Amar, Vivir y Orar - Etel Schulte
Amar, Vivir y Orar - Etel Schulte
Amar, Vivir y Orar - Etel Schulte
Mensajero
Schulte, Etelvina
Orar, amar, vivir / Etelvina Schulte. - 1a ed. - Ciudad Autónoma
de Buenos Aires : Etelvina Schulte, 2021.
216 p. ; 20 x 14 cm.
SBN 978-987-86-9245-6
Conclusiones 197
Bibliografía 201
Introducción
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manera de vivir, otro planeta después de esta pandemia.
¿Cómo será? Nadie sabe, sólo podemos imaginar y eso
varía tanto como las personas. Seguimos encerrados en
nuestras casas porque es el único remedio que se tiene
para no contraer el virus y no difundirlo. Por lo menos
es lo que dicen los gobiernos. Se sale sólo para ir a la
farmacia o al supermercado. Hace ya tres meses que no
veo a mi hija y mis nietos. Primero estuve en Mar del Plata
y cuando volví ya se dictó la cuarentena. Ellos en una punta
de la ciudad y yo en otro, con mi hijo Hernán, que vino a
hacer la cuarentena acá. Extrañamos el abrazo, el beso, el
contacto con el otro. Sentir la piel del otro, la ternura del
contacto… No podemos visitarnos ni tocarnos para evitar
la propagación del cruel virus Covid-19.
Empezaron los síntomas de depresión y angustia en
muchas personas. Estar encerrados y de alguna manera,
aislados, no es fácil. Hace falta mucho equilibrio emocional.
Tenemos que recuperar el Evangelio. Seguiré
escribiendo sobre esto en el último capítulo. El planeta
sufre y las escenas son aterradoras. Sigo escribiendo,
metida entre libros y apuntes. Es curioso pensar cómo
empecé este libro y cómo lo estoy siguiendo ahora. Nunca
me pasó algo así con otro libro.
Estamos camino al aparecimiento de la Sexta Raza
Adámica o raza de “los hombres que no tendrán reyes
sobre ellos y que serán los consoladores unos de otros”.
Vamos hacia el mundo de regeneración que traerá luz
y amor al planeta. Sin embargo, antes de su llegada,
deberemos atravesar un tiempo de oscuridad, dificultades,
materialismo, gobiernos totalitarios y mucha ignorancia,
que es la causante de todos los males.
Es tiempo de abrazar el Evangelio de Jesús, recordar
cómo rezar y abrir nuestros corazones al amor y al
perdón.
Dios nos bendiga a todos,
Etel
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Capítulo I
¿Qué es orar?
¿Qué es la oración?
“Porque no son justos ante Dios los que
oyen la Ley, sino los cumplidores de la Ley,
esos serán declarados justos”.
Pablo, Epístola a los Romanos, 2: 12-14
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Nos juntamos para orar por los enfermos, por los que están
presos, por los que están en orfelinatos, en geriátricos,
durmiendo en la calle, los que tienen hambre, en los
hospitales, los que están solos, los deprimidos, los suicidas,
los abortados, los drogadictos, etcétera, etcétera.
¿Se dan cuenta? Tenemos un mundo de seres que
necesitan oración. Podemos mandar bocanadas de energía
amorosa que les llegue a todos ellos. Por supuesto no
podemos olvidar que, además de orar, debemos ayudar
materialmente a minimizar estos dolores. ¿Cómo? Dando
unas horas por semana en un orfanato, geriátrico, hospital,
colaborado con alguna agrupación de trabaje en asistencia
social, etcétera. Poniendo el amor en acción, como
decía la Madre Teresa. No nos olvidemos de orar por los
desencarnados. Es importante.
Ellos necesitan mucha oración, sin duda. Estos
desencarnados pueden ser familiares, amigos, conocidos,
pedidos de otros, etcétera. No nos podemos olvidar de
rezar por los que están en el Umbral, por los que están aún
llenos de odio y sed de venganza. Estos hermanos nuestros
son los más necesitados de oración. Orar también por los
que no saben que han desencarnado. Nunca los olvidemos,
nos necesitan.
Algunos preguntan: ¿Para qué nos necesitan? Me parece
que especialmente para “despertarse” y darse cuenta de que
necesitan asumir los errores y pedir auxilio. Así podrán ser
rescatados por los Mensajeros Celestes y encaminados a
algún hospital para recuperarse y poder luego ser llevados a
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¿Qué es la fe?
Para orar tenemos que tener fe. ¿Qué es la fe? Es la
seguridad de que somos escuchados por el Padre. Es la
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certeza de que somos amados por Él. Es confianza. Es
amor. El Evangelio nos da un ejemplo de fe en la Parábola
de la mujer hemorrágica.
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un sentimiento innato en el hombre, es una necesidad
del alma. Agrega que los ritos de diferentes religiones no
son importantes, sólo el amor que se siente a través de la
oración es importante.
Con respecto a esto último, un ministro protestante, el
Sr. Adolphe Monod, dice:
“El Cristo ha dicho a los hombres: amaos los unos a los
otros”.
Esta recomendación implica la de emplear todos los
medios posibles para testimoniar afecto a sus semejantes
sin que por esto se entre en detalle algunos sobre la
manera de alcanzar ese objetivo.
“La oración que le dirigís a favor de aquel por quien os
interesáis es para este último un testimonio de recordación,
que no puede sino contribuir para aliviar sus sentimientos
y consolarlo, desde el momento que de prueba del menor
arrepentimiento y solamente entonces será socorrido… De
esto resulta un sentimiento de reconocimiento y de afecto
hacia aquel que le ha dado esa prueba de consideración y de
piedad; en consecuencia el amor que el Cristo recomendaba
a los hombres no ha hecho sino aumentar entre ellos”.
“Revista Espírita, 1859, Diciembre, número XII, ítem
“Efectos de la oración”- Kardec. Editado por CEI, Brasilia,
Brasil, 2009. 1º edición español. 2009.
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Capítulo 2
Oración refractaria
Oración de intercesión
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Oraciones pagas
Este es un tema interesante y que merece nuestra
atención.
En muchas de las religiones tradicionales existen
estos “servicios de oraciones pagadas” por los interesados.
¿En qué consisten?
Algunas personas sienten que es más fácil encargar
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“La plegaria es un acto de caridad, un impulso del
corazón. Hacer que nos paguen las oraciones que
elevamos a Dios por los demás equivale a convertirnos
en intermediarios asalariados. En tal caso, la oración pasa
a ser una simple fórmula cuya tarifa se calcula de acuerdo
con su mayor o menos longitud. Dios no vende los beneficios
que concede”. (“El Evangelio según el Espiritismo”, cap.
XXVI, ítem 4, Allan Kardec)
Más adelante agrega: “Jesús expulsó a los mercaderes
del templo, con lo cual condenó el comercio con las cosas
santas, en cualquier forma que fuere. Dios no vende su
bendición ni su perdón, ni tampoco la entrada en el reino
de los cielos. Por lo tanto, el hombre no tiene derecho a
hacerlos pagar.” (mismo libro, capítulo XXVI, ítem 6)
Estas palabras son para pensar.
Nos queda claro que es un despropósito pensar que
podemos comprar las bendiciones y el perdón de nuestras
ofensas con unas monedas. Es absurdo pensar que Dios
“cobra” por su amor y su perdón. Es absurdo también
pensar que Dios le concede a un hombre, tan equivocado
como cualquiera, el poder divino de otorgar Su perdón.
Me refiero al sacramento de la confesión.
Por otro lado, me parece que es una actitud muy
infantil. Recordemos lo que fue hablado muchas veces.
Si nos equivocamos, debemos primero tomar conciencia
del acto cometido, luego arrepentirnos y después reparar.
Obviamente esto de pagar para que otro pida por mí no es
una conducta muy madura. Debemos hacernos cargo de
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nuestros errores y afrontarlos. ¡Debemos crecer!
La literatura espírita está llena de historias de personas
que cuando llegan al mundo espiritual se asombran al ver
que todas las oraciones pagas que dejaron en la Tierra no los
salvaron de las dificultades que están pasando. Muchos de
ellos se enojan y blasfeman contra el Padre.
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Capítulo 3
Acopio de la energía de la oración
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Los interesados en el tema del ectoplasma pueden recurrir al libro de
la autora “Espiritismo, sendero de luz”, editorial Libris de Longseller,
Buenos Aires, 2003.
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necesitamos recurrir a un lugar físico donde se almacenan
las energías de las oraciones. Podemos “agregarnos” a una
corriente energética.
Chico Xavier siempre recomendaba que cuando
necesitábamos pedir algo importante nos uniéramos a la
corriente de oraciones de las madres de los presos.
Esto me impresionó mucho cuando lo supe, hace
muchísimos años, aun sin entender bien el motivo. Con el
pasar del tiempo y el ocurrir de otras experiencias pude
entenderlo mejor.
El amor, la angustia, la desesperación, el miedo,
la soledad, el dolor de una madre de un hijo preso es
inmenso. Sólo cuando nos acercamos a estos hechos es
que podemos tratar de comprender algo. Nos metemos en
un mundo muy oscuro, lleno de trampas, de corrupción,
donde los hombres muestran lo peor de sí mismos, donde
no sabemos quién es el bueno y quién es el malo. Es la
noche negra de San Agustín, la nada de Sartre, es la higuera
balanceándose en el abismo de Judas.
Cuando nuestro pedido se suma al pedido de estas
madres, mujeres sufrientes, llenas de amor por el hijo y
con angustia, una gran fuerza lo impulsa. No lo olvidemos.
Jesús escucha a todos, pero especialmente a las madres.
Además de unirnos a sus ruegos para compartir la fuerza
de la oración, recordemos siempre orar por ellas y sus
hijos. Damos y recibimos. Recordemos que esa es la rueda
de la vida.
Cuando hacemos la oración por todos los necesitados
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Capítulo IV
¿Cómo responde el cerebro ante la oración?
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“Cáncer y después”, de la autora.
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Capítulo V
Valor terapéutico de la oración y la meditación
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Repasemos:
Lóbulos frontales = “estímulos del futuro”
Corteza cerebral = “sugestiones del presente”
Sistema nervioso= “recuerdos del pasado”
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Por otro lado, al grupo que no se le darían oraciones,
¿cómo podemos estar seguros de que no reciben oraciones
de sus familiares y amigos? ¿No existe nadie que podría
pedir por ellos? ¿Cómo podríamos evaluar esto? Es muy
difícil. Seguramente alguien pedirá por ellos.
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Capítulo VI
Espiritualidad y Religión
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Es religión en cuanto promueve una vida cristiana,
respetuosa de los mandamientos del Cristo.
Al no estar estructurada como religión, el Espiritismo no
sufrió la crisis y la decadencia de las religiones tradicionales.
El Espiritismo agrega el concepto de la reencarnación,
que explica las aparentes injusticias de la vida. El maestro
Kardec nos explica que la reencarnación ya aparece en
el Evangelio, por ejemplo, Elías y Juan Bautista eran la
misma individualidad (Mateo, 16:13).
León Denis nos habla que el Espiritismo nos reveló
al Maestro Jesús como el Espíritu más desarrollado y
evolucionado que vino a la Tierra, siendo el Gobernador
de nuestro planeta.
“Jesús es el mediador y no el redentor porque la idea de
la redención no resiste el menor examen”. (“Cristianismo y
Espiritismo”)
Jesús vino a mediar por nosotros, a intervenir a
nuestro favor, de alguna manera.
En cuanto a la redención es real que nadie redime a otro.
Somos nosotros mismos quienes, a través de esfuerzos,
aprendizajes y muchos intentos, vamos haciendo nuestro
camino a Dios. Vamos corrigiendo errores, cayéndonos y
levantándonos y así, lentamente, evolucionando. Nadie
puede hacerlo por nosotros. Por eso el maestro Jesús
vino a enseñarnos el camino correcto, vino a intervenir
a nuestro favor ante el Padre. Nos mostró la manera de
actuar pero el camino lo tenemos que caminar nosotros.
Es nuestra responsabilidad.
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Capítulo VIII
Ser espírita en tiempos de pandemia
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manera, esto significa que los que se vayan ahora, o sea, que
desencarnen por este virus o por cualquier cataclismo que
pudiera surgir, sean Espíritus muy equivocados o inferiores.
Nadie sabe por qué se van algunos y otros quedan. Todos
estamos evolucionando y así seguiremos el camino, acá o
en otro planeta. Lo importante es tomar conciencia de
la necesidad y urgencia de nuestro cambio interior.
Tenemos que disponernos para los nuevos tiempos, que
exigen cordura, moralidad y amor al prójimo.
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LA ORACIÓN EN LA PANDEMIA
La Plata, 20 de abril de 2020.
Aislamiento obligatorio, incertidumbres, expectación,
reflexiones compartidas que despiertan inquietudes con la
extraña sensación de esperar sin saber qué esperar.
Un virus tan contagioso como invisible, que ha puesto
de rodillas los sistemas de salud de aquellos que parecían
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demás, nuestros hermanos. Significa ayudar siempre, de
la forma que podamos, en las condiciones que estemos.
Significa compartir tiempo, aunque sea a la distancia, por
la cuarentena. Hablar por teléfono, escuchar al que esté
angustiado, alentar a confiar en la Providencia Divina,
no sentirnos angustiados ni temerosos. Tenemos que ser
responsables, conscientes de los peligros de esta peste,
tomar los recaudos necesarios pero mantener el ánimo
bien alto, confiado en que ni una hoja se mueve sin el
permiso de Dios. Todo lo que está ocurriendo tiene un
motivo, aunque tal vez no lleguemos a comprenderlo
totalmente. Estamos en plena transición planetaria, o sea,
en el comienzo de una larga etapa nueva, donde surgirán
los hombres de la Sexta Raza Adámica o “Consoladores”.
Según indicaciones del mundo espiritual, esta sería la
penúltima raza de la Tierra, seguida finalmente por la
Séptima Raza. Nuestro planeta, entonces, habrá terminado
y completado este primer círculo y comenzará otro nuevo.
(“Las Razas Adámicas”, de la autora)
Estamos viviendo un proceso histórico y es bueno
que seamos conscientes de eso. De alguna manera somos
privilegiados. Estamos siendo parte activa de la historia
planetaria. Somos protagonistas del mayor cambio en
la Tierra. Es más importante que la era del hielo, que la
muerte de los dinosaurios, que el descongelamiento
de los polos, que los cambios climáticos y sus grandes
cataclismos. Es más fuerte que todo lo anterior.
La cantidad de muertos aumenta diariamente en
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Capítulo IX
El advenimiento de la Sexta Raza Adámica
o “Consoladores”
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Escuchemos a Juan:
“Si me amáis, guardaréis mis mandamientos y yo rogaré
al Padre y os dará otro Abogado que estará con vosotros
para siempre, el Espíritu de Verdad, que el mundo no puede
recibir porque no le ve ni le conoce; vosotros le conocéis
porque permanece con vosotros y está en vosotros.” Juan,
14: 15-18
Ese Consolador es el Espíritu de Verdad, que dictó a
los médiums de Kardec toda la Doctrina Espírita, contenida
en los cinco libros básicos.
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9. Zarathustra
10. Orfeo
11. Fu- Hi.
12. Budha
13. Jesús
(“Las Razas Adámicas”, de la autora)
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Conclusiones
Es bueno recordar que somos los mismos hombres que
empezamos como mónadas, espíritus iniciantes que no
llegaron a reencarnar, solamente se aproximaban a la Tierra.
Fuimos reencarnando, a través de los milenios, para seguir
evolucionando. Somos las mismas almas aprendiendo
sin cesar, en este maravilloso laboratorio de almas que
Dios creó para nosotros. Somos los mismos Espíritus que
fuimos haciendo experiencias terrenales en las cinco razas
adámicas vivenciadas hasta ahora y los que nos preparamos
para reencarnar en la sexta o de los consoladores.
Por lo que vamos entendiendo seguramente reencar-
naremos muchas veces más antes de pertenecer a esa
Sexta Raza Adámica. Hay mucho camino para andar
todavía, antes de llegar allí.
Somos nosotros haciendo experiencias en diferentes
cuerpos, en diferentes tiempos y con historias personales
bien diferentes pero seguimos siendo el mismo Espíritu
eterno.
Somos la misma individualidad que vive muchí-
simas personalidades.
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Bibliografía
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Otras obras de Etel Schulte