Ii. Marco Conceptual Asegurando El Futuro: Las Instituciones Nacionales de Derechos Humanos y Los Derechos Reproductivos

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II.

MARCO CONCEPTUAL
Asegurando el futuro: las Instituciones
Nacionales de Derechos Humanos y los
derechos reproductivos
Alda Facio 4
Introducción
El presente documento está dividido en cuatro partes. En
la primera, titulada “Los derechos reproductivos son dere-
chos humanos”, se explican los seis conceptos que tuvieron
que desarrollarse en la evolución de los derechos humanos,
para que se pudiera comprender el alcance de los derechos
humanos de las mujeres y así, poder entender los derechos
reproductivos como parte integral de ellos. Además se inclu-
ye una lista de seis razones que hacen que todas las Institu-
ciones Nacionales de Derechos Humanos, aún aquellas con
mandatos muy restringidos, deban integrar los derechos re-
productivos que tengan relación con el mandato en su accio-
nar, para cumplir con su obligación de proteger, promover y
garantizar los derechos humanos sin discriminación.
La segunda parte, titulada “El alcance y contenido de los
derechos reproductivos”, dibuja en un primer apartado, el
universo de los derechos reproductivos como conformado
por doce derechos humanos fundamentales, que a su vez in-

4 Coordinadora del Programa Mujer, Justicia y Género del Instituto La-


tinoamericano de Naciones Unidas para la Prevención del Delito
(ILANUD). Consultora UNFPA.

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DERECHOS REPRODUCTIVOS

cluyen otros derechos humanos. En un segundo apartado,


hace un análisis de estos doce derechos reproductivos desde
las definiciones que de ellos han hecho distintos instrumen-
tos e instancias internacionales. En esta sección, se incluyen
solamente las definiciones que explícitamente se refieren a
los derechos reproductivos o, al menos, a la salud de las mu-
jeres, en un intento de no hacerla demasiado extensa. El
objetivo es que las instituciones nacionales cuenten con una
descripción detallada del contenido de los derechos repro-
ductivos, para que los puedan promover y defender de la me-
jor manera.
La tercera parte, titulada “La importancia de la función
cuasi jurisdiccional de las instituciones nacionales de
derechos humanos”, hace una breve descripción del manda-
to de las instituciones nacionales de derechos humanos y las
diferencias entre ellas; de esta manera explica que la función
cuasi jurisdiccional no las limita a aplicar sólo aquellos
instrumentos ratificados por su país, sino que las obliga mo-
ral y jurídicamente, a incluir todos los derechos reproducti-
vos en su accionar. Se incluye una diferenciación entre las
funciones jurisdiccionales, cuasi jurisdiccionales y no juris-
diccionales, con el objetivo de unificar criterios en relación a
ellas.
La cuarta parte, “Promoción y protección de los derechos
reproductivos a través de las instituciones nacionales de
derechos humanos”, presenta un país ficticio, Equilandia, en
donde la institución nacional de derechos humanos ha incor-
porado el trabajo por los derechos reproductivos. Este
ejercicio imaginativo tiene el propósito de facilitar la imple-
mentación de algunas de estas acciones por las instituciones
nacionales de derechos humanos.

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PROMOCIÓN Y DEFENSA

Los derechos reproductivos son derechos


humanos
En el 2002, el concepto “los derechos de las mujeres son
derechos humanos” es aceptado por la gran mayoría de los y
las defensoras de derechos humanos. Es más, el término es
tan aceptado, en teoría al menos, que muchas personas que
recién se acercan al trabajo con los derechos humanos se pre-
guntan por qué es necesario hablar de los derechos humanos
de las mujeres. ¿No son las mujeres humanas? ¿No son los
derechos humanos inherentes a todas las personas? La ver-
dad es que no siempre fue así. Las mujeres han tenido que lu-
char por su humanidad durante quizás miles de años. La idea
de los derechos de las mujeres, sin lo humano y lo interna-
cional, es un concepto muy reciente. Es más, las mujeres han
tenido que seguir luchando por su humanidad y sus derechos
aún después de que se aceptó la noción de derechos humanos
internacionales para todos. Para sintetizar un desarrollo muy
complejo, al menos seis conceptos 5 tuvieron que establecer-
se antes de que los derechos humanos internacionales de las
mujeres pudieran ser realidad:
1. Las personas individuales tuvieron que adquirir
derechos frente al Estado bajo leyes internacionales.
Este cambio conceptual se dio en el siglo 19, por medio
de tratados internacionales que otorgaban derechos a las
personas frente a los Estados, con respecto a la esclavi-
tud y la guerra. Una vez establecido esto, las organiza-
ciones no gubernamentales de mujeres pudieron cabil-
dear a favor de otros tratados concernientes explícita-
mente a ellas, como fueron las Convenciones de 1904 y
1910, destinadas a combatir el tráfico de mujeres. Éstas
no eran aún consideradas convenciones de derechos
humanos y, por supuesto, no garantizaban a las mujeres

5 Tomado de un libro en desarrollo: La evolución de los derechos


humanos de las mujeres en la ONU, por Alda Facio.

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DERECHOS REPRODUCTIVOS

la igualdad ni eran género sensitivas, ya que estos


conceptos vinieron mucho después.
2. El concepto de derechos humanos internacionales tenía
que ser aceptado. La magnitud de los horrores de la
Segunda Guerra Mundial y la necesidad de proteger a
las y los individuos de abusos a tal escala, ofreció sufi-
cientes incentivos a los Estados para acordar la necesi-
dad de un sistema internacional de protección de los de-
rechos humanos; así se creó la Carta de las Naciones
Unidas en 1945 y la Declaración Universal de Derechos
Humanos en 1948.
3. Se tenía que considerar a las mujeres capaces de tener
derechos legales. Este obstáculo era muy real, ya que
las leyes mismas se los habían negado durante siglos. A
través de la historia, hubo muchas personas que defen-
dían los derechos de las mujeres, pero no fue sino hasta
el Siglo XVIII que un movimiento de mujeres tomó
forma. Dos mujeres prominentes entre éstas fueron
Mary Wollstonecraft, quien publicó la Reivindicación
de los Derechos de las Mujeres en 1779 y Olympe de
Gouges, quien escribió en 1791, su famosa Declaración
de los Derechos de la Mujer, basada en los principios
encontrados en la Declaración de los Derechos del
Hombre y el Ciudadano francesa. Otra proclamación
temprana sobre los derechos de las mujeres fue la Decla-
ración de Séneca Falls, escrita en 18486.
4. La idea de que hombres y mujeres podían tener iguales
derechos tuvo que ser aceptada. Esta idea no significa
que hombres y mujeres tienen derecho a tener los mis-
mos derechos, sino a que tienen derecho a tener todos

6 Por supuesto que otras mujeres que vivieron mucho antes que Mary y
Olympia hablaron y lucharon contra la subordinación y explotación de
las mujeres, pero no se conoce que lucharan o hablaran
específicamente sobre los “derechos” de las mujeres.

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PROMOCIÓN Y DEFENSA

los derechos que su humanidad requiera. Esto todavía


no es aceptado universalmente, pero al menos existe un
documento internacional, la Convención sobre la Elimi-
nación de Todas las Formas de Discriminación Contra
las Mujeres, que se basa en la creencia de que hombres
y mujeres deben tener iguales, que no idénticos, dere-
chos en todas las esferas de la vida.
5. El feminismo tenía que desarrollar metodologías y teo-
rías que pusieran las vidas de las mujeres en primera
fila. Las metodologías género sensitivas y las teorías de
género desarrolladas durante los años setenta y ochenta
en todo el mundo, demostraron que el género no sola-
mente se refería a las maneras en las cuales los roles, la
actitudes, los valores y las relaciones con respecto a
niños y niñas, mujeres y hombres se construyen en las
sociedades; demostraron que el género también constru-
ye instituciones sociales, como el Derecho, el control
social, la religión, la familia, el imaginario, la ideología,
etc., las cuales crean posiciones sociales distinguibles
para una asignación desigual de derechos y responsabi-
lidades entre los sexos. El desarrollo de perspectivas de
género ayudó a visibilizar las relaciones de poder entre
los sexos y, por lo tanto, la increíble discriminación
padecida por las mujeres en todas las esferas a través de
todo el mundo.
6. El sesgo androcéntrico en la teoría y práctica de los
derechos humanos internacionales tenía que ser devela-
da. Esto no se empezó a dar sino hacia el final de los
años ochenta del siglo XX, cuando las pensadoras femi-
nistas iniciaron su crítica del paradigma de los derechos
humanos. Esta crítica no sólo develó que el modelo de
lo humano era un hombre, blanco, occidental, padre de
familia, adinerado, heterosexual, sin discapacidades
visibles, etc., sino que borró la distinción artificial entre

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DERECHOS REPRODUCTIVOS

las esferas pública y privada. Esta crítica al sesgo


androcéntrico en los derechos humanos, también llevó a
las feministas a proponer uno más inclusivo, género
sensitivo, que incluyera mujeres de todos los colores,
edades, capacidades, regiones, y prácticas sexuales, reli-
giosas y culturales 7.
Una vez que el androcentrismo en la teoría y práctica de
los derechos humanos fue sustituido por una perspectiva de
género, fue fácil entender que los derechos humanos recono-
cidos sí incluían los derechos reproductivos. Esto es así
porque la perspectiva de género permitió ver toda una gama
de intereses y necesidades humanas, así como violaciones a
los derechos humanos, que eran sentidas mayoritariamente
por mujeres y que, por lo tanto, no eran visibles con la
perspectiva androcéntrica. Desde ella sólo se ven las necesi-
dades e intereses de los hombres en tanto que seres paradig-
máticos de la humanidad, o las necesidades e intereses que
ellos creen tienen las mujeres, en tanto que seres no autóno-
mos. Necesidades e intereses como la contracepción, el abor-
to, el parto, la esterilización y otros, fueron planteadas por
las feministas como temas de derechos humanos, porque te-
nían que ver directamente con la vida y cuerpos de los seres
humanos de sexo femenino. Fue así como se comprendió
que el derecho a la salud, por ejemplo, tenía que incluir el de-
recho a la salud reproductiva si realmente iba a proteger y
garantizar la salud de mujeres también.
Es más, una constante en la evolución de los derechos hu-
manos, ha sido el hecho de que poco a poco, tanto desde su
teoría como en su práctica, se ha ido entendiendo cómo más
y más derechos son parte integral e indivisible de los dere-

7 Aunque si bien es cierto que muchas mujeres defendieron los derechos


humanos antes de la década de los 80, no lucharon por sus derechos en
tanto mujeres sino como integrantes, de la clase trabajadora, contra
algún imperio, contra las dictaduras, etc.

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PROMOCIÓN Y DEFENSA

chos humanos reconocidos, así como se ha ido profundizan-


do y ampliando su contenido. Con la incorporación de la
perspectiva de género en el análisis de la realidad y en la teo-
ría y práctica de los derechos humanos, se han ido amplian-
do aún más los derechos humanos, para responder a las
necesidades e intereses de la población femenina—un poco
más de la mitad de la población humana—y a las necesida-
des e intereses de los hombres en tanto que género masculi-
no8. Y, como los derechos humanos de las mujeres no atañen
a un “sector” de la población, sino a todos los sectores, ya
que hay personas del sexo femenino en todos, la expansión
de los derechos humanos a las mujeres significa la más
inclusiva ampliación que han vivido los derechos humanos
en su dinámica historia.
Pero hay que recordar que antes de la década de los
noventas, la mayoría de las ONG, Estados, agencias y órga-
nos de Naciones Unidas no utilizaba el sistema de derechos
humanos para promover el adelanto de la condición jurídica
y social de las mujeres. Cierto que antes de esta década exis-
tían entidades que se dedicaban exclusivamente al mejora-
miento de las condiciones de las mujeres, pero no lo hacían
desde la óptica de los derechos humanos; lo hacían más bien
desde una óptica asistencialista o desde el enfoque del desa-
rrollo. Sin embargo, después de la Conferencia Mundial de
Derechos Humanos en Viena, en 1993, la necesidad de
trabajar el tema del adelanto de las mujeres desde el marco
de los derechos humanos se hizo obligatorio, al evidenciarse
8 Es importante recordar que la perspectiva androcéntrica no parte de la
visión de los hombres como género, sino de los hombres como
estereotipo o como representantes de la humanidad toda. Por ende, las
necesidades de los hombres en tanto género masculino también son
invisibilizadas por la perspectiva androcéntrica en el tanto que desde
esta perspectiva sólo se consideran violaciones a los derechos
humanos aquellos actos cometidos en la esfera pública por agentes del
Estado. Así, la nula oferta de vasectomías en condiciones dignas, por
ejemplo, no era considerada una violación a varios derechos humanos
de los hombres, como por ejemplo, su derecho a decidir el número y
espaciamiento de hijos, el derecho a la integridad física, etc.

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DERECHOS REPRODUCTIVOS

que las mismas características del Derecho Internacional de


Derechos Humanos y sus procedimientos lo hacen así:
1. Los derechos humanos son universales. El principio de
universalidad significa que todos los seres humanos
tienen derechos inherentes a su humanidad; por lo tanto,
las mujeres, al ser igualmente humanas que los hombres,
tienen derecho al goce y ejercicio de todos ellos, inclu-
yendo sus derechos reproductivos.
2. Los Estados tienen la obligación legal de promover,
respetar y garantizar los derechos humanos: son legal-
mente responsables (accountable) de su implementación
y por su violación y deben rendir cuentas ante la comuni-
dad internacional. Por lo tanto, los Estados tienen el
deber de promover, respetar y garantizar los derechos
humanos de las mujeres, incluyendo sus derechos repro-
ductivos, y son responsables por las violaciones de éstos.
3. Los derechos humanos deben ser garantizados sin discri-
minación. El principio de igualdad está garantizado en
todos los tratados de derechos humanos y se desarrolla,
específicamente, en La Convención sobre la Eliminación
de todas las formas de Discriminación contra las Mujeres
(CEDAW). Por lo tanto, los derechos reproductivos
deben ser garantizados sin discriminación.
4. Los derechos humanos no son discrecionales, no son
metas sociales ni aspiraciones políticas. A diferencia de
las metas de desarrollo concernientes a la situación de las
mujeres, sus derechos humanos deben ser promovidos,
protegidos y garantizados por todos los gobiernos. Por lo
tanto, los derechos reproductivos no son discrecionales;
los Estados no pueden justificar su no promoción o
protección por razones religiosas, culturales, o de otra
índole.
5. Los derechos humanos tienen mecanismos legales y
políticos para establecer el rendimiento de cuentas y las

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PROMOCIÓN Y DEFENSA

responsabilidades por no obrar de acuerdo con las obliga-


ciones que ellos establecen. Por lo tanto, los Estados y la
comunidad internacional están obligados a crear y mante-
ner mecanismos legales y políticos para los derechos
humanos de las mujeres, incluyendo los derechos repro-
ductivos.
6. La protección y promoción de todos los derechos huma-
nos es un interés legítimo de la comunidad internacional,
por encima de todo reclamo de soberanía. Por lo tanto,
también los derechos humanos de las mujeres están por
encima de todo reclamo de soberanía, incluyendo los
derechos reproductivos.
Es así que el compromiso de entender los derechos huma-
nos desde una perspectiva de género fue asumido hace casi
una década en la Conferencia Mundial de Derechos Huma-
nos en Viena, 1993. Este ejercicio llevó a la comunidad
internacional a darse cuenta que tenía la obligación de
promover, proteger y garantizar también los derechos repro-
ductivos. No se puede hablar de derechos humanos de las
mujeres sin hablar de derechos reproductivos, ya que éstos
son una parte integral de aquellos. Es así que todas las insti-
tuciones encargadas de promover, proteger y garantizar los
derechos humanos, aún aquellas con mandatos muy restrin-
gidos, deben integrar los derechos reproductivos que tengan
relación con su mandato en su accionar, para cumplir con la
obligación de proteger los derechos humanos sin discrimina-
ción.
La ampliación y profundización de los derechos humanos
en general y de los de las mujeres en particular, es un proce-
so dinámico; por lo tanto, a continuación se describe cómo
aquellos reconocidos en instrumentos internacionales, incor-
poran los derechos reproductivos. También se incluye la
definición de éstos hechas por algunas agencias y órganos
de la ONU y de la OEA, con el fin de que las instituciones

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DERECHOS REPRODUCTIVOS

nacionales de derechos humanos puedan, como lo ha solici-


tado la Oficina de la Alta Comisionada Para los Derechos
Humanos, cooperar con los órganos de derechos humanos de
la ONU creados en virtud de tratados.
“Es evidente que las Instituciones Nacionales desempeñan
una importante función en el plano nacional al plasmar las
normas internacionales en normas nacionales y asegurar su
aplicación. Una dimensión importante es la función de
supervisión que desempeñan muchas instituciones naciona-
les. Las instituciones nacionales suelen también representar
un papel importante en tanto que promueven la ratificación
de los tratados internacionales de derechos humanos y
asesoran a los Estados miembros con respecto a las reservas
formuladas a estos instrumentos; prestan asistencia para la
redacción de leyes conformes a las normas internacionales;
vigilan la aplicación de los instrumentos internacionales a
nivel nacional; contribuyen al cumplimiento de las obliga-
ciones de los Estados de presentar informes a los órganos de
vigilancia de tratados; facilitan el proceso de seguimiento
de los informes nacionales y sus observaciones finales a los
comités encargados de su examen y contribuyen a la prepa-
ración de planes específicos de acción para reforzar la apli-
cación de las convenciones aprobadas”9.

9 Informe del Secretario General a la Comisión de Derechos Humanos,


2001, E/CN.4/2002/114.

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PROMOCIÓN Y DEFENSA

Alcance y contenido de los derechos


reproductivos
a. Los doce derechos que hoy en día conforman los
derechos reproductivos
Fue en la Conferencia Internacional de Derechos Huma-
nos celebrada en Teherán, en 1968, cuando por primera vez
se habla del derecho humano a determinar libremente el
número de hijos y el intervalo entre sus nacimientos. Pero no
fue hasta finales del siglo pasado, en la Conferencia Mundial
Sobre la Población y el Desarrollo, celebrado en El Cairo, en
1994, que se acuñó el término “derechos reproductivos”:
este se refiere al conjunto de derechos humanos que tienen
que ver con la salud reproductiva y, más ampliamente, con
todos los derechos humanos que inciden sobre la reproduc-
ción humana, así como aquellos que afectan el binomio
población - desarrollo sostenible.
Es más, en el Programa de Acción del Cairo, se define
explícitamente qué se debe entender por “derechos reproduc-
tivos” de la siguiente manera: “[...] los derechos reproducti-
vos abarcan ciertos derechos humanos que ya están recono-
cidos en las leyes nacionales, en los documentos internacio-
nales sobre derechos humanos y en otros documentos
pertinentes de las Naciones Unidas, aprobados por consenso.
Esos derechos se basan en el reconocimiento del derecho
básico de todas las parejas e individuos a decidir libre y
responsablemente el número de hijos, el espaciamiento de
los nacimientos y el intervalo entre éstos y, a disponer de la
información y de los medios para ello y el derecho a alcan-
zar el nivel más elevado de salud sexual y reproductiva.
También incluye su derecho a adoptar decisiones relativas a
la reproducción sin sufrir discriminación, coacciones ni

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DERECHOS REPRODUCTIVOS

violencia, de conformidad con lo establecido en los


documentos de derechos humanos [...]”10
Si bien estos derechos no están explicitados como tales en
ningún instrumento legal internacional de derechos huma-
nos, sí están dispersos en todos, y sí hay consenso sobre la
aplicabilidad de los derechos fundamentales en ámbitos de la
vida reproductiva. Es por ello que se puede afirmar que los
derechos reproductivos sí están reconocidos internacional-
mente y sí son jurídicamente vinculantes.
Hay que recordar que en el plano internacional, las reso-
luciones finales de órganos convencionales, adoptadas en el
marco de sus atribuciones para recibir y procesar denuncias,
luego de un procedimiento equitativo y que garantice la
defensa de los intereses del Estado que ha aceptado volunta-
riamente esa competencia, son de cumplimiento obligatorio.
Por esta razón, las instituciones nacionales de derechos
humanos pueden referirse a ellas a la hora de pronunciarse
sobre una queja, iniciar una campaña educativa, hacer una
investigación, etc.11
Debido al dinamismo inherente a la teoría y práctica de
los derechos humanos, el universo de los derechos reproduc-
tivos se está ampliando constantemente. Sin embargo, por la
naturaleza de este documento, se ha delimitado12 este
universo a los siguientes doce derechos humanos fundamen-
tales13 ya reconocidos en instrumentos internacionales,
regionales y nacionales:

10 Programa de Acción del Cairo, parr. 7.3.


11 Por esta razón se han incluido varias resoluciones sobre derechos
reproductivos de los distintos comités.
12 Derechos humanos como la libertad de tránsito y el debido proceso,
también pueden interpretarse como parte del universo de los derechos
reproductivos, ya que el primero es parte de la autonomía reproductiva
y el segundo es necesario para garantizar todos los derechos.
13 Para el análisis de los derechos que forman el universo de los derechos
reproductivos, este documentó se basa en el libro Cuerpo y derecho,

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PROMOCIÓN Y DEFENSA

1. El derecho a la vida que incluye:


• el derecho a no morir por causas evitables relaciona-
das con el parto y el embarazo.
2. El derecho a la salud que incluye:
• el derecho a la salud reproductiva
3. El derecho a la libertad, seguridad, e integridad perso-
nales, que incluye:
• el derecho a no ser sometida a torturas ni a penas o
tratos crueles, inhumanos o degradantes.
• el derecho a estar libre de violencia basada en el sexo
y el género.
• el derecho a vivir libre de la explotación sexual.
4. El derecho a decidir el número e intervalo de hijos que
incluye:
• el derecho a la autonomía reproductiva.
• el derecho a realizar un plan de procreación con
asistencia médica o de una partera reconocida, en un
hospital o en un ambiente alternativo.
5. El derecho a la intimidad que incluye:
• el derecho de toda mujer a decidir libremente y sin in-
terferencias arbitrarias, sobre sus funciones reproduc-
tivas.
6. El derecho a la igualdad y a la no discriminación que
incluye:
• el derecho a la no discriminación en la esfera de la
vida y salud reproductiva.

del Centro para derechos reproductivos y políticas públicas (CRLP) y


la Facultad de Derecho de la Universidad de Los Andes, Editorial
Themis, S.A., Bogotá, Colombia, 2001. Ver específicamente el
capítulo I. Pp 17-43.

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DERECHOS REPRODUCTIVOS

7. El derecho al matrimonio y a fundar una familia, que


incluye:
• el derecho de las mujeres a decidir sobre cuestiones
relativas a su función reproductora en igualdad y sin
discriminación.
• el derecho a contraer o no matrimonio.
• El derecho a disolver el matrimonio.
• El derecho a tener capacidad y edad para prestar el
consentimiento para contraer matrimonio y fundar una
familia.
8. El derecho al empleo y la seguridad social que incluye:
• el derecho a la protección legal de la maternidad en
materia laboral.
• el derecho a trabajar en un ambiente libre de acoso
sexual.
• el derecho a no ser discriminada por embarazo.
• el derecho a no ser despedida por causa de embarazo.
• el derecho a la protección de la maternidad en materia
laboral.
• el derecho a no sufrir discriminaciones laborales por
embarazo o maternidad.
9. El derecho a la educación que incluye:
• el derecho a la educación sexual y reproductiva.
• el derecho a la no discriminación en el ejercicio y dis-
frute de este derecho.
10.El derecho a la información adecuada y oportuna, que
incluye:
• el derecho de toda persona a que se le de información
clara sobre su estado de salud.

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PROMOCIÓN Y DEFENSA

• el derecho a ser informada sobre sus derechos y


responsabilidades en materia de sexualidad y repro-
ducción, y acerca de los beneficios, riesgos y efectivi-
dad de los métodos de regulación de la fecundidad y
sobre las implicaciones de un embarazo para cada
caso particular.
11. El derecho a modificar las costumbres discriminato-
rias contra la mujer, que incluye:
• el derecho a modificar las costumbres que perjudican
la salud reproductiva de las mujeres y las niñas.
12. El derecho a disfrutar del progreso científico y a dar
su consentimiento para ser objeto de experimenta-
ción, que incluye:
• el derecho a disfrutar del progreso científico en el área
de la reproducción humana.
• el derecho a no ser objeto de experimentación en el
área de la reproducción humana.

b. Contenido de los derechos reproductivos


1. El derecho a la vida
Este derecho, al ser indispensable para el ejercicio de to-
dos los demás, está reconocido explícita o implícitamente, en
todos los tratados internacionales de derechos humanos.
Además, todos establecen, de una u otra manera, que este de-
recho debe ser protegido por ley. Si bien es cierto que hace
algunas décadas este se interpretaba de manera demasiado
restrictiva, como la prohibición de la privación arbitraria de
la vida, hoy en día se entiende que entraña la obligación Es-
tatal de crear y garantizar las condiciones necesarias para
que los seres humanos no mueran por causas evitables. Esto
quiere decir que el derecho a la vida incluye el derecho que
tienen todas las mujeres a no morir por causas evitables rela-

37
DERECHOS REPRODUCTIVOS

cionadas con el parto y el embarazo. En conclusión, el dere-


cho a la vida incluye el derecho a no morir por causas evi-
tables relacionadas con el parto y el embarazo.
A pesar de ser un derecho tan fundamental, este derecho
es violado cada minuto a las mujeres. De acuerdo al UNF-
PA, UNICEF y UNIFEM, cada minuto que pasa, una mujer
muere durante el embarazo o el alumbramiento, situación
que sigue prácticamente inalterable desde 199014. Siempre
según estas agencias, la tasa de la mortalidad derivada de la
maternidad varía ampliamente entre los países desarrollados
y el mundo en desarrollo. Mientras que una mujer que da a
luz en un país pobre corre el riesgo de morir en una de cada
13 ocasiones, en los países industrializados este riesgo dis-
minuye a 1 entre 4.100. Se calcula que 515.000 mujeres
mueren todos los años a causa del embarazo y el alumbra-
miento. Más de un 90% de estas muertes se producen en paí-
ses del tercer mundo.
Es por esta razón que tanto el Comité de Derechos Huma-
nos (CDH) así como el Comité que monitorea la CEDAW
(Comité de la CEDAW), han afirmado que el derecho a la vi-
da no puede entenderse de manera restrictiva; que la protec-
ción de este derecho exige que los Estados adopten “medidas
positivas”15. Estos comités, junto con el comité que vigila el
cumplimiento del Pacto Internacional de los Derechos Eco-
nómicos, Sociales y Culturales (CDESC), han determinado
la responsabilidad estatal por violación del derecho a la vida
de las mujeres con respecto a las altas tasas de mortalidad
materna y han recomendado que se revisen las normas que
penalizan el aborto. En observaciones finales a los informes
de Estados como, por ejemplo, Argentina, Colombia, Perú,

14 Información tomada de las páginas web de estas agencias: UNFPA,


UNICEF y UNIFEM.
15 Ver Observación General No. 6 del CDH y la Recomendación General
19 de la CEDAW.

38
PROMOCIÓN Y DEFENSA

México, Nicaragua y Chile, estos comités han dicho que de-


ben tomar todas las medidas necesarias para evitar que las
mujeres pierdan su vida como resultado de la legislación res-
trictiva en esta materia. En el caso de Chile, el CDH formu-
ló el siguiente lineamiento: “El Estado parte está en el deber
de adoptar las medidas necesarias para garantizar el derecho
a la vida de todas las personas, incluidas las mujeres emba-
razadas que deciden interrumpir su embarazo”16. En este
mismo sentido, la Corte Interamericana de Derechos Huma-
nos ha manifestado que el derecho a la vida impone obliga-
ciones positivas a los gobiernos, para prevenir y evitar situa-
ciones que ponen en riesgo la vida de las personas. Este es el
caso, en el contexto de los derechos reproductivos, de las
mujeres que mueren por causas relacionadas con el embara-
zo, complicaciones de un aborto clandestino y víctimas de la
violencia doméstica17.

2. El derecho a la salud
Este derecho humano incluye el derecho a la salud repro-
ductiva. La salud reproductiva fue definida en el Programa
de Acción del Cairo como: “un Estado general de bienestar

16
Observaciones finales del Comité de Derechos Humanos: Chile, 30 de
marzo, 1999, CDH, Doc. N.U. CCPR/C/79/Add.104, par. 15, [CDH,
Observaciones finales de Chile]. Véase también Observaciones finales
del Comité de Derechos Humanos: Colombia, 1 de abril, 1997, CDH,
Doc. N.U. CCPR/C/79/Add.76, par. 24 [en adelante, CDH,
Observaciones finales de Colombia]; Observaciones finales del
Confité de Derechos Humanos: Perú, 18 de noviembre, 1996, CDH,
Doc. N.U. CCPR/C/79/Add.72, pars. 15 y 22, [CDH, Observaciones
finales de Perú]; Observaciones finales del Comité para la Eliminación
de la Discriminación Contra la Mujer: Argentina, 23 de julio, 1997,
CEDAW, Doc. N.U. A/52/38 Rev.l, parte II, pars. 304 y 318-319 [en
adelante, CEDAW Observaciones finales de Argentina];
Observaciones finales del Comité para la Eliminación de la
Discriminación Contra la Mujer: Colombia, 4 de febrero, 1999.
17
Caso Saul Godínez Cruz c. Honduras, informe N. 8097, en Informe
Anual de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, 13 de
agosto, 1989, parr. 185.

39
DERECHOS REPRODUCTIVOS

físico, mental y social, y no de mera ausencia de enfermeda-


des o dolencias, en todos los aspectos relacionados con el
sistema reproductivo y sus funciones y procesos. En conse-
cuencia, la salud reproductiva entraña la capacidad de dis-
frutar de una vida sexual satisfactoria y sin riesgos de pro-
crear, y la libertad para decidir hacerlo o no hacerlo, cuando
y con qué frecuencia. Esta última condición lleva implícito
el derecho del hombre y de la mujer a obtener información y
de planificación de la familia de su elección; acceso a otros
métodos para la regulación de la fecundidad que no estén le-
galmente prohibidos; acceso a métodos seguros, eficaces,
asequibles y aceptables; el derecho a recibir servicios ade-
cuados de atención de la salud, que permitan los embarazos
y los partos sin riesgos, y den a las parejas las máximas po-
sibilidades de tener hijos sanos”18.
Si el derecho a la salud reproductiva es parte del derecho
a la salud, es obvio entonces que el derecho a la salud repro-
ductiva está garantizado por varios tratados internacionales,
como: la Declaración Universal, el Pacto Internacional de
Derechos Económicos, Sociales y Culturales, la CEDAW, y
el Protocolo Adicional a la Convención Americana de Dere-
chos Humanos en Materia de Derechos Económicos, Socia-
les y Culturales, conocido como Protocolo de San Salvador.
Según el Pacto Internacional de los Derechos Económi-
cos, Sociales y Culturales, los Estados deben crear condicio-
nes que aseguren atención y servicios médicos para todas las
personas, en caso de enfermedad. Esta provisión ha sido in-
terpretada y desarrollada en el Comentario General 14, emi-
tido por el CDESC, en el cual se destaca el deber de los Es-
tados de ofrecer una amplia gama de servicios de salud de
calidad y económicos, que incluyan servicios de salud sexual
y reproductiva. Además integra el principio fundamental de

18 Programa de Acción de El Cairo, par. 7.3.

40
PROMOCIÓN Y DEFENSA

no-discriminación con base en el género, en la prestación de


servicios de salud; también recomienda integrar una perspec-
tiva de género al diseño de políticas y programas de salud.
Este Comité se ha pronunciado, además, sobre la falta de
cumplimiento de este derecho en su revisión del cumpli-
miento del Pacto por parte de varios países de la región. Por
ejemplo, en el caso de Perú, el Comité expresó su preocupa-
ción por las altas tasas de mortalidad infantil y materna, de-
bidas a los inadecuados o inexistentes servicios de salud, e
instó al Estado peruano a que mejorara el sistema de salud y
lo extendiera a todos los sectores de la población19.
Por su parte, la CEDAW incluyó en el artículo 12, inciso
1, la obligación de adoptar todas las medidas apropiadas pa-
ra eliminar la discriminación contra la mujer en la esfera de
la atención médica a fin de asegurar, en condiciones de igual-
dad entre hombres y mujeres, el acceso a servicios de aten-
ción médica, incluyendo los referidos a la planificación de la
familia. El Comité de la CEDAW ha abordado la obligación
de los gobiernos en la esfera de la salud reproductiva, en su
Recomendación 24 sobre la mujer y la salud. Declara, entre
otros aspectos, que los Estados parte “ejecuten una estrategia
nacional amplia para fomentar la salud de la mujer durante
todo su ciclo de vida. Esto incluirá [...] “el acceso universal
de todas las mujeres a una plena variedad de servicios de
atención de la salud de gran calidad y asequibles, incluidos
servicios de salud sexual y reproductiva”. En las recomenda-
ciones a Chile, Colombia, México y Perú, el Comité de la
CEDAW expresa su preocupación sobre la situación de la sa-
lud sexual y reproductiva de las mujeres pobres, rurales, in-

19 Observaciones finales del Comité de Derechos Económicos, Sociales


y Culturales: Perú, 16 de mayo, 1997, CDESC, Doc. N.U. E/C.
12/Add.l/14, pars. 16, 23 y 36.

41
DERECHOS REPRODUCTIVOS

dígenas y adolescentes, y sobre los obstáculos al acceso a


métodos anticonceptivos20.
En cuanto al derecho de niños, niñas y adolescentes a
acceder a servicios de salud y orientación en materia de
salud sexual y reproductiva, el Comité de los Derechos del
Niño (CDN) ha hecho recomendaciones en este sentido a va-
rios Estados. En materia de acceso a los procedimientos de
esterilización voluntaria, el CDH recomendó a Argentina eli-
minar los obstáculos que se oponen a su obtención21.
Las conferencias mundiales han ayudado a elaborar el
marco jurídico y las metas de política para la aplicación del
derecho a la salud reproductiva de la mujer. Por ejemplo, en
cuanto a la cuestión del abuso por parte de los trabajadores
sanitarios, el Programa de Acción del Cairo insta a los go-
biernos en todos los niveles, a que “implanten sistemas de
supervisión y evaluación de servicios orientados hacia el
usuario, con miras a detectar, prevenir y controlar abusos
por parte de los directores y proveedores de los servicios de
planificación de la familia y a asegurar el mejoramiento
constante de la calidad de los servicios” (párr. 7.17). Con es-
te fin, los gobiernos deberían asegurar el respeto de los dere-
chos humanos y las normas éticas y profesionales, en el su-
ministro de la planificación familiar y los servicios de salud
reproductiva con ella relacionados, destinados a garantizar el
consentimiento responsable, voluntario y bien fundado.
A su vez, en la Plataforma de Acción de Beijing se insta
a los gobiernos a “asegurarse de que todos los servicios y tra-
bajadores relacionados con la atención de la salud respeten
los derechos humanos y sigan normas éticas, profesionales y

20
Observaciones finales del Comité para la Eliminación de la
Discriminación Contra la Mujer: Chile, 9 de julio, 1999, CEDAW,
Doc. N.U. CEDAW/C/1999/L.2/Add.l.
21 Observaciones finales del Comité de Derechos Humanos: Argentina, 3
de nociembre, 2000, CDH, Doc. N.U. CCPR/CO/70/ARG, par. 14.

42
PROMOCIÓN Y DEFENSA

no sexistas a la hora de prestar servicios a la mujer, para lo


cual se debe contar con el consentimiento responsable, vo-
luntario y bien fundado de ésta. Alentar la preparación, apli-
cación y divulgación de códigos de ética orientados por los
códigos internacionales de ética médica, al igual que por los
principios éticos que rigen a otros profesionales de la salud”
(párr. 106 g). Además, reconociendo que la confidencialidad
y la accesibilidad de la información son críticas para la rea-
lización de los derechos reproductivos de la mujer, la Plata-
forma de Acción insta a los gobiernos a “reformular los sis-
temas de información, los servicios y la capacitación en ma-
teria de salud destinados a los trabajadores de la salud, de
manera que respondan a las necesidades en materia de géne-
ro y se hagan eco... del derecho de usuario a la privacidad y
la confidencialidad” (párr. 106, f).
En el Sistema Interamericano, el Protocolo de San Salva-
dor contiene un desarrollo importante del derecho a la salud.
Además de reconocer el derecho de las personas a gozar del
nivel más alto posible de salud física y mental, establece que
los Estados parte reconocen la salud como un ‘bien público’
y describe un conjunto de medidas para el cumplimiento de
ese derecho. Interpretando estas medidas en el campo del de-
recho a la salud reproductiva, los Estados están obligados a:
brindar atención a la salud reproductiva básica y ésta debe
estar disponible a todas las personas sujetas a la jurisdicción
del Estado; educar a la población en materia de salud repro-
ductiva; y satisfacer las necesidades de salud reproductiva de
los grupos de más alto riesgo y aquellos cuya pobreza los co-
loca en situación de especial vulnerabilidad.

3. El derecho a la libertad, seguridad, e integridad


personales
Este derecho se encuentra en la Declaración Universal de
Derechos Humanos en el artículo 3 como el derecho a la vi-

43
DERECHOS REPRODUCTIVOS

da, la libertad y la seguridad de la persona. En el Pacto In-


ternacional de Derechos Civiles y Políticos está consagrado
en el artículo 9, también como el derecho a la libertad y a la
seguridad personal; y en la Convención Americana de Dere-
chos Humanos está consagrado en el artículo 5, como el de-
recho a la integridad personal, que incluye el derecho a no
ser sometida a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos
o degradantes, que a su vez incluye el derecho a estar libre
de violencia basada en el sexo y el género, que a su vez in-
cluye el derecho a vivir libre de la explotación sexual.
La Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar
y Erradicar la Violencia Contra la Mujer, conocida como la
Convención de Belém do Pará, reconociendo que la violen-
cia contra la mujer constituye una manifestación de relacio-
nes de poder históricamente desiguales entre el hombre y la
mujer, afirma que la violencia contra las mujeres constituye
una violación de sus derechos humanos y de sus libertades
fundamentales, estableciendo específicamente el derecho de
las mujeres a vivir libres de violencia basada en el sexo o el
género. En su artículo 1 define la violencia contra la mujer
como “cualquier acción o conducta basada en su género, que
cause muerte, daño o sufrimiento físico, sexual o psicológi-
co a la mujer, tanto en el ámbito público como en el priva-
do”.
La violencia de género en sus diversas formas, además de
constituir violaciones directas del derecho a la vida, la dig-
nidad, la integridad corporal y a estar libres de tortura y otros
tratos crueles, inhumanos y degradantes, muchas veces tam-
bién es una violación de los derechos reproductivos de las
mujeres, puesto que repercute en su salud y autonomía se-
xual y reproductiva. La violencia sexual viola los derechos
reproductivos de las mujeres, en particular sus derechos a la
integridad corporal y al control de su sexualidad y de su ca-
pacidad reproductiva. La violencia sexual pone también en

44
PROMOCIÓN Y DEFENSA

grave riesgo el derecho de la mujer a la salud, incluida su sa-


lud física, psicológica, reproductiva y sexual. Puesto que la
violencia sexual ocurre tanto en la esfera privada como en la
pública, se considera una violación de los derechos humanos
de las mujeres, tanto si el perpetrador es un agente del Esta-
do como un particular 22.
En 1999, la Relatora Especial de las Naciones Unidas
sobre la Violencia Contra las Mujeres emitió un informe cen-
trado, en particular, en el vínculo entre violencia contra las
mujeres y salud reproductiva23. En este afirma que muchas
formas de violencia contra la mujer dan lugar a violaciones
de sus derechos reproductivos, por cuanto suelen poner en
peligro su capacidad reproductiva y/o les impiden que ejer-
zan opciones reproductivas o sexuales. Afirma también que
las violaciones de los derechos reproductivos constituyen
violencia contra la mujer en sí mismas.
Según este informe, las prácticas que en sí mismas cons-
tituyen violencia contra la mujer y que pueden representar
violaciones graves a su derecho a la salud reproductiva son:
la violación, la violencia en el hogar, la mutilación genital fe-
menina, los matrimonios tempranos y los embarazos preco-
ces, los abortos para la selección del sexo, el infanticidio de
niñas, la trata de mujeres y la prostitución forzosa. Siempre,
según este informe, estas prácticas ponen en peligro las liber-
tades y derechos reproductivos de la mujer y, pueden tener
consecuencias devastadoras para la salud física y psicológi-
ca. Por esto, los Estados tienen la obligación de ocuparse de
la violencia contra la mujer mediante la promulgación y apli-
cación efectiva de leyes que prohíban y castiguen todas las
formas de violencia de ese tipo, acompañadas de la aplica-
ción de políticas y programas para evitar que se cometan es-
tos actos de violencia.
22 Ver artículo 2 de la Convención de Belem do Pará.
23 Ver Doc.N.U. E/CN.4/1999/68/ADD.4.

45
DERECHOS REPRODUCTIVOS

Según este mismo informe:


“la violencia contra la mujer puede producirse en el contex-
to de la política de salud reproductiva. La violencia y las
violaciones de la salud reproductiva de la mujer pueden de-
berse bien sea en la acción directa del Estado, que aplique
políticas reproductivas perjudiciales, o a que el Estado no
cumpla sus obligaciones fundamentales de promover a la
mujer. Por ejemplo, acciones directas del Estado que violan
los derechos reproductivos de la mujer pueden ser la regla-
mentación del volumen de la población por el Gobierno,
que puede violar la libertad y la seguridad de la persona si
da lugar a la esterilización obligatoria o a los abortos por
coerción o a sanciones penales de la anticoncepción, la es-
terilización y el aborto voluntarios. Por otra parte, casos del
Estado que no cumple sus obligaciones fundamentales pue-
den ser, por ejemplo, el hecho de no aplicar eficazmente le-
yes que prohíban la MGF o el no establecer una edad míni-
ma legal para el matrimonio. Esta forma de desempoderar a
las mujeres las deja más expuestas a las numerosas formas
de violencia perpetradas por personas e instituciones priva-
das.
.... En el contexto de la política de salud reproductiva los in-
formes (recibidos por esta Relatoría) indican que las políti-
cas del Estado contribuyen a la violencia contra la mujer
que se manifiesta en abortos forzosos, esterilización y anti-
concepción forzosos, embarazo mediante coerción y abor-
tos en condiciones poco seguras. Si bien no siempre resul-
tan en la muerte de la víctima todas esas prácticas pueden
causarla y violan el derecho de la mujer a la vida. La OMS
estima que solamente las hemorragias excesivas o las infec-
ciones causadas por los abortos en condiciones de poca se-
guridad causan la muerte de 75.000 mujeres al año. Los
abortos forzosos, la anticoncepción forzosa, el embarazo
mediante coacción y los abortos en condiciones poco segu-

46
PROMOCIÓN Y DEFENSA

ras constituyen violaciones de la integridad física de la mu-


jer y la seguridad de la persona. Por ejemplo, en los casos
en que los funcionarios del gobierno utilizan la fuerza físi-
ca y/o detienen a las mujeres para obligarlas a someterse a
esos procedimientos, las prácticas pueden equivaler a la tor-
tura o a tratos crueles, inhumanos o degradantes”24.
Por su lado, el Comité de la CEDAW declaró, en su Re-
comendación General No. 19 de 1992, que “la violencia con-
tra la mujer es una forma de discriminación que inhibe gra-
vemente la capacidad de la mujer de gozar de derechos y li-
bertades en pie de igualdad con el hombre”. En esta reco-
mendación, el Comité puso de manifiesto las estrechas cone-
xiones entre violencia y discriminación, declarando de ma-
nera expresa, que los Estados deben adoptar las medidas ne-
cesarias para eliminar todas las formas de violencia contra la
mujer. Determinó, además, que la violencia contra la mujer
ejercida en forma de coerción en lo referente a la fecundidad
y la reproducción, pone en riesgo su salud y su vida. Especí-
ficamente explica que “la esterilización o el aborto cuando
son obligatorios afectan adversamente la salud física y men-
tal de la mujer e infringen los derechos de la mujer a elegir
el número y el espaciamiento de sus hijos”. El comité reco-
mienda específicamente que “los Estados deben procurar
que se apliquen medidas para impedir la coacción con res-
pecto a la fecundidad y la reproducción, para asegurar que
las mujeres no se vean obligadas a buscar procedimientos
médicos riesgosos, tales como los abortos ilegales, por falta
de servicios apropiados en materia de control de la natali-
dad” 25.
El marco de protección del derecho de toda persona a
estar libre de tortura y tratos crueles, inhumanos y degradan-

24 Idem. Parr. 44 y 45.


25 Ver Recomendación General No. 19, U.N. Doc.
CEDAW/C/1992/L.1/Add.15.

47
DERECHOS REPRODUCTIVOS

tes, provee asimismo un marco esencial para la protección


del derecho a la integridad de las mujeres. El artículo 7 del
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos ampara
a las personas contra la tortura y otras penas o tratos crueles,
inhumanos o degradantes. De manera similar, la Conven-
ción Americana en su artículo 5, inciso 2, contiene la protec-
ción contra la tortura y los tratos crueles, inhumanos o degra-
dantes. Al interpretar este derecho, la Comisión Interameri-
cana de Derechos Humanos (CIDH) ha establecido que la
violación sexual puede constituir tortura en determinadas
circunstancias26. En el artículo 1, la Convención contra la
Tortura y otras Penas o Tratos Crueles, Inhumanos o Degra-
dantes (CCT) sanciona como ‘tortura’todo acto por el que se
inflige intencionalmente daño o sufrimiento, físico o mental,
severos a una persona, con el propósito de obtener de esta o
de una tercera, información o una confesión, castigarla por
un acto cometido por esta o tercera persona, o por la sospe-
cha de ello. La coacción e intimidación contra una persona,
por cualquier otra razón basada en alguna forma de discri-
minación, por o con la instigación o consentimiento o
aquiescencia de un funcionario público u otra persona ac-
tuando con capacidad oficial, también son conductas defini-
das como tortura por la CCT.
Este amplio marco de protección internacional al
derecho a vivir libre de violencia basada en el sexo o el gé-
nero, incluye también lo dispuesto por los tribunales ad hoc
para la antigua Yugoslavia y Ruanda, con mandatos para
procesar a individuos por genocidio, crímenes de guerra y
crímenes contra la humanidad después de los conflictos ar-
mados que tuvieron lugar en esos países. Estos tribunales

26 Ver caso Raquel Martín de Mejía c. Perú, informe núm. 5/96, caso
10.970, sentencia del 1 ° de marzo, 1996, en Informe Anual de la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos 1995,
OEA/Ser.L/V/IL91,doc.7 rev., 28 de febrero, 1996.

48
PROMOCIÓN Y DEFENSA

han sostenido que la violación sexual cometida durante un


conflicto armado constituye tanto tortura como genocidio, de
acuerdo con el derecho internacional27. El Estatuto de la
Corte Penal Internacional (Estatuto de Roma), aprobado en
1998, define explícitamente, por primera vez en el Derecho
Internacional Penal, la violación, la esclavitud sexual, la
prostitución forzada, el embarazo forzado, la esterilización
forzada y otras formas de violencia sexual como crímenes
contra la humanidad y como crímenes de guerra28. El Esta -
tuto de Roma determina que la violación y otros delitos re-
productivos y sexuales están al mismo nivel de los crímenes
internacionales más atroces, constitutivos en muchos casos
de tortura y genocidio. Además, reconoce por primera vez
que las violaciones a la autodeterminación reproductiva de
las mujeres -tanto el embarazo forzado como la esteriliza-
ción forzada- se cuentan entre los crímenes más graves de
acuerdo con el Derecho Internacional Humanitario.
Además, el Programa de Acción de Durban29 pide a los
Estados que reconozcan que la violencia sexual, cuando ha
sido utilizada sistemáticamente como arma de guerra contra
las mujeres, frecuentemente está relacionada con el racismo,
la discriminación racial, la xenofobia y otras formas conexas
de intolerancia.
En cuanto al derecho a estar libre de explotación sexual,
que es un componente esencial del derecho a estar libre de
violencia, el Protocolo para Prevenir, Reprimir y Sancionar
la Trata de Personas define la explotación sexual como “la
captación, el transporte, el traslado, la acogida o la recepción

27 Véase por ejemplo, Fiscal c. Akayesu, Tribunal Penal Internacional


para Ruanda, 964-T, 2 de septiembre, 1998.
28 Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, abierto a firma el 17
de julio, 1999, N.U. Doc. AA/CONE18319, arts. 7-8.
29 Conferencia Mundial contra el Racismo, la discriminación racial, la
Xenofobia y formas conexas de intolerancia, Programa de Acción de
Durban, parr. 54.

49
DERECHOS REPRODUCTIVOS

de personas, recurriendo a la amenaza o al uso de la fuerza u


otras formas de coacción, al rapto, al fraude, al engaño, al
abuso de poder o de una situación de vulnerabilidad o a la
concesión o recepción de pagos o beneficios para obtener el
consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre
otra, con fines de explotación”30; y la CEDAW reitera la
obligación de los Estados parte de tomar todas las medidas
necesarias para eliminar el tráfico y la explotación de la
prostitución de mujeres 31.
Sobre la explotación sexual y su relación con los
derechos reproductivos, la Relatora Especial sobre Violencia
contra las Mujeres encontró que hay un vínculo muy estre-
cho. Por ejemplo, las mujeres obligadas a la prostitución se
encuentran más expuestas a graves riesgos para la salud, in-
cluidas las enfermedades de transmisión sexual, dentro de
éstas, el SIDA. Aparte de este riesgo de infección por rela-
ciones sexuales con numerosos clientes, el empleo de inyec-
ciones anticonceptivas en los burdeles expone aún más a
esas mujeres, pues se utiliza la misma aguja, con posibilida-
des de estar contaminada, muchas veces. Cuando se contrae
el SIDA u otras enfermedades que pueden dejarlas estériles,
estas mujeres pueden verse obligadas a volver a la prostitu-
ción, porque en muchas culturas, las estériles o las promis-
cuas no pueden casarse, perpetuando así el círculo vicioso de
servidumbre sexual.
Es debido a la complejidad del problema, que además de
la protección ofrecida por la Convención contra el Tráfico de

30 Protocolo para Prevenir, Reprimir y Sancionar la Trata de Personas,


especialmente Mujeres y Niños, que complementa la Convención de
las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada
Transnacional, A/55/383, 2 de noviembre, 2000, artículo 3°, lit. a.
“Esa explotación incluirá, como mínimo, la explotación de la
prostitución ajena u otras formas de explotación sexual, los trabajos o
servicios forzados, la esclavitud o las prácticas análogas a la
esclavitud, la servidumbre o la extracción de órganos”.
31 Ver CEDAW, artículo 6.

50
PROMOCIÓN Y DEFENSA

Personas y la CEDAW, la Convención de Belém do Pará, el


Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, la Con-
vención de los Derechos del Niño y diferentes convenciones
contra la esclavitud, 32 proveen un marco de protección muy
amplio en reconocimiento a la variadísima gama de formas
de la explotación sexual.

4. El derecho a decidir el número e intervalo de hijos


Este derecho, conocido como el derecho a la autonomía
reproductiva, está explícitamente reconocido en el artículo
16 de la CEDAW, que dice que todas las mujeres tienen el
derecho: “a decidir libre y responsablemente el número de
sus hijos y el intervalo entre los nacimientos y a tener acce-
so a la información, la educación y los medios que les per-
mitan ejercer estos derechos”. También está reconocido en
el artículo 3 de la Declaración Universal y en el artículo 7
de la Convención Americana como el derecho a la libertad,
que incluye, obviamente, la libertad de decidir cuántos/as y
cuándo tener hijos/as.
El Comité de la CEDAW determinó que “este derecho es
vulnerado cuando se obstaculizan los medios a través de los
cuales una mujer puede ejercer el derecho a controlar su fe-
cundidad”,33 y tanto el Comité de la CEDAW como el CDH
se han pronunciado a este respecto al monitorear las obliga-
ciones de varios países latinoamericanos y caribeños. Parti-
cularmente, estos comités han expresado su preocupación
por las denuncias de esterilizaciones involuntarias y métodos
anticonceptivos impuestos sin consentimiento, que se han
llevado a cabo, generalmente en mujeres rurales o indígenas.
Por ejemplo, entre las Observaciones finales de México, se

32 Ver, por ejemplo, la Convención sobre la esclavitud de 1926, la


Convención sobre el trabajo forzoso de 1930, etc.
33 Recomendación General N. 24, par. 17.

51
DERECHOS REPRODUCTIVOS

encuentra la siguiente: “El Comité observa la elevada de-


manda insatisfecha de métodos anticonceptivos, especial-
mente entre las mujeres urbanas pobres, las mujeres rurales
y las adolescentes. También observa con inquietud los casos
de aplicación de métodos anticonceptivos en algunas locali-
dades sin el consentimiento expreso de la mujer que se exi-
ge en la legislación del país”. Para el CDH, los Estados es-
tán obligados a garantizar que quienes se sometan a la anti-
concepción quirúrgica, den su consentimiento libre e infor-
mado,34 y así lo ha repetido en sus observaciones finales.
Los diferentes comités han señalado que el derecho a de-
cidir el número de hijos está directamente relacionado con el
derecho a la vida de la mujer cuando existen legislaciones
prohibitivas o altamente restrictivas en materia de aborto,
que generan altas tasas de mortalidad materna. También es
obvio que el derecho a decidir el número de hijos está direc-
tamente relacionado con la capacidad de decidir cuándo y
con quién tener relaciones sexuales. Muchas mujeres aún no
tienen esta capacidad. La intimidación, la coacción, el inces-
to, la prostitución forzada, la explotación, la violación sexual
y todo ejercicio de poder para conseguir el dominio sexual,
son algunas de las circunstancias que inciden en la imposibi-
lidad de la mujer para decidir sobre cuándo quedar embara-
zada. En situaciones de conflicto armado, como sucede en
Colombia y ha sucedido en Guatemala, México y otros paí-
ses de la región, la violación, la explotación sexual y el em-
barazo forzado son fenómenos de ocurrencia frecuente. An-
te estos embarazos no deseados, no planeados y hasta forza-
dos, la mayoría de las mujeres de la región no tienen acceso
al aborto y, ni siquiera, a la anticoncepción de emergencia.
34 Ver por ejemplo, Observaciones finales del Comité de Derechos
Humanos: Perú, 15 del noviembre, 2000, CDH, Doc. N.U.
CCPR/CO/70/PER, par. 21. Le preocupan al Comité las denuncias
recibidas sobre esterilizaciones involuntarias, particularmente de
mujeres indígenas en zonas rurales y de mujeres de los sectores
sociales más vulnerables.

52
PROMOCIÓN Y DEFENSA

Por su lado, una reciente resolución de la Organización


Mundial de la Salud, establece que la “autonomía reproduc-
tiva no sólo incluye el derecho a decidir el número y espacia-
miento de los hijos, sino que también incluye el derecho a
realizar un plan de procreación con asistencia médica o de
una partera reconocida, en un hospital o en un ambiente al-
ternativo...”35. El modelo de partos asistidos por parteras fue
citado por la OMS como un modelo cuyos beneficios inclu-
yen costos más bajos, menores cantidades de nacimientos
prematuros y una mayor satisfacción con la experiencia del
parto. De acuerdo con esto, los Estados estarían obligados a
brindar y hasta a apoyar estos modelos alternativos para
cumplir con su obligación de garantizarle a todas las mujeres
y hombres su derecho a la autonomía reproductiva.

5. El derecho a la intimidad
Este derecho incluye el derecho de toda mujer a decidir
libremente y sin interferencias arbitrarias, sobre sus funcio-
nes reproductivas.
El derecho a la intimidad se encuentra protegido en
diferentes tratados internacionales de derechos humanos,
tales como el artículo 12 de la Declaración Universal, que es-
tablece que “Nadie será objeto de injerencias arbitrarias en
su vida privada, su familia, su domicilio o su corresponden-
cia....”; el artículo 16 de la Convención sobre los Derechos
del Niño, que establece el mismo derecho para los y las ni-
ñas; y el artículo 17 del Pacto Internacional de Derechos Ci-
viles y Políticos, que establece que “nadie será objeto de in-
jerencias arbitrarias o ilegales en su vida privada...”. Así mis-
mo, el artículo 11 de la Convención Americana protege el de-

35 Traducción libre. Ver resolución de la OMS en inglés en Global


Advisory Group on Nursing and Midwifery, Report of the Sixth
Meeting, Geneva 19-22 November, 2000 en EB107R2.

53
DERECHOS REPRODUCTIVOS

recho a la intimidad cuando estipula que toda persona tiene


derecho a que se respete su honra y se reconozca su digni-
dad; a que su vida privada y familiar, su domicilio y su co-
rrespondencia no sean objeto de injerencias ni ataques arbi-
trarios que atenten contra su honra y su reputación, y a ser
protegida legalmente contra estos ataques. Al interpretar es-
ta disposición, la Comisión Interamericana de Derechos Hu-
manos ha establecido la estrecha conexión entre el derecho a
la integridad y a la intimidad, declarando que la protección a
la intimidad cobija “la protección a la integridad física y mo-
ral de la persona y garantiza una esfera que nadie puede in-
vadir, un campo de actividad que es absolutamente propio de
cada individuo”36.
En el contexto de los derechos reproductivos, este de-
recho es violado cuando el Estado o los particulares
interfieren en el derecho de la mujer a tomar decisio-
nes sobre su cuerpo y su capacidad reproductiva. Vale
la pena resaltar que la Comisión Europea de Derechos
Humanos ha sostenido que las decisiones que cada
persona toma sobre su cuerpo, y particularmente las
decisiones sobre la capacidad reproductiva, recaen en
la esfera privada de cada individuo37. El CDH tam-
bién ha establecido la conexión entre este derecho y el
derecho a la igualdad, al establecer que éste puede
verse seriamente afectado cuando los Estados no res-
petan el ejercicio del derecho a la intimidad de la mu-
jer y cuando se imponen obstáculos que limitan la to-

36 Ver caso X e Y c. Argentina, informe núm. 38/96, caso 10.506, sent.,


15 octubre 1996, en Informe Anual de la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos 1996, OEA/Ser.L/ 11.95, doc.7, rev., 14 marzo
1997, pág. 72, par. 91.
37 Ver caso Bruggeman y Sheuten c. República Federal Alemana
(aplicación núm. 6959/75), sent., 12 julio 1997, en Reporte de la
Comisión Europea de los Derechos Humanos, vol. 3, 1977, pág. 244 y
caso Paton c. Gran Bretaña (aplicación núm. 8416/ 78), sent., 13 mayo
1980, en Reporte de la Comisión Europea de Derechos Humanos, vol.
3, 1980, pág. 408, par. 27.

54
PROMOCIÓN Y DEFENSA

ma de decisiones de las mujeres con respecto a sus


funciones reproductivas. En su observación General
No. 28, párrafo 20, el CDH afirmó que:
“Otro ámbito en que puede ocurrir que los Estados no res-
peten la vida privada de la mujer guarda relación con sus
funciones reproductivas, como ocurre, por ejemplo, cuando
se exige que el marido dé su autorización para tomar una
decisión respecto de la esterilización, cuando se imponen
requisitos generales para la esterilización de la mujer, como
tener cierto número de hijos o cierta edad, o cuando los Es-
tados imponen a los médicos y a otros funcionarios de sa-
lud la obligación de notificar los casos de mujeres que se
someten a abortos. En esos casos, pueden estar en juego
también otros derechos amparados en el pacto, como los
previstos en los artículos 6 y 7. También puede ocurrir que
los particulares interfieran en la vida íntima de la mujer, co-
mo el caso de los empleadores que piden una prueba de em-
barazo antes de contratar a una mujer...” 38.
Asimismo, el derecho a la intimidad cobija el derecho a
que el médico respete la confidencialidad de su paciente. El
CDH ha establecido que el derecho a la intimidad es violado
por los Estados cuando no se respeta la confidencialidad del
médico con su paciente al imponérsele la obligación legal de
denunciar a la mujer que se ha practicado un aborto. Así mis-
mo, ha recomendado “que se revise la ley para establecer ex-
cepciones de la prohibición general de todo aborto y prote-
ger el carácter confidencial de la información médica”39.

38 Ver Observación General No. 28 del CDH.


39 CDH, Observaciones finales de Chile, par. 15. Para un mayor análisis
del derecho a la intimidad de las usuarias de servicios de salud y del
deber de confidencialidad de los prestadores de servicios, véase B. M.
Dickens y Rebecca J. Cook, “Law and Ethics in Conflict Over
Confidentiality?”, en International Journal of Gynecologists &
Obstetrics, 2000, págs. 385-391.

55
DERECHOS REPRODUCTIVOS

6. El derecho a la igualdad y a la no discriminación


Este derecho incluye el derecho a la no discriminación en
la esfera de la salud reproductiva. Este derecho es uno de los
pilares fundamentales de los derechos humanos reconocidos
en el Derecho Internacional. Es más, está reconocido en ca-
si todos los tratados internacionales de derechos humanos: el
artículo 2 de La Declaración Universal; los artículos 2 y 3
del Pacto de Derechos Civiles y Políticos; los artículos 2 y
3 del Pacto Internacional de los Derechos Económicos, So-
ciales y Culturales; y el artículo 1 de la Convención Ameri-
cana, establecen explícitamente la protección a este derecho,
pero el principio de igualdad entre mujeres y hombres está
implícito en todos los demás.
Sin embargo, es la CEDAW la que de manera comprehen-
siva elabora y amplía la noción de discriminación por sexo y
establece la obligación de los Estados de garantizar la igual-
dad ante la ley. Esta Convención define, en su artículo 1, la
discriminación contra la mujer como la “distinción, exclu-
sión o restricción basada en el sexo que tenga por objeto o
por resultado menoscabar o anular el reconocimiento, goce o
ejercicio por la mujer, independientemente de su Estado ci-
vil, sobre la base de la igualdad del hombre y la mujer, de los
derechos humanos y las libertades fundamentales en las es-
feras política, económica, social, cultural y civil o en cual-
quier otra esfera”.
Además, en su artículo 2, establece las obligaciones del
Estado con respecto a este derecho:
“Los Estados parte condenan la discriminación contra la
mujer en todas sus formas, convienen en seguir, por todos
los medios apropiados y sin dilaciones, una política encami-
nada a eliminar la discriminación contra la mujer y, con tal
objeto, se comprometen a: a) Consagrar, si aún no lo han
hecho, en sus constituciones nacionales y en cualquier otra

56
PROMOCIÓN Y DEFENSA

legislación apropiada el principio de la igualdad del hombre


y de la mujer y asegurar por ley u otros medios apropiados
la realización práctica de ese principio; b) Adoptar medidas
adecuadas, legislativas y de otro carácter, con las sanciones
correspondientes, que prohíban toda discriminación contra
la mujer; c) Establecer la protección jurídica de los dere-
chos de la mujer sobre una base de igualdad con los del
hombre y garantizar, por conducto de los tribunales nacio-
nales competentes y de otras instituciones públicas, la pro-
tección efectiva de la mujer contra todo acto de discrimina-
ción; d) Abstenerse de incurrir en todo acto o práctica de
discriminación contra la mujer y velar porque las autorida-
des e instituciones públicas actúen de conformidad con es-
ta obligación; e) Tomar todas las medidas apropiadas para
eliminar la discriminación contra la mujer practicada por
cualesquiera personas, organizaciones o empresas; f) Adop-
tar todas las medidas adecuadas, incluso de carácter legisla-
tivo, para modificar o derogar leyes, reglamentos, usos y
prácticas que constituyan discriminación contra la mujer; y
g) Derogar todas las disposiciones penales nacionales que
constituyan discriminación contra la mujer”.
El CDESC ha establecido la necesidad de eliminar todo
tipo de discriminación en el área de la salud, y de manera
particular en el acceso a servicios, lo cual implica la elimina-
ción de las barreras que impiden que las mujeres accedan a
servicios, a educación e información en el área de la salud
sexual y reproductiva40. Al respecto dice la Observación Ge-
neral 14: “El ejercicio del derecho de la mujer a la salud re-
quiere que se supriman todas las barreras que se oponen al
acceso de la mujer a los servicios de salud, educación e in-
formación, en particular en la esfera de la salud sexual y re-
productiva...”41

40 Observación General No. 14 sobre la Salud, pars. 18-21.


41 Idem, par. 21.

57
DERECHOS REPRODUCTIVOS

En su recomendación general No.24 sobre la mujer y la


salud, el Comité de la CEDAW expresa que “la obligación de
respetar los derechos exige que los Estados Partes se absten-
gan de poner trabas a las medidas adoptadas por la mujer pa-
ra conseguir sus objetivos en materia de salud. Los Estados
Partes han de informar sobre el modo en que los encargados
de prestar servicios de atención de la salud en los sectores
público y privado cumplen con su obligación de respetar el
derecho de la mujer de acceder a la atención médica. Por
ejemplo, los Estados Partes no deben restringir el acceso de
la mujer a los servicios de atención médica ni a los dispensa-
rios que los prestan por el hecho de carecer de autorización
de su esposo, su compañero, sus padres o las autoridades de
salud, por no estar casada o por su condición de mujer”.
Agregando en esta misma recomendación que “las leyes que
penalizan ciertas intervenciones médicas que afectan exclu-
sivamente a la mujer constituyen una barrera para acceder al
cuidado médico que las mujeres necesitan, comprometiendo
sus derechos a la igualdad de género en el área de la salud y
violando con ello la obligación internacional de los Estados
de respetar los derechos reconocidos internacionalmente” 42.
En varias observaciones finales el Comité de la CEDAW,
así como el CDN, han insistido sobre su preocupación por la
situación de discriminación que viven las mujeres indígenas
y rurales en cuanto a la salud reproductiva y en especial, a la
esterilización no consentida.
Si bien la Convención sobre la Eliminación de Todas las
Formas de Discriminación Racial, también define el derecho
a la igualdad y la no discriminación, su Comité no ha hecho
recomendaciones explícitas sobre la relación entre los dere-
chos reproductivos de las mujeres y la discriminación racial
o étnica.

42 Recomendación General No. 24 sobre mujer y salud, par. 14.

58
PROMOCIÓN Y DEFENSA

Es más, hasta hace muy poco, el cruce de la discrimina-


ción contra la mujer y la discriminación racial y sus conse-
cuencias no había sido objeto de consideración detallada.
Los problemas se definían como manifestación de una de las
dos formas de discriminación, pero no como de ambas. Con
ese enfoque no se lograba analizar el fenómeno en todo su al-
cance, lo que hacía que los remedios fueran ineficaces o ina-
decuados. Esta situación está cambiando en la actualidad.
Por ejemplo, en el Programa de Acción de Durban,43 se pi-
de a los Estados que adopten políticas y programas en con-
certación con mujeres y niñas indígenas y afro-descendien-
tes para eliminar todos los obstáculos por razones de géne-
ro, etnia y raza, haciendo especial mención de su salud men-
tal y física, incluyendo su salud reproductiva.
En cuanto a la igualdad y no discriminación contra las
personas con discapacidad, las Normas Uniformes sobre la
igualdad de oportunidades para personas con discapaci-
dad,44 establecen el principio de igualdad de derechos, lo
que significa que también tienen los mismos derechos repro-
ductivos. Sin embargo, no hay, por parte de los comités de
vigilancia de los tratados, pronunciamientos explícitos sobre
los derechos reproductivos de estas personas; aunque el Co-
mité de la CEDAW sí ha dicho que los Estados deben “pres-
tar especial atención a las necesidades y los derechos en ma-
teria de salud de las mujeres pertenecientes a grupos vulne-
rables como [...] las mujeres con discapacidad física o men-
tal”45.
En cuanto a la discriminación por orientación sexual, en
los últimos años algunos comités han desarrollado este con-
cepto con base en las provisiones sobre igualdad y no discri-

43
Conferencia contra el Racismo, Durban, 2001, parr. 18.
44 Ver Doc. N.U.A/RES/48/96, adoptadas en 1993.
45 Comité de la CEDAW, Recomendación General No. 24.

59
DERECHOS REPRODUCTIVOS

minación de los instrumentos internacionales. Las disposi-


ciones que garantizan la igualdad y prohíben la discrimina-
ción por motivos de raza, color, sexo, idioma, religión, opi-
nión política o de otra índole, origen nacional o social, posi-
ción económica, nacimiento o cualquier otra condición so-
cial, deben ser interpretadas para proteger a las personas en
contra de cualquier tipo de discriminación, incluida la orien-
tación sexual. Así lo determinó el CDH cuando estableció de
manera unánime, que las leyes de Tasmania que criminalizan
la sodomía consensual, eran violatorias del derecho a la pri-
vacidad y a la no discriminación por razones de sexo conte-
nido en el Pacto de Derechos Civiles y Políticos46. De la
misma manera, y aunque esta disposición ya fue derogada, el
CDH sostuvo que Chile debía eliminar el delito de sodomía
porque era violatorio del pacto por “reforzar actitudes de dis-
criminación entre las personas sobre la base de la orientación
sexual”47.

7. El derecho al matrimonio y a fundar una familia


Este derecho incluye el derecho de las mujeres a decidir
sobre cuestiones relativas a su función reproductora en igual-
dad y sin discriminación, así como a su derecho a contraer o
no matrimonio. De acuerdo con las normas de derechos hu-
manos, el derecho al matrimonio implica el derecho a con-
traerlo libremente y a fundar una familia, a disolverlo y a te-
ner capacidad y edad para prestar el consentimiento.
Gran cantidad de convenciones, declaraciones y re-
comendaciones dan gran importancia a la familia y a la
situación de igualdad que debería tener la mujer en el seno

46
Ver caso Nicholas Toonen c. Australia, comunicación núm. 488/1992,
4 de abril, 1994, Comité de Derechos Humanos de las Naciones
Unidas, Doc. N.U. CCPR/C/50/ D/488/1992.
47 Observaciones finales del CDH: Chile, 30 de marzo, 1999 Doc. N.U.
CCPR/C/79/Add.104 par. 20.

60
PROMOCIÓN Y DEFENSA

de la familia. Entre ellas se cuentan la Declaración Univer-


sal, artículo 16; el Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos, artículo 16; la Convención sobre la Nacionalidad
de la Mujer Casada; la Convención sobre el Consentimiento
para el Matrimonio, la edad mínima para contraer matrimo-
nio y el registro de los matrimonios, etc.
La CEDAW, artículo 16 y la Recomendación General 21
de su Comité también establecen este derecho. Y en cuanto
al derecho a fundar una familia y al rol de la mujer en ella,
la Recomendación 21 establece: “Los Estados Parte deberían
velar por que conforme a sus leyes, ambos padres, sin tener
en cuenta su estado civil o si viven con sus hijos, compartan
los derechos y las obligaciones con respecto a ellos en pie de
igualdad. Las obligaciones de la mujer de tener hijos y criar-
los, afectan su derecho a la educación, al empleo y otras ac-
tividades referentes a su desarrollo personal, además de im-
ponerle una carga de trabajo injusta. El número y espacia-
miento de los hijos repercuten de forma análoga en su vida y
también afectan su salud física y mental, así como la de sus
hijos. Por estas razones, la mujer tiene derecho a decidir el
número y el espaciamiento de los hijos que tiene....La deci-
sión de tener hijos, si bien de preferencia debe adoptarse en
consulta con el cónyuge y el compañero, no debe, sin embar-
go, estar limitada por el cónyuge, el padre, el compañero o el
gobierno...Estos derechos deben garantizarse sin tener en
cuenta el Estado civil de la mujer”48.
La Observación General 28 del CDH también prohíbe la
discriminación de la mujer por su estado civil y establece la
igualdad en derechos y deberes dentro del matrimonio y en
las relaciones familiares. “El derecho que enuncia el artícu-
lo 16 en el sentido de que todo ser humano tiene derecho en
todas partes al reconocimiento de su personalidad jurídica es

48 Comité de la CEDAW, Recomendación General 21, parrs. 20-29.

61
DERECHOS REPRODUCTIVOS

particularmente pertinente en el caso de la mujer, que suele


verlo vulnerado en razón de su sexo o su Estado civil. Este
derecho supone que no se puede restringir en razón del Esta-
do civil o por otra causa discriminatoria la capacidad de la
mujer para ejercer el derecho de propiedad, concertar un
contrato o ejercer otros derechos civiles...”,49 como son el
derecho a decidir sobre su función reproductiva en libertad y
sin coacción.
En este sentido, el CDH, el Comité de la CEDAW y el
CDN han recomendado modificar disposiciones discrimina-
torias dentro del matrimonio y las relaciones familiares a to-
dos los países que han presentado informes. El CDH se ha
pronunciado sobre las violaciones al derecho al matrimonio
y a fundar una familia que implican las normas discrimina-
torias de la mujer en el matrimonio, que persisten en la legis-
lación civil de la mayoría de los Estados latinoamericanos y
caribeños; también, la diferencia de edades que se establece
como requisito para el matrimonio de menores. En el caso de
Chile, el CDH ha dicho que la inexistencia de una ley de di-
vorcio50 puede equivaler a una violación del parágrafo 2 del
artículo 23 del Pacto de Derechos Civiles.
En cuanto al matrimonio de menores, muchos estudios51
demuestran que la maternidad temprana esta relacionada con
la edad de la primera unión. Por lo tanto, permitir que las jó-
venes se casen a edades tan tempranas, hasta de 12 años, co-
mo sucede en algunos países de la región, podría ser violato-
rio de su derecho a la vida: “el embarazo y el parto durante
la adolescencia tienen riesgos considerables. Estudios de di-
versos países del mundo muestran que las jóvenes de 15 a 19
años tienen dos veces más probabilidades de morir en el par-

49 CDH, Observación General No. 28, par. 19.


50
Ver CDH, Observaciones finales de Chile, par. 17.
51 Family Care Inrternational (FCI) y Safe Motherhood Inter-Agency
Group (1998) Fact Sheets, Delay Marriage and First Birth.

62
PROMOCIÓN Y DEFENSA

to que las mujeres después de los 20. En las menores de 15,


la probabilidad es seis veces mayor. La principal causa de
muerte de las jóvenes de 15-19 años son las complicaciones
asociadas a la gestación. Igualmente, las madres adolescen-
tes alcanzan menor escolaridad, tienen menor preparación
para competir en el mundo laboral y en consecuencia, limi-
tadas posibilidades económicas para sostenerse ella y su hi-
jo. Estos hechos ameritan que se analice, además de las ta-
sas de fecundidad, los factores sociales, culturales y econó-
micos que favorecen su ocurrencia”52.

8. El derecho al empleo y la seguridad social


Este derecho incluye el derecho a la protección legal de
la maternidad en materia laboral, el derecho a trabajar en un
ambiente libre de acoso sexual y el derecho a no ser discri-
minada por embarazo. Este incluye el derecho a no ser des-
pedida por causa de embarazo.
La CEDAW prohíbe la discriminación por causa de em-
barazo, artículos 1 y 11; y establece en su artículo 4 que to-
das las medidas encaminadas a la protección de la materni-
dad no son discriminatorias. El Comité de la CEDAW ha
sostenido que la mujer tiene derecho a condiciones de traba-
jo justas y favorables. En sus observaciones finales a varios
países de la región ha señalado que, a pesar de existir una
protección legal a la maternidad en materia laboral, en mu-
chos casos esto no se pone en práctica, lo cual hace que las
madres trabajadoras tengan que enfrentar muchos obstáculos
en la consecución y/o mantenimiento de su empleo. El CDH
se pronunció sobre la falta de una ley amplia en algunos paí-
ses de la región, que prohíba la discriminación en la esfera
laboral privada, tanto el CDESC como el Comité de la CE-

52
Dialoguemos...sobre salud sexual y reproductiva, PROFAMILIA,
marzo 1998, N. 2, Boletín de Circulación Nacional, Colombia.

63
DERECHOS REPRODUCTIVOS

DAW condenaron la práctica identificada en las maquilas de


someter a las mujeres a pruebas de embarazo como requisi-
to para obtener o permanecer en el empleo53.
La recomendación general 19 de la CEDAW inclu-
ye, de manera específica, el acoso sexual como una forma de
violencia contra la mujer y como trato discriminatorio en el
empleo,54 e insta a los gobiernos a tomar medidas específi-
cas frente a esta problemática. En este mismo sentido, el
CDH ha recomendado a varios países de la región a adoptar
una legislación que tipifique el acoso sexual como un delito.
Por su parte, la OIT tiene varios convenios relativos
a la protección de la maternidad, que reflejan la evolución
sobre el concepto de maternidad55. Así, la Recomendación
123 sobre empleo de las mujeres con responsabilidades fa-
miliares de 1965, refleja ya la preocupación producida por
las discriminaciones en el empleo, padecidas por las mujeres
trabajadoras con responsabilidades familiares. En 1981 se
adoptó el Convenio 156 sobre trabajadores con responsabi-
lidades familiares. Este Convenio se aplica a hombres y mu-
jeres trabajadoras con responsabilidades hacia miembros de
su familia inmediata, cuando esas responsabilidades reducen
sus posibilidades de prepararse para entrar o participar en, o
avanzar sus actividades económicas. En él se reconoce que
para lograr la plena igualdad entre el hombre y la mujer, es
necesario modificar el papel tradicional de ambos en la so-
ciedad y en la familia. Además, los Estados ratificantes es-
tán obligados a promover la igualdad de oportunidades y tra-

53
CDESC, Observaciones finales de México, pars. 21 y 37 y Comité de
la CEDAW, Observaciones finales de México, par. 391.
54 Comité de la CEDAW, Recomendación General No.19, pars. 17-18.
55
Ver Convenios No. 3 de 1919 y 103 de 1952 sobre la protección a la
maternidad y la Recomendación 95, también de 1952, en la que entre
otros, se establece la protección contra el despido por embarazo.

64
PROMOCIÓN Y DEFENSA

tamiento para trabajadores/as con responsabilidades familia-


res, y a implementar políticas públicas al respecto. También
se establece que las responsabilidades familiares no pueden
ser una razón válida para el despido. Y aunque en 1981 no se
hablaba todavía de los derechos reproductivos, es obvio que
este Convenio protege aquellos derechos reproductivos que
tienen relación con la vida laboral de hombres y mujeres.

9. El derecho a la educación
Este derecho incluye el derecho a la educación sexual y
reproductiva, así como el derecho a la no discriminación en
el ejercicio y disfrute de este derecho.
El derecho a la educación ha sido reconocido internacio-
nalmente en varios tratados internacionales: la Declaración
Universal, artículo 26; el Pacto Internacional de los Dere-
chos Económicos, Sociales y Culturales, artículos 13 y 14; y
la Convención sobre los Derechos del Niño, artículo 28. De
manera particular, el CDESC ha establecido que la educa-
ción es un derecho humano en sí mismo. A su vez, es indis-
pensable para el disfrute de otros derechos humanos y, de
manera particular, desempeña un papel esencial en el empo-
deramiento de la mujer dentro de una sociedad56.
El derecho a la educación y su relación con otros dere-
chos reproductivos puede ser analizado en diferentes niveles.
En un primer nivel, el derecho a la educación básica es esen-
cial en el contexto de los derechos reproductivos. El acceso
de las mujeres a la educación básica contribuye a su empo-
deramiento dentro de su familia y en su comunidad; contri-
buye a que la mujer tome conciencia de sus derechos y le

56
CDESC, Observación general sobre educación, pars. 1 y 31-32.

65
DERECHOS REPRODUCTIVOS

permite acceder en condiciones de mayor competitividad al


mercado laboral57.
Así mismo, como el derecho a la educación incluye el
derecho a recibir educación sobre salud reproductiva, ésta
debería incluir, entre otros: información sobre los derechos
sexuales y reproductivos; sobre el fomento de factores pro-
tectores y de prevención y control de factores de riesgo pa-
ra una sexualidad y una reproducción sanas, seguras y res-
ponsables; y sobre la posición de las diferentes religiones y
culturas sobre los derechos sexuales y reproductivos.
Además, la educación sexual y reproductiva debería estar
enmarcada de forma tal que se eduque a las mujeres a ejer-
cer su derecho a decidir el número y espaciamiento de sus hi-
jos de manera libre y responsable; y a los hombres, a ejercer
su sexualidad y paternidad de manera responsable. Es decir,
la educación sexual y reproductiva no debe estar centrada so-
lamente en la mujer, o en aumentar el uso del condón y la va-
sectomía por parte de los hombres.
“Involucrar a los varones en la salud sexual y reproductiva
no se reduce al uso de medios anticonceptivos. El propósi-
to es promover una conciencia de igualdad de género en to-
dos los ámbitos y animar a los hombres para que asuman
responsablemente sus roles sexuales, reproductivos, socia-
les y familiares.
Esta nueva concepción de la participación masculina im-
plica enfrentar barreras culturales fuertemente arraigadas.
Los varones han sido educados en los estereotipos de la in-
mediatez en la satisfacción y potencia sexual, en el imperati-
vo de la reproducción y de la provisión económica. Educar a
los hombres para la paternidad es una necesidad apremiante.

57 Algunos estudios demuestran que las mujeres con mayor educación


están más capacitadas para planificar sus familias y proteger su salud,
UNICEF, State of The World Children 1994, pág. 43.

66
PROMOCIÓN Y DEFENSA

Esta educación incluye, no sólo asumir la responsabilidad de


su sexualidad sino también, ejercitar y disfrutar la paternidad
elegida en forma compartida con su compañera, durante to-
das las etapas del proceso de crianza y formación de los hi-
jos e hijas” 58.
En este sentido, es importante resaltar que en instancias
judiciales internacionales se ha determinado que es obliga-
ción del Estado proveer educación sexual a los adolescentes;
y que esta educación debe ser sensible a la libertad de cultos
y al derecho de los padres a educar a sus hijos de acuerdo con
sus convicciones59. Sin embargo, esto no quiere decir que
los padres tengan derecho a impedir que se les brinde educa-
ción sexual y reproductiva a sus hijas e hijos, ya que el dere-
cho de los padres a educar a sus hijos/as de acuerdo con sus
convicciones no supersede al interés de los y las niñas, ni
puede ejercerse en forma discriminatoria entre hijos e hi-
jas60.
Cabe destacar que el Programa de Acción del Cairo esta-
blece que los países deben tomar las medidas necesarias pa-
ra mantener a las niñas y a las adolescentes en la escuela. Así
mismo, establece que los gobiernos deben eliminar los obs-
táculos jurídicos, normativos y sociales que impiden el sumi-
nistro de información de salud reproductiva a adolescentes y
debe permitirse que las adolescentes embarazadas continúen
su educación61.
La obligación de ofrecer educación e información sobre
salud y derechos sexuales y reproductivos, particularmente a

58
Dialoguemos...sobre salud sexual y reproductiva, PROFAMILIA,
Mayo 1998, No. 4, Boletín de circulación nacional, Colombia.
59 Ver Kjeldsen c. Denmark, en Reporte de la Comisión Europea de
Derechos Humanos, vol. I, 1976, pag. 711.
60 Ver artículo 29 inciso d. Convención de los Derechos de la Niñez.
61 Programa de Acción de El Cairo, pars. 7.41-7.48 y 11 .8.

67
DERECHOS REPRODUCTIVOS

adolescentes, ha sido reiterada por el Comité de la CEDAW


en sus recomendaciones a varios países de la región62. En el
mismo sentido se pronunció el CDN en las recomendaciones
que hizo a Argentina63 para reducir la incidencia de embara-
zo adolescente. Finalmente y de manera más concreta, el
CDESC recomendó a México incluir materias sobre salud
sexual y reproductiva en los programas académicos64.
También se puede identificar otro nivel en el cual el dere-
cho a la educación se relaciona de manera directa con el de-
recho a la no discriminación, en relación con los derechos re-
productivos. La CEDAW establece el derecho a la educación
de las mujeres en las mismas condiciones que los hombres
en cuanto a acceso, igualdad en los programas de estudios y
opción de carreras profesionales, entre otros. Particularmen-
te establece que deben disminuirse las tasas de deserción es-
tudiantil femenina. En este sentido, el Comité de la CEDAW
se ha pronunciado reiteradas veces sobre cómo las expulsio-
nes de los establecimientos educativos, cancelación de ma-
trículas o asignación de tutores a mujeres jóvenes embaraza-
das, prohibiéndoles continuar formando parte de sus grupos
de estudio, constituyen una violación del derecho a la educa-
ción y a la igualdad. Por ejemplo, el Comité de la CEDAW
pidió específicamente al gobierno chileno que tomara las
medidas necesarias, incluyendo la expedición de una ley, pa-
ra prohibir la expulsión de adolescentes de los colegios
públicos y privados por razones de embarazo65.
Por otro lado, el Principio 10 de la Plataforma de Ac-
ción del Cairo establece que “toda persona tiene derecho a la

62 Ver por ejemplo, CEDAW, Observaciones finales de Chile, par. 27;


CEDAW, Observaciones finales de México, par. 409; y CEDAW,
Observaciones finales de Perú, par. 51.
63 CDN, Observaciones finales a Argentina, par. 19.
64 CDESC, Observaciones finales a México, par. 43.
65 CEDAW, Observaciones finales a Chile, par. 27.

68
PROMOCIÓN Y DEFENSA

educación, que deberá orientarse hacia el pleno desarrollo de


los recursos humanos, de la dignidad humana y del potencial
humano, prestando especial atención a las mujeres y las ni-
ñas”. La educación debería concebirse de tal manera que
fortalezca el respeto por los derechos humanos y las liberta-
des fundamentales, incluidos los relacionados con la pobla-
ción y el desarrollo.

10. El derecho a la información adecuada y oportuna


Este derecho incluye el derecho de toda persona a que se
le dé información clara sobre su Estado de salud, sus dere-
chos y responsabilidades en materia de sexualidad y repro-
ducción; y acerca de los beneficios, riesgos y efectividad de
los métodos de regulación de la fecundidad y sobre las im-
plicaciones de un embarazo para cada caso particular. Se en-
cuentra regulado en varios textos internacionales, incluyen-
do el artículo 19 del Pacto Internacional de los Derechos Ci-
viles y Políticos. En la Plataforma de Acción del Cairo, en
el capítulo VII, se establecen varias medidas que deben ser
tomadas por los Estados, en relación con este derecho. Entre
éstas, se encuentra la elaboración de programas innovadores
para que todos los adolescentes y hombres adultos tengan ac-
ceso a información, asesoramiento y servicios de salud re-
productiva, que incluyan la educación para el hombre sobre
su obligación de compartir las responsabilidades de la plani-
ficación de la familia y las labores domésticas y de crianza
de los hijos y para que acepte la responsabilidad de prevenir
las enfermedades de transmisión sexual.

66 Estos Principios fueron adoptados por la Asamblea General de


Naciones Unidas en 1993, ver, A/RES/48/134 el 20 de diciembre de
1993.

69
DERECHOS REPRODUCTIVOS

11. El derecho a modificar las costumbres discrimi


natorias contra la mujer
Este derecho se encuentra explicitado en el artículo 2 de
la CEDAW, inciso f y g; en el inciso a. del artículo 5; y en
el artículo 24 inciso 3 de la Convención sobre los Derechos
del Niño. Por supuesto, incluye el derecho a modificar las
costumbres que perjudican la salud reproductiva de las mu-
jeres y las niñas. La Plataforma de Acción del Cairo, en su
capítulo IV, contiene un listado de muchas acciones que de-
berían implementar los Estados, para cumplir con su obliga-
ción de proteger, promover y respetar este derecho. Entre
ellas está la necesidad de fomentar la ampliación y el forta-
lecimiento de los grupos de activistas, comunitarios y de
apoyo a la mujer.

12. El derecho a disfrutar del progreso científico y a


dar su consentimiento para ser objeto de experi
mentación
Este derecho esta consagrado en el artículo 15 del Pacto
Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Cultura-
les y, por supuesto, en la Declaración de la ONU sobre la
Utilización del Progreso Científico y Tecnológico en Interés
de la Paz y en Beneficio de la Humanidad. Incluye el dere-
cho a disfrutar del progreso científico en el área de la repro-
ducción humana, así como el derecho a no ser objeto de ex-
perimentación en esta área, derecho que está explícitamente
contemplado en el artículo 7 del Pacto Internacional de los
Derechos Civiles y Políticos.

70
PROMOCIÓN Y DEFENSA

La importancia de la función cuasi-jurisdiccional


de las instituciones nacionales de derechos
humanos
En muchos países de América Latina y el Caribe existen
instituciones nacionales de protección de los derechos hu-
manos que datan del decenio de 1980. Al analizar su labor,
las Naciones Unidas han llegado a la conclusión de que no
existe un modelo único de institución nacional que pueda, o
deba, recomendarse como mecanismo apropiado para lograr
que todos los países cumplan sus obligaciones internaciona-
les en materia de derechos humanos.
En la mayoría de los países de habla hispana, estas insti-
tuciones se llaman Defensorías del Pueblo o Comisiones de
Derechos Humanos. Por ejemplo, el Defensor del Pueblo es
el título de la institución nacional de derechos humanos en
varios países latinoamericanos: Defensor de los Habitantes,
en Costa Rica; en México se llama la Comisión Nacional de
Derechos Humanos; en Guatemala, Procurador de los Dere-
chos Humanos; y en El Salvador Procurador para la Defensa
de los Derechos Humanos. En el Caribe angloparlante, estas
instituciones se llaman Oficinas del Ombudsman, por ejem-
plo en Barbados se llama Office of the National Ombuds-
man. En Naciones Unidas se utiliza el genérico instituciones
nacionales de derechos humanos para referirse a todas.
La mayoría de las Instituciones Nacionales tienen las atri-
buciones y competencias establecidas en los Principios de
Paris,66 entre las que se incluyen: presentar dictámenes, re-
comendaciones, propuestas e informes sobre todas las cues-
tiones relativas a la protección y promoción de los derechos
humanos; promover y asegurar que la legislación, los
reglamentos y las prácticas nacionales se armonicen con los
instrumentos internacionales de derechos humanos; alentar
la ratificación de esos instrumentos o la adhesión a esos tex-
tos y, asegurar su aplicación; contribuir a la elaboración de

71
DERECHOS REPRODUCTIVOS

los informes que los Estados deban presentar a los órganos y


comités de las Naciones Unidas, así como a las instituciones
regionales; cooperar con las instituciones internacionales, re-
gionales y nacionales que sean competentes en las esferas de
la promoción y protección de los derechos humanos; colabo-
rar en la elaboración de programas relativos a la enseñanza y
la investigación en la esfera de los derechos humanos; y dar
a conocer los derechos humanos.
Sin embargo, hay diferencias entre las comisiones y las
defensorías u oficinas del ombudsman y, también entre las
distintas comisiones y entre las distintas defensorías u ofici-
nas del ombudsman. Por ejemplo, la función primordial de
las comisiones de derechos humanos consiste en proteger a
los nacionales contra la discriminación y velar por el respe-
to de los derechos humanos, aunque algunas comisiones es-
tudian denuncias relativas a violaciones de cualquiera de los
derechos reconocidos en las constituciones. Mientras que la
función principal de la institución del ombudsman o defen-
sor del pueblo, si bien no es exactamente igual en cada país,
es fiscalizar si el Estado cumple con el cometido de lograr la
plena realización de los derechos humanos. Al igual que las
comisiones, los ombudsman también pueden recibir denun-
cias de ciudadanos. Cuando llevan a cabo una investigación,
posteriormente emiten una declaración en la que formulan
recomendaciones sobre la base de esa investigación.
A pesar de esta función que les permite recibir quejas y
emitir una declaración sobre las mismas, estas instituciones
no son un mecanismo que pretende sustituir la vía jurisdic-
cional, sino ser complementaria de ella. Esta complementa-
riedad tiene un paralelo en el principio de subsidiariedad,
que es la esencia de los sistemas de protección supranaciona-
les, especialmente aquellos con competencia para recibir de-

72
PROMOCIÓN Y DEFENSA

nuncias y pronunciarse sobre violaciones de facto o de iure


de las obligaciones del Estado67.
Antes de la creación de las instituciones nacionales, exis-
tía un sistema de protección a los derechos humanos, integra-
do por las instancias jurisdiccionales (órgano judicial), y por
la protección no jurisdiccional de las ONGs, complementado
con la protección internacional derivada de las instituciones
del sistema interamericano y del sistema de las Naciones
Unidas.
Entonces, además de las otras funciones que puedan tener
estas instituciones, también se crean como instancias cuasi
jurisdiccionales de protección de los derechos humanos. Es
así que el sistema de protección de los derechos humanos
ahora cuenta con la protección jurisdiccional, la no jurisdic-
cional, la cuasi jurisdiccional y la subsidiaria o complemen-
taria, compuesta por las instituciones del sistema interameri-
cano y de Naciones Unidas.
La función jurisdiccional se ha definido como la “función
pública realizada por órganos competentes del Estado, con
las formas requeridas por la ley, en virtud de la cual, por ac-
to de juicio, se determina el derecho de las partes con el ob-
jeto de dirimir sus conflictos y controversias de relevancia
jurídica mediante decisiones con autoridad de cosa juzgada,
eventualmente factible de ejecución” 68.
La función cuasi-jurisdiccional es la que pretende resol-
ver un conflicto aplicando la ley y el derecho, pero sin
elementos que son propios de la función jurisdiccional, espe-

67 Gil-Robles, Alvaro. “El Defensor del Pueblo y su impacto en España


y América Latina”. En: Estudios Básicos de Derechos Humanaos.
Tomo II. Antonio A. Cancado y Lorena González, compiladores. San
José: 1IDH, 1995.
68
Definición de Couture, en De La Rua, Fernando. Teoría General del
Proceso. Buenos Aires: Depalma, 1991, p. 39.

73
DERECHOS REPRODUCTIVOS

cialmente el acto de juicio, la ausencia relativa de coercitivi-


dad y la ejecución del derecho a través de la sentencia con
naturaleza de cosa juzgada.
La función no jurisdiccional corresponde sustantivamen-
te a acciones de control realizadas desde la sociedad civil, a
través, especialmente, de las ONGs.
“El procedimiento cuasi jurisdiccional no comporta un pro-
ceso en el sentido procesal del término, ya que en él no se
apersonan las partes para probar la legalidad de sus conduc-
tas, o para demostrar la responsabilidad de aquella parte que
hubiere incurrido en el acto ilícito. Tampoco existe juez que
dirija el proceso, valore las pruebas y ejecute la ley a través
de una sentencia. La protección cuasi jurisdiccional de los
derechos humanos no comporta así un proceso, pero sí con-
lleva un conjunto de procedimientos de naturaleza distinta
al proceso judicial o administrativo”69.
La inexistencia de acto de juicio en el procedimiento cua-
si jurisdiccional implica la ausencia del proceso entendido
como “el conjunto de actos mediante los cuales se constitu-
ye, se desarrolla y termina la relación jurídica que se estable-
ce entre el juzgador, las partes y las demás personas que en
ella interviene; y que tienen como finalidad dar solución al
litigio planteado por las partes, a través de una decisión del
juzgador basada en los hechos afirmados y probados y en el
derecho aplicable”70.
Otra de las características de la protección cuasi jurisdic-
cional es la naturaleza unilateral de la investigación, ya que
las partes no participan en la misma como litigantes. Por el
hecho de no constituir proceso, la protección cuasi jurisdic-
69
Rodriguez Cuadros, Manuel, La protección cuasi-jurisdiccional de los
derechos humanos, en Debate Defensorial, No.1, 1998, revista de la
Defensoría del Pueblo del Perú, p. 38.
70 Ovaelle Favela, losé. Teoría General del Proceso. Colección textos
jurídicos universitarios. México, 1991, p. 183.

74
PROMOCIÓN Y DEFENSA

cional tiene muy pocas formalidades y actos procesales, los


mínimos establecidos por la ley, para asegurar su naturaleza
expeditiva, breve y protectora.
Pero las diferencias no son sólo desde el punto de vista de
la naturaleza procesal, sino también desde el punto de vista
de cuáles leyes se pueden aplicar en uno y otro caso. La pro-
tección jurisdiccional está obligada a ejecutar la ley interna y
los tratados internacionales de derechos humanos que hayan
sido ratificados y aprobados por el país, porque el órgano ju-
dicial no puede fundar sus sentencias en otras normas.
Por el contrario, la protección cuasi jurisdiccional, por su
propia naturaleza de no ejecutar la ley en sentencia, está fa-
cultada para aplicar todas las leyes nacionales y los tratados
internacionales ratificados y aprobados por el país, pero tam-
bién lo que se conoce como los “estándares internacionales
de protección”. Estos están constituidos por las resoluciones
y declaraciones de los organismos internacionales, por el de-
recho consuetudinario internacional, por los documentos de
consenso adoptados en ciertas Conferencias Internacionales
y por las prácticas aceptadas como protectoras en términos
de un consenso a nivel mundial.
Esta diferencia entre la función jurisdiccional y la cuasi
jurisdiccional, es de suma importancia en relación con los
derechos reproductivos, ya que los órganos judiciales pueden
argumentar que no reconocen las definiciones que de los
mismos se hacen en las Plataformas de Acción de las Confe-
rencias Mundiales de Viena, Cairo y Beijing; o las que hacen
las agencias y órganos de la ONU. En cambio, las institu-
ciones nacionales de derechos humanos de América Latina y
el Caribe pueden, y deben, tomar en cuenta todas las fuentes
de los estándares internacionales de protección de los dere-
chos humanos. Y como éstas incluyen, de manera clara y
contundente, la gran mayoría de los derechos reproductivos,
es imperativo que las instituciones nacionales de derechos

75
DERECHOS REPRODUCTIVOS

humanos se comprometan más con estos derechos, sin los


cuales las mujeres nunca podrán disfrutar de ninguno de sus
derechos fundamentales.

Promoción y protección de los derechos


reproductivos a través de las instituciones
nacionales de derechos humanos.
Equilandia: un caso hipotético
En este apartado se describen las acciones de una insti-
tución nacional de derechos humanos de un país ficticio, de-
nominado Equilandia. Obviamente, este país se rige por le-
yes muy similares a las de todos los países de la región. Sin
embargo, aquí la institución nacional de derechos humanos
tiene un mandato muy amplio, que equivale a la suma de to-
das las funciones y atribuciones de las instituciones naciona-
les de derechos humanos existentes en América Latina y el
Caribe. En Equilandia, la institución cuenta con una Oficina
Adjunta sobre los Derechos Humanos de las Mujeres, cuyo
mandato es velar por que se incorpore la perspectiva de gé-
nero en todo su accionar, además de promover y proteger los
derechos humanos de las mujeres.
El objetivo de este apartado es coadyuvar a las institucio-
nes nacionales de derechos humanos en su trabajo alrededor
de los derechos reproductivos, proporcionando ideas que
pueden ser adaptadas en cada una, dependiendo de su man-
dato, atribuciones y funciones. Así, por ejemplo, las institu-
ciones que tengan entre sus mandatos una función educativa,
podrán tomar los ejemplos de estrategias educativas que se
plantean en Equilandia. Si no cuentan con esa función, pue-
den tomar ejemplos de otras funciones y adaptar las acciones
que aquí se establecen bajo su marco institucional.
Al desarrollar las acciones de acuerdo a las funciones que
conforman el mandato de la institución nacional de derechos

76
PROMOCIÓN Y DEFENSA

humanos de Equilandia, ésta mantuvo como marco de su tra-


bajo los siguientes principios:
1. Su función cuasi jurisdiccional que le da más amplitud a
la hora de promover, proteger y garantizar los derechos
humanos de todas y todos los habitantes.
2. Las desigualdades de poder entre mujeres y hombres, en
Equilandia y el resto del mundo.
3. El principio de igualdad substantiva, que establece que el
Estado debe asegurar que sus políticas y acciones tengan
como meta una igualdad de resultados y no simplemente
una igualdad formal.
4. El reconocimiento de que las múltiples opresiones por ra-
za, etnia, edad, opción sexual, condición social o econó-
mica, discapacidad, estatus migratorio, etc. no se pueden
trabajar aisladamente, sino que conforman una compleja
red de discriminaciones y opresiones atravesadas y sus-
tentadas en la opresión de género.

Defensoría del Pueblo de Equilandia71


1. Derecho a no morir por causas evitables rela
cionadas con el parto y el embarazo.
Función promotora de los derechos humanos
Con respecto a este derecho y en relación con su obliga-
ción de promover, defender y vigilar los derechos humanos,
la institución nacional de derechos humanos de Equilandia
ha realizado las siguientes acciones:
1. Promovió la creación de una Red Nacional de Salud Re-
productiva, integrada por funcionarias/os del Ministerio

71 Esta sección está basada en un trabajo en progreso sobre Las


Instituciones de Equilandia de Alda Facio, con la colaboración de Ana
Elena Obando.

77
DERECHOS REPRODUCTIVOS

de Salud, de la Mujer, de la Seguridad Social, de la Co-


misión de la Mujer del Parlamento y ONGs que trabajan
el tema, para monitorear la calidad de los servicios obs-
tétricos y ginecológicos en todas las clínicas y hospitales.
2. Promovió la creación de un sistema de vigilancia epide-
miológico de la mortalidad materna, conformando Comi-
tés Permanentes de Mortalidad Materna Evitable.
3. Promovió la creación de Redes de Apoyo Psicológico a
nivel comunitario, con la participación de los gobiernos
locales, las asociaciones comunales y estudiantes de sico-
logía y medicina que apoyaron los servicios de control
prenatal y post-natal desde un enfoque integral.
4. Promovió la apertura en todas las clínicas y hospitales,
incluyendo los privados, de servicios especializados en
complicaciones post-aborto para evitar muertes y conse-
cuencias graves en la salud de las mujeres, sin entrar en
consideraciones sobre si el aborto fue inducido o natural.
5. Promovió la secularización del Estado para contribuir a
despenalizar el aborto y facilitar el acceso a la educación
sexual libre de prejuicios, desde las más tempranas eda-
des. Esto con la meta de reducir las altas cifras de muer-
te de mujeres por abortos clandestinos en condiciones in-
salubres; y para contribuir a evitar embarazos no desea-
dos en toda la población y a promover medios anticon-
ceptivos menos invasores que el aborto.
6. Promovió la creación de Caravanas de Salud integradas
por trabajadoras/es sanitarias/os que prestaron servicios
de atención a la salud reproductiva, incluyendo servicios
prenatal, postnatal, planificación de la familia y ginecolo-
gía.
7. Coordinó con el servicio 911 y las instituciones de salud,
la preparación de personal especializado para brindar ser-
vicios obstétricos de emergencia.

78
PROMOCIÓN Y DEFENSA

8. Promovió la creación de diversos sistemas de supervisión


y evaluación de los servicios de salud reproductiva para
detectar, prevenir y controlar abusos por parte de los di-
rectores y proveedores de los servicios de planificación
de la familia.
9. Apoyó campañas iniciadas por otras entidades y ong’s,
como la campaña por la humanización del parto, por la
despenalización del aborto, por la eyaculación responsa-
ble, etc.
10.Lanzó campañas en coordinación con las universidades
públicas, sobre embarazo adolescente, sus riesgos y su
prevención.
11.Coordinó, con universidades y empresas de la industria
alimentaria, programas de alimentación adecuada para
embarazadas de escasos recursos; mediante éstos, las em-
presas tenían la opción de proveer alimentos básicos a las
futuras madres y deducir su inversión de los impuestos de
la renta.

Función mediadora72
Mediar en los conflictos entre administración y particu -
lares si hay acuerdo de las partes
En relación con este derecho, la institución nacional de
derechos humanos de Equilandia ha realizó la siguiente ac-
ción:
1. Capacitó a todo el personal involucrado en mediaciones
sobre la importancia de la mediación género sensitiva y
dentro del marco de los derechos humanos, con énfasis
especial en los derechos reproductivos.

72 Aunque esta función mediadora sólo se incluye bajo este derecho, es


la misma para todos los derechos reproductivos.

79
DERECHOS REPRODUCTIVOS

Función educativa
Divulgar y promover el conocimiento de los derechos
humanos.
En relación con este derecho, la institución nacional de
derechos humanos de Equilandia ha realizado las siguientes
acciones:
1. Realizó, junto con todas las instituciones de salud, una
campaña masiva sobre exceso de medicamentos inade-
cuados durante el embarazo y el parto y promovió cursos
de capacitación para el personal de salud sobre los daños
que el abuso de éstos causa en las mujeres y en las cria-
turas.
2. Promovió, junto con todos los hospitales y clínicas cen-
trales y comunales, la capacitación a parteras y curande-
ras tradicionales en métodos modernos de parto sin ries-
go y de prevención de infecciones y muerte, para abrir
opciones naturales, seguras y poco costosas a muchas
mujeres.
3. Creó, al interior de la oficina, una línea telefónica 800 de
emergencia para brindar información sobre maternidad
segura y atender denuncias por servicios deficientes o no
accesibles, relacionadas con el parto y el embarazo.
4. Coordinó, con todas las defensorías de la región latinoa-
mericana, una campaña radial regional para informar a
las mujeres embarazadas sobre los cuidos que deben te-
ner durante el embarazo y el parto.
5. Promovió, junto con las Universidades, una alfabetiza-
ción sobre salud reproductiva que informó a las mujeres
sobre las enfermedades endémicas, infecciosas, contagio-
sas, y las enfermedades no transmisibles relacionadas con
el parto y el embarazo.

80
PROMOCIÓN Y DEFENSA

6. Realizó Audiencias Defensoriales Públicas sobre dere-


chos reproductivos, que permitieron la participación de
las mujeres y grupos organizados de mujeres, así como la
divulgación de esos derechos.
7. Realizó una campaña entre las autoridades del gobierno
para concientizar a las autoridades públicas de salud so-
bre la no pertinencia de la privatización de los servicios
de salud reproductiva.

Función investigativa
Investigar de oficio o a petición de parte, actos u omisio -
nes de autoridades y servidores públicos que impliquen vio -
laciones a los derechos humanos.
En relación con este derecho, la institución nacional de
derechos humanos de Equilandia ha realizado las siguientes
acciones:
1. Realizó una investigación de oficio sobre la calidad de los
tratamientos por complicaciones post-abortivas.
2. Realizó una investigación de oficio sobre la cantidad de
mujeres muertas por falta de servicios gratuitos de salud
materna.
3. Realizó una investigación de oficio sobre la calidad de los
servicios de salud materno-infantil para las mujeres pri-
vadas de libertad.
4. Realizó una investigación de oficio sobre el número de
mujeres que durante las complicaciones del parto son vul-
nerables a la transmisión del VIH por vía sanguínea y la
falta de técnicas seguras para evitar la infección.
5. Capacitó a todas y todos los funcionarios que trabajan en
la recepción de quejas en la teoría y práctica de los dere-
chos humanos desde una perspectiva de género y en la
violencia de género.

81
DERECHOS REPRODUCTIVOS

Función promotora de reformas ante el Estado y


legislativas
Promover reformas ante órganos del Estado y presentar
ante proyectos de ley para el progreso de los derechos
humanos.
En relación con este derecho, la institución nacional de
derechos humanos de Equilandia ha realizado las siguientes
acciones:
1. Promovió una Ley de Paternidad Responsable, que junto
con otras acciones, contribuyó a que los hombres fueran
sensibles, cuidadosos y responsables de evitar embarazos
no deseados.
2. Promovió una Ley de Ahorro para la Maternidad, crean-
do un impuesto cobrado desde los gobiernos locales para
que las mujeres de escasos recursos contaran con servi-
cios gratuitos y sin riesgos de salud materna, bien equipa-
dos y con personal sensible y capacitado.
3. Promovió una ley que prohibió la privatización de los ser-
vicios de salud reproductiva para que las mujeres conta-
ran con acceso universal a servicios gratuitos de calidad.
4. Promovió una ley para que las compañías productoras de
tabaco y alcohol informaran sistemáticamente en los me-
dios de comunicación sobre las consecuencias del consu -
mo de cigarrillos y alcohol durante el embarazo.
5. Promovió la reforma de leyes que penalizan el aborto y la
regulación de los servicios de planificación pre y post-
aborto en leyes de salud para evitar la comercialización
que produjo la prohibición y penalización.

82
PROMOCIÓN Y DEFENSA

2. Derecho a la salud reproductiva


Función promotora de los derechos humanos
Con respecto a este derecho y en relación con su obliga-
ción de promover, defender y vigilar los derechos humanos,
la institución nacional de derechos humanos de Equilandia
ha realizado las siguientes acciones:
1. Coordinó, con otras instituciones de salud, el monitoreo
sistemático de nuevos métodos, técnicas y servicios de
salud reproductiva para consolidar una práctica bajo el
enfoque holístico.
2. Promovió la creación de Comités Intersectoriales con la
participación de sectores de la sociedad civil y del gobier-
no central y local para mejorar la cobertura, accesibilidad
y calidad de la atención a las mujeres durante su proceso
reproductivo.
3. Promovió y monitoreó el uso de métodos hormonales de
anticoncepción masculina así como la práctica de las va-
sectomías para responsabilizar igualmente a los hombres
de la reproducción.
4. Promovió una revisión del presupuesto general del país
para movilizar los fondos asignados a armamento y ejér-
cito al sistema de salud, y dotar de más recursos a las ins-
tituciones que trabajan en salud reproductiva.
5. Promovió que el sistema de salud contara con servicios
para atender los abortos de forma segura, entrenando per-
sonal especializado de forma interdisciplinaria, a fin de
evitar complicaciones por abortos inseguros y daños ma-
yores en la salud reproductiva de las mujeres.
6. Promovió campañas nocturnas de distribución de condo-
nes en bares, restaurantes y otros lugares públicos para
motivar su uso por parte de los hombres.

83
DERECHOS REPRODUCTIVOS

Función educativa
Divulgar y promover el conocimiento de los derechos hu -
manos.
En relación con este derecho, la institución nacional de
derechos humanos de Equilandia ha realizado las siguientes
acciones:
1. Promovió una campaña regional latinoamericana para la
descontaminación del medio ambiente y el establecimien-
to de condiciones sanitarias básicas, especialmente agua
potable.
2. Abrió espacios de discusión en los diferentes medios de
comunicación sobre salud reproductiva y derechos huma-
nos para generar debate y difundir información sobre los
beneficios de la anticoncepción de emergencia.
3. Promovió una capacitación permanente en derechos
humanos de la salud de las mujeres para sensibilizar a
quienes formulan políticas de salud, ayudando a recon-
ceptualizar los programas de salud reproductiva de con-
formidad con las conferencias internacionales en esta
materia.
4. Coordinó con las comunidades introducir información
sobre prevención de enfermedades de transmisión sexual,
VIH-SIDA y embarazo en adolescentes, en puestos ubi-
cados en parques públicos.
5. Realizó concursos de cuento y pintura dirigidos a jóvenes
sobre salud reproductiva para ayudar a fortalecer el em-
poderamiento y autocuidado de las mujeres.
6. Promovió la realización de una campaña de cuñas radia-
les para informar a las mujeres y hombres jóvenes de
forma no estigmatizante sobre el VIH-SIDA, otras enfer-
medades de transmisión sexual, y métodos anticoncepti-
vos.

84
PROMOCIÓN Y DEFENSA

7. Promovió, junto con las escuelas y colegios, la creación


de un manual sobre vida sexual satisfactoria para enseñar
a mujeres y hombres a romper tabúes sobre sus cuerpos,
sus sexualidades, y sus decisiones y responsabilidades.
8. Promovió teatro callejero para divulgar información so-
bre salud reproductiva en las comunidades.
9. Promovió, junto con las autoridades de salud, la elabora-
ción de programas de atención de salud reproductiva con
la participación de las mujeres en la dirección, la planifi-
cación, la adopción de decisiones, la gestión, la ejecu-
ción, la organización y la evaluación de los servicios.
10.Promovió, junto con las Universidades, la participación
de estudiantes de salud en su oficina para que conocieran
las violaciones más comunes a los derechos reproducti-
vos de las mujeres.
11.Coordinó y promovió, con los Ministerios de Cultura,
Educación y Salud, y con las empresas publicitarias y te-
levisoras, una campaña integral para aprovechar la tele-
visión como medio de educación en salud y derechos
reproductivos. De esta manera se logró crear una teleno-
vela, género más popular de la TV, mediante la cual se
difundieron conocimientos importantes para la población
de todas las edades; además, se logró convertir un medio
por lo general portador de mensajes cargados de prejui-
cios, en uno creativo, educativo y beneficioso para el
público. La inversión económica corrió por cuenta de
empresas privadas, que también obtuvieron ganancias, al
tiempo que se beneficiaban artistas de varias disciplinas.

85
DERECHOS REPRODUCTIVOS

Función investigativa
Investigar de oficio o a petición de parte, actos u omisio -
nes de autoridades y servidores públicos que impliquen
violaciones a los derechos humanos.
En relación con este derecho, la institución nacional de
derechos humanos de Equilandia ha realizado las siguientes
acciones:
1. Investigó de oficio la forma en que se utilizan los servi-
cios de salud reproductiva, la calidad en la prestación de
los servicios, y el impacto de programas de prevención y
promoción de salud reproductiva.
2. Promovió que el Ministerio de Salud, con la colaboración
de ONGs de mujeres y de personas con discapacitad, rea-
lizara una investigación para saber cuántas mujeres han
quedado discapacitadas debido a complicaciones en el
parto, embarazo o aborto.
3. Colaboró en una investigación sobre el impacto en los de-
rechos reproductivos de las mujeres de la forma como se
promueve u obstaculiza la anticoncepción de todo tipo en
hombres y mujeres.

Función promotora de reformas ante el Estado y


legislativas
Promover reformas ante órganos del Estado y presentar
anteproyectos de ley para el progreso de los derechos huma -
nos.
En relación con este derecho, la institución nacional de
derechos humanos de Equilandia ha realizado las siguientes
acciones:
1. Promovió una ley para que las empresas privadas, los
transportes públicos y los gobiernos locales tuvieran obli-

86
PROMOCIÓN Y DEFENSA

gación de informar a la población sobre la detección,


atención, y prevención de enfermedades de transmisión
sexual, VIH-SIDA, cáncer cérvico uterino y de mama a
través de anuncios en los medios, los productos, los bu-
ses, las paradas de buses, y los basureros públicos.
2. Promovió la creación por decreto de una Comisión
Nacional de Aborto que se dedicó a investigar las conse-
cuencias de los abortos, tomando en cuenta los abortos
realizados en condiciones no adecuadas, las complicacio-
nes post-aborto, la relación entre el estatus socio-econó-
mico, la edad y el riesgo de mortalidad por aborto y su
impacto en la salud reproductiva de las mujeres.
3. Promovió una ley que impuso como requisito a estudian-
tes de Comunicación, Educación, Salud y Derecho,
previo a su graduación, conocer sobre los derechos repro-
ductivos.

3. Derecho a la libertad, seguridad e integridad


personales
Función promotora de los derechos humanos
En relación con este derecho, que como ya se dijo inclu-
ye el derecho a la integridad personal; a no ser sometida a
torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradan-
tes; a estar libre de violencia basada en el sexo y el género;
y que el derecho a vivir libre de la explotación sexual. La
institución nacional de derechos humanos de Equilandia,
desde su obligación de promover, defender y vigilar los de -
rechos humanos, ha realizado las siguientes acciones:
1. Promovió un Comité Interdisciplinario Permanente for-
mado por personal de la administración de justicia, de la
policía y de salud que, entre otras acciones, elaboró un
protocolo de actuación común frente a casos de violencia

87
DERECHOS REPRODUCTIVOS

contra las mujeres, para facilitar el manejo adecuado de


las consecuencias de la violencia en la salud reproductiva
de las mujeres.
2. Promovió la elaboración de un protocolo de actuación éti-
ca para balancear la desigualdad de poder en la relación
entre doctor y paciente, consistente con las mejores prác -
ticas aceptadas internacionalmente.
3. Promovió al interior del sistema nacional de salud, la
creación de observatorios comunales para la vigilancia
epidemiológica de la violencia dirigida a mujeres de to-
das las edades.
4. Promovió medidas para impedir la coacción con respecto
a la fecundidad y la reproducción, y asegurar que las mu-
jeres no se vean obligadas a procedimientos médicos
riesgosos, tales como los abortos ilegales; o innecesarios,
tales como cesáreas e histerectomías, por falta de servi-
cios apropiados en la materia.

Función educativa
Divulgar y promover el conocimiento de los derechos hu -
manos.
En relación con este derecho, la institución nacional de
derechos humanos de Equilandia ha realizado las siguientes
acciones:
1. Promovió la sensibilización del personal de salud de
todas las clínicas y hospitales hacia las necesidades emo-
cionales y los derechos reproductivos de las mujeres du-
rante la atención en salud, particularmente en los servi-
cios de ginecología, obstetricia, planificación familiar y
casos de abuso sexual o maltrato conyugal.
2. Promovió conciertos de música semestrales para sensibi-
lizar a la juventud sobre la explotación sexual, la trata de

88
PROMOCIÓN Y DEFENSA

mujeres, niños y niñas, el incesto y otras clases de violen-


cia que viven en forma desproporcionada las mujeres.
3. Promovió un festival de cine con películas alusivas al de-
recho a la libertad y seguridad de las mujeres, que ayuda-
ron a concientizar a la población sobre los problemas de
salud reproductiva que genera la violencia.
4. Promovió una reforma curricular en las academias de
policía y en la administración de justicia, para introducir
cursos sobre las formas en que se deben garantizar la se-
guridad y libertad de las mujeres como parte de sus dere-
chos reproductivos, lo que ayudó a sensibilizar a dicho
personal.

Función investigativa
Investigar de oficio o a petición de parte, actos u omisio -
nes de autoridades y servidores públicos que impliquen
violaciones a los derechos humanos.
En relación con este derecho, la institución nacional de
derechos humanos de Equilandia ha realizado las siguientes
acciones:
1. Introdujo un instrumento metodológico en las institucio-
nes que brindan servicios de salud para determinar cuán-
tas mujeres dejaban de planificar o no solicitaban el uso
del condón a sus parejas por miedo a ser violentadas.
2. Investigó de oficio las violaciones por parte de la policía
a las mujeres trabajadoras del sexo.
3. Promovió la recolección de datos estadísticos para deter-
minar cuántas mujeres violentadas acudían a los centros
de salud, lo que ayudó a sensibilizar personal capaz de
identificar los diferentes tipos de violencia que sufren las
usuarias de los servicios.

89
DERECHOS REPRODUCTIVOS

4. Investigó las denuncias por hostigamiento sexual, esteri-


lizaciones forzadas y otros abusos físicos, psicológicos y
sexuales de parte del personal de salud, lo que generó la
asignación de al menos dos personas, una de ellas mujer,
durante las consultas relacionadas con la salud reproduc-
tiva.
5. Promovió una investigación para saber las causas de las
altas tasas de cesáreas e histerectomías en clínicas priva-
das.

Función promotora de reformas ante el Estado y


legislativas
Promover reformas ante órganos del Estado y presentar
anteproyectos de ley para el progreso de los derechos huma -
nos.
En relación con este derecho, la institución nacional de
derechos humanos de Equilandia ha realizado las siguientes
acciones:
1. Promovió la creación de una ley que da incentivos fisca-
les a empresas que promuevan juguetes educativos de
bajo costo en vez de juguetes bélicos, lo que contribuyó a
ir modificando la legitimación de la violencia en nuestras
sociedades.
2. Promovió una ley para obligar a los medios de comunica-
ción y comerciantes que patrocinan telenovelas, la divul-
gación de la autodeterminación reproductiva.

4. Derecho a decidir el número e intervalo de hijos


Función promotora de los derechos humanos
Con respecto a este derecho y en relación con su obliga-
ción de promover, defender y vigilar los derechos humanos,

90
PROMOCIÓN Y DEFENSA

la institución nacional de derechos humanos de Equilandia


ha realizado las siguientes acciones:
1. Promovió la incorporación de un marco de respeto por los
derechos reproductivos en la definición y ejecución de
políticas públicas sobre población y desarrollo.
2. Promovió en todas las instituciones de salud, la amplia-
ción y especialización de los servicios de salud reproduc-
tiva.
3. Promovió la utilización de Buses de Salud o unidades
móviles para brindar conserjería y orientación a mujeres
y hombres en anticoncepción y métodos seguros, efica-
ces, asequibles y aceptables, que facilitó el acceso a
dichos servicios en todo el territorio.

Función educativa
Divulgar y promover el conocimiento de los derechos hu -
manos.
En relación con este derecho, la institución nacional de
derechos humanos de Equilandia ha realizado las siguientes
acciones:
1. Promovió, por medio de la Red Latinoamericana de
Defensorías, una exposición de arte de mujeres sobre el
derecho de las mujeres a conocer, respetar y amar sus
cuerpos.
2. Promovió una marcha anual coordinada a nivel regional
por una sexualidad independiente de la reproducción, por
el derecho a decidir sobre si tener o no tener hijos, el nú-
mero de ellos y cada cuánto tiempo.
3. Promovió, junto con los gobiernos locales, talleres comu-
nales mixtos para aprender a negociar el uso del preser-
vativo.

91
DERECHOS REPRODUCTIVOS

4. Promovió la divulgación de información en los colegios


sobre el cuerpo, las sexualidades y la reproducción, para
aprender a tomar decisiones en forma libre y responsable.
5. Promovió, a través de los colegios y escuelas, la creación
de asociaciones de padres y madres de familia, para abrir
espacios de discusión guiada sobre educación sexual en-
tre los padres y madres y sus hijas e hijos.
6. Propició, a través de talleres de masculinidad abiertos al
público en general, la participación y responsabilidad de
los hombres sobre la sexualidad y la reproducción.
7. Promovió, al interior de las instituciones de salud, el de-
recho de las mujeres a realizar un plan de procreación con
asistencia médica o de una partera reconocida, en un hos-
pital o en un ambiente alternativo.

Función investigativa
Investigar de oficio o a petición de parte, actos u omisio -
nes de autoridades y servidores públicos que impliquen
violaciones a los derechos humanos.
En relación con este derecho, la institución nacional de
derechos humanos de Equilandia ha realizado las siguientes
acciones:
1. Investigó de oficio si la información brindada a las
mujeres que optaban por un plan de procreación era
consistente con el enfoque de género y con los derechos
consagrados en todos los tratados y conferencias interna-
cionales que regulan los derechos reproductivos.
2. Investigó de oficio los casos de aplicación de métodos
anticonceptivos sin el consentimiento expreso de la
mujer.

92
PROMOCIÓN Y DEFENSA

3. Investigó de oficio el impacto de las creencias religiosas


y culturales en el número de hijos/as que las mujeres
tuvieron.

Función promotora de reformas ante el Estado y


legislativas
Promover reformas ante órganos del Estado y presentar
anteproyectos de ley para el progreso de los derechos hu -
manos.
En relación con este derecho, la institución nacional de
derechos humanos de Equilandia ha realizado las siguientes
acciones:
1. Promovió la reforma de legislaciones prohibitivas o alta-
mente restrictivas en materia de aborto por sus dañinas
consecuencias en la mortalidad materna y la autonomía
reproductiva.
2. Promovió una ley compresiva sobre Procreación Volunta-
ria basada en los principios de autonomía y libertad
reproductiva.

5. Derecho a la intimidad
Función promotora de los derechos humanos
Con respecto a este derecho y en relación con su obliga-
ción de promover, defender y vigilar los derechos humanos,
la institución nacional de derechos humanos de Equilandia
ha realizado las siguientes acciones:
1. Promovió la creación de centros de atención integral en
todo el territorio que incluyó atención médica y psicoló-
gica humanizada, confidencial y respetuosa.

93
DERECHOS REPRODUCTIVOS

2. Promovió un código ético en todas las instituciones de sa-


lud para que el personal actuara bajo los principios de
confidencialidad, privacidad, respeto y consentimiento
informado.
3. Coordinó la elaboración de normas éticas y profesionales
en el suministro de la planificación familiar y los servi-
cios de salud reproductiva relacionados con ella, destina-
dos a garantizar el consentimiento responsable, volunta-
rio y bien fundado.

Función educativa
Divulgar y promover el conocimiento de los derechos hu -
manos.
En relación con este derecho, la institución nacional de
derechos humanos de Equilandia ha realizado las siguientes
acciones:
1. Realizó una campaña radial en forma de radionovela pa-
ra informar sobre el derecho de toda mujer a ser tratada
con respeto y confidencialidad por funcionarios públicos.
2. Realizó una campaña sobre la importancia del respeto a
la intimidad dentro de las familias.
3. Junto con el Ministerio de Educación, hizo una serie de
publicaciones para adolescentes y niños/as con el fin de
que pudieran entender la diferencia entre la intimidad y
confidencialidad y la necesidad de reportar los abusos
sexuales dentro de las familias.

Función investigativa
Investigar de oficio o a petición de parte, actos u omisio -
nes de autoridades y servidores públicos que impliquen
violaciones a los derechos humanos.

94
PROMOCIÓN Y DEFENSA

En relación con este derecho, la institución nacional de


derechos humanos de Equilandia ha realizado la siguiente
acción:
1. Investigó de oficio los casos en que el derecho a la inti-
midad y confidencialidad han sido violados, poniendo es-
pecial atención en casos de VIH-SIDA, y en los casos de
notificación de las mujeres que se someten a abortos.

Función promotora de reformas ante el Estado y legis-


lativas
Promover reformas ante órganos del Estado y presentar
anteproyectos de ley para el progreso de los derechos hu -
manos.
En relación con este derecho, la institución nacional de
derechos humanos de Equilandia ha realizado las siguientes
acciones:
1. Promovió legislación así como un protocolo de actuación
para que se realicen pruebas anónimas a las mujeres que
han abortado o tienen VIH-SIDA.
2. Presentó la creación de una reforma legal para sancionar
los casos de esterilización forzada o sin consentimiento,
con la suspensión de la licencia del ejercicio de la profe-
sión.
3. Promovió la creación de una ley para regular la anticon-
cepción quirúrgica o esterilización para mujeres y hom-
bres, bajo la cual la persona debe manifestar su voluntad
y consentimiento una vez que sea informada de las
consecuencias irreversibles del procedimiento. Esa ley
derogó la necesidad de la autorización marital para dar el
consentimiento para una esterilización.

95
DERECHOS REPRODUCTIVOS

4. Presentó una reforma constitucional para crear Estados


Laicos evitando que las Iglesias u otros actores ajenos in-
tervengan en las políticas públicas de salud reproductiva.
5. Promovió la reforma de la ley para eliminar los requisitos
legales o de hecho para la esterilización de la mujer, tales
como tener cierto número de hijos, tener cierta edad o so-
licitar la autorización del cónyuge.
6. Presentó una revisión legal para establecer excepciones a
la prohibición general de todo aborto y proteger el carác-
ter confidencial de la información médica.

6. Derecho a la igualdad y a la no discriminación


Función Promotora de los derechos humanos
Con respecto a este derecho y en relación con su obliga-
ción de promover, defender y vigilar los derechos humanos,
la institución nacional de derechos humanos de Equilandia
ha realizado las siguientes acciones:
1. Promovió la eliminación de intervenciones médicas lesi-
vas, clínicamente innecesarias o coercitivas, la medica-
ción no adecuada y sobremedicación de mujeres, así
como la información de las opciones a mujeres incluyen-
do efectos favorables y secundarios.
2. Promovió la eliminación de la discriminación en el acce-
so a la información, educación, servicios sanitarios y
atención de salud, a través de talleres permanentes de ca-
pacitación.
3. Promovió la toma de decisiones sobre reproducción sin
sufrir discriminación a través de servicios informativos
permanentes de salud reproductiva.
4. Promovió talleres de masculinidad entre el personal de
salud, para que éstos promovieran en los hombres una

96
PROMOCIÓN Y DEFENSA

conducta sexual responsable y respetuosa de los derechos


y salud reproductiva de sus parejas.

Función educativa
Divulgar y promover el conocimiento de los derechos hu -
manos.
En relación con este derecho, la institución nacional de
derechos humanos de Equilandia ha realizado las siguientes
acciones:
1. Promovió un diagnóstico de las barreras que impiden a
las mujeres acceder a servicios, educación e información
en el área de la salud reproductiva.
2. Promovió en coordinación con las Escuelas Judiciales de
los Poderes Judiciales de Latinoamérica, un curso perma-
nente sobre los derechos reproductivos de las mujeres.

Función investigativa
Investigar de oficio o a petición de parte, actos u omisio -
nes de autoridades y servidores públicos que impliquen
violaciones a los derechos humanos.
En relación con este derecho, la institución nacional de
derechos humanos de Equilandia ha realizado la siguiente
acción:
1. Promovió que se investigara la distribución del presu-
puesto de salud, ya que, en el caso de enfermedades
como el cáncer de mama o útero, el personal técnico pa-
ra realizar esterilizaciones o atender complicaciones post-
aborto, no tenían asignados suficientes recursos humanos
y económicos.

97
DERECHOS REPRODUCTIVOS

Función promotora de reformas ante el Estado y


legislativas
Promover reformas ante órganos del Estado y presentar
anteproyectos de ley para el progreso de los derechos hu -
manos.
En relación con este derecho, la institución nacional de
derechos humanos de Equilandia ha realizado las siguientes
acciones:
1. Promovió la firma y ratificación de todos los tratados
relacionadas de una u otra forma con los derechos repro-
ductivos.
2. Promovió la reforma de varias leyes en salud para que
incorporaran el concepto de discriminación, tal y como
está establecido en la CEDAW.
3. Presentó un proyecto de ley para modificar o derogar
leyes, reglamentos, usos y prácticas en salud que consti-
tuyan discriminación contra la mujeres.

7. Derecho a la educación
Función promotora de los derechos humanos
Con respecto a este derecho y en relación con su obliga-
ción de promover, defender y vigilar los derechos humanos,
la institución nacional de derechos humanos de Equilandia
ha realizado las siguientes acciones:
1. Promovió una Comisión Especial entre el Ministerio de
Salud y el Ministerio de Educación para fijar políticas
cruzadas que eviten la deserción, ya que a menor educa-
ción, mayor embarazo en adolescentes.
2. Cabildeó al Ministerio de Educación para que incluyera
la enseñanza sobre los derechos reproductivos, desde pri-
maria en todas las materias pertinentes, así como cursos

98
PROMOCIÓN Y DEFENSA

sobre educación sexual y reproductiva para estudiantes,


maestros/as y personal administrativo.
3. Promovió, junto con las Universidades Públicas y Priva-
das, una reforma curricular en las carreras de enfermería,
obstetricia y medicina para integrar un eje transversal de
género y derechos humanos de las mujeres.
4. Promovió la creación de un módulo de educación sexual
y reproductiva para ser utilizado en escuelas y colegios
donde se enfatizó la responsabilidad, así como el ejerci-
cio y disfrute de una paternidad elegida en forma compar-
tida con su compañera, durante todas las etapas del
proceso de crianza y formación de los hijos e hijas.
5. Promovió junto con el Ministerio de Educación, el acce-
so real de las mujeres a la educación básica, para ayudar
a su empoderamiento dentro de la familia y en su comu-
nidad, así como al acceso en condiciones de mayor
competitividad al mercado laboral.

Función educativa
Divulgar y promover el conocimiento de los derechos hu -
manos.
En relación con este derecho, la institución nacional de
derechos humanos de Equilandia ha realizado las siguientes
acciones:
1. Capacitó a agentes multiplicadores, tales como trabajado-
res sanitarios, vendedoras, estudiantes y jóvenes en gene-
ral, sobre el VIH-SIDA y otras enfermedades de transmi-
sión sexual.
2. Promovió desde las diferentes instancias de salud, juegos
informativos sobre la salud reproductiva de las mujeres.

99
DERECHOS REPRODUCTIVOS

3. Hizo una campaña masiva en los medios de comunica-


ción sobre el derecho de todas y todos los habitantes a
recibir educación en derechos reproductivos.
4. Coordinó junto con el Ministerio de Educación una capa-
citación a educadores de enseñanza primaria y secundaria
sobre derechos sexuales y reproductivos, previo a poder
ejercer su profesión.

Función investigativa
Investigar de oficio o a petición de parte, actos u omisio -
nes de autoridades y servidores públicos que impliquen
violaciones a los derechos humanos.
En relación con este derecho, la institución nacional de
derechos humanos de Equilandia ha realizado la siguiente
acción:
1. Investigó de oficio si los colegios o escuelas tenían polí-
ticas explícitas o implícitas para evitar que las adolescen-
tes embarazadas continuaran sus estudios.
Función promotora de reformas ante el Estado y
legislativas
Promover reformas ante órganos del Estado y presentar
anteproyectos de ley para el progreso de los derechos hu -
manos.
En relación con este derecho, la institución nacional de
derechos humanos de Equilandia ha realizado las siguientes
acciones:
1. Promovió legislación para que todos los programas de
educación incluyeran sin excepción, el derecho a recibir
educación e información sobre los derechos sexuales y

100
PROMOCIÓN Y DEFENSA

reproductivos, sobre el fomento de factores protectores y


de prevención y control de factores de riesgo para una
sexualidad y una reproducción sanas, seguras y responsa-
bles y sobre la posición de las diferentes religiones y cul-
turas sobre los derechos sexuales y reproductivos.
2. Presentó un proyecto de ley para prohibir la expulsión de
adolescentes de los colegios públicos y privados por ra-
zones de embarazo.

8. Derecho al matrimonio y a fundar una familia


Función promotora de los derechos humanos
Con respecto a este derecho y en relación con su obliga-
ción de promover, defender y vigilar los derechos humanos,
la institución nacional de derechos humanos de Equilandia
ha realizado las siguientes acciones:
1. Promovió talleres al interior de las escuelas, colegios,
grupos religiosos, asociaciones comunales y otras instan -
cias, para apoyar a las familias en el aplazamiento del
embarazo o los matrimonios tempranos.
2. Promovió la creación al interior de los hospitales y clíni-
cas, de unidades especializadas para realizar en forma
gratuita e informada, tratamientos alópatas y homeópatas
contra la infertilidad.
3. Promovió una política pública de maternidad y paterni-
dad responsable para regular igualitariamente las obliga-
ciones y derechos de las mujeres y hombres, abrir opor-
tunidades de educación, empleo y otras actividades de de-
sarrollo personal a las mujeres, y balancear la carga de
trabajo injusta que desarrollan las mujeres.

101
DERECHOS REPRODUCTIVOS

Función educativa
Divulgar y promover el conocimiento de los derechos
humanos.
En relación con este derecho, la institución nacional de
derechos humanos de Equilandia ha realizado las siguientes
acciones:
1. Promovió una campaña nacional para informar a las mu-
jeres que la decisión de tener hijos o el número de hijos,
no debe estar limitada por el cónyuge, el padre, el com-
pañero o el gobierno.
2. Cabildeó a las empresas publicitarias y televisivas para
que proyectaran imágenes de mujeres desarrollando una
gama amplia de labores, y a los hombres participando
equitativamente en las labores domésticas y crianza de
los y las hijas.
3. Realizó una campaña para educar a toda la población en
los beneficios de aplazar el matrimonio hasta después de
los 23 años.
4. Desarrollo una campaña para mostrar las distintas formas
de familias que hay en el país.

Función investigativa
Investigar de oficio o a petición de parte, actos u omisio -
nes de autoridades y servidores públicos que impliquen
violaciones a los derechos humanos
En relación con este derecho, la institución nacional de
derechos humanos de Equilandia ha realizado las siguientes
acciones:
1. Investigó de oficio si las y los servidores de salud públi-
ca informaban a las usuarias de salud reproductiva sobre
su derecho a una sexualidad placentera independiente de

102
PROMOCIÓN Y DEFENSA

la reproducción, así como sobre el derecho de decidir so-


bre su fecundidad sin intervenciones externas.
2. Investigó las causas para el matrimonio y maternidad
tempranas en mujeres adolescentes para poder combatir-
las más eficientemente.

Función promotora de reformas ante el Estado y


legislativas
Promover reformas ante órganos del Estado y presentar
anteproyectos de ley para el progreso de los derechos hu -
manos.
En relación con este derecho, la institución nacional de
derechos humanos de Equilandia ha realizado las siguientes
acciones:
1. Promovió una ley para otorgar iguales derechos y obliga-
ciones a todos los modelos de familia no tradicionales.
2. Promovió legislación para igualar la edad para contraer
matrimonio entre hombres y mujeres.

9. Derecho al empleo y la seguridad social


Función promotora de los derechos humanos
Con respecto a este derecho y en relación con su obliga-
ción de promover, defender y vigilar los derechos humanos,
la institución nacional de derechos humanos de Equilandia
ha realizado las siguientes acciones:
1. Promovió con los gobiernos locales, el Ministerio de Tra-
bajo y los Bancos, programas especiales de acceso al
trabajo y al crédito, para que las adolescentes embaraza-
das pudieran competir en el mundo laboral.

103
DERECHOS REPRODUCTIVOS

2. Promovió un espacio radial para que las mujeres pudieran


denunciar a las empresas que imponen pruebas obligato-
rias de enfermedades venéreas o embarazo como condi-
ción para el empleo.
3. Promovió el establecimiento de un seguro por accidentes
y enfermedades en el trabajo relacionadas con la viola-
ción a cualquiera de los derechos reproductivos.
4. Promovió la apertura en las empresas privadas e institu-
ciones del gobierno de espacios limpios, seguros, equipa-
dos y dotados de personal idóneo para las madres en pe-
ríodo de amamantamiento, así como para el cuidado de
los menores de cierta edad de los y las trabajadoras.
5. Facilitó un programa para que las mujeres y hombres de
la tercera edad, pudieran ser abuelas/os adoptivos de hi-
jos e hijas de mujeres trabajadoras jefas de hogar.
6. Promovió la incorporación del enfoque de género en las
políticas de salud ocupacionales, para fortalecer los as-
pectos investigativos de las oficiopatías que afectan la sa-
lud bio-psicosocial de las mujeres del sector formal, y el
acceso oportuno a la atención integral de la salud repro-
ductiva de las mujeres del sector informal, a fin de eva-
luar la ampliación en el otorgamiento de subsidios por
riesgos profesionales.

Función educativa
Divulgar y promover el conocimiento de los derechos
humanos.
En relación con este derecho, la institución nacional de
derechos humanos de Equilandia ha realizado las siguientes
acciones:
1. Realizó una divulgación masiva en todo el país sobre el
acoso sexual en el trabajo, y para ayudar a las mujeres a

104
PROMOCIÓN Y DEFENSA

conocer sus derechos y los lugares donde denunciar tales


violaciones.
2. Realizó una campaña sobre el derecho de las trabajadoras
a tener un seguro amplio y permanente que garantizará el
acceso gratuito a los servicios de salud reproductiva y
otros servicios de salud.
3. Hizo una campaña masiva para combatir el mito de que
sólo las mujeres en edad reproductiva tienen la posibili-
dad de ejercer una sexualidad placentera.

Función investigativa
Investigar de oficio o a petición de parte, actos u omisio -
nes de autoridades y servidores públicos que impliquen
violaciones a los derechos humanos.
En relación con este derecho, la institución nacional de
derechos humanos de Equilandia ha realizado las siguientes
acciones:
1. Investigó las denuncias por acoso sexual por parte de ser-
vidores públicos de salud reproductiva hacia las usuarias.
2. Investigó de oficio si las instituciones públicas de salud y
las empresas privadas contaban con un reglamento y una
política para erradicar el hostigamiento sexual.
3. Realizó una investigación para determinar el grado de
acoso sexual en el trabajo en empresas públicas y priva-
das con estudiantes de ciencias sociales de las universida-
des.
4. Realizó una investigación para determinar si el número y
edad de los y las hijas afectaban las posibilidades labora-
les de las mujeres.
5. Realizó una investigación para determinar el grado de
despidos encubiertos por embarazo y lactancia.

105
DERECHOS REPRODUCTIVOS

6. Investigó de oficio si las instituciones y empresas priva-


das tenían aseguradas a sus trabajadoras por enfermedad,
riesgos del trabajo, maternidad y muerte.

Función promotora de reformas ante el Estado y


legislativas
Promover reformas ante órganos del Estado y presentar
anteproyectos de ley para el progreso de los derechos hu -
manos.
En relación con este derecho, la institución nacional de
derechos humanos de Equilandia ha realizado las siguientes
acciones:
1. Promovió una ley que impuso multas a las empresas que
no protegieron la salud reproductiva de las trabajadoras y
la población por exceso de medicamentos, alimentos da-
ñinos, diferentes tipos de violencia, o contaminación de
agua, aire y suelos.
2. Promovió una ley para prohibir las pruebas obligatorias
de las enfermedades venéreas o el embarazo como condi-
ción para obtener o permanecer en el empleo, así como
una sanción económica a las empresas que las realizaron.
3. Promovió legislación para que los hombres pudiesen so-
licitar licencias de paternidad para el cuido de sus hijos e
hijas.
4. Promovió legislación para que la reinstalación de las tra-
bajadoras despididas por embarazo fuese obligatoria en
empresas privadas y públicas.

106
PROMOCIÓN Y DEFENSA

10. Derecho a la información adecuada y oportuna


Función promotora de los derechos humanos
Con respecto a este derecho y en relación con su obliga-
ción de promover, defender y vigilar los derechos humanos,
la institución nacional de derechos humanos de Equilandia
ha realizado las siguientes acciones:
1. Promovió en todos los hospitales y clínicas del país, el
mejoramiento de técnicas de información clara sobre el
Estado de salud, los derechos y responsabilidades en ma-
teria de sexualidad y reproducción de las mujeres.
2. Promovió la realización de un video que se exhibe perma-
nentemente en las instituciones de salud, para informar
sobre los derechos reproductivos, incluyendo los métodos
anticonceptivos, ofreciendo una amplia gama de métodos
temporales y permanentes de anticoncepción a la pobla-
ción.

Función educativa
Divulgar y promover el conocimiento de los derechos
humanos.
En relación con este derecho, la institución nacional de
derechos humanos de Equilandia ha realizado las siguientes
acciones:
1. Promovió talleres de capacitación para que el personal de
salud informara a cada usuaria sobre los beneficios, ries-
gos y efectividad de los métodos de regulación de la fe-
cundidad, así como las implicaciones de un embarazo
para cada caso particular.
2. Promovió una comisión permanente entre las institucio-
nes de salud, las defensorías, organizaciones no guberna-
mentales de mujeres y los medios de comunicación, para

107
DERECHOS REPRODUCTIVOS

que se diera a conocer información exacta a la población


sobre derechos sexuales y reproductivos.
3. Promovió al interior de escuelas y colegios, la distribu-
ción de panfletos sobre sexualidades y reproducción, así
como los peligros del tráfico de mujeres y niños para la
explotación sexual para ambos sexos desde un enfoque de
género, que ayudó a informar a la población joven sus de-
rechos, responsabilidades y servicios disponibles.

Función investigativa
Investigar de oficio o a petición de parte, actos u omisio -
nes de autoridades y servidores públicos que impliquen
violaciones a los derechos humanos.
En relación con este derecho, la institución nacional de
derechos humanos de Equilandia ha realizado las siguientes
acciones:
1. Realizó una investigación para determinar el tipo de
información que recibe la juventud sobre sexualidad y re-
producción.

Función promotora de reformas ante el Estado y legis-


lativas
Promover reformas ante órganos del Estado y presentar
anteproyectos de ley para el progreso de los derechos hu -
manos.
En relación con este derecho, la institución nacional de
derechos humanos de Equilandia ha realizado las siguientes
acciones:
1. Promovió la reforma de leyes que prohíben dar informa-
ción sobre derechos sexuales y reproductivos a la pobla-
ción joven.

108
PROMOCIÓN Y DEFENSA

2. Promovió una ley que da incentivos fiscales a las empre-


sas que brinden información veraz y no discriminatoria
sobre los derechos reproductivos.

11. Derecho a modificar las costumbres


discriminatorias contra la mujer
Función promotora de los derechos humanos
Con respecto a este derecho y en relación con su obliga-
ción de promover, defender y vigilar los derechos humanos,
la institución nacional de derechos humanos de Equilandia
ha realizado la siguiente acción:
1. Promovió una Comisión Multipartita (gobierno, ONGs
de mujeres, defensorías y agencias donantes) que realizó
una política general de salud reproductiva con su respec-
tivo plan de acción, que incluye estrategias para modifi-
car todas las costumbres que discriminan a las mujeres en
el goce de sus derechos reproductivos, tales como los
modelos de belleza femenina, los mitos sobre la sexuali-
dad, las modas, etc.

Función educativa
Divulgar y promover el conocimiento de los derechos hu -
manos.
En relación con este derecho, la institución nacional de
derechos humanos de Equilandia ha realizado las siguientes
acciones:
1. Promovió talleres permanentes junto con los gobiernos
locales que reformaron las creencias sobre la menstrua-
ción y la menopausia, los roles de padres y madres en la
crianza de los y las hijas, la belleza femenina, etc.

109
DERECHOS REPRODUCTIVOS

2. Promovió espacios alternativos en los hospitales y clíni-


cas para enseñar el conocimiento del cuerpo a las muje-
res a través del yoga, ejercicios psicofísicos, terapias
grupales y otras técnicas alternativas que enseñaron a las
mujeres a amar sus cuerpos y a la auto-detección de ano-
malías.
3. Promovió espacios de cuñas radiales dirigidas a los hom-
bres para sensibilizarles sobre un ejercicio de su sexuali-
dad sin discriminación, coerción o violencia hacia las
mujeres.
4. Promovió una campaña regional latinoamericana para de-
nunciar los obstáculos puestos por las Iglesias que impi-
den modificar las costumbres discriminatorias contra las
mujeres.
5. Promovió una campaña para combatir la idea de que te-
ner muchos hijos es prueba de gran virilidad.

Función investigativa
Investigar de oficio o a petición de parte, actos u omisio -
nes de autoridades y servidores públicos que impliquen
violaciones a los derechos humanos.
En relación con este derecho, la institución nacional de
derechos humanos de Equilandia ha realizado la siguiente
acción:
1. Realizó una investigación-diagnóstico de los obstáculos
concretos para modificar las costumbres discriminatorias
en salud reproductiva.

110
PROMOCIÓN Y DEFENSA

Función promotora de reformas ante el Estado y


legislativas
Promover reformas ante órganos del Estado y presentar
anteproyectos de ley para el progreso de los derechos huma -
nos.
En relación con este derecho, la institución nacional de
derechos humanos de Equilandia ha realizado las siguientes
acciones:
1. Promovió legislación para dar incentivos fiscales a las
empresas publicitarias y medios de comunicación que
proyectaran imágenes de mujeres y hombres no estereoti-
pados, no sexistas, ni racistas ni discriminatorios contra
ningún grupo humano.

12. Derecho a disfrutar del progreso científico


y a dar su consentimiento para ser objeto
de experimentación
Función promotora de los derechos humanos
Con respecto con este derecho y en relación con su
obligación de promover, defender y vigilar los derechos hu -
manos, la institución nacional de derechos humanos de Equi-
landia ha realizado las siguientes acciones:
1. Promovió la apertura de oficinas de quejas en clínicas y
hospitales para denunciar la violencia, coerciones o ame-
nazas que obligan a las mujeres a la participación de
pruebas clínicas, exámenes, cirugías o cualquier procedi-
miento médico no consentido.

111
DERECHOS REPRODUCTIVOS

Función educativa
Divulgar y promover el conocimiento de los derechos
humanos.
En relación con este derecho, la institución nacional de
derechos humanos de Equilandia ha realizado las siguientes
acciones:
1. Promovió un campaña diseñada para mujeres no alfabeti-
zadas, para informarles sobre las formas en que se puede
dar o no consentimiento para ser objeto de experimenta-
ción.
2. Promovió que los medios de comunicación escritos y ra-
diales informaran, una vez al mes, sobre temas de salud
reproductiva, como por ejemplo, los efectos de experi-
mentaciones en la salud reproductiva.

Función investigativa
Investigar de oficio o a petición de parte, actos u omisio -
nes de autoridades y servidores públicos que impliquen
violaciones a los derechos humanos.
En relación con este derecho, la institución nacional de
derechos humanos de Equilandia ha realizado las siguientes
acciones:
1. Investigó de oficio casos de mujeres que han sido objeto
de experimentación sin su consentimiento previo.

Función promotora de reformas ante el Estado y


legislativas
Promover reformas ante órganos del Estado y presentar
anteproyectos de ley para el progreso de los derechos hu -
manos.

112
PROMOCIÓN Y DEFENSA

En relación con este derecho, la institución nacional de


derechos humanos de Equilandia ha realizado las siguientes
acciones:
1. Promovió una legislación integral, con perspectiva de gé-
nero y dentro del marco de los derechos humanos, sobre
la reproducción humana asistida.
2. Promovió legislación para que el personal de salud tuvie-
ra la obligación de:
• Requerir el consentimiento por escrito de la paciente
sometida a cualquier procedimiento de pronóstico, diag-
nóstico o terapéutico, antes de incluir su caso en un pro-
yecto docente o de investigación.
• Dar, en un lenguaje entendible para la paciente, sus fami-
liares y allegados, información completa y continuada
verbal y escrita, sobre cualquier proceso experimental en
el que la paciente haya consentido participar. Esta comu-
nicación permanente debe ir acompañada de información
sobre otras alternativas de tratamiento.
• Requiera el previo consentimiento de la paciente para
cualquier intervención, excepto cuando la no interven-
ción suponga un riesgo para la salud pública, cuando la
paciente no esté en capacidad de tomar decisiones de nin-
guna índole, o cuando la urgencia no permita demoras por
poderse ocasionar lesiones irreversibles o producirse el
fallecimiento de la paciente.

Bibliografía
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http://www.un.org
http://www.un.org/womenwatch/daw/cedaw
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