Módulo 1 IPC Valente 2022 (U 1 y 2)
Módulo 1 IPC Valente 2022 (U 1 y 2)
Módulo 1 IPC Valente 2022 (U 1 y 2)
IPC
CATEDRA VALENTE
MODULO 1
(UNIDADES 1 Y 2)
CBC
SEDES: San Isidro, Drago, Moreno,
Scholas, CUDI, Salto, Puán,
Paternal, Zárate, Tigre y Avellaneda
2
Índice
Borges ---------------3 3
Copii --------------- 7 7
Gianella -------- ----131
Sabino -------------1500
Chalmers --------- 16868
Hempel ------------179
Bunge -------------- 202
Círculo de Viena - 218
Kolakowski -------243
Chalmers 5 ------- 255
Popper ------------ 263
El Idioma Analítico de John Wilkins
Jorge Luis Borges
Ensayo publicado primera vez en la colección Otras Inquisiciones
Arquivo Digital:
Linguistic Data Consortium
http://www.ldc.upenn.edu/myl/wilkins.html
3
4
que ha desarrollado esta habilidad, que alguien que nunca ha pensado sobre
los principios que esto implica. Este libro ofrece numerosas oportunidades
para practicar.
El razonamiento no es la única forma en la que sustentamos las afirmacio-
nes que hacemos o aceptamos. A menudo, simplemente nos dejamos llevar
por los hábitos, sin ninguna reflexión. En ocasiones, apelar a las emociones o
a la autoridad resulta más persuasivo que apelar a los argumentos lógicos y
en algunos contextos tales apelaciones pueden ser apropiadas. Pero cuando
tengamos que elaborar juicios en los que debemos confiar, el razonamiento
correcto será su fundamento más sólido. Los métodos y técnicas ele la lógica
nos permiten discernir de manera confiable el razonamiento correcto del in-
correcto. Estos métodos y técnicas son la materia de estudio de este libro.
1.2 Proposiciones
It is raining. (Inglés)
Está lloviendo. (Español)
II pleut. (Francés) Proposición
Es regnet. (Alemán) Una afirmación de
que algo es (o no
es) el caso; todas las
están escritas en diferente lengua, pero tienen un solo significado; las cuatro proposiciones son o
oraciones, que utilizan palabras muy distintas, se pueden emplear para aseve- verdaderas o falsas.
6
6
El estado más grande de Estados Unidos alguna vez fue una república independiente.
1.3 Argumentos
Las proposiciones son los ladrillos con los que están hechos los argumentos. Proposición
hipotética (o
Cuando afirmamos o llegamos a una proposición basándonos en otras pro- condicional)
posiciones, decimos que hemos hecho una inferencia. La inferencia es el Un tipo de proposi-
proceso que puede ligar a un conjunto de proposiciones. Algunas inferencias ción compuesta; es
son justificadas o correctas, otras no. Para determinar si una inferencia es falsa sólo cuando el
antecedente es
correcta o no, el lógico examina las proposiciones con las que inicia y ter- verdadero y el
mina el proceso y las relaciones entre estas proposiciones. Este conjunto de consecuente es falso
proposiciones constituye un argumento. Los argumentos son el principal
Inferencia
objeto de estudio de la lógica. Proceso en el que se
Tal como los lógicos utilizan la palabra, un argumento es un grupo relacionan proposicio·
de proposiciones del cual se dice que una de ellas se sigue de las nes afirmando una
proposición con base
otras, consideradas como base o fundamento para la verdad de éste. en otra u otras
Evidentemente, la palabra argumento a menudo se utiliza con otros sentidos, proposiciones.
pero en lógica se uti.liza estrictamente en el sentido que se acaba de explicar.
Argumento
Para cada inferencia posible existe un argumento correspondiente.
Conjunto estructurado
Está claro que un argumento no es meramente una colección de propo- de proposiciones que
siciones; un pasaje puede contener varias proposiciones relacionadas y aún refleja una inferencia.
así no contener ningún argumento. Para que pueda decirse que existe un
Premisa
argumento, tiene que haber alguna estructura en ese conjunto de proposi- Proposición utilizada
ciones, una estructura que capture o muestre alguna inferencia. Esta estruc- en un argumento para
tura se describe utilizando los términos premisa y conclusión. La dar soporte a alguna
otra proposición.
conclusión de un argumento es la proposición que se afirma con base en
otras proposiciones del argumento. Estas otras proposiciones, las cuales se Conclusión
afirma (o se asume) que son soporte de la conclusión, son las premisas del Es la proposición a !a
que las otras rroposi-
argumento. ciones, las premisas,
El argumento más simple consiste en una premisa y una conclusión, la dan soporte en un
cual se dice que se sigue de la primera. Cada una puede enunciarse en ora- argumento.
8
8 Capitulo 1 Conceptos básicos de lógica
Nadie estaba presente cuando surgió la vida por primera vez sobre la Tierra. Por lo
tanto, cualquier enunciado acerca del origen de la vida tiene que ser considerado
una teoría, no un hecho.
Puesto que se sabe que los seres humanos descienden de un pequeño número de
ancestros africanos de nuestro pasado evolutivo reciente, creer en profundas dife-
rencias raciales es tan ridículo como creer que la Tierra es plana. 4
Toda ley es un mal, pues todas las leyes son un atentado contra la libertad. 6
La mayoría de los argumentos son más complicados que éste; algunos con-
tienen proposiciones compuestas donde sus diversos componentes tienen
una relación intrincada. Pero cada argumento, simple o complejo, consiste
en un grupo de proposiciones de las cuales una es la conclusión y las otras
son las premisas ofrecidas como soporte.
Puesto que un argumento está constituido por un grupo de proposicio-
nes) ninguna proposición puede, por sí mis1na, ser un argumento. Pero al-
gunas proposiciones compuestas parecen argumentos. Considere la siguiente
proposición hipotética:
Es probable que haya habido vida en los innumerables planetas que los científicos
creen ahora que existen en nuestra galaxia, puesto que es muy probable que haya
habido vida en Marte durante un periodo temprano de su historia, cuando tenía
atmósfera y clima similares a los de la Tierra. 7
En ese mismo mundo en donde viven ahora más de mil millones de personas
con un nivel de ingresos nunca antes conocido, hay otros casi mil millones de
personas que luchan por sobrevivir con el poder adquisitivo equivalente a un
dólar estadounidense al día. La mayoría de los pobres más pobres del mundo
están mal alimentados, no tienen acceso a agua potable ni a los servicios sani-
tarios básicos, y no pueden enviar a sus hijos a la escuela. De acuerdo con la Uni-
cef, anualmente mueren más de 120 millones de niños -unos 30 000 al día-
por causas prevenibles relacionadas con la pobreza. 8
'
Este informe es sumamente inquietante, pero no contiene ningún argu-
mento.
Razonar es un arte, así como una ciencia. Es algo que hacemos)
de argumentos.
10
10 Capítulo 1 Conceptos básicos de lógica
Identifique las premisas y las conclusiones de los siguientes pasajes, cada uno
contiene sólo un argumento.*
.EJEMPLO:
• SOLUCIÓN:
3. El buen juicio es, de entre todas las cosas del mundo, la distribuida
de modo más equitativo, pues cualquiera piensa que lo tiene en abun-
dancia, y aun aquellos que son tan difíciles de complacer en todo lo
demás, comúnmente no desean tener más del que ya poseen.
-René Descartes, Discurso del método, 1637.
*Las soluciones de los ejercicios señalados con un asterisco pueden encontrarse en la parte
final del libro.
11
1.3 Argumentos 11
*10. Puesto que la luz se desplaza con una velocidad finita, observar ob-
jetos que están a millones de kilómetros ele distancia es, de hecho,
observar luz que fue emitida muchos años atrás.
-D. Richstone, "Universiry of Michigan Joins Magellan Project",
Tbe Ann Arbor News, 13 de febrero de 1996.
12. Hay quienes viven hasta 100 años sin haber contribuido nunca al me-
joramiento del género humano. Hay quienes mueren jóvenes en al-
guna empresa que mejora al género humano. Luego, es absurdo
12
12 Capítulo 1 Conceptos básicos de lógica
14. Hoy en día, los estudiantes ele primer año ele universidad han vivido
experiencias de la vida adulta durante más tiempo que sus congéneres
hace 50 años. [Por lo tanto], lo que tradicionalmente hemos asociado
con el despertar intelectual que tiene lugar durante los estudios uni-
versitarios, hoy debe tener lugar en la secundaria.
-Leon Bot.stein,Je.b'erson's Children:
Education and the Promise o/American Culture, 1998.
*15. La institución de educación pública medra con sus propias fallas. Entre
peor se desempeñan sus alumnos, más dinero pide (y lo consigue) tanto
al público como al gobierno. Entre más dinero consigue, más engorda.
-Ian Hamet, "School for Scanda!",
The Week!y Standard, 23 de agosto de 1999.
16. La audiencia ideal [para los magos] está compuesta por matemáticos,
filósofos y científicos, porque una mente lógica, receptiva a las cone-
xiones entre las causas aparentes y sus efectos aparentes, es más pro-
pensa a sorprenderse cuando una ilusión alcanza su clímax "ilógico".
-Martyn Bedford, The Houdini Gir!, Pantheon Books, 1999.
*20.
(vims de inmunodeficien-
cia humana) fue la enfermedad infecciosa que más personas mató en
todo el mundo, y la epidemia no cede.
-David Baltimore, Presidente dei California Institute
of Technology, en The Cronícle o/Hígher Education, 28 de mayo de 1999. Argumento
deductivo
Establece su conclu-
sión de manera
1.4 Argumentos deductivos e inductivos concluyente; una
de las dos clases de
Todo argumento afüma que sus premisas ofrecen fundamentos para la verdad argumento.
de su conclusión; tal afirmación es la característica principal de un argumento. Argumento
Pero hay dos maneras muy distintas en las que una conclusión se sustenta en inductivo
sus premisas, y, por lo tanto hay dos grandes clases de argumentos: argu- Establece su
conclusión só!o con
mentos deductivos y argumentos inductivos. Entender esta distinción es algún grado de
esencial para el estudio de la lógica. probabilidad; una
Un argumento deductivo afirma que su conclusión es apoyada por sus de las dos clases de
argumento.
premisas de manera concluyente. Un argumento inductivo, en contraste, no
afirma tal cosa. Por lo tanto, si juzgamos que en algún pasaje se afirma que Argumento
un argumento es concluyente, debemos tratar tal argumento como deductivo; válido
Si todas las premisas
si juzgamos que no se está afirmando tal cosa, lo trataremos como inductivo.
son verdaderas, la
Puesto que todo argumento es concluyente o no lo es, todo argumento es de- conclusión debe ser
ductivo o inductivo. verdadera; aplica sólo
Cuando se sostiene que las premisas de un argumento (si son verdaderas) para argumentos
deductivos.
ofrecen fundamentos incontrovertibles para la verdad de su conclusión, tal
afirmación sólo puede ser correcta o incorrecta. Si es correcta, ese argumento Argumento
es válido. Si es incorrecta (esto es, si las premisas siendo verdaderas no esta- inválido
La conclusión no es
blecen la conclusión irrefutablemente, a pesar de que sostengan que lo hacen) necesariamente ver-
el argumento inváli.do. dadera, aun cuando
Para los lógicos, el término validez se aplica únicamente a argumentos de- todas las premisas
ductivos. Decir que un argumento deductivo es válido, es decir que no es po- sean verdaderas;
aplica sólo para
sible que su conclusión sea falsa si las premisas son verdaderas. Así pues, argumentos
definimos validez de la siguiente manera: Un argumento deductivo es vá- deductivos.
14
14 Capitulo 1 Conceptos básicos de lógica
Míriam Graf ha sido por mucho tiempo funcionaria de la National Rifle Association
(NRA)
* Si, por ejemplo, aprendemos que la probabilidad de que salgan tres caras sucesivas en tres
lanzamientos al azar de una moneda es de 1/8, podemos inferir deductivamente que la probaM
bilidad de obtener al menos una cÍuz en tres lanzamientos a! azar de una moneda es de 7/8.
Más ejemplos de este tipo de argumento se presentan en el capítulo 14.
17
1.5 Validez y verdad 17
clavos que habían escapado a los estados del Norte (de Estados Unidos)
debían ser regresados a sus dueños del Sur. Lincoln dijo:
Creo que se sigue [del fallo Dred Scott], y dejo a consideración de los hombres ca-
paces de argumentar, si tal como lo expongo en forma silogística, el argumento
tiene alguna falla:
Por lo tanto, nada en la Constitución o en las leyes de ningún estado puede des-
truir el derecho a la propiedad de esclavos.
Sí fuera dueño de todo el oro que hay en Fort Knox, entonces sería rico.
No soy dueño de todo el oro que hay en Fort ~nox.
Por lo tanto, no soy rico. ·
Sí Bíll Gates fuera dueño de todo el oro que hay en Fort Knox, entonces Bíll Gates
sería rico.
Bíll Gates no es dueño de todo el oro que hay en Fort Knox.
Por lo tanto, Bíll Gates no es rico.
20
20 Capítulo 1 Conceptos básicos de lógica
Estos siete ejemplos dejan claro que existen argumentos válidos con conclusio-
nes falsas (ejemplo II), al igual que argumentos inválidos con conclusiones ver-
daderas (ejemplos III y VI). Por consiguiente, es claro que la verdad o falsedad
de la conclusión de un argumento no determina por sí misma la validez
o invalidez del argumento. Más aún, el hecho de que un argumento sea
válido no garantiza la verdad de su conclusión (ejemplo II).
Las siguientes tablas (referentes a los siete ejemplos de las páginas anterio-
res) ayudan a aclarar la variedad de combinaciones posibles. La primera tabla
muestra que los argumentos inválidos pueden tener cualquier combinación po-
sible de premisas y conclusiones verdaderas y falsas:
21
1.5 Validez y verdad 21
La segunda tabla n1uestra que los argumentos váHdos pueden tener única-
mente tres de estas crnnbinaciones de pre1nisas y conclusiones verdaderas y
falsas:
*l. Un argumento válido con una premisa verdadera, una premisa falsa y
conclusión falsa.
2. Un argumento válido con una premisa verdadera, una premisa falsa y
conclusión verdadera.
3. Un argumento inválido con dos premisas verdaderas y conclusión falsa.
4. Un argumento inválido con dos premisas verdaderas y conclusión ver-
dadera.
*5. Un argumento válido con dos premisas falsas y conclusión verdadera.
6. Un argumento inválido con dos premisas falsas y conclusión verdadera.
7. Un argumento inválido con una premisa verdadera, premisa falsa y una
conclusión verdadera.
8. Un argumento válido con dos premisas verdaderas y conclusión verda-
dera.
-
23
Notas del capítulo 1 23
'David Hayden, "Thy Neighbor, Thy Self", The New York Times, 9 de mayo de 2000.
5"Ban Cigarettes", Orlando Sentinel, 27 de febrero de 1992.
6Jeremy Bentham, Principies ofLegislation, 1802.
7Richard Zare, "Big News for Earthlings", The New York Times, 8 de agosto de 1996.
8
Peter Singer, "What Should a Billionaire Give and What Should You?" The New York
Times Magazine, 17 de diciembre de 2006.
9R.A. Pirestone, "Bench Warmer", The New York Times, 20 de febrero de 2001.
1'Tomado de The Collected \Vorks ofAbraham Lincoln, vol. 3, Roy P. Basler, editor,
Lógica simbólica
8.1 Lógica moderna y su lenguaje simbólico
8.2 Los símbolos de conjunción, negación y disyunción
8.3 Enunciados condicionales y la implicación material
8.4 Formas de argumento y refutación por analogía lógica
8.5 El significado preciso de "válido" e "inválido"
8.6 Cómo probar la validez de un argumento con tablas de verdad
.8.7 Algunas formas argumentales comunes
8.8 Formas enunciativas y equivalencia material
8.9 Equivalencia lógica
8.1 O Las tres "leyes del pensamiento"
*Los numerales arábigos que se utilizan en la actualidad O, 2, 3, ... ) ejemplifican las ventajas
de un lenguaje simbólico mejorado. Reemplazaron a los engorrosos numerales romanos O, ii,
iii, ... ), que son muy difíciles de manipular. Multiplicar 113 por 9 es fácil; multiplicar CXIII por
IX no es tan fácil. Incluso los romanos, sostienen algunos expertos, fueron obligados a encon-
trar formas de simbolizar los números de una manera más eficiente.
26
8.2 Los símbolos de con1unción, negación y disyunción 365
*Al formular definiciones y principios en lógica se tiene que ser muy preciso. Lo que parece
simple a menudo resulta ser más complicado de lo que se había supuesto. La noción de un
"componente de un enunciado" es un buen ejemplo de esta necesidad de cautela.
Podría suponerse que el componente de un enunciado es simplemente una parte de un enun-
ciado que es en sí misma un enunciado. Pero esta descripción no define al término con suficiente
precisión porque un enunciado puede ser parte de un enunciado más largo y aun así no ser un
componente del mismo en sentido estricto. Por ejemplo, consideremos el enunciado: "El hombre
que le disparó a Lincoln era un actor". Evidentemente, las últimas cuatro palabras de este enun-
ciado son parte del mismo y podrían, en efecto, considerarse como un <:muncíado; o e_s verdadero
o falso que Lincoln era un actor. Pero el enunciado "Lincoln era un actor", aunque indudablemente Enunciado simple
es parte del enunciado más largo, no es un componente del mismo. Un enunciado que no
Esto se puede explicar obseivando que, para que una parte de un enunciado sea un compo- contiene ningún otro
nente de ese enunciado, se tienen que satisfacer dos condiciones: (1) La parte tiene que ser un enunciado como com-
ponente.
enunciado por derecho propio; y (2) si la parte en el enunciado más largo se reemplaza por otro
enunciado, el resultado de este reemplazo tiene que ser significativo, tiene que tener sentido. Enunciado
La primera de estas condiciones se satisface en el ejemplo anterior sobre Lincoln, pero no la compuesto
segunda. Suponga que la parte "Lincoln era un actor" fuera reemplazada por "hay leones en Un enunciado que
África". El resultado de este reemplazo sería un sinsentido: "El hombre que le disparó a hay leones contiene otro enun-
en África". El término componente no es difícil de entender, pero al igual que todos los términos ciado como compo-
lógicos, tiene que definirse de manera precisa y aplicarse cuidadosamente. nente.
27
366 Capítulo 8 Lógica simbólica
A. Conjunción
enunciado diferente que tengan d mismo valor de verdad entre sí, los dife·
rentes enunciados compuestos producidos por estos reemplazos también ten-
gan los mismos valores ele verdad entre sí. Y ahora se define un enunciado
compuesto como un enunciado compuesto veritativo-funcional si todos
sus componentes son componentes veritativo-funcionales ele éste. 1
Únicamente nos ocuparemos aquí de los enunciados compuestos verita-
tivo-funcionales. Por lo tanto, en el resto ele este libro utilizaremos el término
enunciado simple para referirnos a cualquier enunciado que no sea un enun-
ciado compuesto veritativo-funcional.
Una conjunción es un enunciado compuesto veritativo-funcional, ele modo
que el símbolo de punto es una conectiva veritativo-funcional. Dados dos
enunciados cualesquiera, p y q, solamente existen cuatro grupos de valores
de verdad posibles que puedan contener. Estos cuatro casos posibles, y el
valor de verdad de la conjunción en cada uno de ellos, pueden exponerse
como sigue:
ma-
yúsculas V y F, la determinación del valor de verdad ele una conjunción me-
diante los valores ele verdad de sus conyuntos puede representarse de manera
más compacta y más clara mediante una "tabla ele verdad":
Enunciado
compuesto
veritativo-funcional
Enunciado compuesto
cuya función de ver-
dad está completa·
mente determinada
por el valor de verdad
Esta tabla de verdad puede considerarse como definitoria del símbolo punto, de sus componentes.
puesto que explica qué valores de verdad se adoptan mediante p • q en cada Conectiva
caso posible. veritativo-fundonal
Los enunciados simples se abrevian con letras mayúsculas, generalmente Cualquier conectiva
lógica (incluyendo
utilizando para este propósito una letra que ayude a recordar qué enunciado conjunción, disyun-
abrevia. De este modo, "Carlos es cuidadoso y Carlos es agradable" puede ción, implicación ma-
abreviarse como C • A. Algunas conjunciones donde los dos conyuntos tiene terlal y equlvalencia
material) entre !os
el mismo término sujeto, por ejemplo, "Byron fue un gran poeta y Byron fue componentes de un
un gran aventurero", quizá se enuncien más brevemente y de manera más enunciado compuesto
natural en español al colocar la "y" entre los términos predicado sin repetir veritativo-funcionaL
29
368 Capitulo 8 Lógica simbólica
el término sujeto, como en: "Byron fue un gran poeta y un gran aventurero".
Para los propósitos de este texto, se considera que este último formula el
mismo enunciado que el anterior y ambos se simbolizan indistintamente
como P • A. Si ambos conyuntos de una conjunción tienen el mismo término
predicado, como en: "Lewis fue un explorador famoso y Clark fue un explo-
rador famoso", de nuevo en español, la conjunción normalmente se enuncia-
ría colocando la "y" entre los términos sujeto y sin repetir el predicado, como
en: "Lewis y Clark fueron exploradores famosos". Cada formulación se sim-
boliza como L • C.
Tal como se muestra en la tabla de verdad que define al símbolo punto,
una conjunción es verdadera si y sólo si ambos conyuntos son verdaderos. La
palabra "y" tiene otro uso en el que no significa meramente conjunción (veri-
tativo-funcional), sino que tiene el sentido de "y subsecuentemente", que sig-
nifica sucesión temporal. De este modo, el enunciado: ''.Juan ingresó al país
por Nueva York y fue directo a Chicago" tiene significado y puede ser verda-
dero, mientras que ''.Juan fue directo a Chicago e ingresó al país por Nueva
York" es apenas inteligible. Asimismo, existe una diferencia considerable entre:
quitó los zapatos y se metió a la cama" y "Se metió a la cama y se quitó
los zapatos".'" Estos ejemplos muestran la conveniencia de tener un símbolo
especial con un uso conjuntivo veritativo-funcional exclusivamente.
Observe que las palabras en español "pero", "aún", "también", "todavía",
1
'aunque", "sin embargo", "además", 'no obstante)), etcétera, e incluso la coma
1
B. Negación
Negación
Contradicción nega- *En The Victoria Advocate, Victoria, Texas, 27 de octubre de 1990, apareció el siguiente texto:
tiva, simbolizada por "Ramiro Ramírez Garza, de la cuadra 2700 de Leary Lane, fue arrestado por la policía porque
la tilde(-). amenazaba con suicidarse y huir hacia México".
30
8.2 Los símbolos de conJunción, negación y disyunción 369
C. Disyunción
*Un silogismo es un argumento deductivo que consiste en dos premisas y una conclusión.
**Note que el término silogismo disyuntivo se utiliza aquí en un sentido más limitado de lo que
se usó en el capítulo anterior.
32
8.2 Los símbolos de conjunción, negación y disyunción 371
locutor o autor, puede revelar qué sentido de la palabra "o" se pretende. Este
problema, a menudo imposible de resolver, puede evitarse si se acuerda tratar
a ciutlqu.ier ocurrencia de la palabra "o" con10 inclusiva. Por otro lado si se
1
D. Puntuación
Puntuación
Los paréntesis, cor- es ambigua. Esta ambigüedad puede resolverse en una dirección, colocando
la palabra "o" al inicio de la oración, o en la otra dirección insertando la pa-
chetes y llaves utiliza-
das en el lenguaje labra antes del nombre "Anand". Esta puntuación se consigue en el lenguaje
simbólico para elimi"
nar la ambigüedad en simbólico mediante los paréntesis. La fórmula ambigua p • q V r presentada
el slgnlficado. en el párrafo anterior corresponde a la oración ambigua que se acaba ele exa-
34
8.2 Los símbolos de con1unoón, negación y disyunción 373
El enunciado:
(E'•A)VR
y en lugar de: "Estudiaré mucho y o bien aprobaré el examen o bien fallaré", se tiene:
Cuando dos enunciados se combinan colocando la palabra "si" antes del pri-
mero y se inserta la palabra "entonces" entre ellos, el enunciado compuesto
Enunciado
resultante es un condicional (también llamado "hipotético", una "implicación" condicional
o un "enunciado implicativo"). En un enunciado condicional, el enunciado Enunciado compuesto
componente que sigue al "si" se llama el antecedente (o "prótasis"), y el enun- de la forma: "si p,
ciado componente que sigue a "entonces" es el consecuente (o "apódosis"). entonces q".
Por ejemplo: "Si el Sr. Jones es el vecino de al lado del guardafrenos, entonces Antecedente
el Sr. Jones gana exactamente tres veces más que el guardafrenos", es un enun- En un enunciado con·
ciado condicional en el que "el Sr. Jones es el vecino de al lado del guardafre- dicional, es e) compo-
nente que sigue
nos" es el antecedente y "el Sr. Jones gana exactamente tres veces más que el inmediatamente al
guardafrenos'\ es el consecuente. "si".
Un enunciado condicional afirma que en cualquier caso en el que su an-
Consecuente
tecedente es verdadero, su consecuente también lo es. No afirma que su an- En un enunciado con-
tecedente es verdadero, sino únicamente que si su antecedente es verdadero, dicional, es el compo-
su consecuente también lo' es. No afirma que su consecuente es verdadero, nente que sigue
sino únicamente que su consecuente es verdadero si su antecedente es verda- inmediatamente al
"entoqces".
dero. El significado esencial de un enunciado condicional es la relación que
éste afirma que existe entre el antecedente y su consecuente, en ese orden.
Entonces, para entender el significado de un enunciado condicional, tenemos
que comprender cuál es la relación de implicación.
La implicación plausiblemente parece tener más de un significado. En-
contramos útil distinguir diferentes sentidos de la palabra "o" antes de intro-
dife-
ducir un símbolo lógico especial que corresponda exactamente a un solo rentes tipos de
significado de la palabra en español. Si no se hubiera hecho esto, la ambigüe- implicación.
41
380 Capítulo 8 Lógica simbólica
Si este pedazo de papel tornasol azul se pone en ácido, entonces este pedazo de
papel tornasol azul se torna rojo.
Es importante darse cuenta de que este condicional no afirma que algún pe-
dazo de papel tornasol azul de hecho se esté colocando en la solución o que
algún papel tornasol azul ele hecho se esté volviendo rojo. Afirma solamente
que si este pedazo de papel tornasol azul se coloca en la solución, entonces
este pedazo de papel tornasol azul se tornará rojo. Resulta falso si este pedazo
ele papel tornasol azul verdaderamente se coloca en la solución y no se torna
rojo. La prueba del ácido, por así decirlo, de la falsedad de un enunciado con-
dicional está disponible cuando su antecedente es verdadero, ya que si su
consecuente es falso mientras que su antecedente es verdadero, el condicional
en sí resulta falso por consiguiente.
43
382 Capítulo 8 Lógica simbólica
Aquí, las dos primeras columnas son las columnas guía; simplemente exponen
todas las combinaciones posibles de verdad y falsedad para p y q. La tercera
columna se llena por referencia con la segunda, la cuarta por referencia con
la primera y la tercera, la quinta por referencia con la cuarta, y la sexta es
idéntica por definición a la quinta,
No debe considerarse que el símbolo ":)" denota el signijlcado de "sL ..
entonces", o que representa la relación de implicación. Eso sería imposible
Herradura(:))
Símbolo utilizado para
porque no existe un significado único de entonces"; existen diversos sig-
representar la implica- nificados, De este modo, no existe una relación única de implicación a ser re-
ción material, que es presentada, existen muchas relaciones de implicación diferentes, Tampoco
el significado común,
parcial, de todos !os
debe considerarse que· el símbolo ":)" representa de un modo u otro todos los
enunciados del tipo: significados del "si,,, entonces". Todos ellos son diferentes y cualquier intento
"sL.. entonces". de abreviarlos mediante un solo símbolo lógico haría a aquel símbolo ambi- ·
44
8.3 Enunciados condicionales y la implicación material 383
guo, tan a1nbiguo co1no la expresión en español "si ... entonces" O la palabra
en español "implicación". El símbolo ":Y' es completamente inequívoco. Lo
que p => q abrevia es -(p • -q), cuyo significado está incluido en los signifi-
cados de cada uno de los varios tipos de implicaciones consideradas, pero
que no constituye el significado total de ninguna de ellas.
Podemos considerar que el símbolo":)" representa otro tipo de implicación
y será oportuno hacerlo, puesto que una manera conveniente de leer p :) q es:
"Si p, entonces q". Pero no es el mismo tipo de implicación que ninguna de las
mencionadas anteriormente. Los lógicos la llaman implicación material. Al
otorgarle un nombre especial, admitimos que es una noción especial que no
ha ele confundirse con otros tipos ele implicación más usuales.
No todos los enunciados condicionales en español necesitan afirmar al-
guno ele los cuatro tipos ele implicación considerados previamente. La impli-
cación material constituye un quinto tipo que puede afirmarse en el discurso
ordinario. Considere el comentario: "Si Hitler fue un genio militar, entonces
yo soy Jesucristo". Es claro que no afirma implicación lógica, clefinicional o
causal. No puede representar una implicación decisional, puesto que difícil-
mente el interlocutor tiene er poder de hacer al consecuente verdadero. No se
obtiene aquí ninguna "conexión real", sea lógica, definicional o causal, entre
el antecedente y el consecuente. Un condicional de esta clase a menudo se
utiliza como un método enfático o humorístico para negar su antecedente. El
consecuente de un condicional de este tipo normalmente es un enunciado
que es obvia o absurdamente falso. Y puesto que ningún condicional verda-
dero puede tener su antecedente verdadero y su consecuente falso, afirmar
u.n condicional de este tipo lleva a negar que su antecedente es verdadero. El
significado completo del presente condicional parece ser la negación de que
"Hitler fue un genio militar" es verdadero cuando "Soy Jesucristo" es falso. Y Implicación
material
ya que lo último obviamente es falso, el condicional tiene que entenderse Relación verltativo-
como negando lo primero. funcional simbolizada
El punto aquí es que una implicación material no sugiere ninguna "cone- por la herradura(::::>)
que puede conectar
xión real" entre el antecedente y el consecuente. Todo lo que afirma es que, dos enunciados; el
de hecho, no es el caso que el antecedente es verdadero cuando el conse- enunciado ''p implica
cuente es falso. Note que el símbolo de la implicación material es una conec- materialmente que q"
es verdadero cuando
tiva veritativo-funcional, como los símbolos para la conjunción y disyunción. pes falso o q es ver"
Como tal, se define mediante la siguiente tabla de verdad: dadero.
45
384 Capítulo 8 lógica simbólica
Implicación material
es verdadera para cualquier número x sea cual sea. Si nos enfocamos en los
números 1, 3 y 4 y reemplazamos la variable número x en la fórmula condi-
cional precedente por cada uno de ellos en ese orden, es posible hacer las si-
guientes observaciones. En:
puede afirmarse igualmente bien sin el uso de la palabra "entonces", como en:
Debe ser claro que, en cualquiera de los ejemplos que se acaban de dar, la
palabra "si" puede reemplazarse por frases como "en caso de que", "con tal
que", "dado que" o "a condición de que" sin ningún cambio en el significado.
Ajustes menores en la expresión del antecedente y consecuente permiten estas
expresiones alternativas del mismo condicional, como en:
El que haya gasolina en su tanque es una condición necesaria para que el auto
marche.
Si Bacon escribió las obras atribuidas a Shakespeare, entonces Bacon fue un gran
escritor.
Bacon fue un gran escritor.
Por lo tanto, Bacon escribió las obras atribuidas a Shakespeare.
Podemos estar de acuerdo con las premisas pero en desacuerdo con la con-
clusión y considerar que el argumento es inválido. Una forma ele demostrar
su invalidez es utilizando el método de la analogía lógica. "Tú también podrías
argumentar)\ podríamos replicar que: 1
H
*En este caso se asume que los enunciados simples involucrados no son ni lógicamente verda-
deros (v.gr., "Todas las sillas son sillas") ni lógicamente falsos (v.gr., "Algunas sillas no son sillas").
También se asume que .las únicas relaciones lógicas entre los enunciados simples involucrados
son las afirmadas o implicadas por las premisas. La finalidad de estas restricciones es limitar
nuestras consideraciones, en este capítulo y en el siguiente, sólo a los argumentos veritativo-
funcionales y excluir otro tipo de argumentos cuya validez pone en juego consideraciones de
mayor complejidad lógica que no se abordan apropiadamente en este punto.
53
392 Capítulo 8 Lógica simbólica
B-::J G A-::JM
G y M
:. B :. A
B -:J G
e
:. B
p -:J q p -:J q p
q r q
:. p :. p :. s r
EJEMPLOS:
Grupo A-Argumentos
a. A•B h. C :::J D c. E
:.A :.C:::i (C•D) :.EvF
d. G:::J H *e. I f. (K:::JL)•(M:::JN)
-H J KvM
:.-e :.!• J :.LvN
g. 0-:JP h. Q:::JR i. T:::! U
-o Q:::JS U:::! V
:.-P :.Rv S :. V:::! T
j. (W• X) :::J (Y• Z) k. A:::JB
:.(W• X) :::J [(W• X)• (Y• Z)] :. (A :::i B) ve
l. (DvlT)•-F m. [G:::J (G• H)] • [H:::J (H• G)]
:.DvE :.G:::J (G•H)
n. (/vj) :::J (!•]) '''o. (K:::JL)•(M:::JN)
-(lv]) :.K:::J L
:.-(!•])
56
8.5 El significado preciso de "válido" e "inválido" 395
Tabla de verdad Sabiendo exactamente qué significa decir que un argumento es válido, o in-
Arreglo en el que la válido, es posible desarrollar ahora un método para someter a prueba la validez
validez de una forma de cada argumento veritativo-funcional. El método, que utiliza una tabla de
de argumento puede
someterse a prueba verdad, es muy sencillo y eficaz. Simplemente es una aplicación del análisis
mediante la exposi- de formas argumentales que se acaba de exponer.
ción de todas las Para someter a prueba la forma de un argumento, se examinan todas las
combinaciones posi-
bles de valores de ver- posibles instancias de sustitución de éste para ver si alguna de ellas tiene pre-
dad de las variables
enunciativas conteni- *Al igual que cuando se analizaba el silogismo categórico, explicamos la refutación por analogía
das en esa forma. lógica en la sección 6.2.
58
8.6 Como probar la validez de un argumento con tablas de verdad 397
p ::J q
q
:. p
Cada renglón de esta tabla representa una clase completa de instancias de sus-
titución. Las V's y las F's en las dos columnas iniciales o guía representan los
valores de verdad de los enunciados sustituidos por las variables p y q en la
forma argumental. La tercera columna se completa remitiéndose a las columnas
iniciales o guía y a la definición del símbolo de herradura. El encabezado de
la tercera columna es la primera "premisa" de la forma argumental, el de la
segunda columna es la segunda "premisa" y el de la primera columna es la
"conclusión". Al examinar esta tabla de verdad, encontramos que en el tercer
renglón hay letras V abajo de ambas premisas y una F abajo de la conclusión,
59
398 Capítulo 8 Lógica simbólica
lo cual indica que existe al menos una instancia de sustitución de esta forma
argumental que tiene premisas verdaderas y conclusión falsa. Este renglón
basta para mostrar que la forma de argumento es inválida. Cualquier argu-
mento con esta forma específica (esto es, cualquier argumento cuya forma de
argumento específica es la forma argumental dada) se dice que cornete la fa-
lacia de afirmación del consecuente, puesto que su segunda premisa afirma
el consecuente de su primera premisa condicional.
Las tablas de verdad, aunque simples en concepto, son herramientas po-
derosas. Al utilizarlas para determinar la validez o invalidez de una forma ar-
gumental, es de importancia fundamental que primero se construya la tabla
correctamente. Para construir correctamente la tabla de verdad tiene que existir
una columna guía para cada variable enunciativa en la forma argumental p, q,
r, etcétera. El arreglo tiene que mostrar todas las combinaciones posibles de
la verdad y falsedad de todas esas variables, de tal modo que tiene que existir
un número suficiente de renglones horizontales para hacer esto: cuatro ren-
glones si hay dos variables, ocho renglones si existen tres variables, etcétera.
Además tiene que existir una columna vertical adicional por cada una de ]as
premisas y para la conclusión, y también una columna por cada una de las
expresiones simbólicas con las que están construidas las premisas y la con-
clusión. La construcción de una tabla de verdad de esta manera es una tarea
esencialmente mecánica; requiere únicamente contar y colocar cuidadosa-
mente las V's y las F's en las columnas apropiadas, todo ello regulado por
nuestra comprensión de las diversas conectivas veritativo-funcionales (el
punto, la cuña, la herradura) y las circunstancias bajo las que cada compuesto
veritativo-funcional es verdadero y las circunstancias bajo las que es falso.
Una vez que se ha construido la tabla y que el arreglo completo está frente
a uno, es esencial leerlo adecuadamente, esto es, utilizarlo de manera correcta
para hacer la evaluación de la forma argumental en cuestión. Se tiene que
analizar cuidadosamente qué columnas son las que representan las premisas
del argumento que se está evaluando y qué columna representa la conclusión
de ese argumento. Al someter a prueba el argumento anterior, el cual se halló
inválido, observarnos que la segunda y tercera columnas de la tabla de verdad
representaban las premisas, mientras que la conclusión se representó mediante
la primera columna (la de la orilla izquierda). Pero, dependiendo de qué forma
argumental se está sometiendo a prueba y del orden en el que se coloquen
las columnas conforme se construye la tabla, es posible que las premisas y la
conclusión aparezcan en cualquier orden en la parte superior de la tabla. Su
posición a la derecha o a la izquierda no es importante; quienes utilizamos la
tabla tenernos que saber qué columna representa qué cosa y tenernos que
saber qué es lo que buscarnos. ¿Existe algún caso, nos preguntamos, un solo
renglón en el que todas las premisas son verdaderas y la conclusión falsa? Si
existe este renglón, la forma argumental es inválida; si no existe este renglón,
la forma argumental tiene que ser válida. Cuando el arreglo completo se ha
expuesto ordenadamente y con precisión, es dé suma importancia tener
mucho cuidado al leer la tabla de verdad con precisión.
60
8.7 Algunas formas argumentales comunes 399
Silogismo
Aquí también, las columnas iniciales o guía muestran todos los valores de ver- hipotético
Argumento válido que
dad posibles de los i;,nunciados que pueden ser sustituidos por las variables p contiene sólo proposi-
y q. La tercera columna se completa remitiéndonos a las primeras dos, y la ciones condicionales.
cuarta por referencia únicamente a la primera. Ahora bien, el tercer renglón (En la lógica tradicio-
nal se utiliza una defi-
es el único en el que aparecen las V's debajo de ambas premisas (la tercera y nlción más amplia;
cuarta columnas), y también aparece una V abajo de la conclusión (segunda véase el capítulo 7.)
61
400 Capítulo 8 Lógica simbólica
Modus ponens
*Tal como se usa en este capítulo, el término "silogismo disyuntivo" es el nombre de una forma
argumental básica, que aquí se demostró válida. Esta forma siempre es válida, por supuesto, y
por lo tanto, en lógíca moderna "silogismo disyuntivo" siempre se refiere a una forma argumental
básica que es válida. Pero en lógica tradicional la expresión "silogismo disyuntivo" se utiliza
en forma más general, para referirse a cualquier silogismo que contenga una premisa disyun~
tiva; por supuesto, algunos de esos silogismos son inválidos. Uno tiene que tener claro si la
expresión se está utilizando en el sentido general o en el sentido limitado. Aquí se utiliza en
el sentido limitado.
62
8.7 Algunas formas argumentales comunes 401
La forma específica ele este argumento, conocida como modus ponen, ("el mé-
todo ele poner o afümar"), es:
p :> q
p
:. q
Aquí las dos premisas están representadas por la tercera y primera columnas,
y la conclusión está representada por la segunda. Únicamente el primer ren-
glón representa instancias ele sustitución en las que ambas premisas son ver-
daderas y la V en la segunda columna muestra que en estos argumentos la
conclusión también es verdadera. Esta tabla ele verdad determina la validez
de cualquier argumento ele la forma modus ponem.
Modus tollens
Una lectura literal del Génesis nos llevaría a concluir que el mundo no tiene siquiera
6000 años de antigüedad y que el gran cañón muy bien pudo ser formado por el
Gran Diluvio hace 4500 años. Puesto que esto es algo imposible, una lectura literal
del Génesis debe ser un error. 5
p :> q
-q
:. -p
63
402 Capítulo 8 Lógica simbólica
:) q
q -::> r
:. p-::> r
Puesto que este argumento, llamado silogismo hipotético,* contiene tres variables
enunciativas distintas, la tabla de verdad en este caso debe tener tres columnas
iniciales (o guías), y requerirá ocho renglones para listar todas las instancias de
sustitución posibles.
Ade1nás de las columnas iniciales ::;e requieren tres colurnnas adicionales: dos
para las premisas y la tercera para la conclusión. La tabla es co1no se muestra
a continuación:
(p :) q) • (r :) s)
pvr
:. q V s
65
404 Capítulo 8 Lógica simbólica
p -:J q
q
:. p
Aunque la figura de esta forma es parecida a la del modus ponens, las dos for-
mas argumentales son muy diferentes y esta forma ciertamente no es válida.
Un "silogismo falso" acerca del presidente dictador de Iraq ya fallecido, Sad-
dam Hussein, ilustra muy bien este caso. He aquí ese silogismo (tal como lo
refiriera Orlando Patterson en el 2005), cuya invalidez efectivamente lo con-
vierte en falso: "Si uno es un terrorista, uno es un tirano que odia la libertad.
Saddam Hussein es un tirano que odia la libertad. Por lo tanto, Saddam Hus-
sein es un terrorista." 6 Supongamos que la primera premisa hipotética es ver-
Falacia de
afirmación del dadera, y que la segunda premisa que describe a Saddam Hussein también es
consecuente verdadera. Pero la segunda premisa (de que Saddam Hussein es un tirano)
Falacia formal en la afirma sólo el consecuente de la premisa hipotética preéedente. El argumento
que la segunda pre-
misa de un argu-
sencillamente comete la falacia de afirmar el consecuente.
mento afirma el Otra forma inválida, llamada la falacia de la negación del antecedente,
consecuente de la tiene una figura parecida a la del modus tollens y se puede simbolizar como
premisa condicional y sigue:
la conclusión de su ar-
gumento afirma el an-
tecedente. p-::i q
Falacia de
-p
negación del :. - q
antecedente
Falacia forma! en la Un ejemplo de esta falacia es el lema de campaña que utilizara un candidato
que la segunda pre·
misa de un argu-
a la alcaldía de Nueva York hace algunos años: "Si no conoces la lana, no co-
mento niega el noces el trabajo, y Abe conoce la lana". La conclusión no enunciada con la
antecedente de una que deliberadamente se tentaba al votante era que: "Abe conoce el trabajo",
premisa condicional y proposición que no se sigue de las premisas enunciadas.
la conclusión del ar·
gumento niega el Es posible mostrar rápidamente la invalidez de estas dos falacias comunes
consecuente. mediante tablas de verdad. En cada caso existe un renglón de la tabla de
66
8.7 Algunas formas argumentales comunes 405
verdad en el que las premisas del argumento falaz son verdaderas, pero la
conclusión es falsa.
RV W
-R
:. w
es una instancia de sustitución de la forma argumental válida:
pvq
-p
:. q
p
q
r
tandas de sustitución de una forma válida tienen que ser válidas. Esto se
prueba con la demostración de la tabla ele verdad para la validez ele la forma
argumental válida, la cual muestra que no existe una instancia de sustitución
posible ele una forma válida que tenga premisas verdaderas y conclusión falsa.
A. Utilice tablas de verdad para probar la validez o invalidez de cada una ele las
formas argumentales en la sección ele Ejercicios, Grupo B, de la página, 395.
Sólo hay una columna inicial o guía para esta tabla ele verdad, puesto que la
forma bajo consideración contiene únicamente una variable enunciativa. Por
consiguiente, sólo existen dos renglones, que representan todas las instancias
de sustitución posibles. Sólo existen V's en la columna bajo la forma enuncia-
tiva en cuestión, y este hecho muestra que todas sus instancias ele sustitución
son verdaderas. Cualquier enunciado que es una instancia de sustitución ele
una forma enunciativa tautológica, es verdadero en virtud ele su forma y se Forma enunciativa
dice que es en sí tautológico, o una tautología. tautológica
Forma enunciativa
Una forma enunciativa que únicamente tiene instancias ele sustitución fal- que tiene únicamente
sas se dice que es autocontradictoria, o una contradicción, y es lógica- instancias de sustitu·
mente falsa. La forma enunciativa p • -pes autocontraclictoria, porque en su ción verdaderas; una
tabla de verdad sólo se encuentran F's bajo ella, lo cual significa que todas tautología.
sus instancias ele sustitución son falsas. Cualquier enunciado, como: W • W, Forma enunciativa
que es una instancia ele sustitución ele una forma enunciativa autocontradic- autocontradictoria
toria, es falso en virtud de su forma y se dice que es en sí autocontraclictorio Forma enunciativa
que tiene únicamente
o una contradicción. instancias de sustitu-
Las formas enunciativas que tienen enunciados verdaderos y falsos entre ción falsas; una con-
sus instancias de sustitución se llaman formas enunciativas contingentes. tradicción.
Cualquier enunciado cuya forma específica es contingente se llama un "enun- Forma enunciativa
ciado contingente".* De este modo, p, -p, p • q, p v q y p :) q son todas ellas contingente
Forma enunciativa
que tiene a la vez ins-
tancias de sustitución
*Cabe recordar que aquí hemos asumido que ningún enunciado simple es lógicamente verda- verdaderas e instan-
dero o lógicamente falso. Sólo enunciados contingentes simples se admiten aquí. Véase la nota cias de sustitución
al pie de la página 391. falsas.
71
410 Capítulo 8 Lógica simbólica
C. Equivalencia material
Ley de Peirce
Enunciado tautológico
de la forma:
[(p ::i q) ::i PI ::i p.
Equivalencia
material
Relación veritativo· Dos enunciados verdaderos cualesquiera se implican materialmente el uno al
funcional que afirma otro; eso es una consecuencia del significado de la implicación material. Y
que dos enunciados dos enunciados falsos cualesquiera también se implican el uno al otro. Por lo
conectados por el
signo de tres barras tanto, dos enunciados cualesquiera que son materialmente equivalentes
(=) tienen e! mismo tienen que implicarse el uno al otro, puesto que son ambos verdaderos o
valor de verdad. ambos falsos.
72
8.8 Formas enunciativas y equivalencia material 411
Nombres de
Símbolo
Conectiva verita- Tipo de componentes de
(nombre del Ejemplo
tivo-funcional proposición las proposiciones
símbolo)
de ese tipo
Nota: "no" no es un¡¡ conectiva, sino un operador vcritativo-funcional, así qc1e aquí se omite.
73
412 Capítulo 8 Lógica simbólica
p :) q
p
:. q
verita-
tivo-funcional, =, que puede ser verdadera o falsa dependiendo únicamente
de la verdad o falsedad de los elementos que conecta. Pero la segunda, la
equivalencia lógica, J, no es una simple conectiva y expresa una relación entre
dos enunciados que no es veritativa-funcional. Dos enunciados son lógica-
mente equivalentes sólo cuando les es absolutamente imposible tener dife-
rentes valores de verdad, pero si siempre tienen el mismo valor de verdad, los
enunciados lógicamente equivalentes tienen que tener el mismo significado y
en ese caso pueden sustituirse el uno al otro en cualquier contexto veritativo-
funcional sin cambiar el valor de verdad de ese contexto. En contraste, dos
enunciados son materialmente equivalentes si simplemente ocurre que tienen
el mismo valor de verdad, incluso si no existen conexiones reales entre ellos.
Los enunciados que sólo son equivalentes materialmente, ¡desde luego que
no pueden sustituirse el uno al otro! Doble negación
Existen dos equivalencias lógicas bien conocidas (esto es, bicondicionales Expresión de equiva-
lencia lógica entre un
lógicamente verdaderos) de gran importancia porque expresan las interrela- símbolo y la negación
ciones entre conjunción y disyunción, y sus negaciones. Enseguida se exami- de la negación de ese
nan estas dos equivalencias lógicas con más detalle. símbolo.
77
416 Capítulo 8 Lógica simbólica
Primero, ¿qué servirá para negar que una disyunción es verdadera' Cual-
quier disyunción p V q no afirma más que al menos uno de sus dos disyuntos
es verdadero. Uno no puede contradecirlo afirmando que al menos uno es
falso; (para negarlo) se tiene que afirmar que ambos disyuntos son falsos. Por
lo tanto, afirmar la negación de /a disyunción (p V q) es lógicamente equiva-
lente a afirmar la conjunción de las negaciones de p y de q. Para mostrar esto
en una tabla de verdad, tenemos que formular el biconclicional, -(p V q) =
(- p • -q), colocarlo en la parte superior de su propia columna y examinar
su valor de verdad bajo todas las circunstancias, esto es, en cada renglón.
(p :) q) Je (-p V q)
Algunos pensadores del pasado, después de haber definido la lógica como "la
ciencia de las leyes del pensamiento", llegaron a afirmar que existen exacta-
mente tres leyes básicas del pensamiento, leyes tan fundamentales que la obe-
diencia de ellas es condición necesaria y suficiente para el pensamiento
correcto. Estas tres leyes tradicionalmente se han llamado:
1111 El principio del tercero excluido. Este principio establece que todo
enunciado es verdadero o falso. Utilizando la notación es posible parafra-
searlo diciendo que el principio del tercero excluido afirma que todo enun-
ciado de la forma p V -p tiene que ser verdadero, que todo enunciado
de ese tipo es una tautología.
Resumen 421
RESUMEN
En este capítulo hemos expuesto los conceptos fundamentales ele la lógica
simbólica moderna.
En la sección 8.1 explicamos el enfoque general ele la lógica simbólica
moderna y su necesidad ele un lenguaje simbólico artificial.
En la sección 8.2 introdujimos y definimos los símbolos para la negación
(la tilde: - ); y para las conectivas veritativo-funcionales ele la conjunción (el
punto: • ) y la disyunción (la cuña: v). También explicamos la puntuación
lógica.
En la sección 8.3 analizamos los diferentes sentidos de implicación y defl-
nimos la conectiva veritativo-funcional implicación material (la herradura: ::J).
En la sección 8.4 explicamos la estructura formal ele los argumentos, defi-
nimos las formas argumentales, y también explicamos otros conceptos esen-
ciales para analizar los argumentos deductivos.
En la sección 8.5 ofrecimos una explicación precisa ele las formas válidas
e inválidas ele los argumernos.
En la sección 8.6 explicamos el método de la tabla de verdad para so-
meter a prueba la validez de las formas argumentales.
En la sección 8. 7 identificamos y describimos unas cuantas formas argumen-
tales comunes, algunas válidas y otras inválidas.
En la sección 8.8 explicamos la estructura formal de los enunciados y
definimos términos esenciales para tratar con las formas enunciativas. Intro-
dujimos las formas ele enunciado tautológicas, contradictorias y contin-
gentes, y definimos una cuarta conectiva veritativo-funcional, la equivalencia
material ( tres barras:
1
David H. Sanforcl ha propuesto definiciones un poco más complicadas en su texto "What Is
a Truth Functional Component?" Logique et Analyse 14 (1970), 483-486.
2 Citado en The New Yorker, el 30 de abril de 2001.
4
Peter J. Bertocci, "Chávez' Plight Must Come from Arrogance", The New York Times, 19 de
enero de 2001.
5 Rabino Amrniel Hirsch, "Grand Canyon", The New York Times, 10 de octubre de 2005.
6
Orlando Patterson, "The Speech Misheard Round the World", The New York 22 de enero
de 2005. La redacción del silogismo de Patterson es ligeramente diferente pero tiene exacta-
mente la misma fuerza lógica.
7
Para una discusión más profunda de este tema, el lector interesado puede consultar I.M. Copi
y ].A. Gould, eds., Readings on Logic, segunda edición, Nueva York, Macmillan, 1972, parte 2;
e l.M. Copi y ].A. Gould, editores, Contemporary Philosophical Logic, Nueva York, St. Martin~s
Press, 1978, parte 8.
84
Razonamiento analógico
Algunas personas consideran que las pruebas de preselección para los maestros
son injustas, que son uri tipo de doble prueba. "Los profesores ya son graduados
universitarios", dicen. "¿Por qué deberían ser examinados?" Es sencillo. Los abo-
gados también son graduados universitarios y graduados de escuelas de formación
profesional, pero tienen que presentar el examen de certificación para ejercer la
abogacía. Asimismo, algunas profesiones piden a los posibles miembros demostrar
que dominan la materia presentando y aprobando exámenes de certificación: con-
tadores, actuarios, médicos, arquitectos. No existe una razón por la que no se les
pida hacer lo mismo a los maestros.'
Analogía
Parecido establecido
El segundo ejemplo es el de un argumento, completamente plausible cuando entre dos o más enti-
se le presentó por primera vez hace dos siglos, cuya conclusión muy proba- dades en uno o mas
blemente es falsa. aspectos.
86
542 Capítulo 11 Razonamiento analógico
Es posible observar una gran similitud entre esta Tierra en la que habitamos y los
otros planetas, Saturno, Júpiter, Marte, Venus y Mercurio. Todos ellos giran alrede-
dor del Sol, al igual que la Tierra, aunque a diferentes distancias y en diferentes pe-
riodos. Obtienen toda su luz del Sol, al igual que la Tierra. Algunos de ellos se sabe
que giran sobre su propio eje, como la Tierra, y por esta circunstancia, deben tener
una sucesión similar del día y la noche. Algunos de ellos tienen lunas, que sirven
para proporcionarles luz en ausencia del sol, como lo hace nuestra Luna. Todos ellos
están, en sus movimientos, sujetos a la misma ley de gravitación, como lo está la
Tierra. A partir de todas estas similitudes, no es irracional pensar que esos planetas
pueden ser, como nuestra Tierra, la morada de varias clases de organismos vivientes.
Hay cierta probabilidad en esta conclusión por analogía. 3
Ninguno ele estos argumentos, ni todas las inferencias cotidianas que extrae-
mos sobre computadoras, libros y cosas similares, es demostrativamente vá-
lido. No se afirma que sus conclusiones se sigan de sus premisas con
necesidad lógica y obviamente no se siguen con certeza. Lo que es adecuado
para evaluar la viabilidad de contratar a los abogados y médicos puede no ser
adecuado para evaluar la viabilidad de contratar a los profesores. Es muy pro-
bable que la Tierra sea el único planeta habitado en nuestro sistema solar. La
computadora nueva que adquirí puede resultar inapropiada para el trabajo
que realiza el lector y es posible que yo encuentre el último libro ele mi autor
favorito intolerablemente aburrido. En todo argumento ele este tipo es com-
pletamente posible, lógicamente posible, que aunque las premisas sean ver-
daderas, las conclusiones sean falsas. Los argumentos por analogía no se
clasifican como válidos o inválidos; la probabilidad es lo único que se puede
afirmar ele ellos.
Además ele su uso frecuente en argumentos, las analogías muy a menudo
son utilizadas en un contexto no argumentativo, con el fin de dar una des-
cripción vívida. Los usos literarios ele la analogía en la metáfora y el símil son
tremendamente útiles para el escritor que se esfuerza en crear una imagen ví-
vida en la mente del lector. Por ejemplo:
La vida en esta Tierra no sólo carece de significado racional, sino que aparentemente
también no es intencional. Las leyes cósmicas parecen haber sido establecidas por
algún propósito completamente inconexo a la existencia humana. El hombre es,
entonces, una clase de producto secundario accidental, tal como las chispas son
un producto secundario de la herradura que un herrero crea en su yunque. Las chis-
pas son mucho más brillantes que la herradura, pero de todos modos en lo esencial
siguen careciendo de sentido. 4
El juego de damas y el ajedrez tienen mucho en común. Ambos son juegos de mesa para
dos personas y se juegan sobre el mismo tablero con 64 cuadros alternados en negro y
rojo. En ambos, los jugadores intentan capturar las piezas del otro y las capturas exitosas
a menudo llevan en ambos a la victoria. Los dos juegos tienen conjuntos de reglas que
tienen que obedecerse. Las reglas de las damas son sencillas y un principiante puede
aprenderlas con gran rapidez. Por lo tanto, tiene que ser el caso que las reglas del ajedrez
también se dominen rápidamente.
Puente: Rob Shone © Doring Kindersley Puente: Philip Gatward/Doring Kindersley Media Library
Este ejemplo ilustra las características de un argumento por analogía, y también su debi-
lidad potencial. Estos argumentos se construyen con base en semejanzas, analogías, y
ciertamente, existen muchas semejanzas entre las damas y el ajedrez. Pero también existen
muchas diferencias importantes entre ellos: disanalogías. El ajedrez tiene una mayor va-
riedad ele piezas; en el ajedrez las piezas se mueven en el tablero ele maneras muy dife-
rentes, cada pieza tiene facultades y limitaciones muy distintas. Las reglas ele las clamas
efectivamente pueden aprenderse rápidamente, pero las reglas del ajedrez no.
se concluye Esto explica lo que es una analogía, pero aún está el problema de caracterizar
que dos entidades, a un argumento por analogía. Vamos a examinar un argumento por analogía
parecidas en algún{os) particular y analizar su estructura. Tomemos el ejemplo más simple citado
aspecto(s) son, por !o
tanto, parecidas en hasta ahora: el argumento de que mi nueva computadora me servirá bien por-
algún otro aspecto. que mi computadora vieja, adquirida con el mismo fabricante, dio un buen
T
'
89
11.2 Argumento por analogía 545
servicio. Las dos cosas que se dice que son sirnilares son las dos computado-
ras. tres puntos de analogía involucrados, tres aspectos en los que se
dice que las dos entidades se asemejan entre sí: primero, en que son compu-
tadoras; segundo, en que fueron adquiridas con el mismo fabricante; y tercero,
en que me silvieron bien.
Sin embargo, los tres puntos de analogía no dese1npeñan papeles idénticos
en el argumento. Los primeros dos ocurren en las premisas, mientras que el
tercero tiene lugar en las premisas y en la conclusión. Puede describirse que
el argumento dado posee premisas que afirman, primero, que dos cosas son
similares en dos aspectos y, segundo, que una de esas cosas tiene una carac-
terística más, a partir de la que se extrae la conclusión ele que también la otra
cosa posee esa otra característica.
El argumento por analogía es una de las herramientas fundamentales en
los tribunales de apelación. En lugar de estipular por adelantado reglas o prin-
cipios estrictos, muy a menudo los jueces razonan que puesto que dos casos
-uno anterior que ya ha sido decidido y el caso en curso por decidirse-
comparten características relevantes, deberían compartir el mismo desenlace.
De este modo, una vez que se ha decidido que a los miembros del Ku Klu
Klan no se les puede impedir expresarse, es probable que una corte concluya
por un razonamiento por analogía que no se puede impedir que el Partido
Nazi se exhibit en un clesfile. 6 Este argumento a partir del precedente, cuando
se explique detalladamente, identificará y enfatizará aquellos aspectos en los
que el caso anterior y el caso en curso son muy parecidos.
He aquí otro ejemplo excelente ele un argumento por analogía tal como
es utilizado en Derecho. La sexta enmienda ele la Constitución ele Estados Uni-
dos otorga a todo acusado el derecho "ele ser confrontado con el testigo ele
cargo". En marzo del 2004, la Suprema Corte decidió por unanimidad que esta
estipulación prohíbe, en un proceso ele defensa, utilizar el testimonio ele un
testigo que no está disponible para interrogatorio, incluso si el juez considera
que este testimonio es confiable. El derecho a interrogar a los testigos de cargo,
escribió el juez Scalia, ya estaba firmemente establecido en el Derecho con-
suetudinario inglés en el momento que se adoptó la Constitución ele Estados
Unidos. Luego prosiguió con un argumento por analogía que resume la deci-
sión ele la corte: "Admitir declaraciones consideradas como confiables por un
juez está fundamentalmente en desacuerdo con el derecho al careo. Prescindir
del careo porque el testimonio es obviamente confiable es parecido a pres-
cindir del juicio porque un acusado es obviamente culpable. Esto no es lo que
establece la sexta enmienda."'
Por supuesto, no todo argumento por analogía necesita ocuparse exacta-
mente ele dos cosas o exactamente ele tres características diferentes. De este
modo, el argumento anterior ele Thomas Reicl, que sugiere que otros planetas
pueden estar habitados, establece analogías entre seis cosas (los planetas co-
nocidos en ese entonces) en unos ocho aspectos. Aparte de estas diferencias
numéricas, sin embargo, todos los argumentos por analogía tienen la misma
90
546 Capitulo 11 Razonarniento analógico
EJEMPLO:
SOLUCIÓN:
2. "No soy antisemita, sólo soy antisionista" es equivalente a "No soy an-
tiestadounidense, sólo pienso que los Estados Unidos no deberían
existir>).
-Benjamín Netanyahu, A Place Among the Nations (Bantam Books, 1993),
*5. Los estudios muestran que las chicas obtienen mejores calificaciones
en la preparatoria y la universidad que los chicos; sin embargo, sólo
cerca de 35 por ciento de los ganadores de la beca al mérito nacional
son mujeres. El director ejecutivo ele Fair Test afirma que la "desigual-
dad se debe solamente a sesgos de género en la prueba utilizada para
seleccionar a los mejores estudiantes". Pero la vocera de la Corpora-
ción para la Beca al Mérito Nacional, Elaine Detweiler, contestó: "En
realidad no sabemos por qué las chicas se desempeñan peor en los
exámenes. Culpar a la prueba por las diferencias en el desempeño
entre chicos y chicas es como culpar a una regla de medir porque los
chicos sean más altos que las chicas."
-"Merit Test Los Angeles Times, 26 de mayo de 1993.
7. Hablar del cristianismo sin decir nada acerca del pecado es como dis-
cutir de jardinería sin decir nada sobre la mala hierba.
-El reverendo Lord Soper, citado en Tbe New York Times,
24 de diciembre de 1998.
otra, del mismo modo que las alas de un ave tampoco pueden consi-
derarse superiores o inferiores a las aletas de un pez.
-David M. Buss, "Wherc is Fancy Bred?
In the Genes or in the Head?" The New York Times. 1 de jun_io de 1999.
12. Los Mármoles de Elgin, 17 figuras y 56 paneles que alguna vez deco-
raron el Partenón, en la Acrópolis de Atenas, fueron retirados del Par-
tenón en 1801 por Thomas Bruce, el séptimo conde de Elgin, y
llevados al Museo Británico, en Londres. Los griegos dicen que los
robó; los británicos dicen que fueron adquiridos legalmente, mediante
compra. Algunos británicos exigían que los Mármoles fueran regresa-
dos a Grecia a tiempo para los Juegos Olímpicos del 2004. Uno de
los líderes del Partido Laboral dijo: "El Partenón sin los Mármoles de
Elgin es como la sonrisa de un chimuelo".
ele la mujer. Poco a poco nos fue quedando claro que la institución
del matrimonio "protege" a la mujer en la misma forma que la insti-
tución ele la esclavitud decía que "protegía" a los afroamericanos, esto
es, que la palabra "protección" en este caso es sencillamente un eu-
femismo de opresión.
-Sheila Cronan, "Marriage", en Anne Koeclt, EHen Levinc y Anita Rapone,
editores, Radical Feminísm, 1976.
*15. Una persona sin un objetivo es como una computadora sin un pro-
grama. Y ése es un feo mueble de oficina.
-Steve Danish, "Getting a Life", Tbe New York Times, marzo de 1998.
18. Los niños en la escuela son corno los niños en el médico. Él puede
hablar hasta el cansancio de cuánto hien les va a hacer su n1edicina;
todo Jo que ellos piensan es cuánto les dolerá o qué tan mal sabrá. Si
por ellos fuera, no tornarían nada de eso.
Así, el valiente y decidido grupo ele viajeros que pensé que estaba
dirigiendo hacia un destino largamente esperado, en lugar de eso re-
sultó ser algo más parecido a convictos en una cuadrilla de presos,
forzados bajo de castigo a avanzar por un tortuoso camino
que los lleva nadie sabe hacia dónde y en el que difícilmente pueden
ver más allá ele unos cuantos pasos al frente.
La escuela para los niños es algo así: es un lugar al que ellos te
obligan a ir y donde ellos te dicen que hagas cosas y donde ellos in-
tentan hacerte la vida desagradable si no las haces o si no las haces
bien.
-Jobn Holt, How Children Fail, 1964.
*20. Por desgracia, el diario [ele H.L. Mencken] revela a un hombre que
fue sorprendentemente antisemítico y racista, a tal grado que su pres-
tigio como gigante de la literatura estadounidense puede estar en pe-
ligro ... se podría hacer una comparación con Richard Wagner, un
virulento antisemita. No obstante, uno puede escuchar las óperas de
Wagner y apreciar su belleza artística. La obra está separada del hom-
bre, ¿no es así?
-Gwinn Owens, "Mencken-Getting a Bum Rap?"
Tbe New York Times, 13 de diciembre de 1989.
95
11.3 Evaluación de argumentos por analogía 551
Algunos argu1nentos por analogía son rnucho 1nás convincentes que otros.
Aunque ningún argumento por analogía puede ser deductivamente válido, al-
gunos proporcionan conclusiones que son muy probablemente verdaderas,
mientras que otros ciertamente son muy débiles. Los argumentos por analogía
se evalúan corno mejores o peores dependiendo del grado ele probabilidad
con el que, dependiendo de las premisas que presenten, se puedan afirmar
sus conclusiones.
Dos ejemplos típicos ayudarán a mostrar las características ele los argu-
mentos analógicos que los hacen mejores o peores. Suponga que elige com-
prar cierto par de zapatos porque otro par como ésos lo dejó satisfecho en el
pasado; y suponga que usted elige un perro de cierta raza porque otro perro
de la misma raza ha mostrado las características que usted valora. En ambos
casos se ha apoyado en argumentos por analogía. Para apreciar la fuerza de
estos argumentos de ejemplo y de todos los argumentos por analogía, pueden
distinguirse seis criterios.
Los argumentos por analogía pueden ser probables ya sea que vayan
de las causas a los efectos o de los efectos a las causas. Incluso pueden
ser probables cuando el atributo en la premisa no es la causa ni el efecto
del atributo de la conclusión, siempre que ambos sean el efecto .de la
misma causa. Un médico, al notar la presencia de cierto síntoma en su pa-
ciente, puede predecir otro síntoma con precisión no porque cada síntoma
sea la causa del otro, sino porque éstos son causados en conjunto por el
mismo trastorno. El color de un producto manufacturado muy a menudo
es irrelevante para su función, pero puede servir como aspecto relevante
en un argumento. cuando este color es muy inusual y es compartido por
las entidades en las premisas y en la conclusión.
El color mismo puede no contribuir en nada a la función del producto,
pero puede servir en un argumento si se sabe que es un atributo del pro-
ceso de fabricación de un único productor.
Las conexiones causales que son la clave para la evaluación de los ar-
gumentos por analogía pueden descubrirse sólo empíricamente, mediante
observación y experimentación. La teoría general de la investigación em-
pírica es el tema fundamental de la lógica inductiva y se analiza a detalle
en los capítulos siguientes.
He aquí un argumento por analogía tomado de una película sobre defensa civil de la dé-
cada de 1950.
"Todos sabemos que la bomba atómica es muy peligrosa. Puesto que pueden utilizarla
contra nosotros, debemos estar preparados para ello tal como estamos preparados para
muchos otros peligros que nos acechan todo el tiempo. El fuego es un peligro. Puede
quemar edificios enteros si alguien es descuidado. Pero estamos preparados para los in-
cendios. Poseemos un cuerpo de bomberos satisfactorio para acabar con el fuego, y us-
tedes realizan simulacros de incendios en su escuela, así que saben qué hacer. Los
automóviles también pueden ser peligrosos. En ocasiones causan fuertes accidentes. Pero
estamos preparados. Tenemos reglas de seguridad que conductores y peatones deben
obedecer. Ahora debemos estar preparados para un nuevo peligro: la bomba atómica".
El argumento tiene la siguiente estructura:
(continúa)
100
556 Capítulo 1: Razonamiento analógico
Los incendios son peligrosos, los automóviles son peligrosos y las bombas atómicas son peligro-
sas. Podemos enfrentar el peligro de los incendios y de los automóviles estando preparados y
sabiendo qué hacer.
Por lo tanto, podemos enfrentar el peligro
de un ataque nuclear estando preparados y
sabiendo qué hacer.
EJEMPLO:
SOLUCIÓN:
d. Suponga que Carolina se aburrió tanto con las otras películas ex-
tranjeras que en realidad se quedó dormida durante la función.
e. Suponga que las últimas películas extranjeras que vio incluían una
película italiana, una francesa, una inglesa y una sueca.
f. Suponga que la película de esta noche es de misterio, mientras
que todas las que vio antes fueron comedias.
3. Mirad en torno al mundo: contemplad el tocio y cada una ele sus par-
tes, veréis que no es otra cosa sino una gran máquina, subdividida en
un número infinito ele máquinas más pequeñas que a su vez admiten
subdivisiones hasta un grado que va más allá ele lo que los sentidos
y facultades humanas pueden entender y explicar. Tocias estas máqui-
nas, y hasta sus partes más nimias, se ajustan entre sí con una
precisión que despierta la admiración ele todos los que las han con-
templado. La adaptación ele los medios a los fines, en tocia la
naturaleza, se asemeja exactamente, aunque en mucho excede a los
productos del ingenio humano, a los designios, pensamientos, sabi-
duría e inteligencia del hombre. Si, por lo tanto, los efectos se
asemejan entre sí, estamos obligados a inferir, por todas las reglas ele
105
113 Evaluación de argumentos por analogía 561
*5. Para el observador casual las marsopas y los tiburones son clases de
peces. Son aerodinámicos, buenos nadadores y viven en el mar. Para
los zoólogos que estudian a estos animales con más detalle, el tiburón
tiene agallas, sangre fría y escamas; las marsopas tienen pulmones,
sangre caliente y pelo. La marsopa es esencialmente más parecida al
hombre que los tiburones y pertenece, junto con el hombre, a los ma-
míferos, grupo que amamanta a sus crías con leche. Luego ele decidir
que la marsopa es un mamífero, el zoólogo puede, sin más investiga-
ción, predecir que el animal tendrá un corazón ele cuatro ventrículos,
huesos de un tipo patticular y cierto patrón general ele nervios y vasos
sanguíneos. Sin utilizar un microscopio, el zoólogo puede decir con
una confianza razonable que los glóbulos rojos en la sangre de las
marsopas carecerán de núcleo. Esta capacidad de generalizar acerca
de la estructura animal depende de un sistema para organizar la vasta
cantidad de conocimiento sobre los animales.
-Ralph Buchsbaum, Animals without Backbones, 1961.
,:if!/1,
106
562 Capítulo 11 Razonamiento analógico
9. Así como el fondo ele un cubo con agua es presionado con más fuerza
por el peso del agua cuando está lleno que cuando está medio vacío
y a mayor peso más profunda es el agua, de igual manera, los lugares
elevados ele la Tierra, como las cimas de las montañas, son presiona-
dos con menor fuerza de lo que lo son las tierras bajas por el peso ele
la masa del aire. Esto es porque existe más aire sobre las tierras bajas
que sobre las cimas ele las montañas; pues todo el aire por la ladera
ele una montaña ejerce presión sobre las tierras bajas, pero no sobre
la cima, estando por encima ele una, pero debajo de lá otra,
-Uíaise Pascal, Tratado sobre el peso de la rnasa de aire, 1653.
*10. Supongamos que alguien me dice que le han extraído una muela sin
anestesia y yo expreso mi compasión, y supongamos entonces que se
me pregunta: "¿cómo sabes que le dolió?". Podría contestar con justa
razón: "Bueno, sé que a mí me habría dolido, He asistido al dentista y
sé cuán doloroso es que a uno le tapen una muela [empasten] sin anes-
tesia, peor aún que la extraigan, Y él tiene la misma clase de sistema
nervioso que yo tengo, Infiero, por lo tanto, que en estas condiciones
sintió un dolor considerable, tal como yo lo hubiese sentido",
-Alfred]. Ayer, "One's Knowledge of Other Minds", Theoria, 1953,
12. No puede exigirse que todo sea definido, como tampoco puede exi-
girse que un químico descomponga cada sustancia. Lo que es simple
no puede descomponerse y lo que es lógicamente simple no puede
tener una definición satisfactoria.
-Gottlob Frege, "On Concept and Objcct", 1892.
*15 . ... La forma más simple del argumento teológico del diseño [fue] alguna
vez conocida con el nombre de "el reloj de Paley". La forma que dio
Paley a éste fue exactamente ésta: "Si encontramos por azar un reloj
u otra pieza con un mecanismo intrincado, inferiríamos que tuvo que
ser elaborado por alguien. Pero en todo lo que nos rodea hallamos
intrincadas piezas ele mecanismos naturales y se ha visto que los pro-
cesos del universo funcionan juntos en relaciones complejas; por con-
siguiente, debemos inferir que éstos también tienen un Creador".
-B.A.D. Williams, "Metaphysical Arguments", en D.F. Pears, ed.,
The Nature ofMetaphysics, 1957.
T
108
564 Capítulo 11 Razonamiento analógico
la misma fonna pero que evidentemente sea fallido y cuya conclusión sea 1nuy
dudosa, arrojamos una duela similar sobre la conclusión del argumento bajo
revisión.
Consideremos el siguiente ejemplo. El reconocido naturalista E.O. Wilson
argumentó en su libro Consilience que los humanos son en esencia nada más
que una especie biológica de cierta composición física, y que la mente humana
no puede tener características atribuibles a causas no físicas. Esta afirmación
largamente discutida, insiste, ahora está resuelta. "Prácticamente todos los cien-
tíficos y filósofos contemporáneos expertos en la materia, coinciden [escribe]
en que la mente, que comprende la conciencia y los procesos racionales, es
1 el cerebro en funcionamiento ... El cerebro y sus glándulas satelitales han siclo
explorados a tal punto que no queda sitio alguno que pueda suponerse razo-
'irr nablemente que alberga una mente no física" 8
La forma ele este argumento es una en la que se sostiene que la explora-
ción completa de cierto campo físico permite concluir que no puede estar pre-
sente ningún factor no físico. Pero dado que la exploración a la que se refiere
es una exploración puramente física es, por supuesto, muy improbable que
pueda descubrir, y tal vez sea incapaz ele descubrir, algún elemento no físico
si es que existiera alguno allí. Stephen Barr presenta la siguiente analogía re-
futaclora: "Éste [el argumento ele Wilson recién citado] está a la par con el
anuncio ele Nikita Khrushchev de que Yuri Gagarin, el primer ser humano que
visitó el espacio, no pudo localizar a Dios. ¿Supone Wilson que si existiera un
componente inmaterial ele la mente podría descubrirse con una tomografía
cerebral?" 9
Es absurdo, por supuesto, extraer alguna conclusión acerca ele la realidad
de una divinidad supernatural, que suele ser concebida como "allá en el cielo",
simplemente porque no fue encontrada ninguna divinidad durante un viaje al
espacio exterior. La naturaleza ele Dios, podría afirmarse razonablemente, es
tal que es imposible que ningún astronauta pueda tener un encuentro con la
Divinidad en el espacio. Y la afirmación rechazada en ese caso es del mismo
tipo que la rechazada en el argumento ele Wilson: la naturaleza ele la mente
humana puede ser tal que ninguna exploración ele la ciencia natural podría
identificar un sitio en el cerebro en el que pudiera residir algún componente
no natural. La investigación en busca del sitio físico ele una entidad no física
es absurda en el caso ele la búsqueda ele Dios por el astronauta ruso; por ana-
logía no es menos ridículo en el caso ele cualquier afirmación (hecha incluso
por un científico tan reconocido como E.O. Wilson) ele que una investigación
física del cerebro justifica la conclusión ele que no puede existir un compo-
nente inmaterial ele la mente.
En las discusiones ele este tipo la atención está sobre la forma del argu-
mento. Es probable que Wilson responda que la supuesta analogía refutaclora
no es exitosa porque su forma no se corresponde correctamente con la forma
del argumento original contra un componente no físico ele la mente. Esta con-
troversia sin duela continuará_IO Pero la técnica lógica mostrada en esta con-
110
566 Capitulo 11 Razonamiento analógico
Cada uno de los siguientes argumentos pretende ser una refutación por ana-
logía lógica. En cada uno identifique el argumento que es refutado y la ana-
logía refutadora, y determine si en efecto tienen o no la misma forma de
argumento.
l. Steve Brill, fundador de Court TV, no tiene duda de que las cámaras
pertenecen a la sala de tribunal y responde a algunas críticas de la si-
guiente manera: "Algunos abogados y jueces dicen que la cobertura
de TV hace que el sistema tenga mala imagen. Confunden el mensajero
con el mensaje. Si la cobertura de prensa sobre algo hace que esto
tenga mala imagen, es una razón para tener cobertura de prensa. Esta
crítica es como decir que debido a que se permitió a los periodistas
estar con las tropas en Vietnam, la guerra de Vietnam se arruinó".
-Steve Brill, "Trial: A Starting Place for Reform", Ann Arbor New~~
12 de junio ele 1995.
*10. La retórica política moderna [arguye Ronalcl Dworkin] "de hoy en día
es extremadamente repetitiva", y podría prescindirse ele una buena
parte ele ella por ley. "Toda democracia europea lo hace", sefiala el fi.
lósofo legislativo más reconocido del mundo, "y los europeos están
sorprendidos de que nosotros no".
Los europeos también se sorprenden ele que nos bafiemos con la
frecuencia que lo hacemos. ¿Qué clase ele argumento es ése?
-David Tell, "Silencing Free Speech in the Name of Reform",
1be Week(y Standard, 25 ele noviembre de 1996.
RESUMEN
En este capítulo iniciamos el análisis de la inducción. En la sección 11.1 revi-
samos la diferencia esencial entre argumentos deductivos, que afirman la cer-
teza de sus conclusiones y los argumentos inductivos, que no hacen esta
afirmación. Los términos validez e "invalidez" no se aplican a los argu-
mentos inductivos, cuyas conclusiones sólo pueden tener algún grado
de probabilidad de ser verdaderas.
En la sección 11.2 explicamos el argumento por analogía. Una analogía
es una semejanza o una comparación; hacemos una analogía cuando indica-
mos uno o más aspectos en los que son similares dos o más entidades. Un ar-
gumento por analogía es un argumento cuyas premisas afirman la
similitud de dos o más entidades en uno o más aspectos y cuya con-
clusión es que estas entidades son similares en algún otro aspecto. Su
conclusión, como la de todo argumento inductivo, no puede ser más que pro-
bable.
En la sección 11.3 explicamos seis criterios utilizados para determinar si
las premisas de un argumento por analogía hacen a su conclusión más o
menos probable. Estos criterios son los siguientes:
3. El número de aspectos en los que se dice que las entidades implicadas son
análogas.
4. La relevancia de los aspectos mencionados en las premisas con respecto
al otro aspecto mencionado en la conclusión.
5. El número e importancia de las disanalogías entre las instancias mencio-
nadas únicamente en las premisas y la instancia mencionada en la conclu-
sión.
6. La modestia (ojúerza) de la conclusión en relación con las premisas.
t Bert Vogelstein, "So, Smoking Causes Cancer: This Is New? Tbe New York Times, 27
¿Cómo conocemos?, ¿qué conocemos?, ¿cómo se ordenan nuestros conocimientos? Estas son
preguntas que se ha formulado la filosofía desde la antigúedad clásica. Más recientemente también
algunas ciencias se han ocupado de este tema. La psicología ha realizado investigaciones acerca del
modo en que los seres humanos configuramos experiencias, conceptualizamos, generalizamos,
formulamos regularidades y construimos teorías. También la biología, la sociología, la antropología
y la lingúística han hecho aportes a esta cuestión.
En la actualidad la gnoseología y la epistemología son las disciplinas que desde la filosofía se
ocupan del problema de cómo conocemos, del origen, las condiciones y los límites de nuestro
conocimiento. Desde el siglo XVII se denominó “gnoseología” a la disciplina filosófica que se
ocupa de los problemas relativos al conocimiento.
En cuanto al término "epistemología", en alguno de sus usos significa lo mismo que gnoseología o
teoría del conocimiento. Pero hay otro uso muy difundido que entiende por epistemología algo más
restringido, circunscribiendo su temática a todo lo referido al conocimiento científico. Se trata en
este sentido de un subconjunto de problemas dentro de la gnoseología. Debido a su referencia a la
ciencia, su lenguaje y su metodología se fueron acercando en muchos aspectos a los modos de
trabajo científico, sin por eso confundirse con la ciencia, y fue tomando distancia simultáneamente
del lenguaje filosófico más tradicional. Algunos autores han considerado que la epistemología forma
parte de lo que se denomina “ciencia de la ciencia”
Ya sea que se la considere parte de la filosofía o como ciencia de la ciencia, desde ambas
perspectivas resulta ser una disciplina metateórica, puesto que no refiere a un dominio determinado
de la realidad, sino que reflexiona y teoriza sobre el conocimiento mismo. Un modo generalizado de
ver la epistemología, que va desde Aristóteles hasta el presente, considera centrales las cuestiones
relativas a la estructura interna de las teorías. Se analizan los aspectos lógicos y semánticos de los
conceptos y enunciados científicos, se estudia también la vinculación de las teorías con sus
referentes, empíricos o no, y las relaciones entre distintas teorías. En algunas orientaciones
contemporáneas se ha puesto especial énfasis en cuestiones relativas a las prácticas científicas y a
su contexto, en los aspectos psicológicos, sociológicos e históricos. Temas como ciencia y
sociedad, ciencia y política, ciencia e ideología, reflejan este tipo de interés.
También han aparecido propuestas que intentan fundamentar la reflexión acerca del
conocimiento en general y de la ciencia en particular desde las ciencias existentes. Se ha llamado a
esta orientación "epistemología naturalizada". Bajo este perspectiva la epistemología pierde su
carácter metateórico, y se borran las diferencias entre ciencia y filosofía. En muchos casos esta
reflexión acerca del conocimiento se realiza desde una teoría determinada, sobre todo desde
aquellas que poseen amplio alcance explicativo. Tal es el caso de algunas teorías psicológicas, otras
biológicas y de ciertas teorías sociales, como por ejemplo la psicología genética piagetiana, teorías
cognitivas y algunas versiones del psicoanálisis y del marxismo. En estos casos los problemas
epistemológicos no son reconocidos como cuestiones metacientíficas, sino que se los intenta
subsumir bajo el alcance de una teoría determinada que explicaría todo conocimiento con sus
propias categorías e hipótesis.
Sin desconocer esos desarrollos, consideraremos principalmente los temas clásicos de la
epistemología, relativos al modo en que se organizan y se fundamentan los conocimientos
científicos. Van a ser analizados los tipos de conocimientos, sus características y sus relaciones,
desde los más simples, que forman el basamento sobre el cual se configuran reflexiones más
complejas, hasta los que constituyen explicaciones e interpretaciones de la realidad en las distintas
teorías de la ciencia contemporánea.
116
También se analizarán brevemente los métodos y criterios para evaluar y fundamentar los
conocimientos de la ciencia.
La metodología de !a ciencia puede considerarse como un subconjunto de problemas dentro
de la epistemología, ocupada de evaluar los procedimientos utilizados por la ciencia y, en su función
normativa, prescribiendo los procedimientos que se consideren más conducentes y confiables. En
un nivel de especificidad mayor dentro de la metodología están las técnicas de investigación, que
analizan y discuten los procedimientos particulares de búsqueda y procesamiento de conocimientos,
como la confección de encuestas, el diseño de experimentos o las técnicas de muestreo.
Además de la epistemología, hay otra disciplina filosófica que se ocupa de la ciencia y que suele
considerársela como teniendo el mismo alcance: la filosofía de la ciencia. Si bien de hecho ambas
son tomadas como equivalentes, un examen más cuidadoso lleva a establecer algunas diferencias.
Mientras la epistemología se ocupa del conocimiento científico, la filosofía de la ciencia incluye en
principio un campo más amplio, como las cuestiones éticas y ontológicas. Entre las primeras están
los valores que sustenta la ciencia y sus conflictos internos y externos. Entre los segundos están los
problemas acerca de la naturaleza de las entidades estudiadas, sus propiedades y relaciones.
En la figura 1 se representan las distintas disciplinas que se ocupan del conocimiento
científico y se esquematizan sus relaciones.
Figura 1
Ciencias del
Conocimimento
Gnoseología
o Teoría del Metodología Técnicas
Conocimiento Epistemología de la Ciencia de lnvestigación
Filosofia de
la Ciencia
Más allá de las polémicas entre distintas corrientes, se pueden reconocer dos grupos de
cuestiones a ser considerados por la epistemología. Uno es el de los aspectos estructurales, que
como ya se señaló, son un tema central, relativo a los componentes y relaciones internas de los
conocimientos y a las relaciones entre las teorías y sus referentes externos. El otro grupo de
cuestiones tiene que ver con el surgimiento de creencias y sus cambios en el tiempo: el abandono de
ciertas ideas y conceptos, la aceptación y rechazo de teorías y la posibilidad de progreso o
incremento del conocimiento. Los primeros son aspectos estructurales, los segundos son dinámicos.
En cuanto a los aspectos dinámicos, el análisis del modo en que se constituyen y cambian
nuestros sistemas de creencias v conocimientos ha generado reflexiones epistemológicas sobre
aspectos que van desde lo biológico hasta lo sociológico, psicológico, histórico y también lo
metodológico.
La psicología genética, por ejemplo, ha estudiado cómo el ser humano organiza su experiencia
117
¿Cuáles son los componentes de nuestro conocimiento? ¿Son datos empíricos, intuiciones,
conceptos, proposiciones, hipótesis, leyes? Existen distintos tipos de contenidos del conocimiento.
La noción de conocimiento se entrecruza con cuestiones linguísticas. El conocer o saber puede
dividirse en dos tipos, un saber proposicional, que consiste en 'saber que p", donde p es una
proposición cualquiera, y por otro lado un "saber cómo", que es un saber prdctico, instrumental.
Un ejemplo del primero sería saber que el agua hierve a 1OOº C, o que Rosario está en la
provincia de Santa Fe, mientras que el segundo sería, por ejemplo, saber andar en bicicleta o sabe
reparar un mueble roto.
Al saber proposicional se lo caracteriza por las siguientes tres notas: un sujeto conoce lo que
expresa la proposición p, si p es verdadera, si cree en la verdad de p, y si además hay fundamento
para creer en ella. Por ejemplo, creemos que la Tierra gira alrededor del Sol porque es una propo-
sición verdadera, creemos que esa afirmación es verdadera, y además tenemos fundamento para
creer en ella, el fundamento que nos proporciona la astronomía. En cambio no sería conocimiento la
creencia en una proposición que no fuera verdadera. Por ejemplo si alguien cree que en 1954 hubo
un fuerte terremoto en San Juan, y esa afiarmación
fuera falsa, la mera creencia no constituiría conocimiento. Tampoco constituiría conocimiento para
alguien una proposición verdadera que no fuera creída por esa persona, ni en el caso de que fuera
una proposición verdadera, creída, pero que no estuviera fundamentada. Por ejemplo, si fuera
cierto que hay vida en Marte, pero no lo creyéramos, o si lo creyéramos y no hubiera elementos de
prueba al respecto, en ninguno de los dos casos diríamos que sabemos que hay vida en Marte.
Por ceencia se entiende en este contexto la operación psicológica de adhesión o asentimiento a
una proposición o enunciado. Es una de las llamadas actitudes proposicionales, que son relaciones
que se establecen entre sujetos y proposiciones. Por verdad se entiende en este ámbito la relación
de correspondencia entre un enunciado y un estado de cosas: un enunciado es verdadero si
describe un estado de cosas real y es falso en caso contrario.
El saber cómo o saber instrumental se corresponde en parte con el saber natural y en parte con
el saber técnico y tecnológico (ver en 111.5).
El saber proposicional es fundamentalmente conocimiento intelectual, mientras que el saber
instrumental está referido al aprendizaje de procedimientos y al logro de destrezas y habilidades.
En adelante adoptaremos una decisión que es habitual: tratar el tema del conocimiento científico
en el plano del lenguaje. Con esta operación se traslada la problemática de los contenidos y
relaciones del conocimiento a contenidos y relaciones entre los términos y enunciados de un lengua-
je. De este modo se pueden delimitar con más claridad los problemas y se facilita un análisis más
concreto y objetivo de las distintas cuestiones. Las teorías, leyes, hipótesis y datos que constituyen
conocimientos pueden tratarse corno enunciados. Por otro lado los conceptos científicos como
"masa", "gravitación”, “gas” , “más denso que”, "estructura social", "aparato psíquico” , “capital",
"salario", pueden considerarse términos o palabras en el plano del lenguaje. Enunciados y términos
serán entonces los principales componentes a considerar.
2. Los enunciados
Revolución Francesa se produjo en 1789", o "Algunas bacterias resisten temperaturas bajo cero".
A estas oraciones se las denornina enunciados, término que se corresponde parcialmente con la
noción clásica de juicio. En este contexto será tomado como sinónimo de proposición, aunque
algunos autores asignan a este último término un significado diferente, definiéndolo como aquello
que expresa un enunciado, su contenido.
La verdad y falsedad son valores de verdad. Como ya se señaló, se puede decir que un
enunciado es verdadero si describe un estado de cosas real, y es falso en caso contrario. Esta
caracterización ha sido llamada concepción "correspondentista" o de "verdad por correspondencia",
puesto que se basa en el acuerdo o correspondencia entre una oración y la realidad. También se la
de nomina concepción clásica, puesto que se origina en Aristóteles. Esta concepción es retomada
en lá semántica contemporánea por Tarski, quien en una aproximación a la cuestión dice que "A es
una oración verdadera si designa un estado de
cosas existente
Es necesario diferenciar, además, entre enunciados simples o atómicos y enunciados
compuestos o moleculares. Son ejemplos de enunciados simples "Llueve", "Hace frío" y 'Los
protones tienen cargas positiva", los dos primeros se pueden combinar en las proposiciones
compuestas "Llueve y hace frío" y "Si llueve, entonces hace frío". Las moleculares o compuestas
son el resultado del establecimiento de conexiones entre las proposiciones simples a través de las
conectivas lógicas como "y", "o", "no", "si entonces y su verdad o falsedad queda determinada por
los valores de verdad de las proposiciones atómicas y por el comportamiento de las conectivas
como funciones de verdad. Así, por ejemplo, la conjunción "Carlos, Ana y Luis llegaron" es
verdadera sólo en el caso en que todas las proposiciones componentes sean verdaderas, y una
disyunción, como "Viajaré hoy o mañana" es falsa sólo en el caso en que sean ambas proposiciones
falsas.
Los enunciados condicionales como "Si se reduce la capa de ozono, las radiaciones solares
afectaran a los cultivos" tiene especial importancia en los análisis de la metodología científica. Están
compuestos por un antecedente, que en el ejemplo es "Se reduce la capa de ozono" y un
consecuente: 'Las radiaciones solares afectan a los cultivos~'; en cuanto a sus condiciones de
verdad, son falsos solamente en el caso en que el antecedente sea verdadero y el consecuente falso.
¿Cuáles son las relaciones que se dan entre los enunciados que constituyen un cuerpo de
conocimientos o un sistema de creencias? Son fundamentales las relaciones lógicas de consistencia,
equivalencia, implicación y deducción.
La consistencia o no contradictoriedad es un requisito formal que no puede faltar en un
conjunto de enunciados que constituye un cuerpo de conocimientos. Un conjunto de proposiciones
es consistente si no se deduce en ese sistema un enunciado “p" y también su negación 'no p,'. Otro
modo generalmente equivalente de definir consistencia dice que es consistente aquel sistema en el
que no todo es demostrable. Si en cambio el sistema fuera inconsistente, según el primer criterio en
ese sistema se demuestra p 'y tanibién "no ~', y según el otro criterio en él se deduce cualquier
enunciado, lo cual equivale a no demostrar nada. La lógica se ocupa de definir estas propiedades
con rigurosidad y de los procedimientos para demostrar que los sistemas reúnan estos requisitos.
En cuanto a la equivalencia, dos enunciados son equivalentes si tienen el mismo valor de
verdad, no puede ser uno verdadero y el otro falso, y cada uno de ellos implica y se deduce del
otro.
La implicación y la deducción son relaciones recíprocas. Un enunciado implica a otro si no
puede darse el caso que el primero sea verdadero y el segundo falso. Un enunciado se deduce de
otro si no puede ocurtir que el primero sea falso siendo el segundo verdadero7.
En un cuerpo de conocimientos ciertos enunciados constituyen premisas de las que se infiere
otro como conclusión, formando un razonamiento.
3. Los razonamientos
Los razonamientos son conjuntos de enunciados donde uno de ellos, la conclusión, se desprende
de los restantes, llamados premisas. Las premisas son el soporte de la argumentación. de ellas se
obtiene la conclusión. Se trata de términos relativos, algo es conclusión en relación con las premisas
120
y viceversa. Hay distinto tipo de razonamientos, los deductivos son aquellos en los que se pretende
que la conclusión se infiera necesariamente de las premisas.
Cuando un conjunto de premisas (una o más) implica una conclusión, se dice que constituyen
una deducción correcta o razonamiento válido. Consecuentemente se dice que un razonamiento
es válido cuando no puede darse el caso que de premisas verdaderas se infiera una conclusión falsa.
Esta es una noción central dentro de la lógica. El siguiente es un ejemplo de razonamiento válido,
como puede verse intuitivamente en el diagrama.
El siguiente razonamiento en cambio, es inválido, como puede mostrarse a través del diagrama:
Entre los razonamientos válidos, algunos son de especial interés para el análisis del conocimiento
científico. Uno es el denominado modus ponens, que tiene la siguiente forma:
Si p, entonces q
p
Si p, entonces q
no q
no p
Entre las formas inválidas es importante la falacia de la afirmación del consecuente, que como
es incorrecta, admite ejemplos de esa forma que tienen las premisas verdaderas y la conclusión
falsa:
Si p, entonces q
q
Además de los razonamientos deductivos, hay otro tipo de razonamientos, que genéricamente se
121
pueden denominar no-deductivos. Son aquellos en los que la conclusión se desprende con cierto
grado de probabilidad. A su vez pueden ser de distinto tipo. El más importante es el inductivo, que
se caracteriza porque la conclusión es siempre más general que las premisas. (ver en el capítulo 2,
método inductivo).
Otro tipo no-deductivo de razonamientos es el analógico, que sobre la base de que ciertos
casos comparten un conjunto de propiedades, se infiere que probablemente compartan también
otras propiedades. Así, por ejemplo si se sabe que las estrellas de determinado tipo tienen un
conjunto de características, al detectarse una nueva estrella de ese grupo se podrá inferir, por
analogía, que también tendrá las mismas propiedades que las otras ya conocidas. Se puede
presentar un esquema simplificado de estas inferencias de la siguiente manera:
d tiene la propiedad J
4. Los términos
En cuanto a los términos que forman parte de los enunciados, se han hecho varias distinciones.
Por un lado cabe diferenciar entre términos que corresponden a propiedades, tales como
"número", "sólido", "liso", "ave", "planeta", "gen", "átomo", "capital", y por otro términos
relacionales como "más pesado que", "menos poblado que", "mayor que", y "al norte de". Las
propiedades se atribuyen a individuos y las relaciones conectan entre sí individuos, como en los
enunciados "Pedro es diabético" y “Madrid es más poblada que Granada" respectivamen te.
Desde otro punto de vista que interesa a ciencias como la física, la economía y la psicología, y
en general a las llamadas ciencias fácticas, los términos pueden clasifícarse en teóricos y
observacionales. Observacionales son aquelíos a los que se accede en forma directa, a través de
la experiencia perceptual simple o ampliada por los instrumentos cíe observación científica.
Teóricos son aquellos a los que no se accede a través de observaciones, corresponden a
propiedades inobservables, constituyen el lenguaje específico de las teorías y cumplen un papel
importante en las explicaciones. En física y biología, por ejemplo, son observacionales términos
como sólido", "líquido", "áspero',"más veloz que", "extremidades", "pelaje", "pulmón", y son teóricos
"átomo", "energía" y "campo electromagnético". No siempre hay una diferenciación nítida entre el
vocabulario teórico y el observacional. Hay términos que son teóricos en determinados contextos, y
en otros son observacionales, como por ejemplo el término "tiempo": en contextos experimentales
es una variable empírica, mientras que en la física teórica no lo es. En muchos casos, conceptos que
inicialmente fueron teóricos como "gen", "célula" y "microorganismo", con el avance de los instru-
mentos de observación pasaron a ser observacionales.
Por otro lado, la enorme sofisticación de los instrumentos de observación y registro empírico
como los microscopios electrónicos o la cámara de burbujas hace que los datos obtenidos tengan
un amplio contenido inferencial y haya mucha teoría presupuesta en la interpretación de esos datos.
Por estas dificultades y también por un cuestionamiento al énfasis puesto en la categoría de obser-
vación que tiene esta distinción, algunos autores como Hempel han propuesto la distinción
alternativa teórico-preteórico. En esta dicotomía, teórico sería el lenguaje específico de una
teoría, con función explicativa, ypreteórico sería el lenguaje ya aceptado, común a distintas teorías.
Según otro criterio, de gran importancia científica, los términos pueden dividirse en
clasificatorios, comparativos y métricos9
Un problema importante que ha discutido la epistemología contemporánea es el de cómo
adquieren significado los términos teóricos en las ciencias fácticas. Algunos están a favor de darles
significado a través de definiciones teóricas. El procedimiento consiste en definir los términos de una
teoría determinada recurriendo exclusivamente a los términos de esa teoría, pero este recurso tiene
122
Además de las distinciones ya efectuadas respecto de los diferentes tipos de enunciados, existe
otra clasificación, de mucha relevancia para el estudio de la ciencia, que los divide en analíticos y
sintéticos. Ejemplo del primer tipo es "El complemento del complemento de un conjunto es igual a
ese conjunto" y es sintético "En la península de Yucatán hay restos de construcciones mayas".
Muchos filósofos consideran que esta distinción constituye una dicotomía, pero otros señalan que
podrían ser categorías extremas entre las cuales se da un continuo de modalidades, ya que existen
casos fronterizos de difícil categorización. Además, la distinción tiene carácter relativo, en el sentido
de que en determinados contextos un enunciado resulta ser analítico, y en otro es sintético,
dependiendo de las categorías lingúísticas y conceptuales involucradas. Más allá de las dificultades
para establecer entre ambas categorías una división taxativa, hay casos paradigmáticos de cada uno
de estos enunciados que permite caracterizar distinto tipo de ciencias: las formales en principio
contienen solamente enunciados analíticos y las fácticas contienen principalmente enunciados
sintéticos.
Los enunciados analiticos son aquellos cuya verdad o falsedad no depende de su
correspondencia con la realidad, no hacen afirmaciones acerca de cómo es el mundo, sino que su
valor de verdad depende de las relaciones internas del enunciado. Supone una noción de verdad
relativa a propiedades estructurales, sintácticas y semánticas. Así, por ejemplo,
" x + y = y + x " es una afirmación cuya verdad depende de las propiedades que definen a la
operación suma, de la relación de igualdad y del dominio de las variables exclusivamente. A su vez
pueden clasificarse en varios subtipos:
a) Enunciados lógicos, lógicamente verdaderos, como "Llueve o no llueve", y "Los perros blancos
son blancos", o lógicamente falsos como "Llueve y no llueve", relativos exclusivamente a las
123
Los enunciados sintéticos son aquellos cuya verdad y falsedad no depende de relaciones
internas del enunciado, sino de su correspondencia o no con estados de cosas reales. Pueden tener
a su vez distintas modalidades:
c) Enunciados teórtcos, son aquellas proposiciones de la ciencia que contienen términos teóricos
y que por consiguiente no refieren a aspectos de la realidad de acceso directo, sino que se
conectan con ella de modo mediatizado e inferencial. Se trata de obtener información acerca de
sus valores de verdad a través de sus consecuencias. Un ejemplo sería el enunciado "Los
neutrinos y los protones son partículas subatómicas".
a) enunciados lógicos
Enunciados analiticos b) enunciados matemáticos
c) enunciados por sinonimia
d) enunciados definicionales
Hay una serie de distorsiones sistemáticas en nuestras creencias ordinarias tales como relacionar
causalmente dos fenómenos por el mero hecho de que se suceden en el tiempo, confundir el
lenguaje con la realidad, y cometer la falacia naturalista que no discrimina lo que es de lo que debe
ser. Francis Bacon distingue en su teoría de los idola cuatro tipo de errores o distorsiones
recurrentes. Los idola trtbu, que son comunes a todos los seres humanos, nos llevan a suponer,
por ejemplo, que hay más orden y regularidad en la naturaleza que la que realmente existe, o a
aferrarnos a creencias aceptadas, o creer que es real aquello que deseamos (el wishfull tbinking
del que hablan los ingleses). También hay distorsiones que tienen que ver con nuestras
características individuales, fruto de nuestras condiciones biológicas, mentales y de la educación
recibida, a los que denomina idola specus. Los idola fori son las distorsiones del lenguaje y la
comunicación, que llevan a confundir la existencia de un término con la realidad referida por ese
término. Por último, están los errores que vienen de la herencia filosófica y de las tradiciones: los
idola theatri, que nos llevan a adoptar ciertas ideas en forma dogmática.
En cuanto a la integración del conocimiento científico con el natural, hay distintos modos de
concebirla. Algunos sostienen la completa continuidad entre una y otra forma de conocer, otros en
cambio marcan radicales diferencias. Una solución de compromiso permite reconocer coincidencias
y continuidades así como diferencias y discontinuidades. En un famoso texto de Eddington en
defensa de la radical diferencia entre conocimiento vulgar y científico se hace referencia a dos
mesas, una es la mesa sólida y dura de nuestro conocimiento natural, la otra es un enjambre
formado por cargas eléctricas en movimiento y amplios espacios vacíos. ¿Cuál de las dos mesas es
la real?, se pregunta Eddington. Sin duda la mesa científica. Pero Hempel 13 responde a esta
dicotomía diciendo que la mesa científica pretende en última instancia dar cuenta de la mesa de
nuestra experiencia natural. No hay en definitiva dos mesas, sino un intento de explicar a través de
un modelo científico la mesa de nuestra experiencia natural.
Mientras que el conocimiento natural tiende a ser rígido y responde a estereotipos, el
conocimiento científico es crítico. Muchas de las creencias ordinarias se ven cotidianamente
refutadas y cierto conservadurismo, o atrincheramiento del sentido común, ligado algunas veces a
prejuicios y a economías de esfuerzos, no dan cuenta de las discrepancias.
El conocimiento cientfico es una modalidad de conocimiento que es interesante de considerar
en su constitución v desarrollo histórico. Sus orígenes se remontan a la Antiguedad del siglo VI
a.C., con las matemáticas de Thales Pitágoras, la física y biología de los jónicos, la historia de
Herodoto y Tucídides. Un florecimiento importante ocurrió en el denominado periodo helenístico,
en la Alejandría de los siglos III a.C. a III d.C., que permitió la confluencia del pensamiento
especulativo y teórico de los griegos con los conocimientos prácticos de otras cuituras como la
egipcia. Tuvo grandes figuras como Arquimedes. Euclides v Herón en física v en matemática, y
destacados biólogos y astrónomos. Pero la ciencia moderna surge con figuras tan significativas
como Galileo v Torricelli. en el siglo XVII. Su característica principal fue la confluencia del
pensamiento teórico con la observación y experimentación empírica.
Se puede caracterizar a la ciencia, de manera muy general, por algunos rasgos compartidos
por las distintas disciplinas científicas, y que constituyen valores o ideas regulativas.
Aunque es una frase hecha puede decirse que lo que caracteriza a la ciencia es la búsqueda de
la verdad, esto significa que cualquier otro fin estará subordinado a este fin principal que es el
acceso al conocimiento. Cabe aclarar, por otro lado. que no es lo mismo buscar la verdad, que
alcanzarla, o tener certeza acerca de ella. Es sabido que la verdad no siempre se logra en el
contexto de la ciencia.
Es también un conocimiento racional, en el sentido de que debe ser coherente y fundado en
razones, es decir, sostenido argumentativamente.
Pretende además ser un saber crítico, rasgo que lo diferencia (leí conocimiento natural, que
como ya se señaló, es a veces poco crítico. Cohen y Nagel dicen en Jntroducción a la lógica y el
Método científico4 que mientras otros tipos de conocimiento apelan a la intuición, a la autoridad o a
la repetición ciega, la ciencia se caracteriza por ser crítica, como opuesta a dogmática. Ese rasgo le
permite ser autocorrectiva. Contra las creencias populares, lo que caracteriza a la ciencia no es su
absolutez o seguridad, sino su corregibilidad y su provisoriedad.
126
Se caracteriza también por la sistematicidad, que hace que la ciencia no sea nunca la suma de
conocimientos aislados, sino que busca su integración en distintos sistemas y estructuras complejas,
lógicamente articulados.
Es además un saber que intenta ser preciso. Logra esa precisión utilizando por un lado un
lenguaje técnico, con significados menos ambiguos que los del lenguaje natural, y por Otro lado
mediante el empleo de herramientas formales, traduciendo sus hipótesis a ecuaciones y fórmulas de
la lógica y la matemática y distintos recursos simbólicos como los cíe la química.
Otro de los rasgos de la ciencia es su carácter metódico, en el sentido de que requiere del
empleo de determinados procedimientos que gozan de confiabilidad, para la obtención y validación
de los conocimientos.
También tiene la propiedad de ser general. La ciencia busca formular leyes generales que
expresen regularidades, sin perder, en muchos casos, la singularidad. Ya Aristóteles señalaba que la
ciencia es siempre conocimiento acerca de lo general.
A diferencia del conocimiento filosófico, la ciencia acepta la existencia de supuestos que no se
cuestionan acerca de aspectos muy básicos de los objetos de estudio, su existencia, su continuidad
en el tiempo y el mejor modo de conocerlos.
Desde la antiguedad clásica hasta nuestros días se ha formulado una enorme y variada cantidad
de clasificaciones de las ciencias, muchas de ellas englobadas dentro de clasificaciones más amplias
del conocimiento humano en general. Algunas de ellas resultan inútiles o extravagantes a nuestros
ojos, o incluso incomprensibles. Se ha hablado de ciencias experimentales y no experimentales
sagradas y profanas. morales y positivas, naturales y sociales, duras v blandas.
Resulta claro, al comparar distintas clasificaciones el hecho de que cada una de ellas se
construye a partir de algún criterio o propiedad que se desea destacar, y que constituye el
fundamento de la clasificación. Y esto ocurre con cualquier tipo de clasificación.
En muchos casos el supuesto subyacente a la clasificación es ontológico: se da por sentado
que la realidad está formada por distinto tipo de entidades, y a partir de esa división se asigna a
cada disciplina científica el estudio de cada uno de ellos. Así, por ejemplo, si se sostiene que la
realidad está constituida por dos grandes ámbitos, lo material por un lado y lo espiritual por otro, las
ciencias podián clasificarse, consecuentemente, en ciencias de la naturaleza y ciencias del espiritu.
También ha sido frecuente clasifica; a las ciencias desde un punto de vista gnoseológico es decir,
sobre la base de supuestos acerca de cómo conoce el ser humano. Se ha afirmado, por ejemplo,
que la mente humana tiene un determinado número de "facultades" o capacidades y a partir de ellas
se han clasificado las ciencias. Un ejemplo de este tipo de criterio clasificatorio lo constituye la
clasificación de Francis Bacon, quien distingue tres facultades: la razón, la memoria y la fantasía. A
la primera le hace corresponder la ciencia propiamente dicha, subdividida en ciencia natural,
teología natural y ciencias del hombre; a la segunda le corresponde la historia y a la tercera la
poesía.
Ha habido también clasificaciones basadas en criterios metodológicos, que sostienen, por
ejemplo, que hay ciencias experimentales y no experimentales, o inductivas y deductivas.
Cuando los supuestos que dan fundamento a una clasificación son cuestionados, la clasificación
corre la misma suerte y termina siendo abandonada y reemplazada por otra. Si se cuestiona. por
ejemplo, la división irreductible cíe la realidad en naturaleza o materia y espíritu, será también
cuestionada la división de las ciencias basada en ella.
En las últimas décadas se ha impuesto la clasificación que divide a las ciencias en
formales y fácticas. Se trata de una clasificación útil para los intereses actuales de la
epistemología y la metodología y coincidente con más de un criterio sobre el que puede fundarse la
clasificación: el método empleado, el tipo de entidades y el tipo de enunciados propios de cada uno
de estos dos grupos de ciencias.
127
La lógica y las matemáticas, con sus distintas ramas como la geometría, el álgebra y la aritmética
constituyen las ciencias formales. Las restantes, como la biología, la física, la psicología y la
economía son ciencias fácticas, como se presenta en el cuadro siguiente:
Disciplinas.
Física Psicología
Química Sociología
Astronomía Antropología
Biología Economía
Geología, Linguístíca
Meteorología Pedagogía
Disciplinas: Disciplinas:
Las ciencias formales se caracterizan por no ser empíricas, es decir, porque no hacen referencia
a ningún dominio especifico de la realidad. Cuál es la naturaleza de sus objetos de estudio, es una
cuestión que puede responderse de distintas maneras, pero hay en general consenso respecto de su
carácter no empírico.
Se señaló ya que los enunciados de las ciencias formales son analíticos, en cualquiera de sus
tipos: aquellos cuya verdad o falsedad no depende de su correspondencia con la realidad sino de
los componentes internos de los enunciados. De acuerdo con esta caracterización, también se ha
dicho que son enunciados necesarios, a diferencia de los enunciados contingentes que corresponden
a afirmaciones empíricas. Leibiniz caracterizaba a las verdades necesarias como verdades de razón,
contraponiéndolas a las verdades de hecho, que pueden no ser. Muchos filósofos contemporáneos,
siguiendo a Leibniz, caracterizan la verdad necesaria como aquella que es verdadera en todo mundo
posible.
Respecto de la naturaleza de las ciencias formales se han sostenido distintas posturas. Una de
ellas afirma que se trata de un conocimiento relativo a entes ideales: mientras las ciencias fácticas
proveen de un conocimiento acerca del mundo real, las ciencias formales conocen otro tipo de
objetos, que no son ni temporales ni espaciales, y que configuran un dominio de entidades existentes
a la manera del mundo de las ideas platónico. Según esta posición, los objetos matematicos
128
Figura 2
Epistemología
Metodo1ogia
Vl
V Vo
Vd
Vt
Las unidades de análisis más importantes de las ciencias fácticas son las teorlas, que configuran
sistemas de conocimientos y de creencias que en forma simultánea y sucesiva están presentes en
todas las ciencias fácticas.
Las ciencias fácticas han sido divididas en dos grandes grupos: las naturales y las sociales o
humanas. Mucho se ha discutido en torno al tipo de diferenciación que cabe hacer entre ambas
ciencias en cuanto a sus objetos y métodos. No es simple establecer criterios que permitan
diferenciarlas. Es tal vez más simple delimitarlas por extensión, es decir, enumerándolas a través de
criterios generales que permitan una diferenciación clara. Son ciencias naturales la física, la química,
la biología, la astronomía la geología y la meteorología. Entre las ciencias sociales están la antropo-
logía, la economía, la sociología, la lingilística, la historia, la pedagogía y la psicología.
Muchos filósofos han propuesto otras clasificaciones, generalmente conservando la clase de las
ciencias naturales, pero contraponiéndola a otras categorías, como ciencias del espíritu, ciencias de
la cultura, ciencias de la conducta, o ciencias hermenéuticas. Cada una de estas alternativas
presenta problemas filosóficos, por ejemplo, porqué suponer un concepto tan problemático como el
de espíritu, desde el inicio, o porqué suponer que es sólo a través de la conducta que pueden
conocerse los fenómenos humanos. También se ha objetado la denominación de “ciencias sociales"
por cuanto supondría que todo lo humano es esencialmente social: hay teorías en cada una de las
disciplinas ubicadas en este grupo en las que lo social no juega un papel preponderante. En ese
sentido parecería ser el rótulo de "humanas" la denominación que más se adecuaría, por su escaso
compromiso filosófico. Dada la circulación que ha adquirido la denominación de "sociales",
seguiremos utilizando esta denominación, indistintamente con la de "humanas".
En cuanto a las diferencias que presentan ambos tipos de ciencias, muchos han sostenido que las
ciencias naturales son experimentales, mientras que las humanas no lo son ni pueden serlo. Pero este
no constituye un criterio de diferenciación adecuado. Por un lado, hay ciencias naturales no
experimentales, como la astronomía y muchas áreas de la biología. Hay por otro lado muchos
campos de las ciencias humanas donde se efectúan experimentos, si bien en menor magnitud que en
las naturales, como los experimentos de campo en psicología social y en sociología, o ciertos
experirnentos de laboratorio en lingúística y en psicología.
130
Desde el punto de vista metodológico, cabe destacar que los dos tipos de ciencias utilizan
teorías y ambos deben contrastar sus afirmaciones con la realidad. Estos puntos en común son lo
suficientemente relevantes como para permitir la consideración de estos dos tipos de ciencias unidos
bajo la categoría de ciencias fácticas. Algunos interesados en resaltar las diferencias contraponen
ciencias humanas con ciencias exactas, cuando en sentido estricto, sólo son exactas las ciencias
formales. También se distingue entreciencias duras y ciencias blandas (las humanas), pero puede
argumentarse, como bien dijo alguien, que no hay ciencias duras y blandas, sino modos "duros" y
modos "blandos" de hacer ciencia.
Hay puntos en común y zonas de frontera entre ambos tipos de ciencias que favorecería una
consideración integrada. Así, por ejemplo, la etología es una disciplina nueva e interesante, que
intenta aplicar categorías de la sociología a la conducta animal y además sacar consecuencias de
esos estudios para el comportamiento humano como las investigaciones de Konrad Lorenz, que
acercan notablemente las ciencias naturales a las sociales. Se han estudiado. por ejemplo,
comportamientos sociales tales como el liderazgo y la marginación en mamíferos superiores como
lobos o monos.
Por otro ladio, es indudable que la investigación en ciencias humanas se ve enfrentada a
problemas peculiares, que tienen que ver con la multiplicidad de los factores intervinientes, la
presencia de valores y la intencionalidad de las acciones humanas, su carácter histórico, y el doble
rol de sujeto y objeto de conocimiento. Estas diferencias han llevado a muchos epistemólogos a
defender la división radical entre lo que es propio de las ciencias naturales y lo que es característico
de las ciencias humanas.
La llamada tradición comprensivista, que proviene del filósofo Dilthey, sostiene la existencia de
marcadas diferencias de objetos y métodos en ambos tipos de disciplinas. Las ciencias del espíritu
comprenden, las ciencias naturales explican; una son nomotéticas, las otras idiográficas; unas
son ciencias de lo singular, de lo idiosincrático y único, las otras buscan regularidades y formulan
leyes generales.
El método de la comprensión empática que se proponía en los orígenes del movimiento
comprensivista se ha modificado en las versiones contemporáneas a través de la hermenéutica. Ya
no es el fenómeno psicológico de la comprensión de los sujetos estudiados, sino la interpretación
como recurso de clarificación del plano simbólico que está presente en todas las acciones y
productos humanos. Pero es perfectamente posible incorporar la hermenéutica, a través de
hipótesis interpretativas, sin por eso plantear una bifurcación teórica y metodológica.
Es interesante señalar, por otro lado, que si bien gran parte de los investigadores sociales del
siglo pasado y principios de este siglo intentaron imitar a las ciencias naturales, en las últimas
décadas, en cambio, se ha registrado un movimiento inverso de "humanización" de las ciencias
naturales, motivado tanto por la necesidad de incorporar al sujeto como integrante del fenómeno
estudiado como por el abandono del modelo de ciencia causalista y determinista.
La técnica constituye un ámbito de conocimiento que tiene una finalidad práctica, porque
pretende actuar sobre la realidad. Hay técnicas muy variadas y de muy antigua data que recorren
las distintas culturas desde tiempos prehistóricos, tales como la alfarería, el curtido de pieles, la
preparación de alimentos y la agricultura.
La tecnología es un tipo especial de técnica, aquella que adopta la metodología científica y que
presupone conocimientos científicos.
El discurso técnico y tecnológico es en parte i~ormativo y en parte prescriptivo, ya que produce
reglas para generar cursos de acción. Las acciones que se prescriben pueden tener tres finalidades,
muy conectadas entre sí:
a) por un lado, se trata de evitar o prevenir determinados hechos,
b) también se busca modificarlos y controlarlos,
c) por último se trata de crear determinados productos o artefactos.
Por ejemplo, una técnica preventiva sería la que utiliza la agrotecnia para evitar la degradación
131
de los suelos o en medicina las estrategias para evitar la propagación de una enfermedad o de una
epidemia. En cuanto a técnicas de control y modificación, pueden citarse las de dragado de ríos
para controlar su cauce, o reglas de política económica para disminuir el desempleo. La ingeniería
civil v electrónica ejemplifican las técnicas de producción de artefactos y entidades tales como un
edificio, un puente o un televisor.
La importancia de la tecnología en nuestra cultura y en el desarrollo del conocimiento son bien
conocidas. El poder que este conocimiento ha generado y la cultura tecnológica que se ha instalado
en las últimas décadas es tema de permanente reflexión. Los cambios sociales que la tecnología es
capaz de generar son debatidos desde diferentes perspectivas y modelos políticos.
La relación entre ciencia y técnica es estrecha y variada. En algunos casos, la técnica ha tenido
su propia historia, como en el caso de la navegación, la agricultura y la producción textil, que
tardíamente se conectaron con la ciencia, recibiendo de ella los conocimientos que les permitieron
convenirse en tecnologías. En otros casos, fue a partir de los avances científicos que fueron
surgiendo campos tecnológicos nuevos, como ciencia aplicada premero y come tecnología después.
Cabe señalar que entre ciencia aplicada y tecnología hay sólo una diferencia de grado que tiene que
ver con su mayor o menor autonomía y en un continuo de modalidades.
La tecnología hace permanentes aportes a la ciencia, por un lado a través del planteo de nuevos
problemas, y por el otro, aportando nuevas herramientas de exploración científica, como los
radares, los microscopios, los telescopios y un sinnúmero de sofisticados recursos para ampliar la
observación y la experimentación. En algunos casos, los cambios en los instrumentos de
observación generaron verdaderas revoluciones científicas. Está el famoso ejemplo del telescopio
de Galileo y sus adversarios que se negaban a mirar a través de él. Como dice Galileo en el
Mensajero de los astros, la observación de montañas en la luna confirmaba la antigua opinión
pitagórica de que la luna es como otra tierra y refutaba la división aristotélica de un mundo
supralunar. eterno e incorruptible y otro sublunar imperfecto y temporal. En la actualidad, las
técnicas estadísticas v la simulación por computadoras son también ejemplos de la gran influencia
cíe la tecnología sobre la ciencia.
En cuanto a las reglas tecnológicas, comparten con las normativas y jurídicas el carácter de
discurso prescriptivo o directivo, pero difieren de aquellas en cuanto a que tienen carácter
instrumental. Su forma es la siguiente: "para lograr el fin A, deberá efectuarse el procedimiento B".
Son condicionales que conectan medios con fines, cuyo valor es la eficacia, y no la verdad. Son
ejemplos de reglas técnicas las oraciones prescriptivas que establecen procedimientos relativos a
cómo reparar un reloj o un mueble, y son tecnológicas aquellas que, por ejemplo, indiquen cómo
preparar un campo antes de la siembra, cómo recaudar impuestos o cómo resolver un conflicto en
un grupo de trabajo.
Se puede a su vez diferenciar distinto grado de generalidad y especificidad en las reglas, y en el
caso de las tecnológicas, si bien constituyen saberes instrumentales, al presuponer conocimientos
científicos, contienen también saberes proposicionales.
Cabe diferenciar, por otro lado, entre las reglas tecnológicas y las acciones mismas. En algunos
contextos, se entiende por técnica y tecnología el conjunto de acciones, la práctica misma, las
acciones guiadas por las reglas, y no el cuerpo de conocimientos que guían esas acciones, al que
nos referimos en este contexto. Otra confusión frecuente es la de tomar por tecnología a los
productos tecnológicos, particularmente los productos físicos o artefactos.
Las disciplinas tecnológicas tienen larga data en algunos casos, como la medicina, la ingeniería, la
administración y la contabilidad. En otros casos se han desarrollado ramas nuevas, corno la
cibernética. la computación y la ingeniería genética. La psicoterapia y la psiquiatría. si bien no son
tecnologías nuevas, han recibido cambios notables en las últimas décadas. La navegación espacial
es otro de los campos de desarrollo reciente.
Del mismo modo que el conocimiento científico, el conocimiento tecnológico se organiza en
disciplinas. Por un lado están las que derivan de una ciencia natural, como la ingeniería espacial, la
ingeniería química, la biotecnología y la ingeniería genética. También hay tecnologías asociadas a las
ciencias humanas, como la economía política, la psiquiatría, la planificación educativa, la
planificación social, el urbanismo, la administración de empresas y otras. Por último, existen
disciplinas que presuponen solamente las matemáticas y ninguna ciencia fáctica, como la cibernética
132
6. El conocimiento filosófico
Puesto que la epistemología es considerada una disciplina filosófica, cabe analizar brevemente
qué es lo que caracteriza a la filosofía. Puede decirse que produce un conocimiento de difícil
delimitación dado el amplio campo de problemas que abarca y la diversidad de modalidades y
criterios que se han desarrollado a través de su historia. Pretende ser un saber general, que
fundamenta y evalúa los distintos productos y actividades humanas.
Gran parte de los conocimientos filosóficos son conocímientos de segundo nivel o metateóricos:
aquellos que no tratan problemas relativos a un campo determinado de la realidad, sino que se
ocupan de problemas acerca del conocimiento. Cuando un epistemólogo analiza la validez de una
teoría o la adecuación de los métodos de investigación, está haciendo enunciaciones metatéoricas.
Todo lo que se refiere a la verdad de una teoría, su fundamentación teórica y empírica, su
coherencia, su estructura su poder explicativo y predictivo es siempre metateórico. Conviene que
este plano sea siempre reconocido como distinto del plano sobre el cual se reflexiona. para de este
modo evitar las paradojas de la autorreferencia, como la famosa paradoja del mentiroso, que ya
conocían los antiguos griegos.
Pero ciertas temáticas filosóficas son también teóricas, sólo que de un amplio grado de
generalidad v abstracción, como la antropología filosófica, la metafísica y algunos desarrollos de la
ética normativa. La primera trata de elucidar qué es el ser humano, y la metafísica, que es una
disciplina central dentro de la historia de la filosofía pretende, llegar a un conocimiento general de la
realidad en el sentido de “realidad última”, dando respuestas a preguntas más allá de las cuales ya
no cabe preguntar. a los límites de nuestro conocimiento.
Son muchas las disciplinas que integran la filosofía. La gnoseología se ocupa del conocimiento y
sus problemas, la estética de la producción artística y la ética de la caracterización y la
fundamentación de la moral. Están también la filosofía del lenguaje, de las religiones, del derecho,
de la educación y de la ciencia. Como ya se señaló, a veces se ha identificado la epistemología con
la filosofía de la ciencia, pero en sentido estricto, la epistemología sólo toma los problemas relativos
al conocimiento, mientras la primera incluye otras cuestiones, como las ontológicas y las éticas.
Del mismo modo que las ciencias, las disciplinas filosóficas han cambiado a lo largo de la
historia, fusionándose algunas veces y bifurcándose otras. La axiología, por ejemplo, se constituyó
por fusión de los problemas relativos a los valores, integrando la ética y la estética. También la
filosofía práctica se configuró como integración de problemas éticos y de filosofía política. La
filosofía de la tecnología y la filosofía del género son ejemplos de disciplinas nuevas. En algunos
casos, ciertas disciplinas que en el pasado integraban la filosofía fueron convirtiéndose en ciencias.
133
Tal es el caso de la lógica, que desde sus orígenes, con la obra de Aristóteles, hasta finales del siglo
pasado, fue parte de la filosofía, para terminar en la actualidad constituyendo una ciencia formal,
muy cercana en métodos y contenidos a la matemática.
Si bien la filosofía pretende configurar sistemas de conocimiento que en tanto tales estén
formados por enunciados verdaderos y fundados, su metodología difiere de las de las ciencias. Por
un lado, no se requieren procedimientos de contrastación de las afirmaciones con la información
empírica, y por otro lado no hay un conjunto unificado de procedimientos que constituyan la
metodología filosófica. Entre las metodologías utilizadas se pueden mencionar la deducción, el
análisis conceptual, la intuición y la analogía.
Una de las pocas características reconocidas de la filosofía es la de someter a permanente
crítica sus supuestos.
Disciplinas filosóficas
Ontología, Metafísica.
Axiología, Etica,Estética, Filosofía Práctica
Gnoseología, Epistemología, Filosofía de la Ciencia,
Filosofía de la tecnología.
Semántica Filosofica, Filosofia del lengraje, Filosofia de la Logica
Antropología Filosófica
Filosófia de (del derecho, de las religiones, del género,... etc)
134
EL PROCESO DE INVESTIGACIÓN
Carlos Sabino
Capítulo 1
EL CONOCIMIENTO CIENTÍFICO
1
[V. infra, 2.3.]
2
[V., para una exposición mucho más completa, Los Caminos de la Ciencia, Op. Cit.,
especialmente sus cinco primeros capítulos.]
4
135
EL PROCESO DE INVESTIGACIÓN
Carlos Sabino
¿en qué nos basamos para afirmar o para aceptar una determinada afirmación? Cómo
sostener que algo es verdad, por ejemplo, si no hemos podido comprobarlo directa y
personalmente, o si tenemos sólo una información parcial al respecto. Y más todavía,
aun cuando nuestros sentidos parezcan indicarnos claramente una respuesta)
podremos siempre estar seguros de lo que vemos, oímos y sentimos? Porque el sol
parece girar alrededor de nuestro planeta, y sabemos que eso no es cierto, la materia
presenta un exterior inerte, y sin embargo está cargada de una tremenda energía, las
personas afirman que han hecho esto o aquello, pero pueden estar confundidas o faltar
a la verdad.
Surge entonces una primera distinción que es preciso resaltar y tener siempre en
cuenta: no debemos confundir una afirmación respecto a un hecho o a un objeto, con el
proceso mediante el cual se ha obtenido tal conocimiento, es decir, que nos ha permitido
llegar a dicha afirmación. En otras palabras, aquello que dice un profesor o que dice un
libro o un periódico - digamos, por ejemplo, que la economía de cierto país ha crecido
4% en el año -
utilizar; es, por tanto, un conocimiento, que recibimos si se quiere de un modo pasivo, y
que incorporarnos y relacionamos con otros que poseemos de antemano. Pero resulta
evidente que alguien, una o más personas, son los responsables de esa afirmación;
alguien, de algún modo, en algún momento, ha estudiado la economía a la que nos
referimos y ha determinado por algún medio que su crecimiento anual ha sido del 4% y
no del 3% o del 5%. ¿Cómo lo ha hecho? ¿de qué recursos se ha valido para saberlo?:
éste es el punto que nos interesa destacar.
5
136
EL PROCESO DE INVESTIGACIÓN
Carlos Sabino
Si nos detenemos a estudiar los mitos de los pueblos ágrafos, los libros sagrados de
la antigüedad o las obras de los primeros filósofos veremos, en todos los casos, que en
ellos aparecen conjuntamente, pero sin un orden riguroso, tanto razonamientos lúcidos
y profundos como observaciones prácticas y empíricas, sentimientos y anhelos junto
con intuiciones, a veces geniales y otras veces profundamente desacertadas. Todas
estas construcciones del intelecto - donde se vuelcan la pasión y el sentimiento de
quienes las construyeron - pueden verse como parte de un amplio proceso de
adquisición de conocimientos que muestra lo dificultoso que resulta la aproximación a la
verdad: en la historia del pensamiento nunca ha sucedido que alguien haya de pronto
alcanzado la verdad pura y completa sin antes pasar por el error; muy por el contrario, el
análisis de muchos casos nos daría la prueba de que siempre, de algún modo, se
obtienen primero conocimientos falaces, ilusiones e impresiones engañosas, antes de
poder ejercer sobre ellos la crítica que luego permite elaborar conocimientos más
objetivos y satisfactorios.
A partir de lo anterior será posible apreciar con más exactitud el propósito de nuestro
libro: presentar una visión de conjunto del proceso mediante el cual se obtiene el
conocimiento científico, es decir, de un tipo particular de conocimiento que se alcanza,
6
137
EL PROCESO DE INVESTIGACIÓN
Carlos Sabino
como decíamos ya, por medio de una actividad que denominamos investigación
científica.
Lo anterior tiene por objeto demostrar que el conocimiento científico es uno de los
modos posibles del conocimiento, quizás el más útil o el más desarrollado, pero no por
eso el único, o el único capaz de proporcionarnos respuestas para nuestros
interrogantes. Y es importante, a nuestro juicio, distinguir nítidamente entre estas
diversas aproximaciones para procurar que ningún tipo de conocimiento pueda
considerarse como el único legítimo y para evitar que un vano afán de totalidad haga de
la ciencia una oscura mezcla de deseos y de afirmaciones racionales. Porque cuando el
campo del razonamiento es invadido por la pasión o la emoción éste se debilita, lo
mismo que le sucede a la intuición religiosa o estética cuando pretende asumir un valor
de saber racional que no puede, por su misma definición, llegar a poseer. Por este
motivo es que resulta necesario precisar con alguna claridad Baun cuando lo haremos
someramenteB las principales características de ese tipo de pensar e indagar que se
designa como científico.
7
138
EL PROCESO DE INVESTIGACIÓN
Carlos Sabino
La ciencia es una vasta empresa que ha ocupado y ocupa una gran cantidad de
esfuerzos humanos en procura de conocimientos sólidos acerca de la realidad. Tratar
de elaborar una definición más precisa sería tarea evidentemente ardua, que escapa a
los objetivos de estas páginas. Pero interesa señalar aquí que la ciencia debe ser vista
como una de las actividades que el hombre realiza, como un conjunto de acciones
encaminadas y dirigidas hacia determinado fin, que no es otro que el de obtener un
conocimiento verificable sobre los hechos que lo rodean3.
Al igual que la filosofía, la ciencia trata de definir con la mayor precisión posible cada
uno de los conceptos que utiliza, desterrando las ambigüedades del lenguaje corriente.
Nociones como las de “crisis económica", “vegetal" o “estrella", por ejemplo, que se
utilizan comúnmente sin mayor rigor, adquieren en los textos científicos un contenido
mucho más preciso. Porque la ciencia no puede permitirse designar con el mismo
nombre a fenómenos que, aunque aparentemente semejantes, son de distinta
naturaleza: si llamamos “crisis" a toda perturbación que una nación tiene en su
economía sin distinguir entre los diversos tipos que se presentan, nos será imposible
construir una teoría que pueda describir y explicar lo que son precisamente las crisis:
nuestro modo de emplear el lenguaje se convertirá en nuestro principal enemigo. De allí
la necesidad de conceptualizar con el mayor rigor posible todos los elementos que
componen nuestro razonamiento, pues ésta es la única vía que permite que el mismo
3
V. Bunge M., La Ciencia, su Método y su Filosofía, Ed. Siglo Veinte, Bs. Aires, 1972; N. Ferrater
Mora, Diccionario de Filosofía; Nagel, Ernest, La Estructura de la Ciencia, Ed. Ariel, Barcelona,
1978, y nuestro ya citado Los Caminos de la Ciencia, entre la mucha bibliografía existente.
4
V., entre otros, a Bernal, John D., Historia Social de la Ciencia, Ed. Península, Barcelona, 1976;
Merton, Robert K., La Sociología de la Ciencia, Ed. Alianza, Madrid, 1977; Geymonat,
Ludovico, El Pensa- miento Científico, Ed. Eudeba, Buenos Aires, 1972, y Kuhn, Thomas, La
Estructura de las Revoluciones Científicas, Ed. FCE, Madrid, 1981.
5
Nos referimos a Bunge, Op. Cit.
6
Kosic, Karel, Dialéctica de lo Concreto, Ed. Grijalbo, México, 1967, pp. 26 a 37, passim.
8
139
EL PROCESO DE INVESTIGACIÓN
Carlos Sabino
Si una persona sostiene: “hoy hace más calor que ayer" y otra lo niega, no podemos
decir, en principio, que ninguna de las dos afirmaciones sea falsa o verdadera.
Probablemente ambas tengan razón en cuanto a que sienten más o menos calor que el
día anterior, pero eso no significa que en realidad, objetivamente, la temperatura haya
aumentado o decrecido. Se trata de afirmaciones no científicas, no verificables, y que
por eso deben considerarse como subjetivas. Decir, en cambio, “ahora la temperatura
es de 24oC", es una afirmación de carácter científico, que puede ser verificada, y que -
en caso de que esto ocurra - podemos considerar como objetiva.
7
V. Infra, 2.1.
9
140
EL PROCESO DE INVESTIGACIÓN
Carlos Sabino
Falibilidad: la ciencia es uno de los pocos sistemas elaborados por el hombre donde se
reconoce explícitamente la propia posibilidad de equivocación, de cometer errores. En
esta conciencia de sus limitaciones es donde reside su verdadera capacidad para
autocorregirse y superarse, para desprenderse de todas las elaboraciones aceptadas
cuando se comprueba su falsedad. [Recomendamos, para todo este punto, consultar a
Mario Bunge, La investigación Científica, su Estrategia y su Filosofía, Ed. Ariel,
Barcelona, 1969, así como a Popper, Karl, La Lógica de la Investigación Científica, Ed.
Tecnos, Madrid, 1980.] Gracias a ello es que nuestros conocimientos se renuevan
constantemente y que vamos hacia un progresivo mejoramiento de las explicaciones
que damos a los hechos. Al reconocerse falible todo científico abandona la pretensión
de haber alcanzado verdades absolutas y finales, y por el contrario sólo se plantea que
sus conclusiones son “provisoriamente definitivas", como decía Einstein, válidas
solamente mientras no puedan ser negadas o desmentidas. En consecuencia, toda
teoría, ley o afirmación está sujeta, en todo momento, a la revisión y la discusión, lo que
permite perfeccionarlas y modificarlas para hacerlas cada vez más objetivas, racionales,
sistemáticas y generales.
Este carácter abierto y dinámico que posee la ciencia la aparta de un modo nítido de
los dogmas de cualquier tipo que tienen la pretensión de constituirse en verdad infalible,
proporcionándole así una enorme ventaja para explicar hechos que esos dogmas no
interpretan o explican adecuadamente, para asimilar nuevos datos o informaciones,
para modificarse continuamente. Es, de algún modo, la diferencia crucial que la
distingue de otros modelos de pensamiento, sistemáticos y racionales muchas veces,
pero carentes de la posibilidad de superarse a sí mismos.
10
141
EL PROCESO DE INVESTIGACIÓN
Carlos Sabino
Siendo tan vasto el conjunto de fenómenos que nos rodea, tan polifacéticos y
diversos, y teniendo en cuenta que la actividad científica tiende por diversas razones a
especializarse - pues cada tipo de problema requiere el empleo de métodos y técnicas
específicas y el investigador individual no puede dominar bien una gama muy amplia de
temas - es comprensible que se hayan ido constituyendo, a lo largo de la historia,
diferentes disciplinas científicas. Estas ciencias particulares, que se caracterizan por
tratar conjuntos más o menos homogéneos de fenómenos y por abordarlos con técnicas
de investigación propias, se pueden clasificar de diversas maneras para su mejor
organización y comprensión.
Las ciencias que tratan de los seres humanos, de su conducta y de sus creaciones
son, en principio, también ciencias fácticas. Entre ellas cabe mencionar a la psicología,
la historia, la economía, la sociología y muchas otras. Pero, como cuando estudiamos
las manifestaciones sociales y culturales necesitamos utilizar una conceptualización y
unas técnicas de investigación en parte diferentes a las de las ciencias físico-naturales,
se hace conveniente abrir una nueva categoría que se refiera particularmente a tales
objetos de estudio. Se habla por eso de ciencias humanas, ciencias sociales o de
ciencias de la cultura, como una forma de reconocer lo específico de tales áreas de
estudio y para distinguirlas de las que suelen llamarse ciencias naturales (llamadas
también ciencias físico-naturales o, con menos propiedad, ciencias exactas).
Conviene aclarar que la clasificación de las ciencias, así como la existencia misma de
disciplinas separadas, posee siempre algo de arbitrario. Se trata de distinciones que se
han hecho para la mayor comodidad y facilidad en el estudio de la realidad, pero no
porque ésta se divida en sí misma en compartimientos separados. Por eso,
históricamente, han aparecido nuevas ciencias, y se han ido modificado también las
delimitaciones que se establecen corrientemente entre las mismas.
inmediata - de las posibles aplicaciones prácticas que se puedan dar a sus resultados.
Las aplicadas, por su parte, concentran su atención en estas posibilidades concretas de
llevar a la práctica las teorías generales, encaminando sus esfuerzos a resolver las
necesidades que se plantean los hombres. De estas últimas ciencias surgen las
técnicas concretas que se utilizan en la vida cotidiana. De tal manera, por ejemplo,
tenemos que de la física y la química surgen las diversas ramas de la ingeniería, de la
biología y la química deriva la medicina, y así en muchos otros casos. No hay ciencia
aplicada que no tenga detrás suyo un conjunto sistemático de conocimientos teóricos
Apuros", y casi todas las ciencias puras son aplicadas constantemente, de un modo más
o menos directo, a la resolución de dificultades concretas.
La división entre ciencias puras y aplicadas no debe entenderse como una frontera
rígida entre dos campos opuestos y sin conexión. Una ciencia es pura solamente en el
sentido de que no se ocupa directamente por encontrar aplicaciones, pero eso no
implica que sus logros puedan disociarse del resto de las inquietudes humanas. Entre
ciencias puras y aplicadas existe una interrelación dinámica, de tal modo que los
adelantos puros nutren y permiten el desarrollo de las aplicaciones, mientras que éstas
someten a prueba y permiten revisar la actividad y los logros de las ciencias puras,
proponiéndoles también nuevos desafíos.
Ejercicios
Los siguientes ejercicios pretenden constituir una guía para que el lector vaya
poniendo a prueba su capacidad de asimilación de los contenidos que
sucesivamente van desarrollándose en el texto. Pueden plantear algunas
dificultades en su resolución que, con la ayuda de docentes especializados y con
una cierta dosis de inventiva y de creatividad, serán superadas por una mayoría
de los lectores. Se encuentran al final de cada capítulo.
1.1. Distinga, para algunos de los siguientes conceptos, la forma diferente en que los
definen el lenguaje científico y el lenguaje cotidiano:
Precio
Cultura
Metal
Energía
Árbol
Peso
1.2. Imagine que en una región determinada se produce una sequía. )Cómo
encararía el problema un científico, un hombre práctico, un pensador religioso o
un poeta? Trate de escribir un párrafo que represente la visión de cada uno y de
relacionarlos luego en un comentario final.
1.3. Busque, en la bibliografía mencionada en este capítulo, algún ejemplo de la
falibilidad de la ciencia.
1.4. Exprese cómo la Geografía alcanza generalidad y sistematicidad en sus
enunciados.
1.5. Dentro de la clasificación de las ciencias ¿Dónde ubicaría Ud. la Ingeniería de
Sistemas? ¿Dónde la Psicología, la Lógica, la Lingüística, la Geología?
1.6. ¿Cuáles son las ciencias puras de que se alimenta la Medicina? ¿Cuáles
aplicaciones cree Ud. que tienen la Psicología y la Historia?
12
143
EL PROCESO DE INVESTIGACIÓN
Carlos Sabino
1.7. Mencione alguna novela que haya leído donde pueda haber encontrado una
aproximación literaria a los conflictos políticos latinoamericanos. Trate de
analizar el texto y compararlo con algún trabajo científico que trate el mismo
tema.
13
144
EL PROCESO DE INVESTIGACIÓN
Carlos Sabino
Capítulo 2
CONOCIMIENTO Y METODO
14
145
EL PROCESO DE INVESTIGACIÓN
Carlos Sabino
Sujeto y objeto quedan así como dos términos que sucesivamente se oponen y se
compenetran, se separan y se acercan, en un movimiento que se inicia por la voluntad
del investigador que desea el conocimiento y que en realidad continúa repetidamente,
porque el sujeto debe acercarse una y otra vez hacia lo que está estudiando si se
propone adquirir un conocimiento cada vez más profundo y completo sobre ello.
8
v. supra, 1.4
15
146
EL PROCESO DE INVESTIGACIÓN
Carlos Sabino
Puede establecerse de algún modo, por ello, que entre teoría y práctica se presenta
una interacción del mismo tipo que la que observábamos entre sujeto y objeto. El
pensamiento se concibe como pensamiento de alguien, de los sujetos, y la teoría no es
otra cosa que el pensamiento organizado y sistemático respecto de algo. El objeto, por
otra parte, es siempre un conjunto de hechos (entendido estos en un sentido amplio,
que incluye hasta los mismos pensamientos), de objetos que se sitúan en el exterior de
la conciencia. Por este motivo la relación entre teoría y hechos va a ser la expresión, en
otro plano diferente, de la misma relación que examinábamos anteriormente entre
sujeto y objeto.
Pero no debe pensarse que tal relación es de tipo mecánico o simple. Ciertas
vertientes epistemológicas, en sus formulaciones más extremas, han sostenido que los
hechos se reflejan directamente en la conciencia y que por lo tanto todo el trabajo
intelectual consistía en organizar y sistematizar tales percepciones para poder elaborar
la teoría correspondiente. Esto no es así: el proceso de conocimiento no es una simple y
pasiva contemplación de la realidad; esta misma realidad sólo se revela como tal en la
medida en que poseemos un instrumental teórico para aprehenderla que - en otras
palabras - poseemos los conceptos capaces de abordarla. Parece evidente, por
ejemplo, que si tomamos un trozo de hierro y lo manipulamos de diferentes maneras,
podemos obtener una variada gama de conocimientos sobre dicho mineral, o que si
estudiamos la historia de las instituciones de un país conseguiremos también una
comprensión de su evolución política y social. Pero lo que no hay que perder de vista
aquí es que podemos realizar dichas investigaciones, en primer lugar, porque ya
9
Cf. J. Hessen, Teoría del Conocimiento, Ed. Losada, Bs. Aires 1975. Cap. I y II.
10
ver supra, 2.1
16
147
EL PROCESO DE INVESTIGACIÓN
Carlos Sabino
Por ello lo que llamamos teoría - los conocimientos abstractos que obtenemos al
investigar los objetos de estudio - no es una simple representación ideal de los hechos:
es algo más, es el producto de lo que elabora nuestro intelecto. Un hecho sólo se
configura como tal a la luz de algún tipo de conceptuación previa, capaz de aislarlo de
los otros hechos, de la infinita masa de impresiones y fenómenos que lo rodean. Esta
operación de aislamiento, de separación de un objeto respecto al conjunto en que está
integrado, se denomina abstracción y resulta en verdad imprescindible. Sólo teniendo
un concepto claro de hierro podemos hablar de la composición de un mineral concreto o
determinar las propiedades físicas de dicho metal11. La abstracción, en primer lugar, se
aprecia claramente en lo que llamamos análisis, la distinción y descomposición de las
partes de un todo para mejor comprenderlo. Pero la abstracción es también decisiva en
la operación lógica contraria, la síntesis, que consiste en la recomposición de ese todo
a partir de los elementos que lo integran. Porque ninguna síntesis puede efectuarse si
no tenemos un criterio que nos indique qué elementos parciales debemos integrar, si no
definimos previamente sobre qué bases habremos de organizar los múltiples datos que
poseemos. Y tal cosa, desde luego, es imposible de realizar al menos que hayamos
abstraído y jerarquizado las diversas características que poseen los objetos que
estamos estudiando. De otro modo la síntesis no sería tal, sino una simple copia de la
primera impresión que tenemos del objeto, es decir, algo muy poco racional y
sistemático, más propio del conocimiento cotidiano que de la ciencia.
11
V. al respecto a Ferrater Mora, Op. Cit.
12
v. supra, 1.4
13
Precisamente la palabra método deriva del griego y significa li- teralmente “camino para llegar
a un resultado."
17
148
EL PROCESO DE INVESTIGACIÓN
Carlos Sabino
El lector advertirá, sin mayor dificultad, lo confuso que todo esto resulta. Pero es en
vano que nos lamentemos de esta curiosa situación, de que no se emplee una
conceptuación clara y precisa en el campo en que – precisamente - se requeriría con
mayor necesidad: hay usos aceptados del lenguaje que, por la amplia extensión que
poseen, son casi imposibles de modificar. Desde estas páginas recomendamos asignar
al concepto de método el significado general de modelo lógico que se sigue en la
investigación científica. En cuanto al de metodología, pensamos que lo más adecuado
es considerarla como el estudio y análisis de los métodos, reservando los términos
técnicas y procedimientos para hacer alusión a los aspectos más específicos y
concretos del método que se usan en cada investigación. Pero esta recomendación
general, tomando en cuenta la observación anterior, deberá siempre seguirse con
bastante flexibilidad, adecuándola a las circunstancias de cada caso: no tiene mayor
sentido entablar discusiones, que suelen tornarse interminables, por simples problemas
terminológicos. Más importante es que asignemos a cada término un significado preciso
en cada trabajo o exposición que hagamos.
La historia de la ciencia permite afirmar que el método, como camino que construye
el pensamiento científico, se va constituyendo, en realidad, junto con ese mismo
pensamiento, indisolublemente unido. Es falsa la imagen que nos presenta el método
como un todo acabado y cerrado, como algo externo a la práctica cotidiana de los
investigadores, por cuanto él está estrechamente unido a los aportes, teóricos y
14
La mayoría de estos métodos deben considerarse, en propiedad, como modelos o diseños
típicos de investigación. Para una explicación mayor sobre el tema, v. infra, capítulo 6.
18
149
EL PROCESO DE INVESTIGACIÓN
Carlos Sabino
Pero este es sólo un primer elemento. El análisis del pensamiento científico permite
afirmar, además, que el método de la ciencia se asienta en dos pilares fundamentales:
por una parte en un constante tomar en cuenta la experiencia, los datos de la realidad, lo
que efectivamente podemos constatar a través de nuestros sentidos; por otro lado en
una preocupación por construir modelos teóricos, abstracciones generales capaces de
expresar las conexiones entre los datos conocidos15. Entre estos dos elementos debe
existir una concordancia, una adecuación, de modo tal que el modelo teórico integre
sistemáticamente los datos que se poseen en un conjunto ordenado de proposiciones.
Esto nos remite, como enseguida veremos, al decisivo concepto de verificación.
Un tercer elemento que creemos preciso incluir como integrante, en todos los casos,
del proceder científico, es el uso sistemático de la inferencia, o razonamiento
deductivo. Inferir significa sacar consecuencias de un principio o supuesto, de modo tal
que dichas conclusiones deban ser asumidas como válidas si el principio también lo es.
Así, por ejemplo, es posible reconstruir totalmente el esqueleto de un ictiosaurio a partir
de algunas pocas piezas si se conocen algunas características generales de la
disposición ósea de los vertebrados, o es factible deducir la hipótesis de la expansión
del universo por el corrimiento de las franjas espectrales de la luz de las galaxias hacia
15
V. cap. 5
19
150
EL PROCESO DE INVESTIGACIÓN
Carlos Sabino
el rojo, según analogía con lo que ocurre a otros cuerpos observados en la Tierra. La
inferencia opera durante la investigación, por lo general, de la siguiente manera: una vez
formulada una hipótesis16 se deducen de ella posibles consecuencias prácticas que son
luego, a su vez, sometidas a verificación. La hipótesis misma no se prueba, no se
confirma, sino las consecuencias deducibles de ella. A este tipo de razonamiento
operacional se le llama “modelo hipotético deductivo". 17
Existen docentes y autores que tratan de presentar al método, quizás con la mejor
intención pedagógica, como una especie de camino seguro y cerrado, como un conjunto
de pasos sucesivos de obligatorio cumplimiento. Esta manera de ver las cosas, como
dijimos líneas más arriba, queda automáticamente refutada al hacer el más somero
repaso de la historia de la ciencia o al comparar el modo, a veces bastante divergente,
con que investigadores de diversas disciplinas encaran en la práctica su trabajo. Pero
existe otro argumento que permite apreciar la falacia lógica que encierra ese modo de
concebir el método científico: si existiese un método único, que pudiese definirse como
verdadero de una vez y para siempre, habría que aceptar que el mismo nos garantizaría
la resolución automática de todos los problemas. No habría entonces ninguna dificultad
metódica y el conocimiento progresaría en línea recta, haciéndose ociosa toda
discusión acerca de su carácter y de su validez. Pero esto, evidentemente, no se
corresponde con la realidad.
16
Ver cap. 4
17
V. Popper, Karl, Op. Cit.
20
151
EL PROCESO DE INVESTIGACIÓN
Carlos Sabino
Ejercicios
2.1. ¿Cuáles son las relaciones entre sujeto y objeto que se plantean, a su juicio, en la
práctica literaria? Trate de encontrar las principales diferencias entre esta actividad y la
investigación científica, desde el punto de vista que hemos señalado en este capítulo.
2.2. Busque en el prólogo de dos libros o artículos científicos las explicaciones que,
sobre el método seguido, expone cada autor. Compárelas para determinar:
¿Hasta qué punto las diferencias encontradas se explican por razón del tema
tratado?
¿Cuáles de ellas se refieren a aspectos instrumentales y cuáles corresponden a
los distintos puntos de vista filosóficos que poseen los autores?
2.3. ¿Hasta qué punto puede verificarse un conocimiento que afirma previsiones sobre
el futuro? Razone su respuesta.
2.4 Tome algunos de los siguientes conceptos (de acuerdo a la disciplina que usted
estudie) e investigue su génesis histórica y el papel que ha jugado en el avance del
conocimiento científico de cada especialidad:
Flogisto Átomo
Vibración electromagnética
Éter
Gravedad
Combustión
Selección natural
Gen
Humor
Célula
Inconsciente
Generación espontánea
Desarrollo económico
Eficiencia
Clase social
Equilibrio económico
Liderazgo
Cultura
2.5 Investigue, mediante la bibliografía que aparece al final de este libro, las similitudes y
diferencias entre los siguientes conceptos:
Verificación
Falsación (según Popper)
Demostración
Contrastación
Argumento de Fe
21
152
--"':".i'
121
CHAcl(J
161
No fue tanto las observaciones y experimentos realizados por Galileo lo que vieron juntas; se las vio caer por igual, y al instante sigulente, con un fuerte
origino la ruptura con la tradicion, como su actitud hacia ellos. Para el, los he- ruido, golpearon junras el suelo. La vieja tradicion era falsa, y la ciencia mo-
chos extraidos de ellos habian de ser tratados como hechos y no relacionados dema, en la persona de! joven descubridor, habfa reivindicado su posicion.
con uha idea preconcebida... Los hechos observacionales podlan encajar o no
en un esquema admitido de! universo, pero lo importante, en opinion de Ga- Empiristas y positivistas forman las dos escuelas que han intenta-
lileo, era aceptar los hechos y construir una teorfa que se ajustara a ellos. · do formalizar lo que he llamado vision comun de la ciencia, la que
afirma que el conocimiento cientifico se deriva de los hechos. Los em-
Aquf, Anthony no solo da expresion clara a la opinion de que el piristas ingleses de los siglos XVII y XVIII, en particular John Locke,
conocimiento cientifico se basa en los hechos establecidos por la ob- George Berkeley y David Hume, sostenian que todo el conocimiento
servacion y el experimento, sino que da un sesgo historico a la idea, debia derivarse de ideas implantadas en la mente por meclio de la per-
algo en lo que no es en absoluto el unico. Un aseveracion extenclida cepcion sensorial. Los positivistas tenfan una vision algo mas amplia y
dice que es un hecho historico que la ciencia modema nacio a comien- menos orientada hacia Io psicologico de lo que significan los hechos,
zos de! siglo XVII al adoptarse, por primera vez, Ia estrategia de tomar pero compartfan la opinion de los empiristas de que el conocimiento
en serio los hechos observacionales como base de la ciencia. Quienes debia derivarse de los hechos de la experiencia. Los positivistas logi-
aprueban y explotan esta historia mantienen que Ios hechos observa- cos, una escuela filosofica que se origin6 en Viena en los afios veinte
bles no habfan sido tomados en serio como fundamento de! conocer de este siglo, retomo el positivismo introducido por Auguste Comte
antes de! siglo XVII. En vez de esto, asf reza el conocido recuento, el · en el siglo XIX e intento formalizarfo, prestando mucha atencion a la
conocimiento se basaba en la autoridad de! filosofo Aristoteles y en la forma logica de la relacion entre conocimiento cientifico y los hechos.
de la Biblia. La ciencia modema se hizo posible solo cuando esta auto- Empirismo y positivismo comparten el punto de vista de que el cono-
ridad fue desafiada con una llamada a la experiencia por precursores cimiento cientifico debe de alguna manera derivarse de los hechos al-
de Ia nueva ciencia como Galileo. Capta bdlamente esta idea la si- canzados por la observacion.
guiente version de las muchas veces contada historia de Galileo y la Hay dos aspectos bastantes clistintos involucrados en la afirma-
torre inclinada de Pisa, debida a Rowbotham (1918, pp. 27-9), cion de que la ciencia se deriva de los hechos. Uno concieme a la natu-
raleza de esos "hechos" y como cientificos creen tener acceso a
La primera prueba de fuerza entre Galileo y los profesores de la Universidad dlos. El segundo atafie a como se derivan de los hechos, una vez que
. estaba relacionada con sus investigaciones sobre las !eyes de! movimiento, han sido obtenidos, las !eyes y teorias que constituyen el conocimien-
llustradas por la caida de los cuerpos. Un axioma aceptado de Aristoteles de- to. Investigaremos estos dos aspectos por separado, declicando este y
cfa que la velocidad de los cuerpos en caida era regulada por sus pesos respec- los dos capitulos siguientes a una discusi6n de la naturaleza de los he-
tivos: asi, una piedra que pesara dos libras caerfa dos veces mas rapida que chos sobre.los que, se alega, se basa la ciencia, y el capftulo 4 a la cues-
una que solo pesara una libra, etc. Nadie parece haberse cuestionado lo co- tion de como pucliera pensarse que el conocimiento cientifico se deri-
rrecto de esta regla hasta que Galileo la nego. Declar6 que el peso no tenfa va de dlos.
nadaqueveren el fenomeno, y que ... dos cuerpos de pesos distintos ... alcan- Se pueden distinguir tres componentes en la postura adoptada
zarian el suelo en el mismo momento. Cuando los profesores se mofaron de la
por el punto de vista comun respecto de los hechos que se supone son
declaracion de Galileo, este decidio someterla a una prueba publica. Invito
como testigos de! experimento que iba a efectuar desde la torte inclinada a la base de la ciencia. Estos son:
toda la Universidad. La mafiana de! dia fijado, Galileo, en presencia de las
gentes de la Universidad y de la ciudad subio a la cima de la torre llevando (a) Los hechos se dan clirectamente a observadores cuidadosos y
consigo dos bolas, una que pesaba den libras y la otra solo una. Balanceando desprejuiciados por meclio de los sentidos. ..._
cuidadosamente las bolas en el horde de! parapeto, las rodo hasta que estu- (b) Los hechos son anteriores a la teoria e independiebtes de ella;
163
(c) Los hechos constituyen un fundamento firme y confiable para acto de ver. La segunda es que dos observadores que vean el mismo
el conocimiento cientffico. objeto o escena desde el mismo lugar "veran" lo mismo. Una combi-
nacion identica de rayos de luz alcanzara el ojo de cada observador,
Como veremos, cada una de estas afirmaciones se enfrenta con di. sera enfocada en sus retinas normales por sus lentes oculares normales
ficultades y, en el mejor delos casos, solo puede ser aceptada de forma y dara lugar a imagenes similares. Asf pues, una informacion similar
muy inatizada. viajara al cerebra de cada observador a traves de sus nervios opticos
normales, dando como resultado que los dos observadores "vean" lo
inismo. En secciones subsiguientes veremos por que este tipo de re-
presentacion es seriamente engafioso.
VERES CREER
I
experimentada por una persona que ve el dibujo corresponde en prin-
cipio al arbol, con su tronco, sus hojas y sus ramas. Pero una vez que
se ha encontrado la cara humana, esto cambia. Lo que antes se vefa
coma follaje y partes de las ramas se ve ahora como una cara humana.
De nuevo, se ha visto el mismo objeto ffsico antes y despues de la solu-
cion del problema, y presumiblemente la imagen que hay en la retina
de! observador no cambia en el momenta en que se encuentra la solu-
cion y se descubre la cara. Y si se ve el dibujo un poco despues, un ob-
servador que ya haya resuelto el problema podra ver rapidamente y
con facilidad la cara. Pareciera coma si, en cierto sentido, lo que ve un
observador resulta afectado por su conocimiento y su experiencia.
FIGURA 1
Se puede sugerir la siguiente pregunta: ",Que tienen que ver estos
ejemplos artificiales con la ciencia? ". La respuesta es que no resulta di-
que resulta visible la parte inferior de los escalones. Ademas, si se mira ffcil proporcionar ejemplos procedentes de la practica cientffica que
el dibujo durante algun tiempo, por lo general se encuentra, involun- ilustren la misma cuestion, a saber, que lo que ven los observadores,
tariamente, que cambia la vision frecuentemente de una escalera vista las experiencias subjetivas que tienen cuando ven un objeto o una es-
desde arriba a una escalera vista desde abajo y viceversa. Y, no obstan- cena, rio esta determinado unicamente por las imagenes formadas en
te, parece razonable suponer que, puesto que el objeto que contempla sus retinas sino que depende tambien de la experiencia, el conoci-
el observador sigue siendo el mismo, las imagenes de la retina no va- miento y las expectativas de! observador. Este aspecto esta implicito
rian. El hecho de que el dibujo se vea coma una escalera vista desde en la constatacion indiscutible de que uno tiene que aprender para lie-
arriba o coma una escalera vista desde abajo parece depender de alga gar a ser un observador competente en ciencia. Cualquiera que haya
mas que de la imagen que hay en la retina del observador. Sospecho vivido la experiencia de tener que aprender a mirar a traves de un mi-
. que ningun lector de este libro ha puesto en duda mi afirmacion de croscopio no necesitara que nadie le convenza de este hecho. Es raro
que el principiante discierna las estructuras celulares apropiadas al
· que la figura 1 pareie una escalera de algun tipo. Sin embargo, ·10s re-
sultados de los experimentos realizados con miembros de varias tribus
I . mirar al microscopio el portaobjeto preparado por el instructor, mien-
africanas, cuyas culturas no incluyen la costumbre de dibujar objetos
I tras que este no encuentra ninguna dificultad en distinguirlas cuando
tridimensionales mediante dibujos bidimensionales con perspectiva,
indican que los miembros de estas tribus no habrian considerado que
I mira el mismo portaobjeto en el mismo microscopio. Es significativo,
en este contexto, que los microscopistas no tropezaban con grandes
la figura 1 es una escalera sino una disposicion bidimensional de lfneas. impedimentos a la hora de observar coma se dividen las celulas bajo
Presumo que la naturaleza de las imagenes formadas en las retinas de circunstancias adecuadamente preparadas, una vez que sabian que te-
los observadores es relativamente independiente de su cultura. Ade-
mas, parece seguirse que las experiencias perceptuales que los obser-
II nian que buscar, mientras que, antes de este descubrimiento, la divi-
sion celular permanecio no observada, aunque sabemos ahora que ha
vadores tienen en el acto de ver no estan especialmente determinadas tenido que estar allf en muchas de las muestras examinadas al micros-
i copio, con la posibilidad de ser observada. Michael Polanyi (197.i.,
por las imagenes de las retinas. Hanson (1958, capftulo 1) contiene
otros ejemplos fascinantes que ilustran sabre este aspecto. II p. 101) describe los cambios efectuados en la experiencia perceptualpe
165
mas de botanica que yo. Conocimientos de botauica son un pre- hechos relevantes deben preceder siempre al conocimiento que pu-
rrequisito para la formulacion de enunciados observacionales capaces diera apoyarse en ellos .. Nuestra biisqueda de hechos relevantes nece-
de constituir una base de hechos. sita ser guiada por el estado actual de! conocimiento, que nos dice,
Asl pues, el registro de hechos observables requiere algo mas que por ejemplo, que se consiguen hechos relev:antes midiendo la concen-
la recepcion de estlmulos en forma de rayos de luz que inciden en el tracion de ozono en varios lugares, mientras que no se logra nada mi-
ojo; requiere el conocimiento de! entramado conceptual apropiado y diendo la longitud de los cabellos de los jovenes de Sidney. Asi pues,
de como aplicado. En este sentido, los supuestos (a) y (b) no pueden abandonemos la exigencia de que la adqui,sicion de datos deba venir
ser aceptados ta! y como estau. Los enunciados de hechos no se deter- antes que la formulacion de !eyes y teorias que constituyen el conoci-
minan directamente por estlmulos sensoriales y los enunciados de la miento cien\,ffico y, una vez que lo hayamos hecho, veamos que pode-
observacion presuponen un conocimiento, de manera que no puede mos salvar d'e la idea de que la ciencia se basa en los hechos.
ser verdad que establezcamos primero los hechos y derivemos des- Segiin nuestra nueva posicion, reconocemos francamente que Ia
pues de ellos el conocimiento. formulacion de enunciados observacionales presupone un conoci-
miento significativo, y que la biisqueda de hechos observables rele-
vantes se guia por ese conocimiento. Ninguna de las dos declaraciones
socava necesariamente la afirmacion de que el conocimiento tiene una
,POR QUE DEBERfAN LOS HECHOS PRECEDER A LA TEORfA? base factica establecida por la observacion. Consideremos primero Ia
cuestion de que la formulacion de enunciados observacionales signifi-
He tornado Como punto de partida una interpretacion bastante extre- cativos presupone el conocimiento de! entramado conceptual apro-
ma de la afirmacion que dice que la ciencia se derili'a de hechos. He piado. Advertinws que una cosa es la disponibilidad de los recursos
supuesto que implica que los hechos d.eben establec&rse previamente conceptuales necesarios para la formulacion de enunciados observa-
a la derivacion a partir de ellos de! conocimiento ciclntffico. Primero cionales, y otta la verdad o falsedad de esos enunciados. Al mirar mi
establecer los hechos y despues edificar la teoria qu<l ke ajuste a ellos. libro de texto de ffsica de! estado solido puedo leer dos enunciados
Tanto el hecho de que nuestras percepciones dependen en.cierta me- observacionales, "la estructura cristalina de! diamante tiene simetria
de inversion" y "hay cuatro moleculas por celda en un cristal de sulfu-
dida de nuestros conocimientos previos, y por tanto de nuestra prepa-
ro de zinc". Es necesario un cierto grado de conocimiento acerca de la
i
racion y nuestras expectativas (discutido antes en este capltulo), como
el hecho de que lo~ enunciados observacionales presuponen el entra- estructura de los cristales y como se caracterizan para la formulacion
mado conceptual aclecuado (discutido en la seccion anterior) indican y comprension de estos enunciados. Pero aunque uno no cuente .con
que es esta una exigencia que no se puede satisfacer. En verdad, si se ese conocimiento, podra ser capaz de reconocer que hay otros enun-
la somete a una inspeccion cuidadosa, es una idea bastante tonta, tan ciados similares que pueden ser formulados usando los mismos termi-
tonta que dudo que haya algun filosofo de la ciencia dispuesto a de- nos, tales como "la estructura cristalina de! diamante no tiene simetria
fenderla. ,:Como podremos establecer hechos significativds acerca de! de inversion" o "la estructura cristalina de! diamante tiene cuatro
mundo por medio de la observacion si no contamos con alguna gufa moleculas por celda". Todos estos enunciados son observacionales en
respecto de que clase de conocimiento estamos buscando o que pro- el sentido de que su verdad o falsedad puede ser establecida por la ob-
blemas estamos tratando de resolver? Para hacer observaciones que servacion, una vez que se dominan las tecnicas apropiadas de observa-
supongan alguna contribucion significativa a la botauica, necesitare, cion. Cuando se hace asi, solo los enunciados que extraje de mi libro
para empezar, saber mucho de botanica. Aun mas, no tendrfa sentido de texto seven confirmados por la observacion, mientras que las alter-
la mera idea de que la adecuacion de! tonocimiento cientffico tendria ?ativas construidas a partir de ellos resultan refutadas. Esto sirve p~
que ser probada por los hechos observables si, en sentido estricto, los ilustrar que el hecho de que el conocimiento sea necesari.p para la f~r-
168
ciencia yen la tecnologia. Se puede ilustrar este punto con otro ejem-
plo de la obra de Galileo. En su Dialogue Concerning the Two Chief
Systems (1967, pp. 361-3), Galileo describe un metodo objetivo para
medir el diametro de una estrella. Colgaba una cuerda en la direccion
entre el mismo y la estrella a una distancia ta! que la cuerda bloqueara:
la vision de la estrella. Galileo supuso que el angulo subtendido por la
cuerda en el ojo era el mismo que el de! ojo con la estrella. Sabemos
ahora que los resultados de Galileo eran espurios. El tamafio aparente
de una estrella, ta! y como es percibido por nosotros, se debe entera- NO S6W HECHOS, SlNO LOS HECHOS PEIITlNENTES
mente a efectos atmosfericos y otros tipos de "ruido", y no tiene una
relacion determinada con su tamafio fisico. Las mediciones hechas Supongo en este capftulo, como argumento a discutir, que se pueden
por Galileo de tamafios de estrellas descansaban en supuestos implfci- establecer hechos seguros mediante la utilizacion cuidadosa de los
tos hoy rechazados, pero este rechazo no tiene nada que ver con los sentidos. Despues. de todo, como he sugerido antes, existe un cumulo
aspectos subjetivos de la percepcion. Las observaciones de Galileo de situaciones pertinentes a la ciencia en las que esta suposicion esta
eran objetivas en el sentido de que implicaban procedimientos rutina- seguramente justificada. Contar los sonidos de un contador Geiger o
rios que, si fueran repetidos hoy, darian mas o menos los mismos re- anotar la posicion de la aguja en una escala son ejemplos no problema-
sultados que obtuvo Galileo. En el capftulo siguiente tendremos oca-· ticos. ,:Resuelve la existencia de estos hechos nuestro problema acerca
sion de desarrollar algo mas la cuestion de que la ausencia de una base de la base factica de la ciencia? ,:Constituyen los enunciados que su-
observacional infalible de la ciencia no se deriva solo de los aspectose puestamente se pueden establecer por observacion los hechos de los
subjetivos de la percepcion. que se puede derivar conocimiento cientifico? Veremos en este capi-
tulo que la respuesta a estas preguntas es un decidido "no".
Un punto a tomar en cuenta es que lo que se necesita en la ciencia
no es simplemente hechos, sino los hechos pertinentes. La inmensa
LECTIJRAS COMPLEMENTA1UAS mayoria de los hechos que se pueden establecer por observacion, tales
como el numero de libros en mi despacho, o el color de! coche de mi
Para una discusi6n cliisica de la base emplrica de la ciencia como enunciados vecino, no tienen ningun interes para la ciencia y un cientifico perde-
· que resisten pruebas,'vease Popper (1972, capltulo 5). Los aspectos activos ria su tiempo recogiendolos. Cm\les hechos son pertinentes a la ciencia
de la observaci6n son resaltados en la segunda parte de Hacking (1983 ), en y cuales no sera algo relativo al estado de desarrollo de esa ciencia en
Popper (1979, pp. 341-61) yen Chalmers (1990, capltulo 4). Es tambien per- ese momento. La ciencia plantea la cuestion, yen el caso ideal la ob-
tinente Shapere (1982). servacion proporcionara uoo respuesta. Esto es parte de la respuesta a
la pregunta de que constituye un hecho relevante para la ciencia.
No obstante, hay una cuestion mas importante a considerar y que
introducire con un relato. Cuando yo era joven, mi hermano y yo dis-
crepabamos sob re la manera de explicar el hecho de que la hierba cre-
ce mas alta entre las "huellas" que dejan las vacas en un campo, algo
que con seguridad no eramos los primeros en notar. Mi hermano opi-
naba que el efecto fertilizante de! estiercol era la causa, mientras q'JE.
yo pensaba que el estiercol encerraba humedad debajof impedia)a:
CARL G. HEMPEL
FILOSOFÍA
DE LA
CIENCIA NATURAL
FILOSOFÍA Y P E N S A M I E N T O
Alianza Editorial
2. LA INVESTIGACION CIENTIFICA:
INVENCION Y CONTRASTACION
los mismos años. En un libro que escribió más tarde sobre las cau-
sas y la prevención de la fiebre puerperal, Semmelweis relata sus
esfuerzos por resolver este terrible rompecabezas
Semmelweis empezó por examinar varias explicaciones del fenó-
meno corrientes en la época; rechazó algunas que se mostraban in-
compatibles con hechos bien establecidos; a otras las sometió a
contrastación.
Una opinión ampliamente aceptada atribuía las olas de fiebre
puerperal a «influencias epidémicas», que se describían vagamente
como «cambios atmosférico-cósmico-telúricos», que se extendían por
distritos- enteros y producían la fiebre puerperal en mujeres que se
hallaban de postparto. Pero, ¿cómo —argüía Semmelweis— podían
esas influencias haber infestado durante años la División Primera
y haber respetado la Segunda? Y ¿cómo podía hacerse compatible
esta concepción con el hecho de que mientras la fiebre asolaba el
hospital, apenas se producía caso alguno en la ciudad de Viena o
sus alrededores? Una epidemia de verdad, como el cólera, no sería
tan selectiva. Finalmente, Semmelweis señala que algunas de las
mujeres internadas en la División Primera que vivían lejos del hos-
pital se habían visto sorprendidas por los dolores de parto cuando
iban de camino, y habían dado a luz en la calle; sin embargo, a
pesar de estas condiciones adversas, el porcentaje de muertes por
fiebre puerperal entre estos casos de «parto callejero» era más bajo
que el de la División Primera.
Según otra opinión, una causa de mortandad en la División Pri-
mera era el hacinamiento. Pero Semmelweis señala que de hechc
el hacinamiento era mayor en la División Segunda, en parte comc
consecuencia de los esfuerzos desesperados de las pacientes para evi
tar que las ingresaran en la tristemente célebre División Primera
1 El relato de la labor desarrollada por Semmelweis y de las dificultade:
Para más detalles, véase otro volumen de esta misma serie: W. Salmón,
2
Logic, PP- 24-25. [Hay una versión castellana de este libro publicada por la
editorial UTEHA, de Méjico.]
3 Véase Salmón, Logic, pp. 27-29.
2. . La investigación científica 23
fascinante libro de J. B. Conant Science and Common Sense, New Haven, Yale
University Press, 1951. En el libro de W. F. Magie A Source Book in Pbysics
(Cambridge, Harvard University Press, 1963, pp. 70-75) aparecen recogidos una
carta de Torricelli exponiendo su hipótesis y la contrastación a que la sometió,
y un relato, por un testigo presencial, del experimento del Puy-de-Dôme.
2. . La investigación científica 25
3. El papel de la inducción en la
investigación científica
Si p, entonces q.
No es el caso que q.
Ño es el caso que p.
por ejemplo, una regla general que, aplicada a los datos de que dis-
ponía Galileo relativos a los límites de efectividad de las bombas
de succión, produjera, mecánicamente, una hipótesis basada en el
concepto de un mar de aire?
Cierto que se podrían arbitrar procedimientos mecánicos para
«inferir» inductivamente una hipótesis sobre la base de una serie
de datos en situaciones especiales, relativamente simples. Por ejem-
plo, si se ha medido la longitud de una barra de cobre a diferentes
temperaturas, los pares resultantes de valores asociados de la tem-
peratura y la longitud se pueden representar mediante puntos en un
sistema plano de coordenadas, y se los puede unir con una curva
siguiendo alguna regla determinada para el ajuste de curvas. La curva,
entonces, representa gráficamente una hipótesis general cuantitativa
que expresa la longitud de la barra como función específica de su
temperatura. Pero nótese que esta hipótesis no contiene términos
nuevos; es formulable en términos de los conceptos de temperatura
y longitud, que son los mismos que se usan para describir los datos.
Además, la elección de valores «asociados» de temperatura y longi-
tud como datos presupone ya una hipótesis que sirve de guía; a
saber, la hipótesis de que con cada valor de la temperatura está
asociado exactamente un valor de la longitud de la barra de cobre,
de tal modo que su longitud es únicamente función de su tempera-
tura. El trazado mecánico de la curva sirve entonces tan sólo para
seleccionar como apropiada una determinada función. Este punto es
importante; porque supongamos que en lugar de una barra de cobre
examinamos una masa de nitrógeno encerrada en un recipiente cilin-
drico cuya tapadera es un pistón móvil, y que medimos su volumen
a diferentes temperaturas. Si con esto intentáramos obtener a partir
de nuestros datos una hipótesis general que representara el volumen
del gas como una función de su temperatura, fracasaríamos, porque
el volumen de un gas es, a la vez, una función de su temperatura
y de la presión ejercida sobre él, de modo que, 3 la misma tempe-
ratura, el gas en cuestión puede tener diferentes volúmenes.
Así, pues, incluso en estos casos tan simples los procedimientos
mecánicos para la construcción de una hipótesis juegan tan sólo un
papel parcial, pues presuponen una hipótesis antecedente, menos
específica (es decir, que una determinada variable física es una fun-
2. . La investigación científica 33
7 Cfr. las citas del relato del propio Kekulé en el libro de A. Findlay
mente válida. Dadas unas premisas concretas, ese esquema nos señala
el modo de llegar a una consecuencia lógica. Pero, dado cualquier
conjunto de premisas, las reglas de la inferencia deductiva señalan
una infinidad de conclusiones válidamente deducibles. Tomemos, por
ejemplo, una regla muy simple representada por el siguiente esquema:
P
p o q
LA CIENCIA
Su método y su filosofía
MARIO BUNGE
1. Introducción
Mientras los animales inferiores sólo están en el mundo, el hombre trata de entenderlo; y
sobre la base de su inteligencia imperfecta pero perfectible, del mundo, el hombre intenta
enseñorarse de él para hacerlo más confortable. En este proceso, construye un mundo
artificial: ese creciente cuerpo de ideas llamado “ciencia”, que puede caracterizarse como
conocimiento racional, sistemático, exacto, verificable y por consiguiente falible. Por
medio de la investigación científica, el hombre ha alcanzado una reconstrucción
conceptual del mundo que es cada vez más amplia, profunda y exacta.
1
178
Lo mismo vale para la lógica formal: algunas de sus partes —en particular, pero no
exclusivamente, la lógica proposicional bivalente— pueden hacerse corresponder a
aquellas entidades psíquicas que llamamos pensamientos. Semejante aplicación de las
ciencias de la forma pura a la inteligencia del mundo de los hechos, se efectúa asignando
diferentes interpretaciones a los objetos formales. Estas interpretaciones son, dentro de
ciertos límites, arbitrarias; vale decir, se justifican por el éxito, la conveniencia o la
ignorancia. En otras palabras el significado fáctico o empírico que se les asigna a los
objetos formales no es una propiedad intrínseca de los mismos. De esta manera, las
ciencias formales jamás entran en conflicto con la realidad. Esto explica la paradoja de
que, siendo formales, se “aplican” a la realidad: en rigor no se aplican, sino que se
emplean en la vida cotidiana y en las ciencias fácticas a condición de que se les
superpongan reglas de correspondencia adecuada. En suma, la lógica y la matemática
establecen contacto con la realidad a través del puente del lenguaje, tanto el ordinario
como el científico.
Tenemos así una primera gran división de las ciencias, en formales (o ideales) y fácticas
(o materiales). Esta ramificación preliminar tiene en cuenta el objeto o tema de las
respectivas disciplinas; también da cuenta de la diferencia de especie entre los
enunciados que se proponen establecer las ciencias formales y las fácticas: mientras los
enunciados formales consisten en relaciones entre signos, los enunciados de las ciencias
fácticas se refieren, en su mayoría, a entes extracientíficos: a sucesos y procesos.
Nuestra división también tiene en cuenta el método por el cual se ponen a prueba los
enunciados verificables: mientras las ciencias formales se contentan con la lógica para
demostrar rigurosamente sus teoremas (los que, sin embargo, pudieron haber sido
adivinados por inducción común o de otras maneras), las ciencias fácticas necesitan más
que la lógica formal: para confirmar sus conjeturas necesitan de la observación y/o
experimento. En otras palabras, las ciencias fácticas tienen que mirar las cosas, y,
siempre que les sea posible, deben procurar cambiarlas deliberadamente para intentar
descubrir en qué medida sus hipótesis se adecuan a los hechos.
2
179
Considérese el siguiente axioma de cierta teoría abstracta (no interpretada): "Existe por lo
menos un x tal que es P". Se puede dar un número ilimitado de interpretaciones
(modelos) de este axioma, dándose a x y F otros tantos significados. Si decimos que S
designa punto, obtenemos un modelo geométrico dado: si adoptamos la convención de
que L designa número, obtenemos un cierto modelo aritmético, y así sucesivamente. En
cuanto "llenamos" la forma vacía con un contenido específico (pero todavía matemático),
obtenemos un sistema de entes lógicos que tienen el privilegio de ser verdaderos o falsos
dentro del sistema dado de proposiciones: a partir de ahí tenemos que habérnoslas con el
problema de la verdad matemática. Aún así tan sólo las conclusiones (teoremas) tendrán
que ser verdaderas: los axiomas mismos pueden elegirse a voluntad. La batalla se habrá
ganado si se respeta la coherencia lógica esto es, si no se violan las leyes del sistema de
lógica que se ha convenido en usar.
3
180
Las ciencias formales demuestran o prueban: las ciencias fácticas verifican (confirman o
disconfirman) hipótesis que en su mayoría son provisionales. La demostración es
completa y final; la verificación es incompleta y por eso temporaria. La naturaleza misma
del método científico impide la confirmación final de las hipótesis fácticas. En efecto los
científicos no sólo procuran acumular elementos de prueba de sus suposiciones mutipli-
cando el número de casos en que ellas se cumplen; también tratan de obtener casos
desfavorables a sus hipótesis, fundándose en el principio lógico de que una sola
conclusión que no concuerde con los hechos tiene más peso que mil confirmaciones. Por
ello, mientras las teorías formales pueden ser llevadas a un estado de perfección (o
estancamiento), los sistemas relativos a los hechos son esencialmente defectuosos:
cumplen, pues, la condición necesaria para ser perfectibles. En consecuencia si el estudio
de las ciencias formales vigorizar el hábito del rigor, el estudio de las ciencias fáctiles
puede inducirnos a considerar el mundo como inagotable, y al hombre como una empresa
inconclusa e interminable.
Las diferencias de método, tipo de enunciados, y referentes que separan las ciencias
fácticas de las formales, impiden que se las examine conjuntamente más allá de cierto
punto. Por ser una ficción seria, rigurosa y a menudo útil, pero ficción al cabo, la ciencia
formal requiere un tratamiento especial. En lo que sigue nos concentraremos en la ciencia
fáctica. Daremos un vistazo a las características peculiares de las ciencias de la
naturaleza y de la cultura en su estado actual, con la esperanza de que la ciencia futura
enriquezca sus cualidades o, al menos, de que las civilizaciones por venir hagan mejor
uso del conocimiento científico.
Los rasgos esenciales del tipo de conocimiento que alcanzan las ciencias de la naturaleza
y de la sociedad son la racionalidad y la objetividad. Por conocimiento racional se
entiende:
b- que esas ideas pueden combinarse de acuerdo con algún conjunto de reglas lógicas
con el fin de producir nuevas ideas (inferencia deductiva). Estas no son enteramente
nuevas desde un punto de vista estrictamente lógico, puesto que están implicadas por las
premisas de la deducción; pero no gnoseológicamente nuevas en la medida en que
expresan conocimientos de los que no se tenía conciencia antes de efectuarse la
deducción;
4
181
a- que concuerda aproximadamente con su objeto; vale decir que busca alcanzar la
verdad fáctica;
b- que verifica la adaptación de las ideas a los hechos recurriendo a un comercio peculiar
con los hechos (observación y experimento), intercambio que es controlable y hasta cierto
punto reproducible.
1- El conocimiento científico es fáctico: parte de los hechos, los respuesta hasta cierto
punto, y siempre vuelve a ellos. La ciencia intenta describir los hechos tales como son,
independientemente de su valor emocional o comercial: la ciencia no poetiza los hechos
ni los vende, si bien sus hazañas son una fuente de poesía y de negocios. En todos los
campos, la ciencia comienza estableciendo los hechos; esto requiere curiosidad
impersonal, desconfianza por la opinión prevaleciente, y sensibilidad a la novedad.
5
182
2- El conocimiento científico trasciende los hechos: descarta los hechos, produce nuevos
hechos, y los explica. El sentido común parte de los hechos y se atiene a ellos: a menudo
se imita al hecho aislado, sin ir muy lejos en el trabajo de correlacionarlo con otros o de
explicarlo. En cambio, la investigación científica no se limita a los hechos observados: los
científicos exprimen la realidad a fin de ir más allá de las apariencias; rechazan el grueso
de los hechos percibidos, por ser un montón de accidentes, seleccionan los que
consideran que son relevantes, controlan hechos y, en lo posible, los reproducen. Incluso
producen cosas nuevas desde instrumentos hasta partículas elementales; obtienen
nuevos compuestos químicos, nuevas variedades vegetales y animales, y al menos en
principio, crean nuevas pautas de conducta individual y social.
Más aún, los científicos usualmente no aceptan nuevos hechos a menos que puedan
certificar de alguna manera su autenticidad; y esto se hace, no tanto contrastándolos con
otros hechos, cuanto mostrando que son compatibles con lo que se sabe. Los científicos
descartan las imposturas y los trucos mágicos porque no encuadran en hipótesis muy
generales y fidedignas, que han sido puestas a prueba en incontables ocasiones. Vale
decir, los científicos no consideran su propia experiencia individual como un tribunal
inapelable; se fundan, en cambio, en la experiencia colectiva y en la teoría.
Este trascender la experiencia inmediata, ese salto del nivel observa-cional al teórico, le
permite a la ciencia mirar con desconfianza los enunciados sugeridos por meras
coincidencias; le permite predecir la existencia real de las cosas y procesos ocultos a
primera vista pero que instrumentos (materiales o conceptuales) más potentes pueden
descubrir. Las discrepancias entre las previsiones teóricas y los hallazgos empíricos
figuran entre los estímulos más fuertes para edificar teorías nuevas y diseñar nuevos
experimentos. No son los hechos por sí mismos sino su elaboración teórica y la
comparación de las consecuencias de las teorías con los datos observacio-nales, la
principal fuente del descubrimiento de nuevos hechos.
6
183
Los problemas de la ciencia son parciales y así son también, por consiguiente, sus
soluciones; pero, más aún: al comienzo los problemas son estrechos o es preciso
estrecharlos. Pero, a medida que la investigación avanza, su alcance se amplía. Los
resultados de la ciencia son generales, tanto en el sentido de que se refieren a clases de
objetos (por ejemplo, la lluvia), como en que están, o tienden a ser incorporados en
síntesis conceptuales llamadas teorías. El análisis, tanto de los problemas como de las
cosas, no es tanto un objetivo como una herramienta para construir síntesis teóricas. La
ciencia auténtica no es atomista ni totalista.
7
184
b- la ciencia parte de nociones que parecen claras al no iniciado; y las complica, purifica y
eventualmente las rechaza; la transformación progresiva de las nociones corrientes se
efectúa incluyéndolas en esquemas teóricos. Así, por ejemplo, “distancia” adquiere un
sentido preciso al ser incluida en la geometría métrica y en la física;
e- la ciencia procura siempre medir y registrar los fenómenos. Los números y las formas
geométricas son de gran importancia en el registro, la descripción y la inteligencia de los
sucesos y procesos. En lo posible, tales datos debieran disponerse en tablas o resumirse
en fórmulas matemáticas. Sin embargo, la formulación matemática, deseable como es, no
es una condición indispensable para que el conocimiento sea científico; lo que caracteriza
el conocimiento científico es la exactitud en un sentido general antes que la exactitud
numérica o métrica, la que es inútil si media la vaguedad conceptual. Más aún, la
investigación científica emplea, en medida creciente, capítulos no numéricos y no
métricos de la matemática, tales como la topología, la teoría de los grupos, o el álgebra de
las clases, que no son ciencias del número y la figura, sino de la relación.
8
185
La prescripción de que las hipótesis científicas deben ser capaces de aprobar el examen
de la experiencia es una de las reglas del método científico; la aplicación de esta regla
depende del tipo de objeto del tipo de la hipótesis en cuestión y de los medios disponibles.
Por esto se necesita una multitud de técnicas de verificación empírica. La verificación de
la fórmula de un compuesto químico se hace de manera muy diferente que la verificación
de un cálculo astronómico o de una hipótesis concerniente al pasado de las rocas o de los
hombres. Las técnicas de verificación evolucionan en el curso del tiempo; sin embargo,
siempre consisten en poner a prueba consecuencias particulares de hipótesis generales
(entre ellas, enunciados de leyes). Siempre se reducen a mostrar que hay, o que no hay,
algún fundamento para creer que las suposiciones en cuestión corresponden a los hechos
observados o a los valores medidos.
9
186
El método científico no provee recetas infalibles para encontrar la verdad: sólo contiene
un conjunto de prescripciones falibles (perfectibles) para el planeamiento de
observaciones y experimentos, para la interpretación de sus resultados, y para el planteo
mismo de los problemas. Es, en suma, la manera en que la ciencia inquiere en lo
desconocido. Subordinadas a las reglas generales del método científico, y al mismo
tiempo en apoyo de ellas, encontramos las diversas técnicas que se emplean en las
ciencias especiales: las técnicas para pesar, para observar por el microscopio, para
analizar compuestos químicos,para dibujar gráficos que resumen datos empíricos, para
reunir informaciones acerca de costumbres, etc. La ciencia es pues, esclava de sus
propios métodos y técnicas mientras éstos tienen éxito: pero es libre de multiplicar y de
modificar en todo momento sus reglas, en aras de mayor racionalidad y objetividad.
10
187
cierta fertilidad lógica). Las conclusiones (o teoremas) pueden extraerse de los principios,
sea en la forma natural, o con la ayuda de técnicas especiales que involucran operaciones
matemáticas.
El carácter matemático del conocimiento científico —esto es, el hecho de que es fundado,
ordenado y coherente— es lo que lo hace racional. La racionalidad permite que el
progreso científico se efectúe no sólo por la acumulación gradual de resultados, sino
también por revoluciones. Las revoluciones científicas no son descubrimientos de nuevos
hechos aislados, ni son perfeccionamientos en la exactitud de las observaciones sino que
consisten en la sustitución de hipótesis de gran alcance (principios) por nuevos axiomas, y
en el reemplazo de teorías enteras por otros sistemas teóricos. Sin embargo, semejantes
revoluciones son a menudo provocadas por el descubrimiento de nuevos hechos de los
que no dan cuenta las teorías anteriores, aunque a veces se encuentran en el proceso de
comprobación de dichas teorías; y las nuevas teorías se torna verificaves en muchos
casos, merced a la invención de nuevas técnicas de medición, de mayor precisión.
11- El conocimiento científico es legal: busca leyes (de la naturaleza y de la cultura) y las
aplica. El conocimiento científico inserta los hechos singulares en pautas generales
11
188
Hay leyes de hechos y leyes mediante las cuales se pueden explicar otras leyes. El
principio de Arquímedes pertenece a la primera clase; pero a su vez puede deducirse de
los principios generales de la mecánica; por consiguiente, ha dejado de ser un principio
independiente, y ahora es un teorema deducible de hipótesis de nivel más elevado. Las
leyes de la física proveen la base de las leyes de las combinaciones químicas; las leyes
de la fisiología explican ciertos fenómenos psíquicos; y las leyes de la economía
pertenecen a los fundamentos de la sociología. Es decir, los enunciados de las leyes se
organizan en una estructura de niveles.
Ciertamente, los enunciados de las leyes son transitorios; pero ¿son inmutables las leyes
mismas? Si se considera a las leyes como las pautas mismas del ser y del devenir,
entonces debieran cambiar junto con las cosas mismas; por lo menos, debe admitirse
que, al emerger nuevos niveles, sus cualidades peculiares se relacionan entre sí mediante
nuevas leyes. Por ejemplo, las leyes de la economía han emergido en el curso de la
historia sobre la base de otras leyes (biológicas y psicológicas) y, más aún, algunas de
ellas cambian con el tipo de organización social.
Por supuesto, no todos los hechos singulares conocidos han sido ya convertidos en casos
particulares de leyes generales; en particular los sucesos y procesos de los niveles
superiores han sido legalizados sólo en pequeña medida. Pero esto se debe en parte al
antiguo prejuicio de que lo humano no es legal, así como a la antigua creencia pitagórica
de que solamente las relaciones numéricas merecen llamarse “leyes científicas”. Debiera
emplearse el stock íntegro de las herramientas conceptuales en la búsqueda de las leyes
de la mente y de la cultura; más aún, acaso el stock de que se dispone es insuficiente y
sea preciso inventar herramientas radicalmente nuevas para tratar los fenómenos
mentales y culturales, tal como el nacimiento de la mecánica moderna hubiera sido
imposible sin la invención expresa del cálculo infinitesimal.
12- La ciencia es explicativa: intenta explicar los hechos en términos de leyes, y las leyes
en términos de principios. los científicos no se conforman con descripciones detalladas;
además de inquirir cómo son las cosas, procuran responder al por qué: por qué ocurren
los hechos como ocurren y no de otra manera. La ciencia deduce proposiciones relativas
a hechos singulares a partir de leyes generales, y deduce las leyes a partir de enunciados
nomológicos aún más generales (principios). Por ejemplo, las leyes de Kepler explicaban
una colección de hechos observados del movimiento planetario; y Newton explicó esas
12
189
Solía creerse que explicar es señalar la causa, pero en la actualidad se reconoce que la
explicación causal no es sino un tipo de explicación científica. La explicación científica se
efectúa siempre en términos de leyes, y las leyes causales no son sino una subclase de
las leyes científicas. Hay diversos tipos de leyes científicas y, por consiguiente, hay una
variedad de tipos de explicación científica: morfológicas, cinemáticas, dinámicas, de
composición, de conservación, de asociación, de tendencias globales, dialécticas,
teleológicas, etc.
La predicción científica se caracteriza por su perfectibilidad antes que por su certeza. Más
aún, las predicciones que se hacen con la ayuda de reglas empíricas son a veces más
exactas que las predicciones penosamente elaboradas con herramientas científicas
(leyes, informaciones específicas y deducciones); tal es el caso con frecuencia, de los
pronósticos meteorológicos, de la prognosis médica y de la profecía política. Pero en tanto
que la profecía no es perfectible y, si falla, nos obliga a corregir nuestras suposiciones,
alcanzando así una inteligencia más profunda. Por esto la profecía exitosa no es un
aporte al conocimiento teórico, en tanto que la predicción científica fallida puede contribuir
a él.
13
190
Tan pronto como ha sido establecida una teoría científica, corre el peligro de ser refutada
o, al menos, de que se circunscriba su dominio. Un sistema cerrado de conocimiento
fáctico que excluya toda ulterior investigación, puede llamarse sabiduría pero es en rigor
un detritus de la ciencia. El sabio moderno, a diferencia del antiguo no es tanto un
acumulador de conocimientos como un generador de problemas. Por consiguiente
prefiere los últimos números de las revistas especializadas a los manuales, aún cuando
estos últimos sean depósitos de verdad más vastos y fidedignos que aquellas. El
investigador moderno ama la verdad pero no se interesa por las teorías irrefutables. Una
teoría puede haber permanecido intocada no tanto por su alto contenido de verdad cuanto
porque nadie la ha usado. No se necesita emprender una investigación empírica para
probar la tautología de que ni siquiera los científicos se casan con solteronas.
14
191
Pero la tecnología es más que ciencia aplicada: en primer lugar porque tiene sus propios
procedimientos de investigación, adaptados a circunstancias concretas que distan de los
casos puros que estudia la ciencia. En segundo lugar, porque toda rama de la tecnología
contiene un cúmulo de reglas empíricas descubiertas antes que los principios científicos
en los que —si dichas reglas se confirman— terminan por ser absorbidas. La tecnología
no es meramente el resultado de aplicar el conocimiento científico existente a los casos
prácticos: la tecnología viva es esencialmente, el enfoque científico de los problemas
prácticos, es decir, el tratamiento de estos problemas sobre un fondo de conocimiento
científico y con ayuda del método científico. Por eso la tecnología, sea de las cosas
nuevas o de los hombres, es fuente de conocimientos nuevos.
15
192
1. La ciencia, conocimiento
verificable
En su deliciosa biografía del Dante (A.C. 1360), Boccaccio1 expuso su opinión —que no
viene al caso— acerca del origen de la palabra “poseía” concluyendo con este
comentario: “otros lo atribuyen a razones diferentes acaso aceptables; pero ésta me gusta
más”. El novelista aplicaba, al conocimiento acerca de la poesía y de su nombre el mismo
criterio que podría apreciarse para apreciar la poesía misma: el gusto. Confundía así
valores situados en niveles diferentes: el estético, perteneciente a la esfera de la
sensibilidad, y el gnoseológico, que no obstante estar enraizado en la sensibilidad está
enriquecido con una cualidad emergente: la razón.
Semejante confusión no es exclusiva de poetas: incluso Hume, en una obra célebre por
su crítica mortífera de varios dogmas tradicionales escogió el gusto como criterio de
verdad. En su Treatise of Human Nature (1739) puede leerse:2 “No es sólo en poesía y
en música que debemos seguir nuestro gusto, sino también en la filosofía (que en aquella
época incluía también a la ciencia). Cuando estoy convencido de algún principio, no es
sino una idea que me golpea (strikes) con mayor fuerza. Cuando prefiero un conjunto de
argumentos por sobre otros, no hago sino decidir, sobre la base de mi sentimiento, acerca
de la superioridad de su influencia”. El subjetivismo era así la playa en que desembarcaba
la teoría psicologista de las “ideas” inaugurada por el empirismo de Locke.
El recurso al gusto no era, por supuesto, peor que el argumento de autoridad, criterio de
verdad que ha mantenido enjaulado al pensamiento durante tanto tiempo y con tanta
eficacia. Desgraciadamente, la mayoría de la gente, y hasta la mayoría de los filósofos,
aún creen —u obran como si creyeran— que la manera correcta de decir el valor de
verdad de un enunciado es someterlo a la prueba de algún texto: es decir verificar si es
compatible con (o deducible de) frases más o menos célebres tenidas por verdades
eternas, o sea, principios infalibles de alguna escuela de pensamiento. En efecto, son
demasiados los argumentos filosóficos que se ajustan al siguiente molde: “X está
equivocado, porque lo que dice contradice lo que escribió el maestro Y”, o bien “el X-ismo
es falso porque sus tesis son incompatibles con las proposiciones fundamentales de Y-
1
G. Bocaccio Vita di Dante, en II comento alla Divina Commedia e gli altri scriti intorno a Dante
(Bari, Laterza 1918), I, p. 37. Subrayado mío.
2
D. Hume, A treastise of Human Nature (London Everyman, 1911) I, p. 105. Subrayado mío.
16
índice
193
REDES 5
Abstrncts 7
Revista de Estudios sobre la
Ciencia y la Tecnología Perspectivas
fiiREDES 18
Vol. 9, N" 18, Buenos Aires, Patentes y pofílica tecnológica en ta industria
junio de 2002 farmacéutica: los casos de Argentina y Brasil
Federico M. Santoro 11
Director
Pablo Lor>'>nrnno La div1J!gación como estrategia de la
comunídad científica argentina: !a revista revista de estudios sobre la ciencia y la tecnología
Consejo editorial Cit!ncia e investigación (1945-48)
l.lish"!! Caíl'.)n ¡ljnlv, d'! H,,,.,,:yu - fEUU) Diego H. de Mendoza. Anafía Busala 33
R~nato Dagn!no {Vl"HC/1.MP. 8,:,,il)
Gum':!rmo Hoyos Vásquez {IESCP - Hacia una nueva estimación de la
Col'lf'h11l.l "fuga de cerebros~
An,fonl !barra (I.JPV. E~p1l.fl~! Mado Albornoz, Emesfo Femández
l<'lny Laud;,v1 (Vt!MA Mhicol Polcuch, Claudio Arraraz 63
R¡,¡ch~! L;i,Jdan (U~!/IM - M~~;,;:,;,¡
fv;'in lavr!drJS {CIMOJ\ - Chl''I) La formación en ínnovadón tecnológica
J:JcQ•J~'\ ~Aarcovilch (USP . ern,il) en !a cart":!ra de íngeniería industrial
E(luardo Martfn"!Z f\Jt!ESCO} Leticia Femández Berdaguer, Leonardo
C<1<los Martin':!z Vidal (AOEST - Silvia Vaccareaa 85
hg..,.,!i~~\
Le0nardo Mo!Mo (Pl1l.'1'!,1l.rl-'.l Cd1l.d Documento'!! fundamentales
"vtó<'Dm1l. d"' e,. ¡1.,_ - A'-g..-,t""11l.) La concepción científica del mundo:
C. U!i'\"!S Mou!ines {Unlv. d~ Mtl't":h . e! Círculo de Viena
¡'.!""'1!"1~)
Par la Asociación Emst Mach: Hans Hahn,
EmiHo Muf,ot (CS!C - E,p1!.l\1!.)
león Olivé (\JIIMA. M~yl,:;oj
Otto tleur-ath, Rudoff Camap
Emi'lU'! dt~iz.1 {Uflo\ - A•,.w,1~,1!.) Presentación y tradu~dón: Pablo Lorenzana 103
Ju<1n Pa~qulnt-(U9A - "lll""º"~)
Cm!os Pr>'!gf'J MILP ·. fyg•ntm~) Dossier
Ann:i C11r-olina R~net (\..!wSINOS • Homena¡e a Osear Varsavsky 151
fl,1!~i~ ' "Facultad d<:? Ciencias en un país sudamericano~
Jean-Jacq,~s Se1!omon (Cf'/MA. Coofemnda del Dr. Osear Varsavsky
F,;,.,cl;,)
en !a Univ_ Central de Venezuela - Junio de 1968 153
Félix Schu:stN (VBJ\. hg'!i-itkt,,¡
Jesús S<:b:t~ll~n (C!tlOOG . E~P"'I") Osear Varsavsky y el Pensamiento latino
Jud;!h Su!z (Ut,N. d'! le rl'!púb!ke. ~ricano sobre Ciencia, Tecnología y Sociedad
\Jr1Jt¡1.,,,y) Sara Rief!i 175
Femando Tula Malina fUl'lO ·
Ñg nHn~)
6 lnconformismo y Conocimiento
H<,b':! Vessuri (IVIC - v,n'!n,'! 1~) Christian Ferrer 181
8ri;1.n Wynn<! (U.,;.,,_ d'! U11>cn~1.,, .
G•l!fl e,~~/\~) Debate: en tomo a "La nueva produccíón
de conodmientoft y la "Triple héliceft 191
Secretarios de redacción
H~lrJT P~lma La Triple Hélice y la Nueva Producción del
Edua.rd-J WQ!ovelsl<y Conocimiento enfocadas como campos
sodO·COgnítivos
Propietario Terry Shinn 191 INSTITUTO DE ESTUDIOS SOBRE
Univen!dad Mó'lc!ona! d~ Quílmoes
Pmpl<.!-dad ln!e!~lual ~r 2269{){]
Comentarios a las reflexiones de Teny Shinn LA CIENCIA Y LA TECNOLOGfA
Judilll Sutz 213
Diseño original ¿DP. qu~ objeto hablamos?
Ronald Smlrnoff
0/agramaclón
Claudio Puglia (YNO-tdic!onesJ
Pablo Kreimer
Comentarios bibliográficos
Varios autores
225
233
-@ UniYersidad
Nacional
de Quilmes
Se suele afinnar que la filosofía de la cíencia surge como dis_~ip!ina con es-
pecificidad propia, profesionalizándose, en el p_e_ríodo d_e enlregue,{as, a
partir de la conformación en los años veinle de lo que desdé(1 ,f}:.2_9_,Pasa-
ría a denominarse oficialmente Círculo de Viena, y de su posterior conso-
lidación, tras la llegada a los Estad05UfiTd6S-de los principales filósofos de
la ciencia centroeuropeos. A continuación publicamos una traducción di-
recta al castellano del texto original alemán medianle el cual el Círculo de
Viena ingresa a la vida pllblica: Wissenschaftliche Weltauffassung. Oer
Wíener Kreis {Wien: Artur Wolf Verlag, 1~9). Las circunstancias de redac-
ción de dicho texto se explican en el prefacio --que 1ambién reproduci-
mos-, firmado por Hans ~"'~!JJJ,, Otto N_e~ra_t.h_ y Rudolf Cár~~_P, en nombre
de la Asociación .Ems.t Mach, fundadá'iííí'i 928, a inicia1ivá dé la Unión de
librepensadores ·de ALJSraa C~ñ
conJuntarñe·n·10 'miembros cte otros círculos
cercanos, con la intención de "difundir los conocimientos de las ciencias
•
[Ü4 REDES
• ]O)
IEDES
196
Asociación Emst Mach
La concepción científica del mundo: el Círculo de Viena
J06 •
REDES • J07
REDE!
Asociación Emst Mach
La concepción cientffíca del mundo.- el Círculo de Viena
197
de Victor Adler y Frledrich Jodl, se fundó entonces y se desarrolló la aso· mundo estuvieron sólidamente representados. En la Socíedad Filosófica
ciación pro-educación popular: por otro lado, los '"cursos universitarios po· de la ~nive~sidad de Viena bajo la dirección de Hófler tuvieron lugar mu.
pu!ares~ y !a "'casa del pueblo" fueron instituidos por el conocido historiador chas ~1scus1ones sobre !os fundamentos de la física y problemas episle·
Ludo Hartmann, cuya actitud antí·melafísica y cuya concep_~ión materi~Hs· mológtcos Y lógicos afines. La Sociedad Filosófica publicó los Vorreden
la de la historia se expresaba en todas sus acciones. El mismo espiritu ins· und Ein/eitungen zu k/assischen Werken der Mechanik ( Prefacios e tntro-
pirO··tafuhién al movimiento de la "Escuela Ubre" que fuera precursor de la ducc1ones a las obras clásicas de fa mecánica), asf corno algunos escritos
actual reforma escolar. de Bolzano (editados por Hñfler y Hahn, 1914 y 1921). En el círculo vie~
En esa a!rnósfera liberal vivió Ernst Mach (nacido en 1838), que nés de Brentano vivió el joven Alexius van Meinong (1870·1882) (más lar·
esluvo en Viena como estudianle y luego como Privatdozent (1861·64). de profesor en Graz), cuya teoría de los objetos (1907), muestra un cierto
Recién regresó a Viena a una edad avanzada cuando fue creada para él parentesco con las modernas teorías de los conceptos y cuyo discípulo
una cátedra propia de filosofía de las ciencias inductivas (1895}. Se de· Ernst Ma/fytambién trabajaba en el ámbito de la logística. También !os es-
dicó especialmente a purificar !as ciencias empíricas y, en primer lugar, critos de juventud de Hans Pichler (1909) se originaron en eslos círculos
la física, de pensamientos metafísicos. Recordemos su crítica al espacio de pensamiento.
absoluto que hizo de él uno de los precursores de Einstein, su lucha con· Aproximadamente al mismo tiempo que Mach, trabajó en Viena su
tra la melafísica de la cosa·en·s/ y del concepto de sustancia, así como contemporáneo y amigo Josef Popper-Lynkeus. Junto a sus logros fisico-
sus invesligadones sobre la construcción de !os conceptos científicos a lécnicos mencionamos aquí sus generosas, aun cuando asistemáticas
partir de los elementos últimos, los datos de los sentidos. En algunos consideracíones filosóficas (1899), así como su plan económico raciona;
puntos et desarrollo de la ciencia no le ha dado la razón, por ejemplo, en (deber de alimentación general, 1878). Sirvió conscientemente al espíritu
su posidón contra el atomismo y en su esperanza de un apoyo a la físi- de la Ilustración, como 1ambién testimonia a través de su libro sobre Vol-
ca mediante la fisiología de los sentidos. Sin embargo, los puntos princi- taire. Algunos otros sociólogos vieneses compartieron su rechazo a la me-
pales de su concepción han sido positivamente evaluados en el posterior tafísi??· entre ellos, Rudolf Goldscheíd. Es digno de observarse que
desarroHo de la ciencia. La cáledra de Mach fue ocupada más tarde tambren en el ámbito de la economía política fuera en Viena cultivado un
(1902·1906) por Ludwig Boftzmann, quien defendió ideas decididamen- método estrictamente científico por la teoría de la utilidad marginal {Carl
te empiristas. Me~ger, 1871); este método echó raíces en Inglaterra, Francia y Escandi-
La influencia de los físicos Mach y Boltzmann en la cátedra de filo· n~v1a, pero no en Alemania. También la teoría marxista se cultivó y exten-
sofía se manifiesta conceptualmente en que da a entender que hubo un en Viena con especial énfasis (Otto Bauer, Rudolf Hilferdfng, Max
vivo interés en los problemas lógicos y epistemológicos relacionados con Adlery otros).
los fundamentos de la física. Estos problemas de fundamentos condujeron Estas influencias mullilciterales .tuvieron como consecuencia en Vie-
también a esfuerzos a favor de una renovación de la lógica. El terreno pa- na, especialmente con el cambio de :=;iglo, que un número cada vez mayor
ra esos anhelos había sido allanado en Viena desde un lado muy distinto de pe~~9!:1?.~ __di~_<_:utiera fn~cu~nle y sostenidamente problemas más gene·
por Franz Brentano (desde 1874 hasta 1880 profesor de filosofía en la Fa- rales en :strecha conexión con las ciencias empíricas. Se traló sobre to-
cultad de Teología, y más larde catedrático en la Facultad de Filosofía). ~~·--~·ª--
pro_~_lem~-~-- .. ~pistef!1olóQicos y metodológicos de ·1a física, por
Como sacerdote católico, Brentano entendió la Escolástica; partió directa· e¡emp!o, el convencionalismo de Poincaré, la concepción de Duhem sobre
mente de la lógica Escolástica y de los intentos de Leibniz para reformar el objetivo y la estructura de las teorías físicas (su traductor fue el vienés
la lógica, mientras dejaba a un lado a Kant y a los filósofos de sistemas Friedrich Adler, seguidor de Mach, en esa época Pn'vadotzent de físíca en
idealistas. Una y aira vez, se manifestaba claramente la comprensión de Zürich); también se discutieron, entre otras, cuesliones acerca de los fun-
Brenlano y sus discípulos por hombres como Bolzano ( Wissenchaftslehre, d~mentos de las matemáticas, problemas de axiomáti~a, de logística y si-
1837} y otros que se esforzaban en una nueva fundamentación rigurosa m1la~es. Las líneas de la historia de la ciencia y !a filosofía que se
de !a lógica. En.-iarticular A!oís Hófler(1853-1922} hizo destacar este lado reun_ieron aquí especialmente fueron las siguientes; son caracterizadas a
de la filosofía de Brentano an!e un foro en el cual, a trávés de la influen· traves de aquellos de sus representantes cuya obras fueron principalmen-
cia de Mach' y Boltzmann, los adherentes a la concepción científica del te leídas y discutidas aquí.
• JO~
REOf!
198
Asocíacíón Emsr Mach La concepción cien/ifica def mundo: el C(rculo de Viena
1. Positivismo y empirismo: Hume, la Ilustración, Comte, Mill, Rich. con'la concepción científica del mundo de lo que pudiera parecer a pri-
Avenarius, Mach. mera vista desde un punto de consideración puramente teórico. Así
2. Fundamentos, objetivos y métodos de la ciencia empírica (hipótesis muestran, por ejemplo, los esluerzos hacia una nueva organización de
en física, geometría, etc.): Helmholtz, Riemann, Mach, Poincaré, Enriques, las relaciones económicas y sociales, hacia la uníón de la humanidad,
Ouhem, Boltzmann, Einstein. hacia la renovación de la escuela y la educación, una.,.conexión interna
3. Logística y su aplicación a la realidad: Leibniz, Peana, Frege, con la concepción científica del mundo; se mueslra que estos esfuerzos
Schr6der, Ausse\l, Whilehead, Wittgenstein. son afirmados y vistos con simpatía por los miembros del Círculo, por
4. Axiomática: Pasch, Peano, Vailati, Pieri, Hilbert. algunos también activamente promovidos.
5. fiedonismo y socfología positivista: Epicuro, Hume, Bentham, Ml!I, El Círculo _de Viena no se contenta con desarrollar el trabajo co-
Comte, Feuerbach, Marx, Spencer, Müller-Lyer, Popper-Lynkeus, Car1 Menger lectivo como grupo cerrado. Se esfuerza también por ponerse en con-
(padre). tacto con l_os movimientos vivos del presenle amistosamente
dispuestos hacia la concepción cientilica del mundo y se apartan de la
metaf!::c~ y de la teologla ~a As()~i~ción Ernst M~fh es hoy el lugar
2. El Clrrnlo en tomo a Schlick desde el cual el Círculo se dirige a urípü61íéb'más amplio. Esta ÁSá-
cia?i~~-_dt3sea_. -Cótno·está establecido en su programa, ~promover y di~
En 1922_ fue llarnad_(l _M_o_ritz Schlick de Kiel a Viena. Sus actividades enca-
;r
jaba~--bien en dE!Sár¡ol!~ histórico de la atmósfera científica vienesa. Sien-
'·ª
semi~ar_ c,onc~p~_i6-n_ científica del mundo. Organizará con.ferencias y
public~~!ones a.cérea de la posición actual de la concepción cienlífica
do él mismo originalmente fí~if.o, despertó a una nueva vida la tradición que del mundo de forma tal que se muestrE\.!~__ ,!f!}p~r_ta.n,q_ia que tiene la in-
habían empezado Mach y Boltzmann y que en algún sentido había continua- vestiga~ión exacta para las ciencias soci81es y para las ciencias natu-
do Ado!f St6hr, quien era también de inclinación anti-metafísica. (Estuvieron rales. Así se formarían herramientas intelectuales del empirismo
sucesivamente en Viena: Mach, Boltzmann, Stohr, Schlick; en Praga: Mach, moQ.emo, herramientas que se necesitan también en la estructuración
Einstein, Ph. Frank.) de la vida pública y privada". Mediante la elección de su nombre, la
Con el transcurso de los años se formó en torno a Sch!ick un Cír- Asociación desea describir su orientación básica:.ciencia libre de me-·
culo cuyos miembros unieron distintos esfuerzos en la dirección de una tafísíca. Esto no significa, sin embargo, que la AsoCiación declara su
concepción cientffica del mundo. A través de esta concentración se pro- acuerdo programático con las doctrinas índividuales de Mach. El Cir-
duio una fructífera eslimulación mutua. Los miembros del Círculo son culo de Viena cree que al colaborar con la Asociación Ernst Mach sa-
nombrados en la blbliografla (p. 33 [p. 1261), en la medida en que exis- tisface una exigencia actual: tenemos que dar forma a herramientas
ten publicaciones suyas. Ninguno de ellos es de tos así llamados filóso- intelectuales para la vida diaria, para la vida diaria del académico, pe-
fos ''puro", sino que todos han trabajado en algún ámbito científico ro también para la vida diaria de todos aquellos que de alguna mane-
particular. Ellos provienen, más precisamente, de diferentes ramas de ra colaboran con la estructuración consciente de la vida. La vilalidad
la ciencia y originalmente de distintas posicion,,es filosóficas. Con el visible en los esfuerzos por una reeslructuración racional del orden so-
transcurso de los años, sin embargo, apareció una·creciente unidad; es- cial Y económico atraviesa también al movimiento de la concepción
to también fue el efecto de la orientación específicamente científica: "lo científica del mundo. Corresponde a la situación aclual de Viena que,
que se puede decir {en lo absoluto], se puede decir claramente" (Witt- cuando se fundó la Asociación Ernst Mach en noviembre de 1928, fue-
genstein); en las diferencias de opinión es finalmente posible, y de allí ra elegido Schlick como presidente, en torno al cual se habla concen-
que se exija, un acuerdo. Se mostró cada vez más patente que el obje- trado de modo más fuerte el trabajo común en el área de la concepción
tivo comUn de todos ellos era no solamente lograr una posición libre de científica del mundo.
metafisica, sino también anti-metafísica. También se reconoce un Schlick y Ph. Frank editan conjuntamente la coiección Schriften zur
acuerdo notable en las cuestiones de la vida, aun cuando estos asun- wissenschattlichen Wf;!ltauffassung (EscnJos sobre la concepción científi-
tos no esluvieron en el primer plano de los temas distulidos dentro del ca del mundo), en el cual están representados hasta ahora de manera pre-
Círculo. No bbstante, esas actitudes tienen una afinidad más estrecha ponderante miembros del Circulo de Viena.
110 •
REDES • 111
REDE!
Asocfación Emst Mach La concepción cienUfica del mu)ido: el Círculo de Viena
199
ll. La concepción científica del mundo ~~-~--~i~pl_ ':~--~QQf~___!q__qªgq _empíric'?mente. Los otros enunciados, a los
cuales pertenecen aquellos mencionados anteriormente, se revelan a sí
La concepción científica del mundo no se ~º-ªf--ª~!_eriza lanto por sus tesis mismos como completamente vacíos de significado si uno los toma de la
propias. como más .bien _por___~~-P.CJ:~!sJ(>f!._tJ?§iG.a.,_ 1o·s-p_unt_os de __ vista, __1~--~1- manera como los piensa el metafísico. Por supuesto que se puede a me-
rección de la in_v_eslig~ción. Como óbjetivÜ_)Hi propone -¡a
dencig_J.J.(l{ff(;ªda. nudo reinterpretarfos como enunclados empíricos, pero en ese caso ellos
E! esfuerzo ~-s 'a:u~-ar y armonizar losToQros de los investigadores indivi- pierden el contenido emotivo que es generalmente esencial para el meta-
duales en los distinlos ámbilos de la ciencia. De esa aspiración se sigue físico. El metafísic?_Z. el _!~91990 creen, incomprendiéndose a sí mismos,
el énf_él_?i~_ e~_ el. tra~ajo _éolt1ctíV(J_;_ de allf también la acentuación de lo apre- afirmar algo con sus oraciones, representar un estado de cosas. Sín em-
hellsible infersUb¡eti~á-rñente: de am surge la blisqueda de un sistema de bargo, el análisis muestra que estas orac_iones _no_ dicen nada, sino que só-
fórmulas neutral, de un simbolismo liberado de la escoria de los lenguajes lo san expresión de cierta sentimi~_nto sobre vida. La expresión de tal
históricamente dados; y de allí también, la b\Jsqueda de un sistema total sentimiento seguramente puede ser una tarea importante en la vida. Pero
de conceptos. Se persiguen la limpieza y la claridad, rechazando las dis- el medio adecuado de expresión para ello es el arte, por ejemplo, la lírica
tancias oscuras y las profundidades inescrutables. En la ciencia no hay o la música. Si en lugar de ello se escoge la apariencia lingüística de una
'"profundidades", hay superflcíe en todas partes: tOdcna--experirrrenrable teoría, se corre un peligro: se simula un contenido teórico donde no radi-
forma una red complicada no siempre apreheñsib!e en, su tataH?ad, sino ca ninguno. Si un metafísico o un teólogo desea retener el ropaje habilual
que a menudo sólo comprensible por partes. Todo es acce~ible al horri~re del lenguaje, entonces él mismo debe darse cuenla y reconocer claramen-
y e! hombre es la medida de todas las cosas. Aqui se muestra afinidad con te que no proporciona ninguna representación, sino una expresión, no pro-
los Sofistas no con los Platónicas, con los Epicúreos no con los Pitagóri- porciona teoría ni comunica un conocimiento, sino poesía o mito. Si un
cos, con todos aquellos que aceptan el ser terrenal y el aquí y el ahora. místico afirma tener experiencias que están sobre o más allá de todos los
Para la concepcíón c\enlílica del mundo no__h_~Y_ e_nf2,n~s insofubfes. La conceptos, esto no se lo puede discutir. Pero él no puede hablar sobre
clarificación cta !os problemas filosóficos tf8'diciOña1eS -íli:J!;-··canduce, en ello; pues hablar significa capturar en conceptos, reducir a componentes
parte, a desenmascararlos como pseudo-problemas y, en parte, a trans- de hechos científicamente clasificab!es.
formarlos en problemas empíricos y de allí a someterlos al juicio de la cien- De parte de la concepción científica del mundo se rechaza la filosofía
cia de la experiencia. En esla clarificación de problemas y enunciados metafísica. ¿Cómo, sin embargo, se explican los extravíos de la metafísica?
consiste la tarea del trabajQ _filosófico y no en el planteamiento de enunciados Esta pregunta puede plantearse desde varios puntos de vista, referidos a la
"filosóficos" propios. El método)s el del ~n~lí5.isJógica, de él dice Russell ([7], psicología, la sociología, la lógica. Las lnvesligaciones en la dirección psico-
p. 2 y s.): ~se originó !e"r\füñieri'te en'cór,9x'ión-con·las·investigaciones críticas lógica se encuentran todavía en una etapa inicial; propuestas para una ex-
de los malemállcos. Seglin mi opinión radica aqul un progreso similar al que plicación más penetrante se presentan quizás en las investigaciones del
produjera GaHteo en la física: resultados individuales comprobables susti- psicoanálisis freudiano. Lo mismo ocurre con las investlgaclones socio!ógi-
tuyen a afirmaciones lncomprobables sobre la lotalidad, susceptibles de cas; podemos mencionar la teoría de la "su_pe_restruc_tura_ !deqló_gic;a". Aqui e!
campo permanece abierto a una lnvestigadón poslerior que vale la pena
.
ser obtenidas sólo mediante la fuerza de la imaginación".
1 ;~~~~~~'.as::~t:~~f¡~,
pirism~:t~ ::'.~~t::::~:r~á1 ~~;i:~~: ~:: 1
•
112 l[Ofl • 113
RED¡¡
mente a una concepción "cosista" de los conceptos funcionales (hipósta- ción un Upo de conocimiento de valor más elevado y profundo, que puede
sis, sustancialización). Se pueden proporcionar innumerables ej 1los si- 200 conduci. , más allá de los contenidos de la experiencia sensible y que
l
milares de extravíos mediante el lenguaje que han sido igualmente fatales no debe estar unido mediante fuertes cadenas al pensamiento conceptual.
para la filosofía. Hemos caract9,ri_Z_i:\dp 11:3 _c;cmce ción científica B_el ,m_undo_ e_n__lo__ fun-
El Sf!9l:1Dc:19__ ~_rr_9r __ bási_c_q _d!::tl.~ ___rne_t_ctfí~ica _c__c~nsisle en __la conc~P,C_i_ón damental meCfüinre-- aos·
ra5g'os. {Primero:,·_ es emp~~l\~-~-x_P-;;_;úJ~iSi~:
-hay
de que -e, pensar puede llevarnos a conocimien10s por si mismo sin utm- en
s_ólo_ co_n(?"<::.i.r!:ll~.nt~,_Q.'?__ 1_~ e~p_e_r!e_flci_c3_ gl:'e ~e basa lo dad_o _inm_~ªÍ~ta-
zación de algún material de ía experiencia, o bién ál hienas puede llegar ment"S'." C,911,,esto se establ8ce' 1a d61Tia'rCació~ del contenidÜ cienlific0-1e-
a nuevos con18hid6s a partir de_ un e.stado de _cosas _dad_o. Pero la investi- fü!!úió- {$.~g~~-r~~~J?'ª!ºB"füé_ñ,JH!~_fdé"I ·muncto·· s~·: d-iSiingue por 1a
gación lógica lleva al resultado de que toda inferencia no consiste en nin- aplicaciónde ~n .método deterr'1inado, a saber, el del ~aálisis lógico La
guna otra cosa que el paso unas oraciones a otras, que no conlienen nada aspir~ció_~ d_~l __ tr~b¡:ijo, científico r_adi_~a. en a,lc_a_n__zar _~l. ol;lj~_liv_o_ de_ la tienH
que no haya estado ya en aquéllas. No es por lo tanto posible desarrollar da i.uiifi6-~(fa po_r _r;n_edio de_ la ap!i~~ci()n de e~_e análisis lf)_gico _al material
una metafísica a partir del pensar puro. effipírlto: Debido a que el significado de toda enunciado cien1ífica debe
De esta manera, a través 9JtL~n<\.1.ls_i$,JQ_g,jgp~Jl9 .. ~,!:IP~r~__ no _s_ól_o a_ 1~ ser establecido por la reducción a un enunciado sobre lo dado, de igual
meta_física _en _el sentido p;~pf~_',~
ciás_ico_ del_ término,_en esP,ecial a _iá:inetá~ modo, e_l _s_iQ_nifica_ct,~ _?e__ t_~d_o c,~;mi:;ep~o. ~injmpo_rtar a_qu~,rama de !a cienH
tfSic3 esc?h~Stica__ y _a _l_a_ de t_o~·._sistsmaS_ del_ idealismo _ alemán_, sino_ tam- c_ia __P~rt8né~_c_a, debe_-s_e~ __dete_ rmina¡jo_ p_or_ lJºª _re~_u_c_ción paso a paso a
bién a la met3físié.i esconaidci del apriórismo kantiano y moderno. La '?lroS _c?n_Cep_t_?.5-.•_ iíiiSta 'ilégaÍ a ·¡o~--~~nc~ptos de_f1ivel ffiás bajÜ que se
~oñCépciÓÍl denÍiÍica "dei "mun_d,(} ,.ri_O _feé_C>,rící_c_e_ ry.!_ng_~--~ C()n,()_cin,;lf;n_to !~c,a,i:1- refieren a·to d8.do. Si tal análisis fuera llevado a cabo para todos los con-
di_C,i_ó_fl_~l-í!1_~nte ·v~1_idO" d8fiVádo ?e la razón_ pura_ ni ning_ún _"j~icio.§i!ltélic,~ _a ce~tt5"S;"··st!"tH3.ff08 este.modo ordenados en un sistema de reducción, un
prioÍi;-'_?ó_rfl_o iO_s qu:e s_e __e_n_~uell'íran en la_~él-~~}J~.J~ ep_i?tEft.f.T191o_g_í!3 k_an;ta- '"sistema de constitución~. Las ift'.~~,lig~c_i_o_n_es__o_ri_e_nt<1-(1~s al ot}j_e_t_lvo df:!
na y Búíi"niAS 00 'lóda ·oñ\oto_Q.ía y m_e,tafisica pre y p_ost-~_~nti_~r:',ª: -~os jui- tal sistema de consti_lución, }~ "_te_~_riá~d8 )~: /;q15__f¡_iUCiJri.;,,_ forma_n, ~-ª-~
~,ste
ci()S de ia arl_tnié,!ica: de la_ ge~metr_í_a _Y ci_~rto_~__ pr_i_':?.i_pios -~ª
la_ H_s_ic~,_ que ~J
modo, el mar~?- e_n.. _su_~!_ es_ ap11s_a_df!_,éí_ an~lisis ló_gico por la cor1cep_ci_ón
K~nttom¿-com-o ~e¡emp1os d0 COñOcim-iéntO a priorf,··se discutifán luego. científita del ,ífi_.undo., __La rea!izacíón de lales investigaciones muestra muy
Predsarhenl13 en el ·reCháib- dé la posibilidad de conocimiento si_ntético a pronto que 1~,~i~~.,}~:!\.~,~Pl.~fü-:q.:~.s,~_glá$liGa..e,s ..c_omp!e.tq,r,o_ente. in_sul.lcien-
priori consiste la tesis básica del empirismo moderno. La C~':9,~PS~ó~ ~jer:i- te P.ªLí:i.. ª?~, 111eta. Recién en la moderna lógica si_mb(?li_c,a __{"{ogis_t_icf) se
tifica del mundo sólo reconoce oraciones de la experiencia sobre objetos logran obtener la precisión requerida de las definiciones de concep1os y
de todo tipó, y oraciónes anaHiiCas de la . t'óQica y'de la matemática. _ enunciados, y formalizar el proceso de inferencia ínluitlvo del pensamien-
· LoS ·Páítidarios de la concepción científica del mundo están de to ordinario, esto es, ponerlo en una lorma rigurosa, controlada automá-
acuerdo en el rechazo de la metafísica manifiesta o de aquella escondida ticamente mediante el mecanismo de signos. _La,~j_r:iy~_sti~aciones en la
del apriorismo. Pero más allá de esto, el Cju;~lQ.,,,g._.~~.YLe.~,~-~-~-~~!i~!l~.J<;tsgn- teoría de la constitución mues_tran_ que lo_s._ponce_pJos de laS exper_ien_cías
cepción de que _todos _los enunciadqs__ q_el rea_/ism,9Jcr_íJico)_y del_ idealismo y cualidades de la psiqui_s pr_?_pia pertene_cen ~ _los e_stré31Ds más_ bajos del
sobre la realidád o irrealidad del mundo exterior y de las mentes ajenas sist:r,na __de c?n_~_Hlució_~;_ sob_re _el_l~S __s_0 -~epo_siÍa_rl--los _ obíetos _f_isicos· a
partir 'd0 éSio_~-- s_e, q~ns1!1uYe_n, las___ ~entes ajenas .y por.--ÚHim_o los_ o_b¡e;os
__-?_e ca_r~c_t~_r_ -~~t_,3_fí_sic()_,__pues _ellos es_lán Sljjetos'_a_ h1S ITiiSinás gbj~ci()_:
n·e·s que· fo~i eñunéiád?S_ d~_ 1á antigU'a metafís_ic_a: r:io_.tie_neíl sentictg_ pqr.que,__ de las ciencias sociales. El ordenamiento de los conceptos de las distin-
tas ramas de la cienciá en el sistema de conslitución es hoy ya reconoci-
02,, ~on v*e rif iq.19.~--~:."_,iQ, _s_~ J.!ti §Jl~D --ª--,!_?,?, ,c.Qg!.§_,__
'4}QQ.. f!-S_ é_"f~ª( f3.fJ }t1 __rr¡ef:JJ.Qa
en que se incorpora a fa es_tructura to_tal eje_ la experjenci?. ble a grandes rasgos, aunque para llevarlo a cabo en detalle todavía
La intuicióri, que es especialmente enfalizada por los·metafísicos co-- queda mucho por hacer. Con la demostración y el señalamiento de la for-
mo fuente de conocimiento, no es rechazada como tal por la concepción ma del sistema total de !os conceptos, se reconoce al mismo tiempo la re-
científica del mundo. Sin embargo, se aspira a, y exige de, todo conoci~ ferencia de todos los enunciados a lo dado y, con· ello, la forma de
miento intuitivo, una posterior justificación racional, paso a paso. Al que construcción de la cier¡cia unificada.
busca le están permitidos todos !os medios; lo encolltrado, sin embargo, En la _descripdón .d~_nlffic,a !56!9_ Rllecje _i_n_gre__séu l_a eslnJ_c_tu_rr¿. (f_orma
debe resistir la contrastación. Se rechaza la concepción que ve en la intui-
de orct;;,rae·Tos·o5¡etOS';'º~Q· ;~- :,;;·;,~~¡~·:: L'~'
,_ .... _.,,,
·¡;s h~~·breS
q·u~,·~~~ a . ' en el
lgngu8Je_:o,n, fón11ulas de es_lrtfclur,3; en ellas se_representa, po_r ~í f111smo, bién -las superaba en riqueza y aplicabilidad práctica. A partir de
este siste-
e1CCfrl18f11dO del conocimienlo que eS comú~- a los hOlllbres. las cuálida- ma lógico derivaron los conceptos de la aritmética y del dando de
des experimenladas subjelivamente -leí rojo, el placer- son, como lales, ese modo a la matemática un fundamento seguro en la lógica.
sólo vivencias, nq conocimienlo; en ,a óptica física· sólo ingresa lo que es Sin embargo, ciertas dificultades se mantuvieron en este intento de
básicamente comprensible también para el ciego. superar la crisis de fundamentos de la aritmética (y de !a teoría de conjun-
L tos) que hasta hoy todavía no se ha encontrado una solución satisfactoria
definitiva, En la actualidad tres posiciones se oponen en este ámbito: jun-
lll. Ámbitos de problemas to al "fogicismd' de Russell y Whitehead está el "formalismd' de Hllbert
que concibe a la aritmética como un juego de fórmulas con reglas de!er~
minadas, y el "intuician;smd' de Brouwer, según el cual los conocimientos
1. Fundamentos de aritmética aritméticos se basan en una intuición no ulteriormente reducible de la dua-
lidad y la unidad. Los debates entre estas tres posiciones se siguen con e!
En los escritos y discusiones del Círculo de Viena se tratan muchos pro- mayor interés en el Círculo de Viena. No puede predecirse todavía hacia
blemas diferentes que surgen de !as distir1las ramas de la ciencia. Se pre- dónde llevará finalmente la decisión; en todo caso aquí también radicará
tenden poner las distintas orientaciones de problemas en una unión al mismo tiempo una decisión sobre la construcción de la lógica; de allí la
sis!emálica para clarificar de este modo la situación de !os problemas. importancia de este problema para la concepción científica del mundo. Al-
los problemas de fundamentos de la arilmética han llegado a adquirir gunos tienen la opinión de que estas tres posiciones no se encuentran tan
especial Importancia histórica para el desarrollo de la concepción científica aleíadas como parece. Ellos suponen en definitiva que rasgas esenciales
del mundo, ya que son los que han dado impulso al desarrollo de una nue- de las tres se acercarán más en el curso del desarrollo futuro y, probable-
va lógica. Después del desarrollo extraordinariamente fructífero de la mate- mente usando las enormemente impactantes ideas de Wittgenstein, esta-
mática en los siglos XVIII y XIX, durante los cuales se prestó más atención rán unidas en la solución fina!. La concepción del carácter tautológico de
a la riqueza de nuevos resultados que a una cuidadosa revisión de los fun- la matemática, que está basada en las investigaciones de Russell y Witt-
damentos conceptuales, esta revisión se mostró inevitable, si la matemática genstein, es sostenida también por el Círculo de Viena. Debe destacarse
no quería perder la siempre celebrada seguridad de su estructura. Esta re- que esta concepción se opone no sólo al apriorismo e intuicionismo, sino
visión llegó aún a ser más urgente cuando aparecieron ciertas contradiccio- también al empirismo más antiguo (por ejemplo, el de Mili), que quería de-
nes, las ~paradojas de la teoría de conjuntos". Se debió reconocer pronto rivar la matemática y la lógica de una manera inductiva-experimental
que no se trataba solamente de algunas dificultades en un ámbito especial Relacionadas con los problemas de la aritmética y la lógica se en·
de la matemática. sino de contradicciones lógicas generales, "antinomias", cuentran también investigaciones con respecto a la naturaleza del método
que indicaban errores esenciales en los fundamentos de la lógica tradicio- axfomatico en general (conceptos de completitud, independencia, mono-
nal. La tarea de eliminar estas contradicciones dio un impulso especialmen- morfismo, no~ambigüedad, etc.}, así como también sobre el eslab!eci-
te fuerte al desarrollo ulterior de la lógica. Aquí los esfuerzos en pos de una miento de sistemas de axiomas para detenninados ámbitos matemáticos
claáficación del concepto de número se encontraron con aquellos a favor de
una reforma interna de la lógica. Desde Leibniz y Lambert se había mante-
nido vivo el pensamiento de dominar la realidad mediante una mayor preci~ 2. Fundamentos de fisica
sión de los conceptos y de los procedimientos de inferencia y de alcanzar
esta precisión por medio de un simbolismo construido según el modelo de Originalmente el interés más fuerte del Círculo de Viena fue de los pre,
la matemática. Después de Boo!e, Venn y otros, Frege (1884), Schr6der blemas del método de la ciencia de la realidad. Inspirado por ideas dr·
(1890) y Peana (1895), han trabajado especialmente en esta larea. Sobre la Mach, Poincaré y Ouhem, se discutieron los problemas del dominio de la
base de estospsfuerzos preparatorios Whitehead y Rusself ( 191 O) pudieron realidad a través de si~temas científicos, especialmente por medio de sis-
establecer un sistema coherente de lógica en forma simbólica (logística}, temas de hipótesis y de axiomas. Un sistema de axiomas completamen-
que no sóló evitaba las contradicciones de la lógica antigua, sino que lam- te libre de toda implicación empírica puede, a! comienzo, ser cons·iderado
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202
Asociación Emst Mach La concepción cien!ifica del mundo: el Círculo de Viena
como un sistema de definiciones implícitas; con ello se piensa lo siguien- ciencia de los meramenle convencionales, el conlenido de los enunciados
te: los conceptos que aparecen en los axiomas son determinados o, en de la definición. No queda más lugar para un juicio sintético a priorL Que el
cierto modo, definidos no por su contenido, sino sólo por sus mutuas re- conocimienlo del mundo es posible no se basa en que la razón humana im-
laciones a través de los axiomas. Tal sistema de axiomas adquiere un sig- ponga una forma al material, sino en que el material está ordenado de una
nificado para la realidad sólo mediante el añadido de definiciones manera determinada. Sobre el tipo y el grado de ese ord~n no se pueden
adicionales, a saber, las "definiciones coordinativas", a través de las cua- saber nada de antemano. El mundo podría estar ordenado de una manera
les se establece qué objetos de la realidad deberfan ser considerados c9-
• mucho más fuerte de lo que lo está; pero también podría estar de un modo
mo miembros del sistema de axiomas. El desarrollo de la ciencia empírica mucho menos ordenado sin que se perdiera su cognoscibilidad. Sólo la in-
que pretende representar la realidad con una red de conceptos y juicios vestigación progresiva de la ciencia de la experiencia nos puede enseñar en
que sea lo más uniforme y simple posible, puede ahora preceder, como qué grado el mundo es conforme a leyes. S.!__métoda.da.la inducción, la in-
lo muestra la historia, de dos maneras. Los cambios requeridos por nue- ferencia del ayer al_ mañana, del aquí al allí,.es, por .supuesto, sólo válido si
vas experiencias pueden hacerse ya sea en los axiomas o en las defini- ~?t;i_Si~~~6El legalidad. Pero este método no descansa en alguna presuposi-
ciones coordinativas. Aquí tocamos el problema de las convenciones ~ión a priori de esta legalidad. Puede ser aplicado en lodos los casos en que
especialmente tratado por Poincaré. conduce a resultados lructíferos,
El problema metodológico de la aplicación de los sistemas de axio- certgé_! f.lD. ot<;>rga n~nca. Sin embargo, la reflexión epistemológi-
mas a la realidad puede surgir en principio en cualquier rama de la cien- ca exige que a una i!'.t!.erencia inductiva se le debe dar significación só!o en
cia. Que las investigaciones hasta ahora hayan sido fructíferas casi lª-.m.~ºi_dij en que ésta Puede.ser contrastada empír!camente. La concepción
exclusivamente para la física, puede entenderse por el estadio actual del científica del mundo no condenará el éxito de un lrabajo de investigación por
desarrollo histórico de la ciencia, pues la física está bastante más adelan- el solo hecho de haber sido obtenido por medios que son inadecuados, ló-
tada que otras ramas de la ciencia en relación con la precisión y refina- gicamente poco claros o insuficientemente fundados empíricamente, pero
miento en la formación de conceptos. se esforzará y exigirá siempre la contrastación con medios auxiliares clarifi-
El análisis epistemológico de los conceptos fundamentales de la cados, a saber, la reducción mediata o inmediata a lo vivenciado.
ciencia natural ha liberado a estos conceptos cada vez más de elementos
metafísicos que estaban estrechamente vinculados a ellos desde tiempos
remotos. En particular a través de Helmholtz, Mach, Einstein y otros es 3. Fundamentos de geometría
que han sido purificados los conceptos de: espacio, tiempo, sustancía,
causalidad y probabilidad. Las doctrinas del espacio absoluto y del tiempo Entre los fundamentos de la física, el problema del espacio físico ha ad-
absoluto han sido superadas por la teoria de la relatividad; espacio y tiem- quirido especial significado en las últimas décadas. Las investigaciones
po no son más receptáculos absolutos, sino sólo ordenadores de los pro- de Gauss (1816), Bolyai (1823), Lobatchevski (1835) y otros, conduje-
cesos elementales. La sustancia malerial ha sido disuelta por la teoría ron a la geometrfa no-euclídea, a advertir que el hasta ahora dominan-
atómica y la teoría de campos. La causalidad ha sido despojada del carác- te en soledad sistema geométrico clásico de Euclides era sólo uno de
ter antropomórfico de u,inl!uencia" o "conexión necesaria" y se ha reducido un conjunto infinito de sistemas con igualdad de derechos lógicos. Es-
a una relación enlre condiciones, a una coordinación funcional. Además, to hizo surgir la pregunta sobre cuál de esas geometrías era la del es-
en lugar de algunas leyes de la naturaleza sostenidas estrictamenle, han pacio real. Gauss ya había deseado decidir esta cueslión mediante la
aparecido leyes esladíslicas e incluso se extiende en conexión con la tea· medición de la suma de los ángulos de un lriángulo grande. Esto con-
ría cuántica !a duda de la aplicabilidad del concepto de legalidad causal vertía a la geometría tísica en una ciencia empiríca, en una rama de la
estricta a los fenómenos de las más pequeñas regiones espaciotempora· física. Posteriormente los problemas fueron más estudiados particular-
les. El concepto de probabilidad es reducido al concepto empíricamente mente por Riemann {1868), Helmhollz (1868) y Poincaré (1904). Poin-
aprehénsible de frecuencia relativa. caré enfatizó especialmente el vínculo de la geometría física con todas
Por medio de la aplicación del método axiomático a los problemas las otras ramas dala física: la pregunta concerniente a la naturaleza del
nombrados,· se separan por todas partes los componentes empíricos de la espacio real puede ser respondida sólo en relación con un sislema to-
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REDES ) )~
Asocí;icf,_ln Emst 1\1,;t.ch La concepción cientifica del mundd.- el Círculo de Viena
203
la! de la física. Einstein encontró entonces tal sistema lolal que contes- 1/os ámbitos que ya han alcanzado una mayor precisión con~eptual: en el
tó esta pregunta en favor de un determinado sistema no-euclideo. ámbito de la física más clara que en el de la psicología. Las formas lingüís-
A través del mencionado desarrollo la geometría física !legó a sepa- ticas con las que todavía hoy hablamos sobre el ámbito de los psíquico
rarse c:1da vez más de la geometría matemáUca pura. Esta última se for- fueron formadas en la antigüedad sobre la base de ciertas ideas metafísi-
malizó gradualmente cada vez más por medio del desarrollo ulterior del cas sobre el alma. La formación de conceptos en el ámbito de la psicolo-
análisis lógico. Primero fue ari!melizada, esto es, interpretada como teoría gía se dificulta sabre lado por estas deficiencias del lenguaje: carga
de un ~eterminado sistema de números. Luego fue axiomatizada, esto es, metafísica e incongruencia lógica. Además hay ciertas dificultades fácti-
represenlada por medio de un sistema de axiomas que concibe los ele- cas. E! resultado es que hasla aqui la memoria de !os conceptos usados
mentos geomé!ricos (puntos, ele.) como objetos indeterminados, y que fi- en la psicología están definidos inadecuadamente; de algunos, na se es-
ja únicamente sus relaciones mutuas. Y, finalmente, la geometría fue lá seguro si poseen significado o si sólo lo aparentan tener par el uso del
logizada. a saber, representada como una leoría de determinadas estruc- lenguaje. De este modo, en este ámbito queda lodavía casi lodo por ha~
turas relacionales. Oe este modo la geometría se convirtió en el ámbito cer para el análisis epistemológico; claro eslá que este análisis es aquí
más importante de aplicación del método axiomático y de la teoría gene~ también más difícil que en el ámbito de lo físico. E! intento de la psicolo-
ral de lr1s relaciones. Oe esta manera, el!a dio el impulso más fuerte al de~ gía conductista de aprehender lodo lo psíquico por media de la conducta
sano!lo de estos dos métodos, los que entonces llegaron a ser tan de los cuerpos, en lo que se encuentra así a un nivel accesible a la per~
significalivos para el desarrollo de la lógica misma y con ello, nuevamen- cepcíón es, en su actitud fundamental, cercana a la concepción científica
del mundo.
te y en general, p,;1ra la concepción científica del mundo.
Las relaciones entre la geometría matemática y la geometría física
condujeron naturalmente al problema de la aplicación de los sislemas de
axiomas .a la realidad que, corno se mencionó, jugó un gran papel en las 5. Fundamentos de ciencias sociales
investigaciones más generales sobre fas fundamentos de la física.
Toda rama de la ciencia, como hemos considerado especialmente en fí-
sica Y la matemática, es llevada tarde o temprano en su desarrollo a la ne-
cesidad de una revisión epistemológica de sus fundamentas, a un análisis
4. Problemas de jimdammtos de biología y psicología
lógico de sus conceptos. Así también ocurre con los ámbitos de la ciencia
La biologla ha sido siempre distinguida can la predilección de los metafí- socio_t~9ic;é)__! __ ~~- _prim_er lu~ar____l_a___historia_ y la economía política. Ya des.el€
sicos. considerándola como un ámbito especial. Esto se manifestó en la
hace alrededor ae·c¡en ariOs está en rriarCha en estos ámbitos un proce-
so de eliminación de vestigios metafísicos. Por supuesto, la purificación
doctrina -de una fuerza vital especia!: la teoría del vitalismo. En lugar de
aquí no ha alcanzado todavía el mismo grado que en la fisica; por otro la-
fuerza vital !enemas "dominantes" (Reinke, 1899) o "entelequias" (Oriesch,
do, sin embargo, es quizás aquí menos urgenle. Parece que aun en el pe-
1905). Debido a que estos canceplos no satisfacen el requisito de reduci-
ríodo de máximo desarrollo de la metafísica y de la teología, la influencia
bi!idad a la dado, la concepción científica del mundo las rechaza por me-
metafísica no fue particularmente fuerte aquí, debido quizás a que los con-
tafisicas. Lo misma ocurre con el llamada "psicOvilalismo", que propone
ceptos en este ámbito, tales como guerra y paz, importación y exportación,
una intervención del alma, un "rol rector de la espiritual en lo material". Sin
están más cerca de la percepción directa que conceplos como átomo y
embargo, si se e:-:trae de este vitalismo metafísico el núcleo empíricamen-
éter. No es muy difícil abandonar conceptos tales como "espirilu del pue-
te aprehensib!e, at!í permanece la lesis de que los procesos de naturale-
blo" Y en vez da ellos elegir grupos de individuos de un tipo determinado
za orgánica proceden de acuerdo con leyes que no pueden ser reducidas
como ~bjelo. Ouesnay, Adam Smilh, Ricardo, COmié, ~arx, Menger, Wal-
a leyes físicas. Un análisis más preciso muestra que esa tesis es equiva-
ras, Muller-Lyer, para mencionar invesligador~s·-ae Ia5 más diversas ten-
lente a fa aseveración de que ciertos ámbitos de la realidad no eslán su-
dencias, han trabaja.do en el sentido de la posición empirista y
jetos a una legalidad unitaria y abarcativa.
antimetafísica. El objeto de la historia y de la economía política son las
Es compreQsible que la concepción científica del mundo pueda mos-
personas, las cosas y ·su ordenamiento.
trar una comprobación más definitiva para sus opiniones básicas en aque-
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Asociación Emst Mach
La concepción clen/ífica del mundo: el Círculo de Viena
IV. Retrospectiva y prospectiva ceptos, oraciones y métodos científicos nos !ibera de prejuicios inhibidores.
El análisis lógico y epislemológico no desea poner reslricciones a la inves~
La moderna concepción científica del mundo se ha desarrollado trabajan- tigaci.ón c.ie~tí~c_a_,___P,°r el contra,rio: él le pone a dlsposidó~--un campo más
do sobre los problemas mencionados anteriormente. Hemos visto cómo c~ílí~lélo posi.bíe .de posibilidadeslormales, d.en.tro de la~ que ella escoge-
en la física el esfuerzo para conseguir resultados tangibles, al comienzo ra 1a _mas adac~ada para la experiencia correspondiente_ {,ejempl9: las geo-
con herramientas científicas inadecuadas o todavía insuficientemente cla- melnas º?.~-~-~_chdeas y la le_o_ria_d~- la_~elalividad).
rificadas, se vio forzado cada vez más fuertemente a investigaciones me- LOS" reJ)r8Séntanles de· la coflCepción científlca del mundo eslán re~
todológicas. Así se llegó al desarrollo del mé1odo de formación de suellamente de pie sobre el terreno de la simple experiencia humana.
hipótesis y luego al desarrollo del método axiomático y del análisis lógico; Confiadamente ponen manos a la obra en !a tarea de remover los escom-
con ello consiguió la formación de conceptos mayor claridad y fuerza. bros milenarios de la metafísica y de la teología. O, como algunos pien~
También el desarrollo de la investigación de fundamentos en la geometría san: se proponen volver, después de un interludío metafísico a una
física, en la geometrla matemática y la aritmética llevó, como hemos vis-
to, a los mismos problemas metodológícos. Los problemas de los cuales
imagen unificada de este mundo como la que en algún sentido ;a había
~stado en la base de las creencias mágicas, libres de la teo!ogia, de !os
los representantes de la concepción científica del mundo se ocupan en la tiempos primitivos.
actualidad preferentemente surgen principalmente de esas fuentes. Es . _El aumento de las inclinaciones metafísicas y teologizantes que se
comprensible que en el Círculo de Viena permanezca claramente recono- manifiesta hoy en muchas uniones y sectas, libros y revistas, en conver-
cible la proveniencia de los miembros individuales desde los diferentes saciones Y clases universitarias, parece estar basado en las feroces lu-
8mbilos de problemas. Esto a menudo resulta en diferencias en las direc- chas, sociales y económicas del presente: un grupo de combatientes,
ciones de interés y puntos de vista que, a su vez, conducen a diferencias aferrandose a formas sociales del pasado, también cultiva las posiciones
en las concepciones. Sin embargo, es característico que a través del es- de la metafísica y de la leologia heredadas, a menudo largamente supe-
fuerzo por obtener una formulación precisa, por aplicar un simbolismo y un r~das en el contenido; mientras que el airo grupo, vuelto hacia los nuevos
lenguaje lógico exacto, así como diferenciar claramente entre el contenido t1em~os, especialmente en Europa Central, rechaza esas posiciones y ha-
leórico de una tesis y sus nociones subalternas, disminuye la separación. ce pie en el suelo de la ciencia de la experiencia. Este desarrollo está ca~
Paso a paso, se incrementa el fondo de concepciones comunes, que for- nectado con el desarrollo del proceso moderno de la producción que está
man el núcleo de una concepción científica del mundo en la que se aso- lle?ando a ser cada vez más rigurosamenle mecanizado técnicamente y
cian las capas exteriores con una divergencia subjetiva más fuerte. deja cada vez menos espacio para las ideas metafisicas heredadas. Está
Mirando retrospectivamente, vemos ahora claramente cuál es la na- también conectado con la decepción de grandes masas de gente con res-
turaleza de fa nueva concepción científica del mundo en contraste con la fi- p~cto a la actitud de aquellos que predican doctrinas metafísicas y teoló-
losofia tradicional. No se exponen uoraciones filosóficas" propias, sino que gicas tradicionales. Asi, ocurre que en muchos países las masas rechazan
las oraciones sólo se clarifican; y en particular oraciones de la Ciencia em- ahora. esas doctrinas de manera mucho más consciente que antes, y en
pírica, como hemos visto en los distintos ámbitos de problemas anterior- con~~1ón con sus posiciones socialistas se inclinan hacia una concepción
mente expuestos. Algunos representantes de la concepción científica del e.~pmsta apegada a lo terrenal. En los tiempos má.s tempranos !a expre-
mundo no quieren, para enfatizar aún más fuertemente el contraste con la sron de. ~sla concepcíón era el materialismo; mientras tanto, sin embaÍgo,
filosofía de sistemas, utilizar más para su trabajo la palabra "filosofía" en lo el emp1~smo moderno se ha desprendido de formas insulicientes y ha
absoluto. Sin importar qué ténnino pueda ser usado para describir tales in- conseguido una forma sólida en la concepción cienttfica del mundo.
vestigaciones, hay algo que está de todos modos claro: no hay filosofía co- Así la concepción cienlílica del mundo se mantiene cercana a !a vida
mo ciencia básica o universal junto a o sobre los diferentes ámbitos de la c~n!emporánea. La amenazan seguramente duras luchas y hostilídades.
ciencia de la experiencia; no hay reino de las ideas que esté sobre o más s.,n em_bargo, hay muchos que no se desesperan sino que, en vista de la
allá de !a experiencia. Sin embargo, el trabajo de 1.as investigaciones "filo- s1tuac10~ ~ociológica actual, aguardan con esperanza la marcha de los
sóficasn o de ''fundamentosn en el sentido de la concepción científica del aconlec1m1entos por venir. Por supuesto que no todo adherente individual
mundo marttienen su importancia. Pues la clarificación lógica de los con- a la concepción clentifica del mundo será un luchador. Algunos, contentos
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Asoclaciñn Emsr M;ich
La concepción científica del mundO: el Círculo de Viena
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en su soledad. llevarán una vida retirada en las cimas de glaciales nieves c) Formalismo: Hilbert, Die Grundlagen der Mathematik, Abh. Math.
e!ernas de la lógica; algunos qoizás desdeñan incluso mezclarse con la Seminar, Hamburg, 1928.
masa y lamentan la inevitable "lrivia!izadón" resultante de la expansión. Sin Una presentacíón comparativa de las tres posiciones con indicaciones de-
embargo, sus logros también se incorporan al desarrollo histórico. Experi- talladas de bibliografía da: Fraenkel, Einleitung in die Mengenlehre, 1928.
mentamos cómo el espfrilu de la concepción científica del mundo penetra
en creciente medida en las formas de vida pública y privada, en la ense- Fundamentos de física
ñanza. en la educación, en la arquileclura, y ayuda a guiar la estructuración Sobre sistemas de hip:5tesis, convenciones: Mach, Erkenntnfs und /rrtum;
de la vida social y económica de acuerdo con principios racionales. La con- Mach, Die Mechanik in ihrer Entwickfung; Ph. Frank [5]; Poincaré, Wtssenschaff
cepción científica del mundo sirve a la vida y la vida la acoge. und Hypofhese; del mismo autor. Der Wert der Wtssenschaft; Ouhem, Ziel und
Strnktur physikal. Theorien; Duhem, Wand!ungen der Mechanik.
de conceptos físicos y formación de teorías: Carnap [5]; Feigl
Referencias bibliográficas [1]; Ph. Frank [11].
Sustancia y causalidad: Schlick l16J; Zilsel 171-
Aquí se mencionan algunos escrítos que pueden servir como intro- Causalidad, probabilidad, inducción: Feigl [2]; Reichenbach [13J, [14), [28J;
ducción y para el estudio pos!erior de los problemas discutidos. Para el Kaila [1 ], [2]; Mises, Wahrscheínfíchkeít, Statísfik und Wahrheit.
desarrollo histórico de los problemas remitimos a los nombres menciona-
dos en la p. 12 y s. [p. 116J. Fundamentos de geometría física: espacio y tiempo de la realidad: Einstein
[3]; Schlick [13J; Reichenbach [23].
Superación de la melaffsica
Panorama general en la presentación más breve: Schlick [20]. Fundamentos de geometría matemática
a) Empirismo: Schlick {15], [17J_ a) Geometría en forma axiomática: Hilbert, Grund!agen der Geome-
b) Crítica a la metafísica mediante la lógica (del lenguaje): Wittgens- trie; Coulurat, Die phifosophischen Pn·nzipien der Mathemat1k.
tein [1} (difícil); como inlroducción: Waismann [2]; fácilmente comprensi- b) Geometría en forma de la feorfa de relaciones: Russell [2]; Car-
ble: Hahn [7]. nap [9].
c) Análisis de la realidad, teoría de la constilucíón. Como introduc-
ción: Mach, Analyse der Empffndungen; Mach, Erkenntnis und lrrtum; Fundamentos de biología, vitalismo: Frank [2], Schlick [16]; Zilsel [7].
Russell [7]. Más dificil: Whitehead, Principies of natural knowledge, 1919;
del mismo autor, Concept of nattire, 1920; Carnap [7]. Fundamentos de teoría de la sociedad y la economía: Neurath [ 11 ], [ 15].
d) Contra el realismo y el ;dealismo: Carnap {8].
la nueva lógica, loglstica, teorla de relaciones. Obra principal: Russell [5]; Fundamentos sociológicos del desarrollo de la concepción del mundo:
introducción sin simbolismo: Ausse\l [10]; introducción en et simbolismo, Neurath [13]; Zilsel [8]; Otto Bauer, "Das Weltbild des Kapitalismus", en:
con aplicaciones; Camap [9]. Kautsky-Festschrift, 1929.
Fundamenlos de aritmética
a) Logicismo. Obra principal: Russell [5]; introducción: Russell [10]; Bibliografía
Carnap [9]; presentación con airo simbolismo: Behmann, Mathematik und
Logik, 1927; intento de posterior continuación: Ramsey (2]. En la primera parte de la bibliografía se nombran los miembros del Círcu-
b) lntuicionismo. Introducción: Weyl, Die heutige Erkenntnislage in lo de Viena. en la segunda otros que son cercanos á.l Círculo; ambos en
der Mathematik, impresión especial del simposio, 1925. Brouwer, "Mathe- orden alfabético. En la tercera parte se citan a Einslein, Russell y Will-
malik, Wissens~hafl, Sprache". Monatsh. für Mathematik und Physik, genstein como representantes contemporáneos líderes de la concepción
1929. Srouw'er, "Die Struktur des Kontinuums". Ebenda 1930. científica del mundo.
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[81 Scheinprobleme in der Ptlilosophie. Das Fremdpsychische und y atomistas, filosofía idealista y realista de la física. Solución·: positivísmo
der Rea/ismussrreit. 46 S., Benary, Berlín, 1928. 1.80 M. neutral. - Comprensible en general.
l. El sentido del análisis epistemológico, Aplicación al conocimiento [21 Zufalf und Gesetz. (Schrtften z. wiss. Wel!auff.) Springer, Wien
de la psique ajena. 11. Depuración de la epistemología de pseudoproble- {En preparación.) Ensayo de un análisis abnrcativo de la consideración
mas. Aplicación a la controversia sobre el realismo. En esta segunda par- probabilística aplicada a la realidad. Probabilidad y frecuencia relativa.
le (fácilmente comprensible) se defiende la concepción de que un Problema de sentido y problema de aplicación. Relación enlre la legalidad
enunciado es signifíca.livo si y sólo si se allene a las cosas. esto es, si son causal y la estadística. Propiedades más generales de la simplicidad de!
pensables vivencias mediante las cuales los enunciados se confirmaran o mundo, al mismo tiempo que los fundamentos de !a ciencia inductiva.
refutaran. Las tesis del realismo y del idealismo de la realidad o irrealidad,
respectivamente, del mundo exterior {o de la psique ajena) no se atienen Philipp Frank, Profesor de Física teórica de !a Universidad Alemana de Praga.
a las cosas, carecen así de sentido. [1] "Kausalgesetz und Erfahrung". Ann. d. Naturphil., Bd. 6, S.
[9] Abri{l der Logisrik. mir besonderer BenJcksicntigung der Rela- 445-450, 1907.
Uonstheon·e und ihrer Anwendungen. (Schriflen z. wiss. Wellauff., Bd. 2) [2} "Mechanismus oder Vitalísmus? Versuch einer prEizisen For-
114 S., Springer, Wien, 1929.18.- S (10.80 M). muHerung der Frageste!lung", Vortrag i. d. Philos. Ges. Wien 1907. Ebend.,
1 a. parte: sistema de logística. Introducción al mélodo simbólico de Bd. 7, S. 393-409, 1908.
la lógica {según el sistema russelliano). Teoría de las funciones enunciati- [3] "Gibt es eine absoluta Bewegung ?" (Conferencia 1909.) Wiss.
vas, enunciados, clases y especialmente teoría de relaciones. - 2a. parte: Beilage z. 23. Jahresbericht (1910) der Phi/os. Ges. a. d. Univ. Wien. 1910.
loglstica aplicada. Ejemplos de aplicación: sistemas de axiomas de la teo- [4] "Das Relativitiilsprinzip und die Darstellung der physikalischen
ría de conjuntos, arílmética, geometría, topología espaciotiempo (rela!ivis~ Erscheinungen im vlerdimensionalen Raum". Ann. d. Naturphif., Bd. 10, S.
ta), leorfa del parentesco en presentación logística; aplicación al análisis 129-161, 1911.
lógico del lenguaje. Tareas de ejercicios. - El esbozo pretende enseñar, [5] "Die Bedeutung der physikalischen Erkenntnistheorie Machs
bajo el aplazamienlo del tratamiento de los problemas teóricos de la lógi- für das Geistesleben der Gegenwart". Naturwiss., Bd. 5, S. 64 ..72, 1917.
ca, la aplicación práctica del método logístico. [6] "Josef Popper-Lynkeus zu seinem achtzigslen Geburtslag".
[ 1o¡ Von Gort und Seele. Scheinfragen in Metaphysik und Theo/ogie. Physikat. Zs., Bd. 19, S. 57-59, 1918.
Conferencia comprensible en general, dada en la Asociación Ernst Mach, [7] "Die statistische Betrachtungsweise in der Physik". Natunviss.,
en junio de 1929. Woll, Wien, 1929. (En preparación.) Bd. 7, S. 701-740, 1919.
[8] ''Wissenschafl und Theologie". Freier Gedanke, 1920, Nr. 4.
Herbert Feigl. docente en la Universidad Popular de Viena. [9] "Theologische Elemenle in den exaklen Wissenschaften". Pra-
[1 J Theorie und Erlahrung in der Pf1ysik. (Wissen u. Wirken, Bd. 58) ger Tagblatt, 8. Dez. 1926.
142 S., Braun, Karslruhe, 1929. 4.- M. [10] "Gibt es ein irralionales Momenl in den Theorien der moder-
1. Fundamentos grales. Descripción y explicación. Hechos~ hipótesis, nen Physik?" N. Zürich. Ztg., 17. Dez. 1928.
teorías. Objeto de la física: la legalidad del mundo. Leyes cuantitativas. (11] "Über die Anschaulichkeit physikalischer Theorien". Natur-
Principio de la generalización más sencilla. 11. Panorama sobre las teorías wiss., Bd. 16, S. 122-128, 1928.
físicas más importantes. El sistema copernicano como teoría cinemát. Me- [12] Die Kausa/iriir un ihre Grenzen. (Schr. z. wiss. Weltauff., Bd.
cánica. Óplica. Teoría del calor. Teoría de la eleclricidad. Teoría de los 5) Springer, Wien. (En preparación.)
electrones. Superación de la concepción de la naturaleza mecánica. Teo- Editor üunto con Schlick) de la colección: Schriften zur wissens-
ría de la relalividad. Nueva teori'a atómica y cuántica. 111. Sentido y validez chaN!ichen Welrauffassung (comparar p. 47 [p. 139]).
de las teorías trsicas. No cercanía a la realidad, hipótesis de trabajo, mo-
delos, ficciones. Rechazo del kantismo y del convencionalismo. Construc- Kurt Gódel, Viena.
ción lógica y ~prueba conforme a la experiericia de las teorías. La [1 J "Úber díe V.o!!Standligkeit des Logikkalüls der Principia Mathema-
simplicldad' material condiciona la probabilidad. Teorías fenomenológicas tica". Aparece en: Mon. l. Math u. Phys.
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Asociación Emst Mach La concepción científica del mundo: el Circulo de \/íena
Se demuestra como completo el sistema de axiomas para enunciados [3] "Philosophie und Geschichte der Phi!osophie". Zs. f. Phi/os. u.
contables (enunciados sólo con variables de individuos, "cálculo funcional phi/. Knt., Bd. 157, 1915.
más estrecho" de Hilbert) dado por Russell [5] 1, Nr. 1 y 1O: Todo enunciado Diferencia y especificidad del tratamiento histórico, e.e. psícológico-
contabl~ válido en general puede ser deducido con muchas inferencias for- genélico, y sistemático, e.e. simultáneamente critico, de la filosofía histó-
males finitas. rica frente a la habitual concepción ahistóríca y dialéctica. ,..
[4] "Ein 6sterreichischer Denker: Ernst Mach". En: Donauland, 1919.
Hans Hahn, Profesor de Matemática en la Universidad de Viena. Presentación de la teoría del conocimiento de Mach.
[11 "Über die nichlarchimedlschen GróJ3ensysteme". Sitz.-Ber., Akad. [5] Die Grundformen der wissenschaftlichen Methoden. Akad. Wien,
Wien, Bd. 116, S. 601-655, 1907. phil.-hist. KI., Sitz.-Ber., Bd. 203, 3. Abh., 304 S., Holder, Wien, 1925.
[2] "Über die Anordnungssiilze der Geometrie", Man. f. Math. u. Phys., Investigación de los métodos fundamentales de las ciencias legales
Bd. 19, S. 289-303, 1908. e individuales en base al conocimiento científico concreto bajo el punto de
[3] "Mengentheoretische Charakterisierung der stetigen Kurve". vista de la fundamentación de la validez del conocimiento. Contra las opi-
Sitz.-Ber., Akad. Wien, Bd. 123, S. 2433-2489, 1914. niones de algunos lógicos modernos, que pretenden introducir modos es-
[41 Reseña de: A. Prongsheim, Vorlesungen Uber Zah/en· und Funk· pecíficos de inferencia, sólo se llega a proporcionar validez mediante el
tionenlehre. G6tt. gel. Anz. 1919, S. 321-347. concepto lógico estricto de inferencia deductiva. A él se deben reducir to-
[51 Anotaciones a: R Bolzano, Paradoxien des Unend/ichen. 156 S., dos los métodos, también la inducción. A consecuencia de lo cual !a induc-
Meiner, Leipzig, 1920. 4.- M ; gebd. 5.- M. ción no puede mostrarse en realidad como relaciones generales a partir
[6] "Arithmetische Bemerkungen". Jahresber. d. D. Math. Ver., Bd. de hechos especiales sino sólo bajo establecimiento de fundamentos de
30. S. 170-175, 1921. supuestos más generales o como generalizaciones hipotéticas, que siem-
[7] Úberflüssige Wesenheiten /Occams RasienmesserJ. Conterencia pre deben ser confirmadas una y otra vez. Por ello la construcción más
comprensible en general, dada en la Asociación Ernst Mach, en mayo de clara y completa del conocimiento está dada en un sistema axiomálíco de-
1929. Wolf, Wien, 1929. (En preparación.) ductivo, en el que se formulan al comienzo expresamente los supuestos
[8] Mathematik und Logik (Schritten z. wiss. Weltauff.) Springer, como puntos de partida y la derivación se sigue de manera puramente de-
Wien. (En preparación.} ductiva. Tal sistema sólo puede valer hipotéticamente, pues no hay oracio-
[9] "Mengentheoretische Geometrie". Naturwissenschahen 1929. nes generales autoevidentes inmediatamente ciertas, de las que pudieran
partirse. En la apHcación a la realidad de percepción se basa la validez de
Viktor Kraft, Profesor de Filosofía en la Universidad de Viena. tal teoría en la concordancia de los hechos deducidos a partir de ella con
[1 J "Die Erkenntnis der Au~enwelt". Arch. f. syst. Phi/os., 191 O. los hechos observados. También los métodos especfficos de las ciencias
Bajo mundo externo, también en sentido empírico, se entiende un individuales: la "comprobación de indicios" consisle sólo en las inferencias
sistema espaciotemporal legal de sustancias co"mo idéntico para todos los deductivas. Esto se presenta más extensamente en [6].
sujetos cognoscentes. Por ello su realidad debe significar una segunda [6] "lntuilives Verstehen in der Geschichtswissenschaft". Milt. d. Jnst.
realidad junto a la realidad de percepción, pues ésta es individual·subjeti- l. 6sterr. Gesch., Erg.-Bd. 11, 1929.
va. De allí que el problema del mundo externo sea si su idenlidad consis- Tampoco las ciencias del espíritu poseen en la "comprensión" una
te en tal segunda realidad o sólo en un ordenamiento legal de los datos de fundamentación especifica del conocímiento. Pues la intuición no constitu-
percepción. ye un fundamento de validez independiente, debido a que eslá condicio-
[21 Weltbegnff und Erkennlnisbegnff. Eine erkennlnistheorelische nada subjetivamente y no posibilita ninguna decisión para resultados
Unlersuchung. 232 S., Barth, Leipzig, 1912. contradictorios. Puede cumplir sólo una función heurísllca y debe ser ve-
La realidad como hipótesis explicativa: con la aceptación de un rificada recién a través de una demoslración lógica.
mundo externo real idéntico se establecen los supuestos bajo los cuales
se hacen legalmente comprensibles las apariencias efectivamente expe· Kar/ Menger, Profesor de Matemática en la Universidad de Viena.
rimentadas\ [1] Dimensionstheone. 319 S., Teubner, Leipzig, 1928. 22.- M; gebd. 24.
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El primer capílulo contiene, entre airas cosas. observaciones sobre la me- {4] "Deíinilionsgteichheil und symbolische Gleichheil". Ebend., Bd.
lcxfo!ogfa de la geometrla conjunlista: el segundo capílulo detalles sobre la for- 16, s. 142-144, 1910.
mación de conceptos y definiciones en general y también, en especial, sobre el La igualdad tautológica se diferencia de la pura igualdad sígnica.
concepto epistemológicamen!e importante de dimensión. [5] "Zur Theorie dar Sozialwissenschatt". Jahrb. / Geserzgeb. u. Verw
[2] "Bernerkungen zu Grundlagenfragen. l. Über Verzweigungsrnen- 191 O, S. 36ff. .
gen". Jahresber. d. D. Marh. Ver., Bd. 37, S. 213-226, 1928. !61 "Nalional6konomie und Wertlehre". Zs. /. Vo/kswir1sch., Bd. 20, s.
Diccionario de teoría de conjuntos: correlación entre los tém1inos uti· 5ff., 1911.
!izados por Brouwer y los usuales. fnlento de dar una presentación lógicamente irreprochable de todas
(3] - "11. Die mengenlheore!ischen Paradoxien". Ebend., S. 298-302. las teorías que consideran a los grupos humanos que se vuelven más ri-
Intento dé superación de las paradojas a través de nuevos concep- cos y más pobres. Incluido además en [11 J. asi como en: Wirtschaftsplan
tos ("inconjunto", ~innümeroT und Naturafrechnung, Laub, Berlin, 1925. De acuerdo con este modo de
{4] - "111. Über Polenzmengen". Ebend., S. 303·308. pensar fue analizada la "economía de guerra" como "economia de admi-
(5] - "IV. Axiomalik der end!ichen Mengen und der e!ementargeome- nistración" lo mismo que la ''economía libre" y la "economía natural" de una
trieschen Verknüpfungsbeziehungen". Ebend., S. 309-325. sociedad socialista. y la "economía de dinero" de nuestra sociedad. Resu-
Comprobación de la correspondencia de un sistema axiomático de los men de los más importantes trabajos sobre lo aquí mencionado en: Ourch
conjuntos finitos con las relaciones de conexión de la geometría proyectiva. die Kriegswirtschaft zur Naturalwfr1schaft. 231 S., Gal!wey, München, 1919
[7] "Das Problem des Lustmaximums". Jahrb. d. Phi/os. Ges. a. d
Marce-/ Nafkin, (Viena) Parls. Univ. Wien, 1912. ·
{ 1] Kausalitat, Eínfachheit und fnduktion. Diss., Wien, 1928. (Publica- [BJ "Die Verirrten des Gartessius und das Auxiliarmotiv". Ebend
ción en preparación) 1913.
Concepto popular y cientlfico de causa. Conocimiento causal cuali- El problema del asno de Buridán. La univocidad del hecho no siempre
tativo y cuantitativo. Sentido del determinismo. El concepto de legalidad se puede seguirse de manera lógicamente pura de la univocidad del punto de
reduce al concepto de simplicidad. Se da una formulación matemática pa- vista. Continuación de [7).
ra el caso especial de la Interpolación de leyes naturales. El principio de [9] "Prinzipielles zur Geschichle der Oplik". An.:h. f. Gesch. d. Nar.
simplicidad como fundamento de la formación de teorías, así como de to- 1915, S. 371ft. Análisis del contraste entre la teoría de emisión y la teoría
do conocimiento Inductivo en general. ondulatoria de la luz.
{10] "Zur Klassifikalion van Hypothesensyslemen". Jahrb. d. Phi/os.
Ofto Neurath, Director del Museo de Sociedad y Economía de Viena. Ges. a. d. Univ. Wien, 1916.
{ 1J "Zur Anschauung der Antike über Handel, Gewerbe und Landwirs- A causa de los solapamientos, las dicotomías habituales son inapli-
chafl". Jahrb. /. Nar. Ok, 1906, S. 577 ff. y 1907, S. 145ff. cables; mostrado con el ejemplo de [9J.
De la mano de un texto de Cicerón se describe el punto de vista de [11] "Das Begriffsgebaude der Wirtschaflslehre und seine Grundla.
la antigüedad. En el segundo capítulo se intenta un tratamiento sis!emáli- gen". Zs. /. d. ges. Staatswiss., Bd. 73, S. 48411., 1917.
co de la "historia y política comparadas". Incluido en: Antike WirtschaNs· [12) Antispengler. 96 S., Callwey, München, 1921.
gesc/Jichte. (Nal. u. Geistesw., Bd 258) Teubner, Leipzig (1909), 3. A. 1. Rechazo a Spengler. 2. Fases de la cultura. 3. Características de
1926; además en: "Zur Geschlchle der opera servilia"; Arch. f. Saz. -wiss., la cultura. 4. Descripción del mundo (objetivo y métodos de la descripción
Bd. 41, S. 438 ff. y en otros textos. del mundo en el sentido de la concepción científica del mundo}.
{2] "Ernst Schróders Beweis des 12. Theorems: 'Für identische Ope- [13) Lebensgestaltung und Klassenkampf. 152 S., Laub Berlín
rationen gill das Commulationsgeselz"'. Arch. f. syst. Phíl., Bd. 15, S. 104- 1928. 2.50 M; gebd. 3.50 M. . ' ,
106, 1909. Cap. VI: Antroposofía como ideología de clases. IX: Marx y Epicuro.
{31 "Eineeutigkeil und Kommutalivítat des·logischen Produktes 'ab'". X: Abandono de la ~etaffsica. La concepción científica de! mundo como
Ebend., S. 342-344. modo sociológicamenle condicionado de pensar en nuestro tiempo. Re-
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Mach La concepción científica de( mundo: el Círculo da Viena
greso a los modos de pensar de los tiempos tempranos luego de un inter- {9] "Erscheinung und Wesen". Kantstudien, Bd_ 22. 1918.
medio teológico-metafísico. [10) "Naturphilosophische Betrachlungen über das Kausalprinzip".
[14] B1!dstat1stik nach W,ener Methode in der Schu/e. Dlsch. Verl. f. Naturwiss., Bd. 8, S. 401-474, 1920.
Jug. u. Volk. Wien, 1929. (En preparación.) [11] "Helmholtz als Erkennlnistheoretiker". En: Helmholtz als Physi-
Contiene indicaciones de la afinidad entre la concepción científica ker, Physiologe und Philosoph. Karlsruhe, 1922. ,..
del mundo y la reconfiguración del presente; conexión entre la estadística \ (12] "Die Re!ativila.tstheorie in der PhHosophie". Verhandl. d. Ges. O.
como descripción con números, su reproducción gráfica y la aspiración de Naturf. und Arzte, 87. Versamm/ung, S. 58·69. 1922.
un "tamiz'.' sistemático mediante la concepción científica del mundo. [13] Raum und Zeit in der gegenwartigen Physik. Zur Einführung in
[15] Oer wissenschaftliche Gehalt der Geschichte und National6ko- das Verstandnis der Refativitats- und Gravítationstheorie. 114 S., Springer,
nomie_ (Schr. Z. wiss. Weltauff., Bd. 4) Springer, Wien. (En preparación.) Berlín (1917), 4. A. 1922. 3.35 M.
Ver lambién: O. Hahn-Neuralh [1]. 111. Relatividad del espacio. (Deformaciones arbitrarias de! espado
son, cuando todos los cuerpos son proporcionados, empíricamente caren-
Oiga Hahn~Neurath, Viena. tes de objeto.) V. Inseparabilidad de la geometría y la lisica en la experien-
[11 Junio con Otto Neurath: "Zum Dualismus in der Logik". Arch. f. cia (la geomelría del mundo es una descripción del comportamiento de
syst. Phi/, Bd. 15, S. 149-162, 1909. cuerpos rígidos y rayos de luz). VI. La relatividad de los movimientos y su
Sobre la eliminación de una asimetría en el dualismo. En conexión relación con la inercia y la gravitación. VII. El postulado de la relatividad
con el cálculo de Schróder (además [2]. [31). general y la determinación de medidas de! continuo espacio-liempo. IX. La
[2] "Zur Axiomalik des logischen Gebietskalküls". Ebend., S. 345-347. finitud de! mundo. X. Relaciones con la filosofía. Teorías del espacio-tiem-
[31 "Über die KoeHizienten einer logischen Gleichung und ihre Bezie- po físico referido a los esquemas de orden objetivos no visua!izables, que
hungen zur Lehre van den Schlüssen". Ebend., Bd. 16, S. 149·176, 1910. son construidos en base a las experiencias subjetivas de espacio y tiem-
po. El valor de la teoría de la relatividad reside en que describe la estruc-
Theodor Radakovié, Privatdozenl de la Escuela Técnica Superior de Viena. tura geométrica y física del mundo mediante leyes generales de un modo
[1) "Die Axioma der Elementargeometrie und der Aussagenkalkül". más sencillo y preciso. El significado filosófico de la teoría de la relatividad
Mon. f. Math. u. Phys., Bd. 36, S. 285-290, 1929· radica, negativamente, en su crilica al apriorismo (Kan!) y otros puntos de
vista epistemológicos y, positivamente, en el estímulo al análisis de la
Morifz Schfick, Profesor de Filosofía de la Universidad de Viena. ciencia en referencia a su contenido empírico y lógíco. V sobre esto tam-
[1} Über die Reflexion des Lichtes in einer inhomogenen Schicht. bién [7], [14], [19].
Oiss., Berlin, 1904. [14] "Krilizistische oder empiristische Deulung der modernen Phy-
[2] Lebensweisheit Versuch einer Gfucksefigkeitslehre. München, sik?". Kantstudien, Bd. 26, S. 96-111, 1924.
1908. [15] Atlgemeine Erkenntnislehre. (Naturwiss. Monogr. u. Lehrb., Bd.
[3} "Das Grundproblem des Ásthetik in entwicklungsgeschichtlicher 1) 375 S., Springer, Belin (1918), 2A 1925. 18.- M; gebd. 19.20.
Beleuchtung". Arch. f. d. ges. Psych., Bd. 14, S. 102-132, 1909. l. Naturaleza del conocímienfo. La teoría del conocimiento es inves-
[4] "Die Grenzen der naturwissenschatt!ichen und philosophischen tigación de las cuestiones lundamentales de la ciencia en e! sentido de
Begrittsbildung". Viertelj. f. wiss. Phi/os u. Saz., Bd. 34, S. 121-142, 1910. una clarificación filosófica. La filosofía no es una ciencia junto a, o sobre,
[5] "Das Wesen der Wahrheit nach der modernen Logik". (Hab.-Schritt) las ciencias individuales; ella es sólo el medio a una comprensión de la na-
Ebend, S. 386-477. turaleza de la ciencia. Conocer significa, tanto en la vida cotidiana como
[6] "Gibl es intuitiva Erkennlnis?" Ebend., Bd. 37, S. 472·488, 1913. en la ciencia, encontrar lo igual en lo dislinlo. Conocer presupone compa-
[7] "Die philosophische Bedeutung des Relativitatsprinzips". Zs. f. rar representaciones. La precisión y generalidad se alcanzan recién me·
Phi/os u. phi/. Kril., Bd. 159, S. 129·175, 1915 .. dianle la introducciór:t de conceptos. Los conceptos son signos con
[8] "ldealital des Raumes, lntrojeklion und psychophysisches Pro- correlaciones estipuladas con hechos. La definición es exhibición de co-
blem". Vie,t. f. wiss. Phi/. u. Soz., Bd. 40, S. 230-254, 1916 . rrelación. A través de lo cual se restringe mucho la imprecisión, pero no se
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Asocíadón Emst Mach La concepción cienrmca del mundo: el Cin::ulo de Viena
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supera. La precisión total só!o en conceptos que no se refieren a !a realidad d~d s~ basa sólo en la inducción. Para ella no hay fundame~tación lógica,
{rnatemática). La definición de estos conceptos ocurre "imp!icl!amente", es- smo solo una motivación psicológica (Hume). Su validez depende del con-
to es, mediante relacíones formales (axiomas). - Los juicios expresan la cepto todavía requerido de clarificación de probabilidad. Sea como sea la
existencia de estados de cosas. Su función puramente formal-simbólica, pasibilidad de conocimiento inductivo y can ello de conocimiento en ge~e-
no representativa en el sentido visual. La naturaleza de la verdad es la co- ral está ligada a cierta uniformidad del mundo.
rrelación unívoca de los juicios con los estados de cosas. Objetivo del co- . [16] "Naturphilosophie". En: Lehrbuch der Philosophie, hsg. v. Des-
nocimiento: describir unívocamente con un mínimo de signos un máximo so,r, Bd. 2: Die Philosophie in ihren Einzelgebíefen. S. 393-492. Ullstein,
de hechos. El conocimiento íntuitivo no es una cosa, intuición es sólo vi- Berlín, 1925.
vencia. r"-fo hay conocimiento sin signos de algún tipo. La diferencia funda- l. Generales. Tarea de la filosofía natural: investigación de los con·
mental en!re saber y conocer (poner en relación. ordenar). ceptos Y principios de la ciencia natural en relación con sus fundamentos
11. Problemas del pensamiento. El conocimiento aspira a una cone- de c~nocimiento y significado para la imagen del mundo. Áreas principa-
xión abarcativa. Esta conexión es deductiva. lógica. La inferencia estricta, les: filosofía de la física y filosofía de la bio!ogia. Objetivo del conocimien-
indubitable, es siempre anaHtica: sólo transformación de lo ya sabido. no to natural: no la sustancia, sino las leyes naturales (relaciones funcionales
ganancia de nuevo contenido. Los principios de 1a lógica sólo reglas de la cuantitativas). 11. Fílosofía de la sustancia. Hipótesis de continuidad, Ener-
univocidad de la descripción y de !a consecuencia interna; no tienen nada gética. Electroatomística, Disolución del concepto de sustancia. ¿Son rea-
que ver con el mundo. Ellas son más bien a priori (independientes de la les los átomos? 111. Filosofía de las leyes. Principio de causalidad· macro
experiencia}, pero ana!í!icas {tautológicas). Criterio de verdad: no la evi- Y ~icroleyes. Necesidad y fuerza. Relatividad de espacio, tiempo ~ movi-
dencia, sino la verificación, esto es, la comparación del juicio con el esta- mmnto; mundo cuatridimensiona!; gravitación. Estructura y desarrollo del
do de cosas. cosmos. Leyes estadísticas y ontológicas. Teoría cuántica. IV. Fílosofía de
IIL Problemas de la realidad. A. El establecimiento de lo real. Proble- fa vida. ¿Son reducibles los sucesos biológicos a leyes físicas? Origen de
ma: ¿qué es lo descripto en el proceso del conocimiento? Característica la vida. Orientación orgánica y "finalidad" (la orientación permanece. pero
general de lodo lo real: determinación temporal. Crítica a la filosofía de la n?_ con un fin como causa}. Rechazo del vitalismo (crítico), de la acepta-
inmanencia. También los conceptos constructivos, por ejemplo de la físi- c1on de faclores naturales a-espaciales. Los procesos vitales se conside-
ca. describen lo real. (En la cuestión de la realidad Schlick ha modificado, ran con alta probabilidad sólo como combinaciones complicadas de
entre tanto, sus concepciones; él acuerda hoy con los resultados de Witt~ procesos físico-quimicos elementales.
gens!ein y Carnap.) [17] "Erleben, Erkennen, Metaphysik". Kanlsludien, Bd. 31, s. 146-
B. El conocimiento de fo real. Rechazo de la distinción metafísica en- 158, 1926.
tre ser y "parecer". El conocimiento parte de lo vivencia do y se eleva so- . La vivencia, conocida en su inmediato ser así cualitativo, no es sus-
bre ello en la construcción conceptual, La objetividad máxima recién en el cept1b!~ de ser expresada mediante juicios. Todo el conocímiento es por el
conocimiento cuantitativo. Construcción del espacio físico (método de contrano comunicable; hace pie en el saber, pero sólo expresa las relacio-
coincidencia). Lo flsico y lo psíquico no son dos ámbitos de la realidad. si- nes formales (estructuras) de los estados de cosas. En ello también se ba-
no sólo dos tipos de formación de conceptos. El tradicional problema psi- sa la objetividad de la ciencia. Oulen quisiera exigir más del conocimiento,
co-físico se basa en lo fundamental en la pregunta sin sentido por el lugar lo confundiría con el saber (vivencia) o con el arte, cuyo sentido es esti-
de lo psíquico. mular las vivencias. La ciencia del espíritu (historia} quiere comprender,
C. Validez del conocimiento de la realidad. La validez de la deduc- e.sto e~, co~ocer y saber al mismo tiempo, conocimiento de relaciones y
ción es independiente del estado del mundo. El procedimiento de la cien- vivencias reiteradas; en ella se reúnen as( la ciencia y el arte.
cia teórica de la realidad es hipotético-deductivo. El problema de la validez La metafísica como conocimiento intuitívo de lo trascendente es im-
debe así ser planteado para las oraciones más generales {presupuestos, posible. la intuición no es conocimiento, la trascendehcia carece de sen-
hipótesis} de la ciencia. La opinión de Kant sobre el conocimiento sintéti- tido. La díferencia ent~e idealismo y realismo no es expresable, así como
co a priori es rt'!-1utada; las oraciones de la matemática son analíticas, las tampoco la existenGia de lo espiritual en el congénere. Pues aquí no se
de la ciencia. natural a pasteriori. La validez del conocimiento de la reali- trata de estados de cosas experimentables. La metafísica inductiva tam-
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La concepción cienrifica del mundó: el Circula de Viena
Asociación Emst Mach
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[51 Über die De(!nition. 74 S., Weifl, Berlín (1926), 2. A. 1927. 4.- M. Comentario coleclivo sobre la filosofía alemana de las ciencias exac-
(6J "Zur kalkülrnEi.íligen Charaklerisierung der Definitionen". Ann. d. tas desde 1914.
Pililos., Bd. 7, S. 136-145. 1928. Además:
[71 "Zur Lehre von den sog_ schópferischen Oefinitionen". Teil I und Reseñas sobre libros de: Nalorp, Bergmann, Kelsen, Dingler, Rei-
11. Phi/os. Jahrb. d. Gorresges., Bd. 41, S. 467-479, 1928; Bd. 42, S. 42- chenbach, lewin, Sch!ick, Hertz, Beggerow, Upsius, Burkamp; en O. L. Z,
Zs. f. math. u. nat. Unf. y otras.
59, 1929.
[81 "Zur Methodenlehre des Krilizismus·. 81. f. erzieh. Unt., Bd. 56, Traducciones: Enriques, Probl. d. Wiss., 1910; Russell [13], [18],
[20], [22]; Meyerson, ldentirat u. Realitát, 1929.
Nr. 17. 18, 19; 1929.
[9} Zur Methodenlehre des Kritizismus. 38 S., Beyer, Langensa!za,
Hasso Hiirlen, Stuttgart.
1929.1.20 M.
[10] "Über die Definllian durch Abstraktionen". Arch. f. syst. Phi/os., [1 J nSur la paradoxie logique dans la théorie des ensernbles". Comp-
tes Rendus, Paris, Bd. 184, S. 367, 1927.
Bd. 32, S. 14-27, 1929.
{11] "Zur Phílosophie der Mathernatik und Naturwissenschaft". Ann. [2] "Über Vollstandigkeit und Entscheidbarkeir. Jaf1resber. d. O.
Marh.-Ver., Bd. 37, S. 226-230, 1928.
d. Phi/os, Bd. 8, S. 135-145, 1929.
[121 "Über Bolzano als Kriliker Kanls". P/Jílos. Jahrb. d. Górresges.,
E Kaifa, Profesor de Filosofía en la Universidad Turku (Abo), Fin!and\a.
Bd. 42, S. 357-368, 1929.
[1] Der Satz vom Ausgfeich des Zufalls und das Kausafprinzip. Anna-
les Universitatis Aboensis, B. 11, 2; 1924. 21 O S.
Josef Frank, Arquitecto, Prof. a. D. en la Escuela de Artes y Oficios de Viena.
Análisis del principio de legalidad estadística y su posición en el sis-
[1 J "Vom neuen Slil". Baukunst, 1927.
[21 Oer Gschnas lürs Gemüt und der Gschnas a/s Pmbfem. Akad. tema de los principios de las ciencias naturales.
[2] Die Prinzipien der Wahrscheinlichkeitsfogik. Ebend .. B. IV, 1; 1926.
Verlag, Stullgart, 1928.
[31 Die Wiener Bautátigkeit 1928 und die Kunst. (Zeillragen a. d. Ge- 171 S.
Tesís principal: las operaciones de probab!idad de la ciencia empíri-
biet d. Soziologíe) Leipzig, 1929. (En preparación.)
ca no son reducibles a la lógica de !a verdad; la teoría de !as funciones de
verdad debe ser coordinada a una teoría de las "funciones de probabili-
Kurt Grelfing, Berlln.
dad".
[1J ''Über einige neuere Mif\verstandnisse der Fñesschen Phllosophie und
[3] Probfeme der Deduktion. Ebend., B IV, 2; 1928 86 S.
ihres Verhaltnisses zur Kantischen". Abhandl. d. Friesschen Schule, Bd. 1, 1906.
[21 "Das gute, klare Recht der Freunde der an!hropologischen Ver- Discusión de las relaciones entre lógica y matemática.
[4] Beitriige zu einer synthetischen Phifosophie. Ebend., B. IV, 3; 1928.
nunflkrilik, verteidigt gegen Emst Cassirer". Ebend., Bd. 2, S. 153-190, 1908.
[31 Grelling und Nelson, "Bemerl<ungen zu den Paradoxien van Russell 209 s.
Esbozo de una concepción monista del mundo basada en el supues-
und Burali-Forti".
lo de que toda realidad es cualitativa y también de que las termas de le-
galidad de los diferentes ámbitos sólo son gradualmente distintos.
{51 "Die philosophischen Grund!agen der Wahrscheinlichkeitsrech-
Heinrich Loe\.\-'Y, Viena.
nung". Abh. d. Fr. Sch., Bd. 3, S. 439-478, 1910.
[1] "Marxisrnus und a!!gemeine Nahrpflichf'. En: J. Popper-Lynkeus,
[6) "Philosophische Grundlagen der Polilik". Sozia/isf. Man., 1916.
Gespriiche. Lowif, Wien, 1925; S. 69-74.
(71 Mengenfef,re. (Math.-Phys. Bibl., Bd. 58) 49 S., Teubner, Leipzig,
[2] "Die Krisis in der MaU1ernaHk und ihre philosophlsche Bedeu-
1924.1.20 M. Presentación popular de la leoria general de conjuntos.
tung". Naturwiss., Bd. 14, S. 706-708, 1926.
[8J "Phi!osophy o! !he exact sciences: ils pre_sent status in Germany".
Además: reseñas de libros de filosofía natural en: Jahresber. d. O.
The Monist, 19,8. También en la antología: Phifasophy today, hsg. v.
Math. Ver. y Physikal. Zs., desde 1924.
Schaub, Chicago, 1928.
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La concepción cientifica del mundo: el Circulo de Viena
F P. Ramsey, Fellow del King's Co!lege de Cambridge y University lectu- [13] "Wahrscheinlichkeitsgesetze und Kausalg;setze". Umschau,
rer en Matemática. Bd. 29, S. 789-792, 1925.
[1] "Universals". Mind, Bd. 34, S. 401-417, 1925. [14] ~Die Kausalstruktur der Welt und der Unlerschied van Vergan-
(2] "Foundations of mathematics". Proc. London Math. Soc., Bd. 25, genheil und Zukunft". Ber. d. Münch. Akad., math.-nat. Abt., 1925, S. 133-
S. 338-384, 1926. 175.
[3] "Facts and proposilions". Proc. An:Stot. Soc., Suppl.-vol. 7, S. 153- [15] "Die Weylsche Erweilerung des Riemannschen Raumes und die
170, 1927, geome1rische Deutung der Elektrizitát". (Apunte de conferencia) Verh. d.
D. Phys. Ges., Bd. 7, S. 25, 1926.
Hans Reichenbach, Profesor en la Universidad de Berlín. [16) "Erwiderung auf eine VerbffentHchung van Herm Hj. Mellin". zs.
[ 1 J Der Begriff der Wahrscheinlichkeit für die mathematische Darste- f. Phys., Bd. 39, S. 106, 1926.
1/ung der Wirklichkeil. 79 S., Diss., Erlangen, 1915; Barth, Leipzig, 1916; y [17] "Die Problema der modernen Physik". Neue Rundschau, 1926
Zs. f. Phi/os. u. phi/. Krit., Bd. 161, S. 209ff., 1917. S. 414ff. ,
[2] "Die physikalischen Voraussetzungen der Wahrscheinlichkeils- [18] "Metaphysik und Naturwissenschaft". Conferencia en el congre-
rechnung". Nalu,wiss., Bd. 8, S. 46ft. u. 349tt., 1920; Zs. f. Phys., Bd. 2, S. so de la Kant Gesellschaft. Halle, 1925. Symposion, Bd. 1, S. 158-176
150-171, 1920; Bd. 4, S. 448-450, 1921. 1927. '
[3] "Philosohische Kritik der Wahrscheinlichkeitsrechnung". Naturwiss., [19) "Lichtgeschwindigkeil und Gleichzeitgkeit". Ann. d. Phi/os, Bd 6
Bd. 8, S. 146ff., 1920. S. 128-144, 1927. '
[4] Re/alivilalslheorie und Erkennlnis a priori. 110 S., Springer, Ber- (20] Von Kopemikus bis Einstein. (Wege zum Wissen) UHsteín Ber-
lín, 1920. 4.- M. lín, 1927.1.35 M. ,
IS] "Der gegenwártige Stand der Relativitátsdiskussion. Eine kritische [21) "Ein neues Alommodell". Umschau, Bd. 31, S. 281-284, 1927.
Untersuchung". Lagos, Bd. 10, S. 316-378, 1922. [22] "Wandlungen im physikalischen Weltbild". Zs. l. ang_ Chemie,
V. también sobre eso las réplicas a las objeciones a la teoría de la Bd. 41, S. 347ff., 1928.
relatividad; contra Dingler: Phys. Zs., Bd. 22, S. 379-384, 1921; contra Th. {23} Philosophie der Raum-Zeil-Lehre. 380 S., Gryter, Berlfn, 1928.
Wull: Aslron. Nachr., Bd. 213, S. 307ff., 1921; contra Anderson: ebend., 18.- M; gebd, 20.-M.
Bd. 215, S. 373ff., 1922. [24] "Die Wellanschauung der exak1en Wissenschaften". Bóttcherst.raíle,
[6] "La signilicalion philosophique de la théorie de la relativité". Re- 1928, S. 44ff.
vue phi/os., Bd. 47, 1922. [25] "Stetige Wahrscheinlichkeilsfolgen". Zs. f. Phys., Bd. 53, s. 274-
[7] Axiomalik der re/alivist1:Schen Raum-Zeit-Lehre. (D. Wissensch., 307, 1929.
Bd. 72) 161 S., Vieweg, Braunschweig, 1924. 6.- M.; gebd. 7.50 M. [26] "Zur Einordnung des neuen Einsleinschen Ansatzes über Gravi-
Trabajos preparatorios para ello: Phys. Zs., Bd. 22, S. 683ff., 1921; tation und Elektrizitat". Ebend, S. 683-689.
Zs. f. Phys., Bd. 9, S. 11111., 1922. [27] "Die neuere Theorie Einsteins über die Verschmelzung von Gra~
{8} Distintos articulas sobre: probabilidad, teoría del error, hipótesis vitation und Elektrizitat". Zs. f. ang. Chemie, Bd. 42, S. 121-123, 1929.
ergodésica, teorema de Bemoum y otros en: Physikalisches Handwórler- [28] "Das Kausalproblem in der gegenwartigen Physik". Ebend. s.
buch, hsg. v. Berliner u. Scheel. Springer, Berlín, 1924. 457ff. '
[9] "Die relativislische Zeillehre". Scienlia, Bd. 36, S. 36-374, 1924. [29] "Bertrand Russell". En: Obe/isk-Almanach 1929, S. 82-92. Drei-
[10] "Die Bewegungslehre bei Newton, Leibniz und Huyghens". masken~Verlag, München.
Kantslud., Bd. 29, S. 416-438, 1924. [30] "Ziele und Wege der physikalischen Erkennlnis". En: Handb. d.
[11 J "Planetenuhr und Einsteinsche GleicMzeitigkeit", Zs. f. Phys., Bd. Physik, hsg. v. Geiger u. Scheel, Bd. 4, S. 1-80. Springer, Berlín, 1929.
33, S. 628ff., 1925. _
[ 12] "Über die physikalischen Konsequenzen der relativistischen Kurl Reídemeíster, P1ofesor de Matemática en la Universidad de Kónigs~
Axiomalik". Zs. f. Phys., Bd. 34, S. 32ff., 1925 . berg.
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Asoclacíón Emsr Mach La concepción científica del mundo: el Círculo de Viena
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[1] "Exaktes Denken·. Phi/os. Ann., Bd. 3, S. 15-47. 1928. el camino de una constante ampliación; las concepciones aparentemente
1. Lógica y malemálica. 2. Formalismo como lógica crítlca. 3. Cono- nuevas volcadas dejan intacto !o fundamentado de las viejas teorías. -A pe-
cimiento exacto. sar de que el camino que lleva de !a experiencia a la teoría no es lógicamen-
te unívoco, siempre hay sin embargo una teoría que es tan superior a las
Edgar Zilsel, Docente en la Universidad Popular de Viena y Profesor de otras a través d~ su simpficidad, que su elección es prácticamente forzosa.
Escuela media. [3] Geometrie und Erlahrung. (Conferencia Akad. Berlín, 1921) 20 S ,
[11 "Die Abfassungszeit der Arnphibolie der Reflexionsbegriffe". Arch. Springer, Berlín, 1921. 1.- M.
f. Gesc/1. d. Phi/os., 1913. Sobre el problema epistemológico del espacio-tiempo. Clara separa-
[2] Das Anwendungsprob(em. Eín phifos. Versuch über das Gesetz ción de la geometría pura como disciplina matemática (sistema de axio-
der gro{len Zahlen und die lnduktion. 194 S., Barth, Leipzig, 1916. 5.- M. mas) y de la geometría aplicada como rama de la física. La "geometría
[3} Die Geniereligian. Versuch über das modeme Persónlichkeitsi- práctica" es la teoría de las posibilidades de posición de los cuerpos rígi-
deal mil einer historischen Begründung. 1. krit. Bd., 200 S., 1918. dos. La definición de cuerpo rígido presupone, sin embargo, conocimien-
[4] "Neue Grundlegung der statischen Mechanik". Man. f. Math. u. to físico. Fundamento empírico: la conservación de las coincidencias
Phys., 1921. (igualdad de recorrido; extensión; distancias). La pregunta por la estructu-
[5J Die Entstehung des Geniebegriffs. Ein Beitrag zur ldeengeschich- ra geométrica del mundo se decide unívocamente.
te der Antike und des FnJ/1kapitalismus. 346 S., Mohr, Tübingen, 1926. 12.-
M: gebd. 15.- M. Bertrand Russe/1.
[61 "Asymmetrie der Kausalilat und Einsinnigkeil der Zeif'. Natur- (1] A critica/ exposirion of the philosophy of Leibniz. 311 S., Univer-
wiss., 1927. sity Press, Cambridge, 1900.
[71 "Naturphilosophie". En: Schnal'J, Einführung in die Phitosophie. [2) The principtes of matematics. 534 S., Univ. Press, Cambridge,
Zickfeld, Osterwieck, 1928. 1903. Investigaciones sobre la derivabi!idad de la matemática a partir de
[81 "Philosophische Bemerkungen". Kampf, Bd. 22, S. 178-186, la lógica.
[3] "Mathematical logic as based on the lheory of types". Amer.
1929.
Joum. Math., Bd. 30, S. 222-262, 1908.
J. Representantes lideres de la concepción científica del mundo [4] Timportance philosophique de la logistique·. Revue de Mét. et.
E;nsleln, Russell y Wittgenstein son nombrados aquí como aquellos Mor.. Bd. 19, S. 281-291, 1911.
dentro de los pensadores líderes del presente que defienden pl.Jblicamen- [5] A. N. Whitehead and B. RusseU, Principia mathematica. Univ.
te de un modo más efectivo !a concepción científica del mundo y que tam- Press, Cambrtgde. Bd. 1, 666 S. (1910), 2. A. 1925 (Texlo sin modificar:
bién ejercen la mayor influencia sobre el Círculo de Viena. nueva introducción y tres anexos): Bd. 11, 772 S. (1912), 2. A 1927 (sin
modificar): Bd.111, 491 S. (1913), 2. A. 1927 (sin modificar).
Se expone un nuevo sistema de lógica simbólica basado en pocos
Albert Einstein.
Importantes observaciones filosóficas se encuentran, además de en principios y conceptos fundamentales. A partir de esa lógica se deriva la
los siguientes escritos, lanto en los trabajos originales de ~.instein como aritmética: los números cardinales se definen como clases de clases ldem-
también en los escritos más comprensibles en general (p.e.: Uber die spez. potentes. Se muestra que los números así definidos poseen !as propieda-
u. attg. Retativitiltst11eorie. Vieweg, Braunschweig [1917], 14. A. 1927; Ather des exigidas en la aritmética. Posteriormente se derivan los siguientes
conceptos: valor límite, continuidad; serte bien ordenada, número ordinal:
und Relativitátstheorie, 1920).
[1) "Emst Mach". Phys. Zs., Bd. 17, S. 101-104, 1016. fracción, número real, cantidad (medición). Para la derivación de todos los
[2) "Motive des Forschens". En: Ansprachen zu Plancks 60. Geburts- conceptos matemáticos bastan los conceptos lógicos basicos; por el con-
trario, para la derivació[l de algunas proposiciones matemálicas son re-
tag. Müller, Karlsruhe, 1918.
El motivo""fnás puro para la investigación física es el deseo de dar con queridos nuevos priRcipios adicionales: los axiomas de infinitud y de
la pista del Orden oculto de la naturaleza. El desarrollo de las teorías sigue elección.
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Asociación Emst Mach La concepción cientifica del mundo- el Círculo de Viena
Los suplementos a la segunda edición del primer tomo eliminan el [12) Introducción a: Wittgenstein [1] S., 1921. (En el libro, en inglés;
llamado axioma de reducibilidad que causaba ciertas dificultades. Esta y en los Annalen, en alemán.)
otras mejoras y nuevas posiciones frente a los problemas se retrotraen Comentarios al libro de Witlgenstein; conexiones entre algunas con-
fundamenlalmente a !as propuestas de Wilgenstein [1 ]. secuencias y problemas abiertos.
[6] Die Probleme der Philosophie. (1912) Traducción de P. Hertz. 143 [13] DieAna/yse des Geistes. (1921) Traducción de Qrelling. 407 S.,
S., Wellkreis-V., Erlangen (ahora: Benary, Berlín), 1926. 1 Meiner, Leipzig, 1927. 12.- M; gebd. 14.-M.
Apariencia y realidad_ Materia. Inducción. Conocimiento apriorístico. ' La física elimina la materia; la psicología se maleriaHza (conduclis-
Saber intuitivo, entre otros (parcialmente superado por [7] y [13}.) mo). Unificación de ambas tendencias: lo físico y lo psíquico son ambos
[7] Unser Wissen van der Au/Jenwelt. (1914) Traducción de W. construidos a partir de un fundamento neutra!. Aquí se lleva a cabo esta
Ro\hslock. 331 S., Meiner, Leipzig, 1926. 10.- M; gebd. 12.- M. concepción para lo psíquico.
Tres corrientes fundamentales de la filosofía contemporánea: 1. Tra- [14] China und das Prob/em des femen Ostens. Traducción de He\.
dición clásica, conexión con Kant y Hegel; 2. Evolucionismo (Darwin, hey. 228 S., Dreimasken-V., München, 1925. 5.- M; gebd. 6.- M.
Spencer, James, Bergson); 3. "Atomismo lógico", sólo este método es "Los chinos poseen una cullura que es superior a la nuestra en todo
científico. La lógica como parte más esencial de la filosofía. Construcción aquello que apor1a a la felicidad del hombre." (p. 144)
de! mundo de la ciencia natural a partir de los datos de los sentidos. El pro- [15] Die Ku/tur des lndustrialismus. (1923) Traducción de Margolin
blema del infinito. Concepto de causa. Libre albedrío. 336 S., Dreimasken-V., München, 1928. 5.- M; gebd. 6.50 M.
[8] Mysticísm and /ogic, and other essays. 234 S., Longmans, Len- Análisis de las fuerzas fundamentales de! presente: capitalismo e im-
don (1917), 1921. perialismo, socíalismo y aulodeterminación. Problema fundamental: evitar
Colección de artículos. Entre otros: Método científico en filosofía. la guerra.
Elementos fundamentales de la materia. Relación de los datos de los sen- [16] lkarus oder die Zukunft der Wissenschaft. Traducción de Arens.
tidos con la física. Concepto de causa. 55 S., Dreimasken-V., München, 1926. 2.20 M; gebd. 3.- M.
[9J Gnmdlagen für eine soziale Umgestaltung. (1916) Traducción de Los peligros para la cultura del mero incremento de la ciencia y la
Hethey. 173 S., Drimasken·V., München, 1921. 3.- M; gebd. 4.- M. técnica.
Una ··ti!osofía politica~. Tarea: freno al "impulso de posesión", fomen- [17] What I be/ieve. 95 S, Kegan Paul, London (1925), 1927.
to del "impulso creativo". Un breve e ingenioso resumen de la concepción del mundo de Rus-
[10] Einlührung in die mathemafische Phifosophie. (1918) Traducción sell: sobre la posición del hombre en la naturaleza y sobre las condiciones
de Gumbel y Gordon. 212 S., Dreimasken·V., München, 1923. 4.- M; gebd. de la vida correcta para los individuos y la sociedad.
5.- M. [18] ABC der Relativiliitstheorie. Traducción de Grelling. 260 S. Drei·
Presentación fácilmente comprensible de las ideas principales del masken·V., München. 1928. 3.50 M; gebd. 4.50 M.
sistema [5), sin ulilización de fórmulas. Definición de los números natura- Presentación comprensible en general, en conexión con discusiones
les, racionales y reales. Límites y continuidad. Axiomas de elección e infi- filosóficas.
nitud. Teoría de la deducción. Funciones proposicionales. Conjuntos. [19] ABC der Afame_ Traducción de W. B!och. 109 S., Franckh, Stult-
Matemática y lógica. gart, 1925. Como [18].
[11] Polilische Idea/e. (1918) Traducción e inlroducción de Gumbe\. [20] Phi/osophie der Materie. (1927) Traducción de Grelling. 433 S.
Con Prefacio de A. Einslein, 201 S., D. Verl.-Ges. f. Poi. u. Gesch., Berlín, (Wiss. u. Hyp., Bd. 32), Teubner, Leipzig, 1929. Gebd. 18.- M.
1922. Análisis lógico de la física; teoría cuántica, leoría de la relatividad. Anállsis
Traducción de dislintos escritos. Libro Caminos a la libertad; discu- epistemológico de la construcción de la física a partir de los dalos de la percep-
sión del socialismo, anarquismo, sindicalismo. Oistinlos artículos sobre ción. Para escapar al solipsismo se debe tomar ayuda prestada de los medios
pacifismo. Artículos del traductor sobre el significado científico de Russel\, nó poco aniesgados de la inducción y la causalidad. Teoría causal de la percep,
su deslino como pacilisla duran\e la guerra (cárcel, pérdida del cargo de ción; el estímulo tiene Ja inisma estructura que el contenido de la percepción. La
Profesor) y su posición sobre el bolchevismo . estructura del mundo físico; orden espacio-tiempo; líneas causales.
•
146 REDE! • 147
R/DEJ
Asociación Emst Mach La concepción cíentmca del mundo.' el Círculo de Viena
217
[21 J Ewige Ziefe der Erziehung. Unter besonderer BenJcksichtigung rrecta a las cueStiones filosóficas consiste de acuerdo con elio en corregir
der ersfen Kinderjahre. Traducción de Schnabel. 242 S., Kampmann, Hei- el lenguaje y que en el lenguaje corregido ya no se puede plantear la cues-
delberg, 1928. 7.50 M: gebd. 10.- M. tión. En ese sentido el presente escrito mismo no es una leoría, sino un
[221 An outline of phifosophy. 317 S., G. Allen, London, 1927. (Tra- camino que debería guiar al lector por sobre el nivel en e! cual todavía se
ducción Mensch und Welt. Ein GrundrifJ der Phifosophíe de Grelling en formulan cuestiones filosóficas, hacia fuera. Quien comprende correcta-
preparación; Dreimasken-V., München.) mente estas oraciones, reconoce al final que no tienen sentido. Debe su-
l. El hombre vislo de afuera. lnvesligación conductista del lenguaje, perarlas, y entonces ve el mundo correctamente.
la percepción, el recuerdo, el conocimiento. 11. El mundo físico. Causalidad; El tratado es comprensible con díficuftad; una presentación fácilmen-
construcclón a partir de la percepción. 111. El hombre visto de adentro. Au- te accesible a !os pensamientos principales los proporciona Waismann [2]
to-observación; conciencia; sentimiento y voluntad; ética. IV. El mundo.
[23] Scepticaf essays. London, 1928.
Traducción: Pablo Lorenzana
Ludwig Wittgenstein.
[1 J Tracrarus logico-phifosophicus. Con una introducción de B. Russell.
189 S., Kegan Paul, London, 1922. (Edición bilingüe alemán-inglés.) 1016 Sh.
(También bajo el título alemán "Logisch-philosophische Abhandlung", con in-
lroducción de B. Russell, en: Ann. d. Naturphif., Bd. 14, S. 185-262, 1921.)
Esta escrito discute los fundamentos lógicos de nuestro lenguaje,
esto es, los fundamentos de todo sistema de signos que esté en condicio-
nes de expresar pensamientos. Entre los estados de cosas del mundo y
las oraciones del lenguaje se da una relación fundamental, a saber: que
nuestros enunciados son pinturas de los estados de cosas. Todo pensar,
hablar y comunicar no es otra cosa que una representación lógica tal. Lo
que no puede ser pintado, !o que está privado de expresión por el lengua-
je, no puede ser representado, formulado, comunicado por ninguno de los
modos habituales. El libro pretende establecer un límite al pensar o, más
bien, no al pensar, sino a la expresión de pensamientos. Hay, en efecto,
algo inexpresable; esto hse muestra" en el lenguaje (p.e. en la estructura
lógica de los símbolos); y la distinción precisa entre lo decible y lo inexpre-
sable constituye el resultado más importante de este libro. Este conoci-
miento se aplica a una serie de cuestiones de lógica y de epistemología;
estas cuestiones se resuelven de un modo sorprendentemente sencillo,
tan pronto se haya mirado con claridad sólo la naturaleza del simbolismo.
De esle modo se aclara aquí !a naturaleza de la lógica y se proporciona la
prueba de que sólo hay una lógica; de esle modo se descubre la natura-
leza interna de la probabilidad, entre muchas otras cosas. Este punto de
vista lleva a una nueva concepción de la naluraleza de la filosofía. No hay
conocimienlos filosóricos que pudieran expresarse y formularse. "La filo-
sofía no es una teoría, sino una actividad. El_ resultado de la filosofía no
son 'oraciones·•filosóficas', sino el esclarecerse de las oraciones. Ella de-
be delimitar· !o pensable y con ello lo impensable." (S. 76). La solución ca-
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226
Leszek Kolakowski
Colección Teorema
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i .
La filosofía positivistq ·
j)
11
Ciencia y filosofiá
TERCERA EDICION
CATEDRA
TEOREMA
relación con el entendimiento e t f ,
totalidad E r , s e enomeno en su 227
vismo el· 1 ~o exp 1ca po~ q;1e en la historia del positi-
ec or encontra~a solo los nombres más conocí-
~;~~
.
::~~:::: :Is ~~:tf~~~d/osa.las personas no citadas
CAPÍTULO PRIMERO
12 13
. ¡. 1
miento humano. Trata de los contemdos. de nuestros 1. .
rencia~ de las cuestiones consideradas como secundarias 228 enunciados sobre dmundo,.. ne~esariamente inherentes al
Y. pomendo en claro. las an~lo~fas de los contenidos prin- saber, y_ formula las normas que permite.~ estab~ecer una_\
cipales .. P:1es esta diferencrncion de los contenidos O te- distinciq_11_~~Qb,ie1:Q... Q-e una cuest1on posible Y_ lo
1?ª.s prmc1pales y secundarios en la filosofía no depende que, razonablemente, no se_ puede presen~ar como cu.~_
um~a~ente de lo arbitrario: se funda sobre ciertos co- tión. fil_,p,Q~ü.iYi.§füQ..,es, por tanto, .!:!Irn-"ªct,itud norma~
nocim1entos históricos que nos pueden indicar incluso que rige los modos de empleo de térf!linos ta~~s como,
con ayuda de indicios puramente cuantitativos 'y única- «saber» «ciencia» «conocimiento», «mformacion»; en
mente ap~oxima,tivos, que tales o tales temas, proposicio- ' ' .
consecuencia, las regl__ru¡___p.Q_siü:vi~tas _distm_g_uen~;~
nes o tesis .atrarnn la atención de los lectores, críticos y mod_o, las-12,.9lé_m_icas fHgsgfic:gs,.ys.~ntíficas, qu~ m~~
ª?eptos, m1en!ras que .otro~ no suscitab~n más qué dé- ;~~llevadas a _cabo de Jas que J1Q. J~gedm_ser .4ll.ll991L--ª'§
b1!es resonancias .. El ~1stor1ador que distingue una «co- y en las que, por consiguiente, no vale la pena. deteners~.
rriente» en la h~sto.rrn de la filosofía, se refiere, por He aquí las reglas fundamentales que conviene s~gu1:
tanto, a unos criterios puramente históricos efectivos. según la doctrina positivista, a fin de separar -.s1. ~s1
Funda así su ~ons~rucción y evita que se le r~proche re- puede decirse- el trigo de la paja_ en todos los ¡mc1os
co~ta~ ~n la h~stona del pensamiento ciertas series según enunciados sobre el mundo, es dec1t, de poner en claro
prm~1pios estrictamente personales (lo que, por otra par- lª-.s. cuestiones q_ue_ merecen _rt:flexión, y de rechazar, por
te, t1e~e ~1 derecho de hacer, si formulara con claridad otra parte, las cuestiones mal formuladas o que ponen
sus ~r1t~r1os). Además, se refiere a un sentido real de en obra conceptos mal construidos: _
contmuidad que traducen las generaciones sucesivas de Primero:...1Ia-reglii"3efte.Q.Offi~- Brevemente se
adeptos, Y que si, a veces, induce al error, merece siempre puede formular así: ll9-~~isJ~jj_~. r~al entre «;~en..::
que nos detengamos en ello. cia» v «fenómeno». En numerosas doctrmas met~fa.§ic;as
. Pero, al fin y al ca~, .n.ue.stto_obje.to..._es_un.....pucn_liti- ·tradicion;~~~e suponía que los distinto: fenó~enos per-
__ .g.~so ~ s~g..Q.QQG..~,myet§..l:!l.men te una «~..Qrrient~_pQ~iti:_ cibidos y percibibles son )J).odns. . d~ mamfestac1on de un~
v.1sta» en la ~:1mluc10n~.deC11en_fülfil!~J1!.P-.:.JilQ§Ófico ele los ..t~ª--lidad_<;U1e...J1Q_p_ued~ .r~.vcla1:.s~ dir~ct~r:1ente al conoc1~
.&glili,.2(l~ -X~~,, Por el. contrario,~hLS:s>ll!r_qy~r~Ji:_d~12i~J¿ miento ordinario. Esta suposición justificaba el uso de
.....d~~~~ d.elinu;a~l,?D~rec1~ª-d.l;!.,J:sta.mrri~nJ<;,S_d~ fa eGEé;:· p~l;bras como «sustancia», «form~ sustancial», «cua)ldad_ _
-;f~ 1
d~ld~e~=~~~;; l1;~n~~
11 9
~o~~tdef1~ ~?s;:r~i~á~i
arte, es!e caso es normal e inevitable, dado que·la ósmosis
oculta», etc.~ El _positivismo .. .1:ecom1eµda -~chazo de_!~,:
tas -distinciorr~s..__ _gJJ~ in,cl;\J_f::t'.!l JL~_g_or. T enemoscterech_o ~
fegiMrai foque se manifiesta efectivamente a la expenen~ _
de las _ideas, la .definición de los temas tanto como los
contem~os ambiguos, que dejan siempre considerables
c¡ÍíÍ(T~s opiniones sobre e~i~ias ~ultas ?e las que la~ l
~~!~t~~.;;j~.··.~:~~n~fü!~s," ~er,i~~--s.u? ~ i o n e s no. son
fluctua~1~1:es en las interpretaciones, son obstáculos para . Q!S~~.::1±f:Je,¡ ·en ,cLI,anto alas ~c:-1siones sobre cuest:one 1
unas d1v1s10nes absolutamente transparentes. que van mJs alla de la experienc1~ _dan en el ver~a~t~mo 1
Vamos a tratar, por t~nto, de trazar un esgge:Ql_ª---.~Q..~/
ral del modo de ensam1ento ositivista. ¡,
Conviene explicar. a9uí. ~ue la crltlca _de los. pos1t1¡v1sta
no trata de toda d1stmc1on entre «mamfestac1on» Y¡«cau1
1
-~ posÍtÍVÍS,!E_?, es una. J?OS_L~a filosófica relativa al sabe;·· sa». Así, se sabe que la tosferina se «manifiesta» p9r uq,
hum~no, ue, SI no~~"~"WJ.!LlftiCtQ J~~emas· tipo especial de tos convulsiva, pero desde ;el momento e1
1~
re~at ~!JPQ~o~_ggguisicig!Lik,l §~b-~r -·en el semid~
ps1c_o og1co o h1stot1co- constituye; por el contrario un
.SQ...1?.JUnto de reglas y criterios de juicios sobre el co~oci-\\
que se ha distinguido tal modelo patol?g1co :1,? es )necel
sario reconocer la tos como uná «mamfestac1on» Y prer
1
15
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\\
14 ·1
\
guntarse por el «mecanismo escondido» específico de cuestión sobre la existencia o las propiedades de un virus
229
esta manifestación; el descubrimiento, a principios de si- específico del cáncer, el cual, por ahora, sólo es percibido
glo, del bacilo de la tosferina corno agente causal de la a través de sus «manifestaciones». Sin embargo, en nu-
enfermedad, no llevaba, evidentemente, a la contradic- merosos casos, la respuesta no puede ser tan evi~en_i:e.
ción con los presupuestos del fenornenalismo. Pues lo No hablarnos con el propósito de entablar una polem1ca
q_~e los
positivistas .entienden QOr la QrohibiciÓJ)._~[Lq1e§-, con el positivismo, sino únicamente con el fin de llamar
la atención sobre el carácter muy general de las forrnul~.:-
t1on, qo es el_¡echaz~d!:.J~.~~~ r~fa,tixfl~_J!JJ!s.·1
causas gue.no ªL?arscsn en. la exneriencia . im. m,diti.t.!l. . . ·. <;: i1nn···,01 ~~s .. g~e e~plearn9s _para é~r~t~er~zar e,I=pi::9g~()-=
la .fah~ ;Je emliQ!CÍÓU. Ji:'iiii]~~~aja:_Jl.(r~·, sitivista, así corno sobre fa pos1b1h9::1q de mterptz<:t§l:C:!2:11es
_d~ e11t1dades ocultaL~lwl~almeute-na...,;S~ · cliversas i <;onuadictori~s- q~e, Pºt.Q1tª parte, ~n.. ~L.e~n:
den descubrir. con los_,..,,,,,,medios. >1se. rn1cfk.le~ .... · .· ~1·..····t..,...""..J.u.••····~.'·,..'· .·.•··.·.L.,•.·. ºsamÍento positivista mismo, se confirieron a esta regla
- ..."";-,,v~,,."'~.,.,,~,;;:;i~J;-A:l,,...~~M
«materia» y el «e_mfritu»._ constituyen ejernplqs: ;~lási{:() general.. Dicho esto, querem .. º.s de momento guardar cie.rto. 1
de esas entidades que los positivistas condenaba.n cobJo ls.rado de i n 9 , e t ~ r p ~ 1 i l §..~~.~~~~11er~u
interpolaciones ilegítimas porque van más allá delJotal a fin de que puedan éstas servir para d1stmgu1r una co-
de la experiencia posible. Puesto que se supone que la rriente bastante considerable en la historia de la filosofía,
materia es algo diferente de la totalidad de las cualidades sin que haga falta asociar el nombre «positivismo» a sólo
observables del mundo, una cosa cuya existencia no per- unas pocas formas de esta corriente.
mite explicar mejor los fenómenos observados inexplica- En segundo lugar:{ Ia regia-qel no11!1Pa1I~fü9.J Esta regla
bles sin él, ninguna base racional justifica recurrir a podría en el fondo pasar por la consecuencia de la ante-
, este concepto. Asimismo, si se supone que el «alma» rior, pero es mejor formularla aparte, ya que, en las
designa un objeto diferente de la totalidad de las cuali- controversias filosóficas, es raro que un juicio importan-
! dades descriptibles de la vida psíquica de los hombres, te desde el punto de vista filosófico proceda de modo
¡ es ~na construcd_ón superflua, pu~s nadie sabe decir en ineluctable de otro juicio igualmente importante del mis-
mo punto de vista, siendo así que cierto grado de fluc-
I que¡ un mundo sm «alma» sera diferente de un mundo
1 con:!«alrna». . . tuación en las palabras nos permite mantener, con algu-
¡ :qe ell_o se s:gue evidentemente que la in~rdi~.s:;ión fo- nas distinciones, dos juicios que, a primera vista, deben
nomenahs~a, ~s1 formulada invita a numerosas reservas, sorprender por su incompatibilidad rni:inifiesta. ~a re~la
pues es dificil formularla de modo que decida de una .9.el norgiA!llisrp.o ~Lfil-~..-n~ rne~..gue lg~1qt~tQlC-
\ dón de suponer que un s.~ cualgmerazbforrnul~do <¡:n
vez por todas, en todos los casos posibles, si la pregunta
1 que, ~os hacemos pertenece a las cuestiones legítimas, al
términos enerales tenga en la realipap _qtros eguivale:q-
1
1 térmmo de las cuales nos interrogamos sobre el «meca-
e u · · sin1,n:i.lares. Sabernos que e1
\ nismo», más allá de la «manifestación», o si no merece pro lema de a i.nte~e!_~!~~Í..<?!.1...4<:.L~~P~E-según esta óptica
1 más\ que ser arrojada a la basura, porque fundamental-
se presentó desdelos orígenes mismos del pensamiento
!, mente «metafísica». Es fácil en ciertos casos extremos: europeo. Cuando Platón consideraba la cuestión: ¿De
1 por ejemplo, si alguien sostuviera que los objetos escapan
qué hablarnos en realidad cuando, por ejemplo, nombra-
j totalmente al conocimiento, pasaría a los ojos de un po- mos un triángulo o cuando se trata de la justicia? -for-
i sitivista por un metafísico incorregible, pues enunciaría mulaba un problema que, bajo otras formas verbales,
· un juicio sobre la realidad que, precisamente, en virtud mantendría su vigencia hasta hoy día. Decirnos -consta-
misma de su definición, no se presta aL:,controLempírico./ taban los filósofos- que la suma de los ángulos del
Por otra parte, no dudamos del carácter sensato· de la triángulo es igual a la de dos ángulos rectos. Pero, en el
17
16
fondo, ¿a qué se refiere nuestro enunciado? No a tal230 suponer que son necesariamente reales en aliuna parte.
o cuaJ, cuerpo triangular, puesto que ninguno constituye El mundo gue SQDOcemos_es _un ...f.QIÚ1:Wt9 del,hs:chos in-
un tr1an?1:Io absolut~mente perfecto, que satisfaga todas di::viduaks,,,"ohs.~1ro sab~r.. :tiend~ a 9rd~
las cond1c1ones descritas en geometría; tampoco concier- estos hechos v se conviert~..J29~knte, en llll s.abe.t..
n~, por la misma razón, a todos los diferentes objetos verdadero, es decir, algo que puede utilizarse de modo
triangulares j :1º obstante . es imposible concluir que el práctico y que permite prever ciertos acontecimientos en
saber geomet~1~0 no se r~fiere a nada. Ciertamente, pues, función de otros acontecimientos. En estos .../tlsJe..tnas or-
~ues,tra aserc10~, habla s1mplemen~e del triángulo. Pero ganizados incluimos todos nuestros conce tos a stiact
e.que es este triangulo que no existe en la naturaleza? _.;;,~;1os esquemas de las ciencias matemáticas y todas
No posee ninguna de las propiedades físicas atribuidas a las ideaciones de las ciencias naturales. Gracias a ellos
los cuerpos Y,. en particular, a la localización especial; podemos J1aLJLnuestra..e~p~ri.encia. una_forJIIª-- ~9:lle.:t~Q.t(:,
todas _s;1s prop1eda?es se resumen en que es precisamente co.ncisa, fácil de recordar libre de todas las fluctuaciones
un triangulo, y mnguna otra cosa· debemos reconocer .~9,_g!.Í!?~~i .i~a~·- t~J;-;11;; ··deformacioiíes -~-·c;aa···i;e~··
_gu~ existe de ciega manerª-,_aunq~e eg-ª-~~Üi.te.n.1;i~LnQ cho individual lleva invariablemente. Si no existen círcu-
esr da~a en la ~µcía Knsibk._.Y__ss5lct_s,~ª-J'!c;fes,ibk los ábsofotamente perfectos ni en · 1a naturaleza, ni en
a a razon. los productos técnicos del hombre, logramos, sin em-
-~~inaJi~!.~5-!~S:J.sag este modo de razonamiento. bargo, producir cuerpos concéntricos muy cercanos a este
~§tamos au torizag.9LLI~~9J.lQ~~t.Ja existenci <I -··a;-·;~~ ideal, gracias al hecho de que, en el cálculo abstracto,
cosa -dicen-. cuando _la ex_ erien 7"""'----~~~--"'···",., ....... operamos con el círculo perfecto, o con el círculo a secas.
S~barg~;;¿~~-¾;~;;1!t~;p~;i;~i1:~-~J~Kl~!;;!l 9~-
.:.f,l sist½Jna gue organiza nuestras ex,Qeriencias, debe ,ser
suponer q1:~ a nuestro saber general sobre las propieda- ,tal ,que no ,gueda in.,trodu~~Jg_ ~e,;pe;tjenda s_eres. su-
des del triangulo corresponde un ser diferente de los 12lemi;n tari,QhJJL~xist~.t~~---~-l!L~~giencia, o, ya gue
cuerpos triangulares singulares que existe sui generis."' d~bemos recurrir a ünstrumentos abstr~~~os,} tal que ¡>¡er-
En :7erdad nuestro saber ex,ige el empleo constante de i mita guardar en mente el hecho de que se trata precisa-
los ~nstrn~entos conceptuales que describen ciertas ;1: l . mente de j,u§JrnJP(:Rf.\::t~., de prodµcciones 4.1:!Jn8:1Jlol§ ....911t!
tuaciones ideales, las cuales no están nunca verificadas 1 . \,gn;:qquran la ~~~~u.fl.gj sin poder pretender a tjna
en e} :nundo empírico. Las ciencias ~;temáti~~s no so~ J · ,e.xisten~ia.;,1n:oni1;t. ,
l~s. umcas 9~e acuden a este tipo de construcciones; la En otras alabras, desde el nunto de vista .de la crítica
~1s1c~ tamb1en, en p~rticular la física de Galileo, debe nominalista do de orde-
1nev~table1:1ente referirse a la descripción de ciertas si- ,Jl,\\CÍ~l'l · . sou~~ª....Y-da~ili~ª1~ti-s!i._~~~~~~~~
tuac10nes ideales cuyos caracteres son llevados hasta el -~•rn:<li nosee nino-una
, *
función co nosc1t
--""""""''-
- ' "kl\0,~,$tlt¼Jp,if@,$,J,At,GA,,:","t4, ~ t
extre_mo. Es en relación_ con _las situaciones ideales y sus , en:. t~nto que, <:orno. saber precisamente a stracto, µos
pro¡pedades comq, _~~s .~~t~aqpn~~~§,.~.ª1~!.Q.~i_m_ggg!l~~- _g,a.Ji~,¡.,~¡¡;c~,,,Q~a:w-t.e~,i::tiu,.rfo¡,LJk.. la....t . ~ a l i ~ .
~m!t!!g!Jiks"", Sm embargo, estas situa- .t!!llll!,!s;,o. Todos los· seres universales, todas las produc-
e1ones. idea_les -el vacío mecánico, el sistema aislado, ciones abstractas con las cuales la antigua metafísica lle-
cualqu!er figura geométrica- son e uivalentes/a nues- naba el mundo, son ilusiones nacidas de 1a existencia
tras ~usmas pr~ucdionesd Sf:~-~.!!X-~R:]k.:_..~§S!:~ñ,~!§Jl, más ilegítimamente otorgada a lo que no puede existir fuera
,E9l1Clsa_y__gr_J}_er ;-I2-ª-..Qrn,__.~_J!§ t~fil!Q.1!.c:!~. empíricas. Y no de la palabra. Para emplear el lenguaje de las viejas
es porque implicamos estas situaciónes en 'nuestros" cálcu- querellas escolásticas, la «generalidad» es la propiedad
los, para nuestra propia comodidad, por lo que se debe exclusiva de los productos del lenguaje, o, más bien -se-
18
gún ciertas interpretaciones- de los actos del intelecto pero siendo conscit:llt(;S de lo arbitrario ele esta deci-
231
que opera con esos productos; no coincide con ningún sión. La reglil fs,nQUl~!ifilifilíLll!l~.J~~hi~
dato de lá experiep.cia y, por tanto, en el mundo no hay ROijeJ; .swe l<~s ~lo,;e~ .~g¡}. .,~ta~etel3 .®L~~~ \ .
nada que sea «general».
La concepción· fenom~naJista .L nominalista _clel ___saber
.:bles al P?ll~~m~s:nt12 Q~~ W~~k~ .. ~ •. ~mbl;~~.,La regk_ \
lleva consigo otra consecuencia importante que formula- n.omgi~.li.~ .t.~.;,,. Q.f~
existir 1 . fuera del .. e...•¾~Llun.
..s~r·i···b
myndg ~i~r ~....
ltt.
§ensible .L·d·~~
.• JJrut ..P.~ .9l!~.,l2.
~ferfl V~9~. .
.de valo:¡::es
remos .e11 .t.er(:er lugar. ~J¡~_g~Ji;!".,rs;.gl.~gU(. ni~fq exisden . , . . . .. . . t s .uicios
"':" todo· vator~~(}.11lJªiJziU1,,~w,fr1¡,Áe, 1,1.'1:frt.,~~k~~ .
)._, enunciadas normativas. En efecto, To_s_a~s.~.que.:..cJk.
de valor serían PY$!~¡gs sn. ,!;qf,ll;~U,.~,,J,,UlJnQ.~ig¿
mático. Por tanto, tenemo~_...gerec~~~j:J:.Q§ \
1
1,,,h'" li±ican ~ntec"imi~~7, fQ§i!§.~CL.<;;QPQ);;H;;:m,§.l~J,lW#U~-"tg¡~ juiciQs .~lQ.LS~_t:LmundQ...dcl. hºm~--~~IQ n;¡1..m1. \
como: npble, innoble, bueno, malo,_ J:iermoso,feq, etr;JO n.Cl~ autori~a a ;iU~ckia~rul~~ C;i,~_n!Í· \
nos .§Oij. d~dg§ ~o Ja e~~~Qª-· ·Del mislrio. rrioq9, n¡i):_ ficas o, eJ1. ~g~n~ui,l., PJ~~.J:~:;;;Q!l~§--UY~LDQ,""J:?JQZ~P~&!!l,,s!~" !
gúna · experiencia . nos puede obligar, cual~sq9}e!f~ . 9,VJ! niJestra,~~Qn-ª.rhlttfr!ria.. ¡
sean las operaciones lógicas puestas en obra,.a ácePt?lr De entre las ideas mayores de la filosofía positivista,
enunciados que declaran órdenes o prohibiciones, que enumeraremos en~rtctl~ifüJ,gJ~_r;JUa-UJJid(J.d.J1JtLJ.ii:;;..
dicen que es preciso hacer tal cosa o abstenerse de cum- mental del método aeta.ciencia; Más aún que en los
plir tal otra. Más exactamente: es evidente que, habida casos anteriores, el sentido de este principio exige diver-
cuenta del objetivo considerado, se puede fundar los jui- sas interpretaciones; no obstante, la idea misma ·se en-
cios relativos a la eficacia de los medios empleados para cuentra siempre presente en las doctrinas positivistas.
alcanzar ese objetivo; los juicios de este tipo tienen un En su forma más ge~..§~_1[ª.1ª-~tl~~,S~
carácter tecnológico y pueden ser calificados como ver- los modos de ~ÍC!Q!l._de u n , ~ 1 a b ~ ~ : .
daderos y falsos a condición de conferirles precisamente m:en talm~gt~JQ.§.,..!R!§JllQ,§.-511!~,!:!LtQs:19~12.t"~!BR~~.•,4~.. J~
un sentido tecnológico,. es _gecir,.en la m.r<#stª ~ri qlle ex~rieq~hL, comg son igu.f!lmente i~!i~Jg§_J2!!US}Wk.
nos -indkancuales· son los . proceclirr:ii~ntos .. más eficaces les etapas de J~fil?_Q!~,~mu.,4~,,J~,.,S;~l2!!i~R~.i~t.ít.,ll:~YS§'".,4,~ ·~
en fu""ñcícSñ'cier restíltádo deseado. Así, los juicios que la reflexÍQt). teórigt. Por tanto, no se puede suponer que
7n-;:;;aañ;-por ejemplo, que hace falta recetar penicilina las nru:.tkulatidaQ~.§.,SJJ~ܪ1iY.ª.§ de las dife~n~Lf!ffi9J!.§_
a. una persona enferma de neumonía o que no hace falta son otra cosa que la manifestación de cierto estadio his-
hacer uso del látigo para forzar a los niños a comer tórico de la ciencia; por el contrario, se puede esperar
-pueden evidentemente ser fundados si su sentido res- que un nuevo progreso conduzca poco a poco a la nive-
pectivo es tal que la penicilina combate eficazmente la lación de las diferencias, e, incluso, como muchos lo pt;n-
nc:mmonía o si el látigo provoca en los niños traumas saban, a la reduk1;.iQu_~~,JQ~!l~Jas__á¡~_a1,¡~;abet_.a_uila
caracteriológicos. Si, por otra parte, admitimos tácita- .sQl~isma ciencia. Esta ciencia ÚJ1!&,?, en el verdadero
mente que, en general, es bueno curar a los enfermos y sentido de la palabra, sería entonces, como se pensaba a
rnalo provocar enfermedades mentales en los niños, los menudo, la fís~, que, de entre todas las disciplinas em-
juicios citados en sus formas normativas están entonces píricas, ha elaborado los más valiosos modos de descrip-
fundados. Por otro lado, resulta ilícito fundar por medio ción, y cuyas explicaciones se extienden a las propiedades
de datos de la experiencia valores que uno afirma por y a los fenómenos más universales dentro de la natura-
ellos mismos, y no en relación con otra cosa. Que la vida leza, es decir, aquéllos sin los cuales los otros no pueden
humana sea un valor insustituible, he aquí un principio producirse. En verdad, la esperanza de reducir todo el
que es imposible fundar; podemos aceptarlo o rechazarlo, saber a las ciencias físicas, de traducir todas las asercio-
20 21
i'·.•1
nes a tesis relativas a las dependencias físicas de la na- 232 postura es deliberadamente limitada a las reglas que,
¡,.,·¡
' turaleza, así corno la conversión fundamental de todos explícita o irnplícitarnente, se adoptan en el arte de prac-
,::/
los términos a términos físicos no resulta, por tanto, de ticar las ciencias de la naturaleza, donde los principios
metafísicos no sirven para nada -según los positivis-
il la regla positivista mencionada, si no se le añaden pre-
supuestos adicionales; por consiguiente, la fe en la uni- tas- y donde se tiende a establecer relaciones entre los
:.:¡'
dad del método de las ciencias puede ser igualmente ex- fenómenos, sin profundizar su «naturaleza» escondida y
\\.1
'j plicitada de otro rnodo. Sin embargo, su interpretación en sin tampoco tratar de establecer si el mundo «en sí»,
los términos citados más arriba es bastante común en la independientemente del tema del conocimiento, posee
::1
historia del positivismo. otras propiedades que las que nos da la experiencia.
- ij ¿Cuál es el sentido de estas prescripciones positivi~tas
En torno a estas cuatro reglas expuestas escuetamente,
1 la filosofía positivista ha elaborado una amplia proble- en la historia de la cultura? ¿Cuáles son sus principios
mática que se extiende a todas la áreas del conocimiento previos y de qué modo pueden fundarse? ¿Qué clase de
humano. De modo más general, el positivismo es un dificultades engendran? Trataremos de responder a e~tas
....muilw.19-.Q~_J;:~gfam~.ntJt<;.iquJ~iL.9JJ~.•Jlg~.q.,g_§J!h~r .h gmano preguntas al final de esta obra. Nuestro propósito mf\yor
y: que tiende a reservar el nombre de «ciencia» a las consiste, sin embargo, en presentar sucintamente las p'rin-
operacion~~~~~~-1;-;;~;-¿~;-cie;a~·s cipales fases del pensamiento positivista moderno. ·
_m1.:tde.roas-d.e.J.a..~D'ª1:!lti1lez.g; Durante toda su historia, ·;r
positivismo ha dirigido en particular sus críticas contra
los desarrollos metafísicos de toda clase, por tanto, con-
tra la reflexión que no puede fundar enteramente sus
resultados sobre datos empíricos, o que formula sus jui-
cios de modo que los datos empíricos no puedan nunca
refutarlos. Así, según los positivistas, las interpretaciones
del mundo tanto materialistas como espiritualistas em-
plean palabras a las que no corresponde ninguna expe-
riencia: suponiendo --contra lo que piensan los materia-
listas- que el mundo no es la manifestación de la exis-
tencia y del movimiento de la materia, o, por otra parte
-contra lo que piensan los adeptos de las creencias re-
ligiosas-, que no está controlado por una fuerza espiri-
tual providencial, ignoramos, después de todo, cómo el
mundo dado entonces por la experiencia sería diferente
de lo que es. Ya que ni el primer principio ni el segundo
desembocan en consecuencias que nos permitirían prever
o descubrir en el mundo algo más de lo que existe ahora,
no hay ninguna razón para aceptar el uno o el otro. El
posi tivismQ criJ;i~ª,--PQ!:.,..t~1J1tQ,~ P.~rmgJJ~111~ill~JJJ~.. Ja.Qtp.
9
}::ic~n~~~;l:U~1~;sy fs:li~~~~iz~~i;;~:~n;;~ ~¾ªp~e:tt~
de.Q.Q§J;t:Y.acici1,1J,iJ2-t~JJ~.JQQQ Pft§}Jl?l,l~§t<L .ll?~!lil!faig:>. Esta
22 23
233 f erenciaba una tendencia en toda reflexión filosófica a par-
tir del análisis del lenguaje del que nos servimos para
hablar y formular cuestiones científicas, análisis preciso,
que aproveche los medios de la lógica. Dentro de esta
óptica era natural que esta escuela fuera hostil a los
sistemas metafísicos grandiosos y omniscientes. Sin em-
bargo, los surcos intelectuales trazados por esta escuela
no fijaban de antemano ningún límite al sentido de las
cuestiones y autorizaban -tanto de jure como de facto-
las decisiones más diversas en las cuestiones filosóficas
VIII de manera a no fijarse ningún objeto definido, sino de
modo ~ s tudiar en profondida.dJ~QS...S.ignifkadQLQ.Llª§
~~ll~--~.mpJS&lfilQ§~n_tQd!ls_lQs.J;.~~gipJiuªL
,-1~ 1 . . ,
~-5LQ,en~lll,~.a.s~o.mo~ . .en"lJL.Ylºd.a•.,CQtlwana.,__
.,.1: El estud'10
propuesto puede alcanzar resultados conformes o no con-
formes con cualquier proposición filosófica existente. Lo
1. Las..../liflltJ:~.JgLem¡¿friPno)ógíco: .9Jle im12orta ~--9.~SlQ.S..I~filll.tado~",S~.l?J;Ldadero.s,,.J;¡w::,_
su ddinición_por §Í_mismo _aclarenlas_v.agauntuidºn~imuL.l~s_~!l.J.m~tras n'ª~
labras, que desenreden los híbridQ~ y_eJllakLQjas~
Desde el punto de vista de su cualificación por sus _ciadDne.s....mnfus.aL.P-:ue.sias.~..e11-J2bra. ..m_m1~s tms_jJJiQQS,,
solos contenidos, el~mpirismQ 16gkQ.,. o el _Q.Q§Ütyi5-!l1e> ,LSLuerontribuyan_ fisí ~ª J2lcmtw ,. todg~JaLcJJeJ?ÜQJleLfi-
lógico, o el neo-positivismo, se sitúa en el marco de una ~fiwlLy. _s:;i~ntificªs . ,en .. .tér.minos . intdigibks ,,y..J'-K~Ptíl·
tendencia
;. más general, llamada habitualmente la ---···-· filosofía bles parL!Q.22~·
ana11t1ca. Esta tendencia estaba enraizada en las tradiciones del
Este último nombre designa no sólo un movimiento ~SJlmieD:tr.l~7mpú;ico,lnglés_e inco.rporaba la he!end~ del
intelectual concentrado en Camqridge_y Qxford, impul- ~i.h-tllis1uru.ta.. .NQ. .Ji~...tm~d~,...sin=tmbJ1WQ.,"1ncl.1,ut..~n
sado principalmente por J. E. Moore, sino también el _hlnqne la filosofía analítica..en.Ja..histaria...dd :posithdsmn,.
conjunto de las investigaciones que, partidas de Ingla- ya que gran número de sus más eminentes representantes
terra, se han propagado en el mundo entero, y cuyo ras- defendían puntos de vista que no se inscriben en abso-
go común era la co,t:r\d~~!Q!LQ~~-Sl11~Ji!..iil<~~ofía tien~_.R9! luto en las perspectivas del positivismo, tales como las
~rdadera Y:Q~!ls;ÍQl)_,iilillli¡at~~LJ~11JsJ1.fl:fa....-.. l~nfilrni~ ..C.9-· definimos en este ensayo. Moore, por ejemplo, en sus
1 rriente y_ científicQ::--::dl fin _de __p~ecisar _d sentido deJos investigaciones éticas, y a pesar de la tradición positivis-
concs:1;2tos, t~~fa :,z:.~icas,_exist.ent.es... De suerte que se ta, defendía la objetividad de los atributos de valor ( ta-
hizo suficientemente claro para los espíritus que las cues- les como «bueno» y «malo»), mientras que mantenía
tiones tradicionales habían por fin obtenido soluciones que éstos son primeros e irreductibles a otras cualidades
científicas o habían sido rechazadas como vacías de sen- empíricas. Teniendo en cuenta su rechazo de la doctrina
1 tido. Al principio la escuela analítica, en su misma. ten- nominalista, el mismo Jit:!nrand Russell no puede ser
dencia, no veía el proyecto de soluciones epistemológicas considerado como positivista, aunque se contara entre
o metafísicas definidas, no prejuzgaba tampoco las cues- los más eminentes creadores de la escuela analítica, y
tiones filosóficas provistas o no de sentido. Sólo la di- aunque haya contribuido a la constrúcdón de füsttümen-
208 209
í
tos lógicos importantes en el desarrollo del positivismo del 234 to del mundo, aunque las considere como una técnica in-!
siglo xrx. No puede, de ningún modo, calificarse de posi- dispensable para razonar. El desarrollo de la lógica for-¡
tivista a Alfred Whitehead, autor, con Russell, de los _.maLp.ermitió._depurar.. numeros.aL.ru~s.úones ficticias der
Principia Mathematíca (1910-1913), matemático de forma- esta ciencia y liberarla de soluciones exigidas por los pro-¡:
ción, creador de una metafísica y de una cosmología clara- blemas ontológicos, transformándola en un potente instru- 1
mente teñidas de religiosidad. Asimismo, no era positivista mento al servicio de las ciencias de la naturaleza en una
J~!L.J,1.1Jbtsk.w:i~i, . !f?,,X~l,-"!!gL..<:k Ja~_)ógicas _pluriy ~!~P:!t?~i.. Qtü·;:l1Jad6n..._eJJ1p,(tka. ,_Ni 1ª. . Jó.gi(ª'-.......Qi la._ matemática':
-que rechazaba también el punto ae ·,vÍShl !lOffiÍfia1lSta, y, -sea o no esta segunda ciencia reductible a la primera-; '
además, incorporaba parcialmente sus convicciones re- ~§!IX~D.... pata...de.scubrir.Ja.s.. estr..ucturas. _deL.m.u.ndo_wtalin-1
ligiosas en sus análisis filosóficos. Por consiguiente, in- ~üísti..c.Q.,.__p..e_m___p..e.tmiten ...em.ple.ar ..hien. Jo.s. · · .. ' ·
cluso aunque actualmente, en las jóvenes generaciones, Jk<2~.Y_Qª~~t-~.Qrrec.tªro..e1J.t.e.. de. nnatesis..a . ut.ta. Por tanto
sería difícil distinguir entre los partidarios de la filosofía si todas o algunas de las tesis de estas ciencias son váli
analítica y del positivismo lógico, cuando háblemos del das independientemente de la observación y de la expe~
periodo de entreguerras nos contentaremos con dar cuen- rienda, no es porque éstas revelarían una necesidad in{
ta de la filosofía a la que podemos aplicar el nombre de manente de la naturaleza, sino por la sola razón de tener.
«positivismo» sin mayores reservas. Omitiremos, por J2.tQposiciones analític::as,_de __ estar, pue_s, __ yad¡i5{le cante~
otra parte, la totalidad de la filosofía analítica, el cuadro nídos ..:y debex s11.1.mlidez .a.las .. conv:.enciones. Jingilisticasl
en el que aparece el fenómeno aquí trata~()'.,f!?c{,Jalta_ Convenciones lingüísticas vinculadas al significado que
mencionar en nuestra presentación deffempitismgJggico 1 se atribuye a sus distintos elementos. Por el contrario, y
una \p_~_ek.4ad \que Russell juzga precisamente como par- · aquí está uno de los princi12ig_~-supremo§, del· empirg;mo
te constitutiva de la Jilosgfü1, .ana,lfaicg, y que aparece lógico, no ,existefLiuic:i_os_,§Í1,1!~!iSQ§.. A_QC.fQ.~.~.S;lL...ÍYi:.
i muy claramente en una variante p_g~i:tiYi§.!~= s~. tt¡;lt,a ,c;le SQ.§.,.SJ!l~ºdríªnJ~zi!im.¡:i_Lirtd~~ndientemente de toda
, e,w/.,1i11t'fla asociación, con_sciente de su noyedad 1 de Ja interere- -~2ill~riens:ia_ YdJ.uk, ~ll . rµjs,mQ. _ ti~mnp"'descrlhi!!&L~llnw~
l
1t taciQJJ emnirista del s~con J.a~licacÍC?_!;l;_~~mpleja~ =g.9 "~xtntliugij.fati~q,. ~ll)J!!.9. ,.rn.~1.9.JJi~ra~d~~fill§...ª~l'l!:~W~ •.
i 1 1i,~fUQ§..c!!l~..Q~~cQ&,,. Según R u ~esta ali@za__~-ª- El objetivo de la filosofía, admitiendo que ésta pueda',
11 ,.í,,.,,, ¿¡..,Í'hcteriza las Cí!;;ncias ~ la naturnle~-ª- d~~c:i~ __Qglil~...J!!:!!l:: en general, ·existir como reflexión al lado de las otras
que manifiesta por primera vez sus posibilidades en el · ramas del saber, no puede entonces consistir en reempla-
cam120 de las cuestiones filosóficas tradicionales, mérito zar las ciencias· en las cuestiones relativas a la construc-
gu~ ...mecisament~Lªtribuye el em:pids.ID.Q...J6gko. ción .<leí mundo. Está destinada a una vocación especial
Como lo explican los partidarios del empirismo lógico, pa.sfi •en ·~L!!P.áfüú1LlQ_gJ59,,Q.f_1ª,s,J2I2.PJed~ill:..
que se
los métodos de___argum~nt!:!fi9n slaborados P.S?f..ELSi~.q_-¡, e · . ·. .· ·· deU~n~i~..1m en~.12.m;:tic~~r del I~n-
-~--Jllate1:p.á~ifl!~iJ0Lm~tog,2_§~m~tak.LQ.~est11~1 . La filosofía se transforma así en
dio del mun.do_,__s.e presentahan;0JLrdlexi5in_filosófica! una ,..s;i~n,.c.ta . e os. mé~bq9~ deLcom]o,ttamiento cientí-
...como dos vías i;iyales en el_g:>JlQQ.miento de_la. t~i!lid~gJ :.lk.Q~.]~_Cíltldid~.L~~Ji{ica~?s hiQót~g~"1
Vías que, en función del papel que se atribuía a la una
y a la otra, contribuían, en esta oposición, al surgimiento
d.~J~¡~g$~4I.~4~ l~.s"SS?.!19l¾~.2!l~.g~:-"'~~~wo de-~-
expr~§J.Q..n~s..~J.lli)_s,:¡¡.S,~,§,; A veces, estas act1v10aaes se ae-
de puntos de vista epistemológicos ant¡¡gónicos (los «em- nominan JF~i~.nr1ª:1i Lo que, en gran parte, empujó a
piristas» y los «racionalistas»). El_ empi;tjsmo,_ J,ógko . . se_ emprenderlás fue la situación que reinaba en la ciencia
_pJ:Qp.P~anu1at,,§ta~dicotomía .considewndq__ la ex~rien-. al principio de nuestro siglo y que, sobre todo,· hace
Aa..J:QmQJ.a..J.it.ili:ª-Yfa que puede -cqndm:ir al s..o.ngfim.ien- falta relacionar con el estudio de las antinomias de la
210 211
teoría de clases y con la teoría de la relatividad. En estos vertirse eh objeto de uno de los procedimientos· de refu-
235
dos últimos casos, se verificó que ciertos modos Je pen- tación eventual.
samiento y de expresión corriente exigen una revisión LCuang...t,s?Lt~U1i~ill9, es dedr,_k_k_~lllikd...m~
que debe, entre otras cosas, recurrir a un análisis lin- todológica fundamental de la ciencia y la convicción de
güístico minucioso de las expresiones aceptadas ciega- que las distancias que continúan produciéndose en los
mente, mientras posean consecuencias concretas. No en- modos de acceso al saber en las distintas ciencias -ante
traremos detalladamente en estas cuestiones. De cual- todo entre las ciencias del hombre v las ciencias de la
quier modo que sea, los progresos acelerados de la lógica __ naturaleza- resultan únicamente de ·1a inmadurez de las
. 1-.r:T: . d 1
fil.Ul~~iL~v~n rarnn . ,.a..•..s::it1tt11n;¡;ª·"MS: ...QY.~ ....Prn.1119 _;§.~!'l€L_
,c1 .. , ciencias del hombre que, con el tiempo, se acercarán
.12osible resolver defini!:ivªgiente o. de5calificar,~12Pr tnªl inevitablemente al modelo de las ciencias de la natu-
raleza.
_man tead~§.i. ..~try_~ncl9s~. g~ -~~~L.!!1~llll!!L4ULQ§~c!Pclªt.1ª?- Todas estas propiedades son específicamente positivis-
cues dones filosóficas_ tradicfonales. Inclusó algunos se
imaginaban que la nueva lógica sería proíIÍqvida al papel tas. S.in embargo, la vitalidad del empirismo lógico, en
de characteristica universalis con quesoñaha Leíbnitz, y su primera fase no se atenía sólo al hecho de que sus
que permitiría poner en obra modos de argumentación partidarios abordaran cuestiones realmente importantes,
infaliblemente eficaces en lo que concierne a la solucíón desde el punto de vista científico, a la luz de las muta-
de todos los problemas filosóficos consentidos. ciones debidas al nacimiento de la lógica simbólica, de
A pesar de las modificaciones, disputas, precisiones y la teoría de la relatividad y de la teoría de los quanta.
atenuaciones que conoció el \§Í!!~§J se puede En la mente de sus partidarios, esta filosofía debía asu-
observar en esta corriente fílosófica varias tendencias mir igualmente funciones importantes sobre el plano de
duraderas. -·---- la visión del mundo, debía propagar entre los hombres
PrimerO, un .. raci.2nalismQ concebido como oposición al una_.~~~!~tud_.cieptífica qªdª. sys pfopias conykd9nes, y
irracionalismo, es decir, Jg-SQllY!ffÜ?n ...tl~".51\l~.,~9JstJ2?
~_11trifü:!ir .asLaJa. ckst1;1.,1cción ~k fo.s:· i;ú:~iiiigos .irq~fonª:.
- ~ ¡;ont~nidg_J11.1ede ser coJ1~~-
ks, .1~._ 1<:>~_J.3-:Q§!!tS~_()S_ igeolQgÍC:Q.S y}e la viole'r_1cia jrn,-
putable a estos fanatismos en las reladones sociales. De-
diante medios accesibles .fa!. todo~_ tim~JLdeJ~s;;.ho JL_re-_ "bía ser no sólo una ciencia,. sir{o tamb1én -~~ª ·;~ti;idad
clamarse 4~-Jas.kn~.iª·"-º·~R&t~.~~.,YJ;l"~\:'JÜ&tt.• ~QA;;UQ.§,~iliY2 ·
La certeza deg~sólo sonJegítim~los instrumentos del
Q~.dªgúgica revestida de un papel considerable -~n 1~ lu-
cha contra los irracionalismos que envenenan la vida co-
coggs;j!:ni~!~Lµ~,,g_µe_ ~e. ,. sirven Ja§. ciknd¡:i,s _d1;: la. Ji~tura- lectiva y engendran tentativas de imponer por la fuerza
)eza y, 1ª1.J!!!l~!lE.,~.· t las posiciones partidistas irracionales. La desconfianza
Segundo, un fJlQmÍJlfilͧmQJ que, en general, es aplicado frente a las i,deologías nacionalistªs, gespués"ae las des-
a la episteµiologfu y, en particular,~ teoría del sigui- ilusiones de lá primera guerra mundial, había contribuido
.fi.S~Sh2dlJ~LH~9.t;!"! deJos, objetos ,de las _matemática~ así a esta tendencia seguida por numerosos intelectuales: a
ª
J;;9mg l~.s:.Qn~i.d~Li1.ciQn~s._,Jl.AiclQgk;aS,~ la introducción de la prueba científica como medida de la
ITercerQ~ una orientación antimellfi,sica nacida de la validez de toda prete1isTon ideológica. . Los positi~;tas
opinión según la cual los juicios llamados metafísicos no 'de esta época repetían de buéna gana la 'divisa de Locke:
se someten a las condiciones del control experimental por- tenemos derecho a aceptar opiniones, cualesquiera que
que no conciernen a la pertenencia de ciertos fenómenos sean, con un grado de certeza igual al grado de su ar-
a una clase definida. Se pronuncian sobre «el mundo gumentación. Esta máxima que resume concisamente la
como totalidad», por consiguiente, no se prestan a con- regla fundamental del racionalismo práctico, perseguía el
212 213
236 nombre de Círculo de Viena, eran Rudolph Carnap ( 18917
1970), Karl Popper (nacido en 1902, actualmente en In)
glaterra). Otros sabios y filósofos de la misma tendenci~
trabajaban en Berlín (Hans Reichenbach, Richard von
defens& de Mises, W. Dubislav) y en otros países (Dinamarca, Sue-
la democracia, de la tolerancia y de la cooperación. Pre- cia e Inglaterra); por otra parte, con total independencia
conizaban una utopía que consistía en suponer que la ac- de las influencias del Círculo de Viena, diferentes grupos
titud del intelectual, cuyas opiniones personales son apro- o particulares conducían sus trabajos en una dirección se-
ximadamente determinadas por los rigores del pensa- mejante. Otro centro importante del empirismo lógico
miento científico, puede ser expandida como el modo residía en Polonia, donde el grupo de alumnos de Kasi-
de pensamiento dominante en la sociedad, y que puede, mierz Twardowski eligió trabajar sobre el análisis ló-
pues, transformar la posición especialmente in~ependien- gico de numerosas' cuestiones filosóficas, en un espíritu
te del intelectual en un género de modelo eJemplar al comparable en muchos puntos al del Círculo de Viena.
que toda la sociedad se acercaría por medio de una edu-
cación bien organizada.
Aunque el. positivismo lógico se distingue de la doc- 2. Ludwig Wittgenstein
trina de Mach por una amplia aplicación de los instru-
mentos lógicos y de los análisis sintácticos y semánticos, El Tractatus logico-philosophicus de Ludwig Wittgens-
intenciones comunes y una continuidad real de las per- tein, publicado simultáneamente en alemán y en inglés
sonas y de las instituciones hacen que se pueda, en cierta en 1922, tuvo un papel consider8.:!2}t= .en la artiCl:ilación
medida considerar ese movimiento como una prolonga- filosófica del emp1rism9 Jógico. Ludwig º~Wfftgenstein,
ción m~difícada del empiriocriticismo. Desde sus princi- judío de origen austríaco, era un ingeniero que, después
pios el empirismo lóo-ico revestía claramente el carácter de haber abandonado las cuestiones de orden técnico,
de ~na escuela consci~nte de su particularidad, que dis- se dedicó a un trabajo profundizado sobre los fundamen-
ponía de principios unánimemente reconocidos por sus tos de las matemáticas y de la lógica, y, por fin, a la
partidarios y que atacaba, como un sólo cuerpo, los pun- filosofía. Los últimos años antes de la primera guerra
tos de vista contrarios. Lo que distinguía además esta mundial, estudió, bajo la dirección de Russell, en Cam-
corriente como «escuela» es igualmente su lenguaje agre- bridge, y su· primer libro (el único publicado en vida)
sivo y violento, un estilo un tanto sectario y apodíctico, fue, .en gran parte, fecundado por el pensamiento. de
la certeza inquebrantable, con el cambio radical que opera Frege y de Russell. Su segundo libro) publicado a título
en la historia del pensamiento, de tener razón y la pro- póstt:l1i1(){1963 ), Investigaciones filosóficas, se diferencia
funda convicción de asumir una enorme misión en la del pthriéfo y parece probar que Wittgenstein había recha-
cultura así como la intolerancia manifestada hacia opi- zado ntitiietosasideas contenidas en el Tratado. La enor-
niones 'distintas. m.e íriflriencia ejercida por estas dos obras -la primer~,
El centro más activo del _gositi:yJ~1PQ:Jógico._Jn~_,__d.e._ sobre el desarrollo del empirismo lógico especialmente, ¡y
entrada Viena donde _desde el comienzo _<Je los años2Q,. la segunda sobre la filosofía llamada lingüística-. tlo
.hina¿;;i;"a, ·~;· grupo rde especiali~tas ele la~. c_kudas .9~ autoriza, sin embargo, a inscribir el pensamiento de Witt- ·
· la naturaleza y de matemáticos agrupados alrededor .d~. genstein en una u otra de estas corrientes, y menos aún
Ta person·a dé Moritz Schlick ( 1882-1936). Las más emi- cuando fue el primero en no aceptar la interpretación
nentes person;naades de este grupo, conocido con el de su reflexión filosófica en el espíritu del empirisn:io
11
214 2l5
ji
1
grama lógico-e~pirista tt:vo ~ncluso partidarios particu- 237
siciones psicológicas el sentido del que están provistos los
larment_e entusia~tas que 1magmaban la terapéutica como juicios sobre los comportamientos observables. En par-
susceptible no solo de sanear toda la cultura intelectual ticular los enunciados sobre las experiencias de lo vívitlo
humana, y esto gradas a la liquidación de las diferencias no tíenen ningún sentido científico si tratan de algo q\1e
Y de los antagonismos doctrinales, cuya única fuente es no es un comportamiento (o si, según la opinión común,
el mal empleo del lenguaje. Entre los nuevos positivistas es la expresión de las experiencias). Conforme a la tb-
algunos defendían la opinión según la cual las aserciones dicíón más duradera del fenomenalismo, el positivisr;no
meta~ísicas e_stán desprovistas de sentido, aunque puedan encontró un aliado naturai en la psicología behavioris!ta,
asum1t fu:1~1ones de expresión, expresar un cierto tipo que prescindía de la categoría enigmática e inaccesibl<f a
de cosa v1v1da. Estas aserciones pueden pues ser tole- la observación que constituye «la conciencia», «la sqb-
radas, a condición de no pretender ~tro e~tatuto a jetividad». Por ejemplo, se piensa normalmente quej: la
~ond~ción, por tanto, de que quien las expresa no' se inteligencia es una «propiedad» de los individuos, que
1magme que pronuncia cualquier juicio sobre el mundo se expresa y se reconoce por medio de tests. Desdd el
º. que puede discutir en favor de su propio punto de punto de vista del empirismo lógico, así como de la psi-
vista contra otros. cología behaviorista, no se puede caracterizar la inteli-
gencia como una cualidad o¿ulta <<que sólo se manifies-
ta» en los comportamientos provocados por los tests. ¡La
inteligencia es, precisamente, lo que se estudia por me-
dio de los tests, o aun el grado de aptitud que se adquie-
La regla? ~:1e define el sentido de las propos1c10nes re en esos tests. Otra suposición, según los behavioristas,
por la pos1b1hdad de reducirlas a contenidos tales que implica tácitamente la distinción anticientífica entre la
hablen del ~omportamiento físico de los cuerpos, desem- esencia y el fenómeno por medio del que se sup9ne
boca, por. v~a. de consecuencia, en la convicción de que que esta esencia se manifiesta. ~in embargo, la ciencia
todos los ¡mc1os de todas las ciencias deben traducirse al no puede operar de modo legítimo con proposiciones
lenguaje de la física, so pena de volverse caducos. Este que hablan de una realidad, ontológicamente disti~tas
i::unto de v~sta, .c~ndicionado por el apelativo de fisica- de las cualidades sensibles mediante las que la realidad
hsmo, se d1semmo, en efecto, entre los iniciadores del
nos es dada.
positivismo lógico. El lenguaje de la física fue recono- Los crític:os hicieron notar que la interpretación beha-
cido como universal, y sólo cobraban sentido bien los viorista no realiza del todo el programa fisicalista, ya que
JUICIOS que .son formulados en su lenguaje, bien los que
transponé las proposiciones psicológicas en el lenguaje
poseen eqmvalentes en el lenguaje de la física. Sin em- CQfJiep1e,y de ningún modo en el lenguaje de la física.
bargo, en .I~ práctica científica, esta postura conducía a Si los>positivistas, pues, ·han reconocido este método,
enormes d1fic\lltades en cuanto se adoptaba con espíritu podemos sqspe~har que 1a inteligibilidad, que habían visto
d~ consecuencia: E.n el campo de la psicología, desembo- y qué querían conferir a las ciencias hundidas todavía en
co ,e1: el behav1ons11:o, que parecía una nueva escuela, los prejuicios metafísicos, se remite, por lo común, a la
la umca capaz de satisfacer el postulado de cientificidad inteligibilidad inmediata de la palabra corriente, y que
de esta disciplina, .libr~da antes ~ las quimeras irrespon- estos filósofos aceptan, por consiguiente, la evidencia
sables de los part1dar1os de la mtrospección, o de los intuitiva y aparente del lenguaje común, como si este
adep~os de tal o cual . te?ría de! alma y de las potencias último garantizara precisamente el valor científico de los
espmtuales. El behav1onsmo solo concedía a· las propo-
enunciados.
226 227
238
--"':".i'
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CHAcl(J
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246
Karl R. Popper
LA LÓGICA
DE LA
INVESTIGACIÓN
CIENTÍFICA
EDITORIAL TECNOS
MADRID
247
CAPITULO PRIMERO
1. E L PROBLEMA DE LA INDUCCIÓN
' II. REICHENBACH, Erhenntnis 1, 19''0 ¡lá;;- 186. (Cf. también las págs. 64
y sig.) • Cf. los comciiUrins de Russell r-csria i!c Hume, que he citado en el apar-
tado *2 de mi Postscript.
' REICHENBACH, ibid., pág. 67.
249
1
• Los pasajes decisivos <le Hume se citan en el apédice *VII (texto correspon•
diente a las notas 4, 5 y 6); véase también, más adelante, la nota 2 del apartado 81.
' Cf. J. M. KEYNES, A Treatise on Probability (1921); O. KüLPE, Jlorlesungen
über Logik (ed. por Selz, 1923); REICHENBACH (que emplea el término «implicacio
nes probabilísticas»), Axiomatik der Wahrscheinlichkeitsrechnung, Mathem.. Zeitschr,
34 (1932 ), y otros lugares.
• REICHENDACII, Erke1111t11is l, 1930, p!Íg. JR6.
250
2. E L I M I N A C I Ó N DEL PSICOLOGISMO
Edte no se interesa por cuestiones de hecho (el quid facti? de Kant ),.
sino línicamente p o r cuestiones (¡c jiislificacióri o validez (el i¡}iul
juris? k a n t i a n o ) ; sus preguntas son del tipo íij^uienle: ; puede jus-
tificarse un e n u n c i a d o ? ; en caso aFirniativo, ¿de qué m o d o ? ; ; os
c o n t r a s t a b l e ? ; ; depende lógieamenle de oíros e n u n c i a d o s ? ; ; o los
contradice quizá? Para «lue un enunciado pueda ser examinado lógi-
camente de esta forma tiene que habérsenos propuesto :inies : alomen
debe haberío formulado y liabérnoslo entregado para su examen bj-
gico.
En consecuencia, distinguiré netamente entre el proceso de con-
cebir una idea nueva y los uuModo* y resultados de su examen lógico.
En cuanto a la tarea de la lógica del ennocimienio —que be contra-
puesto a la psicología del misn;o—, me basaré en el supuesto de que
consiste j)ura y exclusivamente en la investigaei<in de lf>s métodos em-
pleados en las eontrastaciones sistemáticas a (pie debe someterse toda
idea nueva antes de que se la pueda sostener seriamente.
Algunos objetarán, tal vez, que sería más jiertineole considerar
como ocupación propia de la epistemología la fabricación de lo que se
ha llamado una ^reconstrucción racional» de los pasos que han llevado
al científico al descubrimiento, a encontrar ima nueva verdad. Pero
la cuestión se convierte entonces e n : ¿ q u é es, exactamente, lo que
queremos reconstruir? Si lo que se trata de reconstruir son b>s proce-
sos que tienen lugar durante el estímulo y formación de inspiracion(;s,
me niego a aceptar semejante cosa como tarea de la bigica del cono-
cimiento : tales procesos son asunto de la psicología empírica, pero
difícilmente de la lógica. Otra cosa es que queramos reconstruir ra-
cionalmente las ciinlnialaciones subsiguientes, mediante las que se pue-
de descubrir que cierta ins|)iración fue un descubrimiento, o se puede
reconocer como un e<Miocimiento. Kn la medida en que el científico
juzga críticamente, nmdifica o desecha su i)ropia ins)iiración, pode-
mos considerar —si así nos place— que el análisis metodológico era-
p r e n d i d o en esta obra es una especie de «reconstrucción racional» de
los procesos intelectuales correspondientes. Pero esta reconstrucción
no habrá de describir tales procesos según acontecen r e a l m e n t e : siWo
puede dar un esqueleto lógico del procedimiento de contrastar. Y tal
vez esto es todo lo que quieren decir los que hablan de una «reciuis-
trucción racional» de los medios por los que adquirimos conoci-
mientos.
Ocurre que los razonamientos expuestos en este libro son entera-
mente independientes de este problema. Sin embargo, mi opinión del
asunto —valga lo que valiere— es que no existe, en absoluto, un mé-
todo lógico de tener nuevas ideas, ni una reconstrucción lógica de
este proceso. Puede expresarse mi parecer diciendo que todo descu-
brimiento contiene «un elemento irracional» o «una intuición crea-
dora» en el sentido de Bergson. Einstein habla de un modo parecido
de la «búsqueda de aquellas leyes sumamente universales... a p a r t i r
de (as cuales puede obtenerse una imagen del m u n d o por pura de-
ducción. No existe una senda lógica ^—dice— que encamine a estas...
252
4. E L PROBLEMA DE LA DEMARCACIÓN
" Desde luego, nada depende de los nomhres. Cuando inventé el nuevo nombre
«enunciado básico» (o «proposición básica»: véanse, más abajo, los apartados 7 y 28),
lo hice sólo porque necesitaba un término no cargado con la connotación de enun-
ciado perceptivo; pero, desgraciadamente, lo adoptaron pronto otras personas, y lo
utilizaron para transmitir justamente la clase de significado que yo había querido
evitar. Cf. también mi Postscript, apartado *29.
'" Hume, por tanto, condenó su propia Enquiry en la ultima página, de igual
modo que Wittgenstein, más tarde, ha condenado su propio Tractatus en la última
página. (Véase la nota 2 al apartado 10.)
' CARNAP, Erkenntnis 2, 1932, págs. 219 y sigs. Anteriormente, Mili había usado
la expresión «carente de sentido» de forma análoga, *sin duda alguna bajo la influencia
de Comte; cf. también los Early Essays on Social Philosophy de COMTE, ed. po»
H. D. Hutton, 1911, citados en mi Open Society, nota 51 del capítulo I I .
256
tein, según el cual toda proposición con sentido tiene que ser lógica'
mente reducible* a proposiciones elementales (o «atómicas»), que
caracteriza como descripciones o «imágenes de la realidad» ^ (carac-
terización, por cierto, que ha de cubrir todas las proposiciones con
s e n t i d o ) . Podemos darnos cuenta de que el criterio de sentido de
Wittgenstein coincide con el criterio de demarcación de los indue-
tivistas, sin más que r e m p l a z a r las palabras «científica» o «legítima»
p o r «con sentido». Y es precisamente al llegar al problema de la in-
ducción donde se d e r r u m b a este intento de resolver el problema de
la demarcación : los positivistas, en sus ansias de aniquilar la meta-
física, aniquilan j u n t a m e n t e con ella la ciencia natural. Pues tampo-
co las leyes científicas p u e d e n reducirse lógicamente a enunciados
elementales de experiencia. Si se aplicase con absoluta coherencia, el
criterio de sentido de Wittgenstein rechazaría por carentes de sentido
aquellas leyes naturales cuya búsqueda, como dice Einstein ^, es «la
tarea suprema del físico»: nunca podrían aceptarse como enunciados
auténticos o legítimos. La tentativa wittgensteiniana de desenmascarar
el p r o b l e m a de la inducción como un psevuloproblcma vacío, ha sido ex-
presada p o r Schlick *' con las siguientes p a l a b r a s : «El p r o b l e m a de
la inducción consiste en p r e g u n t a r por la justificación lógica de los
enunciados universales acerca de la realidad... Reconocemos, con Hu-
me, que no existe semejante justificación lógica: no puede h a b e r
ninguna, por el simple hecho de que no son auténticos enunciados» '.
Esto hace ver que el criterio inductivista de demarcación no con-
sigue trazar una línea divisoria entre los sistemas científicos y los me-
tafísicos, y p o r qué ha de asignar a unos y otros el mismo estatuto :
pues el veredicto del dogma positivista del sentido es que ambos son
sistemas de pseudoaserciones sin sentido. Así pues, en lugar de des-
castar radicalmente la metafísica de las ciencias empíricas, el posi-
tivismo lleva a una invasión del campo científico p o r aquélla *.
Frente a estas estratagemas'antimetafísicas —antimetafísicas en la
intención, claro está— no considero que haya de ocuparme en derri-
b a r la metafísica, sino, en vez de semejante cosa, en formular u n a
caracterización a p r o p i a d a de la ciencia empírica, o en definir los
conceptos de «ciencia empírica» y de «metafísica» de tal manera que,
ante un sistema dado de enunciados, seamos capaces de decir si es
asunto o no de la ciencia empírica el estudiarlo más de cerca.
Mi criterio de demarcación, p o r tanto, lia de considerarse como
una propuesta para un acuerdo o convención. En cuanto a si tal con-
vención es a p r o p i a d a o no lo es, las opiniones pueden d i f e r i r ; mas
sólo es posible u n a discusión razonable de estas cuestiones entre par-
tes que tienen cierta finalidad común a la vista. P o r supuesto que la
elección de tal finalidad tiene que ser, en última instancia, objeto
de una decisión que vaya más allá de toda argumentación racional *^.
P o r tanto, quienquiera que plantee un sistema de enunciados ab-
solutamente ciertos, irrevocablemente verdaderos °, como finalidad d e
la ciencia, es seguro que rechazará las propuestas que voy a h a c e r
aifuí. Y lo mismo h a r á n quienes ven «la esencia de la ciencia... en su
dignidad», que consideran reside en su «carácter de totalidad» y en
su «verdad y esencialidad reales» '^". Difícilmente estarán dispuestos
a otorgar esta dignidad a la física teórica moderna, en la que tanto
otras personas como yo vemos la realización más completa hasta la
fecha de lo que yo llamo «ciencia empírica».
Las metas de la ciencia a las que me refiero son otras. No trato
de justificarlas, sin embargo, presentándolas como el blanco verda-
dero o esencial de la ciencia, lo cual serviría únicamente para pertur-
b a r la cuestión y significaría una recaída en el dogmatismo positi-
vista. No alcanzo a ver más que una sola vía para argumentar racio-
nalmente en apoyo de mis p r o p u e s t a s : la de analizar sus consecuen-
cias lógicas —señalar su fertilidad, o sea, su p o d e r de elucidar los pro-
blemas de la teoría del conocimiento.
Así pues, admito abiertamente que p a r a llegar a mis propuestas
me he guiado, en última instancia, por juicios de valor y por predi-
lecciones. Mas espero que sean aceptables para todos los que no' só_Io
aprecian el rigor lógico, sino la libertad de dogmatismos ; para quie-
nes buscan la aplicabilidad práctica, pero se sienten atraídos aún en
Cf. el apartado 78 (por ejemplo, la nota 1). * Véanse también mi Open Society,
notas 46, 51 y 52 del capítulo 11, y mi trabajo «The Demarcation between Science
and Metaphysics», entregado en enero de 1955 para el lomo dedicado a Cfernap (aún
no publicado) de la Library of Living Philosophers, ed. por P. A. SciiiLPP.
" Creo que siempre es posible una discusión razonable entre partes interesadas
por la verdad y dispuestas a prestarse atención mutuamente (cf. mi Open Society,
capítulo 24).
' Esta es la tesis de Dingier; cf. nota 1 del apartado 19.
'" Tesis de O. SpANiv (Kate^orienlehre, 1924).
258
^. L A E X P E R I E N C I A COMO MÉTODO
" Cf. también: PLANK. Positivismus und r/Bale Aussenwelt (1931), y EINSTEIN,
«Die Religiositat der Forschung», en Mein Weltbild (1934), pág. 43; trad. ingl. por
A. HARRIS, Tlie fVorld as I see It (1935), págs. 23 y sigs. * Véanse, asimismo, el
apartado 85 y mí Postscript.
*' Cf. el apéndice *X
259
TestabíUty and Mcaniíifi. (liindc rcconoci*) el liecho Í]C que las Icyrs iinivcrsnlos no
son solamcnl(i ((('(niv(^nicnt('^'> para la ciLMicia. ^itio incluso «cscncialosi» (Philosophy
of Sciriicfí 4 . 1037. pág. 27 ) . ]'(?r(> n i su i)!ira iniliirtivista ÍAi^ivnl Foundations of
Probability {19.10) \U('1V(Í a una pftsiciíin muy scnicjantc a la tpie aquí c r i t i c a m n s : al
e n c o n t r a r (jue las leyes u n i \ ei-ilcs liriicn prcbahiUdad cero (pií^. 7(71 ) se ve oblifíaílo
a (leeir (pág. . " ó ) q u e . auníjue no es necesario expulsarlas tie la ciencia, ésta puede
manejárselas perfectamente sin cuas.
*^ üiis(^rvese (}ue prü})<)níj;o la falsaliilitlad Cíjmo criterio de demareacií'm, pero
no de sentido. Advie'rtase, además, cpie a n t e r i o r m e n t e (en el apartado 4 ) he criticado
e n é r g i c a m e n t e el empleo de la idea de sentido como criterio de demarcación, y q u e
ataco el dogrna del sentido, aún más enerí^icíhuente. en el at>artado 9. Por tanto,
es u n puro m i t o (aunf|ue gran n ú m e r o de refutaciones de mi teoría están ba.sadas
en é l ) decir que haya propuesto j a m á s la falsaljilidad como criterio ile sentido. I.a
falsahilidad separa dos tipos de enunciados perfectamente dolados de sentido, los fal-
sahles y los no falsables : traza u n a línea dentro del leníruaje eon sentidí). no alrededor
de él. Véanse también el apéndice *I y el capítulo *1 de mi Postscript, especialmente
los apartados *17 y *19.
F n otros autores se e n c u e n t r a n ideas a n á l o g a s : por ejemplo, en F R A N K , Die
Katisaliliil and ilirp Cri'nzfn ( I 9 , ' i l ) . capitulo I, § 10 {paps. 13 y s i g . ) , y en D l B l s -
i.AV, Die Definition {.'5." ed., í'Jül ), paps, 100 y sip, ((•{. asimi.smo, más arrilia, la
nota 1 J e l aparlodu 4.)
261
con cierta extensión en mi Open Sociaty and its Enemies, capítulos 23 y 24, y en mi
Poverty of Historicism [traducción castellana por P. SCHWAKTZ, JAI miseria del his-
toricismo, Taurus, Madrid. 196t (T.)], apartado 32, se somete a estudio también en
mi Postscript, en particular, en los capítulos *I, *II, y *V[.
"" Ibíd.
., ' Cf. Kritik der reinen Vernunft, Trascendentale Elementarlehre, § 19 (2.* ed.,
página 142; trad. ingl. por N. KEMP SMITH, 1933, Critique of Pure Reason, Tras-
cendental Doctrine of Elements, § 19, pág. 159). [vers. esp. cit., pág. 136 del t. I
(T.)l
* Cf. Kritik der reinen Vernunft, Methodcnlchre, 2, Haupstiick, 3. Abschnitt
(2." ed., pág. 849; vers, ingl., capítulo II, sección 3.", pág. 646 [trad. cast, cit., pá-
gina 193 del t. II (T.)}.
' Kant se dio cuenta de que de la objetividad que se ha requerido para los enun-
ciados científicos se sigue que deben. ser contrastables intersubjetivamente en cual-
quier momento, y que han de tener, por tanto, la forma de leyes universales o teorías.
I?xpresó tal descubrimiento, de modo poco claro, por medio de su «principio de suce-
BÍón temporal de acuerdoi con la ley de causalidad» (principio que creyó podía de-
mostrar a priori por medio del razonamiento que hemos indicado). Yo no postulo
semejante principio (cf. el apartado 12); pero estoy de acuerdo en que los enunciados
cientílicos, puesto (|ue dcí)en ser conslraslabI(« intcrsubjolivamente, han de tener siem-
pre el «urúcler de lilpólcsis universales, * \'¿u>,(; también In nota • ! del apartado 12.
265
CAPITULO QUINTO
Jf. F. F«IES, Neue oder unthropologische Kritik der Vernunft (1028 a 1831).
269
' Cf., por ejemplo, J. KRAFT, Von Husserl zu Heidegger (1932), págs. 102 y sig.
(*2.'' ed., 1957, págs. 108 y sig.).
' Sigo aquí casi palabra por palabra las exposiciones de P. Frank (cf. el aparta-
do 27, nota 4) y H. Hahn (cf. el apartado 27, nota 1).
* Cf. la nota 2 del apartado 20, y el texto correspondiente. ** «cConstituidoe» e«i
lili termino de Camap.
270
' El término se debe a Neurath; cf. por ejemplo, Soziologie, Erkenntnis 2, 1932,
página 393.
' CARNAP, Erkenntnis 2, 1932, págs. 432 y sigs.; ibíd. 3 (1932), págs. 107 y si-
guientes.
' R. REININGER, Metaphysik der VTirkllchkeit (1931), pág. 134.
* REININGER, op. cit., pág. 132.
' CARNAP, Erkenntnis 2, 1932, pág. 435, «These der Metalogikit.
' CARNAP, ibíd. 3, 1933, pág. 228.
' CARNAP, ¿6Í<Í., 2, 1932, pág. 437.
271
sivos, cada uno de los cuales sea fácilmente comprobable por quien-
quiera esté im.puesto en la técnica lógica o matemática de transfor-
m a r cláusulas; si después de hecho esto alguien sigue planteando du-
das, lo único que podemos hacer es pedirle que señale u n error en
algún paso de la demostración o que vuelva a estudiarla de nuevo.
En el caso de las ciencias empíricas la situación es poco más o menos
la misma. Cualquier enunciado científico empírico puede ser presen-
tado (especificando los dispositivos experimentales, etc.) de modo que
quienquiera esté impuesto en la técnica pertinente pueda contrastar-
lo ; si como resultado de la contrastación rechaza el enunciado, no
quedaremos satisfechos en caso de que nos hable de sus sentimientos
de duda, o de los de convicción que alberga con respecto a sus per-
cepciones : lo que tiene que hacer es formular una aserción que con-
tradiga la nuestra, y darnos instrucciones p a r a contrastarla; dado que
no sea capaz de hacer tal cosa, lo único que podemos hacer es pedirle
que vuelva a considerar —quizá con más atención— nuestro experi-
mento, y que piense de nuevo.
Una afirmación que no sea contrastahle, debido a su forma lógica,
sólo puede actuar en la ciencia, en el mejor de los casos, como estímu-
lo : sugiriendo un problema. En el campo de la lógica y las matemá-
ticas tenemos un ejemplo de esta influencia con el problema de Fer-
mat, y en el de la historia n a t u r a l — d i g a m o s — con las referencias
sobre serpientes m a r i n a s ; en tales casos, la ciencia no dice que los
datos estén desprovistos de f u n d a m e n t o ; por ejemplo, que Fermat
estuviera en u n error o que todas las informaciones en que se pre-
tenda h a b e r observado serpientes marinas sean mentira : simplemen-
te suspende el juicio ''.
A la ciencia puede considerársela desde diversos puntos de vista,
no solamente desde el de la epistemología: así, la podemos m i r a r
como un fenómeno biológico o sociológico ; y, en este caso, se la pue-
de describir como una herramienta, un aparato tal vez comparable
a los de nuestra m a q u i n a r i a industrial. Cabe fijarse en ella como
medio de producción : como la última palabra en la «producción en
r o d e o » * ; incluso desde este punto de vista, la ciencia no se encuen-
tra más ligada a «nuestra experiencia» que otro aparato o medio de
producción cualquiera. Hasta podemos apreciarla como algo que sirve
para satisfacer nuestras necesidades intelectuales: tampoco de esta
forma difiere nada —en p r i n c i p i o — su conexión con nuestra expe-
riencia de la que tiene otra estructura objetiva cualquiera. Sin duda,
no es inexacto decir que la ciencia es «...un instrumento» cuya fina-
lidad es «...predecir experiencias futuras a p a r t i r de otras inmedia-
tas o dadas, e incluso gobernar aquéllas hasta donde sea posible» *.
Pero no creo que todo este hablar de experiencias contribuya a acia-
Se h a i n d i c a d o y a s u c i n t a m e n t e q u é p a p e l d e s e m p e ñ a n l o s e n u n -
ciados básicos en la teoría epistemológica q u e yo defiendo. Los nece-
s i t a m o s p a r a d e c i d i r si a u n a t e o r í a h a d e l l a m á r s e l e f a l s a b l e , esto
es, e m p í r i c a (cf. el a p a r t a d o 2 1 ) , así c o m o p a r a c o r r o b o r a r l a s h i p ó -
tesis f a l s a d o r a s y, p o r t a n t o , p a r a f a l s a r t e o r í a s (cf. el a p a r t a d o 2 2 ) .
P o r c o n s i g u i e n t e , l o s e n u n c i a d o s b á s i c o s t i e n e n q u e s a t i s f a c e r las
s i g u i e n t e s c o n d i c i o n e s : a) n o se p o d r á d e d u c i r e n u n c i a d o b á s i c o al-
g u n o a p a r t i r d e u n e n u n c i a d o u n i v e r s a l n o a c o m p a ñ a d o de c o n d i c i o -
n e s i n i c i a l e s * ^ ; y b) u n e n u n c i a d o u n i v e r s a l y u n e n u n c i a d o b á s i c o
*' Cuando escribí estas palabras me parecía suficientemente claro que a partir de
la teoría de Newton sola —sin condiciones iniciales— no se puede deducir nada que
tenga la índole de un enunciado de observación (y, por tanto, desde luego, ningún
enunciado básico). Desgraciadamente, se ha dado el caso de que algunos críticos de
mi libro no han valorado este hecho, como tampoco sus consecuencias para el problema
de los enunciados de observación o «enunciados básicos». Añadiré, pues, unos co-
mentarios.
En primer lugar, de ningún enunciado total puro —digamos, «todos los cisnes
son blancos»— se sigue nada observable. Esto es obvio si consideramos el hecho de
que «todos los cisnes son blancos» y «todos los cisnes son negros» no se contradicen,
sino que meramente implican que no hay cisnes: lo cual, sin duda, no es un enuncia-
do de observación, ni siquiera uno que pueda ser «verificado». (Incidentalmente aña-
diremos que un enunciado unilateralmente falsable como «todos los cisnes son blan-
cos» tiene la misma forma lógica que «no hay cisnes», ya que es equivalente a «no
hay cisnes no blancos».)
Ahora bien; si esto se admite se verá inmediatamente (juo los enunciados singu-
lares que puedan deducirse de enunciados puramente universales no pueden ser enun-
ciados básicos. Me estoy refiriendo a los que tienen la forma «si hay un cisne en el
lugar k, entonces hay un cisne blanco en el lugar fe» (o bien, «en fe, o bien no hay
ningún cisne o hay un cisne blanco»): nos damos cuenta inmediatamente de que
estos «enunciados ejemplificadores» (como podría llamárselos) no son enunciados bá-
sicos, ya que no pueden desempeñar el papel de enunciados de contraste (o sea, de
posibles falsadores), que es justamente el que han de desempeñar los enunciados bá-
sicos. Si aceptásemos los enunciados ejemplificadores como enunciados de contraste,
obtendríamos para toda teoría (y, por ello, para «todos los cisnes son blancos» y para
«todos los cisnes son negros») un número aplastante de verificaciones —en realidad,
un número infinito si aceptamos el hecho de que la inmensa mayoría del mundo
está desprovista de cisnes.
Puesto que los «enunciados ejemplificadores» son deductibles de enunciados uni-
versales, sus negaciones tienen que ser posibles falsadores, y, por tanto, es posible que
sean enunciados básicos (si se satisfacen las condiciones que se exponen más adelante
en el texto); y viceversa, los enunciados ejemplificadores tendrán, pues, la forma de
enunciados básicos negados (véase también la nota *5 del apartado 80). Es intere-
•ante advertir que lo» enunciados básicos (que tienen excesiva fueraa para ser deduc-
tibles de leyes universales solas) han de tener mayor contenido informativo que su*
276
CARNAP, Erkenntnis 3, 1932, pág. 224. Puedo aceptar esta exposición que hace
Carnap de mi teoría, salvo en unos pocos detalles sin gran importancia. Estos son:
primero, la sugerencia de que los enunciados básicos (que Carnap llama «enunciados
protocolarios») sean los puntos de partida sobre los que se edifique la ciencia; en
segundo término, la observación (pág. 225) de que un enunciado protocolario pueda
ser confirmado «con tal y cual grado de certeza»; y, en tercer lugar, que los «enun-
ciados acerca de percepciones» constituyan «eslabones tan válidos como los demás de
la cadena», y que a ellos precisamente «apelemos en los casos críticos». Cf. la cita
que se hace en el texto que remite a la próxima nota. Quiero aprovechar esta ocasión
para dar las gracias al profesor Carnap por las amables palabras que dedica en el lugar
citado a mi obra, entonces aún no publicada.
279
mos decir tal vez que los enunciados en cuestión no eran contrastablcs
intersubjetivamente, o que, a fin de cuentas, estábamos ocupándonos
con eventos que no eran observables. Si un día ya no fuese posible
lograr que los investigadores se pusieran de acuerdo acerca de un
enunciado básico, esto equivaldría a un fracaso del lenguaje como
medio de comunicación u n i v e r s a l : equivaldría a una «confusión de
las lenguas» en la torre de Babel, y los descubrimientos científicos
quedarían reducidos al a b s u r d o ; en esta renovada Babel, el impo-
nente edificio de la ciencia p r o n t o quedaría reducido a unas ruinas.
Exactamente del mismo modo que u n a demostración lógica ha
t o m a d o forma satisfactoria cuando se ha superado la labor dificultosa
y todo p u e d e comprobarse con facilidad, después de que la ciencia
h a llevado a cabo su tarea de deducción o de explicación nos detene-
mos al llegar a enunciados básicos fácilmente contrastablcs. Pero los
enunciados acerca de experiencias personales —esto es, las cláusulas
protocolarias— sin duda no son de este tipo, y, por ello, son poco
a p r o p i a d a s p a r a servir de enunciados en los cuales p a r a r n o s . Desde
luego, utilizamos registros o protocolos, tales como certificados de con-
trastaciones emitidos p o r d e p a r t a m e n t o s de investigación científica
o i n d u s t r i a l ; pero siempre p u e d e n ser sometidos otra vez a examen si
surge la necesidad de ello. Así, puede ser necesario, por ejemplo, con-
trastar los tiempos de reacción de los peritos que ejecutan las contras-
taciones (es decir, determinar sus ecuaciones personales). P e r o , en ge-
n e r a l — y , especialmente, «...en casos diacríticos»—, nos detenemos
en enunciados fácilmente contrastablcs, y no —como recomienda Car<
n a p — en cláusulas de percepción o protocolarias: o sea, no «...nos
detenemos precisamente en éstas... p o r q u e la contrastación intersubje-
tiva de enunciados acerca de percepciones... es relativamente com-
plicada y difícil» ^.
¿Qué postura adoptamos ahora en lo que se refiere al trilema de
Fríes, o sea, a la elección entre el dogmatismo, la regresión infinita
y el psicologismo? (Cf. el a p a r t a d o 25.) H a y que reconocer que los
enunciados básicos en los que nos detenemos, que decidimos aceptar
como satisfactorios y suficientemente contrastados, tienen el carácter
de dogmas; pero únicamente en la medida en que desistamos de jus-
tificarlos p o r m e d i o de otros argumentos (o de otras contrastaciones).
Mas este tipo de dogmatismo es innocuo, ya que en cuanto tengamos
necesidad de ello podemos continuar contrastando fácilmente dichos
enunciados. Admito que de esta suerte la cadena deductiva es, en prin-
cipio, i n f i n i t a ; sin e m b a r g o , este tipo de (íTegresión infinita» tam-
bién es innocuo, ya que en nuestra teoría no se pretende p r o b a r nin-
gún enunciado p o r medio de ella. Y, finalmente, en lo que respecta
al psicologismo: admito también que la decisión de aceptar u n enun-
ciado básico y darse p o r satisfecho con él tiene u n a conexión causal
con nuestras experiencias, especialmente con nuestras experiencias
' Cf. la nota anterior. * Este trabajo de Camap contenia la primera exposición
que se publicó de mi t^ría de las contrastaciones; y en dicho trabajo «e me atribuía
erróneamente la opinión que acabamos de citar.
280
Me parece qxie la tesis que sostengo aquí está más cerca de la escuela «crítica»
(kantiana) de la filosofía (quizá en la forma representada por Fries) que del positi-
vismo. En su teoría de nuestra «predilección por las demostraciones». Fries subraya
que las relaciones (lógicas) existentes entre enunciados son enteramente diferentes de
la relación que hay entre enunciados y experiencias sensoriales; por otra parte, el
positivismo trata siempre de borrar esta distinción: o bien se hace a la ciencia, en su
totalidad, parte de mi conocer, de «mi» experiencia sensorial (monismo de los datos
sensoriales), o bien a las experiencias sensoriales se las hace parte de la trabazón
científica objetiva de argumentos, dándolas la forma de enunciados protocolarlos (meii
nismo de enunciados).
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cutar una acción con una finalidad —guiado por consideraciones teó-
ricas diversas.
Me parece que nos encontramos ahora en situación de resolver
problemas tales como el de Whitehead acerca de cómo es que el des-
ayuno táctil se sirve siempre juntamente con el desayuno visual, y el
Times táctil unido al Times visible y auditivamente crujiente. El ló-
gico inductivo que cree que la ciencia p a r t e de percepciones elemen-
tales esporádicas tiene que quedarse estupefacto ante semejantes coin-
cidencias regulares: tienen que parecerle completamente «accidenta-
les», pues como está en la opinión de que las teorías no son sino
enunciados de coincidencias regulares, no le está p e r m i t i d o explicar
la regularidad por medio de teorías.
Pero, de acuerdo con la situación a que hemos llegado ahora, las
conexiones existentes entre nuestras diversas experiencias son expli-
cables a base de las teorías que nos ocupamos en contrastar, y deduc-
tibles de ellas. (Nuestras teorías no nos inducen a esperar que seamos
obsequiados con una luna táctil acompañante de la luna visible, ni
que nos atormente u n a pesadilla auditiva.) Pero, sin duda alguna,
aún queda otra cuestión (que es patente no puede responderse por me-
dio de teoría falsable alguna, y es, por tanto, « m e t a f í s i c a » ) : ¿cómo
es que arcrtamos tan frecuentemente con las teorías que construimos,
o sea, cómo es que hay «leyes n a t u r a l e s » ? * ^ .
Todas estas consideraciones inijjortan mucho para la teoría epis-
temológica del experimento. El científico teórico propone ciertas cues-
tiones determinadas al experimentador, y este último, con sus expe-
rimentos, trata de dar una respuesta decisiva a ellas, pero no a otras
cuestiones: hace cuanto puede p o r eliminar estas últimas (y de aquí
la importancia que puede tener la independencia relativa de los sub-
sistemas de u n a t e o r í a ) . Así pues, lleva a cabo sus contrastaciones
« . . . lo más sensibles que puede» con respecto a u n a sola cuestión «pero
lo más insensibles que p u e d e con respecto a todas las demás cuestio-
nes enlazadas con ella... Una j)arte de su tarea consiste en cribar todas
las posibles fuentes de error» ^ Pero sería una equivocación creer
que el experimentador procede de este modo «con objeto de facilitar
el trabajo del teórico»^, o quizá p a r a proporcionar a este último
u n a base en que apoyar generalizaciones inductivas. P o r el contrario,
el científico teórico tiene que h a b e r realizado mucho antes su tarea,
o, al menos, la p a r t e más importante de e l l a : la de formular su pre-
gunta lo más netamente p o s i b l e ; p o r t a n t o , es él quien indica el
camino al experimentador. Pero incluso éste no está dedicado la ma-
yoría de las veces a hacer observaciones exactas, pues t a m b i é n su
tarea es, en gran m e d i d a , de tipo teórico: la teoría campea en el
" Tengo ahora la impíesión de '[iic debería haber hecho resaltar en este punto
una tesis que puede encontrarse en otros lugares de este libro (por ejemplo, en los
párrafos cuarto y último del apartado 1 9 ) : la de que las observaciones —y, más
todavía, los enunciados de observaciones y los de resultados experimentales— son
siempre interpretaciones de los hechos observados, es decir, que son interpretaciones
a la luz de teorías. Por ello es tan engañosamente fácil encontrar verificaciones de
una teoría, y tenemos que adoptar una actitud sumamente critica con respecto a nues-
tras teorías si no queremos argumentar circularmente: precisamente la actitud de
tratar de falsarias.
*' MAX BORN relata este caso de un modo breve y excelente en Albert Einstein,
Philosopher-Scientist, ed. por P. A. Schilpp, 1949, pág. 174. Hay ejemplos mejores,
como el descubrimiento de Neptuno por Adams y Leverrier, y el de las ondas hertzianas.'
' MACH, Die Prinzipien der Wdrmelehre (1896), pág. 438.
*• Sin embarc^^ para la crítica da la teqis sinstnanentaliste», VéanSs laí refo-
randas j a In Btt» • I in;na.!híSti'ECi'i putea del áparta^i) 12 (pág. 57) y de la parte
precedida de asieHtico de la nota 1 iú mismo apartado.
283
• WEYL (op. cit., pág. 83, ed. ingl., pág. 116) escribe: « ... a mi parecer, la pe·
reja de opuestos subjetivo-absoluto y objetivo-relativo contiene una de las más pro.
fundas verdades epistemológicas que es posible extraer del estudio de la Naturaleza
Quienquiera que desee lo absoluto habrá de conformarse también con la subjetividad
-lo egocéntrico--, y todo el que anhela objetividad no puede evitar el problema del
relativismo». Y antes leemos: «lo que se experimenta inmediatamente es subjetivo
y absoluto... ; por otra parte, el mundo objetivo, que la ciencia natural trata de pre
cipitar en una pura forma cristalina... es relativo». Born se expresa en parecidos
términos (Die Relativitiitstheorie Einsteins und ihre physikalischen Grundlagen, 3.ª ed.,
1922, introducción). Esta tesis es fundamentalmente la teoría kantiana de la objeti•
vidad desarrollada en forma coherente (cf. el apartado 8 y la nota 5 del mismo).
También Reininger se refiere a esta situación, cuando escribe en Das Psycho-Physische
Problem (1916 ), pág. 29: «La metafísica como ciencia es imposible ... ya que, si bien
lo absoluto se experimenta verdad11ramente y, por esta razón, puede sentirse de modo
intuitivo, con todo, se niega a ser expresado mediante palabras. Pues, 'Spricht die
Seele, so spricht, ach ! schon die Seele nicht mehr' (si hubla el alma, ay, yn no es
el cdma quien habla)».