Motores 1

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UNIVERSIDAD MAYOR, REAL Y PONTIFICIA DE SAN FRANCISCO

XAVIER DE CHUQUISACA
FACULTAD TECNICA
CARRERA DE MECÁNICA AUTOMOTRIZ

Nombre y apellido: Henry Ruiz Benavides


Materia: Motores 1
Curso: 3er semestre
Docente: TS. Rodrigo Sullcata Blacud

sucre – Bolivia - 2023


INVISTIGACION
Historia del automóvil:
La historia del automóvil involucra la serie de eventos, innovaciones y conocimientos científico-
tecnológicos que dieron nacimiento al automóvil. Son los eventos que le permitieron evolucionar y
convertirse finalmente en lo que hoy forma parte de nuestra vida cotidiana.

Llamados carros, autos o coches, los vehículos automotores terrestres son una de las más exitosas
invenciones del ser humano en lo que a desplazamiento se refiere. Su popularidad durante sus
más de dos siglos de historia ha sido tal, que se estima un número total de 1,2 billones de
automóviles circulando en la actualidad.

La palabra automóvil proviene del griego y del latín, y supone la unión de autós (“por sí mismo”)
y mobilis (“que se mueve”), respectivamente.

El desarrollo del automóvil no hubiese sido posible sin los adelantos tecnológicos e industriales
que conllevó la revolución industrial. Entre ellos, por ejemplo, la máquina de vapor, cuyo máximo
desarrollador fue el británico James Watt, y que permitió la invención de los trenes y, a la vez, los
primeros intentos de automóvil.

Otras tecnologías indispensables para la aparición del automóvil tenían que ver con
la electricidad. Este fenómeno era conocido desde antaño pero generado y aprovechado en
términos modernos desde el último cuarto del siglo XIX, gracias a las investigaciones de científicos
como Gramme, Tesla, Sprague, Graham Bell, entre otros.

Por último, fue necesario el conocimiento de los combustibles, especialmente el motor a


combustión interna. A mediados del siglo XIX, cuando comenzó la explotación petrolera en el
mundo y se conoció del potencial energético de esta sustancia fósil, fue desarrollado en su
plenitud.

¿Por qué se creó el automóvil?


El automóvil respondió al deseo de transportar materiales o pasajeros a lo largo de grandes
distancias y, también, a mayores velocidades. Sin embargo, no fue el primer invento humano que
intentó dar respuesta a ese deseo.

Previamente existían carretas tiradas por animales robustos, lo que se conoce como “tracción a
sangre”. Este transporte tenía el inconveniente de las limitaciones físicas del animal.

La mecanización que trajo consigo la Revolución Industrial ofreció una respuesta: una máquina
que hiciera ese trabajo. Una que pudiera repararse cuando se averíe, que pueda llevarse al límite
y alcanzar enormes velocidades, que no se canse y que pueda fabricarse en serie, lista para su
utilización. Esto fue el automóvil.

Origen del automóvil.


El Benz Patent-Motorwagen, de 1885, se considera el primer automóvil de la historia.

La invención del automóvil comprende distintas etapas que veremos por separado, pero en
términos estrictos de lo que hoy en día comprendemos como automóvil (un vehículo impulsado
por un motor a combustión interna y con componentes eléctricos) se acepta que el primer
ejemplar en la historia fue desarrollado en Alemania, por distintos ingenieros de manera
independiente:

 Karl Benz diseñó su primer modelo, llamado Benz Patent-Motorwagen en Mannheim en


1885. Su esposa viajó en 1888 unos 80 kilómetros hasta la ciudad de Profzheim, como una
forma de demostrar el invento de su marido, que había sido ya patentado en 1886.

 Gottlieb Daimler y Willhelm Maybach diseñaron un propio modelo de automóvil en 1889,


en Stuttgart, de manera independiente. Sin embargo, se considera la máquina de Benz
como el punto de partida formal del automóvil.

Etapa de vapor

El auto a vapor tenía el inconveniente de mantener la caldera caliente.

La etapa inicial en la historia del automóvil se inició con un motor de vapor. Alrededor de 1770, el
inventor francés Nicolas-Joseph Cugnot creó un vehículo que aprovechaba la tecnología de la
máquina de vapor, con un motor de dos cilindros verticales y 50 litros de desplazamiento.

Con su segundo y mejorado prototipo logró alcanzar velocidades de 4 kilómetros por hora. Por
irónico que parezca, con él tuvo el primer accidente automovilístico de la historia, al perder el
control del aparato y chocar contra una pared.
Cugnot construyó una tercera versión en 1771, que aún se conserva, y sirvió de inspiración
a William Murdoch, quien construyó un auto a vapor semejante en 1784, y a Richard Trevithick,
quien hizo lo propio en 1801. Estos primeros vehículos permitieron inventar el freno de mano, las
velocidades y el volante, pero tenían el inconveniente de tener que mantener caliente su caldera.

Motor a combustibles del petróleo

Los primeros ensayos con el motor a combustión se tuvieron a principios del siglo XIX, con relativo
éxito. Embarcaciones y modelos de motor se sucedieron a partir de 1807. En 1860 el belga
Etienne Lenoir condujo con éxito un vehículo con motor de combustión interna, propulsado
por gas de carbón.

El automóvil de Lenoir mezclaba aire y combustible y empleaba un encendido eléctrico, en un


motor a dos tiempos. Ese primer modelo sirvió a Nikolaus Otto en 1876 para construir y patentar
un motor a cuatro tiempos.

Basándose en ese segundo modelo, Siegfried Marcus creó el primer “Coche de Marcus”, con un
motor de combustión interna a base de gasolina, dotado de un sistema de ignición de bajo voltaje
que patentó en 1883.

El siguiente paso lo dio el alemán Karl Benz con sus primeros automóviles patentados en 1886,
evento que es considerado como el inicio formal de la historia del automóvil moderno. A partir de
1900 la construcción de estos automóviles ya eran un hecho común en Francia y los Estados
Unidos. Las bases estaban sentadas para el inicio de la industria automotriz.

Automóvil a electricidad

El automóvil eléctrico era más silencioso y menos pesado que las máquinas de vapor.

Entre 1832 y 1839, Robert Anderson inventó el primer vehículo eléctrico, que era propulsado por
celdas eléctricas no recargables. En esa misma época circulaban aparatos semejantes, fruto de
ingenieros estadounidenses y otros presentados en la Exposición Internacional de la Electricidad
en París.

Se valoraba que era más silencioso y menos pesado que las máquinas de vapor, pero no hubo
forma en esa época de resolver el dilema de la descarga paulatina de las celdas eléctricas. Sin
embargo, el “bólido” de Camille Jenatzy de 1889 alcanzó la velocidad de 105 kmph, todo un récord
para esa época.
Inicio de la industria automovilística

Henry Ford creó los modelos T en 1908.

Las primeras compañías de construcción de automóviles surgieron a finales del siglo XIX: las
francesas Panhard et Levassor de 1889 y Peugeot de 1891. Aunque Francia haya sido la pionera en
la invención del automóvil, Estados Unidos dio a la industria automovilística su máximo
potencial, gracias a las ideas de Henry Ford.

Ford creó los modelos “T”, que fueron producidos en 1908 en grandes cantidades, gracias a la
aplicación de las cadenas de montaje, un sistema innovador que desde entonces se instaló en el
corazón de las industrias humanas, el llamado “fordismo”.

Henry Ford, Henry Royce y Ettore Bugatti se consideran los innovadores de la industria automotriz,
responsables de su crecimiento, expansión y fama mundial, en la que se llamó la “edad dorada”
del automovilismo.

En ese entonces Ford competía también con Oldsmobile y Cadillac, que luego se fusionaron en
General Motors, fundada por William C. Durant en 1908. Los Dodge Brothers marcaron su
presencia desde 1914, y anticiparon el nacimiento en 1925 de Chrysler.

Poco después, en la Alemania de 1926, se fusionaron las empresas Daimler-Motoren-Gesellschaft


de Stuttgart, fabricante de los Mercedes, y Benz & Cie, a cargo de los automóviles Benz. Fue así
como surgió la legendaria Mercedes-Benz.

Importancia de la competición

Uno de los aspectos que más empujó hacia adelante la industria automotriz fue la competición
automovilística, el deporte ligado al automóvil. Los concursos de velocidad y de
seguridad iniciaron muy temprano, en 1894.

En 1895 se dio la primera gran carrera automovilística, de París a Burdeos y de regreso, entre el
11 y el 13 de junio. El ganador fue Émile Levassor con un Panhard et Levassor con una velocidad
media de 24,5 kilómetros por hora en un recorrido de 1175 km.

Este tipo de concursos dio enorme visibilidad al automóvil y a la industria detrás de él, a pesar de
que no faltaron los accidentes que pusieron en evidencia en peligro que también entrañaban.

Futuro del automóvil


El futuro del automóvil apunta a energías limpias y renovables.

El futuro del automóvil es incierto. No parece haber un nuevo modelo de automóvil que
reemplace drásticamente a los ya existentes, a pesar de los sueños que durante el siglo
XX cosechamos sobre automóviles voladores y otros vehículos similares.

La crisis de la industria es energética y ecológica: la quema de combustible fósil, destruye


los ecosistema y contrubuye al cambio climático en el proceso. Además, los combustibles fósiles
son una fuente energética no renovable y, eventualmente, han de acabarse. La respuesta de la
industria ha sido tímida, pero apunta a los automóviles eléctricos, como los creados por Tesla
Motors Inc.

Historia del motor otto.


El motor de ciclo Otto fue ideado por el inventor francés Alphonse Beau de Rochas en 1862. Sin
embargo, no fue hasta cuatro años después cuando se construyó el primer motor de este tipo en
sus dos versiones de dos y cuatro tiempos.

El motor Otto fue el primer motor de explosión de cuatro tiempos. Ideado en 1876 por el
ingeniero alemán Nicolaus Otto (1832-1891), supuso el inicio de los propulsores de combustión
interna realmente operativos. El diseño original consistía en un dispositivo monocilíndrico dotado
de un gran volante de inercia, montado sobre una base fija, y capaz de funcionar tanto con gas
como más adelante con gasolina.

La idea que convirtió estos motores en máquinas eficaces fue utilizar uno de cada dos ciclos del
movimiento del cilindro para comprimir en su interior la mezcla de aire y combustible antes de
iniciar la ignición (lo que se conoce como ciclo Otto.

Tipos de motor.
Motor de cuatro tiempos. Este motor empleo cuatro fases para completar el ciclo. Este último se
lleva a cabo en las fases de admisión, compresión, explosión y escape. En todo el proceso usa dos
giros del cigüeñal. Este motor es el que más se usa a día de hoy. Los motivos son varios: ofrece un
mejor rendimiento, contamina menos, consume menos y producen menos situaciones y desgaste.
Sin embargo, pesa más, es más caro y el gasto de reparación es mayor.

Motor de dos tiempos. Se emplea, sobre todo, en aquellos motores de poca cilindrada y más
económicos. Este tipo de motor es mucho más sencillo, ya que no posee un sistema de
distribución.Por otro lado, que era una deficiencia de este motor es menor, aunque ofrece una
mayor potencia en igualdad de cilindrada que el de cuatro tiempos. Otra ventaja de este motor es
que se puede instalar en cualquier posición porque no emplear el cárter para alojar el aceite. Estos
debido a que ella se incluye la mezcla para lubricar las piezas. Para completar todo proceso sólo
necesita un único giro del cigüeñal.

Rendimiento.
Para que un motor de ciclo Otto trabaje a pleno rendimiento, debe tener una proporción de aire
y combustible equilibrada, aunque para ello dispone de un margen muy estrecho. A dicha
proporción se le conoce con el nombre de factor lambda y su proporción estequiométrica es de
14,7 partes de aire por una combustible.

En el caso de administrar más aire, la mezcla se empobrecerá, aunque las emisiones, los consumos
y el par máximo se verán reducidos. En cambio, si la proporción de aire es menor, y el par y la
potencia aumentarán, pero el motor del vehículo consumirá más dimitirá más gases
contaminantes.

Historia del motor diésel.


El 29 de setiembre de 1913 Rudolf Diesel embarcó en Amberes en el vapor Dresden que se dirigía
a Harwich (Inglaterra), su destino era Ipswich, donde se inauguraría, en breve, una nueva fábrica
de motores. A la mañana siguiente, al llegar la nave a su destino, Rudolf Diesel había
desaparecido. Su cama no estaba deshecha. Unos días mas tarde, el 10 de octubre de 1913 un
buque holandés avistó el cadáver flotando en las aguas. Nadie tenía noticia de la desaparición de
Diesel y como no era costumbre en el mar llevar cadáveres a bordo, el triste hallazgo fue devuelto
a las aguas. Los marineros no supieron que aquel cadáver a la deriva era Rudolf Diesel, uno de los
ingenieros más conocidos del mundo en aquella época, que había estado quince años luchando
por sacar adelante el proyecto de su vida: el motor que lleva su nombre, tampoco podían imaginar
que el cadáver devuelto al mar pertenecía a un suicida, ya que Diesel era una persona con
tendencias depresivas que atravesaba en aquellos momentos por ciertos problemas económicos,
lo cual le sumió en una profunda desmoralización que le llevaría a tomar drástica decisión . El
origen: máquinas frigoríficas Diesel nació en París el 18 de marzo de 1858 de padres bávaro. El
negocio del padre, que explotaba en París una fábrica de artículos de cuero, se había arruinado y
la familia se trasladó a Londres sumida en una terrible miseria. Rudolf, que contaba entonces 12
años, tuvo que acogerse a la tutela de su tío, un profesor de matemáticas residente en Augsburgo,
quien le envió a la Escuela Industrial de esta ciudad. Más tarde cursaría estudios en la Escuela de
Altos Estudios Técnicos de Munich. Uno de sus maestros en esta escuela fue el Profesor Carl Linde,
inventor de la máquina para fabricar hielo. El profesor había fundado una empresa industrial y
estaba a punto de inaugurar una fábrica de máquinas de hielo en París y dada la excelente
formación de Diesel fue contratado por Linde y lo envió a París para trabajar en esta fábrica.
Contaba entonces 22 años de edad y tan solo un año más tarde era ya director de dicha fábrica. En
1884 empezó a experimentar Diesel con una nueva clase de motor térmico a partir de la máquina
frigorífica del Profesor Linde, la cual no era más que un motor térmico invertido en el que, por
medio del amoníaco como conductor del calor, se conseguían excelentes resultados. Diesel
intentó emplear la misma sustancia, deseando construir una máquina de vapor accionada por
amoníaco en lugar de agua. Durante estos años 1884 al 1889, comenzaba un época importante en
las investigaciones y los descubrimientos, fue cuando Daimler y Benz perfeccionaban sus
automóviles y aún no estaba decidido si el triunfo correspondería a las máquinas de vapor, a los
motores eléctricos o a los de explosión. Diesel inscribió en la Exposición Internacional de 1889, su
motor de amoníaco, aunque más tarde rehusó la exhibición porque la máquina no funcionaba
satisfactoriamente. Diesel había comprobado, por medio de sus experimentos con la máquina de
amoníaco, que el empleo de las altas presiones era decisivo para alcanzar un satisfactorio grado de
eficacia en toda clase de motores térmicos. Así se creó, poco a poco, la teoría en la que se basa,
fundamentalmente, el funcionamiento del actual motor Diesel. Experimentó entonces en un
motor de explosión construido según modelo de Otto, 2 comprimiendo el aire hasta donde fuera
posible. Pero el aire se calentaba tanto que provocaba la combustión de la mezcla
espontáneamente antes de alcanzar la deseada presión de 50 a 60 atmósferas. Diesel decidió por
tanto comprimir sólo el aire e inyectar el carburante cuando se obtuviera la presión necesaria..
Comienza su lenta andadura… En 1892 registró su patente publicando un folleto con el título de
“Teoría y construcción de un motor térmico racional para la sustitución de la máquina de vapor y
de los actuales motores de combustión” Pero este folleto fue acogido con severas críticas por los
círculos técnicos, incluso gran número de expertos arremetieron con burlas y menosprecios. Sólo
algunos hombres creyeron en su proyecto, uno de los cuales era Enrique Buz, destacado hombre
de empresa del ámbito europeo director de una fábrica de maquinaria, de la cual nacería mas
tarde la empresa MAN (“Maquinaria de Augsburgo-Nurernberg”). Buz había construido ya la
primera máquina de hielo del Profesor Linde y mantuvo su confianza en Diesel y sus motores a
pesar de los fracasos y desengaños sufridos. Por fin el 25 de febrero de 1897 pudo declarar Rudolf
Diesel en una carta a un amigo “que después de largos años de penosos esfuerzos hemos
conseguido la fabricación de una máquina de suave y sencillo funcionamiento y fácil manejo, la
cual se ha llevado a cabo de acuerdo con mis previsiones obteniendo con ello unos resultados muy
superiores a los conseguidos hasta ahora ... “. y el 16 de junio de 1897 el motor Diesel fue
presentado oficialmente al mundo científico en el curso de la Asamblea General de la Asociación
de Ingenieros Alemanes. Y a partir de ese momento el nombre de Diesel corrió por los cinco
continentes. En octubre de ese año firmó un contrato con el cervecero americano Adolfo Busch ;
del que recibió por su patente americana la suma de un millón de dólares. Con la fama llegó
también la fortuna. Pero en tanto que los motores Diesel emprendían su triunfal marcha alrededor
del mundo, se embarcaba su inventor en toda clase de aventuras comerciales. Especuló con
inmuebles, fundó una fábrica de motores propia, compró un grueso paquete de acciones que le
acarrearon fuertes perdidas económicas. Las dificultades financieras le sumieron en una depresión
ya que se encontraba psicológicamente muy debilitado por los años de lucha intentando sacar
adelante su proyecto. Esto fue la causa de que se quitara la vida en 1913. Un motor muy pesado
que hay que aligerar En las primeras décadas, los motores Diesel, a causa de su pesada
construcción, se utilizaron tan sólo como motores fijos o navales. Su aplicación en la industria del
automóvil tuvo lugar diez años después de la muerte de Diesel. El 9 de agosto de 1923, un camión
“Diesel” efectuó su primer viaje de pruebas en un recorrido de más de 100 kilómetros y
desarrollando la velocidad media de 30 kilómetros por hora. El motor Diesel comprimía, por medio
de un compresor accionado por el motor, una reducida cantidad de aire a una presión muy
superior a la que existía en el cilindro e inyectaba, el carburante con la ayuda de un chorro de aire.
Este compresor aumentaba, en forma muy apreciable, el peso del motor. Diesel había intentado,
en un principio, inyectar directamente el carburante, pero fracasó en sus propósitos al no
conseguir la suficiente pulverización de la mezcla que produjera una rápida combustión. No se
disponía entonces de bombas e inyectores apropiados. Una importante mejora que contribuyó a
aligerar peso del motor se debe al ingeniero Prosper L'Orange de la firma Benz, al cual se le había
encomendó la tarea de construir un motor de prueba que 3 resultara adecuado para el
accionamiento de un camión. L'Orange descubrió que podía evitarse el empleo del incómodo y
pesado compresor-inyector de Diesel si se instalaba en la cabeza del cilindro una pequeña
“antecámara” donde se inflamara una pequeña parte del combustible. Al aumentar la presión en
la citada “antecámara” el combustible restante, por la acción de la misma, era lanzado al cilindro
de igual forma a como ocurría con el inyector. L'Orange registró su patente el 14 de marzo de
1909. En el mismo año descubrió la firma inglesa “Vickers Ltd.” un procedimiento para la inyección
a chorro directa. Durante la primera gran guerra los experimentos realizados por las potencias
beligerantes para la construcción de un automóvil “Diesel” sufrieron una interrupción total. Pero
el desarrollo era imparable; en la Exposición del Automóvil celebrada en Berlín el mes de
diciembre de 1924 fueron expuestos los primeros motores Diesel para automóvil construidos en
serie. Podía contemplarse allí un motor con recámara” de la firma “Benz” frente a un “motor por
inyección a chorro” de la fábrica MAN. Con estos motores dio comienzo a una arrolladora
producción de camiones “Diesel”, primero en Europa y, después de la Segunda Guerra Mundial
también en América. Aparecen los primeros turismos La casa Bosch, desarrolló a partir de 1922,
las primeras bombas de inyección, inyectores auxiliares y filtros que reunieron condiciones de
duración y utilidad. Se consiguió así una importante producción en serie de automóviles Diesel. En
Bosch se efectuaron también los primeros experimentos, formales para aplicar los motores Diesel
a los automóviles de turismo. Aproximadamente en la misma época (1929) la empresa
norteamericana “Cummins Engine Company” instaló en una limousine Pakard un ligero motor
naval Diesel que recorrió todo el país. Mientras tanto en Inglaterra, Francia e Italia se efectuaron
parecidas pruebas. Y es a partir de 1936, cuando la Daimler-Benz suministra, por vez primera en el
mundo, turismos Diesel fabricados en serie, los llamados Tipo 260-D. Los principales compradores
eran taxistas y empresas dedicadas al transporte de personas. Algunas fábricas inglesas, francesas
e italianas como la Fiat, lanzaron más tarde diversos tipos al mercado. Comienza entonces una
nueva carrera en el perfeccionamiento de los motores Diesel. Pero eso es ya otra historia

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