CIDH - Artavia Murillo Vs Costa Rica
CIDH - Artavia Murillo Vs Costa Rica
CIDH - Artavia Murillo Vs Costa Rica
la Corte Interamericana de Derechos Humanos (en adelante "la Corte Interamericana", "la
Corte" o "el Tribunal"), integrada por los siguientes jueces[1]:
presentes además,
de conformidad con los artículos 62.3 y 63.1 de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos (en adelante "la Convención" o "la Convención Americana") y con los artículos
31, 32, 42, 65 y 67 del Reglamento de la Corte[2] (en adelante "el Reglamento"), dicta la
presente Sentencia que se estructura en el siguiente orden:
I
INTRODUCCIÓN DE LA CAUSA Y OBJETO DE LA CONTROVERSIA
1. El 29 de julio de 2011 la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (en adelante
"la Comisión Interamericana" o "la Comisión") sometió a la jurisdicción de la Corte
Interamericana (en adelante "escrito de sometimiento"), de conformidad con los artículos
51 y 61 de la Convención, el caso 12.361 contra el Estado de Costa Rica (en adelante "el
Estado" o "Costa Rica"). La petición inicial fue presentada ante la Comisión Interamericana
el 19 de enero de 2001 por el señor Gerardo Trejos Salas. El 11 de marzo de 2004 la
Comisión Interamericana aprobó el Informe de Admisibilidad No. 25/04[3]. El 14 de julio
de 2010 la Comisión aprobó el Informe de Fondo 85/10[4], de conformidad con el artículo
50 de la Convención Americana (en adelante también "el Informe de Fondo" o "el Informe
No. 85/10"), en el cual realizó una serie de recomendaciones al Estado. Luego de conceder
tres prórrogas al Estado para el cumplimiento de dichas recomendaciones, la Comisión
decidió someter el caso a la Corte. La Comisión designó como delegados al Comisionado
Rodrigo Escobar Gil y al entonces Secretario Ejecutivo Santiago A. Canton, y designó
como asesores legales a las señoras Elizabeth Abi-Mershed, Secretaria Ejecutiva Adjunta, y
Silvia Serrano Guzmán, Isabel Madariaga, Fiorella Melzi y Rosa Celorio.
[4]Informe de Fondo No 85/10, Caso 12.361, Grettel Artavia Murillo y otros, Costa Rica,
14 de julio de 2010 (expediente de fondo, folios 7 a 37).
II
PROCEDIMIENTO ANTE LA CORTE
[6]Presuntas víctimas: Germán Alberto Moreno Valencia, Miguel Gerardo Mejías Carballo,
Grettel Artavia Murillo, Ana Cristina Castillo León, Claudia Carro Macklouf, y Andrea
Bianchi Bruna.
[7]Cfr. Caso Artavia Murillo y otros ("Fecundación In Vitro") Vs. Costa Rica. Resolución
del Presidente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos de 6 de agosto de 2012.
Disponible en: http://www.corteidh.or.cr/docs/asuntos/artavia_06_08_12.pdf
12. La audiencia pública fue celebrada los días 5 y 6 de septiembre de 2012 durante el 96
Período Ordinario de Sesiones de la Corte, llevado a cabo en la sede del Tribunal[8]. En la
audiencia se recibieron las declaraciones de dos presuntas víctimas y cuatro peritos, así
como las observaciones y alegatos finales orales de la Comisión Interamericana, los
representantes y el Estado, respectivamente. Durante la referida audiencia el Tribunal
requirió a las partes y a la Comisión que presentaran determinada documentación y prueba
para mejor resolver.
13. Por otra parte, el Tribunal recibió 49 escritos en calidad de amicus curiae presentados
por: 1) Mónica Arango Olaya, Directora Regional para América Latina y el Caribe del
Centro de Derechos Reproductivos, y María Alejandra Cárdenas Cerón, Asesora Legal de
dicho Centro; 2) Marcela Leandro Ulloa del Grupo a Favor del In Vitro; 3) Filomena Gallo,
Nicolò Paoletti y Claudia Sartori, representantes de la Asociación Luca Coscioni per la
libertà di ricerca scientifica y del Partito Radicale Nonviolento Transnazionale e
Transpartito; 4) Natalia Lopez Moratalla, Presidenta de la Asociación Española de Bioética
y Ética Médica; 5) Lilian Sepúlveda, Mónica Arango, Rebecca J. Cook y Bernard M.
Dickens[9]; 6) Equal Rights Trust y la Human Rights Clinic of the University of Texas
School of Law[10]; 7) International Human Rights Clinic of Santa Clara University Law
School[11]; 8) Viviana Bohórquez Monsalve, Beatriz Galli, Alma Luz Beltrán y Puga,
Álvaro Herrero, Gastón Chillier, Lourdes Bascary y Agustina Ramón Michel[12]; 9)
Ricardo Tapia, Rodolfo Vásquez y Pedro Morales[13]; 10) Alejandro Leal Esquivel,
Coordinador de la Sección de Genética y Biotecnología en la Escuela de Biología de la
Universidad de Costa Rica; 11) Rita Gabriela Chaves Casanova, Diputada de la Asamblea
Legislativa de Costa Rica; 12) Alexandra Loría Beeche; 13) Claudio Grossman, Decano de
American University Washington College of Law y Macarena Sáez Torres, Faculty
Director del Impact Litigation Project de la American University Washington College of
Law; 14) Jon O'Brien, Presidente de Catholics for Choice y Sara Morello, Vicepresidenta
Ejecutiva de dicha organización; 15) Carlos Polo Samaniego, Director de la Oficina para
América Latina de Population Research Institute; 16) Reynaldo Bustamante Alarcón,
Presidente del Instituto Solidaridad y Derechos Humanos; 17) Hernán Collado Martínez;
18) Carmen Muñoz Quesada, Rita Maxera Herrera, Cristian Gómez, Seidy Salas, e Ivania
Solano[14]; 19) Enrique Pedro Haba, Profesor de la Universidad de Costa Rica; 20)
Organización de Litigio Estratégico de Derechos Humanos Litiga OLE[15]; 21) Susie
Talbot, Abogada del Center for the Legal Protection of Human Rights INTERIGHTS y
Helen Duffy, Consejera Principal de INTERIGHTS; 22) Andrea Acosta Gamboa, Profesora
de la Universidad de Costa Rica; 23) Andrea Parra, Natalia Acevedo Guerrero, Matías
González Gil y Sebastián Rodríguez Alarcón[16]; 24) Leah Hoctor, Asesor Legal de la
Comisión Internacional de Juristas; 25) Margarita Salas Guzmán, Presidenta de la Colectiva
por el Derecho a Decidir y Larissa Arroyo Navarrete, Abogada de la Colectiva por el
Derecho a Decidir; 26) Caio Fabio Varela, Marcelo Ernesto Ferreyra, Rosa Posa, Bruna
Andrade Irineu y Mario Pecheny[17]; 27) María del Pilar Vásquez Calva, Coordinadora de
Enlace Gubernamental Vida y Familia A.C, México; 28) Red Latinoamericana de
Reproducción Asistida e Ian Cooke, Emritus Professor de la Universidad de Sheffield; 29)
Priscilla Smith, Senior Fellor del Programa para el estudio de la Justicia Reproductiva de la
Sociedad de la Información (Information Society Project ISP) de la Universidad de Yale y
Genevieve E. Scott, Profesora Visitante del ISP; 30) Red Latinoamericana de Reproducción
Asistida y Santiago Munné, Presidente de Reprogenetics; 31) Centro de Estudios de
Derecho, Justicia y Sociedad[18]; 32) José Tomás Guevara Calderón; 33) Carlos
Santamaría Quesada, Jefe de División de Diagnóstico Molecular en el Laboratorio Clínico
del Hospital Nacional de Niños; 34) Cesare P.R. Romano, Profesor de Derecho Joseph W.
Ford Fellow y Co-Director del Proyecto sobre Cortes y Tribunales Internacionales (PICT)
en Loyola Law School Los Angeles[19]; 35) Defensoría de los Habitantes[20]; 36) Hernán
Gullco y Martín Hevia, profesores de la Escuela de Derecho de la Universidad Torcuatto Di
Tella; 37) Alejandra Huerta Zepeda, catedrática del Instituto de Investigaciones Biomédicas
(IIB) de la Universidad Nacional Autónoma de México, y José María Soberanes Diez,
profesor de la Universidad Panamericana de México; 38) Asociación de Médicos por los
Derechos Humanos (AMEDEH)[21]; 39) Federación Latinoamericana de Obstetricia y
Ginecología[22]; 40) Carlo Casini, Antonio G. Spagnolo, Marina Casini, Josehp Meaney,
Nikolas T. Nikas y Rafael Santa María D'Angelo[23]; 41) Rafael Nieto Navia, Jane
Adolphe, Richard Stith y Ligia M. de Jesus[24]; 42) Hugo Martín Calienes Bedoya,
Patricia Campos Olazábal, Rosa de Jesús Sánchez Barragán, Sergio Castro Guerrero, y
Antero Enrique Yacarini Martínez[25]; 43) Julian Domingo Zarzosa; 44) Kharla Zúñiga
Vallejos del Berit Institute for the Family de Lima; 45) Guadalupe Valdez Santos,
Presidenta de la Asociación Civil Promujer y Derechos Humanos, y 46) Piero A. Tozzi,
Stefano Gennarini, William L. Saunders y Álvaro Paúl[26].
[10]El escrito fue firmado por Ariel E. Dulitzky, Profesor de la University of Texas Law
School y Director de la Human Rights Clinic en dicha facultad.
[11]El escrito fue presentado por Francisco J. Rivera Juaristi, Director y Abogado
Supervisor de la International Human Rights Clinic of Santa Clara University Law School;
Britton Schwartz, Abogada Supervisora de dicha clínica y Amanda Snyder, Bernadette
Valdellon y Sophia Areias, estudiantes de dicha clínica.
[15]El escrito fue presentado por Graciela Rodríguez Manzo, Directora General de Litiga
OLE; Geraldina Gónzalez de la Vega, Colaboradora de Litiga OLE; Adriana Muro Polo,
Abogada de Litiga OLE; Marisol Aguilar Contreras, Abogada de Litiga OLE.
[16]Andrea Parra, Directora del Programa de Acción por la Igualdad y la Inclusión Social
(PAIIS) de la Facultad de Derecho de la Universidad de los Andes, Colombia y Natalia
Acevedo Guerrero, Matías González Gil y Sebastián Rodríguez Alarcón, estudiantes
adscritos a PAIIS.
[18]El escrito fue presentado por Rodrigo Uprimny Yepes, Director del Centro de Estudios
de Derecho, Justicia y Sociedad (Dejusticia) y Diana Esther Guzmán, Paola Molano,
Annika Dalén y Paula Rangel Garzón, Investigadoras de Dejusticia.
[19]El escrito fue presentado por dicha clínica en colaboración con once académicos y
profesionales de derechos humanos y derecho internacional quienes también firmaron el
amicus: Roger S. Clark, Profesor Titular de Derecho de la Facultad de Derecho Rutgers,
Camden, Nueva Jersey; Lindsey Raub Kantawee, Esq. Asociada de Clifford Chance,
Bufete de Abogados; Yvonne Donders, Profesora de Derechos Humanos Internacionales y
Diversidad Cultural y Directora Ejecutiva del Centro para el Derecho Internacional de
Ámsterdam, Facultad de Derecho de la Universidad de Ámsterdam; Ellen Hey, Profesora
de Derecho Internacional Público de la Facultad de Derecho de la Universidad Erasmus de
Rotterdam; Jessica M. Almqvist, Conferenciante de Derecho Internacional Público de la
Universidad Autónoma de Madrid, Facultad de Derecho; Freya Baetens, Profesor asistente
de Derecho Público Internacional del Grotius Centre for International Legal Studies de la
Facultad de Derecho de la Universidad de Leiden; Konstantinos D. Magliveras, Profesor
Asociado del Departamento de Estudios Mediterráneos de la Universidad del Egeo de
Rodas; Belén Olmos Giupponi, Profesor Asociado de Derecho Internacional de la
Universidad Rey Juan Carlos de Madrid; Miguel Ángel Ramiro Avilés, Profesor Titular en
el Área de Filosofía del Derecho de la Universidad Carlos III de Madrid y Director de la
Maestría en Derechos Fundamentales y Co-Director de la Maestría en Derechos Humanos y
Democratización de la Universidad Externado de Colombia; Margherita Salvadori,
Profesora Asociada de la Facultad de Derecho de la Universidad de Turín, y Jaume Saura,
Profesor Titular de Derecho Internacional en la Universidad de Barcelona y Presidente del
Instituto de los Derechos Humanos e Catalunya.
[20]El escrito fue presentado por la Defensoría de los Habitantes de la República Costa
Rica. El escrito fue firmado por Ofelia Taitelbaum Yoselewich, Defensora de los
Habitantes de la República Costa Rica.
[21]El escrito fue presentado por la Asociación de Médicos por los Derechos Humanos
(AMEDEH). El escrito fue firmado por Carlos María Parellada Cuadrado, Presidente, y
Juan Pablo Zaldaña Figueroa, Vicepresidente de dicha asociación.
[26]Piero A. Tozzi, del Alliance Defend Fund; Stefano Gennarini, del Center for Legal
Studies at C-Fam; William L. Saunders de Americans United for Life, y Álvaro Paúl.
15. La Corte observa que los amicus curiae interpuestos por Equal Rights Trust y la Clínica
de Derechos Humanos de la Universidad de Texas, INTERIGHTS, y el presentado
conjuntamente por Caio Fabio Varela, Marcelo Ferreyra, Rosa Posa, Bruna Andrade y
Mario Pecheny fueron presentados en el plazo establecido en el artículo 44 del Reglamento
pero en un idioma que no correspondía al idioma oficial del presente caso. Posteriormente,
las traducciones al español fueron remitidas 5, 7 y 34 días con posterioridad al plazo,
respectivamente. De acuerdo a lo dispuesto en el artículo 28.1 del Reglamento del Tribunal,
la Corte considera que, debido a que la versión en español de dos de dichos amicus curiae
fue presentada dentro del término de 21 días dispuesto para acompañar los originales o la
totalidad de los anexos, tales escritos son admisibles. Dado que la versión en español del
escrito de Caio Fabio Varela y otras personas fue presentada con 34 días de retraso, se
declara inadmisible.
III
EXCEPCIONES PRELIMINARES
18. El Estado alegó que no hizo "renuncia a la interposición" de excepciones. Indicó que la
Sala Constitucional "declaró inconstitucional un determinado tipo de fertilización in vitro"
y precisó que "si la técnica avanza al punto de permitir la realización de la misma sin
pérdida de embriones, es posible efectuarla". En consecuencia, el Estado indicó que "los
peticionarios podían acudir tanto a la jurisdicción constitucional como a la jurisdicción
contencioso administrativa, a efectos de que se discutiera la posibilidad de que los servicios
de salud atendieran su condición de infertilidad" incluyendo la posibilidad de "una
determinada técnica de fertilización in vitro [...] dentro de los supuestos dados por la Sala
Constitucional". El Estado señaló que, en el ámbito de la jurisdicción constitucional, "la
existencia de la sentencia" no "impide que la Sala Constitucional vuelva a conocer el asunto
en la vía de la acción de inconstitucionalidad" dado que la Ley de la Jurisdicción
Constitucional indica que las resoluciones de dicha Sala "no son vinculantes para la propia
Sala, [la cual] podría revisar el tema nuevamente". Agregó que "la existencia de la
resolución de la Sala Constitucional no impedía que existiera un pronunciamiento de parte
de la propia Sala" en la "vía del amparo constitucional o por parte de los Tribunales
Contencioso Administrativos". Añadió que las presuntas víctimas "podrían haber solicitado
a las autoridades administrativas que, respetando la resolución de la Sala Constitucional, se
brindara un remedio para su situación de infertilidad" o "se creara una nueva regulación" de
la FIV, "acorde con los parámetros establecidos por la resolución del Tribunal
Constitucional". "Si las autoridades administrativas se negaran a brindar la atención
requerida", procedía la presentación de un recurso de amparo. Sin embargo "ninguna de las
parejas presentó" dicho recurso.
21. El representante May manifestó que en el trámite ante la Comisión "el Estado indicó
que renunciaba expresamente al privilegio de interponer excepciones previas", renuncia que
"una vez interpuesta es irrevocable e irreversible". Alegó que el recurso interno adecuado
"debe ser acorde al fin", esto es capaz de satisfacer las pretensiones e intereses en juego, y
siendo el objeto fundamental de las víctimas la anulación de la sentencia de la Sala
Constitucional y la rehabilitación de la FIV, "no existe ningún remedio jurisdiccional
interno que permita cumplir tal objetivo". El representante Molina indicó que el Estado "no
comprob[ó] la idoneidad de los recursos señalados". Por otra parte, resaltó que "la
resolución de la Sala Constitucional es una Sentencia contra la cual no procede recurso
alguno y cuyos efectos son erga omnes". Alegó que el recurso iniciado por la señora Ileana
Hénchoz fue rechazado.
Consideraciones de la Corte
[29]Cfr. Caso Velásquez Rodríguez Vs. Honduras. Fondo, párr. 63, y Caso Furlan y
Familiares Vs. Argentina, párr. 23.
23. Asimismo, esta Corte ha sostenido de manera consistente que una objeción al ejercicio
de la jurisdicción de la Corte basada en la supuesta falta de agotamiento de los recursos
internos debe ser presentada en el momento procesal oportuno[30], esto es, durante la
admisibilidad del procedimiento ante la Comisión[31]. Al alegar la falta de agotamiento de
los recursos internos corresponde al Estado señalar en esa debida oportunidad los recursos
que deben agotarse y su efectividad. Al respecto, el Tribunal reitera que no es tarea de la
Corte, ni de la Comisión, identificar ex officio cuáles son los recursos internos pendientes
de agotamiento. El Tribunal resalta que no compete a los órganos internacionales subsanar
la falta de precisión de los alegatos del Estado[32].
[30]Caso Velásquez Rodríguez Vs. Honduras, Excepciones Preliminares, párr. 88, y Caso
Furlan y Familiares Vs. Argentina, párr. 24.
[31]Cfr. Caso Velásquez Rodríguez Vs. Honduras, Excepciones Preliminares, párr. 88, y
Caso Furlan y Familiares Vs. Argentina, párr. 24.
[32]Cfr. Caso Reverón Trujillo, párr. 23, y Caso Furlan y Familiares Vs. Argentina, párr.
25. Ver también: T.E.D.H., Case of BozanoVs.France, Sentencia de18 de diciembre de
1986, parr. 46.
24. La Corte observa que lo primero que procede determinar en relación con esta excepción
es el tipo de alegatos que presentó el Estado antes de la emisión del informe de
admisibilidad, es decir, en el momento procesal oportuno para plantear esta excepción. Al
respecto, el Estado sólo presentó un escrito en relación con este tema, el 23 de enero de
2004, en el que señaló que una de las víctimas "podría haber acudido en amparo"[33]. El
escrito donde el Estado analizó la posible idoneidad de la jurisdicción contencioso
administrativa para resolver el presente caso fue presentado en 2008[34], cuatro años
después de emitido el informe de admisibilidad. En consecuencia, la Corte considera que
los argumentos planteados en relación con la necesidad de agotar procedimientos
contencioso administrativos o demandar la omisión en la regulación del procedimiento de
la FIV según los parámetros establecidos por la Sala Constitucional, resultan
extemporáneos y el análisis se concentrará en los alegatos en torno al recurso de amparo.
25. Respecto al agotamiento del recurso de amparo, el Estado plantea dos argumentos
diferentes. El primero, respecto a los alcances que el Estado atribuye a la decisión adoptada
por la Sala Constitucional en el presente caso. El Estado considera que dicha decisión no
implicó una prohibición de la FIV sino de una modalidad de dicho procedimiento, razón
por la cual se alega la existencia de otras posibilidades que hubieran tenido las presuntas
víctimas para enfrentar su infertilidad y, de ser el caso, agotar el recurso de amparo ante la
negación de dichas alternativas. La Corte considera que este es un asunto de fondo que será
resuelto oportunamente al determinar si la decisión de la Sala Constitucional constituyó una
limitación a los derechos de las presuntas víctimas (infra párrs. 160 y 161). Al respecto, la
Corte ha afirmado que las excepciones preliminares son actos que buscan impedir el
análisis del fondo de un asunto cuestionado, mediante la objeción de la admisibilidad de un
caso o la competencia del Tribunal para conocer de un determinado caso o de alguno de sus
aspectos, ya sea en razón de la persona, materia, tiempo o lugar, siempre y cuando dichos
planteamientos tengan el carácter de preliminares[35]. Dado que este primer argumento del
Estado no pude ser revisado sin entrar a analizar previamente el fondo del caso, no puede
ser analizado en el marco de esta excepción preliminar[36].
[36]En similar sentido, Cfr. Caso Castañeda Gutman Vs. México. Excepciones
Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 6 de agosto de 2008. Serie C
No. 184, párr. 39, y Caso Vélez Restrepo y Familiares Vs. Colombia, párr. 30.
26. En segundo lugar, el Estado alega que un recurso de amparo le hubiera podido dar una
nueva oportunidad a la Sala Constitucional de valorar la posible afectación de derechos en
el presente caso. Al respecto, la Corte observa que es un hecho no controvertido que existe
una decisión definitiva y vinculante de la más alta instancia judicial de Costa Rica en
materia constitucional, que declaró la inconstitucionalidad de la práctica de la fecundación
in vitro, tal como se regulaba en ese momento. Tal como se analiza con más detalle
posteriormente (infra párr. 135), el objeto del presente caso es determinar si dicha decisión
de la Sala Constitucional comprometió la responsabilidad internacional del Estado. En
consecuencia, la cuestión del agotamiento de recursos se relaciona con los recursos
existentes contra la sentencia de inconstitucionalidad. Al respecto, la Corte observa que,
conforme el artículo 11 de la Ley de Jurisdicción Constitucional de Costa Rica, las
sentencias, autos o providencias de la Sala Constitucional son irrecurribles[37]. Asimismo,
en Costa Rica el control de constitucionalidad es concentrado[38], de tal forma que dicha
sala es la que conoce de todos los amparos que se presentan en el país.
[39]En similar sentido, cfr. Caso Herrera Ulloa Vs. Costa Rica. Excepciones Preliminares,
Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 2 de julio de 2004. Serie C No. 107, párr. 85.
29. El Estado alegó que ante la Comisión Interamericana señaló que la petición presentada
por Karen Espinoza y Héctor Jiménez "result[aba] extemporánea, pues había sido
presentada fuera del plazo de seis meses establecido por el artículo 46.1.b de la Convención
Americana". Manifestó que dichas presuntas víctimas "no pueden considerarse incluidas en
la petición del 19 de enero del 2001 debido a que, para ese momento, no sabían de su
condición" de infertilidad, dado que la señora Espinoza se enteró de su infertilidad en julio
de 2002. Alegó que "si se considera que el escrito del 2 de octubre de 2003 introduce por
primera vez" la denuncia de estas presuntas víctimas, "es claro que desde el momento en
que ella conoce de su condición -julio del 2002- a octubre del 2003 han transcurrido
sobradamente los seis meses" que la Convención establece como plazo para presentar la
denuncia. Agregó que el "problema que se presenta con esta petición es la dilación que tuvo
la Comisión en analizar la admisibilidad de la solicitud presentada, trámite que duró
aproximadamente tres años (desde enero del 2001 a marzo del 2004), razón por la cual se
incluyeron peticionarios que, según su propio dicho, no podrían haber estado incorporados
a la petición original pues ni siquiera habían sido declarados como infértiles para ese
momento". Indicó que en otro informe de admisibilidad "la propia Comisión ha advertido
que a efectos de determinar el plazo para presentar la petición en los casos de [FIV], debe
tomarse en consideración la fecha a partir de la cual la persona fue declarada infértil".
Agregó que la presunta víctima "fue diagnosticada con infertilidad en el año 2002 y que la
técnica de FIV le fue sugerida en el año 2004, lo cual se produce la paradoja de que cuando
se presentó ante este Tribunal como presunta víctima, ni siquiera había pensado en la FIV
como técnica que le fuera aplicable". En consecuencia, cuando se incorporaron como
peticionarios en este proceso, "ya había transcurrido el plazo de seis meses, por lo que su
petición debe considerar extemporánea".
30. La Comisión señaló que "la vasta mayoría de los argumentos planteados por el Estado
[...] no fueron plantedos ante la Comisión" y "difiere sustancialmente de lo sostenido por el
Estado en la etapa de admisibilidad",que es precisamente la etapa en la cual la Comisión
"se pronuncia sobre este requisito [de los seis meses] a la luz de la información aportada
por las partes". Manifestó que "el hecho de que un peticionario al momento de presentar la
denuncia inicial omita algún requisito en particular y que dicho requisito sea subsanado con
posterioridad, no convierte en extemporánea la presentación de la denuncia".
31. El representante Molina Acevedo señaló que "el conocer o no de la infertilidad de una
pareja al momento de la emisión de la Sentencia de la Sala Constitucional no cierra el
portillo para que cualquier persona, hasta el día de hoy, tenga la limitación de los seis
meses establecidos en la Convención Americana". No obstante, alegó que el presente caso
"lo que determina la condición para ser presunta víctima, no es si estas personas estaban
siendo tratados por determinados médicos en el año 2001, sino si éstos estaban conscientes
de su posible y luego comprobada infertilidad" y que además su única forma de procrear
fuese a través del método de la FIV. Por último, el representante señaló que "había
hostilidad respecto de la condición de quienes podían estar en la lista confidencial de la
presuntas víctimas en este caso".
Consideraciones de la Corte
Para que una petición o comunicación presentada conforme a los artículos 44 ó 45 sea
admitida por la Comisión, se requerirá: [...]
b. que sea presentada dentro del plazo de seis meses, a partir de la fecha en que el presunto
lesionado en sus derechos haya sido notificado de la decisión definitiva (Añadido fuera de
texto)
33. En el presente caso, la petición inicial fue presentada el 19 de enero de 2001. En ese
momento el entonces representante legal de las víctimas no había hecho una determinación
específica e individualizada de las presuntas víctimas. La inclusión de la señora Espinoza y
del señor Jiménez ocurrió a través de un escrito presentado el 10 de octubre de 2003. En el
proceso ante la Corte ha sido informado que la señora Espinoza se enteró de su infertilidad
en julio de 2002[40].
35. La Corte considera que las circunstancias específicas del presente caso exigen una
interpretación del requisito de los 6 meses establecido en el artículo 46.1.b. El Tribunal
tiene en cuenta que el fenómeno de la infertilidad genera diversas reacciones que no pueden
ser asociadas a una regla rígida sobre los cursos de acción que necesariamente deba seguir
una persona. Una pareja puede tomar meses o años en decidir si acude a una determinada
técnica de reproducción asistida o a otras alternativas. Por estas razones el criterio del
momento en el cual la presunta víctima conoce de su situación de infertilidad es un criterio
limitado en las circunstancias del presente caso, donde no es posible generar en las
presuntas víctimas una carga de tomar una decisión de presentar una petición ante el
Sistema Interamericano en un determinado período de tiempo. En similar sentido, el
Tribunal Europeo ha señalado que la regla de los seis meses es autónoma y debe ser
aplicada de acuerdo con los hechos del caso específico en orden a que se asegure el
ejercicio efectivo del derecho a presentar una peticiones individuales[42].
[42]"The six-month rule is autonomous and must be construed and applied according to the
facts of each individual case, so as to ensure the effective exercise of the right to individual
petition". En el Tribunal Europeo, ver T.E.D.H., casos Sabri Günes v. Turkey, Gran
Cámara, (No. 27396/06) Sentencia de 29 de junio de 2012; Büyükdağ v. Turkey (No.
28340/95), Sentencia de 6 Abril de 2000; Fernández-Molina González and 369 Others v.
Spain (No. 64359/01), Sentencia de 8 de octubre de 2002); y Zakrzewska v. Poland, (No.
49927/06), párr. 55, Sentencia de 16 de diciembre de 2008.
36. Por tanto, la Corte considera que, en el presente caso, no encuentra elementos para
apartarse de la decisión de admisibilidad adoptada por la Comisión Interamericana, ya que:
a) sigue en vigor la Sentencia emitida por la más alta instancia de la jurisdicción
constitucional, b) las víctimas no tenían por qué tener conocimiento de su situación de
infertilidad al momento en que se emitió dicha Sentencia, y c) se interpuso la petición en el
año siguiente al momento de conocer que dicha Sentencia impediría el acceso a la FIV.
38. El Estado alegó que "ambos representantes incluyeron en sus escritos de solicitudes, la
responsabilidad del Estado respecto de la exposición a la medios de prensa la situación de
la presuntas víctimas, como resultado de la divulgación que han efectuado los medios de
prensa tanto en el procedimiento ante la Comisión como en esta Corte". Asimismo, el
Estado arguyó que "ninguno de los hechos denunciados por los representantes [sobre estas
materias], está incluido dentro de los hechos alegados por la Comisión y tampoco pueden
considerarse como derivados de los hechos principales o sobrevinientes de los mismos".
Por tanto, solicitó a esta Corte que "declare inadmisible las peticiones de los presuntas
víctimas relacionadas con hechos no incluidos por la Comisión en la demanda presentada".
39. El representante Molina señaló que "como los hechos objetados por el Estado son
hechos supervinientes y tienen un nexo causal directo con el hecho generador de las
violaciones de derechos humanos del presente caso, es perfectamente acorde con el
procedimiento" el "que los mismos hayan sido presentados" a consideración de la Corte. El
representante May alegó que no se trata de "hechos nuevos", "son situaciones que se
inscriben todas en el escenario factual de la prohibición" de la FIV, es decir "todas las
conductas, situaciones personales, vivencias, actos y actuaciones, y eventos
desencadenados en el ámbito de la vida de las víctimas con motivo y por motivo de la
prohibición". Agregó que lo pertinente debe ser resuelto en el fondo del caso.
Consideraciones de la Corte
40. Tal como ha sido señalado, las excepciones preliminares son actos que buscan impedir
el análisis del fondo de un asunto cuestionado, mediante la objeción de la admisibilidad de
un caso o la competencia del Tribunal para conocer de un determinado caso o de alguno de
sus aspectos, ya sea en razón de la persona, materia, tiempo o lugar, siempre y cuando
dichos planteamientos tengan el carácter de preliminares[43]. Si estos planteamientos no
pudieran ser revisados sin entrar a analizar previamente el fondo de un caso, no pueden ser
analizados mediante una excepción preliminar[44]. En el presente caso, la Corte considera
que no corresponde pronunciarse de forma preliminar sobre el marco fáctico del caso, ya
que dicho análisis corresponde al fondo del caso (infra párr. 133). Asimismo, los alegatos
planteados por el Estado al interponer la excepción preliminar serán tomados en cuenta al
establecer los hechos que este Tribunal considera como probados y determinar si el Estado
es internacionalmente responsable de las alegadas violaciones a los derechos
convencionales, así como al precisar el tipo de daños que eventualmente podrían generarse
en perjuicio de las presuntas víctimas. En razón de lo expuesto, la Corte desestima la
excepción preliminar interpuesta por el Estado.
[43]Cfr. Caso Las Palmeras Vs. Colombia. Excepciones Preliminares, párr. 34, y Caso
González Medina y familiares Vs. República Dominicana. Excepciones Preliminares,
Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 27 de febrero de 2012. Serie C No. 240, párr.
39.
41. La Corte Interamericana es competente para conocer el presente caso, en los términos
del artículo 62.3 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, ya que Costa Rica
es Estado Parte de la Convencióndesde el 8 de abril de 1970 y reconoció la competencia
contenciosa del Tribunal el 2 de julio de 1980.
V
PRUEBA
42. Con base en lo establecido en los artículos 46, 47, 50, 51 y 57 del Reglamento, así
como en su jurisprudencia respecto de la prueba y su apreciación[45], la Corte examinará y
valorará los elementos probatorios documentales remitidos por la Comisión y las partes en
diversas oportunidades procesales, las declaraciones de las presuntas víctimas y testigos y
los dictámenes periciales rendidos mediante declaración jurada ante fedatario público
(affidávit) y en la audiencia pública ante la Corte, así como las pruebas para mejor resolver
solicitadas por el Tribunal (supra párr. 11). Para ello el Tribunal se atendrá a los principios
de la sana crítica, dentro del marco normativo correspondiente[46].
[46]Cfr. Caso de la "Panel Blanca" (Paniagua Morales y otros) Vs. Guatemala, párr. 76, y
Caso Pueblo Indígena Kichwa de Sarayaku Vs. Ecuador, párr. 31.
43. El Tribunal recibió diversos documentos presentados como prueba por la Comisión
Interamericana, los representantes y el Estado, adjuntos a sus escritos principales.
Asimismo, la Corte recibió las declaraciones rendidas ante fedatario público (affidávit) por
los declarantes a título informativo: Gerardo Escalante Lopez y Delia Ribas Valdés;
presuntas víctimas: Andrea Regina Bianchi Bruna, Ana Cristina Castillo León, Claudia
María Carro Maklouf, Victor Hugo Sanabria León, y peritos: Andrea Mesén Fainardi,
Antonio Marlasca López, Alicia Neuburger, Maureen Condic, Martha Garza y Paul Hunt.
En cuanto a la prueba rendida en audiencia pública, la Corte escuchó las declaraciones de
las presuntas víctimas Miguel Mejías e Ileana Henchoz, y de los peritos Fernando Zegers,
Anthony Caruso, Paola Bergallo y Marco Gerardo Monroy Cabra[47].
[47]Los objetos de todas estas declaraciones se encuentran establecidos en la Resolución
del Presidente de la Corte de 6 de agosto de 2012. Disponible en:
http://www.corteidh.or.cr/docs/asuntos/artavia_06_08_12.pdf Mediante comunicación de 9
de agosto de 2012 la Comisión desistió de la declaración de la señora Florencia Luna.
44. El representante Molina informó a la Corte que presentó un recurso de amparo "contra
los médicos tratantes de cuatro de las [presuntas] víctimas, porque [dichos médicos
habrían] alega[do], en dos de esos casos, que las ex esposas de [sus] representados les
prohibieron, expresamente" que ellos le entregaran al representante Molina "copia del
expediente médico que originó las consultas sobre la infertilidad". Al respecto, el
representante señaló que dicha situación le dejó "en clara indefensión" y que por ello
recurrió "a las vías judiciales internas para intentar tener acceso a la información solicitada
para presentar como prueba" ante la Corte. El representante informó que dicho amparo le
fue negado. El representante expresó que lo anterior era "una clara violación procesal y de
la buena fe que debe imperar en todo litigio pues habrían flagelado la "comunidad de
prueba" a sabiendas de que, para los efectos del presente proceso, el expediente médico
guarda información importante que, si bien es cierto que puede ser suplida por otro tipo de
prueba, no puede ser ocultada si una de las partes ha tenido acceso a ella, pues su
obligación es compartirla".
45. El representante solicitó "un plazo adicional" para referirse "y hacer cualquier
observación, como parte del escrito de solicitudes, argumentos y pruebas, acerca de la
prueba que hayan presentado las señoras Ana Cristina Castillo León y Claudia Carro
Macklouf, ex esposas de los señores Enrique Acuña Cartín y Víktor Hugo Sanabria León"
en la medida que "de haber aportado los expedientes médicos del caso, estarían haciendo
uso de esa prueba en clara violación del principio de comunidad de prueba" y "de la buena
fe en el litigio". El representante solicitó a la Corte "que valore la posibilidad de solicitarle
al Estado que, por las vías que correspondan, obligue a los Doctores Gerardo Escalante
López y Delia María Ribas Valdéz" para que "entreguen copia del expediente médico de
los señores mencionados y de los señores María del Socorro Calderón Porras y Carlos
Vargas Solórzano, a quienes sin ningún motivo, a la fecha, se les ha entregado copia del
expediente médico". Al respecto, el Presidente tomó nota de estas solicitudes y señaló que,
en caso de considerar que dicha prueba debe requerirse para resolver lo concerniente al
objeto del presente caso, se solicitaría en el momento que se estimara oportuno. La Corte
considera que dicha información no resulta indispensable para resolver el presente caso.
B) Admisión de la prueba
46. En el presente caso, como en otros, el Tribunal otorga valor probatorio a aquellos
documentos presentados oportunamente por las partes y la Comisión que no fueron
controvertidos ni objetados, ni cuya autenticidad fue puesta en duda[48]. Los documentos
solicitados por el Tribunal como prueba para mejor resolver (supra párr. 11) son
incorporados al acervo probatorio, en aplicación de lo dispuesto por el artículo 58 del
Reglamento.
[48]Cfr. Caso Velásquez Rodríguez Vs. Honduras. Fondo, párr. 140, y Caso Pueblo
Indígena Kichwa de Sarayaku Vs. Ecuador, párr. 35.
47. El Tribunal decide admitir aquellos documentos que se encuentren completos o que, por
lo menos, permitan constatar su fuente y fecha de publicación, y los valorará tomando en
cuenta el conjunto del acervo probatorio, los alegatos del Estado y las reglas de la sana
crítica[49].
[49]Cfr. Caso Velásquez Rodríguez Vs. Honduras. Fondo, párr. 146, y Caso Pueblo
Indígena Kichwa de Sarayaku Vs. Ecuador, párr. 36.
48. Igualmente, con respecto a algunos documentos señalados por las partes y la Comisión
por medio de enlaces electrónicos, el Tribunal ha establecido que si una parte proporciona
al menos el enlace electrónico directo del documento que cita como prueba y es posible
acceder a éste, no se ve afectada la seguridad jurídica ni el equilibrio procesal, porque es
inmediatamente localizable por el Tribunal y por las otras partes[50]. En este caso, no hubo
oposición u observaciones de las otras partes o la Comisión sobre el contenido y
autenticidad de tales documentos.
[50]Cfr. Caso Escué Zapata Vs. Colombia. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 4
de julio de 2007. Serie C No. 165, párr. 26, y Caso Pueblo Indígena Kichwa de Sarayaku
Vs. Ecuador, párr. 37.
49. Por otra parte, en consideración de que los representantes remitieron con sus alegatos
finales escritos, comprobantes de gastos de litigio relacionados con este caso, sólo
considerará aquellos que se refieran a solicitudes de costas y gastos en que hubiesen
incurrido con ocasión del procedimiento ante esta Corte, con posterioridad a la fecha de
presentación del escrito de solicitudes y argumentos.
50. El Estado solicitó que se rechacen "los informes psicológicos que aporta" el
representante Molina "para demostrar el supuesto daño producido por el Estado". Indicó
que dichos informes no analizan "cuál es el supuesto impacto de la prohibición" de la FIV
en las presuntas víctimas, "sino que se limita a señalar las afectaciones producto de su
estado de infertilidad" lo cual "no es consecuencia de ninguna actuación u omisión del
Estado". Agregó que los informes "parecen mencionar los efectos" que la FIV ha
"ocasionado en las mujeres, lo cual lejos de hablar bien de la técnica, demuestra las graves
afectaciones que sufren las mujeres que se someten a dicho procedimiento", lo cual "no
puede ser imputable al Estado, ni tampoco puede pretenderse una indemnización por este
motivo". Finalmente, señaló que "los informes psicológicos parecen evidenciar el criterio
de las presuntas víctimas y no el criterio objetivo de los psicólogos". En similar sentido, el
Estado solicitó el rechazo de los "certificados psicológicos emitidos por la Dra. Andrea
Meses Fernardi en los casos de Ana Cristina Castillo León y Claudia María Carro
Maklouk", los cuales fueron presentados por el representante May, dado que se limitan "a
analizar el impacto que la infertilidad ha tenido en las supuestas víctimas".
51. Asimismo, el Estado solicitó se rechacen los "expedientes económicos" de las presuntas
víctimas que fueron presentados por el representante Molina y que incluyen "estados de
cuenta bancarios" y "certificaciones de ingresos" a partir de las cuales "se pretende lograr
una indemnización del Estado". El Estado alegó que de dicha documentación "no se extrae
forma alguna de demostrar los gastos en que dicen haber incurrido las supuestas víctimas, y
por el contrario contienen simples números sin identificación alguna que tenga relación"
con el proceso. Agregó que "tampoco se explica la importancia de los datos bancarios y de
ingresos para la resolución" del caso.
52. En cuanto a estas observaciones del Estado respecto a esta prueba documental, el
Tribunal entiende que estas no impugnan su admisibilidad, sino que apuntan a cuestionar el
peso probatorio de la misma. En consecuencia, no se genera problema en la admisibilidad
de dicha prueba y será valorada conjuntamente con el resto del acervo probatorio, teniendo
en cuenta las observaciones del Estado y de conformidad con las reglas de la sana crítica.
53. En cuanto a las declaraciones de las presuntas víctimas, los testigos y los dictámenes
rendidos en la audiencia pública y mediante declaraciones juradas, la Corte los estima
pertinentes sólo en lo que se ajusten al objeto que fue definido por el Presidente del
Tribunal en la Resolución mediante la cual se ordenó recibirlos (supra párrs. 11). Éstos
serán valorados en el capítulo que corresponda, en conjunto con los demás elementos del
acervo probatorio y tomando en cuenta las observaciones formuladas por las partes[51].
[51] Cfr. Caso Loayza Tamayo Vs. Perú. Fondo. Sentencia de 17 de septiembre de 1997.
Serie C No. 33, párr. 43, y Caso Pueblo Indígena Kichwa de Sarayaku Vs. Ecuador, párr.
43.
54. Conforme a la jurisprudencia de esta Corte, las declaraciones de las presuntas víctimas
no pueden ser valoradas aisladamente sino dentro del conjunto de las pruebas del proceso,
ya que son útiles en la medida en que pueden proporcionar mayor información sobre las
alegadas violaciones y sus consecuencias[52]. Con base en lo anterior, el Tribunal admite
dichas declaraciones (supra párrs. 11), cuya valoración se hará con base en los criterios
señalados.
[52]Cfr. Caso Loayza Tamayo Vs. Perú. Fondo, párr. 43, y Caso Díaz Peña Vs. Venezuela.
Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 26 de junio de 2012.
Serie C No. 244, párr. 27.
55. Por otra parte, en relación con las declaraciones ante fedatario público, el Estado
solicitó la inadmisibilidad de las declaraciones de Paul Hunt, Antonio Marlasca, Gerardo
Escalante y Delia Ribas. Asimismo, realizó observaciones de fondo sobre algunas
decaraciones.
56. Respecto a los temas de admisibilidad, el Estado señaló que las declaraciones de
Antonio Marlasca y Paul Hunt omitieron referirse a las preguntas planteadas por el Estado,
lo cual afecta el deber de cooperación procesal, el principio de buena fe, el principio del
contradictorio y el derecho a la defensa. La Corte reitera que el hecho de que se encuentre
contemplado en el Reglamento la posibilidad de que las partes puedan formular preguntas
por escrito a los declarantes ofrecidos por la contraparte y, en su caso, por la Comisión,
impone el deber correlativo de la parte que ofreció la declaración de coordinar y realizar las
diligencias necesarias para que se trasladen las preguntas a los declarantes y se incluyan las
repuestas respectivas. En ciertas circunstancias, el no contestar diversas preguntas puede
resultar incompatible con el deber de cooperación procesal y con el principio de buena fe
que rige en el procedimiento internacional[53]. Sin perjuicio de ello, el Tribunal considera
que la no presentación de respuestas a las preguntas de la contraparte no afecta la
admisibilidad de una declaración y es un aspecto que, según los alcances de los silencios de
un declarante, podría llegar a impactar en el peso probatorio que puede alcanzar un peritaje,
aspecto que corresponde valorar en el fondo del caso.
[53]Caso Díaz Peña Vs. Venezuela, párr.33, y Caso Uzcátegui y otros Vs. Venezuela.
Fondo y Reparaciones. Sentencia de 3 de septiembre de 2012, Serie C No. 249, párr. 29.
58. El Estado solicitó a la Corte que desestime el peritaje rendido por Antonio Marlasca,
dado que "debió haber comparecido ante fedatario público", "y no como sucedió en este
caso donde claramente se desprende del documento presentado que no existió tal
comparecencia, pues el notario público afirma que se limita a transcribir el dictamen ya
rendido previamente". Al respecto, la Corte ha señalado, en cuanto a la recepción y
valoración de la prueba, que los procedimientos que se siguen ante ella no están sujetos a
las mismas formalidades que las actuaciones judicialesinternas, y que la incorporación de
determinados elementos al acervo probatorio debe ser efectuada prestando particular
atención a las circunstancias del caso concreto[54]. Asimismo, el Tribunal ha admitido en
otras ocasiones declaraciones juradas que no fueron rendidas ante fedatario público, cuando
no se afectala seguridad jurídica y el equilibrio procesal entre las partes[55], lo cual se
respeta y garantiza en este caso.
[54]Caso de las Hermanas Serrano Cruz Vs. El Salvador. Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia de 1 de marzo de 2005. Serie C No. 120, párr. 33.
[55]Cfr. Caso del Penal Miguel Castro Castro, párr. 189;Caso Servellón García y otros,
párr. 46; y Caso Claude Reyes y otros. Sentencia de 19 de septiembre de 2006. Serie C No.
151, párr. 51.
60. Respecto a los temas del fondo, el Estado indicó los siguientes aspectos: i) Paul Hunt
"carece de ese análisis de balance de intereses que es indispensable para determinar la
existencia de un impacto desproporcionado"; ii)el peritaje de Alicia Neuburger "no resulta
una prueba útil para demostrar la relación de causalidad entre las supuestas acciones
violatorias de derechos" y "los daños que supuestamente tuvieron las presuntas víctimas", y
"parte de un conjunto de hechos que no han sido demostrados en este proceso";iii) "el señor
Marlasca falla en su intento por querer establecer una distinción que se pueda considerar
como racional u objetiva entre lo que es una vida humana y una persona humana"; iv)"la
declaración [de Andrea Mesén] esta rendida de una forma tan general que la hace inviable
para tratar de justificar, mucho menos demostrar, un supuesto daño inmaterial en las
presuntas víctimas"; v)Gerardo Escalante "limita la naturaleza y el contenido de la
declaración a la forma en que se practicaba la FIV en Costa Rica al momento en que él la
realizaba, por lo que no podría hacer valoraciones ni rendir opiniones sobre la técnica de
fecundación in vitro en general, ni sobre la regulación internacional"; y vi) respecto a Delia
Ribas: "refiere en todo momento al término "preembión", utilizándolo como punto de
partida para justificar el trato que recibe el embrión desde su concepción (o fecundación)
hasta momentos antes de ser transferido al útero materno [...] y, por tanto, no es aceptable
pretender fundamentar su manipulación escudándose en dicho concepto, ya que está
científicamente demostrado que desde esta etapa inicial existe un organismo pleno y
completo"; asimismo, alegó que "no es correct[o] [...] justificar la práctica de la técnica de
la FIV como un tratamiento a una enfermedad que permite a los 'pacientes' tener 'una
mejoría de su salud'"; "aboga en su documento por la práctica de la criopreservación -o
congelamiento de los embriones-, lo que resulta incompatible con el derecho a la vida y a la
dignidad humana", y que "no contesta la segunda interrogante que oportunamente le fue
planteada".
61. En cuanto a estas observaciones del Estado respecto a los peritajes, el Tribunal entiende
que estas no impugnan su admisibilidad, sino que apuntan a cuestionar el peso probatorio
de los mismos. La Corte considerará el contenido de estos peritajes en la medida que se
ajusten al objeto para el cual fueron convocados (supra párr. 11). Con base en lo antes
expuesto, el Tribunal admite los peritajes señalados y los valorará conjuntamente con el
resto del acervo probatorio, teniendo en cuenta las observaciones del Estado y de
conformidad con las reglas de la sana crítica.
VI
HECHOS
64. Por su parte, la FIV es "un procedimiento en el cual los óvulos de una mujer son
removidos de sus ovarios, ellos son entonces fertilizados con esperma en un procedimiento
de laboratorio, una vez concluido esto el óvulo fertilizado (embrión) es devuelto al útero de
la mujer"[62]. Esta técnica se aplica cuando la infertilidad se debe a la ausencia o bloqueo
de las trompas de Falopio de la mujer, es decir, cuando un óvulo no puede pasar hacia las
trompas de Falopio para ser fertilizado y posteriormente implantado en el útero[63], o en
casos donde la infertilidad recae en la pareja de sexo masculino[64], así como en los casos
en que la causa de la infertilidad es desconocida. Las fases que se siguen durante el la FIV
son las siguientes[65]: i) inducción a la ovulación; ii) aspiración de los óvulos contenidos
en los ovarios; iii) inseminación de óvulos con espermatozoides; iv) observación del
proceso de fecundación e incubación de los embriones, y v) transferencia embrionaria al
útero materno.
[63]Al respecto, el perito Zegers-Hochschild indicó que "la fecundación no puede ocurrir,
si no existe trompa de Falopio el desarrollo embrionario no puede ocurrir, si los
espermatozoides depositados en la vagina no tienen la capacidad de llegar a la trompa no
hay fecundación, lo mismo que si los espermatozoides llegan pero no son capaces de
fecundar". Declaración rendida por el perito Zegers-Hochschild ante la Corte
Interamericana en la audiencia pública celebrada en el presente caso. Asimismo, Resumen
escrito del peritaje rendido por Anthony Caruso en la audiencia pública ante la Corte
(expediente de fondo, tomo VI, folio 2937.210), y Declaración de la declarante Ribas
(expediente de fondo, tomo V, folio 2243).
[64]Cfr. Resumen escrito del peritaje rendido por Anthony Caruso en la audiencia pública
ante la Corte (expediente de fondo, tomo VI, folio 2937.214).
65. Sobre el desarrollo embrionario en la FIV, existen cinco etapas de dicho desarrollo que
duran en total cinco días. En primer lugar, se seleccionan los óvulos maduros, los cuales
son fecundados, por lo que se da paso al desarrollo del cigoto. En las primeras 26 horas de
desarrollo el cigoto se divide en dos células, las cuales posteriormente se dividen en cuatro
células en el día dos, y finalmente se vuelve a dividir para formar ocho células en el día
tres. En el día cuatro, se habla de Morula y del día cuatro al día cinco, el embrión llega a su
estado de Blastocisto. Los embriones pueden permanecer en cultivo hasta cinco días antes
de ser transferidos al útero de la mujer[66]. Por lo tanto, el embrión puede ser transferido
desde el día dos y hasta el día cinco. Dependiendo de la caracterización morfológica y
dinámica de la división celular, se toma la decisión respecto de cuando transferir el
embrión[67]. La transferencia embrionaria puede ser directamente al útero o a las trompas
de Falopio. A los 12 días de la transferencia embrionaria, se sabe si la mujer quedó
embarazada a través de marcadores[68].
[74]El Perito Zegers-Hochschild explicó que "[l]as TRA son usadas en el mundo entero.
Esto incluye todos los países de Europa, Oceánia, Asia y Medio Oriente, así como los
países que cuentan con la tecnología en África. En relación a las Américas, los TRA se
realizan en todos los países que cuentan con dicha tecnología, con excepción de Costa Rica.
Así es razonable concluir que Costa Rica es el único país en el mundo que[prohíbe] la
TRA". Cfr. Resumen escrito del peritaje rendido por Fernando Zegers-Hochschild en la
audiencia pública ante la Corte (expediente de fondo, Tomo VI, folio 2821).
B) El Decreto ejecutivo
68. En Costa Rica, el Decreto Ejecutivo No. 24029-S de 3 de febrero de 1995, emitido por
el Ministerio de Salud, autorizaba la práctica de la FIV para parejas conyugales y regulaba
su ejecución. En su artículo 1° el Decreto Ejecutivo regulaba la realización de técnicas de
reproducción asistida entre cónyuges, y establecía reglas para su realización[75]. En el
artículo 2° se definían las técnicas de reproducción asistida como "todas aquellas técnicas
artificiales en las que la unión del óvulo y el espermatozoide se logra mediante una forma
de manipulación directa de las células germinales a nivel de laboratorio"[76].
69. Las normas del Decreto Ejecutivo No. 24029-S que regulaban específicamente la
técnica de la FIV cuestionada en el recurso de inconstitucionalidad, eran las siguientes[77]:
Artículo 10.- Todos los óvulos fertilizados en un ciclo de tratamiento, deberán ser
transferidos a la cavidad uterina de la paciente, quedando absolutamente prohibido desechar
o eliminar embriones, o preservarlos para transferencia en ciclos subsecuentes de la misma
paciente o de otras pacientes.
Artículo 11.- Quedan absolutamente prohibidas las maniobras de manipulación del código
genético del embrión, así como toda forma de experimentación sobre el mismo.
Artículo 12.- Queda absolutamente prohibido comerciar con células germinales - óvulos y
espermatozoides - para ser destinados a tratamiento de pacientes en técnicas de
reproducción asistida, sean éstas homólogas o heterólogas.
70. La FIV fue practicada en Costa Rica entre 1995 y 2000[78] por la entidad privada
denominada "Instituto Costarricense de Infertilidad"[79]. En ese lapso nacieron 15
costarricenses[80]. La técnica fue declarada inconstitucional por la Sala Constitucional de
Costa Rica mediante de 15 de marzo de 2000.
[80]El declarante a título informativo Escalante informó que "[e]ntre los meses de
se[p]tiembre de [19]94 y marzo de 2000, se trataron 121 parejas a las cuales se les
practicaron 149 ciclos de Fertilización in Vitro completos[, de los cuales l]legaron a
embarazo de término y nacieron 15 neonatos" (expediente de fondo, tomo V, folio 2392).
73. Por otra parte, al considerar que era aplicable el artículo 4.1 de la Convención
Americana, la Sala Constitucional señaló lo siguiente:
74. Asimismo, la Sala Constitucional determinó que las prácticas de FIV "atentan
claramente contra la vida y la dignidad del ser humano"[86]. Para su fundamentación, la
Sala Constitucional indicó que: i) "[e]l ser humano es titular de un derecho a no ser privado
de su vida ni a sufrir ataques ilegítimos por parte del Estado o de particulares, pero no sólo
eso: el poder público y la sociedad civil deben ayudarlo a defenderse de los peligros para su
vida"; ii) "en cuanto ha sido concebida, una persona es una persona y estamos ante un ser
vivo, con derecho a ser protegido por el ordenamiento jurídico", y iii) "como el derecho [a
la vida] se declara a favor de todos, sin excepción, debe protegerse tanto en el ser ya nacido
como en el por nacer"[87].
75. Por otra parte, la Sala Constitucional manifestó que "[l]a normativa internacional [...]
establece principios rectores sólidos en relación con el tema de la vida humana"[88], para lo
cual citó el artículo I de la Declaración Americana, el artículo 3 de la Declaración Universal
de los Derechos Humanos, el artículo 6 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos y el artículo 4 de la Convención Americana. Respecto al artículo 4 de la
Convención, la Sala consideró que "[e]ste instrumento internacional da un paso decisivo,
pues tutela el derecho [a la vida] a partir del momento de la concepción[, además s]e
prohíbe tajantemente imponer la pena de muerte a una mujer en estado de gravidez, lo que
constituye una protección directa y, por ende, un reconocimiento pleno de la personalidad
jurídica y real del no nacido y de sus derechos"[89]. También la Sala hizo referencia al
artículo 6 de la Convención sobre los Derechos del Niño. Sobre este punto, la Sala
concluyó que "[l]as normas citadas imponen la obligación de proteger al embrión contra los
abusos a que puede ser sometido en un laboratorio y, especialmente del más grave de ellos,
el capaz de eliminar la existencia"[90].
El embrión humano es persona desde el momento de la concepción, por lo que no puede ser
tratado como objeto, para fines de investigación, ser sometido a procesos de selección,
conservado en congelación, y lo que es fundamental para la Sala, no es legítimo
constitucionalmente que sea expuesto a un riesgo desproporcionado de muerte. [...] La
objeción principal de la sala es que la aplicación de la técnica importa una elevada pérdida
de embriones, que no puede justificarse en el hecho de que el objetivo de ésta es lograr un
ser humano, dotar de un hijo a una pareja que de otra forma no podría tenerlo. Lo esencial
es que los embriones cuya vida se procura primero y luego se frustra son seres humanos y
el ordenamiento constitucional no admite ninguna distinción entre ellos. No es de recibo
tampoco el argumento de que en circunstancias naturales también hay embriones que no
llegan a implantarse o que aún logrando la implantación, no llegan a desarrollarse hasta el
nacimiento, sencillamente por el hecho de que la aplicación de la [FIV] implica una
manipulación consciente, voluntaria de las cédulas reproductoras femeninas y masculinas
con el objeto de procurar una nueva vida humana, en la que se propicia una situación en la
que, de antemano, se sabe que la vida humana en un porcentaje considerable de los casos,
no tiene posibilidad de continuar. Según la Sala ha podido constatar, la aplicación de la
Técnica de Fecundación in Vitro y Transferencia Embrionaria, en la forma en que se
desarrolla en la actualidad, atenta contra la vida humana. Este Tribunal sabe que los
avances de la ciencia y la biotecnología son tan vertiginosos que la técnica podría llegar a
ser mejorada de tal manera, que los reparos señalados aquí desaparezcan. Sin embargo, las
condiciones en las que se aplica actualmente, llevan a concluir que cualquier eliminación o
destrucción de concebidos - voluntaria o derivada de la impericia de quien ejecuta la
técnica o de la inexactitud de ésta - viola su derecho a la vida, por lo que la técnica no es
acorde con el Derecho de la Constitución y por ello el reglamento cuestionado es
inconstitucional por infracción al artículo 21 de la Constitución Política y 4 de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos. Por contravenir la técnica, considerada
en sí misma, el derecho a la vida, debe dejarse expresa constancia de que, ni siquiera por
norma de rango legal es posible autorizar legítimamente su aplicación, al menos, se insiste,
mientras su desarrollo científico permanezca en el actual estado y signifique el daño
consciente de vidas humanas[91].(Subrayado fuera del texto original)
79. Posteriormente, la señora Henchoz interpuso una demanda judicial contra la Caja
Costarricense del Seguro Social con la finalidad de que se le permitiera practicarse la FIV.
La Caja adujo la imposibilidad de practicar dicho procedimiento debido a la Sentencia de
15 de marzo de 2000[97]. Mediante sentencia de 14 de octubre de 2008, el Tribunal
Superior de lo Contencioso y Civil de Hacienda concluyó que la FIV como mecanismo de
reproducción asistida no estaba prohibida en Costa Rica, en tanto no se incurra en los vicios
señalados por la Sala Constitucional, "máxime que el desarrollo actual de este
procedimiento médico posibilita, en un ciclo reproductivo femenino, la fecundación de un
solo óvulo para su posterior transferencia al útero de la madre"[98].
[97]Sentencia No. 835-2008 dictada por la Sección Quinta del Tribunal Contencioso y
Administrativo y Civil de Hacienda en el Proceso de Conocimiento interpuesto por Ileana
Henchoz Bolaños contra la Caja Costarricense de Seguro Social, Expediente No. 08-00178-
1027-CA de 14 de octubre de 2008 (expediente de anexos al escrito de argumentos y
prueba, tomo V, anexo XXVIII, folios 5845 a 5872).
[98]Sentencia No. 835-2008 dictada por la Sección Quinta del Tribunal Contencioso y
Administrativo y Civil de Hacienda en el Proceso de Conocimiento interpuesto por Ileana
Henchoz Bolaños contra la Caja Constarricense de Seguro Social, Expediente No. 08-
00178-1027-CA de 14 de octubre de 2008 (expediente de anexos al escrito de argumentos y
prueba, tomo V, anexo XXVIII, folio 5859).
[99]Sentencia No. 835-2008 dictada por la Sección Quinta del Tribunal Contencioso y
Administrativo y Civil de Hacienda en el Proceso de Conocimiento interpuesto por Ileana
Henchoz Bolaños contra la Caja Constarricense de Seguro Social, Expediente No. 08-
00178-1027-CA de 14 de octubre de 2008 (expediente de anexos al escrito de argumentos y
prueba, tomo V, anexo XXVIII, folio 5871).
[100]Sentencia No. 835-2008 dictada por la Sección Quinta del Tribunal Contencioso y
Administrativo y Civil de Hacienda en el Proceso de Conocimiento interpuesto por Ileana
Henchoz Bolaños contra la Caja Costarricense de Seguro Social, Expediente No. 08-00178-
1027-CA de 14 de octubre de 2008 (expediente de anexos al escrito de argumentos y
prueba, tomo V, anexo XXVIII, folio 5872).
81. La Caja Costarricense de Seguro Social apeló la sentencia emitida por el Tribunal
Superior y el 7 de mayo de 2009 los magistrados de la Sala Primera de la Corte Suprema de
Justicia anularon dicho fallo y declararon sin lugar la demanda[101]. La Sala Primera
indicó que "ha quedado demostrado [...] que la técnica de la fertilización in vitro estaría
contraindicada para la demandante en razón de su edad, pues a sus 48 años ha perdido ya su
capacidad reproductiva con sus propios óvulos, lo que hace extraordinariamente
improbable y remoto un embarazo de manera asistida" aunado al hecho que la demandante
"luego de la sentencia impugnada manifestó a través de distintos medios de comunicación
colectiva que no se sometería a la técnica de la fertilización in vitro, en razón de su
edad"[102].
82. Por otra parte, el 6 de enero de 2005, la Defensoría de los Habitantes emitió el oficio
N°00117-2005-DHR, motivado por una denuncia interpuesta por la señora Espinoza, en la
cual planteó que, tras haber acudido a un Hospital parte de la Caja Costarricense del Seguro
Social, éste le habría denegado la posibilidad de un tratamiento de fertilidad argumentando
la ausencia de programas para tales efectos[103] y no se le habría entregado un
medicamento denominado "menotropin", el cual le había sido dado en otras ocasiones a la
paciente[104]. En el mencionado oficio, la Defensoría emitió una serie de
recomendaciones, a saber:
E) Proyectos de ley
84. La Corte observa que, en el marco de un intento por cumplir con las recomendaciones
efectuadas por la Comisión Interamericana (supra párr. 1), en la Asamblea Legislativa en el
año 2010 fue presentado un proyecto de ley tratando de regular la FIV[107]. Entre otros
elementos, el proyecto partía de la protección de todos los derechos de la persona humana a
partir de la fecundación[108] y establecía que podía practicarse la FIV "a condición de que
todos los óvulos fertilizados en un ciclo de tratamiento sean transferidos a la misma mujer
que los produjo"[109].Además, se prohibía "la reducción o destrucción de
embriones"[110]. Asimismo, el proyecto de ley preveía que "[q]uien, en la aplicación de la
técnica de la [FIV], destruyere o redujere o de cualquier modo diere muerte a uno o más
embriones humanos, será sancionado con prisión de uno a seis años"[111]. La Corte
observa que el proyecto de ley no fue aprobado[112]. Por su parte, la Organización
Panamericana de la Salud (OPS) se pronunció en forma crítica contra el proyecto y resaltó
los "riesgos de múltiples embarazos que pueden ocurrir cuando todos los óvulos fertilizados
en un ciclo de tratamiento son transferidos a la misma mujer que los produjo, lo cual a su
vez incrementa el riesgo del aborto espontáneo, complicaciones obstétricas, nacimientos
prematuros y morbilidad neonatal"[113]. La OPS señaló que "[t]ransferir a una mujer todos
los embriones producidos en cada ciclo de un tratamiento de [FIV], incluso aquellos
embriones que tienen defectos, puede poner en peligro el derecho a la vida de la mujer e
incluso ocasionar la realización de un aborto terapéutico lo que a su vez afecta
negativamente el goce del derecho a la salud y de otros derechos humanos relacionados que
han sido acordados por los Estados de la OPS"[114].
[107]Cfr. Proyecto de Ley sobre Fecundación In Vitro y Transferencia Embrionaria,
Expediente 17.900, 22 de octubre de 2010 (expediente de anexos a la contestación, tomo
IX, folios 11055 a 11068).
85. La señora Grettel Artavia Murillo contrajo matrimonio con el señor Miguel Mejías
Carballo el 13 de diciembre de 1993[115]. A raíz de un accidente laboral ocurrido en 1985,
el señor Mejías sufrió un accidente a la edad de 19 años que lo dejó parapléjico
permanentemente[116], razón por la cual decidieron buscar ayuda médica.
[115]Cfr. Certificado de Registro Civil de 14 de diciembre de 2011 (expediente de anexos
al escrito de argumentos y prueba, tomo I, folio 4074).
[116]El señor Mejías indicó que "un terraplén que se vino al lado de la construcción [lo]
sepultó y cuando lograron sacar[lo] ya [él] tenía una paraplejía completa a nivel de 10 de 12
y le precisaron que ya no podía volver a caminar, por medio que había sufrido una lesión
medular". Declaración del señor Miguel Mejías Carballo rendida en la audiencia pública
celebrada en el presente caso.
[118]Al respecto, la señora Artavia indicó que "para sufragar los gastos [su] ex esposo en
ese entonces tuvo que proceder a créditos fiduciarios e hipotecarios los cuales a la fecha no
ha podido cancelar en su totalidad". Escrito de la señora Artavia y el señor Mejías de 19 de
diciembre de 2011 (expediente de anexos al escrito de argumentos y prueba, tomo I, folio
4075). Asimismo, el señor Mejías declaró que "ya había hipotecado [su] casa, había
gastado todos los ahorros que [él] tenía para poder [ellos] practicar acá la fertilización in
vitro en Costa Rica". Declaración del señor Miguel Mejías Carballo rendida en audiencia
pública celebrada en el presente caso.
87. En febrero de 2000, la médica tratante le informó a la pareja que la última alternativa a
seguir en el tratamiento contra la infertilidad sería practicar una FIV. Un mes después, el 15
de marzo de 2000 la Sala Constitucional de Costa Rica emitió la sentencia que prohibió la
práctica en el país[120]. La pareja no tenía los recursos económicos para viajar al exterior
para realizarse el tratamiento[121].
[120]El señor Mejías declaró que cuando su esposa fue operada para resolver el problema
que tenía en el útero, y cuando ya "estaba bien para hacerse una técnica de fertilización In
Vitro, y [ellos] felices contentos y fue cuando los prohibieron y hasta el momento no
pudi[eron]". Declaración del señor Miguel Mejías Carballo rendida en audiencia pública
celebrada en el presente caso.
[121]Sobre este punto, la señora Artavia indicó que desde el momento de la sentencia que
prohibió la práctica de la FIV ellos venían desesperados y con frustraciones "asociado a la
imposibilidad de ir al extranjero a realizar [...] tal práctica por falta de dinero". Escrito de la
señora Artavia y el señor Mejías de 19 de diciembre de 2011 (expediente de anexos al
escrito de argumentos y prueba, tomo I, folio 4076). Declaración del señor Miguel Mejías
Carballo rendida en audiencia pública celebrada en el presente caso.
88. El 10 de marzo de 2011 la pareja se divorció, siendo una de las razones la imposibilidad
de tener hijos biológicos[122].
89. El 22 de febrero de 1992 los señores Miguel Antonio Yamuni Zeledón e Ileana
Henchoz Bolaños se casaron[123]. Dentro de su núcleo familiar estaba la hija del primer
matrimonio de la señora Henchoz[124].
90. Desde 1994 decidieron tener hijos. A partir de 1994 la pareja se practicó 16
inseminaciones artificiales sin resultados[125]. Luego de practicarse otras tres
inseminaciones artificiales más con otro doctor, y realizar otros exámenes, en 1999 les fue
diagnosticado que la única manera por la que podían tener hijos era por medio de la
FIV[126]. Para ello, la pareja se realizo una serie de exámenes de laboratorio[127].
Después de esto el médico tratante manifestó que "exist[ía] un factor masculino subóptimo
y se realizó un ciclo de inseminación intrauterina con capacitación espermática sin
resultados"[128].
[125]En este sentido, la señora Henchoz Bolaños señaló que "una doctora [les] recomendó
que [les] hiciera[n] inseminaciones artificiales, [les] hici[eron] aproximadamente 15, 16
inseminaciones artificiales, no vi[eron] resultados tampoco, eso fue muy duro porque fue
mucho tiempo también". Declaración de la señora Ileana Henchoz Bolaños rendida en
audiencia pública celebrada en el presente caso.
[129]Cfr. Certificado del Centro Médico de Diagnostico por Ultrasonido "La California" de
ultrasonidos vaginal y transvaginales de agosto y noviembre de 1999 (expediente de anexos
al escrito de argumentos y prueba, tomo V, anexo XXVII, folios 5708, 5730 a 5733);
certificados del Laboratorio Clínico "La California" de exámenes de hormonas de 23 y 25
de noviembre de 1999 (expediente de anexos al escrito de argumentos y prueba, tomo V,
anexo XXVII, folios 5738 - 5739 y 5742), y certificación respecto a la miomectomia de 9
de septiembre de 1999 (expediente de anexos al escrito de argumentos y prueba, tomo V,
anexo XXVII, folios 5789 y 5790).
[131]Cfr. Receta del Dr. Escalante para la señora Henchoz Bolaños de los 5 medicamentos
para estímulo ovárico de 1 de enero de 2000 (expediente de anexos al escrito de
argumentos y prueba, tomo V, anexo XXVII, folios 5744 y 5745).
92. El 10 marzo de 2000 se emitió la sentencia de la Sala Constitucional, razón por la cual
la pareja decidió viajar a España para continuar el tratamiento[133]. Como pasos previos
para el viaje, en abril de ese año se le realizaron varios exámenes médicos y se recetaron
medicamentos[134].
[133]Declaración jurada del señor Miguel Antonio Yamuni Zeledón de 13 de diciembre de
2011 (expediente de anexos al escrito de argumentos y prueba, tomo V, anexo XXIX, folio
5881). De igual manera, la señora Henchoz Bolaños indicó que dado que la única manera
en que podían tener hijos era por medio de la FIV "la única forma era saliendo del país pues
Costa Rica acababa de prohibirlo. El derecho a tener hijos [les] fue truncado en el año dos
mil". Declaración jurada de la señora Ileana Henchoz Bolaños de 13 de diciembre de 2011
(expediente de anexos al escrito de argumentos y prueba, tomo V, anexo XXIX, folio
5885).
93. Entre los días 18 y 28 de abril la pareja estuvo en España[135]. El 21 de abril de 2000
se hicieron los trámites y exámenes de laboratorio necesarios[136]. El 23 de abril siguiente
le implantaron 2 embriones[137] a la señora Henchoz. El costo en España por el
tratamiento fue de 463.000 pesetas[138].
95. La pareja decidió viajar a Colombia, por lo que para esta primera fase de la FIV a la
señora Henchoz se le practicaron exámenes médicos[141]. El señor Yamuni y la señora
Henchoz viajaron a Colombia el día 25 de noviembre de 2000[142]. La FIV en Colombia
se practicó entre el 25 de noviembre y el 3 de diciembre de 2000[143]. Los días 5, 13, 14 y
22 de diciembre de 2000 se le realizaron a la señora Henchoz 5 exámenes del
comportamiento de las hormonas para dar seguimiento al posible embarazo[144] y los días
19 y 27 del mismo mes y año dos ultrasonidos[145]. Este nuevo intento no arrojó
resultados[146]. El 27 de abril de 2001 se dio un informe de citogenética de la sección de
genética humana a la pareja, en el que se indicó que hubo dos pérdidas[147].
[149]Cfr. Expediente médico del señor Oriéster Rojas en el Hospital México de la Caja
Costarricense del Seguro Social, exámenes médicos, reportes, constancias médicas y
recetas de agosto, octubre y diciembre de 1997, mayo y julio de 1999 (expediente de
anexos al escrito de argumentos y prueba, tomo II, folios 4224 a 4234 4256, 4257 y 4258).
[152]Cfr. Recibos de pago del Hotel Roma del 13, 14, 15 y 16 de marzo del 2001
(expediente de anexos al escrito de argumentos y prueba, tomo II, folios 4283-4285).
[153]Cfr. Certificación por el médico tratante según la cual "se le realizó [a la señora
Julieta González] el ICSI en Panamá, donde tuvo que permanecer por 3 días más antes de
regresar al país." Certificado de 8 Junio de 2001 (expediente de anexos al escrito de
argumentos y prueba, tomo II, folio 4300).
[156]Cfr. Expediente de adopción del señor Oriester Rojas y de la señora Julieta González,
Notificación de inicio del proceso de adopción (expediente de anexos al escrito de
argumentos y prueba, tomo II, folios 4302).
101. El día 16 de abril de 1999 se casaron la señora Claudia Carro Maklouf y el señor
Víktor Sanabria. La señora Carro tenía 3 hijos de su primer matrimonio, mientras que el
señor Sanabria no tenía hijos de su primer matrimonio[158]. Antes del matrimonio, la
pareja había acudido a citas médicas y el 21 de septiembre de 1998 se diagnosticó al señor
Sanabria "hipomotilidad espermática" y "viscosidad seminal aumentada"[159], asociadas a
infertilidad masculina, patología que de no corregirse condicionaba un muy bajo porcentaje
de conseguir un embarazo natural[160].
102. Por su parte, a la señora Carro, tras una serie de análisis médicos, entre ellos una
histerosalpingogradia, se le diagnosticó una lesión tubárica, por lo que se recomendó
realizar una FIV[161]. En octubre del año de 1998 se operó con la finalidad de reparar en lo
posible la lesión tubárica. En diciembre de 1999 la señora Carro se sometió a un primer
intento de FIV, el cual no tuvo resultados positivos. A inicios de 2000 la señora Carro
volvió a ser intervenida quirúrgicamente[162].
[161]Cfr. Constancia del Doctor Gerardo Escalante López de 29 de Agosto de 2011: "[...]
con historia de infertilidad por impermeabilidad tubárica bilateral posterior a 2 operaciones
cesárea efectuadas en su primer matrimonio" (expediente de anexos al escrito de
argumentos y prueba, tomo I, folio 4119).
[162]Cfr. Constancia médica del Doctor Gerardo Escalante López de 29 de Agosto de 2011
(expediente de anexos al escrito de argumentos y prueba, tomo I, folio 4119).
[163]Para ello debía recibir dosis diariamente de LUPRÓN por vía subcutánea. Cfr.
Constancia médica del Doctor Gerardo Escalante López del 1 de octubre de 2001
(expediente de anexos al escrito de argumentos y prueba, tomo II, folio 4688).
[165]Cfr. Factura de 413.000 pesetas españolas emitida por IVI en fecha del 22 de octubre
de 2001 a nombre de Carro Maklouf, Claudia (expediente de anexos al escrito de
argumentos y prueba, tomo II, folio 4690).
105. La pareja inició un proceso de adopción el 10 diciembre de 2002 y les fue entregada
en custodia temporal a una niña a la pareja[167]. La señora Carro y el señor Sanabria se
separaron en noviembre de 2003 y se divorciaron el 27 de enero de 2005[168]. El 1 de
diciembre de 2006 se dio en adopción individual a la niña al señor Sanabria[169]. En abril
de 2009 la señora Carro adoptó de manera individual a un niño[170].
[167]Cfr. Expediente de adopción, Autorización, por el Patronato Nacional de la Infancia,
Oficina de Adopciones, del egreso de la niña con los señores Viktor Hugo Sanabria León y
Claudia María Carro Maklouf en fecha del 19 de mayo de 2003 (expediente de anexos al
escrito de argumentos y prueba, tomo III, folio 4776).
[170]Cfr. Peritaje psiquiátrico: "En el año 2009 [la señora Claudia María Carro Maklouf]
adopt[ó] a su actual hijo" (expediente de anexos al escrito de argumentos y prueba, tomo I,
folio 4128).
[172]"Para febrero de 1991 comenz[ó] con valoraciones médicas para determinar por qué
razón no quedaba embarazada, pasando por varios monitoreos de ovulación, con
tratamientos para estimular la ovulación". Declaración jurada de la señora Joaquinita
Arroyo Fonseca (expediente de anexos al escrito de argumentos y prueba, tomo IV, anexo
XI, folio 5266). Cfr. Certificado de la Clínica Ultrasonido Paseo Colon, S.A. de
anovulación de 15 de octubre de 1991 y receta de progesterona, 1 ml y Omifín por 5 días
(expediente de anexos al escrito de argumentos y prueba, tomo III, anexo X, folio 4990).
108. La pareja recurrió a otro médico, se hicieron nuevos exámenes, y se hizo aplicación de
otra serie de procedimientos de inseminación artificial. En algunas oportunidades se
realizaron hasta dos inseminaciones para un mismo ciclo[175].
[175]En este sentido la señora Joaquinita Arroyo indicó que "inicia[ron] el protocolo de
estudio que conllevó nuevos monitoreos de ovulación, ultrasonidos, un estudio radiológico
de cavidad uterina y trompas". Declaración jurada de la señora Joaquinita Arroyo Fonseca
(expediente de anexos al escrito de argumentos y prueba, tomo IV, anexo XI, folio 5268), y
Certificados del Centro Médico de Diagnostico por Ultrasonido "La California" de
ultrasonidos vaginales de 18 de abril, 14 de mayo, 5 de septiembre de 1996 y 28 y 29 de
octubre de 1997 (expediente de anexos al escrito de argumentos y prueba, tomo III, anexo
X, folios 5010, 5011, 5014, 5016 y 5017).
[177]Cfr. Dictamen del médico tratante para referir el caso al especialista de la Clínica
Barraquer en la ciudad de Bogotá, en Colombia de 13 de octubre de 2001 (expediente de
anexos al escrito de argumentos y prueba, tomo III, anexo X, folio 5050).
[179]Cfr. Certificado del Centro Médico de Diagnostico por Ultrasonido "La California" de
ultrasonido transvaginal de 7 de marzo de 2002 (expediente de anexos al escrito de
argumentos y prueba, tomo III, anexo X, folio 5051).
[180]Cfr. Certificado de la Asociación Hospital Clínica Católica de la Purisima Concepción
de miomatosis uterina de 4 de abril de 2002 (expediente de anexos al escrito de argumentos
y prueba, tomo III, anexo X, folios 5053 a 5082).
[181]Cfr. Certificado del Laboratorio "Itopat S.A. del 15 de abril de 2002 (expediente de
anexos al escrito de argumentos y prueba, tomo III, anexo X, folio 5084).
111. En el año 2003 la pareja adoptó una niña. En el año 2006 la señora Arroyo quedó
embarazada y dio a luz a una niña el 25 de junio de 2007[182].
113. Entre agosto de 2002 y el 2004 la pareja continuó realizando exámenes médicos[185]
y de laboratorio[186]. Durante el 2004 se le practicaron a la señora Espinoza tres
inseminaciones artificiales y una laparoscopia, mediante la cual se determinó "la presencia
de endometriosis pélvica y anomalía anatómica por factor tubárico de infertilidad primaria"
en la paciente y, en consecuencia "a criterio médico [se] sugirió avanzar a la técnica de
reproducción asistida [FIV] como método para poder concebir para ella y su
cónyuge"[187].
[188]A este respecto, la señora Karen Espinoza indicó que "en el dos mil cuatro, se
determin[ó] que t[uvo] quistes de un tamaño considerable y en el Hospital México [le]
realiz[aron] una cirugía con riesgo una posible histerectomía". Declaración jurada de la
señora Karen Espinoza Vindas (expediente de anexos al escrito de argumentos y prueba,
tomo IV, anexo XVI, folio 5567).
115. El 26 de octubre de 2007 la pareja tuvo una niña por embarazo natural[190].
F.7) Carlos Eduardo de Jesús Vargas Solórzano y María del Socorro Calderón Porras
116. De su primer matrimonio la señora María del Socorro Calderón tuvo dos hijos. Desde
1989 vive con el señor Vargas y se casaron en 1995[191].
117. En 1994 un médico le indicó a la señora Calderón que otro médico le habría cortado
las trompas de Falopio[192]. Posteriormente le descubrieron quistes en los ovarios y le
hicieron una intervención médica. Luego, le dictaminaron varicocele al señor Vargas, lo
cual condujo a diversos exámenes a partir de los cuales se concluyó que la única opción
para concebir que tenía la pareja sería por FIV[193].
119. El 27 de septiembre de 1988 el señor Enrique Acuña Cartín contrajo matrimonio con
la señora Ana Cristina Castillo León[196]. Después de cuatro años de casados empezaron a
buscar tener un embarazo. En el marco de los exámenes que se practicaron, en 1997 se
diagnosticó varicocele al señor Acuña y se determinó que el contenido espermático
imposibilitaría la concepción natural, razón por la cual se sugirió recurrir a la FIV[197].
120. Por su parte, la señora Castillo acudió a varios médicos y la diagnosticaron con
endometriosis y útero vuelto. Asimismo, se determinó que la señora Castillo sufría de
"retrofelción uternina en grado 3" y una endometriosis en las trompas de Falopio, razón por
la cual fue operada quirúrgicamente para corregir la "retroflexión" y revisar sus trompas.
También se le sometió a tratamientos hormonales para suspender su período menstrual por
más de un año[198].
123. La señora Andrea Bianchi Bruna contrajo matrimonio el 15 de junio de 1996 con el
señor Germán Moreno Valencia[202].
124. A los tres años de matrimonio y ante la imposibilidad de lograr un embarazo, la pareja
acudió a tratamiento médico. En el marco del tratamiento, la señora Bianchi se realizó
varios exámenes médicos, entre ellos una histerosalpingografía, los cuales arrojaron que
sufría de endometriosis[203]. De manera que la señora Bianchi se realizó una primera
cirugía, una laparoscopía exploratoria[204], la cual arrojó como resultado una obstrucción
total de sus trompas de Falopio, por lo que el médico les afirmó que no había posibilidad de
embarazo que implicase usar el trayecto de las trompas de Falopio[205].
VII
CONSIDERACIÓN PREVIA SOBRE EL OBJETO DEL PRESENTE CASO
126. El representante Molina alegó que en el presente caso "hubo una política consistente y
sostenida por más de 11 años que se mantiene continuada en el Estado costarricense
respecto de la prohibición de la [FIV] y de cualquier otro método de reproducción asistida
que impregn[ó] no sólo las acciones y omisiones de todos los poderes del Estado, sino que
se ext[endió] a propiciar en la sociedad civil un repudio frente a personas que sufren este
tipo de discapacidad reproductiva"[209]. Por otra parte, argumentó que "luego del fallo, las
víctimas experimentaron una estigmatización social que minó su honra y reputación
social". En ese sentido, arguyó que "[l]a divulgación en los medios de la prohibición de la
FIV, y la caracterización que algunos hicieron de la infertilidad fue estigmatizante para las
[presuntas] víctimas y su entorno, y violó sus derechos a la intimidad. [Asimismo], algunos
medios, en sus campañas en contra de la FIV emitieron mensajes ofensivos y denigrantes
hacía los demandantes en general, provocando daños en su salud mental". Agregó que las
presuntas "víctimas del caso fueron juzgados por la sociedad civil en virtud de la falta de
información existente sobre el tema[, por lo que c]onstantemente surgían en diversos
medios de comunicación ciertos juicios de valor que iban dirigidos a menoscaba la lucha
que desarrollaban las parejas con una amplia gama de descalificativos".
[209]Al respecto, agregó que la presunta "política del Estado queda[ba] demostrada por
varias y continuas acciones y omisiones de éste", como por ejemplo: i) "[l]a prohibición de
la Sala Constitucional de practicarse [...] la FIV"; ii) "[l]a prohibición de la Sala a que el
Poder Legislativo pudiese ejercer su función [de] legislar sobre la materia"; iii) "[l]a
inactividad de parte del Legislativo y el Ejecutivo respecto de los métodos de reproducción
asistida"; iv) "[u]na queja ante la defensoría de los habiantes"; v) "[u]n proceso contencioso
administrativo", y vi) "[u]na acción de constitucionalidad en contra de la resolución de la
Sala".
128. Sobre estos alegatos planteados por los representantes, el Estado presentó una
excepción preliminar (supra párr. 40) respecto a que tales hechos no están incluidos en el
escrito de sometimiento presentado por la Comisión ni resultan hechos supervinientes. Por
otra parte, alegó que la FIV "no solamente no soluciona los problemas de salud de las
personas infértiles, principalmente de las mujeres, sino que aumenta los peligros para su
salud[, por cuanto] las mujeres pueden sufrir el síndrome de hiperestimulación ovárica, que
en algunos casos puede provocar desbalance electrolítico, disfunción hepática y fenómenos
tromboelíticos que puede ser fatales. Otras complicaciones incluyen sangrado, infección y
torción anexial, que pueden poner en riesgo la vida de la madre"[210]. De otro lado, el
Estado argumentó que "los efectos psicológicos de la [FIV] en la mujer y en la pareja están
bien documentados"[211]. Además, el Estado alegó posibles daños a los niños concebidos
con asistencia de la FIV y "síndromes raros"[212]. El Estado aseveró que "otra
problemática asociada con la técnica de [FIV] y la superestimulación ovárica es la
generación de embarazos múltiples [los cuales] son comunes en la práctica",y los cuales
implicarían "un peligro para la salud de las mujeres"[213].
[210]Aseguró que "[l]a mortalidad relacionada con embarazos por [FIV] e[s] más alta que
la mortalidad materna en la población general[, ya que se p]uede provocar complicaciones
en el parto y preeclampsia, así como un aumento en el riesgo de cáncer de endometrio y
tumores en los ovarios".
[212]Alegó que "en niños concebidos con asistencia de la Técnica de la [FIV], el riesgo es
2 veces mayor para defectos septales del corazón, 2.4 veces para labio leporino sin o con
paladar hendido, 4.5 veces mayor para atresias esofágicas, 3.7 veces mayor para atresias
anorrectales, 9.8 veces mayor para anomalías gastrointestinales y 1.54 veces mayor para
defectos musculo-esqueléticos, con respecto a niños concebidos naturalmente. Además [...]
es más frecuente encontrar síndromes raros". Por otra parte, indicó que "otros estudios [...]
demuestran que la [FIV] podría estar asociada con una alteración de los cambios
epigenéticos en los gametos [FIV] y, por lo tanto, un efecto en los patrones globales de
metilación y la regulación genética, y estos cambios podrían alterar la expresión genética a
largo plazo".
[213]Argumentó que "si se comparan los embarazos múltiples con los simples, los gemelos
y los trillizos son, respectivamente, cuatro veces y ocho veces más propensos a la muerte
perinatal y a un mayor riesgo de presentar discapacidades a largo plazo". Señaló que "una
alternativa para los partos múltiples [...] consiste en la práctica denominada "reducción
embrionaria", técnica que "tiene como objeto provocar la muerte selectiva de los embriones
ya implantados" considerándola como una forma de "aborto provocado" y por lo tanto
sujeto a sanciones penales.
129. Sobre la crioconservación de embriones, el Estado argumentó que "para lograr una
conservación adecuada [...] se utilizan crioprotectores, agentes químicos que [...] ejercen
cierto grado de toxicidad sobre los embriones dependiendo de su concentración y el tiempo
en que fueron expuestos". Al mismo tiempo, "congelar y descongelar embriones puede
provocar alteraciones en sus características morfológicas y en la tasa de supervivencia de
los blastómeros, lo que puede traducirse en tasas de implantación más bajas". Por último, el
Estado indicó también que "la [FIV] acarrea en si una serie de dilemas y problemas legales
igualmente profundos y complicados de resolver". Al respecto, planteó las siguientes
problemáticas: i) "no existe consenso [...] en el estatus jurídico de los embriones
criogenizados y en la regulación y en la duración de su conservación y de su destino.
Particularmente problemáticas son aquellas situaciones cuando los progenitores [...] se
separan o divorcian"; ii) "la separación de progenitores que han congelado sus embriones,
puede llevar a plantearse el tema de la paternidad forzada [...] en el supuesto de que uno de
los progenitores exija la implantación del embrión a pesar de su separación o divorcio"; iii)
"la [FIV] plantea una profunda problemática en relación con la regulación de la
paternidad", en particular el problema "de los derechos de paternidad del esposo de la
mujer que se somet[ió] a una [FIV] heterogénea- con aporte de material genético de un
hombre distinto de su esposo o compañero" dado que "uno de los factores esenciales para
determinar la paternidad es la determinación del material genético"[214].
[214]El Estado agregó que iv) otra área "donde no existe consenso es en el tema de los
derechos de maternidad de la donante de óvulos o de la madre por subrogación- supuesto al
que habrá de acudirse en el caso de que la mujer estéril carezca de útero"; v) sobre la
"concepción post Humous", es decir "cuando la mujer solicita que se le implanten los
embriones congelados de su esposo o compañeros ya fallecido [...], la concepción sucede
después de la muerte del portador del material genético" y esto "levanta una cuestión
irresuelta [...]: los derechos hereditarios del niño nacido de esa concepción", y vi) "la
regulación del régimen de responsabilidad civil de las clínicas y médicos practicantes de la
[FIV es] un tema particularmente sensible en los casos en que los facultativos han
confundido el material genético y han implantado embriones ajenos en una mujer distinta".
Consideraciones de la Corte
130. La Comisión Interamericana concentró el objeto del presente caso en los efectos de la
sentencia emitida por la Sala Constitucional. Sin embargo, las partes han presentado
alegatos respecto a los siguientes temas que exceden lo analizado en la sentencia de la Sala
Constitucional, a saber: i) un presunto "contexto" alegado por el representante Molina; ii) la
alegada injerencia que tuvieron los medios de comunicación y la sociedad en la vida
privada de las presuntas víctimas, y iii) alegatos generales sobre los problemas que podría
presentar la FIV. Con el fin de determinar el objeto del presente caso, el Tribunal procederá
a establecer si estas controversias se enmarcan en lo anterior.
131. En primer lugar, este Tribunal ha establecido que el marco fáctico del proceso ante la
Corte se encuentra constituido por los hechos contenidos en el Informe de Fondo sometidos
a consideración de la Corte[215]. En consecuencia, no es admisible que las partes aleguen
nuevos hechos distintos de los contenidos en dicho informe, sin perjuicio de exponer
aquellos que permitan explicar, aclarar o desestimar los que hayan sido mencionados en el
mismo y hayan sido sometidos a consideración de la Corte[216]. La excepción a este
principio son los hechos que se califican como supervinientes, siempre que se encuentren
ligados a los hechos del proceso. Asimismo, las presuntas víctimas y sus representantes
pueden invocar la violación de otros derechos distintos a los comprendidos en el Informe de
Fondo, siempre y cuando se atengan a los hechos contenidos en dicho documento, en tanto
son las presuntas víctimas las titulares de todos los derechos consagrados en la
Convención[217]. En definitiva, corresponde a la Corte decidir en cada caso acerca de la
procedencia de alegatos relativos al marco fáctico en resguardo del equilibrio procesal de
las partes[218].
[215]Cfr. Caso Cinco Pensionistas Vs. Perú. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de
28 de febrero de 2003. Serie C No. 98, párr. 153, y Caso Vélez Restrepo y familiares Vs.
Colombia, párr. 47.
[216]Cfr. Caso Cinco Pensionistas Vs. Perú. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de
28 de febrero de 2003. Serie C No. 98, párr. 153, yCaso Masacres de Río Negro Vs.
Guatemala. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 4 de
septiembre de 2012 Serie C No. 250, párr. 52.
[217]Cfr. Caso Cinco Pensionistas Vs. Perú. Fondo, Reparaciones y Costas, párr. 153, y
Caso Masacres de Río Negro Vs. Guatemala. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones
y Costas. Sentencia de 4 de septiembre de 2012 Serie C No. 250, párr. 52
132. La Corte nota que la Comisión no alegó el contexto mencionado por el representante
Molina. Sin embargo, los hechos que utiliza el representante para alegar dicho contexto si
fueron indicados por la Comisión Interamericana en su informe de fondo. Al respecto, la
Corte considera que el representante no presentó suficiente información y argumentación
que permitiera enmarcar el presente caso en una "política de Estado" en contra de la FIV y
"de cualquier otro método de reproducción asistida" en Costa Rica. Por tanto, el Tribunal
considera que el presente caso no se encuentra relacionado con la alegada "política de
Estado" presentada por el representante Molina. Sin perjuicio de ello, en lo que sea
relevante, se tendrán en cuenta los hechos reseñados por el representante a la hora de
realizar el análisis de fondo.
133. En cuanto a las violaciones alegadas por los dos representantes respecto a la injerencia
de los medios de comunicación o la sociedad en la vida privada de las presuntas víctimas y
por los cuales el Estado presentó una excepción preliminar (supra párr. 40), la Corte
observa que los hechos que sustentan dicho alegato no fueron incluidos en el informe de
fondo emitido por la Comisión, razón por la cual no serán considerados como parte del
marco fáctico del presente caso.
134. Por último, la Corte destaca que el Estado presentó argumentos generales relacionados
con los presuntos efectos o problemas que podría producir la FIV con relación a: i) los
posibles riesgos que la práctica podría producir en la mujer; ii) alegadas afectaciones
psicológicas en las parejas que acudan a la técnica; iii) presuntos riesgos genéticos que se
podrían producir en los embriones y en los niños nacidos por el tratamiento; iv) los
alegados riesgos de embarazos múltiples; iv) los supuestos problemas que implicaría la
crioconservación de embriones, y v) los posibles dilemas y problemas legales que podrían
generarse por la aplicación de la técnica.
135. Al respecto, la Corte considera que si bien el Estado generó prueba y argumentos
sobre lo anteriormente reseñado, el Tribunal sólo tomará en cuenta, para el análisis de
fondo en el presente caso, aquellas pruebas y alegatos relacionados con los argumentos
explícitamente utilizados en la motivación de la sentencia de la Sala Constitucional.En este
sentido, y en razón del carácter subsidiario[219] del Sistema Interamericano, la Corte no es
competente para resolver controversias que no fueron tenidas en cuenta por la Sala
Constitucional para sustentar la sentencia que declaró inconstitucional el Decreto Ejecutivo
No. 24029-S.
VIII
DERECHO A LA VIDA PRIVADA Y FAMILIAR Y EL DERECHO A LA
INTEGRIDAD PERSONAL EN RELACIÓN CON LA AUTONOMÍA PERSONAL,
LA SALUD SEXUAL Y REPRODUCTIVA, EL DERECHO A GOZAR DE LOS
BENEFICIOS DEL PROGRESO CIENTÍFICO Y TECNOLÓGICO Y EL
PRINCIPIO DE NO DISCRIMINACIÓN
136. En este capítulo se determinará, en primer lugar, el alcance de los derechos a la vida
privada y familiar, y su relación con otros derechos convencionales, en lo relevante para
resolver la controversia (A). Posteriormente se analizarán los efectos de la prohibición de la
FIV (B). Seguidamente se interpreta el artículo 4.1 de la Convención Americana en lo
relevante para el presente caso (C). Finalmente, se resuelve la presunta violación de los
derechos convencionales de las presuntas víctimas a la luz de un juicio de proporcionalidad
(D).
1. Toda persona tiene derecho a que se respete su integridad física, psíquica y moral. [...]
137. La Comisión observó que "la decisión [...] de tener hijos biológicos [...] pertenece a la
esfera más íntima de [la] vida privada y familiar[, y ...] la forma como se construye dicha
decisión es parte de la autonomía y de la identidad de una persona tanto en su dimensión
individual como de pareja". Señaló que "la vida en común y la posibilidad de procrear es
parte del derecho a fundar una familia". Consideró que "[l]a utilización de la [FIV] para
combatir la infertilidad también está estrechamente vinculada con el goce de los beneficios
del progreso científico".
138. El representante Molina alegó que "si la pareja quiere o no tener descendencia se da en
el ámbito privado", y calificó la infertilidad de las presuntas víctimas como "discapacidad
por la cual se les había discriminado para tener una familia".
139. El representante May alegó que la reglamentación [de la FIV] debe "desarrollar y
posibilitar el contenido delos derechos a la salud, al acceso al progreso científico, al respeto
a la intimidad y autonomía de la voluntad en el ámbito familiar, al derecho a fundar una
familia, y al ejercicio pleno de los derechosreproductivos de las personas."
140. El Estado alegó que "la posibilidad de procrear a través de las técnicas de fecundación
in vitro [...] no constituy[e] un derecho reconocido dentro del ámbito de [la] libertad
personal", y que "[a]un cuando el derecho a fundar una familia incluye la posibilidad de
procrear, no es a cualquier costo que el Estado debe permitir tal posibilidad". Además,
alegó que "[l]a vida y dignidad humanas no debe dar pruebas de su naturaleza frente a los
reclamos del progreso científico o médico".
Consideraciones de la Corte
141. Tal como fue señalado anteriormente (supra párr. 3), la Comisión consideró que la
prohibición de la FIV vulneraba los artículos 11.2, 17.2 y 24, en relación con el artículo 1.1
de la Convención Americana, en perjuicio de las presuntas víctimas. Los intervinientes
comunes agregaron la presunta violación de los artículos 4.1, 5.1, y 7 de la Convención, en
relación con los artículos 1.1 y 2 de la misma. El Estado rechazó la violación de todos estos
derechos. Al respecto, la Corte observa que existe controversia entre las partes sobre los
derechos que presuntamente se habrían violado en el presente caso. A continuación, el
Tribunal interpretará la Convención Americana en orden a determinar el alcance de los
derechos a la integridad personal y a la vida privada y familiar, en lo relevante para resolver
la controversia.
[223]Cfr. Caso de las Masacres de Ituango Vs. Colombia. Excepción Preliminar, Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 1 de julio de 2006 Serie C No. 148, párr. 194, y Caso
Atala Riffo y Niñas Vs. Chile.Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 24 de febrero de
2012. Serie C No. 239, párr. 161.
[224]Cfr. Caso Chaparro Álvarez y Lapo Íñiguez. Vs. Ecuador. Excepciones Preliminares,
Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 21 de noviembre de 2007. Serie C No. 170,
párr. 52.
[225]Cfr. Caso Atala Riffo y Niñas Vs. Chile, párr. 136. Mutatis mutandi, Caso Chaparro
Álvarez y Lapo Íñiguez. Vs. Ecuador. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y
Costas. Sentencia de 21 de noviembre de 2007. Serie C No. 170, párr. 52.
143. El ámbito de protección del derecho a la vida privada ha sido interpretado en términos
amplios por los tribunales internacionales de derechos humanos, al señalar que éste va más
allá del derecho a la privacidad[226]. La protección a la vida privada abarca una serie de
factores relacionados con la dignidad del individuo, incluyendo, por ejemplo, la capacidad
para desarrollar la propia personalidad y aspiraciones, determinar su propia identidad y
definir sus propias relaciones personales. El concepto de vida privada engloba aspectos de
la identidad física y social, incluyendo el derecho a la autonomía personal, desarrollo
personal y el derecho a establecer y desarrollar relaciones con otros seres humanos y con el
mundo exterior[227]. La efectividad del ejercicio del derecho a la vida privada es decisiva
para la posibilidad de ejercer la autonomía personal sobre el futuro curso de eventos
relevantes para la calidad de vida de la persona[228]. La vida privada incluye la forma en
que el individuo se ve a sí mismo y cómo decide proyectarse hacia los demás[229], y es una
condición indispensable para el libre desarrollo de la personalidad. Además, la Corte ha
señalado que la maternidad forma parte esencial del libre desarrollo de la personalidad de
las mujeres[230]. Teniendo en cuenta todo lo anterior, la Corte considera que la decisión de
ser o no madre o padre es parte del derecho a la vida privada e incluye, en el presente caso,
la decisión de ser madre o padre en el sentido genético o biológico[231].
[227]Cfr. Caso Rosendo Cantú y otra Vs. México. Excepción Preliminar, Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 31 de agosto de 2010. Serie C No. 216, párr. 119, y
Caso Atala Riffo y Niñas Vs. Chile, párr. 162. Ver también: T.E.D.H., Caso Dudgeon Vs.
Reino Unido, (No. 7525/76), Sentencia de 22 de octubre de 1981, párr. 41; Caso X y Y Vs.
Países Bajos, (No. 8978/80), Sentencia de 26 de marzo de 1985, párr. 22; Caso Niemietz
Vs. Alemania, (No. 13710/88), Sentencia de 16 de diciembre de 1992, párr. 29; Caso Peck
Vs. Reino Unido, (No. 44647/98), Sentencia de 28 de enero de 2003. Final, 28 de abril de
2003, párr. 57; Caso Pretty Vs. Reino Unido, (No. 2346/02), Sentencia de 29 de abril de
2002. Final, 29 de julio de 2002, párr. 61 ("The concept of [']private life['] is a broad term
not susceptible to exhaustive definition. It covers the physical and psychological integrity
of a person [...]. It can sometimes embrace aspects of an individual's physical and social
identity [...]. Article 8 also protects a right to personal development, and the right to
establish and develop relationships with other human beings and the outside world [...].
Although no previous case has established as such any right to self-determination as being
contained in Article 8 of the Convention, the Court considers that the notion of personal
autonomy is an important principle underlying the interpretation of its guarantees").
[228]Cfr. T.E.D.H., Caso R.R. Vs. Polonia, (No. 27617/04), Sentencia del 26 de mayo de
2011, párr. 197.
[229]Cfr. Caso Rosendo Cantú y otra Vs. México, párr. 119 y Caso Atala Riffo y Niñas Vs.
Chile, párr. 162. Ver también: T.E.D.H., Caso Niemietz Vs. Alemania, (No. 13710/88),
Sentencia de 16 de diciembre de 1992, párr. 29, y Caso Peck Vs. Reino Unido, (No.
44647/98), Sentencia de 28 de enero de 2003. Final, 28 de abril de 2003, párr. 57.
[231]En similar sentido, cfr. T.E.D.H., Caso Evans Vs. Reino Unido, (No. 6339/05),
Sentencia de 10 de abril de 2007, párrs. 71 y 72, donde el T.E.D.H. señaló que "'private
life'" [...] incorporates the right to respect for both the decisions to become and not to
become a parent", y precisó respecto a la reglamentación de la práctica de FIV que "the
right to respect for the decision to become a parent in the genetic sense, also falls within the
scope of Article 8". En el Caso Dickson Vs. Reino Unido, (No. 44362/04), Sentencia de 4
de diciembre de 2007, párr. 66, la Corte expresó respecto a la técnica de la reproducción
asistida que "Article 8 is applicable to the applicants' complaints in that the refusal of
artificial insemination facilities concerned their private and family lives which notions
incorporate the right to respect for their decision to become genetic parents". En el Caso
S.H. y otros Vs. Austria, (No. 57813/00), Sentencia de 3 de noviembre de 2011, párr. 82, la
Corte se refirió explícitamente al derecho de acceder a las técnicas de reproducción asistida,
como la FIV, señalando que "the right of a couple to conceive a child and to make use of
medically assisted procreation for that purpose is also protected by Article 8, as such a
choice is an expression of private and family life". Ver también T.E.D.H., Caso P. y S. Vs.
Polonia, (No. 57375/08), Sentencia de 30 de octubre de 2012, párr. 96, donde el TEDH
señaló que "While the Court has held that Article 8 cannot be interpreted as conferring a
right to abortion, it has found that the prohibition of abortion when sought for reasons of
health and/or well-being falls within the scope of the right to respect for one's private life
and accordingly of Article 8".
144. La Corte considera que el presente caso trata de una combinación particular de
diferentes aspectos de la vida privada, que se relacionan con el derecho a fundar una
familia, el derecho a la integridad física y mental, y específicamente los derechos
reproductivos de las personas.
[232] Cfr. Caso Atala Riffo y Niñas Vs. Chile, párr. 175.
[233] Cfr. Caso Atala Riffo y Niñas Vs. Chile, párr. 169.
[234] Cfr. Caso Gelman Vs. Uruguay. Fondo y Reparaciones. Sentencia de 24 de febrero
de 2011 Serie C No. 221, párr. 125, y Caso Atala Riffo y Niñas Vs. Chile, párr. 169. Ver
asimismo, Condición Jurídica y Derechos Humanos del Niño.Opinión Consultiva OC-
17/02 del 28 de agosto de 2002.Serie A No. 17, párr. 66.
147. En tercer lugar, la Corte resalta que, en el marco del derecho a la integridad personal,
ha analizado algunas situaciones de particular angustia y ansiedad que afectan a las
personas[239], así como algunos impactos graves por la falta de atención médica o los
problemas de accesibilidad a ciertos procedimientos en salud[240]. En el ámbito europeo,
la jurisprudencia ha precisado la relación entre el derecho a la vida privada y la protección
de la integridad física y psicológica. El Tribunal Europeo de Derechos Humanos ha
señalado que, si bien el Convenio Europeo de Derechos Humanos no garantiza como tal el
derecho a un nivel específico de cuidado médico, el derecho a la vida privada incluye la
integridad física y psicológica de la persona, y que el Estado también tiene la obligación
positiva de garantizar a sus ciudadanos esa integridad[241]. Por tanto, los derechos a la vida
privada y a la integridad personal se hallan también directa e inmediatamente vinculados
con la atención de la salud. La falta de salvaguardas legales para tomar en consideración la
salud reproductiva puede resultar en un menoscabo grave del derecho a la autonomía y la
libertad reproductiva. Existe por tanto una conexión entre la autonomía personal, la libertad
reproductiva y la integridad física y psicológica.
[239] Cfr. Caso de las Niñas Yean y Bosico Vs. República Dominicana. Sentencia de 8 de
septiembre de 2005. Serie C No. 130,párrs. 205 y 206, y Caso Furlan y Familiares Vs.
Argentina, párr. 250.
[240]Cfr. Caso Vélez Loor Vs. Panamá. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y
Costas. Sentencia de 23 de noviembre de 2010. Serie C No. 218, párrs. 220, y Caso Diaz
Peña Vs. Venezuela, párr. 137.
[241]Cfr. T.E.D.H., Caso Glass Vs. Reino Unido (No. 61827/00), Sentencia de 9 de marzo
de 2004, párrs. 74-83; Caso Yardımcı Vs. Turquía, (No. 25266/05), Sentencia de 5 de enero
de 2010. Final, 28 de junio de 2010, párrs. 55 y 56, y Caso P. y S. Vs. Polonia (No.
57375/08), Sentencia de 30 de octubre de 2012, párr. 96. El Tribunal Europeo de Derechos
Humanos declaró en este ultimo caso que los Estados tienen "a positive obligation to secure
to their citizens the right to effective respect for their physical and psychological integrity
[which] may involve the adoption of measures including the provision of an effective and
accessible means of protecting the rights to respect for private life"; ver también T.E.D.H.,
Caso McGinley y Egan Vs. Reino Unido, (No. 10/1997/794/995-996), Sentencia de 9 de
junio de 1998, párr. 101.
148. La Corte ha señalado que los Estados son responsables de regular y fiscalizar la
prestación de los servicios de salud para lograr una efectiva protección de los derechos a la
vida y a la integridad personal[242]. La salud constituye un estado de completo bienestar
físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades[243]. En
relación con el derecho a la integridad personal, cabe resaltar que para el Comité de
Derechos Económicos, Sociales y Culturales, la salud genésica significa que "la mujer y el
hombre están en libertad para decidir si desean reproducirse y en qué momento, y tienen el
derecho de estar informados y tener acceso a métodos de planificación familiar seguros,
eficaces, asequibles y aceptables de su elección, así como el derecho de acceso a los
pertinentes servicios de atención de la salud"[244]. El Programa de Acción de la
Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo, celebrada en El Cairo en
1994, y la Declaración y el Programa de Acción de la Cuarta Conferencia Mundial sobre la
Mujer, celebrada en Beijing en 1995, contienen definiciones de la salud reproductiva y de
la salud de la mujer. De acuerdo a la Conferencia Internacional sobre la Población y el
Desarrollo, "los derechos reproductivos abarcan ciertos derechos humanos que ya están
reconocidos en las leyes nacionales, en los documentos internacionales sobre derechos
humanos y en otros documentos pertinentes de las Naciones Unidas aprobados por
consenso. Esos derechos se basan en el reconocimiento del derecho básico de todas las
parejas e individuos a decidir libre y responsablemente el número de hijos, el espaciamiento
de los nacimientos y el intervalo entre éstos y a disponer de la información y de los medios
para ello y el derecho a alcanzar el nivel más elevado de salud sexual y reproductiva"[245].
Además, adoptando un concepto amplio e integral de salud sexual y reproductiva, se señaló
que:
[242]Cfr. Caso Ximenes Lopes Vs. Brasil, Sentencia de 4 de julio de 2006. Serie C No. 149,
párr. 99, y Caso Albán Cornejo y otros. Vs. Ecuador.Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia de 22 de noviembre de 2007. Serie C No. 171, párr. 121.
[243]Cfr. la Constitución de la Organización Mundial para la Salud, que fue adoptada por
la Conferencia Sanitaria Internacional, celebrada en Nueva York del 19 de junio al 22 de
julio de 1946, firmada el 22 de julio de 1946 por los representantes de 61 Estados, y entró
en vigor el 7 de abril de 1948; http://www.who.int/governance/eb/who_constitution_sp.pdf
150. Finalmente, el derecho a la vida privada y la libertad reproductiva guarda relación con
el derecho de acceder a la tecnología médica necesaria para ejercer ese derecho. El derecho
al goce de los beneficios del progreso científico ha sido reconocido
internacionalmente[251] y, en el ámbito interamericano, se encuentra contemplado en el
artículo XIII de la Declaración Americana[252] y en el artículo 14.1 b) del Protocolo de
San Salvador. Cabe mencionar que la Asamblea General de Naciones Unidas, en su
Declaración sobre este derecho, señaló la relación entre éste y la satisfacción de las
necesidades materiales y espirituales de todos los sectores de la población[253]. Por tanto,
y conforme al artículo 29 b) de la Convención Americana, el alcance de los derechos a la
vida privada, autonomía reproductiva y a fundar una familia, derivado de los artículos 11.2
y 17.2 de la Convención Americana, se extiende al derecho de toda persona a beneficiarse
del progreso científico y de sus aplicaciones. Del derecho de acceso al más alto y efectivo
progreso científico para el ejercicio de la autonomía reproductiva y la posibilidad de formar
una familia se deriva el derecho a acceder a los mejores servicios de salud en técnicas de
asistencia reproductiva, y, en consecuencia, la prohibición de restricciones
desproporcionadas e innecesarias de iure o de facto para ejercer las decisiones
reproductivas que correspondan en cada persona.
[252]El art. XIII de la Declaración Americana establece: "Toda persona tiene el derecho de
[...] disfrutar de los beneficios que resulten de los progresos intelectuales y especialmente
de los descubrimientos científicos".
151. En el presente caso el Estado considera que los derechos mencionados podían
ejercerse de diversas maneras, bajo el supuesto de que no existía una prohibición absoluta
de la FIV. Este aspecto ha sido controvertido por las demás partes. Por tal razón, la Corte
determinará a continuación si existió una restricción de los derechos que se han
mencionado para luego analizar la justificación que hizo el Estado para sustentar tal
restricción.
154. El representante May argumentó que "[l]a prohibición de la [FIV] perpetúa una
situación de inhabilidad física para el disfrute pleno de la salud corporal, subsanable con la
participación de la ciencia moderna", por lo que "es también una forma de agresión física
contra las parejas estériles al limitárseles la posibilidad de superar su condición de
enfermedad o minusvalidez". Agregó que "[l]a prohibición de la práctica de la [FIV...] es
una real limitación del ejercicio pleno de las funciones naturales de la mujer y del hombre".
156. Por otra parte, el Estado alegó que la Sentencia "no prohíbe la FIV en general, sino
que se refiere exclusivamente a la técnica que se usaba en ese momento, mediante la cual se
sabe que la vida humana en un porcentaje considerable de los casos, no tiene posibilidad de
continuar". Respecto a la posibilidad de practicar la FIV hoy día, el Estado indicó que "[a]
la fecha la ciencia no practica una técnica in vitro que sea compatible con el derecho a la
vida protegido en Costa Rica, prueba de ello, es que con ocasión del informe de la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos se intentó regular el tema y se presentó a
la Asamblea Legislativa de Costa Rica un proyecto de ley que regulara esta técnica, pero
que a su vez protegiera el derecho a la vida desde la concepción, tal como ha sido
concebido en Costa Rica. En esa línea, el proyecto prohibía la congelación de embriones y
obligaba a implantar todos los óvulos fecundados sin posibilidad de hacer selección".
Agregó que es por eso que "cualquier técnica que se intente en Costa Rica protegiendo la
vida desde la concepción, resultará médicamente inviable a la fecha y por eso la
imposibilidad de implementación hasta este momento, doce años después de la sentencia de
la Sala Constitucional".
Consideraciones de la Corte
157. El Tribunal constata que la Sala Constitucional anuló por inconstitucional el Decreto
Ejecutivo por medio del cual se autorizaba la práctica de la FIV (supra párr. 72). Tanto los
dos representantes como la Comisión han caracterizado la decisión como "prohibición
absoluta", que no permite la realización de dicha técnica bajo ningún motivo, mientras que
el Estado ha alegado que sería una "prohibición relativa", por cuanto la posibilidad de
practicar y regular la FIV se podrá realizar cuando la técnica logre cumplir con los
requisitos establecidos por la Sala Constitucional en su sentencia, es decir, cuando, en
palabras del Estado, la FIV no atente contra "el derecho a la vida desde la concepción".
159. El Tribunal constata que la Sala Constitucional consideró que si la técnica de la FIV
podía realizarse respetando un concepto de protección absoluta de la vida del embrión, ésta
podría ser practicada en el país. Sin embargo, la Corte considera que si bien en la sentencia
de la Sala Constitucional se utilizaron palabras condicionantes para admitir la práctica de la
FIV en el país, lo cierto es que doce años después de emitida la sentencia dicha técnica no
se realiza en Costa Rica (supra párr. 67). Por ello, el Tribunal estima que la "condición
suspensiva" establecida en la sentencia, hasta el momento, no ha producido efectos
prácticos reales. Por ello, sin entrar a catalogarla como prohibición "absoluta" o "relativa",
es posible concluir que la decisión de la Sala Constitucional ocasionó como hecho no
controvertido que la FIV no se practique en el territorio costarricense y que, por tanto, las
parejas que deseen a acudir a dicha técnica no pueden llevarla a cabo en dicho país.
Además, debido a que la Sala Constitucional condicionó la posibilidad de realizar la técnica
a que no hubiera pérdida embrionaria alguna en la aplicación de la misma, esto implica, en
la práctica, una prohibición de la misma, toda vez que la prueba en el expediente indica
que, hasta el momento, no existe una opción para practicar la FIV sin que exista alguna
posibilidad de pérdida embrionaria[257]. En otras palabras, sería imposible cumplir con la
condición impuesta por la Sala.
[257]Cfr. Declaraciones del perito Zegers (expediente de fondo, tomo VI, folio 2848) y de
la perita Garza (expediente de fondo, tomo VI, folio 2576).
[258]Cfr. Caso López Mendoza Vs. Venezuela. Fondo Reparaciones y Costas. Sentencia de
1 de septiembre de 2011. Serie C No. 233, párr. 199; ver también T.E.D.H., Caso
Landvreugd Vs. Países Bajos, (No. 37331/97), Sentencia de 4 de junio de 2002. Final, 4 de
septiembre de 2002, párr. 59 ("[T]he Court reiterates that a rule is 'foreseeable' if it is
formulated with sufficient precision to enable any individual - if need be with appropriate
advice - to regulate his conduct").
[259]Sentencia No. 835-2008 dictada por la Sección Quinta del Tribunal Contencioso y
Administrativo y Civil de Hacienda en el Proceso de Conocimiento interpuesto por Ileana
Henchoz Bolaños contra la Caja Constarricense de Seguro Social, Expediente No. 08-
00178-1027-CA de 14 de octubre de 2008 (expediente de anexos al escrito de argumentos y
prueba, tomo V, anexo XXVIII, folio 5859).
162. Al comprobarse que existió una injerencia tanto por el efecto prohibitivo que en
general causó la sentencia de la Sala Constitucional, así como el impacto que lo anterior
produjo en las presuntas víctimas en el presente caso, la Corte considera necesario entrar a
analizar si dicha injerencia o restricción se encuentra justificada. Antes de entrar a efectuar
un juicio de proporcionalidad al respecto, el Tribunal estima pertinente analizar en detalle
el argumento principal desarrollado por la Sala Constitucional: que la Convención
Americana obliga a efectuar una protección absoluta del "derecho a la vida" del embrión y,
en consecuencia, obliga a prohibir la FIV por implicar la pérdida de embriones.
163. La Comisión señaló que "el artículo 4.1 de la Convención p[odría] ser interpretado en
el sentido de otorgar una facultad al Estado de regular la protección de la vida desde el
momento de la concepción, pero no necesariamente un mandato de otorgar dicha
protección". Argumentó que dicho artículo "no establec[ía] un derecho absoluto o
categórico en relación con las etapas prenatales de la vida" y que existía "un
reconocimiento internacional y comparado del concepto de protección gradual e
incremental de la vida en la etapa prenatal". Agregó que "la interpretación del artículo 4.1
de la Convención indica que el ejercicio de una facultad concebida por dicho instrumento
internacional, no está exento de escrutinio [de la Corte] cuando interfiere con el ejercicio de
otros derechos establecidos en el mismo, tales como, en el presente caso, los derechos a la
vida privada, familiar, autonomía y a fundar una familia".
164. El representante Molina alegó que "la concepción [...] no es un concepto unívoco" y
que "la resolución de la Sala se ciñ[ó] a una determinada corrientefilosófica sobre [su]
definición, [...] desatendiendo la tutela que conlleva[ba] la discapacidadreproductiva de
procrear". Agregóque "la frase 'en general' [...] supone tener las excepciones suficientes
para que no se dejen desprotegidos otros derechos" y que "debe [...] existir una
interpretación respecto del derecho a la vida que permita y no restrinja de manera absoluta
la salvaguarda de los derechos convencionales".
165. El representante May alegó que el derecho a la vida "no tiene carácter absoluto ni
irrestricto" y "está sujeto a excepciones y a condiciones". Indicó que "la jurisprudencia de
los órganos internacionales de protección de los derechos humanos [...] nunca ha afirmado
que el no nacido sea acreedor de una protección absoluta, irrestricta e incondicional a partir
del momento de la concepción o implantación" y"[t]ampoco los Tribunales
Constitucionales han formulado tal aseveración".Señaló que si bien "[e]l derecho interno
puede conceder protección más amplia [...], esas ampliaciones no pueden "suprimir el goce
y ejercicio de los derechos". Argumentó que las definiciones de varios diccionarios señalan
que el "momento de la fertilización es un proceso distinto al de la concepción o
implantación". Asimismo, arguyó que cualquier protección jurídica de la vida a partir de la
"concepción" debe surgir a partir de la implantación del embrión en el útero materno, pues
antes de la implantación exitosa y sana en el útero materno, no hay ninguna posibilidad de
que se genere un nuevo ser". Manifestó que "[p]ostular la fertilización como el surgimiento
de una nueva persona humana es arbitrario e incorrecto" y "menosprecia también el papel
de la madre durante el desarrollo en el útero". Por otra parte, argumentó que"el nacimiento
con vida determina la existencia de la persona humana y el reconocimiento de su
personalidad jurídica", por lo que "no es titular de un derecho irrestricto e incondicional a la
vida", y "[e]l no nacido es un bien jurídico pero no una persona".
166. El representante May alegó que "el artículo 4.1 [de la Convención Americana no]
contempla [...] dentro de su contenido o ratio legis al embrión" y que los tratados
internacionales de derechos humanos no contienen "una referencia expresa de la cual se
pueda deducir que un embrión o un preembrión son vida humana, menos que sea persona
humana o ser humano". Además, sería insostenible la "posición del margen de apreciación"
porque haría depender el contenido sustantivo de los derechos humanos de la interpretación
estatal". El representante May alegó que "[n]ingún texto internacional (salvo el artículo 4.1
[de la Convención] protege el derecho a la vida a partir del momento o proceso de la
concepción o implantación", mientras que los "demás instrumentos internacionales se
refieren únicamente a un derecho que protege la vida del ser que ha nacido vivo y no al no
nacido".
167. El Estado alegó que "la evidencia científica [...] demuestra que el inicio de la vida
humana comienza con la concepción o lo que es lo mismo con la fertilización o
fecundación", la cual ocurre cuando "las membranas de las células del esperma y del óvulo
se fusionan". TIII 462 Consideró que "[c]ientíficamente wl cigoto [y] un adulto son
equivalentes [por ser] organismos humanos completos en diferentes etapas del ciclo
humano". Agregó que el cigoto "no es simplemente una célula humana [...] sino un nuevo
ser humano", que "alberga todas las instrucciones necesarias para construir el cuerpo
humano, el cual inmediatamente inicia una compleja secuencia de eventos que establece las
condiciones moleculares para el continuo proceso de desarrollo embrionario" y "por
divisiones sucesivas y diferenciación formará cada una de la células presentes en el
embrión, feto, recién nacido, niño y adulto". Asimismo, aseveró que se debe "prote[ger] al
más vulnerable de odos los seres humanos: el embrión y reconocer su dignidad intrínseca
más allá de su vinculación con el útero materno". Concluyó que "si el embrión humano es
[...] un ser humano, de conformidad con la misma definición que da el artículo 1.2. [de la
Convención], el embrión humano es persona".
168. Respecto a una interpretación teleológica, el Estado argumentó que "si bien en el
momento de elaborar la Convención Americana en 1968 no se tenía certeza de cuándo
ocurría la concepción, y no existía la [FIV], es claro que la norma obliga a los Estados a
proteger la vida humana desde su etapa embrionaria más temprana", dado que "la intención
de la mayoría de los Estados del sistema interamericano siempre fue proteger la vida
humana desde [el] momento de la concepción", por lo que los "términos de 'concepción' y
'fecundación' deben ser tratados como sinónimos". Arguyó que del proceso de aprobación
de la Convención Americana "se desprende claramente que no es cierto que la intención de
los Estados no haya sido la protección de la vida desde la concepción, pues más bien ese
fue el objetivo buscado al aprobarse la norma, a diferencia de lo que había ocurrido años
atrás al emitirse la Declaración Americana". Alegó que la interpretación de la palabra
"concepción" no puede realizarse mediante referencia al Diccionario de la Real Academia
de la Lengua Española, por no ser "la literatura de referencia que normalmente se utiliza
para entender términos científicos", tampoco se "ha actualizado la definición de concepción
conforme los avances científicos desde 1947" y una "interpretación de esta naturaleza tiene
un carácter restrictivo, lo cual no es permitido por el artículo 29.1 de la Convención". Por
otra parte, argumentó que "la frase 'en general' únicamente está pensada para casos
excepcionales como la legítima defensa, el riesgo de muerte de la madre o el aborto
involuntario".
169. En cuanto a otros tratados internacionales de derechos humanos, el Estado señaló que
la Declaración Universal de Derechos Humanos "protege al ser humano desde su
individualidad, la cual puede determinarse desde el momento de la unión del óvulo y el
espermatozoide" y que el "Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos [...]
reconoce la vida del embrión de manera independiente a la de su madre". Agregó que el
"derecho a la vida de forma absoluta ha sido admitid[o ...] incluso por el Comité de
Derechos Humanos", y que la Convención sobre los Derechos del Niño protege "[a]l niño
incluso antes de nacer" . Sobre este último tratado, alegó que "los Estados convinieron en
que el concepto [de niño] debería tener tal amplitud, que permitiera que los países que
optaran por dar protección a los menores [de edad] desde antes de su nacimiento, pudieran
por ser parte del instrumento internacional sin tener que modificar su respectiva
legislación", por lo que argumentó que existe "un margen de apreciación a efectos de
otorgar la condición de niño a los menores no nacidos", como lo hace la normativa
costarricense sobre la materia.
170. Finalmente, el Estado alegó que "la doctrina del consenso moral como factor del
margen de apreciación, [...] ha establecido que, en orden a restringirlo, el consenso debe ser
claro y evidente". Al respecto, argumentó que: i) no "existe consenso en relación con el
estatuto jurídico del embrión"; ii) "no existe consenso sobre el inicio de la vida humana,
[por tanto] debe también otorgarse margen de apreciación sobre la regulación de la técnica"
de la FIV, y iii) no es válido el argumento de que "como existen otros Estados que, por
omisión legislativa, permiten la práctica de la [FIV], Costa Rica ha perdido su margen de
apreciación". Consideró que "[l]a doctrina del margen de apreciación ha sido ampliamente
desarrollada por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos" y que en la jurisprudencia de
la Corte Interamericana existen algunos precedentes que "contemplan la posibilidad del
Estado de regular determinadas materias conforme a su discreción".
Consideraciones de la Corte
171. La Corte ha señalado que el objeto del presente caso se centra en establecer si la
sentencia de la Sala Constitucional generó una restricción desproporcionada de los
derechos de las presuntas víctimas (supra párr. 135). La decisión de la Sala Constitucional
consideró que la Convención Americana exigía prohibir la FIV tal como se encontraba
regulada en el Decreto Ejecutivo (supra párr. 76). Para ello, la Sala interpretó el artículo 4.1
de la Convención en el entendido de que dicho artículo exigía una protección absoluta del
embrión (supra párr. 75). Por su parte, el Estado ha ofrecido argumentos complementarios
para defender esa interpretación efectuada por la Sala. Al respecto, la Corte ha analizado
con mucho detenimiento el presente caso teniendo en cuenta que intervino el más Alto
Tribunal de Costa Rica, y que éste en su sentencia realizó una interpretación del artículo 4
de la Convención Americana. Sin embargo, esta Corte es la intérprete última de la
Convención, por lo cual estima relevante precisar lo pertinente respecto a los alcances de
dicho derecho. En consecuencia, el Tribunal analizará si la interpretación de la Convención
que sustentó las injerencias ocurridas (supra párr. 75) es admisible a la luz de dicho tratado
y teniendo en cuenta las fuentes de derecho internacional pertinentes.
173. En el presente caso la Sala Constitucional consideró que éstos y otros alcances del
derecho a la vida obligan a efectuar una protección absoluta del embrión en el marco de la
inviolabilidad de la vida desde la concepción (supra párr. 76). Para analizar si existe una
obligación de protección absoluta en esos términos, la Corte procede a analizar el alcance
de los artículos 1.2 y 4.1 de la Convención Americana respecto a las palabras "persona",
"ser humano", "concepción" y "en general". El Tribunal reitera su jurisprudencia según la
cual una norma de la Convención debe interpretarse de buena fe, conforme al sentido
corriente que haya de atribuirse a los términos del tratado en el contexto de éstos y teniendo
en cuenta el objeto y fin de la Convención Americana, el cual es la eficaz protección de la
persona humana[263], así como mediante una interpretación evolutiva de los instrumentos
internacionales de protección de derechos humanos[264].En ese marco, a continuación se
realizará una interpretación: i) conforme al sentido corriente de los términos; ii) sistemática
e histórica; iii) evolutiva, y iv) del objeto y fin del tratado.
Toda persona tiene derecho a que se respete su vida. Este derecho estará protegido por la
ley y, en general, a partir del momento de la concepción. Nadie puede ser privado de la vida
arbitrariamente.
177. El Tribunal constata que la Sala Constitucional optó por una de las posturas científicas
sobre este tema para definir desde cuando se consideraba que empieza la vida (supra párr.
73). A partir de ello, la Sala Constitucional entendió que la concepción sería el momento en
que se fecunda el ovulo y asumió que a partir de ese momento existía una persona titular
del derecho a la vida (supra párr. 73).
178. Al respecto, en el presente caso las partes también remitieron como prueba un
conjunto de artículos científicos y de dictámenes periciales que a continuación serán
utilizados para determinar el alcance de la interpretación literal de los términos
"concepción", "persona" y "ser humano". Asimismo, la Corte se referirá al significado
literal de la expresión "en general" establecida en el artículo 4.1 de la Convención.
179. El Tribunal hace notar que la prueba en el expediente evidencia cómo la FIV
transformó la discusión sobre cómo se entendía el fenómeno de "la concepción". En efecto
la FIV refleja que puede pasar un tiempo entre la unión del óvulo y el espermatozoide, y la
implantación. Por tal razón, la definición de "concepción" que tenían los redactores de la
Convención Americana ha cambiado. Antes de la FIV no se contemplaba científicamente la
posibilidad de realizar fertilizaciones fuera del cuerpo de la mujer[265].
[265]Al respecto, el perito Zegers indicó que "en 1969 nadie imaginó que sería posible
generar vida humana fuera del cuerpo de la mujer. Fueron 10 años más tarde, que se
comunicó por primera vez el nacimiento del primer bebé usando TRA".Resumen escrito del
peritaje rendido por Fernando Zegers-Hochschild en la audiencia pública ante la Corte
(expediente de fondo, tomo VI, folio 2846).
180. La Corte observa queen el contexto científico actual se destacan dos lecturas diferentes
del término "concepción". Una corriente entiende "concepción" como el momento de
encuentro, o de fecundación, del óvulo por el espermatozoide. De la fecundación se genera
la creación de una nueva célula: el cigoto. Cierta prueba científica considera al cigoto como
un organismo humano que alberga las instrucciones necesarias para el desarrollo del
embrión[266]. Otra corriente entiende "concepción" como el momento de implantación del
óvulo fecundado en el útero[267]. Lo anterior, debido a que la implantación del óvulo
fecundado en el útero materno faculta la conexión de la nueva célula, el cigoto, con el
sistema circulatorio materno que le permite acceder a todas las hormonas y otros elementos
necesarios para el desarrollo del embrión[268].
[266]Cfr. Inter alia, los siguientes artículos científicos allegados por el Estado: Tanya Lobo
Prada, Inicio de la vida (expediente de anexos a la contestación, tomo I, folios 6653 a
6656); Maureen L. Condic, Preimplantation Stages of Human Development: The
Biological and Moral Status of Early Embryos, en: Is this cell a Human Being?, Springer-
Verlag Berlin, 2011 (expediente de anexos a la contestación, tomo I, folios 6576 a 6594);
Maureen L. Condic, When Does Human Life Begin?A Scientific Perspective, en: The
Westchester Institute For Ethics & the Human Person, Vol 1, No.1, 2008 (expediente de
anexos a la contestación, tomo I, folios 6621 a 6648); Jerome Lejeune, El Origen de la
Vida Humana, en: Diario ABC, Madrid, 1983 (expediente de anexos a la contestación,
tomo I, folio 6652), y Natalia Lopez Moratalla y María J. Iraburu Elizalde, Los primeros
quince días de una vida humana, Ediciones Universidad de Navarra, 2004, (expediente de
anexos a la contestación, tomo VI, folios 9415 a 9503).
[268]Cfr. Inter alia, los siguientes artículos científicos allegados por el Estado: Tanya Lobo
Prada, Inicio de la vida (expediente de anexos a la contestación, tomo I, folios 6653 a
6656); Maureen L. Condic, Preimplantation Stages of Human Development: The
Biological and Moral Status of Early Embryos, en: Is this cell a Human Being?, Springer-
Verlag Berlin, 2011 (expediente de anexos a la contestación, tomo I, folios 6576 a 6594);
Maureen L. Condic, When Does Human Life Begin?A Scientific Perspective, en: The
Westchester Institute For Ethics & the Human Person, Vol 1, No.1, 2008 (expediente de
anexos a la contestación, tomo I, folios 6621 a 6648); Jerome Lejeune, El Origen de la
Vida Humana, en: Diario ABC, Madrid, 1983 (expediente de anexos a la contestación,
tomo I, folio 6652), y Natalia Lopez Moratalla y María J. Iraburu Elizalde, Los primeros
quince días de una vida humana, Ediciones Universidad de Navarra, 2004, (expediente de
anexos a la contestación, tomo VI, folios 9415 a 9503).
181. Por su parte, el perito Zegers señaló que cuando se firmó la Convención Americana en
1969, la Real Academia de la Lengua Española definía "concepción" como "acción y efecto
de concebir"[269], "concebir" como "quedar preñada la hembra" y "fecundar"[270] como
"unirse el elemento reproductor masculino al femenino para dar origen a un nuevo
ser"[271]. La Corte observa que el Diccionario actual de la Real Academia de la Lengua
Española mantiene casi por completo las definiciones de las palabras anteriormente
señaladas[272]. Asimismo, el perito indicó que:
una mujer ha concebido cuando el embrión se ha implantado en su útero [...]. [L]a palabra
concepción hace referencia explícita a la preñez o gestación[, que] comienza con la
implantación del embrión[,] [...] ya que la concepción o gestación es un evento de la
mujer, no del embrión. Sólo hay evidencias de la presencia de un embrión, cuando éste se
ha unido celularmente a la mujer y las señales químicas de este evento pueden ser
identificadas en los fluidos de la mujer. Esta señal corresponde a una hormona llamada
Gonadotropina Coriónica y lo más precoz que puede ser detectada es 7 días después de
la fecundación, con el embrión ya implantado en el endometrio" [273]. (Añadido fuera
de texto)
182. Por otro lado, según el perito Monroy Cabra, la palabra concepción es "un término
médico científico y que ha sido interpretado en el sentido de que se produce [con] la fusión
entre óvulo y el espermatozoide"[274]. En términos parecidos, la perita Condic consideró
que "la vida humana inicia en la fusión espermatozoide-óvulo, un 'momento de concepción'
observable"[275].
[276]En este sentido, inter alia: Tanya Lobo Prada, Inicio de la vida (expediente de anexos
a la contestación, tomo I, folios 6653 a 6656), y Maureen L. Condic, Preimplantation
Stages of Human Development: The Biological and Moral Status of Early Embryos, en: Is
this cell a Human Being?, Springer-Verlag Berlin, 2011 (expediente de anexos a la
contestación, tomo I, folios 6576 a 6594).
[278]Al respecto, la perita Condic indicó que "un número de definiciones alternativas de
cuándo inicia la vida humana han sido ofrecidas, incluyendo la singamia (aproximadamente
24 horas después de la fusión espermatozoide-óvulo), implantación (aproximadamente 5
días después de la fusión espermatozoide-óvulo), formación de la línea primitiva
(aproximadamente 14 días después de la fusión espermatozoide-óvulo) e inicio de la
función cerebral". Declaración ante fedatario público de la perita Condic (expediente de
fondo, tomo V, folio 2589).
184. La Corte observa que, si bien algunos artículos señalan que el embrión es un ser
humano[279], otros artículos resaltan que la fecundación ocurre en un minuto pero que el
embrión se forma siete días después, razón por la cual se alude al concepto de
"preembrión"[280]. Algunas posturas asocian el concepto de preembrión a los primeros
catorce días porque después de estos se sabe que si hay un niño o más[281]. La perita
Condic, el perito Caruso y cierta literatura científica rechazan estas ideas asociadas al
concepto de preembrión[282].
[279]Cfr. Inter alia, los siguientes artículos científicos allegados por el Estado: Tanya Lobo
Prada, Inicio de la vida (expediente de anexos a la contestación, tomo I, folios 6653 a
6656); Maureen L. Condic, Preimplantation Stages of Human Development: The
Biological and Moral Status of Early Embryos, en: Is this cell a Human Being?, Springer-
Verlag Berlin, 2011 (expediente de anexos a la contestación, tomo I, folios 6576 a 6594);
Maureen L. Condic, When Does Human Life Begin?A Scientific Perspective, en: The
Westchester Institute For Ethics & the Human Person, Vol 1, No.1, 2008 (expediente de
anexos a la contestación, tomo I, folios 6621 a 6648); Jerome Lejeune, El Origen de la
Vida Humana, en: Diario ABC, Madrid, 1983 (expediente de anexos a la contestación,
tomo I, folio 6652), y Natalia Lopez Moratalla y María J. Iraburu Elizalde, Los primeros
quince días de una vida humana, Ediciones Universidad de Navarra, 2004, (expediente de
anexos a la contestación, tomo VI, folios 9415 a 9503).
[281]Al respecto, el declarante informativo Escalante aseveró que "antes del días 14 en la
formación de la especie umana no e i te individua idad. ... or o tanto, una aciente ue
ten a or ejem o do em rione en un a oratorio de en re araci n ara u
tran erencia, do o tre d a de u , aun ue ten a ijo en roce o , no e tá em ara ada .
Declaración del declarante a título informativo Escalante (expediente de fondo, tomo V,
folio 2386).
[282]Al respecto, el perito Caruso manifestó que "desconocía lo que era un "pre-embrión".
El término fue utilizado por primera vez por un biólogo de ranas, Clifford Grobstein en
1979. Él creía que debido a que los gemelos idénticos pueden surgir hasta los 14 días
después de la fertilización, antes de eso, sólo un 'individuo genético' está presente, no un
individuo en desarrollo y, por lo tanto, un embrión o 'persona' no estaba presente. Sin
embargo, el término 'pre-embrión' e individualidad han sido desacreditados por casi todos
los biólogos humanos y rechazado por el Comité de Nomenclatura de la Asociación
Americana de Anatomistas para la inclusión en la Terminología Embriológica. Estos
términos no son utilizados en ningún libro oficial de Embriología Humana o el de las
Etapas de Carnegy del Desarrollo Embrionario". Resumen escrito del peritaje rendido por
Anthony Caruso en la audiencia pública ante la Corte (expediente de fondo, Tomo VI, folio
2937.216). Asimismo, la perita Condic señaló que "[a]lgunos han intentado referirse a un
embrión previo a la singamia (o previo a la implantación o a la formación de la línea
primitiva, ver abajo) como un "preembrión", pero este no es un término científico
legítimo". Declaración ante fedatario público de la perita Condic (expediente de fondo,
tomo V, folio 2590).
185. Por otra parte, respecto a la controversia de cuándo empieza la vida humana, la Corte
considera que se trata de una cuestión valorada de diversas formas desde una perspectiva
biológica, médica, ética, moral, filosófica y religiosa, y coincide con tribunales
internacionales y nacionales[283], en el sentido que no existe una definición consensuada
sobre el inicio de la vida[284]. Sin embargo,para la Corte es claro que hay concepciones
que ven en los óvulos fecundados una vida humana plena. Algunos de estos planteamientos
pueden ser asociados a concepciones que le confieren ciertos atributos metafísicos a los
embriones. Estas concepciones no pueden justificar que se otorgue prevalencia a cierto tipo
de literatura científica al momento de interpretar el alcance del derecho a la vida
consagrado en la Convención Americana, pues ello implicaría imponer un tipo de creencias
específicas a otras personas que no las comparten.
[283]Respecto a decisiones de tribunales constitucionales: Corte Suprema de los Estados
Unidos, Caso Roe Vs. Wade, 410 U.S. 115, 157 (1973) ("No necesitamos resolver la difícil
cuestión de cuándo comienza la vida. Si los que están formados en sus respectivas
disciplinas de la medicina, filosofía y teología no logran llegar a consenso alguno, la
judicatura [...] no está en situación de especular una respuesta"). Tribunal Supremo de
Justicia del Reino Unido, Caso Smeaton Vs. The Secretary of State for Health, [2002]
EWHC 610 (Admin), Voto del juez Munby, párr. 54 y 60 ("No es parte de mi función, tal
como lo concibo, determinar el momento en que comienza la vida [...]. Así, aún la biología
y la medicina no pueden decirnos el momento preciso en que "la vida" realmente
empiece").Corte Suprema de Justicia de Irlanda, Caso Roche Vs.Roche & Ors, Sentencia de
15 de diciembre de 2009, [2009] IESC 82, Voto del juez Murray C.J ("En mi opinión, no
debe ser un tribunal de leyes, confrontado con las opiniones más divergentes, aunque las
más eruditas disponible en las citadas disciplinas, pronunciarse sobre la verdad del
momento preciso cuando comienza la vida humana); Voto del juez Denham J, párr. 46
(Esto no es el arena adecuada para tratar de definir "la vida", "el comienzo de la vida", "el
momento que el alma entra en el feto", "vida en potencia", "la singular vida humana",
cuando comienza la vida, u otros imponderables relacionados con el concepto de la vida.
Esto no es el foro apropiado para decidir principios de la ciencia, la teología o la ética. Esto
es un tribunal de leyes a que se ha sido solicitado interpretar la Constitución y tomar una
decisión jurídica acerca de la interpretación de un artículo de la Constitución.). Corte
Constitucional de Colombia, Sentencia C-355 de 2006 (Considera esta Corporación que
determinar el momento exacto a partir del cual se inicia la vida humana es un problema al
cual se han dado varias respuestas, no sólo desde distintas perspectivas como la genética, la
médica, la religiosa, o la moral, entre otras, sino también en virtud de los diversos criterios
expuestos por cada uno de los respectivos especialistas, y cuya evaluación no le
corresponde a la Corte Constitucional en esta decisión). TEDH, Caso Vo. Vs. Francia, (No.
53924/00), GC, Sentencia de 8 de julio de 2004, párr. 84.
186. No obstante lo anterior, la Corte considera que es procedente definir, de acuerdo con la
Convención Americana, cómo debe interpretarse el término "concepción". Al respecto, la
Corte resalta que la prueba científica concuerda en diferenciar dos momentos
complementarios y esenciales en el desarrollo embrionario: la fecundación y la
implantación. El Tribunal observa que sólo al cumplirse el segundo momento se cierra el
ciclo que permite entender que existe la concepción. Teniendo en cuenta la prueba
científica presentada por las partes en el presente caso, el Tribunal constata que, si bien al
ser fecundado el óvulo se da paso a una célula diferente y con la información genética
suficiente para el posible desarrollo de un "ser humano", lo cierto es que si dicho embrión
no se implanta en el cuerpo de la mujer sus posibilidades de desarrollo son nulas. Si un
embrión nunca lograra implantarse en el útero, no podría desarrollarse pues no recibiría los
nutrientes necesarios, ni estaría en un ambiente adecuado para su desarrollo (supra párr.
180).
187. En este sentido, la Corte entiende que el término "concepción" no puede ser
comprendido como un momento o proceso excluyente del cuerpo de la mujer, dado que un
embrión no tiene ninguna posibilidad de supervivencia si la implantación no sucede. Prueba
de lo anterior, es que sólo es posible establecer si se ha producido o no un embarazo una
vez se ha implantado el óvulo fecundado en el útero, al producirse la hormona denominada
"Gonodatropina Coriónica", que sólo es detectable en la mujer que tiene un embrión unido
a ella[285]. Antes de esto es imposible determinar si en el interior del cuerpo ocurrió la
unión entre el óvulo y un espermatozoide y si esta unión se perdió antes de la implantación.
Asimismo, ya fue señalado que, al momento de redactarse el artículo 4 de la Convención
Americana, el diccionario de la Real Academia diferenciaba entre el momento de la
fecundación y el momento de la concepción, entendiendo concepción como implantación
(supra párr. 181). Al establecerse lo pertinente en la Convención Americana no se hizo
mención al momento de la fecundación.
188. Por otra parte, respecto a la expresión "en general", el Diccionario de la Real
Academia de la Lengua Española señala que significa "en común, generalmente" o "sin
especificar ni individualizar cosa alguna"[286]. Según la estructura de la segunda frase del
artículo 4.1 de la Convención, el término "en general" se relaciona con la expresión "a
partir de la concepción". La interpretación literal indica que dicha expresión se relaciona
con la previsión de posibles excepciones a una regla particular. Los demás métodos de
interpretación permitirán entender el sentido de una norma que contempla excepciones.
191. La Corte resalta que, según el argumento sistemático, las normas deben ser
interpretadas como parte de un todo cuyo significado y alcance deben fijarse en función del
sistema jurídico al cual pertenecen[287]. En este sentido, el Tribunal ha considerado que "al
dar interpretación a un tratado no sólo se toman en cuenta los acuerdos e instrumentos
formalmente relacionados con éste (inciso segundo del artículo 31 de la Convención de
Viena), sino también el sistema dentro del cual se inscribe (inciso tercero del artículo
31)"[288], esto es, el derecho internacional de los derechos humanos.
193. Por otra parte, según el artículo 32 de la Convención de Viena, los medios
complementarios de interpretación, en especial los trabajos preparatorios del tratado, son
utilizables para confirmar el sentido resultante de aquella interpretación o cuando ésta deje
ambiguo u oscuro el sentido o conduzca a un resultado manifiestamente absurdo o
irrazonable[289]. Lo anterior, implica que suelen ser utilizados sólo en forma
subsidiaria[290] después de haber utilizado los métodos de interpretación consagrados en el
artículo 31 de la Convención de Viena, con el objeto de confirmar el sentido que se
encontró o para establecer si subsiste una ambigüedad en la interpretación o si la aplicación
es absurda o irrazonable. Sin embargo, en el presente caso, la Corte considera relevante
para la determinación de la interpretación de los términos del artículo 4.1 de la Convención
Americana lo dispuesto en el artículo 31.4 de la Convención de Viena, según el cual se dará
a un término un sentido especial si consta que tal fue la intención de las partes. Por tanto, la
interpretación del texto del artículo 4.1 de la Convención se relaciona directamente con el
significado que los Estados Parte de la Convención Americana pretendían asignarle.
[289]Cfr. Restricciones a la Pena de Muerte (arts. 4.2 y 4.4 Convención Americana sobre
Derechos Humanos). Opinión Consultiva OC-3/83 de 8 de septiembre de 1983. Serie A
No. 3, párr. 49
[292]Cfr. Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Baby Boy Vs. Estados Unidos,
Caso 2141, Informe No. 23/81, OEA/Ser.L/V/II.54, doc. 9 rev. 1 (1981), párr. 19.a)
195. El artículo I del Proyecto sometido por el Comité Jurídico, expresaba lo siguiente
sobre el derecho a la vida:
Toda persona tiene derecho a la vida, inclusive los que están por nacer así como también
los incurables, dementes y débiles mentales.
La pena capital sólo puede aplicarse en los casos en que una ley prexistente la haya
establecido para crímenes de excepcional gravedad[293].
197. Este artículo nuevo y otros cambios introducidos fueron explicados por el grupo de
trabajo en su informe a la Comisión Sexta, como un arreglo al que se llegó para resolver los
problemas suscitados por las delegaciones de Argentina, Brasil, Cuba, Estados Unidos,
México, Perú, Uruguay y Venezuela, principalmente como consecuencia del conflicto entre
las leyes de esos Estados y el texto preliminar del Comité Jurídico[297], dado que la
definición del alcance del derecho a la vida en el Proyecto del Comité Jurídico era
incompatible con las leyes sobre la pena capital y el aborto en la mayoría de los Estados
americanos[298].
[297]Cfr. Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Baby Boy Vs. Estados Unidos,
Caso 2141, Informe No. 23/81, OEA/Ser.L/V/II.54, doc. 9 rev. 1 (1981), párr. 19.d)
(citando IX. Conferencia Internacional Americana - Actas y Documentos, Vol. V, pp. 474-
484, 513-514).
[298]Cfr. Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Baby Boy Vs. Estados Unidos,
Caso 2141, Informe No. 23/81, OEA/Ser.L/V/II.54, doc. 9 rev. 1 (1981), párr. 19.e).
[301]Cfr. IX. Conferencia Internacional Americana - Actas y Documentos, Vol. VI, pág.
248.
[302]Cfr. IX. Conferencia Internacional Americana - Actas y Documentos, Vol. VI, p. 248,
Vol. I, págs. 231, 234 y 236.
199. La Corte observa que varios países, entre estos Argentina, Brasil, Costa Rica, Cuba,
Ecuador, México, Nicaragua, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela, establecían en el
derecho interno excepciones a la penalización del aborto en casos de peligro para la vida de
la mujer, grave peligro para la salud de la mujer, abortos eugénicos, o en casos de
violación[303].
[303]Cfr. Luis Jiménez de Asua, Códigos Penales Iberoamericanos, Vols. I, II, citado en
Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Caso Baby Boy Vs. Estados Unidos de
América, Res. No. 23/81, Caso 2141 (1981), párr. 19.f).
Toda persona tiene el derecho a que se respete su vida. El derecho a la vida es inherente a la
persona humana. Este derecho estará protegido por la ley a partir del momento de la
concepción. Nadie podrá ser privado de la vida arbitrariamente[306].
202. Tal redacción, sin la expresión "en general", la cual fue incorporada posteriormente,
había sido propuesta por los tres proyectos en los que se basó la Convención
Americana[307].
204. Para conciliar las diferentes opiniones frente a la formulación "desde el momento de la
concepción", suscitadas desde la IX. Conferencia Internacional Americana de Bogotá en
1948, a raíz de las legislaciones de los Estados americanos que permitían el aborto, la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos revisó el artículo 2 (derecho a la vida) y
decidió introducir antes de la formulación "desde el momento de la concepción" las
palabras "en general"[309]. Ese arreglo dio origen al nuevo texto del artículo 2.1, que
señalaba:
Toda persona tiene el derecho a que se respete su vida. Este derecho estará protegido por la
ley, en general, desde el momento de la concepción[310].
205. Esta propuesta fue revisada por el relator de la Comisión, quien reiteró su opinión
disidente y propuso la eliminación de la formulación "en general, desde el momento de la
concepción", a fin de evitar toda posibilidad de conflicto con el inciso 1.° del artículo 6 del
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos que establece este derecho únicamente
en forma general[311]. Sin embargo, la Comisión estimó que "por razones de principio era
fundamental consagrar la protección del derecho a la vida en la forma como lo había
recomendado al Consejo de la Organización de Estados Americanos en su dictamen
(primera parte)"[312]. Por tanto, decidió mantener sin cambios el texto del artículo 2.1 de la
propuesta.
209. La delegación de Estados Unidos, apoyando la posición de Brasil, sugirió que "se
acomod[ara] dicho texto con el Artículo 6, párrafo 1, del Pacto de Derechos Civiles y
Políticos de las Naciones Unidas"[318].
211. Finalmente, por voto de la mayoría, la conferencia adoptó el texto preliminar sometido
por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos[322], el cual continúa hasta el
presente como texto del artículo 4.1 de la Convención Americana.
213. Por otra parte, dado que el Estado costarricense califica al embrión como "ser
humano" y "persona", a continuación se reseña brevemente los trabajos preparatorios
respecto a estas expresiones. El proyecto de Convención sobre Derechos Humanos,
aprobada por la Cuarta Reunión del Consejo Interamericano de Jurisconsultos[324],
establecía en el artículo 1 del proyecto que:
El derecho a la vida es inherente a la persona humana. Este derecho estará protegido por la
ley a partir del momento de la concepción[326].
Todo ser humano tiene derecho a que se respete su vida. Este derecho estará protegido por
la ley a partir del momento de la concepción. Nadie podrá ser privado de la vida
arbitrariamente[329].
Todo ser humano tiene derecho a que se respete su vida. Este derecho estará protegido por
la ley y, en general, a partir del momento de la concepción[332].
"Toda persona tiene derecho a que se respete su vida. Este derecho estará protegido por la
ley a partir del momento de la concepción. Nadie podrá ser privado de la vida
arbitrariamente".
219. La Corte observa que durante los trabajos preparatorios se utilizaron los términos
"persona" y "ser humano" sin la intención de hacer una diferencia entre estas dos
expresiones. El artículo 1.2 de la Convención precisó que los dos términos deben
entenderse como sinónimos[333].
[333]El artículo 1.2 ha sido analizado por la Corte en casos en los que se ha solicitado la
violación de derechos en perjuicio de personas jurídicas, lo cual ha sido rechazado por el
Tribunal porque no han sido reconocidas como titulares de derechos consagrados en la
Convención Americana. Cfr. Caso Cantos Vs. Argentina. Excepciones Preliminares.
Sentencia de 7 de septiembre de 2001. Serie C No. 85, párr. 29 y Caso Perozo y otros Vs.
Venezuela. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 28 de
enero de 2009. Serie C No. 195, párr. 398. Sin embargo, en estos casos la Corte no
desarrolló argumentos de mayor alcance sobre el significado del artículo 1.2 en el marco de
las controversias a las que se circunscribe el presente caso.
220. Por otra parte, la Corte constata que la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos en el caso Baby Boy Vs. Estados Unidos de América[334], rechazó la solicitud de
los peticionarios de declarar dos sentencias de la Corte Suprema de Justicia de Estados
Unidos[335], que legalizaron el aborto sin restricción de causa antes de la viabilidad fetal,
como violatorias de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre.
Respecto a la interpretación del artículo I de la Declaración Americana, la Comisión
desestimó el argumento de los peticionarios según el cual "el artículo I de la Declaración ha
incorporado la noción de que el derecho a la vida existe desde el momento de la
concepción"[336], considerando que la Novena Conferencia Internacional Americana, al
aprobar la Declaración Americana, "enfrentó esta cuestión y decidió no adoptar una
redacción que hubiera claramente establecido ese principio"[337]. En cuanto a la
interpretación de la Convención Americana, la Comisión señaló que la protección del
derecho a la vida no es absoluta[338]. Consideró que "[l]a adición de la frase 'en general,
desde el momento de la concepción' no significa que quienes formularon la Convención
tuviesen la intención de modificar el concepto de derecho a la vida que prevaleció en
Bogotá, cuando aprobaron la Declaración Americana. Las implicaciones jurídicas de la
cláusula 'en general, desde el momento de la concepción' son substancialmente diferentes
de las de la cláusula más corta 'desde el momento de la concepción', que aparec[ía] repetida
muchas veces en el documento de los peticionarios"[339].
[334]Cfr. Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Baby Boy Vs. Estados Unidos,
Caso 2141, Informe No. 23/81, OEA/Ser.L/V/II.54, doc. 9 rev. 1 (1981).
[335]Cfr. Corte Suprema de Justicia de EE.UU., Casos Roe Vs. Wade, 410 U.S. 113, y Doe
Vs. Bolton, 410 U.S. 179.
[336]Cfr. Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Baby Boy Vs. Estados Unidos,
Caso 2141, Informe No. 23/81, OEA/Ser.L/V/II.54, doc. 9 rev. 1 (1981), párr. 19.h).
[337]Cfr. Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Baby Boy Vs. Estados Unidos,
Caso 2141, Informe No. 23/81, OEA/Ser.L/V/II.54, doc. 9 rev. 1 (1981), párr. 19.h).
[338]Cfr. Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Baby Boy Vs. Estados Unidos,
Caso 2141, Informe No. 23/81, OEA/Ser.L/V/II.54, doc. 9 rev. 1 (1981), párr. 25.
[339]Cfr. Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Baby Boy Vs. Estados Unidos,
Caso 2141, Informe No. 23/81, OEA/Ser.L/V/II.54, doc. 9 rev. 1 (1981), párr. 30.
221. La Corte concluye que los trabajos preparatorios indican que no prosperaron las
propuestas de eliminar la expresión "y, en general, desde el momento de la concepción", ni
la de las delegaciones que pedían eliminar solo las palabras "en general".
[340]Cfr. Al respecto, los artículos 1.1, 3, 4.6, 5.1, 5.2, 7.1, 7.4, 7.5, 7.6, 8.1, 8.2, 10, 11.1,
11.3, 12.1, 13.1, 14.1, 16, 18, 20.1, 20.2, 21.1, 22.1, 22.2, 22.7, 24, 25.1 y 25.2 de la
Convención Americana.
[341]Cfr. Al respecto, los artículos II, III, IV, V, VI, VIII, IX, X, XI, XII, XIII, XIV, XV,
XVI, XVII, XVII, XIX, XX, XXI, XXII, XXIII, XXIV, XXVI y XXVII de la Declaración
Americana.
223. Por tanto, la Corte concluye que la interpretación histórica y sistemática de los
antecedentes existentes en el Sistema Interamericano, confirma que no es procedente
otorgar el estatus de persona al embrión.
224. Respecto al alegato del Estado según el cual "la Declaración Universal de Derechos
Humanos [...] protege al ser humano desde [...] el momento de la unión del óvulo y el
espermatozoide", la Corte estima que según los trabajos preparatorios de dicho instrumento,
el término "nacen" se utilizó precisamente para excluir al no nacido de los derechos que
consagra la Declaración[342]. Los redactores rechazaron expresamente la idea de eliminar
tal término, de modo que el texto resultante expresa con plena intención que los derechos
plasmados en la Declaración son "inherentes desde el momento de nacer"[343]. Por tanto,
la expresión "ser humano", utilizada en la Declaración Universal de Derechos Humanos, no
ha sido entendida en el sentido de incluir al no nacido.
[342]E/CN.4/SR/35 (1947)
[343]E/CN.4/SR/35 (1947)
225. Respecto al alegato del Estado según el cual el "Pacto Internacional de Derechos
Civiles y Políticos [...] reconoce la vida del embrión de manera independiente a la de su
madre", la Corte observa que durante la segunda sesión de la Comisión de Derechos
Humanos, realizada del 2 al 17 de diciembre de 1947, el Líbano propuso la protección del
derecho a la vida desde el momento de la concepción[344]. Ante la resistencia contra la
formulación "desde el momento de la concepción" a la luz de la admisibilidad del aborto en
muchos Estados, el Líbano sugirió la formulación "en cualquier fase del desarrollo
humano" ("at any stage of human development")[345]. Esta formulación, aceptada
inicialmente[346], fue borrada posteriormente[347]. Otra propuesta del Reino Unido de
reglamentar el asunto del aborto en un artículo autónomo fue considerada
inicialmente[348], pero luego fue también abandonada[349]. Durante la Sexta Sesión de la
Comisión de Derechos Humanos del 27 de marzo al 19 de mayo de 1950 fracasó un nuevo
intento del Líbano de proteger la vida humana desde el momento de la concepción[350]. En
las deliberaciones del Tercer Comité de la Asamblea General del 13 al 26 de noviembre de
1957, un grupo de cinco Estados (Bélgica, Brasil, El Salvador, México y Marruecos),
propuso la enmienda al artículo 6.1 en los siguientes términos: "a partir del momento de la
concepción, este derecho [a la vida] estará protegido por la ley"[351]. Sin embargo, esta
propuesta fue rechazada con 31 votos en contra, 20 votos a favor, y 17 abstenciones[352].
Por tanto, los trabajos preparatorios del artículo 6.1 del PIDCP indican que los Estados no
pretendían tratar al no nacido como persona y otorgarle el mismo nivel de protección que a
las personas nacidas.
[354]Cfr. Comité de Derechos Humanos, Observación General No. 17, Derechos del niño
(artículo 24), U.N. Doc. HRI/GEN/1/Rev.7 at 165(1989).
227. Los informes del Comité para la Eliminación de la Discriminación Contra la Mujer (en
adelante Comité de la "CEDAW" por sus siglas en ingles) dejan en claro que los principios
fundamentales de igualdad y no discriminación exigen privilegiar los derechos de la mujer
embarazada sobre el interés de proteger la vida en formación. Al respecto, en el caso L.C.
vs. Perú, el Comité encontró al Estado culpable de violar los derechos de una niña a quien
se le negó una intervención quirúrgica trascendental so pretexto de estar embarazada,
privilegiando al feto por sobre la salud de la madre. Dado que la continuación del embarazo
representaba un grave peligro para la salud física y mental de la joven, el Comité
concluyóque negarle un aborto terapéutico y postergar la intervención quirúrgica constituyó
discriminación de género y una violación de su derecho a la salud y la no
discriminación[356].
[356]CasoL.C. vs. Perú, Comité de la CEDAW, Com. Nº 22/2009, §8.15, Doc. ONU
CEDAW/c/50/D/22/2009 (2011).
228. El Comité expresó, además, su preocupación por el potencial que las leyes anti-aborto
tienen de atentar contra el derecho de la mujer a la vida y la salud[357]. El Comité ha
establecido que la prohibición absoluta del aborto, así como su penalización bajo
determinadas circunstancias, vulnera lo dispuesto en la CEDAW[358].
229. El Estado alegó que el embrión debe considerarse como "niño" y que, en
consecuencia, existe una obligación especial de protección respecto a él. La Corte
procederá a analizar si tal interpretación encuentra fundamento en el corpus juris
internacional de protección de las niñas y los niños.
230. El artículo 6.1 de la Convención sobre los Derechos del Niño señala que "[l]os Estados
Partes reconocen que todo niño tiene el derecho intrínseco a la vida". El término "niño" se
define en el artículo 1 de la Convención como "todo ser humano menor de dieciocho años
de edad, salvo que, en virtud de la ley que le sea aplicable, haya alcanzado antes la mayoría
de edad". Por su parte, el Preámbulo a la Convención señala que "el niño, por su falta de
madurez física y mental, necesita protección y cuidado especiales, incluso la debida
protección legal, tanto antes como después del nacimiento'"[359].
[359]Cfr. Convención sobre los Derechos del Niño, para. 9 del preámbulo.
231. Los artículos 1 y 6.1 de la Convención sobre los Derechos del Niño no se refieren de
manera explícita a una protección del no nacido. El Preámbulo hace referencia a la
necesidad de brindar "protección y cuidado especiales [...] antes [...] del nacimiento". Sin
embargo,los trabajos preparatorios indican que esta frase no tuvo la intención de hacer
extensivo al no nacido lo dispuesto en la Convención, en especial el derecho a la vida. En
efecto, en los trabajos preparatorios se indica que dicha frase no tenía "la intención de
vulnerar la interpretación del artículo 1 o de ninguna otra disposición de la Convención".
En efecto, mientras que el borrador revisado para una Convención sobre los Derechos del
Niño, presentado por Polonia, no hacía alusión a la vida prenatal en el Preámbulo[360], el
Vaticano pidió la ampliación del Preámbulo por la expresión "antes y después del
nacimiento"[361], lo cual causó opiniones encontradas entre los Estados. Como
compromiso las delegaciones acordaron una expresión tomada de la Declaración sobre los
Derechos del Niño de 1959[362].
232. Ante la dificultad de encontrar una definición de "niño" en el artículo 1 del Proyecto,
se eliminó la referencia al nacimiento como inicio de la niñez[363]. Posteriormente, en el
marco de las deliberaciones, Filipinas solicitó la inclusión de la expresión "tanto antes
como después del nacimiento" en el Preámbulo[364], a la cual varios Estados se
opusieron[365]. Como compromiso se acordó que se incluyera en el Preámbulo tal
referencia, pero que los trabajos preparatorios dejaran claro que el Preámbulo no
determinaría la interpretación del artículo 1 de la Convención[366].
[366] UN Doc. E/CN.4/1989/48, § 43 (1989) ("Al aprobar este párrafo del preámbulo, el
Grupo de Trabajo no pretende dar un juicio previo sobre la interpretación del artículo 1 o de
cualquier otra disposición de la convención por los Estados Partes").
233. El Comité para los Derechos del Niño no ha emitido observación alguna de la cual se
pueda deducir la existencia de un derecho a la vida prenatal.
234. El artículo 2.1 del Convenio Europeo de Derechos Humanos (en adelante"CEDH)"
señala que "[e]l derecho de toda persona a la vida está protegido por la ley"[367]. Los
autores del CEDH se basaron para su redacción en la Declaración Universal de Derechos
Humanos, por su "autoridad moral y valor técnico"[368].
236. En el Caso Paton vs. Reino Unido de 1980, que trató de una alegada violación del
artículo 2 del CEDH en detrimento del no nacido por el aborto practicado por la voluntad
de la madre en conformidad con las leyes nacionales, la Comisión Europea de Derechos
Humanos sostuvo que los términos en que está redactada el CEDH "tienden a corroborar la
apreciación de que [el artículo 2] no incluye al que está por nacer"[369]. Agregó que
reconocer un derecho absoluto a la vida prenatal sería "contrario al objeto y propósito de la
Convención"[370]. Señaló que "[l]a vida del feto se encuentra íntimamente ligada a la de la
embarazada y no puede ser considerada al margen de ella. Si el artículo 2 comprendiese al
feto y su protección fuese, en ausencia de una limitación, entendida como absoluta, el
aborto tendría que considerarse prohibido incluso cuando la continuación del embarazo
presente grave peligro para la vida de la embarazada. Ello querría decir que 'la vida en
formación' del feto se consideraría de mayor valor que la vida de la embarazada"[371].
También en los Casos R.H. Vs. Noruega (1992) y Boso Vs. Italia (2002), que trataron de la
presunta violación del derecho a la vida en detrimento de los no nacidos por la existencia de
leyes estatales permisivas frente al aborto, la Comisión confirmó su postura[372].
[369]Caso Paton vs. Reino Unido, Solicitud Nº 8416/79, Comisión Europea de Derechos
Humanos, Dec. & Rep. 244 (1980), párr. 9. (Thus both the general usage of the term
'everyone' ('toute personne') of the Convention (para. 7 above) and the context in which this
term is employed in Article 2 (para. 8 above) tend to support the view that it does not
include the unborn).
[370]Caso Paton vs. Reino Unido, Solicitud Nº 8416/79, Comisión Europea de Derechos
Humanos, Dec. & Rep. 244 (1980), párr. 20. (The Commission finds that such an
interpretation would be contrary to the object and purpose of the Convention).
[371]Caso Paton vs. Reino Unido, Solicitud Nº 8416/79, Comisión Europea de Derechos
Humanos, Dec. & Rep. 244 (1980), párr. 19. (The 'life' of the foetus is intimately connected
with, and cannot be regarded in isolation from, the life of the pregnant woman. If Article 2
were held to cover the foetus and its protection under this Article were, in the absence of
any express limitation, seen as absolute, an abortion would have to be considered as
prohibited even where the continuance of the pregnancy would involve a serious risk to the
life of the pregnant woman. This would mean that the 'unborn life' of the foetus would be
regarded as being of a higher value than the life of the pregnant woman).
[372]Cfr. R.H. Vs. Norway, Decision on Admissibility, App. No. 17004/ 90, 73 European
Commission on Human Rights Dec. ft Rep. 155 (1992), Boso Vs. Italy, App. No.
50490/99, European Commission on Human Rights (2002).
237. En el Caso Vo. Vs. Francia, en el que se le tuvo que practicar un aborto terapéutico a
la peticionaria por el peligro para su salud producido a raíz de tratamientos médicos
inadecuados, el Tribunal Europeo señaló que:
[373]TEDH, Caso Vo. Vs. Francia, (No. 53924/00), GC, Sentencia de 8 de julio de 2004,
párrs. 75, 82, 84 y 85. (Unlike Article 4 of the American Convention on Human Rights,
which provides that the right to life must be protected "in general, from the moment of
conception", Article 2 of the Convention is silent as to the temporal limitations of the right
to life and, in particular, does not define "everyone" [...] whose "life" is protected by the
Convention. The Court has yet to determine the issue of the "beginning" of "everyone's
right to life" within the meaning of this provision and whether the unborn child has such a
right." [...]
The issue of when the right to life begins comes within the margin of appreciation which
the Court generally considers that States should enjoy in this sphere, notwithstanding an
evolutive interpretation of the Convention, a "living instrument which must be interpreted
in the light of present-day conditions" [...]. The reasons for that conclusion are, firstly, that
the issue of such protection has not been resolved within the majority of the Contracting
States themselves, in France in particular, where it is the subject of debate [...] and,
secondly, that there is no European consensus on the scientific and legal definition of the
beginning of life. [...]
At European level, the Court observes that there is no consensus on the nature and status of
the embryo and/or foetus [...], although they are beginning to receive some protection in the
light of scientific progress and the potential consequences of research into genetic
engineering, medically assisted procreation or embryo experimentation. At best, it may be
regarded as common ground between States that the embryo/foetus belongs to the human
race. The potentiality of that being and its capacity to become a person - enjoying
protection under the civil law, moreover, in many States, such as France, in the context of
inheritance and gifts, and also in the United [...] - require protection in the name of human
dignity, without making it a "person" with the "right to life" for the purposes of Article 2.
[...]
It is neither desirable, nor even possible as matters stand, to answer in the abstract the
question whether the unborn child is a person for the purposes of Article 2 of the
Convention).
con respecto a la pregunta de cuándo comienza el derecho a la vida, que entró en el margen
de apreciación de los Estados porque no había consenso europeo sobre la definición
científica y legal del comienzo de la vida, por consiguiente, era imposible responder la
pregunta de si la persona nonata era una persona que debía ser protegida conforme a los
efectos del artículo 2. Dado que los derechos demandados en nombre del feto y los
derechos de la madre están inextricablemente interconectados [...] el margen de apreciación
concedido a la protección de la persona nonata por parte del Estado se traduce
necesariamente en un margen de apreciación según el cual cada Estado equilibra los
derechos contradictorios de la madre.
239. Sin embargo, el TEDH precisó que "ese margen de apreciación no es ilimitado" y que
"la Corte tiene que supervisar si la interferencia constituye un equilibrio justo de los
intereses contradictorios involucrados [...]. La prohibición de un aborto para proteger la
vida de la persona nonata no se justifica automáticamente en virtud del Convenio sobre la
base de deferencia sin restricciones a la protección de la vida prenatal o sobre la base de
que el derecho de la futura mamá al respeto de su vida privada es de menor talla"[375].
240. Respecto a casos relacionados con la práctica de la FIV, el TEDH tuvo que
pronunciarse en el caso Evans Vs. Reino Unido, sobre la presunta violación del derecho a la
vida de los embriones preservados debido a que la legislación nacional exigía su
destrucción ante el retiro del consentimiento de la pareja de la peticionaria sobre su
implantación. La Gran Cámara del TEDH reiteró su jurisprudencia establecida en el Caso
Vo. Vs. Francia, señalando que:
[376]TEDH, Caso Evans Vs. Reino Unido, (No. 6339/05), Sentencia de 10 de abril de
2007, párr. 54. (in the absence of any European consensus on the scientific and legal
definition of the beginning of life, the issue of when the right to life begins comes within
the margin of appreciation which the Court generally considers that States should enjoy in
this sphere. Under English law, as was made clear by the domestic courts in the present
applicant's case [...], an embryo does not have independent rights or interests and cannot
claim-or have claimed on its behalf-a right to life under Article 2).
241. La Gran Cámara del TEDH confirmó la decisión respecto a la no violación del
derecho a la vida, consagrado en el artículo 2, al indicar que "los embriones creados por el
peticionario [y su pareja] no tienen el derecho a la vida dentro del significado del artículo 2
de la Convención y que no ha, por lo tanto, habido una violación a tal provisión"[377].
[377]TEDH, Caso Evans Vs. Reino Unido, (No. 6339/05), Sentencia de 10 de abril de
2007, párr. 56. "the embryos created by the applicant and [her partner] do not have a right
to life within the meaning of Article 2 of the Convention, and that there has not, therefore,
been a violation of that provision".
242. En los Casos S.H. Vs. Austria[378], y Costa y Pavan Vs. Italia[379], que trataron,
respectivamente, de la regulación de la FIV respecto a la donación de óvulos y
espermatozoides por terceros, y del diagnóstico genético preimplantacional, el TEDH ni
siquiera se refirió a una presunta violación de un derecho propio de los embriones.
[378]Cfr. TEDH, Caso S.H. y otros Vs. Austria, (No. 57813/00), Sentencia de 3 de
noviembre de 2011.
[379]Cfr. TEDH, Caso Costa y Pavan Vs. Italia, (No. 54270/10). Sentencia de 28 de agosto
de 2012.
243. El artículo 4 de la Carta Africana sobre los Derechos Humanos y de los Pueblos señala
que "[l]os seres humanos son inviolables. Todo ser humano tendrá derecho al respeto de su
vida y de la integridad de su persona"[380]. Los redactores de la Carta descartaron
expresamente una terminología que protegiera el derecho a la vida a partir del momento de
la concepción[381]. El Protocolo de la Carta Africana de Derechos Humanos y de los
Pueblos Relativo a los Derechos de la Mujer (Protocolo de Maputo), no se pronuncia sobre
el inicio de la vida, y además establece que los Estados deben tomar medidas adecuadas
para "proteger los derechos reproductivos de la mujer, permitiendo el aborto con
medicamentos en casos de agresión sexual, violación e incesto y cuando la continuación del
embarazo ponga en peligro la salud mental y física de la embarazada o la vida de la
embarazada o del feto"[382].
[380]Carta Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos, aprobada el 27 jun. 1981, art.
4, Doc. OUA cab/leg/67/3 Rev. 5, 21 i.l.m. 58 (1982) (en vigor desde el 21 oct. 1986).
[381]Propuesta para una Carta africana de derechos humanos y de los pueblos, art. 17, Doc.
OUA cab/leg/67/1 (1979) (donde se adopta la redacción del art. 4.1 de la Convención
americana sobre derechos humanos, sustituyendo "momento de la concepción" por
"momento de nacer" - This right shall be protected by law and, in general, from the moment
of his birth.).
245. Este Tribunal ha señalado en otras oportunidades[383] que los tratados de derechos
humanos son instrumentos vivos, cuya interpretación tiene que acompañar la evolución de
los tiempos y las condiciones de vida actuales. Tal interpretación evolutiva es consecuente
con las reglas generales de interpretación establecidas en el artículo 29 de la Convención
Americana, así como en la Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados[384]. Al
efectuar una interpretación evolutiva la Corte le ha otorgado especial relevancia al derecho
comparado, razón por la cual ha utilizado normativa nacional[385] o jurisprudencia de
tribunales internos[386] a la hora de analizar controversias específicas en los casos
contenciosos. Por su parte, la Corte Europea[387] ha utilizado el derecho comparado como
un mecanismo para identificar la práctica posterior de los Estados, es decir para especificar
el contexto de un determinado tratado. Además, el parágrafo tercero del artículo 31 de la
Convención de Viena autoriza la utilización para la interpretación de medios tales como los
acuerdos o la práctica[388] o reglas relevantes del derecho internacional[389] que los
Estados hayan manifestado sobre la materia del tratado, lo cual se relaciona con una visión
evolutiva de la interpretación del tratado.
[385] En el Caso Kawas Fernández Vs. Honduras, la Corte tuvo en cuenta para su análisis
que: se advierte que un número considerable de Estados partes de la Convención
Americana ha adoptado disposiciones constitucionales reconociendo expresamente el
derecho a un medio ambiente sano.
[386]En los casos Heliodoro Portugal Vs. Panamá y Tiu Tojín Vs. Guatemala, la Corte
tuvo en cuenta sentencias de tribunales internos de Bolivia, Colombia, México, Panamá,
Perú, y Venezuela sobre la imprescriptibilidad de delitos permanentes como la desaparición
forzada. Además, en el Caso Anzualdo Castro Vs. Perú,la Corte utilizó pronunciamientos
de tribunales constitucionales de países americanos para apoyar la delimitación que ha
realizado al concepto de desaparición forzada. Otros ejemplos son los casos Atala Riffo y
Niñas Vs. Chile y el Caso Pueblo Indígena Kichwa de Sarayaku Vs. Ecuador.
247. Ha sido señalado que en el Caso Vo. Vs. Francia, el Tribunal Europeo de Derechos
Humanos indicó que la potencialidad del embrión y su capacidad para convertirse en una
persona requiere de una protección en nombre de la dignidad humana, sin convertirlo en
una "persona" con "derecho a la vida" (supra párr. 237).
248. Por su parte, el Convenio para la Protección de los Derechos Humanos y la Dignidad
del Ser Humano con respecto a la Aplicación de la Biología y Medicina (en adelante el
"Convenio de Oviedo"), adoptado en el marco del Consejo de Europa,[390] establece lo
siguiente en su artículo 18:
[390]El Convenio de Oviedo establece en su artículo primero que los Estados Partes
"protegerán al ser humano en su dignidad y su identidad y garantizarán a toda persona, sin
discriminación alguna, el respeto a su integridad y a sus demás derechos y libertades
fundamentales con respecto a las aplicaciones de la biología y la medicina" y agrega que
"[c]ada Parte adoptará en su legislación interna las medidas necesarias para dar aplicación
a lo dispuesto en el presente Convenio". El Convenio de Oviedo fue adoptado el 4 de abril
del 1997 en Oviedo, Asturias, y entró en fuerza el 1 de diciembre del 1999. Fue ratificada
por 29 Estados Miembros del Consejo de Europa, con seis reservas.
249. En consecuencia, dicho tratado no prohíbe la FIV sino la creación de embriones con
propósitos de investigación. Sobre el estatus del embrión en dicho Convenio, el TEDH
señaló que:
El Convenio de Oviedo sobre los Derechos del Hombre y la Biomedicina [...] se cuida de
definir el término "toda persona", y su informe explicativo indica que, en ausencia de
unanimidad acerca de la definición, los Estados miembros han decidido permitir al derecho
interno hacer las precisiones pertinentes al efecto de la aplicación de esta Convención
[...]. Lo mismo aplica para el Protocolo Adicional sobre la prohibición de clonar seres
humanos y el Protocolo Adicional sobre investigación biomédica, que no definen el
concepto de "ser humano"[391].
[391]TEDH, Caso Vo. Vs. Francia, (No. 53924/00), GC, Sentencia de 8 de julio de 2004,
párr. 84. (The Oviedo Convention on Human Rights and Biomedicine [...] is careful not to
give a definition of the term "everyone", and its explanatory report indicates that, in the
absence of a unanimous agreement on the definition, the member States decided to allow
domestic law to provide clarification for the purposes of the application of that Convention
[...] The same is true of the Additional Protocol on the Prohibition of Cloning Human
Beings and the Additional Protocol on Biomedical Research, which do not define the
concept of "human being).
[393]Cfr. Tribunal de Justicia de la Unión Europea, Gran Sala, Sentencia del 18 de octubre
de 2011, Asunto C-34/10, Oliver Brüstle Vs. Greenpeace eV.
[397]Cfr. Tribunal de Justicia de la Unión Europea, Gran Sala, Sentencia del 18 de octubre
de 2011, Asunto C-34/10, Oliver Brüstle Vs. Greenpeace eV, párr. 38 ("Constituye un
'embrión humano' en el sentido del artículo 6, apartado 2, letra c), de la Directiva todo
óvulo humano a partir del estadio de la fecundación, todo óvulo humano no fecundado en el
que se haya implantado el núcleo de una célula humana madura y todo óvulo humano no
fecundado estimulado para dividirse y desarrollarse mediante partenogénesis". El artículo
de la Directiva establece: 1. Quedarán excluidas de la patentabilidad las invenciones cuya
explotación comercial sea contraria al orden público o a la moralidad, no pudiéndose
considerar como tal la explotación de una invención por el mero hecho de que esté
prohibida por una disposición legal o reglamentaria. 2. En virtud de lo dispuesto en el
apartado 1, se considerarán no patentables, en particular: [...] c) las utilizaciones de
embriones humanos con fines industriales o comerciales").
[398]Cfr. Tribunal de Justicia de la Unión Europea, Gran Sala, Sentencia del 18 de octubre
de 2011, Asunto C-34/10, Oliver Brüstle Vs. Greenpeace eV, párr. 6. El Tribunal de
Justicia señaló que la "exposición de motivos de la Directiva indica lo siguiente: [...] el
orden público y la moralidad se corresponden, en particular, con los principios éticos y
morales reconocidos en un Estado miembro, cuyo respeto es particularmente necesario en
el terreno de la biotecnología, a causa del considerable alcance de las consecuencias
potenciales de la invención en este ámbito y de sus vínculos naturales con la materia viva;
que tales principios éticos y morales vienen a añadirse a los controles jurídicos habituales
del Derecho de patentes, independientemente del ámbito técnico a que pertenezca la
invención").
251. Por otra parte, en el Caso S.H. y otros Vs. Austria, el TEDH consideró permisible la
prohibición de practicar la FIV con óvulos y espermatozoides donados por terceros,
resaltando que:
[399]Cfr. TEDH, Caso S.H. y otros Vs. Austria, (No. 57813/00), Sentencia de 3 de
noviembre de 2011, párr. 104. (the Austrian legislature has not completely ruled out
artificial procreation. [...] [t]he legislature tried to reconcile the wish to make medically
assisted procreation available and the existing unease among large sections of society as to
the role and possibilities of modern reproductive medicine, which raises issues of a morally
and ethically sensitive nature.)
252. Asimismo, en el caso Caso Costa y Pavan Vs. Italia, el TEDH, en sus consideraciones
previas sobre el derecho europeo relevante para el análisis del caso, resaltó que en "el caso
Roche c. Roche y otros ([2009] IESC 82 (2009)), la Corte Suprema de Irlanda ha
establecido que el concepto del niño por nacer ("unborn child") no se aplica a embriones
obtenidos en el marco de una fecundación in vitro, y estos últimos no se benefician de la
protección prevista por el articulo 40.3.3 de la Constitución de Irlanda que reconoce el
derecho a la vida del niño por nacer. En este caso, la demandante, quien ya tuvo un hijo
como resultado de la técnica de la fecundación in vitro, acudió a la Corte Suprema a fin de
obtener la implantación de otros tres embriones obtenidos en el marco de la misma
fecundación, a pesar de la ausencia del consentimiento de su compañero, del cual entretanto
se había separado"[400].
[400]TEDH, Caso Costa y Pavan Vs. Italia, (No. 54270/10). Sentencia de 28 de agosto de
2012, párr. 33 ("33. En outre, la Cour relève que, dans l'affaire Roche c. Roche et autres
([2009] IESC 82 (2009)), la Cour Suprême irlandaise a établi que la notion d'enfant à naître
(« unborn child ») ne s'applique pas à des embryons obtenus dans le cadre d'une
fécondation in vitro, ces derniers ne bénéficiant donc pas de la protection prévue par
l'article 40.3.3. de la Constitution irlandaise qui reconnaît le droit à la vie de l'enfant à
naître. Dans cette affaire, la requérante, ayant déjà eu un enfant à la suite d'une fécondation
in vitro, avait saisi la Cour Suprême en vue d'obtenir l'implantation de trois autres
embryons obtenus dans le cadre de la même fécondation, malgré l'absence de consensus de
son ancien compagnon, duquel elle s'était séparée entre-temps)". La Corte toma nota de que
el 28 de noviembre de 2012 el gobierno italiano interpuso ante la Gran Sala del Tribunal
Europeo de Derechos revisión de este caso "debido a que la petición original fue presentada
directamente ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos sin antes haber agotado [...]
todos los recursos internos y sin tener en necesaria consideración el margen de apreciación
que cada Estado tiene en la adopción de su propia legislación" (traducción de la Secretaría
de la Corte). Disponible en:
http://www.governo.it/Presidenza/Comunicati/dettaglio.asp?d=69911 (última consulta el 28
de noviembre de 2012).
253. Por tanto, la Corte observa que las tendencias de regulación en el derecho
internacional no llevan a la conclusión que el embrión sea tratado de manera igual a una
persona o que tenga un derecho a la vida.
254. De los peritajes presentados por las partes en la audiencia pública quedo establecido
que Costa Rica es el único país de la región que prohíbe y, por tanto, no práctica la FIV
(supra párr. 67).
255. Ahora bien, de la prueba aportada por las partes en el expediente, la Corte observa que
si bien la FIV se realiza en un gran número de países[401], lo anterior no necesariamente
implica que ésta se encuentre regulada por medio de normas jurídicas. Al respecto, el
Tribunal destaca que, de las legislaciones comparadas anexadas por las partes sobre
técnicas de reproducción asistida (Brasil, Chile, Colombia, Guatemala, México, Perú,
Uruguay), se desprende que existen normas que regulan algunas prácticas en la materia. El
Tribunal constata que, por ejemplo, existe: i) la prohibición de clonación humana, en
Chile[402] y Perú[403]; ii) las legislaciones de Brasil[404], Chile[405] y Perú[406]
prohíben la utilización de las técnicas de reproducción asistida por fines diferentes de la
procreación humana; iii) Brasil establece que el número ideal de óvulos y preembriones a
ser transferidos no puede ser superior a cuatro, para no aumentar los riesgos de
multipariedad[407], y prohíbe la utilización de procedimientos que "apunten a una
reducción embrionaria"[408] y la comercialización del material biológico, por lo que dicha
práctica implica un delito[409], y iv) existen diversos tipos de regulaciones sobre la
crioconservación. Por ejemplo, en Chile se prohíbe la congelación de embriones para
transferencia diferida de embriones[410], mientras que en Brasil[411] y en Colombia[412]
se permite la criopreservación de embriones, espermatozoides y óvulos. Por otra parte, en
algunos países, como Argentina[413], Chile[414] y Uruguay[415], ya están tratando de
tomar medidas para que los tratamientos de reproducción asistida se encuentren cubiertos
por los programas o políticas de salud estatal.
[402] Cfr. Ley 20.120 de 2006, Ministerio de Salud de Chile, Artículo 5, (expediente de
anexos a la contestación, tomo IV, anexo 2, folios 8424 a 8426).
[403]Cfr. Ley General de Salud de Perú No 26.842 de 15 de julio de 1997, artículo 7
(expediente de anexos a la contestación, tomo IV, anexo 2, folio 8357).
[408]Cfr. Principio General No.7, Resolución del Conselho Federal de Medicina n. 1.358
de 1992 (expediente de anexos al informe de fondo de la CIDH, tomo I, anexo 18, folios
425 a 428).
[409] Cfr. Ley No.11.105, de 24 de marzo de 2005 de Brasil (expediente de fondo, tomo I,
anexo 20, folios 249 a 262). Artículo 5).
[413]Proyecto de Ley que fue aprobado el 28 de junio de 2012 por la Cámara de Diputados
donde se prevé que las obras sociales, las entidades de medicina prepaga y el sistema de
salud pública deberán incorporar como prestaciones obligatorias la cobertura integral e
interdisciplinaria de los procedimientos que la Organización Mundial de la Salud define
como "Reproducción Humana Asistida". Texto con los seis artículos disponibles aquí:
http://www1.hcdn.gov.ar/proyxml/expediente.asp?fundamentos=si&numexp=0492-D-2010
[414]El perito Zegers declaró que aunque Chile "no discutió formalmente la cobertura de
los tratamientos de infertilidad a nivel legislativo, sin embargo el gobierno ha destinado
recursos económicos especiales al Fonda Nacional de Salud para cubrir los tratamientos de
TRA a una población creciente de mujeres de bajos recursos". Resumen escrito del peritaje
rendido por Fernando Zegers-Hochschild en la audiencia pública ante la Corte (expediente
de fondo, tomo VI, folio 2824).
256. La Corte considera que, a pesar de que no existen muchas regulaciones normativas
especificas sobre la FIV en la mayoría de los Estados de la región, éstos permiten que la
FIV se practique dentro de sus territorios. Ello significa que, en el marco de la práctica de
la mayoría de los Estados Parte en la Convención, se ha interpretado que la Convención
permite la práctica de la FIV. El Tribunal considera que estas prácticas de los Estados se
relacionan con la manera en que interpretan los alcances del artículo 4 de la Convención,
pues ninguno de dichos Estados ha considerado que la protección al embrión deba ser de tal
magnitud que no se permitan las técnicas de reproducción asistida o, particularmente, la
FIV. En ese sentido, dicha práctica generalizada[416] está asociada al principio de
protección gradual e incremental -y no absoluta- de la vida prenatal y a la conclusión de
que el embrión no puede ser entendido como persona.
[416]El artículo 31.3 b) de la Convención de Viena establece que: "[j]untamente con el
contexto, habrá de tenerse en cuenta: toda práctica ulteriormente seguida en la aplicación
del tratado por la cual conste el acuerdo de las partes acerca de la interpretación del
tratado".
258. Los antecedentes que se han analizado hasta el momento permiten inferir que la
finalidad del artículo 4.1 de la Convención es la de salvaguardar el derecho a la vida sin que
ello implique la negación de otros derechos que protege la Convención. En ese sentido, la
clausula "en general" tiene como objeto y fin el permitir que, ante un conflicto de derechos,
sea posible invocar excepciones a la protección del derecho a la vida desde la concepción.
En otras palabras, el objeto y fin del artículo 4.1 de la Convención es que no se entienda el
derecho a la vida como un derecho absoluto, cuya alegada protección pueda justificar la
negación total de otros derechos.
[418]BVerfG, Sentencia BVerfGE 88, 203, 28 de mayo de 1993, 2 BvF 2/90 y 4, 5/92,
párr. D.I.2.b. (Traducción de la Secretaría de la Corte).
[419]BVerfG, Sentencia BVerfGE 88, 203, 28 de mayo de 1993, 2 BvF 2/90 y 4, 5/92,
párr. D.I.2.c.aa. (Traducción de la Secretaría de la Corte).
262. Por su parte, en la región, la Suprema Corte de Justicia de los Estados Unidos ha
señalado que "[e]s razonable y lógico que un Estado, en un determinado momento, proteja
otros intereses [...] como por ejemplo los de la potencial vida humana", lo cual debe ser
ponderado con la intimidad personal de la mujer -la cual no puede entenderse como un
derecho absoluto- y "otras circunstancias y valores"[421]. De otra parte, según la Corte
Constitucional de Colombia, "[s]i bien corresponde al Congreso adoptar las medidas
idóneas para cumplir con el deber de protección de la vida [...] esto no significa que estén
justificadas todas las que dicte con dicha finalidad, porque a pesar de su relevancia
constitucional la vida no tiene el carácter de un valor o de un derecho de carácter absoluto y
debe ser ponderada con los otros valores, principios y derechos constitucionales"[422]. La
Corte Suprema de Justicia de la Nación de Argentina ha señalado que ni de la Declaración
Americana ni de la Convención Americana se deriva algún mandato por el que corresponda
interpretar, de modo restrictivo, el alcance de las normas penales que permiten el aborto en
ciertas circunstancias, "por cuanto las normas pertinentes de estos instrumentos fueron
expresamente delimitadas en su formulación para que de ellas no se derivara la invalidez de
un supuesto de aborto" como el previsto en el Código Penal argentino[423]. En similar
sentido, la Suprema Corte de Justicia de la Nación de México declaró que, del hecho de que
la vida sea una condición necesaria de la existencia de otros derechos no se puede
válidamente concluir que debe considerarse a la vida como más valiosa que cualquiera de
esos otros derechos[424].
[421]Corte Suprema de los Estados Unidos, Caso Roe Vs. Wade, 410 U.S. 115, 157 (1973)
263. Por tanto, la Corte concluye que el objeto y fin de la clausula "en general" del artículo
4.1 de la Convención es la de permitir, según corresponda, un adecuado balance entre
derechos e intereses en conflicto. En el caso que ocupa la atención de la Corte, basta señalar
que dicho objeto y fin implica que no pueda alegarse la protección absoluta del embrión
anulando otros derechos.
264. La Corte ha utilizado los diversos métodos de interpretación, los cuales han llevado a
resultados coincidentes en el sentido de que el embrión no puede ser entendido como
persona para efectos del artículo 4.1 de la Convención Americana. Asimismo, luego de un
análisis de las bases científicas disponibles, la Corte concluyó que la "concepción" en el
sentido del artículo 4.1 tiene lugar desde el momento en que el embrión se implanta en el
útero, razón por la cual antes de este evento no habría lugar a la aplicación del artículo 4 de
la Convención. Además, es posible concluir de las palabras "en general" que la protección
del derecho a la vida con arreglo a dicha disposición no es absoluta, sino es gradual e
incremental según su desarrollo, debido a que no constituye un deber absoluto e
incondicional, sino que implica entender la procedencia de excepciones a la regla general.
265. La Comisión indicó que se cumplían los requisitos de legalidad, finalidad e idoneidad.
Sin embargo, la Comisión consideró que en el análisis de idoneidad "puede tener
incidencia" la evidencia científica de "que la técnica de reproducción asistida de la [FIV]
impone un riesgo de pérdida de los embriones [... que] es comparable al proceso natural de
reproducción". Sobre la necesidad de la medida, la Comisión señaló que "existían formas
menos restrictivas para satisfacer el objetivo buscado por el Estado y acomodar los
intereses en juego, como por ejemplo, a través de otras formas de regulación que podrían
asimilarse más al proceso natural de concepción, tal como una regulación que disminuya el
número de óvulos fecundados". Por último, arguyó que "existen suficientes elementos para
concluir que la prohibición afectó de manera desproporcionada los derechos en juego",
debido a que: i) "los derechos afectados, [...] son particularmente relevantes para la
identidad de una persona y su autonomía"; ii) "la protección de la vida en el ámbito
internacional y constitucional comparado es[tá] habitualmente sujeta a grados de protección
que se apli[can] de manera incremental"; iii) se debe considerar "el carácter severo de la
afectación de los derechos involucrados", por cuanto "[e]l efecto fue equivalente a una
anulación del ejercicio de sus derechos"; iv) "es viable considerar que la prohibición de la
[FIV], en la práctica, no contribuye a una protección significativa de la vida de los
embriones, en contraste con la alta frecuencia [de pérdida embrionaria] en el proceso
natural de concepción", y v) es importante referirse a "la consistencia y coherencia en la
acción estatal relativa a los embriones", ya que existirían "prácticas permitidas actualmente
en Costa Rica [... que] implican un riesgo de fecundación de dichos óvulos, de pérdida
embrionaria y de embarazos múltiples". La Comisión observó que la prohibición de la FIV
"tuvo dos efectos que se encuentran bajo el alcance del derecho a la igualdad: i) impidió a
las [presuntas] víctimas superar la situación de desventaja en la que se encontraban a través
del beneficio del progreso científico, en particular, de un tratamiento médico, y ii) tuvo un
impacto específico y desproporcionado frente a las mujeres".
267. El representante Molina alegó que la satisfacción del derecho a la vida no justifica la
restricción de los derechos a la familia, honra y dignidad, e igualdad ante la ley. Calificó la
infertilidad de las presuntas víctimas como "discapacidad por la cual se les había
discriminado para tener una familia". Igualmente, argumentó que "el beneficio obtenido
con la medida es nulo, mientras que el daño causado con la prohibición es máximo, [por lo
que] no puede predicarse como proporcional la medida de la prohibición de la FIV".
Además, argumentó que"la decisión de la Sala Constitucional [...] incidió en una
discriminación por una discapacidad reproductiva", considerando que la "sentencia
establece una clara diferenciación entre [...] parejas [...] que pueden concebir naturalmente
y [...] parejas que solamente pueden hacerlo mediante métodos de reproducción asistida", y
que "[l]a discriminación realizada por la Sala, no solamente es evidente en la sentencia
como tal, sino en los efectos que la misma provocó sobre las personas y parejas que
pretendían concebir mediante métodos de reproducción asistidos". Por último, consideró la
sentencia como una "forma de discriminación en función de sus posibilidades económicas".
268. El representante May alegó que "[la infertilidad] es una enfermedad, una incapacidad
y, por ende, una discapacidad del ser humano para fecundar o para concebir, en síntesis,
una discapacidad para procrear". El representante May alegó que si bien la "prohibición
absoluta" a la práctica de la FIV "podría parecer neutra", "no tiene el mismo efecto en cada
persona[, sino...] produce un impacto desproporcionado en aquellos que son infértiles,
negándoles la oportunidad de superar su condición física y concebir de una forma
biológica".
269. El Estado alegó que la Comisión "ni siquiera ha cuestionado la legalidad de la medida
adoptada por el Tribunal Constitucional" y "ha aceptado que la restricción [...] constituye
una limitación prevista en la ley y en el ordenamiento jurídico". Argumentó que "el fin
buscado por el Estado costarricense al prohibir la [FIV] es legítimo, pues pretende proteger
el derecho a la vida de los embriones". Aseveró que "la legitimidad del fin propuesto
depende de cómo se defina la palabra 'concepción', púes si se equipara a la palabra
'fertilización', sí existiría idoneidad de la medida adoptada por el Estado al prohibir la" FIV.
Respecto a la necesidad de la medida, arguyó que "la Comisión parte de una premisa
equivocada y es la de señalar que en este caso el Estado costarricense pudo adoptar una
medida menos restrictiva". Al respecto, argumentó que "ha quedado demostrado que en el
estado actual de la ciencia, no existe evidencia de que la [FIV] ofrezca garantías de
protección a la vida del non nato fecundado in vitro".
271. Finalmente, respecto a la alegada discriminación indirecta, el Estado señaló que "[l]a
situación de infertilidad es una condición natural que no es inducida por el Estado".
Asimismo, argumentó que "no existe consenso en que la infertilidad sea, per se, una
enfermedad" o pueda "ser considerada una discapacidad". Al respecto, alegó que "[l]a
concepcion asistida es distinta del tratamiento de una enfermedad", ya que la FIV no "cura"
la infertilidad, pues "no constituye un tratamiento para modificar la situación que hace que
una pareja o una persona sea infértil, sino que constituye un medio para sustituir el
procedimiento natural de la fecundación". Por otra parte, arguyó que la prohibición de la
FIV "no está orientada a establecer discriminación en contra de las personas que no pueden
tener hijos de forma natural ni mucho menos contra las mujeres", pues la prohibición
"estaba dirigida a todas las personas independientemente de su condición: solteras, casadas,
mujeres u hombres, fértiles o infértiles". Por tanto, alegó que la prohibición de la FIV no ha
tenido una "especial intensidad" en relación con las mujeres, así que no discrimina de
forma indirecta, porque "no tiene su origen únicamente en problemas de las mujeres".
Consideraciones de la Corte
272. La Corte ha señalado que la decisión de tener hijos biológicos a través del acceso a
técnicas de reproducción asistida forma parte del ámbito de los derechos a la integridad
personal, libertad personal y a la vida privada y familiar. Además, la forma como se
construye dicha decisión es parte de la autonomía y de la identidad de una persona tanto en
su dimensión individual como de pareja. A continuación se analizará la presunta
justificación de la interferencia que ha efectuado el Estado en relación con el ejercicio de
estos derechos.
[426]Cfr. Caso Tristán Donoso Vs. Panamá. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y
Costas. Sentencia de 27 de enero de 2009. Serie C No.193, párr. 56, y Caso Atala Riffo y
Niñas Vs. Chile, párr. 164.
[427]Caso Kimel Vs. Argentina, párr. 83, y Caso Chaparro Álvarez y Lapo Íñiguez, párr.
93.
274. Para esto, la restricción tendría que lograr una importante satisfacción de la protección
de la vida prenatal, sin hacer nugatorio los derechos a la vida privada y a fundar una
familia. Para efectuar esta ponderación se debe analizar: i) el grado de afectación de uno de
los bienes en juego, determinando si la intensidad de dicha afectación fue grave, intermedia
o moderada; ii) la importancia de la satisfacción del bien contrario, y iii) si la satisfacción
de éste justifica la restricción del otro[428].
275. El Tribunal Europeo de Derechos Humanos ha señalado que el posible conflicto entre
el derecho a lavida privada, que incluye a los derechos a la autonomía y el libre desarrollo
de la personalidad, y "la posibilidad que se extiendan en ciertas circunstancias
disposiciones de protección para el no nacido, debe ser resuelto ponderando varios [...]
derechos o libertades reclamados por una madre y un padre involucrados en una relación
entre los dos o vis-á-vis con el feto"[429]. Dicho Tribunal ha expresado que una
"consideración indebida de la protección de la vida prenatal o con base en que el derecho
de la futura madre al respeto de su vida privada es de menor rango no constituye una
ponderación razonable y proporcional entre derechos e intereses en conflicto"[430].
Asimismo, en el Caso Costa y Pavan Vs. Italia, el Tribunal Europeo consideró que la
prohibición absoluta del diagnóstico preimplantacional no era proporcional, debido a la
legislación nacional inconsistente respecto a los derechos reproductivos, que, prohibiendo
el diagnóstico preimplantacional, permitía al mismo tiempo la terminación del embarazo si
un feto posteriormente demostraba síntomas de una grave enfermedad detectable por el
diagnóstico preimplantacional[431].
[429]TEDH, Caso Vo. Vs. Francia, (No. 53924/00), Sentencia de 8 de julio de 2004, párr.
80, y Caso RR Vs. Polonia, (No. 27617/04), Sentencia de 26 de mayo de 2011, párr. 181
277. Como se indicó anteriormente (supra párr. 144), el alcance del derecho a la vida
privada y familiar ostenta una estrecha relación con la autonomía personal y los derechos
reproductivos. La sentencia de la Sala Constitucional tuvo el efecto de interferir en el
ejercicio de estos derechos de las presuntas víctimas, toda vez que las parejas tuvieron que
modificar su curso de acción respecto a la decisión de intentar tener hijos por medio de la
FIV. En efecto, la Corte considera que una de las injerencias directas en la vida privada se
relaciona con el hecho de que la decisión de la Sala Constitucional impidió que fueran las
parejas quienes decidieran sobre si deseaban o no someterse en Costa Rica a este
tratamiento para tener hijos. La injerencia se hace más evidente si se tiene en cuenta que la
FIV es, en la mayoría de los casos, la técnica a la que recurren las personas o parejas
después de haber intentado otros tratamientos para enfrentar la infertilidad (por ejemplo, el
señor Vega y la señora Arroyo se realizaron 21 inseminaciones artificiales) o, en otras
circunstancias, es la única opción con la que cuenta la persona para poder tener hijos
biológicos, como en el caso del señor Mejías Carballo y la señora Calderón Porras (supra
párrs. 85 y 117).
278. La Corte ha señalado que la injerencia en el presente caso no se relaciona con el hecho
de no haber podido tener hijos (supra párr. 161). A continuación se analiza el grado de
severidad de la afectación del derecho a la vida privada y a fundar una familia, y del
derecho a la integridad personal, teniendo en cuenta el impacto de la prohibición de la FIV
en la intimidad, autonomía, salud mental y a los derechos reproductivos de las personas.
279. En primer lugar, la prohibición de la FIV impactó en la intimidad de las personas, toda
vez que, en algunos casos, uno de los efectos indirectos de la prohibición ha sido que, al no
ser posible practicar esta técnica en Costa Rica, los procedimientos que se impulsaron para
acudir a un tratamiento médico en el extranjero exigían exponer aspectos que hacían parte
de la vida privada. Al respecto, la señora Bianchi Bruna señaló que:
a la pareja, a nosotros como esposos el estrés económico que significa sacar esta cantidad
de dinero lo más antes posible, porque aquí prima también un factor de tiempo que es muy
importante, ya tiene uno un diagnóstico [...] y no se sabe en cuanto tiempo uno puede
recaudar esa suma, menos si va a tener que recaudarla varias veces, el estrés de este tipo
que tiene que enfrentar una pareja, cuántas parejas no se separan por estrés económico
comunes y corrientes, es enorme la falta de privacidad en el hecho de que laboralmente
todos mis empleadores tenían que darse cuenta que yo me estaba sometiendo a este
tratamiento porque tenía que estar constantemente pidiendo permiso, al mismo tiempo que
decía tengo que renunciar justo antes de que tenga que irme de viaje porque nadie me va a
dar permiso para irme de viaje en 24, con notificación de 24 horas, el seguimiento me lo
podían hasta 24 horas antes de viajar, después tenía que viajar con 24 horas de notificación
a Colombia y de ahí en adelante me seguían el procedimiento durante 5 días y luego tenía
que volver a Costa Rica a hacerme 10 días después la prueba de embarazo y luego seguirme
el embarazo. Esto conllevaba que todo el mundo se diera cuenta [...] La intimidad es
totalmente violada, todo mundo no solamente se entera que aunque sea la mujer la que es
infértil todo mundo asume que la pareja también lo es o que no ha sido capaz de producir
esa procreación, eso para él fue muy difícil también, asimismo de tener que estarme
apoyando constantemente en cosas que realmente no entiende [...], me sometió a un estrés
social y familiar puesto que mi familia se vio dividida de repente[432].
280. En este sentido, la señora Henchoz Bolaños expl¡có similares cargas adicionales que
es posible inferir que no hubieran surgido si hubiera podido acceder a la FIV en su país.
Señaló, respecto a su viaje a Europa para acceder a la FIV, que "el mismo día que
llega[ron] tuvi[eron] que buscar el hotel, tuvi[eron] que buscar la clínica, el doctor, nunca
había[n] ido a Europa, [...] es un lugar totalmente extraño, estaba sin [su] familia, sin [sus]
seres queridos, estaba[n] solos, [s]e sentía como expatriada, así [s]e sentía. Llega[ron],
encontra[ron] el médico, un medico que no [los] conoce, que no sabe ni quien [eres]"[433].
282. En tercer lugar, se vio afectada la integridad psicológica de las personas al negarles la
posibilidad de acceder a un procedimiento que hace posible desplegar la libertad
reproductiva deseada. Al respecto, una de las víctimas expresó que, después de la
prohibición, él y su pareja, "ca[yeron] en una etapa de depresión tremenda, [ella] lloraba
todo el tiempo, se encerraba en el cuarto y se negaba a salir, [l]e recordaba a cada rato la
ilusión de tener a [su] hijo, de los nombres que les teníamos [...]. También [les] tocó vivir
otras amargas experiencias, por ejemplo, deja[ron] de ir a la Iglesia porque cada domingo
era un martirio ir a la misa y escuchar al padre referirse a las personas que querían [la FIV]
como personas que mataban niños y lo que Dios reprochaba y abominaba a esos niños [...].
No volvi[eron] a ninguna iglesia, y [se] sentí[eron] abandonados por el mismo Dios"[435].
283. Por su parte, la señora Carro Maklouf expresó que sintió "una indescriptible
intromisión a [su] vida privada" y recalcó que para sus otros hijos "también era una ilusión
tener un hermanito, ya que ellos eran adultos, y el tema se había convertido en un proyecto
familiar, ellos también sufrieron a [su] lado todo el dolor que [l]e dejaba esta resolución de
la Sala Constitucional"[436]. Por su parte, la señora Bianchi Bruna explicó que cuando la
FIV como "última opción [...] había sido prohibida [,...] sent[ió] un torbellino de dolor e
incredulidad dando vueltas en [su] mente". Por su parte, la señora Artavia Murillo declaró
que la decisión estatal "llev[ó] al fracaso de [su] relación matrimonial por las depresiones
que sufri[eron] a raíz de tal prohibición (fertilización in vitro) tanto de [su] ex marido como
las [suyas] siendo esto que lo mejor fuera que termináramos la misma, dejando aun una
herida mas grande, y con un daño moral incalculable"[437].
284. De manera que, por las razones señaladas, las parejas sufrieron una interferencia
severa en relación con la toma de decisiones respecto a los métodos o prácticas que
deseaban intentar con el fin de procrear un hijo o hija biológicos. Pero también existieron
impactos diferenciados en relación con la situación de discapacidad, el género y la situación
económica, aspectos relacionados con lo alegado por las partes respecto a la posible
discriminación indirecta en el presente caso.
Todas las personas son iguales ante la ley. En consecuencia, tienen derecho, sin
discriminación, a igual protección de la ley.
Los Estados Partes en esta Convención se comprometen a respetar los derechos y libertades
reconocidos en ella y a garantizar su libre y pleno ejercicio a toda persona que esté sujeta a
su jurisdicción, sin discriminación alguna por motivos de raza, color, sexo, idioma,
religión, opiniones políticas o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición
económica, nacimiento o cualquier otra condición social.
[442]Cfr.Caso de las Niñas Yean y Bosico Vs. República Dominicana, párr. 141, y
Condición Jurídica y Derechos de los Migrantes Indocumentados. Opinión Consultiva OC-
18/03, párr. 88.
[448]Cfr. Comité sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, Comunicación No.
3/2011, Caso H. M. Vs. Suecia, CRPD/C/7/D/3/2011, 19 de abril de 2012, párr. 8.3.
[449]TEDH, Caso Hoogendijk Vs. Holanda, No. 58641/00, Sección Primera, 2005; TEDH,
Gran Camara, D. H. y otros Vs. República Checa, No. 57325/00, 13 de noviembre de 2007,
párr. 175, y TEDH, Caso Hugh Jordan Vs. Reino Unido, No. 24746/94, 4 de mayo de
2001, párr. 154.
288. La Corte toma nota que la Organización Mundial por la Salud (en adelante "OMS") ha
definido la infertilidad como "una enfermedad del sistema reproductivo definida como la
incapacidad de lograr un embarazo clínico después de 12 meses o más de relaciones
sexuales no protegidas" (supra párr. 62). Según el perito Zegers-Hochschild, "la infertilidad
es una enfermedad que tiene numerosos efectos en la salud física y psicológica de las
personas, así como consecuencias sociales, que incluyen inestabilidad matrimonial,
ansiedad, depresión, aislamiento social y pérdida de estatus social, pérdida de identidad de
género, ostracismo y abuso [...]. [G]enera angustia, depresión aislamiento y debilita los
lazos familiares". La perita Garza testificó que "[e]s más exacto considerar la infertilidad
como un síntoma de una enfermedad subyacente. Las enfermedades que causan infertilidad
tienen un doble efecto...dificultando el funcionamiento de la infertilidad, pero también
causando, tanto a corto como a largo plazo, problemas de salud para el hombre o la mujer".
En sentido similar, la Asociación Médica Mundial ha reconocido que las tecnologías
reproductivas "difieren del tratamiento de enfermedades en que la incapacidad para ser
padres sin ayuda médica no siempre se considera una enfermedad. Aún cuando pueda tener
profundas consecuencias psicosociales, y por tanto médicas, no es en sí misma limitante de
la vida. Sin embargo, sí constituye una causa significativa de enfermedades mentales graves
y su tratamiento es claramente médico"[450].
289. Del artículo 25 de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad
(en adelante "CDPD") se desprende el derecho de las personas con discapacidad de acceder
a las técnicas necesarias para resolver problemas de salud reproductiva[451]. Mientras que
el perito Caruso consideró que solo se puede hablar de la infertilidad como discapacidad en
determinadas condiciones y supuestos, y por tanto sólo en casos específicos[452]. El perito
Hunt observó que "la infertilidad involuntaria es una discapacidad"[453], considerando
que:
"[e]l Preámbulo de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad,
de la cual Costa Rica es Parte, reconoce que la 'discapacidad es un concepto que
evoluciona y que resulta de la interacción entre las personas con deficiencias y las
barreras debidas a la actitud y al entorno que evitan su participación plena y efectiva en
la sociedad, en igualdad de condiciones con las demás'. De acuerdo al modelo
biopsicosocial de la OMS sobre discapacidad, ésta tiene uno o más de los tres niveles de
dificultad en el funcionamiento humano: un impedimento físico psicológico; una
limitación de una actividad debido a un impedimento (limitación de una actividad) y una
participación restringida debido a una limitación de actividad. De acuerdo a la
Clasificación Internacional del Funcionamiento, de la Discapacidad y de la Salud de la
OMS, los impedimentos incluyen problemas en el funcionamiento del cuerpo;
las limitaciones de las actividades son dificultades que una persona puede tener
al realizar una actividad; y las participaciones restringidas son problemas que una persona
puede experimentar en diversas situaciones de la vida"[454].
[451]El Artículo 25.1 establece que: Los Estados Partes reconocen que las personas con
discapacidad tienen derecho a gozar del más alto nivel posible de salud sin discriminación
por motivos de discapacidad. Los Estados Partes adoptarán las medidas pertinentes para
asegurar el acceso de las personas con discapacidad a servicios de salud que tengan en
cuenta las cuestiones de género, incluida la rehabilitación relacionada con la salud. En
particular, los Estados Partes: a) Proporcionarán a las personas con discapacidad programas
y atención de la salud gratuitos o a precios asequibles de la misma variedad y calidad que a
las demás personas, incluso en el ámbito de la salud sexual y reproductiva, y programas de
salud pública dirigidos a la población".
[453]Declaración del perito Paul Hunt rendida ante fedatario público (expediente de fondo,
tomo VI, folio 2650).
[457]Caso Furlan y Familiares Vs. Argentina, párr. 133. Cfr. Asamblea General de la
ONU, Normas Uniformes sobre la igualdad de oportunidades para las personas con
discapacidad, GA/RES/48/96, 4 de marzo de 1994, Cuadragésimo octavo período de
sesiones, párr. 3 ("en lo que respecta a la discapacidad, también hay muchas circunstancias
concretas que han influido en las condiciones de vida de las personas que la padecen: la
ignorancia, el abandono, la superstición y el miedo son factores sociales que a lo largo de
toda la historia han aislado a las personas con discapacidad y han retrasado su desarrollo").
[458] Cfr. Caso Ximenes Lopes Vs. Brasil. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 4
de julio de 2006. Serie C No. 149, párr. 104, y Caso Furlan y Familiares Vs. Argentina,
párr. 133. Cfr. también Artículo III.2 de la Convención Interamericana para la Eliminación
de Todas las Formas de Discriminación contra las Personas con Discapacidad, y Comité de
Derechos Económicos, Sociales y Culturales, Observación General No. 5, Personas con
Discapacidad, U.N. Doc. E/C.12/1994/13 (1994), 12 de septiembre de 1994, párr. 9.
292. Toda persona que se encuentre en una situación de vulnerabilidad es titular de una
protección especial, en razón de los deberes especiales cuyo cumplimiento por parte del
Estado es necesario para satisfacer las obligaciones generales de respeto y garantía de los
derechos humanos. El Tribunal recuerda que no basta con que los Estados se abstengan de
violar los derechos, sino que es imperativa la adopción de medidas positivas, determinables
en función de las particulares necesidades de protección del sujeto de derecho, ya sea por su
condición personal o por la situación específica en que se encuentre[459], como la
discapacidad[460]. En este sentido, es obligación de los Estados propender por la inclusión
de las personas con discapacidad por medio de la igualdad de condiciones, oportunidades y
participación en todas las esferas de la sociedad[461], con el fin de garantizar que las
limitaciones anteriormente descritas sean desmanteladas. Por tanto, es necesario que los
Estados promuevan prácticas de inclusión social y adopten medidas de diferenciación
positiva para remover dichas barreras[462].
[461]Cfr. Caso Furlan y Familiares Vs. Argentina, párr. 134. Cfr. Artículo 5 de las Normas
Uniformes sobre la igualdad de oportunidades para las personas con discapacidad.
[462]Cfr. Caso Furlan y Familiares Vs. Argentina, párr. 134, y Comité de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales, Observación General No. 5, párr. 13.
293. Con base en estas consideraciones y teniendo en cuenta la definición desarrollada por
la OMS según la cual la infertilidad es una enfermedad del sistema reproductivo (supra
párr. 288), la Corte considera que la infertilidad es una limitación funcional reconocida
como una enfermedad y que las personas con infertilidad en Costa Rica, al enfrentar las
barreras generadas por la decisión de la Sala Constitucional, debían considerarse protegidas
por los derechos de las personas con discapacidad, que incluyen el derecho de acceder a las
técnicas necesarias para resolver problemas de salud reproductiva. Dicha condición
demanda una atención especial para que se desarrolle la autonomía reproductiva.
294. La Corte considera que la prohibición de la FIV puede afectar tanto a hombres como a
mujeres y les puede producir impactos desproporcionados diferenciados por la existencia
de estereotipos y prejuicios en la sociedad.
295. Respecto a la situación de las mujeres infértiles, el perito Hunt explicó que "en muchas
sociedades se le atribuye la infecundidad en gran medida y en forma desproporcionada a la
mujer, debido al persistente estereotipo de género que define a la mujer como la creadora
básica de la familia". Citando las conclusiones de investigaciones del Departamento de
Salud Reproductiva e Investigaciones Conexas de la Organización Mundial de la Salud
(OMS), señaló que:
[l]a responsabilidad por la infecundidad es comúnmente compartida por la pareja. [...] Sin
embargo, por razones biológicas y sociales, la culpa por la infecundidad no es compartida
en forma equilibrada. La carga psicológica y social de la fecundidad, en la mayoría de las
sociedades, es muy superior sobre la mujer. La condición de una mujer se identifica con
frecuencia en su fecundidad, y la falta de hijos puede ser vista como una desgracia social o
causa de divorcio. El sufrimiento de la mujer infecunda puede ser muy real"[463].
[463]Declaración del perito Paul Hunt rendida ante fedatario público (expediente de fondo,
tomo VI, folio 2206).
296. La Corte observa que la OMS ha señalado que si bien el papel y la condición de la
mujer en la sociedad no deberían ser definidos únicamente por su capacidad reproductiva,
la feminidad es definida muchas veces a través de la maternidad. En estas situaciones el
sufrimiento personal de la mujer infecunda es exacerbado y puede conducir a la
inestabilidad del matrimonio, a la violencia domestica, la estigmatización e incluso el
ostracismo[464]. Según datos de la Organización Panamericana de la Salud, existe una
brecha de género con respecto a la salud sexual y reproductiva, por cuanto las
enfermedades relacionadas con la salud sexual y reproductiva tienen el impacto en
aproximadamente el 20% entre las mujeres y el 14% de los hombres[465].
[466]Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer, Caso L.C. vs. Perú,
Com. Nº 22/2009, § 8.15, Doc. ONU CEDAW/c/50/D/22/2009 (2011).
298. Por otra parte, la perita Neuburger explicó que "[e]l modelo de identidad de género es
definido socialmente y moldeado por la cultura; su posterior naturalización obedece a
determinantes socioeconómicos, políticos, culturales e históricos. Según estos
determinantes, las mujeres son criadas y socializadas para ser esposas y madres, para cuidar
y atender el mundo íntimo de los afectos. El ideal de mujer aún en nuestros días se encarna
en la entrega y el sacrificio, y como culminación de estos valores, se concreta en la
maternidad y en su capacidad de dar a luz. [...] La capacidad fértil de la mujer es
considerada todavía hoy, por una buena parte de la sociedad, como algo natural, que no
admite dudas. Cuando una mujer tiene dificultades fértiles o no puede embarazarse, la
reacción social suele ser de desconfianza, de descalificación y en ocasiones hasta de
maltrato. [...] El impacto de la incapacidad fértil en las mujeres suele ser mayor que en los
hombres, porque [...] la maternidad le[s] ha sido asignada como una parte fundante de su
identidad de género y transformada en su destino. El peso de su autoculpabilización
aumenta en un grado extremo cuando surge la prohibición de la FIV [...]. Las presiones
familiares y sociales constituyen una carga adicional que incrementa la
autoculpabilización"[467].
301. Por su parte, respecto a la situación de los hombres infértiles, el señor Mejías Carballo
declaró que le da "miedo formar una pareja de nuevo". Agregó que "fue muy duro,
después [de la prohibición de la FIV] empezaron los problemas donde ya era como una
exigencia el querer tener un hijo, que los años pasaban, que llegaban cumpleaños, que
llegaba un día de la madre, un día del padre, una navidad, donde todos [sus] hermanos y
sobrinos entregaban los regalos a sus hijos, y [...] llegaba un día de la madre, y otro año
más del día de la madre y [él] sin hijo, o sea todo eso a uno lo va acosando
moralmente"[469]. Mientras que el señor Vargas manifestó que "por años yo [s]e sent[ió]
menos, no [s]e sentía hombre, creía que [su] imposibilidad para concebir un hijo era una
falta de hombría y así [s]e castig[ó] sólo en el silencio de [su]s pensamientos y en el dolor
de miles de lagrimas que [s]e trag[o] para que tampoco [lo] vieran llorar[470]". Por su
parte, el señor Sanabria León explicó que recibió "el mensaje de imposibilidad y de la
mano con eso [s]e sint[ió] discapacitado, [su] percepción de [s]i mismo se afecta
negativamente y [se] enoj[ó] y [se] resi[ntió] con [su] cuerpo, [s]e rechaz[ó], en fin, la
imagen de [s]i mismo se ve severamente desvalorizada"[471]. La perita Neuburger explicó
que "[a] los hombres la discapacidad fértil les ocasiona un fuerte sentimiento de impotencia
y como resultado un cuestionamiento de su identidad de género. El ocultamiento social de
su disfunción fértil suele ser estrategia defensiva por el temor a la burla y el
cuestionamiento de otros hombres"[472].
[469]Cfr. Declaración rendida por el señor Mejías Carballo durante la audiencia pública
celebrada en el presente caso.
[470]Cfr. Declaración jurada de Giovanni Vargas (expediente de anexos al escrito de
argumentos y pruebas, tomo IV, folio 5281).
302. La Corte resalta que estos estereotipos de género son incompatibles con el derecho
internacional de los derechos humanos y se deben tomar medidas para erradicarlos. El
Tribunal no está validando dichos estereotipos y tan sólo los reconoce y visibiliza para
precisar el impacto desproporcionado de la interferencia generada por la sentencia de la
Sala Constitucional.
304. El señor Mejías Carballo, en su testimonio durante la audiencia pública ante esta
Corte, declaro que él y su ex esposa se sintieron "muy tristes [...] porque no podía salir a
otro país porque no tenía el dinero, ya no podía acá en Costa Rica porque lo habían
prohibido"[475].En su declaración jurada, la señora Artavia Murillo indicó que ella y su ex
pareja se sintieron "totalmente desesperados y con tremendas frustraciones, comenza[ron] a
tener muchas diferencias entre [ellos] al ver truncadas las esperanzas de ser padres,
asociado a la imposibilidad de ir al extranjero a realizarme tal práctica por falta de dinero,
conllevando con ello una disminución efectiva de la utilidad individual y por tanto una
pérdida neta de [su] bienestar social"[476]. Ana Cristina Castillo León explicó que "no
tenía[n] los recursos económicos necesarios para ir al extranjero en busca de una"
FIV[477]. Asimismo, el señor Vargas expreso que "la única alternativa a considerar era
viajar a España o Colombia a practicar la FIV, sin embargo los costos asociados se
triplicaban para [ellos] y sencillamente [se] sentí[eron] vencidos, discriminados y
castigados por un Tribunal que [les] cercenaba la posibilidad de acceder a un tratamiento
médico que en el resto de los países del mundo era permitido[478]".
[475] De igual manera, el señor Mejías declaró que querían ir al exterior para realizar el
tratamiento pero "no tenía dinero y ya había gastado bastante y [él] viv[e] de una renta del
Estado, y bien [se] sabe que las rentas del Estado no son lo suficiente para cubrir un gasto
de estos, entonces no pudi[eron] ir". Cfr. Declaración rendida por el señor Mejías Carballo
durante la audiencia pública celebrada en el presente caso.
305. Como ha sido señalado anteriormente (supra párr. 76), la Sala Constitucional justificó
la prohibición de la FIV en la "elevada pérdida de embriones", su "riesgo desproporcionado
de muerte", y la inadmisibilidad de realizar una comparación entre la pérdida de embriones
en un embarazo natural con la pérdida en una FIV. El Estado consideró que "al día de hoy
la técnica de la [FIV] implica el descarte, por acción y omisión, de embriones, que, de otra
forma, podrían desarrollarse a término". La Sala Constitucional señaló que:
[479] Sentencia No. 2000-02306 de 15 de marzo de 2000 emitida por la Sala Constitucional
de la Corte Suprema de Justicia, Expediente No. 95-001734-007-CO (expediente de anexos
al informe, tomo I, folio 85).
306. Al respecto, la Corte observa que el Decreto declarado inconstitucional por la Sala
Constitucional contaba con medidas de protección para el embrión, por cuanto establecía el
número de óvulos que podían ser fecundados. Además, prohibía "desechar o eliminar
embriones, o preservarlos para transferencia en ciclos subsecuentes de la misma paciente o
de otras pacientes". En este sentido, existían medidas para que no se generara un "riesgo
desproporcionado" en la expectativa de vida de los embriones. Por otra parte, de acuerdo
con lo establecido en dicho Decreto, la única posibilidad de pérdida de embriones que era
viable, era si éstos no se implantaban en el útero de la mujer una vez se realizara la
transferencia embrionaria.
307. La Corte considera necesario profundizar en este último aspecto a partir de la prueba
producida en el proceso ante el Tribunal en relación con las similitudes y diferencias
respecto a la pérdida de embriones tanto en los embarazos naturales como en la FIV.
309. No le corresponde a la Corte determinar cuál teoría científica debe prevalecer en este
tema ni corresponde analizar a profundidad cuál perito tiene la razón en estos temas que
son ajenos a la experticia de la Corte. Para el Tribunal es suficiente constatar que la prueba
obrante en el expediente es concordante en señalar que tanto en el embarazo natural como
en el marco de la FIV existe pérdida de embriones. Asimismo, tanto el perito Zegers como
el perito Caruso concordaron en señalar que las estadísticas sobre pérdida embrionaria en
los embarazos naturales son poco medibles a comparación con la medición de las pérdidas
en la FIV, lo cual limita el alcance que se procura dar a algunas de las estadísticas que se
han presentado ante la Corte[483].
[483] Durante la audiencia pública la Comisión interrogó al perito Caruso en este punto,
indicando que tanto en la FIV como en el proceso natural de concepción existe perdida
embrionaria y resaltando que la diferencia sería que en la FIV es posible medir esas
pérdidas. La Comisión indagó si la diferencia sería entonces que en la FIV simplemente es
posible medir esas pérdidas. El perito Caruso contestó que "In IVF you can say to a certain
extent, you can answer that question somewhat. The differences, as I've said before is that
there is a very big difference between the environment of the natural in fallopian tube and
the dish with medium in an incubator at 95 degrees and 5% CO2 in an IVF lab. So yes, you
are going to see an IVF you can quantity the loss of the embryos that you have. No.1, you
cannot extrapolate that back to compare it to natural pregnancy laws. And 2. There may be
reasons beyond the nature that those embryos are lost". Cfr. Declaración rendida por el
perito Anthony Caruso en la audiencia pública celebrada en el presente caso.
[484]Declaración rendida por el perito Zegers en la audiencia pública del presente caso.
Precisó al respecto que "Los resultados de TRA varían significativamente según la edad de
la mujer y el número de embriones transferidos y en algunos casos, de la gravedad de la
condición que generó la enfermedad. [ ...] [L]a proporción de óvulos cromosómicamente
anormales es muy alta en la especie humana. Esto hace que un porcentaje mayoritario de
óvulos fecundados no progresan en su desarrollo embrionario, y una proporción elevada de
embriones transferidos no se implanten y no generan un embarazo. [...] Del análisis de estos
datos se desprende que [...] [l]a técnica de la FIV o [la inyección intracitoplasmática de
espermatozoides] ICSI, no genera embriones de menor valor biológico que los generados
de manera espontánea en el cuerpo de la mujer[, y] [...] que la muerte embrionaria como
parte de un tratamiento médico, no ocurre como resultado directo de la técnica, sino como
resultado de mala calidad ovocitaria y embrionaria que son connaturales a la mujer y al
hombre. En mujeres que poseen óvulos sanos, la posibilidad de concebir a partir de un
embrión generado in vitro no se diferencia de uno generado de manera espontánea. La
FIV/ICSI en sí mismo, no afectan la posibilidad de implantación y concepción Así, las
menores tasas de embarazo en mujeres con FIV no se deben a la interferencia de la técnica;
sino que mayoritariamente al resultado de la enfermedad subyacente que determina un
menor rendimiento reproductivo. [...] [E]l proceso generativo de la vida humana incluye la
muerte embrionaria como parte de un proceso natural y necesario. De cada 10 embriones
generados espontáneamente en la especie humana, no más de 2 a 3 logran sobrevivir a la
selección natural y nacer como una persona. Los restantes 7 a 8 embriones mueren en el
tracto genital femenino, la mayor de las veces, sin conocimiento de su progenitora. La
pregunta que debe responderse es si los TRA como la FIV o el ICSI contribuyen a que
mueran embriones por el hecho de haberlos fecundado fuera del cuerpo de la mujer y luego
transferidos a ella. La respuesta a esta pregunta es que ni la FIV ni el ICSI, afectan la
posibilidad de sobrevida de embriones y ciertamente no los matan".
312. La Corte observa también que Costa Rica permite las técnicas de inseminación
artificial, cuando el uso de estas técnicas tampoco garantiza que cada óvulo lleve a un
embarazo, implicando así la posible pérdida de embriones. La decisión de quedar en
embarazo, incluso por fecundación natural, también puede estar precedida de una acción
consciente que tome medidas para aumentar la probabilidad de que el óvulo sea
fecundado. Según los alegatos finales del Estado:
La inseminación artificial es uno de los tratamientos que ofrece la Caja Costarricense del
Seguro Social. En ocasiones como consecuencia del tratamiento hormonal y como
respuesta individual, las pacientes pueden presentar mayor estimulación ovárica de la
esperada, por ende cuando esa producción de folículos es de 6 o más en ambos ovarios, se
cancela el ciclo[485].
[485]Alegatos finales escritos del Estado (expediente de fondo, tomo XI , folio 5314).
315. En contraste, el impacto en la protección del embriónes muy leve, dado que la pérdida
embrionaria se presenta tanto en la FIV como en el embarazo natural. La Corte resalta que
el embrión, antes de la implantación no está comprendido en los términos del artículo 4 de
la Convención y recuerda el principio de protección gradual e incremental de la vida
prenatal (supra párr. 264).
316. Por tanto, la Corte concluye que la Sala Constitucional partió de una protección
absoluta del embrión que, al no ponderar ni tener en cuenta los otros derechos en conflicto,
implicó una arbitraria y excesiva intervención en la vida privada y familiar que hizo
desproporcionada la interferencia. Asimismo, la interferencia tuvo efectos discriminatorios.
Además, teniendo en cuenta estas conclusiones sobre la ponderación y lo ya señalado
respecto al artículo 4.1 de la Convención (supra párr. 264), la Corte no considera pertinente
pronunciarse sobre los alegatos del Estado respecto a que contaría con un margen de
apreciación para establecer prohibiciones como la efectuada por la Sala Constitucional.
IX
REPARACIONES
(Aplicación del artículo 63.1 de la Convención Americana)
318. Sobre la base de lo dispuesto en el artículo 63.1 de la Convención Americana[486], la
Corte ha indicado que toda violación de una obligación internacional que haya producido
daño comporta el deber de repararlo adecuadamente[487] y que esa disposición recoge una
norma consuetudinaria que constituye uno de los principios fundamentales del Derecho
Internacional contemporáneo sobre responsabilidad de un Estado[488].
[486]El artículo 63.1 de la Convención Americana establece que "[c]uando decida que
hubo violación de un derecho o libertad protegidos en [la] Convención, la Corte dispondrá
que se garantice al lesionado en el goce de su derecho o libertad conculcados. Dispondrá
asimismo, si ello fuera procedente, que se reparen las consecuencias de la medida o
situación que ha configurado la vulneración de esos derechos y el pago de una justa
indemnización a la parte lesionada".
[487] Cfr. Caso Velásquez Rodríguez Vs. Honduras. Reparaciones y Costas. Sentencia de
21 de julio de 1989. Serie C No. 7, párr. 25, yCaso Nadege Dorzema y otros Vs. República
Dominicana, párr. 238.
[488]Cfr. Caso Velásquez Rodríguez Vs. Honduras. Reparaciones y Costas, párr. 25, yCaso
Nadege Dorzema y otros Vs. República Dominicana, párr. 238
319. La reparación del daño ocasionado por la infracción de una obligación internacional
requiere, siempre que sea posible, la plena restitución (restitutio in integrum), que consiste
en el restablecimiento de la situación anterior. De no ser esto factible, como ocurre en la
mayoría de los casos de violaciones a derechos humanos, el Tribunal determinará medidas
para garantizar los derechos conculcados y reparar las consecuencias que las infracciones
produjeron[489]. Por tanto, la Corte ha considerado la necesidad de otorgar diversas
medidas de reparación, a fin de resarcir los daños de manera integral, por lo que además de
las compensaciones pecuniarias, las medidas de restitución, satisfacción y garantías de no
repetición tienen especial relevancia por los daños ocasionados[490].
[489]Cfr. Caso Velásquez Rodríguez Vs. Honduras. Reparaciones y Costas, párr. 25, yCaso
Masacres de Río Negro Vs. Guatemala. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y
Costas. Sentencia de 4 de septiembre de 2012 Serie C No. 250, párr. 245.
[490]Cfr. Caso Velásquez Rodríguez Vs. Honduras. Reparaciones y Costas, párr. 25, yCaso
Masacres de Río Negro Vs. Guatemala, párr. 248.
320. Este Tribunal ha establecido que las reparaciones deben tener un nexo causal con los
hechos del caso, las violaciones declaradas, los daños acreditados, así como las medidas
solicitadas para reparar los daños respectivos. Por lo tanto, la Corte deberá observar dicha
concurrencia para pronunciarse debidamente y conforme a derecho[491].
[491]Cfr. Caso Ticona Estrada Vs. Bolivia. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 27
de noviembre de 2008. Serie C No. 191, párr. 110, y Caso Masacres de El Mozote y
lugares aledaños Vs. El Salvador. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 25 de
octubre de 2012 Serie C No. 252.
321. De acuerdo con las consideraciones expuestas sobre el fondo y las violaciones a la
Convención Americana declaradas en el capítulo anterior, el Tribunal procederá a analizar
los argumentos y recomendaciones presentados por la Comisión y las pretensiones de los
representantes, así como los argumentos del Estado, a la luz de los criterios fijados en la
jurisprudencia de la Corte en relación con la naturaleza y el alcance de la obligación de
reparar[492], con el objeto de disponer las medidas dirigidas a reparar los daños
ocasionados a las víctimas.
[492]Cfr. Caso Velásquez Rodríguez Vs. Honduras. Reparaciones y Costas, párr. 25, yCaso
Masacres de Río Negro Vs. Guatemala, párr. 246.
A) Parte Lesionada
322. El Tribunal reitera que se considera parte lesionada, en los términos del artículo 63.1
de la Convención Americana, a quien ha sido declarado víctima de la violación de algún
derecho reconocido en la misma. Por lo tanto, esta Corte considera como "parte lesionada"
a Grettel Artavia Murillo, Miguel Mejías Carballo, Andrea Bianchi Bruna, Germán Alberto
Moreno Valencia, Ana Cristina Castillo León, Enrique Acuña Cartín, Ileana Henchoz
Bolaños, Miguel Antonio Yamuni Zeledón, Claudia María Carro Maklouf, Víktor Hugo
Sanabria León, Karen Espinoza Vindas, Héctor Jiménez Acuña, María del Socorro
Calderón Porras, Joaquinita Arroyo Fonseca, Geovanni Antonio Vega, Carlos Eduardo de
Jesús Vargas Solórzano, Julieta González Ledezma y Oriéster Rojas Carranza, quienes en
su carácter de víctimas de las violaciones declaradas en el Capítulo VII, serán considerados
beneficiarios de las reparaciones que ordene el Tribunal.
323. El Tribunal determinará medidas que busquen reparar el daño inmaterial y que no
tienen naturaleza pecuniaria, y dispondrá medidas de alcance o repercusión pública[493].
La jurisprudencia internacional, y en particular de la Corte, ha establecido reiteradamente
que la sentencia constituye per se una forma de reparación[494]. No obstante, considerando
las circunstancias del caso sub judice, en atención a las afectaciones a las víctimas, así
como las consecuencias de orden inmaterial y no pecuniario derivadas de las violaciones a
la Convención declaradas en su perjuicio, la Corte estima pertinente fijar medidas de
rehabilitación, satisfacción y garantías de no repetición.
[493]Cfr. Caso de los "Niños de la Calle" (Villagrán Morales y otros) Vs. Guatemala.
Reparaciones y Costas. Sentencia de 26 de mayo de 2001. Serie C No. 77, párr. 84, y Caso
Vélez Restrepo y Familiares Vs. Colombia, párr. 259.
[494]Cfr. Caso Neira Alegría y otros Vs. Perú. Reparaciones y Costas. Sentencia de 19 de
septiembre de 1996. Serie C No. 29, párr. 56, y Caso Vélez Restrepo y Familiares Vs.
Colombia, párr. 259.
B) Medidas de rehabilitación, satisfacción y garantías de no repetición
324. El representante Molina solicitó a la Corte que "le ordene al Estado que brinde los
tratamientos psicológicos y/o psiquiátricos a las víctimas que así lo deseen con los
profesionales capacitados para el daño específicamente en su proyecto de vida".
325. El Estado alegó que esta medida "debe ser rechazada, toda vez que [...] el sistema de
seguridad social costarricense ya brinda el servicio de acompañamiento y tratamiento
psicológico y psiquiátrico a los pacientes que presenten problemas de fertilidad".
Consideraciones de la Corte
326. El Tribunal ha señalado que el presente caso no se relaciona con un presunto derecho a
tener hijos o un derecho a acceder a la FIV. Por el contrario, el caso se ha concentrado en el
impacto generado por una interferencia desproporcionada en decisiones sobre la vida
privada, familiar y los demás derechos involucrados, y el impacto que tuvo dicha
interferencia en la integridad psicológica. En consecuencia, la Corte estima, como lo ha
hecho en otros casos[495], que es preciso disponer una medida de reparación que brinde
una atención adecuada a los padecimientos psicológicos sufridos por las víctimas,
atendiendo a sus especificidades, siempre y cuando ellas lo hayan solicitado. La Corte
observa diversas afectaciones que padecieron las víctimas por la interferencia arbitraria en
el acceso a una técnica de reproducción asistida. Por lo tanto, habiendo constatado las
violaciones y los daños sufridos por las víctimas en el presente caso, el Tribunal dispone la
obligación a cargo del Estado de brindarles gratuitamente y de forma inmediata, hasta por
cuatro años, el tratamiento psicológico que requieran. En particular, el tratamiento
psicológico debe brindarse por personal e instituciones estatales especializadas en la
atención a víctimas de hechos como los ocurridos en el presente caso. Al proveer dicho
tratamiento se deben considerar, además, las circunstancias y necesidades particulares de
cada víctima, de manera que se les brinden tratamientos familiares e individuales, según lo
que se acuerde con cada una de ellas, después de una evaluación individual[496]. Los
tratamientos deben incluir la provisión de medicamentos y, en su caso, transporte y otros
gastos que estén directamente relacionados y sean estrictamente necesarios.
[495] Cfr. Caso Barrios Altos Vs. Perú. Reparaciones y Costas. Sentencia de 30 de
noviembre de 2001. Serie C No. 87, párrs. 42 y 45, y Caso Masacres de Río Negro Vs.
Guatemala, párr. 287.
328. El representante May solicitó que la Corte "declare que el Estado debe publicar, en el
plazo de seis meses contados a partir de la notificación de la presente Sentencia, por una
sola vez, el contenido dispositivo de esta sentencia en el Diario Oficial la Gaceta y en otros
dos diarios de amplia circulación".
Consideraciones de la Corte
329. La Corte ordena que el Estado publique, en el plazo de seis meses, contado a partir de
la notificación de la presente Sentencia: a) el resumen oficial de la presente Sentencia
elaborado por la Corte, por una sola vez en el Diario Oficial; b) el resumen oficial de la
presente Sentencia elaborado por la Corte, por una sola vez, en un diario de amplia
circulación nacional, y c) la presente Sentencia en su integridad, disponible por un período
de un año, en un sitio web oficial de la rama judicial.
331. El representante Molina solicitó a la Corte que ordene al Estado la aprobación de "una
ley en sentido formal y material que haga una balanza entre los derechos a la vida y los
derechos [violados] en este caso".Propuso al respecto "la prohibición de descartar
embriones arbitrariamente y su comercio; permitir el implante de no más de 3 embriones,
para evitar embarazos múltiples; impulsar la vitrificación de óvulos y no de embriones,
como una muestra de querer proteger a esos embriones". Resaltó "la importancia de
permitir el ajuste de la legislación a los nuevos métodos de reproducción asistida que se
vayan descubriendo por la ciencia que guarden balance entre derechos".Solicitó a la Corte
que "ordene al Estado la regulación e instauración de todos los mecanismos necesarios para
ofrecer a la población los métodos de reproducción asistida existentes y que se den en el
futuro para dar respuesta a las parejas con problemas de fertilidad".
332. El representante May solicitó que el Estado adopte "todas las medidas legales,
administrativas y de otro índole para poder brindar progresivamente, e incorporando los
adelantos tecnológicos disponibles hoy en día en países de mayor experiencia y que
permiten no solo mejores resultados estadísticos de éxito con ese tratamiento, sino mayor
seguridad para las pacientes que se someten al mismo, dentro del Sistema Seguridad Social,
a las personas estériles o infértiles contribuyentes de la Caja Costarricense de Seguro Social
el pleno acceso al tratamiento de la FIV".
333. El Estado alegó que "la Caja Costarricense de Seguro Social cuenta con un programa
completo de atención para las personas que presentan una situación de infertilidad, siendo
que el único procedimiento que no se ofrece en este momento es el de" la FIV.
Consideraciones de la Corte
334. La Corte recuerda que el Estado debe prevenir la recurrencia de violaciones a los
derechos humanos como las ocurridas y, por eso, adoptar todas las medidas legales,
administrativas y de otra índole que sean necesarias para evitar que hechos similares
vuelvan a ocurrir en el futuro, en cumplimiento de sus deberes de prevención y garantía de
los derechos fundamentales reconocidos por la Convención Americana[497].
[497]Cfr. Caso Velásquez Rodríguez. Fondo, párr. 166, y Caso Pueblo Indígena Kichwa de
Sarayaku Vs. Ecuador, párr. 221.
[499]Cfr. Caso Gangaram Panday Vs. Surinam. Excepciones Preliminares, párr. 50, y
Caso Furlan y Familiares Vs. Argentina,párr. 300.
337. En segundo lugar,el Estado deberá regular, a la brevedad, los aspectos que considere
necesarios para la implementación de la FIV, teniendo en cuenta los principios establecidos
en la presente Sentencia. Además, el Estado debe establecer sistemas de inspección y
control de calidad de las instituciones o profesionales calificados que desarrollen este tipo
de técnica de reproducción asistida. El Estado deberá informar anualmente sobre la puesta
en vigencia gradual de estos sistemas.
340. El Estado alegó que "ya cuenta con mecanismos de divulgación en salud reproductiva"
y "que la determinación de los contenidos de las campañas de divulgación en temas de
salud reproductiva forma parte del margen de apreciación de los Estados a quienes les
corresponde determinar el destino de los recursos financieros escasos con que cuenta el
sistema de salud".
Consideraciones de la Corte
341. La Corte observa que el Estado no precisó los mecanismos de divulgación en salud
reproductiva existentes[500]. Por tanto, ordena que el Estado implemente programas y
cursos permanentes de educación y capacitación en derechos humanos, derechos
reproductivos y no discriminación, dirigidos a funcionarios judiciales de todas las áreas y
escalafones de la rama judicial[501]. Dentro de dichos programas y cursos de capacitación
deberá hacerse una especial mención a la presente Sentencia y a los diversos precedentes
del corpus iuris de los derechos humanos relativos a los derechos reproductivos y el
principio de no discriminación.
[501]En similar sentido cfr. Caso Atala Riffo y Niñas Vs. Chile, párr. 271.
343. El Estado alego que "no existe una norma que asigne competencia a la Corte
Interamericana para solicitar que el Comité Jurídico la asesore o elabore borradores de
documentos normativos, por lo que la petición no resulta de recibo".
Consideraciones de la Corte
344. En relación a las demás medidas de reparación solicitadas, la Corte considera que la
emisión de la presente Sentencia y las reparaciones ordenadas en este capítulo resultan
suficientes y adecuadas para remediar las violaciones sufridas por las víctimas y no estima
necesario ordenar dichas medidas[502].
345. La Comisión solicitó a la Corte que ordenara al Estado "[r]eparar integralmente a las
víctimas del presente caso tanto en el aspecto material como moral".
346. El representante Molina indicó que el daño emergente ha sido acreditado "mediante
pruebas tales como, pero no limitadas a, recetas médicas, facturas, epicrisis, informes
médicos y otros". Señaló que "el compendio de pruebas de la totalidad de las víctimas
permite reconstruir, en genérico, los gastos derivados del procedimiento médico que es
objeto de la presente reclamación".Solicitó el "pago de todos los gastos en que incurrieron
las víctimas en su camino para poder fundar una familia, con hijos biológicos, y que, por no
ofrecerse como un servicio de salud del Estado, tuvieron que acudir a la medicina privada
y, en términos generales, gastar en consultas médicas, pago de exámenes de laboratorio,
ultrasonidos y radiografías, compra de medicamentos, costos de traslado, viajes al
extranjero y alimentación, pago de costos de procedimientos de inseminación artificial,
fecundación in Vitro, ICSI, entre otros". Solicitó por concepto de daño material: i) a favor
de María del Socorro Calderón y Carlos Vargas la cantidad de US$ 4.821,69 dólares por
persona; ii) a favor de Enrique Acuña Cartín la cantidad de US$ 9.677,04 dólares; iii) a
favor de Ileana Henchoz y Miguel Yamuni la cantidad de US$ 17.516,29 dólares por
persona; iv) a favor de Julieta González y Oriéster Rojas la cantidad de US$ 9.661,07
dólares por persona; v) a favor de Karen Espinoza y Héctor Jiménez la cantidad de US$
5.015,52 dólares por persona; vi) a favor de Víktor Sanabria León la cantidad de US$
19.287,59 dólares, y vii) a favor de Joaquinita Arroyo y Geovanni Vega la cantidad de US$
7.188,08 dólares por persona.
347. El representante May solicitó "el pago de las indemnizaciones por concepto de daño
material e inmaterial". En particular, solicitó que se pagara: i) a favor de la señora Grettel
Artavia Murillo la cantidad de US$ 830.000 dólares; ii) a favor del señor Miguel Mejías
Carballo la cantidad de US$ 740.000 dólares; iii) a favor de la señora Claudia María Carro
Maklouf la cantidad de US$ 700.000 dólares; iv) a favor de la señora Andrea Bianchi
Bruna la cantidad de US$ 210.000 dólares; v) a favor del señor Germán Alberto Moreno
Valencia la cantidad de US$ 120.000 dólares, y vi) a favor de la señora Ana Cristina
Castillo León la cantidad de US$ 1.500.000 dólares. Argumentó que la Corte "ha
delimitado el concepto de daño material incluyendo dentro del mismo las costas y gastos
realizados por las partes durante todo el proceso y con motivo de las causales de
responsabilidad atribuibles al [E]stado". Declaró que deben ser reconocidos "todos los
gastos y desembolsos realizados por las víctimas, y que se encuentran acreditados ya sea
documentalmente o bien se sigan razonablemente de los hechos y circunstancias
acreditadas en este caso". Indicó que "[s]e deberán reconocer [...] todos los gastos
realizados por las parejas con motivo de las atenciones médicas que se les brindó en los
procesos dirigidos a la verificación y determinación de estados de infertilidad, dado que sin
esas inversiones no hubiese sido posible el diagnóstico médico". Asimismo, manifestó que
"[d]ebe indemnizarse los viajes y gastos en que incurrieron las víctimas que tuvieron que
viajar al extranjero para poder recurrir a la técnica dado que sin prohibición es claro que la
técnica hubiere estado disponible gratuitamente bajo el sistema de seguridad social".
348. El Estado "analizó las reclamaciones presentadas desde la situación particular de cada
pareja solicitante", y concluyó que las solicitudes pedidas por daño material deben ser
rechazadas por los siguientes motivos: i) los gastos de las parejas "referidos [al] tratamiento
para la infertilidad, [son] los mismos que hubieran tenido que efectuarse aún en el supuesto
en el que no se hubiera anulado el decreto que regulaba la" FIV, razón por la cual "no
guarda[n] relación de causalidad con las violaciones supuestamente imputables al Estado";
ii) los gastos médicos anteriores a la declaratoria de inconstitucionalidad no pueden ser
imputados al Estado ni pueden ser considerados para los efectos de las indemnizaciones
solicitadas; iii) "las violaciones que se imputen al Estado costarricense no tienen ninguna
incidencia en el ámbito laboral de las presuntas víctimas"; iv) no califican como parejas
infértiles los que tuvieron hijos biológicos y por lo tanto "no podría considerarse que el
Estado limitó la única posibilidad que [tenían las parejas] para ser padres biológicos al
declarar inconstitucional el decreto que regulaba la [FIV], pues es claro que han tenido un
hijo biológico sin necesidad de someterse a [dicho] procedimiento", y v)en los alegatos del
representante May "no exist[ió] una determinación clara y precisa de cuáles [fueron] los
motivos por los cuales se adu[jo] que el Estado produ[jo] un daño, material o inmaterial".
Consideraciones de la Corte
350. De acuerdo a los alegatos presentados por la partes, la Corte considera necesario
determinar los criterios que tomará en cuenta para fijar los montos correspondientes a daño
material. En primer lugar, el Tribunal resalta que las vulneraciones declaradas
anteriormente se hallan relacionadas con el impedimento para ejercer autónomamente una
serie de derechos (supra párrs. 317), no por haber podido o no tener hijos biológicos, razón
por la cual no es de recibo el argumento estatal según el cual las parejas que pudieron tener
hijos no deberían ser indemnizados. En segundo lugar, la Corte tiene en cuenta que la
técnica de la FIV no era un procedimiento que se encontrara cubierto por la Caja
Costarricense de Seguro Social (supra párr. 70), por lo cual las parejas hubieran tenido que
incurrir en los gastos médicos que fueron señalados con independencia de la sentencia de la
Sala Constitucional. En consecuencia, el Tribunal considera que no existe nexo causal entre
la totalidad de gastos mencionados anteriormente (supra párrs. 346 y 347) y las violaciones
declaradas en la presente Sentencia. Teniendo en cuenta lo anterior, la Corte concluye que
los gastos que tienen un nexo causal con las vulneraciones del presente caso, son sólo
aquellos que se hayan derivado como efecto de la decisión de la Sala Constitucional,
principalmente aquellos gastos en los que incurrieron las parejas que tuvieron que salir al
exterior para realizarse el tratamiento.
351. En el presente caso, la Corte observa que el representante Molina allegó prueba
documental[504] sobre las parejas conformadas por Ileana Henchoz y Miguel Yamuni,
Julieta González y Oriester Rojas, así como Víktor Sanabria León y Claudia Carro
Maklouf[505], quienes viajaron al exterior para practicarse la técnica. Por su parte, el
representante May no presentó prueba específica sobre Andrea Bianchi Bruna y Germán
Alberto Moreno, quienes viajaron dos veces al exterior para realizarse el tratamiento.
[505]Cabe destacar que la señora Carro fue representada por el representante May, pero el
representante Molina presentó prueba a su favor.
[508]Cfr. Caso Neira Alegría y otros Vs. Perú. Reparaciones y Costas. Sentencia de 19 de
septiembre de 1996. Serie C No. 29, párr. 50, y Caso Familia Barrios Vs. Venezuela, párr.
373.
353. En el caso particular, el representante May no especificó los montos según los
conceptos de daño material o inmaterial, así que no se entiende por cuál tipo de daño
requirió las indemnizaciones. Tampoco manifestó el nexo causal existente entre las
violaciones declaradas en el presente caso y los montos pedidos para las víctimas, razón por
la cual no es posible determinar cuál sería el valor exacto de cuánto correspondería a los
gastos realizados por la señora Bianchi y el señor Moreno.
354. Por su parte, el representante Molina presentó diversos tipos de prueba documental
sobre estos gastos. Sin embargo, el Tribunal no pudo efectuar un cálculo exacto sobre lo
adeudado teniendo en cuenta que la documentación presentada, que corresponde a diversas
fechas, se encuentra en monedas de distintos países, tales como pesetas, pesos colombianos,
balboas, entre otros. Si bien se allegó información sobre el equivalente de dichos montos en
colones y dólares, no se explicó con claridad qué tipo de cambio fue utilizado. Al respecto,
no es tarea del Tribunal determinar el cálculo del valor del dólar en la época que
correspondía a cada factura o prueba documental. Sin embargo, la Corte puede presumir
que durante dichos viajes se generaron gastos por concepto de los pasajes y los gastos de
estadía.
355. Por lo tanto, la Corte fija, con base en un criterio de equidad, la suma de US$ 5.000
(cinco mil dólares de los Estados Unidos de América) a favor de cada una de las siguientes
personas: Ileana Henchoz, Miguel Yamuni, Julieta González, Oriéster Rojas, Víktor
Sanabria León, Claudia Carro Maklouf, Andrea Bianchi Bruna y Germán Alberto Moreno,
víctimas del presente caso que tuvieron que hacer viajes al exterior con el objeto de acceder
a la FIV.
356. La Comisión solicitó a la Corte que ordene al Estado "reparar integralmente a las
víctimas del presente caso tanto en el aspecto material como moral".
357. El representante Molina alegó que el Estado "produjo una situación de desprotección
respecto de estas personas al punto de afectarlas en lo más íntimo de su esfera personal y
revictimizarlas por no dar una respuesta a su discapacidad reproductiva". Además, alegó
que "en este caso es fundamental considerar dentro del daño inmaterial el daño al proyecto
de vida, pues finalmente estas parejas lo que buscaban era constituir su familia con hijos
biológicos, y esta hoja de ruta que tenían marcada para su vida se vio truncada por la
arbitrariedad e inactividad del Estado". Por lo tanto, argumentó que "[e]n el caso de las
víctimas del presente caso es evidente que las acciones y omisiones del Estado en su contra
impidieron la realización de su mayor expectativa".
358. Al respecto, el representante Molina argumentó que era posible calcular el daño
inmaterial por medio de tres metodologías, a saber: i) "Renta Temporal Mensual"; ii)
"Lucro cesante laboral psicológico", y iii) "Equidad y Justicia". Respecto a "renta temporal
mensual" alegó que era posible estimar los daños inmateriales en la suma de $3500 dólares
mensuales para los hombres y $4500 dólares para las mujeres, contados desde la fecha en
que se prohibió la FIV hasta la fecha de su eventual autorización, lo cual "siguiendo los
parámetros de la Corte en cuanto al cálculo con base en un interés simple y la tasa LIBOR
del aniversario del inicio del año" resultaría en "una suma de US$654.435,84 para cada una
de las mujeres, y un monto de [US]$466.651,98 para cada uno de los hombres [... que]
significaría poder hacer un giro en su "Proyecto de Vida" y prepararse para disfrutar, a
través de una renta temporal mensual, una vejez en mejores condiciones económicas".
Sobre el concepto de "lucro cesante psicológico" argumentó que no se trata "de la persona
que dejó de trabajar o que falleció y, en consecuencia, se le debe reponer ese capital; sino
de una persona que continúa laborando o que, inclusive, no trabaja remuneradamente; [...]
sería el caso del ama de casa o del estudiante que, sin laborar a cambio de un salario,
también pueden ser víctima de un daño y no por su condición están desprotegidos para ser
merecedores de una indemnización. Por lo que, en este sentido, ubicamos a este tipo de
lesión dentro del daño inmaterial porque su relación causal proviene de una lesión
psicológica o sentimental, más que de una lesión directa a su salario"[511]. Respecto al
criterio de "Equidad y Justicia", solicitó que "se establezca una compensación económica
significativa a favor de las víctimas". Concluyó que "se debe establecer una suma no menor
a los [...] US$ 800.000 [...] a favor de cada una de las víctimas de este proceso, como una
forma de establecer un verdadero equilibrio entre la arbitrariedad del Estado y el dolor
intenso y prolongado, ya perpetuo, de las víctimas".
[511]El representante Molina solicitó como "lucro cesante laboral psicológico": i) para
Maria del Socorro Calderón Porras la suma de US$ 180.847,5 dólares; ii) para Carlos
Eduardo Vargas Solórzano la suma de US$ 201.213.61 dólares; iii) para Julieta González
Ledezma la suma de US$ 187.787,1 dólares; iv) para Oriester Rojas Carranza la suma de
US$ 485.114,98 dólares; v) para Joaquinita Arroyo Fonseca la suma de US$ 771.489,23
dólares; vi) para Giovanni Antonio Vega la suma de US$ 1.814.061,98 dólares; vii) para
Ileana Henchoz Bolaños la suma de US$ 1.013.454,54 dólares; viii) para Miguel Antonio
Yamuni Zeledón la suma de US$ 1.259.961,59 dólares; ix) para Karen Espinoza Vindas la
suma de US$ 752.620,35 dólares; x) para Héctor Jiménez Acuña la suma de US$
590.306,84 dólares; xi) para Víktor Hugo Sanabria León la suma de US$ 1.862.581,64
dólares, y xii) para Enrique Acuña Cartín la suma de US$ 1.268.470,28 dólares (expediente
de fondo, tomo II, folio 587.35).
359. El representante May alegó que "[l]a Resolución de la Sala Constitucional [...] produjo
una pérdida de oportunidad o chance que se anida en el principio de la reparación integral",
ya que "[c]on la prohibición desapareció para las víctimas la posibilidad seria y real de ser
padres, de fundar una familia, y de poder gozar del derecho a la igualdad frente al resto de
la colectividad, mientras que antes de la prohibición (el hecho dañoso) existía una
oportunidad real y seria de las víctimas, de llegar a tener hijos biológicos". Los montos
solicitados para el daño inmaterial son los mismos que se presentaron para el daño material
(supra párr. 346).
360. El Estado alegó respecto a los presuntos daños inmateriales la falta de una relación de
causalidad entre estos y la sentencia de la Sala Constitucional, considerando que: i) "[e]n
ninguno de los casos [...] ha propiciado, sea a través de una acción o de una omisión, la
infertilidad de las personas que figuran como víctimas"; ii) que "el sufrimiento que podrían
sentir las parejas por no poder procrear hijos [...] está relacionado con su condición natural
de no poder tener hijos, y no con la prohibición señalada por la Sala Constitucional", y iii)
que "tendría que existir una certeza absoluta de que la utilización de las técnicas de
fertilización in vitro [...] hubiera tenido como resultado el nacimiento de un hijo, o al
menos, que existía un alto grado de probabilidad de que ello fuera así", cuando "las pruebas
aportadas por el Estado permiten establecer que la probabilidad de que, luego de practicada
la técnica de fertilización in vitro, se diera un nacimiento, es muy baja, tanto ahora como en
el momento en que se emitió la resolución de la Sala Constitucional". Además, consideró
que "Joaquinita Arroyo y [...] Giovanni Vega y [...] Karen Espinoza y Héctor Jiménez [...]
tuvieron hijos concebidos naturalmente, por lo que es claro que no están en una situación de
infertilidad", y que "en el caso de los señores Grettel Artavia Murillo [...] también existe un
hijo que nació el 27 de julio del 2011". Finalmente, el Estado negó la existencia de "una
relación de causalidad entre las violaciones acusadas al Estado y las dificultades laborales
que supuestamente experimentaron algunas de las personas".
Consideraciones de la Corte
[512]Cfr. Caso de los "Niños de la Calle" (Villagrán Morales y otros) Vs. Guatemala.
Reparaciones y Costas. Sentencia de 26 de mayo de 2001. Serie C No. 77, párr. 84, y Caso
Nadege Dorzema y otros Vs. República Dominicana, párr. 284.
[513]Cfr. Caso Palamara Iribarne Vs. Chile. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de
22 de noviembre de 2005. Serie C No. 135, parr. 244, y Caso de las Niñas Yean y Bosico
Vs. República Dominicana, párr. 223.
363. En el presente caso, el Tribunal recuerda que el daño en el presente caso no depende
de si las parejas pudieron o no tener hijos (supra párr. 350), sino que corresponde al
impacto desproporcionado que tuvo en sus vidas el no poder ejercer de manera autónoma
sus derechos (supra párrs. 317). Como quedó comprobado en el capítulo VIII, se han
acreditado en este proceso los sentimientos de angustia, ansiedad, incertidumbre y
frustración, las secuelas en la posibilidad de decidir un proyecto de vida propio, autónomo e
independiente. En atención a los sufrimientos ocasionados a las víctimas, así como el
cambio en las condiciones de vida y las restantes consecuencias de orden inmaterial que
sufrieron, la Corte estima pertinente fijar, en equidad, la cantidad de US$ 20.000 (veinte
mil dólares de los Estados Unidos de América) para cada una de las víctimas por concepto
de indemnización por daño inmaterial.
D) Costas y gastos
364. El representante Molina solicitó a la Corte que ordene al Estado el reintegro de los
gastos en los que habría incurrido por el procedimiento ante la Corte correspondientes a
US$ 60.000 dólares, en vista de que "deb[ió] litigarlo hasta la emisión de la sentencia y
tomando en consideración que las actuaciones ante el Tribunal Interamericano son de gran
complejidad, incluso suponiendo que se debe consultar con especialistas en temas como la
salud, reproducción asistida, psicólogos, entre otros". Adicionalmente, pidió por "el costo
de las pruebas periciales, la notario y gastos producto de la preparación de escritos" la suma
de US$ 10.926.43 dólares.
365. Por otro lado, el representante Trejos en el escrito de solicitudes y argumentos solicitó
a la Corte que ordenara al Estado el reintegro de las costas y gastos en los que había
incurrido. En total, requirió que la Corte fijara en equidad US$ 450.000 dólares por
"representación de las víctimas" y por "las actividades desplegadas a nivel interno e
internacional desde el año dos mil uno con el fin de obtener justicia para todas las víctimas
como representante de hecho ante las autoridades judiciales y administrativas costarricenses
y ante la Comisión Interamericana de todos los peticionarios del presente [c]aso, así como
de las parejas representadas [...] ante la Corte Interamericana". En los alegatos finales el
representante May repitió las solicitudes efectuadas por el representante Trejos y pidió que
se incluyeran "facturas de gastos procesales sobrevinientes".
366. El Estado indicó que "el monto que está siendo solicitado, no puede ser compartido
por el Estado, por ser montos irrazonables, incluso algunas de las sumas pretendidas son
superiores a los daños inmateriales reclamados por algunas de las presuntas víctimas".
Consideraciones de la Corte
367. Como ya lo ha señalado la Corte en oportunidades anteriores, las costas y gastos están
comprendidos dentro del concepto de reparación consagrado en el artículo 63.1 de la
Convención Americana[515].
368. El Tribunal ha manifestado que las pretensiones de las víctimas o sus representantes
en materia de costas y gastos, y las pruebas que las sustentan, deben presentarse a la Corte
en el primer momento procesal que se les concede, esto es, en el escrito de solicitudes y
argumentos, sin perjuicio de que tales pretensiones se actualicen en un momento posterior,
conforme a las nuevas costas y gastos en que se haya incurrido con ocasión del
procedimiento ante esta Corte[516].
[516] Cfr. Caso Chaparro Álvarez y Lapo Íñiguez. Vs. Ecuador, párr. 275, y Caso Nadege
Dorzema y otros Vs. República Dominicana, párr. 292.
370. En el presente caso, la Corte observa que el representante Trejos, quien representó a
las víctimas durante el procedimiento ante la Comisión (supra párrs. 1 y 8), falleció antes
de la culminación de este proceso contencioso. Sin perjuicio de ello, en su escrito de
solicitudes y argumentos pudo exponer sus pretensiones sobre costas y gastos.
371. Por otra parte, la Corte observa que el representante Trejos presentó comprobantes de
gastos por un monto de US$ 1.376,96 dólares[519]. El representante May aportó en los
alegatos finales las facturas correspondientes a 5 affidavits por una suma total de US$ 2.500
dólares, sin argumentar por qué se había efectuado el cálculo sobre el costo de cada servicio
notarial en un monto de US$ 500. Asimismo, el representante May solicitó en los alegatos
finales el mismo monto que había solicitado el representante Trejos en su escrito de
solicitudes y argumentos, sin precisar si se trataba de dos solicitudes autónomas o, en su
defecto, qué parte en la última solicitud correspondía a los honorarios correspondientes al
señor Trejos y qué monto por honorarios correspondería al señor May. Por su parte, el
representante Molina aportó comprobantes de gastos del proceso por un monto de US$
aproximadamente 9.243 dólares, que corresponde, en gran medida, al cálculo parcial de
algunos servicios profesionales[520].
372. El Tribunal observa que no consta en el expediente respaldo probatorio que justifique
las sumas que están solicitando los representantes por concepto de honorarios y servicios
profesionales. En efecto, los montos requeridos por concepto de honorarios no fueron
acompañados por argumentación de prueba específica sobre su razonabilidad y
alcance[521].
[521]Cfr. Caso Chitay Nech y otros Vs. Guatemala. Excepciones Preliminares, Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 25 de mayo de 2010. Serie C No. 212, párr. 287.
373. Por consiguiente, la Corte fija en equidad la cantidad de US$ 10.000 (diez mil dólares
de los Estados Unidos de América) por concepto de costas y gastos a favor del
representante Gerardo Trejos, la cual deberá ser pagado directamente a sus
derechohabientes, conforme al derecho interno aplicable. Asimismo, la Corte establece en
equidad la cantidad de US$ 2.000 (dos mil dólares de los Estados Unidos de América) por
concepto de costas y gastos a favor del representante May y la cantidad de US$ 3.000 (tres
mil dólares de los Estados Unidos de América) por concepto de costas y gastos a favor del
representante Molina.
374. El Estado deberá efectuar el pago de las indemnizaciones por concepto de daño
material e inmaterial y el reintegro de costas y gastos establecidos en la presente Sentencia
directamente a las personas indicadas en la misma, dentro del plazo de un año, contado a
partir de la notificación del presente Fallo, en los términos de los siguientes párrafos. En
caso de que los beneficiarios hayan fallecido o fallezcan antes de que les sea entregada la
indemnización respectiva, ésta se efectuará directamente a sus derechohabientes, conforme
al derecho interno aplicable.
375. El Estado deberá cumplir con las obligaciones monetarias mediante el pago en dólares
de los Estados Unidos de América o su equivalente en moneda nacional, utilizando para el
cálculo respectivo el tipo de cambio que se encuentre vigente en la bolsa de Nueva York,
Estados Unidos de América, el día anterior al pago.
377. Las cantidades asignadas en la presente Sentencia como indemnización por daño
material e inmaterial, y como reintegro de costas y gastos deberán ser entregadas a las
personas y organizaciones indicadas en forma íntegra, conforme a lo establecido en esta
Sentencia, sin reducciones derivadas de eventuales cargas fiscales, en el plazo de un año,
contado a partir de la notificación de la presente Sentencia.
378. En caso de que el Estado incurriera en mora, deberá pagar un interés sobre la cantidad
adeudada correspondiente al interés bancario moratorio en Costa Rica.
X
PUNTOS RESOLUTIVOS
LA CORTE
DECIDE,
por unanimidad,
DECLARA,
Y DISPONE
2. El Estado debe adoptar, con la mayor celeridad posible, las medidas apropiadas para que
quede sin efecto la prohibición de practicar la FIV y para que las personas que deseen hacer
uso de dicha técnica de reproducción asistida puedan hacerlo sin encontrar impedimentos al
ejercicio de los derechos que fueron encontrados vulnerados en la presente Sentencia. El
Estado debera informar en seis meses sobre las medidas adoptadas al respecto, de
conformidad con el párrafo 336 de la presente Sentencia.
3. El Estado debe regular, a la brevedad, los aspectos que considere necesarios para la
implementación de la FIV, teniendo en cuenta los principios establecidos en la presente
Sentencia, y debe establecer sistemas de inspección y control de calidad de las instituciones
o profesionales calificados que desarrollen este tipo de técnica de reproducción asistida. El
Estado deberá informar anualmente sobre la puesta en vigencia gradual de estos sistemas,de
conformidad con el párrafo 337 de la presente Sentencia.
5. El Estado debe brindar a las víctimas atención psicológica gratuita y de forma inmediata,
hasta por cuatro años, a través de sus instituciones estatales de salud especializadas, de
conformidad con lo establecido en el párrafo 326 de la presente Sentencia.
8. El Estado debe pagar las cantidades fijadas en los párrafos 355 y 363 de la presente
Sentencia, por concepto de indemnizaciones por daños materiales e inmateriales, y por el
reintegro de costas y gastos, en los términos del párrafo 373 del Fallo.
9. El Estado debe, dentro del plazo de un año contado a partir de la notificación de esta
Sentencia, rendir al Tribunal un informe general sobre las medidas adoptadas para cumplir
con la misma.
Redactada en español e inglés, haciendo fe el texto en español, en San José, Costa Rica, el
28 de noviembre de 2012.
Diego García-Sayán
Presidente
Margarette May
Leonardo A. Franco Macaulay
Rhadys Abreu
Blondet Alberto Pérez Pérez
Comuníquese y ejecútese,
Diego García-Sayán
Presidente
Pablo Saavedra Alessandri
Secretario