TFG de Psicologí
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Olmedilla Zafra, A.; Ortega Toro, E. y Madrid Garrido, J. (2008). Variables sociodemográficas,
ejercicio físico, ansiedad y depresión en mujeres: un estudio correlacional. Revista
Internacional de Medicina y Ciencias de la Actividad Física y el Deporte vol. 8 (31) pp. 224-243
Http://cdeporte.rediris.es/revista/revista31/artansiedad92.htm
RESUMEN
224
físico, los resultados indican que el grupo de mujeres que acuden al gimnasio o
que realizan algún tipo de programa de actividad física con regularidad,
manifiesta menores niveles de ansiedad y de depresión que las que no acuden
o no lo hacen.
ABSTRACT
The purpose of the present study was to study the relationships that are
established between sociodemographic variables and exercise practice with
anxiety and depression levels in women. The sample was composed of 200
women from the municipality of Cartagena (Murcia), with ages ranging from 18
to 65 years. The results indicate that there are statistically significant differences
among various groups: the women from the 45-54 year age group had higher
levels of anxiety and depression; widows demonstrated higher levels of anxiety
than single women, and higher levels of depression than married and single
women; women with two children suffered higher levels of anxiety and
depression than those without children. With regard to exercise, the results
indicate that there are statistically significant differences between the group of
women that go to a gym or that take part in some type of regular physical
activity program (lower levels of anxiety and depression) when compared to
those that do not go to the gym or do not take part in any program.
INTRODUCCIÓN
225
Bane, 1997). Algunas investigaciones de tipo meta-analítico han encontrado
efectos significativos de la práctica de actividad física sobre el bienestar
psicológico (Arent, Landers y Etnier, 2000; Netz, Wu, Becker y Tenenbaum,
2005), y específicamente sobre la ansiedad (Petruzzello, Landers, Hatfield,
Kubitz, y Salazar, 1991).
226
estado, se producen mejores resultados con el ejercicio aeróbico que con el
anaeróbico, tanto en la ansiedad estado como en ansiedad rasgo, si bien, estos
efectos no son tan claros en el caso de ansiedad rasgo a largo plazo, y que los
efectos positivos del ejercicio sobre la ansiedad parecen ser independientes de
la edad y el estado de salud del sujeto.
227
Por otro lado, algunas variables sociodemográficas parecen afectar a los
índices de sintomatología depresiva, sobre todo en las mujeres. Tal y como
indican Matud et al. (2006) las mujeres presentan mayores niveles de
depresión que los hombres, maximizándose estas diferencias en las personas
mayores de 34 años, en las que tenían hijos, en las casadas o divorciadas, en
las de bajo nivel de estudios y en las no profesionales. En cualquier caso,
parece que la relevancia de factores sociales y estructurales tienen mayor peso
que el género en los niveles de depresión (Aluoja, Leinsalu, Sheik, Vasarf y
Luuk, 2004; Rief, Nanke, Klaiberg y Braehler, 2004).
Así, todo indica que existe una correlación negativa entre la práctica de
ejercicio físico y la ansiedad y depresión. Igualmente, algunas variables
sociodemográficas parecen influir en los niveles de ansiedad y depresión. No
obstante, la mayoría de estudios se han realizado con muestras de otros
entornos sociales, culturales y económicos, con lo que resulta muy importante
realizar estudios en nuestro contexto que nos permitan ratificar o no, y en qué
sentido, estas relaciones. Además, y dado que la población femenina es más
propensa a sufrir este tipo de trastornos, el análisis de este tipo de muestras
resultan de capital importancia. Este estudio descriptivo-correlacional y
transversal pretende conseguir dos objetivos: a) analizar la relación entre
variables sociodemográficas y niveles de ansiedad y depresión en las mujeres
de Cartagena; y b) analizar la relación entre la práctica de ejercicio físico y los
niveles de ansiedad y depresión en las mujeres de Cartagena. Concretamente,
se analiza la relevancia de la edad, el estado civil, el número de hijos, el nivel
de estudios y la profesión en la sintomatología ansiosa y depresiva; y la
situación de práctica de ejercicio físico de estas mujeres, y la correlación entre
ésta y los niveles de ansiedad y depresión.
MÉTODO
Participantes
228
Entre 55 y 65 años 34 17,0 Otros 31 15,5
Estado civil Número de hijos
Soltera 78 39,0 Sin hijos 92 46,0
Casada 97 48,5 Uno 13 6,5
Separada/divorciada 6 3,0 Dos 50 25,0
Viuda 13 6,5 Más de dos 45 22,5
Pareja de hecho 6 3,0
Nivel de estudios
Primarios 53 26,5
Secundarios 121 60,5
Universitarios 26 13,0
30
30 Acude al gimnasio
20 28
24 Andar con amigas
18 Andar sola
10
Programa activ idad física
FIGURA 1. Distribución de la muestra (n=63) que practica actividad física, según el tipo de ésta que
realiza (porcentajes)
Instrumentos y procedimiento
229
una buena validez (ver el análisis del cuestionario original y la adaptación a
poblaciones españoles en Spielberger et al., 2002).
230
de ejercicio físico y los niveles de ansiedad y depresión, por otro. Todos los
análisis estadísticos se han realizado con un nivel de significación de p ≤.05..
RESULTADOS
231
significativas [F3,199=7.222, p<.001] entre las mujeres sin estudios y el resto
(p<.01). Respecto a la profesión, cabe destacar que las mujeres que menores
niveles de depresión presentan son las estudiantes, seguidas de las
trabajadoras por cuenta ajena y de las ama de casa, apreciándose diferencias
estadísticamente significativas [F4,198=2.897, p<.05], entre las estudiantes y el
grupo de mujeres de otras profesiones (p<.05).
232
Relación entre actividad física y niveles de ansiedad y depresión
233
DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES
234
unidireccionalidad; es posible que la práctica de ejercicio físico beneficie a la
salud psicológica, pero también ésta puede hacer más viable la posibilidad de
practicar algún tipo de ejercicio. En este sentido, Van Heuvelen, Hochstenbach,
Brouwer, De Greef y Scherder (2006) en un estudio realizado con 118
personas mayores de entre 65 y 92 años encontraron que para las personas
más mayores con enfermedades crónicas parecía aconsejable realizar
programas de entrenamiento psicológico más que físico, ya que aquel puede
incidir positivamente en la participación en programas de actividad física.
235
de mujeres que sale a andar con las amigas que muestran niveles superiores a
aquellas que no realizan esta actividad.
236
mujeres que realizan algún tipo de programa de actividad física de las que no
realiza ninguno. En ambos casos, las puntuaciones medias en depresión son
menores en las mujeres activas físicamente, manifestando puntuaciones
medias dentro del nivel de Depresión Leve (BDI) las mujeres inactivas.
237
ejercicio aeróbico de baja intensidad y largo tiempo, y el ejercicio anaeróbico de
alta intensidad y corto tiempo. Aunque algunos autores (Weineck, 2001),
sugieren que para problemas como la ansiedad, el practicar ejercicio que
implique altos grados de concentración (tenis, tenis de mesa) no son
recomendables, ya que podría producir más tensión que relajación. Estas
contradicciones, ya históricas respecto al tipo de ejercicio recomendado para la
ansiedad (Biddle, 1995; Martinsen, Hoffart y Solberg, 1989), o al efecto real del
ejercicio, sobre estados psicológicos o sobre pautas y hábitos más saludables
(Jiménez et al., 2008) que inciden sobre aquellos, sugieren la necesidad de
realizar investigaciones en las que se contemplen estas variables.
En este sentido, tal y como indican algunos estudios (Arruza, Arribas, Gil
De Montes, Irazusta, Romero y Cecchini, 2008; García, Matute, Tifner, Gallizo y
Gil-Lacruz, 2007) las mujeres tienden a manifestar peores índices de bienestar
físico y psicológico que los hombres, por lo que estudios encaminados a
determinar la influencia de variables como la intensidad, la duración y el tipo de
ejercicio físico para cada nivel de edad y otros factores sociodemoFiguras,
podrían ser de gran utilidad para la prescripción de ejercicio, fundamentalmente
cuando éste se encamina a mejorar la calidad de vida de la mujer.
Concretamente, Arruza et al. (2008) señalan que la “duración” de la práctica
físico deportiva parece estar asociada a una mejora de la salud general,
aunque se debería investigar la influencia que, realmente ejerce sobre
variables de tipo físico y de tipo psicológico.
238
considerando qué tipo de ejercicio físico, en qué edad, qué historia previa tiene
el sujeto (tanto en factores sociales como de la propia actividad física), qué
factores psicológicos, cognitivos y psicosociales están mediando, y de qué
forma en esta relación. En este sentido, estudios de tipo experimental pueden
resultar muy importantes para poder establecer relaciones de causa efecto y un
control mayor de las variables de estudio, como por ejemplo el trabajo de Van
de Vliet et al. (2003), que estudia los cambios psicológicos experimentados por
un grupo de mujeres pacientes diagnosticadas con depresión, después de
recibir un tratamiento multidisciplinar, que incluía un programa de actividad
física, mostrando mejoras significativas en ansiedad, depresión, autoestima y
autopercepción física. El trabajo de Bodin y Martinsen (2004) estudió los
efectos de la autoeficacia como mediadora entre el ejercicio físico (bicicleta
estática y artes marciales) y los síntomas depresivos en pacientes depresivos
(hombres y mujeres), observando que los sujetos que realizaron artes
marciales incrementaron los estados de ánimo positivos y la autoeficacia,
disminuyendo los estados de ánimo negativos y la ansiedad, aunque no
aparecieron resultados estadísticamente significativos en el grupo de sujetos
que realizaron bicicleta estática. Para estos autores, los resultados indican que
un aumento en la autoeficacia puede ser importante para los cambios positivos
en los estados de ánimo.
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