Principios Básicos de Primeros Auxilios: Introducción
Principios Básicos de Primeros Auxilios: Introducción
Principios Básicos de Primeros Auxilios: Introducción
primeros auxilios
Juana Mª Moral Rubio
1. INTRODUCCIÓN
El Auxiliar de Enfermería como persona que forma parte del equipo de salud, ya sea
de un Hospital, Centro de Salud, etc., va a estar en contacto continuo con personas que
van a presentar una serie de patologías, las cuales en un momento determinado pueden
ocasionar una situación de riesgo vital y, como se verá a lo largo de este tema, el tiempo
es el factor que más va a ayudar al éxito o fracaso de la intervención de Socorro que se
lleve a cabo. El/la Auxiliar de enfermería debe estar capacitado para atender de forma
correcta y con precisión accidentes que necesiten primeros auxilios.
Esta necesidad se hace extensiva a toda la sociedad, todas las personas adultas e
incluso los niños debería formarse en técnicas de socorrismo y primeros auxilios, ya que
según se ha demostrado más del 60% de los accidentados reciben la primera asistencia
de las personas que acuden en primer lugar a la zona del accidente y que por lo general
no corresponde a personal especializado.
La formación que se debe tener en este campo debe ir desde la atención en caso
de hemorragias, fracturas, quemaduras, hasta la resucitación cardiopulmonar en caso de
un infarto. Todo esto va a ayudar en muchas ocasiones a salvar la vida de las víctimas o
bien a disminuir los riesgos y efectos derivados de los accidentes.
Es por todo esto que el personal Auxiliar de Enfermería debe conocer y manejar
todas las técnicas necesarias relacionadas con el socorrismo.
2.1. TRANQUILIDAD.
Hay que actuar deprisa pero con serenidad, transmitiendo a los demás una sensación
de seguridad, y por supuesto a la propia víctima. Así se logrará dominar la situación y
evitar el pánico.
B) ALERTAR.
Cuando es necesario avisar a los servicios especiales de socorro, también esto debe
hacerse correctamente, y en la llamada hay que indicar siempre:
C) SOCORRER.
En un accidente, las víctimas pueden presentar diversas lesiones. En estos casos se
debe realizar un orden de prioridades para atender en primer lugar a aquellas que impliquen
una urgencia vital.
Con todo esto se demuestra que el socorrista es el primer eslabón en la cadena de
supervivencia que se pone en marcha cuando se establece una citación de emergencia o
un accidente.
B) COMPROBAR LA RESPIRACIÓN.
En un accidentado que se encuentra boca arriba, la lengua al caerse hacia atrás
puede dificultar la respiración.
Si una persona inconsciente respira, inclinaremos la cabeza hacia atrás, esto hará
que la lengua se desplace hacia atrás permitiendo el paso de aire, lo que se denomina
“maniobra de apertura de las vías aéreas” o maniobra de frente mentón.
Esta maniobra “frente-mentón” se realiza de la siguiente manera:
1. Colocar la mano en la frente del accidentado y la otra en el mentón, y
empujando la cabeza con suavidad hacia atrás.
2. A continuación se comprueba la existencia de objetos extraños alojados
en las vías aéreas.
Ahora con las vías aéreas abiertas se comprueba la respiración acercando la mejilla
del socorrista a la boca de la víctima, comprobando que exhala aire o siente calor. También
se puede comprobar mirando si el pecho sube o baja.
Si el accidentado respira con normalidad, se deja en posición lateral de seguridad.
En el caso de que la víctima no respire, hay que proceder a realizar la respiración artificial
por el método del boca a boca.
TÉCNICA DEL “BOCA A BOCA”.
• Manteniendo la cabeza bien echada hacia atrás, comprimir la nariz (sobre su
parte blanda), con los dedos índice y pulgar de la mano que sujeta la frente.
• Coja aire, abra su boca y aplíquela alrededor de los labios del accidentado;
a continuación sople dos veces seguidas en el interior de la boca del
accidentado; verá como el pecho sube y baja, lo cual indica que la insuflación
es correcta.
• Tras estas dos primeras insuflaciones se comprueba la existencia de pulso
carotídeo; si se percibe quiere decir que el corazón está funcionando, en este
caso se continúa realizando insuflaciones a un ritmo de una insuflación cada
4 o 5 segundos (aproximadamente unas 12-15 insuflaciones por minuto).
Si tras esta maniobra no se recupera la respiración de forma espontánea, será
conveniente hacer compresiones abdominales.
Hay ocasiones en las que no se puede realizar el boca a boca porque existen
dificultades para sellar los labios bien, entonces se realiza la maniobra “boca-nariz”
3.4. HEMORRAGIAS.
Se define hemorragia como: la salida de sangre del interior de un vaso
sanguíneo.
Las hemorragias se pueden clasificar de varias formas, en función del tipo de vaso
que se haya roto, si la sangre sale al exterior o no.
HEMORRAGIAS INTERNAS.
Cuando una persona sufre un accidente como una caída y tras la misma no hay
signos aparentes de hemorragias, debemos sospechar o al menos ponernos en alerta de
la posible existencia de una hemorragia interna. Los síntomas que aparecen cuando una
persona sufre una hemorragia interna son:
• Piel pálida, fría y sudorosa (sobre todo en la cara).
• Pulso débil y rápido.
• Respiración rápida y superficial.
• Inquietud o ansiedad, que poco a poco se irán convirtiendo en somnolencia.
• Sed.
El protocolo a seguir en estos casos es el siguiente:
CURAS.
Los pasos a seguir para curar una herida son los siguientes:
1. En primer lugar hemos de preparar el material necesario para realizar dicha
cura: suero fisiológico, antiséptico local, gasas, pinzas.....
2. Si la herida presenta una hemorragia, antes de curarla debemos intentar
contener la misma.
3. Se debe lavar las manos con agua y jabón antes de proceder a la cura, de
esta forma evitaremos contagios e infecciones.
4. Limpiaremos la herida sucia con agua oxigenada a chorro, después se lavará
con suero fisiológico. Si no disponemos de lo anterior se lava la herida con
agua y jabón.
5. En el caso de que existan pequeños cuerpos extraños dentro de la herida
procederemos a retirarlos cuidadosamente con una gasita o unas pinzas. En
cambio si el objeto está incrustado entonces lo dejaremos en su lugar ya que
actúa como tapón para evitar la hemorragia.
6. La herida se seca con gasas tomando la dirección desde el centro hasta la
periferia para evitar contaminarla.
7. La herida se pincelará con un antiséptico (povidona yodada, clorhexidina...).
CONTUSIONES.
Es una lesión producida por un impacto de un objeto pero que no produce alteración
en la continuidad de la piel. Puede haber lesión de músculos, vasos sanguíneos, etc.
- CONTUSIONES DE PRIMER GRADO. Debido al golpe se rompen capilares,
provocando una pequeña pérdida de sangre, conocida como equimosis
(cardenal). La piel se pone de color morado, en el transcurso de los días va
variando el color hasta ponerse amarillento.
- CONTUSIONES DE SEGUNDO GRADO. El golpe es más intenso y se rompen
vasos sanguíneos de mayor calibre, y aparecen hematomas o “chichón”.
- CONTUSIONES DE TERCER GRADO. Existe un aplastamiento importante de
partes blandas (grasas y músculos y también puede afectar nervios y huesos).
La piel se vuelve frágil y puede romperse.
SÍNTOMAS.
1. Contusión de primer grado.
- Dolor.
- Ligera inflamación.
2. Contusión de segundo grado.
- Dolor.
- Inflamación manifiesta en la zona.
3. Contusión de tercer grado.
- Dolor intenso.
ACTUACIÓN.
• Aplicar frío local, durante 20 minutos cada hora.
• Si la contusión afecta alguna extremidad, elevarla por encima del corazón.
• En las contusiones de tercer grado, éstas deben inmovilizarse como si se
tratara de una fractura, dejando el frío local hasta la llegada de la asistencia
sanitaria.
• No presionar, pinchar, ni reventar los hematomas.
CLASIFICACIÓN.
• Quemaduras de primer grado: afectan a la epidermis, los síntomas que
presenta un accidentado con este tipo de quemadura son: enrojecimiento
doloroso de la zona y calor local. Se curan en una semana.
• Quemadura de segundo grado superficial: afecta a la parte más superficial
de la dermis, los síntomas locales que aparecen son: flictenas (ampollas),
dolor, tensión, tirantez, calor local. Se curan espontáneamente en unas tres
semanas.
• Quemaduras de segundo grado profundas: afectan a la parte más profunda
de la dermis, los síntomas de este tipo de quemaduras son: la piel adquiere
un aspecto blanquecino como nacarado y rosáceo, las quemaduras de este
grado no son dolorosas, ya que debido a la profundidad de piel que se ha
TRATAMIENTO.
El protocolo de actuación a seguir en el tratamiento de las quemaduras dependerá
de la profundidad y de la extensión de la misma. Lo más importante en las quemaduras
cuando se aplican los primeros auxilios es evitar la infección, y evitar también lesiones
añadidas.
• Lavar la quemadura con suero fisiológico o en su defecto con agua corriente,
para enfriar la quemadura. Hay que procurar que el agua no caiga de forma
directa sobre la quemadura, y evitar también enfriar la quemadura por
inmersión ya que se potencia la infección.
• Retirar la ropa de la lesión siempre y cuando no está pegada a la piel, en
cuyo caso se dejará.
• Si la quemadura es de segundo grado superficial o de primer grado y la
extensión no es muy grande, no es preciso acudir de inmediato a un servicio
de urgencias. La quemadura se debe cubrir con un paño limpio y si se tienen,
con gasas estériles.
• En las quemaduras que presentan ampollas, éstas no se deben pinchar nunca a
no ser que comprometan la movilidad de una articulación en cuyo caso debe
ser realizado este proceso. La piel que cubre la ampolla no debe retirarse nunca
ya que sirve como apósito estéril evitando así la entrada de microorganismos
patógenos. Si la piel de la ampolla está rota y no está completa sí que debe
retirarse, ya que se favorece la infección con la misma.
• La quemadura se puede cubrir una vez lavada con una pomada especial para
las quemaduras, que por regla general llevan en su composición antibióticos
para evitar la infección de la lesión.
3.7. TRAUMATISMOS.
• LUXACIÓN.
Se define como la separación mantenida de las superficies articulares, es decir que
la articulación ha quedado desmontada.
SÍNTOMAS.
• Dolor intenso como consecuencia de la tensión mantenida.
• Inflamación de la articulación.
• Deformidad articular comparada con la extremidad no afecta.
• Impotencia funcional de la articulación.
La actuación en este caso es idéntica a la de los esguinces, insistiendo en que se
hace necesaria la inmovilización y traslado al centro sanitario.
• FRACTURA.
3.9. POLITRAUMATIZADO.
Un traumatismo es un accidente producido por un agente de tipo mecánico, de
forma que aparecen trastornos con destrucción completa o en gran parte de los tejidos y
con una amplitud de zona y profundidad que pueden variar.
A) TÓXICOS INGERIDOS.
• Se realiza una valoración primaria de la víctima, de modo que si la víctima
presenta un problema vital, se actúa en consecuencia. Si es necesario realizar
maniobras de resucitación cardiopulmonar, es conveniente que la respiración
asistida se haga de forma “boca-nariz” para evitar el contacto del socorrista
con el tóxico.
B) TÓXICOS INHALADOS.
La inhalación de gases tóxicos es muy frecuente en diferentes casos como son los
incendios, escapes de gases, o intoxicaciones producidas por braseros, calentadores. En
algunas ocasiones el olor característico del humo facilita el auxilio, pero gases como el
Monóxido de carbono que es inoloro dificultan la actuación.
• Separar a la víctima del ambiente tóxico, sacándola al aire libre o aireando
el lugar. Asegurar la estancia para evitar posibles accidentes añadidos.
• Realizar una valoración de la víctima para ver si hay compromiso vital y si
es así realizar las maniobras de resucitación cardiopulmonar.
• Trasladar a un centro sanitario en caso de que sea necesario.
Para el socorrista:
• Si hay que entrar en un lugar con humo abundante o gas, átese una cuerda a
la cintura que esté sujeta por alguien en el exterior, y entre con un pañuelo
mojado atado a la boca y nariz.
• En caso de que el humo sea denso, ande agachado o arrástrese por el
suelo.
3.17.1. Insolación.
La insolación es un trastorno grave. Aparece después de una exposición prolongada
al sol o bien debido a un ejercicio físico prolongado en un ambiente muy caluroso.
Concretamente consiste en un agotamiento por calor o por deshidratación externa, en
la que la pérdida de sales minerales y agua no afecta a un músculo sólo, sino a todo el
organismo.
SÍNTOMAS.
• Temperatura corporal ligeramente elevada.
• Piel caliente, húmeda y enrojecida.
• Dolor de cabeza.
• Náuseas.
• Visión borrosa.
3.17.2. Hipotermia.
Frente a una temperatura baja, nuestro cuerpo reduce el aporte de sangre a la capa
más externa de la piel intentando mantener la temperatura de los órganos vitales.
Los músculos de la cara, brazos y piernas recurren a un mecanismo para producir
calor de modo que se provocan pequeñas contracciones involuntarias (escalofríos). Estas
ayudas pueden agotarse, de modo que se puede a llegar a producir un enfriamiento
interno. Por debajo de los 34 grados de temperatura corporal empieza a perderse el nivel
de conciencia, el ritmo cardíaco y la respiración se hacen más lentas, llegándose incluso
a la muerte por hipotermia.
Los pacientes con hipotermia sin signos de inestabilidad cardiaca podrán ser recalentados
externamente utilizando un plan de actuación con técnicas no invasivas. Sin embargo,
los pacientes que presenten signos de inestabilidad cardiaca deben de ser trasladados
directamente a un centro con capacidad de realizar soporte vital extracorpóreo.
SÍNTOMAS.
• Cambios bruscos de comportamiento de la persona.
• Falta de atención.
• Paso lento, inestable, con caídas frecuentes.
• Rigidez en los miembros.
• Palidez de piel y mucosas.
ACTUACIÓN.
• Trasladar a la víctima a un lugar seco, cerrado y caliente.
• Cambiar la ropa húmeda por seca.
• Aportarle calor externo, empezando por la parte más distal del cuerpo. La
mejor forma es con un baño de agua tibia.
• El calentamiento debe ser de forma gradual.