Auto Supremo Conducta Antieconòmica

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TRIBUNAL SUPREMO DE JUSTICIA

SALA PENAL

AUTO SUPREMO Nº 205/2017-RRC

Sucre, 21 de marzo de 2017

Expediente : Oruro 27/2015

Parte Acusadora : Ministerio Público y otros

Parte Imputada : Alberto Luis Aguilar Calle y otros

Delitos : Conducta Antieconómica y otros

Magistrada Relatora : Dra. Maritza Suntura Juaniquina

RESULTANDO

Por memoriales presentados el 3 de diciembre de 2015, cursantes de fs. 1487 a 1511, 1513 a
1537 y 1556 a 1567 vta., Alberto Luis Aguilar Calle, Tomás López Villarte y Patricia Katherine
Jaldín Jallaza, interponen recursos de casación, impugnando el Auto de Vista 24/2015 de 12 de
noviembre, de fs. 1428 a 1475, pronunciado por la Sala Penal Segunda del Tribunal
Departamental de Justicia de Oruro, integrada por los vocales Gregorio Orosco Itamari y José
Romero Soliz, dentro del proceso penal seguido por el Ministerio Público, Gobernación del
Departamento de Oruro, Cámara de Artesanos Micro y Pequeños Empresarios del Occidente
(C.A.M.P.E.O) y Vice-Ministerio de Anticorrupción contra los recurrentes y Víctor Hugo Moreno
Sotomayor, por la presunta comisión de los delitos de Conducta Antieconómica, Incumplimiento
de Deberes, Uso Indebido de Influencias, Contratos Lesivos al Estado y Negociaciones
Incompatibles con el Ejercicio de Funciones Públicas, previstos y sancionados por los arts. 224,
154, 146, 221 y 150 todos del Código Penal (CP), respectivamente.

I. DEL RECURSO DE CASACIÓN

I.1. Antecedentes.

a) Por Sentencia 12/2014 de 13 de agosto (fs. 1061 a 1154), el Tribunal Segundo de


Sentencia del Tribunal Departamental de Justicia de Oruro, declaró a los imputados: Alberto Luis
Aguilar Calle, autor de la comisión de los delitos de Incumplimiento de Deberes, Conducta
Antieconómica, Uso Indebido de Influencias y Contratos Lesivos al Estado, tipificados por los
arts. 154, 224, 146 y 221 del CP, imponiendo la pena de seis años y diez meses de reclusión, más
cuatrocientos días multa, a razón de Bs. 2.50.- (dos bolivianos con cincuenta centavos) por día;
a Víctor Hugo Moreno Sotomayor, autor de los delitos de Incumplimiento de Deberes,
Negociaciones Incompatibles con Ejercicio de Funciones Públicas y Uso Indebido de Influencias,
previsto y sancionado por los arts. 154, 150 y 146 del CP, estableciendo la pena de dos años de
privación de libertad, más cien días multa, esto a razón de Bs. 2.- (dos bolivianos) por día siendo
concedido el beneficio de perdón judicial; a Tomas López Villarte, autor de la comisión de los
delitos de Incumplimiento de Deberes, Conducta Antieconómica y Uso Indebido de Influencias,
tipificados por los arts. 154, 224 y 146 del CP, imponiendo la pena de seis años de reclusión, más
trescientos días multa, esto a razón de Bs. 2.50.- (dos bolivianos con cincuenta centavos) por
día; a Patricia Katherine Jaldin Jallaza, autora de los delitos de Incumplimiento de Deberes y
Conducta Antieconómica, previstos y sancionados por los arts. 154 y 224 del CP, estableciendo
la pena de cuatro años de privación de libertad.

b) Contra la mencionada Sentencia, los acusados Patricia Katherine Jaldín Jallaza (fs. 1161
a 1177 vta.), Alberto Luis Aguilar Calle (fs. 1179 a 1197 vta.), Tomás López Villarte (fs. 1212 a
1230 vta.) y Víctor Hugo Moreno Sotomayor (fs. 1244 a 1259 vta.), interpusieron recursos de
apelación restringida, que fueron resueltos por el Auto de Vista 24/2015 de 12 de noviembre,
pronunciado por la Sala Penal Segunda del Tribunal Departamental de Justicia de Oruro, que
declaró improcedentes los citados recursos y confirmó la Sentencia apelada, motivando la
interposición de los recursos de casación sujetos a análisis.

I.1.1. Motivos de los recursos de casación.

De los memoriales de recurso de casación y del Auto Supremo 885/2016-RA de 14 de noviembre,


se extraen los siguientes motivos a ser analizados en la presente Resolución, conforme al
mandato establecido en los arts. 398 del Código de Procedimiento Penal (CPP) y 17 de la Ley del
Órgano Judicial (LOJ).

I.1.2. Del recurso de casación planteado por Alberto Luis Aguilar Calle.

1) El recurrente denuncia que la Sentencia contiene una fundamentación insuficiente,


porque omite considerar los fundamentos de la defensa técnica del imputado expuesta durante
el juicio oral, previstos por el art. 370 inc. 5) del CPP, vulnerando el derecho a la defensa,
consagrado por los arts. 117.I y 119.II de la Constitución Política del Estado (CPE) y de la garantía
del debido proceso, consagrada por el art. 115.II. de la CPE, previa la ampulosa transcripción de
los antecedentes del recurso de apelación restringida, arguye que el Tribunal de alzada afirmó
sin ninguna justificación racional y lógica que sus fundamentaciones de defensa técnica (inicial
y conclusiva) no tuvieron relevancia, porque las pruebas hubieran sido valoradas, estableciendo
un implícita referencia a sus fundamentos de su defensa técnica y afirma que esa no era la
temática denunciada, sino otra que no fue expresado. Invoca como precedentes contradictorios,
los Autos Supremos 5 de 26 de enero de 2007 y 183 de 6 de febrero de 2007.
2) Acusa fundamentación insuficiente de la Sentencia impugnada, a través del recurso de
apelación restringida, prevista por el art. 370 inc. 5) del CPP, vulnerando la garantía del debido
proceso en su vertiente del derecho a una Resolución fundamentada con la conculcación del art.
115.II. de la CPE, con relación al art. 169 inc. 3) del CPP, denunciados como defecto absoluto e
inconvalidable, una vez transcrito los antecedentes del recurso de apelación, refiere que en Auto
de Vista impugnado no ejercitó ninguna mención sobre este elemento impugnatorio de la
apelación restringida, sencillamente no hay el mínimo pronunciamiento con relación a este
tópico, omisión insalvable que indudablemente deviene en defectuosa. Invoca como
precedentes los Autos Supremos 437 de 24 de agosto de 2007 y 5 de 26 de enero de 2007.

3) Reclama defecto de Sentencia, previsto por el art. 370 incs. 5) y 6) del CPP, por contener
una fundamentación insuficiente porque omite un criterio de valoración de los jueces técnicos
y jueces ciudadanos con relación a la prueba documental y la prueba testifical de cargo por una
defectuosa valoración de la prueba; y, ausencia de valoración de prueba, vulnerándose el
derecho a la defensa, consagrado por el art. 119.II. de la CPE y de la garantía del debido proceso,
preceptuada por el art. 115.II. de la CPE, previa relación de la apelación restringida, sostiene que
el Tribunal de alzada no hace fundamentación alguna con relación a este defecto, se limita a
sostener en el segundo párrafo del “…II.3 Fundamentos de la presente resolución…” que los
jueces hubieran expresado su razonamiento con relación a las pruebas, aplicando las reglas de
la sana crítica; asimismo, se limitaron a señalar que sus argumentos no cuentan con sustento
legal y jurídico, no ejercitaron el más elemental fundamento con relación a los tópicos que
integralmente fueron denunciados. Invoca como precedentes, los Autos Supremos 5 de 26 de
enero de 2007 y 183 de 6 de febrero de 2007.

4) Denuncia la errónea aplicación de la ley sustantiva en lo vinculante a la fijación de la


pena, prevista por el art. 370 inc. 1) del CPP, previa transcripción de los antecedentes de la
apelación restringida, sostiene que el Tribunal de alzada convalidó los defectos del Tribunal de
juicio, porque en el tópico fundamentos de su Resolución (apreciación conjunta de la prueba
esencial producida), describe sus generales de ley, más no su personalidad y menos los datos
vinculados a una individualización de su persona, reiterando que no es cuestión de describir las
generales de ley del imputado, que la norma tiene otro sentido; asimismo, refirió que
lamentablemente, más allá de la copia casi integral de la Sentencia y de los fundamentos de
apelación restringida, no dieron respuesta cabal y jurídicamente fundamentada a todos los
aspectos reclamados en lo vinculante al procedimiento que el Tribunal de Sentencia ejerció para
determinar el quantum de la pena, reiterando que no es un tema de parámetros entre el mínimo
y el máximo de la pena de los delitos sino más bien, de establecer como el Tribunal demostró
que su razonamiento fue lógico, coherente y dentro del marco de dosimetría penal y aplicación
correcta de las exigencias de los arts. 37 y 38 del CP y que no se estableció fundamentación
sobre el mismo. Invoca los Autos Supremos 99 de 24 de marzo de 2005 y 507 de 11 de octubre
de 2007.

I.1.3. Del recurso de casación de Tomás López Villarte.


1) El recurrente denuncia que la Sentencia contiene una fundamentación insuficiente,
porque omite considerar los fundamentos de la defensa técnica del imputado expuesta durante
el juicio oral, prevista por el art. 370 inc. 5) del CPP, vulnerando el derecho a la defensa,
consagrado por los arts. 117.I. y 119.II. de la CPE y de la garantía del debido proceso,
preceptuada por el art. 115.II. por la constitución referida, transcrito el recurso de apelación
restringida, arguye que el Tribunal de alzada agregó dos componentes sin sentido y explicación,
que no es necesario incorporar los fundamentos de la defensa técnica y material del imputado,
porque las pruebas están valoradas y asumiendo que la defensa técnica y material del imputado
no puso en dudas las acusaciones públicas; y, particulares (estas últimas ni mencionadas en la
Sentencia y menos conocidas por el Auto de Vista). Finalmente, refiere que estos agravios fueron
convalidados por el Tribunal de alzada con razonamientos que falta de lógica, claridad y
coherencia. Invoca como precedentes, los Autos Supremos 5 de 26 de enero de 2007 y 183 de
6 de febrero de 2007.

2) Reclama la errónea aplicación de los arts. 154, primer párrafo del 224 y 146 del CP,
incurriendo en defecto de Sentencia inserto en el art. 370 inc. 1) del CPP, por haberlo condenado
en base a una norma abrogada, como sería el inc. c) del D.S. Nº 27230, que a decir del recurrente
habría sido abrogada por el de DS 29190 de 11 de julio, por lo que a criterio del recurrente este
motivo habría sido indebidamente declarado improcedente, con el argumento de que el hecho
acusado no versa en el fondo sobre disposiciones abrogadas, sino el proceso de caso de autos
versaría sobre los delitos de Incumplimiento de Deberes, Conducta Antieconómica y Uso
Indebido de Influencias, tipificados y sancionados por los arts. 154, 224 y primer párrafo del art.
146 del CP, puntualizó que su participación en el presunto hecho esta estrictamente vinculado
al incumplimiento de aquella norma administrativa, es decir, el inc. c) del art. 3 del Decreto
Supremo 27238, cuando en los hechos, esa disposición estaba vigente hasta el 11 de julio de
2007, que fue la base de su condena, porque de esa norma abrogada se pronunció la Resolución
Administrativa 219/2008 de 26 de diciembre, se desprendió su presunta responsabilidad penal.
Invoca el Auto Supremo 329 de 29 de agosto de 2006.

3) Acusa fundamentación insuficiente de la Sentencia impugnada, prevista por el art. 370


inc. 5) del CPP, vulnerando la garantía del debido proceso en su vertiente del derecho a una
Resolución fundamentada, con la conculcación del art. 115.II. de la CPE, con relación al art. 169
inc. 3) del CPP, por defectos absolutos; previa redacción del recurso de apelación, refirió que el
Auto de Vista recurrido ni siquiera hace un análisis de la subsunción en los términos impugnados,
más bien se limitaron a declarar de manera convalidatoría que, el Tribunal de Sentencia
estableció la comisión de los hechos punibles, una actuación con pleno dolo (lo que no podría
concurrir en el delito de incumplimiento de deberes). Invoca como precedentes, Autos
Supremos 437 de 24 de agosto de 2007, 5 de 26 de enero de 2007 y 4/2013 de 31 de enero.

4) Finalmente, denuncia la errónea aplicación de la ley sustantiva en lo vinculante a la


fijación de la pena, previsto por el art. 370 inc. 1) del CPP, redactado la apelación restringida,
sostiene que el Tribunal de alzada convalidó los defectos del Tribunal de juicio, porque en el
tópico fundamentos de su Resolución (apreciación conjunta de la prueba esencial producida),
describe sus generales de ley, más no su personalidad y menos los datos vinculados a una
individualización de su persona, reiterando que no es cuestión de describir las generales de ley
del imputado, que la norma tiene otro sentido; de igual forma, refirió que el Tribunal habría
cumplido con su obligación de fundamentar señalando que existe pena razonable, para concluir
en seis años de presidio, no resulta en absoluto justo que se haya generado el criterio de “pena
razonable, sin explicación alguna de cómo se llegó a ese quantum; asimismo, refirió que
lamentablemente, más allá de la copia casi integral de la Sentencia y de los fundamentos de
apelación restringida, no dieron respuesta cabal y jurídicamente fundamentada a todos los
aspectos reclamados en lo vinculante al procedimiento que el Tribunal de Sentencia ejerció para
determinar el quantum de la pena, reiterando que no es un tema de parámetros entre el mínimo
y el máximo de la pena de los delitos sino más bien, de establecer como el Tribunal demostró
que su razonamiento fue lógico, coherente y dentro del marco de dosimetría penal y aplicación
correcta de las exigencias de los arts. 37 y 38 del CP, para alcanzar ese quantum de la pena y que
no se estableció fundamentación del mismo. Invoca como precedentes contradictorios, los
Autos Supremos 99 de 24 de marzo de 2005 y 507 de 11 de octubre de 2007.

I.1.4. Del recurso de casación de Patricia Katherine Jaldín Jallaza.

1) Denuncia una causal sobreviniente que el Auto de Vista impugnado no cuenta con una
debida fundamentación; aspecto que, provoca la inobservancia del art. 124 del CPP y constituye
defecto absoluto, previsto en el art. 169 inc. 3) de la Ley 1970; arguyendo que la Resolución que
ahora impugna, no ha dado respuesta de manera objetiva su postulación recursiva en torno a
cada uno de los agravios expresados, limitando en su accionar a una transcripción integral de
los recursos de apelación restringida interpuestos y a extractar partes de la Sentencia
impugnada, para luego concluir que el fallo impugnado era correctamente pronunciado y los
agravios expuestos no tienen sustento legal. Invoca los Autos Supremos 207/2007 de 28 de
marzo y 144/2013 de 28 de mayo.

2) Acusa que el Auto de Vista impugnado convalida la errónea aplicación de la ley


sustantiva de los arts. 154 y 224 del CP (tipicidad), denunciada en el recurso de apelación
restringida, por defecto de Sentencia que se encuentra previsto en el art. 370 inc. 1) del CPP;
por un lado, previa relación del recurso de apelación restringida referido al delito de
Incumplimiento de Deberes, refiere que el Auto de Vista recurrido no expone ningún análisis de
sus alegatos, limitándose a señalar que la lectura de la Sentencia y su posterior transcripción en
el Auto de Vista, demostraría el encuadre en la comisión del delito de Incumplimiento de
Deberes, porque en su condición de Directora Administrativa Financiera de la ex Prefectura del
Departamento de Oruro, no había observado las normas básicas del Sistema de Contabilidad
Integrada y con ello efectuado el pago de montos de dinero sin cumplir con la normativa que
regula los procesos de contratación, lo que significaría la comisión del delito, previsto en el art.
154 del CP, por lo que el Auto de Vista incurre en la misma observación de no establecer con
precisión que deber habría incumplido. Por otro lado, luego de la transcripción de la relación del
recurso de apelación restringida referido al delito de Conducta Antieconómica, señala que el
Auto de Vista impugnado se limitó a señalar que su persona tenía la obligación de rendir cuentas
sobre los fondos de avance entregados; aspecto que, no resulta siendo real porque en merito a
la Resolución Prefectural 285/03, la obligación de rendir cuentas correspondía a los
responsables designados para su manejo y no precisamente su persona; empero, más allá de
ello no realizaron ningún análisis jurídico de los elementos constitutivos del tipo penal en
análisis, convalidando la Sentencia. Invoca los Autos Supremos 431 de 11 de octubre de 2006,
329 de 29 agosto de 2006, 315 de 25 de agosto de 2006 y 67 de 27 de enero de 2006.

3) La recurrente reclama que el Auto de Vista impugnado convalida una Sentencia


insuficientemente fundamentada; aspecto que, provoca la inobservancia del art. 124 del CPP,
por defecto de Sentencia que se encuentra, previsto en el inc. 5) del art. 370 del CPP y constituye
defecto absoluto, previsto en el art. 169 inc. 3) de la Ley 1970, refiriendo que la Sentencia
condenatoria pronunciada en su contra, carecería de una adecuada fundamentación probatoria
intelectiva en torno al valor otorgado a los medios de prueba, que el Tribunal de alzada convalidó
porque se limitó a transcribir su fundamento impugnatorio para luego agregar que la Sentencia
contaría con una debida fundamentación, valiéndose de una transcripción de la decisión final
consignado de manera generalizada nuevamente los códigos de las pruebas documentales y la
lista de testigos de cargo como de descargo. Por lo que, se estaría afectando el debido proceso
en su vertiente del derecho a la Resolución fundamentada, conculcándose el art. 115.II, 117.II.
y 119 de la CPE. Invoca como precedente contradictorio el Auto Supremo 724 de 26 de
noviembre de 2004.

4) Denuncia que el Auto de Vista impugnado convalida una Sentencia insuficientemente


fundamentada en lo referente a la imposición de la pena, provocando con ello la inobservancia
del art. 124 del CPP y constituye defecto absoluto, previsto en el art. 169 inc. 3) de la Ley 1970,
previa relación del recurso de apelación, argumentó que el Tribunal de alzada se limitó a señalar
los límites mínimos y máximos de los delitos acusados, (Incumplimiento de Deberes y Conducta
Antieconómica), para concluir manifestando que los cuatro años impuestos se encontrarían
dentro de los límites de aquellas normas sustantivas y sostiene que el cuestionamiento jamás
fue de haberse extralimitado aquella determinación normativa en cuanto a los mínimos o
máximos, sino que la fundamentación de la Sentencia en lo referente a la pena no había
considerado las normas legales previstas en los arts. 37 y 38 del CP. Por lo que, constituye un
defecto absoluto que conculca el derecho al debido proceso en su vertiente de fundamentación
de las resoluciones judiciales. Invoca precedentes contradictorios, los Autos Supremos 50 de 27
de enero de 2007, 99 de 24 de marzo de 2005 y 14 de 26 de enero de 2007.

I.1.2. Petitorios.

Los recurrentes solicitan se declare procedente sus recursos planteados y se deje sin efecto el
Auto de Vista impugnado, disponiéndose se emita otra resolución en el marco de la doctrina
legal aplicable y con las exigencias legales previstas por ley.

I.2. Admisión de los recursos.


Mediante Auto Supremo 885/2016-RA de 14 de noviembre, cursante de fs. 3640 a 3645 vta.,
este Tribunal admitió los recursos formulados por Alberto Luis Aguilar Calle, Tomás López
Villarte y Patricia Katherine Jaldín Jallaza, para su análisis de fondo.

II. ACTUACIONES PROCESALES VINCULADAS AL RECURSO

De la atenta revisión de los antecedentes venidos en casación, se establece lo siguiente:

II.1. De la Sentencia.

Por Sentencia 12/2014 de 13 de agosto, el Tribunal Segundo de Sentencia del Tribunal


Departamental de Justicia de Oruro, declaró a Alberto Luis Aguilar Calle, culpable de la comisión
de los delitos de Incumplimiento de Deberes, Conducta Antieconómica, Uso Indebido de
Influencias y Contratos Lesivos al Estado previstos en los arts. 154, 224 párrafo primero, 146 y
221 párrafo primero del CP, condenándolo a la pena privativa de libertad de seis años y diez
meses de presidio más cuatrocientos días multa a Bs. 2,50 por día. A Víctor Hugo Moreno
Sotomayor, culpable de la comisión de los delitos de Incumplimiento de Deberes, Negociaciones
Incompatibles con el Ejercicio de Funciones Públicas y Uso indebido de Influencias, previstos en
los arts. 154, 150 y 146 del CP condenándolo a la pena privativa de libertad de dos años de
presidio, mas cien días multa a Bs. 2 por día siendo beneficiado con el perdón judicial. A Tomas
Lopez Villarte, autor de los delitos de Incumplimiento de Deberes, Conducta Antieconómica y
Uso Indebido de Influencias, previstos en los arts. 154, 224 párrafo primero y 146 del CP,
condenándolo a la pena privativa de libertad de seis años de presidio, mas trescientos días
multa, a Bs. 2.50 por día. A Patricia Katherine Jaldin Jallaza, autora de la comisión de los delitos
de Incumplimiento de Deberes y Conducta Antieconómica previstos por los arts. 154 y 224
párrafo primero del CP condenándola a la pena privativa de libertad de cuatro años de reclusión.

Fallo que entre sus conclusiones señala que:

Con relación a la conducta del acusado Alberto Luis Aguilar Calle, en la función de Prefecto y
Comandante del Departamento de Oruro y de acuerdo a los datos y prueba producida en juicio
(documentales, testificales y periciales), establece que como primer funcionario público del
departamento incumplió sus deberes, que se deducen como conductas no acordes al ejercicio
de una función, sino que constituyen delitos subsumiéndose en el delito de Incumplimiento de
Deberes previsto en el art. 154 del CP; en cuanto, al delito de Conducta Antieconómica
contenido en el primer párrafo del art. 224 del CP, que tiene como verbo rector el ejercicio de
la función pública, como el hecho de causar en la administración de esa función, daños al
patrimonio de ellas o a los intereses del Estado, habiéndose establecido que de las acciones
ejercitadas a lo largo del tiempo que ejerció el cargo de Prefecto del Departamento de Oruro
no cumplió con el deber de cuidado en el ejercicio del cargo; por cuanto, si bien tenia las
facultades inherentes al mismo, con la conducta demostrada en la suscripción de los contratos
omitió deliberadamente normativa que regula los procesos de contratación en las
adjudicaciones a las empresas E&R Organización y Eventos de Elizabeth Rengel Retamoso,
SUKINI DEIGN y la Asociación Internacional de Profesionales en Puertos y Costas (AIPPYC), más
cuando en el momento de la suscripción del contrato con la empresa PROINTEC S.A. no se
contaba con el presupuesto inscrito, menos para cubrir el anticipo de 20%, por estas razones y
acciones ejercitadas en la forma de entregar sumas de dinero, sin cumplir las normas legales
previstas y establecidas para la suscripción de contratos, ha causado un daño económico
irreparable, entregándose dinero que le correspondía a la entonces Prefectura del
departamento de Oruro, acciones tendientes al daño del patrimonio de la institución del Estado,
que se subsumen en el delito de Conducta Antieconómica, estableciéndose que con la conducta
demostrada por el acusado causó daño a los intereses del Estado por un total de Bs. 277.277,
conductas que reitera se traducen en los correspondientes pagos efectuados a la empresa E&R
Organización y Eventos de Elizabeth Rengel Retamoso, SUKINI DEIGN y la Asociación
Internacional de Profesionales de Puertos y Costas, inclusive respecto al contrato con PROINTEC
y al presente se advierte la inexistencia de productos y resultados de las consultorías
observadas, tampoco la consolidación de un Puerto Seco que dé servicio a Oruro y la región; al
mencionado acusado también se le endilgó el delito de Uso Indebido de Influencias previsto en
el art. 146 del CP, ya que aprovechando la condición de Máxima Autoridad Ejecutiva de la
prefectura de Oruro de entonces, obtuvo beneficios a favor de terceros; por cuanto, Franklin
Dúran Ruiz Vicepresidente de la Asociación Boliviana de Marinos y Mercantes afines ABOMMA
con quien suscribió un acuerdo, es también la persona clave de la empresa PROINTEC S.A.; por
otro lado, suscribe un contrato de servicios con Frank Cesar Ibañez Canedo sin que sea
dependiente de SUKINI DESIGN según refirió la propietaria Marianela Paredes, por lo que el
acusado habría incurrido como funcionario público en efectivizar actos tendientes a favorecer a
terceras personas en su calidad de Prefecto, que le permitía influenciar en el personal
administrativo bajo su dependencia, en esas circunstancias al suscribir contratos e inobservar la
intervención de personas que legalmente no representaban a las empresas, actos que el
Tribunal a quo encontró demostrados subsumiendo en el delito indicado; adicionalmente
encuentra que el mencionado acusado subsume su conducta en la comisión del delito de
Contratos Lesivos al Estado previsto en la primera parte del art. 221 del CP, que entre sus
elementos constitutivos prevé la celebración de contratos por parte de un funcionario público,
que en el presente caso el entonces Prefecto suscribió contrato con la Asociación Internacional
de Profesionales de Puertos y Costas (AIPPYC) para la realización de un Estudio de Localización
del Puerto Seco de Oruro posteriormente a sabiendas de la vigencia de este contrato, suscribe
otro contrato con la empresa PROINTEC S.A. que también se refiere al Estudio de Localización
del Puerto Seco de Oruro; en consecuencia, Alberto Luis Aguilar Calle realizó la contratación; y
consiguientemente, pagó por un trabajo de consultoría similar, ocasionando daño económico a
la Prefectura de Oruro de entonces, hoy Gobierno Autónomo Departamental de Oruro, otra
circunstancia es la suscripción del contrato con SUKINI DESIGN sin que esta Consultora haya
dado productos o resultados, más aun cuando el proyecto fue observado en tres oportunidades
y al presente fue rescindido, procediéndose a la ejecución de las boletas de garantía, delitos que
en su consolidación se realizaron con dolo.

Respecto al acusado Víctor Hugo Moreno Sotomayor, en relación al delito de Incumplimiento


de Deberes previsto en el art. 154 del CP, el acusado se encontraba en un cargo público,
incurriendo en omisión de no cumplir ciertas reglas previstas específicas para el manejo
administrativo y económico y la forma de presentar descargos sobre el manejo de los recursos
económicos, responsabilidad ineludible, cuyo incumplimiento en la función implica asumir la
responsabilidad y responder las exigencias sancionatorias previstas por ley y normas internas
de la institución, constituyendo que son conductas no acordes al ejercicio de una función y
deviene la sanción penal cuando de por medio no se cumplió el fin para lo cual fue encomendado
las tareas inherentes para fines propuestos, como la entrega de recursos económicos que tenía
por finalidad de proyectar el Proyecto Puerto Seco de Oruro, afirmando que el acusado en su
condición de encargado del Proyecto ha omitido su deber de cumplir con las normas respecto
a la disposición de los recursos del Estado, que al encontrarse en ejercicio de la función pública
su conducta se subsume en la comisión del delito señalado. Sobre el delito de Uso Indebido de
Influencias, previsto en el art. 146 del CP, considerando las fechas en que se realizó los
desembolsos para la realización de los diferentes hechos que se sucedieron a su turno, como es
el hecho de influenciar para obtener recursos económicos sin cumplir previamente los requisitos
legales, para su manejo así como disponer recursos económicos, sin una planificación debida,
resulta una conducta no adecuada, habiéndose probado que el acusado aprovechando su
condición de Encargado del Proyecto Oruro Puerto Seco, ha obtenido beneficios económicos
indebidamente a favor de terceros y suyo propio, asimismo incurrió en el delito de
Negociaciones Incompatibles con el Ejercicio de Funciones Públicas previsto en el art. 150 del
CP, ya que aparte de no cumplir debidamente con las normas reglamentarias, no obtuvo
beneficios en razón del cargo a favor de terceros porque al tener relación principalmente con
las empresas E&R y SUKINI DESIGN con quienes realizó actividades, erogando en ellas gastos
económicos, realizó el desembolso de recursos económicos con fines de efectuar negociaciones
incompatibles, subsumiéndose en el delito señalado, ilícitos que tienen como componente el
dolo.

Sobre el acusado Tomas López Villarte, se le atribuye la comisión del delito de Incumplimiento
de Deberes, habiéndose probado que actuó en detrimento de los intereses del Estado, conforme
a las sumas de dineros que fueron desembolsadas por la Prefectura del departamento de Oruro,
la suscripción del contrato con PROINTEC, cuyo proceso y consiguiente adjudicación incumplió
plenamente normativa al efecto; puesto que, en su calidad de Autoridad Responsable del
Proceso de Contratación (ARPC), soslayó las exigencias básicas legales, no existiendo el producto
o resultados de todo un proceso de contratación como es el “Estudio Oruro Puerto Seco”; en
consecuencia, las acciones y la conducta asumida se subsumen en el delito señalado; en cuanto,
a la comisión del delito de Conducta Antieconómica, el acusado en el cargo de Secretario
General de la ex Prefectura del departamento de Oruro (funcionario público) participó
activamente en el proceso de Licitación Pública Nacional No. A-013/208 –Convocatoria del
Proyecto a diseño final: “Estudio Oruro Puerto Seco” que luego de los pasos y observaciones se
adjudica en la citada convocatoria a la empresa Grupo PROINTEC S.A. por el precio de Bs.
10.379.899,40 en un plazo de ejecución de trecientos días calendario, circunstancia que
establece la suscripción de un contrato que fue consolidado, es una forma de actuar, en contra
de los intereses de la ex Prefectura de Oruro, porque si bien se logra suscribir un contrato; sin
embargo, al haberse dispuesto recursos económicos, llegando a consolidar un contrato con la
empresa PROINTEC S.A. inclusive sin contar con el presupuesto inscrito, menos para cubrir el
anticipo del 20%, acciones ejercitadas así como el entregar sumas de dinero, sin cumplir las
normas legales previstas para la suscripción de contratos, ocasionaron un daño económico
irreparable en la suma entregada a la empresa, aspectos que denotan que la conducta asumida
por el Ex Secretario General de la Prefectura de Oruro se subsume al delito señalado. Asimismo,
fue acusado por el delito de Uso Indebido de Influencias, al haberse demostrado que
cumpliendo las funciones de Autoridad Responsable del Proceso de Contratación (ARPC) emitió
la Resolución Administrativa 17/2009 de 5 de febrero de 2009, anulando la presentación de
propuestas inclusive la Resolución Administrativa 10/2009 que corresponde a la designación de
la Comisión de Calificación que al efecto del inc. f del art. 14 del DS 20190 indica que la (ARPC)
podría cancelar, anular o suspender el proceso de contracción en base a la justificación técnica
y legal de los informes de la Comisión de Calificación, la nulidad opera hasta el vicio más antiguo
del proceso de contratación, el cual debe estar descrito en los informes referidos, lo que no
ocurrió en el presente caso, porque al emitir la citada resolución administrativa amplió el plazo
de presentación de propuestas, incumpliendo la referida norma, yendo más allá, porque la
Resolución Administrativa 021/2009 designa nueva Comisión de Calificación, sin un justificativo
valedero y sin base en la normativa vigente, otra irregularidad, es permitir la participación en
este proceso de personas que se encontraban a contrato de plazo, como Walter Apaza Paton
en condición de Presidente, quien fue contratado con una serie de irregularidades,
advirtiéndose el ánimo de favorecer de parte del acusado a la empresa PROINTEC S.A. en
vulneración de las normas que regulan la forma de tramitación de un proceso de licitación
pública que deben ser transparentes, circunstancia que no se ha suscitado en el caso presente,
concluyendo que concurren los elementos abstractos descritos en sumun del delito nombrado,
afirmando que respecto a los delitos acusados se efectivizaron con dolo.

Respecto a la acusada Patricia Katherine Jaldin Jallaza, señala que se demostró que fue
funcionaria de la ex Prefectura del Departamento de Oruro, ejerció las funciones como Directora
Administrativa y Financiera, desde el 20 de marzo de 2006 hasta el 2 de noviembre de 2009,
habiendo autorizado y posibilitado los pagos y el registro de descargos correspondiente a los
desembolsos, bajo la modalidad de fondos en avance a Víctor Hugo Moreno Sotomayor, es así
que indica que el 25 de agosto de 2006 se entrega la suma de Bs. 99.500, según la nota de débito
1651 firmada por la imputada y el recibo de pago 24872 de la misma fecha, emitida por el área
de tesorería, así como se puede corroborar del cheque 364, bajo la Certificación Presupuestaria
No. 5204/06, monto antes referido, fue obtenido de las partidas presupuestarias de gasto
“25500 Publicidad” y “46200 para la construcción de bienes de dominio público” y no así de
partida presupuestaria “25800 estudios e investigaciones para proyectos de inversión no
capitalizables”, la suma que corresponde a gastos por servicios por terceros contratados para
la realización de estudios, investigaciones y otras actividades técnico profesionales, cumpliendo
la normativa vigente, formando parte de proyectos de inversión relacionados con el
fortalecimiento institucional, medio ambiente, educación, salud, asistencia social y otros, que
no concretan en la generación de activos reales, partida que debe presupuestarse en proyectos
no capitalizables, que constituye una irregularidad. Añaden que el 25 de septiembre de 2006, se
hizo entrega de 91000 a Daysi Quispe Baptista bajo la modalidad de fondos de avance, cantidad
destinada a la “Socialización del Proyecto Oruro Puerto Seco” monto entregado al imputado
Víctor Hugo Moreno Sotomayor suma dispuesta mediante la nota de débito 1858,
desembolsado a través del recibo 25891 del Área de Tesorería de Daysi Quispe Bautista de 25
de septiembre de 2006 con cheque 580 por un importe de Bs. 91000 la misma que adjunta la
certificación presupuestaria 5768/06 emitida para el desembolso de fondos en avance, obtenida
de la partida presupuestaria de gasto 46200 para la construcción de bienes de dominio público,
por otro lado añaden que mediante el comprobante de ejecución presupuestaria 702 de 12 de
febrero de 2007 por un importe de Bs. 9.8000, por el pago devengado C-31 No. 6734 para el
estudio de localización del Puerto Seco de Oruro, monto que fue cancelado a través del recibo
de pago 29608, emitida por el Área de Tesorería de 13 de febrero de 2007 a favor de Álvaro
Omar Landa Duran, por un total de 9.8000, con número de cheque 1198629-6, la Certificación
Presupuestaria 1407/07 y el comprobante de contabilidad 287 firmado por la imputada Patricia
Jaldin; por cuanto, los descargos respecto a los montos referidos, consideran que no cumplen
con la veracidad coherencia y sobretodo legalidad en la documentación causando y un daño
económico al estado por la inexistencia de productos o resultados de las consultorías observadas
y en el uso indebido de recursos al permitir el pago de gastos extrapresupuestarios beneficiando
de esta forma a terceras personas en gastos de consumo en restaurantes, hostales y pago de
peajes aéreos entre otros. Irregularidades que indica vulnera el art. 32 (Contratación menor por
comparación de precios) del DS 27328 de 31 de enero de 2004 y el incumplimiento de las
Normas Básicas del Sistema de Contabilidad Integrada aprobada mediante Resolución Suprema
222957 de 4 de marzo de 2005, añadiendo que la entrega de los montos señalados sin que exista
contratos firmados con la empresa de servicio responsabilidad que recae en la indicada acusada;
por cuanto, ha facilitado el pago de montos en sumas de dinero, sin cumplir la normativa que
regula los procesos de contratación en las adjudicaciones a las Empresas E&R Organización y
Eventos de Elizabeth Rengel Retamoso, SUKINI DESGN y a la Asociación Internacional de
Profesionales de Puertos y Costas (AIPPYC), más cuando en el momento de la suscripción del
contrato con la empresa PROINTEC S.A., no se contaba con el presupuesto inscrito ni siquiera
para cubrir el anticipo del 20%, hechos en los que – indica - participó la acusada subsumiendo
su conducta en un Incumplimiento de Deberes, considerando que los actos en los que incurrió
los efectivizó siendo funcionaria pública, también fue acusada por el delito de Conducta
Antieconómica a raíz de los pagos efectuados a las empresas E&R Organización y Eventos
Profesionales de Puertos y Costas (AIPPYC) e inclusive el contrato con PROINTEC S.A. y demás
antecedentes señalados, es evidente el control efectivo que debió ejercitar en el manejo
económico y los desembolsos de la cantidad de dinero que fue autorizado para el pago de los
mismos, habiendo demostrado una actitud dolosa.

Adicionalmente, bajo otro acápite el Tribunal a quo se refirió a la fijación de la pena, señalando
que en observancia de los arts. 37 y 39 del CP, se argumenta y justifica la pena a imponer,
indicando al efecto que el acusado Alberto Luis Aguilar Calle es autor de los delitos de
Incumplimiento de Deberes, Conducta Antieconómica, Uso Indebido de Influencias y Contratos
Lesivos al Estado, previstos y sancionados por los arts. 154, 224 párrafo primero, 146 y 221
párrafo primero del CP, que tomando en cuenta los antecedentes de la prueba de descargo,
afirman que se tiene como circunstancias inherentes a la sanción a imponerse, el hecho de que
el señalado acusado ha actuado de forma absolutamente dolosa; por cuanto, incumplió varias
normas legales cuando era funcionario público y si bien no tiene antecedentes penales y
judiciales, se tomó en cuenta que para la comisión de los delitos probados lo hizo como autor
directo y considerando la personalidad del acusado, se decidió por unanimidad de votos
imponerle la pena de 6 (seis) años y 10 (diez) meses de presidio, imposición, dice permitido
dentro de los límites de la ley, más días multa.

En cuanto al acusado Víctor Hugo Moreno Sotomayor, autor de los delitos de Incumplimiento
de Deberes, Negociaciones Incompatibles con el Ejercicio de Funciones Públicas y Uso Indebido
de Influencias previstos por los arts. 154, 150 y 146 del CP, a efectos de determinar una
imposición acorde con la personalidad del acusado, considera que sus actos fueron
efectivizados absolutamente con dolo, que incumplió varias normas legales, cuando era
funcionario público y si no tienen antecedentes penales y judiciales, se consideró que para la
comisión de los delitos probados lo hizo como autor directo, teniendo presente que solo fue un
funcionario que no ejercía un cargo de decisión, sino un cargo en el que debía obediencia a
ciertos mandos superiores; consecuentemente, de acuerdo a la personalidad del acusado se
decidió por unanimidad imponerle la pena de dos años de presidio más días multa y
considerando que la pena impuesta no excede de dos años y de los antecedentes se le concedió
el perdón judicial.

Al acusado Tomas López Villarte, autor de los delitos de Incumplimiento de Deberes, Conducta
Antieconómica y Uso Indebido de Influencias tipificados y sancionados por los arts. 154, 224
párrafo primero y 146 del CP, indica que de los antecedentes se tiene que este acusado tuvo
una participación activa y su actuar fue absolutamente con dolo, porque incumplió varias
normas legales, cuando era funcionario público y si bien no tiene antecedentes penales y
judiciales el hecho juzgado y sus componentes determinaron imponer una pena razonable
considerando la personalidad del acusado por unanimidad acordaron imponerle la pena de seis
meses de presidio más días multa.

Finalmente, con relación a la acusada Patricia Katherine Jaldin Jallaza se la declara autora de los
delitos de Incumplimiento de Deberes y Conducta Antieconómica previstos en los arts. 154 y
224 párrafo primero del CP, imponiendo una condena privativa de libertad de cuatro años de
reclusión, en función a que la acusada actuó de forma dolosa, ya que siendo funcionaria pública
permitió que no se cumplan las normas legales inherentes a su función, circunstancia que
amerita que dada la función que cumplía la acusada, no observó el cumplimiento de las normas
legales y no efectuó un control necesario sobre los recursos económicos conforme correspondía.

II.2. De las apelaciones restringidas de los acusados.

Patricia Katherine Jaldin Jallaza, interpuso recurso de apelación restringida, señalando en


síntesis que la Sentencia incurre en errónea aplicación de los arts. 154 y primer párrafo del art.
224 del CP; en cuanto, a la subsunción de los hechos incurriendo en los defectos 1 y 5 del art.
370 del CP, con relación a los arts. 115.II y 117.1 de la Constitución Política del Estado (CPE) y los
arts. 124 y 169 inc. 3) del CPP.

En relación a la Sentencia, señala que se basó en una errónea aplicación de la ley sustantiva
prevista en el num 1 del art. 370 del CPP, por aplicación errónea del art. 47 de la Ley del Régimen
de la Coca y Sustancias Controladas, que no se dilucidó cuáles fueron la o las conductas que
configuran un deber previsto por ley, cuál fue incumplido ni su intervención en el
incumplimiento de acuerdos suscritos por la ex Prefectura del departamento de Oruro,
habiéndosele impuesto una condena sin especificar su participación dolosa atribuyéndole haber
autorizado y posibilitado pagos y el registro correspondiente de descargos de desembolsos bajo
la modalidad de fondos en avance y omitido verificar los descargos presentados por los montos
y a manifestados, sin que se haya descrito fácticamente que deber previsto por ley incumplió u
omitió cumplir; asimismo, la apelante indica que demostró que el personal técnico realizo el
control y observaciones en los descargos, resultando erróneo afirmar que tenga
responsabilidad, existiendo una inadecuada valoración probatoria y la subsunción no responde
al art. 154 del CP.

Añade que también existe una errónea aplicación de la ley sustantiva con relación al delito de
Conducta Antieconómica sancionado en la primera parte del art. 224 del CP; ya que no tenía
obligación de rendir cuentas por los fondos en avance entregados y los descargos demuestran
que los fines que tenían esos fondos en avance fueron cumplidos, por lo que fue indebidamente
condenada al no haberse establecido la totalidad de los elementos constitutivos de los tipos
penales endilgados, existiendo defecto absoluto que deviene en defecto de la Sentencia por
haberse vulnerado dice, el debido proceso. Agrega que existe insuficiente fundamentación de
la Sentencia, se inobservó el art. 124 del CPP, incurriendo en el defecto del inc. 5) del art. 370
del CPP, constituyendo un defecto absoluto previsto en el inc. 3) del art. 169 del CPP, ya que la
motivación es insuficiente porque extraña un análisis valorativo de los elementos de prueba ni
los hechos de su participación, manifestando que existe insuficiente fundamentación afectando
la garantía del debido proceso en su vertiente del derecho a la resolución fundamentada
conculcándose el art. 115.II de la CPE, con relación al inc. 3 del art. 169 del CPP; es así que,
advierte que se limitaron a transcribir los hechos descritos en la acusación pública, así como las
calificaciones legales, que el Tribunal a quo se restringió a una descripción de la prueba
documental de cargo, sin otorgar valor probatorio a las mismas contraviniendo el art. 173 del
CPP, observa el contenido de los acápites referidos a la prueba testifical y pericial, contenido y
de la defensa de los acusados, se trata de una transcripción casi íntegra del acta de registro de
juicio, además de la descripción de las pruebas documentales de los acusados, sin mayor
valoración probatoria efectuando un resumen de las declaraciones de los testigos de descargo
presentado en juicio, sin otorgárseles ningún valor probatorio, obviando realizar una valoración
de cada medio de prueba conforme el art. 173 del CPP, que al describirlos, se limitó a establecer
su existencia, prueba que a su criterio no demuestra su culpabilidad; por consiguiente, la
Sentencia carece de los requisitos básicos al no referir los elementos de juicio que indujeron
para sostener que haya cometido los delitos, siendo condenada en base a una fundamentación
genérica para establecer su responsabilidad penal, sin individualizar los elementos típicos de los
ilícitos acusados en infracción al debido proceso en su elemento de la motivación de las
resoluciones, más aun si estas imponen pena privativa de libertad que indica solo puede ser
válida en la medida en que se haya sustanciado un proceso legal; empero, en Sentencia no se
efectuó ningún análisis vinculado a los medios de prueba que acrediten que su conducta haya
sido demostrada en juicio y que se adecue a las exigencias normo tipológicas de los arts. 154 y
la primera parte del art. 224 del CP, observando que la Sentencia carece de una construcción
lógica vinculada al análisis de los elementos de convicción y su implicancia en los elementos
constitutivos de los tipos penales por los cuales fue condenada, carencia de fundamentación y
de valor otorgado a los medios de prueba hacen que la Sentencia sea ilegítima la Sentencia
incurriendo en el defecto contenido en el inc. 6) del art. 370 del CPP.

Manifiesta que ante la insuficiente fundamentación fáctica probatoria intelectiva y jurídica en


cuanto a la imposición de la pena, que provoca la inobservancia del art. 124 del CPP, incurre en
el defecto de Sentencia previsto en el inc. 5) del art. 370 del CPP, constituyendo un defecto
previsto en el inc. 3) del art. 169 del CPP; en ese sentido, señala que en acápite sobre fijación de
la pena en Sentencia se limita a determinar su condición de autor de los delitos de
Incumplimiento de Deberes y Conducta Antieconómica e imponerle una pena privativa de
libertad, sin que exista la fundamentación que permita inferir que se consideró los arts. 37, 38,
39 y 40 del CP, para la determinación judicial de la pena más allá de la existencia de agravantes
y atenuantes; indicando que existe dolo, aspectos de importancia para fundamentar la pena
para la tasación de la sanción o sanciones a imponer, extrañando la fundamentación de las
circunstancias del hecho, las condiciones en las que se encontraba a momento de la ejecución
del delito, condiciones personales de la acusada como de las personas ofendidas, soslayando el
ponderar que su persona, así como si es autor primario, la enunciación de dolo como agravante
de la pena sin indicar atenuantes de su personalidad y condiciones en que ocurrieron los hechos
y la ponderación de valores, observando una insuficiencia de la fundamentación de la pena,
incurriendo en una vulneración del debido proceso en su elemento de la motivación de las
resoluciones y en un defecto absoluto e insubsanable de acuerdo al inc. 3) del art. 169 e inc. 1)
del art. 370 del CPP, conforme a las exigencias del art. 124 del CPP.

Alberto Luis Aguilar Calle, interpuso recurso de apelación restringida, manifestando que la
Sentencia omite considerar los fundamentos de la defensa expuestas durante el juicio; indica
que contiene una fundamentación insuficiente con relación a los elementos constitutivos de los
tipo penales por los que fue condenado, existiendo una defectuosa valoración de la prueba
documental y testifical de descargo, además de una fundamentación insuficiente con relación a
la fundamentación de la pena, incurriendo en defectos insubsanables que han vulnerado el
debido proceso en la vertiente de la debida fundamentación.

Bajo esa perspectiva manifiesta que la Sentencia inobservó las normas procesales que derivaron
en defectos de la misma previstos en los incs. 1), 5) y 6) del art. 370 del CPP; por cuanto, respecto
a la causal 5 del art. 370 del CPP se vulneró el derecho a la defensa y del debido proceso al no
pronunciarse sobre los argumentos y fundamentos efectuados por su defensa técnica y
material, omitiendo fundamentar porqué las alegaciones de la defensa resultaron insuficientes
para absolverlo o en su caso de los tipos penales por los que fue condenado indebidamente,
extraña el razonamiento del juicio en el que estuvieron presentes el Ministerio Público y el
Gobierno Autónomo Departamental de Oruro, concluyendo que la Sentencia contiene una
fundamentación insuficiente incurriendo en un defecto absoluto establecido en el inc. 3) del art.
169 del CPP, además de una inobservancia al art. 124 del CPP, siendo imposible constatar el
acierto de la decisión porque la motivación es insuficiente, al ser condenado cuando en el
epígrafe referido a la subsunción describe únicamente hechos y no el proceso por el que
intelectivamente se comparan esos hechos con los elementos constitutivos de cada uno de los
tipos penales; consecuentemente, desde su perspectiva advierte que la Sentencia se encuentra
dentro de la causal 5 del art. 370 del CPP, porque extraña la subsunción, además de olvidar la
comparación de los hechos con los elementos constitutivos de cada tipo por lo que no hubo
subsunción. Adicionalmente, señala que la Sentencia incurre en las causales 5) y 6) del art. 370
del CPP, porque omite un criterio de valoración de los jueces de Sentencia y jueces ciudadanos
con relación a la prueba documental y la testifical de descargo, incurriendo en una defectuosa
valoración de la prueba en vulneración de derecho a la defensa y el debido proceso además del
art. 124 del CPP.
Afirma también, que existió errónea aplicación de la ley sustantiva en la fijación de la pena
incurriendo en la causal 1 del art. 370 del CPP, porque se indica que habría actuado de forma
dolosa, ignorando si se trata de dolo relativo, habiéndosele impuesto una pena por incumplir
normas sin establecerse que la sanción haya sido por algún daño económico al Estado, si el
incumplimiento de normas fue atenuante o agravante para la determinación del quantum de la
pena, si fue condenado por varios delitos; advirtiendo la falta de fundamentación en la
aplicación de los arts. 37 y 38 del CP, al no haberse hecho referencia a su personalidad; por
cuanto, no existe el criterio o fundamento del A quo ni menciono en la subsunción la conducta
de su persona con los elementos constitutivos de los tipos penales ignorando si tuviera la misma
dimensión ontológica, para configurar así el quantum de la pena, por lo que indica que no hay
un cumplimiento fundamentado del inc. 2) del art. 37 del CP, concluyendo que no existe
fundamentación tampoco de las condiciones en que su persona se encontraba en el momento
de la ejecución de los delitos, en vulneración sus derechos fundamentales, sin establecer cómo
alcanzaron la dimensión temporal de la Sentencia y bajo que parámetros de dosimetría penal,
bajo qué criterios, particularmente de los jueces ciudadanos, al no contener esto la Sentencia
afirma que incurrió en el defecto absoluto del inc. 3) del art. 169 del CPP.

Por su parte Tomas López Villarte, planteó recurso de alzada señalando que la Sentencia omitió
considerar los fundamentos de la defensa expuestos en juicio, contiene una errónea aplicación
de la ley sustantiva que se agrava con la incorporación equivocada de normas legales, contiene
una fundamentación insuficiente con relación a los elementos constitutivos de los tipos penales,
contiene una defectuosa valoración de la prueba documental y testifical de descargo, contiene
una fundamentación insuficiente con relación a la pena, defectos insubsanables en vulneración
del debido proceso, derecho a la defensa y el derecho del imputado a una resolución
fundamentada afectándose el principio procesal de transparencia. Señala que la Sentencia
contiene una fundamentación insuficiente porque omite considerar los fundamentos de la
declaración informativa, defensa técnica y material del imputado expuesta durante el juicio
incurriendo en la causal 5) del art. 370 del CPP, en vulneración del derecho a la defensa y el
debido proceso, afirmando que en la Sentencia no se tomaron en cuenta los argumentos de la
fundamentación de su parte, sustentadas en el análisis de las acusaciones y sus imprecisiones,
tampoco se tomaron en cuenta los fundamentos que hizo su defensa, tampoco la técnica ni
material lo cual desmerece el valor de la decisión, causándole agravio por la insuficiencia en la
fundamentación al no poder constatar el acuerdo de la decisión porque la motivación es
insuficiente en los tópicos apelados, existiendo simplemente una transcripción de su
declaración y respuesta, afirmando que no hubo deliberación del Tribunal de mérito y promueve
el reclamo y agravio a partir de la insuficiencia de la fundamentación en la Sentencia impugnada,
no consigna, analiza, ni se pronuncia sobre los argumentos y fundamentos esgrimidos durante
el juicio por su defensa técnica y material, existiendo más que transcripción del medio de
defensa y respuesta, desconociendo si tuvo o no razón, ni el debate o deliberación del A quo,
vulnerando el derecho a la defensa y el debido proceso, al ser deliberadamente omitida
concurriendo el inc. 3) del art. 169 del CPP, olvidando además valorar en función al hecho y su
calificación jurídica, afirmando que se omitió establecer las atestaciones que no causaron
convicción, al extremo de mencionar solo a Santos Javier Tito Veliz, olvidando a los otros
testigos, extrañando la valoración de las declaraciones testificales, resultando ser argumentos
confusos e incluso fuera de la lógica que desmerece el valor de la decisión e implica una
valoración defectuosa de la prueba. Añade que, existe ausencia de motivación o
fundamentación sobre el valor que los jueces técnicos y ciudadanos le otorgaron a la prueba
documental y testifical, incurriendo en la causal 3) del art. 370 del CPP.

Cuestiona su condena sin valorar las pruebas de descargo, siendo la fundamentación insuficiente
de la Sentencia con relación al valor probatorio, haciendo constar de que no reclama el valor
positivo o negativo, sino la falta de valoración de la prueba de descargo y la vulneración de los
arts. 124, 173 y 359 del CPP, que no se menciona los fundamentos que se hicieron en su defensa
incurriendo en la causal 5) del art. 370 del CPP, en vulneración del derecho a la defensa.

Señala que existe una errónea aplicación de los arts. 154 primer párrafo del art. 224 y 146 del
CP, incurriendo la Sentencia en el defecto contenido en el inc. 1) del art. 370 del CPP, ya que en
el epígrafe referido a la subsunción numeral 4 de la Sentencia se transcribe la acusación
particular, afirmando que fue condenado en base a normas jurídico administrativos no vigentes,
que no pueden repercutir en los hechos probados señalados por el A quo, por lo que no se ha
tomado en cuenta su declaración informativa, tampoco los argumentos de su defensa, ni el inc.
c) del art. 3 del DS 27328, que al momento de emitirse la Resolución Administrativa 219/2008
de 26 de diciembre de 2008, que ya no estaba vigente al ser abrogada por DS 29190 de 11 de
julio de 2007, añadiendo que en la Sentencia se le condenó por los delitos de Incumplimiento
de Deberes, Conducta Antieconómica y Uso Indebido de Influencias, asumiendo para describir
la presunta conducta delictiva, normas que fueron abrogadas con anterioridad a los actos
administrativos ejercitados por su persona, vulneraciones que no podían permitir el
encuadramiento de la acción descrita en la acusación en los delitos señalados, recayendo en la
causal 5) del art. 370 del CPP, en vulneración del debido proceso en su vertiente de la resolución
fundamentada, defectos absolutos previstos en el inc. 3) del art. 169 del CPP.

Asimismo, denunció que existe una errónea aplicación de la ley sustantiva en lo vinculante a la
fijación de la pena, causal prevista en el inc. 1) del art. 370 del CPP, al haberse señalado que
actuó de forma dolosa sin establecer que la sanción haya sido establecida por algún daño
económico al Estado, ni que el incumplimiento de normas fue atenuante o agravante para la
determinación del quantum de la pena, desconociendo como se determinó la misma, si fue
condenado por varios delitos, que no fue condenado por ningún daño económico como se
afirmó en Sentencia, inadvirtiendo el cumplimiento de los arts. 37 y 38 del CP, que no existe
referencia o fundamentación, aludiendo a un dolo absoluto, no a los móviles, siendo que el
delito de Incumplimiento de Deberes es omisivo tampoco se hace referencia a las condiciones
que se encontraba a momento de la ejecución de los delitos, así como la ausencia de
fundamentación y condiciones personales, sin explicar las razones por las que se decidió
condenarle a seis años de presidio, como se alcanzó a aquella dimensión temporal de la
Sentencia, bajo que parámetros de dosimetría penal, fue efectuada, en particular los jueces
ciudadanos.

II.3. Del Auto de Vista impugnado.


La Sala Penal Segunda del Tribunal Departamental de Justicia de Oruro emitió el Auto de Vista
impugnado, por el que declara improcedentes los recursos de apelación planteados
confirmando la Sentencia impugnada, al advertir en síntesis que respecto a las alzadas
planteadas por:

Patricia Katherine Jaldin Jallaza y Víctor Hugo Moreno Sotomayor, que de acuerdo al art. 116.II
de la CPE art. 4 del CP, se aplica la norma sustantiva vigente a momento de la comisión del delito
en virtud del art. 123 de la CPE, en relación a la solicitud de extinción de la acción penal por
prescripción que no se encuentra dentro de los alcances del art. 112 de la CPE, porque se tratan
de delitos contra el patrimonio del Estado y el Tribunal a quo habría actuado correctamente al
respecto.

Asimismo, señala que con relación al agravio referido a la errónea aplicación de la ley sustantiva
por aplicación del art. 47 de la Ley 1008, la recurrente ingreso en una fundamentación confusa
respecto al agravio, al haber sido juzgada por los delitos contemplados en los arts. 154 y 224
primera parte del CP y no el señalado artículo; asimismo, respecto al art. 154 del CP, se le
atribuye haber autorizado y posibilitado pagos y el registro correspondiente de descargos de
desembolsos bajo la modalidad de fondos en avance y omitido verificar los descargos
presentados por los montos y ha manifestado, sin describir fácticamente qué deber previsto por
ley ha incumplido, citando al respecto el Considerando II de la Sentencia en el numeral 9 que
deja entrever que la imputada en su condición de Directora Administrativa Financiera de la Ex
Prefectura del departamento de Oruro, no ha observado las Normas Básicas del Sistema de
Contabilidad Integrada ha efectuado el pago de montos de dinero sin cumplir con la normativa
que regula los procesos de contratación, lo que constituye incumplimiento de deberes, puesto
que era su deber de cumplir y hacer las normas del proceso de contratación (art. 154 del CP),
que si bien cuestiona, no refiere que norma debió aplicarse, careciendo el agravio de sustento
legal y jurídico. En cuanto al delito de conducta antieconómica, luego de hacer referencia a los
hechos fácticos que advierte la acusada respecto a este delito, indica que la apelante alega que
no tenía la obligación de rendir cuentas sobre los fondos de avance entregados, este extremo
no es evidente; toda vez, que como Directora Administrativa Financiera, está en la obligación y
deber de cumplir con las normas que rigen el manejo de fondos en avance, esto es no sólo
entregar fondos, sino conocer en que se invirtió los recursos y cual los resultados del dinero
gastado, siendo la autoridad responsable de todo el manejo económico de la institución, bajo
su exclusiva responsabilidad administrativa funciona la parte económica de la institución. Por
ello no es sustentable la versión alegada que no tiene obligación de dar cuentas; asimismo, de
la lectura de la Sentencia impugnada en el Considerando III numeral 9, advierte que el Tribunal
a quo indico: “…mas cuando, en el momento de la suscripción del contrato con la empresa
PROINTEC S.A. no se contaba con el presupuesto inscrito ni siquiera para cubrir el anticipo del
20%...”, razonamiento que considera demuestra que la apelante obró no conforme a la norma
que rige la materia en la forma como autorizaba la salida de recursos económicos, para
contratos sin la certificación presupuestaria, lo que ha permitido suscribir contratos
retroactivos, pagos efectuados a la empresa E&R Organización y eventos de Elizabeth Rengel
Retamozo SUKINI DESIGN y la Asociación Internacional de Profesionales de Puertos y Costas
AIPPYC, contrato con PROINTEC S.A. sin resultado de productos que constituye daño económico
a la ex Prefectura, actual Gobierno Autónomo Departamental de Oruro y al Estado; en
consecuencia, no tiene sustento legal y jurídico el agravio señalado.
Sobre la insuficiencia en la fundamentación de la Sentencia, el Tribunal ad quem aludiendo al
Considerando III (Enunciación del Hecho y Circunstancias Objeto del Juicio), en el numeral 9
afirman que en su parte pertinente indica que de los fundamentos expuestos no cumplen con
la veracidad, coherencia y legalidad en la documentación, causando un daño económico al
Estado por la inexistencia de productos o resultados de las consultorías observadas y en el uso
indebido de recursos al permitir el pago de gastos extraordinarios beneficiando de esta forma a
terceras personas en gastos de consumo en restaurantes, hoteles y pago de peajes aéreos,
conductas que el Tribunal de alzada, afirma que el Tribunal a quo ha motivado la acusación y
juzgamiento de la recurrente; por cuanto, ésta no posibilitó los pagos bajo la modalidad de
fondos de avance a Víctor Hugo Moreno Sotomayor, a Daysi Quispe Bautista, Álvaro Omar Landa
Duran, con fines de Estudio e Investigaciones para Proyectos de Inversión no Capitalizables,
Socialización del Proyecto Oruro Puerto Seco, Estudio de Localización del Proyecto del Puerto
Seco Oruro en otros términos, la relación de hechos para cada acusado se halla descrito en el
Considerando III de la Sentencia.

Asimismo, con relación a la insuficiente fundamentación de las pruebas, el Tribunal ad quem


haciendo referencia al Considerando V (Apreciación conjunta de la prueba esencial producida),
concluye que el Tribunal de mérito en pleno otorgó el valor de prueba esencial a la prueba
documental con el propósito de demostrar la existencia del hecho y la participación de los
acusados, pruebas que se les asigno un valor suficiente de acuerdo al principio de inmediación
en juicio oral, coincidiendo con los elementos de las atestaciones, al igual que con la prueba de
descargo, advirtiendo que las pruebas tanto documental y testifical fueron valorados que no
fueron suficientes para enervar la acusación fiscal y particular, por lo que afirman que la
Sentencia observó el art. 124 del CPP, que la alzada no tiene asidero legal para demostrar el
defecto aludido, habiéndose cumplido con los arts. 124 y 173 del CPP, además de que los
agravios no fueron desarrollados con precisión explicando que prueba no mereció su valoración,
o que aspecto del hecho acusado enerva.

En cuanto a la insuficiente fundamentación fáctica probatoria y jurídica en relación a la


justificación de la pena, el Tribunal ad quem señala que en el caso de la apelante, se aplicó una
pena de cuatro años de reclusión por los delitos indilgados, que el contenido en el art. 224 del
CP prevé una pena de dieciséis años y en la especie se aplica una pena atenuada de cuatro años
y no una pena máxima; en consecuencia, se impuso una sanción conforme a los antecedentes
del proceso penal, ya que las pruebas no enervaron la acusación fiscal y particular, que se tomó
en cuenta la personalidad de la recurrente, la mayor o menor gravedad del hecho, las
circunstancias y las consecuencias conocidas del delito, se impuso una pena mayor a la mitad
no se aplicó atenuación especial porque no se enervó la acusación fiscal y particular, por lo que
la aplicación de la pena resulta ser lo razonable y pertinente; en consecuencia, el Tribunal ad
quem considera que el obrar del Tribunal a quo fue conforme a las pruebas presentadas en el
juicio en aplicación objetiva de la norma sustantiva penal, advirtiendo que la Sentencia cumple
con el art. 124 del CPP, no habiéndose demostrado los defectos de la Sentencia contenidos en
las causales 1) y 5) del art. 370 del CPP, tampoco observa la existencia de defecto absoluto
previsto en el inc. 3) del art. 169 del CPP, por lo que la alzada de esta apelante no contaría con
sustento legal y jurídico, por lo que la Sentencia habría dado cumplimiento a los arts. 124 y 173
del CPP.

Sobre la apelación planteada por Alberto Luis Aguilar, el Tribunal ad quem observa que respecto
a que la Sentencia se encontraría en la causal 5) del art. 370 del CPP, en relación a que no se
tomaron en cuenta en el fallo los argumentos de la fundamentación inicial y conclusiva, el
Tribunal ad quem señala que a lo largo del fallo impugnado se tiene expresados los hechos
concretos y la participación del acusado en los hechos ilícitos en que incurrió, lo que no dio lugar
que la fundamentación inicial y conclusiva no tenga mayor relevancia, ni suficiente, para enervar
la acusación fiscal y particular, ya que la prueba esencial fue asignada como valor probatorio
suficiente para demostrar los delitos por los que fue juzgado y condenado el apelante y citando
al efecto el Considerando VI (subsunción) numeral 2 sobre los hechos concretos y participación
de los acusados, indica que las conductas desarrolladas son reprochables que no hizo posible
consistentes los fundamentos inicial y conclusivo ante la prueba esencial producidos en el juicio,
por lo que el argumento inicial y conclusivo, expresión extrañada en el fallo no es evidente,
porque el Tribunal ad quem no encuentra consistente ni válido para sustentar la nulidad del
fallo.

En cuanto, a que los jueces nunca expresaron porque fueron ineficaces las alegaciones y
objeciones de la defensa, refiriéndose al Considerando V, el Tribunal de alzada señala que el A
quo, hizo mención de las pruebas que no influyen, porque las acusaciones son sólidas; en ese
sentido, la prueba documental del acusado no tiene trascendencia, resultándole
instrascendente las alegaciones a base de las pruebas producidas en el juicio, advirtiendo que
no es razonable señalar que el Tribunal de mérito, no se hubiera expresado porque han sido
ineficaces las alegaciones de la defensa, que se analizó los pormenores de acuerdo a los
antecedentes del proceso penal, lo cual tampoco provocaría la nulidad de la Sentencia.

Asimismo, señalan que si bien se acusa que la Sentencia no contiene una respuesta coherente
sobre los fundamentos en el ejercicio de su defensa material; empero, ya se señaló que la
acusación fiscal y particular no fueron enervados; en consecuencia, lo expresado por el apelante
no tendría consistencia.

Respecto a la vulneración del derecho a la defensa y garantía del debido proceso, el Tribunal de
apelación indica que en el numeral 6 del Considerando III establece los hechos acusados cuyo
hecho se subsume en los delitos de Incumplimiento de Deberes, Conducta Antieconómica,
negociaciones Incompatibles con el Ejercicio de Funciones Públicas y Uso Indebido de
Influencias y Contratos Lesivos al Estado que independientemente de ello, la Sentencia
establece en el Considerando VI numeral 2 sobre los hechos concretos y participación del
acusado, que el a quo referiría que el acusado apelante ha efectivizado los delitos atribuidos con
dolo, por lo que le corresponde su punibilidad, que si bien se alega el derecho al debido proceso,
el acusado asumió en todo momento defensa material y defensa técnica a través de su
abogado defensor; empero, las alegaciones no fueron suficientes para enervar la acusación fiscal
y particular, por lo que no resulta consistente, los fundamentos de la alzada en cuanto a la
insuficiente fundamentación de la Sentencia en virtud del inc. 5) del art. 370 del CPP, no siendo
evidente el defecto absoluto alegado en el inc. 3 del art. 169 del CPP, ya que el acusado en un
debido proceso ha ejercitado el derecho a la defensa material y técnica, pudiendo ofrecer
prueba de descargo, produciéndola, sin que haya resultado suficientes para destrozar la
acusación pública y particular.

Sobre la falta de subsunción, el Tribunal de alzada considera que esta operación intelectiva es
privativa de las autoridades; empero, en el proceso el a quo ejercitó la subsunción de los tipos
penales, por los hechos probados en su condición de Prefecto y Comandante del Departamento
de Oruro, que incurrió en diferentes hechos desde noviembre de 2006, provocando daño
económico en Bs. 277.277, correspondiente a los pagos efectuados a la empresa E&R
Organización y eventos de Elizabeth Rengel Retamozo, SIKINI DESIGN y Asociación
Internacional de Profesionales en Puertos y Costas AIPPYC y la no existencia definitiva de
resultados de las consultorías referidas para el fin y objetivo contratados, extremos estos que
permite subsumir en los delitos de Incumplimiento de Deberes, Conducta Antieconómica, Uso
Indebido de Influencias y Contratos Lesivos al Estado, previstos en los arts. 154 y 224 párrafo
primero, 146 y 221 párrafo primero del CP, por lo que el agravio también carece de asidero legal.

En cuanto, a la incursión de la Sentencia en las causales 5) y 6) del art. 370 del CPP, el Ad quem
señala que el apelante es reiterativo en la causal 5) del art. 370 del CPP, hace una relación del
contenido en el Considerando V (Voto de los Juzgadores sobre los motivos de hecho y de
derecho) concluyendo que las pruebas que se acusa que no fueron valoradas si lo fueron; por
cuanto, advierte el Tribunal de alzada que el Tribunal a quo aplico las reglas de la sana critica
de acuerdo al art. 173 del CPP, en la apreciación conjunta y armónica de la prueba esencial
producida en juicio habiendo expresado su razonamiento, indicando que las pruebas codificadas
como IAG-D-1 a la IAG-D-3 y la de los testigos no desvirtúan los hechos y datos atribuidos al
acusado, haciendo entrever que las pruebas tanto documental como testifical fueron valoradas
siendo insuficientes para enervar la acusación fiscal y particular, por lo que el agravio no tiene
sustento.

Sobre la denuncia de errónea aplicación de la ley sustantiva; en cuanto, a la fijación de la pena


incurriéndose en la causal 1) del art. 370 del CPP, señala que si bien se indica que el a quo no
hace mención a las normas insertas en los arts. 37 y 38 del CP, para comprobar es o no cierto lo
alegado, el Tribunal ad quem considera que corresponde remitirse a la Sentencia, es así que
haciendo cita del Considerando V de dicho fallo (Apreciación conjunta de la prueba esencial
producida) en el inc. d) en el último apartado y el Considerando VI, VI.B Fijación de la pena,
advierten que el Tribunal a quo en pleno por unanimidad de voto tomó la decisión en la
imposición de la pena dentro del parámetro establecido, quedando claro que consideró los arts.
37 y 38 del CP, sin contener necesariamente una fundamentación ampulosa, sino de forma
concreta y precisa, observaron las circunstancias establecidas por el art. 38 del CP la
personalidad del autor, que no tiene antecedentes policiales ni judiciales, tomando en cuenta
las condiciones especiales en el momento de consumarse los hechos en su condición de máxima
autoridad ejecutiva, de la Prefectura del Departamento de Oruro, a tiempo de consumar los
delitos acusados y que independientemente de lo señalado en el inc. b) del Considerando V.B
(Apreciación conjunta de la prueba esencial producida) y en la fijación de la pena, si bien se alega
que no se observó a cabalidad la ponderación de atenuantes y agravantes previstos por los arts.
37 y 38 del CP, es necesario precisar cuándo una ley se considera inobservada o erróneamente
aplicada, sean estas sustantivas o adjetivas, con la obligación de fundamentar en que consiste
esta inobservancia y como es que debería ser aplicada señalando claramente los errores
absolutos que fueron cometidos en la Sentencia, de modo que aquellos puedan ser corregidos
en la alzada, circunstancia esta que así lo previo la jurisprudencia constitucional en las SSCC
1008/2005-R y 1075/2003-R entre otras, precisando aquellos, los alcances que tienen en el
Código de Procedimiento Penal, las expresiones de inobservancia y errónea aplicación de la ley,
conveniendo precisar que alcances tienen en el contexto del inc. 1) del art. 370 del CPP; en
cuanto, a las expresiones la inobservancia de la ley o errónea aplicación de la ley sustantiva, el
primer supuesto se presenta cuando la autoridad judicial no ha observado la norma o lo que es
lo mismo ha creado cauces paralelos a los establecido en la ley, así indica la SC 1056/2003-R;
ahora bien, en el caso concreto el Tribunal de alzada señala que se alega errónea aplicación de
la ley sustantiva vinculado a la fijación de la pena, si bien considera erróneamente aplicación de
los arts. 37, 38, 39 y 40 del CP, de ser aquello como se entiende cual es el artículo que debería
ser aplicado al caso concreto o en definitiva los arts. 37, 38, 39 y 40 del CP son inobservados, el
reclamo es por errónea aplicación de la ley sustantiva y no por inobservancia de la ley, conforme
a los fundamentos del recurso, parecería que los señalados artículos; es decir, se ha inobservado
dichas normas que no se ha aplicado a cabalidad, tomando en cuenta que estas disposiciones
establecen la sanción penal, sino son disposiciones que permiten apreciar la personalidad del
autor en la aplicación o fijación judicial de la pena en función a las circunstancias, ya sean
atenuantes especiales o generales; empero, no se ha apreciado de ésa manera sino la parte
recurrente considera errónea aplicación de la ley sustantiva sin mencionar la alternancia de su
aplicación, a la imposición de una pena de 6 (seis) años y 10 (diez) meses de prisión contra el
acusado apelante; empero, esta sanción penal, consideran que se encontraría dentro de los
parámetros establecidos por los artículos por los que fue condenado; consecuentemente, afirma
en ese sentido que la pena impuesta al apelante se encuentra dentro de los límites establecidos
por la forma sustantiva penal de juzgamiento, más cuando la resolución impugnada cumple a
cabalidad los requisitos exigidos por el art. 360 del CPP, por lo que evidencia la presencia de
errónea aplicación de la ley sustantiva en la fijación de la pena, habiéndose demostrado que el
acto doloso del apelante es contrario al orden jurídico, emergiendo el reproche y su
culpabilidad; en ese sentido, afirma que el Tribunal a quo subsumió los hechos como delitos y
que por voto unánime dispusieron por la condena, decidiendo imponer una pena de seis años
y diez meses de presidio, al no existir duda de su participación en los hechos acusados y su
responsabilidad, en base a una ponderación que concluye el Tribunal de Sentencia efectuó un
proceso de subsunción adecuado a los hechos y la conducta desplegada por el acusado en la
comisión de los ilícitos, los que contrastados con los elementos de prueba generados en juicio
le han permitido concluir que el acusado es autor de la comisión de los delitos atribuidos, así
como una pena impuesta se encuentra dentro de los límites establecidos por los arts. 154, 224
párrafo primero, 146 y 221 párrafo primero del CP, concluyendo que la Sentencia cumplió con
el art. 124 del CPP, más aun cuando la apelante en todo momento ejercitó su derecho a la
defensa, por lo que el recurso de apelación no tendría sustento ni asidero legal para demostrar
los defectos en la Sentencia comprendidos en los incs. 1), 5) y 6) del art. 370 del CPP, en relación
a la fijación judicial de la pena; por consiguiente, cumple los arts. 124 y 173 del CPP, sin que se
haya vulnerado los arts. 117.I y 119.II de la CPE, sin que se haya establecido defecto absoluto
previsto en el inc. 3) del art. 169 del CPP.
Sobre la alzada planteada por Tomas López Villarte, en cuanto al agravio referido a que la
Sentencia contiene una insuficiente fundamentación, el Tribunal ad quem hace alusión a que en
el Considerando V en el punto V.A.2.1. donde indica se advierte la declaración de los acusados,
la declaración del acusado Tomas López Villarte en defensa material; asimismo, en relación a
que no se tomaron en cuenta los argumentos de la fundamentación inicial y conclusiva, afirman
que si bien se extraña la omisión de la declaración informativa, el apelante no refiere de qué
manera la omisión influye en la decisión del fallo, así como explica sobre la no mención de la
defensa técnica y material en Sentencia; empero, a lo largo del fallo impugnado, para el Tribunal
de apelación se tiene expresado los hechos concretos y la participación del acusado en los
hechos ilícitos en que incurrió, que las pruebas consideradas esenciales fueron contundentes y
de valor probatorio suficiente para demostrar los delitos por los que fue juzgado y condenado
el apelante, que en el Considerando V de la subsunción en el numeral 2 de los hechos concretos
y participación de los acusados advierte que desarrollados los hechos concretos en los que
incurrió el acusado Tomas López Villarte y que dieron lugar a la concurrencia de las conductas
juzgadas en la comisión de los delitos indilgados reprochables que dieron consistencia a los
fundamentos inicial y conclusivo, el Tribunal de alzada concluye que no encuentra consistente
ni válido el agravio formulado para sustentar la nulidad de la Sentencia, al haber asumido
defensa en todo momento en un debido proceso bajo el principio de inmediación y bajo el
control bilateral.

Asimismo, en cuanto a la falta de fundamentación en relación a la declaración prestada en juicio,


no explica cual la razón para pedir un criterio del Tribunal por las reglas de la sana crítica, señala
que el Tribunal a quo debe valorar las pruebas de manera integral y no aisladamente, que de la
lectura de la Sentencia en el considerando V sobre la valoración de la prueba de descargo de los
acusados, concluye que el a quo hace mención de las pruebas que no influyen en nada porque
las acusaciones resultan siendo sólidas, por lo que la prueba documental del acusado no tiene
mayor trascendencia; es decir, las pruebas producidas en el juicio por el acusado han sido
intrascendentes, así como los argumentos expresados ineficaces, al no enervar la acusación, por
lo que no resulta razonable señalar que el a quo hubiera omitido sobre la declaración, cuando
la valoración de la prueba producida en juicio se la realiza de forma integral, conjunta y la
declaración es un medio de defensa, por lo que ese argumento lo consideran inconsistente y el
exigir del Tribunal que deben expresar porque han sido ineficaces, no es posible porque se aplica
las reglas de la sana crítica, la experiencia y la lógica; en consecuencia, el agravio no constituye
base sólida para la nulidad del fallo.

En cuanto a la errónea aplicación de los arts. 154, primer párrafo del art. 224 y 146 del CP
respecto de que la Sentencia, incurre en el inc. 1) del art. 370 del CPP, el Tribunal de apelación
indica que en el Considerando VI motivos de derechos que fundamentan la Sentencia, la
subsunción, numeral 4, que no es posible dar la razón al apelante sobre este tema en razón de
que el hecho acusado no versa en el fondo sobre disposiciones abrogadas, sino sobre el delito
de Incumplimiento de Deberes, Conducta Antieconómica y Uso Indebido de Influencias.

Sobre la fundamentación insuficiente de la Sentencia incurriendo en la causal 5) del art. 370 del
CPP y la vulneración de la garantía al debido proceso en su vertiente del derecho a una
resolución fundamentada además de la conculcación del art. 115.II de la CPE con relación al inc.
3) del art. 169 del CPP, (defectos absolutos), el Tribunal de apelación señala que de la lectura de
la Sentencia se encuentra suficientemente fundamentada lo cual no significa que sea ampulosa
sino suficientemente explicada, lo que acontece en la especie, que en el Considerando III
(Enunciación del hecho y circunstancias objeto del juicio), le atribuye al acusado apelante, tipos
penales por los que es acusado, en el Considerando VI se refiere a la subsunción donde se le
atribuye hechos en que incurrió el acusado cuando fungía como autoridad responsable del
proceso de Contratación del proyecto puerto Seco Oruro, que las mismas fueron subsumidos
conductas delictivas previstas en los delitos de Incumplimiento de Deberes, Conducta
Antieconómica y Uso Indebido de Influencias, la exigencia del hecho y participación del acusado,
ha sido determinado a base de las pruebas producidas en el juicio, prueba esencial, documental
y testifical, desarrollado en el Considerando V, V.B (Apreciación conjunta de la prueba esencial
producida), por lo que el a quo determina que el acusado tuvo participación activa y su actuar
fue absolutamente con dolo, porque el acusado incumplió varias normas legales, por lo cuanto
el A quo por unanimidad decidió imponer la pena de seis años de presidio; en consecuencia, no
les resulta evidente la denuncia de conculcación del art. 115.II de la CPE, derecho al debido
proceso; por cuanto, el acusado asumió defensa técnica y material en un debido proceso, bajo
el principio de un juez natural y el de inmediación, dando las alegaciones de acusación y defensa,
por lo que no es posible que alegue defecto absoluto previsto en el inc. 3) del art. 169 del CPP,
con el propósito de anular el fallo bajo el argumento de conculcación, de la garantía del debido
proceso en su componente de la resolución debidamente fundamentada; asimismo, sobre el
agravio referido a que la Sentencia se encuentra en las causales 5) y 6) del art. 370 del CPP, el
Tribunal ad quem considera que pese a ser reiterativo en cuanto al inc. 5) del art. 370 del CPP,
cuestiona porque se ha omitido un criterio de valoración del Tribunal en pleno con relación a la
prueba de descargo documental únicamente la transcriben, sin mencionar criterio de
valoración, así como no existe valoración alguna de las declaraciones testificales, que de la
lectura del Considerando V del voto de los juzgadores b sobre los motivos de hecho y de derecho
V.A Apreciación de la prueba, V.A.2 defensa de los acusados, en el apartado referido a la prueba
de descargo, se tiene su valoración procede a la transcripción del mismo y el Ad quem, señala
que en cuanto a la prueba testifical de descargo reflejaron el cargo que ejerció el apelante los
antecedentes de la forma en que se encaró el proyecto Puerto Seco, sus disposiciones no fueron
determinantes ni suficientes para enervar la acusación fiscal y particular, solo refirieron sobre
las circunstancias que suscitaron, las pruebas acusadas que no fueron valoradas, además omiten
criterio de valoración de los jueces técnicos y jueces ciudadanos en relación a la prueba
documental, testifical de descargo, no les resulta evidente al Tribunal de alzada al evidenciar
que el Tribunal a quo en pleno aplicando las reglas de la sana critica de acuerdo al art. 173 del
CPP, en la apreciación conjunta y armónica de toda la prueba esencial producida en juicio,
expresaron su razonamiento, refiriendo que las pruebas codificadas como IL-D-1 a la IL-D-3 y
las referidas por los testigos, sin que se haya desvirtuado los hechos y datos atribuidos al
acusado lo que hace entrever que las pruebas tanto documental y testifical fueron valoradas,
las mismas que no fueron suficientes para enervar la acusación fiscal y particular, añadiendo que
el a quo valoro las pruebas de forma integral, en el marco de las reglas de la sana critica, en ese
contexto la denuncia carece de sustento legal.

Sobre la errónea aplicación de la ley sustantiva en lo vinculante a la fijación de la pena previsto


como la causal 1) del art. 370 del CPP, señala que el apelante no precisa de manera correcta que
ley sustantiva fue aplicada erróneamente y en su caso que le debió ser aplicada, ya que se hace
alusión a la errónea aplicación de la ley sustantiva, no precisamente de los arts. 37 y 38 del CP,
observa que no se explica debidamente su denuncia, dejando entrever la falta de precisión en
la fundamentación del agravio, ya que de la lectura del Considerando V, V.B (Apreciación
conjunta de la prueba esencial producida), en el inc. d), el cual cita, además del Considerando
VI, VI.B (Fijación de la pena), el Tribunal de alzada advierte que el Tribunal a quo en pleno por
unanimidad de voto tomó la decisión en la imposición judicial de la pena dentro del parámetro
de pena establecido en los tipos penales, tomando en cuenta que fue juzgado por tres delitos,
habiendo tomado en cuenta los arts. 37 y 38 del CP, no necesariamente observaron las
circunstancias establecidas por el art. 38 del CP, personalidad del autor, que no tiene
antecedentes policiales, ni judiciales, considerando las condiciones especiales en el momento
de consumarse los hechos, en su condición de Autoridad Responsable del Proceso de
Contratación Proyecto Puerto Seco de Oruro en la Prefectura del Departamento de Oruro, a
tiempo de consumar los delitos acusados, que independientemente de lo señalado en el inc. d)
de los acusados, asimismo se refiere al Considerando V.I (Apreciación conjunta de la prueba
esencial producida) y el Considerando VI.B (fijación de la pena), que si bien se alegó que no se
observó a cabalidad la ponderación de atenuantes y agravantes previstos en los arts. 37 y 38 del
CP, en la especie observa que es necesario precisar cuándo una ley se considera inobservada o
erróneamente aplicada, sean estas sustantivas o adjetivas, precisando los alcances que tienen,
que en el caso concreto se alega errónea aplicación de la ley sustantiva vinculado a la fijación de
la pena, extremos que no fueron fundamentados, dice por el apelante, porque alega errónea
aplicación de la ley sustantiva y no precisamente la inobservancia de los alcances de las
señaladas, que el reclamo es al parecer por la inobservancia de los arts. 38 y 39 del CP, que
porque no se han aplicado a cabalidad; empero, estas disposiciones no establecen sanción
penal, sino son disposiciones que permiten apreciar la personalidad del autor en la aplicación o
fijación judicial de la pena, en función a las circunstancias, ya sean atenuantes especiales o
generales, sin embargo no precisa el apelante y considera como errónea aplicación de la ley
sustantiva, sin mencionar la alternancia de su aplicación.

Añade que la imposición de la pena de seis años, más trescientos días multa a razón de Bs. 2.50,
por día en contra del acusado apelante se encuentra dentro de los parámetros establecidos
en los arts. 154 y 224 párrafo primero y 146 del CP por los que fue condenado, concluyendo que
la pena impuesta a la parte apelante, está dentro de los límites establecidos por los artículos
señalados, además de que debe tenerse en cuenta que la imposición de la pena es facultad del
Tribunal de Sentencia, bajo la ponderación de las circunstancias de personalidad del autor; en
ese sentido, el Ad quem advierte que el Tribunal a quo, efectuó un proceso de subsunción
adecuado a los hechos y la conducta desplegada por el acusado en la comisión de los ilícitos
señalados anteriormente, los que contrastados con los elementos de prueba generados en
juicio, ha permitido concluir que el acusado es autor de la comisión de los delitos atribuidos,
concluyendo que la Sentencia cumple con el art. 124 del CPP, que el apelante ejercitó su
derecho a la defensa, por lo que no se habría demostrado las causales 1), 5) y 6) del art. 370 del
CPP, observándose el cumplimiento de los arts. 124 y 173 del CPP, sin evidenciar la vulneración
de los arts. 117.I y 119.II de la CPE, tampoco defecto absoluto previsto en el inc. 3) del art. 169
del CPP.

III. VERIFICACIÓN DE LA EXISTENCIA DE CONTRADICCIÓN CON LOS PRECEDENTES INVOCADOS


En el caso presente, los recurrentes: i) Alberto Luis Aguilar Calle, denuncia que el Tribunal de
alzada habría convalidado los agravios sufridos en Sentencia omitiendo fundamentar porque
están implícitos los argumentos de su defensa y porque resultaron irrelevantes; que no se
ejerció el control respecto a la falta de fundamentación de la Sentencia, respecto a los
elementos constitutivos de los tipos penales; no fundamentó sobre la defectuosa valoración de
la prueba, confirmando los defectos del Tribunal de juicio, que no dió respuesta cabal y
jurídicamente fundamentada, con relación a la falta de fundamentación sobre la imposición de
la pena; ii) Tomás López Villarte, denuncia también que el Tribunal de alzada habría convalidado
los agravios sufridos en Sentencia, vinculados a la falta de consideración de los fundamentos de
su defensa; la errónea aplicación de los arts. 154, 224 y 146 del CP, porque el hecho acusado no
habría versado en el fondo sobre disposiciones abrogadas como señala el acusado,
puntualizando que su participación se vincula al incumplimiento del art. 3 inc. c) del Decreto
Supremo 27238 (disposición abrogada); asimismo, señala que carece de una debida
fundamentación al convalidar la Sentencia que no hizo un análisis de la subsunción en los
términos impugnados, además de convalidar los defectos en cuanto a que no habría dado una
respuesta cabal y jurídicamente fundamentada sobre la fijación de la pena; y, iii) Patricia
Katherine Jaldín Jallaza, refiere que el Auto de Vista impugnado no cuenta con una debida
fundamentación, al no responder objetivamente sus agravios; asimismo indica que convalidó la
errónea aplicación de la ley sustantiva de los arts. 154 y 224 del CP, además de convalidar una
Sentencia insuficientemente fundamentada, con relación a la fundamentación probatoria
intelectiva y la imposición de la pena, por lo que corresponde resolver las problemáticas
planteadas.

III.1. La labor de contraste en el recurso de casación.

Conforme lo dispuesto por los arts. 42.I inc. 3) de la LOJ y 419 del CPP, las Salas especializadas
tienen la atribución de sentar y uniformar la jurisprudencia, cuando un Auto de Vista dictado
por una de las Cortes Superiores de Justicia, sea contrario a otros precedentes pronunciados por
las otras Cortes Superiores o por la Sala Penal del Tribunal Supremo de Justicia.

El art. 416 del CPP, preceptúa: “Se entenderá que existe contradicción, cuando ante una
situación de hecho similar, el sentido jurídico que le asigna el Auto de Vista recurrido no coincida
con el del precedente, sea por haberse aplicado normas distintas o una misma norma con
diverso alcance”. En ese ámbito, este Tribunal a través del Auto Supremo 322/2012-RRC de 4 de
diciembre, puntualizó: “Cuando la norma se refiere a una situación de hecho similar, considera
esta Sala que el legislador se refiere a supuestos fácticos análogos, siendo necesario precisar
que en materia sustantiva el supuesto fáctico análogo exige que el hecho analizado sea similar;
en cambio, en material procesal el supuesto fáctico análogo se refiere a una problemática
procesal similar.”

La atribución de este Tribunal, de sentar y unificar jurisprudencia contiene íntima y estrecha


relación con la garantía constitucional contenida en el art. 119.I de la CPE, que garantiza el
ejercicio pleno del principio de igualdad de las partes, ante el Juez dentro de las jurisdicciones
del Estado, así como garantizar seguridad jurídica en la predictibilidad de las decisiones de los
Tribunales y un igual tratamiento jurídico a los ciudadanos. En resumen, la labor de sentar
doctrina legal a partir del recurso de casación dentro de la jurisdicción ordinaria, se sintetiza en:
a) Respeto a la seguridad jurídica; b) Realización del principio de igualdad; y, c) Unidad y
uniformidad en la aplicación del derecho por parte de los servidores judiciales en la jurisdicción
ordinaria.

Por otro lado, la doctrina legal a ser dictada por este Tribunal en el supuesto caso de verificar la
existencia de contradicción entre la Resolución impugnada y los precedentes invocados como
contradictorios, será de aplicación obligatoria para los Tribunales y jueces inferiores; y, sólo
podrá modificarse por medio de una nueva resolución dictada con motivo de otro recurso de
casación, en previsión de lo dispuesto por el art. 420 del CPP.

III.2. De los precedentes invocados y análisis del caso concreto.

Teniendo en cuenta que en la presente causa, se admitieron tres recursos de casación para su
análisis de fondo, corresponde resolverlos en forma separada, a partir de la identificación de los
precedentes invocados, a los fines de establecer si concurren o no las contradicciones alegadas
con el Auto de Vista impugnado.

III.2.1. Respecto al recurso de Alberto Luis Aguilar.

El recurrente denuncia como primer motivo que el Tribunal de alzada convalidó los agravios
sufridos en Sentencia, al no haber considerado los fundamentos de su defensa técnica en juicio,
omitiendo fundamentar porque en la Sentencia están implícitos y porque resultaron
irrelevantes; al efecto, invoca como precedentes contradictorios:

El Auto Supremo 5 de 26 de enero de 2007, pronunciado dentro de un proceso por los delitos
de Homicidio, Lesiones Graves y Gravísimas en Accidente de Tránsito y Omisión de Socorro,
donde inicialmente se dictó Sentencia condenatoria, siendo apelada, por Auto de Vista se
declaró improcedentes las alzadas confirmándose la Sentencia impugnada, fallo que recurrido
de casación fue dejado sin efecto, a raíz de que se pronunció al margen de las pretensiones
aducidas en los recursos, inobservando el principio tantun devolutum quantum apellatum,
dictando la siguiente doctrina legal aplicable: “La exigencia de motivación es una garantía
constitucional de justicia, fundada en el régimen republicano de gobierno que, al asegurar la
publicidad de las razones que tuvieron en cuenta los jueces para pronunciar sus Sentencias,
permiten el control del pueblo, sobre su conducta, resguardando con ello a los particulares y a
la colectividad contra las decisiones arbitrarias de los jueces; la motivación responde también a
otros fines, ya que podrán los interesados conocer las razones que justifican el fallo y decidir su
aceptación o fundar su impugnación por los medios que la ley concede. Al mismo tiempo brinda
al Tribunal de alzada el material necesario para ejercer su control, y finalmente sirve para crear
la jurisprudencia, entendida como el conjunto de las enseñanzas que derivan de las Sentencias
judiciales. De ahí que la motivación de los fallos emergentes de los recursos, debe ser expresa,
clara, legítima y lógica. a) Expresa: porque el Tribunal, no puede suplirla por una remisión a otros
actos, o a las constancias del proceso, o reemplazarlas por una alusión de la prueba. La ley exige
que el juzgador consigne las razones que determinan su decisorio, expresando sus propias
argumentaciones de modo que sea controlable el iter lógico seguido por él, para arribar a la
conclusión. b) Clara: en la resolución, el objeto del pensar jurídico debe estar claramente
determinado, de manera que produzca seguridad en el ánimo de quienes la conozcan, aún por
los legos. c) Completa: la exigencia comprende a todas las cuestiones planteadas por las partes
en los diferentes recursos que se analizan, y a cada uno de los puntos decisivos que justifican
cada conclusión. El Tribunal está obligado a considerar todas las cuestiones esenciales o
fundamentales que determinan el fallo. En este sentido, cualquier aspecto de la indagación
susceptible de valoración propia, asume individualidad a los fines de la obligación de motivar; y
sobre la base del principio de exhaustividad habrá falta de motivación, cuando se omita la
exposición de los razonamientos efectuados sobre un punto esencial de la decisión y sobre los
hechos secundarios alegados en el mismo, porque la obligación de motivar alcanza también a
ellos en cuanto comprenden el iter a través del cual el Tribunal llega a la conclusión sobre la
causa petendi. La motivación de los fallos emergentes de los recursos, para ser completa, debe
referirse al petitum y al derecho, analizando la resolución impugnada y expresando las
conclusiones a las que se arribe luego de un examen sobre la veracidad de las denuncias
formuladas, resolver apartándose del petitum significa que el fallo incurre en un vicio de
incongruencia. El vicio de incongruencia como desajuste entre el fallo judicial y los términos en
los que las partes han formulado su pretensión o pretensiones, en definitiva constituyen el
objeto del recurso. Al conceder más, menos o cosa distinta a lo pedido, el órgano judicial incurre,
en las formas de incongruencia conocidas como ultra petita, citra petita o extra petita partium.
d) Legítima: la legitimidad de la motivación se refiere tanto a la consideración de las denuncias
formuladas, como a la obligación de revisar ex oficio la legitimidad del proceso. Por lo tanto, el
fallo que se funda en la consideración de cuestiones alejadas del objeto particular del recurso
deducido, no esta debidamente motivada. e) Lógica: finalmente se exige que la Sentencia
cumpla con las reglas de logicidad, de ahí que el Tribunal valorará las cuestiones formuladas de
un modo integral, empleando el razonamiento inductivo, verificando la observancia de las reglas
de la sana crítica y exponiendo los razonamientos en que se fundamenta la decisión; es decir,
sustentándolos en las reglas de la lógica, psicología y experiencia”.

El Auto Supremo 183 de 6 de febrero de 2007, pronunciado en un proceso por los delitos de
Peculado y Uso Indebido de Influencias, donde se emitió Sentencia absolutoria, apelada que
fue, por Auto de Vista se declaró inadmisible y improcedentes los motivos del recurso de
apelación; recurrido de casación este fallo fue dejad, habiéndose como doctrina legal aplicable:
“Que, el juicio oral, público y contradictorio conforme dispone el Art. 1 de la Ley Nº 1970, se
halla tutelado por las garantías constitucionales y las normas procesales que son de orden
público y de cumplimiento obligatorio. En su desarrollo las partes asumen el papel protagónico
de someterse a la reglas del debido proceso en igualdad de condiciones. Los Tribunales de
Sentencia o el Juez deben emitir la Sentencia fundamentada consignando todos y cada uno de
los hechos debatidos en el juicio, con un análisis de todas y cada una de las pruebas de cargo y
descargo incorporada legalmente en el proceso, debiendo la fundamentación ser clara sin
contradicción entre la parte considerativa y la resolutiva, con indicación de las normas
sustantivas o adjetivas que respalden el fallo, requisitos que toda Sentencia debe contener,
constituyendo su omisión defectos de Sentencia insubsanables al tenor del Art. 370 incisos 1) 5)
y 6) del Código de Procedimiento Penal”.

Del análisis de los precedentes invocados se advierte que las problemáticas dilucidadas, en cierta
manera tiene relación con el hecho fáctico del motivo de casación, donde se discute la falta de
fundamentación en la Sentencia por lo que existiendo una situación fáctica procesal similar
entre los precedentes invocados y el motivo de casación, corresponde ingresar a verificar la
posible existencia o no de la contradicción denunciada.

A este fin, referir que en el recurso de casación en análisis, el recurrente en síntesis señaló que
el Tribunal de alzada habría convalidado los agravios sufridos en Sentencia, al haber omitido la
consideración de los fundamentos de su defensa técnica expuesta durante el juicio, omitiendo
fundamentar porque en la Sentencia están implícitos sus argumentos de su defensa y porque
resultaron irrelevantes; al respecto, se debe tener presente que el ahora recurrente apeló la
Sentencia manifestando que este fallo incurre en la causal 5 del art. 370 del CPP; por cuanto, se
vulneró el derecho a la defensa y del debido proceso, al no pronunciarse sobre los argumentos
y fundamentos efectuados por su defensa técnica y material y por qué estas alegaciones
resultaron insuficientes, aspecto sobre el cual el Tribunal de alzada si bien es evidente que hizo
alusión al contenido del Considerando V, lo hizo a efectos de que se denote que el Tribunal
alzada hizo mención de las pruebas que no influyen porque las acusaciones son sólidas, por lo
que la prueba del acusado no tendría transcendencia, advirtiéndose que el Tribunal ad quem no
sólo se limitó a reafirmar los adjetivos de ineficaz e intrascendente, que cuestiona precisamente
el apelante cuyo fundamento extraña del A quo, al contrario, el Tribunal ad quem partiendo
precisamente de lo señalado en fragmentos de la sentencia asumió que la actuación del Tribunal
de Sentencia se ajustó a derecho, habiendo procedido a su análisis y control del fallo impugnado
sobre el agravio formulado y así otorgar la respuesta que discierna las razones de la
determinación inicialmente apelada, resultando en consecuencia que no se acreditó la
contradicción aducida con los precedentes invocados, por lo que el presente motivo es
infundado.

Como segundo motivo, el recurrente denuncia que el Auto de Vista impugnado no ejerció el
control respecto a la falta de fundamentación de la Sentencia, porque no se hace mención a los
elementos constitutivos de los tipos penales por los que fue condenado, habiendo invocado
como precedente presuntamente contradictorio el Auto Supremo 5 de 26 de enero de 2007,
que ya fue desarrollado en el motivo que antecede y el Auto Supremo 437 de 24 de agosto de
2007, emitido dentro de un proceso sobre Apropiación Indebida y Abuso de Confianza, donde
se dictó Sentencia condenatoria, apelada esta determinación por Auto de Vista se declaró
improcedente el recurso de apelación restringida, confirmando la Sentencia apelada, resolución
que fue dejada sin efecto porque omitió motivar adecuadamente la resolución incurriendo en
inobservancia del art. 124 del CPP, por lo que se pronunció la siguiente doctrina legal aplicable:
“Que es una premisa consolidada que toda resolución, como la emitida por el Tribunal de Alzada,
debe ser debidamente fundamentada, vale decir, es necesario que el Tribunal de Apelación,
emita los criterios jurídicos sobre cada punto impugnado que se encuentran en el recurso de
casación, además de revisar de oficio si existen defectos absolutos en cuyo caso, es necesario
que en la fundamentación se vierta los criterios jurídicos del porque dicho acto se considera
defecto absoluto y que principios constitucionales fueron afectados. La falta de fundamentación
en las resoluciones jurisdiccionales constituye un defecto absoluto, porque afecta al derecho a
la defensa, al debido proceso, a la seguridad jurídica y a la tutela judicial efectiva; de ahí, que es
necesario que cada resolución brinde a las partes procesales y a terceras personas interesadas,
los razonamientos jurídicos esenciales del por qué se ha dispuesto de una u otra manera la
resolución del conflicto penal; además, con la fundamentación jurídica, el Juez o Tribunal
legitima sus actos, esa motivación no puede ser sustituida por una repetición de frases hechas
sobre el alcance del recurso o los requisitos de su fundamentación, sino que, en verdad debe
descansar en la expresión del razonamiento requerido por la norma procedimental de forma
imperativa. La jurisprudencia penal tiene sentada una línea con respecto a la falta de
fundamentación en las resoluciones; al respecto, el Auto Supremo Nº 141 de 22 de abril de 2006,
establece "(...) el Tribunal de Apelación al circunscribir su competencia a los puntos impugnados
o a los defectos absolutos, los mismos deben encontrarse con el fundamento respectivo,
obligación que debe cumplir ineludiblemente, la falta de fundamento en uno de ellos en la
resolución emitida por el Tribunal de Alzada vulnera los principios de tutela judicial efectiva,
derecho a la defensa y debido proceso".

Precedentes cuyas problemáticas referidas a la motivación con la que debe contar toda
resolución, tienen relación con la postura fáctica denunciada en el motivo en análisis que
cuestiona que el Tribunal de alzada, no ejerció su labor de control respecto a la falta de
fundamentación de la Sentencia en cuanto a los elementos constitutivos de los tipos penales
por los que fue condenado el ahora recurrente; en consecuencia, a efectos de verificar esta
denuncia, corresponde señalar que el ahora recurrente impugnó la Sentencia afirmando en su
alzada entre otros aspectos que la Sentencia incurre en una insuficiente fundamentación
respecto a los elementos constitutivos de los tipos penales; al respecto, se tiene de la revisión
del Auto de Vista impugnado que el Tribunal de alzada procedió a efectuar una relación de las
actuaciones del A quo y lo expresado en Sentencia a través de breves citas de la parte
considerativa del fallo apelado, realizando el análisis correspondiente sobre lo referido y el
motivo que funda el agravio, para luego de esa forma concluir bajo ese razonamiento que el A
quo procedió conforme a ley y a los datos de la causa constatándose que efectivamente ejerció
su labor de control sobre el agravio señalado, por lo que no se advierte que sobre el particular
exista contradicción con los precedentes invocados, deviniendo el presente motivo en
infundado.

El recurrente como tercer motivo, acusa que el Tribunal de alzada no fundamentó la defectuosa
valoración de la prueba documental y testifical denunciados en su apelación restringida,
limitándose a señalar que el Tribunal de mérito expresó su razonamiento con relación a las
pruebas, aplicando las reglas de la sana crítica, para lo cual invocó como precedentes
contradictorios los Autos Supremos 5 de 26 de enero de 2007 y 183 de 6 de febrero de 2007,
que ya fueron desarrollados en la exposición del primer motivo; en ese sentido, considerando
que la problemática de estos fallos se refieren a la motivación de las resoluciones y el control
que deben ejercer los Tribunales de alzada, así como la fundamentación y congruencia de la
Sentencia de los hechos y pruebas incorporadas en el proceso; problemáticas que mantienen
relación con el motivo en análisis, donde se cuestiona que el Tribunal ad quem no fundamentó
su agravio referido a la existencia de una defectuosa valoración de la prueba documental y
testifical en la Sentencia; se debe tener en cuenta que según lo señalado en el epígrafe II.3 del
presente Auto Supremo, el Tribunal de apelación ha ido manteniendo la misma lógica con que
fue desarrollando cada agravio formulado, procediendo a efectuar citas de la parte
considerativa de la Sentencia, para luego de su análisis previa verificación de lo señalado por el
A quo así como lo denunciado por la parte apelante, concluir que se dió cumplimiento a las
reglas de la sana crítica de acuerdo al art. 173 del CPP, exponiendo precisamente cual fue el
análisis que generó esa convicción, de qué forma efectivizó su deber de control sobre el agravio
denunciado; por consiguiente, no es evidente la contradicción incurrida con los precedentes
invocados al efecto, resultando el presente motivo en infundado.

En el cuarto motivo, el recurrente denunció que el Tribunal ad quem convalidó los defectos del
Tribunal a quo, al no responder de forma fundamentada el agravio referido a la falta de
fundamentación sobre la imposición de la pena, habiendo invocado como precedentes
presuntamente contradictorios:

El Auto Supremo 99 de 24 de marzo de 2005, emitido dentro de un proceso por el delito de


Transporte de Sustancias Controladas, donde el Auto de Vista fue dejado sin efecto a raíz de que
no establecía las razones o fundamentos del cuantum de la pena, que incrementa la impuesta
en Sentencia, vulnerando el debido proceso, además de infringir los arts. 124 y 370 del CPP; a
cuyo efecto, se pronunció la siguiente doctrina legal aplicable: “Constituye uno de los elementos
esenciales del `debido proceso´ la correspondiente fundamentación de las resoluciones, las
mismas que deben ser motivadas, individualizándose la responsabilidad penal de cada uno de
los imputados, tomando en cuenta las atenuantes y agravantes que establece la ley penal
sustantiva, a objeto de imponer la pena. La Corte Suprema de Justicia de la Nación, máximo
intérprete de la `legalidad´, cumple una función unificadora de la jurisprudencia establecida en
materia penal, siendo de aplicación obligatoria la doctrina legal aplicable, por los Tribunales
colegiados y unipersonales inferiores, lo contrario significaría ir en contra de los fines del
Derecho Procesal Penal que busca una justicia pronta, equitativa y justa. Es evidente que el
Supremo Tribunal de Justicia de la Nación ya ha establecido una línea doctrinal respecto a los
aspectos que se deben considerar para establecer y determinar el cuantum de las sanciones
para los autores del delito de transporte de sustancias controladas, prevista en el artículo 55 de
la Ley Nº 1008, tomando en cuenta las atenuantes y agravantes, habiendo establecido en varios
autos supremos la determinación, como lo ha señalado el recurrente, en la jurisprudencia
vinculatoria presentada en el recurso, considerando que si bien es cierto que las penas son
indeterminadas, siendo la valoración y apreciación privativa de los jueces de instancia e
incensurable en casación, esto no les exonera de la obligación de considerar y tomar en cuenta
las agravantes o atenuantes que existiesen en favor o en contra del imputado, contenidas en los
artículos 37, 38, 39 y 40 del Código Sustantivo Penal, expresando invariablemente y de manera
obligatoria los fundamentos en que basan su determinación, la omisión constituye defecto
absoluto y por tanto insubsanable, como lo previene el artículo 370 inciso 1) del Código de
Procedimiento Penal, así como vulneración a los derechos y garantías reconocidas en la
Constitución, tratados y convenios internacionales, como lo determina el inciso 3) del artículo
169 del Procedimiento Penal. Según Franz Von Liszt, `La pena es un mal que el juez penal inflige
al delincuente a causa del delito, para expresar la reprobación social con respecto al acto y al
autor´ y para Pisa, además de significar un mal para el delincuente, `es un medio de tutela
jurídica´ afirmando que `No es el Estado el que puede decirle al delincuente: tengo derecho de
corregirte, pues de ello sólo puede jactarse el superior de un claustro; es el culpable el que tiene
el verdadero derecho de decir al Estado: estás en la obligación de irrogarme una pena que me
enmiende y no tienes potestad de someterme a una pena que me degrade y me torne más
corrompido de lo que soy´ (Fernando Villamor Lucia, Derecho Penal Boliviano, Parte General
página 198), evitando, como dice Beristain, que `la queja que continuamente brota de las
prisiones, donde yacen miles de hombres sepultados vivos por otros hombres, en nombre de la
justicia, en nombre de la libertad, constituyendo su imposición el alfa y omega de todo el
Derecho Penal´ siendo esencial el equilibrio y la proporcionalidad que debe existir entre la
culpabilidad y la punición que constituye uno de los rasgos esenciales del derecho penal en el
que la imposición de la pena tiene como finalidad, además de la retribución por el daño causado,
la readaptación y reinserción del delincuente al medio social, tomando en cuenta que el nuevo
sistema acusatorio penal es `garantista´ y preserva los derechos fundamentales tanto del
imputado y de la víctima y a ambos, así como a la sociedad en su conjunto les interesa la correcta
aplicación de la ley, el respeto irrestricto de los derechos y garantías constitucionales y
procesales, porque así se garantiza la paz social y la pervivencia del Estado Social y democrático
de derecho, debiendo, en la imposición de la pena, inexorablemente, aplicar lo dispuesto en los
artículos 37, 38, 39 y 40 del Código Penal”.

El Auto Supremo 507 de 11 de octubre de 2007, emitido dentro de un proceso sobre Transporte
de Sustancias Controladas, donde se dictó Sentencia condenatoria, apelada esta, por Auto de
Vista se determinó la improcedencia de las alzadas, fallo que fue dejado sin efecto debido a que
al igual que tanto el Tribunal ad quem y A quo se limitaron a enunciar circunstancias previstas
por los arts. 38 y 40 del CP, pero sin vincularlos a la fijación de la pena, por consiguiente se
pronunció la siguiente doctrina legal aplicable: La autoridad judicial al establecer la concurrencia
de las circunstancias previstas por los arts. 37, 38, 39 y 40 del Código Penal, debe determinar su
incidencia en la fijación de la sanción y no limitarse a una simple enunciación sin aplicación
alguna, de modo, que debe establecer fundadamente si las circunstancias consideradas que
modifiquen la responsabilidad del autor del delito, operan como atenuantes o agravantes a
tiempo de imponer la sanción dentro de los límites previstos por la respectiva norma sustantiva
penal”.

Del análisis de los precedentes invocados se advierte que las problemáticas dilucidadas, tienen
relación con el hecho fáctico del cuarto motivo de casación, donde se discute la falta de
fundamentación en la imposición de la pena, por lo que corresponde ingresar a verificar la
posible existencia o no de la contradicción denunciada.

A este fin, se debe partir señalando que en Sentencia, el Tribunal a quo a momento de proceder
a la fijación de la pena precisó que el recurrente es autor de los delitos de Incumplimiento de
Deberes, Conducta Antieconómica, Uso Indebido de Influencias y Contratos Lesivos al Estado,
previstos y sancionados por los arts. 154, primer párrafo 224, 146 y primer párrafo 221 del CP,
que de acuerdo a los antecedentes de la prueba de descargo, circunstancias inherentes a la
sanción a imponerse, concluyó que actuó de forma dolosa, incumpliendo varias normas legales
cuando era funcionario público y si bien no tiene antecedentes penales y judiciales, debe
considerarse que fue autor directo y teniendo presente su personalidad; posteriormente, en la
parte dispositiva de la Sentencia se contempla la condena por la comisión de los delitos de
Incumplimiento de Deberes, Conducta Antieconómica, Uso Indebido de Influencias y Contratos
Lesivos al Estado previstos en los arts. 154, 224 párrafo primero, 146 y 221 párrafo primero del
CP, condenando al recurrente Alberto Luis Aguilar Calle, a la pena de seis años y diez meses de
presidio más cuatrocientos días multa a Bs. 2,50 por día, corroborándose que no es evidente
que esta fijación de la pena adolezca de una debida explicación respecto a los criterios que
dieron lugar a determinar la sanción; por cuanto, precisó aunque de forma sucinta que aspectos
tomó en cuenta para la fijación de la pena, advirtiéndose que si bien su fundamentación es
escueta da a conocer las razones de orden legal que asumió para su fijación en cumplimiento de
los arts. 37 y 38 del CP, por lo que el Tribunal de mérito no omitió fundamentar adecuadamente
y suficientemente las razones por las cuales fijó la pena privativa de libertad; por lo que no se
advierte que se haya dejado en incertidumbre al condenado ni la incursión en el defecto previsto
en el art. 370 inc. 1) del CPP, más aun considerando que el Tribunal de alzada, a tiempo de
analizar la Sentencia, procedió a responder las vicisitudes que no pudieron ser plasmadas
expresamente en sentencia ampliando la fundamentación con relación al quantum de la pena,
para luego concebir que el Tribunal inferior observó los arts. 37 y 38 del CP y efectuando hasta
citas de la parte considerativa de la Sentencia, procedió a observar por el contrario el
planteamiento del agravio del apelante sobre la causal aducida del defecto contenido en la
Sentencia, [inc. 1) del art. 370 del CPP]; en cuanto, a las expresiones la inobservancia de la ley o
errónea aplicación de la ley sustantiva, no obstante de realizar la fundamentación al agravio
aducido, para concluir que la pena impuesta se encuentra dentro de los parámetros establecidos
por los artículos por los que fué condenado el acusado, a quien no se le habrían vulnerado sus
derechos; aspecto que, denota que el Tribunal de alzada de igual forma observó las
circunstancias agravantes y atenuantes previstas en los arts. 37, 38, 39, 40 del CP, con las
facultades que le otorga los arts. 124, 171 y 173 del CPP, complementando la fundamentación
sobre la temática, en conformidad al art. 414 segundo párrafo del CPP.

Es necesario reiterar que, la aplicación de las normas relativas a la determinación de la pena,


antes analizadas, deben estar acompañadas de una fundamentación clara y suficiente, sin que
esta sea necesariamente extensa, por cuanto basta con que se genere en los procesados
certidumbre jurídica sobre la decisión asumida, tanto por el Tribunal de mérito como por el
Tribunal de alzada, este último en ejercicio de sus facultades de revisión de las actuaciones del
inferior como efecto de la apelación restringida, como aconteció en el caso de autos, razones
por las que no se ha demostrado la contradicción con los precedentes invocados; en
consecuencia, el presente motivo resulta infundado.

III.2.2. Con relación al recurso de Tomas López Villarte.

El recurrente denuncia como primer motivo, que el Tribunal de alzada convalidó los agravios
sufridos en Sentencia, sobre la falta de consideración de los fundamentos de su defensa en
juicio, argumentando que no era necesario incorporar los fundamentos de la defensa, porque
no puso en duda las acusaciones públicas y particulares, además de que estuvieran valoradas
las pruebas; a cuyo efecto, se tiene que invocó como precedentes contradictorios los Autos
Supremos 5 de 26 de enero de 2007 y 183 de 6 de febrero de 2007, que ya fueron objeto de
desarrollo en la presente resolución, cuyo contenido fáctico se refiere en síntesis a la motivación
y fundamentación con las que debe contar las resoluciones, que en caso de la Sentencia debe
contener un análisis de todas las pruebas incorporadas a juicio, debiendo la fundamentación ser
clara sin contradicción; consecuentemente, teniendo presente que mantienen cierta relación
con el hecho fáctico motivo del primer motivo de casación, por lo que a efectos de verificar la
posible contradicción acusada se debe señalar que el recurrente alegó como uno de sus agravios
de su alzada restringida, que la Sentencia omitió considerar los fundamentos de la declaración
informativa, defensa técnica y material expuesta en juicio incurriendo en la causal 5) del art.
370 el CP; respecto a lo cual el Tribunal de apelación ha momento de dar respuesta a éste punto
impugnado, citó el Considerando V en el punto V.A.2.1. de la Sentencia, referido a la declaración
del recurrente Tomas López Villarte, afirmando que si bien se extraña la omisión de la
declaración informativa, el apelante no habría manifestado de qué manera la omisión influye en
la decisión del fallo, así como la no mención de la defensa técnica y material en Sentencia; no
obstante, de ello el Tribunal ad quem advirtió que a lo largo de la Sentencia, se tendrían
expresados los hechos y participación del acusado en los ilícitos, conclusión a la que arribó tras
citar partes de la Sentencia, de las que se desprende lo señalado, haciendo un contraste entre
lo señalado por el apelante y lo resuelto por el A quo, para llegar a concluir que las pruebas
producidas en juicio por el acusado fueron intrascendentes, así como los argumentos
expresados ineficaces, razones por las que no siendo evidente la referida contradicción aludida,
el presente motivo resulta infundado.

Como segundo motivo el recurrente denuncia que el Tribunal de alzada rechazó su agravio
referido a la errónea aplicación de los arts. 154, 224 y 146 del CP, porque el hecho acusado no
habría versado en el fondo sobre disposiciones abrogadas como señala el acusado,
puntualizando que su participación en el presunto hecho esta estrictamente vinculado al
incumplimiento del art. 3 inc. c) del Decreto Supremo 27238, disposición que estuviera
abrogada, invocando al respecto como precedente contradictorio:

El Auto Supremo 329 de 29 de agosto de 2006, pronunciado dentro de un proceso por el delito
de Tráfico de sustancias controladas, donde inicialmente se dictó Sentencia condenatoria,
apelada que fue, por Auto de Vista se declaró improcedentes las cuestiones planteadas en los
recursos de apelación restringida planteadas, confirmando la Sentencia apelada, fallo que
recurrido de casación, fue dejado sin efecto a raíz de que no se dan los elementos constitutivos
que demuestren que la conducta del imputado se hubiera adecuado a la acción de tráfico, en
consecuencia se dio una errónea aplicación de la ley sustantiva penal, habiéndose emitido la
siguiente doctrina legal aplicable: “La calificación del delito en el Código de Procedimiento Penal,
se entiende como la apreciación que cada una de las partes hace de los hechos, de las leyes
aplicables y de la resultante relacionada al acusado, y, cuando no se la califica adecuadamente,
se genera una errónea aplicación de la ley sustantiva, por la errónea calificación de los hechos
(tipicidad), porque la adecuación de la conducta humana a la descripción objetiva del o de los
delitos endilgados, debe ser correcta y exacta. Por otra parte, conviene recordar que el Auto
Supremo Nº 417/03 de 19 de agosto de 2003, estableció que la `tipicidad, es la adecuación de
la conducta del sujeto al tipo penal, es decir que el hecho se adecua al tipo´. Que la parte final
del Art. 413 del Código de Procedimiento Penal, atribuye al Ad-quem, la facultad de que `cuando
sea evidente, que para dictar una nueva Sentencia, no es necesaria la realización de un nuevo
juicio, resolverá directamente´, se refiere al caso sometido a su conocimiento, con la jurisdicción
y competencia que le asignan los artículos 42, 43, inc. 2, y, 51, numeral 2), del mismo Código,
por lo que corresponde regularizar el procedimiento y determinar que el Tribunal de Alzada
dicte una nueva Sentencia conforme a la doctrina legal aplicable”, problemática de naturaleza
sustantiva que no guarda relación con el motivo de recurso de casación, en razón a que el
recurrente cuestiona por qué no se le dio la razón en el agravio formulado en su alzada respecto
a la errónea aplicación de los arts. 154, 224 y 146 del CP (Incumplimiento de deberes, Conducta
Antieconómica y Uso Indebido de Influencias), porque el hecho acusado no se refiere en el fondo
sobre disposiciones abrogadas; aspecto que, no es similar al precedente citado que generó la
doctrina transcrita, en consecuencia no es posible su consideración a efectos de verificar la
contradicción denunciada entre el precedente y el motivo en análisis, resultando infundado,
siendo necesario destacar que en casos semejantes al presente, este Tribunal dejó sentado el
siguiente criterio contenido en el Auto Supremo 396/2014-RRC de 18 de agosto de 2014,
respecto a los requisitos que deben cumplir los precedentes contradictorios: “Siendo el recurso
de casación un mecanismo que busca otorgar a los ciudadanos la posibilidad de cuestionar la
inadecuada aplicación o interpretación de las disposiciones legales realizadas por el Tribunal de
apelación, contrarios a otros precedentes, debe señalarse que el precedente contradictorio en
materia penal, constituye una decisión judicial, previa al caso analizado, que al ser emanado por
un Tribunal superior en grado o por uno análogo, debe ser aplicado a casos que contengan
similitud con sus hechos relevantes; al respecto, la normativa procesal penal en el país, ha
otorgado al precedente contradictorio carácter vinculante (art. 420 del CPP). La importancia de
precedente contradictorio, deviene del objetivo y fin del recurso casacional, toda vez que el más
alto Tribunal de Justicia del Estado, tiene la tarea u objetivo de unificar o uniformar la
jurisprudencia nacional, con el fin de brindar seguridad jurídica a las partes inmersas en un
proceso judicial, asegurando la aplicación uniforme de la ley y por ende la efectivización del
principio de igualdad y la tutela judicial efectiva; atribución, que se encuentra descrita en los
arts. 419 del CPP y 42 inc. 3) de la Ley del Órgano Judicial (LOJ) y que es conocida como función
nomofiláctica (interpretación de la norma en procura de una jurisprudencia uniforme e
integrada).

De lo anterior, se establece que únicamente son recurribles en casación, aquellos Autos de Vista
que resulten indudablemente contrarios a la jurisprudencia establecida en un hecho similar; por
este motivo, para que el planteamiento del recurso casacional sea certero, el recurrente no debe
limitarse únicamente a presentarlo dentro el plazo dispuesto por ley y señalar la contradicción
en la que creyere que incurrió el Tribunal de alzada respecto al fallo citado, lo que podría derivar
en la admisibilidad del recurso, sino, debe asegurarse que el o los precedentes invocados,
correspondan a situaciones fácticas análogas, como exige el art. 416 del CPP; lo contrario, por
simple lógica, imposibilita a este Tribunal, verificar en el fondo la denuncia de contradicción por
ser inexistente; es decir, que al no tratarse de situaciones fácticas similares, bajo ningún aspecto
podría existir contradicción en la resolución entre uno y otro fallo” (las negrillas no cursan en el
texto original).

El recurrente como tercer motivo, acusa que el Auto de Vista carece de una debida
fundamentación, sobre el agravio referido a la falta de análisis en la subsunción realizada en
Sentencia, atribuyéndole que la comisión de los hechos punibles fue con pleno dolo, lo cual a su
decir no concurre en el delito de Incumplimiento de Deberes, habiendo invocado como
precedentes contradictorios los Autos Supremos 437 de 24 de agosto de 2007, 5 de 26 de enero
de 2007 y 4/2013 de 31 de enero, los dos primeros que ya fueron desarrollados en el presente
Auto Supremo, referidos en síntesis a la exigencia de motivación y fundamentación de toda
resolución. Además, invoca el Auto Supremo 4/2013 de 31 de enero, dictado dentro de un
proceso por el delito de Violación, donde se emitió Sentencia condenatoria, recurrida de
apelación, por Auto de Vista se declaró improcedentes las cuestiones planteadas y confirmó la
Sentencia, que recurrido de casación, este fallo fue dejado sin efecto porque fue dictado sin
observar las reglas del debido proceso y las garantías constitucionales, que constituye un
defecto absoluto de acuerdo al inc. 3) del art. 169 del CPP, sin que se haya ingresado a resolver
los demás puntos reclamados en el recurso de casación, en virtud a que previamente debía
otorgarse en el marco del derecho a la defensa a los apelantes, la posibilidad de subsanar su
recurso de apelación restringida; por consiguiente se emitió la siguiente doctrina legal aplicable:
“Es una premisa consolidada que todo Auto de Vista se encuentre debidamente fundamentado
y motivado, cumpliendo con los parámetros de especificidad, claridad, completitud, legitimidad
y logicidad, emitiendo criterios jurídicos que respaldan los fundamentos de la resolución
impugnada, en todos sus puntos. El sistema de recursos contenido en el Código de
Procedimiento Penal, ha sido concebido para efectivizar la revisión de los fallos dictados como
emergencia del juicio penal y en este propósito el artículo 180 parágrafo II del la Constitución
Política del Estado garantiza el principio de impugnación en los procesos judiciales. Esta garantía,
específicamente en el caso de la apelación restringida, se resguarda a través del artículo 399 del
Código de Procedimiento Penal en cuya virtud el Tribunal de Alzada se encuentra compelido,
una vez interpuesto el recurso, de hacer saber al recurrente sobre la existencia de defectos u
omisiones de forma, dándole un término de tres días para que lo amplíe o corrija bajo
apercibimiento de rechazo. De la interpretación cabal de la norma aludida en concordancia con
el mandato del artículo 413 del Código de Procedimiento Penal queda claro que el rechazo es la
forma de resolver la apelación restringida que ha sido formulada sin los requisitos de
admisibilidad establecidos en los artículos. 407 y 408 del Código de Procedimiento Penal (claro
está, luego de haberse otorgado a la parte el plazo previsto por el artículo 399 citado) entretanto
que la improcedencia o procedencia del recurso constituye una decisión y resolución del
Tribunal de Alzada que debe responder exclusivamente al resultado del juicio de legalidad
ordinaria, es decir a la verificación de la inobservancia de la ley o su errónea aplicación, no
resultando congruente declarar tal improcedencia bajo el fundamento de incumplimiento de
requisitos que hacen a la admisibilidad del recurso”.

De las problemáticas expuestas contenidas en los precedentes invocados por el recurrente, se


desprende que mantienen relación con la denuncia efectuada en el motivo en análisis donde se
cuestiona que el Auto de Vista carece de fundamentación, por lo que corresponde verificar la
posible existencia o no de la contradicción denunciada, a este fin, se debe partir señalando que
el Tribunal de alzada sobre el agravio del ahora recurrente Tomas López Villarte, relativo a que
la Sentencia contiene una fundamentación insuficiente incurriendo en la causal 5) del art. 370
del CPP, en vulneración del debido proceso en su vertiente del derecho a una resolución
fundamentada constituyéndose un defecto absoluto contenido en el inc. 3 del art. 169 del CPP,
el Tribunal de apelación haciendo previa cita de algunas consideraciones de la Sentencia del
epígrafe referido a la subsunción, concluyó que se encuentra suficientemente fundamentada,
indicando que este proceso se ha determinado con base a las pruebas producidas en el juicio y
que el A quo al observar que el acusado tuvo participación activa actuó con dolo, porque el
acusado incumplió varias normas legales, sin que haya observado la vulneración de los derechos
aludidos ni que se haya incurrido en la causal alegada ni advertido defecto absoluto previsto,
careciendo de sustento legal el agravio formulado, aspectos de los que se desprende que otorgó
respuesta fundada al motivo de apelación sobre una posible insuficiencia en la fundamentación
de la Sentencia y para ello acudió a la cita de partes de la Sentencia, a efectos de no causar duda
sobre lo resuelto y porque precisa las razones que llevaron a la convicción de que el agravio
carecía de sustento; por consiguiente, no se ha demostrado su contradicción con los
precedentes invocados al efecto, deviniendo el presente motivo en infundado.

Como cuarto motivo el recurrente, denunció que el Tribunal de alzada convalidó los defectos
del Tribunal de Sentencia, que no habría dado una respuesta cabal y jurídicamente
fundamentada, con relación a la fijación de la pena, habiendo invocado como precedentes
contradictorios los Autos Supremos 99 de 24 de marzo de 2005 y 507 de 11 de octubre de 2007,
cuyas problemáticas fácticas ya fueron desarrolladas en el presente Auto Supremo, cuyo
contenido esencial se refiere a que las resoluciones deben ser debidamente fundamentadas y
motivadas individualizándose la responsabilidad penal de los imputados tomando en cuenta las
atenuantes y agravantes que establece la ley penal sustantiva y las circunstancias establecidas
en los arts. 37, 38, 39 y 40 del CP; consecuentemente, al existir relación con el motivo de recurso
en análisis, se procede a la verificación de una posible contradicción entre estos y el Auto de
Vista impugnado.

Al respecto, se constata que la Sentencia con relación al acusado Tomás López Villarte, sostuvo
que es autor de los delitos de Incumplimiento de Deberes, Conducta Antieconómica y Uso
Indebido de Influencias, tipificados y sancionados por los arts. 154, primer párrafo 224 y 146 del
CP, que tuvo participación activa con dolo, porque incumplió varias normas legales cuando era
funcionario público y si bien no tiene antecedentes penales y judiciales, consideró la
personalidad del acusado, de modo que en su parte resolutiva lo condenó por los delitos
mencionados a la pena privativa de libertad de seis años de presidio, mas trescientos días multa,
a Bs. 2.50 por día; aspecto que, fue cuestionado en alzada restringida observando la errónea
aplicación de la ley sustantiva en lo vinculante a la fijación de la pena incurriendo la Sentencia
en la causal 1 del art. 370 del CPP; agravio sobre el que, el Tribunal de alzada observó que el
apelante no precisó de manera correcta qué ley sustantiva fue aplicada erróneamente y en su
caso cuál debió ser aplicada, procediendo a la cita del Considerando V, V.B (Apreciación
conjunta de la prueba esencial producida), en el inc. d) y Considerando VI, VI.B (Fijación de la
pena), para luego concluir que la pena se encontraría dentro del parámetro de pena establecido
en los tipos penales; asimismo, ampliando la fundamentación de la sentencia hizo referencia a
que el A quo tomó en cuenta los arts. 37 y 38 del CP, además de que no tiene antecedentes
policiales, ni judiciales y las condiciones especiales en el momento de consumarse los hechos así
como las funciones que desempeñada el acusado en ese momento y si bien extrañó la
consideración de los arts. 37 y 38 del CP, observó defectos formales en la formulación del
agravio, para luego afirmar que el Tribunal de Sentencia hizo la ponderación de las
circunstancias de personalidad del autor, concluyendo que la Sentencia cumplió con el art. 124
del CPP, por lo que no advirtió la presencia de la causal aducida; aspectos que, denotan que el
Tribunal dio una respuesta fundamentada al agravio señalado, sin obviar su labor de control
sobre la fundamentación en la fijación de la pena, inclusive a efectos de precautelar los derechos
de los acusados procedió a realizar una fundamentación complementaria de conformidad a las
facultades otorgadas por el art. 414 del CPP, generando convicción y certeza al condenado sobre
la sanción que le fue impuesta, por lo que no es evidente la contradicción del Auto de Vista con
los precedentes invocados; consecuentemente, el presente motivo se encuentra infundado.
III.2.3. En cuanto al recurso de Patricia Katherine Jardín Jallaza.

La recurrente denuncia como primer motivo, que el Auto de Vista impugnado carece de una
debida fundamentación, al no haber dado respuesta de manera objetiva los agravios expresados
y argüir que no tienen sustento legal, invocando como precedentes contradictorios el Auto
Supremo 207/2007 de 28 de marzo, pronunciado dentro de un proceso por los delitos de Estafa,
Apropiación Indebida y Abuso de Confianza, donde el Auto de Vista fue dejado sin efecto a raíz
de que no absolvió de manera suficiente los agravios formulados acudiendo a la relación de
formalismos jurídicos a efecto de denegar y eludir el pronunciamiento respectivo, por lo que se
emitió la siguiente doctrina legal aplicable: “La exigencia de motivación es una garantía
constitucional de justicia, fundada en el régimen republicano de gobierno que, al asegurar la
publicidad de las razones que tuvieron en cuenta los jueces para pronunciar sus Sentencias,
permiten el control del pueblo, sobre su conducta, resguardando con ello a los particulares y a
la colectividad contra las decisiones arbitrarias de los jueces; la motivación responde también a
otros fines, ya que podrán los interesados conocer las razones que justifican el fallo y decidir su
aceptación o fundar su impugnación por los medios que la ley concede. Al mismo tiempo brinda
al Tribunal de alzada el material necesario para ejercer su control y finalmente sirve para crear
la jurisprudencia, entendida como el conjunto de las enseñanzas que derivan de las Sentencias
judiciales. De ahí que la motivación de los fallos emergentes de los recursos, debe ser expresa,
clara, legítima y lógica. a) Expresa: Porque el Tribunal, no puede suplirla por una remisión a otros
actos, o a las constancias del proceso, o reemplazarlas por una alusión de la prueba. La ley exige
que el juzgador consigne las razones que determinan su decisorio, expresando sus propias
argumentaciones de modo que sea controlable el iter lógico seguido por él, para arribar a la
conclusión. b) Clara: En la resolución, el objeto del pensar jurídico debe estar claramente
determinado, de manera que produzca seguridad en el ánimo de quienes la conozcan, aun por
los legos. c) Completa: La exigencia comprende a todas las cuestiones planteadas por las partes
en los diferentes recursos que se analizan, y a cada uno de los puntos decisivos que justifican
cada conclusión. El Tribunal está obligado a considerar todas las cuestiones esenciales o
fundamentales que determinan el fallo. En este sentido, cualquier aspecto de la indagación
susceptible de valoración propia, asume individualidad a los fines de la obligación de motivar y
sobre la base del principio de exhaustividad habrá falta de motivación, cuando se omita la
exposición de los razonamientos efectuados sobre un punto esencial de la decisión y sobre los
hechos secundarios alegados en el mismo, porque la obligación de motivar alcanza también a
ellos en cuanto comprenden el iter a través del cual el Tribunal llega a la conclusión sobre la
causa petendi. La motivación de los fallos emergentes de los recursos, para ser completa, debe
referirse al petitum y al derecho, analizando la resolución impugnada y expresando las
conclusiones a las que se arribe luego de un examen sobre la veracidad de las denuncias
formuladas, resolver apartándose del petitum significa que el fallo incurre en un vicio de
incongruencia. El vicio de incongruencia como desajuste entre el fallo judicial y los términos en
los que las partes han formulado su pretensión o pretensiones, en definitiva constituyen el
objeto del recurso. Al conceder más, menos o cosa distinta a lo pedido, el órgano judicial incurre,
en las formas de incongruencia conocidas como ultra petita, citra petita o extra petita partium.
d) Legítima: La legitimidad de la motivación se refiere tanto a la consideración de las denuncias
formuladas, como a la obligación de revisar ex oficio la legitimidad del proceso. Por lo tanto, el
fallo que se funda en la consideración de cuestiones alejadas del objeto particular del recurso
deducido, no esta debidamente motivada. e) Lógica : Finalmente se exige que la Sentencia
cumpla con las reglas de logicidad, de ahí que el Tribunal valorará las cuestiones formuladas de
un modo integral, empleando el razonamiento inductivo, verificando la observancia de las reglas
de la sana crítica y exponiendo los razonamientos en que se fundamenta la decisión; es decir,
sustentándolos en las reglas de la lógica, psicología y experiencia. Cuando a tiempo de emitir un
decisorio, los Tribunales no observan los presupuestos señalados supra, incurren en vicios
absolutos que atenta contra al derecho a la defensa y al debido proceso, debiendo la autoridad
jurisdiccional dictar sus resoluciones debidamente motivadas, guardando coherencia entre la
parte considerativa y la dispositiva, esto es sin incurrir en contradicciones, en desorden de ideas,
yuxtaposición numerativa de folios o de afirmaciones formuladas mecánicamente, o en una
frondosa, enrevesada y superficial acumulación de disgresiones sin mayor relación con el caso a
resolver, una resolución resulta insuficientemente motivada cuando en el caso concreto resulta
superficial y/o unilateral o cuando los argumentos esgrimidos resultan contradictorios
antagónicamente, o cuando se detectan vicios de razonamiento o de demostración (falacias o
paralogismos), en todo caso la redacción debe guardar claridad explicativa, no siendo una
exigencia que los decisorios sean extensos o ampulosos”.

También invocó el Auto Supremo 144/2013 de 28 de mayo, emitido dentro de un proceso por
los delitos de Apropiación Indebida y Abuso de Confianza, donde inicialmente se dictó Sentencia
condenatoria, apelada que fue, por Auto de Vista se declaró improcedente la alzada planteada,
recurrido de casación, este fallo fue dejado sin efecto, porque infringió los arts. 124 y 398 del
CPP; toda vez, que no se pronunció ni resolvió todos los puntos reclamados en el recurso de
apelación restringida, olvidando su obligación de circunscribir la decisión a los puntos acusados
por el apelante; puesto que, se pronunció de manera vaga, omitiendo pronunciarse sobre otra
denuncia, concluyéndose que carecía de una correcta y adecuada fundamentación; aspecto que,
vulneró el debido proceso, por lo que se pronunció la siguiente doctrina legal aplicable: “Es
obligación del Tribunal de Apelación, realizar una adecuada motivación en las resoluciones que
pronuncie, debiendo todo Auto de Vista contener suficiente fundamentación,
circunscribiéndose a los puntos denunciados en el recurso de apelación restringida, dentro lo
limites señalados por los artículos 398 del Código de Procedimiento Penal y parágrafo II del
artículo 17 de la Ley del Örgano Judicial, los cuales serán absueltos uno a uno con la debida
motivación y en base de argumentos jurídicos individualizados y sólidos, a fin de que se pueda
inferir una respuesta con los criterios jurídicos correspondientes al caso, sin que la
argumentación vertida sea evasiva o incongruente; cumpliendo con los parámetros de
especificidad, claridad, completitud, legitimidad, logicidad que se encuentran determinados en
el Auto Supremo Nro. 12 de 30 de enero de 2012, dejando conocer al recurrente la respuesta a
cada alegación, lo contrario constituye un vicio de incongruencia omisiva (citra petrita o ex
silentio) que vulnera lo establecido por los artículos 124 y 398 del Código de Procedimiento
Penal”.

De las problemáticas disgregadas, se establece que tienen relación fáctica con el motivo de
recurso de casación en análisis donde se denuncia la falta de una debida fundamentación
objetiva respecto a los puntos apelados; es así, fue a efectos de verificar la posible contradicción
con el Auto de Vista impugnado, se debe tener presente que en síntesis el Tribunal de alzada a
momento de dar respuesta a los agravios formulados por Patricia Katherine Jaldín Jallaza en su
apelación restringida, señaló:
Sobre la errónea aplicación de la ley sustantiva por aplicación del art. 47 de la Ley 1008, el Ad
quem advierte que el planteamiento de la recurrente contiene una fundamentación confusa, ya
que fue juzgada por los delitos insertos en los arts. 154 y 224 primera parte del CP; que sobre el
art. 154 del CP y cuál el deber previsto por ley que incumplió, el Tribunal de apelación cita el
Considerando II de la Sentencia haciendo una relación de los hechos fácticos y su deber de
cumplir las normas del proceso de contratación, concluye que el agravio carece de sustento legal
y jurídico; en cuanto, al delito de conducta antieconómica, luego de hacer referencia a los
hechos fácticos concluye que no es evidente que la apelante no tenía la obligación de rendir
cuentas sobre los fondos de avance entregados, en su condición de Directora Administrativa
Financiera, siendo responsable de todo el manejo económico de la institución, hallando no
sustentable su agravio al respecto, asimismo citando el Considerando III numeral 9, señaló que
el Tribunal de Sentencia indicó: “…más cuando, en el momento de la suscripción del contrato
con la empresa PROINTEC S.A. no se contaba con el presupuesto inscrito ni siquiera para cubri
el anticipo del 20%...”, razonamiento que considera demuestra que la apelante no obró de
acuerdo a la norma, por lo que su agravio tampoco tendría sustento legal.

Sobre la insuficiencia en la fundamentación de la Sentencia, nuevamente el Tribunal ad quem


acude a la cita del Considerando III (Enunciación del Hecho y Circunstancias Objeto del Juicio)
de la Sentencia, concluyendo que el Tribunal a quo, motivó la acusación y juzgamiento de la
entonces apelante; por cuanto, ésta no posibilitó los pagos bajo la modalidad de fondos de
avance a Víctor Hugo Moreno Sotomayor, a Daysi Quispe Bautista, Álvaro Omar Landa Durán,
con fines de Estudio e Investigaciones para Proyectos de Inversión no Capitalizables,
Socialización del Proyecto Oruro Puerto Seco, Estudio de Localización del Proyecto del Puerto
Seco Oruro, para luego señalar que la relación de hechos para cada acusado se halla descrito en
el Considerando III de la Sentencia; similar situación acontece al responder al agravio referido a
insuficiente fundamentación de las pruebas, donde el Tribunal de alzada cita el Considerando V
(Apreciación conjunta de la prueba esencial producida) y concluye afirmando que Tribunal de
origen otorgó el valor de prueba esencial a la prueba documental advirtiendo que las pruebas
tanto documental y testifical fueron valoradas, por lo que la Sentencia fue emitida de acuerdo
al art. 124 del CPP; consiguientemente, la alzada no tendría asidero legal y sobre el agravio
apelado referido a la insuficiente fundamentación fáctica probatoria y jurídica en relación a la
justificación de la pena, el Tribunal de alzada sostuvo que la sanción impuesta se encuentra
conforme a los antecedentes del proceso penal, no habiéndose demostrado los defectos de la
Sentencia contenidos en las causales 1 y 5 del art. 370 del CPP; en consecuencia, el agravio no
cuenta con sustento legal y jurídico.

De lo precedentemente señalado este Tribunal advierte que el Tribunal de alzada se ha referido


a cada punto apelado, y que para ello procedió a efectuar inclusive cita de ciertas partes
considerativas que hacen a la Sentencia, para efectivizar su labor de control de lo resuelto en
sentencia y así poder verificar la procedencia o no de los agravios formulados por la ahora
recurrente, constatando que las denuncias de la apelante punto por punto carecen de sustento
legal, habiendo expuesto de forma precisa y clara, las razones que llevaron a asumir ciertas
conclusiones, sobre cada motivo apelado; en cuyo mérito, no se ha demostrado la contradicción
del Auto de Vista impugnado con los precedentes invocados, por lo que el presente motivo
resulta infundado.
Como segundo motivo, la recurrente acusó que el Auto de Vista impugnado, convalidó la
errónea aplicación de la ley sustantiva (arts. 154 y 224 del CP), que constituye defecto de
Sentencia, al efecto invocó como precedentes contradictorios los siguientes:

El Auto Supremo 431 de 11 de octubre de 2006, emitido dentro de un proceso por el delito de
Suministro de sustancias controladas, donde inicialmente se dictó Sentencia condenatoria por
el delito de Suministro y absuelto del delito de Tráfico de Sustancias Controladas, apelada esta
determinación, por Auto de Vista se declaró improcedente el recurso confirmando la Sentencia
apelada, que recurrido de casación, este fallo fue dejado sin efecto; habiéndose emitido la
siguiente doctrina legal aplicable: “que la calificación del hecho a un tipo penal determinado es
en razón a describir primeramente el hecho para luego comparar las características de la
conducta ilícita con los elementos constitutivos del delito; es necesario tomar en cuenta que la
conducta general descrita por el tipo penal se encuentra en la norma, mientras que la conducta
particular se identifica por la descripción de sus peculiaridades, si estas se subsumen a todos los
elementos constitutivos de un tipo penal, recién podrá calificarse el hecho como delito incurso
en tal normativa; en caso de que falte la adecuación de un elemento constitutivo del tipo penal,
el hecho no constituye delito o en su caso se adecua a tentativa u otra figura delictiva”.

El Auto Supremo 329 de 29 agosto de 2006, dictado dentro de un proceso por el delito de Tráfico
de Sustancias Controladas, donde se emitió Sentencia condenatoria, apelada que fue, por Auto
de Vista se declaró improcedentes las cuestiones planteadas en los recursos de alzada,
resolución que fue dejada sin efecto porque en este proceso no se dan los elementos
constitutivos que demuestren que la conducta del imputado se hubiera adecuado a la acción de
tráfico; en consecuencia, se dio una errónea aplicación de la ley sustantiva penal, habiéndose
en consecuencia pronunciado la siguiente doctrina legal aplicable: “La calificación del delito en
el Código de Procedimiento Penal, se entiende como la apreciación que cada una de las partes
hace de los hechos, de las leyes aplicables y de la resultante relacionada al acusado, y, cuando
no se la califica adecuadamente, se genera una errónea aplicación de la ley sustantiva, por la
errónea calificación de los hechos (tipicidad), porque la adecuación de la conducta humana a la
descripción objetiva del o de los delitos endilgados, debe ser correcta y exacta. Por otra parte,
conviene recordar que el Auto Supremo Nº 417/03 de 19 de agosto de 2003, estableció que la
`tipicidad, es la adecuación de la conducta del sujeto al tipo penal, es decir que el hecho se
adecua al tipo´. Que la parte final del Art. 413 del Código de Procedimiento Penal, atribuye al
Ad-quem, la facultad de que `cuando sea evidente, que para dictar una nueva Sentencia, no es
necesaria la realización de un nuevo juicio, resolverá directamente´, se refiere al caso sometido
a su conocimiento, con la jurisdicción y competencia que le asignan los artículos 42, 43, inc. 2,
y, 51, numeral 2), del mismo Código, por lo que corresponde regularizar el procedimiento y
determinar que el Tribunal de Alzada dicte una nueva Sentencia conforme a la doctrina legal
aplicable”.

El Auto Supremo 315 de 25 de agosto de 2006, pronunciado dentro de un proceso por el delito
de Tráfico de Sustancias Controladas, donde se dictó Sentencia condenatoria, apelada esta
determinación, por Auto de Vista se declaró admisible el recurso e improcedente las cuestiones
planteadas, confirmando la Sentencia referida, el cual recurrido de casación fue dejado sin
efecto, porque existió una errónea aplicación de la ley sustantiva por parte de los Tribunales de
Sentencia y apelación al no estar calificada la conducta del imputado en el tipo penal de
"transporte de sustancias controladas"; consecuentemente, se emitió la siguiente doctrina legal
aplicable: “Un Estado democrático de Derecho está sostenido por el equilibrio y control riguroso
que dimanan de los principios de legalidad, derecho al cumplimiento de la reglas del debido
proceso penal y publicidad. Bastará que exista la ausencia de uno de ellos para demandar la
corrección y, con mayor razón, si las infracciones han sido reclamadas oportunamente por el
recurrente a quien le causa perjuicios la forma de resolución que incurre en `error injudicando´,
tarea que la ley obliga a que los Tribunales de Justicia se sometan a la ley emitiendo Sentencias
que fluyan del respeto absoluto al `principio de legalidad´ realizando los juzgadores tareas
objetivas de subsunción que demuestren, objetivamente, el encuadramiento perfecto de las
conductas tachadas de antijurídicas en el marco descriptivo de la ley penal, lo contrario
significaría crear `inseguridad jurídica` en perjuicio de toda la población. Que los supuestos de
errónea aplicación de la ley adjetiva se refieren: a) a los defectos de procedimiento en general
y b) a los específicamente contenidos en los artículos 169 y 370 - 1) del Código de Procedimiento
Penal, al haberse condenado al imputado, por un tipo penal que no le corresponde, en evidente
infracción de norma penal sustantiva, toda vez que el tipo penal de `transporte de sustancias
controladas´ se encuentra previsto en el artículo 55 que señala: `El que ilícitamente y a sabiendas
trasladare o transportare cualquier sustancia controlada, será sancionado con ocho a doce años
de presidio y mil a mil quinientos días de multa e incautación definitiva del motorizado o medios
de transporte´. Constituyéndose en norma especial frente al tipo penal descrito en el artículo 48
de la Ley Nº 1008, por lo que se incurre en violación al `principio de legalidad´ al no calificarse
adecuadamente la conducta ilícita del imputado en el tipo penal correcto, máxime si no se
tomaron en cuenta los principios de `favorabilidad´e `in dubio pro reo´ en favor del imputado.
La conducta descrita por el artículo 48 de la Ley Nº 1008 que establece el `tráfico de sustancias
controladas´ tiene por elemento esencial la `comercialización´ de sustancias controladas ilícitas
en una de las formas que establece el artículo 33 inciso m) de la referida ley especial, si la
conducta del imputado no se encuentra vinculada a estos fines pero es `ilícita per se´ por una
norma especial, ésta debe aplicarse, lo contrario significaría dejar a la definición discrecional del
juzgador que a su vez traduciría una violación al Principio Constitucional y Penal de ,`legalidad´e
infracción al Derecho fundamental a la Seguridad Jurídica inmerso en el artículo 7 de la
Constitución Política del Estado. Siendo evidente la existencia de `error injudicando´ por
indebida subsunción de la conducta del procesado en un tipo penal diferente al establecido por
ley aspecto que debió ser advertido por el Tribunal de alzada, corresponde al Supremo Tribunal,
en aplicación del segundo párrafo del artículo 419 del Código de Procedimiento Penal, dejar sin
efecto el Auto de Vista impugnado y disponer que la misma Sala Penal Primera del Distrito de La
Paz pronuncie nuevo Auto de Vista tomando en cuenta la línea doctrinal sentada en cuanto a la
infracción de norma penal sustantiva”.

El Auto Supremo 67 de 27 de enero de 2006, dictado dentro de un proceso por el delito de


Homicidio en Emoción Violenta, habiéndose pronunciado inicialmente Sentencia condenatoria,
apelada que fue, por Auto de Vista se declaró improcedente la alzada manteniendo firme y
subsistente la Sentencia, recurrido de casación este fallo fue dejado sin efecto, a raíz de que el
Auto de vista ratificó la Sentencia incurriendo en "error injudicado", ya que la Sentencia fue
incongruente porque la víctima no era ascendiente, descendiente, cónyuge, o conviviente del
imputado, aspecto que violó la garantía constitucional del "debido proceso" en perjuicio del
imputado, por lo que se emitió la siguiente doctrina legal aplicable: “El `principio de tipicidad´
se establece en materia penal a favor de todos los ciudadanos y se aplica como una obligación
a efectos de que los jueces y Tribunales apliquen la ley penal sustantiva debidamente,
enmarcando la conducta del imputado exactamente en el marco descriptivo de la ley penal a
efectos de no incurrir en violación de la garantía constitucional del `debido proceso´, la
calificación errónea del marco descriptivo de la ley penal deviene en defecto absoluto
insubsanable, tal como sucede en el caso de autos en que los Tribunales de Sentencia y apelación
subsumieron la conducta del procesado en el tipo penal de homicidio en emoción violenta
párrafo segundo cuando debió ser el mismo artículo en su párrafo primero. Evidenciándose
violación al principio de `legalidad´ que además se complementa con los principios de
`taxatividad´, `tipicidad´ `lex escripta´ y `especificidad´. Violando además la `galanía
constitucional del debido proceso´ por su errónea aplicación de la Ley sustantiva”.

De la revisión de las problemáticas de los precedentes señalados, se establece que se refieren


al correcto proceso de calificación del hecho a un tipo penal determinado; aspecto que, es
cuestionado en el motivo de recurso de casación donde la recurrente advierte que el Tribunal
de alzada no expone ningún análisis y fundamentación sobre la errónea aplicación de la ley
sustantiva de los arts. 154 y 224 del CP, aspecto denunciado en su alzada, convalidando de esa
forma la Sentencia; por consiguiente, a efectos de verificar la posible contradicción denunciada
con los precedentes invocados, se debe partir señalando que el Tribunal de alzada a momento
de responder el agravio de la recurrente, referido a la errónea aplicación de la ley sustantiva,
por aplicación del art. 47 de la Ley 1008, observó inicialmente que su apelación contendría una
fundamentación confusa, al haber sido procesada por los delitos contemplados en los arts. 154
y 224 primera parte del CP; es así que, sobre el delito de Incumplimiento de Deberes previsto
en el art. 154 del CP, procedió a citar el Considerando II de la Sentencia haciendo una relación
de los hechos fácticos y su deber de cumplir la entonces apelante con las normas del proceso de
contratación, para luego deducir que el punto apelado no tendría sustento legal; en cuanto, al
delito de Conducta Antieconómica establecido en el art. 224 del CP, el Tribunal ad quem luego
de hacer referencia a los hechos fácticos afirmó que, no es evidente que la apelante no tenía la
obligación de rendir cuentas sobre los fondos de avance entregados en su función de Directora
Administrativa Financiera, siendo responsable de todo el manejo económico de la institución,
hallando no sustentable su agravio al respecto, procediendo para ello nuevamente a citar partes
de la Sentencia, para luego rechazar el agravio, aspectos de los que se desprende que
evidentemente el Tribunal de alzada a momento de dar respuesta a los puntos impugnados por
la recurrente, procedió a la cita de fragmentos de la parte Considerativa de la Sentencia;
empero, lo hizo a efectos de hacer más comprensible el razonamiento que condujo a la
conclusión en la resolución del agravio de una posible errónea aplicación de la ley sustantiva;
consecuentemente, no ha omitido su labor de control de lo resuelto en Sentencia y los
argumentos vertidos por la apelante, respecto a la correcta calificación de los hechos delictivos
por los cuales fue procesada; por consiguiente, no existe contradicción con los precedentes
invocados, resultando el presente motivo infundado.

La recurrente, como tercer motivo, denunció que el Auto de Vista convalidó la Sentencia que se
encuentra insuficientemente fundamentada, respecto a la fundamentación probatoria
intelectiva sobre el valor otorgado a los medios de prueba, habiendo invocado como precedente
contradictorio el Auto Supremo 724 de 26 de noviembre de 2004, emitido dentro de un proceso
seguido por los delitos de Estafa y Estelionato, donde se dictó Sentencia condenatoria, apelada
esta determinación por Auto de Vista se declaró improcedentes los recursos de apelación
restringida interpuestos, manteniendo firme y subsistente la Sentencia dictada con modificación
de la pena impuesta, fallo que recurrido de casación fue dejado sin efecto al no haberse
pronunciado sobre todos los puntos apelados, incurriendo en defectos de Sentencia
insubsanables, por lo que correspondía anular la Sentencia y disponer la reposición del juicio
por otro Tribunal, conforme determina el primer parágrafo del art. 413 del CPP;
consecuentemente, se pronunció la siguiente doctrina legal aplicable: “Que el juicio oral, público
y contradictorio conforme dispone el artículo 1 del Código de Procedimiento Penal, se halla
tutelado por las garantías constitucionales y las normas procesales que son de orden público y
de cumplimiento obligatorio. En su desarrollo las partes asumen el papel protagónico de
someterse a las reglas del debido proceso en igualdad de condiciones. Los Tribunales de
Sentencia o el Juez deben emitir la Sentencia fundamentada consignando todos y cada uno de
los hechos debatidos en el juicio, con un análisis de todas y cada una de las pruebas de cargo y
descargo incorporadas legalmente en el proceso, debiendo la fundamentación ser clara sin
contradicción entre la parte considerativa y la resolutiva, con indicación de las normas
sustantivas o adjetivas que respalden el fallo requisitos que toda Sentencia debe contener,
constituyendo su omisión defectos de Sentencia insubsanables al tenor del artículo 370 inciso
3) y 5) del Código de Procedimiento Penal, por lo que en esos casos corresponde aplicar el primer
parágrafo del artículo 413 del Código de Procedimiento Penal”, precedente que guarda similitud
con la controversia contenida en el motivo en análisis donde se denuncia que el Tribunal de
alzada convalidó la Sentencia cuya fundamentación probatoria intelectiva se extraña, por lo que
corresponde verificar una posible contradicción con el Auto de Vista ahora impugnado.

A este fin, corresponde señalar que frente a la apelación referida a la insuficiente


fundamentación de las pruebas formulada por la recurrente, el Tribunal ad quem nuevamente
citó partes de la Sentencia como hizo con el Considerando V (Apreciación conjunta de la prueba
esencial producida), para luego concluir que el Tribunal de mérito otorgó el valor de prueba
esencial a la prueba documental con el propósito de demostrar la existencia del hecho y la
participación de los acusados, habiéndose observado el principio de inmediación en juicio, que
coincidió con las atestaciones, al igual que la prueba de descargo, que no fue suficiente para
desvirtuar las acusaciones planteadas, advirtiendo que la Sentencia habría dado cumplimiento
a los arts. 124 y 173 del CPP y que por el contrario este agravio no explicó que prueba no mereció
valoración; aspectos que, denotan que el Tribunal de alzada se pronuncia sobre el agravio
formulado por la entonces apelante, que inclusive para efectuar el análisis correspondiente
acudió a la cita de fragmentos de la Sentencia, para luego asumir convicción de que la Sentencia
se encuentra debidamente fundamentada en cuanto a la prueba producida; precisamente para
no generar dudas en la impetrante respecto a su reclamo; y, si bien observa que la alzada es
imprecisa a momento de exponer el punto apelado, este aspecto no constituyó un óbice para
que el Tribunal ad quem ejerza el control necesario sobre el cumplimiento de las reglas de la
sana crítica respecto a la valoración de la prueba efectuada por el Tribunal inferior, en resguardo
a las partes y el derecho que tienen de contar con una resolución debidamente fundamentada,
de acuerdo a los arts. 124 y 173 del CPP, por lo que en este aspecto el Auto de Vista impugnado
tampoco es contradictorio con el precedente invocado, deviniendo el presente motivo en
infundado.
Como cuarto motivo, la recurrente acusó que el Auto de Vista impugnado convalidó una
Sentencia insuficientemente fundamentada, con relación a la imposición de la pena; a cuyo
efecto, invocó como precedentes presuntamente contradictorios:

El Auto Supremo 50 de 27 de enero de 2007, dictado dentro de un proceso por los delitos de
Lesiones Gravísimas, Graves y Leves, en el que inicialmente se pronunció Sentencia
condenatoria por el delito de Lesiones Gravísimas y absolutoria por los delitos de Lesiones
Graves y Leves y a otra co-imputada la declara autora del delito de Lesiones Graves y Leves,
otorgándole el beneficio del Perdón Judicial y absolviéndola del delito de Lesiones Gravísimas,
además de otros co-imputados; apelada esta determinación, por Auto de Vista se declaró
improcedentes los recursos deducidos, confirmando la Sentencia, fallo que recurrido de
casación fue dejado sin efecto, porque si bien el Tribunal de Sentencia, a tiempo de fijar la pena
a imponerse, consideró los arts. 37, 38, 39 y 40 del CP; omitió tener presente el número de
imputados, y las circunstancias del hecho; y en consecuencia, considerar la previsión de los arts.
272 con relación al 259 del CP, situación que conforme previene el art. 413 del CPP, pudo ser
directamente subsanada por el Tribunal de alzada, máxime si se encontraba plenamente
acreditado que la lesión causada en la víctima y querellante, no resultaba irreversible y podía
ser corregida mediante un procedimiento quirúrgico; consiguientemente, se emitió la siguiente
doctrina legal aplicable: “La pena se constituye en un factor de cohesión del sistema político-
social, gracias a su capacidad de restaurar la confianza colectiva en la seguridad jurídica y la paz
social que brinda el ordenamiento legal, renueva la fidelidad de los ciudadanos hacia las
instituciones y margina cualquier contraproyecto de sociedad, o lo que es lo mismo, garantizar
la constitución de la sociedad. A la vez, es un medio del que se vale el Estado, para facilitar al
individuo, que por sus actos precedentes se encuentra constreñido a afrontar una sanción legal,
a reconsiderar su postura frente a las normas socialmente aceptadas y replantear su conducta
respecto a los valores jurídicos protegidos, promoviendo la reinserción social. Finalmente esta
experiencia, cuya publicidad se encuentra garantizada por el sub sistema penal, genera en el
común social una premisa de conducta-reacción, que se constituye en el medio de prevención
general, como otro fin de la pena. De ahí que si del conocimiento de un determinado hecho el
Titular del órgano jurisdiccional llega a determinar que la conducta cumple los presupuestos de
la imputación objetiva, le corresponde aplicar la norma secundaria contenida en la sanción
penal, parte del decisorio que es de suma importancia para la aceptación del juicio, su
credibilidad y el logro de los fines de la pena. La pena no es el resultado de una simple operación
lógica sino de la valorización de los hechos y del imputado mismo; su personalidad, la
motivación, etc. Para que la fundamentación tenga poder de convicción se requiere que la
Sentencia exteriorice el razonamiento del Juez. El punto de partida para determinar la pena, es
el marco normativo del delito. Luego se tienen que explicar qué aspectos o circunstancias
agravan la pena, y cuáles la atenúan. Para el proceso de la determinación de la pena, hay que
tomar en cuenta especialmente los hechos precedentes, las circunstancias y las condiciones de
vida del imputado. Igualmente las causas que llevaron a la comisión del hecho delictivo y el
hecho mismo. Es facultad del Tribunal de alzada, ante la evidencia de que concurren en el fallo
de mérito errores u omisiones formales que se refieran a la imposición o el cómputo de penas,
modificar directamente el quantum observando los principios constitucionales y procesales”.

El Auto Supremo 14 de 26 de enero de 2007, dictado dentro de un proceso por el delito de


Estelionato, emitiéndose la Sentencia condenatoria, que una vez apelada fue confirmada por
Auto de Vista que declaró improcedentes los recursos de apelación restringida planteados, fallo
que fue dejado sin efecto en razón a que la resolución impugnada, no ofreció los suficientes
elementos de análisis a objeto de poder realizar el razonamiento de control de la logicidad del
fallo; toda vez, que a prima facie se evidenció una total falta de fundamentación intelectiva en
el Auto de Vista recurrido, que se limitó a transcribir en los tres primeros considerando, los
antecedentes del proceso, el razonamiento del a quo y las alegaciones impugnaticias formuladas
por las partes; asimismo, se evidenció que en el cuarto considerando del fallo recurrido, como
todo razonamiento, hizo una relación de normas legales, lo que no suplió la debida
fundamentación, dado que la Sentencia debe ser personalmente motivada por el juez. Además,
se dejó sentado en el precedente que por imperativo legal el juzgador debe expresar sus propios
razonamientos, de manera clara y precisa, expresando los argumentos de hecho y de derecho
en que se basan sus decisiones, luego de lo cual puede hacer las citas que estime pertinentes,
estableciendo la relación que tienen con el asunto tratado, para un mejor entendimiento del
mismo. Debido a la reciente apertura a la información pública como consecuencia de la vigencia
del principio de publicidad, el juzgador no sólo debe buscar la comprensión del fallo por las
partes o por el revisor, sino incluso anteponer el objetivo de que la Sentencia sea entendida por
el público en general, pues las partes directamente involucradas al entender las razones,
cualesquiera que éstas sean deben aceptarlas, asegurando en caso de ser posible su legítimo
acceso a una ulterior revisión. Fundamentar claramente se convierte en el valor principal de la
Sentencia, en tanto que satisface dos necesidades básicas, igualmente importantes: una,
legitimar la función judicial y dos, hacer efectivo el disfrute del derecho a la información
generada en esa decisión; consiguientemente, se emitió la siguiente doctrina legal aplicable: “Si
una Sentencia cumple con la garantía de la debida motivación, una Sentencia sustentada en
argumentos claros cumple además con otras dos garantías adicionales, una en interés de las
partes y otra en interés de la sociedad en general: la de hacer asequible el acceso a la justicia en
este caso mediante los recursos -si los hay-, y la de garantizar el derecho a la información, pues
una Sentencia obscura a disposición del público permite el acceso a la información, pero una
Sentencia que es clara lo garantiza, lo hace realmente efectivo, en tanto que no sólo se tiene
acceso a ella, sino además cumple con la función última de hacer saber a la sociedad por qué el
juzgador sentenció de una determinada manera un juicio. De ahí que los fallos deben ser
debidamente fundamentados, no siendo suficiente que se limiten a transcribir los antecedentes
procesales, los criterios del juzgador expuestos en la resolución en análisis, los fundamentos de
las partes o a hacer una relación de normas legales sin que se ponga en evidencia el iter lógico,
o camino del razonamiento, seguido por el juzgador a efecto de arribar a determinada
conclusión, cumpliendo de esa manera con la previsión del artículo 124 del Código de
Procedimiento Penal y asegurando la efectividad de una amplia gama de derechos
constitucionales”.

En cuanto al Auto Supremo 99 de 24 de marzo de 2005, ya fue desarrollado en la presente


resolución, cuya problemática en síntesis se refiere a la fundamentación que debe contener las
resoluciones respecto a la responsabilidad penal de cada uno de los imputados debiendo
aplicarse en la imposición de la pena los arts. 37, 38, 39 y 40 del CP.

Es en este sentido, que de la revisión de las problemáticas que se desprenden de los precedentes
invocados se establece que guardan relación con el motivo de casación en análisis, donde se
denuncia que el Tribunal de alzada inobserva la insuficiente fundamentación en la imposición
de la pena por parte del Tribunal a quo; consiguientemente, corresponde la verificación de una
posible contradicción con el Auto de Vista impugnado; a cuyo efecto, se debe partir señalando
que la Sentencia a momento de fundamentar la fijación de la pena a la acusada Patricia
Katherine Jaldin Jallaza, indico que la imposición de la pena se halla sujeta a que la acusada
habría actuado de forma dolosa; puesto que, como funcionaria pública permitió que no se
cumplan normas legales, para luego en la parte resolutiva de la Sentencia señalar que es autora
de la comisión de los delitos de Incumplimiento de Deberes y Conducta Antieconómica,
previstos por los arts. 154 y 224 párrafo primero del CP, condenándola a la pena privativa de
libertad de cuatro años de reclusión; apelada que fue esta determinación, el Auto de Vista
impugnado señaló sobre el agravio de insuficiente fundamentación fáctica probatoria y jurídica
en relación a la justificación de la pena, que se le aplicó la pena por los delitos que le fueron
acusados y antecedentes del proceso penal, ya que las pruebas no enervaron la acusación fiscal
y particular, que se tomó en cuenta su personalidad, la mayor o menor gravedad del hecho, las
circunstancias y las consecuencias conocidas del delito, sin que se le haya aplicado atenuación
especial concluyendo que la pena es razonable y pertinente, por lo que el a quo habría obrado
de acuerdo al art. 124 del CPP, no habiéndose demostrado los defectos de la Sentencia
denunciados; en consecuencia, se constata que la Sentencia en cuanto a la justificación de la
pena explicó sucintamente los aspectos que la determinaron; asimismo, que si bien es reiterado
también por el Tribunal de alzada este hecho, efectuó una fundamentación complementaria,
efectivizando su labor de control del fallo sometido a su revisión, en conformidad con el art. 414
del CPP; por cuanto, al no haberse demostrado que el presente proceso el fallo impugnado haya
ingresado en contradicción con los precedentes invocados, el motivo en análisis resulta
infundado.

Razones por las que al no haberse evidenciado contradicción alguna, ni infracción a las
previsiones de los arts. 124 y 398 del CPP, en mérito a las conclusiones arribadas por este
Tribunal, corresponde declarar infundados los recursos de casación planteados.

POR TANTO

La Sala Penal del Tribunal Supremo de Justicia, con la facultad conferida por el art. 42.I.1 de la
LOJ y lo previsto por el art. 419 del CPP, declara INFUNDADOS los recursos de casación
interpuestos por Alberto Luis Aguilar Calle, Tomás López Villarte y Patricia Katherine Jaldín
Jallaza.

Regístrese, hágase saber y devuélvase.

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