Evidencia 7.6.2
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Evidencia 7.6.2
MANUAL DE EDUCACÍON
MINISTERIAL Y TEOLÕGICA
INTRODUCCIÓN
Han pasado quince añ os desde que se escribió la ú ltima edició n de este Manual. Durante
este lapso de tiempo han habido muchos cambios. La Iglesia Adventista del Séptimo Día ha
crecido, especialmente en Á frica, Sudamérica e Interamérica donde ahora se encuentra el 70%
de la feligresía. Se han fundado nuevos institutos, universidades y facultades de Teología. La
prá ctica del ministerio y la enseñ anza han cambiado respondiendo a las necesidades y
realidades contemporá neas. Surgieron nuevos requisitos y exigencias de las agencias
acreditadoras, organizaciones profesionales y gobiernos que requieren respuestas muy bien
pensadas por parte de las instituciones afiliadas a la Iglesia. Existe una tendencia interna que a
veces ocurre dentro de las instituciones denominacionales de ajustarse a las filosofías, valores
y prá cticas seculares de la educació n pú blica. Ademá s, los quince añ os de experiencia con las
políticas y prá cticas previas de la Junta Internacional de Educació n Ministerial y Teoló gica,
IBMTE, por sus siglas en inglés, han mostrado dó nde pueden hacerse algunas mejorías.
Al mismo tiempo, los propó sitos originales para la IBMTE aú n son necesarios, los cuales son:
a. Promover una unidad teoló gica diná mica en la Iglesia mundial.
b. Enfatizar el enfoque en el mensaje y la misió n adventista del séptimo día.
c. Apoyar el desarrollo espiritual y profesional de los profesores que participan de
los programas de formació n ministerial.
d. Promover la excelencia profesional en la formació n y la prá ctica ministerial.
e. Cultivar una fuerte colaboració n entre los dirigentes de la Iglesia, las
instituciones educativas y el personal docente encargado de preparar a los pastores.
f. Impulsar la vida espiritual de las instituciones educativas adventistas al contar
con personal docente comprometido. (Reglamentos Eclesiá stico-Administrativos de
la Asociació n General, Working Policy FE 2020).
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IBMTE MANUAL DE EDUCACIÓN
MINISTERIAL Y TEOLÓGICA
finalmente fueron votados por la IBMTE y por la Junta Directiva de la Asociació n General en su
Concilio Anual.
Finalmente, se decidió reescribir la mayoría de los capítulos, reordenar los existentes y
añ adir nuevos capítulos que se consideraron importantes para las necesidades existentes. Al
escribir este nuevo Manual, la intenció n fue enfocarse en los principios generales y no en
detalles específicos. Esto permite que la IBMTE de cada Divisió n se pueda enfocar en los detalles
que reflejan las necesidades ú nicas en sus respectivos territorios. Por ejemplo, en el nuevo
Capítulo 1, que trata sobre las cualidades esenciales para ser un pastor adventista del séptimo
día, se describen las características generales y de mayor prioridad en vez de enlistar cada
cualidad o destreza que alguien pudiera considerar importante. Hubo también mayor énfasis en
la persona del pastor en vez de enfocarse primordialmente en lo que él puede hacer.
Se añ adió un nuevo Capítulo 3 que trata sobre el tipo de persona que un futuro pastor
debería ser y las cualidades que debería tener para ser admitido en un programa de Teología. El
equipo de trabajo estuvo de acuerdo en que el mayor énfasis se debería poner en la prá ctica
pastoral, por lo tanto, se escribió un nuevo Capítulo 5 para abordar este asunto. Se escribió un
nuevo Capítulo 6 (como reemplazo del antiguo Capítulo XI) que se enfoca en la educació n
continua al reconocer que los pastores y profesores necesitan continuar aprendiendo a lo largo
de la vida. La educació n continua también provee la oportunidad de desarrollar un ministerio
especializado, ya sea con un programa académico formal (por ejempo, Doctorado en Ministerio),
o por medio de cursos informales y otras experiencias educativas.
Se dedicó mucho tiempo al nuevo Capítulo 12 (como reemplazo del antiguo Capitulo IV) que
trataba sobre la aprobació n de profesores de Teología. Esta aprobació n tiene la intenció n de
afirmar positivamente que el profesor es confiable y que la Iglesia lo apoya en este rol crítico, así
como lo en la ordenació n para la funció n pastoral. También se revisó el Capítulo 15, sobre
procedimientos alternativos. Algunas instituciones tienen restricciones impuestas por agencias
externas u otras circunstancias que hace difícil, si no imposible, seguir los procesos descritos en este
Manual. En las raras situaciones en que esto podría ocurrir, este Capítulo establece la forma en la
que una Divisió n puede delinear un procedimiento alternativo para cumplir con las intenciones del
Manual de la IBMTE.
El contenido de este Manual es diná mico, lo cual implica que puedan haber revisiones
conforme pase el tiempo y segú n sea necesario. Sin embargo, por ahora, expresa la voluntad de
la Iglesia y debe usarse para alcanzar las metas expresadas anteriormente de un mensaje y una
misió n unidos para la Iglesia Adventista del Séptimo Día a nivel mundial. Es nuestro deseo que él
mismo ayude a que la Iglesia, así como a sus instituciones educativas y ministeriales prosperen
en su propó sito comú n.
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IBMTE MANUAL DE EDUCACIÓN
MINISTERIAL Y TEOLÓGICA
MANUAL DE LA IBMTE
ASOCIACIÓN GENERAL (AG)/FIDEICOMISOS DE ELENA G. DE
WHITE
Presidente de la IBMTE (2010-2015), Presidente (Benjamin Schoun)
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TABLA DE CONTENIDOS
PAG CONTENIDO
01 » INTRODUCCIÓ N
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MINISTERIAL Y TEOLÓGICA
PARTE C APÉNDICES
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PARTE A
EL PASTOR ADVENTISTA DEL
SÉPTIMO DÍA:
IDENTIDAD Y FORMACIÓN
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EDUCACIÓN
CAPÍTULO 1
CUALIDADES ESENCIALES DE UN
PASTOR ADVENTISTA DEL
SÉPTIMO DÍA
Es el deseo de la Iglesia que los pastores estén bien preparados para su trabajo en el
ministerio. Sin embargo, ¿có mo es un pastor bien preparado? El primer paso en la labor de
capacitar y preparar pastores adventistas del séptimo día es identificar las cualidades
personales, conocimiento, compromiso y destrezas vitales para cada ministro del evangelio. Las
cualidades esenciales mencionadas a continuació n son indispensables en la vida de cualquier
ministro del evangelio, ya sea pastor de una iglesia local o pastor distrital, o aquellos dedicados a
ministerios especializados como son los profesores de Teología o Religió n, capellanes o
administradores de la Iglesia.1
Un pastor adventista del séptimo día muestra evidencia de las siguientes cualidades
personales:
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EDUCACIÓN
1Para una declaració n votada sobre có mo es “Compromiso total” en la vida de un pastor adventista del sé ptimo día, vé ase el
Apé ndice A: “Compromiso total con Dios: declaració n de responsabilidad espiritual en la familia de la fe”.
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EDUCACIÓN
para el servicio y la misió n diligente en el contexto del mensaje de los tres á ngeles de
Apocalipsis 14.
1. Dios (Padre, Hijo y Espíritu Santo) como Creador, y Redentor así como el iniciador
de la relació n personal y primaria con él alrededor de la cual se desarrolla el
ministerio y la vida personal.
2. La Palabra de Dios como la fuente y guía de autoridad esencial para la enseñ anza
del evangelio, la vida y el ministerio.
3. El mensaje, la organización y la hermandad de la Iglesia Adventista del Séptimo
Día segú n expresado en las 28 Creencias fundamentales de los adventistas del séptimo
día, en el Manual de la iglesia, en la Guía para ministros adventistas del séptimo día y
confirmado en el apoyo activo de la Iglesia Adventista del Séptimo Día y sus
instituciones a nivel mundial.
4. La participación en la misión redentora de Dios de reconciliar al mundo consigo
mismo, al encarnar y proclamar el evangelio de salvació n de Jesucristo a través del
cultivo de los frutos y los dones del Espíritu.
5. Los principios de la Iglesia segú n votados en el Manual de la iglesia.
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EDUCACIÓN
CAPÍTULO
SECUENCIA RECOMENDADA
PARA LA FORMACIÓN DEL
PASTOR ADVENTISTA DEL
SÉPTIMO DÍA
CARRERA
EDUCACIÓN AÑOS
LLAMADO ACADÉMICA
PRÁCTICAS CONTINUA Y FINALES
DIVINO AL INICIAL PARA
PROFESIONALES POSGRADO DEL
MINISTERIO ENTRAR AL
MINISTERIO
MINISTERIO
La convicción
personal del
llamado El practicante El pastor de
El candidato
divino es perfecciona las El aprendizaje experiencia
completa la
confirmada habilidades del continúa a través contribuye
carrera requerida
por las ministerio bajo de su vida en el para la
para entrar en el
observaciones la supervisión de ministerio siguiente
ministerio
de la un pastor generación
comunidad ordenado
de la
iglesia
El candidato La carrera utiliza El practicante y el La Asociació n o En los añ os
evidencia una variedad de supervisor/instruc Misió n local finales de
las experiencias tor se reú nen proveen ministerio o
cualidades dentro y fuera del semanalmente opciones de a los inicios
personales, aula de clases para durante uno a tres educació n de la
el talento alcanzar los añ os para orar, continua jubilació n, el
natural y los resultados estudiar la Biblia, cuidadosamente pastor podrá
dones descritos en el entablar planificadas compartir su
espirituales Capítulo 4. discusiones y segú n se sabiduría y
necesarios aprender las describe en el experiencia
para el Obtener má s de un destrezas del Capítulo 6. al servir
ministerio grado académico o pastor segú n como mentor
(Gál. 5:22, carrera pueden descritas en el El pastor podrá o
23; Rom. 12; preparar al Capítulo 5 (1 Tim. escoger supervisor/i
Efe. 4:11- candidato para un 1, 2). La continuar con nstructor de
13), ministerio de Asociació n estudios pastores
incluyendo sostén propio o Ministerial y la avanzados en jó venes al
las para mejorar su administració n de á reas como escribir,
cualidades formació n la Asociació n o capellanía, enseñ ar o
descritas en ministerial. Misió n local evangelismo, servir como
el Capítulo capacitan y apoyan consejería o pastor
3. al supervisor/ enseñ anza. interino.
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CAPÍTULO
instructor.
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CAPÍTULO 3
REQUISITOS DE ADMISIÓN
PARA LA CARRERA DE
TEOLOGÍA
La labor de un pastor2 es un llamado sagrado. No todos los que intentan entrar a la carrera
de Teología está n preparados ni son llamados para esta labor. No es sencillo para cualquier ser
humano discernir si una persona ha sido llamada por Dios para el ministerio o no. Junto con el
poder discernidor del Espíritu Santo, las siguientes cualidades y cualificaciones académicas
ayudará n en el proceso de distinguir si el aspirante está listo o no, para entrar al programa
académico de Teología.
2Un pastor, como se entiende en este Manual, es aquel que está involucrado de tiempo completo o parcial o en el ministerio
profesional del evangelio pagado por la Iglesia u otra entidad institucional. Esto podría incluir al pastor de una iglesia local o de
distrito, a un profesor de Teología o Religió n, capellá n o administrador de la Iglesia.
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EDUCACIÓN
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EDUCACIÓN
CAPÍTULO 4
RESULTADOS BÁSICOS
ESPERADOS DE LA CARRERA
DE TEOLOGÍA
Este Capítulo se basa en las cualidades esenciales de un pastor adventista 3 enumeradas en el
Capítulo 1 al identificar el tipo de resultado esperado de cada estudiante que se gradú a de un
grado académico en Teología4. Cada uno de estos resultados bá sicos contribuye al desarrollo de
una de las cualidades esenciales descritas en el Capítulo 1, como se indica en la tabla que se
presenta má s adelante. Enlistados a la derecha de los resultados, está n las posibles á reas
curriculares dentro de las cuales se pueden enseñ ar estos resultados. Al final de este Capítulo se
dan sugerencias de có mo se pueden evaluar los resultados esperados. (Se espera que los
pastores empleados por entidades de la Iglesia tengan un grado académico en Teología de una
institució n adventista acreditada por la Asociació n Acreditadora Adventista).
Se debe dar énfasis especial a las enseñ anzas y el estilo de vida distintivos de los adventistas
del séptimo día. Ademá s, los programas de Teología no solo deberían limitarse a proveer
informació n a los estudiantes, sino también a formarlos en estas á reas de estudio. Los
estudiantes deben tener la oportunidad de desarrollar el conocimiento teó rico en el contexto del
ministerio a la Iglesia y al mundo a través de experiencias de campo intencionales y
supervisadas que estén integradas con la educació n en el aula de clases. Con la integració n de
estos aspectos prá cticos y teó ricos de la educació n teoló gica, se espera que se formen pastores
que sobresalgan en la capacitació n de sus miembros de iglesia en las diferentes á reas del
ministerio (Efe. 4:11-13).
3 En este Manual se considera como pastor a la persona involucrada de tiempo completo o parcial al ministerio profesional pagado
por la Iglesia u otra entidad institucional. Este puede incluir un pastor de una iglesia local o distrital, un profesor de Teología o
Religió n, capellá n o un administrador de Iglesia.
4 Un grado acadé mico de Teología o carrera de Teología se define aquí como el grado acadé mico que se espera que tenga la persona
que intenta servir como pastor para ser ordenado o comisionado. Cualquiera que sea el nombre del grado acadé mico, el egresado
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debe mostrar competencia en los resultados bá sicos enumerados en este Capítulo.
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Cualidades
Áreas curriculares en
personales Resultados a alcanzar al terminar la
las cuales esto se
esenciales de carrera de Teología
puede enseñar
un pastor
adventista
Espiritualidad
Demonstrar una actitud de humilde
bíblica5
regocijo en la gracia de Dios.
Doctrinas
Evidenciar una transformació n
bíblicas
continua en la vida cristiana
obediente descrita en las Consejería
Experiencia de Escrituras. Grupos
conversión Participar en un programa regular, pequeñ os
sistemá tico y personal de
enriquecimiento espiritual
mediante la lectura, reflexió n y
oració n para lograr madurez y
espiritualidad bíblica.
Espiritualidad
Exhibir consistentemente, en
bíblica
palabra y acció n, congruencia con
el mensaje bíblico, la misió n y el Doctrinas
Identidad estilo de vida de la Iglesia bíblicas
adventista Adventista del Séptimo Día. Teología bíblica
Vivir el significado bíblico del Estudios
sá bado y la esperanza de la adventistas
segunda venida de Jesú s.
Espiritualidad
Demostrar aprecio por el valor
bíblica
inherente de aquellos por quienes
Cristo murió , mediante una actitud Grupos
de compasió n hacia cada persona pequeñ os
que conoce sin importar su edad, Misiología
Amor activo
por las genero, etnia, religió n,
personas nacionalidad, personalidad o
estatus socio-econó mico. Un
aspecto importante de este amor es
el cuidado y la fidelidad ejemplar
ofrecidos a la propia familia y vivir
una vida virtuosa.
5 “Espiritualidad Bíblica” se refiere a la espiritualidad basada en las enseñ anzas de las Escrituras.
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Conocimiento
y Áreas curriculares
compromisos Resultados a alcanzar al terminar la en las cuales esto se
esenciales de carrera de Teología puede enseñar
un pastor
adventista
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Destrezas
Áreas curriculares
esenciales de Resultados a alcanzar al terminar la
en las cuales esto se
un pastor carrera de Teología
puede enseñar
adventista
Hermenéutica
Modelar, articular y fomentar los
bíblica
principios hermenéuticos de la
interpretació n bíblica y su Idiomas
exposició n en la investigació n, la bíblicos,
predicació n, la enseñ anza y al dar Teología y
estudios bíblicos. exégesis del
Estudiar e Antiguo
Interpretar el mensaje de un texto
interpretar Testamento
bíblico al utilizar correctamente las
fielmente las herramientas de la exégesis Teología y
Escrituras incluyendo los idiomas bíblicos, las exégesis del
figuras literarias, los contextos Nuevo
histó ricos y culturales, la Geografía, Testamento
la Arqueología y la Teología bíblica. Predicació n
Utilizar la Biblia como el bíblica
fundamento y la norma de vida y del Arqueología
ministerio, incentivando el bíblica y Daniel
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efectiva en diversos entornos, con
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Informes de autoevaluació n.
Diario personal.
Entrevistas personales.
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CAPÍTULO 5
Aunque los programas de educació n ministerial y las instituciones adventistas del séptimo
día típicamente ofrecen capacitació n prá ctica para el ministerio, hay habilidades prá cticas del
ministerio que no pueden aprenderse dentro del saló n de clases; la mayoría se adquiere mejor
en el contexto de la iglesia local. Las prá cticas profesionales llenan el vacío entre la capacitació n
pastoral formal y el ministerio en el campo local. Las investigaciones indican que las prá cticas
pastorales exitosas benefician significativamente la retenció n ministerial, la efectividad pastoral
y la satisfacció n en el trabajo, mientras que fortalece a la iglesia local y mejora la misió n de la
Iglesia mundial.6 El propó sito principal de las prá cticas profesionales es proveer una
capacitació n completa en destrezas prá cticas para que al finalizar el practicante sea capaz de
ofrecer capacitació n prá ctica similar a la feligresía.
Elena de White también apoya y enfatiza las prá cticas profesionales. Escribió : “Mientras
adquieren preparació n para el ministerio, los jó venes deben estar asociados con predicadores de
má s edad. Aquellos que han adquirido experiencia en el servicio activo han de llevar consigo a
los obreros jó venes e inexpertos al campo de la mies, para enseñ arles a trabajar con éxito por la
conversió n de las almas. Bondadosa y afectuosamente estos obreros mayores deben ayudar a los
jó venes a prepararse para la obra a la cual el Señ or los llamó . Y los jó venes a su vez deben
respetar el consejo de sus instructores, honrar su devoció n y recordar que sus añ os de labor les
han dado sabiduría” (Obreros evangélicos, p. 106).
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6 Para má s detalles, contacte a la Asociació n Ministerial de la Asociació n General en www.ministerialassociation.com.
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resultado han logrado tan só lo poco. No han hecho ni una décima parte de lo que podrían haber
hecho si hubiesen recibido la debida disciplina al principio” (Obreros evangélicos, p. 81).
Definición
7 Este Manual recomienda que se debe animar a los practicantes que no han completado tal educació n a completar una educació n
teoló gica formal antes de ser elegibles para la ordenació n. Esto implica como mínimo una licenciatura o maestría segú n los
reglamentos establecidos por las respectivas divisiones.
8 El término supervisor/instructor es preferido antes que “mentor”. Las prá cticas profesionales son un periodo significativo de
instrucció n, capacitació n, crecimiento y desarrollo profesional intencional. Las prá cticas profesionales no deben ser una experiencia
fortuita, laissez faire, ni tampoco debería ser fría y formal. Tanto el practicante como el supervisor/instructor deben ser responsables
por el proceso de capacitació n, lo que ocurrió y lo que no ocurrió durante las prá cticas profesionales. Aunque un practicante puede
tener varios instructores que le ofrezcan apoyo y guía, esta ayuda será adicional a la funció n vital que ofrece el supervisor/instructor.
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Durante las prá cticas profesionales, los practicantes adquieren, mejoran y perfeccionan las
destrezas esenciales del ministerio introducidas durante el período académico, tales como:
Paso 1
Paso 2
Paso 3
Paso 4
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Paso 5
Resultados
Al concluir una prá ctica profesional exitosa, los resultados observables deberían incluir:
1. Pastores adventistas del séptimo día efectivos y competentes con destrezas en las
á reas prá cticas del ministerio tales como el desarrollo de una relació n personal y
diná mica con Jesucristo, la proyecció n personal y el alcance al pú blico, al igual que
predicar, enseñ ar, ofrecer cuidado pastoral, visitació n, etc.
2. Habilidad para liderar adecuadamente a las congregaciones adventistas del séptimo
día en la adoració n y en los procesos administrativos.
3. Habilidad de cuidar y capacitar a los miembros de iglesia como discípulos de Jesú s y
discipuladores en sus comunidades locales.
4. Bú squeda de crecimiento profesional y de educació n continua como algo necesario a
de por vida para todo pastor adventista del séptimo día.
9La Asociació n Ministerial de la Asociació n General tiene a disponiblidad un manual para practicantes y supervisores/instructores
que se puede adaptar en las divisiones. Tambié n esta disponible una guía para capacitar al supervisor/instructor de practicantes.
Consulte www.ministerialassociation.com.
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IBM MANUAL DE
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CAPÍTULO 6
DIRECTRICES PARA LA
EDUCACIÓN CONTINUA Y LOS
GRADOS MINISTERIALES
ESPECIALIZADOS
Es esencial que el pastor adventista del séptimo día se caracterice por el desarrollo
permanente de sus talentos y habilidades otorgados por Dios para que los propó sitos y las metas
importantes puedan ser alcanzados para la honra y gloria de nuestro Padre Celestial. El
desarrollo de una postura de aprendizaje y el logro de las mejores prá cticas para el ministerio es
la meta permanente, en vez de frenar su crecimiento o divagar sin rumbo a través de la vida
como un ministro sin direcció n.
Fundamentos bíblicos
Segú n el Nuevo Testamento, la enseñ anza fue una característica del ministerio de Jesú s.
Repetidamente fue llamado “Maestro” (del griego didaskalos) por sus discípulos (Mar. 4:38; Juan
20:16) y por su pú blico (Mat. 19:16; Mar. 5:35; Luc. 8:49; Juan 3:2), y él se refirió a sí mismo con
ese título (Mat. 26:18; Mar. 14:14; Luc. 22:11; Juan 13:14). Jesú s tenía la costumbre de enseñ ar a
las multitudes (Mar. 10:1) y al visitar los distintos pueblos y ciudades, enseñ aba en las sinagogas
(Mat. 9:35). Está claro que el enseñ ar y educar a sus discípulos y contemporá neos eran
prioridades de Jesú s y su ministerio.
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IBM MANUAL DE
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De forma similar, los apó stoles, especialmente Pablo, enfatizaron mucho la enseñ anza y
educació n de los seguidores de Jesú s, particularmente aquellos que proclamaban el evangelio o
eran líderes de iglesias. De cierta forma, los viajes de Pablo eran itinerarios de enseñ anza. (Hech
20:17- 32) y sus escritos a los primeros adeptos de Jesú s, ya sea a individuos o a comunidades,
generalmente eran instrucciones (2 Tim. 2:14-26; 3:10-4:8; 1 Cor. 11:2; 2 Tes. 2:15).
Elena de White era una fuerte defensora de la educació n continua para los pastores
adventistas del séptimo día. Tome nota de lo siguiente:
Las experiencias de los discípulos de Jesú s, de los seguidores de Pablo y de los primeros
adventistas demuestran que mucho de lo que el ministro aprende sucede providencialmente o
es parte de las experiencias de vida. Sin embargo, la planificació n y la intencionalidad son una
parte esencial de la educació n continua con el objetivo de maximizar experiencias de
aprendizaje. La planificació n efectiva requiere que cada pastor reflexione individualmente sobre
sus experiencias pasadas y descubra el grado de su propia efectividad en varias á reas. Puede ser
de mucha ayuda si el pastor consulta con miembros de su congregació n, familia, red de apoyo,
colegas, mentores y secretarios de la Asociació n Ministerial para recibir opiniones que le
ayudará n a identificar fortalezas y á reas para mejorar dentro de su ministerio. Este es un
proceso de autoeducació n.
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EDUCACIÓN
Existen por lo menos tres á reas de enfoque para la educació n continua en la vida de un
pastor adventista del séptimo día.
1. Crecimiento personal
Esta á rea de enfoque se preocupa por la identidad personal del pastor adventista del
séptimo día, llamado por Dios y por la Iglesia. Algunos ejemplos específicos incluyen:
la vida de oració n del pastor, la gestió n de conflictos en el ministerio, el có mo hacer
frente a la crítica, el manejo efectivo del tiempo, la construcció n y protecció n de
límites esenciales, el vivir un estilo de vida sano, y el manejar el proceso de
envejecimiento como pastor.
Existen por lo menos cuatro fases del ministerio adventista del séptimo día que reflejan los
añ os de experiencia y el desarrollo de las destrezas para el ministerio. Es importante que estas
fases se tomen en cuenta cuando se diseñ a un currículo de educació n continua. Debe notarse
ademá s, que un pastor puede estar en má s de una fase al mismo tiempo.
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Fase inicial: Esta es la fase del ministerio antes de la ordenació n e incluye las prá cticas
profesionales. En esta fase se adquieren y desarrollan las destrezas esenciales del
ministerio.
Fase de la mediana edad: En esta tercera fase, los ministros pueden alcanzar un nivel
donde se fijan algunas rutinas y la vida en el ministerio se vuelve familiar. A veces en esta
fase los ministros se secan espiritualmente. Este periodo puede coincidir con la crisis de
mediana edad cuando las responsabilidades financieras y la relació n del hogar son má s
pesadas. Una educació n continua planificada de manera eficiente, toma en cuenta los
desafíos de este periodo y puede ofrecerle al pastor una nueva oportunidad de vida en el
ministerio.
Fase de la prejubilación y jubilación: Una cuarta fase del ministerio apunta hacia la
jubilació n e incluye la jubilació n. Esta puede ser una de las fases má s productivas del
ministerio cuando la experiencia y el enfoque de aprender intencionalmente son má s
nítidos. El ministro puede asumir el rol de instructor/supervisor al ayudar a otros a
crecer y a desarrollar destrezas y actitudes, y al preparar materiales.
La educació n continua puede ocurrir en varios á mbitos, a través de las fases del ministerio
presentadas anteriormente. Estos á mbitos no deben percibirse como niveles en donde algunos
son superiores a otros, má s bien, pueden solaparse y enriquecerse mutuamente durante el
proceso de aprendizaje del pastor. Estos á mbitos de educació n continua ministerial incluyen el
á mbito autodidacta, el á mbito de la educació n continua requerida y el á mbito de grados
académicos ministeriales formales. No todos los ministros participará n en todos los á mbitos.
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Área de grados ministeriales avanzados: Aquellos pastores que han identificado algú n
don en un á rea en particular, y las organizaciones que han reconocido los talentos de
algunos individuos para ciertas á reas de especializació n, podrían considerar grados
formales en estas á reas. Las instituciones educativas deben trabajar en consulta con la
administració n de la Iglesia para proveer especializació n en á reas teoló gicas y pastorales
segú n sea la necesidad de las iglesias y de los pastores en su regió n. Los grados
académicos profesionales se enfocan en la prá ctica ministerial y pueden ser adquiridos a
nivel de maestría y doctorado. Tales títulos pueden incluir especializaciones en
ministerio pastoral, crecimiento de iglesia, capellanía, ministerio juvenil, liderazgo y
administració n. Existen también grados académicos avanzados en estudios bíblicos
como Arqueología, Teología o Historia.
Conclusión
Es imperativo que los pastores adventistas del séptimo día continú en creciendo,
desarrollá ndose y madurando a través de su vida en el ministerio para alcanzar el nivel má s alto
de excelencia para la honra y gloria de Dios y de nuestro Salvador Jesucristo. Al involucrarse
activamente con la educació n continua, el pastor puede mantenerse fiel a su llamado, desarrollar
nuevas destrezas, ajustarse a las fases de su carrera y atender las demandas del ministerio. La
educació n continua es una aventura emocionante, una aventura de crecimiento continuo y un
ministerio má s efectivo que ofrece nuevas posibilidades, nuevos descubrimientos, nuevas
destrezas, nueva visió n, nuevas asociaciones, nuevos alcances, nuevos servicios y nueva
esperanza. Es una aventura que se realiza junto con la familia, los miembros de iglesia, los
colegas en el ministerio, la administració n de la iglesia y lo má s importante, ¡con Jesú s!
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CAPÍTULO 7
DIRECTRICES PARA LA
FORMACIÓN DE
CAPELLANES
Objetivo general
Objetivos específicos
1. Seleccionar, preparar y ubicar capellanes adventistas del séptimo día, só lidos y positivos,
que hayan desarrollado claramente la identidad pastoral y las competencias para operar
en ambientes de mú ltiples creencias y mú ltiples culturas. Estas características
profesionales les permitirá n servir de manera efectiva en diversos entornos
institucionales. Estos capellanes representará n a la Iglesia como profesionales y podrá n
atender las necesidades de la població n en general y las necesidades específicas de
adventistas del séptimo día en entornos institucionales.
2. Habilitar a estos capellanes para ser una parte firme de la Iglesia y de su misió n al servir,
en muchos casos, lejos de la misma.
3. Proveer al pú blico y a la Iglesia capellanes que posean y mantengan los má s altos niveles
de ética profesional y personal, y que conozcan y respeten los límites legales, morales y
de confidencialidad.
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Estándares
Ademá s de las cualidades esenciales de un pastor adventista del séptimo día mencionadas
en el Capítulo 1, se espera que un capellá n:
1. Personal:
a. Tenga un conocimiento amplio sobre el ministerio.
b. Demuestre habilidades específicas y el llamado para la capellanía.
c. Posea dos o má s añ os de experiencia sirviendo a la Iglesia.
d. Sea recomendado por pares y supervisores.
2. Académico:
a. Haya completado la capacitació n ministerial que satisface los requerimientos
académicos de su Divisió n proveniente de una institució n o seminario adventista
acreditado.
Esta lista mínima de expectativas y requerimientos puede ser suplementada de acuerdo con
las necesidades y expectativas de un país específico o regió n donde el capellá n servirá .
Ademá s de las materias generales de Teología y las que cubren los distintivos adventistas, se
recomiendan las siguientes á reas de capacitació n especializada:
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Teoría de sistemas
Religiones del mundo
Leyes nacionales pertinentes a asuntos religiosos
Temas y diná micas interculturales: fundamentos culturales
Liderazgo pastoral y administració n de iglesia
Identidad y ética pastoral
2. Capacitació n clínica
Es altamente recomendable que los candidatos a capellá n reciban supervisió n clínica para
ayudarles a desarrollar las destrezas y habilidades de la capellanía y la interacció n personal.
Esto se puede lograr ya sea como parte de la capacitació n académica, o durante las prá cticas
profesionales. En cualquier caso, debe realizarse bajo la supervisió n del Instituto de Capellanía
Adventista (ICA) o un supervisor con certificació n equivalente.
Aprobación eclesiástica
Los capellanes profesionales adventistas del séptimo día deben ser aprobados por la junta
de capellanía de la Divisió n. Este es un requisito normativo para todos los capellanes adventistas
del séptimo día.
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PARTE B
REGLAMENTOS Y
PROCEDIMIENTOS PARA LA
CAPACITACIÓN DEL PASTOR
ADVENTISTA DEL SÉPTIMO DÍA
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CAPÍTULO 8
DIRECTRICES PARA LA
FORMACIÓN DE PROFESORES DE
TEOLOGÍA Y RELIGIÓN
Objetivo general
El compromiso espiritual del cuerpo docente de formació n pastoral, teoló gica y de religió n
con Jesucristo y con el estudio de su Palabra, con una vida devocional só lida y con una conducta
ética influenciará n grandemente a sus estudiantes. Ellos representan a la Iglesia y se espera que
sus enseñ anzas estén en armonía con las enseñ anzas teoló gicas de la misma. En este capítulo se
propone proveer un modelo para la preparació n de profesores de Biblia, Religió n y Teología
adventista del séptimo día para los niveles secundarios, terciarios y de postgrado.
11En este Manual se entiende como pastor a una persona involucrada medio tiempo o tiempo completo en el ministerio del evangelio
y pagado por la Iglesia u otra entidad. Un ministro puede se un pastor de un distrito o de iglesia local, un profesor de Teolog ía o
Religió n, un capellá n o un administrador educativo o eclesiá stico.
12 Elena White, Consejos para los maestros, p. 417.
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Objetivos específicos
Hay dos posibles vías para la preparació n de un profesor de Biblia a nivel secundario: el
programa pastoral y el programa educativo. Dado que el profesor de Religió n a nivel secundario
sirve en una funció n pastoral, se recomienda el programa académico ministerial. En ambos caso
los individuos escogidos deben tener las calificaciones necesarias para ser
ordenados/comisionados y también para ser certificados como profesores.
Haber completado los requisitos para la carrera de Teología para los pastores
adventistas en su regió n (descritos anteriormente en el Capítulo 4).
Poseer las cualidades esenciales de un pastor adventista (descritas anteriormente en
el Capítulo 1).
Haber completado con éxito un período de servicio como pastor o equivalente,
incluyendo evangelismo personal o pú blico.
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Tener una recomendació n de la iglesia local o de una organizació n eclesiá stica, para
seguir una carrera en el ministerio de la enseñ anza.
Ademá s de cumplir con los requisitos bá sicos, los candidatos deben mostrar evidencias,
dentro de los dos primeros añ os de trabajo, de haber completado lo siguiente:
Cursos de Pedagogía, incluyendo manejo del aula de clases, métodos de enseñ anza y
evaluació n.
Prá ctica de enseñ anza supervisada.
Experiencia y capacitació n en el ministerio joven.
13 Los profesores de enseñ anza secundaria pueden certificarse en má s de una disciplina segú n los requisitos regionales.
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El candidato que planifica servir a la Iglesia como professor de Teología o Religió n en una
universidad/instituto adventista o en la facultad de Teología, en general, debe:
Requisitos básicos:
Capacitación especializada:
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CAPÍTULO 9
REGLAMENTOS DE LA
ASOCIACIÓN GENERAL PARA
LA IBMTE
Este Capítulo contiene los reglamentos de la Asociació n General para la Junta Internacional
de Educació n Ministerial y Teoló gica (IBMTE) segú n está n descritos en el libro de Reglamentos
Eclesiá stico-Administrativos de la Asociació n General (Working Policy) 2018-2019 p. 311-315.
La lista de los miembros actuales de la IBMTE se puede encontrar en
adventistaccreditingassociation.org.
1. Propósito. La IBMTE trabaja en cooperació n con las divisiones del mundo para proveer
orientació n y normas generales para la capacitació n profesional que las instituciones de la
Iglesia ofrecen a los pastores, evangelistas, teó logos, profesores de Biblia y de Religió n,
capellanes y otros empleados denominacionales involucrados en la enseñ anza ministerial y
religiosa. Utilizando las juntas, los reglamentos, las normas y los procedimientos
institucionales existentes e interconectados, la Junta pretende alcanzar los siguientes
objetivos en relació n con la educació n ministerial y teoló gica a nivel postgrado, pregrado y
de otros tipos:
a. Promover una unidad teoló gica diná mica en la Iglesia mundial.
b. Enfatizar el enfoque en el mensaje y la misió n adventista del séptimo día.
c. Apoyar el desarrollo espiritual y profesional de los profesores que participan en
los programas ministeriales.
d. Promover la excelencia profesional en la formació n y la prá ctica ministerial.
e. Fomentar una fuerte colaboració n entre los dirigentes de la Iglesia, las
instituciones educativas y el personal docente encargado de la preparació n de los
pastores.
f. Impulsar la vida espiritual de las instituciones educativas adventistas al contar
con un personal docente comprometido.
2. Composición de la Junta
a. Los miembros de la IBMTE será n designados por el primer Concilio Anual
después de cada Congreso de la Asociació n General. La Comisió n de
Nombramientos del Concilio Anual, en consejo con la administració n, el
departamento de Educació n
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3. Reuniones. La Junta celebrará reuniones regulares programadas por lo menos una vez al añ o.
El quorum consistirá en un tercio de los miembros regulares.
4. Junta Directiva. La Junta Directiva estará constituida por los miembros señ alados con un
asterisco en el apartado 2 anterior, má s un má ximo de nueve miembros elegidos por la
Junta. La Junta Directiva se reunirá cuando sea necesario entre las sesiones de la Junta y
actuará dentro de las facultades que la Junta le designe. El quorum consistirá en un tercio de
los miembros.
5. Funciones de la Junta
a. Establecer los fines y objetivos generales de la educació n adventista del séptimo
día de pregrado y postgrado para pastores, evangelistas, teó logos, profesores de
Biblia y de Religió n, capellanes y otros empleados denominacionales que se
dedican a la formació n ministerial y religiosa en el campo mundial.
b. Establecer una serie bá sica de á reas temá ticas y contenidos requeridos, así como
elaborar directrices y normas bá sicas para la selecció n del profesorado y el
acceso de los estudiantes a los programas que satisfagan las necesidades del
campo y fomenten la misió n de la Iglesia, a través de cursos de pregrado y
postgrado para empleados denominacionales que se dedican a la formació n
ministerial y religiosa.
c. Proporcionar las directrices que deben utilizar las Juntas de Educació n
Ministerial y Teoló gica (BMTE) de las divisiones para ratificar a los profesores,
incluyendo el diseñ o del procedimiento de solicitud por parte de los profesores
para la ratificació n denominacional.
d. Organizar inspecciones y otorgar reconocimiento a los nuevos programas
diseñ ados para preparar a los empleados denominacionales que se dedican a la
formació n ministerial y religiosa, segú n lo recomendado por la respectiva BMTE
a nivel Divisió n y después recomendar los nuevos programas a la AAA.
e. Facilitar el intercambio de profesorado ratificado entre los diversos programas
reconocidos que se ofrecen en las divisiones del mundo.
f. Confirmar al profesorado autorizado para enseñ ar en estos programas, en
instituciones educativas de la Asociació n General, a través del proceso de
ratificació n denominacional votado por esta Junta. Esta ratificació n puede tener
una validez de hasta cinco añ os renovables, siempre y cuando el profesor esté
enseñ ando en el programa para el que fue ratificado.
g. Recomendar a la AAA los criterios para la acreditació n de seminarios, facultades
y departamentos que ofrecen programas de pregrado y postgrado diseñ ados
para preparar empleados denominacionales involucrados en la formació n
ministerial y religiosa, y cooperar con la Asociació n/Misió n en la realizació n de
visitas de acreditació n.
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7. Manual. Los fines, objetivos, normas, criterios, y procedimientos relacionados con las
funciones de esta Junta se incluyen en el Manual de Educació n Ministerial y Teoló gica
Adventista del Séptimo Día.
11. Derecho de apelación. Cualquier acció n de la Junta que afecte a una institució n o programa
específico podrá ser apelada por escrito por la misma institució n, a través de la BMTE de la
respectiva Divisió n, dentro del plazo de 120 días desde la notificació n de dicha acció n. Tal
apelació n puede ser respaldada por una representació n de no má s de tres personas ante una
reunió n de la Junta. La Junta, en una sesió n cerrada, emitirá su fallo. En el caso de decisiones
extremas o de gran alcance, se puede presentar una nueva apelació n ante la Junta Directiva
de la Asociació n General.
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CAPÍTULO 10
REGLAMENTOS DE LA ASOCIACIÓN
GENERAL SOBRE BMTE A NIVEL
DIVISIÓN
Este capítulo contiene reglamentos sobre la BMTE escritos en los Reglamentos Eclesiá stico-
Administrativos de la Asociació n General (Working Policy) 2018-2019, pp. 315-318.
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b. Cada BMTE a nivel Divisió n estará compuesto por los siguientes miembros, al
menos tres de los cuales deberá n ser mujeres:
3. Reuniones. La Junta celebrará reuniones regulares programadas por lo menos una vez al
añ o.
4. Junta Directiva. La Junta podrá nombrar a una Junta Directiva para reunirse cuando sea
necesario entre las sesiones de la Junta y para operar dentro de las facultades que le
haya conferido la Junta.
5. Funciones de la Junta.
a. Establecer metas y objetivos específicos de cada Divisió n para la formació n
adventista del séptimo día de los líderes en formació n ministerial y religiosa que
sean congruentes con los establecidos por la IBMTE.
b. Autorizar los programas para el desarrollo de líderes en formació n ministerial y
religiosa de la siguiente manera:
i. Designar la(s) institució n(es) en la que se ofrecerá la educació n para los
líderes en formació n ministerial y religiosa.
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7. Derecho de apelación. Dentro del plazo de 120 días siguientes a una decisió n emitida por
la BMTE de la Divisió n, la institució n implicada podrá solicitar la reconsideració n de la
decisió n tomada por la BMTE siempre que dicha solicitud esté basada en informació n
nueva. La revisió n deberá estar apoyada por una representació n de no má s de tres
personas que se manifestará n ante una reunió n de la BMTE de la Divisió n. La BMTE de la
Divisió n, en sesió n ejecutiva, deberá pronunciar su decisió n final. Si, después de ser
emitida la decisió n final por la BMTE de la Divisió n, el asunto no se considera resuelto, la
institució n podrá apelar por escrito a la IBMTE la cual tendrá facultad para determinar si
acepta o no la apelació n para revisió n.
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CAPÍTULO 11
SELECCIÓN DE DIRIGENTES Y
DOCENTES DE UNA INSTITUCIÓN
O PROGRAMA DE FORMACIÓN
PASTORAL
Los pastores adventistas del séptimo día son guardas de la doctrina, la prá ctica y la misió n
de la Iglesia.14 Por tal motivo, el objetivo principal de nuestras facultades y seminarios de
Teología y Religió n es desarrollar individuos capaces de actuar exitosamente en esta funció n.
Para alcanzar este objetivo, es imperativo que nuestras instituciones y programas de formació n
pastoral presten especial atenció n a las competencias ministeriales del recién graduado.
Consecuentemente, los rectores, decanos y directores de estas instituciones y programas deben
tener experiencia pastoral o en los aspectos fundamentales del ministerio. Es la responsabilidad
del líder utilizar sus destrezas administrativas para mantener unidos a sus profesores
especializados, con sus variadas á reas de estudio, como un equipo enfocado en producir
egresados que posean un espíritu propio para el ministerio pastoral. Los líderes en potencia
también necesitan estar ratificados o estar en el proceso segú n los lineamientos del Capitulo 12
de este Manual.
Un líder académico requiere de una educació n superior relevante para aportar los má s altos
criterios académicos a su funció n. Un líder en potencia debe ser emocionalmente maduro, con
experiencia y profundamente espiritual, cuyo temperamento le permita crear un equipo docente
que funcione armoniosamente. El líder en potencia debe recibir la amplia afirmació n de la
Iglesia, especialmente a la luz del hecho de que está formando individuos que aspiran a trabajar
en una relació n cordial con la misma. Deben tener la habilidad de liderar la integració n o la
promoció n de las creencias, los valores y los principios fundamentales de la Iglesia con cierta
responsabilidad a través de todas las funciones del departamento, la facultad o la institució n.
Las juntas que gobiernan tales instituciones deben desarrollar procedimientos para ser
usados en la selecció n de sus líderes. Estos procesos deben garantizar la responsabilidad con la
Iglesia por medio del compromiso con la BMTE, segú n los siguientes procesos:
14En este Manual se entiende como pastor a una persona involucrada de medio tiempo o tiempo completo en el ministerio del
evangelio y pagado por la Iglesia u otra entidad institucional. Un ministro puede se un pastor de un distrito o de iglesia local, un
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profesor de Teología o Religió n, un capellá n o un administrador educativo o eclesiá stico.
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Selección de un rector
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1. Antecedentes y experiencia
2. Documentos de postulació n
CurrIculum vitae y otros documentos que dan evidencia de su preparació n para esta
posició n docente, tales como los requeridos para la ratificació n denominacional (Capítulo 12).
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3. Proceso de selecció n
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CAPÍTULO 12
RATIFICACIÓN
DENOMINACIONAL DE LOS
PROFESORES DE TEOLOGÍA Y
RELIGIÓN
Las facultades, seminarios y universidades adventistas del séptimo día mantienen y enseñ an
abiertamente lo que los miembros de la Iglesia Adventista concuerdan que es la mejor interpretació n
actual de la Biblia. Los estudiantes que escogen asistir a estas instituciones creen que, además de
un programa académico de calidad, estas instituciones son lugares donde ellos pueden aprender
de las Escrituras, profundizar sus conocimientos sobre las creencias adventistas y ser motivados a
crecer en la fe a medida que se preparan para servir en el futuro. Aunque la fe es una decisió n
individual e influenciada por muchos factores, la Iglesia y los padres cristianos que han creado y
apoyado estas instituciones, esperan que los estudios religiosos de sus hijos contribuyan al
crecimiento de la fe de los mismos. Además de este papel, las instituciones adventistas de educació n
superior son lugares donde se realizan investigaciones importantes que tienen el potencial de
conducir a una mejor comprensió n de las Escrituras y de la verdad. Esta investigació n también es
digna del aprecio y apoyo de la Iglesia. Este compromiso doble de afirmar la fe y de buscar nueva
luz genera una tensió n que requiere que nos enfoquemos más allá del pensamiento sectario y
limitado, o de las innumerables definiciones de libertad académica que a veces abundan en el
sector pú blico.
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15 Véase el documento sobre Libertad y responsabilidad académica y teológica en el Apéndice E.
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Este Capítulo delinea la manera en que los profesores pueden afirmar su compromiso con la
Iglesia Adventista del Séptimo Día, y la forma en que las instituciones y la Iglesia pueden
“ratificarlos” como maestros confiables que apoyará n a la Iglesia, proveerá n buena instrucció n y
ayudará n a incrementar la fe en la vida de los estudiantes. Este proceso busca colocar la
responsabilidad sobre aquellos que tienen una tremenda influencia sobre los estudiantes,
incluyendo futuros pastores, líderes en el ministerio y maestros que forjará n el pensamiento y la
prá ctica de la iglesia mundial. La responsabilidad es esencial para el éxito de cualquier
organizació n. 16 Esto debe suceder en el contexto de las relaciones interpersonales, pero al
mismo tiempo estas relaciones también pueden reducir la responsabilidad cuando la amistad
inhibe cuestionar a los colegas. Como parte de un proceso de responsabilidad que atiende estas
preocupaciones, el libro de Reglamentos Eclesiástico-Administrativos de la Asociación General
(Working Policy) ha solicitado a la IBMTE que desarrolle pará metros y criterios para la selecció n
del personal docente y que provea pautas para ser usadas en las BMTE de las divisiones para
ratificar a su personal docente.17
La ratificació n:
Sirve como afirmació n, por parte de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, del llamado
sagrado de un profesor al ministerio de la educació n religiosa y teoló gica y el
reconocimiento de su educació n avanzada y especializada.
Proporciona a los estudiantes y a sus padres informació n que lleva a la confianza de que
la enseñ anza de esa institució n está alineada con la Biblia y las enseñ anzas y principios
de la Iglesia Adventista del Séptimo Día.
Establece altos criterios de ética para el educador y pastor.
Fomenta el arraigar a los estudiantes en la Biblia y las enseñ anzas de la Iglesia
Adventista del Séptimo Día.
Promueve el compromiso de los estudiantes con Cristo y de esa forma aumenta los
bautismos y la retenció n de los estudiantes.
Promueve la formació n balanceada del pastor mediante modelos a seguir que son
positivos y afirman la fe y que pueden proveer actitudes, destrezas y competencias
requeridas para la proclamació n del evangelio y el desarrollo de iglesias saludables.
Promueve la transparencia, la divulgació n de informació n y la responsabilidad referente
a las normas para enseñ ar Religió n y Teología en instituciones adventistas del séptimo
día que al final conducen a una mayor congruencia entre las expectativas de los
estudiantes acerca de sus profesores y de la experiencia estudiantil.
16 Mucho se ha escrito en la literatura comercial sobre la responsabilidad. Por ejemplo, Miller y Bedford dicen que construir una
cultura de responsabilidad está entre las á reas má s importantes para el é xito a largo plazo. Ser responsable nos recuerda cuá n
importante es nuestro trabajo. Debe ser el centro de la cultura organizacional. Segú n C. J. Goulding la responsabilidad debe iniciar
con expectativas claras. Por lo tanto, los maestros necesitan metas claras, una de las cuales es conducir a los estudiantes a la fe y la
salvació n. Luego añ ade los siguientes pasos: invitar a comprometerse con las metas, medir el progreso para alcanzar las metas,
proveer retroalimentació n sobre los métodos para alcanzar las metas, vincular actividades no efectivas a consecuencias (positivas y
negativas) y evaluar la efectividad.
17 Working Policy, FE 20 20.
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El proceso de compromiso/ratificación
Este proceso se centra en la institució n educativa local donde trabaja el profesor. Por las
razones antes mencionadas, también involucra a la iglesia. Se espera que todo aquel que enseñ e
o sea instructor de estudiantes, esté informado y apoye los cinco documentos sobre los cuales se
basa el proceso de ratificació n, pero el proceso aplica a los que son o van a ser profesores
aunque sea medio tiempo en las á reas de Teología o Religió n en universidades, institutos y
seminarios adventistas del séptimo día. Cada institució n debe elaborar un proceso de
responsabilidad incorporando las mejores prá cticas tales como las mencionadas anteriormente
y detalladas en los criterios de la AAA (Formulario A, criterio 5, 12 y Formulario B, criterio 7 en
adventisaccreditingassociation.org). La decisió n para ratificar o renovar la ratificació n se realiza
por la BMTE de la Divisió n. La ratificació n para aquellos que enseñ an en instituciones de la
Asociació n General será hecha por la Divisió n donde esté localizada la institució n. Los nuevos
candiatos que no han sido ratificados deben solicitar la ratificació n tan pronto inicien el proceso
de contratació n.
Compromiso/Ratificación inicial
3. El decano tendrá una conversació n con el profesor. Si existe algú n asunto serio o el
informe es negativo, será resuelto en este nivel. Si el asunto no se puede resolver entre el
decano y el futuro profesor, se notificará a la comisió n de bú squeda. (En el caso de un
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Las ratificaciones son normalmente vá lidas por cinco añ os en coordinació n con el está ndar
quinquenal de la Iglesia. Cualquier preocupació n que surja se puede revisar y atender en
cualquier
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momento durante este período de cinco añ os. Cuando un docente que ha entregado su
compromiso y ha sido ratificado se transfiere a una institució n adventista de otra Divisió n, su
aprobació n también se transfiere concurrentemente. Cuando el período de ratificació n vence, se
inicia un nuevo proceso de ratificació n (ver los siguientes puntos).
2. El decano envía un informe con documentos de respaldo la BMTE de la Divisió n antes del
31 de marzo después del Congreso de la AG, que resumen la recomendació n para
aprobar o rechazar la ratificació n del docente.
a. Si no hay problemas, se renueva la ratificació n y pasa a la IBMTE para registrar y
reenviar el certificado.
b. Cualquier problema importante que surja en la BMTE de la Divisió n se remitirá a
la institució n para ser resuelta allí.
c. Si los problemas no se pueden resolver, la ratificació n no será renovada.
Expresar preocupación
Los individuos y las entidades con preocupaciones serias acerca del comportamiento de un
docente en relació n con los cinco documentos podrá n expresarse usando el modelo de Jesú s en
Mateo 18:15-17, tomando en cuenta que la preocupació n principal de Dios es la redenció n (Mat.
18:1-14).
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Nota: Un docente que esté bajo el estado de “revisió n” o cuya ratificació n ha sido
cancelada, no puede ser ratificado para enseñ ar en otra institució n adventista hasta
recibir aprobació n de la BMTE/IBMTE.
Proceso de apelación
La BMTE de la Divisió n también puede referir un caso a la IMBTE si no se logra una solució n.
Ratificación y acreditación
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CAPÍTULO 13
AUTORIZACIÓN DE NUEVAS
FACULTADES DE TEOLOGÍA Y DE
NUEVOS PROGRAMAS
ACADÉMICOS
Una institució n que busca establecer una extensió n o afiliació n a través de los límites entre
divisiones, o que inicia programas de Teología o Religió n en campus interdivisió n, debe solicitar
esa extensió n o afiliació n mediante una propuesta formal a la IBMTE, a través de la BMTE de su
respectiva Divisió n, acompañ ada de copias de los votos tomados por las juntas directivas de las
instituciones participantes.
18En este Manual se entiende como pasrtor a una persona involucrada medio tiempo o tiempo comnpleto en el ministerio del
evangelio y pagado por la Iglesia u otra entidad institucional. Un ministro puede se un pastor de un distrito o de iglesia local, un
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profesor de Teología o Religió n, un capellá n o un administrador educativo o eclesiá stico.
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“Organizar encuestas y otorgar el reconocimiento a los nuevos programas diseñ ados para
preparar a los empleados denominacionales que participan de la formació n religiosa y pastoral,
segú n sea recomendado por la respectiva BMTE de la Divisió n, y luego recomendar los nuevos
programas a la AAA”.
Cuando los líderes de una unidad organizacional adventista (Unió n o Divisió n) consideren
necesario establecer una nueva institució n de formació n ministerial para brindar una
preparació n específica y un título de pregrado o de postgrado correspondiente a los individuos
que servirá n a la Iglesia en capacidad de pastores, profesores de Teología o Religió n, o
capellanes dentro de su territorio, analizará n esta necesidad con la BMTE de la Divisió n. Después
de considerar con detenimiento las mejores opciones disponibles, los líderes de la Unió n y
Divisió n podrá n comunicarse con la administració n de la institució n, facultad/seminario o
universidad de su territorio y solicitar su participació n. En el caso de que esa institució n
educativa no exista, los líderes deberá n seguir las pautas establecidas en las Directrices de la
IBMTE pertinentes al establecimiento de una nueva institución teológica (Apéndice H),
entendiendo que las solicitudes será n canalizadas a través la BMTE de la Divisió n para la
recomendació n a la IBMTE.19
19 El modelo de solicitació n para el establecimiento de una nueva institució n se encuentra en el Apé ndice H o en línea en
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aaa.adventistaccreditingassociation.org
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cuenta las cinco á reas que la comisió n de visita de evaluació n de la IBMTE considerará
(ver Apéndice J).
2. Propuesta formal. Si los resultados del estudio son favorables, se elaborará una
propuesta formal siguiendo los lineamientos en el Apéndice J. La propuesta formal debe
incluir:
a. Los objetivos del nuevo programa académico.
b. El programa de estudio que conduce al grado académico propuesto.
c. Una justificació n para el inicio del programa propuesto.
d. Evidencia de que hay estudiantes interesados en el programa propuesto.
e. Personal docente.
f. Infraestructura.
g. Recursos bibliotecarios.
h. Otras necesidades institucionales relacionadas con el programa propuesto.
i. Acreditació n.
j. Evaluació n inicial del programa propuesto.
k. Resumen de los costos aproximados del programa.
Una vez que la BMTE de la Divisió n se pronuncie a favor del nuevo programa, la Junta
Directiva de la Divisió n podrá procesar y aprobar la propuesta. El secretario de la BMTE
comunicará el voto al administrador principal y al presidente de la Junta Directiva de la
institució n involucrada. La propuesta para el nuevo programa es formalmente
recomendada a la IBMTE a través de su secretario.20
La IBMTE podrá escoger de entre las siguientes opciones: (a) solicitar informació n
20Cualquier decisió n de la BMTE que involucra a una institució n o programa específico puede ser apelada por escrito dentro de 120
días despué s de recibir la notificació n. Ver Working Policy FE 20 25 7.
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adicional antes de votar la propuesta, (b) designar una comisió n para que haga una visita
de inspecció n a la institució n y presente un informe a la Junta, (c) aprobar la propuesta
segú n la recomendació n de la BMTE de la Divisió n y dé por terminada así su tarea o (d)
rechazar la propuesta. (Ver Apéndice I para má s informació n sobe la participació n de la
IBMTE en la visita de aná lisis al campus).
Si se establece una comisió n para llevar a cabo una visita de inspecció n a la institució n,
esta deberá incluir por lo general un representante de la Asociació n General que será el
presidente de la comisió n, y un representante de la Divisió n involucrada que será el
secretario, ademá s de especialistas. (Ver Apéndice I).
Una vez que el nuevo programa reciba la autorizació n denominacional por parte de la
IBMTE, esta recomendará a la AAA que se le otorgue el estado de candidato a
acreditació n. A partir de allí, se iniciará el proceso cíclico de visitas de acreditació n.
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CAPÍTULO 14
ACREDITACIÓN DE
INSTITUCIONES Y PROGRAMAS
ACADÉMICOS
Se ha preparado un suplemento para la mayoría de los doce criterios, que enfatiza temas
relacionados con la educació n teoló gica/ministerial, el cual está diseñ ado como una guía para
que los líderes de departamentos, facultades de teología y seminarios preparen su parte de la
autoevaluació n institucional requerida para la visita de acreditació n.
21 La Iglesia Adventista del Sé ptimo Día votó una declaració n que describe lo que implica “Compromiso total” para institutos y
universidades adventistas así como para otras entidades de laIglesia. Ver el Apé ndice A “Compromiso total con Dios: declaració n
sobre la responsabilidad espiritual en la familia de la fe”.
22 Estos criterios e informació n adicional relacionada con la Asociació n Acreditadora Adventista está n disponibles en:
adventistaccreditingassociation.org.
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3.1 Brindar una descripció n del trabajo del director del departamento, del decano de la
facultad o seminario y describir la relació n de autoridad y comunicació n que existe entre
el director o decano y los administradores de la institució n.
3.2 Describir el proceso que usa la administració n y la Junta Directiva para la selecció n de un
director o decano para garantizar su compromiso con el mensaje, la misió n y el estilo de
vida adventista del séptimo día.
3.3 Describir el procedimiento que usa el decano, la administració n de la institució n en
general y la junta para la selecció n e iniciació n del personal docente, comprometidos con
el mensaje, la misió n y el estilo de vida adventista del séptimo día.
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3.4 Describir las maneras en las que el decano y el personal docente mantienen la
comunicació n y cooperan con los líderes de la iglesia y los ministros del campo.
3.5 Especificar las á reas dentro de este criterio que necesitan ser consolidadas, en las que la
institució n planea llevar a cabo las mejoras necesarias; y las á reas en las que se perciben
fortalezas.
5.1 Brindar una lista de los programas que se ofrecen, incluyendo los requisitos de pregrado,
secuencia de materias, descripció n de las asignaturas y especificació n de los créditos.
Esto puede realizarse por medio de un boletín/catá logo/folleto institucional actualizado.
Los programas iniciados después de la ú ltima visita de acreditació n tendrá n que incluir
la fecha en que fueron autorizados por la IBMTE.
5.2 Describir las maneras en que los líderes de iglesia y otros representantes de los
miembros de la institució n participan en el desarrollo del currículo de los programas
ofrecidos.
5.3 Indicar de qué manera las carreras o programas ofrecidos se relacionan con la misió n
institucional y contribuyen con la misió n de la Iglesia Adventista del Séptimo Día.
5.4 Especificar las á reas dentro de este criterio que necesitan ser consolidadas, en las que la
institució n planea llevar a cabo las mejoras necesarias; y las á reas en las que se observan
fortalezas.
6.1 Presentar una lista de los docentes, incluyendo sus rangos académicos respectivos, el
porcentaje del tiempo que dedican a la docencia en la institució n y el añ o de la ú ltima
ratificació n docente.
6.2 Describir los reglamentos y los procedimientos de la institució n con respecto a la
contratació n, promoció n y ratificació n docenete, incluyendo la disciplina o el despido de
un docente.
6.3 Especificar el programa de desarrollo y promoció n de los docentes implementado en los
ú ltimos cinco añ os y los planes para los siguientes cinco añ os.
6.4 Especificar las á reas dentro de este criterio que necesitan ser consolidadas, en las que la
institució n planea llevar a cabo las mejoras necesarias; y las á reas en las que se observan
fortalezas.
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7.1 Brindar informació n sobre el nú mero de existencias (libros, publicaciones perió dicas,
materiales audiovisuales y recursos electró nicos) por á reas (estudios bíblicos, estudios
doctrinales e histó ricos, estudios pastorales y misionales) que sirven de apoyo para los
programas que ofrece el departamento, la facultad o el seminario.
7.2 Brindar informació n respecto de la disponibilidad de préstamos interbibliotecarios y
sitios web, y de las membresías que brindan a los estudiantes acceso a materiales
bibliográ ficos adicionales. Especificar el volumen de estas transacciones proporcionadas
y recibidas, como resultado de estos acuerdos.
7.3 Enumerar los fondos asignados y gastados anualmente durante los ú ltimos tres añ os
para la adquisició n de nuevos libros, suscripciones a publicaciones perió dicas,
materiales audiovisuales, recursos electró nicos, etc., para apoyar los programas que
ofrece la institució n.
7.4 Describir la existencia en la biblioteca de materiales de Elena de White y la
disponibilidad de consulta tanto por los docentes como para los estudiantes de la
institució n.
7.5 Especificar las iniciativas dentro de este criterio que la institució n considera
especialmente exitosas y que planea expandir.
7.6 Especificar las á reas dentro de este criterio que necesitan ser consolidadas, en las que la
institució n planea llevar a cabo las mejoras necesarias.
11.1 Preparar una lista y una breve descripció n de las publicaciones perió dicas, los libros y
los materiales de medios producidos por el departamento, la facultad o el seminario.
11.2 Describir las maneras en que las publicaciones y los materiales producidos promueven y
contribuyen con la misió n de la institució n y de la Iglesia.
11.3 Especificar las iniciativas dentro de este criterio que el departamento, la facultad o el
seminario considera especialmente exitosas y que planea expandir.
11.4 Especificar las á reas dentro de este criterio que necesitan ser consolidadas, en las que el
departamento, la facultad o el seminario planea llevar a cabo las mejoras necesarias.
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12.3 Especificar el programa de seguimiento que la institució n realiza de sus estudiantes a los
cinco y diez añ os de graduació n, así como los procedimientos empleados para recibir sus
aportes en relació n con mejoras a los programas ofrecidos por la institució n.
12.4 Especificar iniciativas dentro de este criterio que el departamento, la facultad o el
seminario consideran especialmente exitosas y que planean expandir.
12.5Especificar las á reas dentro de este criterio que necesitan ser consolidadas, en las que la
institució n planea llevar a cabo las mejoras necesarias.
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CAPÍTULO 15
DIRECTRICES PARA LA
APROBACIÓN DE
PROCEDIMIENTOS
ALTERNATIVOS PROPUESTOS
POR LAS DIVISIONES
El reglamento FE 15 20 del Working Policy, referido a las BMTE de las divisiones, hace
provisió n para que las divisiones “que deseen operar bajo procedimientos alternativos” a los que
han sido específicamente establecidos puedan hacerlo, siempre y cuando esos “procedimientos
alternativos conduzcan a lograr los mismos objetivos”. La IBMTE debe otorgar la aprobació n
“antes de su implementació n”. Para poder ayudar a las divisiones que deseen presentar una
propuesta de “procedimientos alternativos” y para ayudar a que la IBMTE evalú e la propuesta y
otorgue la autorizació n correspondiente, el siguiente bosquejo enumera los elementos bá sicos
que deben figurar en el documento. Una Divisió n puede asignar todas las funciones de la BMTE a
una comisió n ya existente bajo un nombre diferente o autoridad expandida. Esta comisió n se
reportará a la IBMTE en todas las tareas comunes normalmente asignadas a la BMTE.
1. Miembros de la Junta
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Incluya una representació n amplia y equilibrada de miembros ex officio y miembros
electivos de la junta, incluyendo administradores de la iglesia y del á mbito educativo,
profesores de Teología y Religió n, pastores, y laicos.
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Esta secció n de la propuesta debe reconocer que la Junta tiene el deber y la autoridad de:
La Junta posee la autoridad de definir sus expectativas de los pastores adventistas, tomando
en cuenta las directrices especificadas por la IBMTE. Estas expectativas incluyen cualidades
personales, conocimiento y capacidades profesionales, y el compromiso con el mensaje y la
misió n de la Iglesia Adventista del Séptimo Día.
La Junta proporciona orientació n, con base en las directrices de la IBMTE, a las instituciones
que ofrecen programas para líderes en formació n pastoral, incluyendo la duració n y el contenido
de la instrucció n bá sica de los pastores, ya sea a nivel superior o de postgrado, tales como las
á reas, las asignaturas, los créditos y la experiencia de campo. La Junta también garantiza que la
misió n específica y las enseñ anzas distintivas de la Iglesia Adventista del Séptimo Día se
incluyan en el programa.
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PARTE C
APÉNDICES
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APÉNDICE A
La historia de la Iglesia Adventista del Séptimo Día está llena de ejemplos de personas e
instituciones que han sido, y son, testigos vibrantes de su fe. Debido a su compromiso con su
Señ or, y al profundo aprecio por su ilimitado amor, todos tienen el mismo blanco: compartir las
buenas nuevas con los demá s. El texto bíblico clave que los motivó y continuará motivando es
conocido como la Comisió n Evangélica, el mandato del mismo Señ or, está registrado en Mateo
28:19, 20 donde dice: "Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizá ndolos en el
nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñ á ndoles que guarden todas las cosas que
os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo". Otras
versiones, como la NVI traducen: "Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones…”
(NVI).
Esta orden del mismo Señ or es sencilla, hermosa y cautivante, y es para todos sus
seguidores, sean miembros, pastores, o administradores: Id... enseñad... bautizad... haced
discípulos. Este principio es la chispa que enciende la misió n de la Iglesia y establece la norma
para toda evaluació n y toda medició n del éxito. Afecta a todos, cualesquiera sean sus
responsabilidades, sean laicos u obreros, abarca todos los aspectos de la vida de la Iglesia, desde
la iglesia local hasta la Asociació n General, y alcanza escuelas, colegios y universidades, casas
editoras, instituciones de salud, y fá bricas de alimentos saludables. Este compromiso está
implícito e incorporado en los votos bautismales, en las declaraciones de misió n, en las metas y
objetivos, y en los reglamentos y estatutos de la Iglesia: "Para dar testimonio de su amante
salvació n", "para ayudar en la proclamació n del evangelio eterno", "para proveer el pan de vida a
las multitudes", y para "fortalecerlos en su preparació n para su pronto retorno". La cuá druple
orden para ir... enseñ ar...
23 La declaració n completa sobre el “Compromiso Total con Dios” puede ser encontrada en:
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https://www.adventist.org/en/information/official-statements/documents/article/go/-/total-commitment-to-god/.
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bautizar... hacer discípulos, resuena en todos los lugares donde los adventistas del séptimo día
trabajan o se reú nen.
Ha llegado el tiempo para que la Iglesia como un todo se pregunte y responda las difíciles
cuestiones sobre có mo está relacioná ndose con el principio guiador de la Comisió n Evangélica.
¿Có mo puede ese principio guiador ser una realidad en las vidas de los miembros, los pastores, y
las congregaciones? ¿Có mo pueden medir su progreso en el cumplimiento de este mandato?
¿Có mo pueden las universidades, los institutos, los seminarios, las fá bricas de alimentos, las
clínicas y los hospitales, las casas editoras, y los centros de comunicaciones cumplir su
responsabilidad tomando como base la Comisió n Evangélica?
Este desafío requiere una aproximació n franca y analítica para determinar dó nde está la
Iglesia en relació n con el mandato del Señ or. No es suficiente medir el éxito por las normas
seculares, ni es suficiente darles prioridad a esos está ndares. El compromiso total para con Dios
incluye, esencialmente, la aceptació n total de los principios del cristianismo tal como está n
bosquejados en la Biblia y en el Espíritu de Profecía. Las congregaciones, las instituciones, los
obreros, y los miembros pueden fá cilmente encontrar satisfacció n en alcanzar blancos, reunir
recursos, construir edificios, balancear presupuestos, obtener o renovar acreditaciones, y, sin
embargo, dejar de cumplir su responsabilidad ante Dios con respecto a la Comisió n Evangélica.
La primera y constante prioridad de la Iglesia debe ser esta orden del Señ or: Id... enseñad...
bautizad... haced discípulos.
La familia de Dios reconoce que cada persona es individualmente responsable ante Dios. Al
mismo tiempo, los creyentes son amonestados a examinarse a sí mismos (ver 2 Cor. 13:5). Así
como un proceso de evaluació n espiritual tiene su lugar en la vida personal, así también tiene su
lugar en la vida organizacional.
Una evaluació n espiritual, aunque es apropiada, es también un asunto muy delicado, porque
los humanos vemos solo en parte. El marco de referencia terrenal siempre está limitado a lo que
es visible y al breve período que rodea al presente. A pesar de eso, podemos ganar mucho
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Es posible descubrir e identificar varios principios que pueden guiarnos en tal evaluació n y,
aunque cualquier intento será incompleto, las siguientes á reas de evaluació n específica nos
ayudará n a concientizarnos de la responsabilidad que tenemos para con Dios y para con la
misió n, que es, precisamente, una parte integral de la relació n y el compromiso del cristiano con
él. La siguiente lista no agota todas las á reas que necesitan atenció n, pero los principios
bosquejados aquí se aplican también a otros individuos, organizaciones e instituciones.
Qué implica el "Compromiso total con Dios" para cada miembro de iglesia
A cada adventista del séptimo día, sea obrero o laico, se le promete que el don del Espíritu
Santo le permitirá crecer espiritualmente en la gracia del Señ or y le dará poder para desarrollar
y usar los dones espirituales en el testimonio y el servicio. La presencia del Espíritu Santo en la
vida del creyente, se demuestra al:
Mantener un hogar cristiano en el que las normas y los principios de Cristo se enseñ an y
se ejemplifican.
Vivir una vida que se goza en la certeza de la salvació n, impulsada por el Espíritu Santo
para dar un testimonio personal efectivo a los demá s, y que desarrolla con Cristo un
cará cter amable, consecuente con la voluntad de Dios revelada en su Palabra.
Usar los dones espirituales que Dios ha dado a cada uno.
Dedicar el tiempo, los dones espirituales, y los recursos, con oració n y en forma
sistemá tica, para proclamar el evangelio y, ya sea individualmente o como parte de la
familia de la iglesia, llegar a ser la sal y luz del Señ or al compartir su amor en la vida de
familia y en el servicio a la comunidad, motivado siempre por el sentido del pronto
regreso del Señ or y por su mandato de predicar su evangelio tanto en el hogar como
fuera de él.
Participar en un plan sistemá tico de crecimiento espiritual y evaluació n de la forma en
que uno camina con Dios, formando parejas de socios espirituales mutuamente
responsables, cuyo principal objetivo sea el de ayudarse unos a los otros con oraciones.
Un pastor adventista del séptimo día, llamado y capacitado por el Espíritu Santo, e
impulsado por el amor a las almas, dirige a los pecadores hacia Cristo como Creador y Redentor,
y les enseñ a có mo compartir su fe y llegar a ser discípulos eficaces. Comparte regularmente una
dieta espiritual equilibrada y fresca, resultado de su comunió n con Dios y con su Palabra. El
pastor muestra la gracia salvadora y el poder transformador del evangelio, al:
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Empeñ arse en que su familia sea un modelo de lo que el Señ or espera del matrimonio y
la familia.
Predicar sermones basados en la Biblia, sermones cristocéntricos que alimenten a los
miembros y apoyen a la iglesia mundial, enseñ á ndoles las creencias fundamentales con
un sentido de urgencia basado en la comprensió n adventista de las profecías tal como
las enseñ a la Iglesia Adventista del Séptimo Día.
Invitar a todos a someterse al poder transformador del Espíritu Santo a fin de que el
evangelio pueda ser manifestado en la vida compasiva del creyente dirigido por la fe.
Conducir a la iglesia local en una vigorosa actividad evangelizadora que dé como
resultado, no solo un incremento de la hermandad, sino también el establecimiento de
nuevas congregaciones, manteniendo, sin embargo, un fuerte apoyo tanto a la obra local
como a la obra mundial de la Iglesia.
Dar evidencias de un ministerio eficaz al aumentar numéricamente la feligresía y al
crecer en experiencia espiritual y en la adoració n, apresurando así el regreso del Señ or.
Priorizar el crecimiento espiritual personal y la eficacia en la misió n al participar
regularmente en procesos de evaluació n de los resultados espirituales. La Divisió n
desarrollará un modelo de evaluació n para ser aplicado en cada
Unió n/Asociació n/Misió n, que incluya un mó dulo de autoevaluació n, como también
aspectos que se refieran a la responsabilidad del pastor para con la(s) congregació n(es)
y hacia la organizació n mundial de la Iglesia.
Qué implica el "Compromiso total con Dios" para una iglesia local
Una congregació n adventista del séptimo día actú a creativamente y con un sentido de
autocrítica, como una comunidad que testifica y edifica, facilitando la proclamació n del
evangelio, tanto a nivel local, como nacional, e incluso global. Una congregació n tal, vive en el
mundo como "el cuerpo de Cristo", mostrando la misma preocupació n y acció n positiva para con
aquellos con quienes entra en contacto, como la que mostraba el Señ or en su ministerio terrenal,
al:
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implementar
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planes amplios que permitan la difusió n del evangelio en contextos cada vez má s
abarcantes, y al participar en el sistema organizacional, financiero, y representativo de la
Iglesia, destinado a facilitar la acció n misionera mundial.
Participar en un plan de evaluació n que lleve a la congregació n a descubrir cuá les son
sus puntos fuertes y sus puntos débiles, y cuá les son los avances hechos en su misió n de
enseñ ar, bautizar y hacer discípulos. El plan de evaluació n será normalmente un
programa de autoevaluació n realizado anualmente por toda la congregació n en pleno;
aunque perió dicamente deberá incluir una evaluació n de la participació n en, y la
responsabilidad para con la organizació n má s amplia a la que pertenece. Cada Divisió n
ayudará en el desarrollo del proceso de evaluació n, en consulta con las uniones y las
asociaciones/misiones locales, para ser usado dentro de su territorio.
Qué implica el "Compromiso total con Dios" para las instituciones superiores y las
universidades
Una institució n superior o universidad adventista del séptimo día ofrece a los jó venes
adventistas y a otros jó venes de las localidades circundantes que deseen tener la oportunidad de
estudiar en un ambiente adventista, una educació n de nivel terciario y/o de postgrado,
académicamente só lida, demostrada al:
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miembros productivos tanto de la sociedad como de la Iglesia del Señ or, y que
interactú en con los padres de los alumnos y otras personas interesadas en la educació n,
a fin de comprender y poner en prá ctica las elevadas expectativas académicas y
espirituales que tiene este programa educativo al servicio de la juventud.
Evaluar el cumplimiento de los objetivos bosquejados en el plan maestro espiritual
mediante un programa de evaluació n amplio, preparado por el mismo personal docente,
y aprobado por la Junta Directiva respectiva, diseñ ado en forma suficientemente
específica para que permita evaluar cada aspecto de la vida en el campus, que sirva para
guiar a la administració n de la institució n educacional superior o universidad a tomar
las medidas afirmativas o correctivas que sean necesarias, que sirvan de base para los
informes anuales acerca de la salud espiritual de la institució n presentados a la Junta
Directiva y a los delegados al congreso del campo local.
Someter el plan maestro de desarrollo espiritual a un panel internacional de educadores
altamente calificados, nombrado por la Asociació n General, el que a su vez, entregará a
la Junta Directiva de la institució n educacional superior o universidad la evaluació n
escrita del plan maestro de desarrollo espiritual.
Como lo hizo hace dos mil añ os, el Señ or manda a su iglesia hoy: "Por tanto id, y haced
discípulos a todas las naciones, bautizá ndolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu
Santo". Id... enseñad... bautizad... haced discípulos. El compromiso total con Dios exige el
cumplimiento de esta comisió n, que sigue siendo la base de la ú nica y verdadera medida del
éxito.
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APÉNDICE B
DECLARACIÓN
DENOMINACIONAL PARA EL
PROCESO DE APROBACIÓN
2. La trinidad
Hay un solo Dios: Padre, Hijo y Espíritu Santo, una unidad de tres personas coeternas. Dios
es inmortal, todopoderoso, omnisapiente, superior a todos y omnipresente. Es infinito y escapa a
la comprensió n humana, aunque se lo puede conocer por medio de su autorrevelació n. Dios, que
es amor, es digno, para siempre, de reverencia, adoració n y servicio por parte de toda la
creació n. (Gén. 1:26; Deut. 6:4; Isa. 6:8; Mat. 28:19; Juan 3:16; 2 Cor. 1:21, 22; 13:14; Efe. 4:4-6; 1
Ped. 1:2).
3. El Padre
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Las cualidades y las facultades del Padre se manifiestan también en el Hijo y en el Espíritu Santo.
(Gén. 1:1; Deut. 4:35; Sal. 110:1, 4; Juan 3:16; 14:9; 1 Cor. 15:28; 1 Tim. 1:17; 1 Juan 4:8; Apoc.
4:11).
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4. El Hijo
Dios el Hijo eterno se encarnó como Jesucristo. Por medio de él se crearon todas las cosas,
se reveló el carácter de Dios, se llevó a cabo la salvació n de la humanidad y se juzga al mundo.
Aunque es verdadero y eternamente Dios, llegó a ser también verdaderamente humano, Jesú s el
Cristo. Fue concebido por el Espíritu Santo y nació de la virgen María. Vivió y experimentó la
tentació n como ser humano, pero ejemplificó perfectamente la justicia y el amor de Dios.
Mediante sus milagros, manifestó el poder de Dios, y aquellos dieron testimonio de que era el
prometido Mesías de Dios. Sufrió y murió voluntariamente en la cruz por nuestros pecados y en
nuestro lugar, resucitó de entre los muertos y ascendió al cielo para ministrar en el Santuario
celestial en favor de nosotros. Volverá otra vez en gloria, para librar definitivamente a su pueblo
y restaurar todas las cosas. (Isa. 53:4-6; Dan. 9:25-27; Luc. 1:35; Juan 1:1-3, 14; 5:22; 10:30;
14:1-3, 9, 13; Rom. 6:23;
1 Cor. 15:3, 4; 2 Cor. 3:18; 5:17-19; Fil. 2:5-11; Col. 1:15-19; Heb. 2:9-18; 8:1, 2).
5. El Espíritu Santo
Dios el Espíritu eterno desempeñ ó una parte activa, con el Padre y el Hijo, en la creació n, en
la encarnació n y en la redenció n. Es una persona, de la misma manera que lo son el Padre y el
Hijo. Inspiró a los autores de las Escrituras. Infundió poder a la vida de Cristo. Atrae y convence a
los seres humanos, y renueva a los que responden y los transforma a la imagen de Dios. Enviado
por el Padre y por el Hijo para estar siempre con sus hijos, concede dones espirituales a la
iglesia, la capacita para dar testimonio en favor de Cristo y, en armonía con las Escrituras, la guía
a toda la verdad. (Gén. 1:1, 2; 2 Sam. 23:2; Sal. 51:11; Isa. 61:1; Luc. 1:35; 4:18; Juan 14:16-18,
26; 15:26;
16:7-13; Hech. 1:8; 5:3; 10:38; Rom. 5:5; 1 Cor. 12:7-11; 2 Cor. 3:18; 2 Ped. 1:21).
6. La creación
Dios reveló en las Escrituras el relato auténtico e histó rico de su actividad creadora. El
Señ or creó el universo y, en una creació n reciente de seis días, hizo “los cielos y la tierra, el mar,
y todas las cosas que en ellos hay”, y reposó en el séptimo día. De ese modo, estableció el sá bado
como un monumento perpetuo conmemorativo de la obra que llevó a cabo y completó durante
seis días literales que, junto con el sá bado, constituyeron la misma unidad de tiempo que hoy
llamamos semana. Dios hizo al primer hombre y a la primera mujer a su imagen, como corona de
la creació n, y les dio dominio sobre el mundo y la responsabilidad de cuidar de él. Cuando el
mundo quedó terminado, era “bueno en gran manera”, proclamando la gloria de Dios. (Gén. 1, 2;
5; 11; É xo. 20:8- 11; Sal. 19:1-6; 33:6, 9; 104; Isa. 45:12, 18; Hech. 17:24; Col. 1:16; Heb. 1:2;
11:3; Apoc. 10:6; 14:7).
7. La naturaleza de la humanidad
Dios hizo al hombre y a la mujer a su imagen, con individualidad propia, y con la facultad y
la libertad de pensar y obrar. Aunque los creó como seres libres, cada uno es una unidad
indivisible de cuerpo, mente y espíritu, que depende de Dios para la vida, el aliento y todo lo
demá s. Cuando nuestros primeros padres desobedecieron a Dios, negaron su dependencia de él
y cayeron de su elevada posició n. La imagen de Dios en ellos se desfiguró y quedaron sujetos a la
muerte. Sus descendientes participan de esta naturaleza caída y de sus consecuencias. Nacen con
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debilidades y tendencias hacia el mal. Pero Dios, en Cristo, reconcilió al mundo consigo mismo
y, por medio
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de su Espíritu Santo, restaura en los mortales penitentes la imagen de su Hacedor. Creados para
la gloria de Dios, se los llama a amarlo a él y a amarse mutuamente, y a cuidar del ambiente que
los rodea. (Gén. 1:26-28; 2:7, 15; 3; Sal. 8:4-8; 51:5, 10; 58:3; Jer. 17:9; Hech. 17:24-28; Rom.
5:12-
17; 2 Cor. 5:19, 20; Efe. 2:3; 1 Tes. 5:23; 1 Juan 3:4; 4:7, 8, 11, 20).
8. El gran conflicto
Toda la humanidad está ahora envuelta en un gran conflicto entre Cristo y Sataná s en
cuanto al cará cter de Dios, su ley y su soberanía sobre el universo. Este conflicto se originó en el
cielo cuando un ser creado, dotado de libre albedrío, se exaltó a sí mismo y se convirtió en
Sataná s, el adversario de Dios, y condujo a la rebelió n a una parte de los á ngeles. Sataná s
introdujo el espíritu de rebelió n en este mundo cuando indujo a Adá n y a Eva a pecar. El pecado
humano produjo como resultado la distorsió n de la imagen de Dios en la humanidad, el
trastorno del mundo creado y, posteriormente, su completa devastació n en ocasió n del diluvio
global, tal como lo presenta el registro histó rico de Génesis 1 al 11. Observado por toda la
creació n, este mundo se convirtió en el campo de batalla del conflicto universal, a cuyo término
el Dios de amor quedará finalmente vindicado. Para ayudar a su pueblo en este conflicto, Cristo
envía al Espíritu Santo y a los á ngeles leales para guiarlo, protegerlo y sostenerlo en el camino de
la salvació n. (Gén. 3; 6-8; Job 1:6-12; Isa. 14:12-14; Eze. 28:12-18; Rom. 1:19-32; 3:4; 5:12-21;
8:19-22; 1 Cor. 4:9; Heb. 1:14; 1 Ped. 5:8;
2 Ped. 3:6; Apoc. 12:4-9)
Mediante la vida de Cristo, de perfecta obediencia a la voluntad de Dios, y por medio de sus
sufrimientos, su muerte y su resurrecció n, Dios proveyó el ú nico medio para expiar el pecado
humano, de manera que los que por fe aceptan esta expiació n puedan tener vida eterna, y toda la
creació n pueda comprender mejor el infinito y santo amor del Creador. Esta expiació n perfecta
vindica la justicia de la ley de Dios y la benignidad de su cará cter; porque no solo condena
nuestro pecado, sino también nos garantiza nuestro perdó n. La muerte de Cristo es vicaria y
expiatoria, reconciliadora y transformadora. La resurrecció n corpó rea de Cristo proclama el
triunfo de Dios sobre las fuerzas del mal, y asegura la victoria final sobre el pecado y la muerte a
los que aceptan la expiació n. Ella declara el señ orío de Jesucristo, ante quien se doblará toda
rodilla en el cielo y en la tierra. (Gén. 3:15; Sal. 22:1; Isa. 53; Juan 3:16; 14:30; Rom. 1:4; 3:25;
4:25; 8:3, 4; 1 Cor. 15:3,
4, 20-22; 2 Cor. 5:14, 15, 19-21; Fil. 2:6-11; Col. 2:15; 1 Ped. 2:21, 22; 1 Juan 2:2; 4:10).
Con amor y misericordia infinitos, Dios hizo que Cristo, que no conoció pecado, fuera hecho
pecado por nosotros, para que nosotros pudiésemos ser hechos justicia de Dios en él. Guiados
por el Espíritu Santo, sentimos nuestra necesidad, reconocemos nuestra pecaminosidad, nos
arrepentimos de nuestras transgresiones, y ejercemos fe en Jesú s como Salvador y Señ or,
Sustituto y Ejemplo. Esta fe salvífica nos llega por medio del poder divino de la Palabra y es un
don de la gracia de Dios. Mediante Cristo, somos justificados, adoptados como hijos e hijas de
Dios y librados del dominio del pecado. Por medio del Espíritu nacemos de nuevo y somos
santificados; el Espíritu renueva nuestras mentes, graba la ley de amor de Dios en nuestros
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corazones y nos da poder para vivir una vida santa. Al permanecer en él, somos participantes de
la naturaleza divina,
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y tenemos la seguridad de la salvació n ahora y en ocasió n del Juicio. (Gén. 3:15; Isa. 45:22; 53;
Jer. 31:31-34; Eze. 33:11; 36:25-27; Hab. 2:4; Mar. 9:23, 24; Juan 3:3-8, 16; 16:8; Rom. 3:21-26;
8:1-4,
14-17; 5:6-10; 10:17; 12:2; 2 Cor. 5:17-21; Gá l. 1:4; 3:13, 14, 26; 4:4-7; Efe. 2:4-10; Col. 1:13, 14;
Tito 3:3-7; Heb. 8:7-12; 1 Ped. 1:23; 2:21, 22; 2 Ped. 1:3, 4; Apoc. 13:8).
Por su muerte en la cruz, Jesú s triunfó sobre las fuerzas del mal. É l, que durante su
ministerio terrenal subyugó a los espíritus demoníacos, ha quebrantado su poder y asegurado
su condenació n final. La victoria de Jesú s nos da la victoria sobre las fuerzas del mal que aú n
tratan de dominarnos, mientras caminamos con él en paz, gozo y en la seguridad de su amor.
Ahora, el Espíritu Santo mora en nosotros y nos capacita con poder. Entregados continuamente a
Jesú s como nuestro Salvador y Señ or, somos libres de la carga de nuestras acciones pasadas. Ya
no vivimos en las tinieblas, ni en el temor de los poderes malignos, ni en la ignorancia y falta de
sentido de nuestro antiguo estilo de vida. En esta nueva libertad en Jesú s, somos llamados a
crecer a la semejanza de su cará cter, manteniendo diariamente comunió n con él en oració n,
alimentá ndonos de su Palabra, meditando en ella y en su providencia, cantando sus alabanzas,
reuniéndonos juntos para adorar y participando en la misió n de la iglesia. También somos
llamados a seguir el ejemplo de Cristo al ministrar compasivamente las necesidades físicas,
mentales, sociales, emocionales y espirituales de la humanidad. Al darnos en amoroso servicio a
aquellos que nos rodean y al dar testimonio de su salvació n, Cristo, en virtud de su presencia
constante con nosotros por medio del Espíritu, transforma cada uno de nuestros momentos y
cada una de nuestras tareas en una experiencia espiritual. (1 Cró n. 29:11; Sal. 1:1, 2; 23:4;
77:11, 12;
Mat. 20:25-28; 25:31-46; Luc. 10:17-20; Juan 20:21; Rom. 8:38, 39; 2 Cor. 3:17, 18; Gá l. 5:22-25;
Efe. 5:19, 20; 6:12-18; Fil. 3:7-14; Col. 1:13, 14; 2:6, 14, 15; 1 Tes. 5:16-18, 23; Heb. 10:25; Sant.
1:27; 2 Ped. 2:9; 3:18; 1 Juan 4:4).
12. La iglesia
La iglesia universal está compuesta por todos los que creen verdaderamente en Cristo; pero,
en los ú ltimos días, una época de apostasía generalizada, se llamó a un remanente para que
guarde los mandamientos de Dios y la fe de Jesú s. Este remanente anuncia la llegada de la hora
del Juicio, proclama la salvació n por medio de Cristo y pregona la proximidad de su segunda
venida. Esta proclamació n está simbolizada por los tres á ngeles de Apocalipsis 14; coincide con
la obra del Juicio en los cielos y, como resultado, se produce una obra de arrepentimiento y
reforma en la Tierra. Se invita a todos los creyentes a participar personalmente en este
testimonio mundial. (Dan. 7:9-14; Isa. 1:9; 11:11; Jer. 23:3; Miq. 2:12; 2 Cor. 5:10; 1 Ped. 1:16-19;
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4:17; 2 Ped. 3:10-14;
Jud. 3, 14; Apoc. 12:17; 14:6-12; 18:1-4).
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La iglesia es un cuerpo constituido por muchos miembros, llamados de entre todas las
naciones, razas, lenguas y pueblos. En Cristo, somos una nueva creació n; las diferencias de raza,
cultura, educació n y nacionalidad, y las diferencias entre encumbrados y humildes, ricos y
pobres, hombres y mujeres, no deben causar divisiones entre nosotros. Todos somos iguales en
Cristo, quien por un mismo Espíritu nos unió en comunió n con él y los unos con los otros;
debemos servir y ser servidos sin parcialidad ni reservas. Por medio de la revelació n de
Jesucristo en las Escrituras, participamos de la misma fe y la misma esperanza, y damos a todos
un mismo testimonio. Esta unidad tiene sus orígenes en la unicidad del Dios triuno, que nos
adoptó como hijos suyos. (Sal. 133:1; Mat. 28:19, 20; Juan 17:20-23; Hech. 17:26, 27; Rom. 12:4,
5; 1 Cor. 12:12-
14; 2 Cor. 5:16, 17; Gá l. 3:27-29; Efe. 2:13-16; 4:3-6, 11-16; Col. 3:10-15).
15. El bautismo
La Cena del Señ or es una participació n en los emblemas del cuerpo y la sangre de Jesú s
como expresió n de fe en él, nuestro Señ or y Salvador. Cristo está presente en esta experiencia de
comunió n, para encontrarse con su pueblo y fortalecerlo. Al participar de la Cena, proclamamos
gozosamente la muerte del Señ or hasta que venga. La preparació n para la Cena incluye un
examen de conciencia, el arrepentimiento y la confesió n. El Maestro ordenó el servicio del
lavamiento de los pies para denotar una renovada purificació n, para expresar la disposició n a
servirnos mutuamente en humildad cristiana y para unir nuestros corazones en amor. El
servicio de Comunió n está abierto a todos los creyentes cristianos. (Mat. 26:17-30; Juan 6:48-63;
13:1-17; 1 Cor. 10:16, 17; 11:23-30; Apoc. 3:20).
Dios concede a todos los miembros de su iglesia, en todas las épocas, dones espirituales
para que cada miembro los emplee en amante ministerio por el bien comú n de la iglesia y de la
humanidad. Concedidos mediante la operació n del Espíritu Santo, quien los distribuye entre
cada miembro segú n su voluntad, los dones proveen todos los ministerios y las habilidades que
la iglesia necesita para cumplir sus funciones divinamente ordenadas. De acuerdo con las
Escrituras, estos dones incluyen ministerios –tales como fe, sanidad, profecía, predicació n,
enseñ anza, administració n, reconciliació n, compasió n, servicio abnegado y caridad–, para
ayudar y animar a nuestros semejantes. Algunos miembros son llamados por Dios y dotados
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por el Espíritu para
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Las Escrituras dan testimonio de que uno de los dones del Espíritu Santo es el de profecía.
Este Don es una señ al identificadora de la iglesia remanente y creemos que se manifestó en el
ministerio de Elena de White. Sus escritos hablan con autoridad profética y proporcionan
consuelo, direcció n, instrucció n y correcció n a la iglesia. También establecen con claridad que la
Biblia es la norma por la cual debe ser probada toda enseñ anza y toda experiencia. (Nú m. 12:6; 2
Cró n. 20:20; Amó s 3:7; Joel 2:28, 29; Hech. 2:14-21; 2 Tim. 3:16, 17; Heb. 1:1-3; Apoc. 12:17;
19:10; 22:8, 9).
Los grandes principios de la Ley de Dios está n incorporados en los Diez Mandamientos y
ejemplificados en la vida de Cristo. Expresan el amor, la voluntad y el propó sito de Dios con
respecto a la conducta y a las relaciones humanas, y son obligatorios para todas las personas en
todas las épocas. Estos preceptos constituyen la base del pacto de Dios con su pueblo y son la
norma del Juicio divino. Por medio de la obra del Espíritu Santo, señ alan el pecado y despiertan
el sentido de la necesidad de un Salvador. La salvació n es totalmente por la gracia y no por las
obras, y su fruto es la obediencia a los mandamientos. Esta obediencia desarrolla el cará cter
cristiano y da como resultado una sensació n de bienestar. Es evidencia de nuestro amor al Señ or
y de nuestra preocupació n por nuestros semejantes. La obediencia por fe demuestra el poder de
Cristo para transformar vidas y, por lo tanto, fortalece el testimonio cristiano. (É xo. 20:1-17;
Deut. 28:1-14; Sal. 19:7-14; 40:7, 8; Mat. 5:17-20; 22:36-40; Juan 14:15; 15:7-10; Rom. 8:3, 4;
Efe. 2:8-10; Heb.
8:8-10; 1 Juan 2:3; 5:3; Apoc. 12:17; 14:12).
20. El sábado
El bondadoso Creador, después de los seis días de la creació n, descansó el séptimo día, e
instituyó el sá bado para todos los hombres, como un monumento conmemorativo de la creació n.
El cuarto mandamiento de la inmutable Ley de Dios requiere la observancia del séptimo día,
sá bado, como día de reposo, adoració n y ministerio, en armonía con las enseñ anzas y la prá ctica
de Jesú s, el Señ or del sá bado. El sá bado es un día de agradable comunió n con Dios y con nuestros
hermanos. Es un símbolo de nuestra redenció n en Cristo, una señ al de nuestra santificació n, una
demostració n de nuestra lealtad y una anticipació n de nuestro futuro eterno en el Reino de Dios.
El sá bado es la señ al perpetua del pacto eterno entre él y su pueblo. La gozosa observancia de
este tiempo sagrado de una tarde a la otra tarde, de la puesta del sol a la puesta del sol, es una
celebració n de la obra creadora y redentora de Dios. (Gén. 2:1-3; É xo. 20:8-11; 31:13-17; Lev.
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23:32; Deut. 5:12-15; Isa. 56:5, 6; 58:13, 14; Eze. 20:12, 20; Mat. 12:1-12; Mar. 1:32; Luc. 4:16;
Heb. 4:1-11).
21. La mayordomía
Somos llamados a ser un pueblo piadoso, que piense, sienta y actú e en armonía con los
principios bíblicos en todos los aspectos de la vida personal y social. Para que el Espíritu recree
en nosotros el cará cter de nuestro Señ or, nos involucramos solo en aquellas cosas que
producirá n en nuestra vida pureza, salud y gozo cristiano. Esto significa que nuestras
recreaciones y nuestros entretenimientos estará n en armonía con las má s elevadas normas de
gusto y belleza cristianos. Si bien reconocemos las diferencias culturales, nuestra vestimenta
debe ser sencilla, modesta y de buen gusto, como corresponde a aquellos cuya verdadera belleza
no consiste en el adorno exterior, sino en el inmarcesible ornamento de un espíritu apacible y
tranquilo. Significa también que, siendo que nuestros cuerpos son el templo del Espíritu Santo,
debemos cuidarlos inteligentemente. Junto con la prá ctica adecuada del ejercicio y el descanso,
debemos adoptar un régimen alimentario lo má s saludable posible, y abstenernos de los
alimentos inmundos, identificados como tales en las Escrituras. Como las bebidas alcohó licas, el
tabaco, y el uso irresponsable de drogas y narcó ticos son dañ inos para nuestros cuerpos,
debemos también abstenernos de ellos. En cambio, debemos empeñ arnos en todo lo que ponga
nuestros pensamientos y nuestros cuerpos en armonía con la disciplina de Cristo, quien quiere
que gocemos de salud, de alegría y de todo lo bueno. (Gén. 7:2; É xo. 20:15; Lev. 11:1-47; Sal.
106:3; Rom. 12:1, 2; 1 Cor. 6:19, 20; 10:31; 2 Cor. 6:14-7:1; 10:5; Efe. 5:1-21; Fil. 2:4; 4:8; 1 Tim.
2:9, 10;
Tito 2:11, 12; 1 Ped. 3:1-4; 1 Juan 2:6; 3 Juan 2).
El matrimonio fue establecido por Dios en el Edén, y confirmado por Jesú s para que fuera
una unió n para toda la vida entre un hombre y una mujer, en amante compañ erismo. Para el
cristiano, el matrimonio es un compromiso con Dios y con el có nyuge, y debería celebrarse
solamente entre un hombre y una mujer que participan de la misma fe. El amor mutuo, el honor,
el respeto y la responsabilidad constituyen la estructura de esa relació n, que debe reflejar el
amor, la santidad, la intimidad y la perdurabilidad de la relació n que existe entre Cristo y su
iglesia. Con respecto al divorcio, Jesú s enseñ ó que la persona que se divorcia, a menos que sea
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por causa de relaciones
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sexuales ilícitas, y se casa con otra persona, comete adulterio. Aunque algunas relaciones
familiares estén lejos de ser ideales, el hombre y la mujer que se dedican plenamente el uno al
otro en matrimonio pueden, en Cristo, lograr una amorosa unidad gracias a la direcció n del
Espíritu y a la instrucció n de la iglesia. Dios bendice a la familia y quiere que sus miembros se
ayuden mutuamente hasta alcanzar la plena madurez. Una creciente intimidad familiar es uno de
los rasgos característicos del ú ltimo mensaje evangélico. Los padres deben criar a sus hijos para
que amen y obedezcan al Señ or. Deben enseñ arles, mediante el precepto y el ejemplo, que Cristo
es un guía amante, tierno y que se preocupa por sus criaturas, y que quiere que lleguen a ser
miembros de su cuerpo, la familia de Dios, que engloba tanto a personas solteras como casadas.
(Gén. 2:18-25; É xo. 20:12; Deut. 6:5-9; Prov. 22:6; Mal. 4:5, 6; Mat. 5:31, 32; 19:3-9, 12; Mar.
10:11,
12; Juan 2:1-11; 1 Cor. 7:7, 10, 11; 2 Cor. 6:14; Efe. 5:21-33; 6:1-4).
Hay un Santuario en el cielo, el verdadero Taberná culo que el Señ or erigió y no el ser
humano. En él ministra Cristo en favor de nosotros, para poner a disposició n de los creyentes los
beneficios de su sacrificio expiatorio ofrecido una vez y para siempre en la cruz. Cristo, en su
ascensió n, llegó a ser nuestro gran Sumo Sacerdote y comenzó su ministerio intercesor, que fue
tipificado por la obra del sumo sacerdote en el lugar santo del Santuario terrenal. En 1844, al
concluir el período profético de los 2.300 días, inició la segunda y ú ltima fase. de su ministerio
expiatorio, que fue tipificado por la obra del sumo sacerdote en el lugar santísimo del Santuario
terrenal. Esta obra es un Juicio Investigador, que forma parte de la eliminació n definitiva del
pecado, prefigurada por la purificació n del antiguo Santuario hebreo en el Día de la Expiació n.
En el servicio simbó lico, el Santuario se purificaba mediante la sangre de los sacrificios de
animales, pero las cosas celestiales se purifican mediante el perfecto sacrificio de la sangre de
Jesú s. El Juicio Investigador revela, a las inteligencias celestiales, quiénes de entre los muertos
duermen en Cristo, siendo, por lo tanto, considerados dignos, en él, de participar en la primera
resurrecció n. También pone de manifiesto quién, de entre los vivos, permanece en Cristo,
guardando los mandamientos de Dios y la fe de Jesú s, estando, por lo tanto, en él, preparado para
ser trasladado a su Reino eterno. Este Juicio vindica la justicia de Dios al salvar a los que creen en
Jesú s. Declara que los que permanecieron leales a Dios recibirá n el Reino. La conclusió n de este
ministerio de Cristo señ alará el fin del tiempo de prueba otorgado a los seres humanos antes de
su segunda venida. (Lev. 16; Nú m. 14:34; Eze. 4:6; Dan. 7:9-27; 8:13, 14; 9:24-27; Heb. 1:3;
2:16, 17; 4:14-16; 8:1-5; 9:11-28; 10:19-22;
Apoc. 8:3-5; 11:19; 14:6, 7, 12; 20:12; 22:11, 12).
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La paga del pecado es la muerte. Pero Dios, el ú nico que es inmortal, otorgará vida eterna a
sus redimidos. Hasta ese día, la muerte constituye un estado de inconsciencia para todos los que
han fallecido. Cuando Cristo, que es nuestra vida, aparezca, los justos resucitados y los justos
vivos será n glorificados, y todos juntos será n arrebatados para salir al encuentro de su Señ or. La
segunda resurrecció n, la resurrecció n de los impíos, ocurrirá mil añ os después. (Job 19:25-27;
Sal. 146:3, 4; Ecl. 9:5, 6, 10; Dan. 12:2, 13; Isa. 25:8; Juan 5:28, 29; 11:11-14; Rom. 6:23; 16; 1
Cor.
15:51-54; Col. 3:4; 1 Tes. 4:13-17; 1 Tim. 6:15; Apoc. 20:1-10).
El milenio es el reino de mil añ os de Cristo con sus santos en el cielo, que se extiende entre
la primera y la segunda resurrecció n. Durante ese tiempo, será n juzgados los impíos; la Tierra
estará completamente desolada, sin habitantes humanos con vida, pero sí ocupada por Sataná s y
sus á ngeles. Al terminar ese período, Cristo y sus santos, y la Santa Ciudad, descenderá n del cielo
a la Tierra. Los impíos muertos resucitará n entonces y, junto con Sataná s y sus á ngeles, rodeará n
la ciudad; pero el fuego de Dios los consumirá y purificará la Tierra. De ese modo, el universo
será librado del pecado y de los pecadores para siempre. (Jer. 4:23-26; Eze. 28:18, 19; Mal. 4:1; 1
Cor. 6:2, 3; Apoc. 20; 21:1-5).
En la Tierra Nueva, en que habita la justicia, Dios proporcionará un hogar eterno para los
redimidos, y un ambiente perfecto para la vida, el amor, el gozo y el aprendizaje eternos en su
presencia. Porque allí Dios mismo morará con su pueblo, y el sufrimiento y la muerte terminará n
para siempre. El gran conflicto habrá terminado y el pecado no existirá má s. Todas las cosas,
animadas e inanimadas, declarará n que Dios es amor; y él reinará para siempre jamá s. Amén.
(Isa. 35; 65:17-25; Mat. 5:5; 2 Ped. 3:13; Apoc. 11:15; 21:15).
www.adventistas.org
https://www.adventistas.org/es/institucional/creencias/
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APÉNDICE C
DECLARACIÓN
DENOMINACIONAL PARA EL
PROCESO DE APROBACIÓN
ÉTICA PASTORAL
Código de Ética
Reconozco que un llamado al ministerio evangélico en la Iglesia Adventista del Séptimo Día
no implica una posició n o privilegio especial, sino vivir una vida de devoció n y servicio a Dios, a
su Iglesia y al mundo. Afirmo que mi vida personal y mis actividades profesionales estará n
arraigadas en la Palabra de Dios y sujetas al señ orío de Cristo. Estoy totalmente comprometido
con las creencias fundamentales de la Iglesia Adventista del Séptimo Día.
Por la gracia de Cristo aplicaré dichas normas en mi vida, incluyendo las siguientes:
1. Mantendré una vida devocional que sea relevante para mí y para mi familia.
2. Dedicaré todo mi tiempo y atenció n al ministerio como mi ú nica vocació n.
3. Me comprometeré a continuar mi desarrollo profesional.
4. Estableceré y mantendré relaciones profesionales y de mutuo apoyo, con mis colegas en
el ministerio.
5. Practicaré la má s estricta confidencialidad profesional.
6. Apoyaré a la organizació n que me emplea y a la Iglesia mundial.
7. Administraré las finanzas de la iglesia y a las personas, con integridad y transparencia.
8. Consideraré y trataré a mi familia coma una parte fundamental de mi ministerio.
9. Practicaré un estilo de vida saludable.
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Un programa de prá ctica ministerial brinda una oportunidad especial para desarrollar un
ministerio compartido. Ubicar a practicantes en ese medio, para que continú en con su educació n,
les permitirá aprender mientras colaboran con un pastor maduro y de experiencia. Ademá s, el
supervisor tendrá la oportunidad de aprender del practicante, que ha disfrutado de un contacto
má s reciente con el medio educativo. Para colaborar con ese proceso de capacitació n la
Asociació n Ministerial de la Asociació n General ha preparado un manual prá ctico: A Manual for
Ministerial Interns and Intern Supervisors (Manual para practicantes y supervisores del á rea
ministerial). Está disponible en la Asociació n Ministerial de la Asociació n General.
El sucesor. Si le toca servir en otro puesto o cargo, deje registros apropiados en la iglesia,
entre otros un directorio que incluya los nombres de los oficiales y miembros de juntas, registros
financieros, las actas de la Junta de iglesia y de otras juntas, mapas del vecindario que muestren
la residencia de los miembros, los territorios por evangelizar y un registro de interesados.
Comparta
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informació n personal que sea de utilidad respecto a lugares en los que es conveniente hacer
compras, servicios médicos, librerías y otros lugares que al nuevo pastor le sería necesario visitar.
Persiga normas elevadas. Apunte alto, pero apunte a una norma elevada, no a un cargo
elevado. Trabaje diligentemente en lo que se le ha asignado y deje las promociones a Dios. El
éxito de la misió n de la Iglesia Adventista para alcanzar al mundo puede verse en la amplitud de
su feligresía mundial: “a toda nació n, tribu, lengua y pueblo” (Apoc. 14: 6). Con esta variedad en
su feligresía, no puede haber lugar para la discriminació n. “Pues todos los que habéis sido
bautizados en Cristo, de Cristo está is revestidos. Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni
libre; no hay varó n ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesú s” (Gá l. 3: 27, 28).
Perdón y restauración. Aunque la violació n a estos está ndares dan razó n para la
terminació n de servicio y empleo en el ministerio pastoral, el despedido puede experimentar la
gracia perdonadora y el amor de Dios. La iglesia debe procura restaurar y acoger a tal persona
en su relació n familiar y espiritual.
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Las relaciones con el cónyuge. Debe mostrarse claramente, que existe una só lida relació n
de amor entre el esposo y la esposa. Esfuércese con diligencia para que su vida hogareñ a sea de
éxito y feliz. Una relació n de ese tipo fortalecerá los vínculos interiores de amor y rechazará las
tentaciones externas.
La consejería. Es necesario ser cuidadoso respecto a esta prá ctica, ya que la consejería
espiritual es parte de la labor de un pastor. Evite citas de consejería con una sola persona.
Algunos casos de consejería requieren privacidad de tipo verbal, pero no es necesario que exista
una privacidad visual. La mayor parte de los pastores no son consejeros profesionales y, por
tanto, no está n llamados a actuar como tales. Por lo general, fuera de una consejería espiritual,
cualquier persona que necesite ser aconsejada se debe referir a un consejero profesional
cristiano.
Ética y leyes
Seguridad de menores. En muchos países es un requisito legal para aquellos que trabajan
con niñ os, aunque su desarrrollo es mínimo, obtener un informe de la policía o autorizació n de
un ente gubernamental. Los pastores que laboran en tales países deben asegurar que tienen la
autorizació n legal para ministrar a los niñ os. Sin tomar en cuenta los requisitos legales de un
país en particular, el contacto físico del pastor, su conducta, su conversació n y ministerio a los
niñ os debe ejemplificar los está ndares morales, profesionales y cristianos del má s alto nivel.
Facilidades físicas. Debe hacerse todo lo posible por mantener los edificios e instalaciones
en buen estado, con el fin de proteger a los asistentes a las actividades y cultos de la iglesia.
Lesiones a los miembros y visitas pueden causar dañ o, afectar el ministerio y exponer a la iglesia
a responsabilidades legales.
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situaciones o actos que pueden causar lesiones, conducta impropia u otros problemas en un
evento o actividad de la iglesia.
Historial del empleado. La mejor forma para evitar problemas con empleados o
voluntarios es conocer algo de su historial. Tal informació n ayudará a seleccionar empleados o
voluntarios y puede evitar problemas con los que no son aptos para el servicio. Un certificado de
antecedentes no es lo ú nico y tampoco es un predictor con exactitud sobre la conducta futura.
Sin embargo, es un indicador y se debe requerir.
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APÉNDICE D
DECLARACIÓN
DENOMINACIONAL PARA EL
PROCESO DE APROBACIÓN
1. Manifestar nuestro compromiso total con Dios, con su Palabra y con las creencias y la
misión de la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Para cumplir con este principio,
nosotros:
a. Fomentamos nuestra relació n personal con Dios mediante una vida de devoció n, oració n
y meditació n.
b. Aceptamos y estudiamos la Biblia como la Palabra de Dios.
c. Aceptamos y estudiamos los escritos de Elena G. de White como consejo autoritativo que
Dios ha confiado a la Iglesia Adventista del Séptimo Día.
d. Pertenecemos y participamos activamente en la vida de una iglesia adventista local.
e. Participamos en una testificació n personal de la gracia salvadora de Jesucristo, en el
contexto de su pronto regreso.
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3. Establecer, modelar y proteger las más alta normas en nuestro desempeño y conducta
profesional. Para cumplir con este principio, nosotros:
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a. Asumimos con todos los ciudadanos nuestra responsabilidad de asegurarnos que las
leyes y los proyectos pú blicos sean apropiados, especialmente en el campo
educativo.
b. Realizamos auto evaluaciones perió dicas de nuestra labor educativa y cooperamos
con la evaluació n regular de programas y actividades de nuestra institució n con el fin
de mantener niveles adecuados de calidad, reconocimiento y acreditació n.
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c. Protegemos el buen nombre de la Iglesia Adventista del Séptimo Día contra ataques
impropios y calumnias maliciosas.
d. Participamos en actividades que beneficiará n la comunidad en que residimos.
(*) Versiones de este Có digo está n disponibles en Francés, Portugués y Españ ol. Se pueden
solicitar del departamento de Educació n en las divisiones mundiales de la Asociació n General.
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APÉNDICE E
DECLARACIÓN
DENOMINACIONAL PARA EL
PROCESO DE APROBACIÓN
Todo aprendizaje y toda enseñ anza se llevan a cabo dentro del marco de referencia de una
cosmovisió n de la naturaleza de lo real, el ser humano, el conocimiento y los valores. Las raíces
de toda universidad cristiana se encuentran en un principio que siempre ha apuntalado el
desarrollo de toda la educació n superior, la creencia que la mejor educació n se logra cuando el
crecimiento intelectual ocurre dentro de un ambiente en la cual los conceptos basados en la
Biblia son el eje central de la educació n. Esta es la meta de la educació n adventista del séptimo
día.
En institutos y universidades adventista del séptimo día, al igual que en cualquier otra
institució n de educació n terciaria, el principio de libertad académica ha sido central para
establecer tales metas. Este principio refleja la creencia en la libertad como un derecho esencial
en una sociedad democrá tica, pero con un enfoque particular en la comunidad académica. Es la
garantía de que los maestros y estudiantes pueden continuar las actividades de aprendizaje,
investigaciones y enseñ anza con un mínimo de restricciones. Es aplicable a las materias dentro
del á mbito de especialidad del profesor donde existe una necesidad de bú squeda de la verdad.
También se aplica a la atmó sfera de investigació n abierta necesaria en una comunidad
académica para que el aprendizaje sea honesto y completo.
Los institutos y universidades adventistas del séptimo día por lo tanto se suscriben a los
principios de libertad académica considerados muy importantes en la educació n superior. Estos
principios permiten que sea posible la bú squeda disciplinada y creativa de la verdad. También
reconocen que las libertades no siempre son absolutas y que conllevan ciertas responsabilidades
conmensuradas. Los siguientes principios de libertad académica son declarados dentro del
contexto de la responsabilidad y con atenció n especial a las limitaciones que surgen debido a las
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metas religiosas de una institució n cristiana.
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Las libertades
Responsabilidades compartidas
Por otro lado, se espera que los líderes de la Iglesia fomenten una atmó sfera de cordialidad
cristiana dentro del cual el erudito no se sentirá amenazado si sus descubrimientos difieren de
los
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puntos de vista tradicionales. Dado que el desarrollo diná mico de la Iglesia depende del estudio
continuo de eruditos dedicados, el presidente, la Junta Directiva y líderes de la Iglesia protegerá n
al erudito, no solo por él, sino también por causa de la verdad y el bienestar de la Iglesia.
La posició n doctrinal histó rica de la Iglesia es definida por la Asociació n General en sesió n y
es publicada en el YearBook de la Iglesia Adventista del Séptimo Día bajo el título creencias
fundamentales. Se espera que un docente en una institució n educativa de la Iglesia no enseñ e
como verdad lo que es contrario a esas creencias fundamentales. Tienen que recordar que la
verdad no el ú nico producto en el crisol de la controversia; también produce rupturas. El erudito
dedicado usará la discreció n al presentar conceptos que podrían comprometer la unidad de la
Iglesia y la efectividad de las acciones de la Iglesia.
Cuando surgen preguntas que tratan con el asunto de libertad académica, cada universidad
e instituto debe tener procedimientos claros para seguir en caso de agravios. Estos
procedimientos deben incluir revisió n por pares, un proceso de apelació n y revisió n por la Junta
Directiva. Se debe tomar toda precaució n que todas las acciones será n justas y equitativas y que
protegerá tanto los derechos del docente y la integridad de la institució n. La protecció n de
ambas partes no solo es un asunto de justicia; en el plantel de un instituto o universidad,
también es un asunto de crear y proteger el á rea académica. También es una protecció n contra
lo disruptivo, lo servil y lo fraudulento.
Implementación
La libertad para el pastor/obrero adventista del séptimo día de aquí en adelante llamado el
obrero, se basa en la premisa teoló gica de que Dios valora la libertad y que sin él no habrá amor,
verdad o justicia. El amor reclama afecto y compromiso para ser ofrecido sin restricció n. El
aceptar la verdad requiere un examen exhaustivo y la recepció n de evidencia y argumento. La
justicia demanda respeto por los derechos humanos y libertad. La presencia de estos elementos
dentro de la Iglesia fomenta el espíritu de unidad por lo cual oró el Señ or (Juan 17:21-23; Sal.
133).
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Los adventistas del séptimo día han derivado su cosmovisió n distintiva del Antiguo y Nuevo
Testamento. Creen que las verdades bíblicas y la libertad de consciencia son asuntos vitales en el
gran conflicto entre el bien y el mal. Por su naturaleza, el mal depende del engañ o y falsedad y en
algunas ocasiones usa la fuerza para mantenerse. La verdad prospera mejor en un clima de
libertad, persuasió n y deseo sincero de hacer la voluntad de Dios (Juan 7:17; Sal. 111:10).
Aunque el obrero es libre para estudiar, no debe asumir que su perspectiva limitada no
necesita la opinió n y la influencia correctiva de la Iglesia que sirve. Lo que él piensa que es la
verdad, puede ser considerada por el cuerpo de creyentes como error. De hecho, los obreros y
los miembros son llamados para estar de acuerdo en los puntos esenciales “para que no haya
divisió n” en el cuerpo de Cristo (1 Cor. 1:10).
Aunque sabemos que las enseñ anzas engañ osas son muy dañ inas al bienestar eterno de las
almas, estas se pueden originar dentro de la misma Iglesia (Hech. 20:29-31; 2 Pedro 2:1); la
ú nica seguridad es recibir y no fomentar nuevas doctrinas o interpretaciones sin antes
someterlos al juicio y a la experiencia de los hermanos, porque en la “multitud de consejos hay
sabiduría” (Prov. 11:14).
Aú n un conocimiento genuino de la verdad descubierta por un obrero puede ser que no sea
aceptable al cuerpo corporativo al ser expuesto a él por primera vez. Si tal enseñ anza puede
causar divisió n, no debe ser enseñ ado ni predicado hasta no ser evaluado segú n mencionado
anteriormente. Los apó stoles nos dieron ejemplo de este proceso (Hech. 15:2, 6; Gá l. 2:2). Sería
el uso irresponsable de la libertad de un obrero insistir en un punto de vista que pondría en
peligro la unidad del cuerpo eclesiá stico que también es parte de la verdad segú n formulado en
las declaraciones de la doctrina (ver Fil. 1:27; Rom. 15:5, 6).
De hecho, los obreros deben distinguir entre doctrinas que no pueden ser aceptadas sin
destruir el evangelio en el marco de referencia del mensaje de los “tres á ngeles” y otras
creencias que no tienen el apoyo de la Iglesia. Un ejemplo de esta distinció n es la decisió n
tomada en el Concilio de Jerusalén (Hech. 15). La preocupació n del apó stol Pablo era establecer
la verdad de la libertad cristiana en el evangelio a los gentiles. Una vez que ese principio fue
aceptado por la iglesia, estaba dispuesto a hacer concesiones sobre otros asuntos de menor
importancia (Rom.
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14:5-13) para mantener la unidad. Dar tiempo para que un principio o una nueva verdad se
incorpore en la vida diaria de la Iglesia muestra respeto por la integridad del cuerpo de Cristo.
Pero, ¿en dó nde debemos sentar la línea entre la libertad y la responsabilidad? Se espera
que un individuo que es empleado por la Iglesia debe asumir el privilegio de representar la causa
de Dios de manera responsable y honrosa. Se espera que sea capaz de exponer la Palabra de Dios
concienzudamente y con preocupació n cristiana por el bienestar eterno de las personas bajo su
cuidado. Tal privilegio incluye la promoció n de puntos de vistas teoló gicos contrarios a lo
aceptado por la Iglesia.
La Iglesia se reserva el derecho de emplear solo aquellas personas que personalmente creen
y está n comprometidas a defender los puntos doctrinales de la iglesia resumidos en el
documento 28 Creencias fundamentales de los adventistas del séptimo día. A tales individuos se
les extienden credenciales especiales por sus respectivos cuerpos eclesiá sticos, que los
identifican como obreros continuos de la Iglesia.
Como miembros de la Iglesia, los obreros está n sujetos a las condiciones de miembros para
pertenecer a la misma segú n se declara en el Manual de la iglesia. Este documento también trata
con los empleados a salario.
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A pesar de los procesos de revisió n y selecció n, puede haber ocasiones cuando los puntos de
vista teoló gicos de un individuo sean evaluados críticamente. Si amerita una audiencia, se
recomienda el siguiente proceso:
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b. Los puntos de vista doctrinales del obrero deben ser sometidos por él a la comisió n
revisora por escrito antes de la reunió n. En el momento de la revisió n el obrero estará
disponible para una discusió n con la comisió n.
c. La comisió n revisora conducirá su caso con propó sitos serios, honestidad completa y
justicia escrupulosa. Después de una adjudicació n cuidadosa de los puntos en discusió n,
ofrecerá un informe detallado de las discusiones con sus recomendaciones al comité
ejecutivo de la Asociació n/institució n. Si no se llega a un acuerdo dentro de la comisió n,
se incluirá un informe de la minoría.
d. Si la comisió n revisora descubre que los puntos de vista del obrero son compatibles con
las creencias fundamentales de la Iglesia, no habrá má s acció n. Sin embargo, si la
posició n teoló gica no concuerda con las doctrinas adventistas del séptimo día, la
comisió n revisora discutirá con el obrero sus concusiones y lo aconsejará n:
e. Si el obrero no puede reconciliar sus diferencias teoló gicas con las de la denominació n y
siente la obligació n de su conciencia para defender su posició n tanto pú blica como
privadamente, entonces la comisió n revisora hará una recomendació n a la Junta
Directiva para que sus credenciales sean removidas.
f. Si el obrero descubre una nueva posició n teoló gica que es aceptada como vá lida por la
comisió n revisora, este punto de vista será estudiado por los oficiales de la Unió n (en
caso de que sea una institució n de Divisió n o Asociació n General, los oficiales de la
Divisió n
/Asociació n General) con las recomendaciones apropiadas hará n referencia al Instituto
Bíblico de Investigació n para la disposició n final.
a. El obrero disidente puede apelar y hacer una aparició n ante la comisió n de apelació n
que consta de siete miembros nombrados por la Junta Directiva de la Unió n (o la Junta
Directiva de la Divisió n si es una institució n de Divisió n/Asociació n General). El
presidente de la Unió n o su designado presidirá e incluirá al secretario ministerial de la
Unió n, dos representantes nombrados por la Junta Directiva de la Divisió n/Asociació n
General, el administrador principal de la Asociació n o institució n y dos colegas del
obrero seleccionados de cinco nombres sometidos por él.
b. Cualquier recomendació n de la comisió n de apelació n de la Unió n (Divisió n si es una
institució n de la Divisió n) será referida la Junta Directiva de la Unió n (Divisió n). Los
oficiales de la Unió n (Divisió n) notificará n la decisió n colectiva a través de su
administrador principal.
c. Cualquier recomendació n de la Junta Directiva de la Unió n (Divisió n) será referida la
Junta Directiva de la Asociació n/institució n para la acció n final sobre el empleo del
obrero.
d. El obrero puede hacer una ú ltima apelació n la Junta Directiva de la Divisió n de la
Asociació n General en donde reside. Esta decisió n será final y será comunicada al comité
ejecutivo de la Asociació n/institució n que emplea al obrero.
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Adoptado por la Junta Directiva de la Asociació n General de los adventistas del séptimo día
en la sesió n del Concilio Anual en Washington, DC, el 11 de octubre de 1987.
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APÉNDICE F
DECLARACIÓN
DENOMINACIONAL PARA EL
PROCESO DE APROBACIÓN
MÉTODOS DE ESTUDIOS BÍBLICOS
1. Preámbulo
Esta declaració n se dirige a todos los miembros de la Iglesia Adventista del Séptimo Día con
el propó sito de proporcionar pautas sobre có mo estudiar la Biblia, tanto para los eruditos
bíblicos especializados como para los demá s.
Los adventistas reconocen y aprecian las contribuciones de los eruditos bíblicos que a lo
largo de la historia han desarrollado métodos ú tiles y confiables para el estudio de la Biblia,
consistente con las afirmaciones y las enseñ anzas de las Escrituras. Los adventistas está n
comprometidos a aceptar la verdad bíblica y está n dispuestos a seguirla, usando todos los
métodos de interpretació n que sean consistentes con lo que la Escritura dice de sí misma. É stos
está n bosquejados en las presuposiciones que se detallan abajo.
En contraste con el método histó rico-crítico y sus presuposiciones, creemos que será de
utilidad exponer los principios del estudio de la Biblia que son consistentes con las enseñ anzas
de las mismas Escrituras, preservan su unidad y está n basados sobre la premisa de que la Biblia
es la Palabra de Dios. Un enfoque así nos conducirá a una experiencia satisfactoria y provechosa
con Dios.
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a) Origen
b) Autoridad
1. Los 66 libros del Antiguo Testamento y Nuevo Testamento son la revelació n clara e
infalible de la voluntad de Dios y de su salvació n. La Biblia es la Palabra de Dios, y ella
sola es la norma por la cual toda enseñ anza y experiencia debe ser probada (2 Tim. 3:15-
17; Sal. 119:105; Prov. 30:5, 6; Isa. 8:20; Juan 17:17; 2 Tes. 3:14; Heb. 4:12).
2. La Escritura es un registro auténtico y fidedigno de la historia y de los actos de Dios en la
historia. Proporciona la interpretació n teoló gica normativa de esos actos. Los actos
sobrenaturales revelados en la Escritura son histó ricamente ciertos. Por ejemplo, los
primeros once capítulos del Génesis constituyen un informe objetivo de eventos
histó ricos.
3. La Biblia no es igual a los otros libros. Es una mezcla indivisible de lo divino y lo humano.
El registro que hace de muchos detalles de la historia secular es esencial para su
propó sito total de transmitir la historia de la salvació n. Mientras que a veces puede
haber procedimientos paralelos empleados por los estudiantes de la Biblia para
determinar los hechos histó ricos, las técnicas normales de investigació n histó rica,
basadas como está n en presuposiciones humanas y centralizadas en el elemento
humano, son inadecuadas para interpretar las Escrituras, que son una mezcla de lo
divino y lo humano. Ú nicamente un método que reconozca plenamente la naturaleza
indivisible de la Escritura puede evitar una tergiversació n de su mensaje.
4. La razó n humana está sujeta a la Biblia, no es igual a ella ni está por encima de ella. Las
presuposiciones en cuanto a las Escrituras deben estar en armonía con las afirmaciones
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de las Escrituras y sujetas a ser corregidas por la Escritura (1 Cor. 2:1-6). Dios se
propone que la razó n humana sea usada en toda su extensió n, pero dentro del contexto y
bajo al autoridad de su Palabra antes que independiente de ella.
5. Cuando se entiende correctamente la revelació n de Dios en toda la naturaleza, está en
armonía con la Palabra escrita, y debe ser interpretada a la luz de la Escritura.
1. Seleccione una versió n de la Biblia que sea fiel al significado contenido en las lenguas en
las que la Biblia fue originalmente escrita, dando preferencia a traducciones hechas por
un amplio grupo de eruditos y publicada por un publicador general, en lugar de
traducciones hechas por alguna denominació n o un grupo con agenda específica.
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(3) Estudio que procure una solució n bíblica a un problema específico de la vida,
satisfacció n bíblica para una necesidad específica o respuesta bíblica a una cuestió n
específica.
3. Procure obtener el significado obvio o má s sencillo del pasaje bíblico bajo estudio.
4. Trate de descubrir los principales temas subyacentes de las Escrituras tales como se
encuentren en textos individuales, pasajes o libros. Hay dos temas bá sicos relacionados
que corren a través de las Escrituras: (1) La obra y persona de Jesucristo; y (2) la
perspectiva de la gran controversia que envuelve la autoridad de la Palabra de Dios, la
caída del hombre, la primera y segunda venida de Cristo, la exoneració n de Dios y su Ley,
y la restauració n del plan divino para el universo. Estos temas deben ser extraídos de la
totalidad de las Escrituras y no impuestos sobre ella.
5. Reconocer que la Biblia es su propio intérprete y que el significado de palabras, textos y
versículos es mejor determinado por la diligente comparació n de la Biblia con la Biblia.
6. Estudie el contexto de los versículos bajo consideració n relacioná ndolos con las frases y
pá rrafos inmediatamente antes y después de los textos bajo estudio. Trate de relacionar
las ideas de los pasajes a la línea de pensamiento de todo el libro.
7. Tanto como pueda, procure descubrir cuáles fueron las circunstancias histó ricas en las
que los pasajes fueron escritos por los escritores bíblicos al ser guiados por el Espíritu
Santo.
8. Determine la clase de literatura que está usando el autor. El material bíblico está
compuesto de pará bolas, proverbios, alegorías, salmos y profecías apocalípticas. Ya que
muchos escritores bíblicos compusieron su material en poesía, es recomendable usar
una versió n bíblica que reconozca el estilo poético, pues la versió n que usa escenas
imaginarias no pueden ser interpretadas de la misma manera como se interpreta la
prosa.
9. Reconozca que un texto bíblico dado puede no conformarse en cada detalle a las
categorías literarias usadas en nuestros tiempos. Tome cuidado a no forzar esas
categorías al interpretar el significado del texto bíblico. Es una tendencia humana
encontrar lo que uno anda buscando aun cuando el autor no tenía esa intenció n.
10. Considere la gramá tica y la construcció n de frases en la bú squeda del descubrimiento de
la intenció n del autor. Estudie las palabras claves de los diferentes pasajes comparando
có mo esas palabras han sido usadas en otras partes de la Biblia. Se puede adquirir esa
informació n usando una concordancia o la ayuda de léxicos y diccionarios.
11. En conexió n con el estudio del texto bíblico, explore los factores histó ricos culturales. La
arqueología, la antropología y la historia pueden contribuir a entendimiento o
significado del texto.
12. Los adventistas del séptimo día creen que Dios inspiró a Elena G. de White. Como tal, sus
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exposiciones sobre cualquier pasaje bíblicos nos ofrecen una guía inspirada al
significado de los textos sin agotar lo que el texto pueda significar ni tampoco anulando
la tarea de la exégesis bíblica (por ejemplo, vea El evangelismo, p. 190; El conflicto de los
siglos, p. 377, 653; Testimonios para la iglesia t. 5, p. 624, 639, 661, 662; Counsels to
writers and editors,
p. 33-35).
13. Después de estudiar como fue arriba esbozado, vuelque su atenció n a comentarios y
ayudas secundarias como son los trabajos de eruditos en el á rea para ver có mo es que
otros han analizado el pasaje. Entonces analice cuidadosamente los diferentes puntos de
vista expresados considerando a la Biblia como un todo.
14. Al interpretar profecía, mantenga en mente:
(1) La Biblia profesa que el poder de Dios predice el futuro (Isa. 46:10).
(2) La profecía tiene un propó sito moral. No fue escrita para la mera satisfacció n de la
curiosidad humana acerca del futuro. Algunos de los propó sitos de la profecía son
solidificar la fe (Juan 14:29) y promover vivir una vida santificada en preparació n para
la venida de Cristo (Mat. 24:44; Apoc. 22:7, 10-11).
(3) El enfoque de la mayor parte de la profecía está sobre Cristo (en ambas de sus
venidas), la iglesia y el tiempo del fin.
(6) Hay dos tipos principales de escritos proféticos: Profecía no apocalíptica como los
profetas Isaías y Jeremías, y profecía apocalíptica como las de Daniel y Apocalipsis.
Estas dos clases tienen características diferentes:
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(7) La profecía apocalíptica es altamente simbó lica y debe ser interpretada de acuerdo
a sus símbolos. Los siguientes métodos deben ser considerados cuando se interpretan
los símbolos:
Los relatos paralelos en la Biblia a veces presentan diferencias en detalles y énfasis, por
ejemplo, Mateo 22:33, 34; Marcos 12:1-11 y Lucas 20:9-18, o 2º Reyes 18-20 con 2º Cró nicas 32.
Cuando se estudian pasajes como estos, examine primero cuidadosamente para asegurarse que
los paralelos se está n refiriendo al mismo evento histó rico. Por ejemplo, muchas de las pará bolas
de Jesú s pueden ser presentadas en diferentes ocasiones a diferentes audiencias y en lenguaje
diferente.
En casos donde aparecen diferencias en relatos paralelos, uno debe reconocer que el
mensaje total de la Biblia es la síntesis de todas sus partes. Cada libro o escritor comunica
aquello que el Espíritu le guio a escribir. Cada uno de ellos ofrece una contribució n especial a la
riqueza, diversidad y variedad de las Escrituras (ver El conflicto de los siglos, p. 8, 9). El lector
debe permitir que cada escritor bíblico emerja y sea oído, y al mismo tiempo reconocer la unidad
bá sica de la auto-revelació n divina.
Puede a veces ser imposible reconciliar discrepancias menores en detalles que quizá sean
irrelevantes para el mensaje central del pasaje bajo estudio. En algunos casos el juicio debe ser
suspendido hasta que exista má s informació n y mejor evidencia sea disponible para resolver tal
discrepancia.
Las Escrituras fueron escritas con propó sitos prá cticos para revelar la voluntad de Dios a
la familia humana. Sin embargo, para no distorsionar ciertas declaraciones, es
importante
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Expresiones como “el Señ or endureció el corazó n de Faraó n” (É xo. 9:12) o “un espíritu malo
de parte del Señ or” (1 Sam. 16:15), los salmos imprecatorios o “los tres días y tres noches de
Joná s” para compararlos con la muerte de Cristo (Mat. 12:40), son comú nmente malentendidos
porque son interpretados desde un á ngulo diferente.
Conocer antecedentes culturales del cercano oriente es indispensable para entender tales
expresiones. Por ejemplo, la cultura hebrea atribuía la responsabilidad a cierta persona por
actos que no cometió , pero que él permitió que sucedieran. Por tanto, los escritores inspirados de
la Biblia comú nmente atribuyen a Dios hechos que en el pensamiento occidental diríamos “Dios
permitió ” o creemos que Dios no puede prevenir que sucedan como sucedió con el corazó n de
Faraó n.
Otro aspecto de la Biblia que incomoda a la mente moderna es el mandato divino de enviar a
Israel a la guerra y ejecutar a naciones enteras. Israel fue originalmente organizada como una
teocracia; un gobierno civil a través del cual Dios gobernaba (Gén. 18:25). Ese estado teocrá tico
era singular. Ya no existe y no puede ser considerado como el modelo para la prá ctica cristiana.
La Biblia registra que Dios acepta [y obró ] a través de personas cuyas experiencias y
declaraciones no está n en armonía con los principios espirituales de su Palabra como un todo.
Por ejemplo, podemos citar incidentes relacionados con el uso del alcohol, la poligamia, el
divorcio o la esclavitud [que “famosos” personajes bíblicos practicaron]. Aunque no hay una
condenació n explícita en la Biblia de esas costumbres sociales tan arraigadas, Dios no
necesariamente aprueba lo que él permitió en las vidas de los patriarcas y en Israel. Jesú s dejó
eso claro en su declaració n sobre el divorcio (Mat. 19:4-6, 8).
Aunque existe una pujante unidad en la Biblia desde Génesis al Apocalipsis, y aunque toda
la Escritura es igualmente inspirada, Dios escogió revelarse a si mismo a través de seres
humanos y encontrarse con ellos en sus propios términos en el desarrollo de sus dotes
espirituales e intelectuales. Dios mismo no cambia, pero se ha revelado progresivamente a los
hombres en cuanto éstos son capaces de asimilar esas revelaciones (Juan 16:12; Comentario
bíblico adventista,
t. 7, p. 945; Mensajes selectos, t. 1, p. 9-13). Cada experiencia o declaració n de las Escrituras es un
registro divinamente inspirado, pero no toda declaració n o experiencia es necesariamente
normativa para el comportamiento cristiano de hoy. Tanto el espíritu y la letra de la Biblia
necesitan ser comprendidos (1 Cor. 10:6-13; El Deseado de todas las gentes, p. 119-121,
Testimonios para la iglesia, t. 4, p. 14-16).
Como el objetivo final, haga una aplicació n individual del pasaje bajo estudio. Há gase
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preguntas como: “¿Cuá l es el mensaje o propó sito que Dios quiere transmitir a través de
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su Palabra? ¿Qué significado tiene este texto para mí? ¿Có mo se aplica a mi situació n y
circunstancia hoy?” Al hacer esto, reconozca que aunque muchos pasajes bíblicos
tuvieron un significado local, todavía contienen principios eternos aplicables a todo
tiempo y cultura.
5. Conclusión
En la introducció n a El conflicto de los siglos (p. 8), Elena G. de White escribió : “La Biblia, con
sus verdades de origen divino expresadas en el idioma de los hombres, es una unió n de lo divino
y lo humano. Esta unió n existía en la naturaleza de Cristo, quien era Hijo de Dios e Hijo del
hombre. Se puede pues decir de la Biblia, lo que fue dicho de Cristo: ‘Aquel Verbo fue hecho
carne, y habitó entre nosotros’ (Juan 1: 14)”.
Así como es imposible para quienes no aceptan la divinidad de Cristo entender el propó sito
de su encarnació n, es también imposible que los que estudian la Biblia como un mero libro
humano, puedan entender su mensaje por má s cuidadoso o riguroso que sean sus métodos.
Aun eruditos cristianos que aceptan la naturaleza divino-humana de las Escrituras, pero
cuyos métodos de estudio los lleva a depender má s en el aspecto humano, arriesgan vaciar el
mensaje bíblico de su poder al relegarlo a una esquina mientras se concentran en el vehículo. Se
olvidan que el vehículo y el mensaje son inseparables y que el vehículo sin el mensaje es una
concha vacía que no puede atender a las vitales necesidades espirituales de la humanidad.
Un cristiano comprometido usará solo aquellos métodos que le hagan justicia a ambos
[divino-humano], a esta inseparable naturaleza de las Escrituras, aumentando su habilidad para
aplicar y entender su mensaje y fortalecer la fe.
Esta declaració n fue aprobada y votada por la comisió n ejecutiva de la Asociació n General
durante el Concilio Anual en Rio de Janeiro, Brasil, 12 de
octubre de 1986. Vea https://www.adventist.org/en/information/official-
statements/documents/article/go/0/methods-of-bible-study/12/.
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APÉNDICE G
EJEMPLO DE COMPROMISO Y
AFIRMACIÓN DOCENTE
Esta declaració n a continuació n fue creada por el cuerpo docente del Seminario Teoló gico
Adventista para expresar su compromiso con el mensaje y la misió n de la Iglesia Adventista del
Séptimo Día y su afirmació n de trabajar dentro de los pará metros establecido en el Capítulo 12.
Se provee como un ejemplo para que otras instituciones la consideren y si desean, puedan
expresar su compromiso y afirmació n de la misma manera.
El Seminario Teoló gico Adventista del Séptimo Día (SDATS, por sus siglas en inglés) valora y
promueve la libertad académica a fin de ofrecer un ambiente intelectual y espiritual favorable
para la excelencia en la docencia, en la investigació n rigurosa, y en el diá logo académico
diná mico, al igual que en el desarrollo personal de los estudiantes, personal y docentes. También
se espera del personal docente apoyo firme y compromiso en las creencias y estilo de vida de la
Iglesia Adventista del Séptimo Día. Por lo tanto, como una institució n de educació n superior
confesional y fundamentada de la fe, el SDATS delimita la libertad académica que usted como
miembro del personal docente puede ejercer en la enseñ anza y en las publicaciones al igual que
en su vida personal. La siguiente declaració n no es nueva, má s bien es descriptiva de las
prá cticas y suposiciones que el SDATS ha sostenido en su proceso de bú squeda, contratació n y
empleo. Por lo tanto, la intenció n de este documento es hacer explícito lo que ha sido asumido
por la administració n y el personal docente de la SDATS cuando examina las calificaciones de un
profesor, administrador o personal de apoyo tanto para el presente como para el futuro. Má s
aú n, el documento intenta alinear nuestras prá cticas en conformidad con las pautas de libertad
académica formulada por la Asociació n Americana de Profesores Universitarios (AAUP). Segú n
esas pautas que fueron escritas por la Asociació n en el añ o 1940. Los siguientes ítems delimitan
la libertad académica en instituciones de educació n superior confesionales:
Los profesores tienen el derecho a la libertad en sus aulas de clases para discutir sus
materias; sin embargo deben cuidarse de no introducir en la enseñanza asuntos
controversiales que no tienen ninguna relación con su materia. Las limitaciones en la
libertad académica por motivos religiosos u otras metas de la institución deben estar claros
y por escrito a la hora del empleo.24
24 www.aaup.org/report/1940-statement-principles-academic-freedom-and-tenure.
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Hay dos puntos en particular que son tratados en este documento para que la SDATS esté
en cumplimiento con las pautas de libertad académica y evitar una censura de una institución
como la AAUP, ya que estas censuras se toman muy en serio por la comunidad académica. Los
puntos son que
(1) “las limitaciones de libertad académica por motivos religioso u otras metas de la institución
deben estar claramente por escrito” y que (2) deben ser presentados al docente “en el momento de
su empleo”. En otras palabras, la libertad académica completa en el SDATS implica que las
delimitaciones se han presentado “por escrito en el momento de empleo” y que el docente ha
escogido trabajar y enseñar dentro de esos parámetros. A continuación las limitaciones de libertad
académica en el SDATS.
Como miembro del personal docente del Seminario Teológico de la Universidad Andrews:
25 www.adventist.org/fileadmin/adventist.org/files/articles/official-statements/28Beliefs-Web.pdf.
26 Mantenga en mente la siguiente advertencia de la AUPP en cuanto al ejercicio de libertad acadé mica. Como acadé micos y oficiales,
debemos recordar que el pú blico juzgará su profesió n y su institució n por lo que dicen. Por lo tanto deben ser exactos y ser medidos
en sus presentaciones, mostrar respeto por la opinió n de otros, y hacer todo esfuerzo para hacer saber que no hablan en nombre de
la institució n (www.aaup.org/report/1940-statement-principles-academic-freedom-and-tenure).
27 Documento de “Estudios Bíblicos” segú n fue votado por el Comité Ejecutivo de la Asociació n General en el Concilio Anual en 1986.
www.adventist.org/en/information/official-statements/documents/article/go/-/methods-of-bible-study/
28 www.adventist.org/en/information/official-statements/statements/article/go/-/theological-and-academic-freedom-and-
accountability/
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privada. Además se acatará al Código de ética para educadores adventistas del séptimo
día29 y Ética pastoral30
6. No hará ataques personales contra el carácter y la capacidad de un colega en el SDATS
mientras enseña, dentro y fuera del aula de clase o en sus publicaciones al igual que en tus
conversaciones privadas. Esto no le impide discutir sus ideas en el contexto de respeto y
compañerismo.
Firma:__________________________________________________________ Fecha:________________
29 La Junta Internacional de Educació n Ministerial y Teoló gica. (IBMTE), Manual de Educació n Ministerial y Teoló gica Silver Spring,
MD: departamento de Educació n–Ministerial Asociació n, General de los adventistas del sé ptimo día, 2001), 91–93.
http://adventistaccreditingassociation.org/images/stories/IBMTE_Handbook_2001.pdf.
30 Ibid., 86–90. http://adventistaccreditingassociation.org/images/stories/IBMTE_Handbook_2001.pdf.
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APÉNDICE H
DIRECTRICES DE LA IBMTE
PERTINENTES AL
ESTABLECIMIENTO DE UNA
NUEVA INSTITUCIÓN TEOLÓGICA
La solicitació n para el establecimiento de una nueva institució n educacional de
enseñ anza superior acreditada en el sistema adventista del séptimo día normalmente es
realizada por la Unió n o Divisió n en que la institució n propuesta estará situada. Si la solicitud
proviene de la Unió n, el Departamento de Educació n de la Divisió n y los oficiales deberá n estar
involucrados en las discusiones desde la etapa inicial. Después de haber llegado a un consenso
sobre los beneficios de la institució n, la Unió n/Divisió n preparará un estudio de factibilidad y
recibirá la visita de inspecció n del equipo de evaluació n liderado por el departamento de
Educació n de la AG, segú n las siguientes directrices relatadas a continuació n. El estudio de
factibilidad y el informe de la visita de inspecció n servirá n como base para definir el
establecimiento o no de la nueva facultad o universidad.
31 Las nuevas instituciones que no completen las directrices de acreditació n de la Iglesia, y que no sean por lo menos
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calificadas para el estado de precanditadura, no será n oficialmente reconocidas como instituciones de enseñ anza
superior administradas por la iglesia. No será n listadas en el Yearbook o en el directorio de universidades e
instituciones de educació n adventistas del séptimo día.
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El modelo del informe que deberá escribir el equipo de evaluació n está disponible en el Anexo I.
Direcció n:
Organizació n solicitante:
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1. ¿Cuá les será n las exigencias de admisió n? ¿De qué manera se comparan con las
exigencias de instituciones similares del país/regió n?
2. Presente un modelo del currículo de los programas a ser enseñ ados a partir de la
apertura de la institució n. En cada caso:
i. Presente una comparació n con programas similares de otras
instituciones del mismo País/regió n, y con otros programas similares de
instituciones adventistas.
ii. Muestre de qué manera el enfoque adventista/cristiano particular de la
institució n será resaltado en el currículo.
3. ¿Cuá les será n los requisitos para la graduació n de cada programa?
4. El graduado de cada programa propuesto (comprobar con evidencias):
i. ¿Estará calificado para trabajar en el á rea de estudio (para los programas
que preparan directamente a los individuos para el mercado de trabajo)?
ii. ¿Estará calificado para continuar los estudios en el País de origen de la
institució n propuesta?
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Estructura
Recursos
6. ¿Cuá les son los principales recursos educacionales necesarios para la apertura de la
institució n (biblioteca, computadores, equipos científicos, equipos audiovisuales, etc.)?
Justifique.
7. ¿Qué otros recursos son necesarios para los primeros tres añ os de funcionamiento de la
institució n?
8. ¿Cuá l es el plan financiero que garantiza los equipos necesarios para la apertura de la
institució n? (El plan financiero de largo plazo será incluido en la Secció n E).
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APÉNDICE I
DIRECTRICES PARA LA
VISITA DE INSPECCIÓN DE
LA IBMTE
Visión panorámica del proceso y de las responsabilidades
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algunas tareas específicas. De la misma manera, se realizará un cronograma de visitas
y
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Al llevar a cabo esta inspecció n profesional, la comisió n buscará un equilibrio entre las
normas regionales y las normas internacionales que se esperan de programas o carreras,
o de instituciones similares dentro del sistema educativo de la Iglesia Adventista.
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Hacia el final de la visita, la comisió n tomará un voto con respecto a la propuesta del nuevo
programa o carrera o de la nueva institució n educativa. El voto quedará registrado, junto con las
firmas de los miembros de la comisió n, en un formulario parecido al formato del “Formulario de
recomendació n” que se incluye en este documento.
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EDUCACIÓN
10. Voto de la IBMTE y recomendación ante la AAA. Una vez que la IBMTE otorgue la
autorizació n denominacional al nuevo programa o carrera o a la nueva institució n, los
recomendará también a la AAA para que reciban el estatus de candidato. El secretario de
la IBMTE comunicará la decisió n al principal directivo administrativo y al presidente de
la junta de la institució n involucrada, con copias al secretario de la BMTE de la Divisió n y
al secretario ejecutivo de la AAA.
11. Derecho de apelación. Todo voto de la junta que involucre a un programa o carrera, o a
una institució n específica podrá ser apelado por escrito, a través de su respectiva BMTE
dentro de los 120 días de notificarse tal acció n. Véase los Reglamentos Eclesiá stico-
Administrativos (Working Policy) FE 15 15, No. 12, donde figura un bosquejo del
procedimiento.
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EDUCACIÓN
1. La necesidad
a. ¿Qué evidencias se tiene de que este nuevo programa o carrera, o esta nueva
institució n, son necesarios en este momento y en esta zona del mundo? ¿Pueden
los potenciales estudiantes registrarse en programas similares ofrecidos en otras
instituciones adventistas?
b. ¿Se ha realizado una evaluació n confiable de las necesidades para este nuevo
programa o institució n? ¿De qué manera y cuá ndo fue llevado a cabo? ¿Qué
resultados se han obtenido?
c. ¿Cuá n bien encaja la carrera o programa propuesto dentro de la declaració n de
misió n de la institució n y de qué manera contribuye al cumplimiento de esa
misió n?
d. ¿De qué manera específica este nuevo programa o carrera, o esta nueva
institució n apoya la misió n de la Iglesia Adventista?
e. ¿Qué evidencia existe de que se contará con suficientes estudiantes calificados
que solicitará n ser admitidos a este nuevo programa o carrera, o a esta nueva
institució n, en el presente y en un futuro cercano?
f. ¿Qué entidades, con anterioridad al aná lisis de la BMTE, han considerado y
recomendado que se ofrezca este nuevo programa o carrera en la institució n, o
que se establezca esta nueva institució n?
2. El programa
a. ¿Quién preparó la propuesta del nuevo programa o carrera y quiénes fueron los
consultores
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3. El compromiso
a. ¿Qué evidencias se tiene de que la junta, la administració n y el personal docente
está n plenamente comprometidos con el éxito de este nuevo programa o carrera,
o de la nueva institució n?
b. ¿Existen registros que muestren que la Unió n y la Divisió n del territorio apoyan
este programa o carrera, o esta nueva institució n?
c. ¿Hay un plan razonable para brindar apoyo financiero, segú n sea necesario, para
el perfeccionamiento docente, las instalaciones, las existencias de biblioteca, la
investigació n, los equipos, etc.?
d. ¿Qué planes específicos tienen la institució n y la BMTE para promover y
publicitar este nuevo programa o carrera?
4. Los recursos
a. ¿Qué evidencias pueden ser presentadas de que la apertura del nuevo programa
o carrera constituye el mejor uso de los recursos de la institució n? ¿Será que hay
algunos programas o carreras existentes que merecen verse afianzados antes de
incrementar el nú mero de carreras o programas que ofrece la institució n?
b. ¿Cuenta la institució n con el personal docente calificado que se requiere para el
dictado de las asignaturas o materias del nuevo programa o carrera?
c. Ademá s de sus respectivos títulos, ¿poseen los docentes las cualidades de
enseñ anza necesarias?
d. Si hay docentes contratados que participará n de la carrera o programa, ¿tienen
ellos las calificaciones necesarias y el compromiso con la filosofía de la educació n
adventista?
e. ¿Es plenamente consciente el personal docente de lo que se espera de ellos en
relació n con este nuevo programa o carrera?
f. ¿Son razonables las cargas docentes proyectadas en relació n con los
requerimientos del programa o carrera?
g. ¿Tendrá suficiente tiempo el personal docente para la preparació n de las
asignaturas, el contacto con los estudiantes, la investigació n, la publicació n y el
servicio?
h. ¿Es conducente la estructura administrativa de la institució n al éxito del
programa o carrera?
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EDUCACIÓN
i. ¿Hasta qué punto son adecuadas las existencias de la biblioteca, los equipos y los
servicios para apoyar el estudio y la investigació n en conexió n con este programa
o carrera?
5. Proyecciones
a. ¿Existen evidencias suficientes para esperar que la carrera o el programa
propuesto, o la nueva institució n, tengan continuidad en relació n con el flujo de
nuevos alumnos y el apoyo por parte de la administració n?
b. ¿Resultan só lidas las proyecciones financieras y del nú mero de estudiantes?
c. De manera específica, ¿qué se espera que hagan los estudiantes de este programa
o carrera una vez que completen sus estudios (empleo, continuar sus estudios)?
¿Qué garantías se pueden brindar de que estas son expectativas realistas?
d. ¿Por qué es razonable esperar que este programa o carrera siga siendo viable en
el futuro?
e. ¿En qué momento el contenido del nuevo programa o carrera será revisado y por
qué organismo, de manera de efectuar los ajustes que sean necesarios?
f. ¿Existe algú n mecanismo para evaluar la calidad del programa o carrera sobre la
base del nível de sus egresados?
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APÉNDICE J
Título a ofrecer:
Resumen de la propuesta
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Propuesta
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IV. Carreras o programas similares que se ofrecen actualmente dentro del sistema
educativo adventista.
a. Enumere las carreras o programas de estudio que se ofrecen en esta á rea en
otras instituciones adventistas de su Unió n o Divisió n.
VII. Instalaciones
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a. Enumere por favor la lista de instalaciones, tales como (1) edificios, (2) espacio, o
(3) equipos, que se encuentran actualmente disponibles en su institució n y que
será n puestos a disposició n de la carrera o programa propuesto.
b. ¿Qué instalaciones adicionales, como por ejemplo (1) edificios especiales, (2)
espacio adicional, o (3) equipos se necesitan para la carrera o el programa
propuesto?
c. ¿Cuá l es el costo presupuestado de estas instalaciones adicionales para cada uno
de los primeros tres añ os del programa?
d. ¿Cuá les son las fuentes previstas para los fondos?
X. Acreditación
a. ¿Cumple la carrera o el programa propuesto con los requerimientos de las
asociaciones de acreditació n y/o de los entes profesionales?
b. Nombre las agencias de acreditació n y/o los entes profesionales que tendrían
injerencia sobre la carrera o el programa propuesto.
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ANÁLISIS DE COSTOS
DESCRIPCIÓ N Añ o 1 Añ o 2 Añ o 3 Añ o 4 Añ o 5
COSTOS ADICIONALES PROYECTADOS
Salarios y beneficios adicionales de los
docentes
Salarios y beneficios adicionales del
personal administrativo y de apoyo
Nuevos espacios, renovaciones
Costos adicionales de oficinas,
mantenimiento, amortizació n y seguros
Equipos e insumos principales
Recursos bibliotecarios
Salarios y beneficios adicionales de los
docentes
1.
2.
3.
Total de costos adicionales *
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Vicerrector
Decano
Coordinador curricular
Director
Director de departamento
Director de carrera
Otro
¿A quién se reporta este administrador?
f. Si la propuesta se refiere a un programa de posgrado:
Nota: Todas las propuestas debe ser acompañ adas por documentos comprobatorios,
reglamentos y procedimientos.
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APÉNDICE K
PROGRAMAS DE RELIGIÓN,
MINISTERIO Y TEOLOGÍA
ACREDITADOS POR LA
ASOCIACIÓN ADVENTISTA DE
ACREDITACIÓN (AAA)
Esta lista no incluye programas ofrecidos por extensió n/afiliació n por algunas
universidades adventistas en el campus de otras instituciones adventistas. Si hay alguna
discrepancia en esta lista, por favor contacte al director del departamento de Educació n de su
Divisió n o al director del departamento de Educació n de la Asociació n General. Las instituciones
o programas que no han sido autorizados deben ser recomendados al BMTE respectivo o al
IBMTE siguiendo el procedimiento descrito en los capítulos 13 y 14 de este Manual.
ASOCIACIÓN GENERAL
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DIVISIÓN EUROASIÁTICA
Instituto Adventista Ucraniano de Artes y Ciencias (Ukrainian Adventist Institute of Arts and
Sciences) (Ucrania)
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Tokmok (AAA13:136)
8. Maestría en Teología Prá ctica con énfasis en Misiología, en Khabarovsk (AAA15:128);
(AAA17:33)
9. Maestría en Teología Prá ctica (AAA09:21)
10. Maestría en Teología (AAA00:43)
11. Doctorado en Ministerio (acuerdo internacional con la Universidad Andrews)
(AAA11:118)
DIVISIÓN INTERAMERICANA
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1. Diploma (programa de dos añ os), Obrero Bíblico (autorizado desde septiembre de 2001)
2. Bachiller en Teología en la Universidad Adventista de Angola (Adventist University of
Angola) (AAA11:25)
3. Licenciatura en Teología (autorizado desde septiembre de 2001)
4. Maestría en Consejería Pastoral, campus de extensió n en Martinica (AAA08:18)
5. Maestría en Liderazgo Juvenil (AAA08:81)
6. Maestría en Teología Pastoral (BR93:34)
Universidad del Caribe del Sur (University of the Southern Caribbean) (Trinidad)
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DIVISIÓN INTEREUROPEA
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Seminario Teoló gico de Sazava (Sazava Theological Seminary) (Repú blica Checa)
DIVISIÓN NORTEAMERICANA
A partir del 31 de diciembre de 2017 los diplomas no será n concedidos por la Universidad
Griggs debido a la fusíon con la Universidad Andrews.
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Seminario Adventista Chino (Chinese Adventist Seminary) (Hong Kong, China) (estado de
candidatura)
Instituto Adventista de Hong Kong (Hong Kong Adventist College) (Hong Kong, China)
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DIVISIÓN SUDAMERICANA
Centro Universitario Adventista de San Pablo (UNASP) (Sã o Paulo Adventist University Center)
(Brasil)
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1. Maestría en Estudios Teoló gicos, Teología Bíblica y Teología Pastoral (lato sensu) en el
campus UNASP, Brasil (AAA10:55)
2. Maestría en Teología Bíblica, Maestría en Liderazgo Eclesiá stico, Maestría en Teología
Histó rica, Maestría en Ministerio y Misiones en el campus UPeU (AAA16:61)
3. Maestría en Teología, Doctorado en Teología en el campus UNASP (con algunas
modificaciones) (AAA13:145)
4. Maestría en Capellanía en el UAP (AAA14:131)
5. Maestría en Religió n y Estudios Interculturales en la UAP (AAA14:130)
6. Maestría en Teología Pastoral, Maestría en Teología, Doctorado en Teología Pastoral,
Doctorado en Teología, ofrecidos en cuatro extensiones del SALT (Argentina, Brasil,
Perú ) (AAA02:17)
7. Maestría en Religió n; Maestría en Teología en Argentina, Brasil y Perú (autorizada desde
septiembre de 2001)
8. Maestría en Teología en el Instituto del Noreste de Brasil (AAA01:31) (AAA11:48)
9. Maestría en Teología en Estudios de Misiones en UNASP (AAA15:68)
10. Doctorado en Teología Pastoral en la Universidad Peruana Unió n (AAA99:20)
(AAA02:17)
11. Doctorado en Teología Pastoral en Brasil (autorizado desde septiembre de 2001)
12. Doctorado en Teología en Argentina (autorizado desde septiembre de 2001)
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Universidad Adventista del Pacífico (Pacific Adventist University) (Papua Nueva Guinea)
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DIVISIÓN SUDASIÁTICA
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Instituto Adventista del Centro de Filipinas (Central Philippine Adventist College) (Filipinas)
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Instituto Adventista del Sur de Filipinas (South Philippine Adventist College) (Filipinas)
DIVISIÓN TRANSEUROPEA
Instituto Teoló gico Adventista de Hungría (Hungarian Adventist Theological College) (Hungría)
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Instituto de Educació n Superior Newbold (Newbold College of Higher Education) (Gran Bretañ a)
Universidad Adventista del Á frica Occidental (Adventist University of West Africa) (Liberia)
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APÉNDICE L
PAUTAS PARA CONSTRUIR UNA BIBLIOTECA
TEOLÓGICA
Nunca antes las publicaciones académicas y profesionales han sido tan abundantes. Debido
a las nuevas tecnologías, hay mucho má s que está disponible en colecciones digitales y muy
accesibles a cualquier persona conectada a Internet. En esta cultura de abundancia, las prá cticas
referentes a las colecciones en una biblioteca teoló gica deben ser bien fundamentadas,
intencionales y sabias; sin importar la historia o la fase de desarrollo de la institució n. Llenar los
estantes aleatoreamente y esperar que lo que aparezca cumplirá el propó sito ya no es una
prá ctica aceptable.
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EDUCACIÓN
conocimiento creado necesita de lectores. Esto anticipa que la biblioteca debe entonces recoger
este conocimiento y ponerlo a disposició n. Si todas las facultades de Teología adventistas del
séptimo día tuvieran acceso a la escolaridad competente, ú til y apropiada de todos, con estas
bibliotecas sirviendo como el centro de comunicaciones, la contribució n bibliotecaria a la
educació n teoló gica en todas las localidades seria sustancialmente enriquecida. Especialmente
para nuevas bibliotecas en facultades con recursos limitados, el colectar y archivar el trabajo
académico de la familia local de los docentes y de los estudiantes permitiría desarrollar una
colecció n que es contextualmente relevante y pedagó gicamente integrada, particularmente si la
tecnología de informació n y comunicació n está adelantada en vez de retrasada.
Recursos adventistas
1. Cada biblioteca teoló gica de los adventistas del séptimo día debería ser un repositorio
para las casas publicadoras regionales. Ademá s, obras académicas/profesionales
publicadas por cualquier casa publicadora adventista del séptimo día , no importando el
país o idioma de origen, deberían ser adquiridas por cada biblioteca.
2. Las iniciativas de digitació n de los archivos de la Asociació n General, de los Fideicomisos
de Elena G. de White y de la Biblioteca Digital Adventista deberían estar en la secció n de
recursos bibliotecarios importantes de la biblioteca. Estas bibliotecas digitales pueden
contener material histó rico y recursos bá sicos para el estudio de la teología adventista
del séptimo día. Las mismas estará n disponible con libre acceso (sin costo para las
bibliotecas).
3. Cada institució n debe mantener o contribuir con publicaciones de los docentes que sean
competentes, ú tiles y adecuadas, trabajos de los estudiantes vá lidos y aprobados, y
materiales educativos abiertos al repositorio digital, con disponibilidad bajo una sola
licencia comú n.
Recursos de referencia
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Recursos periódicos
1. Cada biblioteca teoló gica adventista del séptimo día debe adquirir y archivar todas las
revistas denominacionales publicadas en la regió n y las revistas académicas y
profesionales reconocidas y publicadas por entidades adventistas, sin importar país, o
idioma de origen.
2. La base de datos de recursos perió dicos que apoyan la educació n teoló gica son:
a. Seventh-day Adventist Periodical Index [Índice de Perió dicos Adventistas del
Séptimo Día] (SDAPI)
b. The American Theological Library Association Religion Index [Índice de Religió n
de la Asociació n Norteamericana de Biblioteca Teoló gica](ATLA)
Adquisición de libros
1. La prioridad para comprar libros para la colecció n debe obedecer a las solicitudes de los
docentes basado en la descripció n de cursos y asignaciones a la biblioteca.
2. El está ndar de editores ofrece una amplia gama de tó picos relevantes a la educació n
teoló gica, y puede ser el mejor recurso inicial para nuevas publicaciones (ver la lista B al
final de este apéndice, es una lista de editores protestantes de Norteamérica con listados
académicos y profesionales).
3. Otros editores académicos como las editoras universitarias y las publicadoras europeas
pueden ser de interés, si es que hay fondos disponibles y dependiendo de las
especializaciones en los grados avanzados.
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IBM MANUAL DE
EDUCACIÓN
Administración de la biblioteca
1. Se necesita un especialista para armar una colecció n bibliotecaria. El llenar los estantes
con lo que venga al mejor precio no es suficiente. Se necesita un experto con
conocimiento para guiar y dirigir el proyecto. Si es posible, cada biblioteca teoló gica debe
tener acceso a un bibliotecario capacitado a cargo; y para los programas graduados se
necesitan bibliotecarios especializados en el á rea teoló gica.
2. Má s allá del acceso de informació n y control, el bibliotecario actú a como un compañ ero
de enseñ anza en la empresa educativa a través de todo el currículo al disponerse a la
trasformació n de consumidores de informació n a productores de informació n.
3. La Asociació n de Bibliotecarios Adventistas del Séptimo Día sirve a los profesionales de
bibliotecas en todo el mundo. El participar de la red con los miembros puede proveer
apoyo a través de sus reuniones anuales, servicio de listas y contactos personales. La
organizació n también es un recurso para aprender lo que es nuevo y lo venidero en las
bibliotecas adventistas del séptimo día.
4. Muchas regiones del mundo tienen una asociació n de bibliotecarios local. El participar de
éstas provee informació n sobre recursos regionales y servicios cooperativos. Por
ejemplo, tales organizaciones está n bien representadas en Europa y Asia aunque no
tanto en Á frica y Latinoamérica. En Norteamérica, la American Theological Library
Association es recomendada para bibliotecarios que sirven a la educació n teoló gica.
Resumen
Una biblioteca es má s que una colecció n de libros. Es un servicio que conecta los autores
con los libros. En este contexto, conecta a los expertos/líderes con estudiantes con el propó sito
de educar a los ministros adventistas del séptimo día a ser los lideres intelectualmente
preparados que necesita la Iglesia. El círculo se completa cuando estos lectores se convierten en
autores y a través de su liderazgo, la biblioteca sirve a la pró xima generació n de lectores al
proveerles acceso a las obras de estos nuevos autores.
1. La estrategia para formar la colecció n debe darle prioridad a las obras bien investigadas
de docentes y alumnos autores.
2. La estrategia para adquirir colecció n debe procurar establecer una red del plantel con
otros autores adventistas del séptimo día.
3. La estrategia para formar la colecció n debe proveer el acceso a recursos indispensables
que apoyan las necesidades de informació n especifica para el currículo.
4. La estrategia para formar la colecció n debe considerar como prioridad las obras de
referencias (ver lista A) en las ediciones mas actualizadas.
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EDUCACIÓN
Para grados avanzados en educació n teoló gica, ademá s de las categorías enlistadas
anteriormente:
New International Commentary on the New Testament. Grand Rapids, MI: Eerdmans, 1953.
The Old Testament Library. Louisville, KY: Westminster John Knox, 1961.
New International Commentary on the Old Testament. 26 vols. Grand Rapids, MI: Eerdmans,
1965.
Hermeneia: A Critical and Historical Commentary on the Bible. Minneapolis, MN: Fortress
Press, 1975.
Interpretation: A Bible Commentary for Teaching and Preaching. Louisville, KY: Westminster
John Knox, 1982.
New International Greek Testament Commentary. Grand Rapids, MI: Eerdmans, 1990.
Baker Exegetical Commentary on the New Testament. Grand Rapids, MI: Baker Academic,
1994.
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| 178
IBM MANUAL DE
EDUCACIÓN
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Zondervan Exegetical Commentary on the New Testament. Nashville, TN: Zondervan, 2008.
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Commentary, & Reflections for Each Book of the Bible, Including the
Apocryphal/Deuterocanonical Books. Nashville, TN: Abingdon Press, 1994.
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Nashville, TN: Zondervan, 2005.
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Commentary: Old Testament. Downers Grove, IL: InterVarsity Press, 2000.
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Concordia
Eerdmans
Fortress Press
Hendrickson
InterVarsity Press
Zondervan
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APÉNDICE M
LA ESCUELA DE IGLESIA
32 Moskala, Jiří. La escuela de iglesia: cuando las iglesias y las escuelas colabotan con la misió n. Revista de Educació n Adventista Nº
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46 (4), 2018.
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aquellos que aú n no han decidido asistir a la iglesia. Por ejemplo, aunque las personas
seculares pueden tener prejuicios contra una iglesia, puede que esos mismos individuos
estén má s abiertos hacia una institució n educativa.
4. Ademá s, puede suceder que un pastor y la junta de iglesia (y muchos miembros)
perciben a la escuela como una carga financiera (una escuela no es una industria para
producir dinero), un proyecto que consume mucho tiempo y una ocupació n que
pertenece a otros, a saber, el director de la escuela y su equipo docente y administrativo.
Pueden incluso pensar que la junta de escuela es subsidiaria de la junta de la iglesia.
5. Para mi asombro, me di cuenta que en el seminario no ofrece a los pastores una clase
sobre la importancia de la educació n adventista y sobre có mo fomentar la colaboració n
entre la iglesia y la escuela. Es decir, somos también parte del problema, pero a partir del
primer semestre de 2017, logramos rectificar esa situació n, en cooperació n con la
Secretaría de Educació n de la Divisió n Norteamericana.
El Seminario Teoló gico Adventista de la Universidad Andrews quiere ser un centro de este
enfoque innovador de la educació n. Es nuestro deseo liderar en las mejores prá cticas
educacionales para los ministros. Esta propuesta tiene el potencial de revivir la educació n
adventista, ademá s de renovar una cooperació n estrecha y fructífera entre la escuela, el hogar y
la iglesia, porque permitirá que los jó venes y las señ oritas crezcan con un profundo aprecio por
la identidad y el estilo de vida adventistas. Aprenderá n a conocer y disfrutar lo que es ser
adventista. Eso ayudará a frenar la marea de la trá gica pérdida de la juventud (que supera el
sesenta por ciento),4 y permitirá el desarrollo de una nueva era de jó venes adventistas líderes
dentro de la iglesia, como resultado de una sociedad creciente entre las escuelas y las iglesias. Al
mismo tiempo, las escuelas se convertirá n en poderosos imanes que llevará n a Dios a esas
familias que no asisten a la iglesia. Esas familias llegará n, por medio de la escuela adventista, a la
iglesia.
Esta nueva iniciativa de cooperació n entre la iglesia, las escuelas y los pastores se basa en lo
siguiente:
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En este nuevo curso, también estamos enseñ ando a los pastores la manera de integrar a la
vida de la iglesia a jó venes recién graduados tanto de colegios y universidades adventistas, como
de instituciones pú blicas. La transició n entre la universidad y la iglesia es el lugar donde por lo
general mantenemos o perdemos a nuestros jó venes.
Los invito a orar por el docente de esta nueva clase, porque él tiene la noble tarea de
conectar má s estrechamente al seminario con el sistema educacional adventista y las iglesias de
la Divisió n Norteamericana y, mediante nuestros estudiantes internacionales, con el campo
mundial. Ese profesor es responsable de una variedad de excursiones de campo que tienen el
propó sito de enseñ ar y brindar lecciones prá cticas a los pastores para garantizar que la
educació n religiosa incluya una estrecha colaboració n entre la escuela, la iglesia y el hogar. É l
está enseñ ando a futuros pastores y líderes de jó venes a discipular en lugar de ser tan solo
pastores y, enseñ arles a cooperar con los educadores para apoyar escuelas existentes y crear
nuevas que lleguen a ser centros
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vibrantes de vida y misió n congregacional. Las iglesias establecidas pueden llegar a ser afiliadas
de esas escuelas, y se podrían establecer nuevas congregaciones en el campus de esas
instituciones. Los docentes pueden ayudar a que los pastores se den cuenta de que equipar a los
jó venes y darles responsabilidades son maneras poderosas de garantizar la participació n de
ellos y el compromiso con sus iglesias locales.10
Jiří Moskala, ThD, PhD, es decano del Seminario Teológico Adventista de la Universidad Andrews
en Berrien Springs, Míchigan, Estados Unidos, y Profesor de Exégesis y Teología del Antiguo
Testamento en esa institución. Se incorporó al personal docente de la universidad en 1999. Antes de
ello, el doctor Moskala tuvo varios cargos (pastor ordenado, administrador, docente y director) en
la República Checa. Es miembro de varias sociedades teológicas, y ha sido autor y editor de un
número de artículos y libros tanto en checo como en inglés.
Cita recomendada:
Moskala, Jiří. La escuela de iglesia: cuando las iglesias y las escuelas colabotan con la misió n.
Revista de Educación Adventista Nº 46 (4) 2018.
NOTAS Y REFERENCIAS
2. Asociació n General de los Adventistas del Séptimo Día, “Strategic Issues Emerging
From Global Research, 2011-2013”, Reach the World: General Conference Strategic Plan 2015-
2020: 7 (Ítem 2). Datos de cinco grandes estudios globales a partir de 2011 muestran que
“menos de la mitad de todos los adventistas en el mundo han experimentado alguna educació n
denominacional, y muchos pastores poseen una educació n adventista limitada” (p. 7); Roger
Dudley y Petr Činčala, “The Adventist Pastor: A World Survey”. Un estudio de investigació n
llevado a cabo por el Instituto de Ministerio Eclesiá stico del Seminario Teoló gico Adventista de
la Universidad Andrews, Mayo 2013:
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http://www.adventistresearch.org/sites/default/files/files/The%20Adventist%20Pastor%20A
%20World%20Survey%20.pdf.
3. Véase Roger L. Dudley, Valuegenesis: Faith in the Balance (La Sierra, Calif.: La Sierra
University Press, 1992), e investigaciones de V. Bailey Gillespie en Valugenesis 2 y Valuegenesis3
que le siguieron. Por una lista de recursos sobre este tema, busque “Valuegenesis” en
http://circle.adventist.org/browse/?browse_node=252.
4. En el mundo, del 40 por ciento de los miembros adventistas que dejan la iglesia, las encuestas
a los exmiembros muestran que má s del 60 por ciento son jó venes. Véase David Trim, “Data on
Youth Retention, Non-retention, and Connectedness to the Church”, presentado en el Concilio
Anual 2016: https://bit.ly/2HZoRCV; véase también “Leaving the Church”, un informe final
presentado por la Secretaría de Archivos, Estadísticas e Investigaciones (Abril 2014):
https://bit.ly/2wkUGk4.
7. , Ibíd., p. 15.
10. En las escuelas pequeñ as, diversas personas de la comunidad (por ej., los
departamentos de policía y de bomberos, los hospitales, las clínicas, las empresas, etc.) pueden
ser invitados a compartir sus experiencias, pericia y habilidades no solo con los estudiantes sino
también en actividades a la cual se invita a la comunidad.
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