Análisis de Sentencias en Materia de Derecho Indígena
Análisis de Sentencias en Materia de Derecho Indígena
Análisis de Sentencias en Materia de Derecho Indígena
Derecho Indígena
Lic. Héctor Leonel González Godínez
12 de octubre de 2021
Autodeterminación de los pueblos indígenas
Los pueblos indígenas revisten de un rasgo único que los caracteriza profundamente: su
derecho a la autodeterminación. Este, se refiere al derecho de que los pueblos indígenas puedan
decidir acerca de sus propios asuntos, reconocer la autoridad de sus instituciones y cargos
propios, de ejercer sus propias normas, seguir sus propios procesos y procedimientos legales para
la resolución de conflictos, de sentenciar a través de sus autoridades en base a sus principios
axiológicos y cosmovisión religiosa, etc. Carlos Ronaldo Paiz Xula, en su obra “Derechos de los
pueblos indígenas”, cita al autor Héctor Díaz Polanco, que definen dicha autonomía como: “un
régimen especial que configura un gobierno propio (autogobierno) para ciertas comunidades
integrantes, las cuales escogen asi´a sus autoridades que son parte de la colectividad, ejercen
competencias legalmente atribuidas y tienen facultades mínimas para legislar acerca de su vida
interna y para la administración de sus asuntos 1”. Hay distintas formas de expresión de su
autonomía, pero la más importante, es la autonomía política. Ronaldo Paiz así lo define: “…
constituye una forma de descentralización. Los pueblos indígenas… pretenden gobernarse con
sus propias leyes, autoridades y así obtener una participación directa en la actividad política,
económica y cultural del país…2”.
De ahí, que de origen a un conflicto intelectual: ¿en donde se ubican los límites de la
jurisdicción de la ley oficial con la ley indígena? Lo que se ha argumentado, es que los pueblos
indígenas y las autoridades estatales, deben mantener una relación de cordialidad, coordinación y
cooperación, en el ámbito político, económico y social. De ahí, que aunque se reconozca la
autonomía de los pueblos indígenas, también se señale que todos los ciudadanos,
independientemente de sus rasgos culturales, económicos, políticos, etc., deben contribuir al
fortalecimiento del Estado de Derecho constitucional guatemalteco, así como el respecto a la
preeminencia de los derechos humanos reconocidos por Guatemala, a través de acuerdos y
tratados internacionales ratificados.
Ronaldo Paiz concluye de esta forma: “En las comunidades indígenas surgen
controversias y conflictos y aquí es donde procede preguntarse ¿donde está la jurisdicción
estatal?, y se puede responder “el Estado no ha tenido la capacidad de crear un sistema de justicia
que comprenda todo el territorio nacional, y mucho menos un sistema judicial acorde con la
diversidad cultural existente”, por lo tanto el indígena resuelve sus conflictos con su derecho
consuetudinario o sistema oficial… Osea las comunidades indígenas reclaman el derecho a tener
sus propias autoridades, con esto pretende tener la facultad de resolver los conflictos que
surgen en sus comunidades, crear sus propias autoridades que les permitan defender su
1 Paiz Xula, Carlos Ronaldo, DERECHOS DE LOS PUEBLOS INDÍGENAS (Guatemala: Impresos Ramírez,
2009), 87.
2 Ibid. 87, 88.
3 Convenio sobre pueblos indígenas y tribales (Suiza: Organización Internacional del Trabajo, 1989), artículo 8.2,
parte I. Política General.
patrimonio y se les de participación en las decisiones que afecten a su comunidad, sus
bienes, intereses… Si los indígenas reivindican este derecho contará con la alternativa de
aplicación de su derecho para resolver los conflictos domésticos, asesorías, consejos, asuntos
voluntarios, problemas agrarios, posesión de tierras, asuntos penales, civiles, familia,
laborales…”.
Caso de ejemplo
Sentencia
Interpuesto por la parte actora Francisco Velásquez López. Contra la sentencia dictada
por la Sala Novena de la Corte de Apelaciones, de fecha 13 de agosto de 2003.
Intervinieron como terceros interesados el Ministerio Público a través del agente fiscal
Casimiro Efraín Hernández Méndez, y el defensor público Reyes Ovidio Girón Velásquez.
“Con fecha dos de marzo de dos mil dos, en compañía de otras personas de quienes pende
persecución penal, bajo amenazas de muerte despojaron al señor Juan Yat Chach del vehículo de
su propiedad tipo pick up, placas de circulación P-sesenta y tres mil ocho cientos cincuenta y
cuatro, automotor que fue en contra do posterior mente en el cantón Pamesebal Primero de esta
jurisdicción municipal totalmente desmantelado, acción en la que él participo directamente pues
se estableció que luego de que otro de los inculpados se apersonaran al lugar del aparecimiento
(sic) del agraviado solicitándole a éste un viaje a la aldea la Estancia a lo que accedió, cuando el
vehículo conducido por el propio agraviado se desplazaba a la altura del mercado ubicado en la
colonia Gumarkaj, zona tres de esta ciudad el imputado Francisco Velásquez, abordó junto a una
tercera persona más el pick up en mención ubicándose el señor Velásquez López en la palangana
del automotor y cuando se aproximaban al supuesto destino del viaje solicitado, exactamente a la
altura del cantón Sualchoj uno de los individuos que acompañaban al piloto en la cabina del
vehículo con un arma blanca (machete) y con amenazas de muerte lo obligó a detener la marcha
siendo éste el momento en el cual el sindicado Velásquez López descendió de la palangana del
automotor y de inmediato colocó en el cuello del agraviado un arma blanca (machete) en
posición clara y amenazante de herirle si hacia algún tipo de oposición en tanto los otros
coparticipes (sic) lo ataron de manos y vendaron los ojos de la víctima e inmediatamente uno de
estos últimos llevando como rehén al agraviado señor Juan Yat Chach y acompañado de otros
sindicados y el propio encartado Velásquez López, condujo el vehículo hacia la entrada del
cantón Tzancaguip, lugar en donde dejaron abandonada a su víctima para posteriormente
dirigirse al cantón Pasamesebal Primero, en donde finalmente Francisco Velásquez López y
compañeros procedieron a desmantelar el vehículo lugar en donde fue encontrado4”.
“De la palangana, donde se encontraba el tercer elemento, portando otro machete, obligaron al
piloto a salir, junto a otro personaje que emergió de la oscuridad con el rostro tapado, quienes lo
golpearon y le cubrieron la cabeza con una sábana, lo transportaron el la pangana [sic] del
vehículo hasta un lugar que resultó ser el sitio San Antonio por la vía a Totonicapán, allí lo
dejaron en el suelo y huyeron con el vehículo y los documentos de propiedad del mismo, además
lo despojaron de su celular y de tres mil quinientos quetzales (Q. 3,500.00) en efectivo que la
víctima cargaba ese día, con el fin de cancelar una deuda personal.
...Ese día, con el apoyo de los elementos del Servicio de Investigaciones Criminológicas
de la Policía Nacional Civil, el Ministerio Público y el Juez de Paz, se movilizaron e
identificaron el vehículo que era, en efecto el robado,… La fuerza pública con la presencia del
Juez de paz, realizó un allanmiento en la residencia de Francisco Velásquez donde encontraron
partes del vehículo…
…En conversaciones telefónicas con Yat y con las autoridades indígenas, Juan Zapeta y
Juan Tipás, estos habían convencido a Velásquez que lo mejor era que enfrentara la situación con
las autoridades tradicionales y buscara un arreglo que le permitiera reparar el daño causado…
Velásquez, quien desde el principio aceptó su participación en el hecho, había ofrecido, por
conducto de sus padres, vender unos terrenos que le correspondían en herencia y entregar el
dinero a Yat, como la suma ofrecida de cinco mil quetzales (Q. 5,000.00) no cubría los costos del
daño, en común acuerdo entre Defensoría K’iché’, las autoridades tradicionales y Juan Yat, estos
le habían sugerido a Velásquez que revelara los nombres de sus cómplices en el hecho y así se
podría llegar a un acuerdo con la suma ofrecida a Yat.
...Una tarde, como había sido acordado previamente, se presentan ante las autoridades
tradiciones y el ofendido, Juan Yat. En esa oportunidad Velásquez confesó su participación en el
hecho, reveló detalles del robo, contó que el arreglo era que le llevarían un vehículo de
Quetzaltenango, de un “amigo” que les había hecho una jugada, para que lo desarmara, que le
darían dos mil quetzales (Q. 2,000.99) por ese trabajo, pero que la noche del 2 de marzo cuando
se aparecieron, el reconoció que el carro venía de Santa Cruz del Quiché, de un “cuate” que él
conocía, dijo que había tratado de retractarse pero que lo había amenazado a él y a su familia.
Por la insistencia de todos los presentes, incluyendo sus padres, decidió decir los nombres de sus
cuatro cómplices…
...Los sospechosos de haber participado en el asalto llegan por sus propios medios, los
hermanos Diego y Juan Velásquez llegan en compañía de sus padres, Félix Morales Rojas llega
manejando su propio vehículo, Francisco Velásquez López llega en compañía de sus padres y
junto con Antonio Rojas. La asamblea, que para su momento más alto llegó a convocar a más de
mil personas, comienza con saludos y explicaciones a los asistentes sobre porque se ha
convocado la reunión…
Pasan el micrófono a los acusados, los primeros en hablar en particular Antonio Rojas y
Juan Velásquez, se muestran desafiantes e incluso increpan a la comunidad con malas palabras…
Diego Velásquez toma la palabra y reconoce haber participado en los hechos, dice que ese
no es su trabajo, que fue mal aconsejado, señala a Antonio de haberse robado los tres mil
quinientos quetzales (Q. 3,500.00) preguntan que pasó con el dinero en efectivo que le quitaron a
Yat? Dice que no lo vieron, Juan Velásquez niega saber nada del dinero, Zapeta dice que luego
de las confesiones que se debe hacer? La madre de Juan y Diego Velásquez toma el micrófono y
regaña a sus hijos, la comunidad aplaude.
La comunidad pide que se les azote, piden 100 azotes, luego bajan a 50, Zapeta toma la
palabra u habla de los antepasados, de la tradición, dice que 9 es un número sagrado, pide que
sean 9 los azotes, otro piden 25, especialmente para Féliz que es el más peligroso, el más
“brincón”…
La comunidad elige a las autoridades que serán los encargados de aplicar los azotes… El
comportamiento de los acusados es deferente en cada caso, mientras algunos los reciben en
actitud desafiante, como Juan Velásquez o Félix, que en varias ocasiones agarran las ramas, otros
como Antonio o Diego los reciben en forma pasiva, Francisco Velásquez después de recibir los
azotes se levanta y abraza a la autoridad que se los ha dado, dándole las gracias por el castigo y
de nuevo pide ser perdonado...5”.
“I) Que Francisco Velásquez López es autor responsable del delito de robo agravado
cometido en contra del patrimonio del señor Juan Yat Chach. II) Que por la comisión de este
delito se le impone la pena de seis años de prisión inconmutables, la cual deberá cumplir en el
centro penitenciario que designe el juez de ejecución correspondiente. III) Encontrándose el
acusado Francisco Velásquez López en prisión preventiva lo deja en la misma situación hasta que
el presente fallo se encuentre firme. IV) Al acusado Francisco Velásquez López se le suspende en
el goce de sus derechos políticos mientras dure la presente condena. V) No se hace declaración
en cuanto a responsabilidades civiles por no haberse ejercido tal acción. VI) Se condena al
acusado al pago de las costas del presente proceso. VII) Léase la presente sentencia en la sala de
debates, quedando con ello legalmente notificadas las partes y entréguese copia a quienes lo
soliciten6”.
5 Citado de diapositivas presentadas durante clase concertada en el Centro Universitario de Occidente, División
de Ciencias Jurídicas y Sociales, Licenciatura en Ciencias Jurídicas y Sociales, Abogado y Notario. Derecho
Penal I, 2021. Lic. José Yubini Mérida Argueta.
6 Citado de folleto “EFICACIA DE LA JURISDICCIÓN INDÍGENA A LA LUZ DE LA CONVENCIÓN
AMERICANA”, de la Biblioteca de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
La parte pasiva apeló, por lo que se remitió el caso a la Sala Novena de la Corte de
Apelaciones. En sentencia de fecha de 13 de agosto de 2003, la corte resolvió:
Recurso de Casación
I. De conformidad con la ley procesal penal vigente, el Tribunal de Casación está limitado a
conocer de los errores jurídicos cometidos en la resolución recurrida, siempre que ésta sea
susceptible de ser impugnada en dicha vía.
II. El procesado Francisco Velásquez López recurrió en casación por motivos de fondo e invocó
el caso de procedencia contenida en el inciso 5 del artículo 441 del Código Procesal Penal,
referente a si “la resolución viola un precepto constitucional o legal por errónea interpretación.
Indebida aplicación o falta de aplicación, cuando dicha violación haya tenido influencia decisiva
en la parte resolutiva de la sentencia o del auto”. Señaló como infringidos los artículo 46 y 66 de
la Constitución Política de la República de Guatemala, 8.4 de la Convención Americana de
Derechos Humanos, 8o., 9o. Y 10 del Convenio 168 sobre Pueblos Indígenas y Tribales en países
independientes.
7 Ibid.
nombres de las personas que habían participado con él en el hecho, y acto seguido, recibió nueve
azotes, como parte de la purificación que acompaña la práctica tradicional de su comunidad.
Luego del análisis del caso de procedencia invocado, normas infringidas y fallo
impugnado, esta Corte estima que le asiste la razón al casacionista, por cuanto que del estudio de
los argumentos vertidos por el tribunal de segunda instancia para no recoger el recurso
interpuesto se fundan en normas de carácter ordinario, las cuales a la vista de la interpretación
correcta del artículo 46 constitucional, no pueden ser superiores jerárquicamente a la normativa
internacional aceptada y ratificada por el Estado de Guatemala en materia de derechos humanos,
ya que el procesado Francisco Velásquez López, ya había sido juzgado por las autoridades
tradicionales de su comunidad de Payajxit, en donde le fue impuesta una pena. En el presente
caso, la normativa internacional en materia de derechos humanos, correspondiéndole la prevista
en el artículo 8.4 de la Convención Americana Sobre Derechos Humanos, que regula la
prohibición de juzgar dentro del Estado de Guatemala, a una persona dos veces por el mismo
hecho, lo cual ocurrió en el caso bajo examen…
III. En virtud de la situación jurídica en que se encuentra el procesado, se estima ordenar su
inmediata libertad8”.
• 1, 2, 3, 4, 5, 17, 18, 44, 46, 203, 204 y 251 de la Constitución Política de la República de
Guatemala
• 1, 10 y 252 del Código Penal
• 3, 9, 11 bis, 14, 16, 20, 24 bis, 37, 43, inciso 7, 50, 160, 437, 438, 439, 440, 441, 442 y
447 del Código Procesal Penal
• 1, 9, 16, 57, 58, 74, 79, inciso a, 141, 142, 143, 149 y 177 de la Ley del Organismo
Judicial
Casos similares
Casación penal
8 Ibid.
Promovido por los sindicados Pedro Vicente Ramírez García y Santos Eulalio Tzoc Hernández,
contra la sentencia dictada por la Sala Quinta de la Corte de Apelaciones del Ramo Penal,
Narcoactividad y Delitos contra el Ambiente de Quetzaltenango, de fecha 16 de octubre de 2012.
Respecto a los hechos: el 30 de noviembre del año 2010, en la aldea Chipuac, del municipio y
departamento de Totonicapán, los sindicados mencionados anteriormente, el primero siendo el
Presidente de la Junta Directiva y el segundo el Representante Legal de la Asociación de
Desarrollo Integral de la Comunidad y Parcialidad Chipuac, liderando una multitud de vecinos,
en forma intimidatoria obligaron al señor Miguel Inocencio Barreno Menchú a detener la marcha
del vehículo que éste conducía. El sindicado Ramírez García, en el momento, colocó una tabla
con clavos frente al referido microbús para impedir que transitara, y el sindicado Tzoc
Hernández se acercó al agraviado exigiéndole la cantidad de Q. 25,000.00 para poder circular. A
esto, la víctima ofreció únicamente la cantidad de Q. 6,000.00. Por lo que uno de los acusados le
dio un puñetazo en el rostro.
A partir de ello, un Juez Unipersonal condenó a los sindicados (ahora procesados) por la
comisión del delito de extorsión, con una pena de seis años de prisión inconmutables y una multa
por responsabilidad civil de Q. 30,000.00.
Los procesados apelaron, denunciando la vulneración del artículo 358 del Código Procesal Penal,
porque “no se observaron las reglas de la sana crítica razonada”; la aplicación errónea del
artículo 261 del Código Penal e inobservancia de artículo primero; violación a los artículo 5, 8 y
9 del Convenio 169 de la OIT; 66 de la Constitución Política de la República de Guatemala; 34
de la Declaración Universal de las Naciones Unidas sobre Derechos de los Pueblos Indígenas; y
1 de la Convención Internacional sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación
Racial.
En la Sala Quinta de la Corte de Apelaciones del ramo Penal, Narcoactividad y Delitos contra el
Ambiente no denegó el recurso de apelación. Los procesados interpusieron un recurso de
casación por motivo de fondo, invocando el numeral 5 del artículo 441 del Código Procesal
Penal; inobservancia del artículo 483 numeral 1 del Código Penal; además de reiterar los
artículos violados en el proceso de apelación.
I. Que el agravio principal denunciado por los casacionistas, se fundó en el hecho de que el
tribunal de apelación especial convalidó el error cometido por el tribunal de sentencia al
condenar a los acusados por el delito de extorsión. Que los hechos cometidos se
realizaron por decisiones adoptadas por la comunidad de Chipuac, que los sindicados
actuaron como autoridades indígenas, y que como tal, ejecutaban una decisión comunal:
cobrar una cuota de derecho de paso para la reparación y mantenimiento de un camino
comunal.
II. Que la Constitución Política en su artículo 66, establece que el Estado reconoce, respeta y
promueve las formas de vida, costumbres, tradiciones y formas de organización social de
los diversos grupos étnicos. Que de los instrumentos internacionales ratificados por
Guatemala y citados en el expediente, reconocen el derecho a que los pueblos indígenas
conserven sus costumbres, instituciones propias y métodos internos de resolución de
conflictos incluyendo penales, por los delitos cometidos entre sí siempre que sean
miembros de una comunidad autóctona; el reconocimiento a la pluriculturalidad y
plurijuricidad; la autodeterminación de los pueblos indígenas para resolver sus propios
asuntos; etc. En ese sentido, que la existencia del Derecho Indígena es una realidad
nacional, y que de ahí, en la aplicación de este y el Derecho Estatal, hay evidencia de
vacíos legales que deben ser suplidos a través de las resoluciones judiciales.
III. Que durante la consideración del caso por el juez pluripersonal y por la Sala de
Apelaciones, se acreditó incorrectamente los hechos al tipo penal de extorsión. Que el
delito de extorsión, en su artículo 215 del Código Penal, añade los elementos de “el
anuncio de un mal que constituya o no delito; que ese mal que se anuncia provoque
intimidación, que se trate de un delito circunstancial por lo que deben valorarse la
ocasión en que se profieren las palabras amenazadoras, las personas intervinientes los
actos anteriores, simultáneos y posteriores; y que debe concurrir en el delito un dolo
consistente en el propósito de ejercer presión sobre la víctima, privándola de su
tranquilidad”. Que de lo anterior, se demostró que los sindicados actuaron en calidad de
autoridad y representante legal de la comunidad; autoridad legitimada a través de las
decisiones adoptadas por la comunidad en conjunto, validada a través de sus propias
normas consuestudinarias, y respetada por las leyes nacionales y convenios y tratados
internacionales ratificados por Guatemala. De ahí, que no concurran en su totalidad los
elementos del tipo penal de extorsión. Sin embargo, la Cámara afirma que si concurren
los tipos de amenaza y falta contra las personas contenidos en los artículos 215 y 482
inciso 3 del Código Penal.
IV. En cuanto a la pena, la Cámara cita la recomendación de la Comisión Nacional para el
seguimiento y Apoyo al Fortalecimiento de la Justicia, sobre que la justicia en Guatemala
debe responder “a un concepto y contexto cultural diverso, como es en realidad el país,
pero también debe darse pleno fortalecimiento al derecho indígena y la implementación
adecuada de los mecanismos alternativos de conflictos”. Así, algunos métodos
alternativos de resolución de conflictos, tales como la negociación y conciliación,
encuadran jurídicamente en dicha recomendación. Ya que se tuvo de conocimiento del
acuerdo celebrado el día 31 de octubre de 2012, entre la comunidad de Chipuac y los
procesados, y que ese mismo acuerdo coincide con los requisitos exigidos por el Derecho
estatal relativos al principio de oportunidad que permite la solución alterna de casos
penales así como a las características del Derecho indígena que es la armonía, el
equilibrio, la reconciliación, la restitución, el dinamismo, la oralidad y celeridad; en ese
sentido, cualquier decisión tomada por la autoridad estatal, invade la jurisdicción y
soberanía de la comunidad indígena.
Por tanto, la Corte Suprema de Justicia declaró procedente el recurso de casación por motivo de
fondo interpuesto por los procesados; casa la sentencia emitida por la Sala Quinta de la Corte de
Apelaciones del ramo Penal, Narcoactividad y Delitos contra el Ambiente de Quetzaltenango,
dejándola sin efecto; se modificó la parte declarativa, numerales I, II, III y IV de la sentencia
dictada por el Juzgado Unipersonal de Sentencia Penal, Narcoactividad y Delitos contra el
Ambiente, del departamento de Totonicapán; se reconoce la validez del acuerdo alcanzado entre
la comunidad Chipuac y los sindicados y el querellante Miguel Barreno Menchú. En conclusión,
se deja sin efecto el apartado resolutivo del fallo, sobre la pena de seis meses de prisión y veinte
días de arresto conmutables, que correspondería aplicar a los sindicados por el delito de
amenazas y falta contra las personas cometidos contra el señor Miguel Barreno Menchú; en
consecuencia, se dejó sin efecto la pena de prisión y arresto que correspondería a las faltas
mencionadas.
La defensa al derecho de la autonomía de los pueblos indígenas, es una misión que se debe
perseguir en la actualidad. Mientras los pueblos indígenas persistan en el reconocimiento de sus
costumbres, tradiciones, idiomas, rituales ceremoniales e historia, persistirá también el
reconocimiento de sus figuras de autoridad, de su derecho a la autodeterminación ligada a la
autonomía política, económica, cultural y social. Hasta que el sistema político-económico
cambie, seguirán existiendo formas de discriminación hacia los pueblos indígenas mayas, xincas
y garífunas, arraigadas por malas costumbres que se remontan hasta la época de la Colonización.
Por ello, consideramos que la existencia de un control para el resguardo de los derechos de los
pueblos indígenas, como el que se manifestó en esta sentencia, es necesaria.
Casación penal
Promovido por el sindicado Francisco Rubén Puác Baquiax contra la sentencia dictada
por la Sala Quinta de la Corte de Apelaciones del ramo Penal, Narcoactividad y Delitos contra el
Ambiente de Quetzaltenango, de fecha 01 de agosto de 2012.
Respecto a los hechos: que el 30 de octubre de 2007, el sindicado Francisco Rubén Puác
Baquiax llegó a la residencia de Lorenzo José Gutiérrez Barreno, en el municipio y departamento
de Totonicapán, acompañado de varias personas, excavó un azadón en el lugar donde se
encuentra ubicado el tubo que conduce el agua potable y al encontrarle, lo cortó con una sierra y
colocó un tapón, quedando sellado.
Como segundo agravio: se señaló la violación al artículo 214 del Código Penal;
inobservancia de los artículos 4, 44 y 66 de la Constitución Política; 8, 9 y 10 del Convenio 169;
34 de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas,
“porque se juzgó erróneamente el sistema indígena en relación al derecho de defensa, y se tuvo
por acredita que él cometió el hecho con la conciencia de la ilicitud de la acción y con la
posibilidad de la exigibilidad de una conducta distinta”.
Como tercer agravio: el sindicado alegó la indebida aplicación del artículo 65 del Código
Penal, al momento de imponer injustamente una pena aumentada más allá del mínimo.
La magistrada Rita García Ajquijay emitió voto razonado disidente, que llevó a emitirse
recurso de casación.
Durante los alegatos, el señor Lorenzo José Gutiérrez Barreno, anunció que existía
violación al principio de “non bis in idem”, al valerse la primacía de la ley oficial. Que no hubo
violación al artículo 66 constitucional, porque mediante la acción del sindicado, se le vulneró su
derecho a la vida reconocida constitucionalmente y en tratados internacionales en materia de
derechos humanos. También se señaló que, con respecto a la calidad de autoridad bajo la que se
presume actuó el sindicado, no es válida. Ya que la sentencia va dirigida a su persona,
directamente, y no a la comunidad, con base a lo preceptuado en el artículo 152 de la Ley del
Organismo Judicial.
El Ministerio Público reiteró los argumentos del señor José Barreno.
En los considerandos: la Corte estimó, que el reclamo central del recurso de casación por
motivo de fondo, se basó en el error cometido por el sentenciador en el tribunal de apelación, a la
hora de condenarlo por el delito de coacción. Se evaluó el contenido del artículo 58
constitucional, sobre el derecho de las personas y comunidades indígenas a su identidad cultural,
costumbres y lenguas (o idiomas). De ese examen, se derivó a que la corte admitiera que desde el
año 1985, e impulsado por los Acuerdos de Paz en años siguientes, Guatemala vivió una era de
transformación en todos los ámbitos. Incluido el jurídico. Que ese cambio es necesario, ya que el
predominio del derecho oficial sobre el consuetudinario, es solo un resultado de la “ideología
liberal tradicional e igualdad formal”, que no admite la existencia del pluralismo jurídico. Que en
ese sentido, a través de los órganos jurisdiccionales, se debía abrir el camino para la aceptación
de las distintas formas de resolución de conflictos propias del derecho indígena consuetudinario.
Así, se deben respetar las distintas formas de organización social de los pueblos indígenas, sus
instituciones, autoridades, tradiciones y otras expresiones de su autoridad ancestral. A sí mismo,
respecto a las acciones del sindicado: el corte de agua, como sanción subsidiaria, fue aplicado de
acuerdo a las costumbres de la comunidad. Y que a su vez, fue hecha por una autoridad
legitimada en el marco legal y tradicional. La corte concluye, que el pronunciamiento del
tribunal de apelación, de procesar penalmente a un alcalde indígena, cuando daba cumplimiento
a una decisión tomada por procedimientos propios del derecho indígena, eran en sí mismos, un
acto de discriminación.
Posteriormente, se analizaron los elementos del delito de coacción. El artículo 214 del
Código Penal señala, “quien amenazare a otro con causar él mismo o a sus parientes…, por
medio de violencias o amenazas impidiere o coartare el ejercicio de cualquier derecho político,
será sancionado con prisión de seis meses a tres años 9”. De dicho análisis, se estimó que el
sindicado actuó en calidad de alcalde comunitario, autoridad, y que el acto de la suspensión del
servicio de agua potable, fue ejecutada cumpliendo con las decisiones adoptadas por la asamblea
comunal y la comunidad en conjunto. En ese sentido, es incorrecto condenar a una autoridad
indígena, cuando en sus acciones, se revelan la ejecución de los procedimientos y normas
establecidas por su derecho consuetudinario, que es reconocido constitucionalmente en
Guatemala y por tratadas y convenios ratificados por el mismo. En tal virtud, señala la Corte
Suprema, se da ha lugar al recurso de casación.
Por tanto, la Corte Suprema de Justicia, a través de la Cámara Penal, declaró procedente
el recurso de casación por motivo de fondo interpuesto por el sindicado Francisco Rubén Puac
Baquiax, contra la sentencia emitida por la Sala Quinta de la Corte de Apelaciones del ramo
Penal, Narcoactividad y Delitos contra el Ambiente, de fecha 1 de agosto de 2012. Casa la
sentencia impugnada, así como el del Juez Unipersonal de fecha 12 de abril de 2012. Se absolvió
al acusado del delito de coacción, y se dejó sin lugar la demanda interpuesta por el actor Lorenzo
José Gutiérrez Barreno.
7. a TZK'AT Red de Sanadoras Ancestrales del Feminismo Comunitario desde Ixmulew que
Caso de ejemplo
Sentencia
De fecha 25 de noviembre de 2015. Recurso de apelación de sentencia de amparo ante la
Corte de Constitucionalidad, no. 5955-2013.
Interpuesto por varios postulantes: Pedro Cuz Chub, Héctor Ico Choc, Gilberto Acte Cuz,
Santiago Choc, Santiago Coc Xol, Vicente Xo Ico, Augstín Jo Chiac, Juan Cucul Rax y por las
comunidades indígenas ancestrales q'eqchí's K'ix ha' (Caserío Quixcan), Se' Y'abal (Caserío La
Llorona), Roqi ha' (Caserío Las Quebradas), Se' Tzuul (Santa María La Llorona), Chipunit'
En este caso se impugna como primer caso reclamado la anomalía en una inscripción que
data de 1925 en base a un documento que fue supuestamente emitido en 1892 argumentando las
accionantes que entre otros la inexistencia de otros datos de soporte. En dicha finca se derivan
muchas otras solicitando las postulantes que se declara la cancelación definitiva de todas las
fincas a efecto de que puedan tramitar en las oficinas respectivas el reconocimiento a su derecho
de propiedad ancestral a través de un titulo oponible a terceros, respecto al primer acto
reclamado respecto al primer acto reclamado, las pruebas diligenciadas provocan la existencia de
sospechas graves sobre la existencia de posibles anomalías en los documentos que motivaron la
primera inscripción de dominio de la finca tantas veces relacionada. Sin embargo, la falsedad
aludida no fue probada en forma indubitable, requisito necesario para poder otorgar el amparo de
forma plena.
Este caso es complejo dado que se probó la falsedad de documentos que motivaron
ciertas inscripciones de dominio, pero no del primer acto reclamado, que sería en todo caso, el
que podría habilitar a que los postulantes pudieran adquirir la titularidad de dichas tierras al
cumplir con los requisitos establecidos en la ley. En este caso, no es procedente cancelar las
inscripciones registrales a partir de la inscripción motivada por la presentación del testimonio de
la escritura pública número cuarenta, dado en dicho caso, se le restablecería el derecho de
propiedad al señor Carlos Enrique Estrada García. Los efectos del amparo deben ser restituir el
derecho violado al amparista, situación que no se vería cumplida en este caso, provocando
efectos no procedentes a través de la acción promovida. La acción de amparo, en el caso de ser
otorgada debe beneficiar al quejoso, y no a terceras personas que no han sido parte en el proceso
por tales razones es preciso otorgar el amparo reducido a preservar el derecho de los postulantes
a acudir a la vía jurisdiccional debidamente asegurada, en cuanto a que las fincas a que se ha
hecho relación no sufran alteraciones registrales durante un tiempo prudencial para que puedan
preparar su demanda, recabar las pruebas, y en general, toda actividad que les garantice acudir a
los tribunales en solicitud de reconocimiento a sus derechos como consecuencia se dicta el fallo
pendiente. El Banco G & T Continental, Sociedad Anónima, y Financiera G & T Continental,
Sociedad Anónima, argumentan que la parte actora carece de legitimación para promover esta
acción esta acción ya que carece de interés legítimo y en este caso los hechos aducidos por los
postulantes devienen sobre un derecho de propiedad de tierras ancestrales con fin de materia de
derechos humanos señala también que le amparo es extemporáneo ya que ha transcurrido en
exceso el plazo para interponer el amparo desde que tuvieron conocimiento del acto que les
causa agravio.
Casos similares
11 Citado del portal de la jurisprudencia expediente No. 5955-2013 con fecha 25/11/2015
Energía y Minas de Guatemala otorgó a Nichromet Guatemala, Sociedad Anónima, la licencia
minera de exploración denominada "Los Cimientos", que implica la facultad exclusiva de
localizar, estudiar, analizar y evaluar cadmio, plomo, zinc, cobalto, cobre, minerales del grupo
del platino, molibdeno, níquel, oro, plata y tierras raras argentífero, en los municipios de
Chicamán y Uspantán del departamento de Quiché y en el municipio de Cubulco del
departamento de Baja Verapaz; b) procedimiento por el cual se está tramitando la solicitud de
prórroga de la licencia aludida en el inciso precedente. C) Violaciones que se denuncian: a los
derechos de consulta y de conservar las formas de vida, costumbres, tradiciones y formas de
organización social, que configuran la existencia de los pueblos indígenas. D) Hechos que
motivan el amparo: 1) Producción del acto reclamado: a) el quince de diciembre de dos mil seis
la entidad Nichromet Guatemala, Sociedad Anónima, solicitó al Ministerio de Energía y Minas
licencia de exploración minera para localizar, estudiar, analizar y evaluar cadmio, plomo, zinc,
cobalto, cobre, minerales del grupo del platino, molibdeno, níquel, oro, plata y tierras raras
argentífero, en los municipios de Chicamán y Uspantán del departamento de Quiché y en el
municipio de Cubulco del departamento de Baja Verapaz.
Comentarios
Considero que los pueblos indígenas son una parte fundamental para nuestro país. Además, ellos
consideran la tierra sagrada; y, por esta razón, a lo largo de los años se han ido formando grupos
e instituciones a través de las cuales ejercen justicia y autoridad, más allá de las instituciones
tradicionales del Estado que protegen no solo su territorio, sino que también la naturaleza, el
respeto por la tierra, los valores de la igualdad, el acompañamiento y la solidaridad. Para ellos su
territorio significa más que el área donde se vive, sino que también, es una parte de sí mismos.