Sesion 2 Impuestos

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SESION 2

CLASIFICACION DE LOS IMPUESTOS

1- ¿POR QUE CLASIFICAR LOS IMPUESTOS?

1.1- GRAN VARIEDAD DE IMPUESTOS

Con una simple observación general, somos todos


conscientes de la gran cantidad de impuestos que existen en
el sistema tributario español.
El estudio de los tipos de impuestos puede hacerse de varias
formas. Podemos clasificarlos según una serie de
características comunes, o bien simplemente conociendo
cada impuesto por su nombre.
Clasificar nos sirve para organizar, para ordenar. En nuestra
vida diaria clasificamos, agrupamos diferentes objetos,
plantas o animales, aun sin ponerle ese nombre a nuestra
forma de proceder. El orden que obtenemos al agrupar lo
que queremos conocer o las cosas que tenemos, hace que
resulte más fácil nuestra tarea.
Por eso al establecer unos criterios de clasificación,
simplemente estamos simplificando, la tarea o el
conocimiento de los diferentes impuestos a los que hemos
de hacer frente.
1.2- CRITERIOS DE CLASIFICACIÓN

Existe una gran diversidad de criterios para clasificar los


impuestos. Las diferentes clasificaciones de hacen
atendiendo a un conjunto de criterios complementarios y
que no son excluyentes entre sí.
La clasificación más importante o más extendida es la que
usa el criterio recaudatorio o administrativo, desde esta
óptica hablamos de Impuestos directos e indirectos.
Si el criterio es territorial hablaremos de impuestos estatales,
autonómico y locales.
Si atendemos al sujeto pasivo de los impuestos hablaremos
de impuestos personales y reales.
En cuanto al espacio temporal podemos dividirlos en
periódicos y no periódicos.
Existen más tipos de clasificaciones, pero nos fijamos en las
más comunes o extendidas.
Tengamos en cuenta que cada uno de los impuestos que hay
se pueden encuadrar en todas y cada una de las
clasificaciones, solamente cambiamos el criterio o punto de
vista desde el que nos acercamos a ellos.

2.- CRITERIO RECAUDADOR


Este criterio denominado recaudador es el que en su estudio
distingue si los impuestos gravan la capacidad económica o el
consumo.
Este criterio de clasificación es el más extendido.

2.1.- IMPUESTOS DIRECTOS

Los impuestos directos gravan de manera directa los ingresos


o el patrimonio de los ciudadanos, es decir, los impuestos
directos recaen sobre cada persona.
Los impuestos directos gravan el patrimonio, los ingresos o
cualquier otra manifestación directa de la riqueza de una
persona. Por ejemplo, una vivienda, un terreno o un salario.
Pagas al Estado por lo que tienes y por lo que ingresas.
Al gravar directamente a la persona los impuestos directos
pueden tener carácter progresivo. De modo que, quien más
dinero tenga, más pague. Sirviendo así para redistribuir la
riqueza.
Los principales impuestos directos son:
• El Impuesto Sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF)
y el impuesto sobre la renta de los no residentes: en
este caso el hecho imponible es la renta de las personas
físicas
• El Impuesto de Sociedades (IS) el hecho imponible es el
beneficio que obtienen las personas jurídicas.
• Impuesto sobre el Patrimonio: el hecho imponible es
tener, durante el ejercicio fiscal, la propiedad de
determinada riqueza
• Impuesto de Sucesiones y Donaciones: el hecho
imponible es adquirir bienes a título gratuito.
• Impuesto Sobre Bienes Inmuebles: el hecho imponible
es la posesión de una vivienda u otro tipo de inmueble
urbano.
• Impuesto Sobre Actividades Económicas: el hecho
imponible es la realización de una actividad empresarial
o profesional.
Como iremos viendo algunos de ellos están transferidos a las
Comunidades Autónomas y a los Ayuntamientos.

2.2.- IMPUESTOS INDIRECTOS

Los impuestos indirectos son aquellos impuestos que una


persona debe pagar por el hecho de consumir o utilizar algo.
Nos afectan a todos los ciudadanos por igual. Es decir, todos
pagamos el mismo porcentaje de impuesto,
independientemente del cual sea nuestro nivel de renta o
nuestro poder adquisitivo.
A diferencia de lo que ocurría en el caso anterior, los
impuestos indirectos no gravan manifestaciones de la riqueza
o capacidad de pago del contribuyente, sino que gravan el
uso o utilización que el contribuyente hace de sus recursos
económicos ya que este uso se considera una manifestación
indirecta de su capacidad económica. Por ello gravan el
consumo.
Su mecánica, por lo tanto, es aplicar un porcentaje sobre el
precio de venta de un artículo o servicio que el consumidor
debe pagar.
El contribuyente que soporta el impuesto no paga
directamente el mismo, sino que lo hace a través de una
subida de los precios que paga.
Esto significa que es muy difícil que los impuestos indirectos
cumplan sobre todo el principio de progresividad ya que el
porcentaje que se aplica al precio del bien o servicio es el
mismo con independencia de que quién lo paga tenga
mayores o menores recursos económicos: todos pagan lo
mismo.
Entre los impuestos indirectos podemos referirnos a:
• Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA): lo soporta el
consumidor final de bienes y servicios, aunque su
gestión y pago la realizan las empresas que le venden
ese producto o servicio.
• Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales: su hecho
imponible es la circulación de bienes, servicios y
derechos
• Impuestos Especiales: se aplican sobre determinados
productos como el tabaco, el alcohol, la gasolina, etc.
• Impuesto de Aduanas.
3.- CRITERIO: SUJETO PASIVO

3.1.- IMPUESTOS PERSONALES

Los impuestos personales son aquellos que se estructuran y


definen teniendo en cuenta a un sujeto determinado, algunas
corrientes teóricas les denominan también impuestos
subjetivos.
Un impuesto personal tiene en cuenta las características del
sujeto obligado, como por ejemplo la familia, o la propia
persona, la salud, las cargas familiares, la edad, lo que afecta
a su vez en su consideración fiscal.
Las circunstancias personales del sujeto pasivo se tienen en
cuenta en la valoración del hecho imponible, en el tipo de
gravamen, o en las deducciones o recargos, es decir, en todos
los elementos que determinan cuantitativamente la deuda
tributaria.
Los impuestos personales suelen tener una tarifa progresiva
(tipos impositivos que crecen al incrementarse la base) y
dejar exenta la parte de la renta del contribuyente que se
considere precisa a su subsistencia.
No se grava cada rendimiento o riqueza, por separado, sino
el rendimiento de conjunto.
La ley, al configurar sus elementos, lo hace partiendo de la
intervención de una persona concreta.
Esto implica que los impuestos personales sólo se
devengarán cuando la persona en cuestión realice el hecho
imponible que se grava.
Los ejemplos más claros de impuestos personales son el IRPF
y el Impuesto sobre el Patrimonio.

3.2.- IMPUESTOS REALES

El impuesto real es aquel que no está relacionado con las


circunstancias personales del obligado a pagar, sino que nace
de un hecho objetivo.
Este tipo de impuesto puede ser definido por las leyes de
manera abstracta sin tener en cuenta a ninguna persona y
que todas ellas se vean posteriormente obligadas
independientemente de sus circunstancias personales.
La persona y sus condiciones particulares no es lo
importante, lo relevante es que realiza un hecho que va a ser
gravado con un tributo, lo fundamental es realizar este
hecho, dando igual condiciones familiares o edad.
Un ejemplo es el impuesto de valor añadido, lo importante es
comprar el producto, este acto será gravado
independientemente de la persona, otro ejemplo sería el IBI
(Impuesto sobre Bienes Inmuebles).

4.- CRITERIO TEMPORAL


4.1.- IMPUESTOS PERIODICOS

Son aquellos tributos cuyo hecho imponible se realiza de


forma continuada en el tiempo, como ocurre con los
impuestos personales sobre la renta global de las personas
físicas (el IRPF) o jurídicas (el Impuesto sobre Sociedades), en
los que el hecho imponible definido como la "obtención de
renta" se prolonga a lo largo de muchos años: durante la vida
laboral de una persona física y hasta su fallecimiento, o
desde que una sociedad se constituye hasta que se disuelve o
extingue.
En estos casos el legislador ha tenido que acudir a la ficción
de entender fraccionada la producción del hecho imponible
en períodos impositivos, lapsos temporales que suelen
coincidir con el año natural (o el ejercicio económico de la
entidad), ya que la Hacienda Pública necesita captar recursos
de forma regular para que las instituciones territoriales
puedan atender los gastos que derivan del cumplimiento de
las funciones que son de su competencia.
Cuestión distinta es la obligación de liquidación periódica que
se exige a los contribuyentes de determinados impuestos,
como el IVA o los Impuestos Especiales (trimestral o mensual,
según los casos), con el fin de evitar la excesiva carga fiscal de
cumplimiento que tendrían que soportar las empresas si
tuvieran que liquidar el impuesto correspondiente a cada
operación realizada
4.2.- IMPUESTOS INSTANTANEOS

Son aquellos cuyo hecho imponible se realiza de modo


instantáneo, en un momento concreto: la prestación de un
servicio por un profesional, gravada por el Impuesto sobre el
Valor Añadido (IVA), la matriculación de un vehículo, gravada
por el Impuesto Especial sobre Determinados Medios de
Transporte, o la adquisición de una herencia por personas
físicas, sujeta al Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones.
En estos supuestos la Ley tributaria define exactamente el
instante en que se entiende realizado el hecho imponible:
así, en la venta de un bien sujeta al IVA el impuesto se
devenga en el momento en que se pone dicho bien a
disposición el bien o servicio que se adquiere; pero si el
objeto de la operación es un inmueble se materializa en el
acto de la entrega de llaves. En ese momento se devengará el
IVA correspondiente a la operación.

5.- OTROS CRITERIOS DE CLASIFICACIÓN

5.1.- IMPUESTOS ESTATALES, AUTONOMICOS Y LOCALES

La descentralización administrativa que tenemos en España,


hace que las diferentes Instituciones territoriales posean
capacidad para imponer impuestos, bien sean propios de su
de su competencia o bien delegados por parte de la
Administración central. Así tenemos:
Impuestos estatales

Son aquellos que son exigidos por el Estado, por lo tanto,


obligan a los ciudadanos de todo el territorio español.
Son muchos los ejemplos que podemos poner, el IRPF, el
Impuesto de Sociedades....
Impuestos Autonómicos
Son aquellos impuestos que se exigen por las comunidades
autónomas y, por ello, su aplicación se circunscribe al ámbito
territorial de la comunidad.
El ámbito de las CCAA para legislar en este sentido es
bastante escaso, pues solo podrán establecer impuestos
sobre aquellos hechos imponibles que no estén gravados con
impuestos estatales ni locales.
Por este motivo los Impuestos autonómicos propios suelen
incidir sobre temas como el juego, la contaminación o la
explotación del medioambiente, los depósitos bancarios o las
grandes superficies comerciales.
Pero, como las comunidades autónomas necesitan
financiación, existen, por otro lado, una serie de impuestos
estatales cuya gestión y recaudación ha sido cedida total o
parcialmente a las comunidades autónomas, e incluso
algunos aspectos de su regulación normativa, si bien su
titularidad continúa perteneciendo al Estado.
Un ejemplo de un tributo autonómico propio es el Impuesto
sobre las Bolsas de Plástico de Un solo Uso en Andalucía y
uno de impuesto cedido es el Impuesto sobre Transmisiones
Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados.
Impuestos locales
Respecto de estos tributos locales, las propias entidades
locales tienen ciertas competencias, aunque restringidas, de
regulación y adaptación (generalmente la tarifa o ciertas
bonificaciones o beneficios), que pueden llevar a cabo
mediante las correspondientes ordenanzas fiscales.
Algunos de ellos son impuestos obligatorios (deben exigirse
obligatoriamente por todos los municipios):
• Impuesto sobre bienes inmuebles (IBI).
• Impuesto sobre actividades económicas (IAE).
• Impuesto sobre vehículos de tracción mecánica (IVTM).
También existen una serie de tributos que son potestativos,
es el Ayuntamiento quien tiene la capacidad de decidir si se
impone o no, como puede ser los impuestos sobre
construcciones y obras.

5.2.- IMPUESTOS FISCALES Y EXTRAFISCALES

Impuestos fiscales
Son aquellos cuya finalidad es satisfacer una necesidad
pública de manera indirecta. Es decir, se recauda y lo
producido de la recaudación (el dinero) se aplica en gastos
para financiar diversos servicios públicos.
Son, podríamos decir, los impuestos en pura esencia, en este
apartado podríamos incluir casi todos los impuestos.
Pero hay otro tipo de impuestos, cuya finalidad primera es
otra, que el mantenimiento de las arcas públicas.

Impuestos extrafiscales

Para evitar ciertas conductas, el Estado puede establecer


tributos con un importante coste económico para el
contribuyente. Estos son los llamados impuestos
extrafiscales, que en España se denominan Impuestos
Especiales y en el ámbito de la UE, accisas.
Según la Constitución la finalidad esencial de los impuestos
es recaudar fondos con los que el Estado pueda hacer frente
al gasto público. No obstante, también contempla el derecho
a la protección de la salud y el deber de la protección del
medio ambiente, lo que justifica la existencia de impuestos
extrafiscales.
Cuando el Estado considera que ciertos comportamientos
son lesivos para la sociedad o para el medio ambiente puede
actuar de dos formas.
Una es prohibiéndolos en sus leyes, pero también puede
condicionar estableciendo que, si un comportamiento es
considerado lesivo, aunque éste sea lícito, deberá realizar un
desembolso económico importante a través del
correspondiente impuesto.
En principio, el objetivo de este tipo de impuestos no es
recaudatorio. Si la carga económica ha conseguido disuadir al
ciudadano, la recaudación será muy baja y la aplicación del
impuesto especial habrá sido un éxito.
En principio, por el consumo de cualquier producto se debe
soportar el IVA que grava el consumo en general. Pero por
consumir ciertos productos, además del IVA, se debe
soportar el correspondiente impuesto extrafiscal, en un
intento de que ese doble gravamen influya en que el
ciudadano reduzca tales consumos.(tabaco, alcohol, ciertos
combustibles...)
Se supone que el consumo de tabaco o de bebidas
alcohólicas, además de los daños que puede provocar a la
salud del individuo, genera también unos importantes costes
sociales, dada la obligación de los poderes públicos de
atender los problemas asistenciales y sanitarios que
ocasionan.

5.3 PROPORCIONALES, PROGRESIVOS Y REGRESIVOS

Impuestos proporcionales
Un impuesto proporcional es aquel cuyo tipo de gravamen
siempre es el mismo, sin importar cuál sea la base imponible
siempre se aplicará el mismo tipo impositivo.
Este tipo de impuestos no establecen diferencias en función
del nivel de ingresos de las personas siempre se aplicará el
mismo porcentaje a la base imponible. (IVA, Impuestos de
Sucesiones...)
Los impuestos proporcionales no cumplen una función de
redistribución de la renta.

Impuestos progresivos

En los impuestos progresivos, el tipo de gravamen aumenta


cuanto mayor es la capacidad económica de la persona
obligada al pago del impuesto.
Los impuestos progresivos reducen la presión sobre las
personas con menos ingresos. La finalidad de esta clase de
tributos es lograr una mejor distribución de la riqueza.
El Impuesto progresivo por excelencia es el IRPF

Impuestos regresivos

Los impuestos regresivos son aquellos que afectan


relativamente más a los pobres que a los ricos. Por lo tanto,
no tienen un efecto de redistribución de la riqueza. Por el
contrario, si son muy altos pueden acentuar la desigualdad en
una sociedad.
Técnicamente no hay ningún impuesto regresivo en nuestro
sistema tributario, si bien una gran parte de la doctrina
considera el IVA como un impuesto regresivo.
Se dice que es regresivo pues los ciudadanos que ganan menos
están obligados a gastar una mayor parte de su sueldo,
principalmente en bienes de primera necesidad como
alimentos. Es decir, sus ahorros son menores o inexistentes.

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