La Vida Es Sueño de Calderón de La Barca1
La Vida Es Sueño de Calderón de La Barca1
La Vida Es Sueño de Calderón de La Barca1
Fundada en 1953
La vida es sueño
Javier Daulte
Automáticos
Primera edición.
Primera reimpresión: diciembre de 2012
Impreso en la Argentina - Printed in Argentina
CC: 29020400
ISBN: 978-950-13-2329-0
PROHIBIDA LA FOTOCOPIA (Ley 11.723). El editor se reserva todos los derechos sobre esta obra,
la que no puede reproducirse total o parcialmente por ningún método gráfico, electrónico o mecánico,
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Índice
Nuestra colección 7
Avistaje 11
Biografía 12
Palabra de expertos 13
“Introducción”, Florencia Calvo
Bibliografía 256
Nuestra colección
8
Leer hoy y en la escuela
La vida es sueño
10
Avistaje
Introducción
Florencia Calvo
La España de Calderón
Si bien la literatura no debe pensarse como un fenómeno me-
cánicamente condicionado por las circunstancias del contexto don-
de se produce, no puede eludirse una descripción de lo que el histo-
riador A. Domínguez Ortiz denomina “la España de Calderón”, es-
pecialmente porque Calderón, como puede deducirse de una atenta
lectura de su biografía, desarrolló su carrera de dramaturgo en es-
pacios cercanos al poder. Para Domínguez Ortiz tres características
fundamentales definen el siglo xvii:
El Barroco
Si la caracterización del contexto histórico es importante, no
menos fundamental para la comprensión del teatro calderoniano es
el conocimiento del Barroco, es decir, de la estética dominante du-
rante el período en que Calderón produjo sus obras. A menudo, la
crítica coincide en afirmar que Calderón fue el “máximo dramatur-
go barroco”. Pero ¿qué significa Barroco?
En primer lugar, el concepto Barroco está fuertemente relacionado
con el no menos conflictivo término Siglo de Oro. La denominación 15
Siglo de Oro tiene su origen y se inspira en la Edad de Oro, una de
las edades míticas de la cultura occidental. Según Juan Manuel de
Rozas, España ha montado su historia sobre este mito clásico y le ha
dado ese nombre a la etapa más sobresaliente de su cultura, espe-
cialmente en lo que respecta a la producción literaria.
En términos prácticos, se puede señalar que el Siglo de Oro abar-
ca en realidad dos siglos: el xvi y el xvii. Generalizando aún más los
siempre convencionales criterios de periodización, el siglo xvi corres-
pondería al Renacimiento y el xvii (1580-1680) al Barroco. El Rena-
cimiento español manifestó un fuerte interés por los clásicos de la
antigüedad grecolatina, absorbió la filosofía del Humanismo1, y dife-
rentes teorías sobre el amor que los renacentistas italianos habían
formulado, intensamente ligadas a las ideas platónicas. Estas tradiciones
se expresaron particularmente en la lírica, cuyo mejor exponente fue
el poeta Garcilaso de la Vega (1500-1536).
El siglo xvii, dominado por el Barroco, presenta continuidades
y diferencias sociales y culturales con la centuria anterior, y también
en los ejes temáticos que interesaron a una y otra época. Para definir
satisfactoriamente la complejidad del período Barroco es necesario
apelar a diversos enfoques.
Uno de los más tradicionales proviene del ámbito de la historia.
Así José Antonio Maravall señala que Barroco es un concepto his-
tórico que puede delimitarse en los tres primeros cuartos del siglo
xvii, con mayor intensidad y significación entre 1605 y 1650. Mara-
vall lo define como un período de crisis y de cambio. Si el arte es un
lenguaje que traduce estéticamente los conflictos de la sociedad don-
de se desarrolla, es natural entonces que el Barroco estructure sus
ejes temáticos en torno de la insatisfacción, la duda, la falta de cer-
6 Significado y significante: son las dos partes que constituyen el signo lingüístico:
la primera se refiere a la idea o concepto; la segunda, a la cadena de sonidos que
20 representa a esa idea.
diálogos –octosílabos7: redondillas 8 , romance9, quintillas, décimas10;
o endecasílabos11: sonetos, octavas reales12 , entre otras–; la coexis-
tencia de personajes de diferentes niveles sociales en una misma ac-
ción dramática y la creación de un personaje que se caracteriza por
su comicidad, que será denominado gracioso.
Por su parte el segundo período de la comedia promueve diver-
sos cambios dramáticos e ideológicos a una fórmula dramática ya
consolidada, y tiene como escritor central a Pedro Calderón de la
Barca. Para María Grazia Profeti, este segundo momento del teatro
barroco español se define por la reducción en el sistema de persona-
jes a dos parejas y dos o tres personajes más; por otra parte desarro-
lla un código simbólico más preciso y más elaborado, en el que de-
terminados elementos asumen significados muy puntuales y codifi-
cados –por ejemplo, los cuatro elementos: tierra, aire, agua y fuego,
en la imaginería calderoniana–. En el plano estructural la acción se
subordina a la palabra: lo que antes se actuaba en el escenario, ahora
se explica a través de los parlamentos de los personajes. Todos estos
aspectos perfilan la nueva fórmula de la comedia trágica, de la come-
dia calderoniana y también, por supuesto, de La vida es sueño.
Si bien existe acuerdo en la crítica sobre las características for-
males constitutivas de esta nueva fórmula de teatro, su funcionali-
dad ideológica está todavía en discusión. Para algunos estudiosos
de mediados del siglo xx, como Alexander Parker, el teatro español
es un drama de acción y no de personajes, puesto que lo que al dra-
maturgo le interesa expresar es una acción organizada y subordina-
da al principio literario de la Justicia Poética, es decir, la idea de que
La vida es sueño
La obra se publicó por primera vez en Madrid en 1636, en el
volumen preparado por don José Calderón, hermano del autor, ti-
tulado Primera parte de comedias de don Pedro Calderón. Se reedi-
tó en 1640 y hacia 1670. Pero también en 1636 apareció una versión
publicada en Zaragoza, en Parte treinta de comedias famosas de va-
rios autores. Para José María Ruano de la Haza, aproximadamente
un cuarenta por ciento del texto zaragozano es significativamente
diferente del madrileño. La razón sería: “Calderón escribió una de
ellas, la zaragozana, bastante antes de 1635, quizás tan temprano
como 1626-1628. Diez años después de escribir esta versión nuestro
dramaturgo, dándose cuenta de la importancia de su obra, decidió
Un drama filosófico
La vida es sueño es una de las obras más conocidas de Calderón
y tal vez la más estudiada. Dicho interés reside en su complejidad
filosófica, pero también en el notable armado dramático. Sin embar-
go, desde que Marcelino Menéndez y Pelayo (1910) clasificara a La
vida es sueño como drama filosófico, la crítica ha hecho hincapié en
los problemas existenciales de la obra, desatendiendo a veces sus ca-
racterísticas específicamente formales, dramáticas. En relación con
el primer punto, se pueden señalar algunos ejes que constituyen los
temas filosóficos centrales. Para Francisco Ruiz Ramón, sus núcleos
temáticos son: la oposición entre destino y libertad, el tópico de la
vida como sueño y la tematización del autodominio. Estos temas
centrales subordinan otros como la educación de los príncipes, el
modelo de gobernante, el poder o la justicia.
Libertad y destino: tal vez sea ésta la relación fundamental de
la obra, en la cual todas las lecturas convergen. La representación
dramática de la posibilidad o imposibilidad del hombre de decidir
libremente su destino –su salvación–, recoge las polémicas contra-
rreformistas sobre el libre albedrío y la predestinación. Aquellos que
opten por la predestinación sostendrán que existe un designio divi-
no que condena o salva –mediante la Gracia y la Fe, que es un don
de Dios–, más allá de la forma en que los hombres actúen. Quienes
postulan el libre albedrío creen en la salvación a través de las buenas
obras que los hombres realicen durante su vida.
Como portavoz de los signos agoreros que rodean el nacimien-
28
to de Segismundo, Basilio representa la primera posibilidad, la inefa-
bilidad de los hados, el destino como inexorable. Al lograr quebrar
la funesta predestinación que lo condicionaba al nacer, Segismundo
encarna el libre albedrío, la facultad humana para lograr la salva-
ción por sus obras. En términos generales, la Reforma protestante
encabezada por Martín Lutero sostenía la predestinación, mientras
que la Contrarreforma Católica se inclinaba por el libre albedrío.
Ambas tesis tienen apoyatura bíblica. La resolución de la tragedia
indicaría, previsiblemente, la posición de Calderón a favor del cre-
do contrarreformista.
La vida como sueño: al comparar la vida con la forma ilusoria
del sueño, ese tópico se relaciona al mismo tiempo con otro tema ba-
rroco, la fugacidad de la vida, la brevedad de la existencia, amplia-
mente tematizado por los autores del período –abundan las reflexio-
nes frente a las ruinas de las grandes ciudades, como Roma, o frente
a las tumbas de grandes señores. El otro núcleo importante al que
este tópico remite es el carácter incierto, engañoso de la realidad, que
al hacerse consciente genera frustración y desengaño, tal como le su-
cede a quien despierta de un sueño placentero. La ilusión seguida de
desengaño es uno de los conceptos centrales de la cosmovisión ba-
rroca. En tal sentido es ejemplar la escena de la Segunda jornada de
Segismundo en Palacio, y su monólogo al terminar ese mismo acto.
Finalmente, el autodominio como problema se expresa en la
obra como el triunfo del libre albedrío sobre la predestinación,
pero también como una victoria de la conciencia, de la condición
humana sobre los instintos y los horóscopos, triunfo que además
es característico y virtud propia del buen rey en que se convertirá
Segismundo.
A causa de la complejidad y cantidad de problemas filosóficos
que la obra aborda, es natural que la crítica haya rastreado numero-
sas relaciones intertextuales. Así, los estudiosos coinciden en afirmar
que el asunto y desarrollo de la acción remiten a numerosas fuentes
y motivos tradicionales de la literatura y de la oratoria sagrada del
Siglo de Oro. Reconocen los libros históricos, de Job, y de Isaías del 29
Antiguo Testamento, la Epístola de Pablo a los Romanos, la Epístola
de Santiago del Nuevo Testamento, más las interpretaciones de esos
escritos por los autores cristianos de todas las épocas, especialmen-
te los contemporáneos de Calderón.
Para Francisco Rico, la visión de belleza, los efectos producidos
por la presencia del amado y ciertas coincidencias entre la trayecto-
ria pedagógica de Segismundo y la propuesta por La República, per-
miten afirmar un diálogo con el platonismo. Por otra parte, el pri-
mer monólogo de Segismundo reformula algunas ideas de la Natu-
ralis Historia, de Plinio el Viejo y del De regimine principium –texto
medieval sobre la educación de los príncipes–, que sostienen que el
hombre ha sido creado sin pieles que lo protejan, sin armas que le
sirvan para defenderse de sus enemigos, pero al haber sido dotado
de razón y de palabra, puede desarrollarse, perfeccionarse viviendo
en sociedad.
El núcleo temático del príncipe encerrado por designios astro-
lógicos, desarrollado antes en Barlaán y Josafat, de Lope, puede leer-
se también en dos textos medievales: Libro de los Engannos et Asa-
yamientos, del siglo xiii, y el Libro de los Estados, de don Juan Ma-
nuel, del siglo xiv. Don Juan Manuel también está presente en el
“Ejemplo” aducido por Rosaura –el x– al principio de la obra, al es-
cuchar a Segismundo. Martín de Riquer señala además –gesto que
no es exclusivo de esta pieza sino de todo el teatro barroco– el inte-
rés de Calderón por la tradición oral, ya que el drama recoge diver-
sas coplas y glosas, entre otras, las que incluían el estribillo: “que los
sueños, sueños son”.
La maquinaria dramática
A la riqueza intertextual y filosófica de La vida es sueño debe
agregarse la cuidada estructura dramática que soporta esta historia
de un príncipe que, encerrado en una torre desde su nacimiento, fue
capaz de recuperar su reinado y de derrotar el mal augurio que había
30
predestinado el baño de sangre de su reino.
La materia dramática está organizada en dos acciones parale-
las, perfectamente imbricadas, entramadas al final de la obra por la
acción de Segismundo. Cada una de estas acciones desarrolla su pro-
pia trama y presenta un protagonista específico. Una primera lectu-
ra permite reconocer una acción principal, protagonizada por Se-
gismundo, y otra paralela –los críticos han optado por llamar así a
estas acciones, antes denominadas secundarias, para no establecer
relaciones de subordinación– protagonizada por Rosaura.
La acción principal despliega los temas fundamentales de la obra:
el poder, el destino, el libre albedrío, la vida como sueño, el desengaño.
Según Francisco Ruiz Ramón, esta acción se construye en torno de un
mito sobre el poder –los mitos de Urano y Cronos, quienes fueron
desplazados del poder por sus hijos–, que combina el conflicto gene-
racional entre padres e hijos, la batalla y la conquista de la realeza. A
partir de esta lectura el crítico español vincula la lectura filosófica
–que explicábamos más arriba– y la puramente estructural, ya que la
lucha por el poder se relaciona con la predestinación, con el hado: sig-
nos funestos, violencia cósmica, confinamiento de la criatura recién
nacida, lamento y desesperación, cumplimiento de los designios.
El destino, el hado –y su opuesto, el libre albedrío–, es uno de
los núcleos filosóficos privilegiados en las tragedias de Calderón, y
al mismo tiempo funciona en sus obras como uno de los ejes que
estructuran la acción dramática, es decir –La vida es sueño es un
buen ejemplo–, la lucha del hombre por sobreponerse y superar un
destino que parece inexorable.
Dentro de la acción principal es importante resaltar el manejo
del espacio, construido como oposición simétrica entre la Torre y el
Palacio, que solo será quebrada en la Tercera jornada con la irrup-
ción de un tercer espacio: el Campo de batalla.
La acción paralela, aquella que tiene como protagonista a Ro-
saura, gira alrededor de la temática del honor. Rosaura, deshonrada
por Astolfo y sin padre que vengue la afrenta, debe emprender sola
la búsqueda de su ofensor, travestida en personaje masculino. Desde 31
el punto de vista dramático esta acción presenta un abanico de
características propias de las intrigas de las comedias: disfraces,
desencuentros amorosos, confusión y ocultamiento de la identidad,
etc. Todo este enredo permite además que una serie de personajes
actúe tanto en la acción principal, como en una línea argumental
radicalmente diferente de la planteada alrededor de Segismundo.
Sin embargo, y en eso reside uno de los mayores logros dramá-
ticos de La vida es sueño, ambas acciones confluyen al final de la
comedia gracias al obrar de Segismundo quien, además de solucio-
nar el problema planteado por su encierro, repara también la des-
honra sufrida por Rosaura por medio de un conjunto de matrimo-
nios, resolución típica de la comedia como género.
El final integra también las dos acciones, porque el libre albedrío
triunfa sobre la predestinación, de manera que Segismundo logra pre-
valecer sobre sí mismo al encarnar el autodominio como virtud del
buen monarca. Segismundo no solo domina su pasión política, que lo
llevaría a matar a su padre –según los presagios de su nacimiento, y
también según los mitos sobre los que Calderón construyó la obra– sino
que además reprime, como reparador del honor de Rosaura, sus instin-
tos pasionales: Segismundo se ha enamorado de Rosaura, sin embargo,
en tanto rey, debe olvidar su deseo y salvar el honor de Rosaura a través
del matrimonio con Astolfo, quien la había deshonrado.
Así, Segismundo resuelve, según el principio de justicia poética,
todas las oposiciones que se han cruzado en la obra sin que ello impli-
que su provecho personal, reforzando por añadidura otras dos ideas
que tiñen el texto: la vida como sueño y “vencerse a sí mismo”. Dra-
máticamente el personaje evoluciona desde su apariencia de “mitad
hombre y mitad fiera” de la primera escena, hasta convertirse en un
rey que ha logrado superarse a sí mismo y vencer al destino. Para esta
evolución ha sido también indispensable la experimentación de la vida
como sueño, descripta en el monólogo que da fin a la Segunda jornada.
En ese monólogo Segismundo une a esta idea la concepción del mun-
32
do como un gran teatro. “El gran teatro del mundo” es un principio
fundamental en ésta y otras obras de Calderón –recordemos que es-
cribió un auto sacramental del mismo nombre, cuyo tema es la oposi-
ción entre predestinación y libre albedrío–, y en la cosmovisión barro-
ca, que como ya se dijo, consideraba al mundo una vana ilusión, y a la
percepción de los sentidos como engañosa. La vida es entonces como
un sueño, ilusoria como una obra de teatro. “Soñar es vivir el tiempo
que dure la representación”, dice con una fórmula Ruiz Ramón. Pero
es una representación teatral que los hombres pueden actuar una sola
vez, y por lo tanto deben ser responsables de sus acciones.
Basilio y Clarín
En tanto personaje principal que domina su espacio dramático
–el monte– y que llega a dominar un espacio que le es ajeno –el Pa-
lacio–, Segismundo articula el sistema de personajes de La vida es
sueño. Dentro de este sistema, y de acuerdo con las convenciones de
la segunda época de la comedia, algunos personajes revisten carac-
terísticas complejas, mientras otros ofrecen una más fácil lectura. Si
bien todos son funcionales a la estructura dramática, dos resultan
particularmente interesantes: Basilio y Clarín.
Basilio, señor en el espacio de Palacio, representa a la genera-
ción del padre en el sistema de la comedia. Desde su primera inter-
vención, en la que relata a Astolfo y a Estrella las circunstancias que
rodean la concepción y el nacimiento de Segismundo, hasta sus diá-
logos con Clotaldo, Basilio se presenta como depositario del poder
y como quien ha predestinado la vida de su hijo.
A pesar de la aparente seguridad, sus monólogos manifiestan
cierta duda entre la fortuna y la libertad. Para Francisco Ruiz Ra-
món, esta vacilación define la acción del drama y la hace posible, ya
que a partir de ella Basilio empieza a experimentar con su hijo.
Por otro lado, una detenida lectura de los diálogos entre Basilio y
Segismundo demuestra que a la violencia de las acciones de Segismundo
se corresponde cierto furor verbal de Basilio. A través del exceso de
sus palabras demuestra que es mal rey pero también mal padre. Su 33
confianza ciega en los signos del hado –casi hasta el final de la obra–,
su soberbia y su violencia, acabarán por derrocarlo.
Clarín por su parte es el gracioso de la comedia. La figura del
gracioso posee rasgos constructivos bastante codificados, como la cu-
riosidad, el hambre, la cobardía, el gusto por el vino, la imposibilidad
de guardar un secreto –hecho que en este caso expresa su propio nom-
bre– y también rasgos lingüísticos particulares: registros bajos, térmi-
nos relacionados con el juego o con la delincuencia, o neologismos que
complejizan sus monólogos, y que hoy resultan casi incomprensibles.
Clarín, como todo gracioso, es portador de comicidad y actúa en di-
versas ocasiones como un doble paródico de Segismundo, a punto tal
que en la Tercera jornada lo confunden con el príncipe. Sin embargo,
la particularidad de Clarín reside en que es el único personaje de la
obra que muere, con lo cual su carácter cómico adquiere una dimen-
sión ambigua, similar a la de otros graciosos trágicos de Calderón
–por ejemplo Coquín en El médico de su honra. La crítica ha interpre-
tado la muerte de Clarín de diferentes formas. Para Ruiz Ramón, “es
por su muerte y no por su vida por la que Clarín va a causar su único
impacto en la trayectoria de la acción de La vida es sueño, y será su
muerte la que va a singularizarlo y marcarlo como ejemplo único en-
tre los graciosos o los criados bufones del teatro coetáneo”.
Rosaura, dama
Segismundo, príncipe
Clotaldo, viejo
Estrella, infanta
Clarín, gracioso
Basilio, rey
Astolfo, infante
Soldados
Criados
Guardas
Músicos
• 36 •
La vida es sueño
Primera jornada
Cuadro i
[Exterior de la torre de Segismundo.]
Rosaura
Hipogrifo1 violento,
que corriste parejas con el viento,
¿dónde rayo sin llama,
pájaro sin matiz, pez sin escama
y bruto sin instinto
natural, al confuso laberinto2
de esas desnudas peñas te desbocas,
te arrastras y despeñas?
Quédate en este monte,
donde tengan los brutos su Faetonte3
que yo, sin más camino
que el que me dan las leyes del destino,
ciega y desesperada,
bajaré la cabeza enmarañada
deste monte eminente
que arruga el sol el ceño de la frente.
• 37 •
Pedro Carlderón de la Barca
Clarín
Di dos, y no me dejes
en la posada a mí cuando te quejes;
que si dos hemos sido
los que de nuestra patria hemos salido
a probar aventuras,
dos los que entre desdichas y locuras
aquí habemos llegado,
y dos los que del monte hemos rodado,
¿no es razón que yo sienta
meterme en el pesar y no en la cuenta?
Rosaura
No quise darte parte
en mis quejas, Clarín, por no quitarte,
llorando tu desvelo,
el derecho que tienes al consuelo;
que tanto gusto había
en quejarse, un filósofo decía,
que, a trueco de quejarse,
habían las desdichas de buscarse.
• 38 •
La vida es sueño
Clarín
El filósofo era
un borracho barbón6 . ¡Oh, quién le diera
más de mil bofetadas!
Quejárase después de muy bien dadas.
Mas ¿qué haremos, señora,
a pie, solos, perdidos y a esta hora
en un desierto monte,
cuando se parte el sol a otro horizonte?
Rosaura
¿Quién ha visto sucesos tan extraños?
Mas si la vista no padece engaños
que hace la fantasía,
a la medrosa luz que aún tiene el día
me parece que veo
un edificio.
Clarín
O miente mi deseo,
o termino las señas.
Rosaura
Rústico nace entre desnudas peñas
un palacio7 tan breve
que el sol apenas a mirar se atreve;
con tan rudo artificio
la arquitectura está de su edificio
que parece, a las plantas
de tantas rocas y de peñas tantas
• 39 •
Pedro Carlderón de la Barca
Clarín
Vámonos acercando;
que éste es mucho mirar, señora, cuando
es mejor que la gente
que habita en ella generosamente
nos admita.
Rosaura
La puerta
–mejor diré funesta boca 8 – abierta
está, y desde su centro
nace la noche, pues la engendra dentro.
(Suena ruido de cadenas).
Clarín
¡Qué es lo que escucho, cielo!
Rosaura
Inmóvil bulto9 soy de fuego y yelo.
Clarín
Cadenita10 hay que suena,
• 40 •
La vida es sueño
(Dentro, Segismundo.)
Segismundo
¡Ay mísero de mí! ¡Y ay infelice!
Rosaura
¡Qué triste voz escucho!
Con nuevas penas y tormentos lucho.
Clarín
Yo con nuevos temores.
Rosaura
Clarín...
Clarín
Señora...
Rosaura
Huigamos los rigores
desta encantada torre.
Clarín
Yo aún no tengo
ánimo de huir, cuando a eso vengo.
11 Galeote: aquel criminal cuya condena era remar en las galeras. En el parlamento de
Clarín se produce un juego de lenguaje entre alma en pena y galeote, pues ambos
utilizaban cadenas.
• 41 •
Pedro Carlderón de la Barca
Rosaura
¿No es breve luz aquella
caduca exhalación, pálida estrella,
que en trémulos desmayos,
pulsando ardores y latiendo rayos12,
hace más tenebrosa
la obscura habitación con luz dudosa?
Sí, pues a sus reflejos
puedo determinar –aunque de lejos–
una prisión obscura
que es de un vivo cadáver sepultura;
y porque más me asombre,
en el traje de fiera yace un hombre
de prisiones13 cargado,
y sólo de la luz acompañado.
Pues hüir no podemos,
desde aquí sus desdichas escuchemos;
sepamos lo que dice.
Segismundo
¡Ay mísero de mí! ¡Y ay infelice!
Apurar14 , cielos, pretendo
ya que me tratáis así,
qué delito cometí
contra vosotros naciendo;
aunque si nací, ya entiendo
qué delito he cometido.
Bastante causa ha tenido
• 42 •
La vida es sueño
• 43 •
Pedro Carlderón de la Barca
• 44 •
La vida es sueño
Rosaura
Temor y piedad en mí
sus razones han causado.
Segismundo
¿Quién mis voces ha escuchado?
¿Es Clotaldo?
Clarín
Di que sí.
Rosaura
No es sino un triste, ¡ay de mí!
que en estas bóvedas frías
oyó tus melancolías.
(Ásela Segismundo.)
Segismundo
Pues la muerte te daré,
porque no sepas que sé,
que sabes20 flaquezas mías.
Sólo porque me has oído,
entre mis membrudos brazos
te tengo de hacer pedazos.
19 a un cristal, a un pez, a un bruto y a un ave: últimos versos que recogen los términos
que se han venido mencionando a lo largo del monólogo. Este recurso, ampliamente
usado por Góngora en sus poesías pero especialmente por Calderón en su teatro,
se denomina sistema diseminativo-recolectivo.
20 porque no sepas que sé que sabes: verbo saber usado de manera redundante en
tres de sus formas verbales.
• 45 •
Pedro Carlderón de la Barca
Clarín
Yo soy sordo, y no he podido
escucharte.
Rosaura
Si has nacido
humano, baste el postrarme
a tus pies para librarme.
Segismundo
Tu voz pudo enternecerme,
tu presencia suspenderme,
y tu respeto turbarme.
¿Quién eres? Que aunque yo aquí
tan poco del mundo sé,
que cuna y sepulcro fue
esta torre para mí;
y aunque desde que nací
(si esto es nacer) sólo advierto
este rústico desierto,
donde miserable vivo,
siendo un esqueleto vivo,
siendo un animado muerto;
y aunque nunca vi ni hablé
sino a un hombre solamente
que aquí mis desdichas siente,
por quien las noticias sé
de cielo y tierra; y aunque aquí,
porque más te asombres
y monstruo humano me nombres,
entre asombros y quimeras21,
soy un hombre de las fieras,
21 Quimera: ficción.
• 46 •
La vida es sueño
22 hombre de las fieras y una fiera de los hombres: juego conceptista para expresar el
lugar único de Segismundo que no corresponde a ninguno de los dos mundos.
23 La política: arte aprendido a partir de la observación del comportamiento de los
animales.
24 ojos hidrópicos… por ver: alusión a los enfermos de hidropesía que, según Sebastián
de Covarrubias, es una “enfermedad de humor acuoso que hincha todo el cuerpo”.
Que cuanto más beben más sed tienen. Cuanto más mira Segismundo a Rosaura
más desea verla.
• 47 •
Pedro Carlderón de la Barca
Rosaura
Con asombro de mirarte,
con admiración de oírte,
ni sé qué pueda decirte,
ni qué pueda preguntarte.
Sólo diré que a esta parte
hoy el cielo me ha guiado
para haberme consolado,
si consuelo puede ser,
del que es desdichado, ver
a otro que es más desdichado.
Cuentan de un sabio, que un día
tan pobre y mísero estaba,
que sólo se sustentaba
de unas yerbas que comía.
¿Habrá otro, entre sí decía,
más pobre y triste que yo?
Y, cuando el rostro volvió,
halló la respuesta, viendo
que iba otro sabio cogiendo
las hojas que él arrojó.25
Quejoso de la fortuna
yo en este mundo vivía,
y cuando entre mí decía:
¿Habrá otra persona alguna
de suerte más importuna?,
piadoso me has respondido;
• 48 •
La vida es sueño
(Dentro, Clotaldo.)
Clotaldo
¡Guardas desta torre,
que, dormidas o cobardes,
disteis paso a dos personas
que han quebrantado la cárcel!
Rosaura
(Nueva confusión padezco.)
Segismundo
Éste es Clotaldo, mi alcaide26 .
Aún no acaban mis desdichas.
Clotaldo (Dentro.)
Acudid, y vigilantes,
sin que puedan defenderse,
o prendeldes o mataldes27.
• 49 •
Pedro Carlderón de la Barca
Todos (Dentro.)
¡Traición!
Clarín
Guardas desta torre,
que entrar aquí nos dejasteis,
pues que nos dais a escoger,
el prendernos es más fácil.
(Sale Clotaldo con escopeta, y Soldados, todos con los rostros cubiertos.)
Clotaldo
Todos os cubrid los rostros;
que es diligencia importante
mientras estamos aquí
que no nos conozca nadie.
Clarín
¿Enmascaraditos28 hay?
Clotaldo
¡Oh vosotros, que ignorantes
de aqueste vedado sitio
coto y término pasasteis
contra el decreto del Rey,
que manda que no ose nadie
examinar el prodigio
que entre estos peñascos yace!
¡Rendid las armas y vidas,
o aquesta pistola, áspid
de metal, escupirá
el veneno penetrante
• 50 •
La vida es sueño
Segismundo
Primero, tirano dueño,
que los ofendas y agravies,
será mi vida despojo
destos lazos miserables;
pues en ellos, ¡vive Dios!,
tengo de despedazarme
con las manos, con los dientes,
entre aquestas peñas, antes
que su desdicha consienta
y que llore sus ultrajes.
Clotaldo
Si sabes que tus desdichas,
Segismundo, son tan grandes,
que antes de nacer moriste
por ley del cielo; si sabes
que aquestas prisiones son
de tus furias arrogantes
un freno que las detenga
y una rienda que las pare,
¿por qué blasonas? La puerta
cerrad desa estrecha cárcel;
escondedle en ella.
Segismundo
¡Ah cielos,
qué bien hacéis en quitarme
la libertad, porque fuera
contra vosotros gigante,
• 51 •
Pedro Carlderón de la Barca
Clotaldo
Quizá porque no los pongas,
hoy padeces tantos males.
Rosaura
Ya que vi que la soberbia
te ofendió tanto, ignorante
fuera en no pedirte humilde
vida que a tus plantas yace.
Muévate en mí la piedad;
que será rigor notable
que no hallen favor en ti
ni soberbias ni humildades.
Clarín
Y si Humildad y Soberbia
no te obligan, personajes
que han movido y removido
mil autos sacramentales29 ,
yo, ni humilde ni soberbio,
sino entre las dos mitades
entreverado, te pido
que nos remedies y ampares.
Clotaldo
¡Hola!
• 52 •
La vida es sueño
Soldados
Señor.
Clotaldo
A los dos
quitad las armas, y ataldes
los ojos, porque no vean
cómo ni de dónde salen.
Rosaura
Mi espada es ésta, que a ti
solamente ha de entregarse,
porque, al fin, de todos eres
el principal, y no sabe
rendirse a menos valor.
Clarín
La mía es tal, que puede darse
al más ruin; tomadla vos.
Rosaura
Y si he de morir, dejarte
quiero, en la fe desta piedad,
prenda que pudo estimarse
por el dueño que algún día
se la ciñó. Que la guardes
te encargo, porque aunque yo
no sé qué secreto alcance,
sé que esta dorada espada
encierra misterios grandes;
pues sólo fiado en ella
vengo a Polonia a vengarme
de un agravio.
• 53 •
Pedro Carlderón de la Barca
Clotaldo (Aparte.)
(¡Santos cielos!
¿Qué es esto? Ya son más graves
mis penas y confusiones,
mis ansias y mis pesares)
¿Quién te la dio?
Rosaura
Una mujer.
Clotaldo
¿Cómo se llama?
Rosaura
Que calle
su nombre es fuerza.
Clotaldo
¿De qué
infieres agora o sabes
que hay secreto en esta espada?
Rosaura
Quien me la dio, dijo: “Parte
a Polonia, y solicita
con ingenio, estudio o arte,
que te vean esa espada
los nobles y principales;
que yo sé que alguno dellos
te favorezca y ampare”;
que por si acaso era muerto
no quiso entonces nombrarle.
Clotaldo (Aparte.)
(¡Válgame el cielo! ¿Qué escucho?
• 54 •
La vida es sueño
Aún no sé determinarme
si tales sucesos son
ilusiones o verdades.
Esta espada es la que yo
dejé a la hermosa Violante,
por señas que el que ceñida
la trujera, había de hallarme
amoroso como hijo,
y piadoso como padre.
Pues ¿qué he de hacer, ¡ay de mí!,
en confusión semejante,
si quien la trae por favor
para su muerte la trae,
pues que sentenciado a muerte
llega a mis pies? ¡Qué notable
confusión! ¡Qué triste hado!
¡Qué suerte tan inconstante!
Éste es mi hijo, y las señas
dicen bien con las señales
del corazón, que por verle
llama el pecho, y en él bate
las alas, y, no pudiendo
romper los candados, hace
lo que aquel que está encerrado
y, oyendo ruido en la calle,
se asoma por la ventana.
Y él así, como no sabe
lo que pasa, y oye el ruido,
va a los ojos a asomarse,
que son ventanas del pecho
por donde en lágrimas sale.
¿Qué he de hacer? ¡Válgame el cielo!
¿Qué he de hacer? Porque llevarle
al Rey es llevarle, ¡ay triste!,
a morir. Pues ocultarle
• 55 •
Pedro Carlderón de la Barca
• 56 •
La vida es sueño
(Vanse.)
• 57 •
Pedro Carlderón de la Barca
Cuadro ii
[Palacio de Basilio.]
Astolfo
Bien, al ver los excelentes
rayos que fueron cometas,
mezclan salvas diferentes
las cajas y las trompetas,
los pájaros y las fuentes;
siendo con música igual,
y con maravilla suma,
a tu vista celestial,
unos, clarines de pluma,
y otras, aves de metal32 .
Y así os saludan, señora,
como a su reina las balas,
los pájaros como a Aurora,
las trompetas como a Palas,
y las flores como a Flora;33
porque sois, burlando el día,
que ya la noche destierra,
Aurora en el alegría,
Flora en paz, Palas en guerra,
y reina en el alma mía.
32 clarines de pluma: aves; aves de metal: trompetas. Metáforas cruzadas (cfr. nota 15).
33 como a su reina las balas, Aurora, Palas, Flora: cuatro comparaciones de Estrella con
divinidades mitológicas. La primera es con Belona, diosa de la guerra, la segunda
con Aurora, anunciadora del día, la tercera con Palas Atenea, diosa de la sabiduría,
representada a veces como guerrera y por último con Flora, joven coronada de
flores, diosa de la floración.
• 58 •
La vida es sueño
Estrella
Si la voz se ha de medir
con las acciones humanas,
mal habéis hecho en decir
finezas tan cortesanas,
donde os pueda desmentir
todo ese marcial trofeo
con quien ya atrevida lucho;
pues no dicen, según creo,
las lisonjas que os escucho,
con los rigores que veo.
Y advertid que es baja acción,
que sólo a una fiera toca,
madre de engaño y traición,
el halagar con la boca
y matar con la intención.
Astolfo
Muy mal informada estáis,
Estrella, pues que la fe
de mis finezas dudáis;
y os suplico que me oigáis
la causa, a ver si la sé.
Falleció Eustorgio34 Tercero,
rey de Polonia, quedó
Basilio por heredero,
y dos hijas, de quien yo
y vos nacimos. No quiero
cansar con lo que no tiene
lugar aquí. Clorilene,
vuestra madre y mi señora,
que en mejor imperio agora
• 59 •
Pedro Carlderón de la Barca
• 60 •
La vida es sueño
Estrella
A tan cortés bizarría
menos mi pecho no muestra,
pues la imperial monarquía,
para sólo hacerla vuestra,
me holgara que fuese mía.
Aunque no está satisfecho
mi amor de que sois ingrato,
si en cuanto decís, sospecho
que os desmiente ese retrato
que está pendiente del pecho.
Astolfo
Satisfaceros intento
con él, mas lugar no da
tanto sonoro instrumento
que avisa que sale ya
el Rey con su parlamento.
Estrella
Sabio Tales...
• 61 •
Pedro Carlderón de la Barca
Astolfo
Docto Euclides35 ,
Estrella
…que entre signos,
Astolfo
…que entre estrellas
Estrella
…hoy gobiernas,
Astolfo
…hoy resides,
Estrella
…y sus caminos
Astolfo
…sus huellas
Estrella
…describes,
Astolfo
…tasas y mides
Estrella
…deja que en humildes lazos
Astolfo
…deja que en tiernos abrazos
35 Sabio Tales, Docto Euclides: menciones a dos sabios relacionados con la matemática,
la geometría y la astrología. Son usados como término de comparación para definir
a Basilio.
• 62 •
La vida es sueño
Estrella
…yedra dese tronco sea
Astolfo
rendido a tus pies me vea.
Basilio
Sobrinos, dadme los brazos,
y creed, pues que leales
a mi precepto amoroso,
venís con afectos tales,
que a nadie deje quejoso,
y los dos quedéis iguales.
Y así, cuando me confieso
rendido al prolijo peso,
sólo os pido en la ocasión
silencio, que admiración
ha de pedirla el suceso.
Ya sabéis, estadme atentos,
amados sobrinos míos,
corte ilustre de Polonia,
vasallos, deudos y amigos;
ya sabéis, que yo, en el mundo
por mi ciencia he merecido
el sobrenombre de docto;
pues, contra el tiempo y olvido,
los pinceles de Timantes36 ,
los mármoles de Lisipo37
en el ámbito del orbe,
me aclaman el gran Basilio.
Ya sabéis que son las ciencias
• 63 •
Pedro Carlderón de la Barca
• 64 •
La vida es sueño
• 65 •
Pedro Carlderón de la Barca
39 Parasismo: paroxismo.
• 66 •
La vida es sueño
• 67 •
Pedro Carlderón de la Barca
• 68 •
La vida es sueño
• 69 •
Pedro Carlderón de la Barca
Astolfo
Si a mí el responder me toca,
como el que, en efeto, ha sido
aquí el más interesado,
en nombre de todos digo
que Segismundo parezca
pues le basta ser tu hijo.
• 70 •
La vida es sueño
Todos
¡Danos al príncipe nuestro,
que ya por rey le pedimos!
Basilio
Vasallos, esa fineza
os agradezco y estimo.
Acompañad a sus cuartos
a los dos atlantes40 míos,
que mañana le veréis.
Todos
¡Viva el grande rey Basilio!
Clotaldo
¿Podréte hablar?
Basilio
¡Oh Clotaldo,
tú seas muy bien venido!
Clotaldo
Aunque viniendo a tus plantas
es fuerza el haberlo sido,
esta vez rompe, señor,
el hado triste y esquivo
el privilegio a la ley
y a la costumbre el estilo.
40 los dos atlantes: alusión a Astolfo y Estrella que sostienen a Basilio, así como el
titán Atlante sostenía el cielo sobre sus espaldas.
• 71 •
Pedro Carlderón de la Barca
Basilio
¿Qué tienes?
Clotaldo
Una desdicha,
señor, que me ha sucedido,
cuando pudiera tenerla
por el mayor regocijo.
Basilio
Prosigue.
Clotaldo
Este bello joven,
osado o inadvertido,
entró en la torre, señor,
adonde al Príncipe ha visto,
y es...
Basilio
No te aflijas, Clotaldo.
Si otro día hubiera sido,
confieso que lo sintiera;
pero ya el secreto he dicho,
y no importa que él lo sepa,
supuesto que yo lo digo.
Vedme después, porque tengo
muchas cosas que advertiros,
y muchas que hagáis por mí;
que habéis de ser, os aviso,
instrumento del mayor
suceso que el mundo ha visto.
Y a esos presos, porque al fin
no presumáis que castigo
descuidos vuestros, perdono.
(Vase.)
• 72 •
La vida es sueño
Clotaldo
¡Vivas, gran señor, mil siglos!
(Aparte.) (Mejoró el cielo la suerte;
ya no diré que es mi hijo,
pues que lo puedo excusar.)
Extranjeros peregrinos,
libres estáis.
Rosaura
Tus pies beso
mil veces.
Clarín
Y yo los viso41,
que una letra más o menos
no reparan dos amigos.
Rosaura
La vida, señor, me has dado;
y pues a tu cuenta vivo,
eternamente seré
esclavo tuyo.
Clotaldo
No ha sido
vida la que yo te he dado;
porque un hombre bien nacido,
si está agraviado, no vive.
Y supuesto que has venido
a vengarte de un agravio,
según tú propio me has dicho,
41 Viso: ninguno de los editores ha podido desentrañar esta palabra que juega con el
sonido de beso en el verso anterior.
• 73 •
Pedro Carlderón de la Barca
Rosaura
Confieso que no la tengo,
aunque de ti la recibo;
pero yo, con la venganza,
dejaré mi honor tan limpio
que pueda mi vida luego,
atropellando peligros,
parecer dádiva tuya.
Clotaldo
Toma el acero bruñido
que trujiste; que yo sé
que él baste, en sangre teñido
de tu enemigo, a vengarte;
porque acero que fue mío
–digo este instante, este rato
que en mi poder le he tenido–
sabrá vengarte.
Rosaura
En tu nombre
segunda vez me le ciño,
y en él juro mi venganza,
aunque fuese mi enemigo
más poderoso.
Clotaldo
¿Eslo mucho?
• 74 •
La vida es sueño
Rosaura
Tanto que no te lo digo;
no porque de tu prudencia
mayores cosas no fío,
sino porque no se vuelva
contra mí el favor que admiro
en tu piedad.
Clotaldo
Antes fuera
ganarme a mí con decirlo;
pues fuera cerrarme el paso
de ayudar a tu enemigo.
(Aparte.) (¡Oh, si supiera quién es!)
Rosaura
Porque no pienses que estimo
tan poco esa confianza,
sabe que el contrario ha sido
no menos que Astolfo, duque
de Moscovia.
Clotaldo (Aparte.)
(Mal resisto
el dolor, porque es más grave
que fue imaginado, visto.
Apuremos más el caso.)
Si moscovita has nacido,
el que es natural señor
mal agraviarte ha podido.
Vuélvete a tu patria, pues,
y deja el ardiente brío
que te despeña.
• 75 •
Pedro Carlderón de la Barca
Rosaura
Yo sé
que, aunque mi príncipe ha sido,
pudo agraviarme.
Clotaldo
No pudo,
aunque pusiera, atrevido,
la mano en tu rostro. (Aparte.) (¡Ay, cielos!)
Rosaura
Mayor fue el agravio mío.
Clotaldo
Dilo ya, pues que no puedes
decir más que yo imagino.
Rosaura
Sí dijera; mas no sé
con qué respeto te miro,
con qué afecto te venero,
con qué estimación te asisto,
que no me atrevo a decirte
que es este exterior vestido
enigma, pues no es de quien
parece. Juzga advertido,
si no soy lo que parezco,
y Astolfo a casarse vino
con Estrella, si podrá
agraviarme. Harto te he dicho.
• 76 •
La vida es sueño
Clotaldo
¡Escucha, aguarda, detente!
¿Qué confuso laberinto
es éste, donde no puede
hallar la razón el hilo?
Mi honor es el agraviado,
poderoso el enemigo,
yo vasallo, ella mujer.
Descubra el cielo camino;
aunque no sé si podrá,
cuando en tan confuso abismo
es todo el cielo un presagio,
y es todo el mundo un prodigio.
(Vase.)
• 77 •
Pedro Carlderón de la Barca
Segunda jornada
Cuadro i
[Palacio de Basilio.]
Clotaldo
Todo, como lo mandaste,
queda efetuado.
Basilio
Cuenta,
Clotaldo, cómo pasó.
Clotaldo
Fue, señor, desta manera.
Con la apacible bebida
que de confecciones42 llena
hacer mandaste, mezclando
la virtud de algunas hierbas,
cuyo tirano poder
y cuya secreta fuerza
así al humano discurso
priva, roba y enajena,
que deja vivo cadáver
a un hombre, y cuya violencia,
adormecido, le quita
los sentidos y potencias...
No tenemos que argüir
que aquesto posible sea,
pues tantas veces, señor,
• 78 •
La vida es sueño
• 79 •
Pedro Carlderón de la Barca
• 80 •
La vida es sueño
Basilio
Clotaldo, muy justa es esa
duda que tienes, y quiero
sólo a vos satisfacerla.
A Segismundo, mi hijo,
el influjo de su estrella
–vos lo sabéis– amenaza
mil desdichas y tragedias.
Quiero examinar si el cielo
–que no es posible que mienta,
y más habiéndonos dado
de su rigor tantas muestras
en su crüel condición–
o se mitiga o se templa
• 81 •
Pedro Carlderón de la Barca
• 82 •
La vida es sueño
y el consuelo, la segunda;
pues aunque agora se vea
obedecido y después
a sus prisiones se vuelva,
podrá entender que soñó;
y hará bien cuando lo entienda,
porque en el mundo, Clotaldo,
todos los que viven sueñan.
Clotaldo
Razones no me faltaran
para probar que no aciertas.
Mas ya no tiene remedio;
y según dicen las señas,
parece que ha despertado,
y hacia nosotros se acerca.
Basilio
Yo me quiero retirar;
tú, como ayo suyo, llega,
y, de tantas confusiones
como su discurso cercan
le saca con la verdad.
Clotaldo
¿En fin, que me das licencia
para que lo diga?
Basilio
Sí,
que podrá ser, con saberla,
que, conocido el peligro,
más fácilmente se venza.
• 83 •
Pedro Carlderón de la Barca
Clarín
A costa de cuatro palos
que el llegar aquí me cuesta
de un alabardero43 rubio
que barbó de su librea 44 ,
tengo que ver cuanto pasa;
que no hay ventana más cierta
que aquélla que, sin rogar
a un ministro de boletas45 ,
un hombre se trae consigo;
pues para todas las fiestas,
despojado46 y despejado
se asoma a su desvergüenza.
Clotaldo (Aparte.)
(Éste es Clarín, el criado
de aquélla, ¡ay cielos!, de aquélla
que, tratante de desdichas,
pasó a Polonia mi afrenta.)
Clarín, ¿qué hay de nuevo?
Clarín
Hay,
señor, que tu gran clemencia
dispuesta a vengar agravios
de Rosaura, la aconseja
que tome su propio traje.
• 84 •
La vida es sueño
Clotaldo
Y es bien, porque no parezca
liviandad.
Clarín
Hay que, mudando
su nombre y tomando, cuerda,
nombre de sobrina tuya,
hoy tanto honor se acrecienta
que dama en palacio ya
de la singular Estrella
vive.
Clotaldo
Es bien que de una vez
tome su honor por mi cuenta.
Clarín
Hay que ella se está esperando
que ocasión y tiempo venga
en que vuelvas por su honor.
Clotaldo
Prevención segura es ésa;
que al fin el tiempo ha de ser
quien haga esas diligencias.
Clarín
Hay que ella está regalada,
servida como una reina,
en fe de sobrina tuya.
Y hay que, viviendo con ella,
estoy yo muriendo de hambre,
y naide de mí se acuerda,
sin mirar que soy Clarín,
• 85 •
Pedro Carlderón de la Barca
Clotaldo
Tu queja está bien fundada;
yo satisfaré tu queja,
y, en tanto, sírveme a mí.
Clarín
Pues ya Segismundo llega.
Segismundo
¡Válgame el cielo, qué veo!
¡Válgame el cielo, qué miro!
Con poco espanto lo admiro,
con mucha duda lo creo.
¿Yo en palacios suntuosos?
¿Yo entre telas y brocados?
¿Yo cercado de criados
tan lucidos y briosos?
¿Yo despertar de dormir
en lecho tan excelente?
• 86 •
La vida es sueño
Criado 2
¡Qué melancólico está!
Criado 1
Pues ¿a quién le sucediera
esto, que no lo estuviera?
Clarín
A mí.
Criado 2
Llega a hablarle ya.
Criado 1
¿Volverán a cantar?
47 Fantasía: junto con la memoria y el entendimiento constituye una de las zonas del
cerebro, específicamente la referida a la imaginación.
• 87 •
Pedro Carlderón de la Barca
Segismundo
No,
no quiero que canten más.
Criado 2
Como tan suspenso estás,
quise divertirte.
Segismundo
Yo
no tengo de divertir
con sus voces mis pesares;
las músicas militares
sólo he gustado de oír.
Clotaldo
Vuestra Alteza, gran señor
me dé su mano a besar;
que el primero le ha de dar
esta obediencia mi honor.
Segismundo (Aparte.)
(Clotaldo es; pues ¿cómo así
quien en prisión me maltrata
con tal respeto me trata?
¿Qué es lo que pasa por mí?)
Clotaldo
Con la grande confusión
que el nuevo estado te da,
mil dudas padecerá
el discurso y la razón.
Pero ya librarte quiero
de todas –si puede ser–
porque has, señor, de saber,
• 88 •
La vida es sueño
Segismundo
Pues vil, infame y traidor,
¿qué tengo más que saber,
después de saber quién soy,
para mostrar desde hoy
mi soberbia y mi poder?
¿Cómo a tu patria le has hecho
tal traición, que me ocultaste
a mí, pues que me negaste,
contra razón y derecho,
este estado?
Clotaldo
¡Ay de mí, triste!
• 89 •
Pedro Carlderón de la Barca
Segismundo
Traidor fuiste con la ley,
lisonjero con el Rey,
y crüel conmigo fuiste;
y así el Rey, la ley y yo,
entre desdichas tan fieras,
te condenan a que mueras
a mis manos.
Criado 2
¡Señor!
Segismundo
No
me estorbe nadie, que es vana
diligencia; y, ¡vive Dios!,
si os ponéis delante vos,
que os eche por la ventana.
Criado 1
¡Huye, Clotaldo!
Clotaldo (Aparte.)
(¡Ay de ti,
que soberbia vas mostrando,
sin saber que estás soñando!)
(Vase.)
Criado 2
Advierte...
Segismundo
Apartad de aquí.
• 90 •
La vida es sueño
Criado 2
... que a su Rey obedeció.
Segismundo
En lo que no es justa ley
no ha de obedecer al Rey;
y tu príncipe era yo.
Criado 2
El no debió examinar
si era bien hecho o mal hecho.
Segismundo
Que estáis mal con vos, sospecho,
pues me dais que replicar.
Clarín
Dice el Príncipe muy bien,
y vos hicistes muy mal.
Criado 1
¿Quién os dio licencia igual?
Clarín
Yo me la he tomado.
Segismundo
¿Quién
eres tú? Di.
Clarín
Entremetido,
y deste oficio soy jefe,
porque soy el mequetrefe
mayor que se ha conocido.
• 91 •
Pedro Carlderón de la Barca
Segismundo
Tú sólo en tan nuevos mundos
me has agradado.
Clarín
Señor,
soy un grande48 agradador
de todos los Segismundos.
(Sale Astolfo.)
Astolfo
¡Feliz mil veces el día,
oh Príncipe, que os mostráis,
sol de Polonia, y llenáis
de resplandor y alegría
todos estos horizontes
con tan divino arrebol,
pues que salís como el sol
de debajo de los montes!
Salid, pues, y aunque tan tarde
se corona vuestra frente
del laurel resplandeciente,
tarde muera.
Segismundo
Dios os guarde.
Astolfo
El no haberme conocido
sólo por disculpa os doy
de no honrarme más. Yo soy
48 Grande: los grandes de España son los integrantes de la nobleza superior y por ello
ostentaban el privilegio de permanecer cubiertos frente al rey.
• 92 •
La vida es sueño
Segismundo
Si digo que os guarde Dios,
¿bastante agrado no os muestro?
Pero ya que, haciendo alarde
de quien sois, desto os quejáis,
otra vez que me veáis
le diré a Dios que no os guarde.
Criado 2
Vuestra Alteza considere
que como en montes nacido
con todos ha procedido,
Astolfo, señor, prefiere.
Segismundo
Cansóme cómo llegó
grave a hablarme; y lo primero
que hizo, se puso el sombrero.
Criado 2
Es grande.
Segismundo
Mayor soy yo.
Criado 2
Con todo eso, entre los dos,
que haya más respeto es bien
que entre los demás.
• 93 •
Pedro Carlderón de la Barca
Segismundo
¿Y quién
os mete conmigo a vos?
(Sale Estrella.)
Estrella
Vuestra Alteza, señor, sea
muchas veces bien venido
al dosel, que agradecido
le recibe y le desea,
adonde, a pesar de engaños,
viva augusto y eminente,
donde su vida se cuente
por siglos, y no por años.
Segismundo
Dime tú agora, ¿quién es
esta beldad soberana?
¿Quién es esta diosa humana,
a cuyos divinos pies
postra el cielo su arrebol?
¿Quién es esta mujer bella?
Clarín
Es, señor, tu prima Estrella.
Segismundo
Mejor dijeras el sol.
(A Estrella.) Aunque el parabién es bien
darme del bien que conquisto,
de sólo haberos hoy visto
os admito el parabién;
y así, del llegarme a ver
con el bien que no merezco,
el parabién agradezco,
• 94 •
La vida es sueño
Estrella
Sed más galán cortesano.
Astolfo (Aparte.)
(Si él toma la mano, yo
soy perdido.)
Criado 2 (Aparte.)
(El pesar sé
de Astolfo, y le estorbaré.)
Advierte, señor, que no
es justo atreverte así,
y estando Astolfo...
Segismundo
¿No digo
que vos no os metáis conmigo?
Criado 2
Digo lo que es justo.
Segismundo
A mí
todo eso me causa enfado.
Nada me parece justo
en siendo contra mi gusto.
• 95 •
Pedro Carlderón de la Barca
Criado 2
Pues yo, señor, he escuchado
de ti que en lo justo es bien
obedecer y servir.
Segismundo
También oíste decir
que por un balcón, a quien
me canse, sabré arrojar.
Criado 2
Con los hombres como yo
no puede hacerse eso.
Segismundo
¿No?
Por Dios, que lo he de probar.
Astolfo
¿Qué es esto que llego a ver?
Estrella
¡Llegad todos a ayudar!
Segismundo
Cayó del balcón al mar49 .
¡Vive Dios que pudo ser!
• 96 •
La vida es sueño
Astolfo
Pues medid con más espacio
vuestras acciones severas,
que lo que hay de hombres a fieras
hay desde un monte a palacio.
Segismundo
Pues en dando tan severo
en hablar con entereza,
quizá no hallaréis cabeza
en que se os tenga el sombrero.
Basilio
¿Qué ha sido esto?
Segismundo
Nada ha sido
A un hombre que me ha cansado
de ese balcón he arrojado.
Clarín
Que es el Rey está advertido.
Basilio
¿Tan presto una vida cuesta
tu venida el primer día?
Segismundo
Díjome que no podía
hacerse, y gané la apuesta.
• 97 •
Pedro Carlderón de la Barca
Basilio
Pésame mucho que cuando,
Príncipe, a verte he venido,
pensando hallarte advertido,
de hados y estrellas triunfando,
con tanto rigor te vea,
y que la primera acción
que has hecho en esta ocasión
un grave homicidio sea.
¿Con qué amor llegar podré
a darte agora mis brazos,
si de sus soberbios lazos,
que están enseñados sé
a dar muerte? ¿Quién llegó
a ver desnudo el puñal
que dio una herida mortal,
que no temiese? ¿Quién vio
sangriento el lugar, adonde
a otro hombre dieron muerte,
que no sienta? Que el más fuerte
a su natural responde.
Yo así, que en tus brazos miro
desta muerte el instrumento,
y miro el lugar sangriento
de tus brazos me retiro;
y, aunque en amorosos lazos
ceñir tu cuello pensé,
sin ellos me volveré,
que tengo miedo a tus brazos.
Segismundo
Sin ellos me podré estar
como me he estado hasta aquí;
que un padre que contra mí
tanto rigor sabe usar,
que con condición ingrata
• 98 •
La vida es sueño
de su lado me desvía,
como a una fiera me cría,
y como a un monstruo me trata,
y mi muerte solicita,
de poca importancia fue
que los brazos no me dé,
cuando el ser de hombre me quita.
Basilio
Al cielo y a Dios pluguiera
que a dártele no llegara;
pues ni tu voz escuchara,
ni tu atrevimiento viera.
Segismundo
Si no me le hubieras dado,
no me quejara de ti;
pero una vez dado, sí
por habérmele quitado;
que aunque el dar el acción es
más noble y más singular,
es mayor bajeza dar,
para quitarlo después.
Basilio
Bien me agradeces el verte
de un humilde y pobre preso,
príncipe ya.
Segismundo
Pues en eso,
¿qué tengo que agradecerte?
Tirano de mi albedrío,
si, viejo y caduco, estás
muriéndote, ¿qué me das?
¿Dasme más de lo que es mío?
• 99 •
Pedro Carlderón de la Barca
Basilio
Bárbaro eres y atrevido.
Cumplió su palabra el cielo;
y así, para él mismo apelo.
¡Soberbio, desvanecido!
Y aunque sepas ya quién eres,
y desengañado estés,
y aunque en un lugar te ves
donde a todos te prefieres,
mira bien lo que te advierto:
que seas humilde y blando,
porque quizá estás soñando,
aunque ves que estás despierto.
(Vase.)
Segismundo
¿Que quizá soñando estoy,
aunque despierto me veo?
No sueño, pues toco y creo
lo que he sido y lo que soy.
Y aunque agora te arrepientas,
• 100 •
La vida es sueño
Rosaura
(Siguiendo a Estrella vengo,
y gran temor de hallar a Astolfo tengo;
que Clotaldo desea
que no sepa quién soy y no me vea,
porque dice que importa al honor mío;
y de Clotaldo fío
su efeto; pues le debo agradecida
aquí el amparo de mi honor y vida.)
Clarín
¿Qué es lo que te ha agradado
más de cuanto hoy has visto y admirado?
Segismundo
Nada me ha suspendido,
que todo lo tenía prevenido;
mas si admirar hubiera
algo en el mundo, la hermosura fuera
de la mujer. Leía
una vez en los libros que tenía,
• 101 •
Pedro Carlderón de la Barca
Rosaura (Aparte.)
(El Príncipe está aquí; yo me retiro.)
Segismundo
¡Oye, mujer, deténte!
No juntes el ocaso y el oriente,
huyendo al primer paso;
que juntando el oriente y el ocaso,
la lumbre y sombra fría,
serás sin duda síncopa del día.
(Pero (Aparte.) ¿qué es lo que veo?)
Rosaura (Aparte.)
(Lo mismo que estoy viendo dudo y creo.)
Segismundo (Aparte.)
(Yo he visto esta belleza
otra vez.)
Rosaura (Aparte.)
(Yo, esta pompa, esta grandeza
he visto reducida
a una estrecha prisión.)
Segismundo (Aparte.)
(Ya hallé mi vida.)
Mujer, que aqueste nombre
• 102 •
La vida es sueño
Rosaura (Aparte.)
(Disimular me importa.)
Soy de Estrella
una infelice dama.
Segismundo
No digas tal; di el sol, a cuya llama
aquella estrella vive,
pues de tus rayos resplandor recibe.
Yo vi, en reino de olores,
que presidía entre comunes flores
la deidad de la rosa,
y era su emperatriz por más hermosa;
yo vi entre piedras finas
de la docta academia de sus minas
preferir el diamante,
y ser su emperador por más brillante;
yo, en esas cortes bellas
de la inquieta república de estrellas,
vi en el lugar primero,
por rey de las estrellas, el lucero;
yo, en esferas perfectas,
llamando el sol a cortes los planetas,
le vi que presidía
como mayor oráculo del día.
Pues ¿cómo, si entre flores, entre estrellas,
piedras, signos, planetas, las más bellas
prefieren, tú has servido
• 103 •
Pedro Carlderón de la Barca
(Sale Clotaldo.)
Clotaldo (Aparte.)
(A Segismundo reducir deseo,
porque en fin lo he criado. Mas ¿qué veo?)
Rosaura
Tu favor reverencio.
Respóndate, retórico, el silencio;
cuando tan torpe la razón se halla,
mejor habla, señor, quien mejor calla.
Segismundo
No has de ausentarte, espera.
¿Cómo quieres dejar desa manera
a escuras mi sentido?
Rosaura
Esta licencia a Vuestra Alteza pido.
Segismundo
Irte con tal violencia
no es pedir, es tomarte la licencia.
Rosaura
Pues, si tú no la das, tomarla espero.
50 sol, lucero, diamante, estrella y rosa: este verso es un nuevo ejemplo de perfecto
estilo calderoniano expresado, una vez más, por el sistema diseminativo-
recolectivo.
• 104 •
La vida es sueño
Segismundo
Harás que de cortés pase a grosero;
porque la resistencia
es veneno crüel de mi paciencia.
Rosaura
Pues cuando ese veneno,
de furia, de rigor y saña lleno,
la paciencia venciera,
mi respeto no osara ni pudiera.
Segismundo
Sólo por ver si puedo,
harás que pierda a tu hermosura el miedo;
que soy muy inclinado
a vencer lo imposible. Hoy he arrojado
dese balcón a un hombre que decía
que hacerse no podía;
y así, por ver si puedo, cosa es llana51
que arrojaré tu honor por la ventana.
Clotaldo (Aparte.)
(Mucho se va empeñando.
¿Qué he de hacer, cielos, cuando
tras un loco deseo
mi honor segunda vez a riesgo veo?)
Rosaura
No en vano prevenía
a este reino infeliz tu tiranía
escándalos tan fuertes
de delitos, traiciones, iras, muertes.
• 105 •
Pedro Carlderón de la Barca
Segismundo
Porque tú ese baldón52 no me dijeras
tan cortés me mostraba,
pensando que con esto te obligaba.
Mas, si lo soy hablando deste modo,
has de decirlo, ¡vive Dios!, por todo.
¡Hola!, dejadnos solos, y esa puerta
se cierre y no entre nadie.
(Vase Clarín.)
Rosaura (Aparte.)
(Yo soy muerta.)
¡Advierte!
Segismundo
Soy tirano,
y ya pretendes reducirme en vano.
Clotaldo (Aparte.)
(¡Oh, qué lance tan fuerte!
Saldré a estorbarlo, aunque me dé la muerte.)
¡Señor, atiende, mira!
Segismundo
Segunda vez me has provocado a ira,
viejo caduco y loco.
52 Baldón: insulto.
• 106 •
La vida es sueño
Clotaldo
De los acentos desta voz llamado
a decirte que seas
más apacible, si reinar deseas;
y no, por verte ya de todos dueño,
seas crüel, porque quizá es un sueño.
Segismundo
A rabia me provocas,
cuando la luz del desengaño tocas.
Veré, dándote muerte,
si es sueño o si es verdad.
Clotaldo
Yo desta suerte
librar mi vida espero.
Segismundo
¡Quita la osada mano del acero!
Clotaldo
Hasta que gente venga,
que tu rigor y cólera detenga,
no he de soltarte.
Rosaura
¡Ay, cielos!
• 107 •
Pedro Carlderón de la Barca
Segismundo
¡Suelta, digo,
caduco, loco, bárbaro, enemigo,
o será desta suerte (Luchan.)
el darte agora entre mis brazos muerte!
Rosaura
¡Acudid todos, presto,
que matan a Clotaldo! (Vase.)
(Sale Astolfo a tiempo que cae Clotaldo a sus pies, y él se pone en medio.)
Astolfo
Pues ¿qué es esto,
príncipe generoso?
¿Así se mancha acero tan brïoso
en una sangre helada?
Vuelva a la vaina tu lucida espada.
Segismundo
En viéndola teñida
en esa infame sangre.
Astolfo
Ya su vida
tomó a mis pies sagrado;
y de algo ha de servirme haber llegado.
Segismundo
Sírvate de morir; pues desta suerte
también sabré vengarme, con tu muerte
de aquel pasado enojo.
• 108 •
La vida es sueño
Astolfo
Yo defiendo
mi vida: así la majestad no ofendo.
Clotaldo
¡No le ofendas, señor!
Basilio
Pues ¿aquí espadas?
Estrella (Aparte.)
(Astolfo es. ¡Ay de mí, penas airadas!)
Basilio
Pues, ¿qué es lo que ha pasado?
Astolfo
Nada, señor, habiendo tú llegado.
(Envainan.)
Segismundo
Mucho, señor, aunque hayas tú venido;
yo a ese viejo matar he pretendido.
Basilio
¿Respeto no tenías
a estas canas?
Clotaldo
Señor, ved que son mías,
que no importa veréis.
• 109 •
Pedro Carlderón de la Barca
Segismundo
Acciones vanas,
querer que tenga yo respeto a canas;
pues aun ésas podría
ser que viese a mis plantas algún día;
porque aún no estoy vengado
del modo injusto con que me has crïado. (Vase.)
Basilio
Pues antes que lo veas,
volverás a dormir adonde creas
que cuanto te ha pasado,
como fue bien del mundo, fue soñado.
Astolfo
¡Qué pocas veces el hado
que dice desdichas miente,
pues es tan cierto en los males
cuanto dudoso en los bienes!
¡Qué buen astrólogo fuera,
si siempre casos crüeles
anunciara, pues no hay duda
que ellos fueran verdad siempre!
Conocerse esta experiencia
en mí y Segismundo puede,
Estrella, pues en los dos
hizo muestras diferentes.
En él previno rigores,
soberbias, desdichas, muertes,
y en todo dijo verdad,
porque todo, al fin, sucede.
Pero en mí –que al ver, señora
• 110 •
La vida es sueño
Estrella
No dudo que esas finezas
son verdades evidentes,
mas serán por otra dama,
cuyo retrato pendiente
trujistes al cuello cuando
llegastes, Astolfo, a verme;
y, siendo así, esos requiebros
ella sola los merece.
Acudid a que ella os pague;
que no son buenos papeles
en el consejo de amor
las finezas ni las fees
que se hicieron en servicio
de otras damas y otros reyes.
Rosaura (Aparte.)
(¡Gracias a Dios que han llegado
ya mis desdichas crüeles
al término suyo, pues
quien esto ve nada teme!)
• 111 •
Pedro Carlderón de la Barca
Astolfo
Yo haré que el retrato salga
del pecho, para que entre
la imagen de tu hermosura:
donde entra Estrella, no tiene
lugar la sombra…(Aparte.) (Ni estrella
donde el sol). Voy a traerle.
(Aparte.) (Perdona, Rosaura hermosa,
este agravio, porque ausentes,
no se guardan más fe que ésta
los hombres y las mujeres.)
(Vase.)
Rosaura (Aparte.)
(Nada he podido escuchar,
temerosa que me viese.)
Estrella
Astrea53 .
Rosaura
Señora mía.
Estrella
Heme holgado que tú fueses
la que llegaste hasta aquí;
porque de ti solamente
fiara un secreto.
• 112 •
La vida es sueño
Rosaura
Honras,
señora, a quien te obedece.
Estrella
En el poco tiempo, Astrea,
que ha que te conozco, tienes
de mi voluntad las llaves;
por esto, y por ser quien eres,
me atrevo a fiar de ti
lo que aun de mí muchas veces
recaté.
Rosaura
Tu esclava soy.
Estrella
Pues, para decirlo en breve,
mi primo Astolfo –bastara
que mi primo te dijese,
porque hay cosas que se dicen
con pensarlas solamente–
ha de casarse conmigo,
si es que la fortuna quiere
que con una dicha sola
tantas desdichas descuente.
Pesóme que, el primer día,
echado al cuello trujese
el retrato de una dama.
Habléle en él cortésmente;
es galán y quiere bien;
fue por él, y ha de traerle
aquí. Embarázame mucho
que él a mí a dármele llegue.
Quédate aquí y cuando venga
• 113 •
Pedro Carlderón de la Barca
(Vase.)
Rosaura
¡Ojalá no lo supiese!
¡Válgame el cielo! ¿Quién fuera
tan atenta y tan prudente
que supiera aconsejarse
hoy en ocasión tan fuerte?
¿Habrá persona en el mundo
a quien el cielo inclemente
con más desdichas combata
y con más pesares cerque?
¿Qué haré en tantas confusiones,
donde imposible parece
que halle razón que me alivie,
ni alivio que me consuele?
Desde la primer desdicha
no hay suceso ni accidente
que otra desdicha no sea;
que unas a otras suceden,
herederas de sí mismas.
A la imitación del Fénix54 ,
unas de las otras nacen,
viviendo de lo que mueren;
y siempre de sus cenizas
está el sepulcro caliente.
Que eran cobardes, decía
54 Fénix: comparación entre las penas y el Ave Fénix, uno de los animales mitológicos
más difundidos. Es “un pájaro inmortal que resurge de su ceniza, un heredero de
sí mismo y un testigo de las edades”. (Jorge Luis Borges, ob. cit.).
• 114 •
La vida es sueño
• 115 •
Pedro Carlderón de la Barca
Astolfo
Éste es, señora, el retrato;
mas ¡ay Dios!
Rosaura
¿Qué se suspende
Vuestra Alteza? ¿Qué se admira?
Astolfo
De oírte, Rosaura, y verte.
Rosaura
¿Yo Rosaura? Hase engañado
Vuestra Alteza, si me tiene
por otra dama; que yo
soy Astrea, y no merece
mi humildad tan grande dicha
que esa turbación le cueste.
Astolfo
Basta, Rosaura, el engaño;
porque el alma nunca miente;
• 116 •
La vida es sueño
Rosaura
No he entendido a Vuestra Alteza,
y así no sé responderle.
Sólo lo que yo diré
es que Estrella (que lo puede
ser de Venus) me mandó
que en esta parte le espere,
y de la suya le diga
que aquel retrato me entregue
–que está muy puesto en razón–
y yo misma se lo lleve.
Estrella lo quiere así,
porque aun las cosas más leves,
como sean en mi daño,
es Estrella quien las quiere.
Astolfo
Aunque más esfuerzos hagas,
¡oh qué mal, Rosaura, puedes
disimular! Di a los ojos
que su música concierten
con la voz; porque es forzoso
que desdiga y que disuene
tan destemplado instrumento
que ajustar y medir quiere
la falsedad de quien dice
con la verdad de quien siente.
Rosaura
Ya digo que sólo espero
el retrato.
• 117 •
Pedro Carlderón de la Barca
Astolfo
Pues que quieres
llevar al fin el engaño,
con él quiero responderte.
Dirásle, Astrea, a la Infanta
que yo la estimo de suerte
que, pidiéndome un retrato,
poca fineza parece
enviársele; y así,
porque le estime y le precie,
le envío el original;
y tú llevársele puedes,
pues ya le llevas contigo
como a ti misma te lleves.
Rosaura
Cuando un hombre se dispone,
restado55 , altivo y valiente
a salir con una empresa
aunque por trato le entreguen
lo que valga más, sin ella
necio y desairado vuelve.
Yo vengo por un retrato,
y aunque un original lleve
que vale más, volveré
desairada; y así, déme
Vuestra Alteza ese retrato,
que sin él no he de volverme.
Astolfo
Pues ¿cómo, si no he de darle,
le has de llevar?
55 Restado: atrevido.
• 118 •
La vida es sueño
Rosaura
Desta suerte.
Suéltale, ingrato.
Astolfo
Es en vano.
Rosaura
¡Vive Dios! que no ha de verse
en manos de otra mujer.
Astolfo
Terrible estás.
Rosaura
Y tú aleve.
Astolfo
Ya basta, Rosaura mía.
Rosaura
¿Yo tuya, villano? Mientes.
(Sale Estrella.)
Estrella
Astrea, Astolfo. ¿Qué es esto?
Astolfo
(Aquesta es Estrella.)
Rosaura (Aparte.)
(Déme,
para cobrar mi retrato,
• 119 •
Pedro Carlderón de la Barca
Rosaura
Mandásteme que esperase
aquí a Astolfo y le pidiese
un retrato de tu parte;
quedé sola y, como vienen
de unos discursos a otros
las noticias fácilmente,
viéndote hablar de retratos,
con su memoria acordéme
de que tenía uno mío
en la manga. Quise verle,
porque una persona sola
con locuras se divierte;
cayóseme de la mano
al suelo; Astolfo, que viene
a entregarte el de otra dama,
le levantó, y tan rebelde
está en dar el que le pides
que, en vez de dar uno, quiere
llevar otro. Pues el mío
aun no es posible volverme
con ruegos y persuasiones,
colérica y impaciente
yo se le quise quitar.
Aquél que en la mano tiene
es mío; tú lo verás
con ver si se me parece.
• 120 •
La vida es sueño
Estrella
Soltad, Astolfo, el retrato.
(Quítasele.)
Astolfo
¡Señora!
Estrella
No son crüeles
a la verdad los matices.
Rosaura
¿No es mío?
Estrella
¿Qué duda tiene?
Rosaura
Di que ahora te entregue el otro.
Estrella
Toma tu retrato, y vete.
Rosaura (Aparte.)
(Yo he cobrado mi retrato
venga ahora lo que viniere.)
(Vase.)
Estrella
Dadme ahora el retrato vos
que os pedí: que aunque no piense
veros ni hablaros jamás,
• 121 •
Pedro Carlderón de la Barca
Astolfo (Aparte.)
(¿Cómo puedo
salir de lance tan fuerte?)
Aunque quiera, hermosa Estrella
servirte y obedecerte,
no podré darte el retrato
que me pides, porque...
Estrella
Eres
villano y grosero amante.
No quiero que me le entregues;
porque yo tampoco quiero,
de que yo te le he pedido,
con tomarle, que me acuerdes.
(Vase.)
Astolfo
¡Oye, escucha, mira, advierte!
¡Válgate Dios por Rosaura!
¿Dónde, cómo o de qué suerte
hoy a Polonia has venido
a perderme y a perderte?
(Vase.)
• 122 •
La vida es sueño
Cuadro ii
[Torre de Segismundo.]
Clotaldo
Aquí le habéis de dejar,
pues hoy su soberbia acaba
donde empezó.
Criado 1
Como estaba,
la cadena vuelvo a atar.
Clarín
No acabes de despertar,
Segismundo, para verte
perder, trocada la suerte,
siendo tu gloria fingida
una sombra de la vida
y una llama de la muerte.
Clotaldo
A quien sabe discurrir
así, es bien que se prevenga
una estancia donde tenga
harto lugar de argüir.
Éste es el que habéis de asir
y en ese cuarto encerrar.
Clarín
¿Por qué a mí?
• 123 •
Pedro Carlderón de la Barca
Clotaldo
Porque ha de estar
guardado en prisión tan grave
Clarín que secretos sabe,
donde no pueda sonar.
Clarín
¿Yo, por dicha, solicito
dar muerte a mi padre? No.
¿Arrojé del balcón yo
al Ícaro de poquito?56
¿Yo muero ni resucito?
¿Yo sueño o duermo? ¿A qué fin
me encierran?
Clotaldo
Eres Clarín.
Clarín
Pues ya digo que seré
corneta, y que callaré,
que es instrumento rüin. (Llévanle.)
Basilio
¿Clotaldo?
Clotaldo
¡Señor! ¿Así
viene Vuestra Majestad?
56 Ícaro de poquito: alusión paródica al criado que fue arrojado por la ventana.
Comparación con el mito de Ícaro, quien vuela con alas de cera hasta que el sol se
las derrite, provocando su caída y su muerte.
• 124 •
La vida es sueño
Basilio
La necia curiosidad
de ver lo que pasa aquí
a Segismundo, ¡ay de mí!,
deste modo me ha traído.
Clotaldo
Mírale allí reducido
a su miserable estado.
Basilio
¡Ay, príncipe desdichado,
y en triste punto nacido!
Llega a despertarle, ya
que fuerza y vigor perdió
esos lotos que bebió.
Clotaldo
Inquieto, señor, está
y hablando.
Basilio
¿Qué soñará
agora? Escuchemos, pues.
Clotaldo
Con la muerte me amenaza.
• 125 •
Pedro Carlderón de la Barca
Basilio
A mí con rigor y afrenta.
Clotaldo
Quitarme la vida intenta.
Basilio
Rendirme a sus plantas traza.
Basilio
Pues a mí no me ha de ver.
Ya sabes lo que has de hacer.
Desde allí a escucharte voy.
(Retírase.)
Segismundo
¿Soy yo por ventura? ¿Soy
el que preso y aherrojado
llego a verme en tal estado?
¿No sois mi sepulcro vos,
torre? Sí. ¡Válgame Dios,
qué de cosas he soñado!
57 El gran teatro del mundo: el mundo como teatro es un tópico del Barroco y es
además el título de un auto sacramental de Calderón.
• 126 •
La vida es sueño
Clotaldo (Aparte.)
(A mí me toca llegar
a hacer la deshecha58 agora.)
¿Es ya de despertar hora?
Segismundo
Sí, hora es ya de despertar.
Clotaldo
¿Todo el día te has de estar
durmiendo? ¿Desde que yo
al águila que voló
con tarda vista seguí,
y te quedaste tú aquí,
nunca has despertado?
Segismundo
No,
ni aun agora he despertado;
que según, Clotaldo, entiendo,
todavía estoy durmiendo;
y no estoy muy engañado;
porque si ha sido soñado
lo que vi palpable y cierto,
lo que veo será incierto;
y no es mucho que, rendido,
pues veo estando dormido
que sueñe estando despierto.
Clotaldo
Lo que soñaste me di.
• 127 •
Pedro Carlderón de la Barca
Segismundo
Supuesto que sueño fue,
no diré lo que soñé;
lo que vi, Clotaldo, sí.
Yo desperté, y yo me vi,
¡qué crueldad tan lisonjera!,
en un lecho, que pudiera
con matices y colores,
ser el catre de las flores
que tejió la primavera.
Aquí mil nobles rendidos
a mis pies nombre me dieron
de su príncipe, y sirvieron
galas, joyas y vestidos.
La calma de mis sentidos
tú trocaste en alegría,
diciendo la dicha mía:
que, aunque estoy desta manera,
príncipe en Polonia era.
Clotaldo
¡Buenas albricias tendría!
Segismundo
No muy buenas: por traidor,
con pecho atrevido y fuerte,
dos veces te daba muerte.
Clotaldo
¿Para mí tanto rigor?
Segismundo
De todos era señor,
y de todos me vengaba.
Sólo a una mujer amaba;
• 128 •
La vida es sueño
(Vase el Rey.)
Clotaldo (Aparte.)
(Enternecido se ha ido
el Rey de haberle escuchado.)
Como habíamos hablado
de aquella águila, dormido,
tu sueño imperios han sido;
mas en sueños fuera bien
entonces honrar a quien
te crió en tantos empeños,
Segismundo; que aun en sueños
no se pierde el hacer bien.
(Vase.)
Segismundo
Es verdad; pues reprimamos
esta fiera condición,
esta furia, esta ambición,
por si alguna vez soñamos.
Y sí haremos, pues estamos
en mundo tan singular
que el vivir sólo es soñar,
y la experiencia me enseña
que el hombre que vive sueña
lo que es hasta despertar.
Sueña el rey que es rey, y vive
con este engaño mandando,
disponiendo y gobernando;
y este aplauso, que recibe
• 129 •
Pedro Carlderón de la Barca
• 130 •
La vida es sueño
Tercera jornada
Cuadro i
[Torre de Segismundo.]
(Sale Clarín.)
Clarín
En una encantada torre,
por lo que sé, vivo preso.
¿Qué me harán por lo que ignoro,
si por lo que sé me han muerto?
¡Que un hombre con tanta hambre
viniese a morir viviendo!
Lástima tengo de mí.
Todos dirán: “Bien lo creo”;
y bien se puede creer,
pues para mí este silencio
no conforma con el nombre:
Clarín y callar no puedo.
Quien me hace compañía
aquí –si a decirlo acierto–
son arañas y ratones:
¡miren qué dulces jilgueros!
De los sueños desta noche,
la triste cabeza tengo
llena de mil chirimías,
de trompetas y embelecos.
de procesiones, de cruces,
de disciplinantes; y éstos,
unos suben, otros bajan,
unos se desmayan viendo
la sangre que llevan otros.
Mas yo, la verdad diciendo,
de no comer me desmayo;
• 131 •
Pedro Carlderón de la Barca
Soldado 1
Ésta es la torre en que está.
¡Echad la puerta en el suelo!
¡Entrad todos!
Clarín
¡Vive Dios!
que a mí me buscan es cierto,
pues me dicen que aquí estoy.
¿Qué me querrán?
(Salen los soldados que pudieren.)
Soldado 1
¡Entrad dentro!
59 Mas yo, la verdad diciendo… que es el mayor sacrilegio: este parlamento de Clarín
desarrolla uno de los tópicos en la construcción de la figura del gracioso: el hambre.
De allí el juego con las palabras Nicomedes (ni coméis) y Niceno (ni ceno).
• 132 •
La vida es sueño
Soldado 2
Aquí está.
Clarín
No está.
Todos
¡Señor!
Clarín
¿Si vienen borrachos éstos?
Soldado 2
Tú nuestro príncipe eres;
ni admitimos ni queremos
sino al señor natural,
y no príncipe extranjero.
A todos nos da los pies.
Todos
¡Viva el gran príncipe nuestro!
Clarín (Aparte.)
(¡Vive Dios, que va de veras!
¿Si es costumbre en este reino
prender uno cada día
y hacerle príncipe, y luego
volverle a la torre? Sí,
pues cada día lo veo.
Fuerza es hacer mi papel.)
Soldados
Danos tus plantas.
• 133 •
Pedro Carlderón de la Barca
Clarín
No puedo,
porque las he menester
para mí, y fuera defeto
ser príncipe desplantado60.
Soldado 2
Todos a tu padre mesmo
le dijimos que a ti solo
por príncipe conocemos,
no al de Moscovia.
Clarín
¿A mi padre
le perdistis el respeto?
Sois unos tales por cuales.
Soldado 1
Fue lealtad de nuestros pechos.
Clarín
Si fue lealtad, yo os perdono.
Soldado 1
Sal a restaurar tu Imperio.
¡Viva Segismundo!
Todos
¡Viva!
60 Desplantar: desterrar.
• 134 •
La vida es sueño
Clarín (Aparte.)
(Segismundo dicen. ¡Bueno!
Segismundos llaman todos
los príncipes contrahechos.)
(Sale Segismundo.)
Segismundo
¿Quién nombra aquí a Segismundo?
Clarín (Aparte.)
(¿Mas que soy príncipe huero61?)
Soldado 1
¿Quién es Segismundo?
Segismundo
Yo.
Soldado 2
Pues ¿cómo, atrevido y necio,
tú te hacías Segismundo?
Clarín
¿Yo Segismundo? Eso niego.
Que vosotros fuistis quien
me segismundasteis62 . Luego
vuestra ha sido solamente
necedad y atrevimiento.
• 135 •
Pedro Carlderón de la Barca
Soldado 1
Gran príncipe Segismundo
–que las señas que traemos
tuyas son, aunque por fe
te aclamamos señor nuestro–,
tu padre, el gran rey Basilio,
temeroso que los cielos
cumplan un hado que dice
que ha de verse a tus pies puesto,
vencido de ti, pretende
quitarte acción y derecho
y dársela a Astolfo, duque
de Moscovia. Para esto
juntó su corte, y el vulgo,
penetrando ya y sabiendo
que tiene rey natural,
venga a mandarle; y así,
haciendo noble desprecio
de la inclemencia del hado,
te ha buscado donde preso
vives para que, valido
de tus armas y saliendo
desta torre a restaurar
tu imperial corona y cetro,
se la quites a un tirano.
Sal, pues; que en ese desierto
ejército numeroso
de bandidos63 y plebeyos
te aclama. La libertad
te espera. Oye sus acentos.
• 136 •
La vida es sueño
Todos (Dentro.)
¡Viva Segismundo, viva!
Segismundo (Aparte.)
(¿Otra vez –¡qué es esto, cielos!–
queréis que sueñe grandezas
que ha de deshacer el tiempo?
¿Otra vez queréis que vea
entre sombras y bosquejos
la majestad y la pompa
desvanecida del viento?
¿Otra vez queréis que toque
el desengaño, o el riesgo
a que el humano poder
nace humilde y vive atento?
Pues no ha de ser, no ha de ser.
Miradme otra vez sujeto
a mi fortuna. Y pues sé
que toda esta vida es sueño,
¡idos, sombras, que fingís
hoy a mis sentidos muertos
cuerpo y voz, siendo verdad
que ni tenéis voz ni cuerpo;
que no quiero majestades
fingidas, pompas no quiero!
Fantásticas ilusiones
que, al soplo menos ligero
del aura han de deshacerse,
bien como el florido almendro
que, por madrugar sus flores
sin aviso y sin consejo,
al primer soplo se apagan,
marchitando y desluciendo
de sus rosados capullos
belleza, luz, y ornamento,
• 137 •
Pedro Carlderón de la Barca
ya os conozco, ya os conozco,
y sé que os pasa lo mesmo
con cualquiera que se duerme.
Para mí no hay fingimientos,
que, desengañado ya,
sé bien que la vida es sueño.)
Soldado 2
Si piensas que te engañamos,
vuelve a ese monte soberbio
los ojos, para que veas
la gente que aguarda en ellos
para obedecerte.
Segismundo
Ya otra vez vi aquesto mesmo
tan clara y distintamente
como agora lo estoy viendo,
y fue sueño.
Soldado 2
Cosas grandes
siempre, gran señor, trujeron
anuncios; y esto sería,
si lo soñaste primero.
Segismundo
Dices bien, anuncio fue.
(Aparte.) (Y caso que fuese cierto,
pues que la vida es tan corta,
soñemos, alma, soñemos
otra vez; pero ha de ser
con atención y consejo
de que hemos de despertar
• 138 •
La vida es sueño
Todos
¡Viva Segismundo, viva!
(Sale Clotaldo.)
Clotaldo
¿Qué alboroto es éste, cielos?
Segismundo
¡Clotaldo!
• 139 •
Pedro Carlderón de la Barca
Clotaldo
Señor (Aparte.) (En mí
su crueldad prueba.)
Clarín (Aparte.)
(Yo apuesto
que le despeña del monte.)
(Vase.)
Clotaldo
A tus reales plantas llego,
ya sé que a morir.
Segismundo
Levanta,
levanta, padre, del suelo;
que tú has de ser norte y guía
de quien fíe mis aciertos;
que ya sé que mi crianza
a tu mucha lealtad debo.
Dame los brazos.
Clotaldo
¿Qué dices?
Segismundo
Que estoy soñando y que quiero
obrar bien, pues no se pierde
obrar bien, aun entre sueños.
Clotaldo
Pues, señor, si el obrar bien
es ya tu blasón, es cierto
que no te ofenda el que yo
hoy solicite lo mesmo.
• 140 •
La vida es sueño
Segismundo
¡Villano,
traidor, ingrato! (Aparte.) (Mas ¡cielos!,
reportarme me conviene,
que aún no sé si estoy despierto.)
Clotaldo, vuestro valor
os envidio y agradezco.
Idos a servir al Rey,
que en el campo nos veremos.
Vosotros, tocad el arma.
Clotaldo
Mil veces tus plantas beso.
(Vase.)
Segismundo
A reinar, fortuna, vamos.
No me despiertes, si duermo;
y si es verdad, no me duermas.
Mas sea verdad o sueño,
obrar bien es lo que importa.
Si fuere verdad, por serlo;
si no, por ganar amigos
para cuando despertemos.
• 141 •
Pedro Carlderón de la Barca
Cuadro ii
[Palacio de Basilio.]
Basilio
¿Quién, Astolfo, podrá parar prudente
la furia de un caballo desbocado?
¿Quién detener de un río la corriente
que corre al mar, soberbio y despeñado?
¿Quién un peñasco suspender, valiente,
de la cima de un monte, desgajado?
Pues todo fácil de parar ha sido,
y un vulgo no, soberbio y atrevido.
Dígalo en bandos el rumor partido,
pues se oye resonar en lo profundo
de los montes el eco repetido,
unos “¡Astolfo!” y otros “¡Segismundo!”.
El dosel de la jura, reducido
a segunda intención, a horror segundo,
teatro funesto es, donde importuna
representa tragedias la fortuna.
Astolfo
Suspéndase, señor, el alegría,
cese el aplauso y gusto lisonjero
que tu mano feliz me prometía;
que si Polonia –a quien mandar espero–
hoy se resiste a la obediencia mía
es porque la merezca yo primero.
Dadme un caballo y, de arrogancia lleno,
rayo descienda el que blasona trueno.
(Vase.)
• 142 •
La vida es sueño
Basilio
Poco reparo tiene lo infalible,
y mucho riesgo lo previsto tiene.
Si ha de ser, la defensa es imposible,
que quien la excusa más, más la previene.
¡Dura ley! ¡Fuerte caso! ¡Horror terrible!
Quien piensa que huye el riesgo, al riesgo viene,
con lo que yo guardaba me he perdido;
yo mismo, yo mi patria he destrüido.
(Sale Estrella.)
Estrella
Si tu presencia, gran señor, no trata
de enfrenar el tumulto sucedido
–que de uno en otro bando se dilata,
por las calles y plazas dividido–,
verás tu reino en ondas de escarlata
nadar, entre la púrpura teñido
de su sangre; que ya, con triste modo,
todo es desdichas y tragedias todo.
Tanta es la ruina de tu imperio, tanta
la fuerza del rigor duro y sangriento
que visto admira y escuchado espanta.
El sol se turba y se embaraza el viento;
cada piedra una pirámide levanta,
y cada flor construye un monumento;
cada edificio es un sepulcro altivo,
cada soldado un esqueleto vivo.
(Sale Clotaldo.)
Clotaldo
¡Gracias a Dios que vivo a tus pies llego!
• 143 •
Pedro Carlderón de la Barca
Basilio
¡Clotaldo! Pues ¿qué hay de Segismundo?
Clotaldo
Que el vulgo, monstruo despeñado y ciego,
la torre penetró, y de lo profundo
della sacó su príncipe, que luego
que vio segunda vez su honor segundo,
valiente se mostró, diciendo fiero
que ha de sacar al cielo verdadero.
Basilio
Dadme un caballo, porque yo en persona
vencer valiente a un hijo ingrato quiero;
y en la defensa ya de mi corona,
lo que la ciencia erró venza el acero.
(Vase.)
Estrella
Pues yo, al lado del sol, seré Belona.
Poner mi nombre junto al tuyo espero,
que he de volar sobre tendidas alas
a competir con la deidad de Palas.
Rosaura
Aunque el valor que se encierra
en tu pecho desde allí
dé voces, óyeme a mí;
que yo sé que todo es guerra.
Ya sabes que yo llegué
pobre, humilde y desdichada
a Polonia y, amparada
• 144 •
La vida es sueño
de tu valor, en ti hallé
piedad. Mandásteme, ¡ay cielos!
que disfrazada viviese
en palacio, y pretendiese,
disimulando mis celos,
guardarme de Astolfo. En fin
él me vio, y tanto atropella
mi honor que, viéndome, a Estrella
de noche habla en un jardín.
Déste la llave he tomado,
y te podrá dar lugar
de que en él puedas entrar
a dar fin a mi cuidado.
Aquí altivo, osado y fuerte,
volver por honor podrás,
pues que ya resuelto estás
a vengarme con su muerte.
Clotaldo
Verdad es que me incliné,
desde el punto que te vi,
a hacer, Rosaura, por ti
–testigo tu llanto fue–
cuanto mi vida pudiese.
Lo primero que intenté
quitarte aquel traje fue,
porque, si Astolfo te viese,
te viese en tu propio traje,
sin juzgar a liviandad
la loca temeridad
que hace del honor ultraje.
En este tiempo trazaba
cómo cobrar se pudiese
tu honor perdido, aunque fuese
–¡tanto tu honor me arrestaba!–
• 145 •
Pedro Carlderón de la Barca
Rosaura
No tengo que prevenir
que, en un varón singular,
cuanto es noble acción el dar
es bajeza el recibir.
Y este principio asentado,
• 146 •
La vida es sueño
Clotaldo
Aunque la nobleza vive
de la parte del que da,
el agradecerla está
de parte del que recibe.
Y pues ya dar he sabido,
ya tengo con nombre honroso
el nombre de generoso:
déjame el de agradecido,
pues le puedo conseguir
siendo agradecido cuanto
liberal, pues honra tanto
el dar como el recibir.
Rosaura
De ti recibí la vida,
y tú mismo me dijiste,
cuando la vida me diste,
que la que estaba ofendida
• 147 •
Pedro Carlderón de la Barca
Clotaldo
Vencido de tu argumento,
antes liberal seré.
Yo, Rosaura, te daré
mi hacienda, y en un convento
vive; que está bien pensado
el medio que solicito;
pues huyendo de un delito
te recoges a un sagrado;
que cuando, tan dividido,
el reino desdichas siente,
no he de ser quien las aumente,
habiendo noble nacido.
Con el remedio elegido,
soy con el reino leal,
soy contigo liberal,
con Astolfo agradecido;
y así escogerle te cuadre,
quedándose entre los dos,
que no hiciera ¡vive Dios!
más cuando fuera tu padre.
• 148 •
La vida es sueño
Rosaura
Cuando tú mi padre fueras,
sufriera esa injuria yo;
pero no siéndolo, no.
Clotaldo
Pues ¿qué es lo que hacer esperas?
Rosaura
Matar al Duque.
Clotaldo
Una dama
que padre no ha conocido,
¿tanto valor ha tenido?
Rosaura
Sí.
Clotaldo
¿Quién te alienta?
Rosaura
Mi fama.
Clotaldo
Mira que a Astolfo has de ver...
Rosaura
Todo mi honor lo atropella.
Clotaldo
...tu rey, y esposo de Estrella.
• 149 •
Pedro Carlderón de la Barca
Rosaura
¡Vive Dios que no ha de ser!
Clotaldo
Es locura.
Rosaura
Ya lo veo.
Clotaldo
Pues véncela.
Rosaura
No podré.
Clotaldo
Pues perderás...
Rosaura
Ya lo sé.
Clotaldo
... vida y honor.
Rosaura
Bien lo creo.
Clotaldo
¿Qué intentas?
Rosaura
Mi muerte.
• 150 •
La vida es sueño
Clotaldo
Mira
que eso es despecho.
Rosaura
Es honor.
Clotaldo
Es desatino.
Rosaura
Es valor.
Clotaldo
Es frenesí.
Rosaura
Es rabia, es ira.
Clotaldo
En fin, ¿que no se da medio
a tu ciega pasión?
Rosaura
No.
Clotaldo
¿Quién ha de ayudarte?
Rosaura
Yo.
Clotaldo
¿No hay remedio?
• 151 •
Pedro Carlderón de la Barca
Rosaura
No hay remedio.
Clotaldo
Piensa bien si hay otros modos.
Rosaura
Perderme de otra manera.
(Vase.)
Clotaldo
Pues has de perderte, espera,
hija, y perdámonos todos.
(Vase.)
• 152 •
La vida es sueño
Cuadro iii
[Torre de Segismundo.]
Segismundo
Si este día me viera
Roma en los triunfos de su edad primera,
¡oh, cuánto se alegrara,
viendo lograr una ocasión tan rara
de tener una fiera
que sus grandes ejércitos rigiera,
a cuyo altivo aliento
fuera poca conquista el firmamento!
Pero el vuelo abatamos,
espíritu; no así desvanezcamos
aqueste aplauso incierto,
si ha de pesarme, cuando esté despierto,
de haberlo conseguido
para haberlo perdido;
pues mientras menos fuere
menos se sentirá si se perdiere.
(Dentro, un clarín.)
Clarín
En un veloz caballo
–perdóname, que fuerza es el pintallo64
en viniéndome a cuento–,
en quien un mapa se dibuja atento,
• 153 •
Pedro Carlderón de la Barca
Segismundo
Su luz me ciega.
Clarín (Aparte.)
(¡Vive Dios que es Rosaura!)
(Vase.)
Segismundo
El cielo a mi presencia la restaura.
Rosaura
Generoso Segismundo,
cuya majestad heroica
sale al día de sus hechos
de la noche de sus sombras
–y como el mayor planeta
que en los brazos de la aurora
se restituye luciente
a las flores y a las rosas,
• 154 •
La vida es sueño
• 155 •
Pedro Carlderón de la Barca
en la corte de Moscovia
que, según fue desdichada,
debió de ser muy hermosa.
En ésta puso los ojos
un traidor, que no le nombra
mi voz por no conocerle,
de cuyo valor me informa
el mío; pues siendo objeto
de su idea, siento agora
no haber nacido gentil,
para persuadirme, loca,
a que fue algún dios de aquellos
que en metamorfosis lloran
–lluvia de oro, cisne y toro–
Dánae, Leda y Europa65 .
Cuando pensé que alargaba,
citando aleves historias,
el discurso, hallo que en él
te he dicho en razones pocas
que mi madre, persuadida
a finezas amorosas,
fue como ninguna bella,
y fue infeliz como todas.
Aquella necia disculpa
de fe y palabra de esposa
la alcanza tanto que, aún hoy,
el pensamiento la cobra,
habiendo sido un tirano
tan Eneas de su honra66
65 lluvia de oro, cisne y toro, Dánae, Leda y Europa: alusión a tres metamorfosis de
Júpiter. El dios, para gozar de las tres mujeres, se transforma en lluvia de oro, en
cisne y en toro, respectivamene.
66 Eneas de su honra: alusión a la Eneida, libro iv, que relata el suicidio de Dido, reina
de Cartago, al ser abandonada por Eneas.
• 156 •
La vida es sueño
67 Mal dado nudo: promesa de matrimonio que se daban los amantes en secreto,
válida hasta el Concilio de Trento.
• 157 •
Pedro Carlderón de la Barca
68 Babilonia: confusión.
• 158 •
La vida es sueño
Y escarmentando en sí misma
–que por dejar a la ociosa
libertad, al tiempo fácil,
el remedio de su honra,
no le tuvo en mis desdichas–,
por mejor consejo toma
que le siga y que le obligue
con finezas prodigiosas
a la deuda de mi honor;
y, para que a menos costa
fuese, quiso mi fortuna
que en traje de hombre me ponga.
Descolgó una antigua espada
que es ésta que ciñó –agora
es tiempo que se desnude,
como prometí, la hoja–,
pues, confiada en sus señas
me dijo: “Parte a Polonia,
y procura que te vean
ese acero que te adorna
los más nobles; que en alguno
podrá ser que hallen piadosa
acogida tus fortunas
y consuelo tus congojas”.
Llegué a Polonia en efeto...
Pasemos, pues que no importa
el decirlo, y ya se sabe,
que un bruto que se desboca
me llevó a tu cueva, adonde
tú de mirarme te asombras.
Pasemos que allí Clotaldo
de mi parte se apasiona;
que pide mi vida al Rey;
que el Rey mi vida le otorga;
que informado de quién soy,
• 159 •
Pedro Carlderón de la Barca
• 160 •
La vida es sueño
a mí porque no se case
el que mi esposo se nombra;
y a ti porque, estando juntos
sus dos estados, no pongan
con más poder y más fuerza
en duda nuestra vitoria.
Mujer, vengo a persuadirte
el remedio de mi honra:
y varón, vengo a alentarte
a que cobres tu corona.
Mujer, vengo a enternecerte
cuando a tus plantas me ponga;
y varón, vengo a servirte
cuando a tus gentes socorra.
Mujer, vengo a que me valgas
en mi agravio y mi congoja;
y varón, vengo a valerte
con mi acero y mi persona.
Y así piensa que si hoy
como a mujer me enamoras,
como varón te daré
la muerte en defensa honrosa
de mi honor; porque he de ser
en su conquista, amorosa
mujer para darte quejas,
varón para ganar honras.
Segismundo (Aparte.)
(¡Cielos, si es verdad que sueño,
suspendedme la memoria,
que no es posible que quepan
en un sueño tantas cosas!
¡Válgame Dios! ¡Quién supiera
o saber salir de todas,
o no pensar en ninguna!
• 161 •
Pedro Carlderón de la Barca
• 162 •
La vida es sueño
• 163 •
Pedro Carlderón de la Barca
Rosaura
Señor, ¿pues así te ausentas?
¿Pues ni una palabra sola
no te debe mi cuidado,
no merece mi congoja?
¿Cómo es posible, señor,
que ni me mires ni oigas?
¿Aún no me vuelves el rostro?
Segismundo
Rosaura, al honor le importa,
por ser piadoso contigo,
ser crüel contigo agora.
No te responde mi voz,
porque mi honor te responda;
no te hablo, porque quiero
que te hablen por mí mis obras;
ni te miro porque es fuerza,
en pena tan rigurosa,
que no mire tu hermosura
quien ha de mirar tu honra.
Rosaura
¿Qué enigmas, cielos, son éstas?
Después de tanto pesar,
¿aún me queda que dudar
con equívocas respuestas?
(Sale Clarín.)
Clarín
Señora, ¿es hora de verte?
• 164 •
La vida es sueño
Rosaura
¡Ay, Clarín! ¿Dónde has estado?
Clarín
En una torre, encerrado
brujuleando69 mi muerte,
si me da, o no me da;
y a figura que me diera70,
pasante quínola71 fuera
mi vida; que estuve ya
para dar un estallido.
Rosaura
¿Por qué?
Clarín
Porque sé el secreto
de quién eres, y en efeto,
Clotaldo... Pero ¿qué ruido (Dentro cajas.)
es éste?
Rosaura
¿Qué puede ser?
Clarín
Que del palacio sitiado
sale un escuadrón armado
a resistir y vencer
el del fiero Segismundo.
69 Brujulear: descubrir, en el juego de naipes, las cartas por las rayas superiores.
70 y a figura que me diera: si me diera la peor carta.
71 Pasante quínola: juego de azar.
• 165 •
Pedro Carlderón de la Barca
Rosaura
Pues ¿cómo cobarde estoy,
y ya a su lado no soy
un escándalo del mundo,
cuando ya tanta crueldad
cierra sin orden ni ley?
(Vase.)
Unos (Dentro.)
¡Viva nuestro invicto Rey!
Otros (Dentro.)
¡Viva nuestra libertad!
Clarín
¡La libertad y el Rey vivan!
Vivan muy enhorabuena,
que a mí nada me da pena,
como en cuenta me reciban;
que yo, apartado este día
en tan grande confusión,
haga el papel de Nerón,
que de nada se dolía.72
Si bien me quiero doler
de algo, y ha de ser de mí.
Escondido desde aquí
toda la fiesta he de ver.
El sitio es oculto y fuerte
entre estas peñas. Pues ya
• 166 •
La vida es sueño
la muerte no me hallará,
dos higas para la muerte. (Escóndese.)
Basilio
¿Hay más infelice rey?
¿Hay padre más perseguido?
Clotaldo
Ya tu ejército vencido
baja sin tino ni ley.
Astolfo
Los traidores vencedores
quedan.
Basilio
En batallas tales,
los que vencen son leales,
los vencidos los traidores.
Huyamos, Clotaldo, pues,
del crüel, del inhumano
rigor de un hijo tirano.
Clarín
¡Válgame el cielo!
Astolfo
¿Quién es
este infelice soldado,
que a nuestros pies ha caído
en sangre todo teñido?
• 167 •
Pedro Carlderón de la Barca
Clarín
Soy un hombre desdichado,
que, por quererme guardar
de la muerte, la busqué.
Huyendo della topé
con ella, pues no hay lugar
para la muerte secreto;
de donde claro se arguye
de quien más su efeto huye
es quien se llega a su efeto.
Por eso tornad, tornad
a la lid sangrienta luego;
que entre las armas y el fuego
hay mayor seguridad
que en el monte más guardado;
que no hay seguro camino
a la fuerza del destino
y a la inclemencia del hado.
Y así, aunque a libraros vais
de la muerte con hüir,
mirad que vais a morir,
si está de Dios que muráis.
(Cae dentro.)
Basilio
Mirad que vais a morir,
si está de Dios que muráis.
¡Qué bien, ¡ay cielos!, persuade
nuestro error, nuestra ignorancia,
a mayor conocimiento
este cadáver que habla
por la boca de una herida
siendo el humor que desata
• 168 •
La vida es sueño
Clotaldo
Aunque el hado, señor, sabe
todos los caminos, y halla
a quien busca entre lo espeso
de dos penas, no es cristiana
determinación decir
que no hay reparo a su saña.
Sí hay, que el prudente varón
vitoria del hado alcanza.
Y si no estás reservado
de la pena y la desgracia,
haz por donde te reserves.
Astolfo
Clotaldo, señor, te habla
como prudente varón
que madura edad alcanza;
yo como joven valiente.
Entre las espesas ramas
dese monte está un caballo,
veloz aborto del aura73;
huye en él, que yo entre tanto
te guardaré las espaldas.
• 169 •
Pedro Carlderón de la Barca
Basilio
Si está de Dios que yo muera,
o si la muerte me aguarda,
aquí, hoy la quiero buscar,
esperando cara a cara.
Segismundo
En lo intrincado del monte,
entre sus espesas ramas,
el Rey se esconde. Seguilde,
no quede en sus cumbres planta
que no examine el cuidado,
tronco a tronco, y rama a rama.
Clotaldo
¡Huye, señor!
Basilio
¿Para qué?
Astolfo
¿Qué intentas?
Basilio
¡Astolfo, aparta!
Clotaldo
¿Qué intentas?
Basilio
Hacer, Clotaldo,
un remedio que me falta.
• 170 •
La vida es sueño
Si a mí buscándome vas,
ya estoy, príncipe, a tus plantas.
Sea dellas blanca alfombra
esta nieve de mis canas.
Pisa mi cerviz, y huella
mi corona; postra, arrastra
mi decoro y mi respeto;
toma de mi honor venganza;
sírvete de mí cautivo;
y, tras prevenciones tantas,
cumpla el hado su homenaje,
cumpla el cielo su palabra.
Segismundo
Corte ilustre de Polonia,
que de admiraciones tantas
sois testigos, atended,
que vuestro príncipe os habla.
Lo que está determinado
del cielo, y en azul tabla
Dios con el dedo escribió,
de quien son cifras y estampas
tantos papeles azules
que adornan letras doradas,
nunca engaña, nunca miente,
porque quien miente y engaña
es quien, para usar mal dellas,
las penetra y las alcanza.
Mi padre, que está presente,
por excusarse a la saña
de mi condición, me hizo
un bruto, una fiera humana;
de suerte que, cuando yo
por mi nobleza gallarda,
• 171 •
Pedro Carlderón de la Barca
74 golfos de agua... monumentos de plata: las profundidades del mar son comparadas
con los sepulcros.
• 172 •
La vida es sueño
• 173 •
Pedro Carlderón de la Barca
Basilio
Hijo, que tan noble acción
otra vez en mis entrañas
te engendra, príncipe eres.
A ti el laurel y la palma
se te deben. Tú venciste;
corónente tus hazañas.
Todos
¡Viva Segismundo, viva!
Segismundo
Pues que ya vencer aguarda
mi valor grandes vitorias,
hoy ha de ser la más alta
vencerme a mí. Astolfo dé
la mano luego a Rosaura,
pues sabe que de su honor
es deuda y yo he de cobrarla.
Astolfo
Aunque es verdad que la debo
obligaciones, repara
que ella no sabe quién es;
y es bajeza y es infamia
casarme yo con mujer...
• 174 •
La vida es sueño
Clotaldo
No prosigas, tente, aguarda;
porque Rosaura es tan noble
como tú, Astolfo, y mi espada
lo defenderá en el campo;
que es mi hija, y esto basta.
Astolfo
¿Qué dices?
Clotaldo
Que yo hasta verla
casada, noble y honrada,
no la quise descubrir.
La historia desto es muy larga;
pero, en fin, es hija mía.
Astolfo
Pues siendo así, mi palabra
cumpliré.
Segismundo
Pues, porque Estrella
no quede desconsolada,
viendo que príncipe pierde
de tanto valor y fama,
de mi propia mano, yo
con esposo he de casarla
que, en méritos y fortuna,
si no le excede le iguala.
Dame la mano.
• 175 •
Pedro Carlderón de la Barca
Estrella
Yo gano
en merecer dicha tanta.
Segismundo
A Clotaldo, que leal
sirvió a mi padre, le aguardan
mis brazos, con las mercedes
que él pidiere que le haga.
Soldado 1
Si así a quien no te ha servido
honras, a mí, que fui causa
del alboroto del reino
y de la torre en que estabas
te saqué ¿qué me darás?
Segismundo
La torre; y porque no salgas
della nunca hasta morir,
has de estar allí con guardas;
que el traidor no es menester
siendo la traición pasada.
Basilio
Tu ingenio a todos admira.
Astolfo
¡Qué condición tan mudada!
Rosaura
¡Qué discreto y qué prudente!
• 176 •
La vida es sueño
Segismundo
¿Qué os admira, qué os espanta,
si fue mi maestro un sueño,
y estoy temiendo, en mis ansias,
que he de despertar y hallarme
otra vez en mi cerrada
prisión? Y cuando no sea,
el soñarlo sólo basta;
pues así llegué a saber
que toda la dicha humana,
en fin, pasa como sueño.
Y quiero hoy aprovecharla
el tiempo que me durare,
pidiendo de nuestras faltas
perdón, pues de pechos nobles
es tan propio el perdonarlas.
• 177 •
Sobre terreno conocido
Comprobación de lectura
Marquen con una cruz la opción correcta.
179
4 Clotaldo reconoce que Rosaura es su hija porque ésta le muestra…
a) una espada.
b) una joya.
c) un libro.
d) un retrato.
180
Actividades de comprensión
1 Observen la siguiente lista de acciones de la Primera jornada de
La vida es sueño.
• Llegada de Rosaura a Polonia.
• Encuentro de Rosaura y Segismundo que muestra el encarcela-
miento de este último.
• Encuentro de Rosaura y Clotaldo que pone en evidencia que ella
es su hija.
• Traslado de Rosaura, Clarín y Clotaldo al palacio de Basilio.
• Conversación de Estrella y Astolfo.
• Discurso de Basilio en el que señala su decisión de traer a Segis-
mundo al palacio.
• Conversación entre Clotaldo y Basilio en la que este último le in-
forma su intención de traer a Segismundo al palacio.
• Conversación de Clotaldo y Rosaura en la que ella confiesa la ra-
zón de su viaje a Polonia.
Para Marc Vitse, uno de los grandes críticos del teatro, la tragedia
calderoniana se estructura en tormo del enfrentamiento entre una
vieja generación pervertida, decadente –reyes, padres, maridos– y las
nuevas generaciones filiales que necesitan elaborar una ley nueva.
185
b) Indiquen a qué espacios de aquellos en los que se desarrolla la
acción corresponden los dos primeros bocetos y a cuál los dos
últimos.
186
Actividades de análisis
El texto de teatro
Clotaldo (Aparte.)
(¡Válgame el cielo! ¿Qué escucho?
Aun no sé determinarme
si tales sucesos son
ilusiones o verdades.
Esta espada es la que yo
dejé a la hermosa Violante,
por señas que el que ceñida
la trujera, había de hallarme
amoroso como hijo,
y piadoso como padre.
Pues ¿qué he de hacer, ¡ay de mí!,
en confusión semejante,
si quien la trae por favor
para su muerte la trae,
pues que sentenciado a muerte
llega a mis pies?
[...]
Pero ¿qué dudo?
¿La lealtad al Rey no es antes
que la vida y que el honor?
188
a) Ubiquen en el texto los monólogos de Segismundo, reléanlos y
establezcan si se trata de soliloquios o de monólogos dialógicos.
1 Se trata de versos de ocho sílabas. En métrica, se considera que los versos de hasta
ocho sílabas son de arte menor y aquellos con más de ocho sílabas, de arte
mayor.
2 La rima es la coincidencia de sonidos a partir de la última sílaba acentuada de cada
verso. Se denomina consonante cuando coinciden todos los sonidos a partir de la
última sílaba acentuada. La rima es asonante cuando solo hay coincidencia de los
sonidos vocálicos. Según la distribución de la rima en la estrofa, es abrazada cuando
rima el primer verso con el último. 189
Por ejemplo:
191
Relean ambos monólogos y elaboren un cuadro comparativo a
partir del siguiente modelo.
2 Lean el cuento “La noche boca arriba” del escritor argentino Julio
Cortázar. Pueden buscarlo en alguna biblioteca o en sitios de
Internet dedicados a la literatura.
a) Discutan cuál es el sueño en ese relato y quién lo está soñando.
b) Investiguen en libros o manuales sobre literatura argentina a
qué tipo de cuento pertenece “La noche boca arriba”.
c) Comparen la función que tiene el tópico de la vida como sueño
en el cuento de Cortázar y en la obra de Calderón.
193
5 En Palabra de expertos, Florencia Calvo señala que el tópico de la
vida como sueño en la obra de Calderón está asociado con otros
dos núcleos temáticos centrales del Barroco: la fugacidad de la
vida y el carácter engañoso de la realidad.
El Barroco
a) Aspectos temáticos
a) Primer período
El teatro de
b) Aspectos de estilo
Calderón
b) Segundo período
a) Géneros
c) Características
generales b) Temas
c) Estilo
194
2 Tal como se afirma en Palabra de expertos, el estilo barroco se
caracteriza por la utilización de procedimientos que complejizan el
lenguaje, tanto en cuanto a la forma como al contenido. Algunos
de los procedimientos barrocos que pueden reconocerse en La vida
es sueño son la metáfora4 , que es la sustitución de un elemento
por otro semejante, el hipérbaton5 , que es el cambio en el orden
sintáctico convencional de las palabras, y la perífrasis6 , que es el
reemplazo de una palabra por una expresión que refiera lo mismo
de un modo más complejo. También es común el uso de juegos
lingüísticos como las bimembraciones7, que dividen el verso en
dos miembros sintácticamente equivalentes y las diseminaciones
recolectivas8 , que consisten en diseminar elementos para luego
recolectarlos en un verso.
No somos libres de elegir lo que nos pasa (haber nacido tal día,
de tales padres y en tal país […]), sino libres de responder a lo que
nos pasa de tal o cual modo (obedecer o rebelarnos, ser prudentes
o temerarios, vengativos o resignados […]).
a) Describan una situación que les haya tocado vivir sin que uste-
des lo esperaran o lo quisieran.
b) Expliquen cómo respondieron a esa situación.
c) Discutan entre todos de qué otras maneras podrían haber res-
pondido a esa situación.
Traté de explicar esto a mis amigos de Puertas del Cielo. –Pis, mierda
–dije–. Culo hijoputa, maldición mierda maldición.
Coño. Pipí coño. ¡Maldición!
Meneaban la cabeza, sonreían y seguían de largo.
Espacio:
Se trata de una especie de galpón al fondo de la casa donde vive Omar. Está repleto
de objetos de todo tipo, la mayor parte de ellos claramente inservibles. Hay también
tres maniquíes (dos cuerpos de mujer y uno de hombre).
Primera parte
1
El lugar está a oscuras. Voces desde fuera. Ruidos en la puerta. Alguien
intenta abrirla.
Omar (off.) A ver. Ayudame con esto.
Fina (off.) No puedo.
Omar (off.) Dejá eso en el suelo.
Fina (off.) Es que hay barro.
Omar (off.) Dejalo ahí.
Fina (off.) Está mojado también. A la mierda. ¿Oís?
Omar (off.) ¿Qué?
Fina (off.) Parece que está por empezar a llover otra vez.
Omar (off.) No, no creo.
Fina (off.) ¿Pero no sentís? Te vas a lastimar.
Se abre la puerta de un golpe. Entra la luz del exterior. Es plomiza. Vemos a
contraluz a Omar y Fina. Esta trae unos grandes rollos de papel. Omar está a
punto de caer debido a la fuerza que tuvo que hacer para abrir la puerta.
Fina Cuidado.
198 Omar Ya está, ya está.
Suena el móvil de Omar.
Fina Qué copada que es tu mamá.
Omar ¿Qué?
Fina Que qué copada que es tu mamá.
Omar (Responde yendo a encender la luz, mientras atiende el móvil.) Sí.
Fina Y linda.
Omar (Al móvil.) Toni.
Fina ¿Es Toni?
Omar (Al móvil.) Sí, ya estamos. (Enciende la luz. Descubrimos el lugar.)
Bueno, en realidad no llegó nadie todavía. (Notan que al tiempo de encender
la luz se ha encendido un viejo ventilador. Hace mucho ruido.) ¿Dentro de
cuánto llegás? (…) ¿Qué nueva? (Intenta apagar el ventilador, cosa que no
logra. Lo golpea. El ventilador se apaga.) Ah, sí, Cristina, sí. No sé. (Le hace
una seña interrogativa a Fina. Esta asiente.) Sí, sí. Viene también. (La luz
empieza a bajar.) A mí también me hincha las pelotas… (Fina le hace señas.)
Esperá. (A Fina.) ¿Qué? (Nota que la luz está a punto de apagarse. Va hasta el
interruptor y le da antes de que se haga el oscuro total. La luz vuelve a encen-
derse y con ella el ventilador.)
Fina Que a mí también me hincha las pelotas.
Omar ¿Qué cosa?
Fina La chica esta. Cristina. La nueva. Nada. Decile.
Omar (Al móvil.) Nada. Estamos acá. ¿Traés los apuntes? Los apuntes,
los… ¿Hola? (Pero se ha cortado. Guarda el móvil. Va hasta el ventilador. Se
guía por el cable.)
Fina ¿Trae los apuntes?
Omar No sé. Se cortó. (Toma el cable del ventilador para cortarle la corrien-
te al aparato.)
Fina ¿Por qué se cortó?
Omar Se cortó. (Corta el cable con un tirón.)
Fina ¿Viene?
Omar Sí, en un… (Pero en ese momento el cable que acaba de cortar le da
una descarga eléctrica. Pega un grito. Suena el móvil de Fina. Tocan a la puerta.)
Fina (Atendiendo su móvil.) ¿Te lastimaste?
Omar No es nada. Concha de… (Va a abrir la puerta. Fina atiende su
móvil.) ¿Hola?
Omar abre la puerta. Entra Carol.
Carol Hola.
Omar Hola.
Fina (Haciendo un gesto de saludo a Carol mientras habla.) Hola Toni.
Carol Tu mamá me dijo que estaban acá atrás y que…
Fina (A los otros.) Es Toni. (Al móvil.) Ah, sí, se cortó. Sí. Que… No. No
creo. No sé. Esperá. (A Omar.) ¿Apagaste el celu? 199
Omar No.
Fina (Al móvil.) Dice que no.
Carol ¿Trae los apuntes?
Fina (Al móvil.) ¿Con él? Te paso. (A Omar.) Omar, Toni.
Omar ¿Por qué no me llamó al celu?
Fina Dice que da ocupado.
Omar ¿Y qué quiere?
Fina (Al móvil.) Pregunta qué querés.
Carol Preguntale si trae las apuntes. ¿Leíste lo de Brasil, Fina?
Fina (A Omar.) Dice que quiere hablar con vos. (Omar toma el móvil. Fina,
a Carol.) ¿No es tremendo? No se puede creer. De acá a dos semanas puede
pasar acá. ¿No es impresionante?
Omar (Al móvil de Fina.) Toni. Hola, sí…
Carol (A Fina.) ¿Cómo de acá a dos semanas?
Omar (Al móvil.) ¿Hola?
Fina O antes.
Omar (Al móvil.) ¿Hola?
Carol ¿Pero dónde leíste eso?
Fina Lo leí.
Omar (A las otras.) Se cortó.
Fina Totalmente impresionante.
Carol Yo lo leí chiquito en La Nación; pero no decía nada de dos semanas.
Fina O antes.
Omar ¿Leés La Nación?
Carol ¿Por qué?
Omar ¿No es facho?
Carol ¿La Nación? No lo sé. Yo creía que Ámbito era facho. Lo leen mis viejos.
Omar ¿Ámbito?
Carol La Nación.
Omar Qué mierda.
Carol ¿La Nación?
Omar Los diarios en general. Todo el mundo dice “¿viste lo que pasó?”,
Ayudame con esto. (Está haciendo espacio en el galpón para poder trabajar.
Continúa no obstante con lo que está exponiendo como idea.) “¿Viste lo que dijo
tal?”, (Fina lo ayuda.) “¿Viste lo que va a pasar?” Bueno, que no pasó nada ni
nadie dijo nada ni va a pasar nada. (Por lo que mueven.) Acá está bien.
(Retoma.) Nada más son taradeces que escriben unos tarados.
Fina (Por otro objeto.) ¿Y esto? (Retomando la conversación.) Bueno, no sé.
Estudian ¿no?
Omar ¿Quiénes? (Por la otra pregunta de Fina.) No sé. No, no; dejalo ahí.
Fina Los periodistas.
200 Omar Nosotros también estudiamos. Y es probable que alguno de noso-
tros se haga periodista.
Fina ¿Y?
Omar Y bueno, que somos unos tarados.
Fina Yo no pienso estudiar periodismo.
Carol La nueva, ¿cómo era?
Fina Cristina.
Carol Ella quiere estudiar periodismo.
Omar Ahí tienen. Esa Cristina, ¿no es una tarada?
Fina, Carol Sí.
Omar Seguro que se recibe y con diploma de honor.
Carol Que de cosas que tenés acá.
Tocan a la puerta.
Omar (A Carol) ¿Abrís?
Fina Yo vi unas imágenes por Internet. Una tormenta tremenda. Los
relámpagos eran color granate. Es por la tala.
Carol abre.
Carol (A Omar.) Es tu mamá.
Fina Las empresas americanas no hacen declaraciones, pero todos saben
que gran parte de la responsabilidad es de ellos.
Carol ¿Ellos quiénes?
Fina Las empresas americanas.
Carol ¿Norteamericanas?
Omar va a atender a su madre. Mientras tanto las chicas siguen su conversación.
Omar Ah, hola. Creí que…
Cristina (Entrando.) Tu mamá me…
Omar Sí, sí.
Cristina (Besa a Omar.) Hola. (Se acerca a Carol.) Hola. (Intenta besarla,
pero Carol no reacciona.) Hola a todos.
Carol, Fina Hola.
Cristina ¿Ya estamos todos? (De pronto, exultante.) ¡Omar! ¡Qué divino
lugar! De verdad ¿eh? Tenés de todo acá. (Los otros no pueden reprimir una risita.)
¿Qué? (Silencio.) Ah, les quiero contar que estuve navegando por internet ¿y a qué
no saben lo que averigüé? Los tres mejores equipos de las Jornadas de la Ciencia
tienen posibilidad de participar en las Jornadas de la Ciencia en la categoría junior
en Valparaíso, eso es en Chile. (Nadie responde.) Valparaíso, Chile. Saben ¿no?
Chile, el país. Bueno, pero eso nada más puede pasar después de concursar con
los otros colegios del país. Hay una primera etapa adonde un jurado se expide y
después creo que es por sorteo. Puntaje y sorteo. El que tiene más puntaje tiene
más números en el sorteo. Bueno, no se entiende bien, pero creo que es así más o
menos; como que el que tiene más puntaje tiene más posibilidades ¿no? Lo que a
mí me parece mejor es que discutamos las ideas que estuvo pensando cada uno y
202 que después hagamos una votación secreta, anotando en papelitos la idea que a
cada uno le parezca más buena. Yo lo que pensé es que deberíamos hacer un
terrario. Está un poco visto, sí, pero también es un clásico y reúne los principales
elementos que se especifican en los apuntes. En el colegio al que iba hasta que nos
mudamos con mi familia acá (me encanta acá ¿eh? Y estoy segura de que voy a
hacerme un montón de amigos; extraño un poco a mi novio de Mar del Plata,
claro, pero ya me voy a acostumbrar, eso dice mi papá y mi papá siempre tiene
razón); ¿qué estaba diciendo? Ah, sí. Que en el colegio de mi ciudad siempre gana-
ba el terrario. Leí los apuntes unas cuantas veces. Traje una fotocopia para cada
uno. (Reparte.) Me parece que estamos bastante justos de tiempo, pero si nos
organizamos bien creo que va a salir. Lo que habría que hacer es armar un equipo
de trabajo con distribución de tareas, según áreas que habría que predeterminar.
Alguien tendría que ocuparse del hábitat. Otros salimos a buscar algunos bichi-
tos. Lo de la vegetación me gustaría hacerlo a mí. Lo más importante es la presen-
tación (la iluminación, un lindo cartel –eso también puedo hacerlo yo; soy súper
prolija y siempre fui la mejor en caligrafía–). También pensé que podríamos
ponernos ropa acorde. Como de exploradores o algo así. Con mi papá estuvimos
una vez en Temaiken y trajimos unos gorros que quedan petardo. Ah, sí, y
podríamos grabar sonidos. Como de la selva. La ambientación cuenta mucho.
Ruiditos como de bichitos de noche, grillitos. Puede estar súper ¿no? ¿Ven ahí en
la página tres? Lo subrayé. La presentación es súper importante también. Y hay
que hacer el informe, claro. Eso también tiene que tener una presentación que
esté buena. Eso es lo que les gusta. Una linda carpeta. Había pensado en hacer
una carátula con motivos alusivos; con fotos de animales extinguidos como los
rinocerontes. Mi papá me puede ayudar con la redacción; como es escritor (bue-
no, él redactó una de las secciones del portal de Internet de Actitud Buenos Aires,
que estaba buenísima; y además está escribiendo una novela que va a ser genial;
bueno no leí nada todavía pero algunas cositas me cuenta y estoy segura de que
cuando se publique va a ser un éxito increíble). Y él, bueno, que dice que les gusta
mucho cuando se incluyen footnotes y recuadros en colores… Yo voy a estudiar
para comunicadora social que es como ahora se les dice a los periodistas y creo
que es la mejor profesión porque te mantiene actualizada acerca de todo lo que
pasa en todas partes del mundo. Bueno, ¿qué piensan de mi idea? (Tocan a la
puerta.) Está buena ¿no? (Omar abre. Cristina se dirige a Carol.) Vos eras Carol.
Y… (A Fina.) ¿Cómo era que te llamabas vos?
Fina Fina.
Cristina ríe un poco.
Cristina Bueno, está bien ¿no?
Carol ¿Qué?
Cristina Digo, el nombre de ella, que está bien. Yo tenía una perra que se
llamaba así.
Omar entra con Toni.
Toni Hola.
Todos Hola. 203
Cristina Ay, Toni, ¡qué lindo que estás! (Todos la miran.) Todos están lin-
dos. Lindísimos. Ay, chicos. Estoy… entusiasmada. Sé que lo vamos a pasar
genial trabajando juntos.
Oscuro.
2
Luz. Un rato más tarde. Todos discuten.
Fina … que con esto de Brasil…
Toni ¿Y eso qué tiene que ver?
Fina Sale en todos los diarios.
Toni Decís que salió chiquito en Ámbito.
Carol En La Nación.
Toni Es igual.
Fina Salió chiquito pero salió. Y si se fijan en Internet hay un montón de
artículos. Algunos incluso dicen que podría haber un anticiclón que trajera el
fenómeno hasta acá en menos de lo que canta un gallo. De aquí a dos semanas.
Carol O antes.
Toni y Omar ¿Y?
Fina ¿Cómo “y”? Esas tormentas pueden alterarlo todo.
Toni ¿Qué todo?
Fina Las temperaturas bajan montones de grados en pocos minutos; y
dicen que hasta es probable que nieve; ¡en el Amazonas! ¿se dan cuenta?
Toni ¿De qué?
Fina Bueno, que es rarísimo. Los relámpagos son de color granate.
Toni ¿Qué granate?
Fina De color granate.
Carol Rojos.
Toni ¿Y por qué decís granate?
Carol En La Nación dice así.
Omar Ay, qué tarados.
Fina Bueno, lo que quiero decir es que la energía que producen esos rayos
es muy distinta a la que producen los relámpagos comunes y puede pasar cual-
quier cosa.
Se desata una ola de protestas:
Omar ¡Esos son inventos de los diarios!
Toni (A Fina, en simultáneo con Omar.) ¿Y cómo vamos a hacer para que
eso se convierta en un trabajo práctico?
Carol (A Omar.) ¡No son inventos!
Omar (A Carol.) ¿Qué sabes vos? (A Fina.) Yo no creo en esas taradeces.
Fina ¡Escuchen, escuchen! Tenemos que construir un escenario chiquito.
Como un escenario de títeres. Y le ponemos árboles; quiero decir que le pone-
204 mos ramas que parezcan árboles…
Cristina Para eso hacemos el terrario.
Fina … y con luces chiquitas hacemos los relámpagos y después grabamos
truenos y entonces tenemos la tormenta…
Cristina Lo de grabar sonidos fue una idea mía; en el terrario tamb…
Fina (Habla encima de Cristina.) Los relámpagos tienen que ser granate;
hay unas lucecitas que usan los autos que pueden servir. Es importante que se
entienda que es una tormenta fuera de lo común. Deberíamos poner la nota de
La Nación y algunos de los artículos de Internet en una copia ampliada para
que la gente se de cuenta… (Apunta en su cuaderno.) … y carteles sensaciona-
listas al estilo... “LA TIERRA PELIGRA” así entre signos de admiración… ó…
¡Ya sé! “LOS HOMBRES DESTRUYEN LA SELVA; LOS DIOSES CLAMAN
VENGANZA” (Apunta.) Eso está genial ¿no?
Omar Eso es una idiotez, Fina.
Toni ¿Y cómo hacemos la lluvia?
Fina No sé. Con una regadera.
Omar Por eso digo, hagamos el sistema de riego. En Sociales lo vimos.
Fotocopiamos lo que ya teníamos del año pasado, cuando vimos lo de la agri-
cultura azteca. Y además hablar de las comunidades indígenas sudamericanas
es políticamente correcto. Eso va a funcionar.
Carol Eran Incas.
Omar ¿Qué?
Carol Que eran Incas, no Aztecas. Los del sistema de riego. Además los
aztecas son centroamericanos y no de Sudamérica.
Omar Es igual. Tenemos los apuntes. ¿Se acuerdan que había láminas también?
Toni Indios, indios. Me tienen las bolas llenas, los indios.
Fina (A Omar.) Ah, sí. ¿Y vos creés que la de Sociales no se va a dar cuenta
de que lo sacamos de las láminas que ella misma nos dio? (Protestas.) No, no,
no. Tiene que ser algo original. A nadie se le va a ocurrir lo de Brasil y es de
súper actualidad; eso va a contar en el momento de la evaluación.
Toni Es que va a salir horrible, yo sé lo que te digo. Van a pensar que es un
sistema de riego.
Fina ¿Por qué?
Toni Nadie se va a dar cuenta de que es la selva amazónica.
Omar Para eso hagamos el sistema de riego y listo.
Fina No.
Omar ¿Por qué no?
Fina Porque es idiota un sistema de riego.
Silencio.
Cristina El terrario es lo más fácil; miren…
Toni ¿Y si hacemos el zepelín como dijo Carol?
Silencio. Piensan.
Omar No. Se puede quemar.
Silencio. Piensan. 205
Carol Lo mismo pasa con el volcán.
Silencio. Piensan.
Cristina Yo creo que la mejor idea sigue siendo el terrario, porque habla
de todo lo que están hablando. (Silencio de los otros. Cristina insiste.) Es que
siempre gana el terrario. (Silencio de los otros.) Y…
Fina ¿No ves que estamos tratando de pensar?
Cristina Ah, sí; perdón.
Todos piensan en silencio un largo rato.
Oscuro lento.
3
Un rato más tarde. Están recogiendo sus cosas para marcharse cada uno a su
casa. Carol y Fina mantienen una conversación.
Carol Bueno, y parece que el padre, que se volvió a casar; ahora está medio
esclavizado por la nueva mujer, que tiene una flota de taxis. Y bueno, él le
maneja uno de los taxis, pero si él quiere usar el coche de ella ¿qué te crees? No
se lo deja usar. Y ni siquiera le deja tomarse ratos libres ni nada. Y la ex no le
deja pisar en la casa. Así que ella imaginate cómo está. Encima la hermanita
que perdió un ojo.
Fina ¿Cómo que perdió un ojo?
Carol ¿No sabías?
Fina No. ¿Qué le pasó?
Carol Yo también le pregunté pero no sabe. Dice así, que perdió un ojo.
Parece es un virus horroroso que te come le ojo.
Cristina ¿Es del Cole?
Fina ¿Quién?
Cristina La chica de la que hablan.
Fina Sí. No. Vos no la conocés. Estuvo hasta el año pasado. Después se fue.
Cristina Nos vemos mañana.
Todos Hasta mañana.
Cristina No nos queda mucho tiempo ¿eh? (Sale.)
Todos Hasta mañana.
Carol (A Toni.) ¿Me llevás?
Toni Sí. Apurate.
Carol Ya estoy.
Cristina (Volviendo a entrar.) Eh… De verdad les digo. Que la Feria es
pasado mañana y no creo que se postergue.
Todos Hasta mañana.
Cristina sale.
Toni (A los otros.) Hasta mañana.
Omar A las cuatro.
Toni A las cuatro.
Salen todos menos Fina y Omar. Se miran. Y empiezan a besarse. Se van
206 tumbando en el suelo lentamente.
Oscuro.
4
Luz. Al día siguiente. Omar, Toni, Carol y Fina escuchan graves, sin mover-
se, a la desesperada Cristina.
Cristina Yo quiero decirles algo. Puede ser que yo no sea la persona indi-
cada para decirles lo que tienen que hacer y qué no tienen que hacer. Pero ano-
che yo no pude dormir. Es cierto, quizá el terrario no sea la mejor idea; no es
original y está muy visto y en todo eso tienen razón, seguro. Creo que ustedes
son un grupo ya formado y yo vengo de fuera y por ahí fui muy torpe querien-
do imponer mis ideas. Por ahí me dejé llevar por el entusiasmo. Pero anoche
no pude dormir. Me despertaba a cada rato y tenía pensamientos horribles.
Pensé que nos aplazaban en el taller y que eso me llevaba a una depresión tre-
menda porque lo iba a decepcionar mucho a mi papá. Desde que se separó hace
como que todo está bien y yo también hago como que todo está bien. Pero yo sé
que no está todo bien y que si nos mudamos acá es porque a él lo echaron del
trabajo. Yo sé que es así. Él me lo ocultó pero yo ya estoy grande y él no me
puede engañar como cuando era chiquita que me hacía creer que yo era el per-
sonaje de un cuento que leían los nenes de todo el mundo y en todos los idio-
mas. Y así como sé que yo no soy la pequeña Cristinita que vivía en un hongo,
sé que a mi papá le cuesta mucho conservar un trabajo y sé además que es un
mal escritor y que nunca va a escribir la novela que quiere escribir porque nun-
ca escribe y una novela no se escribe sola. Y yo quiero hacerle creer que está
todo bien. Y él tiene muchas esperanzas puestas en mí y si nos va mal en el
taller no sé qué me va a pasar. Lo único que sé es que tengo mucho miedo. Y
ustedes no se lo toman demasiado en serio esto, y es probable que esté bien,
porque somos jóvenes y ya llegará el momento en que tengamos que tomarnos
las cosas en serio. Ya sabemos que no vamos a hacer el terrario ni la tormenta
eléctrica con relámpagos granate, ni el sistema de riego, ni el zepelín. Muy bien.
Pero sé también que no se nos va a ocurrir algo de pronto, así, de un momento
para el otro. Las cosas no funcionan así. También se puede fracasar en la vida
¿saben? Y por ahí seamos eso nosotros. Unos fracasados. No es tan raro. Mi
papá es un fracasado y seguro que lo es el padre de más de uno de ustedes. Qué
se le va a hacer. El talento es para algunos nada más. Ni siquiera importa las
notas que nos saquemos en el colegio. Y un día nos vamos a dar cuenta que
todas las ilusiones que teníamos en la vida eran taradeces y vamos a ser unos
mediocres que de lo único que nos vamos a poder ocupar es de sobrevivir y por
ahí ganar un poco de plata y endeudarnos un montón de años para poder com-
prarnos un coche. No me miren así. ¿Es que de verdad pensaron que hoy nos
íbamos a inspirar y tener una idea maravillosa? ¿Qué podemos hacer? Mañana
es el día de la feria y si no tenemos nada vamos a pasar vergüenza y va a ser el
peor fin de semana de nuestra vida. ¿O podemos hacer algo con las cosas que
hay aquí? ¿Qué nos pensamos? ¿Que las ideas vienen en un momento? ¡Bueno,
no! (Se acerca a la puerta.) Ahora me voy a mi casa. No quiero que me vean así. 207
Discúlpenme. Y les aseguro que pensé. Pensé mucho toda la noche. Pero todo
lo que se me ocurría eran idioteces. Hasta pensé en hacer que estas tres cosas
(Señala a los muñecos.) funcionasen como si fuesen androides… ¡qué tarada
soy! (Sale.)
Todos se han quedado mirando a los muñecos. En menos de un segundo la
idea madura y todos están claros que están pensando lo mismo. Toni es el pri-
mero en reaccionar y se aproxima a la puerta. La abre y llama.
Toni ¡Cristina!
Música.
Oscuro.
5
Luz. La música continúa. Todos están trabajando bajo las órdenes de Toni.
Llevan y traen cosas. Arman una improvisada camilla.
Oscuro. La música continúa.
6
Luz. Continúa la música. Los maniquíes acostados sobre la camilla. Todos
los miran satisfechos. Cristina se limpia el sudor de la cara.
Oscuro.
7
La música sigue hasta que acaba. Es tarde, pasada la medianoche. Las muje-
res se han marchado. Toni trabaja con el maniquí hombre. Omar duerme. Toni
desguasa al maniquí. Le instala una minigrabadora en un hueco que le ha
hecho en la espalda. Verifica algunos controles. Quita la minigrabadora del
muñeco. Verifica que tenga una cinta. Graba su propia voz.
Toni Un, dos, tres, probando. Hola, hola, hola; probando, probando.
Comprueba la grabación.
Voz Toni Un, dos, tres, probando. Hola, hola, hola; probando, probando.
Coloca nuevamente la minigrabadora en el muñeco. Hace algunas conexio-
nes más. Va hasta el control y acciona una perilla. No parece funcionar. Vuelve
hasta el muñeco. Toca algunos contactos. Vuelve al control. Acciona la perilla.
Nada sucede. Algo desahuciado decide dar por terminada la tarea por hoy. Se
limpia un poco con un trapo. Llama.
Toni Omar. (Silencio.) ¡Omar!
Omar despierta.
Omar ¿Qué?
Toni Estoy cansado. Seguimos mañana mejor.
Omar ¿Qué hora es?
Toni Deben ser como las tres.
Omar ¿No funciona?
Toni Todavía no.
Están por salir. Omar apaga la luz. Cuando están a punto de cerrar la puerta,
208
el muñeco habla.
Brad Pitt Un, dos, tres, probando. Hola, hola, hola; probando, probando.
Regresan rápidamente y encienden la luz.
Oscuro.
8
Luz. Toni y Omar desguasan a los maniquíes mujer con taladros. Llevan
delantales y antiparras para los ojos. Mientras tanto Cristina y Carol se afanan
sobre sendos cuadernos. Dialogan entre ellas.
Toni A ver si agarrás bien esto.
Omar Te lo estoy agarrando.
Toni Más arriba, bolón.
Omar Ahora.
Toni ¡No, más arriba te dije! (Abren a Pelirroja.) Ahora, bien. (Apaga el
taladro. Se limpian los ojos con un trapo.) Tomá, limpiate que te queda todo
adentro sino.
Omar Agh, mierda. (Se limpian los ojos.)
Toni Tomá. Con esto. (Le da una herramienta.) Vos tené así abierto y yo le
saco la mierda esa que tiene adentro.
Omar ¿Así? Mierda, se me zafa.
Toni Con fuerza.
Omar Estoy haciendo fuerza.
Toni Ya va, ya va. (Va quitando el relleno de Pelirroja.) La conch, qué asco.
Entra Fina con aire triunfal y dos pequeños maletines.
Fina ¡Chachán! (Todos la miran.) ¡Conseguí las minigrabadoras!
Todos aplauden.
Toni Muy bien. ¿A ver?
Todos se juntan para abrir los cofres.
Fina Con cuidado.
Se quedan en silencio, absortos por lo magnífico de las minigrabadoras.
Toni A la mierda. Son geniales.
Carol Son nuevas.
Fina Nos las dejaron por dos semanas.
Omar ¿Dos semanas?
Fina Y; hasta que volvamos de Chile.
Toni (Canta.) Cuando pa Chile me voy…
Risas de excitación.
Fina No saben lo que me costó convencerla. Me preguntó que para qué las
íbamos a usar y cómo y que quiénes estábamos en el equipo y un montón de
cosas; cuando le dije que estabas vos dijo, muy bien, si está Toni puedo confiar.
Así que salieron del departamento de tecnología bajo TU responsabilidad.
Toni Me cago en…
Risas. 209
Cristina Bueno, vamos, rápido, que tienen que estar allá en dos horas.
Toni Vamos, rápido. (Toma las minigrabadoras y se acerca al grupo de
muchachas.) Vamos a hacer una prueba. (A Carol.) A ver, vos, Carol.
Carol ¿Qué hago?
Toni Decí, “hola, qué tal.”
Carol Hola qué tal.
Toni No, esperá. Ahora. (Acciona la minigrabadora.)
Carol Hola qué tal.
Toni Bien. A ver…
Toni comprueba la grabación.
Voz Carol (Grabada.) Hola qué tal.
Toni (Con otra minigrabadora, a Cristina.) Ahora vos. (Pero Omar hace
funcionar el taladro en ese preciso instante.) Esperá. (A Omar.) ¡Omar! (Pero
Omar no hace caso.) ¡¡Omar!! (Omar apaga el taladro.)
Omar ¿Qué?
Toni Que estamos grabando.
Omar ¿No es una prueba?
Toni Che….
Omar Bueno, bueno. Perdón.
Toni (A Cristina.) Ahora. (Acciona la minigrabadora.)
Cristina (A la minigrabadora.) Hola qué tal.
Toni Bien. (Comprueba.)
Voz Cristina (Grabadora.) Hola qué tal.
Toni Bien, bien, bien. Y ahora yo… (A los otros.) Silencio. (A una tercera
minigrabadora.) Hola qué tal. (Comprueba.)
Voz Toni (Minigrabadora.) Hola qué tal.
Toni Bien. (Mientras se dispone a continuar con su tarea, a las chicas.)
¿Cómo va eso?
Carol Bien, bien.
Toni ¿Les falta mucho?
Fina No. Ya casi estamos.
Toni (Mientras encaja la minigrabadora en Brad Pitt.) Se lo ponés así, bien
adentro para que el parlantito esté lo más arriba posible.
Omar (Por la Morocha.) Es que si hago mucha fuerza esta se rompe.
Toni Con cuidado entonces. Ahora te ayudo un poco. (Están ambos sobre
los maniquíes mujeres.) ¿Ves? Ahí, este es el que tiene que quedar a la derecha.
¿Le pusiste la cinta?
Omar Se salió.
Toni Y esto no está bien pelado. A ver. (Toma un alicate y trabaja.) Andá
poniendo en orden los cables. Los que son oscuros son los que van con los grises.
Y los verdes con los azules.
Omar (Mientras lo hace.) Los oscuros con los grises los verdes con los azules.
210 Esto entonces es así, más más, más menos, menos más, menos menos.
Toni Menos menos no. Que se van a achicharrar.
Omar Ah, entonces este no.
Toni Este es el de allá, este y este. Bien. Ya está. Chicas. Atención que
hacemos una prueba.
Fina Sí.
Toni Silencio. Vamos a ver. Primero la de la punta.
Omar La podrida.
Toni Un, dos, tres.
Acciona un botón.
Maniquí Morocha Hola qué tal.
Sordo festejo de aprobación.
Toni Ahora la colorada. Un, dos, tres.
Acciona un segundo botón.
Maniquí Pelirroja Hola qué tal.
Toni Y ahora el Brad Pitt.
Cristina Ah, es cierto, se parece.
Ríen.
Toni Un, dos, tres.
Acciona un tercer botón.
Brad Pitt Hola qué tal.
Todos aprueban.
Toni ¿Y ustedes están?
Carol Sí, ya estamos.
Cristina Lo hicimos en verso.
Toni ¿Cómo en verso?
Cristina En verso. Con rima. Como teatro en verso. Es mejor.
Fina ¿Lo leemos?
Toni Sí, léanlo.
Carol Es que hay un personaje masculino.
Fina Omar.
Cristina Sí, Omar, Omar.
Omar No, yo no.
Fina Vamos, Omar.
Omar No, no,
Se escapa. Carol lo persigue.
Carol Vení, Omar, vamos, leé.
Omar No. Dije que no y es no.
Cristina Bah. Toni, hacelo vos.
Toni Bueno, está bien, leo yo.
Reparten papeles.
Carol (A Toni.) Toma. Vos sos el camarero.
Toni El mozo. 211
Carol Se dice mozo, pero se escribe camarero.
Toni Acá no dice “camarero”.
Fina El camarero es C.
Toni Ah, sí. ¿Quién empieza?
Cristina Yo. Soy A.
Toni ¿“A” de qué?
Cristina De nada.
Toni Ah. Como camarero es C, había pensado que era la inicial.
Cristina ¿Qué inicial?
Toni La inicial de camarero. C. Y que era A de Ana y B de Bibiana, por
ejemplo.
Carol Viviana va con v baja.
Omar No siempre.
Toni Era un ejemplo.
Cristina Bueno, no.
Fina Es abecé como podría ser un dos tres o alfa beta gamma, así dicen
que es en el teatro moderno.
Toni Ah. Bueno. Vos sos A entonces.
Carol Yo B.
Cristina Bueno, esto pasa a la tarde, en un bar del microcentro ¿no?
Bueno, y ellas son amigas de toda la vida y…
Carol Leámoslo directamente, que se entiende mejor.
Cristina Empiezo yo. (Lee.) “Oh, estoy tan cansada.”
Carol (Lee.) “Es normal. Ir de compras cansa un montón.”
Cristina (Lee.) “Tienes toda la razón.”
Carol “Nos vendría muy bien un poco de ensalada.”
Toni (Lee.) “Buen día, señoras.”
Carol (Lee.) “Buen día, mozo.”
Cristina (Lee.) “Buen día, mozo.”
Carol (Lee.) “¿Tiene ensalada?”
Se quedan en silencio.
Cristina (A Toni.) Vos.
Toni Acá dice A.
Cristina Ah, sí; soy yo; cierto. (Lee.) “Sírvanos un poco.”
Toni (Lee.) “Perdonen, pero a hora la tengo…” ¿Qué dice aquí?
¿“Congelada”?
Fina Congelada.
Toni ¿La ensalada congelada?
Fina Bueno, rima ¿no?
Toni Es cierto, no me había...
Fina Sigan, sigan.
212 Toni A ver… acá, sí. (Lee.) “Perdonen, pero ahora la tengo congelada.”
Carol (Lee.) “¿Qué podemos pedir?
Toni (Lee.) “Yo les recomiendo limonada.” Ah, eso está bien.
Cristina (A Toni.) Sh. (Lee.) “Yo quiero un café con leche.”
Toni (Lee.) “Descremada.”
Fina No. “¿Descremada?”
Carol Interrogante.
Toni (Por el papel.) Ah, sí. Es pregunta. (Lee.) “¿Descremada?”
Cristina (Lee.) “Sí.”
Toni ¿Ya está?
Carol Sí.
Cristina ¿Qué les parece?
Toni Ge - nial.
Carol ¿De verdad? Qué bien.
Toni ¿Lo grabamos?
Omar Sí. A ver, cómo hacemos.
Toni Deberíamos grabar todos en los tres a la vez.
Omar No, no.
Toni ¿Por?
Omar Hay un solo pause.
Toni Cada uno tiene su pause.
Omar Pero en el control general de allá hay un solo pause.
Toni ¿Y?
Omar Que la voz de todos va a salir por la boca de todos. Si pudiésemos
tener un pause para cada uno desde allá, podríamos hacer que funcionase uno
por vez.
Toni Pero en ese caso tendríamos que hacer en los dos que no están fun-
cionando en ese momento un fast forward. Pero eso si tuviéramos allá tres
pauses. (Por las minigrabadoras.) ¿Tienen contador estas cosas?
Omar (Por una de las minigrabadoras.) Este sí.
Toni (Por otra de las minigrabadoras.) Este no.
Omar Mierda.
Fina Es más fácil con el stop.
Omar y Toni ¿Eh?
Fina Tenemos tres plays y un stop ¿no? Y el stop vale para todos ¿no es
cierto? Entonces grabamos en cada grabadora lo que le corresponde a cada
uno y vamos apretando el play del que le toca hablar en ese momento y cuando
termina de decir lo que tiene que decir se hace stop; y aunque el stop es para
los tres, a los otros dos no importa que les hagamos stop porque igual no esta-
ban funcionando, y entonces se aprieta el play del que le toca hablar después, y
cuando termina de hablar stop, y play para el próximo, y stop, y así.
Toni y Omar Ah, está bien.
Omar ¿Cada uno graba lo de cada uno, entonces? 213
Fina Eso.
Toni ¿Y dejamos una pausa entre medio?
Fina Sí. De dos, tres segundos.
Toni A ver entonces. Cristina primero.
Cristina ¿Qué hago?
Toni Vas leyendo todas tus… partes.
Fina Eso tiene un nombre.
Cristina ¿Cómo? ¿Todo seguido?
Fina (Tratando de recordar, a Carol.) Ay, ¿cómo era?
Omar Sí. Pero entre una parte y la otra dejás una pausa de tres segundos.
Toni Nosotros te decimos.
Cristina ¿Pero cómo? No entiendo, ¿qué partes?
Omar A ver, una parte es cada una de las cosas que decís.
Fina Les digo que eso tiene un nombre.
Omar ¿Qué cosa?
Fina Eso. Tiene un nombre. Lo que dicen los personajes. En lengua una
vez nos lo enseñaron, cuando nos hicieron leer “Los árboles duermen de pie”.
Toni Es cierto.
Fina Que es todo lo que un personaje dice después de que habló otro y
antes de que hable otro. Con RE empezaba… re… re… re…
Carol ¿Reliquia?
Toni Eso, reliquia, sí.
Omar (A Cristina.) Bueno, decís una reliquia completa y entonces hacés
la pausa.
Cristina Ah, bueno.
Toni ¿Entondiste?
Cristina No. Pero ustedes me van diciendo ¿no?
Toni ¿Estás lista? Sh. Silencio, que grabamos. Cuándo terminás una reli-
quia me mirás y te digo cuándo empezás la que sigue.
Cristina Está bien. Y lo hago ya así con las exclamaciones y todo ¿no?
Fina Sí, claro; sí.
Toni Va. ¿Lista?
Cristina Sí.
Toni Ahora. (Pone a funcionar la minigrabadora.)
Cristina (Lee con sentimiento.) “Oh, estoy tan cansada.” (Le hacen señas
de que pare. Cuentan con los dedos hasta tres. Señal de que continúe. Omar
empieza a sufrir una tentación de risa, aunque aún no es audible.) “Tienes toda
la razón.” (Nueva seña de que se espere. Seña de que continúe.) “Buen día,
mozo.” (Pero Omar no puede reprimir su risa y estalla.)
Toni Mierda. Cortemos. Cortemos.
Omar Es que es muy gracioso. Perdonen, perdonen. Ya está. (Vuelve a ten-
214 tarse.) Perdonen. Ahora sí. Ya está.
Fina No tan cerca del micrófono.
Cristina ¿Pero me sale bien?
Fina Sí, sí. Acentuá un poco más los finales.
Cristina ¿Qué finales?
Fina Los puntos finales.
Cristina Ah, sí.
Toni Vamos de vuelta.
Carol No hace falta, no hace falta.
Toni Es cierto. Retomemos desde “Buen día, mozo.” (Omar se tienta.) ¡Basta!
Omar Perdonen. (Se calma.)
Toni ¿Listos? Va. (Acciona la minigrabadora.)
Cristina (Lee.) “Buen día, mozo.” (Señal de que se espere. Tres segundos.
Nueva señal.) “Sírvanos un poco.” (Nueva pausa.) “Yo quiero un café con
leche.” (Nueva pausa.) “Sí.”
Toni (Apaga la minigrabadora.) Bien. (A Carol.) Ahora vos. (Toma otra
minigrabadora.)
Carol Bueno.
Toni ¿Lista? Empezamos… ahora. (Acciona la minigrabadora.)
Carol (Lee.) “Es normal. Ir de compras cansa un montón.” (Pausa.) “Nos
vendría muy bien un poco de ensalada.” (Pausa.) “Buen día, mozo.” (Pausa.)
“¿Tiene ensalada?” (Pausa.) “¿Qué podemos pedir?” (Pausa.) Ya está.
Toni ¿Ya? Bien. (Apaga la minigrabadora.)
Carol (A todos.) ¿Qué tal?
Todos Muy bien, muy bien.
Toni Ahora yo. (A Omar. Por la tercera minigrabadora.) ¿Me la agarrás?
Omar Bueno. (Toni le da la tercera minigrabadora.)
Toni Tenés que apretar ahí.
Omar ¿Ahora?
Toni Cuando quieras. No te rías. (Omar acciona la minigrabadora.) “Buen
día, señoras.” (Pausa.) “Perdonen, pero ahora la tengo congelada.” (Pero Omar
estalla nuevamente en risas.)
Omar Perdonen, perdonen. (Pero se le cae la minigrabadora al suelo.)
Toni (Furioso.) ¿Pero qué hacés?
Omar Perdoná, se me resbaló.
Toni ¡Qué boludo que sos!
Omar ¿Se rompió?
Toni ¿Sabés lo que cuestan estas cosas?
Omar Fue sin querer.
Toni Llega a estar rota y vos vas a ir a dar la cara con la Tecnología. ¡Boludo!
Carol Bueno, Toni, que no pasó nada.
Cristina ¿Funciona?
Toni (Tras comprobarlo.) Sí, sí. 215
Carol Va. Sigamos. Desde “La tengo congelada”.
Toni (A Omar.) No, vos no. (Dándole la minigrabadora a Carol.) Sostenela
vos. Qué forro.
Carol (Acciona la minigrabadora.) Va.
Toni “Perdonen. Pero ahora la tengo congelada.” (Pausa.) “Les recomiendo
limonada.” (Pausa.) “¿Descremada?”
Carol Muy bien.
Toni Ponelas. Con cuidado.
Mientras Omar coloca las minigrabadoras en los maniquíes, Toni les indica a
las chicas cómo ir accionando los plays y las pauses en el comando a distancia.
Toni Vos manejás a esa y tú a esa. Vos Omar al Brad Pitt. Van poniendo
stop y play cada vez. ¿Tienen los textos?
Omar Yo no.
Toni (A Fina.) Dale el tuyo.
Fina encuentra el papel y se lo da a Omar.
Toni ¿Listas?
Carol Sí.
Cristina Sí.
Omar Estoy.
Toni Va.
Comienzan a accionar desde el comando a distancia, Carol, Omar y
Cristina. Silencio absoluto. Toni y Fina observan. Los maniquíes comienzan a
hablar, sin moverse.
Maniquí Pelirroja Oh. Estoy tan cansada.
Maniquí Morocha Es normal. Ir de compras cansa un montón.
Maniquí Pelirroja Tienes toda la razón.
Maniquí Morocha Nos vendría muy bien un poco de ensalada.
Brad Pitt Buen día, señoras.
Maniquí Morocha Buen día, mozo.
Maniquí Pelirroja Buen día, mozo.
Maniquí Morocha ¿Tiene ensalada?
Maniquí Pelirroja Sírvanos un poco.
Brad Pitt Perdonen. Pero ahora la tengo congelada.
Maniquí Morocha ¿Qué podemos pedir?
Brad Pitt Les recomiendo limonada.
Maniquí Pelirroja Yo quiero un café con leche.
Brad Pitt ¿Descremada?
Maniquí Pelirroja Sí.
Música. Todos sonríen satisfechos.
Oscuro.
216
9
Truenos. Fina, Carol y Cristina. Están intentando hacer funcionar un viejo
televisor.
Fina Y si vamos a Chile ¿tienen idea de cuántos días vamos a estar?
Cristina No sé. Estaríamos en una pensión para estudiantes supongo. No
sé. Una noche a lo sumo. (Fina ríe.)
Carol ¿De qué te reís?
Fina No sé.
Vuelve a reír. Cristina ríe con ella. Luego se contagia Carol. Silencio.
Carol A mí no me van a dejar ir, de seguro.
Cristina ¿Tus viejos?
Carol Mn.
Cristina Pero es por el cole.
Carol No quieren que duerma fuera de casa.
Cristina ¿Por?
Carol Tienen miedo de que me contagie alguna cosa.
Cristina ¿Alguna cosa cómo qué?
Carol ¿Qué?
Cristina ¿Alguna cosa cómo qué?
Carol No sé.
Cristina ¿Hongos?
Carol ¿Qué hongos? No.
Cristina ¿Entonces?
Carol No sé. Yo tengo miedo.
Cristina ¿De qué?
Carol No sé. De todo, supongo. Duermo mal. Y me desmayo a cada rato.
Cristina ¿De verdad?
Carol Sí.
Fina ¿Ustedes son vírgenes?
Cristina No.
Carol No.
Fina Yo tampoco.
Silencio.
Cristina ¿De verdad?
Fina ¿Vos sí?
Cristina Bueno, sí; en realidad sí, soy virgen.
Carol Yo también.
Fina Yo no. Yo lo hice con Omar.
Carol ¿Con Omar?
Cristina ¿Con Omar?
Carol ¿Te gusta Omar?
Fina Mirá si me va a gustar Omar. No me gusta. No. 217
Carol Pero lo hiciste.
Fina Sí. Ayer. Acá.
Cristina ¿Acá?
Fina Sí.
Cristina ¿Pero por qué?
Fina No sé. Quería probar.
Cristina ¿Y?
Fina No sé.
Carol ¿Qué no sabes?
Fina No sé.
Cristina ¿Te gustó?
Fina Bueno, es raro. Quería entender lo del orgasmo.
Cristina ¿Y?
Fina No sé. Me parece que algo sentí. Pero no sé si eso era un orgasmo.
Cristina ¿Por qué? ¿Cómo era?
Fina No sé. Tienen que probarlo.
Carol Se cuidaron ¿no?
Fina ¡Claro!
Cristina (riendo.) ¿Qué pensás que es? ¿Suicida? (Pausa.) A mí me gusta Toni.
Fina ¿Pero no tenías novio vos?
Cristina Sí, ¿y qué?
Fina Pero Toni gusta de Carol.
Cristina Sí, me di cuenta. (A Carol.) ¿Y a vos te gusta?
Carol ¿Quién?
Cristina Toni.
Carol No. Creo que no. (Piensa.) No. (Vuelve a pensar.) Bueno sí, me gusta,
pero como es un canchero que cree que se las sabe todas, no me gusta. Los can-
cheros no me gustan.
Ríen. Carol sufre un vahído.
Fina ¿Te pasa algo?
Carol Es que no comí nada.
Cristina ¿Querés comer algo?
Carol No. No tengo hambre. (Se levanta, toma una lata vacía, se aleja hacia
el fondo y vomita dentro de la lata.)
Fina ¿Vomitaste?
Carol Sí, un poco.
Fina ¿Pero no dijiste que no habías comido nada?
Carol Sí, ya sé. Pero es bilis.
Fina Tiene un olor horrible.
Cristina ¿Estás bien?
Carol vuelve a vomitar.
218 Fina ¿Más bilis?
Carol Sí. Perdonen ¿eh?
Cristina No, está bien. ¿Querés que llamemos a alguien?
Carol No. Me hace bien vomitar. Me gusta. Bueno, el olor molesta un
poco, pero está bien.
De pronto la TV comienza a funcionar.
Fina Ah, miren. Funciona.
Miran TV.
Cristina Yo la vi esta peli. Está buenísima.
Siguen mirando TV. Silencio. De pronto, sin que las chicas lo adviertan se
abre un poco la puerta. Se ve una mano tocando el picaporte. La puerta se abre
más. Allí hay una muchacha. Es Mora, a quien aún no conocemos. Tiene una
fuente con fruta. Ingresa. La puerta se cierra sola y el ruido las hace girar a
Carol, Cristina y Fina. Las tres pegan un grito.
Mora Perdón. ¿Quieren fruta? Está fresca. (Está por irse, pero regresa.) Yo
soy la hermana de Omar. Ustedes son compañeras de Omar ¿no es cierto? (Las
tres asienten.) Llueve mucho. Seguro que Omar no les dijo que tenía una her-
mana. (Las tres niegan.) Nunca lo hace. Y en general a mí no me molesta. Como
nunca salgo. Quiero decir, que no salgo de mi habitación. A menos que llueva.
La lluvia me gusta y me hace sentir segura y entonces puedo salir. Pero si no
llueve y lo puedo evitar, no salgo. A menos que tenga que ir a ver al especialista.
Entonces me tienen que dopar y me llevan en una ambulancia. Es que tengo un
problema neurológico. Es bastante difícil de explicar. (Pausa.) Se llevaron los
maniquíes por lo que veo. (Las tres asienten.) ¿Vieron que uno se parece a Brad
Pitt? Omar no les debe haber contado que eran de papá. (Las tres niegan.) Él era
sastre. Murió hace años. Estábamos de campamento, de vacaciones. Y un día
papá estaba pescando y el cachorro resbaló y se cayó al agua. Le habían com-
prado un cachorro a Omar porque siempre fue el preferido de papá, y por eso se
lo compraron, y cuando se cayó al agua, Omar se puso a llorar de tal manera
que papá sin pensarlo se tiró al río. Bueno, él no sabía nadar y se ahogó. Yo vi
todo. Omar era muy chico, pero yo tenía ya once años y fue entonces que empe-
cé con el problema neurológico que les comentaba antes. Mamá y papá se que-
rían muchísimo. Cuando murió papá, mamá estuvo muy deprimida y tuvo
varios intentos de suicidio, pero nunca tuvo éxito, y por eso decía que la próxi-
ma vez se iba a cortar la yugular con un pelapapas. Ahora está mejor. Un psi-
quiatra le recetó unos medicamentos bárbaros. Se conocieron en Roma. Papá y
mamá, digo. En la Confitería La Roma. La que está en el bajo Flores. La de los
deseos. La de la reproducción de la Fontana di Trevi. Bueno, mamá estaba justo
al lado de la miniatura de la Fontana esa y estaba pidiendo un deseo. Y bueno,
su deseo era conocer a un hombre maravilloso. Se dio vuelta para tirar la mone-
da y ahí estaba él. Bueno, que se miraron y se enamoraron. Después se casaron
y nací yo y me pusieron Mora y luego tuvieron otro hijo y le pusieron Omar.
(Pausa.) ¿Se dan cuenta? (Silencio.) ¿No se dan cuenta? 219
Carol ¿De qué?
Mora (Va hasta la pizarra y anota al tiempo que enuncia.) ROMA –
OMAR – MORA. Son anagramas de AMOR. Es gracioso ¿no? Mamá lo idola-
traba a papá. Y aunque ya está mejor llora constantemente y hay veces que gri-
ta porque no entiende que él se haya ido para siempre. Es como una criatura.
Pero ya no trata de suicidarse y no tenemos que guardar los cuchillos bajo lla-
ve. Ahora, si se entera de que ustedes se llevaron los maniquíes… Es muy ape-
gada a los objetos, la pobrecita. Ella quiere lo mejor para nosotros, pero es una
desgraciada y hace lo que puede. Me gusta que Omar tenga amigos. Él es una
persona muy solitaria y apenas habla conmigo o con mamá, pero sé que con
ustedes sí habla. Lo sé porque le leo el diario íntimo. Ayer tuvo su primera
relación sexual. Pero dice que ella no le gusta, quiero decir que no le gusta la
chica con la que se acostó. Y dice que le gusta otra distinta. Y dice que acabó
adentro pero que espera que todo vaya bien porque no querría ser padre por
nada del mundo, dice. Me gusta hablar con ustedes. Son lindas. Las tres. (A
Carol.) ¿Vos sos anoréxica?
Carol Bulímica.
Mora Entonces sos vos la que vomitó allá. (Señala.)
Carol Sí.
Mora Parecés anoréxica.
Carol Bueno, yo tampoco lo tengo muy claro.
Mora (Por la TV.) Pensé que esa tele no funcionaba. ¿Qué miran?
Fina Una peli.
Mora ¿Y está buena?
Fina Sí.
Mora ¿De qué se trata?
Cristina De una chica con problemas.
Mora ¿Puedo quedarme a mirarla con ustedes?
Carol Sí, claro.
Mora se sienta junto a las chicas.
Mora ¿Cómo se llaman?
Carol Carol.
Cristina Cristina.
Fina Fina.
Mora Qué gracioso. Te llamás igual que la chica con la que se acostó Omar.
Le hacen lugar para que mire la película con ellas. Mora se sienta. Miran la
TV las cuatro. La tormenta crece.
Mora Cómo llueve.
Los relámpagos arrecian. La tonalidad de la luz de los relámpagos vira al
rojo. Fina mira. El sonido de la lluvia apenas nos deja oír lo que dicen.
Fina Miren.
220 Carol ¿Qué?
Fina Los relámpagos. Son rojos.
Cristina Es cierto.
Las tres espían por una abertura hacia fuera.
De pronto se oyen ruidos que vienen del otro lado de la puerta. Ésta se abre
con violencia. Entra una ráfaga de lluvia, viento y nieve. Entran Omar y Toni
trayendo a los muñecos sobre unas mesas rodantes.
Carol Chicos. ¿Cómo fue?
Fina ¿Vieron? Los relámpagos son granate, como habían dicho. ¿Cómo fue?
Cristina Omar, Toni, ¿qué pasa?
Carol ¿Qué pasó?
Se acercan a ellos, pero Omar y Toni van borrachos y empapados. Tiran los
maniquíes al suelo. Toni le pega a Omar. Éste no deja de reír a pesar de que los
golpes de Toni no son precisamente inofensivos.
Toni Seguí riéndote. Seguí riéndote. (Omar ríe. Toni se le tira encima.)
¡Seguí riéndote! ¡Seguí riéndote! ¡Imbécil!
Comienza a pegarle. Las chicas se acercan con prisa.
Carol ¿Qué hacés, Toni?
Cristian ¡Dejalo!
Fina ¡Basta!
Los separan. Toni queda tendido en el suelo, angustiado.
Cristina ¿Qué pasó, Toni?
Pero Omar descubre la presencia de su hermana. Furioso se enfrenta a ella.
Omar ¿Qué hacés acá?
Arroja violentamente un taburete contra una pared.
Mora Vine.
Omar (Arrojando otro objeto.) ¿A qué?
Mora Bueno…
Omar (La interrumpe, furioso. Pateando algo.) ¿Qué mierda estás haciendo acá?
Mora Callate Omar.
Omar ¡VOS te callas!
Mora ¡No quiero oírte!
Omar ¡Andate!
Mora ¡No!
Omar ¡Andate te dije!
Mora ¡Pedí permiso para entrar, y me lo dieron! (A las chicas.) ¿No es cierto?
Omar ¡Tenés prohibido entrar acá y lo sabés!
Mora ¡Esta es mi casa también!
Omar ¿Por qué no te quedás en tu puta habitación, eh? Sos una puta retar-
dada. Andate si no querés que te mate a golpes.
Mora Estás borracho.
Omar ¿Querés amigos? (A los otros.) Mi hermana quiere amigos. (A Mora.)
¡Buscate algún retardado como vos! 221
Mora ¡Callate!
Omar ¡Dejá de meterte en mis asuntos!
Mora (Arrojándole algo contundente al hermano.) ¿Quién quiere meterse
en tus asuntos? Tus asuntos son pura mierda.
Omar Vos sos mierda. Y todo lo que hacés es mierda. Y tu cara es una
mierda. Y todo es una mierda. (Pausa.) Pensé que íbamos a ganar. Pensé que
algo iba a salir bien. Qué puta mierda de vida es esta. Qué puta mierda. ¡Todo,
todo, todo es una mierda!
Toni Ganaron los de cuarto. Hicieron un terrario y se van a Chile. A noso-
tros nos descalificaron porque a Omar le agarró un ataque de risa.
Omar Sí, por culpa de estas putas mierdas. (Se refiere a los maniquíes.
Toma un palo y el impulso de ir a golpear a los muñecos. Pero Mora lo detiene a
tiempo.)
Mora Dejalos.
Omar ¿Qué deje qué?
Mora Que los dejes. No son tuyos. Eran de papá.
Omar ¿Y?
Mora No te olvides de que murió por tu culpa.
Omar Se murió que es lo que importa ¿o no? (Ve en la pizarra escrito
ROMA – MORA – OMAR.) ¿Qué es eso? ¿Eh? ¿Qué es eso?
Mora No te importa.
Omar ¿Qué les dijiste? ¿Qué mentiras les estuviste contando? (A las chi-
cas.) ¿Qué les contaste?
Cristina Nada…
Omar (A Mora.) ¡Retrasada! ¡Decime qué les estuviste diciendo!
Pero de pronto Mora pierde el sentido. Pareciera una especie de epilepsia.
Cristina quiere ayudarla.
Cristina ¿Qué le pasa? ¡Mora!
Omar ¡Dejala! ¡Dejala! ¡Déjenla!
Fina Pero, Omar. Necesita ayuda.
Omar Váyanse. Váyanse todos. Por favor. Perdonen. Perdonen. ¡Váyanse!
Toni Bueno, bueno.
Omar Déjenme solo, por favor. (Todos salen. Omar mira a su hermana tendida.)
De pronto oyen gritos que vienen de dentro. Aparece Carol.
Carol Omar, tu mamá.
Omar ¿Qué?
Carol Tu mamá, vení.
Omar duda. Carol lo lleva del brazo, desesperada. Salen.
Los muñecos han quedado apilados en el suelo. Mora sin sentido a un costa-
do de ellos. Tiene espasmos, como si se tratara de pequeñas descargas eléctricas
que envía inopinadamente su pobre cerebro. La tormenta continúa. Los relám-
222 pagos rojos invaden el lugar. Empiezan los maniquíes a moverse muy poco a
poco. De pronto se enciende la TV y los canales empiezan a pasar. La película
que estuvieron viendo. Publicidades. “Pata Pata” de Mamá África. Las tres
cabezas giran hacia la TV. Mora continúa sin sentido. Los maniquíes comien-
zan a levantarse. Se sientan y miran la TV. Luego miran a Mora en el suelo,
convulsionando.
Oscuro.
223
Segunda parte
Las leyes sólo regulan los grandes rasgos de la historia, “mientras los deta-
lles, buenos o malos, se dejan al albur de lo que podemos llamar casualidad”
El encomillado pertenece a Charles Darwin,
citado por Stephen Jay Gould en “Brontosauros” y la nalga del ministro
(…)
Sus ojos, menos de hombre que de perro
Y harto menos de perro que de cosa,
Seguían al rabí por la dudosa
Penumbra de las piezas del encierro.
(…)
Jorge Luis Borges
El Golem, de El Otro, el Mismo1
1
Se oye el sonido del viento. Mora está sola con los tres maniquíes. Lleva una
bufanda y un gorro. Toni habla desde afuera. Golpea de vez en cuando. Mora
escucha pero no se mueve. Los tres maniquíes están con ella, inmóviles.
Toni (Desde afuera.) ¡Mora! ¿Mora? Soy Toni, el amigo de Omar. ¿Te acor-
dás de mí? Bueno, nos vimos un momento el día que empezó la helada, que vos
te... Bueno, cuando volvimos, que Omar estaba borracho y.... ¿Estás ahí? ¡Mora!
(Silencio.) Mora ¿estás bien? Me dijo Omar que ibas a estar acá, que... ¿Podés
abrirme? Me dijo Omar que te dijera que él no podía venir hoy y me pidió que
te trajera algo de comer y para ver si necesitabas algo... Y bueno, que él no pue-
de venir hoy porque se tiene que quedar cuidando a tu mamá en el hospital... Te
traje un tupper con comida; si querés te lo dejo acá enfrente de la puerta.
También tengo una carta de Omar para vos. Sé que no querés ver a nadie,
así que te dejo todo esto acá y me pongo lejos para que lo puedas agarrar.
¿Eh, Mora? Estoy dejando el plato con comida y la carta acá, justo adelante de
la puerta. Ya lo dejé todo. Ahora me estoy poniendo lejos. (Silencio. Se oyen
pasos de Toni que se aleja. Una pausa. La voz de Toni llega de lejos.) ¡Ahora
estoy lejos!
Mora va a levantarse. Habla a los inmóviles maniquíes.
Mora Quietos.
2
Viento. Mora y los maniquíes. Mora, recostada sobre la improvisada cami-
lla, respira acongojada. Los maniquíes la acarician y la consuelan.
Morocha Mora… Mora… Mora…
Golpean la puerta. Los maniquíes miran hacia la puerta.
Toni (Desde afuera.) Mora. Soy Toni. Te dejo comida. Son unos fideos. Y
una manzana. Te gustan las manzanas ¿no es cierto? (Silencio.) ¿Estás bien?
¿Estás con alguien? ¿Estás segura de que tampoco hoy querés abrirme? Es que
yo… necesito entrar para… Bueno que necesito unas minirabadoras que deja-
mos ahí adentro, bueno adentro de los maniquíes, y que tenemos que devolver- 225
los al departamento de Tecnología del Colegio, y como ya terminan las clases...
Y eso, que tendría que entrar un momento para agarrar eso y nada más. ¿Mora?
Yo te juro que no te voy a hablar ni te voy a mirar ni nada. Si querés me abrís,
espero un poco hasta que te escondas y después entro, agarro las mini-gabado-
ras y me voy. ¿Está? (Mora mira a los maniquíes. Ellos se miran entre sí.
Finalmente Brad Pitt se levanta y golpea la puerta dos veces.) Está bien, Mora.
Lo entiendo. Es decir, no lo entiendo, pero está bien. Vuelvo mañana. Adiós.
Oscuro.
3
Luz. El viento continúa soplando. Mora lee tendida en la improvisada cama.
La Pelirroja está imitando algo que ve por la TV. Los otros dos maniquíes la
observan hacer. Brad Pitt tiene el mando y según va cambiando de sintonía,
Pelirroja cambia su acción. Comienza a llover. Mora lo nota y mira por la ven-
tana. Comienza a prepararse para salir.
Mora (A los maniquíes.) Está lloviendo. Me voy. Cierren acá. Voy al hospi-
tal a ver a mamá.
Sale. La Pelirroja se encamina hacia la puerta para cerrar.
Oscuro.
4
Luz. Continúa lloviendo. Los maniquíes solos. La Pelirroja y la Morocha
miran por la ventana. Brad Pitt en una silla se hamaca mientras lee del cuader-
no de Mora. Golpes en la puerta.
Toni (Desde afuera.) Mora. Yo. Te dejo aquí la comida. ¿Necesitás algo?
(Silencio.) Bueno. Te dejo la comida. Hasta mañana.
Los maniquíes se miran entre ellos. Finalmente Brad Pitt se decide y va a
abrir la puerta. Cuando lo hace, allí está Toni, que ha hecho trampa. Toni y
Brad Pitt se sorprenden. Brad Pitt va a cerrar la puerta, pero Toni lo impide. Al
ver a Brad Pitt, retrocede y pega un grito.
Los maniquíes lo miran y tranquilamente lo saludan a coro.
Brad Pitt, Pelirroja, Morocha Hola qué tal.
Oscuro.
5
Luz. Continúa lloviendo. Ingresan Cristina, Carol, Fina y Toni. Los mani-
quíes no están en escena. Está todo oscuro.
Fina Prendé la luz.
Toni No sé dónde está.
Carol Tiene que estar al lado de la puerta.
Toni Acá estoy y no la encuentro. Ah, acá. Ah, no, no.
Cristina Mierda. Algo me tocó.
226 Carol ¿Qué?
Cristina No sé. Quiero irme.
Fina Esperá un poco. Vamos, Toni.
Toni Este de acá. Ahora.
Pero se enciende un motor. Cristina pega un grito.
Toni Tranquilas. Es el ventilador.
Cristina Yo me quiero ir.
Fina ¿Ah, sí? ¿Y qué le decimos a la de Tecnología? (Ruidos.) ¡Mierda!
Carol ¿Estás bien?
Fina Sí. No. No sé. Mierda, creo que me lastimé.
Cristina Bueno, quédense ustedes, pero yo me voy ahora mismo.
Toni Bueno, andate.
Cristina ¿Venís, Carol?
Carol No. Prefiero no pasar de nuevo por el living. Todavía están las
manchas de sangre de la madre de Omar.
Cristina No entiendo por qué tuvimos que venir todos. Ay, no me gusta
estar acá. Algo me tocó. Acá hay algo.
Fina Fui yo.
Cristina ¿Esta sos vos?
Fina No.
Cristina grita.
Carol Fui yo.
Cristina Vámonos, Toni, por favor.
Toni ¿Se pueden callar un momento la boca? Me desconcentran.
Cristina Tenés que encontrar una perilla de luz y no descifrar la física cuántica.
Toni Hacelo vos entonces.
Cristina Muy bien. ¿Dónde estás?
Toni Por acá.
Cristina Ay, Toni.
Toni Perdoná.
Cristina Me dolió. A ver, salí y dejame a mí.
Toni Te digo que yo ya traté, si crées que soy tonto y que vos vas a poder…
Se enciende la luz. Todos están muy abrigados. Los maniquíes no están allí.
Cristina No están. Vamos. (Toma impulso para salir.)
Toni Esperá un momento.
Cristina No están. No hay nada que hacer acá. Además no está bien lo
que estamos haciendo.
Toni ¿Qué cosa?
Cristina Entrar así en casa de Omar cuando no hay nadie. Como si fuéra-
mos ladrones.
Toni No somos ladrones.
Cristina No está bien de todas formas.
Toni Omar me dio la llave para poder entrar. 227
Cristina Sí, para traerle comida a Mora, pero ahora que Mora se fue no
está bien que...
Toni Si hubieses sido vos la responsable ante el Departamento de
Tecnología por las minigrabadoras…
Cristina ¿Por qué no las agarraste ayer cuando viniste?
Toni Ya les dije. No me dejaron. Se movían constantemente.
Cristina Tuviste miedo. Y si vos tuviste miedo ayer por algo debió ser y…
Toni No tuve miedo. Pero pensé que si ustedes venían conmigo…
Cristina Bueno, vinimos y no los encontramos. No creo que haya mucho
más que hacer acá.
Toni Hacé lo que te parezca. Yo había pensado que éramos un equipo, pero
es obvio que me equivoqué. Obvio que no somos un equipo. En un equipo
todos tiran para el mismo lado. Pero acá va cada uno a la suya. ¿Qué hiciste
vos, eh? ¿Qué hicieron ustedes?
Fina ¿Nosotras? ¿Qué dijimos?
Toni Justamente. No dicen nada.
Fina Pero estamos acá ¿no?
Toni Qué ayuda.
Carol Toni, Toni. Cristina tiene razón. No están. Vinimos a buscarlos y
no están, y además...
Pero Toni hace un gesto de alerta. Carol calla inmediatamente. Con un gesto
Toni hace que las muchachas se aparten. Se acerca a uno de los dos bultos que
están cubiertos con mantas y que amenazan con ser los maniquíes cubiertos.
Con el palo toca a uno de los bultos, que no parece reaccionar. Finalmente
comienza a quitar con cuidado la manta que cubre uno de los bultos. Cuando
termina de descubrirla un sobresalto de todos. Pero toda tensión se disipa cuan-
do advierten que se trata de un trozo de madera. Toni empuja el trozo de madera
que cae sobre la improvisada cama donde estaba aposentado y a continuación
empuja el que está al lado, aunque cubierto. Luego, se sienta algo deprimido.
Toni ¡Mierda! Me van a echar.
Fina No exageres, Toni, seguro...
Toni ¿Vos sabés lo que cuestan esas minigrabadoras?
Carol Deben haberse ido. Decís que caminan solos ¿no? Bueno, se habrán ido.
Toni ¿Adónde?
Fina Andá a saber. Ya sabés lo que pasó en mi casa con el microondas.
Carol Y con el split frío calor en la mía.
Cristina Y con mi Play Station Dos. (Breve pausa.) Te vamos a ayudar,
Toni. Alguna cosa se nos va a ocurrir.
Toni ¿No eras vos la que decías que las ideas no aparecen así de un
momento para el otro?
Cristina Sí. ¿Pero viste que no tenía razón?
228 Carol Siempre es así. Los que tienen ideas, por mejores que sean, al final
nunca tienen razón. Eso es lo que me consuela de no tener nunca una.
Fina Los que anticiparon el desastre de lo de Brasil no se equivocaron.
Cristina Un pronóstico no es una idea. Mi papá dice que la helada no pue-
de durar mucho.
Carol ¿Qué? ¿Eso lo leyó, o se le ocurrió decírtelo para hacerte sentir tranquila?
Cristina No sé. Supongo que lo segundo.
Carol Me gustaría saber qué dice Omar ahora que los diarios no se atre-
ven siquiera a mentir.
Toni Tampoco sé por qué mierda debería devolver las minigrabadoras
ahora que nada funciona como debería.
Fina En eso tenés razón. No lo había pensado.
Carol Antes sentía que yo funcionaba mal. Por lo de mis desajustes de ali-
mentación. Que todo el mundo funcionaba bien, menos yo. Ahora que todo
funciona mal, no sé, es como que me siento mucho mejor.
Fina Bueno. ¿Vamos?
Toni Vamos. Me da cosa quedarme en una casa donde alguien se cortó la
yugular con un pelapapas.
Las chicas hacen gestos de asco.
Cristina ¡Ay, Toni!
Se disponen a marcharse cuando se oyen golpes a la puerta. Se sobresaltan.
Se oye la voz de Brad Pitt del otro lado de la puerta.
Brad Pitt ¿Mora? ¿Mora?
Silencio. De pronto el otro bulto que estaba al lado del que descubrieran que
sólo era una madera, se yergue cuan largo es. Todos gritan.
Brad Pitt (Desde afuera.) Te traje de comer. Te lo dejo adelante de la
puerta. Hasta mañana, Mora.
Morocha (Al ver a los otros.) Hola qué tal. (Se encamina hacia la puerta.
Abre. Toma algún objeto. A los otros.) Ya está.
Se aparece la Pelirroja.
Pelirroja Llueve. (Morocha cierra la puerta de un golpe.) Me voy.
Fina Aquí los tenemos.
Toni Falta Brad Pitt.
Carol Tenías razón, Toni; funcionan sin los cables.
Pelirroja (A Toni.) Hola qué tal.
Cristina ¿Te está hablando?
Toni No, no creo.
Cristina Esto no es del estilo de lo que ocurre con mi Play Station Dos.
Pelirroja abre la puerta. Allí está Brad Pitt.
Carol Mirá. Ahí está Brad Pitt.
Pelirroja ¿Val?
Brad Pitt Hola, muñeca.
Pelirroja y Brad Pitt se besan.
Carol ¿Dijo Brad? 229
Cristina Sí.
Fina No, no. Me parece que dijo otra cosa.
Cristina ¿Qué hacemos?
Toni Esperá. No los toques, podría ser que…
Pero Brad Pitt continúa hablando. Todos atienden.
Brad Pitt ¿Me has echado de menos?
Pelirroja He contado los días desde que te marchaste. No sabía si des-
contaba los que faltaban para tu regreso, o los que iban sumando desde que
habías muerto en la guerra.
Fina ¿Qué es esto?
Carol ¿Qué dicen?
Toni ¿Ven? Es lo que les contaba. Hablan todo el tiempo.
Brad Pitt Muchos no lo han logrado. En medio de la batalla, miraba el reli-
cario que me dejaste y eso me daba el valor para continuar. “Hoy sobreviviré,
mañana no sé”, me decía cada día, cuando veía el primer claror de la mañana.
Pelirroja Creí volverme loca.
Se miran y vuelven a besarse largamente.
Cristina Esto me suena de algún lado.
Fina (Acercándose a Brad Pitt y Morocha.) ¿Por qué no aprovechamos aho-
ra y les sacamos las minigrabadoras?
Toni No. Se arruinarían.
Carol ¿Por qué?
Toni Sería como sacar un disquete de una compu mientras lo estás usando.
(Fina está a punto de tocar a Brad Pitt en la espalda.)¡No los toques!
Pero Fina ya lo ha hecho y grita.
Fina ¡Mierda!
Cae al suelo.
Cristina ¿Estás bien?
Fina Queman.
Toni Vení, Fina. Lejos de ellos. Ayudala, Carol. Cuidado con Brad Pitt.
Pelirroja He hecho un santuario con tu imagen y le he rezado cada hora
como una devota.
Brad Pitt Sin duda tus oraciones me han salvado y es eso lo que ha hecho
que los refuerzos llegaran cuando nuestro fuerte ya estaba a punto de caer.
Pelirroja Sí, tal vez.
Cristina ¡Claro, ya sé! Es la peli que estaban pasando los otros días, antes
de ayer, por TELEFÉ.
Toni La tele. Claro, registraron todo lo que vieron en la tele… (Mira el apa-
rato de TV que está ahí.)
Toni La tele. Claro, registraron todo lo que vieron en la tele… (Mira el apa-
rato de TV que está ahí.)
Brad Pitt (Acercándose a Pelirroja.) ¿Qué? ¿Ocurre algo? Habla, por favor.
230 Cristina Me acuerdo porque justo la estaban dando en la habitación de la
madre de Omar, cuando fui a acompañarlo y él bajo a tomar algo a la cafetería.
Y claro, como la madre de Omar ya había entrado en coma, y no tenía con
quien hablar, me la quedé mirando.
Fina Vos sé que te ves todas las pelis.
Cristina Ay, sí. (Acabándosele de ocurrir.) Creo que me voy a dedicar al cine.
Pelirroja Debes saber algo, Val.
Carol Dijo Brad, dijo Brad.
Cristina No, no es Brad. Es parecido, pero no es.
Brad Pitt Por la sombra que se acaba de adueñar de tus ojos, no creo que
se trate de una noticia que me alegre.
Pelirroja Se trata de mi padre.
Brad Pitt ¿Ha muerto? Oh, no.
Toni Tenemos que encontrar la manera de pararlos.
Cristina Sh. Oigan, oigan.
Pelirroja No, no se trata de eso. Mi padre está bien. Pero…
Cristina Esta parte es tremenda.
Pelirroja … me ha prometido al Coronel.
Bad Pitt ¿A Hardcliff?
Pelirroja No te enfades. Era la única manera de salvarte.
Brad Pitt ¿De qué hablas?
Pelirroja ¡Sh! Si me amas debes escucharme pacientemente y prometer-
me que no te enfadarás.
Brad Pitt Lo intentaré.
Toni Hay que tratar de hacerlo con el comando general…
Fina, Carol, Cristina ¡Sh!
Pelirroja Como sabes bien, Hardcliff ha estado enamorado de mí desde
que vinimos a vivir a la región.
Brad Pitt Ese engreído…
Pelirroja Déjame acabar. Enloquecido de los celos por lo nuestro como
estaba, urdió el plan más siniestro que puedas imaginar. Habían llegado los
pedidos de refuerzo para la cuarta de infantería, en donde él sabía perfecta-
mente que tú estabas combatiendo y… exhortó a mi padre a que me prometie-
ra como su futura esposa. De lo contrario juró que os dejaría morir como
ratas, aplastados por los sucios yankees. Val; hay mucho más que podría con-
tarte pero es mejor que no lo haga.
Cristina Claro, esto es terrible porque ella está embarazada de él, y él no
lo sabe; como se fue a la guerra...
Brad Pitt Creo que ya he tenido bastante.
Fina ¿Y por qué no se lo dice?
Cristina Porque lo ama de verdad y no quiere llenarlo de preocupaciones.
Fina Ah, claro.
Brad Pitt Pues, antes de tener que escuchar esas palabras saliendo de tu 231
boca, preferiría haber muerto en el combate como un héroe y no haber regresa-
do para averiguar no sólo que me has dejado por ese cerdo, sino que además la
supervivencia de nuestro regimiento, fue gracias a los cotilleos de alcoba de una
niña que estaba demasiado aburrida como para meditar sobre el significado de
la palabra honradez y que confundió el amor con el capricho de una noche.
Pelirroja Val, no digas eso.
Brad Pitt Déjame. Y no te atrevas a volver a mirarme a los ojos.
La Pelirroja va hasta la cama. Brad Pitt hasta una pared.
Cristina ¡Val! Val era. No Brad. Claro, de Valentine. Le habían puesto así
de bebé porque una especie de gurú de una tribu indígena le había dicho a la
madre cuando estaba embarazada que el hijo que tendría sería un héroe en
una guerra entre los de arriba y los de abajo. Bueno, luego resultaba que esa
guerra era la Guerra de Secesión. Esa parte es media aburrida.
Carol ¿Pero cuánto tiempo estuviste con la madre de Omar?
Cristina Bastante. Pero el final me lo perdí; justo llegó Omar de la cafete-
ría, y claro, no iba a quedarme viéndola, así que no sé cómo termina.
Carol ¿Y ahora qué pasa?
Cristina Ella se deja caer en la cama y llora y él se queda mirando por la
ventana o algo así. Bueno, muestran un paisaje. Y hay una música súper triste.
Toni (Por los cables.) Vos andá agarrando este y vos este y vos este. Tenemos
que hacerlo al mismo tiempo. (Intenta apartar un obstáculo de detrás de Morocha.)
Fina ¿Por qué?
Toni Es evidente que están sincronizados. (Ya tiene la espalda de Morocha
a su alcance, pero esta se mueve.)
Morocha (Poniéndose de pie.) Hola, Mary. ¿Interrumpo algo?
Toni Mierda.
Morocha (Por Pelirroja y Brad Pitt.) Perdonen.
Carol ¿Sigue?
Cristina ¡Ah, sí! Esta es la hermana mayor de Mary, Chantal. Es malísima.
Morocha Padre quiere que le veas inmediatamente en su estudio.
Brad Pitt Hola Chantal.
Morocha Hola.
Brad Pitt Pues dile que irá de inmediato; yo ya me iba.
Pelirroja Espera, Val.
Brad Pitt No, Mary. Ya no hay nada que yo tenga que hacer aquí.
Morocha Tienes toda la razón, Valentine.
Cristina ¡Valentine! ¿Qué les dije?
Morocha Ya es hora de que regreses allí a donde perteneces.
Cristina Ay, claro, porque Valentine es un bombonazo, pero es hijo de
un granjero.
Morocha Le diré a Rupert que prepare tu caballo. (Brad Pitt se aleja.)
232 Toni Cristina, ¿qué? ¿Se quedan quietos un momento ahora?
Cristina (Por Brad Pitt.) Él no sé porque está fuera de cuadro. Y… a ver…
sí, creo que sí. Porque ahora las hermanas se ponen a charlar, es una escena
larguísima; ah, claro, que Chantal le reprocha a Mary haber sido criada por el
padre con sus costumbres liberales, mientras ella…
Toni ¿Pero se quedan quietos o no?
Cristina A ver… Esperá un poco. (Pelirroja y Morocha llegan a una posi-
ción y dejan ya de moverse por el espacio.) Ahora sí… Pero rápido que en segui-
da Mary se levanta y le pega un bife a Chantal.
Morocha ¿Cómo has podido dejarle entrar?
Toni Bien. Rápido entonces. Vos acá, vos ahí, y vos ahí.
Se colocan en las posiciones.
Pelirroja Vete, Chantal. Yo sé muy bien qué debo hacer y qué no.
Morocha Pues no lo parece.
Cada una de las chicas sostiene un cable y Toni está frente al comando general.
Toni ¿Están? ¿Fina?
Fina ¿Estás seguro de que esto va a funcionar?
Toni No sé. ¿Estás?
Fina Como todo está funcionando mal…
Toni Ya sé.
Fina ¿Pero no puede pasar algo malo?
Toni No sé. ¿Estás?
Fina Sí, estoy.
Toni ¿Carol?
Carol Estoy.
Toni ¿Cristina?
Cristina ¿No podemos ver un poco más? Porque justo es el momento en que…
Toni ¿Preparada, Cristina?
Cristina Sí, sí.
Toni No se olviden. No los toquen. A la cuenta de tres. Uno… Dos…
Pelirroja (A Morocha.) Me odias ¿verdad?
Toni ¡Tres!
Acciona interruptor y Carol, Fina y Cristina enchufan al mismo tiempo a
cada uno de los maniquíes. Pero cambia el “canal”, suena una música y los
maniquíes bailan “Pata – Pata” interpretado por Mamá África.
Fina ¿Y ahora?
Toni No lo entiendo. Bueno, es claro que los campos magnéticos generan
zonas de energía que van cambiando y cualquier tipo de vapor, incluso el que sale
de nuestras bocas, funciona como un acumulador, y bueno, eso lo altera todo.
Cristina ¿Cómo es que sabés tanto, Toni?
Toni Es que eso salió en el suplemento de Ciencia y Técnica de Clarín.
Antes reproducían lo que habían grabado de la tele y ahora están como conec-
tados a la tele.
Carol La música no viene de la tele. 233
Toni ¿De dónde viene?
Fina De ellos parece.
Toni Podremos probar pulsar los botones hasta que algo suceda; pero el
número de posibilidades de que acertemos depende de la cantidad de cosas
que hayan registrado durante estos días.
Fina Probemos.
Carol ¿Y si desconectamos la tele?
Toni No tiene sentido. No sabemos qué puede pasar. Ellos registraron todo
lo que vieron y oyeron desde que empezó la tormenta. La nueva energía fun-
ciona de manera aleatoria, y se estimulan los circuitos caóticamente.
Carol Ah, claro. Como un virus en una compu.
Toni Exacto. La situación no puede seguir el itinerario de un razonamien-
to lógico. Se rige por el absurdo.
Fina ¿Entonces?
Toni No sé. Apretemos botones.
Fina Lo que yo decía.
Aprietan botones. Cambian de canal. Los maniquíes dejan de bailar. Se
mueven a otros lugares.
Carol ¿Y ahora qué?
Toni ¡Qué sé yo!
Morocha habla.
Morocha … anoche no pude dor-
mir. Me despertaba a cada rato y tenía
pensamientos horribles. Pensé que Carol Pero… esa sos vos…
nos aplazaban en el taller y que eso Cristina ¿Yo?
me llevaba a una depresión tremenda Carol Claro, cuando…
porque lo iba a decepcionar mucho a Atienden.
mi papá. Desde que se separó hace
como que todo está bien y yo también
hago como que todo está bien. Pero yo Cristina Ah, sí. Soy yo.
sé que no está todo bien y que si nos Toni Esperen, esperen…
mudamos acá es porque a él lo echa- Fina ¿Qué?
ron del trabajo. Yo sé que es así. Él me Toni Pero en ese momento ni siquiera
lo ocultó pero yo ya estoy grande y él les habíamos insertado las mini gra-
no me puede engañar como cuando badoras.
era chiquita que me hacía creer que yo Fina ¿Y entonces cómo lo registraron?
era el personaje de un cuento que Toni No sé. No entiendo nada.
leían los nenes de todo el mundo y en
todos los idiomas. Y así como sé que
yo no soy la pequeña Cristinita que
vivía en un hongo, sé que a papá le
cuesta mucho conservar un trabajo y Cristina ¿Yo dije esas cosas? Ay, qué
234 sé además que es un mal escritor y tonta.
que nunca va a escribir la novela que
quiere escribir porque nunca escribe y
una novela no se escribe sola. Y yo Fina ¿Por qué tonta?
quiero hacerle creer que está todo Cristina Lo del cuento de niños. Es
bien. Y él tiene muchas esperanzas una taradez.
puestas en mí y si nos va mal en el Carol A mí me hubiera gustado que
taller no sé qué me va a pasar. Lo úni- mi padre inventara un cuento donde
co que sé es que tengo mucho miedo. yo soy la protagonista.
Y ustedes no se lo toman demasiado Cristina Si el cuento es bueno. Pero
en serio esto, y es probable que esté lo único que hacía la Cristinita del
bien, porque somos jóvenes y ya llega- hongo era tratar de encontrar a su
rá el momento en que tengamos que amigo el grillito que nunca venía y lo
tomarnos las cosas en serio. Ya sabe- llamaba pero siempre tenía algo que
mos que no vamos a hacer el terrario hacer el grillito. Un embole.
ni la tormenta eléctrica con relámpa-
gos granate…
Apagalo, Toni.
235
Cambia nuevamente el “canal”. Música. Morocha se sube a la escalera.
Cuando llega arriba. Brad Pitt habla.
Brad Pitt ¡Lili! ¡Iuju! ¡Lili!
Pelirroja ¡Aquí! ¡Lili!
Morocha (Desde arriba.) Mi padre es un fracasado y seguro que lo es el padre
de más de uno de ustedes. Qué se le puede hacer. El talento es para unos cuantos.
Cristina ¿Es que no podés callarte?
Morocha Sí.
Abrupto silencio. Todos quedan sorprendidos al ver que Morocha ha respondido.
Cristina Mierda.
Fina ¿Te dijo sí?
Toni Por favor, chicas.
Cristina (A Toni.) Callate. (A Morocha.) ¿Me dijiste que sí?
Morocha Sí.
Cristina ¿Me estás hablando a mí?
Morocha Sí.
Toni La puta que lo parió. ¿Podés entendernos?
Morocha Sí.
Fina La puta que lo parió.
Toni Quiero ver algo.
Aprieta botones.
Brad Pitt ¿Es que no podés callarte?
Pelirroja Sí.
Silencio.
Brad Pitt Mierda.
Morocha ¿Te dijo sí?
Pelirroja Por favor, chicas.
Brad Pitt Callate. ¿Me dijiste que sí?
Pelirroja Sí.
Brad Pitt ¿Me estás hablando a mí?
Pelirroja Sí.
Morocha La puta que lo parió. ¿Podés entendernos?
Pelirroja Sí.
Brad Pitt La puta que lo parió.
Morocha Quiero ver algo.
Toni Ahora están en diferido. Es decir que registran y reproducen, pero
con delay.
Carol ¿Qué querés decir?
Toni Pero hace un momento estaban en directo.
Fina No entiendo nada.
Toni Yo tampoco. Pero tenemos que tratar de ponerlos en directo.
Morocha Ahora están en diferido. Es decir que registran y reproducen,
236 pero con delay.
Pelirroja ¿Qué quieres decir?
Morocha Pero hace un momento estaban en directo.
Brad Pitt No entiendo nada.
Morocha Yo tampoco. Pero tenemos que tratar de ponerlos en directo.
Toni toma el mando principal, lo arranca de la pared.
Fina ¿Qué hacés?
Toni ¡Quiero ver si paran de una puta vez!
Le da de hostias al control. Fina y Cristina van con él.
Cristina ¡Basta, Toni! ¡Así no vas a lograr nada!
Toni ¡Que paren! ¡Que paren! ¡Que paren!
Fina ¡Vas a empeorarlo todo!
Sin que ellos se den cuenta, los maniquíes se quitan los enchufes y se giran
hacia donde está Carol. Ésta comienza a retroceder.
Carol ¡No! ¡A mí no! ¡Toni!
Toni (Al ver que los maniquíes le cierran el paso.) ¡Ay, mierda! ¡Tranquila,
tranquila, Carol!
Fina ¡Por acá!
Cristina ¡Cuidado! ¡No, por ahí no!
Toni ¡No los toques!
Carol ¡Ya sé que no los tengo que tocar!
Grito de Carol seguido de desmayo.
Cristina ¡Se desmayó!
Brad Pitt la toma en brazos y la lleva hasta la mesa donde fueran desguasa-
dos ellos mismos.
Fina ¡Carol! ¡La van a quemar!
Toni No, no parece.
Fina Pero a mí me quemaban. ¿Por qué a ella no?
Toni Veamos, veamos qué hacen.
Brad Pitt sienta a Carol sobre la mesa de desguace. Morocha la sostiene del
cabello. Brad Pitt le arranca la ropa. Ahora es Brad Pitt quien sostiene a Carol
del cabello, mientras Morocha toma el taladro. Pelirroja va a un costado, toma
un cuaderno y escribe.
Pelirroja Oh, estoy tan cansada. Es normal, ir de compras cansa mucho.
Nos vendría muy bien un poco de ensalada. Tienes toda la razón. Buen día,
señoras. Buen día, mozo.
De pronto Cristina, Toni y Fina comprenden lo que ocurre. Se espantan.
Fina Claro. Están haciendo lo que les hicimos nosotros con ellos. La van a
agujerear.
Cristina Ah, no. ¡Carol! ¡Carol!
Toni la detiene con un grito.
Toni ¡Tranquila! No lo van a poder hacer. Nada funciona bien, tampoco el
taladro puede funcionar. (Se enciende el taladro.) Mierda, funciona. (A
237
Cristina, tomando una rápida resolución.) Hablales.
Cristina ¿Yo?
Toni Sí, vamos.
Cristina ¿Por qué yo?
Toni Hablales.
Cristina (A los maniquíes.) Hola.
Toni No, hola, no. Deciles que la dejen.
Cristina Déjenla.
Toni Con más convicción.
Cristina ¡Déjenla! (A los otros.) No funciona, Toni.
Fina No. Así no. Hay que hacerles preguntas. Si no, no se dan cuenta de
que les hablás.
Cristina ¿Cómo?
Fina Un primo mío que es medio autista sólo responde a preguntas. A
ver… (A Morocha.) ¿Podés dejarla?
Morocha Sí.
Toni Muy bien. Por ahí, por ahí.
Fina Eh… ¿Podés apagar eso?
Morocha Sí. (Pero no apaga el taladro.)
Fina Eh, no. ¿Podés demostrarme que podés apagar eso?
Morocha Sí.
Fina Eh, no. ¿Podés…? ¿Podés…? (A los otros.) ¿Qué le pregunto?
Cristina ¿Puedo desenchufar el taladro?
Morocha Sí.
Cristina ¡Dijo sí!
Toni ¡Andá!
Cristina No me va a dar corriente, ¿no?
Toni y Fina ¡Andá!
Cristina desenchufa el taladro. Pero el taladro sigue funcionando.
Toni ¡Sigue funcionando, sigue funcionando!
Fina ¿Puedo agarrar el taladro?
Morocha Sí.
Toni coge el taladro. Lo intentan de varias maneras hasta que logran apagarlo.
Brad Pitt suelta a Carol. Está a punto de caer. La sostienen entre Fina y Toni.
Fina y Toni ¡Carol!
Llevan en andas a Carol, ahuyentando a los maniquíes como pueden.
Fina Chist, fuera.
Cristina Por acá, por acá.
Toni Cuidado ahí.
Finalmente acuestan a Carol en la improvisada cama. Cristina sufre una
crisis de nervios como resultado del estrés por el que acaban de pasar.
Cristina ¿Por qué pasa esto? ¿Por qué nos pasa esto? ¿De qué nos sirve,
238 eh? ¿De qué nos sirve? (A los maniquíes.) ¿Qué? ¿Qué? ¿Es que van a decirlo
todo de nosotros? ¿Eso van a hacer? ¿Qué más van a decir? ¿Que Fina está
embarazada de Omar?, ¿que él cree liderar un grupo mientras todos nos burla-
mos a sus espaldas porque es un canchero? ¿Qué? ¿Que yo soy una tonta por
haberme enamorado de él cuando todos saben que le gusta Carol que está des-
equilibrada? ¿Qué más, eh? ¿Qué más?
Toni Cristina, basta. Ya pasó.
Cristina (Rechazando a Toni.) ¡Dejame vos! ¡Te odio! ¡Vos los hiciste!
¡Vos! (A los maniquíes.)
Toni ¡Basta, Cristina, basta! Ya pasó todo. ¡Cristina! ¡Que ya pasó todo!
Pero Cristina no se calma y Toni le pega una cachetada. Cristina calla
abruptamente. Toni la abraza y se besan irremediablemente. Por su parte Brad
Pitt y Pelirroja hacen lo propio. Cuando los ven los otros, ríen. Ha dejado de
llover. Fina se acerca a la ventana. Los maniquíes desarman el beso.
Fina ¿Dejó de llover?
Brad Pitt, Morocha, Pelirroja Sí.
Fina se gira y los mira. Los tres maniquíes la observan. Fina se siente incómoda.
Fina ¿Qué?
Brad Pitt, Morocha, Pelirroja Que ¿qué?
Pausa.
Fina Eh… ¿Quieren hablar con nosotros?
Brad Pitt, Morocha, Pelirroja Sí.
Silencio. Toni, Cristina y Fina se miran entre sí. Finalmente Toni se dirige a
los maniquíes.
Toni ¿Saben quiénes somos?
Brad Pitt, Morocha, Pelirroja Sí.
Toni ¿Quiénes somos?
Morocha (Señala uno a uno.) Toni, Cristina, Fina. (Mira a Carol tendida,
sin conocimiento. Hace una pausa.) ¿Carol se murió?
Cristina No. Se desmayó.
Ríen ante la ingenuidad de Morocha. Silencio.
Fina (A Pelirroja, por el cuaderno que tiene.) ¿Qué tenés en la mano?
Pelirroja Un cuaderno.
Fina ¿Y qué dice en el cuaderno?
Pelirroja (Lee.) Diario íntimo de Omar.
Fina ¿Me lo podés dar?
Pelirroja Sí.
Fina Dámelo.
La Pelirroja no hace nada.
Cristina No le hiciste una pregunta.
Fina Es cierto. ¿Puedo agarrar el cuaderno?
Pelirroja Sí.
Fina toma el cuaderno.
Toni (A las chicas.) Es complicado hablar sólo con preguntas. 239
Cristina ¿Ustedes pueden hacernos preguntas?
Brad Pitt, Pelirroja, Morocha Sí.
Cristina ¿Quieren hacérnoslas?
Brad Pitt, Morocha, Pelirroja Sí.
Fina ¿Qué quieren preguntarnos?
Los maniquíes se miran entre ellos durante un momento.
Pelirroja ¿Por qué podemos hablar?
Toni, Fina y Cristina se miran entre ellos.
Toni Bueno… porque les metimos unas minigrabadoras, después hubo
una tormenta con unos relámpagos color granate, rojo, que afectaron todo, y
bueno, ustedes empezaron a funcionar, así de repente.
Brad Pitt ¿Saben quienes somos?
Toni Sí.
Morocha ¿Quiénes somos?
Toni Bueno… vos sos la Colorada, vos sos la Morocha y vos sos Brad Pitt.
Brad Pitt ¿Yo no soy camarero?
Cristina No.
Brad Pitt ¿Y nosotros no somos Val y Mary?
Cristina No. Bueno… Es que eso era una peli.
Brad Pitt ¿Qué es una peli?
Cristina Bueno… algo que no es cierto.
Brad Pitt ¿Entonces nosotros no nos amamos?
Cristina, Fina, María y Toni ríen.
Cristina No.
Silencio.
Toni (A los maniquíes.) ¿Pueden hablar con nosotros sin necesidad de estar
haciéndonos preguntas?
Brad Pitt Sí. (Pausa.) ¿Qué sentido tendría?
Toni Bueno…
Cristina No tendría sentido. Pero igual nos gustaría.
Brad Pitt Ah, bueno.
Carol se recupera.
Morocha ¿Carol volvió a funcionar?
Cristina Carol ¿estás bien?
Carol Sí. ¿Qué pasó?
Fina, Toni y Cristina se juntan y cuchichean entre sí. Luego Fina se dirige a
los maniquíes.
Fina ¿Podemos sacarles las minigrabadoras que tienen incrustadas en la
espalda y que tenemos que devolver al departamento de Tecnología del
Colegio?
Morocha, Pelirroja, Brad Pitt Sí.
Pelirroja se sienta en la mesa de desguace. Brad Pitt toma la máscara protec-
240 tora. Morocha toma el taladro. Le ofrecen los objetos a Toni.
Pelirroja ¿Qué me vas a hacer? (Silencio de Toni. A Brad Pitt.) ¿Qué me va
a hacer?
Brad Pitt ¿Podés responderle?
Cristina Decile.
Toni Bueno, te voy a abrir la tapa y te voy a sacar la minigrabadora.
Pelirroja ¿Para devolverla al Departamento de Tecnología de Instituto?
Toni Sí.
Toni enciende el taladro.
Cristina Pobre. Me hace acordar a cuando papá mandó su moto al desarmadero.
Pelirroja Me gusta hablar. Me mantiene lubricada. Puedo hacer pregun-
tas. Y puedo responderlas. Y también puedo entender lo que dicen y puedo
repetir lo que escucho y lo que veo. Si me mantengo en movimiento todo se
mueve. Si me mantengo quieta nada se mueve. Me gusta el movimiento.
Cuando no me muevo no me lubrico. Cuando no hablo tampoco.
Toni quita la minigrabadora de la espalda de Pelirroja, la voz de Pelirroja
continúa saliendo de la minigrabadora mientras su cuerpo “muere”.
Voz Pelirroja Qué extraño. Todo está oscuro. Antes había cosas. (Todos
permanecen atónitos al ver que la voz de Pelirroja continúa saliendo de la mini-
grabadora.) Ahora no hay. Antes había cosas y las cosas se movían. Ahora
nada se mueve. Ahora todo está oscuro y quieto. Pero puedo hablar. Puedo
seguir haciendo preguntas. Pero no sé si habrá respuestas para esas preguntas.
¿Puedo hacer una pregunta? (Silencio de todos.) ¿Están ahí? (Silencio.) Toni.
¿Estás ahí?
Brad Pitt ¿Podés responderle?
Toni Sí.
Brad Pitt (A la minigrabadora.) ¿Querés hacerle una pregunta a Toni?
Voz Pelirroja ¿Por qué todavía puedo hablar?
Toni Bueno… ya te lo expliqué. Hubo una tormenta. Una tormenta muy
rara. Y… ustedes… eran, es decir, son maniquíes y…
Morocha ¿Y?
Toni Que no son como nosotros. Quiero decir, nosotros somos personas y
ustedes no.
Morocha Ustedes hablan también.
Toni Sí, pero no es lo mismo.
Brad Pitt ¿Y cuál es la diferencia?
Toni Bueno… Nosotros… Ustedes…
Cristina Por ejemplo, ustedes no tienen que afeitarse o depilarse y noso-
tros en cambio sí.
Toni ¡Cristina!
Cristina Bueno, es para que lo entiendan.
Voz Pelirroja ¿Por qué no hay objetos?
Toni Hay. Pero no podés verlos. 241
Voz de Pelirroja ¿Por qué no puedo verlos? (Silencio.) ¿Por qué no puedo ver-
los? (Toni se decide y toma la minigrabadora y le quita las pilas.) ¿Por qué no pu…?
Silencio.
Morocha ¿Ahora me vas a hacer a mí lo que le hiciste a ella?
Toni Sí. ¡Sí!
Morocha se acomoda para ser desguasada.
Morocha ¿Estoy bien aquí?
Toni Sí.
Enciende el taladro.
Cristina ¡Basta, Toni, basta; por favor!
Toni Cristina, ¡son cosas; cosas!
Silencio. Fina toma a Cristina de la mano para que se calme. Toni comienza
a desguasar a Morocha.
Morocha ¿Me estás sacando la tapa para poder sacarme la minigrabadora?
Toni Sí.
Toni enciende nuevamente el taladro.
Morocha ¿Ya me la sacaste?
Toni No, todavía no.
Toni quita la minigrabadora de la espalda de Morocha. El cuerpo de
Morocha “muere”. La voz de Morocha ahora sale por la minigrabadora.
Voz de Morocha ¿Y ahora?
Toni Ahora sí.
Voz de Morocha ¿Toni? ¿Estás ahí? (Silencio.) ¿Estás ahí?
Toni le quita las pilas a esta minigrabadora. En ese momento se abre la puer-
ta y aparece Mora. Ve a Pelirroja y a Morocha “muertas”. Se acerca a los mani-
quíes. Examina a Morocha y a Pelirroja. Mira a los demás.
Mora ¿Qué hicieron? (Silencio. No se atreven a responder.) ¿Qué hicieron?
Cristina Bueno…
Brad Pitt (Señalando a Toni.) Les sacó las minigrabadoras para devolver-
las el Departamento de Tecnología del Colegio.
Mora ¿Por qué?
Toni Mora, ¿te acordás que te dije que tenía que entrar para llevármelas?
Mora Sí; pero pensé que era una excusa para torturarme.
Omar está en el marco de la puerta. Nadie lo ha notado llegar.
Omar ¿Qué hacen acá?
Cristina Bueno, estábamos tratando de…
Brad Pitt Vinieron a buscar las mini grabadoras para devolverlas al
Departamento de Tecnología del Colegio. Ahora me toca a mí. (A Mora.)
¿Cómo está tu mamá, Mora?
Cristina, Fina, Carol, Toni Ah, sí; ¿cómo está tu mamá?
Mora y Omar se miran. Silencio.
Omar Tenía el respirador.
242 Fina ¿Qué querés decir?
Omar Que tenía el respirador. Que no tenía nada más.
Mora Lo hicimos juntos.
Cristina ¿Qué cosa?
Toni Cris.
Mora Lo hablamos mucho. Nos hubiera también gustado poder hablarlo
con ella antes de que entrara en coma…
Omar Por eso esperábamos al lado de ella. Para ver si se despertaba un
momento y así podíamos hablarlo. Pero no se despertó.
Mora Fue fácil. Más fácil de lo que me imaginaba. Y raro también. Omar
dice que no, pero yo creo que nos miró. Un segundo antes, justo antes de que-
darse así gris, nos miró. Pero no sé qué es lo que vi en esa mirada. No es que
sienta que ella hubiese querido decirnos algo. Ella ya… no estaba.
Omar Después salimos de la habitación. Supongo que dentro de un rato
van a llamar del hospital. Podríamos haber esperado ahí mismo, en la cafete-
ría. Pero preferimos venir a casa y esperar acá. Lo que tarde en sonar el teléfo-
no es como si todavía estuviese viva, ¿no es cierto, Mora?
Silencio.
Cristina (A Mora.) No llueve y no estás en tu habitación.
Mora (advirtiéndolo.) Ah, sí, es cierto. Qué bien.
El momento es incómodo. Toni toma las minigrabadoras. Todos se movilizan
como para marcharse.
Toni Bueno, nosotros ya nos íbamos.
Fina Sí, claro.
Cristina Sí, nos íbamos ya.
Brad Pitt al ver que todos se mueven no puede menos que preguntar.
Brad Pitt ¿A mí no me van a sacar la minigrabadora?
Silencio. Todos lo miran. Luego miran a Toni.
Toni Eh… Bueno, después de todo en el Departamento de Tecnología nos
prestaron estas dos nada más. La que tenés vos es la mía.
Mora Se la podés dejar entonces…
Toni Sí. Supongo que por ahora no la necesito.
Cristina y Carol se dirigen hacia la puerta.
Carol y Cristina Adiós ¿eh?
Mora Los acompaño.
Cristina ¿Venís, Toni?
Toni Junto mis herramientas y ya estoy.
Cristina Te espero fuera.
Carol, antes de salir por la puerta, se vuelve y les habla a Mora y Omar.
Carol A veces pienso que me gustaría estar en coma. Siempre se los ve tan
tranquilos. Claro que a veces sufren. Eso me dijeron una vez. Pero no lo creo.
Debe estar bueno.
Salen Carol, Cristina y Mora. Fina se acerca a la puerta. Le entrega a Omar
su diario ínitmo. 243
Fina Leí tu diario. No estoy enojada. Pero lo que por ahí pasa es que me
conocés poco. Podríamos quedar algún día. Para conversar. Antes de que nos
quedemos grises ¿no? No sé, ir al cine y luego al Mc Donald’s.
Omar Sí, claro.
Fina sale seguida de Omar. Toni continúa guardando sus herramientas. De
pronto Brad Pitt habla.
Brad Pitt ¿Toni?
Toni ¿Qué?
Brad Pitt A mí tampoco me gusta quedarme en una casa donde alguien
se cortó la yugular con un pelapapas. ¿Qué es la yugular?
Toni Bueno… es como la pila de la minigrabadora.
Brad Pitt ¿Te vas?
Toni Sí.
Brad Pitt ¿Adónde?
Toni A mi casa.
Brad Pitt ¿Puedo ir con vos a tu casa?
Toni No.
Brad Pitt ¿Vas a volver?
Toni No sé.
Brad Pitt Podría hablar solo. Me mantendría lubricado.
Toni Funcionás bien.
Brad Pitt Yo me siento raro.
Toni ¿Raro?
Brad Pitt Raro.
Toni ¿Y sabés por qué?
Brad Pitt Supongo que porque ellas dejaron de funcionar.
Toni ¿Las extrañás?
Brad Pitt No sé. ¿Eso arreglaría las cosas?
Toni No.
Brad Pitt Entonces no, no las extraño. ¿Vos extrañás a la madre de
Omar y Mora?
Toni piensa.
Toni No.
Brad Pitt Vos también te sentís raro ¿no?
Toni ¿Por qué preguntás?
Brad Pitt Porque es lo único que sé hacer.
Toni Puede ser.
Brad Pitt ¿Por qué te sentís raro, Toni?
Toni Es que creo que me encariñé con vos.
Brad Pitt ¿Y por qué te encariñaste conmigo?
Toni Parecés indefenso, tu vida es una mierda, y sin embargo no te quejás.
244 Brad Pitt Tu vida también es una mierda y no creo haberme encariñado
con vos.
Toni Bueno, yo te hice.
Brad Pitt ¿Y?
Toni Uno se encariña con las cosas que uno hace.
Brad Pitt ¿Siempre?
Toni Casi siempre. Sí, supongo que sí. Bueno, con las cosas que te salieron bien.
Brad Pitt ¿Y con las cosas que hicieron otros uno puede encariñarse?
Toni No sé. (Piensa.) Supongo que sí; si uno se encariñó con las personas
que hicieron esas cosas, sí.
Brad Pitt ¿Vos te encariñarías con una cosa que haya hecho yo entonces?
Toni Es posible.
Pausa.
Brad Pitt Hice una cosa.
Pausa. Toni se inquieta.
Toni ¿Qué hiciste?
Brad Pitt Vení que te lo muestro.
Silencio. Brad Pitt no se mueve. Toni no acaba de comprender.
Toni ¿Adónde?
Pausa.
Brad Pitt Vení.
Toni duda primero y después da un paso hacia Brad Pitt. Éste levanta la
mirada. Toni lo imita, descubriendo en lo alto algo que pareciera impresionarlo
de manera agradable. Brad Pitt baja la cabeza y su mirada se posa en el cuello
de Toni. El momento se prolonga inquietante. De pronto Brad Pitt le toma el
cuello con un brazo con bestial fuerza sin darle tiempo a nada. Toni grita.
Apagón y música.
Fin.
Javier Daulte
Barcelona, junio de 2005
Buenos Aires, junio 2007
El texto dramático
1 Determinen en qué partes se divide la obra y qué elementos gráficos
(subtítulos, enumeraciones, asteriscos, rayas) indican esa división.
Nada me gusta menos que los prejuicios que suelen existir sobre
los actores jóvenes o el mundo de la juventud. Yo no entendía nada
de la juventud cuando era joven, menos entiendo ahora que no lo
soy. Pero sí conozco algún que otro aspecto de su semblante. Y
uno de los semblantes que me resulta particularmente atractivo
(en términos teatrales, claro) es su capacidad de ser sorprendente,
porque es el semblante de la indiferencia. El joven tiene la única
certeza de su juventud, certeza tan firme que ni siquiera tiene
sentido ocuparse de ella. Lo demás son dudas e incertidumbres.
Pensé que esa indiferencia podía tener potencia sobre un escenario.
250
Actividades de producción
1 Teniendo en cuenta lo analizado respecto del monólogo de
Segismundo en la Primera jornada, realicen una caracterización de
ese texto prestando atención a la estructura, el estilo, la métrica y
a quién va dirigido.
Películas
El principe encadenado (1960), de Luis Lucía, España. La película desarrolla
el argumento de la obra de Pedro Calderón de la Barca.
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Bibliografía
Para saber más acerca del teatro calderoniano y del Barroco español
pueden consultar los textos que siguen, de los cuales el último citado
constituye una obra fundamental en los estudios sobre la época:
Durán, M. y González Echevarría, R., Calderón y la crítica: Historia y
antología, Madrid, Gredos, 1976.