LA VISIÓN Y EXPERIENCIA DEL CRISTO CORPORATIVO p2
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EL CRISTO DEL CUERPO, COMO ELTESTIMONIO DE JESÚS PARA TRAER EL REINO DE DIOS Mensaje Uno El
Recobro del Señor del Cristo Corporativo— el Cuerpo-Cristo Lectura Bíblica: 1 Co. 12: 12-13; Ef. 4: 1-6,
16; Col. 2:19 I. Lo que necesitamos hoy es la visión celestial, viva, actualizada e instantánea del Recobro
actual del Señor; necesitamos pedirle al Señor que nos libere de la "jaula" de nuestros conceptos
religiosos y naturales para que podamos volar en un cielo despejado para ver y ser recobrados de vuelta
a la intención original de Dios y Su revelación central — Hch. 26:18; Ez. 1: 1-3, 22, 26; Ma. 2:10, 12: A.
Los vencedores en el recobro del Señor experimentan al Espíritu-Cristo como la realidad de Dios, el
Verbo-Cristo como el que habla de Dios, y el Cristo-Luz como el resplandor de Dios — Gn. 1: 1-3; 2 Co. 4:
6. B. Los vencedores en el recobro del Señor experimentan al Dios que se esconde en lo intrínseco, la
historia divina dentro de la historia humana externa — Is. 45:15; Est. 2: 7; 4: 14-16; 10: 3; Ne. 2:10; 1
Sam. 4: 3, 21-22; Da. 1: 6-8; 2: 44-45; 4:17, 26. C. Los vencedores en el recobro del Señor tienen todo su
ser dirigido a la revelación central de Dios y a la meta de la economía de Dios — 6: 10; 1 R. 8:48;
compárese (cf.) 2 R. 22: 8-11; 23:25. II. La revelación central de Dios es la revelación progresiva de Dios
en la Biblia— el Dios "soltero," el Dios encarnado, el Dios redentor, el Dios que habita en nosotros y el
Dios incorporado: A. Al principio de la Biblia hay un solo Dios, el Dios "soltero", y al final existe el Dios
"casado", el Dios finalmente incorporado, el Dios corporativo, la Nueva Jerusalén — Gn. 1: 1, 26; 2:18;
Ap. 21: 2, 9-10. B. El recobro del Señor es el recobro de Cristo en Su ministerio completo en tres etapas:
encarnación, inclusión e intensificación; el recobro del Señor es Dios convirtiéndose en el carne, la carne
se convierte en el Espíritu vivificante, y el Espíritu vivificante se convierte en el Espíritu siete veces
intensificado para edificar la iglesia que se convierte en el Cuerpo de Cristo y que consuma la Nueva
Jerusalén: 1. Dios viniendo a ser carne es el Dios "soltero" que viene a ser el Dios encarnado y el Dios
redentor — Jn. 1:14, 29. 2. La carne viene a ser el Espíritu vivificante, y el Espíritu vivificante viene a ser
El Espíritu siete veces intensificado que es el Dios que mora en nosotros como el Dios compuesto y el
Dios intensificado — 1 Co. 15: 45b; Ap. 1: 4; 3: 1; 4: 5; 5: 6. 3. La iglesia edificada que viene a ser el
Cuerpo de Cristo que consuma la Nueva Jerusalén es el Dios incorporado, el Cuerpo-Cristo, que consuma
al Dios corporativo, la Nueva Jerusalén, la más alta unión, mezcla e incorporación del Dios Triuno
procesado y consumado con la iglesia tripartita consumada — Jn. 17:21; Ef. 4: 4, 6, 16; Col. 2:19; Ap.19:
7-9; 21: 2, 9-10. III. El recobro actual del Señor es el recobro del Cuerpo-Cristo ("el Cristo") en la vida de
iglesia; el Cuerpo-Cristo es el Dios incorporado — 1 Co. 12: 12-13; Hch. 9: 4-5, 15; Col. 2:19; Ef. 4: 1-6,
15-16; Jn. 14:23; 17:21: A. Primera de Corintios 12:12 dice: “Así como el cuerpo es uno y tiene muchos
miembros, pero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también el
Cristo;” "El Cristo" en este versículo no es el Cristo individual sino el Cristo corporativo, Cristo
incorporado con todos sus miembros. B. El recobro del Señor es el recobro de la "Cristificación", un
recobro pura y completamente de la persona de Cristo para ganar la realidad del Cuerpo-Cristo en la
vida de iglesia — 1 Ts. 5:23; Fil. 1: 19-21a; 3: 8-14; 2 Co. 2:10; Col. 3: 10-11. C. Hoy el Señor está
edificando al Cuerpo-Cristo en la vida de iglesia; en el Cuerpo-Cristo, Cristo es forjado en todos sus
miembros, y todos sus miembros son forjados en Él por el crecimiento en vida y transformación en vida
para la expresión de Cristo — 2: 19; Ro. 12: 2; 2 Co. 3:18; 1 Co. 12: 12-13: 1. En el Cuerpo-Cristo
disfrutamos a Cristo como todo — vs. 3b, 13. 2. En el Cuerpo-Cristo está la función de todos los
miembros — vs. 14-22. 3. En el Cuerpo-Cristo está la compenetración de los miembros en la unidad del
Dios Triuno — vs. 23-27; Jn. 17:21; Ef. 4: 1-6. IV. La revelación divina en la Biblia finalmente nos muestra
la Nueva Jerusalén, la cual es una entidad corporativa, una incorporación de Dios y todos Sus redimidos,
donde Dios está en Cristo, y Cristo está en todos nosotros - Ap. 21: 1-2, 11, 12-23: A. Seremos uno con
Dios en vida, naturaleza, elemento y apariencia — v.11; cf. 4: 3. B. Todo creyente vendrá a ser parte del
Dios incorporado — vs. 12-21. C. El propósito eterno de Dios es producir esta entidad corporativa
compuesta de todo lo que Dios es, contiene, compenetra y expresa a través de la humanidad. Mensaje
Dos Ser salvo de la Generación Torcida y Pervertida Para Ser el Testimonio de Jesús - El Cristo
Corporativo Como el Arca de Hoy Lectura bíblica: Ap. 1: 1-2, 9, 11-13, 20; Ga. 1: 4; Hch. 2:40; 1 Co.
12:12; Fil. 2: 12-13, 15- 16; He. 11: 7; 1 P. 3: 20-21 I. El libro de Apocalipsis presenta el testimonio de
Jesús, que es la iglesia como la expresión corporativa de Cristo — 1: 2, 9, 11-13, 20: A. Apocalipsis es una
revelación de Cristo y Cristo se expresa a través de la iglesia; por lo tanto, la iglesia es el testimonio del
Jesús revelado en este libro — vs. 1, 13, 20; 19: 10b: 1. El testimonio de Jesús es la iglesia como la
expresión, testimonio y revelación de Jesús de una manera corporativa — 22: 16. 2. El testimonio de
Jesús es la expresión de Jesús, quién se expresa en las iglesias locales hoy y finalmente en la Nueva
Jerusalén en el milenio y en la eternidad — 21: 2, 10-11. B. La meta de Dios en Su creación del hombre
fue tener una expresión corporativa, un testimonio de Sí mismo, y de acuerdo con esta meta, el hombre
fue hecho a imagen de Dios para ser Su testimonio — Gn. 1:26: 1. La persona viva de Jesús es la imagen,
expresión y testimonio de Dios, y la iglesia de hoy es el testimonio de Jesús, Su expresión corporativa —
2 Co. 4: 4; Col. 1:15, 18; 3: 10-11, 15. 2. Como creyentes en Cristo, todos somos reproducciones,
“fotografías” de Jesús; por lo tanto, Dios tiene una expresión corporativa— la iglesia— la cuál es el
testimonio de Jesús, quien es la expresión de Dios — Jn. 1:14, 18; 12:24; 2 Co. 3:18; Ef. 1: 22-23; 4:16. 3.
El vivir corporativo del Dios-hombre, la vida de muchos Dios-hombres como reproducciones del primer
Dios-hombre, es la vida de iglesia genuina—el testimonio de Jesús — 1 Co. 1: 2; 12:27; Ap. 1: 2, 11, 20.
II. Para ser el testimonio de Jesús, debemos ser rescatados del presente siglo maligno, ser salvos de la
generación torcida y perversa y brillar como luminares en el mundo — Gá. 1: 4; Hch. 2:40; Fil. 2:15: A.
Jesucristo “se dio a sí mismo por nuestros pecados para rescatarnos del presente siglo maligno
conforme a la voluntad de nuestro Dios y Padre”—Gá. 1: 4: 1. El presente siglo maligno aquí se refiere al
mundo religioso, el curso religioso de este mundo, la religión judía — 6: 14-15. 2. A través de Su muerte
en la cruz, el Señor Jesús se entregó a Sí mismo por nuestros pecados para rescatarnos de, para
arrancarnos fuera del presente siglo malo, el mundo religioso; el principio es el mismo tanto con los
creyentes del tiempo de Pablo y con nosotros hoy — 1: 4. B. “Sed salvos de esta perversa generación” —
Hch. 2:40: 1. La generación torcida aquí se refiere a los judíos perversos de ese tiempo que rechazaron a
Cristo y fueron considerados por Dios como el presente siglo maligno — v. 36. 2. El resultado de ser
salvo de la generación perversa fue la entrada a una nueva generación — la iglesia; los salvos fueron
separados de la sociedad judía a la iglesia — vs. 42-47. C. “Para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos
de Dios sin mancha en medio de una generación torcida y perversa, en medio del cuál resplandecéis
como luminares en el mundo ”—Fil. 2:15. III. Si fuéramos el testimonio de Jesús, la expresión
corporativa de Cristo en la vida de la iglesia—necesitamos ser la "familia de Noé" de hoy, edificando al
Cristo corporativo como el arca que nos librará de la generación torcida y perversa y nos guiará a la era
venidera del reino de Dios — Gn. 6: 8—8: 3; 1 Co. 12:12; Fil. 2: 12-13; 1 P. 3: 20-21: A. El arca construida
por Noé es un tipo de Cristo como la salvación de los elegidos de Dios; el arca que nosotros estamos
construyendo hoy es el Cristo corporativo, la iglesia, como nuestra salvación de la generación torcida,
perversa y mala — vs. 20-21; 1 Co. 12:12, 27. B. La vida de la iglesia es el arca de hoy para terminar la
era presente y traer la vida del reino Dios.— 1: 2; 12:12, 27; 1 Ts. 1: 1, 9-10: 1. El Señor desea que “la
familia de Noé” construya el arca y testifique contra la tendencia de la era para que Él pueda usarlos
para terminar la era y traer la era del reino— Hch. 11: 7; Ap. 11:15. 2. Lo que estamos edificando en la
vida de iglesia es el Cristo corporativo como el arca para nuestra salvación y para la salvación de los que
están bajo nuestro cuidado — 1 Co. 12:12; 14:26; Fil. 2: 12-13. C. La salvación en Filipenses 2:12 es la
salvación que nos salva de la generación torcida y perversa; esta salvación es la iglesia como el Cristo
corporativo a quién edificamos como el arca de hoy — 1 Co. 1: 2; 12:12; Ef. 2: 21-22: 1. Tener la vida de
iglesia apropiada no es solo estar en pie sobre el terreno de la unidad, sino también edificar el arca para
salvarnos de la presente generación malvada y traernos a nueva era — 4: 3, 16. 2. Nesitamos una
salvación que no sea edificada por Dios directamente sino por nuestra cooperación diaria con Su
operación interna — Fil. 2: 12-13. D. Dios quiere la iglesia, el arca, donde podamos ser salvos de la
generación malvada de hoy — Hch. 2: 40-47: 1. Dios quiere salvarnos— a través de este arca— de la
generación torcida y el guiarnos al reino de Dios para cumplir Su propósito eterno — Mt. 6:33; 13:43; Lc.
12:32; Ap. 11:15. 2. A Dios le importa si estamos o no en el arca, la vida de iglesia adecuada; El quiere
que seamos parte del Cristo corporativo, parte del testimonio de Jesús — 1 Co. 12:12; Ap.1: 2, 9, 11, 20;
22:16. E. Necesitamos no solo predicar al Cristo individual, sino también edificar al Cristo corporativo, la
iglesia, la cuál es el arca de hoy; a través de este Cristo corporativo somos salvos de la generación
torcida y perversa — Hch. 8:35; 1 Co. 12:12: 1. Mientras los apóstoles predicaban al Cristo individual,
estaban edificando la Cristo corporativo, el arca en la que disfrutarán de la salvación complete de Dios
— Hch. 8: 1, 4-5, 35; 13: 1; 14:23. 2. Debemos ser fieles para hacer lo mismo: predicar el evangelio y
edificar el arca, predicando a Cristo y edificando a Cristo — 1 Ts. 1: 1, 8; 1 Co. 12:12; 14: 4-5, 12, 26. F.
Cuando esta arca esté edificada, el Señor Jesús regresará — Ap. 19: 7; 22: 7, 12, 20: 1. El Señor aún no
ha regresado porque todavía está esperando que se construya el arca. Mt. 16:18, 27. 2. Cuando el
testimonio de la iglesia en el recobro del Señor es madurado, el Señor Jesús regresará — Ap. 19: 7; 22: 7,
12, 20. Mensaje Tres Los Candeleros de Oro que Significan las Iglesias como el Testimonio de Jesús, el
Cristo Corporativo, Resplandeciente y Ardiente por el Mover de Dios en Su Administración Lectura
bíblica: Ap. 1: 1-2, 12, 20; 6: 1-2; Ma. 24:14; Is. 11: 9; Da. 11: 32b; 1 Cr. 12: 32a; Ef. 5: 16-17; Jue. 5: 15-16
I. El testimonio de Jesús son los siete candeleros de oro, de naturaleza dorada (divina), brillando en la
oscuridad, e idénticos entre sí — Ap. 1: 1-2, 9-20: A. El candelero de oro simboliza al Dios Triuno: el
Padre como sustancia es corporificado en el Hijo, el Hijo como corporificación se expresa a través del
Espíritu, el Espíritu se realiza y se expresa plenamente como las iglesias y las iglesias son el testimonio de
Jesús — Éx. 25: 31-40; Za. 4: 2-10; Ap. 1: 9-12. B. En el pensamiento divino, el candelero de oro es en
realidad un árbol vivo y en crecimiento con cálices y flores de almendro; por lo tanto, el candelero
significa al Dios Triuno corporificado en Cristo como un árbol dorado vivo de resurrección— que crece,
se ramifica, brota y florece en nosotros, con nosotros, por nosotros y fuera de nosotros como el fruto de
la luz, que es bueno en Su naturaleza, justo en Su proceder y real en Su expresión, para que Dios pueda
expresarse como realidad en nuestro andar diario — Éx. 25: 31-35; Ef. 5: 8-9. C. Los candeleros de oro
significan a las iglesias como corporificación y expresión del Dios Triuno brillando, con el Espíritu de Dios
siete veces intensificado como las lámparas, para ser el testimonio de Jesús — Ap. 1:20; 4: 5: 1. Las
iglesias locales, como candeleros, llevan el testimonio de Jesucristo en ciudades separadas que brillan
local y colectivamente — 1: 2, 9, 20; 20: 4. 2. Cada iglesia local es un candelero de oro, que tiene el
Espíritu de Dios siete veces intensificado de Dios como las lámparas que brillan como el testimonio de
Jesús desde su localidad en esta era oscura— 2: 1, 5. D. La señal de los candeleros en Apocalipsis 1
indica que las iglesias deben ser idénticos en esencia, apariencia y expresión — 1: 20: 1. La sustancia de
cada iglesia local debe ser Dios el Padre, y la forma, la apariencia, de toda iglesia debe ser Cristo, la
encarnación y expresión de el Dios Triuno — 2 Pe. 1: 4; Jn. 1: 1, 14; Co. 2: 9. 2. Todas las iglesias locales
deben ser iguales y dar el mismo testimonio: el testimonio del Hijo con el Padre por el Espíritu — Jn. 14:
10-11, 17. 3. “Espero que llegue el día en que todas las iglesias locales se parezcan y yo creo que cuando
llegue ese día, el Señor volverá ”(La Iglesia: La Reimpresión de el Espíritu, pág. 30). E. Nuestro disfrute de
Cristo como amor, vida y luz nos habilitara para que guardemos el testimonio de Jesús como el
resplandor del candelero en nuestra localidad - Ap. 12: 17b: 1. Testificaremos de la persona de Cristo
como Dios y como hombre y del vivir humano, crucifixión, resurrección, ascensión, descenso y segunda
aparición de Cristo. 2. El resplandor de la luz es un testimonio en la noche oscura de la era de la iglesia.
II. Las siete lámparas en el candelero de oro son las siete lámparas de fuego que arden ante el trono de
Dios - 1: 12, 4; 4: 5: A. El trono de Dios es el centro de Su administración donde Él ejecuta Su norma
eterna y propósito eterno - 1: 4; 4: 5 B. Las siete lámparas están relacionadas con la administración, la
economía y el mover de Dios: 4: 5; 5: 6. C. El trono de Dios está en la iglesia y las siete lámparas delante
del trono están ardiendo aquí, no solo para iluminarnos y quemarnos, sino más aún para motivarnos,
para impulsarnos. D. Cuando las lámparas de fuego brillan sobre nosotros y nos queman, somos
impulsados a movernos y levantarnos para tomar acción ― Dan. 11: 32b: 1. El evangelio del reino,
representado por el caballo blanco del primer sello en Apocalipsis 6:1-2, será predicado en toda la tierra
para testimonio a todas las naciones antes del fin de esta era, la era de la gran tribulación - Mat. 24:14.
2. No estamos predicando un evangelio parcial, sino el evangelio completo que abarca todo, desde
Mateo hasta Apocalipsis—el evangelio de la economía eterna para dispensarse a Sí mismo en Cristo
como el Espíritu en Sus escogidos a través de Su redención judicial y por Su salvación orgánica para la
edificación de Su Cuerpo en las iglesias locales para consumar la Nueva Jerusalén como Su novia, Su
esposa, para Su expresión eterna — 1 Tim. 1: 3-4; Ro. 1: 1; 5:10; Ap. 1:10-11; 21: 2-3, 9-11;22:1-2. 3. El
propósito único de Dios en esta era es que se predique el evangelio para que la iglesia como el Cuerpo
de Cristo pueda ser edificada para consumar la Nueva Jerusalén — Ef. 3: 8-11. 4. Debemos aprovechar la
oportunidad y hacer todo lo posible por predicar el evangelio y llevar el testimonio de la iglesia como el
candelero de oro a diferentes ciudades, pueblos y villas; esta es nuestra responsabilidad - Ef. 5: 15-17;
Mate. 28:19; Hechos 6: 7; 12:24; 19:20; 9:31. 5. Que el Señor nos cargue para aprender las verdades
divinas del evangelio y difundirlas a todo lugar para Su recobro — Is. 11:9; Dan. 11: 32b-33; 2 Ti. 2:21. III.
Hoy debemos revitalizarnos respondiendo al llamado del Señor a ser vencedores; un vencedor es una
persona vital — viviente y activa — Sa. 119: 88, 159; Da. 11: 32b: A. Debemos ser aquellos que conocen
la era de acuerdo a la situación mundial actual y a la condición del pueblo de Dios - cf. Je. 8: 7; Ma. 16: 3;
1 Cr. 12:32; Ro. 13:11-12. B. Para ser vitales, necesitamos tener una comunión cercana, íntima y cabal
con el Señor y con los santos que Le buscan; necesitamos que el Señor nos guíe a algunos compañeros,
con quien podamos laborar, así como Daniel tuvo tres compañeros — Da. 1: 6. C. Dentro de la vida de
iglesia de hoy (tipificada por Jerusalén), debemos ser los vencedores del Señor (tipificado por Sion); esto
es estar en la era de los vencedores según el llamado del Señor - Ap. 2: 7, 11, 17, 26-28; 3: 5, 12, 20-21;
21: 7. D. Debemos tomar la resolución de ser los vencedores, los vitales; un vencedor es uno que vence
cualquier cosa que reemplaza a Cristo o que está en contra de Cristo — Jue. 5: 15-16; 1 Jn. 2: 18-20, 27.
Mensaje Cuatro La Iglesia como el Nuevo Hombre, el Cristo Corporativo, Participando en la Guerra
Espiritual para Derrotar al Enemigo de Dios y para Traer el Reino de Dios Lectura bíblica: Gn. 1: 26-28; Ef.
1: 9, 11; 2: 15-16; 3: 9; 4: 22-24; 6:11, 13; Ap.12: 1-4, 7-9, 13, 17; Ef. 2: 6; Can. 4: 8; Hch. 2:36; Ma. 18:18;
Ap. 21: 9,3,22 I. La iglesia como el nuevo hombre cumple el propósito eterno de Dios — Ef. 1: 9, 11; 2:
15-16; 3: 9; 4: 22-24: A. La intención de Dios en Su creación del hombre era tener un hombre
corporativo para expresarlo y representarlo — Gn. 1:26, 28. B. Dios creó a un hombre corporativo para
representarlo al tener dominio sobre todas las cosas: vv. 26, 28: 1. La intención de Dios al dar dominio al
hombre es que someta al enemigo de Dios, Satanás, para recobrar la tierra y ejercer la autoridad de Dios
sobre la tierra a fin de que el reino de Dios venga a la tierra, la voluntad de Dios se haga en la tierra y la
gloria de Dios se pueda manifestar en la tierra — vs. 26, 28; Ma. 6:10, 13b. 2. La intención de Dios de
que el hombre tuviese dominio sobre todas las cosas se cumplirá mediante la iglesia como el nuevo
hombre — Ef. 2:15; Col. 3: 10-11. C. La iglesia como el nuevo hombre corporativo es el guerrero
corporativo para derrotar al enemigo de Dios y traer el reino de Dios — Ef. 4:24; 6:11, 13: 1. Según
Daniel 2, cuando Cristo aparece como la piedra cortada por Dios, Él con Sus vencedores— el Cristo
corporativo— herirá a los diez reyes con el Anticristo (Ap. 19:11-21), aplastando así a la gran imagen
desde los dedos de los pies hasta la cabeza (Da. 2:35). 2. Después de venir a derrotar al Anticristo y
aplastar al conjunto del gobierno humano—el Cristo corporativo— Cristo con su esposa vencedora,
vendrá a ser una gran montaña para llenar toda la tierra, haciendo de toda la tierra el reino de Dios; este
reino consumará en la Nueva Jerusalén, el paso máximo y consumado de la historia divina — Ap. 20: 4,
6; 21:10. II. Apocalipsis 12 presenta una gran visión concerniente a la guerra en el cielo: la guerra en del
universo entre Dios y Su enemigo; la visión en este capítulo revela la verdadera situación en el universo
— la visión de que el enemigo de Dios está luchando contra Él — vs. 1-4, 7-9, 13, 17: A. Es crucial que
veamos que detrás de la escena física una lucha espiritual, una lucha no vista con ojos humanos, está
teniendo lugar. Las siete lámparas están relacionadas con la administración, la economía y el mover de
Dios: 4: 5; 5: 6. B. En nuestra lucha no tratamos con cosas que aparecen en la superficie sino con el
poder de oscuridad detrás de estas cosas — Ef. 2: 6; 6:12; S. S. 4: 8. C. Necesitamos participar en las
oraciones de lucha que pueden derrotar al diablo en el aire y hacen descender la autoridad de Dios;
tales oraciones se expresan en la esfera celestial y desde el trono de Dios - Can. 4: 8. D. La oración de la
era es la oración de la iglesia como Cuerpo de Cristo, la oración que ejerce la autoridad de Cristo como el
Señor ascendido y Cabeza del Cuerpo, para el cumplimiento de la economía de Dios: 1. Después de Su
resurrección y ascensión, el Cristo individual ha venido a ser el Cristo corporativo; así, hoy ante Dios no
solo está el Cristo individual orando, sino el Cristo corporativo, la Cabeza con el Cuerpo, también está
orando — 1 Co. 12:12; Hch. 12: 5, 12. 2. Necesitamos ver el significado de la ascensión de Cristo: a. La
ascensión de Cristo indica que toda la obra entera de redención ha sido completada — He. 1: 3; 10:12. b.
La ascensión de Cristo indica que el señorío de Cristo ha sido establecido — Hch. 2:36. 3. Necesitamos
ver la posición de la iglesia como el Cuerpo de Cristo; porque la iglesia es el Cuerpo de Cristo, la posición
de la iglesia es exactamente la misma que la de Cristo; dado que el Cuerpo es uno con la Cabeza, la
posición del Cuerpo es exactamente la misma que la de la Cabeza — 1 Cor. 12:12, 27; Ef. 5:30. 4.
Necesitamos ver la autoridad de la iglesia como el Cuerpo de Cristo: a. La autoridad del Cuerpo es la
autoridad de la Cabeza ejercida por el Cuerpo; por tanto, la autoridad del Cuerpo es la autoridad de la
Cabeza. b. Como la iglesia, el Cuerpo de Cristo, debemos asumir la autoridad de Cristo: Ma. 28: 18b-19a;
Lc. 10:19. c. La oración de autoridad tiene dos aspectos: atar y desatar, Ma. 18:18. 5. Para entrar
plenamente en este tipo de oración, la oración de la iglesia como Cuerpo de Cristo, y poder ejercer la
autoridad otorgada por la Cabeza al Cuerpo, hay dos cosas que debemos realizar: a. Debemos darnos
cuenta de que somos miembros del Cuerpo, y debemos vivir, actuar y movernos en el cuerpo. b. En
nuestra vida diaria siempre debemos despojarnos del viejo hombre y vestirnos del nuevo siendo
renovados en el espíritu de nuestra mente; el nuevo hombre se compone de la cabeza con el Cuerpo,
Cristo con la iglesia — Ef. 4: 22-24; 2: 15-16. III. La máxima consumación del nuevo hombre, el Cristo
corporativo, es la Nueva Jerusalén como el reino eterno de Dios para ser la máxima consumación del
tabernáculo y del templo: la incorporación eterna divino-humana, el edificio eterno de Dios y el hombre
- Ap. 21: 9, 3, 22: A. La Nueva Jerusalén es una constitución de Dios y el hombre y el hombre y Dios, que
son constituidos en uno; es la divinidad expresada en la humanidad y la humanidad glorificada en
divinidad - Ap. 22: 1, 4; 21: 3; 11-23. B. La divinidad y la humanidad vienen a ser una morada mutua:
Aquel que es Dios y aun hombre mora en aquel que es hombre y aun Dios, y en aquel que es hombre y
aun Dios mora en Aquel que es Dios y aun hombre - v. 3; Juan 15: 4a. C. Podemos vivir y laborar la
Nueva Jerusalén como la incorporación divino-humana al tomar al Señor como nuestra morada para
nosotros ser Su morada — Juan 15: 4-5: 1. Cuando amamos al Señor Jesús, Él se manifiesta a Sí mismo a
nosotros y el Padre viene con él para hacer una morada con nosotros para nuestro disfrute; esta morada
es una morada mutua, en la cual el Dios Triuno habita en nosotros y nosotros moramos en Él — 14: 23.
2. Moramos en Cristo para que Él more en nosotros por nuestro tratar con la palabra constante en las
Escrituras que está fuera de nosotros y la palabra presente como el Espíritu dentro de nosotros; cuando
moramos en el Señor y dejamos que Sus palabras moren en nosotros, somos uno con Él en realidad —
Jn. 5: 39-40; 6:63; 2 Cor. 3: 6; Ap. 2: 7; Jn. 8:31; 15: 7. 3. Por nuestro crecimiento en la vida divina en
Cristo como la piedra viva, estamos siendo transformados en piedras preciosas; a través del proceso de
transformación, el Dios Triuno está siendo forjado y estructurado junto con nosotros para alabanza de la