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* Ensayo presentado para acreditar la materia de Filosofía del Derecho del Doctorado en
Derecho en la Universidad Ius Semper.
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Subdirectora en el Consejo de la Judicatura Federal. Licenciada en Derecho por la UMED,
maestra en Criminología por el Colegio Libre de Estudios Universitarios (CLEU) y doctoranda
de Derecho por la Universidad Ius Semper. Correo: cemorazan@yahoo.com.mx
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I. Introducción
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aspecto de las relaciones entre hombre y hombre y entre hombre y cosa, en que
se actúa el bien humano.
Tanto la grandeza como la miseria, por medio del estudio filosófico del
derecho, rascan los dinteles de lo alto, sin lograr llegar a la plenitud y nos
conectan con el suelo de la miseria humana, conscientes de lo que provoca el
olvido de la justicia por la mala práctica del derecho. Resulta imposible enten-
der al derecho sin la moral, en la justa medida. El derecho es una forma de
vida social que interviene para que el mundo pueda cambiar, tanto como las
instituciones, la seguridad, la paz, el bienestar en las relaciones humanas.
II. Análisis
1. Derechos e igualdad
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legítimo desde la idea de la dignidad de todos los seres humanos, que exigen
respeto en términos jurídicos dentro de los límites de su propia identidad.
Los hombres, al conocerse y aceptar sus diferencias, hacen surgir entre ellos
su respectivo carácter único. Se habla de igualdad y de dignidad, pero el indivi-
duo carece de importancia, pues su carácter en concreto es lo que se sacrifica
ante el concepto. Los Estados del mundo que aspiran a la positivación de los
derechos humanos deciden por esa dignidad humana, para que se reconozcan
los derechos fundamentales en sus textos constitucionales. Tal es el caso de las
siguientes legislaciones internacionales:
La Ley Fundamental Alemana de 1949, cuyo artículo 1 inicia con el texto:
“Protección de la dignidad humana, vinculación del poder estatal a los dere-
chos fundamentales”. Y con la reafirmación de esa dignidad en el apartado 1
del mismo artículo: “La dignidad humana es intangible. Respetarla y proteger-
la es obligación de todo poder público”.1
De igual manera, la Constitución española de 1978 establece en su artículo
10.1: “La dignidad de la persona, los derechos inviolables que le son inheren-
tes, el libre desarrollo de la personalidad, el respeto a la Ley y a los derechos de
los demás son fundamento del orden político y de la paz social”.2
Nuestra ley fundamental, la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos de 1917, asimismo, la recoge en el párrafo quinto del artículo 1, en
los términos siguientes:
1
Ley Fundamental de la República Federal Alemana, del 23 de mayo de 1949, disponible en:
https://www.btg-bestellservice.de/pdf/80206000.pdf
2
Constitución Española de 1978, disponible en: http://www.congreso.es/docu/
constituciones/1978/1978_cd.pdf
3
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, disponible en: http://www.diputados.
gob.mx/LeyesBiblio/pdf/1_150917.pdf
210
4
Pérez Luño, A. E., Derechos humanos, Estado de Derecho y Constitución, Tecnos, Madrid,
2010, p. 48.
5
Rawls, John, Teoría de la justicia, p. 15, disponible en: http://www.ibero.mx/iberoforum/2/
pdf/francisco_caballero.pdf
6
Hongju Koh, Harold y Slye, Ronald C. (comps.), “Los derechos personales y el espacio
público”, en Democracia deliberativa y derechos humanos, Gedisa, Barcelona, 2004, p. 49.
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Esos límites internos son los derechos humanos, a los que el Estado tiene que
respetar. Hay otros límites que son externos como:
Lo que evidencia que la moral y el derecho son dos realidades, que permean
la vida del ser humano en su significado más amplio, debido a que actúan por
separado. La ética es la disciplina filosófica que tiene por objeto reflexionar
sobre la moral y comprende todo lo que el ser humano –el actor principal–
realiza o hace en su vida diaria, lo que ve en sociedad. Esto hace indispensable
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comprender que puede darse una moral sin ética, pero nunca una ética sin
moral.
Esta relación entre derecho y moral se refiere a la relación entre “el derecho
positivo” y el derecho natural o racional, que es el que actúa en concordancia
con los principios de la moral o de la justicia.
Tomás de Aquino distinguió entre lo justo natural y lo justo positivo. Lo
justo se deriva de la naturaleza misma de la cosa: “lo justo natural” y donde
aquello que resulta de común acuerdo entre individuos: “lo justo positivo”.
Todo ordenamiento jurídico lo encontramos en “la cosa justa”. Por otra
parte, derecho es lo que se debe a otro y siempre va unido a un deber. Este
deber surge de la moralidad; nace y vive bajo la forma de “la cosa justa o debi-
da”, por lo que de él emerge la exigencia moral. De ahí es que lo identificamos
como un derecho justo. Esto, desde luego, se percibe de otra forma debido
a su influencia de justicia otorgada por Aristóteles, así como por los juristas
romanos. Estos dos ordenamientos de la actividad humana convergen entre el
derecho y la moral y entre lo racional y la ética.
213
7
Rawls, John, Teoría de la justicia, trad. de María Dolores González, p. 321, disponible en
https://es.scribd.com/doc/268108007/Teoria-de-La-Justicia-john-Rawls-Libro-Completo-
PDF
8
Recasens Siches, Luis, Introducción al estudio del derecho, p. 336, disponible en https://
es.scribd.com/doc/106523799/Introduccion-Al-Estudio-Del-Derecho-Luis-Recasens-Siches
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que ver con la manera de ver esta relación. Cuanto más irracional, subjetiva,
autónoma y puramente interior sea la moral, más alejada estará del derecho.
No hay nada de contradictorio ni de moralmente reprobable en considerar
que una conducta pueda ser inmoral y políticamente peligrosa, y no por ello
debe estar jurídicamente prohibida, porque el derecho no sanciona ni todo
lo inmoral ni todo lo indecoroso. Buena razón en favor de esto es que una
de las condiciones para utilizar con éxito el derecho como instrumento para
promover la justicia consiste en ser consciente de sus límites; y uno de ellos es
que “el derecho nunca podrá sustituir a la moral”. De separar el derecho de la
moral, se desprenden consecuencias muy especiales.
Una de ellas consistirá en que los autores iuspositivistas tienen que replan-
tear el problema de la obediencia al derecho, pues algunos ni siquiera lo sugie-
ren, ya que consideran imposible hablar racionalmente acerca de la justicia. La
obediencia o desobediencia al derecho sólo es un hecho a constatar, pero no
hay nada que pueda decirse con relación a, si tenemos o no la obligación moral,
sin considerar la obligación jurídica, de cumplir esas normas.
De poco sirve a los Estados y las organizaciones la creación de nuevas leyes,
si una gran parte de ciudadanos no piensa en aceptarlas o acatarlas, si no se dis-
pone de medios y procedimientos que mantengan impunemente sus propios
intereses personales o de grupo. En la Declaración Americana de los Derechos
y Deberes del Hombre de 1948, después de que en los considerandos se enal-
tece la dignidad humana, en el preámbulo se encuentra la tesis que sobre este
asunto del derecho y la moral avalan lo que está demandando reconocer que:
“los deberes de orden jurídico presuponen otros de orden moral, que los apo-
yan conceptualmente y los fundamentan”.9
Se habla de normas jurídicas, deber ser jurídico, validez jurídica y deberes
jurídicos, cuando el imperativo jurídico ha sido investido en la propia concien-
cia, de la fuerza moral de obligar. El derecho y la moral en el contenido de sus
exigencias coinciden sólo en parte y casualmente entre ambos dominios de
normas en que la moral es, por un lado, fin del derecho y, por otro, fundamen-
to de su validez obligatoria.
El derecho es un concepto de la cultura, la ética un concepto del valor. Se
comparan dos conceptos de valor: “justicia y ética” y dos conceptos de cultu-
ra: “derecho y moralidad”. El valor jurídico es un valor de la conducta para
9
Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, disponible en: http://www.
oas.org/es/cidh/mandato/Basicos/declaracion.asp
216
10
Dworkin, Ronald, Justicia para erizos, Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires, 2014, p.
492.
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Este sitio web ya no servirá como una plataforma para que prosperen los
traficantes de personas, y aquellos que fueron cómplices en su uso para explo-
tar a seres humanos para obtener ganancias monetarias serán considerados
responsables de sus acciones atroces. Esto después de más de ocho años de
litigios en los que Backpage.com se había mantenido mediante sobornos y
se había apegado a la quinta enmienda para conservar este comercio ilegal,
a pesar de las muchas demandas en contra de los responsables por proveer
11
Al ingresar al sitio web de Backpage.com se despliega una página del Departamento de Justicia
de Estados Unidos que anuncia la confiscación de esta página después de largos litigios para
sacarla del mercado y llevar a la justicia a los responsables. U.S. Department of Justice 950
Pennsylvania Avenue, NW Washington, DC 20530-0001. Para mayor referencia: https://
www.justice.gov/opa/pr/justice-department-leads-effort-seize-backpagecom-internet-s-leading-
forum-prostitution-ads
12
Traducción ofrecida por la autora: “Backpage ha ganado cientos de millones de dólares
al facilitar la prostitución y el tráfico sexual, colocando las ganancias sobre el bienestar y la
seguridad de los muchos miles de mujeres y niños que fueron víctimas de sus prácticas”,
dijo la primera fiscal federal adjunta Elizabeth A. Strange. “Es apropiado que Backpage
esté enfrentando cargos criminales en Arizona, donde se fundó la compañía, y aplaudo
los enormes esfuerzos de los agentes que contribuyeron a la acción de ejecución el pasado
viernes y que ayudaron a obtener la acusación formal en este caso. Algunos de los correos
electrónicos internos y documentos de la empresa descritos en la acusación son impactantes
en su insensibilidad”.
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III. Conclusión
13
Para conocer más sobre este emblemático caso y los testimonios reales de víctimas de este
sitio web, véase la producción documental dirigida por Jessica Chastain, I am Jane Doe.
14
Beccaria, Cesare, Tratado de los delitos y de las penas, Universidad Carlos III de Madrid,
2015, disponible en: https://e-archivo.uc3m.es/bitstream/handle/10016/20199/tratado_
beccaria_hd32_2015.pdf?sequence=1
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derivan los principios morales y políticos que regulan a los hombres en una
sociedad, donde los límites pueden ejercitarse legítimamente entre hombre y
hombre.
Beccaria sostiene que la historia enseña que las leyes y los pactos fueron
considerados así por hombres libres, pero que en la realidad son pactos ca-
suales de una necesidad pasajera de las pasiones de unos pocos. Dice que los
hombres libres, siendo independientes y viviendo aislados, decidieron unirse
en sociedad con fines comunes, para gozar de paz, tranquilidad y seguridad,
algo escaso desde aquel entonces, toda vez que vivían en un estado continuo de
guerras y supervivencia.
En favor de esa paz, tranquilidad y seguridad, fue que sacrificaron y cedie-
ron parte de esa libertad de la que gozaban a la soberanía de la nación, siendo
ésta la administradora y depositaria legítima. Sin embargo, fue necesario no
sólo depositarla, sino garantizar su defensa en contra de la usurpación de los
hombres individualistas que pretendieran hacer mal uso de ella, es decir, la
usurpación de las libertades ajenas, con las que, con fuertes ímpetus parciales,
se oponen al bien común universal.
La sociedad en conjunto goza por tanto del derecho a defenderse, el cual se
debe ejercitar con medidas proporcionales a los delitos cometidos (principio
de la proporcionalidad de la pena). En un segundo principio se establecería
que ningún hombre puede disponer de la vida de otro; pese a estas normas
humanas, la realidad muestra con crudeza que esa pequeña frase (“la usurpa-
ción de las libertades ajenas”) es justamente lo que nos mantiene hoy en esta
encrucijada.
Aquellos individualistas se alían para usurpar de común acuerdo las liber-
tades de grupos vulnerables en nuestro país, al igual que en un mundo globa-
lizado por las ganancias económicas, que representa para unos pocos la cosi-
ficación de los derechos humanos y la arbitraria imposición de la dominación
del hombre por el hombre, que desvaloriza a la raza humana para convertirla
en un trapo de inmundicia.
En ese señalamiento se ilustra la disposición de advertir que los individuos,
en aras de conseguir seguridad y tranquilidad, ceden su libertad a un bien que
consideran común; sin embargo, otros individuos que se benefician de estos
pactos pueden no respetarlos por las razones contrarias a las que los unieron.
220
Por ejemplo, existen países donde moral y religión están por encima de la
razón, y es preciso contar con alta moral y sentido religioso para dirigir ese
país, y desechar a quien no esté de acuerdo en ello.
Existen países como México en los que, si bien el bagaje jurídico y guberna-
mental es laico, todo el país, incluyendo a muchos de sus juzgadores, se sujetan
a las reglas morales que la religión les imponga, determinando sus decisiones
basadas en ellas, o incluso a falta de fe religiosa y con inmoralidad juzgan los
asuntos que les son encomendados.
Si bien los derechos fundamentales se basan en los mínimos aceptables
de la dignidad humana, lo cierto es que en gran medida los individuos ni se
sujetan totalmente a las leyes, ni se sujetan totalmente a su moralidad para
vivir y juzgar conforme a esos mismos principios, sino que convenientemente,
en su libre derecho a decidir en qué momento pueden cambiar de opinión, en
tanto se corrompen los lazos morales o su rigidez legal, afectan los derechos
de los individuos que cedieron las libertades de las que gozaban para que la
soberanía de la nación les garantizara su defensa en contra de la usurpación de
los hombres, que en su derecho también a elegir con su libre albedrío, sujetarse
o no a las normas, hicieron mal uso de ese derecho a elegir la usurpación de las
libertades ajenas, con las que se oponen al bien común universal.
Éste es el caso del sitio web Backpage.com15 a través del cual es posible
visualizar un claro ejemplo de hombres sujetos a sus ambiciones económicas
que pasaron por encima de los derechos de los menores, de las víctimas de
tráfico, que lavaron dinero y que recogieron copiosas ganancias millonarias
a costa del sufrimiento de muchas mujeres, niñas y niños víctimas del tráfico
y comercio sexual al que fueron sometidos, y que las propias autoridades de
su país tardaron casi una década para poder combatirlos en los tribunales, en
donde la moral y el derecho son fácilmente corruptibles a conveniencia del
mejor postor.
Claramente se evidencia que la razón para obrar o dejar de hacerlo con
justificación en las leyes o en la moral no es garantía de justicia ni en ese enton-
ces ni hoy en día. Hombres libres sujetos a los violentos actos de su entorno,
tampoco está muy distante de lo que en la actualidad se vive en los diferentes
Estados del mundo, como actualmente es la esclavitud contemporánea.
15
Caso llevado ante la Justicia en el Distrito de Arizona, USA. Case 2:18-cr-00422-SPL
Document 3 Filed 03/28/18.
221
IV. Referencias
BIBLIOGRÁFICAS
Dworkin, Ronald, Justicia para erizos, Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires,
2014.
Hongju Koh, Harold y Slye, Ronald C. (comps.), “Los derechos personales y el espacio
público”, en Democracia deliberativa y derechos humanos, Gedisa, Barcelona,
2004.
ELECTRÓNICAS
Beccaria, Cesare, Tratado de los delitos y de las penas, Universidad Carlos III de
Madrid, 2015, disponible en: https://e-archivo.uc3m.es/bitstream/hand-
le/10016/20199/tratado_beccaria_hd32_2015.pdf?sequence=1
Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, disponible en: http://
www.oas.org/es/cidh/mandato/Basicos/declaracion.asp
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