Cartilla de Axiologia

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¿Qué significa educar?

- Revista SIC

La palabra educar es de origen latín ducere que significa “guiar o conducir” en el


conocimiento.

¿Qué es educar?

Se conoce con el término educar la actividad que consiste en transmitir determinados


conocimientos y patrones de comportamiento con el fin de garantizar la continuidad de la
cultura de la sociedad.

Educar consiste en enseñar a temprana edad valores, conocimientos, costumbres


y formas de actuar, que permiten a un individuo vivir en sociedad.

También, educar consiste en estimular, desenvolver y orientar aptitudes del


individuo, de acuerdo con las ideas de una sociedad determinada.

Desarrollar o perfeccionar las facultades intelectuales y morales del niño o


del joven por medio de preceptos, ejercicios, ejemplos, etcétera.

La educación se lleva a cabo principalmente en los hogares, luego en las


escuelas, las universidades, entre otras instituciones. Asimismo, las instituciones
deben de contar con un plan de estudios en el cual contemple la orientación del
individuo a su desarrollo e integración plena en la sociedad.

Educar y formar

Formar, es proviene del latín “formare”, y significa dedicarse a crear habilidades o


virtudes que no poseía el individuo.

Educar es guiar u orientar a un individuo para desarrollar facultades intelectuales


y morales.

Un buen maestro es un buen educador y formador. Es un buen educador cuando


transmite al individuo conocimientos o valores, y es un buen formador cuando
logra modelar a una persona en determinadas habilidades tanto de su campo
profesional como personal.

El término “educar” tiene una doble raíz latina: Educere, que significa sacar de
adentro, extraer toda la riqueza que hay en la persona; o Educare, que significa nutrir,
alimentar, guiar, ofrecer posibilidades para crecer y alcanzar la plenitud. Educar es
despertar personas, ayudarles a desarrollar todas sus potencialidades. Se trata de
propiciar la creatividad y autonomía de cada estudiante para que sea capaz de
moldearse a sí mismo y hacer de su vida una verdadera obra de arte.

Cada persona tiene que ser autor y actor de su propia vida. No mero actor de un
guion que otros escriben para él o para ella. Autor, actor y también espectador, capaz
de mirarse en profundidad, de reflexionar y someter a crítica lo que es y va siendo, lo
que hace y cómo lo hace.

Sócrates planteaba que la educación tenía una función de partera: ayudar a los
otros, mediante preguntas pertinentes, a que den a luz la verdad, el bien, la
belleza, que todos potencialmente llevamos dentro. De ahí que llamó a su método
pedagógico, la mayéutica, es decir, el arte de ayudar a nacer el hombre o la mujer
posible. Kant le daba a la educación un sentido muy parecido pues mantenía que la
educación debe “desarrollar en cada individuo toda la perfección de que es
capaz”. A su vez, María Montessori decía que “educar no es transmitir
conocimientos, sino ayudar al descubrimiento del propio ser”; y J. Ruskin
expresaba que “educar a un niño no es hacerle aprender algo que no sabía, sino
hacer de él alguien que no existía”.

El educador es el partero del alma, el que ayuda a cada alumno a conocerse y


quererse, el que confiere la energía y confianza para que cada persona se atreva a
caminar la senda de su propia realización, para que desarrolle la semilla de sí mismo
y alcance su felicidad.

Educar es contribuir a desarrollar armónicamente todas las dimensiones y


potencialidades del ser humano (cualidades físicas, psíquicas, intelectuales, morales y
espirituales), para que llegue a ser una persona digna y feliz. De ahí que la educación
no puede reducirse a un asunto técnico, pues es un asunto ético y humano. No se
trata meramente de formar los profesionales que el mercado requiere, sino los
seres humanos que necesita una sociedad justa, libre y profundamente
democrática.

Objetivos de la educación
Los objetivos que se plantea la educación actual, y se concreta a través de los sistemas
educativos son:

 Incentivar el proceso de estructuración del pensamiento, de la imaginación creadora, las


formas de expresión personal y de comunicación verbal y gráfica.
 Favorecer el proceso de maduración de los niños, la manifestación lúdica y estética, la
iniciación deportiva y artística, el crecimiento socio afectivo, y los valores éticos.
 Estimular hábitos de integración social, de convivencia grupal, de solidaridad y
cooperación y de conservación del medio ambiente.
 Desarrollar la creatividad del individuo.
 Fortalecer la vinculación entre la institución educativa y la familia.
 Prevenir y atender las desigualdades físicas, psíquicas y sociales originadas en
diferencias de orden biológico, nutricional, familiar y ambiental mediante programas
especiales y acciones articuladas con otras instituciones comunitarias.

Aprendizajes fundamentales
La educación se debe estructurar en torno a cuatro aprendizajes fundamentales,
según Jacques Delors:
 Aprender a conocer: Este tipo de aprendizaje, que tiende menos a la adquisición de
conocimientos clasificados y codificados que al dominio de los instrumentos mismos del
saber, puede considerarse a la vez medio y finalidad de la vida humana.
En cuanto a medio, consiste para cada persona en aprender a comprender el mundo
que lo rodea, al menos suficientemente para vivir con dignidad, desarrollar sus
capacidades profesionales y comunicarse con los demás. Como fin, su justificación es
el placer de comprender, conocer, de descubrir.
Aprender a hacer: En este pilar de la educación al individuo se le capacita para hacer
frente a un gran número de interacciones y a trabajar en equipo. Con el fin de que
pueda influir en su entorno positivamente.
Aprender a vivir juntos: Se instruye para cooperar y vivir con los demás, es
necesaria la comprensión y tolerancia para formar distintas interdependencias.
Aprender a ser: La educación debe contribuir al desarrollo global de cada persona:
cuerpo y mente, inteligencia, sensibilidad, sentido estético, responsabilidad individual,
espiritualidad. Todos los seres humanos deben estar en condiciones, en particular
gracias a la educación recibida en su juventud, para dotarse de un pensamiento
autónomo y crítico y de elaborar un juicio propio, para determinar por sí mismos qué
deben hacer en las diferentes circunstancias de la vida.

La vocación docente es algo de lo que no solemos hablar mucho, pero que siempre
esta presente en todas las decisiones que tomen las personas antes, durante y
después de hacerse profesor.

La vocación docente es una inclinación que tiene una persona para dedicarse a
la docencia. Esta puede proceder de entes divinos o de la inspiración. En este
caso, es un sentimiento que nace dentro de nosotros y sentimos autentica
devoción por la educación y desarrollar todos los procesos que de ella se
derivan.

Desde mi punto de vista, ser profesor es ser una persona que ama
enseñar y que le gusta y sabe hacerlo, actuando de manera
afectuosa, entregando de forma eficaz el conocimiento y
entusiasmando a los alumnos en sus clases; no siendo un mero
transmisor de conceptos, sino también, un mediador y un poderoso
agente de cambio.

Quien tiene vocación docente es alguien que siente la necesidad de


brindarse, de contribuir al perfeccionamiento social, que posee paciencia,
comprensión, es altruista, y por sobre todo, ama a los niños y a la
juventud.
Un buen docente debe ser humilde, conocedor de sus limitaciones
personales, necesita sentirse seguro de lo que conoce y de que siempre
hay mucho por aprender; que los alumnos enseñan día a día con sus
reclamos, con sus expectativas y sus experiencias de vida; y que la
propia sociedad, en su progreso científico y tecnológico desenfrenado
exige estar siempre alertas para adecuarse a los cambios.

Por lo tanto, una de las cuestiones relevantes para saber si tenemos vocación
docente es tener habilidad para enseñar de diferentes maneras. Esto quiere
decir que dentro de un mismo grupo puedes usar varias metodologías o entre
dos alumnos sabes que le viene mejor a uno y lo que necesita el otro.

No serás nunca un maestro eficaz si enseñas unicamente de una menera. Un buen


profesor es capaz de evolucionar siempre. Buscar los mejores metodos y más
novedosos es fundamental. Tambien es importante ser flexible y adaptable a las
caracteristicas de cada alumno.

Satisfacer a los alumnos es muy importante para nosotros. Trabajamos a través de


la motivación, y tener un alumno o alumna desmotivado puede hacer que lo
perdamos para siempre. Debemos pensar en ellos, ya que su éxito es el nuestro.

La vocación no hace al profesor, pero si que lo construye y lo hace feliz. Consideramos que
tener vocación es fundamental para hacer mejorar a los niños. Muchos profesores sin
vocación están entorpeciendo el aprendizaje del alumnado.

la vocación hace parte fundamental de las cualidades personales y sociales que caracterizan a un
docente, así mismo de la forma como ejerce su labor dentro del proceso educativo, es decir, está
inmersa en el individuo que aspira o es maestro, pues aunque a veces no lo exteriorice en un
primer momento cuando está en búsqueda de su elección profesional, sí puede darse cuenta que
realmente la posee al enfrentarse al ambiente escolar. A partir de estas ideas puede evidenciarse
la conexión existente entre el ejercicio docente y la dimensión personal de quien lo ejerce,
convirtiendo la vocación en el punto de partida para desarrollar con interés y entusiasmo el arte
de enseñar.

Por tanto, un buen profesor no es el que sabe todos los


conocimientos que tiene que impartir, sino que logra que sus
estudiantes aprendan y disfruten del proceso, que encuentren sentido
a los contenidos y conceptos y sepan cómo relacionarlos con su
diario vivir.
La vocación de enseñar - Aptus | Noticias de educación, cultura, arte, formación y capacitación

La vocación docente es el conjunto de intereses, necesidades, aptitudes, ideales y


circunstancias personales que al conjuntarse hacen que el sujeto se sienta atraído hacia una
profesión o forma de vida y capaz de afrontar los retos que supone. Un buen docente o
profesor no se define por su actividad sino por el sentido que da a ella. El educador es aquel
que dispone su vida, sus acciones al servicio de otro.

Un docente es aquel que enseña o que es relativo a la enseñanza. La palabra proviene del
término latino docens, que a su vez deriva de docēre (“enseñar”). En el lenguaje cotidiano,
el concepto suele utilizarse como análogo de profesor o maestro, aunque no representan lo
mismo. El término docente es polisémico se usan como sinónimos del mismo las siguientes
palabras: pedagogo, instructor, formador, educador, enseñante, adiestrador, maestro,
didáctico, académico, normativo, purista, clásico, culto, asesor, consejero, facilitador,
promotor, orientador, coordinador, consiliario, tutor, gestor, mentor, guía, gurú, mediador y
conductor, entre otras, parecen concebirse como expresiones equivalentes, quizás
dependerá de la perspectiva y de la realidad en la que se conciban, independiente de una
definición lo importante es la realidad, los hechos que se observan en seres humanos que se
desempeñan en el ámbito educativo.

Un buen docente no se define por su actividad sino por el sentido que da a ella. Un profesor
por tanto debe dejar de ser un mero instructor de contenidos para convertirse en un pleno
educador, en un servidor de las vocaciones ajenas.

Pero no basta con saber de un tema si soy incapaz de enseñarlo. La docencia va más ligada
al cambio de la persona que recibe la enseñanza que a la capacidad de uno de expresar un
concepto. Muchos hemos pasado por experiencias universitarias en que abogados,
arquitectos o médicos intentan dar cuenta de su saber, siendo incapaces de entregarlo en
forma clara y sencilla.

El profesor enseña, el maestro educa. Quien sólo enseña, cumple un programa


preestablecido (a veces no completo), está centrado en su enseñanza, es transmisor de
saberes, califica resultados. Quien además educa, cumple una misión de servicio, busca el
bien del alumno, es ejemplo de los valores que predica, estima y evalúa procesos de mejora.
El educador tiene claro que el valor de su trabajo está en el perfeccionamiento de otros; se
asume como servidor público, sabe leer entre líneas los gestos, actitudes, rasgos físicos y
emocionales de los educandos para descubrir lo que necesitan.

El entendimiento popular llama «maestro» a quien se distingue en su actividad u oficio;


quien, en virtud de su saber, enseña a otros, no como simple instructor, sino como un tutor
en la vida misma donde cobran sentido teoría y práctica se convierte en modelo y guía para
sus discípulos. Y cuando ocurre que no solo muestra el conocimiento sino que orienta para
aplicarlo y motiva para amarlo, hacerlo propio y enriquecerlo, traspasa la línea del saber
para abrir la del ser. Es entonces cuando se transforma en educador, es decir, en motivador
de la mejora personal de los alumnos, en promotor del perfeccionamiento integral de sus
personas.

Sin embargo hay un riesgo en esta visión. La raíz latina de la palabra educar es la misma
que la de la palabra conducir. Es posible de pronto que algunos profesores sientan que su
rol es conducir, dirigir, manipular los pasos de sus educandos. Nada más peligroso cuando
el profesor se autoimpone el rol de salvador de sus alumnos. De aquel que decide y elige
por ellos restando la capacidad de auto descubrirse, de desarrollarse plenamente, en el
fondo restando libertad a sus estudiantes.

Hay personas que parecen tener una aptitud natural para orientar a otras, quienes a poco que
sepan de algo son capaces de explicarlo. Otras «trabajan de maestros»pero no lo son; dan
clases mientras encuentran «un mejor empleo», lo cual indica que no consideran que lo
mejor para ellos está ahí. Otras más hacen de la docencia una rutina sin brillo ni vida,
intentan reproducir textos, repetir programas, realizar lo mismo día a día.

Educar, hoy como ayer, supone esfuerzo, disciplina, buenos y malos ratos, mucho sacrificio
personal para saber dar sin esperar recibir (aunque cuando se da verdaderamente, siempre
se recibe mucho), para esperar el tiempo y momento de cada educando, para mantener en la
conciencia y en el ejemplo de vida que somos el modelo de aquello en lo cual queremos
educar y, por ello, para rectificar cuantas veces sea necesario.

Hoy en día, la docencia implica cosas distintas a las de hace algunas décadas: los múltiples
cambios sociales y las nuevas tecnologías han construido un nuevo escenario en el que los
maestros deben adaptarse constantemente no sólo a las nuevas demandas de la sociedad,
sino a diversos retos que tienen que ver con el mundo plural y globalizado en que vivimos.
Concepto de educar - Filosofía (filosofia.co)

Concepto de educar
¿Cuál es el significado de educar?
tr. Desarrollar o perfeccionar las facultades intelectuales y morales del niño
o del joven por medio de preceptos, ejercicios, ejemplos, etc.

¿Qué es educar según la pedagogía?


– Educar es una forma de hacer Pedagogía, pues comprende las prácticas
o las acciones de los padres o los maestros sobre los niños con una
intención formadora.

¿Qué es educar y para que educar?


Educar es pues crear y transmitir cultura. Mediante la educación, toda
sociedad, con base en los valores que profesa, intenta orientar a los
individuos hacia ciertos ideales de conducta.

¿Qué es educar en pocas palabras?


Qué es Educar:

La palabra educar es de origen latín ducere que significa“guiar o conducir”


en el conocimiento. Educar consiste en enseñar a temprana edad valores,
conocimientos, costumbres y formas de actuar, que permiten a un individuo
vivir en sociedad.

¿Qué es educar con el ejemplo?


Educar con el ejemplo es la única forma de realmente educar. Como decía
Albert Einstein, «educar con el ejemplo no es una manera de educar, es la
única». Los niños aprenden por imitación y los primeros a los que copian en
sus acciones y actitudes son a los padres y a los familiares que les rodean.

¿Qué es educar en la actualidad?


La educación actual se basa en el método científico, ya que se busca que
los alumnos aprendan no solo a pensar, sino también a actuar, predecir y
resolver, tener pensamiento crítico, para lo cual es básico el trabajo en
equipo para intercambiar ideas y fomentar la cooperación.

¿Qué es educar con autor?


Pitágoras: “Es templar el alma para las dificultades de la vida.” Platón: La
educación es el proceso que permite al hombre tomar conciencia de la
existencia de otra realidad, y más plena, a la que está llamado, de la que
procede y hacia la que dirige.

¿Qué significa para cazden educar?


Cazden (2010), “…. educar es construir desde lo familiar para des-
bloquear lo extraño, en entramados, entretejidos híbridos de lo co- tidiano y
lo científico, lo particular y lo universal, lo nuevo y lo viejo, lo cercano y lo
distante, la familia, el grupo de pares y la escuela, el significado y el
sentido.

¿Qué dice Paulo Freire de la educación?


La educación para Freire es praxis, reflexión y acción sobre el mundo para
transformarlo. Según Freire la educación es un acto de amor, de coraje, de
práctica de la libertad, dirigida hacia la realidad.

¿Qué es el educando para Freire?

Recife Law School


Universidad Federal de Pernambu…
Paulo Freire/Educación

¿Cuál es el origen de la palabra educar?


Educar: Del latín educare, proviene de educere, que se divide en: ex: (fuera
de) y ducere (guiar, conducir).

¿Qué es la educación según Piaget?


Según la Teoría del Aprendizaje de Piaget, el aprendizaje es un
proceso que sólo tiene sentido ante situaciones de cambio. Por eso,
aprender es en parte saber adaptarse a esas novedades. Este psicólogo
explica la dinámica de adaptación mediante dos procesos que veremos a
continuación: la asimilación y la acomodación.

¿Qué es educar en filosofía?


Desde esta premisa, educar es ayudar a madurar, a hacer personas,
proporcionando criterios para elegir con autonomía y libertad nuestro propio
proyecto de vida, siendo uno de los fines educativos la formación integral de
la persona.

¿Qué es educar para la vida?


Educar para la vida es ofrecer recursos personales y
sociales para desenvolverse en una sociedad en constante
cambio, para adaptarse a contextos multiculturales, para comprender las
posibilidades de la globalización, para manejarse adecuadamente
y con espíritu crítico con las nuevas tecnologías en la sociedad de la …

¿Qué es educar con el corazón?


Lo que alienta a educar el corazón es la idea de que si hoy nos ocupamos
de las emociones, mañana reduciremos la incidencia de problemas
derivados de emociones conflictivas. Estos problemas pueden ser simples y
cotidianos o verdaderamente graves como la violencia, el suicidio o el
consumo de drogas.

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