Garcia Linera

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García Linera, Alvaro, (2009), El Estado en transición.

Bloque de poder y punto de


bifurcación.

1) Defina qué es el Estado según la visión del autor

“El Estado es una relación o, mejor, una estructura de relaciones políticas territorializadas y,
por tanto, es un flujo de interrelaciones y de materializaciones pasadas de esas interrelaciones
referidas a la dominación y legitimación política. Esta relación-Estado siempre es un proceso
histórico en construcción, en movimiento, en flujo.”

2) ¿En qué se diferencian el Estado estable del Estado en transición?

“(...) hay momentos de su historia en los cuales este devenir se mueve en un marco de
procedimientos, jerarquías y hábitos relativamente previsibles y acotados, esos son los
momentos de ‘estabilidad’ de la relación-Estado. Pero, cuando las jerarquías, los
procedimientos y los hábitos de la relación-Estado. Pero, cuando las jerarquías, los
procedimientos y los hábitos de la relación-Estado pierden su anclaje estructural primordial,
hablamos de los momentos de ‘transición’ de una estructura de relaciones políticas de
dominación y legitimación de otra estructura, es decir, a otra forma de relación-Estado.”

“(...) la relación-Estado [es] una relación paradójica. Por una parte, no hay nada más material,
físico y administrativamente político que un Estado (monopolio de la coerción, de la
administración de los impuestos como núcleo íntimo y fundamental), pero, a la vez, no hay
nada que dependa más de su funcionamiento que la creencia colectiva de la necesidad
(momento consciente) o inevitabilidad (momento prerreflexivo) de su funcionamiento. (...) el
Estado se presenta como la totalidad más idealista de la acción política, ya que es el único
lugar en todo el campo político en el que la idea deviene inmediatamente materia con efecto
social general, esto es: es el único lugar donde cualquier decisión pensada, asumida y escrita
por los máximos gobernantes, deviene inmediatamente materia estatal, documentos,
informes, memorias, recursos financieros, ejecuciones prácticas, etc. Es por ello que se puede
decir que el Estado es la perpetuación y la constante condensación de la contradicción entre
la materialidad y la idealidad de la acción política. Esta contradicción busca ser superada,
parcialmente, mediante la conversión de la idealidad como un momento de la materialidad (la
legitimidad como garante de la dominación política) y la materialidad como momento del
despliegue de la realidad (decisiones de gobierno que devienen acciones de gobierno de
efecto social general).”
3) Mencione y desarrolle las tres dimensiones del Estado

“(...) tres ejes analíticos del concepto de la relación-Estado: el Estado como correlación
política de fuerzas sociales, el Estado como institución, y el Estado como idea o creencia
colectiva generalizada. (...) como una correlación política de fuerzas entre bloques y clases
sociales con capacidad de influir, en mayor o menor medida, en la implementación de
decisiones gubernamentales o, si se prefiere, como construcción de una coalición política
dominante; por otra, como una maquinaria donde se materializan esas decisiones en normas,
reglas, burocracias, presupuestos, jerarquías, hábitos burocráticos, papeles, trámites, es decir,
como institucionalidad. Estos dos primeros componentes hacen referencia al Estado como
relación material de dominación y conducción política. Finalmente, en tercer lugar, el Estado
como idea colectiva, como sentido común de época que garantiza el consentimiento moral
entre gobernantes y gobernados. Con este tercer componente, nos referimos al Estado como
relación de legitimación política o, en palabras del profesor Pierre Bourdieu, como
monopolio del poder simbólico.”

4) Explique las 4 etapas de crisis estatal del Estado en transición. Ejemplifique con la
experiencia boliviana.

a. El momento del desvelamiento de la crisis de Estado, que es cuando el sistema político y


simbólico dominante, que permitía hablar de una tolerancia o hasta acompañamiento moral
de los dominados hacia las clases dominantes, se quiebra parcialmente dando lugar a un
bloque social políticamente disidente, con capacidad de movilización y expansión territorial
de esa disidencia, convertida en irreductible.

b. De consolidarse esa disidencia como proyecto político nacional imposible de ser


incorporado en el orden y discurso dominante, se da inicio al empate catastrófico, que ya
habla de la presencia, no sólo de una fuerza política con tal capacidad de movilización
nacional como para disputar parcialmente el control territorial del bloque político dominante,
sino además, de la existencia de una propuesta de poder (programa, liderazgo y organización
con voluntad de poder estatal), capaz de desdoblar el imaginario colectivo de la sociedad en
dos estructuras políticas-estatales diferenciadas y antagonizadas.

c. Renovación o sustitución radical de elites políticas, mediante la constitución


gubernamental de un nuevo bloque político, que asume la responsabilidad de convertir las
demandas contestatarias en hechos estatales desde el gobierno.
d. Construcción, reconversión o restitución conflictiva de un bloque de poder económico-
político-simbólico desde o a partir del Estado, buscando ensamblar el ideario de la sociedad
movilizada, con la utilización de recursos materiales del o desde el Estado.

e. Punto de bifurcación o hecho político-histórico a partir del cual la crisis de Estado, la


pugna política generadora de desorden social creciente, es resuelta mediante una serie de
hechos de fuerza que consolidan duraderamente un nuevo, o reconstituyen el viejo, sistema
político (correlación de fuerzas parlamentarias, alianzas y procedimientos de recambio de
gobierno), el bloque de poder dominante (estructura de propiedad y control del excedente), y
el orden simbólico del poder estatal (ideas fuerza que guían las temáticas de la vida colectiva
de la sociedad).

Experiencia boliviana

“(...) la crisis estatal se manifestó desde el año 2000 con la ‘Guerra del agua’, que al tiempo
que revertía una política estatal de privatización de recursos públicos, permitió reconstituir
núcleos territoriales de un nuevo bloque nacional-popular. El empate catastrófico se
visibilizó desde el año 2003, cuando a la expansión territorial de este bloque social
movilizado se sumó la construcción polimorfa de un programa de transformaciones
estructurales, a la cabeza de los movimientos sociales constituidos, desde entonces, como una
voluntad de poder estatal movilizada. La sustitución de elites gubernamentales se dio en
enero de 2006, con la elección del primer presidente indígena de la historia republicana, en
un país de mayorías indígenas, en tanto que la construcción del nuevo bloque de poder
económico y el nuevo orden de redistribución de los recursos se vendrá dando hasta el día de
hoy. El punto de bifurcación se habría iniciado, de manera gradual y concéntrica, desde la
aprobación del nuevo texto constitucional por parte de la Asamblea Constituyente, y tuvo en
el referéndum de agosto de 2008 un momento clave de su despliegue, sin que se pueda
establecer de manera precisa el momento final de su realización plena [N. de la A.: sería en
2019 con el golpe de Estado]. Tomando en cuenta esta periodización, vamos a detenernos en
las características del Estado en transición en estas dos últimas etapas.”

5) ¿Cuáles son los cambios que se produjeron en materia política, social, económica y
cultural con la llegada al poder de la nueva coalición?

“(...) su base material económica está constituida por la pequeña producción mercantil, tanto
agraria como urbana, la misma que caracterizó a la multitud movilizada en las grandes
rebeliones sociales semiinsurreccionales de 2000 a 2003. En ese bloque dirigente destacan
campesinos indígenas con vínculos regulares con el mercado (...), indígenas campesinos de
tierras bajas y de los ayllus andinos; así como pequeños productores urbanos y sectores de
actividad mercantil relativamente avanzada, entre los cuales se puede hablar de la presencia
de un tipo de ‘empresariado de origen popular’ que, autoidentificado más como trabajador
que como burguesía y sin haber recibido nada del Estado para llegar a donde está, abastece el
mercado interno y, en parte, a mercados externos.

En este primer círculo de decisión hay que ubicar también a una nueva intelligentzia
urbana, a un bloque de profesionales e intelectuales producto del ingreso de las clases
populares al sistema universitario desde los años setenta y que, a diferencia de la
intelectualidad pequeño burguesa tradicional de los años sesenta, que se inclinó por
construcciones partidarias de izquierda, es más afín a las estructuras corporativas del
sindicalismo urbano, rural y al movimiento vecinal. En medio de ellos se destaca una
intelligentzia indígena letrada, que ha ido construyendo en los últimos treinta años un
horizonte utópico indianista.

También es claro que es posible ver que, en torno a este núcleo, se han articulado
distintas personalidades, fuerzas obreras anteriormente sometidas a políticas de precarización
laboral, y con ellos, visiblemente un segmento empresarial industrial tradicional, una parte
del cual está vinculado al mercado interno, y que hoy se ve favorecido por una serie de
decisiones que fomentan el consumo público de productos nacionales.

A este bloque social lo acompaña, y se construye simultáneamente, lo que podríamos


denominar una nueva burocracia estatal, que es una especie de síntesis de antiguos
funcionarios del Estado, en niveles intermedios, y nuevos funcionarios del Estado que poseen
no sólo un capital escolar diferente, sino que además han utilizado unas redes sociales para
acercarse a los puestos administrativos, étnica y clasistamente diferentes a los de la
burocracia tradicional. (...) La nueva burocracia proviene de las universidades públicas, de
profesiones técnicas o sociales, y el tipo de vínculos que ha mejorado su acercamiento a la
administración pública ha sido el de las redes sindicales, que operan como una especie de
filtro en el reclutamiento de ciertos niveles intermedios de la burocracia estatal.

(...)
En ese sentido, hay nuevas clases sociales –políticamente visibilizadas a partir de
nuevas identidades étnicas, culturales y regionales– en el control de los principales
mecanismos de decisión estatal, y hay una situación y ampliación de las elites administrativas
del Estado. Lo relevante de este proceso de modificación de la composición social del bloque
en el poder del Estado, y de los niveles superiores de la administración pública, radica en que
étnica y clasistamente las distancias sociales con el antiguo bloque de poder estatal son
enormes. Lo que está aconteciendo hoy en Bolivia no es, por tanto, una simple mutación de
las elites en el poder, sino una auténtica sustitución de la composición de clase del poder del
Estado, cuya radicalidad es directamente proporcional a la distancia de clase y, en particular,
cultural entre el bloque social emergente y el bloque social desplazado.

(...)

Estamos, por tanto, ante un nuevo sistema político, donde se están reconfigurando
cinco aspectos: las características clasistas y culturales del nuevo bloque de poder estatal; las
nuevas fuerzas políticas duraderas en el país; los nuevos liderazgos generacionales; la
distribución territorial del poder estatal; y, por supuesto, el nuevo sistema de ideas
antagonizables a corto y a mediano plazo.”

6) ¿Cuáles son los 3 mecanismos de estabilización del poder y de mando que menciona
el autor?. Explique brevemente sus características.

Los tres mecanismos de estabilización del poder y de mando que menciona el autor
son: la firmeza y la fidelidad de las estructuras de coerción del Estado (Fuerzas Armadas y
Policía Nacional); ejercicio del Poder Ejecutivo fundamentalmente a partir de sus resortes de
inversión pública; y el sentido común de la época, las ideas-fuerza ordenadoras de la acción
social cotidiana.

1. Firmeza y fidelidad de estructuras de coerción del Estado: en Bolivia, dio lugar a un


“extraordinario ensamble ensamble entre fuerzas sociales indígenas-campesinas-populares y
Fuerzas Armadas que, a diferencia de lo que se intentó décadas atrás bajo tutelaje militar,
ahora tendrá el liderazgo moral e intelectual de sectores indígenas populares. De esta manera,
la nacionalización de empresas y el control del excedente económico por el Estado le dan una
base técnico-material a la soberanía relativa del Estado y, por tanto, a su estabilización, que
es el principio organizador de cualquier Fuerza Armada. Y si a ello se suma la participación
de las Fuerzas Armadas en la construcción de carreteras, distribución del excedente (...) y el
control real de territorios fronterizos anteriormente sometidos al poder de caciques y mafias
locales, estamos ante una estrategia de renovada expansión territorial de la presencia del
Estado a través de su estructura coercitiva.”

2. Ejercicio del Poder Ejecutivo: en esta dimensión se encuentran los “mecanismos de mayor
incidencia inmediata del nuevo bloque de poder en la estructura económica y social”. En
Bolivia, hubo “una modificación en los mecanismos de control y apropiación del excedente y
de la estructura económica del poder de la sociedad”. Además de “una sustancial retención
nacional/estatal del excedente económico, que modifica estructuralmente la relación de la
sociedad boliviana con el capital global. (...) Por primera vez en décadas, el país tiene
superávit, lo que le permite financiar la administración y las políticas de inversión con capital
propio, dejando de lado el conjunto de sujeciones que anteriormente subordinaban las
políticas públicas a las exigencias de los organismos internacionales (...) la principal fuente
de inversión en el país ha sido el Estado, que ha duplicado su presencia. (...) esta
modificación de la capacidad de acción del país en el contexto global no hubiera sido posible
sin una transformación simultánea de al estructura del poder económico nacional y de los
bloques dirigentes.”

3. El sentido común de la época: la descolonización, el pluralismo cultural, el estatalismo


productivo, la democratización social de la política y la desconcentración territorial del poder
se convirtieron en el sentido común ordenador del campo político nacional en Bolivia. Esto
habla de una victoria simbólica de las fuerzas del cambio porque ya no se podía hacer política
sin una ubicación prepositiva en torno a esos ejes ordenadores. “El reconocimiento de la
diversidad del Estado, el Estado productor y el Estado descentralizado, son los tres ejes
prevalecientes de sentido común de la época. Y no importa si uno está en el gobierno o si está
en la oposición, de alguna u otra manera tiene que referirse a los tres componentes o simular
que los asume.”

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