedad francesa. Para lograr ese propósito, se concedió una amnistía o perdón de penas a los emigrados monárquicos.
Difundió por gran parte de Europa algunas de las ideas de
la Revolución, en particular las de libertad e igualdad ante la ley.
Actualizó las estrategias bélicas, consiguiendo de esta
manera una gran ventaja sobre sus enemigos, que en varias oportunidades se vieron sorprendidos en el campo de batalla.
Se rodeó de Estados satélites, cuyo gobierno fue
entregado a parientes de Napoleón: sus hermanos Luis (Holanda), José (España) y Jerónimo (Westfalia), su cuñado Murat (Nápoles) y su hijastro Eugenio (Italia). Otros Estados aliados fueron la Confederación del Rin, la Confederación Helvética y el Gran Ducado de Varsovia. Se rigió por el Código napoleónico (1804), un código civil que estableció leyes generales de aplicación general, eliminando normas locales y normas referidas a sectores específicos de la sociedad. Su aplicación significó la abolición plena del régimen feudal y la afirmación de la libertad civil, la igualdad ante la ley y la propiedad privada, que beneficiaron a la burguesía. Este código, con sucesivas reformas, es la base de la actual legislación francesa.
Mantuvo buenas relaciones con el Papado, basadas en el
Concordato de 1801. El Papa renunció a reclamar las tierras y bienes confiscados por la Revolución Francesa a cambio de que Napoleón reconociera al catolicismo como la religión de la mayoría de los franceses.
Estableció el bloqueo continental (1806), que prohibía a
los habitantes del Imperio y de los Estados satélites comprar productos elaborados por las fábricas británicas. Esta medida buscaba crear una crisis en una economía que experimentaba la Revolución Industrial pero no tuvo el efecto esperado.
Creó un sistema educativo regulado por el Estado.
Incentivó la investigación científica y el desarrollo de
ramas del saber, como la egiptología. Esta se desarrolló a partir de los restos arqueológicos sustraídos por científicos franceses que acompañaron a Napoleón en su expedición a Egipto (1798-1801). III. Causas
Hacia 1799 Francia era gobernada por el Directorio, un
Poder Ejecutivo de cinco miembros, que era acosado tanto por revolucionarios herederos de los jacobinos como por contrarrevolucionarios que deseaban restaurar la monarquía.
A la inestable situación interna, se sumaba la guerra
contra Austria, Prusia y Gran Bretaña, que habían formado una coalición para acabar con la Revolución Francesa y restaurar en el poder a la dinastía de los Borbones.
Napoleón aprovechó la crítica situación para encabezar
un golpe de Estado que derrocó al Directorio y lo llevó al poder junto a otros dos dirigentes (Sieyès y Ducos, luego reemplazados por Cambacérès y Lebrún), con quiénes formó el Consulado. Gran parte del pueblo francés apoyó la toma del poder por la fuerza porque creía que Napoleón podría llevar estabilidad política y gloria a la nación francesa. Pero pronto Napoleón se deshizo de sus socios políticos y concentró en sus manos la totalidad del poder, primero proclamándose cónsul perpetuo y más tarde emperador.
IV. Consecuencias Entre las principales consecuencias de la formación del Imperio napoleónico se encuentran las siguientes:
La conquista de gran cantidad de territorios por parte de
Francia, que se transformó en la primera potencia europea y que extendió sus límites más allá de los Alpes y el río Rin.
La modificación de los límites internos del continente
europeo, ya que Napoleón decretó la desaparición de Estados muy antiguos, como el Sacro Imperio Romano Germánico, y la creación de otros nuevos, como la Confederación del Rin o el Ducado de Varsovia.
La independencia de Haití (1804), como consecuencia de
la decisión de Napoleón de restablecer la esclavitud, abolida por la Convención en 1793. Así, Francia perdió una importante colonia productora de azúcar.
La independencia de varias de las colonias que España
tenía en América, propiciada indirectamente por la ocupación francesa de la península ibérica en 1808. Al proceso que contempla la ocupación francesa, la detención del rey Fernando VII y su reemplazo por José Bonaparte, se lo denomina crisis de la monarquía española.
V. Disolución del Imperio napoleónico
A principios de 1812, el Imperio napoleónico controlaba gran parte del continente europeo. Sin embargo, ese mismo año sufrió varias derrotas, tanto en Rusia como en España y Portugal.
En 1814, una coalición formada por Gran Bretaña,
Suecia, Austria, Prusia y Rusia venció a Napoleón, que fue detenido y confinado en la isla de Elba, en el mar Tirreno. Pero pocos meses después logró escapar de su confinamiento y retornar a París, donde fue recibido como un héroe. Reclutó entonces un nuevo ejército, gobernó durante cien días y volvió a enfrentar a sus enemigos. Sin embargo, los ejércitos de Gran Bretaña, Rusia, Austria y Prusia derrotaron a Napoleón y su ejército en la batalla de Waterloo, en junio de 1815.
Napoleón fue confinado en la isla de Santa Elena, en el
Atlántico sur, donde murió en 1821. Tras su derrota y la ocupación de París por los coaligados, Luis XVIII, hermano de Luis XVI, el rey que había sido decapitado por la Revolución regresó a París y fue coronado rey. De esta manera, la monarquía absoluta fue repuesta en Francia y se inició un período de la historia europea denominado Restauración monárquica, que se extendió hasta 1848.