DAMIAN

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UN SECRETO OSCURO Y PERVERSO

Un pueblo.
Un chico atractivo y misterioso.
Un secreto.
Una chica dispuesta a descubrirlo.
Y una oscura y sangrienta verdad.
BIENVENIDOS
A ASFIL
-Tienes que decirnos tu secreto más oscuro. Pudo haber Sonado macabro Pudo haber sonado
amenazador.

Pero en realidad Solo fue una exigencia divertida que salió de la boca de Alicia, una de mis
mejores. amigas Y aunque ella no lo noto, me hizo sentir nerviosa, porque desde su
perspectiva, ¿ que Secreto podía tener yo, una simple chica de dieciocho años que iba al ultimo
año del instituta? ¿qué secreto podría tener Padme, la tranquila, la dulce, la normal?

Su respuesta probablemente habría sido: ninguno. Pero si había uno. Muy oscuro. Claro que no
iba a decirlo ni siquiera porque esa tarde estábamos jugando verdad o reto en una de las mesas
de nuestra cafetería favorita, Ginger Café.

-Ustedes gaben todos mis secretos-dije, junto a una

risa relajada-. Siempre les cuento todo. -No, así el juego no es divertido: resopló Alicia, y me
mira con los ojos entornados como a la espera de descubrir algo-Se supone que tienes que
decir algo

que no esperemos de ti. -Pero es que no hay nada -Volvía reírme - 0 no me digas que ahora
crees que tengo un lado malvado. - No malvado, pero talvez uno reprimido.

Eso último fue dicho por Eris. Pelirroja, llena de Pecos y con un aire intimidante. Había estado
leyendo un loro mientras Alicia y yo habíamos decidido jugar para matar el tiempo hasta que
lanzaran los fuegos artificiales. Afuera, la feria de agosto de Astil se celebraba con entusiasmo,
postres, puestos de regalos y música.

- ¿Reprimido? - repetí, ceñuda. -Eres demasiado tranquila siempre, Padma-asintió sin

apartar la vista de su libro-Par ley natural algo debes de tener escondido. -Es cierto -
dijo Alicia, y luego me dedicó una expresión de picara Complicidad-Eres nuestra chica buena,
pero tiene que haber algo que nunca nos hayas contado. -No tengo ningún secreto oscuro-
mentí con cierta indiferencia.
Alicia no había hablado porque se había quedado. mirando hacia otro punto de la cafetería con
una mueca de fastidio.

No puede ser, ahí esto Beatrice otra vez se quejó...

¿Porque no deja de eche un vistazo La chica andaba en busca de perseguir nos? una mesa vaca,
lo cual parecía complicado porque todas estaban ocupadas Por supuesto, nadie iba a
concederle un lugar porque Beatrice era extraña. Su caso era muy raro siempre parecía
asustada. Caminaba encorvada y usaba ropa de colores. Opacos. que no le favorecían nada.

Es cierto que solía aparecer en sitios que nosotras frecuentábamos a Alicia le molestaba mucho
eso decía que nos perseguía, aunque yo ya. estaba acostumbrada a su presencia en la mayoría
de los lugares.

-Estamos en una feria a la que puede asistir cualquiera - argumento Eris ante la queja - Además,
ella tiene todo el derecho de estar aquí. No hagas de unas simples coincidencias algo sobre ti.

-Ya vas otra vez con que es sobre mí y no porque ella está loca

Eris exhalo para no perder la paciencia y devolvió so atención en su móvil para dar por
concluido al tema. En un segundo, Alicia empezo otro. Por pura curiosidad volví a mirar hacia
atrás para comprobar Si Beatrice nos estaba mirando.

Pero entre dos globos rojos que estaban atados a la entrada del área de la cafetería, lo vi.

Mi mundo entero se detuvo.


El Otra vez.

Necesite un momento para creerlo. Una voz muy en el fondo incluso me dijo "No, que no sea el
pero, para mí su silueta era inconfundible sus principales de falles eran los mismos la mirada
apática y Sombría de párpados ligeramente caídos el Cabello desenfadado y azabache, los ojos
negros, la odiosa inexpresión de su cara; pero otros rasgos lucían diferentes mejores porque en
definitiva ya no era el mismo niño extraño. Ahora era alto, y con ese estilo enigmático de
chaqueta de cuero negro, botas trenzadas y jeans oscuros, parecía estar a punto de hacer algo
malo.

Un momento llevaba nueve meses sin verlo Nueve meses exactos. Era, de hecho, la misto
misma fecha en la que él no había regresado más a clases

las manos se me pusieron frías y mi corazón se acelero. Sentí una mezcla de susto, emoción y
confusión. Luego la verdadera voz de Alicia que segura hablando se enmudeció y solo sonó en
mi cabeza lo dicho un momento atrás sobre contar mi secreto.

Era el chico que conocía y al mismo tiempo no. Era el chico que pensé que, por mi ben, nunca
debía volver a ver.

Mi misterio favorito
Mi obsesión Infantil Mi más oscuro secretó.
Damián.

- ¿Y ese chico al que miras? me pregunto Alicia de pronto.

Su voz

me saco de un tirón de mis pensamientos y me devolvió a nuestra mesa. Estaba agitada


internamente, temblorosa, y además me había quedando mirando a Damián con tanta
obviedad que había llamado su atención.
- ¿No van a decirme? - Pregunto Alicia de nuevo alterando la vista entre ambas

-No es nadie-respondí rápido. -Es Damián-contesto Eris al mismo tiempo que yo. - Damián a
nadie? - rio Alicia

Damián avanzo. Como una tonta pensé que venía hacia nuestro lugar, pero posó junto a
nosotras sin prestar atención a nuestra existencia, atravesó la puerta de la cafetería y se acerco
al mostrador en donde se pedian los cafés.

-Bueno, ¿y para que quieres saber? le preguntó Eris. -No lo sé, es algo guapo-Contestó Alicia
con su típica risa de «todos los chicos son un juego que yo puedo ganar>> - ¿Se acaba de
mudar?

-Damián ha estado aquí toda su vida y curso en la misma escuela que nosotras contesto Eris,
ahora concentrada en su batido.

- ¿De verdad? Pero si yo no olvido rostros.


¿Bueno, pero me explicaron quién es él o lo tendré que averiguar?

-Bueno Damián... -comencé a decir, algo incómoda en el

fondo él estuvo en nuestra misma clase el año pasado.

-O sea que lo notaste antes-replico Alicia. - ¿Por qué yo no lo note?

-Porque es muy callado Solitario

-Da igual a mí no me gustan los raritos-soltó Alicia.

Dieron el tema por terminado y pasaron a otro una fiesta que daría Cristian uno de los chicos
del instituto. Gracias a eso dejaron de prestarte atención a Damián.

Yo fingí estar al pendiente de la conversación, pero con disimulo miré hacia el ventanal.
En el momento en que guardaba su billetera en el bolsillo trasero de su pantalón se cayó la
identificación. No se dio cuenta y continúo caminando hacia la acera para mezclarse con la
gente de la feria.

Descolgué mi mochila del espaldar de la silla


-Oigan, debo ir a casa anuncie
-Pero si vamos a ver los fuegos artificiales-me recordó Alicia -Si, volveré antes de eso, lo
prometo - respondí rápido para que ninguna tuviera tiempo do protestar.

Sali disparada de la mesa, me agaché y recogí con con disimulo la identificación.

Y luego seguí por la acera intentando ver por donde se había ido Damián.

Lo seguí hasta un viejo y enorme roble. A partir de ahí era territorio prohibido.

Damián sabía la advertencia y aun así había adentrado Entonces.... Le escribí un mensaje a Eris:
era la única de los dos que no haría un escándalo:

Si no te envió un mensaje nuevo en veinte minutos avisa a la policía que estoy en el bosque.

Luego avance hacia los árboles. Saque las gomas y corte trocitos que deje atrás mientras
Caminaba hacia el bosque. Olía a tierra y madera.

Me detuve cerca de mi último rasgo de goma. Solo que, de pronto, escuché algo extraño.
Instigada di pasos cautelosos por detrás de los árboles hasta que, de repente, alcance a ver a
dos personas. Se trataba de dos hombres, pero ninguno era Damián. El primero de ellos vestía
una gabardina de color violeta y el segundo uno de color marrón

Bueno, la discusión se veía muy interesante, pero no era de me incumbencia.

Otra vez quise irme....


Pero antes de alejarme la situación cambió por completo. A partir de ahí todo sucedió a una
velocidad que me dejo paralizada: con una agilidad impresionante, casi antinatural, el tipo sacó
un cuchillo de su gabardina y lo clavó en el ojo derecho del otro con una fuerza sadica. Sentí las
manos bañadas de un sudor frio y la mente bloqueada por el impacto de lo que estaba viendo.
Pensé
Si echan a correr, me vería.
Si hacia algún ruido también me vería. Me escondí detrás de un tronco. Pero, entonces oí la
voz:
- ¡Oye, tu!
¡Y mi voz interna grito ¡Corre!
Tras el primer paso la velocidad del mundo aumento de golpe para mí. Corrí sin dirección
alguna. No tarde en ver algo a lo lejos Cando me fui acercando vi que era una cabaña. Un
letrero de madera que decía «guía de caza>> colgaba, junto a la puerta.
Entre a la cabaña en un impulso de supervivencia. No había nadie, tan solo las proyecciones de
luz que entraban por las ventanas y el techo roto. Estaba abandonada.
Mire mi celular. Temblaba sobre mis manos. Marqué al 911, pero apenas pegue e aparato a mi
oído, la llamada se cortó. No había cobertura, esperanzada, busque respuesta al mensaje que
le había enviado a Eris.
El envío del mensaje había fallado por falta de cobertura.
Trate de calmarme.
Sali de la habitación y mire todas las direcciones lo primero que entró a mi campo visual fue la
puerta del sótano. Sí, el peor lugar según las películas de terror que había visto, pero a único
disponible en aquel momento así que fui a esa dirección.
Me dirigí hacia la puerta y la abrí. Una corriente helada me erizo la piel.
Y luego Salo vi oscuridad.
Continue hasta que por fin todo se amplió y tuve ante mis ojos un lugar distinto a la cabaña y el
bosque. Un enorme salón con el techo alto e iluminado, como el vestíbulo de un hotel, ¿o de
un club? ¿O de una mezcla de ambos? Elegante, pero moderno.

Solo salí del asombro porque alguien que vestía una gabardina violeta paso junto a mí y eso me
recordó al hombre clavado el cuchillo en el ojo. Entonces vi una gabardina, y otra y otra, y en
realidad casi todas las personas allí llevaban ese estilo. Que raro era algo opuesto a lo que se
usaba en el caluroso Asfil.
No entendía como había pasado del bosque a…eso. ¿Era un sitio secreto?
De repente alguien me tomó del brazo y me hizo voltear.
- ¿Padme?
Era Damián.
¡Pero por fin! Una cara conocida.
- Damián necesito ayuda- dije rápido y nerviosa.
¿Cómo llegaste hasta aquí ? pregunto - Alguien te trajo?
- No te dije que…
- ¿Alguien te hablo de este sitio? - me interrumpió
-No!
- ¡¿Entonces como llegaste?!
-Te seguí para darte esto-Confese. Saque la identificación.
-Pero no es importante ahora porque alguien me estuvo persiguiendo
y solo tuve suerte de que él no me atrapara, lo que vi…
¿Qué viste? exigió saber, pero como era obvio que me costaba explicarlo, Damián presiono
para que lo soltara-: Habla, por todos los demonios

-Vi un asesinato.
-También viste la cara de la persona que dices que te perseguía? Si, y creo que el vio la mía...
¿Qué es este lugar? ¿Por qué estás aquí?

Damián no dijo nada por un momento. Solo me analizo con esos ojos severos y oscueros. Otra
vez no fue como esperaba...

- Llévame a donde lo viste todo- me pidió lo observe come si acabara de volverse loco
- ¡NO! ¿Para qué!?
- Solo llévame.
-Deja de comportarte como una niña asustada - me advirtió.
- ¡¿Como no voy a estar asustada !? -solté, confundida.
Me queje. Pero de repente alguien deslizo la puerta antes de que nosotros saliéramos.
Era el, el asesino de gabardina violeta.

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