Oro Plata Polvo Nada
Oro Plata Polvo Nada
Oro Plata Polvo Nada
Tony Pasinski
Afiliación: investigador independiente
INTRODUCCIÓN
de Santiago de Guatemala entre los siglos XVII al XIX, aplicando, como primer paso, el
Alvarado. El análisis posterior sobre los enlaces matrimoniales efectuados entre los
sobre las encomiendas guatemaltecas del siglo XVI, sostuvo que Leonor de Alvarado, hija
Centroamérica a mediados del siglo XVI.3 A su vez, datos dispersos sugerían un papel
de la Cueva Alvarado formó parte, o no, de la elite guatemalteca del siglo XVI. Una vez
que les definían como miembros de la elite del poder de la ciudad de Santiago, para
analizar después los factores que forzaron su desconexión de ese grupo. A lo largo de la
Atendiendo los objetivos expuestos, este trabajo comienza con un epígrafe dedicado
1
CASAROLA, Silvia, “El núcleo de la élite colonial de Santiago de Guatemala: un bloque cohesivo”, V
Congreso de Historia Centroamericana, San Salvador, 2000.
2
FELDMAN, L. H., Indian Payment in Kind: the Sixteenth Century Encomiendas of Guatemala, Culver City,
1992, p. 80.
3
MCLEOD, Murdo, Historia socioeconómica de la América Central española, 1520-1720, Guatemala,
Editorial Piedra Santa, 1980, pp. 78-82.
4
GOMEZ ZUÑIGA, Pastor Rodolfo, “Minas de plata y conflictos de poder: el origen de la Alcaldía Mayor de
Minas de Honduras (1569-1581”, en Yaxkin, Tegucigalpa, IHAH, 1999, Vol. XVIII, pp. 43-79.
3
en las encomiendas, el cultivo del cacao y la minería, para después estudiar los vínculos
sociales, perspectiva ya aplicada por los autores en una ponencia anterior sobre Choluteca. 5
Al igual que entonces, nuestro análisis se apoya en el principio de que los elementos
constitutivos de una sociedad suelen participar en más de una red social, ya sean estas
central o periférico de cada una de las redes en ella imbricadas. De idéntica forma, la
estructura de cada red particular delinea la posición central o periférica de cada uno de sus
una sociedad, y en la de cada una las redes que participan en ella, son el tiempo y el
espacio, pues en el paso de una generación a otra pueden acaecer modificaciones relevantes
en el núcleo y los márgenes de cada red. Desde el punto de vista topográfico, esto es, de la
ubicarlo en las coordenadas espaciales (local / regional / global). Como se verá más
5
GOMEZ ZUÑIGA, Pastor Rodolfo y Tony Pasinski, “Redes sociales y poder en la villa de Jerez de la
Frontera de la Choluteca, gobernación de Guatemala, 1541-1617”, Tegucigalpa, VI Congreso de Historia
Centroamericana, 2004.
6
NOYES, Dorothy, “Group” en Journal of American Folklore, 108, p. 471
4
relacionarlos con sus respectivos linajes. En segundo lugar, se definió la posición de los
dentro del grupo de descendencia; y por último, se atendieron las variables atributivas, para
siglo XVI, entre las variables atributivas se utilizó el acceso a las encomiendas como un
indicador clave para establecer la posición central o periférica del matrimonio dentro de la
elite del poder guatemalteco, a la espera del desarrollo de estudios más amplios que
Villacreces de la Cueva, en la sociedad hispánica del siglo XVI, requiere relacionar los
vínculos que dicho matrimonio estableció con la sociedad citada en las coordenadas espacio
sociedad ibérica del siglo XVI. Aunque en ego convergen numerosas líneas de ascendencia,
5
Alvarado, quién la tuvo, siendo soltero, con Luisa Xicotencatl, hija de uno de los cuatro
caciques principales del reino indígena de Tlaxcala, México. Con el paso de los años, Doña
Leonor obtuvo de la Corona Hispánica una cédula que la legitimaba como hija de Pedro de
Alvarado en Secadura, Cantabria, donde tenía su casa y solar. Juan de Alvarado, abuelo del
XV a Extremadura, en donde se casó y tuvo muchos hijos. Uno de ellos fue Diego de
Alvarado y Mexía, hermano del padre de Pedro de Alvarado, y emigrado a Indias en 1499.
La presencia en ultramar de este tío, que hizo fortuna en La Española, fue determinante
para el traslado, en 1510, de Pedro de Alvarado y sus hermanos Gonzalo, Jorge, Gómez y
Juan a Santo Domingo, de donde todos salieron para participar en la conquista de Cuba.8
Queda claro, entonces, que Pedro de Alvarado procedía de una rama secundaria de
desde 1519 en México y Guatemala, jornadas que le catapultaron a codearse con la cúpula
los Cobos, el poderoso secretario de estado del emperador Carlos V, vínculo materializado
7
AGI, Guatemala, 402, L.2, 2 de agosto de 1547; ver también AHN, Ordenes Militares, Caballeros, Santiago,
Exp. 8874, testimonio de Francisco Marroquín de Mendoza.
8
Genealogías Hispanas “ALVARADO. Los de Extremadura, que pasan a América”, en
<http://www.euskalnet.net/laviana/gen_hispanas/alvarado.htm>, página visitada a 18 de marzo de 2006.
6
Dr. Beltrán de la Cueva y Pedro de Alvarado concertaron una compañía para exportar 600
esclavos negros a las minas de oro de Guatemala. Tres días antes de efectuarse el contrato,
Alvarado había sido nombrado gobernador y adelantado de Guatemala, con un salario anual
de 562.500 maravedís.9
Bernal Díaz del Castillo sostuvo que Pedro de Alvarado consiguió ese cargo gracias
Francisca de la Cueva, con quien el adelantado de Guatemala se casó por esos días. 10 Dicha
información contrasta con la opinión del cronista Antonio de Herrera y Tordesilla, en cuya
obra asevera que en la concesión del nombramiento intervino Francisco de los Cobos.11
Cobos solicitó a su sobrino Juan Vázquez de Molina que acudiese a Doña Elvira de
Mendoza, con el objeto de conseguir que la Reina Juana diese una dote a Beatriz de la
Alvarado contraer matrimonio con la hermana de su primera mujer cuando ésta falleció. 12
9
KENISTON, H., Francisco de los Cobos Secretario de Carlos V, 1980, p. 103.
10
DIAZ DEL CASTILLO, Bernal, La Verdadera Historia de la Conquista de la Nueva España, citado por
HAEUSLER YELA, Carlos, Diccionario General de Guatemala, Guatemala, 1983, T.I, p. 482.
11
HERRERA Y TORDESILLAS, Antonio de, Historia General de los Hechos de los Castellanos en las Islas
y Tierra Firme del Mar Océano, Tomo VIII, Década IV, Lib. II, Cap. III, p. 95.
12
KENISTON, H., Francisco de los Cobos Secretario de Carlos V, 1980, p. 103.
7
bisabuela paterna de Francisco de los Cobos, había sido tía de Beltrán de la Cueva, favorito
emparentadas con ambas mujeres. Entre los parientes emigrados a Indias se encontraban
Alvarado, en la residencia de Cristóbal de la Cueva, en 1535, un testigo depuso que éste era
Al igual que sus primas Francisca y Beatriz, Francisco de la Cueva también era
sobrino nieto del primer Duque de Alburquerque, pues su abuela, Leonor de la Cueva, era
13
ATIENZA, J de, Diccionario Nobiliario, Madrid, E. Aguilar, 1954, p. 327.
14
En la residencia de Cristóbal de la Cueva un testigo depuso que Don Cristóbal era nieto del primer Duque
de Alburquerque, que era abuelo del que en esos días vivía; en el mismo expediente, otro testigo en la Villa de
San Miguel indicó que Juan de Mendoza era pariente de Cristóbal de la Cueva, probablemente el nexo
familiar provenía de la esposa de Francisco de los Cobos, que se llamaba María de Mendoza. Ver AGI,
Justicia, 296, Nº2, R.1, Residencia del Capitán Cristóbal de la Cueva, San Miguel y Santiago, 1536-1537.
15
AGI, Justicia, 296, Nº1, R.2, Residencia de Don Cristóbal de la Cueva, San Miguel y Guatemala, 1535-
1537.
8
boda con Teresa Villavicencio y Zurita constituyó un acto de endogamia de la elite local,
dado que los Villavicencio también eran parte de los linajes prominentes jerezanos. 16
Sin ser una de las principales urbes españolas, Jerez de la Frontera era uno los
núcleos de población más importantes de Andalucía, pues en 1534 ya contaba con 3.751
excelente para participar en el comercio transatlántico que floreció a lo largo del siglo XVI.
En todo caso, y a pesar de sus antecedentes, Francisco de la Cueva no las tenía todas
ser Francisco hijo segundo del matrimonio, debió asegurarse su futuro sin esperar gran cosa
del patrimonio familiar.18 El casamiento de sus primas con Pedro de Alvarado le abrió las
puertas a las Indias, a donde se embarcó esperando obtener el favor del adelantado de
nombrado gobernador interino de Guatemala cuando Pedro de Alvarado partió por la mar
desastre de Almolonga, privaron a Francisco de la Cueva de los apoyos más poderosos con
que había contado en Centroamérica. En este contexto contrajo matrimonio con Leonor de
16
Ver al respecto SANCHEZ SAUS, Rafael, Linajes Medievales de Jerez de la Frontera, Tomo I, Sevilla,
1996, pp. 59-60, 210-214, 216-229.
17
FLORES VARELA, Carlos, “La evolución de la población urbana de Andalucía en los siglos XV y XVI”,
p.7, en http://www.ucm.es/BUCM/revistas/ghi/02143038articulos/ELEM0505110097A.PDF.
18
AMJF, Fondo Soto Molina, Legajo 3, Expediente Nº 88, “Cláusulas del mayorazgo que en virtud de Real
Facultad fundó Don Juan de Villacreces, por escritura que otorgó en 28 de octubre de 1527 y agregación que
por otra escritura hizo en el año de 1536”, Granada, siete de septiembre de 1731; ver AHN, Ordenes
Militares, Caballeros, Santiago, Expediente 8874, en Jerez de la Frontera, el testigo Fernando López de Castro
decía que su padre le había comentado que Francisco de la Cueva “...por ser hermano segundo passo a las
yndias...”, y lo mismo depuso el testigo Pedro de Torres Gaitán.
19
RECINOS, A, Doña Leonor de Alvarado y otros Estudios, Guatemala, 1958, p. 40.
9
quién el adelantado casó a su hija años atrás. Con este enlace, Francisco de la Cueva
Hacia 1574, la ciudad de Santiago, con sus 500 vecinos, era la mayor colonia
demográfica que la separaba de Jerez de la Frontera, la urbe contaba con el atractivo de ser
Audiencia de los Confines. En cualquier caso, uno de los mayores incentivos para asentarse
Las encomiendas aseguraban a sus titulares unos tributos que les permitían llevar
reclamaban para sí la preferencia en su adjudicación, poco pudieron hacer para evitar que
las autoridades encargadas de repartirlas las entregasen a personas bien relacionadas con las
20
LÓPEZ DE VELASCO, Juan, Geografía y Descripción General de las Indias, 1971, pp. 145, 148 y 150.
10
como el caso del conquistador Juan de Espinar, sastre de origen humilde, y a pesar de ello
Guatemala.21 Debido a ello, el acceso a las encomiendas debe usarse junto a otras variables
para ponderar su utilidad como indicador relacional con el núcleo del poder colonial.
Guatemala en 1541, justo antes de la entrada en vigor de las Leyes Nuevas, le permitió
Tacuba, pueblos vacos por la muerte de los conquistadores Luis de Vivar y Sebastián del
por su padre Pedro de Alvarado, recibía también la mitad de los tributos de Atitlán. La boda
una cédula real que prohibía acumular una encomienda sobre otra, y que obligaba a los
parcial, y después de un tedioso proceso, pues tras morir Pedro de Alvarado, Alonso de
Martín de Guzmán.23 Tras un largo litigio, los de la Cueva Alvarado perdieron la posesión
durante la segunda mitad del siglo XVI, pues en Guatemala sus 2.100 tributarios sólo los
superaban los pueblos de indios de la Real Corona, que sumaban 3.044 tributarios.25
las encomiendas de Pedro de Alvarado, cuyas rentas calculaba en 20,000 pesos. Consiente
del prestigio de su linaje, y de que su esposa era hija del difunto adelantado, usó ambos
alcanzó su objetivo, Felipe II concedió 2.000 pesos de renta adicional al hijo mayor del
encomienda proporcionaba tributos valorados en 3.000 pesos anuales, que sumados a los
de Ostuncalco, que en 1549 poseía 2.000 tributarios, se redujo a 2.006 habitantes en torno a
25
FELDMAN, L. H., Indian Payment in Kind the Sixteenth Century Encomiendas of Guatemala, Culver City,
1992, p. 80. El proceso de acumulación de encomiendas por parte de los de la Cueva Alvarado dejó un amplio
rastro documental, en buena parte reflejado en la obra citada, ver pp. 16, 17, 18.
26
Se trata de los pueblos de Tecoaco y Zacapa, vacas por la muerte de Andrés Molina, FELDMAN, L. H.,
Indian Payment in Kind the Sixteenth Century Encomiendas of Guatemala, Culver City, 1992, p. .
27
AGI, Guatemala, 394, l.5, Real Cédula al Presidente de la Audiencia, San Lorenzo El Real, 1 de abril de
1572; AGI, Guatemala, 52, “Encomiendan al hijo mayor de Francisco de la Cueva ciertos pueblos hasta en
2.000 pesos de renta, en reconocimiento de los méritos y servicios suyos y de sus suegro Don Pedro de
Alvarado”, Santiago, 28 de enero de de 1573; AGI, Guatemala, 1, Nº4, “La forma en que parece se podría
dividir el repartimiento que vacó en Guatemala por Doña Leonor de Alvarado entre tres hijos que quedaron”,
Madrid, 2 de octubre de 1586.
28
Andrés García de Céspedes, “Relación del Obispado de Guatemala”, 1572, en ACUÑA, René, Relaciones
Geográficas del siglo XVI:Guatemala”, México, 1982, p. 180-181; otros datos sugieren una despoblación
más acusada, pues a penas contabilizan entre 1.200 o 1.400 habitantes para Ostuncalco, ver FELDMAN, L.
H., Indian Payment in Kind the Sixteenth Century Encomiendas of Guatemala, Culver City, 1992, p. 18.
12
hasta nueve productos sujetos a tributación en 1549 (maíz, frijoles, gallinas, huevos, miel,
personas para el servicio personal; mientras en 1569 los tributos identificados se limitan a
tres productos (maíz, conejos y cacao), aunque en 1595 tributaban maíz, cacao y mantas de
algodón. Por todo lo anterior, las cantidades percibidas en 1569 distaban de las obtenidas
20 años atrás, pues si en 1549 entregaron 800 fanegas de maíz, en 1569 sólo pagaron 38,
Postclásico de Mesoamérica (1000 a 1524 de nuestra era) dicho producto se usó como
instrumento de cambio y reserva, función que siguió cumpliendo tras la conquista durante
americanas.30 Por otro lado, ya desde 1540 los mercados coloniales de la Nueva España
precio de la carga de cacao, que de 100 reales tasados en 1525 pasó a valer más de 300
reales. Por las razones citadas, los vecinos españoles de Guatemala procuraron controlar la
producción del cacao, actividad donde participó de forma activa Francisco de la Cueva. 31
29
FELDMAN, L. H., Indian Payment in Kind the Sixteenth Century Encomiendas of Guatemala, Culver City,
1992, pp. 17-18; en cuanto a los tributo de 1595 ver Juan de Pineda, “Avisos de lo tocante a la provincia de
Guatemala”, 1595, en ACUÑA, René, Relaciones Geográficas del Siglo XVI: Guatemala, México, UNAM,
1982, p. 132.
30
CIPOLLA, Carlo, La Odisea de la Plata Española, Barcelona, 1999, p. 67.
31
ZAMORA ACOSTA, Elías, Los Mayas de las Tierras Altas en el Siglo XVI, Sevilla, 1985, pp. 132, 133,
232-235, y 249.
13
documentaron a Santa Catalina, Magdalena Coatepeque, San Pablo, Santa Lucía Malacatán,
no existe acuerdo, pues Stanislawski la cifra en 380 xiquipiles en 1549, mientras Lawrence
Feldman la estima en 100 xiquipiles. Fuera lo uno o lo otro, si nos fiamos de los datos
recopilados por Stanislawski para ese mismo año, tal cantidad distaba de la percibida por
otros encomenderos de Guatemala, como Juan de Guzmán, Girón, Juan López o Gaspar
Arias, que recibían 1.172, 1.000, 688 y 650 xiquipiles respectivamente. 33 Pero ya fuesen
380 o 100 xiquipiles, dicho tributo no era desdeñable si se compara con los 60 pagados
cada año a la corona por Çoçumba, en la gobernación de Honduras, entre 1549 y 1558,
Queda claro, entonces, que, aun siendo apreciable la cantidad de cacao percibida de
Sacatepeque - Ostuncalco, el grueso del valor de sus tributos no provenía de ese rubro, si no
que, a parte de percibir cacao como tributo, algunos españoles accedieron a parte de su
producción por medio del comercio con los nativos. 35 Según Elías Zamora, la rentabilidad
de ese comercio explica el desinterés de los colonos por adquirir tierras en la bocacosta
32
ZAMORA ACOSTA, Elías, Los Mayas de las Tierras Altas en el Siglo XVI, Sevilla, 1985, pp. 346-347;
CENTRO DE INVESTIGACIONES CAMPESINAS, Monografía del Municipio de Ostuncalco”,
Quezaltenango, 1991, pp. 17-19; FELDMAN, L. H., Indian Payment in Kind the Sixteenth Century
Encomiendas of Guatemala, Culver City, 1992, pp. 17-18.
33
STANISLAWSKI, Dan, Guatemala Village of the Sixteenth Century, en
<www.libro.uca.edu/guatemala/guatemala3.htm>, pág. visitada a 18 de marzo de 2006.
34
Para ver las obligaciones tributarias de Çoçumba a la Real Corona ver AGI, Contaduría, Legajos 987, 988,
989, 990 y 991.
35
ZAMORA ACOSTA, Elías, Los Mayas de las Tierras Altas en el Siglo XVI, Sevilla, 1985, pp. 232 – 233.
14
guatemalteca, pues era más rentable comprar cacao a los indígenas que cultivarlo. 36 Pero
la Cueva, o los miembros de su grupo de descendencia, en la compra venta del cacao a los
nativos; ahora bien, lo que los protocolos notariales si demuestran es que en 1570 Juan
Maldonado de Guzmán impuso un censo a favor de Francisco de la Cueva sobre una milpa,
en términos del pueblo de Atequipaque, donde tenía sembrados 1.500 pies de cacao, junto
también de Luis de Mercado, cerca de la villa de la Trinidad, la cual incluía una casa con su
ermita, equinos, herramientas, costales, y nueve esclavos negros. 38 En los pleitos por la
herencia de Leonor de Alvarado se barajó que la milpa valía entre 20.000 y 24.000
ese mismo año los de la Cueva Alvarado remataron diversas cargas de cacao de la milpa a
en torno a 2.700 y 2.900 tostones por año, cifra que induce a pensar que bajo ciertas
circunstancias el cultivo del cacao era una lo suficientemente lucrativo como para que los
El negocio del cacao fluctuó enormemente debido a los vaivenes del mercado. En
opinión del ingeniero Baptista Antonelli, que recorrió el norte de Centroamérica en 1590, el
“..no tienen estas provinçias trato ni comerçio sino es de añir y cacao, que es una
fruta como piñones, que della hazen bebida, y desta dicha fruta se gasta mucho en la Nueva
España, y el año que ay buena cossecha entran en esta provinçia más de çient mill ducados,
y el año que no azierta la cossecha están todas estas provincias pobres, como lo está de
pressente, por que los años atrás a abido muy mala cossecha de la dicha fruta..” 42
La merma en el negocio del cacao, sin embargo, databa de años atrás, cuando la
producción cacaotera sudamericana, con un producto de inferior calidad, pero bastante más
podría suponerse que la merma del mercado cacaotero novo hispano lo cubrieron con otros
matrimonio antigüeño, además de la milpa de cacao, tuvo seis caballerías de tierra junto a
12 caballerías junto al Golfo Dulce, otra estancia para criar ovejas junto a Ostuncalco, la
estancia llamada de Juan Luis junto al Río de los Esclavos, la estancia ganadera de
Sumazate, más la venta de Cerro Redondo. 44 Pero a pesar de esas posesiones, más
innumerables censos y casas que alquilaban, la caída del precio del cacao les afectó tanto
42
AGI, Patronato 183, Nº1, Ramo 16, “Relacion del Puerto de Caballos y su fortificación”, la Habana, siete
de octubre de 1590.
43
MACLEOD, Murdo J., Historia socioeconómica de la América Central española, 1520-1720, Guatemala,
Editorial Piedra Santa, 1980, pp. 78-82.
44
AGCA, A1.43 Leg. 4836 Exp. 41597, Año 1608.
16
“Esta tierra está muy necesitada a causa del poco dinero que ay en ella y de la baxa
del presçio del cacao, prinçipal cosa y trato desta tierra; como no ay demanda del de la
Nueva España, adonde se suele gastar, y de donde se suele traer dineros, por el lo qual
tanbién a causado mucha baxa en el prescio de todas las cosas que se crían en esta tierra, y
como dellas es la rrenta que tiene Vuestra Majestad, a dado en ella también baxa y
dificultad en la cobrança...”45
Cueva Alvarado, no debe dudarse que sus ingresos anuales siguieron contándose en miles
de tostones. Pero si nos fiamos de las palabras de los funcionarios reales, la merma en sus
producto que restaurase el nivel adquisitivo familiar, pues el precio de la carga de cacao
había caído de los 300 reales documentados por Elías Zamora a los 110 reales cobrados en
aceptación universal, ya que hasta entonces el cacao era un alimento de lujo consumido en
exclusiva en el mercado Novo Hispano. Y cuando la crisis alcanzaba sus cotas más
producción. Durante el apogeo del lavado de oro, algunos vecinos guatemaltecos tuvieron
45
AGI, Guatemala 45, Nº55, “Carta de los oficiales reales de Guatemala a su Majestad”, Santiago de
Guatemala, 30 de septiembre de 1575.
17
metal dorado.46 La noticia no era nueva para los de la Cueva Alvarado, pues el propio Pedro
Pero extraer plata era una cosa bastante distinta a lavar oro. No bastaba para ello
emplear esclavos, barras y bateas, y aun siendo alta la inversión necesaria para formar y
avituallar una cuadrilla dedicada al lavado de placeres auríferos, todavía más caro era
organizar la explotación de una veta mineral. Además de conseguir la mano de obra y las
herramientas, hacia falta construir ingenios para moler la broza, hornos de fundición y
hornos de afinamiento, y en caso de beneficiar los minerales por azogue, era necesario
Una vez que la industria extractiva comenzara a funcionar, todos los pasos descritos
precisaban de operarios especializados, tanto para construir los ingenios y hornos, como
de la hacienda. Y como los colonos hondureños carecían del capital, la mano de obra y los
riesgos y posibilidades del negocio extractivo. Ellos poseían el capital, pero carecían de la
experiencia pertinente. Al final, la idea tomó forma cuando contactaron con Alonso
Verdugo Montalvo, minero de las minas de Nejapa, en Oaxaca, 47 con quien formaron una
compañía. Como se deduce del inventario de bienes de Doña Leonor, los de la Cueva
Alvarado aportaron 60 esclavos negros, y capital para comprar minas, herramientas, mulas,
46
NEWSON, Linda, El Costo de la conquista, Tegucigalpa, 1992, pp. 162-164.
47
AGI, Patronato, 78b, Nº2, R.9, “Probanza de méritos y servicios de Alonso Verdugo Montalvo y la de su
suegro Don Diego de Manzanares”, Comayagua y Santiago de Guatemala, 1569-1587.
18
caballos, y para construir hornos e ingenios; y Alonso Verdugo aportó capital, y sin lugar a
final formó su propia compañía con Francisco de Coto, y se asentó como minero en
Tegucigalpa,49 donde al parecer murió antes de 1593.50 Puede decirse, con justicia, que los
Coto, el ingeniero Diego Juárez, los 60 esclavos negros, y los indígenas de repartimiento,
Una vez instalado en Honduras, Alonso Verdugo compró acciones de las minas más
rentables de Guazucarán, y fundó una hacienda a la que llamó “San Sebastián”. Diego
Juárez construyó para ellos, en 1574, un molino hidráulico con seis almádanas de hierro de
sesenta libras cada una.51 La inversión hecha debió ser cuantiosa, puesto que ingenios
similares, construidos ese mismo año en Potosí, se tasaron en un precio medio de 30.125
pesos.52 Y en lo que se refiere a los esclavos negros, en la misma Honduras su precio osciló,
48
AGCA, A1.43 Leg. 4837 Exp. 41606, Año 1608.
49
AGI, Indiferente, 2060, Nº34, “Expediente de Diego Juárez”, Sevilla, sin fecha.
50
En las cuentas de contaduría del año de 1593 se hizo cargo a Francisco de Coto y los herederos de Diego
Juárez de 537 pesos 5 tomines 2 granos por deudas de azogue. AGI, Contaduría, 989, cuentas de los años
1578 a 1593.
51
AGI, México, 257, “Diligencias hechas por el capitán Pero Ochoa de Leguiçamo en las minas de Santa
Lucía Teguiçigalpa las quales vido ocularmente para informar a su majestad de la calidad de las dichas
minas”, Tegucigalpa, 29 de agosto de 1590; RAHM, 9/4663 Nº 15, “Relación y parecer de Don Francisco de
Valverde sobre la mudanza de la navegación de Nombre de Dios a Puerto Caballos”, Trujillo, 24 de agosto de
1590.
52
BAKEWELL, Peter, “Technological change in Potosí: the silver boom of the 1570´s”, en KELLENBENZ,
H. y Richard Koneztzke (Editores), Jahrbuch für Gestchichte von staat, Wirtschaft und Gesellschaft
Lateinnamerikas, Böhlau, Verlag, Köln, Wien, 1977, p. 70.
19
según su pericia minera, entre los 220 y los 500 pesos. 53 A esa suma se añade el precio de
las acciones sobre las minas, las mulas, caballos, herramientas, etc. No extraña, por lo
tanto, que a comienzos del siglo XVII un heredero de Francisco de la Cueva y Leonor de
Alvarado proclamase, de forma hiperbólica, que éstos habían gastado más de cien mil pesos
ochavas de plata, entre el tres de noviembre de 1574 y el tres de enero de 1576, cantidad
cobrada por cerca de 1.000 marcos de plata procesada casi toda en la Hacienda de Minas de
el siglo XVI. Aunque la documentación consultada no suele reportar las remesas de dinero
percibidas por los de la Cueva Alvarado, consta que un hijo de Leonor de Alvarado, en una
fecha indeterminada, rindió cuenta por 25.606 tostones que recibió de Francisco de Coto,
el administrador de Guazucarán.57
Hacia 1590, la Hacienda de Minas de San Sebastián poseía la mitad de las acciones
sobre la Enriqueña, más tres cuartas partes de la Descubridora, las dos únicas minas para
53
AGI, Guatemala, 402, L.3, “Real Cédula al gobernador de la provincia de Honduras”, Valladolid, 27 de
septiembre de 1553.
54
AGI, Guatemala, 63, “Memorial presentado por Nuño de Villavicencio sobre las minas de Guazucarán”, sin
data ni fecha.
55
Aunque las ordenanzas mineras establecían el pago de una quinta parte de los metales preciosos extraídos,
el presidente de la Audiencia, con la intención de animar a la explotación minera, autorizó que por dos años se
cobrase sólo el diezmo a los mineros que trabajasen en Honduras. AGI, Guatemala, 386, L. 2, “Carta a los
Oficiales de Guatemala”, Aranjuez, 15 de mayo de 1576.
56
AGI, Conrtaduría, 988, Cuentas de la Real hacienda de Honduras correspondientes al año 1575; AGI;
Guatemala, 44B, Nº 52, “Carta del Cabildo de San Pedro a su Majestad”, San Pedro de Puerto de Caballos, 1º
de abril de 1576.
57
AGCA; A1.43 Leg.4836 Exp. 41597, Año 1608.
20
almádanas.58 Sin lugar a dudas, durante el XVI fue la mayor explotación de plata existente
entre la Nueva España y el Perú, pues en el istmo no existía ninguna empresa minera que la
argentíferos colombianos, los únicos de la región señalada que superaban a los hondureños
Cabe resaltar el alto número de esclavos destinados a las minas hondureñas, todos
los cuales eran propiedad de los de la Cueva Alvarado. Y con ser una cuadrilla grande, no
otras palabras, la familia tuvo a su servicio unos 102 esclavos entre negros y mulatos,
cantidad que seguramente les situaba entre los más grandes esclavistas de Centroamérica,
segunda mitad del siglo XVI la familia poseyó uno de los patrimonios más cuantiosos del
istmo. Los numerosos tributarios de su encomienda, cerca de 2.100 a mediados del siglo
XVI, les convirtieron en los mayores encomenderos del istmo. Su hacienda de minas fue la
más grande y costosa de cuantas se levantaron entre México y Colombia a lo largo de los
siglos XVI y XVII. Y sus estancias y milpas posiblemente les ubicaron entre los
58
AGI, México, 257, “Diligencias hechas por el capitán Pero Ochoa de Leguiçamo en las minas de Santa
Lucía Teguiçigalpa las quales vido ocularmente para informar a su majestad de la calidad de las dichas
minas”, Tegucigalpa, 29 de agosto de 1590; RAHM, 9/4663 Nº 15, “Relación y parecer de Don Francisco de
Valverde sobre la mudanza de la navegación de Nombre de Dios a Puerto Caballos”, Trujillo, 24 de agosto de
1590.
59
NEWSON, Linda, El Costo de la conquista, Tegucigalpa, 1992, pp. 219- 236; para Colombia ver RUIZ
RIVERA, Julián, La plata de Mariquita en el siglo XVII: Mita y producción, Tunja, 1979.
60
AGCA, A1.43 Leg. 4837 Exp. 41606, Año 1608.
21
patrimonio todavía debe añadirse los 102 esclavos que tuvieron, así como los censos
sucesoria y matrimonial elitista, y una vez efectuado ese análisis, delimitar los factores que
LA TRAMA RELACIONAL
tuvieron una descendencia numerosa, por lo menos en lo que atañe a su primera generación.
Diversos documentos atestiguan la existencia de tres hijos varones, Juan, Pedro y Esteban,
y de tres hijas mujeres, Beatriz, Lucía y Paula. 61 Aunque Beatriz de Alvarado era la mayor,
aquí se optó por presentar a los hermanos de acuerdo a su orden sucesorio, como lo
marcaban las leyes españoles del siglo XVI, que establecían la preferencia de los varones
El motivó para presentar a los hijos de la familia de la manera referida se debe a que
por vía de donación intervivos, a favor de Juan de Villacreces Alvarado, su hijo varón
mayor, y a la descendencia que éste tuviera. Las cláusulas del mayorazgo establecieron que
en caso de morir Juan de Villacreces sin descendencia, el mayorazgo debía pasar al hijo
pasaría a las hijas, respetando el orden de preferencia de las mayores sobre las menores. 62
61
RECINOS, Adrián, Doña Leonor de Alvarado y otros estudios, Guatemala, Ed. Universitaria, 1958, p 49.
62
AMJF, Fondo Soto Molina, Leg. 3, Nº 88, Granada, siete de septiembre de 1731, “Por el Marqués de Casa
Villavicencio, vecino de la ciudad de Xerez de la Frontera, en el pleito con don Martín de Torres y
Villavicencio, vecino y veintiquatro de dicha ciudad, sobre la propiedad de el mayorazgo, y agregado fundado
22
No sería este el único vinculo de bienes establecido para uno de los hijos del
matrimonio, y como se verá más adelante, tampoco sería el único mayorazgo que
intervendría de forma decisiva sobre el devenir de la familia. Consta por testimonios que
Doña Leonor de Alvarado instituyó a favor de Esteban de Alvarado, su hijo varón menor, y
a los descendiente que éste tuviese, un vínculo sobre la tercia y quinta parte de sus bienes. 63
Tal duplicidad de vínculos originó con los años incontables pleitos entre los herederos.
Villacreces Alvarado, el varón mayor de los hermanos, y heredero del mayorazgo fundado
en 1558. La boda tuvo su origen en la sucesión del mayorazgo que su abuelo Juan de
Villacreces, el hermano de Francisco de la Cueva, falleció sin dejar hijo varón, el vínculo
recayó sobre Teresa de Villacreces, hija de Esteban de Villacreces. Tal como establecían
las cláusulas del mayorazgo, Teresa de Villacreces mandó a llamar a Guatemala a su primo
Juan de Villacreces Alvarado para casarse con él.64 La boda ocasionó no sólo la
concentración de los dos mayorazgos en una sola pareja, si no también el asentamiento del
No sería ese el único hijo emigrado a España. En fechas aun por determinar se
trasladaron a Andalucía tres hijos más del matrimonio. Entre los mismos se encontraba
Pedro de Villacreces Alvarado, segundo varón en la línea sucesoria familiar, que se casó
con Doña Mayor de Córdoba, nieta por parte de madre de Nuño de la Cueva, 65 cuyo abuelo
por Don Juan de Villacreces de la Cueva, vezino, y veintiquatro, que fue de dicha ciudad... etc”
63
AMJF, Fondo Soto Molina, Legajo 3, Nº88, Granada, siete de septiembre de 1731, alegato de D. Joseph
Alcalde Gómez de Salzeda, p. 8; también consta por una cláusula del testamento de Leonor de Alvarado
reproducida en AGCA, A1.43 Leg. 4837 Exp. 41606, Año 1608.
64
AHN, Ordenes Militares, Caballeros, Santiago, Exp. 8874; AMJF, Fondo Soto Molina, Leg. 3, Exp. Nº 88,
Granada, siete de septiembre de 1731.
65
AHN, Ordenes Militares, Caballeros, Santiago, Exp. 8874
23
línea sucesoria, se casó con Francisco Cuenca Villacreces Villavicencio, también natural y
vecino de Jerez.67 Y por último Paula de Alvarado, la menor de la familia, pasó como sus
otros hermanos a Jerez, donde falleció en 1600, aunque no se sabe si llegó a casarse.68
Cabe resaltar que las alianzas matrimoniales enumeradas se efectuaron con familias
Villacreces de la Cueva en 1527; y así ocurría también con Francisco Cuenca Villacreces
Villavicencio, titular también de un mayorazgo. 69 Pero casarse con personas de tal nivel
implicaba una inversión cuantiosa por cada hijo, con el consiguiente menoscabo del
consta una partida de plata para Doña Lucía en la flota de 1568; y otro documento de ese
mismo archivo testifica que Doña Leonor mandó 346 marcos de plata para Juan de
Villacreces Alvarado retornó por varios años a la provincia. Doña Beatriz contrajo nupcias
con Juan Maldonado de Guzmán, hijo de Martín de Guzmán, el hermano del Presidente
diversos bienes, los derechos sobre los tributos de Zapotitlán y Pinula, 73 otra de las mayores
dentro del núcleo del poder guatemalteco. Esteban se casó dos veces, aunque no se ha
Cepeda, cuyo patrimonio parece haber sido cuantioso, por lo que es muy probable que
y una serie de circunstancias adversas, tuvieron mucho que ver con la desconexión de la
sociedad guatemalteca. Por un lado, buena parte de los hijos del matrimonio antigüeño
murió sin dejar descendencia; tal fue el caso de Juan de Villacreces, el de Esteban de
Alvarado, y el de Paula de Alvarado. Beatriz y Pedro tuvieron un solo hijo cada uno; y
Lucía, aunque fue madre de cuatro mujeres, vio como tres de ellas tomaban el hábito de
San Agustín. En su tercera generación, la línea sucesoria quedó restringida a tres nietos.
Villacreces Alvarado, aunque nació en Guatemala, se trasladó con sus padres a vivir en
Jerez de la Frontera. Ya mayor de edad, contrajo matrimonio en dos ocasiones, pero murió
Santiago, en donde se casó con Doña Margarita Chávez de Santiago, de cuya unión tuvo
dos hijas. Una de ellas profesaría como monja, y la otra, Francisca Maldonado de Guzmán,
Maldonado de Guzmán era hermano del presidente Maldonado, pero diversos documentos demuestran de que
se trataba de un sobrino de ese funcionario real, pues era hijo de Martín Maldonado, hermano del presidente,
y Francisca de Molina. Ver AGCA, A1.20 Leg. 733 Fol. 41 v, año 1566; Libro de Pareceres de la Real
Audiencia de Guatemala: 1571-1655, Guatemala, Academia de Geografía e Historia de Guatemala, 1996, pp.
235-236.
73
AGCA, A1.20 Leg. 733 Fol. 41 v, año 1566.
74
AGCA. A.43 Leg. 4837 Exp. 41606, año 1608.
75
RECINOS, Adrián, Doña Leonor de Alvarado y otros estudios, Guatemala, Ed. Universitaria, 1958, p. 54.
25
contrajo nupcias con su primo Juan de Alvarado, padre de sus dos hijos y seis hijas, de
quienes procede la única línea del linaje que permaneció en Guatemala. En Jerez de la
Frontera, por su parte, Juana Villavicencio y Villacreces, hija de Lucía, se casó con Nuño
esposa murieron sin dejar hijos, el mayorazgo de Jerez de 1527, y el fundado en Guatemala
en 1558, pasaron a manos de Pedro de Villacreces Alvarado, forzando su retorno, junto con
Alvarado, su hijo Francisco Antonio de Villacreces heredó ambos mayorazgos; pero como
éste no tuvo hijos que le sucedieran, cuando murió se desató un pleito por la titularidad de
mayorazgos instituidos por sus padres, llevó a que la fortuna permaneciera indivisa por más
de 20 años. Fue aquí cuando intervino con mayor fuerza el ramal jerezano del linaje, pues
obtuvo autorización para ir a Guatemala a reclamar la herencia de su esposa, que incluía los
76
Adrián Recinos no documentó a Juana Villavicencio y Villacreces, ni al ramal jerezano que descendió de
ella, que tanto protagonismo tuvo en la transmisión de la herencia familiar. Ver RECINOS, Adrián, Doña
Leonor de Alvarado y otros estudios, Guatemala, Ed. Universitaria, 1958, pp. 54-56; AGI, Indiferente, 2071,
Nº63, Información y licencia de pasajeros para Don Nuño Núñez de Villavicencio para ir a Guatemala, 1604;
AGCA, A1.43 Leg. 4837 Exp. 41606, año de 1608; AMJF, Fondo Soto Molina, Leg. 3, Nº 88, año 1731.
77
AMJF, Fondo Soto Molina, Leg. 3, Nº 88, año 1731.
26
derechos de Paula y Lucía.78 Sobre su afortunada gestión nos da idea un memorial escrito
en 1615, en donde Nuño Núñez aparece ya como dueño de las minas de Guazucarán.79
Igual fortuna obtuvo Nuño Núñez de Villavicencio al litigar los mayorazgos tras
Consejo de Jerez, y fue llevado en grado de apelación a Granada, cuyo tribunal adjudicó la
mujer Francisca Maldonado de Guzmán. 80 Con los años, un descendiente de Nuño Núñez
Villavicencio, concedido por Felipe V en 1712, 81 cumpliendo así el sueño nobiliario al que
disfrutó parte de los tributos de 2.000 pesos que la corona concedió a la familia en la
década de 1570, motivo por el que Esteban, el menor de los varones, pidió que se le
adjudicasen los pueblos que vacaron por la muerte de su madre. El Consejo de Indias
propuso dividir la encomienda de Leonor de Alvarado en tres partes, entregando una a Juan
la tercera a completar los 2.000 pesos aprobados para Pedro de Villacreces Alvarado.82
78
AGI, Indiferente, 2071, Nº63, Información y licencia de pasajeros para Don Nuño Núñez de Villavicencio
para ir a Guatemala, 1604; AGCA, A1.43 Leg. 4837 Exp. 41606, año 1608.
79
AGI, Guatemala, 63, “Memorial presentado por Nuño Núñez de Villavicencio sobre las minas de
Guazucarán”, sin data ni fecha, visto en el Concejo el 11 de mayo de 1615.
80
AMJF, Fondo Soto Molina, Leg. 3, Nº 88, año 1731.
81
Armorial Popular, “Títulos Nobiliarios: Letra C”, en <www.armorialpopular.com/Titulos/C.html>; página
visitada a 21 de abril de 2006.
82
AGI, Guatemala, 1, Nº 4, “La forma en que parece que se podría dividir el repartimiento que vacó en
Guatemala por Doña Leonor de Alvarado entre tres hijos que quedaron”, Madrid, 2 de octubre de 1586.
27
adjudicaron a García de Castellanos y a las monjas de Santiago, con la condición de que sus
rentas se traspasarían después a la corona.83 Pese a obtener una real cédula el 23 de abril de
1587, Juan de Villacreces murió sin recibir su encomienda, mientras que al fallecer Esteban
Guzmán pidió una mejora en sus rentas, arguyendo que a pesar de ser la única descendiente
pacientemente levantado se dispersó por ambas orillas del Atlántico, empujando a los
DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES
No puede atribuirse a una sola causa la caída del linaje de la Cueva Alvarado en
Guatemala. Su paulatino desplazamiento hacia los márgenes del núcleo del poder colonial
los ingresos familiares, pues buena parte de ellos procedía de los tributos de las
encomiendas. Pero de igual forma, la posición más lejana de los descendientes con respecto
83
Libro de pareceres de la Real Audiencia de Guatemala: 1571-1655, Guatemala, Academia de Geografía e
Historia, 1996, pp. 46-47.
84
AGI, Guatemala, 64, Nº 6, “Méritos de Don Juan de Alvarado y Doña Francisca Maldonado de Guzmán,
nieta de Doña Leonor de Alvarado”, Guatemala, 26 de enero de 1617.
28
pues todas las encomiendas de Leonor de Alvarado salieron de manos de sus descendientes.
Otros factores económicos implicados fueron la caída del precio del cacao, y la merma de
la producción minera a finales del siglo XVI. Pero los reveses económicos citados no
cambiante sociedad colonial del siglo XVII. Al respecto, basta atender las palabras
comprender las restricciones auto impuestas por los practicantes del ideal nobiliario:
“..es cosa notoria que el dicho Don Francisco Antonio y su padre no tuvieron ni an tenido
oficio, trato ni contrato vil, ni mecánico, sino que an vivido de sus rentas y mayorazgo que tienen en
esta ciudad, tratándose con la ostentación que el mayor grande, lo qual es público y sabido..” 85
adecuar la economía familiar a una realidad social cada vez más dominada por mercaderes.
Pero tampoco sería ese el único factor a tener en cuenta. Como ya fue señalado, la política
Desde una lógica relacional, los enlaces estudiados de los hijos de Francisco de la
85
AHN, Ordenes Militares, Caballeros, Santiago, Exp. 8874.
29
paso del tiempo, los vínculos entablados con el núcleo del poder jerezano tendrían
Por otro lado, los hijos de Francisco y Leonor tuvieron una baja tasa de natalidad, ya
que tres murieron sin descendientes, dos tuvieron un hijo cada uno, y la última, aunque tuvo
cuatro hijas, sólo se le casó una, pues las tres restantes se hicieron monjas. Las leyes de
sucesión de encomiendas, y una política regia empeñada en recuperar los tributos vacos,
hacia Andalucía, acentuó las consecuencias de la baja natalidad, debido a los problemas
Las leyes hispánicas ubicaban, en efecto, en una posición central a los hijos varones
mayores de cara a la sucesión de los mayorazgos, aunque en caso de no haber hijo varón, la
titular. Tal normativa empujaba a muchos segundones, elementos periféricos dentro del
Cueva, pues como hijo segundo prefirió buscar su futuro en Guatemala, donde hizo fortuna
gracias a los vínculos entablados entre su linaje y Pedro de Alvarado, y después a través de
Pero si las leyes empujaban a los miembros periféricos del linaje a buscar otros
derroteros, la muerte sin sucesión de los titulares del mayorazgo les colocaba, a ellos y a su
el reclamo de los bienes vinculados en su lugar de origen. Tal situación incidió sobre el
30
devenir de los descendientes del matrimonio antigüeño, pues apartó a no pocos miembros
de la familia del núcleo de la elite del poder colonial guatemalteco, y favoreció, por el
En ese sentido, las consecuencias de la sucesión del mayorazgo fundado por Juan de
familia de la Cueva Alvarado desde Santiago, junto con cuantiosos capitales, hacia
Andalucía, debilitando así la posición de la familia en Guatemala. Tal fue el caso de Juan
ocupaba entonces una posición central en ambas comunidades, como lo demuestran los
inmensa red social del imperio hispánico, sus intereses superaban el ámbito de lo local, e
incluso sobrepasaban los límites regionales, expandiéndose por ambas costas del Mar
Francisco de la Cueva y Leonor de Alvarado erigieron su propia época de plata. Pero por
las circunstancias referidas, al final todo se quedó en nada. A medida que sus contactos con
las altas esferas del poder ibérico se diluyeron, y tras la pérdida de rentas, y la dispersión de
bienes, los descendientes guatemaltecos del matrimonio vivieron más de recuerdos que de
realidades. No extraña, por tanto, que para el siglo XVII el renovado núcleo de la elite de
31
Santiago no contase para sus enlaces matrimoniales con los miembros de un linaje que se
parte por el aporte de sangre y capitales guatemaltecos, ascendía lentamente dentro del
escalafón nobiliario. Pero ese detalle, junto a otros que por razones de espacio no han sido