HB (DL #1) Deadly Temptation
HB (DL #1) Deadly Temptation
HB (DL #1) Deadly Temptation
Deadliest Love #1
Si alguna vez quisiste pisotear las bolas de un ex novio con tacones
5
altos, esto es para ti.
Esa noche…
6
Sus ojos queman como láseres, abrasando mi trasero mientras
me dirijo a la barra por mi tercer trago. Una sonrisa se extiende por
mis labios mientras balanceo mis caderas dramáticamente. Si está
mirando, ¿por qué no darle un espectáculo? Después de todo, no
hay mejor manera de superar a alguien que estar con otra persona.
—Salud.
7
Es él.
Arqueo mi ceja.
¿Qué hace él para ganarse la vida? Debe ser millonario para ser
miembro aquí. No me parece un banquero: esos bastardos
aburridos son fáciles de detectar porque usan el estado del mercado
de valores para iniciar una conversación. Tampoco es abogado: son
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estirados, siempre gastan su dinero y se jactan de cuánto cuestan
las cosas. No creo que sea alguien que haya heredado dinero. A los
mocosos de los fondos fiduciarios les encanta la fiesta y tener
vacaciones sin parar, pero no puedo descartarlo como una
posibilidad. Parece tener treinta y tantos años, por lo que sus días
de fiesta podrían haber quedado atrás.
El nombre de mi hermana.
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pies y matar por ti.
11
—Pero me he centrado en el trabajo —dice, poniendo fin al
tema—. Me mantengo ocupado y volví a Londres para variar. Tal vez
sea hora de conocer a alguien especial y establecerme.
—Siempre te alcanzaré.
15
a ser.
—¡Oye, por aquí! —Daisy es dos años menor que yo, pero
siempre ha sido la sensata. Me protejo los ojos antes de que los
faros brillantes casi me cieguen—. ¿Eres tú?
—¡Entra!
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¿No puede ver que estoy en medio de algo? Daisy no sale a
menudo, prefiere acurrucarse en el sofá y leer libros de romance.
Para alguien que disfruta leyendo obscenidades de monstruos, está
siendo increíblemente desconsiderada con mi situación actual.
Él sonríe.
—No lo estaré hasta que sepa que has llegado a salvo. —Sonríe,
haciendo que las líneas finas se arruguen alrededor de sus ojos
brillantes—. Llámame.
18
Ivy
19
Mi cabello de fuego recién teñido se arrastra hasta mi cintura en
rizos sueltos. El rojo es mi favorito color, como los charcos de sangre
en los que dejo a mis objetivos.
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coquetea con un grupo de hombres con barba que están lo
suficientemente delirantes como para creer que ella está interesada
en ellos. Noticia de última hora: No lo está. Si algo parece demasiado
bueno para ser verdad, por lo general lo es. Dejando a un lado la
genética desafortunada, ¿por qué alguien se sentiría atraído por los
hombres que no se han duchado durante semanas?
21
la barra libre. ¿Quién puede culparlos cuando pasan el resto del
año atrapados detrás de una pantalla descifrando códigos?
Es tiempo de actuar.
—Sí.
Para alguien que pronto será uno de los hombres más ricos del
país, uno pensaría que estaría de mejor humor.
23
levanto de nuevo—. Ambos están en la portada.
—Bien.
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—¿Trabajo hecho? —pregunta Penélope en mi oído.
Mierda.
Mi corazón da un salto.
Veo un rostro que reconozco entre la multitud. Cabello negro y
lacio, hombros anchos y un memorable anillo de bodas grueso en
su dedo grabado con un escudo familiar. Anthony Steel. Él estaba
allí esa noche. La noche que cambió mi vida hace cinco años. La
noche que mataron a mi hermana y me dieron por muerta.
Maldita sea. Veo a Anthony, rodeado por otros tres, saliendo del
edificio. Incluso si quisiera llegar a él, no puedo. Hay demasiados
testigos y quiero tomarme mi tiempo con él. Tal como lo hizo con
Daisy.
Seb me pasa una copa flauta. Susurros silenciosos nos siguen
mientras me lleva a una cabina tranquila, lejos de miradas
indiscretas.
Por supuesto que lo es. Cumple con los requisitos para ser un
rico e inteligente al que le gusta tirar el dinero.
Me cruzo de brazos.
—Ese es mi trabajo.
—No todos los días conozco a alguien como tú. —Sus palabras
envían un escalofrío de anhelo por mi espalda. No me he sentido así
en mucho tiempo, y la sensación es extraña—. Quiero saber más
sobre ti, Rose…
—Rose Hathaway —termino su oración—. Y tú eres… —Recojo
su tarjeta. Sebastian Montgomery.
29
Seb
Paso saliva.
Me dirijo a Bram.
34
Ivy
—Será mejor que esto no sea otra excusa para darme lecciones
sobre los huevos de Yoni —digo, dando otro puñetazo en la bolsa
con un golpe satisfactorio—. No me interesa.
Ella y Alaric han sido pareja durante años, pero eso no le impide
salir con otros hombres para obtener información. Ella es la trampa
de miel perfecta. Alaric entiende que el trabajo es lo primero, pero
le está dando menos de esos trabajos ahora que tenemos más
agentes. No lo admitirá, pero no quiere compartirla.
Eso servirá, ¿no? Tal vez piense que soy grosera y exigente, por
lo que no responderá en absoluto. Eso sería mejor para todos.
—No estoy jugando nada —me quejo—. Solo estoy haciendo esto 39
por ti.
Los Duques.
41
Seb
—Perfecto.
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— Qué jodidamente original —murmuro sarcásticamente.
Enciendo el taladro.
—No estoy seguro —dice Adam—. Todo lo que hice fue pagar su
cuota de membresía, y luego me hizo preguntas y me contó sobre
sus diferentes paquetes.
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—¿Paquetes? —Callen frunce el ceño—. ¿Qué tipo de paquetes?
—Un millón para unirse al club, luego siete millones para matar
—responde Adam. Una ganga, considerando que es una pequeña
fracción de lo que ganaría con la muerte de Danny—. Envié la mitad
antes y la otra mitad después. Me dieron instrucciones estrictas
para que pareciera que estaba pagando por otra cosa.
Le respondo a Rose:
—Dije, destrúyelos.
Él suspira exasperado.
—No sabrán qué los golpeó —digo con una sonrisa—. Voy a
cancelar la cita.
Por frustrante que sea, tengo que seguir las reglas. Una orden
es definitiva, pero eso no significa que esté contenta por ello. Hago
un puchero y aplico una capa de lápiz labial rojo, luego froto mis
labios.
Media hora antes, para ser exactos. Quiero ser la primera aquí
y conocer el entorno.
—Sebastian Montgomery.
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Oh, ya sabes... asegurándome de que puedo hacer una salida
rápida si necesito matar a alguien.
Un golpe de metal.
Cristal triturado.
Sus gritos.
58
Ensangrentada, golpeada, desnuda.
Eso es lo que pasa con las mentiras. Tienes que estar cerca de
la verdad para ser convincente. Cuando creé la identidad de Rose
Hathaway, planeé todo hasta el más mínimo detalle. Eso es lo que
tienes que hacer. No es suficiente inventar un cumpleaños falso.
Tienes que saber tu horóscopo, dónde naciste, la historia detrás de
cada momento crucial en la vida de Rose y una explicación de cómo
obtuvo sus cicatrices. Rose es dos años menor que yo. La misma
edad que habría tenido Daisy. La mantiene cerca.
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—Es como si nada y todo ha cambiado. Sigue siendo un hogar,
pero eso no siempre es algo bueno. Me gusta viajar y conocer
diferentes lugares.
61
Seb
—Realmente debería…
Asiente.
—Trato.
65
Ivy
—¿Cómo estás?
—Yo…
—Gracias —murmuro.
—Diviértete.
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—Llegas justo a tiempo —dice, abriendo el champagne con
destreza y dejando que la mezcla burbujeante fluya en dos copas—
. Una bebida más.
Seb toca la pantalla que nos separa del conductor, luego se gira
hacia mí.
Se recuesta en su asiento.
Se ríe.
—Joder —gime.
—¡Sí!
Gruñe: 73
—Lo harás.
74
sus dientes mordisquean mi cuello, y me susurra al oído lo
jodidamente bien que se siente mi coño envuelto alrededor de su
eje.
—Sí.
¿Qué hice?
Callen
77
Armas apuntan desde sus ventanas.
Noches como esta me dan otra razón para haber dejado atrás mi
antigua vida. Salvar vidas te da poder, pero quitarlas es un acto de
Dios. Freddie retrata a los Duques como protectores, pero sé
quiénes somos realmente. Asesinos. Matamos para proteger.
Proteger a nuestros clientes y a nosotros mismos. ¿Y yo? Bueno, yo
soy el Duque del puto caos.
78
Cuando vuelvo a la casa, son las tres de la madrugada. El auto
de Freddie está en el garaje, así que tirar el cuerpo debe haber ido
sin problemas.
Los labios de Seb se curvan. Salta y se lanza hacia mí, listo para
pelear. Dale.
—Ella es diferente.
—No entiendes.
Freddie todavía suspira por una chica muerta que conoció hace
cinco años. Se encontraron una vez. Nunca se mojó la verga, pero
todavía visita su tumba con flores todos los meses. Está convencido
de que ella era «la única», sea lo que sea que eso signifique.
Evito su mirada.
—Fue... bien.
—¿Los encontraron?
Miro sus rostros, tratando de dar sentido a sus rasgos. Señalo los
detalles, entrecerrando los ojos para ver más allá de los bordes
borrosos. Tiene un tatuaje de águila en el cuello. El que está a su lado
tiene un anillo de bodas con una marca distintiva. El otro tiene una
cicatriz distintiva en los nudillos. Cierro los ojos con fuerza como si
presionara un botón en una cámara. Tengo que recordar.
¡No!
88
destrozando.
89
abrasa mis venas.
—¿Tu lista?
—¿Cómo supiste?
—Te hice dejar el país por tanto tiempo por una razón —dice—.
Necesitabas tiempo para perfeccionar tu oficio y convertirte en la
mejor. Cuando trabajes en tu lista, debo asegurarme de que tus
emociones no te cieguen.
Se ríe.
91
mi lealtad. Sin ella, sería la misma mujer débil y patética que no
podría protegerse a sí misma ni a su hermana.
—Bien. —Sus ojos se encuentran con los míos—. Creo que has
esperado lo suficiente. Es hora de que marques un nombre de tu
lista.
Asiento bruscamente.
—Considérelo hecho.
—¿Feliz ahora?
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final de mi lista, es decir, nunca sucederán.
—No va a suceder.
95
la llama su gatita por cómo juega con su presa antes de sacarla de
su miseria.
—Allá.
96
sonrisa brillante mientras pasamos frente a ella para enfrentar al
portero. Ella pasa un dedo con la punta roja por su pecho—. Pensé
que podrías ayudarme a mí y a mi amiga… —Ella se inclina y le
susurra al oído, haciendo que sus mejillas se sonrojen.
—E-entren —tartamudea.
97
Cumpliré treinta el próximo año, y Stephanie es mayor que yo,
pero no parece tener más de veinticinco años. ¿Quién necesita
Botox cuando quitar vidas nos da un impulso extra de vitalidad?
98
Seb
100
Parpadeo para asegurarme de que no lo estoy imaginando. La
percepción motivada es real; nuestros ojos pueden mostrarnos lo
que queremos ver.
No, es ella.
—¿Seb?
101
No podemos hablar correctamente sobre la música a todo
volumen. Tiene que ponerse de puntillas, incluso con tacones, para
gritarme al oído:
Sonrío tímidamente.
—Lo mismo.
102
Ivy
¡Joder-joder-joder-joder! 103
Dejo a Seb luciendo un semi-erección en medio de la pista de
baile y corro a los baños. Me miró de manera extraña, como si
estuviera tratando de resolver algo. ¿Se dio cuenta de mis ojos?
Nunca me ha visto sin mis lentes de contacto azules.
—Sigue a tu corazón…
—Escucha el universo…
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hasta que insonorizaron su dormitorio. Ella y Alaric son como
leones cuando lo hacen.
—Seb, no deberíamos…
Giro mis caderas para que llegue al lugar perfecto. ¿Cómo puede
hacer que me moje tan rápido?
108
aprieta en sus dedos. Su cuerpo sujeta el mío en su lugar,
sosteniéndome mientras me corro sobre él. El placer se precipita en
olas rompientes, y las pupilas de Seb se dilatan mientras lo ahogo
en un calor resbaladizo.
Desliza sus dedos fuera de mí, brillantes por mis jugos, y los
mete en su boca para lamerlos hasta limpiarlos. Joder, eso es
caliente.
Maldito mentiroso.
111
profunda y lucho contra mi abrumadora necesidad de interponerme
entre ellos. Si lo hago, eso solo le demostrará a Rose que soy un
psicópata posesivo, y no querrá volver a verme nunca más.
—Tú…
112
—Mantendría tu boca cerrada si no quieres una mandíbula rota
—amenazo.
Callen se ríe.
—Promesas, promesas.
Ivy
Camino por las calles hecha una furia. Si mis tacones fueran 113
picos, dejarían grietas en la piedra.
114
. ¡Alaric!
—Será mejor que esto sea importante, Ivy —ruge Alaric desde lo
alto de ellas.
116
planta baja.
—¿Qué pasó?
Freddie bosteza.
122
—No gracias a ti.
Seb asiente.
—Siempre.
Estamos solos.
Goteo.
Goteo.
127
ser minuciosa. Estiro su piel arrugada y me río mientras clavo sus
bolas en el banco. Cinco en cada uno: haría más si no fueran pasas
del tamaño de un bocado. Es una pena que no tenga el número de
Candy. Creo que le gustaría ver mi obra maestra.
—Mátame.
129
Bram
—Un favor.
Levanto las cejas. Vas a tener que hacerlo mejor que eso.
—¿Para quién son estos? —Callen baja las escaleras, agarra una
tarjeta del montón y niega con la cabeza—. Seb lo tiene mal. ¿Qué
tal si te ayudo a entregarlas? Podemos pasar por el pub al regresar
y comer algo.
131
Asiento. ¿Qué puede salir mal?
Le quito las llaves de los dedos. No, conduciré yo. La última vez
que se puso detrás del volante, lo fotografiaron dos cámaras de
velocidad.
Espera, ¿qué?
133
—Sí, ocupado siendo un perro guardián —se burla Callen—.
¿Cómo te sentirías si te dijéramos que tu bonita novia está tomando
algo con otro hombre?
Hago una mueca. Con Callen, es más fácil decirlo que hacerlo...
134
Freddie
—Whisky.
—¿Nos sentamos?
Las brasas crepitan mientras nos ponemos cómodos. Se reclina
en su silla, estudiándome. Si quiere que lo impresione como sus
otros bufones de la corte, no soy la persona adecuada.
—Sí.
Spencer se retuerce.
141
—¿Es realmente necesario?
Asiente.
—Y hay una cosa más —le digo—. Le dirás a todo el mundo que
has contratado a Royal Protection, pero nadie puede saber que
somos los Duques. No puedes revelar mi identidad ni la de mis
compañeros, a nadie. Porque si lo haces, te dejaremos en una
posición aún peor que la de Steel. Solo que nadie encontrará nunca
las piezas.
Traga saliva.
—Entendido.
142
—¿Y bien? —me pregunta Seb cuando regreso al auto—. ¿Qué
quería?
—Iré a hablar con ella —le digo a Bram. Me lanza una mirada 143
que dice como si yo pudiera. Bastardo sarcástico—. Cuando lo haya
asustado, puedes seguirlo y averiguar a dónde va.
144
—No es que sea de tu incumbencia, pero este es Jake —espeta.
Cruza los brazos, llamando la atención sobre esos hermosos pechos
en los que quiero enterrar mi rostro—. Él es una fuente para un
artículo que estoy escribiendo. Estamos en medio de una reunión.
145
—Gracias por venir, Jake —dice Rose—. Te enviaré un borrador
antes de que se publique.
—Lamento la interrupción.
Él duda.
—¿Estarás bien?
Mis ojos lo siguen mientras se va. Sí, eso es. Sigue caminando.
Bram está esperando en la salida y se escabulle tras él. Ahora tengo
toda la atención de Rose.
—¿Interrumpir a la gente es un hábito tuyo? —dice Rose,
levantándose de la mesa, sin esperar respuesta—. Tengo que ir a
casa y escribir mis notas.
—Aun así —digo. Vuelco las migas del paquete de papas fritas
en mi garganta—. Puede que no sea británico, pero eso no significa
que no sea un caballero.
Se burla. 146
—Alguien como tú nunca será un caballero.
—Está bien. —Acepta de mala gana. Tal vez siente que está
luchando una batalla perdida—. Pero no quiero hablar.
—Después de ti.
147
Soy un hombre atractivo. No podrá contenerse por mucho más
tiempo—. Si no es tu novio, ¿eso significa que permitirás que
cualquiera te folle con los dedos en un club? ¿Hay algún lugar
donde pueda inscribirme?
—Eres increíble.
Basta, Ivy.
—Sebastian cree que eres una buena chica. Pero yo veo a través
de tu actuación, princesa. 150
Me quedo helada. ¿Qué sabe él? No me muevo, jugando a lo
seguro. En mi bolso, tengo un cuchillo disfrazado de pintalabios.
Puedo agarrarlo, y...
Se ríe.
Lo siento.
¿Puedo tener una segunda oportunidad para compensarte?
Cena. Sábado por la noche. Mismo lugar.
Estaré esperando.
Seb.
Suspiro y la guardo en mi bolsillo trasero. ¿Estoy siendo
demasiado dura? Mi pasado hace que sea difícil confiar en alguien.
Parece un buen tipo... y es jodidamente increíble en la cama.
—¡Auch!
152
Se me caen de las manos y levanto el dedo índice. Una gota de
sangre brota del corte. Malditas espinas.
153
Saco un jarrón que está debajo del fregadero.
154
Bram
—¿Quién eres?
No respondo, obviamente.
—Ese es por mi auto —se burla—. Estás con ellos, ¿no? Los
Duques.
Mierda.
—¡Eh! —Una voz rebota en los edificios. Me volteo para ver a una
mujer atractiva con cabello rubio largo que se acerca
apresuradamente hacia nosotros en tacones altos—. ¿Qué pasa?
¿Está bien?
—Creo que ocultas algo. Una rabia interior que no dejas que la
gente vea —digo, acercándome por detrás para poner la tetera a
hervir. Realmente quiero una taza de té—. No sé por qué. Quizá
159
porque eres periodista en un mundo despiadado. ¿Quién soy yo
para decirlo? Pero lo veo detrás de tus ojos. Estás jodidamente
furiosa, ¿verdad?
Lo odio.
161
—Puedes negar que me deseas —dice en un gruñido bajo. Su
mirada se detiene en mis pezones puntiagudos mientras se lame los
labios y me folla con los ojos—. Pero puedo sentirlo. Quieres que te
incline y te folle aquí mismo, ¿verdad?
—Vete a la mierda.
162
—Te odio —gruño.
—Jodidamente te odio.
164
Lucha por liberarse de mi agarre y gruño decepcionada mientras
se levanta.
—Tú...
165
que mañana no podrás caminar.
166
Seb
168
Manejo el Maserati hacia el pub donde Rose fue vista por última
vez. De camino, pasaré por su apartamento. Aprieto la mandíbula
mientras paso junto a su edificio. Tengo que tomar una decisión en
una fracción de segundo: ir al pub o ir a verla primero. Mis manos
saben lo que quiero antes que mi mente reaccione, y giro el volante.
No hay otra opción. A diferencia de los Duques, Rose está
desprotegida. Podré concentrarme mejor si sé que está a salvo.
—Rose.
170
—¿Te hizo daño? —le pregunto.
—Ya veo por qué te gusta —balbucea Callen—. Tiene una vagina
tan dulce. —Guiña un ojo—. Y le gusta duro.
171
—¿Por qué él? —murmuro.
—Auch.
172
—¿De qué estás hablando? —pregunta Rose.
Por ir, quiero decir, esperar hasta que Callen se vaya, y luego
173
darle una paliza.
—Sé que estás enfadado, pero no hice nada malo. —Su voz es
tranquilizadora y racional—. No eres mi novio, y te dije que no salgo
con nadie, pero...
Claro, solo hemos tenido una cita y no tengo derecho a estar tan
furioso, pero no puedo evitarlo. Desde que nos conocimos, solo he
pensado en ella, y no quiero que él la tenga. No puede.
Una emoción se agita detrás de sus ojos. Una sola mirada que
me da un rayo de esperanza de que podríamos ser algo más, aunque
ella aún no lo sepa.
Ivy
—Te juro por Dios, Callen —gruñe Seb—, que si le haces daño a
un solo cabello de su cabeza, te mato.
176
—No la lastimaré —ronronea Callen. Se acerca detrás de mí,
apoyando su miembro entre mis nalgas. No tuve tiempo de ponerme
mis bragas antes de la sorpresiva aparición de Seb. Mantengo mis
ojos fijos en los de Seb mientras Callen aparta un mechón de cabello
de mi cuello y lame mi piel, luego agrega—: No, a menos que ella
quiera.
177
No contesta, pero responde a mi pregunta al rodear mi clítoris
hinchado que suplica ser tocado. Mis dedos de los pies se encogen.
Es una lucha mantenerme de pie, pero estar atrapada entre ellos
me mantiene erguida.
178
Se voltea hacia Seb.
—Eso es, Seb —anima Callen—. Fóllala como la sucia puta que
es.
—Espera —gruñe.
179
es jodidamente excitante. Lo único que oigo es el húmedo golpeteo
de los testículos de Seb contra mí. Mi coño se aferra a él, a punto
de venirme, cuando él se retira, dejándome jadeante y confundida.
¡Si no me vengo pronto, alguien va a morir!
—Móntame, Rose.
Carajo.
—Veo que has estado ocupada —dice, enarcando las cejas ante
181
el desorden de la cocina y el montón de ropa tirada—. ¿Has olvidado
nuestro vuelo temprano?
Callen sonríe.
183
asesino sobre compartirla.
—Eso es solo sexo —dice con firmeza. ¿Significo para ella algo
más que eso?—. Nada más.
—Te escucho.
—Totalmente.
—Cállate.
186
—¿Puedo irme contigo?
—No vayas por ahí —le advierto mientras la mirada interrogante 187
de Stephanie se clava en mí como un rayo láser—. Sin preguntas.
—Mi vida sexual no es asunto tuyo. —El hecho de que tenga una
vida sexual es una locura. Cambio de tema—. ¿Vas a decirme por
qué vamos corriendo al cuartel general?
—Bueno, mierda...
190
cuidadosamente sus palabras.
Frunzo el ceño.
191
Bram
193
aceptado como cliente. Demonios, Spencer necesitaría pagar a
alguien más para protegerlo de Freddie. Pero no puedo decírselo.
No, cambié mi silencio por la protección de ella. Tomaría la misma
decisión de nuevo, aunque no esté seguro de si ella sobrevivió...
—Positivo.
—Recibido —confirma.
198
Bram
Espera... ¿Rose?
200
¿Lo estoy imaginando?
Aprieto los párpados con fuerza, pero ella sigue ahí cuando se
abren. Es ella, sí. La reconozco del bar. Rose, la mujer que se está
follando a mi mejor amigo y en cuya puerta dejé flores.
—Eso servirá.
—Así que no puedes hablar. —Me apunta con el arma como un 202
director de orquesta—. Puedes escribir, ¿verdad? Estoy segura de
que Spencer no contrataría a alguien que no sabe escribir.
Mis cejas se fruncen. ¿Spencer? ¿Cree que aún trabajo para él?
Spencer balbucea.
—Pensé que...
Ya he perdido demasiado.
209
Ivy
212
Bram
¿Su lista?
—Paciencia, Ivy —dice Alaric, palmeando su brazo con
simpatía—. Quiero saber qué hacía nuestro invitado en la mansión
de Bexley.
215
Niego con la cabeza rápidamente, demasiado rápido. Mi
negación no significa nada. Ya ha tomado su decisión.
—Por esto.
Vete al infierno.
Si Alaric sabe que soy un Duque, ¿por qué sigo vivo? Hago sonar
mis cadenas. Ivy debería haberme matado. Al menos habría muerto
sin saber la verdad sobre la chica por cuya protección lo arriesgué
todo.
—Sé que no nos dirás quiénes son, así que tengo una idea mejor
—dice Alaric—. A los Duques les gusta jugar, y a nosotros también.
Pediremos a tus amigos que se reúnan con nosotros, y cuando lo
hagan, los mataremos a todos. Si no aparecen, los rastrearemos
uno por uno, y luego te mataremos a ti después de que los hayas
visto morir. 216
Una sonrisa retorcida se dibuja en el rostro de Ivy.
—Empieza el juego.
El ego del chico está herido por nuestro trío. Rara vez vuelvo a
estar con la misma chica dos veces. Mi pene es voluble. ¿Por qué
estar con la misma mujer cuando cada agujero es un objetivo? Pero
Rose me intriga. Haré una excepción por ella. Hay más de ella para
explorar...
218
dejar a Bram. No sabemos con quién está y lo que quieren. Podría
estar con el asesino de Steel. Podría ser un agente del Killers Club.
No sabemos en qué nos estamos metiendo.
—Hay una posibilidad de que esté vivo, así que vamos —dice
Freddie—. Bram es un Duque.
220
Ivy
222
cercanas y se para a charlar, mientras que otros se reúnen en
grupos para compartir platos diminutos y caros.
—Aquí tienes.
Callen y Seb han estacionado unas calles más allá, esperando 225
nuevas instrucciones. Quienquiera que nos haya atraído hasta aquí
para hablar no quiere entablar una amistad. Querrán dinero, o
nuestras vidas, o lo más probable, ambas cosas.
Es demasiado peligroso.
Ella recuerda.
228
Callen
231
—Lo tengo todo cubierto —digo con suficiencia—. Voy a ver qué
pasa.
—¡Joder!
Uno...
Dos...
Tres...
232
Freddie
—¿Por qué nos vamos por acá? —pregunta, mascullando una 233
disculpa avergonzada al personal mientras atravesamos su
cocina—. Sabes que hay una puerta principal, ¿no?
Un ruido fuerte afuera hace que todos salten. Callen. ¿Qué pasó
con lo de no traer explosivos? Justo cuando pienso que ya no
necesita un niñero, hace estas cosas.
234
Un cuarto hombre avanza, imperturbable ante nuestras armas.
Es calvo, tan alto como yo, y está cubierto de tatuajes de la cabeza
a los pies. Es el líder.
—¿Y tú eres?
El Killers Club.
—Zorra.
—¿Qué quieres?
—Quiero que dejen de jugar —dice el líder—. Llevamos en
Londres más tiempo que tu pandillita y no nos iremos a ninguna
parte. Les doy una última oportunidad. Pueden disolver a los
Duques y abandonar la ciudad, o pueden morir. Somos muy buenos
en lo que hacemos.
236
—¿Adónde crees que vas? —le exige el gemelo, arrastrándola
hasta colocarla junto a Bram—. Tú te quedas aquí.
Estamos en ello.
Finjo un intento de escape al tratar de correr. Tweedledum está
sobre mí en un instante. Envuelve su musculoso brazo alrededor
de mi cuello, apretando un poco demasiado fuerte. ¡Por Dios! Podría
fingir que no está disfrutando esto. Cuando estemos en la base, le
daré una paliza en una pelea.
239
puedes elegir a los dos. Entonces, podemos hablar de negocios
reales. ¿A quién elegirás?
—Ya sabes lo que tienes que hacer, Ivy. Averigua todo lo que
puedas y luego mátalos a todos.
Un disparo de pistola.
Miro hacia atrás por encima del hombro para ver a Alaric a
través del borrón de figuras. Cierra la puerta de la furgoneta tras
ellos mientras Stephanie pisa el acelerador. La furgoneta chirría
mientras ella acelera. Los transeúntes inocentes se apartan del
camino mientras se alejan a toda velocidad.
Seb.
Es un Duque.
Seb lo ignora, y sus ojos se encuentran con los míos en el espejo. 241
Continuará…
Deadly Seduction
242
Deadliest Love #2
243
Me divertí mucho escribiendo este libro y espero que hayas
disfrutado leyendo el comienzo de su loco viaje.
Esta serie nunca habría sido terminada si no fuera por el increíble
apoyo de mi esposo. Él es mi chef personal, el que carga los pesados
paquetes de libros y la persona que me sigue recordando que puedo
hacerlo.
Del mismo modo, no puedo agradecer lo suficiente a Ria y Kyla (mis
talentosas lectoras beta) por su continuo apoyo.
Finalmente, gracias, lector, por darme una oportunidad. De entre
todos los libros en el mundo, me siento honrada de que hayas 244
elegido el mío.
Holly Bloom tiene un título en Literatura Inglesa, pero no dejes
que eso te engañe... ¡elegiría una novela romántica candente en 245
lugar de una obra de Shakespeare cualquier día!