Cinco Problemas para Don Caracol
Cinco Problemas para Don Caracol
Cinco Problemas para Don Caracol
Cinco problemas
para don Caracol
Martín Blasco
Ilustraciones
Viviana Bilotti
Norma
www.normainfantilyjuvenil.com/ar
ANancy Giampaolo, que me tiene más
paciencia que don Caracol a Bicho Bolita.
Lacasa de don Caracol
9
de esos genios que hay en las bote]lae
Pero todos esos rumores coincidían
algo: don Caracol era demasiado
para ser otra cosa que no tuera uncaracol
Ysihabía alguien que realmentecaracol.
ad:
raba a don Caracol, ese era el
bicho
admi
Bicho Bolita quería ser inteligentebolita
con
don Caracol, quería resolver Como
miste
solucionar problemas, pensar brillante
ideas. Por eso perseguía a don
rios,
Carsosl
por todos lados yno lo dejaba en
paz.
-iQuiero ser su discípulo, don Caracol1
iOuiero ser como usted! IQuiero que me
enseñe a tener esas ideas bárbaras gue so
le ocurren! Y, a cambio, puedo ayudarlo
con sus cosas... puedo ser de gran ayuda
yo... ehhh... Puedo traerle
comida,
hojitas no muy grandes quizás, porquealgunas
no
soy muy tuerte..o puedo hacerme bolita
si quiere... aunque no sé muy bien para
quépodría servirle eso a usted..
Y asílo tenía al pobre don Caracol día y
noche, persiguiéndolo por todos lados.
Ya don Caracol la idea de tener al bicho
10
bolitade discípulo mucho no le interesaba.solo
Él estaba muy cómodo así, andando
por todos lados, durmiendo sus buenas
siestas tranquilo, cuando se le cantaba. Per
locierto es que nose le ocurríala forma do
Sacarse de encima al insistente bicho bolita.
-Y siyo fuera su discípulo seríamos un
equipoy andaríamos juntos por todos la
dos...¿Se imagina? Después de un tiempo
todo el mundo nos diría los "caracoboli
tas" olos "bolitaracol". iSiempre juntos!
Yyo puedo serle útil, don Caracol, ya va
ver, puedo hacer un motón de cosas, pue
do.. cargarle un rato esa piedra que lleva
siempre en su espalda. Eso! ¿Quiere que
se la lleve un poco?
Al oíresto, don Caracol vio la manera de
escaparse del pesado bicho bolita.
-iEsta piedra que levo en mis espal
das? No, no, está bien, a míme gusta car
garla... Pero vamos a hacer una cosa... te
voy a tomar como discípulo..
-iBien! iBravo! iBravo! exclamó con
tento el bicho bolita.
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-Hoy a la tarde voy a darte tu primera
lección. Te voy a enseñar algomuy impor
tante, pero para que lo aprendas bien, ne
cesito que vayas al atardecer a mi casa, yo
tevoy aesperar ahi. Ahora tengo que estar
un rato solo para prepararme.
-iSi! iBravo! iBravo! 0Estaréen su casa al
atardecer!
Don Caracol dio media vuelta y comen
zó a retirarse, pero Bicho Bolita le gritó
mientras se iba:
-iDon Caracol, un momento! ¿Dónde
es su casa?
-¿Dónde va a ser? iDonde vivo yo!
-Ahhh -exclamó Bicho Bolita mientras
pensaba--¿Y dónde vive usted?
-¿Dónde va a ser? iDonde novive nin
gúnotroy solo vivoyo!
Y sindecir más,se marchó.
"Ahh.. claro", pensaba Bicho Bolita, "don
de vive don Caracol y no vive nadie más,
por supuesto". Pero luego de pensarlo un
rato se dijo: Y dónde queda eso?".Sin per
der tiempo salióa la búsqueda de la casa
13
de don Caracol. 1Tenía que encontrarla an-
tes del atardecer!
Pero, "icPor dónde empezar?!", Se
pre
guntaba Bicho Bolita. Caminó ycaminó
hasta encontrarse con una araña, a quien
decidiópreguntarle.
-Disculpe, señora Äraña, isabe dónde
es la casa dedon Caracol?
-Siquerés te puedo invitar a que cono2
cas ml casa...
14
tenían nada que ver con lo que necesitaho
saber. Después les preguntó alas
hormigas
que, en vez de responderle, le contaro
todas las maravillas que tenía el hormi-
guero: cuántos pasillos, cuántas entradae
cuántos cuartos, y lo fabulosa que era su
construcción. Pero nada de eso le servía
al bicho bolita, quien comenzó a deses
perarse al ver que el atardecer se aproxi
maba. Cuando, de pronto, vio a lo lejos a
alguien que seguro podía ayudarlo en su
búsqueda: iotro caracol! Pero este caracol
nollevabanada sobre su espalda, porque,
en realidad... iera una babosa!
-Disculpe, señor Caracol preguntó Bi
cho Bolita a la babosa-. Estoy buscando
la casade don Caracol, ¿podría indicarme
dónde es?
La babosa lo miró extrañada y pestañeó
un pa de veces antes de responderle. Y es
que la babosa era un poco lenta, se toma
ba muchotiempo para todo y cuando ha
blaba, tardaba un montón de tiempo con
cada palabra.
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-Yo... no... soy... un... caracol.. Soy.. una...
babosa... Me... extraña... que... se...confunda..
¿N.. ve..la.. diferencia?
Bicho Bolita miró detenidamente a la
babosa y trató de encontrar las diferen
cias que tenía con don Caracol. Entonces
fue como si estallara una bomba en su
pequeña cabecita. iLapiedra! iEsa era la
respuesta! iDonde estádon Caracol, está
su casa! iAllí donde puede vivir él y nadie
más que él!
Luego de recorrer un poco el jardín,
justo al atardecer, Bicho Bolita encontró
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finalmente a don Caracol, que casualmen:
te se encontraba durmiendouna siesta
-0Don Caracol! -lo despertó Bicho Bo-
lita- iYa sécuál es su casa! ILa piedra que
lleva en la espalda! iEsa es su casa! Ahora
comprendo queesa erala primera lección
que quería darme: ique tengo que ser más
observador! iY que si prestamos atención
a quien tenemos entrente, sabremos gué
es lo que le pasay en qué podemos ayu
darlo! iQuégran lección, don Caracol!
-Sí... sí...-dijo don Caracol mientras se
despertaba- era eso...
Ydesde ese día, don Caracoly Bicho Bo
litaestuvieron siempre juntos. Y como se
hacía de noche,don Caracol quiso dormir
un rato, pero Bicho Bolita estaba tan emo
cionadoque no lo dejó.
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¿Y para qué sirve
hacerse bolita?
O.
Uratranguila mañana en el jardín. Las
hormigas trabajaban sin parar, las abe
jas hacían miel mientras reían, las arañas
tejían nuevas y mejores telarañas. Todos.
cada cual a su manera, eran felices. Sin em
bargo, nuestro pequeño bicho bolita con
templaba a los demás insectos del jardín
Con una expresión triste en su rostro. Don
Caracol temía preguntarle qué le pasaba.,
porque sabía que si lo hacía, su discípulo
iba a salirle con alguna cuestión muy com
plicada. Pero al ver que pasaba el tiempo y
nose le iba esa tristeza, sedecidió:
-iQué pasa, Bicho Bolita?
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Bicho Bolita suspiró apenado ydijo:
- veces,cuando veo a las abejas volan.
do, a las hormiguitas cargando hojas, a las
arañas tejiendo sus telarañas, una extraña
pregunta viene a mi mente..
-Sí, me imagino. -dijo don Caracol
te preguntás por qué hemos sido creados
tan distintos unos de otros.
-No, eso no.
-Ah, entonces, quérol cumple cada in
secto en este gran universo...
-No, eso tampoco..
-Ya sé, te preguntás cuál es el sentido
de la vida.
-No, tampoco. Lo que me pregunto al
ver
]as maravillas de cada uno de los in
sectoses ¶ quésirve hacerse bolita?
Don Caracol miró extrañado a su alumno.
-¿Cómo?
-Claro, ipara qué sirve? Mire las abejas.
Vuelan, iy encima hacen miel! Y las hormi
gas, ipueden cargar hasta cien veces su pro
piopeso! iY hjese las telarañas de las arañas!
iY además, cuántos ojos! &Y yo qué hago? iMe
convierto en bolita! iPero, qué estupidez!
osa
-Yo no creo gue sea una cosa estúpida..
-iHasta usted, por lo menos, viene con
casa incluida! Noes mucho, pero es algo.
-INo seas mal educado!
-¿Pero, yo? 0Bolita! ¿Qué gracia tiene
hacerse bolita? iYo quiero volar! iO es
muy fuerte! iO tirar telarañas! iO cambiar
de color! Que sé yo..
-Hay que estar agradecido con lo que
tenemos...
22
-Es muy fácil. pensalo: si tuvieras que ba
jar una pendiente, ino te serviría hacete bo
litay bajar rodando?Y cuando te enterrás,
ino te sirve hacerte bolita? Cuando tenés
frio, ino se te pasa haciéndote bolita? Ysi
te caés al agua,no te protegés haciéndote
bolita? iHasta ami me están agarrando ga
nas de poder hacermebolita!
-iLe cambio hacerse bolita por tene
unacasa en la espalda!
-iEsque no funciona así! Cada cual es lo
quees y tiene que aprender a vivir con eso.
-Igual yo preferiría volar -dijo Bicho
Bolita y se retiróentristecido.
Don Caracol estaba muy enojado con su
alumno. Se decía: "iAy, este chico! iCuan
do no le estoy enseñando nada, él
aprende algo, ycuando quiero en
señarle, no quiere aprender!".
Entonces entró el perro
en el jardín, que anda
ba enfurecido como
siempre. Todos
los insectos
oorrieron a esconderse, pero era muyta.
de. El perro atacó con fuerza. De
hormiguero, Destruyó el
les rompió las patitas a
montón de
bichitos, un
mordisqueó las ho
hizo un desastre total.
jas..
Entonces, don
Caracol gritócon todas sus fuerzas:
-0Ey! iSeñor Perro! Ese bicho
bolita
que está
ahí dijo que usted era un tonto, bobo, por
mal aliento,que no sabe
de su distinguirsu cola
hocico, y que, encima, es muy
pero
muy feo.
El perro miró enfurecido al bicho bolita
losojos se le llenaron de sangre de lo
eno
jado que estaba. El bicho bolita no podía
creer lo que había hecho el caracol, pero
tenía tanto miedo que
inmediatamente
hizo bolita. Entonces el perro lo atacó de
se
24
medio del jardín, rodeado por plantas .
tas y ramasquebradas, ro
bich0
estaba la pequeñ
bolita que era el bolita. Ycuando
abandonó su posición de bolita, todos se
maravillaron de que estuviera
mente sano. Después del terribleperfecta-
ataaue
delperro, ini una pata se había roto, nada!
Entonces don Caracol se acercó al bicho
bolita y le preguntó:
-¿Y? ¿Qué me decís ahora?
-Y...menos mal que sé hacerme bolita.
26
Cada cual a lo suyo
L.boa
hora de la siesta caía sobre el jardín.
Todos los insectos andaban descansan
do por ahí, excepto las hormigas, que se
guían trabajando comosiempre, pero a un
ritmo más tranguilo. En cuanto a los de
más, algunos se encontraban tirados en la
hierba, otrosconversaban tranquilamente
en alguna maceta (que para ellos es algo
así como un bar), y algunos jugaban a las
escondidas entre los yuyos. Don Caracol,
por supuesto, se encontraba durmiendo
la siesta, que para él era una Cosa muy
seria, casi una obligación; y Bicho Bolita
esperaba ansiosamente que se despertara
27
hacerle mil preguntas. Pero no
hizo
falta esperar mucho, porque desde \a
otra
punta del jardin comenzaron a escuchar
se cada vez más tuerte los gritos de Une
acalorada discusión.
-iNo le permito que hable así de mit
-iPero quién se cree que es usted!
Se trataba de la señorita Mariposa y la
señorita Araña, que se peleaban apasio
nadamente. La mariposa movía furiosa
sus alas,repletas decolores, mientras que
la araña caminaba dando vueltas con sus
ocho patas. Todos los insectos se acerca
ron porque querían saber lo que pasaba, y
también porque eran un pocochismosos.
-iUsted no se compara ni auna de mis
patas!
-iPero, por favor! iEsas patas peludas!
iQué asco!
Yasí seguían discutiendo. Pronto las inte
rrumpieron los demás bichos para pregun
tarles qué estaba pasando. La cuestión
era que discutían por cuál de las dos era
mejor, y las dos decían ser superiores a su
28
compañera. La mariposa exponía las vir
tudes de su vuelo, la magnificencia de su
porte, la belleza de sus colores. La araña
mostraba la fortaleza de sus patas, la cali
dad de sus telarañas, la capacidad de sus
ojos. Y seguían discutiendo sin ponerse
de acuerdo. Rápidamente, los insectos
tomaron partido por una de las dos. La
abeja sumósu voz a la mariposa, porque
se sentía identiticada con ella
ella, yademás.
porque no era muy amiga de la araña
ciempiés se unió a la arana, pues conei
deraba gque la grandeza de un insecto ox
evaluaba según la cantidad de
patas que tu-
yiera. Pronto el jardín tue un desparramo, EI
arillo
guiso intervenir en el asunto, con su
capacidad de convertir cualquier cosa di.
vertida en algo aburridísimo.
-En realidad, nos encontramos -dijo
el grillo- ante una discusión tan antigua
como la existencia de los insectos. La eterna
lucha entre bellezay utilidad. La mariposa
representa la belleza sin ninguna utilidad.
mientras que la araña es
muy útil sin ser bella.
Las dos lomiraron muy enojadas.
-iEstá diciendo que no soy útil?!-dijo
la mariposa mientras movía furiosa suS
alas, conmo sieso demostrara su utilidad.
-icEstá diciendo que no soy bella?!-dijo
la araña mientras pestañeabarápidamen
te con sus muchos ojos y se posaba con
suspatas peludas.
El grillolas miróa las dos sorprendido y,
Dor primera vez en mucho tiempo, se que
dócallado.
Entonces, las dos señoritas volvieron a s1
discusión. Tan violentas se pusieron, que
todos los insectos temieron que la cosa
terminara mal. Además de eso, ya no re
sultaba divertido y querían tener un poco
de silencio para volver a sus actividades.
Por lo tanto, decidieron traer a don Cara
col, el único capaz de resolver la cuestión.
Don Caracol, que estaba interesadísimo
en que elasunto terminara para poder
escuchó
quir con su siesta,
los argumentos de las
luegodio su dictamen.
dos
contatreintncant
arnentesey
-La mariposa es mejor Como
la araña es mejor comoaraña. mar
pretendió volver;
iposa
Ysin decir más a
Pero las señoritas no lo dejaron. dormir.
-iEso es lo mismo que nada!- dijo la
mariposa.
-iSí, queremos saber cuá¥l de las dos
mejor!-agregó laaraña.
es
-Esta bien, entonces tienen que demos-
trar ser mejores en la especialidad de su
contrincante; es decir, la marip0sa tiene
gue demostrar ser mejor arañaque la ara
ña, yla araña, ser mejor mariposa que la
mariposa -dijo don Caracol.
Las dos lo miraron un poquito confun
didas.
-Señorita Mariposa -continuódon Ca
racol-. ¿Le parece tácil hacer las cosas
que hace una araña?
-0Por supuesto!
32
-Señorita Araña, dle parece fácil reali
zar las tareas de una mariposa?
-iUna pavada! iSi no hacen nada!
-Entonces, en lo que queda del día, la
mariposa deberá hacer todo lo que hace
na araña y la araña deberá hacer todo lo
que hace una mariposa. Luego, la que rea
lice mejor las tareas de sucompañera será
la ganadora.
E inmediatamente comenzó la insólita
competencia.
Es difícil describir lo que pasó en el resto
de la tarde, pues realmente fue algo asonm
broso. La araña comportándose como una
mariposa y la mariposa, como una araña,
daban un espectáculo bastante ridícu
lo. Para empezar, la araña comenzó a dar
vueltas entre las flores. Pero si ver a una
mariposa arriba de una flor alegra a cual
quiera, ver a una negra y peluda araña es
bastante chocante. Yla mariposa tampoco
se acostumbraba a los lugares húmedos y
oScuros por los que solía andar la araña. La
ore mariposa se pasaba todo el tiempo
33
volando, ya que n0 queria tocar nada
miedo a ensuciarse. Cuando los Dor
la casa salen ajugar al jardin y una
niños de
se posa en sus hombros, lqué con:
posa
tarda
tos se ponen! Pero cuando esa en
vez
de una mariposa, sintieron sobre x.e
hombros.las ocho patas de
delala araña, que los
miraba con sus muchos ojOS, Ise pusieron
locos!
locos! iSalieron corriendo del
como susto!
feas telarañas que tejía
Yni hablar de las
inútiles. Ion
la mariposa, completamente
hacía con algunos yuyost e hilitos de las ho
no se Sostenian
jas, pero no tenian fuerza,
Pronto todo el jardín se llenóde moscas.
Cansados de las moscas y de que la araña
anduviera paseandopor todos lados a ple
na luz del día, los bichitos fueron a pedirle
a adon Caracol que diera por terminada la
competencia. Don Caracol juntóa las anti
guas enemigas y les preguntó:
-¿Siguen pensando que es fácil ocupar
el lugar de otro?
Luego de un rato de silencio, la araña se
animóa hablar.
-Y, la verdad es que ser mariposa es
más difícil de lo que pensaba...
-Ser araña no es nada fácil.. -dijo en
tonces la mariposa.
Yrápidamente volvieron a ser amigas y
comprendieron que don Caracol tenía ra
zón. Cada insecto era el mejor siendo lo
que era.
Así volviólapaz al jardíny don Caracol,
a suquerida siesta. YBicho Bolita, que ha
bía presenciado todoel asunto en silencio,
pensóque la mariposa sería muy bonita y
que la araña hacía muy buenas telarañas,
35
pero que al fin y al cabo
ninguna
dos sabían hacerse bolita, y
muy c
de las
de
decidióir a dormir él también. content,
36
Elladrón
U.
Unamtranguila noche en el jardín. To
dosdormían en paz y hasta las hormigas
habían dejado de trabajar. En el silencio
se escuchaba la voz del grillo, que seguía
hablando solo pero bajito, como para no
molestar. La luciérnaga alumbraba algu
nosyuyos con su luz, pero por más que se
esforzara, no podía competir con la luna
llena y su blanco resplandor.
De repente, en medio de esa noche pací
fica, se escuchó un grito.
-IAhhhh! iUn ladrón!
Todos salieron corriendo a ver qué pa
saba, todavía un poco dormidos y con la
37
sensación de que se trataba de un
sueHo
extraño. Cuando llegaron, se encontrar
a unaalterada vaquita de San Antonin
-¿Que pasó?preguntaron todos.
-Fue horrible! iQuiso atacarme!
-¿Quién? Quién quiso atacarla?
-iEl ladrón!
Todos quardaron silencio muy asusta.
dos. No era una pavada decir que un ).
drón andaba suelto por el jardín, porque
eso significaba que todas sus pertenen
cias (sus pedacitos de hojitas, sus mi.
guitas de galletita, sus piedras y ramas
rotas), todo lo valioso que tenían, podía
ser robado. Las hormigas comenzaron
aa discutir entre ellas cómo defender el
hormiguero, y no era para menos su pre
ocupación: ellas eran las que más cosas
valiosas tenían. Los demás insectos tam
bién estaban preocupados, algunos, inclu
sive, se tueron a revisar sus cosas, a ver si
no les faltaba nada. Entonces llegódon
Caracol, todavía con cara de dormido. Los
insectos se hicieron a un lado y lo dejaron
pasar, esperando que resolviera el asunto.
Pronto le contaron lo sucedido.
-Dígame, doña Vaquita, iquées lo que
vio?-preguntódon Caracol.
-Era un bicho negro y maligno... COn
ojos que brillaban en la oscuridad. dis
puesto a lo peor... i0Era un ladrón!!
-iQuiso robarle algo?
-Nnno.. no..
-Entonces, ipor qué dice que era un la
drón?
-Y... Lquéotra cosa iba a ser?
-Notiene por quéser un ladrón... -res
pondiódon Caracol.
39
-Eso -interrumpió el grillo-, &bor o.e
qué
tiene que tratarse de un ladrón?
era un asesin.. Quizás
-iNo..! intentó detenerlo don
pero al escuchar la palabra Caracol,
"asesino', to-
dos los insectos entraron en pánico.
-iQuizásera un vamp1ro!-dijouno que
había escuchado a los chicos de la casa
decirque lopeor eran los vampiros.
-i0una víbora!
-O undinosaurio!
-i0una piraña!
-iOuna maestra! -dijo otro que había
escuchado a un chico decir que lo único
que le daba más miedo que un vampiro
era la maestra.
-iAlto! iBasta!! -gritó don Caracol
i¿Y no pudo tratarse de un bicho común y
corriente, digo yo?!
Todos se quedaron callados y reflexiona
ron sobre las palabras de don Caracol, pero
la verdad era que preterían pensar que se
trataba de un ladrón, un asesino, un vamp1
ro, un dinosaurio, una piraña, o una maestra.
40
-iLesdigo que era un ladrón! -volvióa
gritarlavaquita de San Antonio.
-iSea lo que sea, tenemos que proteger
nos!-dijo entusiasmado el grillo.
-iS!iSi! iHay que protegerse contra el
bicho malvado!- gritaron todos.
Ypor más que don Caracol intentó dete
nerlos, salieron todos ala búsqueda del bicho
desconocido. iSilos hubieran visto! iEl miedo
que daban todos los insectos marchando jun
tos! Adelante iban las luciérnagas, haciendo
de antorchas, luego las hormigas ylas abejas
volando bajito, en el medio los escarabajos
con cara de malosyatrás las arañas atentas
a un posible ataque por la retaguardia. Sí,
realmente daban miedo. Por supuesto daban
miedo a cualquier bichito y no a un ser hu
mano, que de un solo pisotón se los hubiera
sacado a todos de encima. Pero para un bi
chito, era una imagen aterradora.
Revisaron todoel jardín, de arriba abajo,
de derecha aizquierda y, finalmente, de
trás de una hoja, vieron una sombra que
se movía.
41
-IAhí está! -gritaron varios.
Y mientras se acercaban, algunos aga
rraban piedras y palitos, listos para ata
car al desconocido. Entonces, corrieron
de un golpe la hojay apareció ante ellos
un bicho raro y chiquito, todo negro, con
la cola en forma de tijera, que los miraba
muy asustado.
-iPor Dios! iEs horrible!-gritó una ara
ña peluda antes de desmayarse.
Los demás ya se preparaban a atacar,
cuandoescucharon la voz de don Caracol.
-0Un momento! -dijo,y todos se frena
ron- Disculpe a mis acalorados vecinos,
señor Bicho. ¿Por casualidad no es usted
una tijereta?
-Si.. sí..señor -dijo el bicho descono
cido muy asustado.
-Entonces, usted viene del sur...
-Si..de Junín de los Andes, señor.
-iJunín de losAndes! Yo anduve por ahí
hace tiempo. ¿Conoce a la familia Tábano?
-Si...viven a unos árboles de mi casa...
-Buena gente. Y dígame, icómo legó
43
hasta acá? Porque le aviso que está bien
lejos de su casa...
Unos chicos anduvieron de vacacio
nes por mi casa; yo me metí en la zapatilla
de uno..y aquí me tiene.
-Bueno, no se preocupe, puede vivir
con nosotros como siestuviera en su casa
-y luego agregó don Caracol para los que
estaban escuchando-. Y ustedes ya sa
ben, en vez de recibir a los de afuera con
palos, recíbanlos con un abrazo, ¿O cómo
les gustaría ser recibidos a ustedes si se
encontraran lejos de su casa?
Entonces todos le pidieron disculpas al
señor Tijereta y lo invitaron a vivir con ellos.
Ybajo la luz de la luna lena, don Caracol
se fue a charlar tranguilo con el nuevo inte
grante de la comunidad del jardín, para sa
ber cÑmno andaban las cosas por el sur.
45
Se pudriótodo
47
-¿Y cómo se enteró?
-Yole conté a un grillo, que le contóa
una babosa, que le contó a una hormiga,
que le contóa una araña, que le contóa un
ciempiés, que le contóa un escarabajo, que
le contóa una avispa, que le contó a una
abeja,que le contó auna mosca, que le con
tóa un mosquito, y el mosquito le contóal
perro iPero quémosquito chismoso!
-Bueno...no es tan grave...
-i¿No es tan grave?! ¿iMe escuchó bien,
don Caracol?! iEl perro quiere vengarse!
-¿Y quépuede hacerme?
-i¿Qué puede hacerle?! iaQué puede
hacerle?! iDe todo, don Caracol! Patearlo,
pisarlo, arañarlo, masticarlo, escupirlo, tri
turarlo,lamerlo, babosearlo, mirarlo..
-Que mne mire no sería tan grave...
-Bueno, eso no... 0Pero todo lo demás, sí!
-iElperro no puede hacerme nada! Será
fuerte, pero también es muy lento, hasta
la babosa es más rápida que él.
-No... le...permito.. -dijo la babosa que
pasaba justo por ahí.
49
-Discúlpeme, señora Babosa,
fue sin querer- dijo don Caracol
y la babosa siguió su camino.
-Pero yo lo he visto correr y es b
rápido...--dijo el bichobolita. bastante
-Lentopara las ideas, quiero decir.
Así que no te preocupes, que algo se
me va a ocurrir.
53
-Listo, he visto el futuro: hoy ala
luego de comerse un Caracol, morirá tarde,
venenado.
iCómo?!-dijo el perro muy preocupado
-Lo que escuchó: después de comer 1un
caracol, moriráenvenenado. Asíque no ner.
damos más tiempo, cómanme de una vez.
El perro lo miróasombrado ytrató de pen
sar en lo que estaba pasando. Pero el perro
noera muy bueno pensando. Así que des
pués de un buen rato con cara de naday
los ojos bien abiertos, dijo:
-iEstás tratando de engañarme,caracol!
-Piense, señor Perro, piense respon
dió el caracol-, siyo quisiera engañarlo,
ile parece que le diría que tiene que co
merme? iSi yo no quiero que me coma!
Pero el destino es el destino y hay que
cumplirlo, así que cómame.
El perro pensó largamente en las pala
bras de don Caracol. Tan largamente que el
caracol durmió una pegueña siesta mien
tras esperaba. Pero después de un buen
rato, el perro muy preocupado exclamó:
54
-iYo no quiero morir envenenado!
-No podemos hacer nada contra el des
tino. Cómame de una vez, de un solo bo
cado, asíduele menos..
-iNo! iNo quiero!
-¿Pero no le digoque contra el destino
no se puede hacer nada? iAbra esa boca y
trágueme!
-iNo! iNo quieromorir!
Entonces, don Caracol, muy enojado,
comenzóa gritarle al perro.
-iPero no sea cobarde! iAbra la boca! iSi
quiere, yosalto adentro!
-0Auuuuuu! -comenzó a llorar el pe
rro-iNopuedo! iNopuedo!
-iVamos! iCobarde! iMiedoso! iCumpla
con el destino y cómame ya!
-0Auuuuuu! iAuuuuuu! iNo, por favor!.
Ydesconsolado, el perro comenzó a llo
rar más y más fuerte,pero sin abrir mucho
la boca, pues tenía miedo de que el cara
col se tirara adentro.
-Estábien, estábien -dijodon Caracol
enojado- si no me quiere comer, no me
55
coma..¿Usted sabe lo peligroso que es no
hacer caso al destino? Sabe en el corm.
promiso que me pone amí? Porque tam.
bién es midestino, che...
-Si..discúlpeme, don Caracol. iPero no
quiero mnorir!
-No es nada. Esperemos que el destino
acaso.
no se la agarre con nosotrOs. Por Si
vaya con mucho cuidado. Vaya nomás.
me debe una.
Y el perro se retiró muy asustado, con
la cola entre las patas, temiendo que el
destino se le cayera encima en cualquier
los in
momento. Y apenas se tue, todos
sectos salieron de sus escondites, gritan
do de alegría ante la forma en que don
deci
Caracol había manejado al perro. Ymáxi
nombrarlo
dieron, en ese momento,
autoridad del jardín: presidente, rey,
ma representan
juez, comandante, diputado,
cualquier título que seles
te, basurero yy unahormiga
iba ocurriendo. Hasta gue
de "iardinero", que ha
propuso el título decir "máxima
bía escuchado que quería
56
autoridad del jardín". Y en ese mismo
momento y como primera medida, don
Caracol declaró dos horas de siesta obli
gatorias para todo el mundoy muy con
tento se fue a dormir.
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fndice
Viviana Bilotti
Nació en 1972 y creció en un barrio del oeste
de BuenosAires. Es egresada del profesorado de
Pintura de la Escuela de Bellas Artes Prilidiano
Pueyrredón. Trabajóen encuadernación de
libros y realizóescenografías. Ha ilustrado
para numerosas editoriales de Argentina,
Brasil yEspaña.
Colabora con sus ilustraciones con Abuelas de
Plaza de Mayo. Es docente de taller grabado
en la Escuela Técnica Fernando Fader, en la que
alguna vez estudió. Además, dictatalleres y
seminarios de ilustración.
5Roja
CUENTO
TORRE
Cinco problemas
años para don Caracol
7 Martín Blasco
los
Ilustraciones de Viviana Bilotti
de
partir
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Norma www.normainfantilyjuvenil.com/ar