Mujeres de La Clase de Renacimiento
Mujeres de La Clase de Renacimiento
Mujeres de La Clase de Renacimiento
Self-Portrait at the Virginal with a Servant, 1577, oil on canvas, 27 x 24 cm, Rome, Accademia di San
Luca
Fue una de las pintoras más importantes de su época, dirigió su propio taller1 y
fue pintora oficial de la corte del papa Clemente VIII. El catálogo de su obra es
bastante extenso, se tiene constancia de 135 obras suyas, aunque sólo se
conservan 32 fechadas y firmadas
Fue hija del pintor Prospero Fontana, pintor de la escuela de Bolonia, que le
enseñó el oficio. El estilo de Fontana fue, efectivamente, muy cercano
al manierismo tardío que practicaba su padre. Ya desde muy joven se hizo un
nombre como pintora de pequeñas obras de gabinete, principalmente retratos.
La mayoría de las mujeres que en esta época se dedicaron a la pintura,
aprendieron con sus padres. Y muchas se casaron con otro pintor del mismo
taller, lo que facilitaba que pudieran seguir dedicadas a ese trabajo.4También es
el caso de Fontana que se casó en 1577, con 25 años, con Gian Paolo Zappi.
También era pintor del taller de Prospero Fontana y miembro de una familia
noble.5 Tuvo 11 hijos con él. Siguió pintando durante su matrimonio para
ayudar a la familia mientras su esposo se encargaba de la casa y asistía a su
mujer como ayudante. Zappi, también ayudaba a su esposa en las labores
artísticas, se dice que le ayudaba a realizar el fondo de sus obras. En 1603,
tras la muerte de su padre, se muda permanentemente a Roma. Aquí fue
elegida pintora oficial de la corte del papa Clemente VIII. También obtuvo el
mecenazgo de los Boncompagni. Fue elegida como miembro de la Academia de
San Lucas. Con la muerte del papa Clemente VIII en 1605 fue designada
retratista de la corte del papa Paulo V.
En 1613 realiza la pintura llamada Minerva vistiéndose, muestra de los temas mitológicos a
los que también se dedicó. Podemos encontrar esta obra en la Galería Borghese (Roma).
Fede1 Gallizi, conocida como Galizia, nació en Milán en 1578. Su padre, Nunzio
Galizia, quien se mudó a Milán desde Trento fue un pintor de miniaturas. De él
aprendió Fede a pintar, y se dice que a la edad de doce años era
suficientemente considerada artista como para ser mencionada por Giovanni
Paolo Lomazzo, pintor y teórico del arte amigo de su padre, de la siguiente
forma: «Esta joven se ha dedicado a imitar a nuestros más extraordinarios
artistas».
Cuando Fede estuvo preparada y establecida como pintora de retratos,
comenzó a recibir muchos encargos. Posiblemente por influencia de su
padre como miniaturista, tuvo tendencia al detalle en sus pinturas. Su
tratamiento de las joyas y la vestimenta la convirtieron en una retratista
muy buscada. También se dedicó a la pintura religiosa y profana, por
ejemplo varias versiones de Judith y Holofernes como las del Museo
Ringling de Florida y Palacio Real de La Granja en España. También
pintó miniaturas y retablos para conventos.
1596
Esta obra fue la que la encumbró a la fama, ya que fue realizada con
apenas veinte años. El protagonista es el general de los jesuitas y es
inmortalizado mientras ejerce tareas de intelectual. La tela nos
devuelve una visión casi fotográfica del retratado captando hasta el
último detalle expresivo. Además, se ha relacionado el tratamiento de
la vestimenta con la conocida técnica del español Francisco de
Zurbarán (1598-1664) quien la tomaría de la pintora italiana. Paolo
Morigia, el retratado, luce unos anteojos y en ellos la artista, con la
minuciosidad de un miniaturista, ha reflejado los cristales de las
ventanas. Esa misma atención al detalle se encuentra en el papel en
primer término que es un poema de Gherardo Borgogni (1526-1608) a
quien ya retrató con anterioridad, como hemos apuntado. Los versos
elogian la habilidad artística de Fede Galizia y aluden al cuadro. Por
tanto, estamos no solo ante una eficaz operación de marketing por
parte de la artista sino que, previsiblemente, este elemento fue añadido
después.
Fede retrato de hipolita
1616
Retrato de Federico zuccari
BODEGONES
Artemisa gentileschi
1
Cerró la habitación con llave y una vez cerrada me lanzó sobre un lado
de la cama dándome con una mano en el pecho, me metió una rodilla
entre los muslos para que no pudiera cerrarlos, y alzándome las ropas,
que le costó mucho hacerlo, me metió una mano con un pañuelo en la
garganta y boca para que no pudiera gritar y habiendo hecho esto metió
las dos rodillas entre mis piernas y apuntando con su miembro a mi
naturaleza comenzó a empujar y lo metió dentro. Y le arañé la cara y le
tiré de los pelos y antes de que pusiera dentro de mi el miembro, se lo
agarré y le arranqué un trozo de carne
interpretación personal de esos temas para acomodarse a las preferencias de una clientela
compuesta básicamente por hombres. El estereotipo causa un doble efecto restrictivo:
induce a los críticos a dudar la atribución de aquellas pinturas que no se corresponden con
el modelo preestablecido, y a atribuir un valor inferior a aquellos cuadros que no cumplen
con el cliché.59
La crítica más reciente, comenzando por la difícil reconstrucción del catálogo total
de los Gentileschi, intenta dar una lectura menos restrictiva de la carrera de
Artemisia, colocándola más apropiadamente en el contexto de los diferentes
ambientes artísticos en los que la pintora participó activamente. Las palabras de
Judith Walker Mann, una académica que también ayuda a cambiar el enfoque de la
experiencia biográfica de Gentileschi a la más estricta artística:
Hoy en día se utiliza únicamente el nombrar a Artemisia Gentileschi para evocar una pintura
dramática, poblada de figuras femeninas energéticas representadas de una manera directa
y sin concesiones, y que se relaciona y se integra con los acontecimientos de la vida de la
artista.
Judith Walker Mann, Artemisia y Orazio Gentileschi, Milán, Skira, 2001 p. 249
La pintura muestra una historia bíblica del capítulo 13 del Libro de Daniel, tal
como la sostienen las iglesias católica y ortodoxa oriental, pero no la mayoría de
los protestantes. Una joven casada llamada Susanna está siendo vigilada por dos
ancianos. Susanna se estaba bañando en el jardín cuando su ama de llaves dejó
entrar a las dos personas mayores. Los ancianos observaron a Susanna y luego
le pidieron favores sexuales, los cuales ella rechazó. Los hombres dijeron que
arruinarían su nombre, pero Susanna no retrocedió. Luego, los dos ancianos
inventaron una mentira acerca de que Susanna era una adúltera, lo cual era un
crimen que podría hacer que te mataran. Cuando un joven sabio hebreo llamado
Daniel habló con cada uno de ellos por separado, vio que algunos detalles en las
historias de los dos ancianos no coincidían. Sus diferentes historias demostraron
que su testimonio era falso, lo que aclaró el nombre de Susanna. Desde el siglo
XVI en adelante, este tema se encuentra a menudo en el arte europeo, y
Susanna se utiliza a menudo como ejemplo de modestia y lealtad. En la práctica,
sin embargo, les dio a los artistas la oportunidad de demostrar lo buenos que
eran dibujando mujeres desnudas, a menudo para el placer de sus clientes
masculinos
Lucrecia fue una heroína romana conocida por ser bella y humilde. Según una
historia que Livio escribió en su libro Historia de Roma, su esposo Colatino pensó
que ella era una muy buena persona. Fue violada por Sextus Tarquinius, un
noble romano que estaba relacionado con su marido. Si ella trataba de detenerlo,
la amenazó con matarla y hacer que su cuerpo se viera mal en público. Ante el
riesgo de ser avergonzada, ella cedió a sus demandas sexuales, pero luego le
contó a su esposo y padre sobre el ataque antes de suicidarse. Al hacer esto,
mantuvo su honor y bondad (según las creencias romanas). Su decisión de
suicidarse condujo a una revuelta que derrocó a la monarquía etrusca e inició la
República roman.añ
Nacimiento de san juan
cleopatra
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Clara peeters