Poemario en La Madrugadas Oculares

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La belleza

Quiero comenzar este diario con la promesa de perseguir su existencia cada vez que la
necesidad y la locura se quieran apoderar de mis pensamientos.

Necesito que mi alma recobre el camino que quizás nunca ha seguido, no puedo negar que lo
conozco, sería una mentira y hoy me siento perseguido por los males de tal bajeza, no puedo
permitir que con mi cordura se valla mi valor pues ¿Qué seria de mi?.

Muchas veces me encuentro inmerso entre ideas que no son sanas, mi corazón está cansado y
quiere servirse un trago de ron, relajarse, olvidarse de lo pesado que es el martirio de su
existencia.

Comenzó el mal como una mancha de óxido. Carcomio cuanto pudo a su paso, haciendo que
olvidara el sentido por el que me había propuesto seguir existiendo o comenzar a vivir.

El amor fue excluido y faltaba tanto que con el tiempo se hizo innecesario para actuar, para
pensar, para vivir.

Es doloroso creer que las personas puedan ser “normales”. Definamos esa normalidad
guiándonos del concepto que engloba los logros de un sujeto en su tiempo de vida, podremos
comenzar entonces con su paso por la escuela. Mientras el preescolar transcurre sería inútil
tratar de aclarar algo, y si bien el mal se aprende desde ahí, no es hasta la primaria que se hace
tangible. La normalidad arrastra a esos niños que son bien observados, que reciben las
herramientas y que tienen la posibilidad de cursar tranquilos sin el temor a que les falte algo.
La indiferencia ante el dolor del otro es normalidad.

Para otros son seis años de infierno, miedo a ser golpeados, miedo a ser burlados o ser puestos
en evidencia. A raíz de todo esto se va creando una personalidad que no tiene nada que ver
con la que se intenta inculcar en la casa, si es que se intenta inculcar algo en esas casas.
Habíamos quienes encontrábamos en ciertas cosas el asilo de la pertenencia, en mi caso fue el
arte, nadie me molestaba tanto porque gustaban tener el favor de pedirme algún dibujo sin
deberme nada y aunque fuese solo por interés, recibía la atención dentro del grupo, además
de ser bueno siempre en recordar datos y comprenderlos. Otros no la pasaban tan bien, por
eso en mi recuerdo sólo se pinta lo que vi y lo que viví en carne propia, en un silencio tan
monstruoso que no te dejaba dormir, saberse solo por las opiniones de los demás o por la
indiferencia de quienes debían de estar ahí para ayudar. Pero solo es el comienzo.

La secundaria es una cosa más agresiva, aquí es el miedo a no ser aplastado lo que te hace
moverte y poco vale la consciencia o la duda si lo que necesitas por tantas carencias del alma
es solo un poco de atención. Dejas de buscarla en tu casa, la buscas desesperedamante en
quienes dicen ser tus amigos, porque vamos dejando claro esto, los amigos que imaginan en el
cliché de los niños no son reales. Cuando en nuestra selva se conoce un amigo es por mucho
un suceso importante y no sabría describirlo porque supongo que nunca la he vivido. Los
siguientes en ser víctimas de ese vivió son las niñas en el caso de los niños y viceversa. Te
vuelves un adolescente y las necesidades del cuerpo son invitables, aquí se descenderá otro
punto clave en nuestra formación, y nos arrastramos buscando la atención del amor carnal.

No se exactamente que es lo que te mueve en ese momento, pero se define en la preparatoria,


y entonces conoces el sexto.
Dice un viejo dicho que Dios nos hace y nosotros nos juntamos, pues es una gran verdad. Es
como si las heridas del corazón ardieron con fuerza cuando encuentran otro parecido, y
equivocadamente le llamamos amor.

Pero nos volvemos dependientes de ser querido por otra persona que te trata como quieres
ser tratado sin darte cuenta de que lo hace porque así es como quiere que lo trates. Escribo
este diario porque mi herida se hizo más honda por ese error.

Si puedo aclarar las letras en su momento dejaré por escrito la poesía que mi corazón derrame
para recordar esos ojos que tarde comprendí que solo eran eran para mi.

Los llevaré como barriletes en mi cielo, hasta que pueda ver el azul de los confines entre esta
soledad que me rodea.

Solo espero que el camino me cure

Para ver a mi pequeño hijo convertirse en algo que nunca fui, luchare por ser el hombre que
necesita para crecer.

A Dayani le guardo mi vida, perdón por alejar tus ojos de los míos. Eres tan bonita, debí
aprender de ti a ser apasionado y a amar tan desesperadamente. Te necesito tanto en mi que
no creo poder ser feliz alguna vez, pero buscaré la paz por volver a verte sonreír con esa
ternura que a mi cabeza tortura en los recuerdos.

Ese cabello grueso rodeando unos ojos chinos tan profundos y tan sencillos a la vez. La sonrisa
más hermosa corona todo.

Pero nunca podre olvidar el tacto de la piel más suave que tuve el honor de acariciar. Sentir
que no se puede descansar nunca después de haber conocido esa tez. El amor es tan abrasivo
cuando te toca realmente con sus manos de cuchillo.

Mi Dayani.

Como extraño tu amor.

Como extraño tu sonrisa y tu habilidad para convertir su significado en lo que tu corazón le


exija.

Mi pecado y mi dolor.

Mi princesa tan sola.

Solo yo he visto la soledad de tu alma y el vacío enorme de tu silueta.

Debí ser tu caminante y tu camino.

Debí entender como ayudarte con el amor que ahorita arde con fuerza cuando te pienso.

El sol debe brillar cuando rías y la luna cuando sueñes. Es lo que te mereces.

He tratado de calmar el dolor que provoque en mi corazón, pero recordar que esto lleva años
destruyéndose, cayéndose a pedazos me hace tener más interés en dejarlo pasar y morir en
silencio como los perros que vagabundeando por las calles buscan la paz.

No soy nadie en este mundo tan pequeño y tan enorme a la vez.


El filo de la navaja no es suficiente para cortar mi piel y no entiendo porque, si otras veces ha
bastado un leve rasguño para ahondar una herida, si no es el destino que sigo ¿entonces que
es?.

No hay versos en este vacío tan oscuro.

Llovía a cántaros en mi funeral

Mi alma pedía a gritos el descanso

Y la droga rompía mi corazón

Con sus fuertes tumbos

Siento que mi alma está hueca, le falta algo que nunca se podrá acercar. He perdido el sentido
de la vida y también las ganas de buscarlo, he pedido al señor que me quite la carga de la vida
pero como siempre nunca escucha. Quise ser bueno y no hice más que destruir la paz de las
personas que más quisieron, ya no necesito fuerzas para despertar, las quiero para dormir para
siempre.

Quiero morir antes de que los gusanos me conozcan en el lecho sepulcral. Perdóname Dayani
por ser tan jodidamemte horrible, quisiera despedirme de ti con este texto pero nunca lo
leerás. No puedo seguir. Ya no.

Dame valor para esto aunque sea.

Adiós

En los momentos sencillos del día,

Cuando el sol deslumbra mi ceguera

Pienso en los “sera” y “quizas”

Que nunca fueron

Es entonces que la vida toma forma

Y los colores brillan nuevamente

Solo para dar paso a la melancolía


Cuando todo termina.

Como en esos momentos en los que

Las nubes tapan el sol, su aurora,

Mi alegría y el milagro de aquella

Sonrisa que me embarga.

La distancia deja añoranza latente

Añoranza de vivir

Añoranza de sentir

Añoranza de amar

Añoranza de elegir estar en soledad

Para mejorar tu compañía

Pero este amor se torna azul

Junto al humo de mi cigarrillo

Retorciéndose en el viento

Para desaparecer en aquellos

Momentos sencillos del día

En los que soy libre de ti, de mi.

Y puede ser que olvidaste que solo hay un tiempo, muchas vidas pero solo un tiempo, debería
ser la forma perfecta.

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