Cartilla Planes Emergencia Escolares
Cartilla Planes Emergencia Escolares
Cartilla Planes Emergencia Escolares
PLANES ESCOLARES
DE EMERGENCIA
GUÍA
Á C T I CA
PR
Proyecto “Comunidades resilientes preparadas para hacer frente a las inundaciones , sequias y los
incendios forestales en las regiones tropicales del país DIPECHO VII”.
Director Ejecutivo
Luis Ramirez Morales
Coordinador Proyecto
Iván García
ELABORACION Y DISEÑO:
Ramiro Peredo, Responsable de Educación DIPECHO VII
REDACCIÓN:
Rossana Camacho, Responsable Comunicaciones Save the Children Cochabamba
Edición, 2012
Esta publicación ha sido producida gracias al apoyo financiero proporcionado por el Departamento
de Ayuda Humanitaria y Protección Civil de la Comisión Europea (ECHO) a través de su VII Plan
de acción DIPECHO en el marco del Proyecto “Comunidades resilientes preparadas para hacer
frente a las inundaciones, sequias y los incendios forestales en las regiones tropicales de Bolivia”. La
información contenida en la presente publicación, no refleja necesariamente la opinión ni la postura
de la Comisión Europea en Bolivia.
La guía tiene como objetivo capitalizar las experiencias metodológicas utilizadas en el desarrollo de los
planes, además de dar un valor agregado al estudio de sistematización trabajado por Alfredo Paz. Su
uso está dirigido a docentes y/o educadores de nuestro sistema educativo nacional e instituciones que
ejecutan Gestión de Reducción de Riesgos de Desastres, en el marco de la Ley de Educación Avelino
Siñani - Elizardo Pérez, acápite 9, Artículo 5, Capítulo II, donde se establece que uno de los objetivos de
la educación es:
“Desarrollar una conciencia integradora y equilibrada de las comunidades humanas y la madre tierra,
que contribuya a la relación de convivencia armónica con su entorno, asegurando su protección y
prevención de riesgos y desastres naturales, conservación y manejo sostenible, considerando la diversidad
de cosmovisiones y culturas”.
Este producto no hubiera sido posible sin la participación activa de las brigadas escolares con los
maestros; niños y niñas de los municipios de Puerto Villarroel; Chimoré;Villa Tunari en el departamento de
Cochabamba;Yapacaní, El Puente, Uribichá y Ascensión de Guarayos en el departamento de Sta. Cruz.
Agradecemos particularmente a quienes aportaron en el diseño de esta guía: Iván García, Coordinador);
Adhemar Flores, Facilitador Multidisciplinario; Ariel Candia, Jorge Mérida,Walter Benavente y Cinthia
Aguirre, Educadores del proyecto.
1
2
ANTECEDENTES
“Reducir la vulnerabilidad de la población que vive en áreas propensas a los desastres en Bolivia,
apoyando las estrategias que fortalezcan la resiliencia y la capacidad de las comunidades, escuelas,
municipios y de las instituciones para prepararse mejor y así mitigar y responder a desastres naturales
(inundaciones, sequías y los incendios forestales)”.
A la hora de su implementación en áreas tan dispersas, se trabajó tanto de forma individual como
grupal con niños, niñas y adolescentes de diferentes realidades socioculturales y económicas como
aquellas de raíces quechua y aymara de los valles y altiplano (en el caso de los Colonizadores del
Chapare, en Yapacaní (considerada como una “Bolivia en miniatura” debido a la realidad cultural tan
diversa), así como en el contexto de niños, niñas y adolescentes indígenas originarios de las zonas de
Guarayos y Uruvichá.
3
Estas diferencias socioculturales, destaca Alfredo Paz, han permitido que para cada realidad se
construya o se adecúe un conjunto de metodologías populares y se seleccione un paquete de
manuales y guías de referencia para la elaboración de los Planes Escolares de Emergencia. Es así que
la presente Guía Práctica es el resultado de las metodologías didácticas ejercitadas en la temática
educativa de gestión y reducción de riesgos, que de seguro aportarán a la elaboración de otros
Planes Escolares de Emergencia en el país; y por ende, coadyuvarán a que las Unidades Educativas
sean más seguras, preparadas y a que protejan la integridad de los niños.
4
I. Concepción de la Herramienta
Se entiende como Planes Escolares de Emergencia al producto de la planificación de la Comunidad
Educativa para prevenir, mitigar y afrontar las emergencias individuales o colectivas provocadas por
la naturaleza o el ser humano. Este plan debe responder a la realidad respecto a los riesgos y a los
recursos propios de la Unidad Educativa y de la comunidad a la que pertenece.
Están sustentados en la organización del personal docente, administrativo y de los (as) estudiantes,
y deben estar claramente definidos, donde cada quien sabe cómo actuar para prevenir, prepararse
y responder exitosamente ante una emergencia para resguardar tanto su propia seguridad como la
del grupo.
Las niñas, niños y adolescentes de las comunidades y poblaciones son vulnerables no solamente ante
los fenómenos adversos, sino que también influye su condición social, es decir que dicha vulnerabilidad
se presenta desde un punto de vista social y medioambiental, con escasos medios de producción y un
acceso restringido a los servicios básicos. A esto se suma, en el caso de una emergencia o desastre,
la poca capacidad municipal y departamental para responder adecuada e inmediatamente.
La población en general, pero sobre todo los niños, niñas y adolescentes, necesitan una adecuada
información y preparación en cuanto a desastres y cómo actuar ante ellos. El acceso a la educación y
comunicación en emergencias puede asegurarse por medio de actividades escolares y comunitarias,
aprovechando la organización comunitaria estable para mejorar la resiliencia por medio de la
preparación y obras de mitigación a pequeña escala.
Según la Ley Avelino Siñani, se prevé que a corto plazo todas las escuelas contarán con sus respectivos
Planes Escolares de Emergencia, por lo cual, conscientes de esto, algunos distritos educativos como
el de Yapacaní, proponen la implementación bajo la modalidad de un Proyecto de Aula, de tal manera
que en un periodo de tiempo determinado, todas las Unidades Educativas trabajen con la temática
de Gestión de Riesgos, logrando como resultado su propio Plan Escolar de Emergencia.
Por ello, los modelos de Planes Escolares de Emergencia son herramientas que coadyuvan a que
la escuela sea un espacio seguro en toda la amplitud del término, es decir, que se refiere tanto a
elementos tangibles como intangibles: desde la infraestructura y el equipamiento hasta los saberes
(conocimientos, actitudes y prácticas). Las partes involucradas se extienden desde los gobiernos
municipales, las autoridades distritales de educación, directores de Unidades Educativas, junta
escolar, niños, niñas y adolescentes, padres, madres y las autoridades comunales. Incluso, en el ámbito
educativo, la iniciativa deberá partir desde el Ministerio de Educación y el Gobierno con políticas y
lineamientos definidos.
5
Ahora bien, el qué y el cómo de los elementos estructurales de un Plan de Emergencia Escolar para
que puedan ser elaborados e implementados en diferentes contextos, ha conllevado a un análisis
descriptivo y reflexivo que propone la presente guía para llenar un vacío, mostrando y facilitando la
aproximación a la implementación operativa de este mandato.
El análisis reflexivo ha manifestado, por ejemplo, diferentes niveles de compromiso por parte de
cada participante exponiendo quiénes son los actores imprescindibles para el éxito; que las edades
de los niños, niñas y adolescentes deben oscilar entre 10 a 15 años y que es se imprescindible la
participación tanto de los maestros como de la junta escolar porque juntos se constituyen en la base
de la comunidad escolar.
6
II. Desarrollo de la Herramienta
Seguidamente, se describe el modelo metodológico conceptualizado, producto de los diferentes
relatos de los actores durante el proceso de implementación de los Planes Escolares de Emergencia
en las diferentes regiones y tomando en cuenta el análisis crítico y reflexivo de los involucrados.
Precondiciones.- Antes de proceder con las acciones del modelo, se debe proceder a organizar las
reuniones de socialización y coordinación con los involucrados del proyecto habiendo seleccionado
previamente las Unidades Educativas. Estas precondiciones son esenciales para que la comunidad
educativa esté abierta a participar y apoyar en todo el proceso.
A partir de ello, se inicia con la implementación del modelo capacitando a los actores clave a través
de sesiones formativas y talleres.
Las sesiones formativas tratan a profundidad contenidos temáticos, por lo que están destinadas
específicamente a los actores principales de los Planes Escolares de Emergencia, es decir a los
integrantes de la “Brigada de Emergencia Escolar”.
Por su parte, los talleres operativos, además de estar destinados a los integrantes de la Brigada de
Emergencia Escolar, también lo están para toda la comunidad educativa, es decir desde el director
distrital, directores de Unidades Educativas, maestros, juntas escolares, autoridades comunales o
vecinales, quienes son invitados formalmente, pues además de formar un conocimiento práctico en
la Gestión de Reducción del Riesgo ante Desastres, su función será motivar y dinamizar el proceso
impulsando la participación en momentos que requieren de mayor atención y apoyo.
Es recomendable que el intervalo entre sesiones y talleres no exceda los 10 días para mantener el
hilo conductor en la asimilación de conocimientos y la motivación; el proceso puede ser completado
hasta en un período de 3 meses. La combinación de sesiones y talleres operativos redundan en
profundizar conocimientos, actitudes y prácticas, mientras que la instrucción y actualización a la
Brigada Escolar debe ser permanente.
7
III. SESIONES Y TALLERES, SEGÚN METODOLOGÍA
SESIÓN
1
8
TALLER
OPERATIVO
1
9
SESIÓN
2
10
SESIÓN
3
11
TALLER
OPERATIVO
2
12
SESIÓN
4
13
SESIÓN
5
14
SESIÓN
6
15
TALLER
OPERATIVO
3
16
IV. USO DE LA HERRAMIENTA
La utilidad del modelo metodológico presentado, se encuentra en la aplicación de la herramienta
en cualquier contexto donde se desarrolle un Proyecto de Gestión de Reducción de Riesgos a
desastres que incluya a la población escolar. Normalmente este tipo de proyectos tienen un alcance
municipal en los que, además de las estructuras del Estado, se vinculan con las comunidades con
mayor vulnerabilidad, apoyándose en su estructura socio-organizativa comunitaria, impactando en su
población. Dichas comunidades, en su espacio geográfico o en comunidades aledañas, cuentan con
Unidades Educativas a las que asiste la población escolar.
En ese sentido, las mencionadas Unidades resultan ser un punto estratégico para la gestión de
reducción de riesgos a desastres, tanto en resguardo de la población escolar, (población altamente
vulnerable) como en la contribución a generar efectos multiplicadores y de apoyo hacia sus familias,
su comunidad y a nivel municipal.
El modelo metodológico tiene la ventaja de establecer con claridad pasos cortos y concretos para su
aplicación en diferentes contextos, además recurre a instrumentos referenciales en documentos de
apoyo de gran utilidad para el/la técnico/a educador/a, quien lo pone en práctica. Este modelo de fácil
comprensión determina los contenidos fundamentales que deben ser conocidos y practicados para
la reducción de riesgo en las Unidades Educativas, siendo además resultado de ello, el Plan Escolar de
Emergencia, un instrumento de planificación para la mejora continua de la Unidad Educativa respecto
a esta temática.
Los actores son también los beneficiarios de la herramienta, entre los cuales se distingue niveles de
participación y apropiación de saberes; es decir que involucra a estudiantes escolares, maestros, junta
escolar, personal de la Unidad Educativa en dos niveles:
Por otra parte, involucra la participación del entorno próximo a la Unidad Educativa, es decir padres
de familia, autoridades comunitarias, y la Dirección distrital de educación con la retroalimentación de
conocimiento, pero sobre todo la motivación y visibilización de la temática.
Por último, implica al entorno de autoridades municipales, Comité Operativo de Emergencia (COE),
Bomberos forestales, Concejales, Oficiales mayores y de Desarrollo humano, etc., promoviendo la
articulación y comunicación sobre la gestión de reducción de riesgos a desastres.
17
V. LECCIONES APRENDIDAS CON LA METODOLOGÍA
PROPUESTA
La estructura del modelo de implementación de Planes Escolares de Emergencia, en sí misma es una
lección aprendida, pues está constituido de componentes, procesos, actividades y acciones que se
pueden replicar con mayor éxito.
Las acciones de prevención necesitan un cambio de mentalidad, y para ello se requiere inversión de
tiempo debido a las acciones reiterativas y frecuentes.
En la selección de comunidades y unidades educativas, no solamente deben participar y decidir
los beneficiarios y autoridades locales, sino que también se debe responder a criterios técnicos
relacionados al desplazamiento de los escolares que pasan de una unidad educativa primaria a otra
secundaria, y además de incluir a comunidades aledañas que no pertenecen jurisdiccionalmente al
municipio. Además de los criterios de vulnerabilidad y acceso que posea una unidad educativa, se
debe considerar la situación de los escolares pertenecientes a comunidades aledañas.
El/la técnico educador/a debe tener la oportunidad y flexibilidad de elegir las dinámicas y recursos
pedagógicos que serán aplicados en cada una de las sesiones y eventos, lo que permite un buen
desempeño según el contexto. Es recomendable que en las sesiones realizadas con los escolares
predominen los recursos manuales (aprender-haciendo) sobre la teoría.
Las actividades de Reducción de Riesgos de Desastres deben estar incluidas dentro del cronograma
escolar, planificando que la implementación del Plan de Emergencia Escolar sea concluida antes de
finalizar el periodo de clases y antes de los meses de ocurrencia de las amenazas.
Para esto, los simulacros son importantes ya que permiten llevar a la práctica y validar todo lo
aprendido; además de poder observar aspectos débiles a ser mejorados para una mayor eficacia.
18
VI. RECOMENDACIONES
Es importante seguir las siguientes recomendaciones:
- Efectuar las convocatorias también de manera formal por medio de una carta escrita.
- La administración llevada a cabo por cada socio del consorcio en sus zonas de intervención,
ayuda a un mejor control y seguimiento, pero eso ha implicado una adaptación de formatos
y una flexibilización del proceso administrativo de cada socio, por ejemplo: plazos y montos
para rendición de cuentas del técnico operativo.
Existen ciertas diferencias entre las entidades que colaboran en la realización de talleres operativos
de Gestión de Reducción de Riesgos, por ejemplo, en el caso de Santa Cruz, los talleres fueron
realizados por el personal técnico de la Gobernación debido a que es parte de sus labores; sin
embargo, en Cochabamba fueron llevados a cabo por el Grupo SAR-FAB, lo que implica que, al estar
conformado por personal voluntario, existe flexibilidad en los cronogramas - ya que en muchos
casos los voluntarios no pueden asistir- y además, no cuentan con ningún tipo de financiamiento,
lo que supone el reconocimiento de todos los gastos no contemplados muchas veces dentro del
presupuesto.
Existen capacidades en recursos humanos y organizativos locales que se han desarrollado de forma
espontánea, los cuales deben ser aprovechados para ser incluidos dentro el proceso de enseñanza
para los Planes Escolares de Emergencia.
19
Es importante señalar que la experiencia de utilizar recursos lúdicos como títeres en la socialización
de los Planes de Emergencia Escolar y reforzamiento de conocimientos fue exitosa. La riqueza del
proceso se destaca por ejemplo en:
- Tanto el aprendizaje para la elaboración de muñecos como para el manejo de éstos estimuló
el desenvolvimiento de los participantes durante las sesiones y generó capacidades para su
uso en otras temáticas educativas.
- Para lograr mejores resultados, los maestros desarrollaron las capacidades necesarias que
les permitan implementar esta técnica en su trabajo educativo.
Es recomendable no dejar pasar mucho tiempo entre cada una de las sesiones de capacitación, pues
existe la tendencia a olvidar lo aprendido y por consiguiente, la dificultad de unir conocimientos
previos con los nuevos. Lo ideal sería realizar las sesiones con una frecuencia de 7 a 10 días.
Es preferible que el/la técnico/a educador finalice el proceso en un área, distrito, o municipio antes
de pasar a otra área, esto permite lograr sesiones más frecuentes en las Unidades Educativas.
El/la técnico/a educador/a debe tomar en cuenta que algunos de los niños, niñas y adolescentes de
la Unidades Educativas han sido afectados con pérdidas significativas por desastres, por ello se debe
tener cautela a la hora de mostrar o exponer fotografías que reflejen los desastres.
Las edades más adecuadas para trabajar con este tema son entre los 10 a 15 años, pues por un
lado es fácil motivar y generar expectativa y por otro, existe una constancia en la aplicación del
aprendizaje ya que el estudiante permanecerá por varios años más en la vida escolar.
Se formó a niños y niñas en locución, desarrollando capacidades y expectativas a futuro, se aprendió
la elaboración de guiones, reforzando el contenido temático.
20
El proceso de producción de mensajes de radio mediante jingles, aprovechando la convocatoria de
los niños y niñas, resultó exitoso, por lo que se puede destacar lo siguiente:
- Se despertó en los niños, niñas y adolescentes las habilidades en locución, desarrollando así
capacidades y expectativas a futuro.
- Las grabaciones fueron realizadas en radiodifusoras locales, las cuales cuentan con los
recursos técnicos necesarios.
- La difusión del material fue realizada por las mismas emisoras locales en horarios de mayor
audiencia con la finalidad de multiplicar los efectos del mensaje.
21
VI. ANEXOS FOTOGRÁFICOS
22
VII. RECURSOS DE INFORMACIÓN (Material de apoyo)
Set de publicaciones
Cartilla sobre
“¿Qué debemos
Gestión del Riesgo
hacer frente a desastres Guía “Aprendamos a
naturales?” prevenir los desastres”
23
OBSERVACIONES
SUGERENCIAS
PLANES ESCOLARES
DE EMERGENCIA
ELABORANDO
Regional Cochabamba
Av. Oquendo casi Esq. Colombia Edifico Virgen del Carmen No 164 piso 2
Casilla de Correo 4317
Teléf: (+591 4) 4665332 - -4665333
Regional Oruro