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Liberalismo y nacionalismo

1.- El estallido de la Revolución Francesa.

1.1 Causas de la Revolución.


Las causas son diversas:
1. Económicas.
.- A partir de 1760, el Estado francés atravesó una grave crisis
financiera debido a los enormes gastos de la Guerra de los 7 años y al apoyo
prestado a la independencia de las 13 colonias de Norteamérica.
.- En los años previos, hubo malas cosechas y los precios de los
alimentos eran muy altos. Por esta razón, los grupos sociales más pobres
estaban descontentos. .- Enormes gastos estatales (lujo de la corte, ejército,
caridad…) que no estaban equilibrados con los ingresos. La monarquía estaba
arruinada por sus excesivos gastos. Para recaudar más dinero era necesario
que los privilegiados también pagaran impuestos.
2. Sociales.
.- Los estamentos privilegiados hicieron fracasar las reformas
fiscales para que pagaran impuestos por lo que sentaron también las bases de
la revolución .- La burguesía (grupo no privilegiado del Tercer Estado) se había
enriquecido, pero estaba marginada de la política, ya que no podía
desempeñar cargos públicos. Por ello, deseaba terminar con el Antiguo
Régimen y el absolutismo.

3. Políticas e ideológicas.
.- Las ideas de la Ilustración se habían difundido en Francia al igual
que era conocido el ejemplo de los Estados Unidos (Constitución y
Declaración de Derechos)

1.2. Comienza la Revolución: 1789.


La Revolución francesa se inició en 1789, cuando los privilegiados se
negaron a pagar impuestos y exigieron al monarca Luis XIV que convocara los
Estados Generales, formados por representantes de los tres estamentos: la
nobleza, el clero y el Tercer Estado, que no se reunían desde más de 200 años.
Los Estados Generales se abrieron en Versalles en mayo de 1789. Pero,
¿cuáles son las reivindicaciones de cada estamento?. Cada estamento
expuso sus reivindicaciones en los Cahiers de Doleance (cuadernos de
queja):
.- Nobleza y Clero: Conservar sus privilegios (no pagar impuestos)
.- Burguesía: Supresión de privilegios (acceso al poder político) y una
monarquía constitucional.
.- Campesinos: Muestran su preocupación por precios y salarios.
.- Los más radicales, la supresión de los derechos señoriales (Impuestos que
pagaban al señor dueño de las tierras que trabajaban)
Siguiendo la tradición, cada estamento tenía un voto y estaban
separados en el momento de deliberar. Los miembros del Tercer Estado, que
representaban a la mayoría de la población de Francia, exigieron la
deliberación conjunta y el voto por persona. Pero el monarca y parte de la
nobleza no aceptaron la propuesta.
Ante esta negativa, los integrantes del Tercer Estado, junto con algunos
nobles y clérigos liberales que se les han unido, abandonaron los Estados
Generales y se reunieron en un pabellón de París, el del Juego de la Pelota, se
erigieron en Asamblea Nacional (representantes de la nación) y (1) juraron no
disolverse hasta que Francia tuviera una Constitución, (2) aprueban los
impuestos solicitados y (3) declaran su propia inmunidad parlamentaria.

1.3. Fin del Antiguo Régimen.


El pueblo de París apoyó en la calle a los representantes del Tercer
Estado y ante el temor a que las tropas reales detuvieran a los diputados, el 14
de julio de 1789 tomó la Bastilla, fortaleza y cárcel de París donde eran
encerrados los presos políticos, tomaron las armas y se dispusieron a defender
por la fuerza el proceso revolucionario.
La revolución también se extendió por el campo, en forma de revuelta
antiseñorial (Gran Miedo), con numerosas revueltas antiseñoriales.
Ante la radicalización popular, la Asamblea Nacional Constituyente decretó la
eliminación de los privilegios de la nobleza y del clero. También se aprobó
la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano que reconocía
las libertades individuales y la igualdad ante la ley y los impuestos.

2.- Las etapas de la Revolución Francesa.

2.1.- La monarquía constitucional.


En otoño de 1789, el rey y la nobleza aceptaron la nueva situación y
Francia se transformó en una Monarquía Constitucional, en la cual el rey
había perdido el poder absoluto. En 1791 se aprobó una Constitución que
recogía la separación de poderes (Legislativo, Ejecutivo y Judicial), se
establecía el sufragio censitario (votaban únicamente aquellos mayores de 21
años que superaban un nivel de renta para elegir a los gobernantes) y la
igualdad de todos ante la ley. Además, para defender las conquistas de la
Revolución frente a los defensores del absolutismo, se creó un nuevo ejército,
la Guardia Nacional.
Para solucionar la crisis financiera se expropiaron los bienes propiedad
de la iglesia (desamortización), vendidos a particulares, y se redacta la
Constitución civil del clero separó Iglesia y Estado.
Además, entre los revolucionarios destacaron dos grupos:
1.- Los Girondinos (llamados así porque procedían del departamento
francés de la Gironda) se identificaban con la alta burguesía y son los más
moderados. Quieren colaborar con el rey y poner fin a la revolución. Defendían
una monarquía constitucional, el sufragio censitario, la libertad y el derecho a
la propiedad.
2.- Los Jacobinos. De ideas más radicales, defendían, la proclamación
de la República, el sufragio universal masculino, la alianza con las clases
populares y el derecho a la igualdad. Su máximo dirigente fue Robespierre.
Sin embargo hubo sectores descontentos:
1.- La monarquía que conspiraba para derribar la Asamblea.
2.- La nobleza y el clero que querían recuperar sus privilegios.
3.- Los pobres. Dentro de este grupo estaban los sans-culottes que
deseaban conseguir mejoras y proclamar una república.
En junio de 1791, los miembros de la familia real intentaron huir a
Austria (Fuga de Varennes). El monarca desprestigiado, fue devuelto a la
capital, evidenciándose su rechazo al proceso revolucionario.
Los austríacos declararon la guerra a Francia y llegaron a las puertas de
París. La situación originó un clima de revuelta entre los sans-culottes que
asaltaron el palacio real, encarcelaron al monarca y proclamaron la República.
Esta revuelta señala la entrada en escena de los sans culottes, que esperan de
la revolución, además de la igualdad jurídica, la solución de sus problemas
económicos y consideran enemigos no sólo a los aristócratas sino también a
los burgueses ricos. Se les reparten armas y se convocan elecciones por
sugrafio universal, por vez primera, con lo que se otorgan derechos políticos a
los ciudadanos pasivos.

2.2.- La República democrática.


La república quedó en manos de los girondinos que convocaron
elecciones para la nueva Convención Nacional (Es la asamblea legislativa.
Ahora se llama así en homenaje a la revolución americana. Allí la asamblea
legislativa se llama Convención Nacional). La guerra continúa, la crisis
económica se agrava, la tensión política aumenta. Por temor a las masas de
pobres, los girondinos están dispuestos adoptar medidas que frenen el
desplazamiento hacia la izquierda de la revolución. Pero los jacobinos
consiguen imponerse destacando su líder Robespierre.
Tras el juicio al rey y a la reina, éstos fueron acusados de traición. En
1793 el rey fue ejecutado en la guillotina, lo que provocó que los países
absolutistas declararan la guerra e invadieron Francia.
La República se hallaba en peligro. En el interior del país estallaron
algunas revueltas contrarrevolucionarias, destacando la de La Vendée.
El ejecutivo quedó en manos de un Comité de Salud Pública que concentró
todo el poder. Las acciones que tomaron fueron:
.- Para hacer frente a la amenaza exterior se organizó un ejército decretando
una leva en masa (Todos los jóvenes solteros de 18-25 años se convierten en
soldados sin distinción de clase ni distinción. Para atraerse a las masas de las
ciudades se aprobaron leyes sociales: control de precios y salarios, distribución
de los bienes de los contrarrevolucionarios entre los indigentes, venta de las
tierras del clero en pequeños lotes, enseñanza obligatoria…
.- En el interior, se impuso la política del Terror. Unos tribunales revolucionarios
castigaron con prisión o muerte a los sospechosos de ser
contrarrevolucionarios.
.- Se promulgó una nueva Constitución (1793) basada en la democracia social:
soberanía popular, sufragio universal directo y derecho a la igualdad.
Además, se cerraron iglesias, se estableció un nuevo calendario y se estableció
el culto a la diosa razón.

Aunque el ejército de las monarquías europeas fue derrotado por los


franceses, la mayoría de la población rechazaba la política dictatorial del Terror.
Así, en julio de 1794 se produjo un golpe de Estado y Robespierre y otros
dirigentes jacobinos fueron arrestados y ejecutados.

2.3.- La República burguesa.


La burguesía conservadora volvió a tomar el poder. El gobierno pasó a manos
de un Directorio (así denominado porque el poder Ejecutivo quedaba en manos
de 5 miembros (directores) e intentó volver a los principios moderados de la
Revolución. Se elaboró una nueva Constitución, las de 1795, que restableció el
sufragio censitario.
El nuevo gobierno pretendía volver a los principios de la Constitución de 1791.
Para ello, persiguió a los jacobinos, derogó la Constitución aprobada por éstos
y anuló todas las medidas de aquel periodo.
A esta República se le opusieron tanto los antiguos privilegiados como las
clases populares. Además, los precios seguían aumentando y la guerra
continuaba contra las potencias absolutistas de Europa. La República entró en
crisis.
Ante esta situación, el joven general Napoleón Bonaparte con el apoyo
de la burguesía, protagonizó un golpe de Estado e inició un nuevo gobierno
asegurando el carácter moderado de la Revolución. Comenzaba una nueva
etapa: el Consulado.

3.- El imperio napoleónico.


3.1.- Napoleón: de cónsul a emperador.
Napoleón fue nombrado cónsul y su política de gobierno se encaminó a
consolidar los logros de la revolución burguesa, evitando el retorno al
absolutismo y alejando del poder a los sectores más radicales. Con el poder en
sus manos, Napoleón pacificó el país consolidando las conquistas
conseguidas durante la revolución (libertad, separación de poderes,
Constitución etc.). Gracias a estos logros, fue nombrado emperador de los
franceses en 1804.
Más tarde pretendió crear un gran imperio europeo bajo su autoridad,
llegando a conquistar una buena parte de Europa occidental. La única
excepción fue Gran Bretaña que resistió el empuje napoleónico. En los países
conquistados, Napoleón imponía los logros de la revolución francesa:
constituciones, abolición de los privilegios señoriales, de los diezmos, libertad
religiosa, etc.
Los ejércitos napoleónicos actuaron como conquistadores, sometieron a las
naciones ocupadas y favorecieron los intereses de Francia. El levantamiento
protagonizado por
los españoles en 1808 fue el primero y el que marcó el declive del Imperio
napoleónico. Tras ser vencido en Rusia y en España, una coalición de
potencias europeas desterró a Napoleón fuera de Francia, poco después
recuperó el poder por un breve período, hasta ser definitivamente derrotado en
la batalla de Waterloo (1815). Napoleón fue desterrado a la isla de Santa
Elena, donde murió.
En Francia y en toda Europa parecía inevitable la vuelta al Antiguo

Régimen.

4.- Consecuencias.

4.- Consecuencias de la Revolución Francesa

La Francia de 1799 era totalmente distinta a la de 1789. En apenas una


década, la Revolución había creado un estado completamente nuevo. Francia
estaba de estreno tras el vendaval revolucionario y el mundo la miraba
fascinado. Las consecuencias fueron:

1.- Fue la primera revolución cuyos protagonistas fueron los burgueses.

2.- Separación Iglesia y Estado sobre la base de las libertades de culto,


conciencia y expresión. Prueba de este nuevo enfoque fueron los derechos
civiles que se concedieron a protestantes y judíos, antes marginados.

3.- Una sociedad que impulsaba cambios tan radicales como los que
desarticularon el Antiguo Régimen no podía ignorar la remodelación de la
educación -obligatoria y gratuita- para garantizar el acceso de todos los
ciudadanos a los beneficios de la instrucción, antes reservada a los estamentos
que podían costearse la enseñanza de forma privada.

4.- También se abrió a las masas la gran cultura. Las obras de arte, antes
enclaustradas para placer exclusivo de los poderosos que las encargaban,
fueron expuestas a la ciudadanía en espacios acondicionados expresamente
con ese fin. Había nacido el museo público.

5.- El ejército ahora lo integraban ciudadanos reclutados para defender la


nación, no los intereses de la Corona. Si demostraban talento y valor, podían
convertirse en oficiales, antes un privilegio de la aristocracia.

6.- Se pusieron en práctica las ideas de los ilustrados: Separación de poderes


(Montesquieu), monarquía constitucional o República, Soberanía nacional (los
gobernantes son elegidos por el pueblo, idea de Rousseau) y libertades
individuales (Voltaire) de religión, expresión...

7.- Se pasó de una sociedad estamental (se pertenece por nacimiento, sin
movilidad social y son grupos privilegiados) a una sociedad de clases (se
pertenece por la riqueza, con movilidad social y sin privilegios).

8.- Los símbolos eran importantes. Había que borrar del inconsciente colectivo
los signos de la época superada. Se había adoptado la bandera tricolor que
añadía el rojo y el azul del blasón parisino al blanco de los Borbones, y se
había dado carácter de himno nacional a La Marsellesa. El mismo año de la
composición, dado que el rey no era válido como figura con que representar al
estado nacido de la Revolución, se encarnó a la patria en Marianne, una
muchacha de aspecto saludable tocada con un gorro frigio. Era la
personificación de la República francesa.

9.- Supuso un ejemplo para las revoluciones liberales de los años


posteriores: independencia de las colonias españolas en América,
revoluciones rusas de 1905 y 1917 o la mexicanas de Zapata o Pancho Villa.

10.- La Declaración de los Derechos del Hombre adoptada en 1948 por la


ONU tuvo un valioso borrador en la del Hombre y del Ciudadano de 1789. No
en vano, la historiografía marca el ciclo revolucionario como división entre Edad
Moderna y Contemporánea, entre la del absolutismo y la de la igualdad.
5.- La crisis del Antiguo Régimen en España. (1808-1814)

Al iniciarse el siglo XIX, la guerra contra la invasión francesa originó en


España una profunda crisis del Antiguo Régimen. El proceso bélico desmoronó
todas las instituciones de la monarquía absoluta y abrió paso a las nuevas
ideas liberales.

5.1 La crisis de la monarquía borbónica.


Cuando estalló la Revolución francesa y Luis XVI fue ejecutado, Carlos IV
declaró la guerra a Francia, pero fue un fracaso. Manuel Godoy, el ministro más
influyente, dio un giro radical a la política exterior. Se alió con Napoleón para
enfrentarse a Gran Bretaña y autorizó al ejército francés atravesar España para
atacar Portugal. (Tratado de Fontainebleau)
Las tropas francesas ocuparon algunas ciudades, creando un gran malestar
que estalló en el Motín de Aranjuez que forzó la dimisión del ministro y que
Carlos IV abdicara en su hijo, Fernando VII. Napoleón trasladó a la familia real
a la ciudad francesa de Bayona y la obligó a abdicar en favor de su hermano
José Bonaparte, que se convirtió en rey de España.

5.2 La Guerra de la Independencia (1808-1814)


El 2 de mayo de 1808, se produjo una sublevación popular en Madrid, seguida
por otros levantamientos. Así comenzó la guerra de la Independencia, que,
además, dividió a la población española entre afrancesados, que reconocieron
a José I como rey, y fernandinos, fieles a Fernando VII. Aprovechando el
declive militar de Napoleón, tropas españolas e inglesas, al mando del duque
de Wellington, derrotaron a los franceses. Por el Tratado de Valencay Fernando
VII fue repuesto en el trono y Napoléon retiraba sus tropas de España.

La guerra tuvo consecuencias políticas: hubo un vacío de poder en las zonas


sublevadas, donde se crearon Juntas para organizar la lucha. Se creó la Junta
Central Suprema, mientras que grupos de patriotas se organizaban en
guerrillas.

5.3. Las Cortes de Cádiz


La Junta Central Suprema convocó Cortes Constituyentes en Cádiz, el único
territorio no ocupado por las tropas francesas. Con enorme dificultad se
reunieron representantes de todos los territorios y la mayoría defendieron en las
Cortes las nuevas ideas del liberalismo e impusieron sus opiniones al sector
más absolutista. Allí se sentaron las bases de la España contemporánea:
aprobaron reformas para poner fin al Antiguo Régimen y se elaboró la
Constitución de 1812, aprobada el 19 de marzo. Reflejaba los principios del
liberalismo político: la soberanía nacional, división de poderes, sufragio
universal masculino y amplia declaración de derechos: la igualdad ante la ley, el
derecho a la propiedad y la libertad... aunque la guerra hizo difícil su aplicación.
Frente a los liberales, que impulsaron las Cortes y la Constitución, los antiguos
privilegiados sólo deseaban el regreso a la situación anterior a 1808.
6.- El enfrentamiento entre absolutismo y liberalismo

6.1. La restauración del absolutismo. El Sexenio Absolutista (1814-1820).


Fernando VII regresó a España en 1814. Los liberales pretendían que jurase
inmediatamente la Constitución, pero los absolutistas presionaron para que
restaurase el absolutismo y derogase todo aprobado en las Cortes de Cádiz.
Fernando VII decretó la abolición de la Constitución de 1812 y de la legislación
de las Cortes de Cádiz, gobernando como rey absoluto, con una vuelta al
Antiguo Régimen. Era la vuelta al Antiguo Régimen. Muchos liberales fueron
detenidos y otros tuvieron que exiliarse.
Con el apoyo de los sectores más liberales del ejército, los opositores del
absolutismo organizaron múltiples pronunciamientos (sublevación militar cuyo
objetivo el obtener el poder o presionar para cambiar la situación política) las
mayoría de los cuales fueron reprimidos y sus dirigentes o colaboradores
ejecutados (Espoz y Mina, Lacy, Porlier, Mariana Pineda…)

6.2 El Trienio Liberal (1820-1823).


En 1820 triunfó el pronunciamiento liberal dirigido por el coronel Riego logró
triunfar, inaugurando el Trienio Liberal. El rey tuvo que jurar la Constitución,
liberar a los liberales encarcelados y convocar elecciones a las Cortes.
Además, se restauraron las reformas que se habían aprobado en las Cortes de
Cádiz. Se creó la Milicia Nacional, un cuerpo de voluntarios armados que
defendían el orden liberal.
Fernando VII pidió ayuda a las potencias europeas para restaurar el
absolutismo. La Santa Alianza encargó a Francia la intervención militar en
España y en 1823, los llamados Cien Mil Hijos de San Luis entraron en España,
derrotaron a los liberales y repusieron a Fernando VII como monarca absoluto.

6.3. El final del absolutismo (1823-1833).


Fernando VII inició una dura represión contra los liberales, derogando todo los
aprobado durante el Trienio. Pero los gobiernos de Fernando VII se mostraron
incapaces de solucionar los graves problemas que tenía que afrontar el país:
.- En primer lugar la difícil situación económica debido a la Guerra de la
Independencia contra los franceses y a la independencia de las colonias
americanas.
Era imprescindible una reforma fiscal que obligase a los privilegiados a pagar
impuestos, siendo éstos los principales defensores del absolutismo.
.- En segundo lugar, se produjo el conflicto dinástico. Fernando VII había tenido
sólo hijas por lo que promulgó la Pragmática Sanción, que derogaba la Ley
Sálica, para que su hija Isabel pudiera reinar. Cuando murió, la reina María
Cristina se hizo cargo del gobierno porque Isabel era menor de edad.
Muchos absolutistas no aceptaron el cambio y defendieron que el trono
correspondía al príncipe Carlos de Borbón, hermano del rey.
7.- Restauración, liberalismo y nacionalismo

7.1.- La Europa de la Restauración


Tras la derrota de Napoleón, las potencias europeas que le habían
vencido (Austria, Prusia, Rusia y Gran Bretaña) se reúnen en el Congreso de
Viena (1814- 1815), con el objetivo de acabar con los sistemas que él había
implantado, restaurar el Antiguo Régimen y establecieron un nuevo mapa de
Europa sin tener en cuenta las aspiraciones nacionales de los pueblos..
Pensaron que todo había sido “un mal sueño” y había que volver a lo de
siempre. Sin embargo las nuevas ideas ya se habían expandido por toda
Europa, de ahí que la vuelta al absolutismo fue ya una tarea difícil.
Las decisiones del Congreso de Viena se completaron con la creación de la
Santa Alianza, una coalición entre Prusia, Rusia y Austria cuyo objetivo era
ayudar a los países europeos a volver o mantener el absolutismo (España,
“Cien mil hijos de San Luis”)
Sin embargo, quedaron problemas pendientes:
.- Grecia, dentro del Imperio Turco, aspira a su independencia
.- En el nuevo Reino de los Países Bajos nada unía a Bélgica y Holanda.
Bélgica prefería independizarse y crear un estado propio
.- Polonia ha desaparecido como Estado, pero no como nación; aspira a
recuperar un Estado propio.
.- Finlandia quiere formar un Estado propio.
.- Los territorios italianos y alemanes van a iniciar un proceso de unificación
que va a culminar en 1870
.- Los Ducados agregados a Dinamarca eran, en parte, de lengua y cultura
germana.
7.2.- El Liberalismo.
Podemos definir Liberalismo como una ideología –pensamiento- que
defiende la libertad del individuo.
Las características del liberalismo son:
1.- Se oponen a la monarquía absoluta defendiendo que el poder
reside y emana del pueblo y la separación de poderes.
2.- Defienden la libertad individual, de expresión, religiosa, la
aconfesionalidad del Estado, las desamortizaciones y la enseñanza laica.
3.- Todo lo anterior debe recogerse en una Constitución que limite la
autoridad real (el monarca reina pero no gobierna)
4.- Se defiende la creación de partidos políticos que formarán
gobierno cuando consigan los votos mayoritarios. La política debe organizarse
de abajo hacia arriba, aceptando el jefe del Estado la realidad del país y no a la
inversa.
5.- Rechazaban la sociedad estamental y abogaban por la sociedad de
clases porque para los liberales, el poder debía ser ejercido por los que
poseían riqueza, es decir, por los burgueses (Sufragio censitario o sufragio
restringido)
6.- Se basaban en los principios de la Declaración de Derechos del
Hombre de EEUU y de Francia.

Por toda Europa, incluida España, hubo oleadas revolucionarias que


pretendían implantar el liberalismo frente al absolutismo. En todas se pedía lo
mismo: sufragio universal (derecho al voto), igualdad, mejoras sociales.

Por toda Europa, incluida España, hubo oleadas revolucionarias que


pretendían implantar el liberalismo frente al absolutismo. En todas se pedía lo
mismo: sufragio universal (derecho al voto), igualdad, mejoras sociales.

A.- La primera oleada de 1820.

Se inició en España, con un pronunciamiento comandado por Riego


contra el absolutismo de Fernando VII . Durante el Trienio Liberal
(1820-1823) se promulgó de nuevo la Constitución de Cádiz de 1812, que
limitaba el poder absoluto del rey Fernando VII y se promovieron importantes
reformas liberales, tanto en la propiedad agraria como la legislación civil.

El Trienio Liberal finalizó por la intervención de la Santa Alianza


(100.000 hijos de San Luis)

Por otro lado, Grecia logró su independencia en 1829 contra el


Imperio otomano.
B.- La oleada revolucionaria de 1830.
La revolución de 1830 en Francia fue el inicio de la segunda ola.
En Francia, la Restauración de los Borbones en 1814 supuso el retorno
del rey Luis XVIII, que promulgó la Carta Constitucional (llamada “Carta
otorgada”), que estableció un régimen parlamentario moderado. Le sucedió su
hermano Carlos X, quien pretendió volver al Antiguo Régimen.
La revolución logró que Carlos X abandonara la corona, que fue
entregada a un pariente, el liberal Luis Felipe de Orleans.

C.- La oleada revolucionaria de 1848.


En Europa Occidental, la revolución de 1848 -“Primavera de los
pueblos”- significó la aparición de los ideales democráticos: sufragio
universal, soberanía popular, igualdad social…
Esta oleada revolucionaria fue mucho más intensa y extensa que la de
1830, por dos razones:
- La radicalización de las ideas liberales. Ante la alta burguesía liberal
moderada, la pequeña burguesía y la gente humilde de las ciudades deseaban
participar en la vida política y conseguir mejores condiciones de trabajo.
- La crisis económica. A partir de 1845, unos años de malas cosechas en
Europa provocaron hambre, carestía de alimentos y cierre de talleres.

La revolución de 1848 en Francia fue el inicio. Como en 1830, la


revolución empezó en París. La revuelta de la ciudad obligó al rey Luis Felipe a
abandonar el trono. Se proclamó entonces la II República. Una de las
primeras decisiones del nuevo gobierno fue la proclamación del sufragio
universal, la libertad de prensa y de reunión.

Las repercusiones en Europa fueron inmediatas. A consecuencia del


triunfo de la revolución en Francia, en marzo de 1848 estalló una revuelta en el
Imperio austríaco , lo que provocó un amplio movimiento revolucionario y
nacionalista en todo el Imperio: mientras los austríacos exigían libertades, los
checos, italianos y húngaros reclamaban también la independencia. Se
producía una yuxtaposición de liberalismo y nacionalismo.

En los meses siguientes estallaron revueltas similares en Prusia y en


varios estados alemanes e italianos.

Aunque la mayoría de estas revoluciones fueron finalmente sofocadas,


las reformas liberales y muchos procesos de independencia nacional se
consolidaron.

A finales del S.XIX estas ideas se habían impuesto por casi toda Europa.
El absolutismo, por fin, quedaba en el pasado.
7.3.- El Nacionalismo.
El nacionalismo es una ideología que defiende el derecho de los pueblos
a decidir sobre ellos mismos.
Se entiende que la unidad fundamental de todas las personas es la
nación, entendida esta como una comunidad con una historia, una lengua y
una cultura comunes. El objetivo del nacionalismo es conseguir que todas las
comunidades que se sientan pertenecientes a una misma nación, tengan
capacidad para formar su propio gobierno, es decir para formar un Estado
(espacio físico, espacio delimitado con fronteras)
Hubo un nacionalismo separatista, que surge con fuerza en naciones
que se sentían oprimidas por otras, y que por tanto querían la independencia,
como Bélgica que se separó de Holanda o Grecia que se separó del Imperio
Turco.
También hubo un nacionalismo unionista, el de aquellos territorios que
se sentían pertenecientes a una misma nación pero que estaban separados,
lucharán por tanto por unirse, como es el caso de Alemania formada por 39
pequeños estados o Italia, formada por siete estados.

Características comunes:

.- Se producen en la segunda mitad del siglo XIX.


.- La unidad fue dirigida por el territorio más desarrollado (Piamonte y Prusia)
.- Consiguen la unificación tras años de enfrentamientos armados.
.- La burguesía gobierna pactando con los antiguos grupos privilegiados.

A.- La unificación italiana.


La península italiana en la primera mitad del siglo XIX estaba dividida
en siete Estados: al norte, el reino de Piamonte con Cerdeña (bajo la dinastía
del Saboya) y el de Lombardía-Véneto (bajo dominio austriaco), al sur el de
las Dos Sicilias, y en el centro los Estados Pontificios, con Toscana, Parma
y Módena bajo protectorado austríaco.
En toda Italia había grupos liberales y nacionalistas que
propugnaban la expulsión de los austríacos, la unión de Italia y el
establecimiento de un régimen liberal.
Los protagonistas de la unificación Italiana fueron Víctor Manuel II de
Saboya, rey del Piamonte Cerdeña, su ministro Cavour y Garibaldi, líder de
los “camisas rojas”.
Los hechos más destacados fueron:
1.- El Piamonte declara la guerra a Austria, contando con la ayuda
francesa. Tras las victorias de Magenta y Solferino se logró la liberación de
Lombardía, aunque Saboya y Niza (de población francesa) fueron entregadas
en Francia por la ayuda prestada.
2.- El triunfo contra Austria impulsó la anexión de los ducados de Parma,
Módena y Toscana. En el sur, Garibaldi con un ejército de voluntarios,
desembarcó en Sicilia y posteriormente en Nápoles consiguiendo la caída del
rey absolutista Borbón.
3.- Italia intervino junto a Prusia en una guerra contra Austria. A
pesar de las derrotas italianas consiguieron que Austria cediera Venecia en
Italia.
4.- Las tropas italianas entraron en Roma. La unificación se había
completado y Roma pasó a ser capital del reino. El conflicto con el Papado
no quedó resuelto hasta los acuerdos de Letrán de 1929, que reconocieron
la independencia del Vaticano y la unidad de Italia.

B.- La unificación alemana


Alemania permaneció dividida después del Congreso de Viena. Se
creó la Confederación Germánica, con más de 30 Estados, en la que
persistía la tradicional rivalidad entre Austria y Prusia. Estos dos países eran
muy diferentes.
Se desarrolló una Unión aduanera (Zollverein) alrededor de Prusia,
ampliada desde 1834 en casi todos los Estados del sur, lo que facilitó el
comercio y la producción y sentó las bases de la unión política a largo
plazo.
Los protagonistas de la unificación alemana fueron Guillermo I rey de
Prusia y su primer ministro Otto von Bismarck.
Los hechos más destacados fueron las guerras:
1.-Contra Dinamarca en la que Prusia y Austria ocuparon los ducados
de Schleswig y Holstein.
2.- Contra Austria por las divergencias surgidas entre los dos países
por el reparto anterior, que permitieron a Bismarck provocar el estallido de la
guerra, acabada en la victoria del bien organizado ejército prusiano en
Sadowa. El resultado fue la exclusión de Austria de la futura Alemania.
Prusia creó la Confederación de Alemania del Norte. Varios estados en el
Sur se negaban a unirse a la Confederación. Al mismo tiempo, Italia, aliada de
Prusia, logró Venecia.
3) Contra Francia. Bismarck planteó una guerra patriótica de todos
los alemanes contra un enemigo común para lograr por fin la unidad
política. El enemigo sería la Francia de Napoleón III, rival política y
económica, Fue una guerra muy corta, porque el ejército alemán estaba mejor
armado y organizado. La invasión permitió aniquilar al ejército francés en
Sedán. Prusia se anexionó Alsacia y parte de Lorena, creando un agravio
que favorecería la I Guerra Mundial. La victoria hizo que los Estados del Sur
decidieran su unión: en enero de 1871 Guillermo I de Prusia fue proclamado
emperador de Alemania.
Bismarck fue el canciller de Alemania y dirigió con mano maestra su
desarrollo político, económico (sobre todo industrial) y militar, junto a un sistema
de alianzas exteriores que aseguraron su hegemonía europea y el aislamiento
de Francia.
Una Alemania muy poderosa surgía en el centro de Europa y, como
decía el pensador Ludwig Dehio, era ‹‹demasiado débil para dominar el
continente, pero demasiado poderosa para integrarse››. Solo la unidad europea
en la segunda mitad del siglo XX disolvió esta causa fundamental en las dos
guerras mundiales.
C.- La independencia americana.
A partir de 1812, y fruto de las revoluciones europeas, los países
iberoamericanos se independizan de España y Portugal. El líder de esta
revolución fue Simón Bolívar que animó a la independencia de América .
La minoría criolla estaba descontenta con España, muy influenciada además
por las ideas del liberalismo y el ejemplo de independencia de los EEUU,
animaron a un grupo llamados “Libertadores” a la independencia de todo el
territorio americano. Simón Bolívar por el norte y San Martín por el sur, fueron
recorriendo el territorio americano y proclamando la independencia de
Argentina, Chile, Colombia, Perú, etc. Sólo quedarán, hasta finales de siglo,
Cuba y Puerto Rico.

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