Bibliografía Básica Complementaria
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doctrinas filosóficas
Prentice Hall
Unidad
nidad 8
El idealismo clásico alemán
INTRODUCCIÓN
En la unidad anterior estudiaste la filosofía de Emmanuel Kant y aprendiste que
algunas de sus conclusiones dieron lugar a un viraje tanto en la definición del
conocimiento como en los métodos y procesos que se consideraron adecuados
para obtenerlo. Kant realizó una crítica de la racionalidad y esto lo llevó a sos-
tener que los objetos del conocimiento son los productos de la razón misma,
pues lo que realmente podemos llegar a percibir y comprender no son las cosas
exteriores (noúmenos), sino las categorías con las que nuestra percepción y en-
tendimiento los interpretan (por ejemplo, las categorías de tiempo y espacio).
A partir de esta tesis kantiana se desarrollará una corriente filosófica conocida
como idealismo trascendental. En esta corriente se inscribirán filósofos que,
desde distintas perspectivas, defenderán que el conocimiento se fundamenta en
las construcciones del intelecto y que, por lo tanto, es indispensable analizar
cómo funciona esa facultad para determinar cuál es la forma más adecuada en
que puede operar.
La filosofía de Georg Wilhelm Friedrich Hegel (1770-1831), aunque se aparta
de las tesis kantianas hasta constituirse en una crítica de ellas, es el punto culmi-
nante del idealismo trascendental. La doctrina idealista que media entre Kant y
Hegel desarrolla diversos cuestionamientos a la postura del primero. La principal
crítica de Hegel es a la afirmación kantiana de que fenómeno y noúmeno se opo-
nen, pues ésta da lugar a un nuevo escepticismo, ya que implica que es imposible
conocer los objetos en sí mismos y separa al sujeto de las cosas que pretende
aprehender.
Uno de los pensadores postkantianos que más influyó en Hegel fue Johann
Gottlieb Fichte (1762-1814). Para superar la oposición entre fenómeno y noúmeno
planteada por Kant, Fichte afirmó que debe existir una identidad entre el sujeto que
conoce y los objetos del conocimiento; de esta forma, ya no habría una separación
entre los conceptos y las cosas, pues los primeros reflejarían exactamente lo que son
estas últimas. Aquí también hay un asunto problemático, pues la única forma de
conocimiento que garantiza la igualdad entre sujeto y objeto es el autoconocimiento,
es decir, el proceso mediante el cual un intelecto se conoce a sí mismo. Así, la con-
clusión de Fichte es que al forjar conocimientos de las cosas, el sujeto va obteniendo
elementos para conocerse a sí mismo y, en esa medida, tiene acceso al noúmeno, a la
cosa en sí que es él mismo.
Hegel, quien también se opone al dualismo de la filosofía kantiana, recupera de
Fichte la idea de que el principal objeto de conocimiento para un sujeto es el sujeto
Hegel mismo. Sin embargo, Hegel va mucho más allá, y por eso su pensamiento representa
8.1 • La dialéctica hegeliana 157
Para reflexionar
El siguiente ejercicio permitirá que te formes una idea de lo que es el proceso dialéctico para Hegel.
Presentamos tres fragmentos de una novela escrita por Gilbert Keith Chesterton, titulada El hombre que fue jueves. Para
analizarlos, el grupo se dividirá en equipos de tres alumnos. Cada equipo leerá un solo fragmento, sin adelantarse a examinar
los otros dos, y después le contará al resto de los equipos de qué se trata el fragmento que leyó. Al final, el maestro explicará
la relación entre los tres fragmentos.
Fragmento 1
Cuando vi por primera vez al Domingo […] sólo le vi la espalda; y cuando le vi la espalda, comprendí que era el hombre más
malo del mundo. Su cuello, sus hombros eran brutales como los de un dios simiesco. Su cabeza tenía cierta inclinación,
propia, más que de un hombre, de buey. Y al instante se me ocurrió que aquello no era un hombre, sino una bestia vestida
de hombre.
Fragmento 2
Entré al hotel, y viendo al presidente por el otro lado, le vi la cara a plena luz. Su cara me asustó como asusta a todos. Pero
no por brutal […] Me asustó, al contrario, por su hermosura, por su bondad. […] Era como la cara de un antiguo arcángel que
distribuyera la justicia después de un heroico combate.
Fragmento 3
Pero si por detrás me pareció un animal, por delante me pareció un dios. […] Desde entonces ése es también el misterio del
mundo. Al ver las horribles espaldas me parece que la noble cara es una máscara. Al ver la cara, aunque sea un instante,
la espalda me parece una simple burla. El mal es tan malo que junto a él, el bien parece un mero accidente; el bien es tan
bueno, que junto a él, hasta el mal resulta explicable. Esta impresión llegó a una crisis suprema ayer, cuando corrí en pos del
Domingo para tomar un coche y, al correr, le miraba siempre la espalda.
1. Cuando escuchaste la narración de los fragmentos 1 y 2, ¿imaginaste que se referían a la misma persona? Explica tu
respuesta.
2. Recuerda lo que dice el principio de no contradicción. Después piensa, ¿cómo es que lo bueno y lo malo podrían
coexistir en una misma persona, sin que tal hecho violara el citado principio?
3. ¿Para qué crees que serviría conocer las versiones opuestas de una historia, o en este caso, las facetas opuestas de
una persona? ¿Cómo crees que esto ampliaría tu saber?
por ejemplo, que un científico descubre que el calcio es bueno para la salud porque
ayuda a que se formen los huesos; pero más adelante otro afirma que el calcio no es
saludable porque puede diseminarse a través de la sangre y bloquear las arterias. Sin
embargo, un tercer científico que analiza las dos conclusiones, descubre que las dos son
verdaderas desde cierta perspectiva. El calcio fortalece los huesos y les ayuda a crecer y a
sanar cuando se rompen, pero en ciertos organismos con un metabolismo inadecuado
se puede presentar un exceso del mineral y provocarles complicaciones graves. Advier-
te cómo gracias a las aportaciones del tercer científico, la medicina gana un importante
conocimiento, pues se da cuenta de que un mismo elemento puede ayudar o dañar a
un paciente, dependiendo de la situación en que éste se encuentre. Y también considera
esto: no se concluye que el calcio es saludable y no saludable al mismo tiempo; algo
así sería erróneo e iría contra el principio de no contradicción. Lo que se afirma, en
cambio, es que cuando se dan ciertas condiciones en un organismo, el calcio resulta
benéfico, mientras que cuando aquéllas no se dan, o se presentan otras distintas, el
mismo elemento puede ser perjudicial.
La misma idea está detrás de los fragmentos que leíste al principio del capítulo.
Un hombre puede parecer y comportarse como un malvado en ciertas situaciones,
mientras que en otras puede ser un modelo de bondad. Y sólo quien logra descubrir a
ese individuo tanto en las situaciones en que es bueno como en las que es malo logra
comprender que dos formas de actuar totalmente contrarias pueden coexistir en una
misma persona, si ésta es lo suficientemente hábil para manejar dos modos de vida.
Ésta es, a grandes rasgos, la forma en que se desarrolla un proceso dialéctico.
Veamos ahora la interpretación de Hegel. Para este filósofo, la dialéctica es algo más
que un método o instrumento para obtener el conocimiento. Si así
lo fuera, transformaría el objeto a conocer y no nos lo entregaría
tal y cómo es. Piensa en lo que hace un instrumento, como un des-
armador, o un método experimental que implica realizar pruebas
y ensayos; ambos ejercen por lo menos una pequeña modificación
sobre el material que trabajan. Hegel afirma que lo mismo haría la
dialéctica si fuera un proceso ajeno a los fenómenos del mundo; los
modificaría, puliría y reduciría hasta que se adaptaran a sus propios
esquemas. Sin embargo, un examen cuidadoso del desarrollo de la
conciencia universal revela que la dialéctica no se reduce a un méto-
do, y ni siquiera a la forma particular en que discurre el pensamien-
to humano; la dialéctica es el modo particular en que existen y se desarrollan las cosas,
tanto en el pensamiento como en la naturaleza y la historia. El Ser, en suma, sigue un
proceso dialéctico, y lo único que hace nuestro pensamiento es ponerlo en evidencia.
Antes de seguir, conviene que reiteremos algo que ya mencionamos en la introduc-
ción. Esta conciencia o Espíritu Absoluto —así lo llama Hegel en su obra principal,
la Fenomenología del Espíritu— no debe entenderse como una conciencia humana
individual; no hablamos de tus pensamientos o de los nuestros, sino de la conciencia
y el espíritu de todo cuanto existe, del mundo, los fenómenos y la historia. De nueva
cuenta, considera una gran conciencia universal que se ha ido formando a través del
curso del tiempo, desde el principio de la historia y hasta nuestros días, y que a través
de la evolución social, las luchas de clases y las revoluciones, los avances científicos
y tecnológicos, y en suma, mediante la historia y la cultura de la humanidad en su
conjunto, se ha ido conociendo a sí misma. Si percibes un aire de religiosidad en este
planteamiento, tu intuición es incorrecta. Detrás de la idea del Absoluto está el su-
puesto de que la conciencia y todo lo que abarca (historia, desarrollo científico, arte,
160 UNIDAD 8 • El idealismo clásico alemán
etc.) sigue un proceso teleológico, es decir, que se propone un fin a cumplir, en este
caso la autoconciencia. La teleología es un elemento clave de las religiones y Hegel no
desconoce la doctrina cristiana. Sin embargo, no debes olvidar la segunda precisión
que hicimos al presentar el tema. El Absoluto no es trascendente, no está fuera ni más
allá del mundo; está en él y de hecho es gracias a él.
Los comentaristas y críticos de Hegel asociaron la idea de que el Absoluto está pre-
sente en todo cuanto existe con el panteísmo, es decir, el concepto, también religioso,
de que Dios está en todas partes. Sin embargo, y como tú ya sabes, la presencia del
Absoluto es inmanente (se da en el mundo y el tiempo), y lo que Hegel quiere decir al
afirmar que la historia, el conocimiento y la cultura son momentos del Absoluto y, por
lo tanto, el Absoluto mismo, es que todo ello tiene una racionalidad; más aún, consti-
tuye una parte de la racionalidad, y es por eso que nosotros, seres racionales, podemos
comprenderlo. Ése es el origen de uno de los planteamientos más célebres de Hegel:
“Lo que es racional es real, y lo que es real es racional”. Es decir, la realidad deviene o se
desarrolla de manera racional y por eso nuestra razón la asimila perfectamente cuando
nos concentramos en comprenderla. Hay una identidad entre sujeto y objeto, como
afirmaba Fichte, pero ésta no se basa en la capacidad del sujeto para racionalizar los
fenómenos, sino en el hecho de que los fenómenos son racionales en sí mismos.
Una vez aclarados estos puntos, podemos exponer los tres elementos que compo-
nen la dialéctica según Hegel. Estúdialos con cuidado y trata de relacionarlos con las
distintas etapas de los ejemplos que hemos dado.
Hegel sostiene que estas tres etapas se hacen presentes en todos los fenómenos del
mundo, ya sean naturales o culturales. La vida de una flor, un animal o un ser huma-
no (tesis) es negada por la muerte (antítesis); pero el organismo que muere se vuelve
un elemento de la tierra y así permite que surjan nuevas formas de vida (síntesis).
Y podemos distinguir la misma evolución en la historia. Recuerda las grandes civiliza-
ciones, como Grecia, Roma o Mesoamérica; todas vivieron momentos de esplendor
8.1 • La dialéctica hegeliana 161
Espacio de lectura
Lo racional y lo real
La filosofía, precisamente por ser el descubrimiento de lo racional, es a la vez la comprensión de lo actual y lo real, y no la
construcción de un más allá que Dios sabe dónde podría estar, o más bien dónde puede decirse que se encuentra; a saber,
en el error de un modo de razonar parcial y vacío. […]
Lo que es racional es real, y lo que es real es racional.
Ésta es la convicción de toda conciencia no prevenida, como la filosofía, y a partir de aquí ésta aborda tanto el estudio
del mundo del espíritu como el de la naturaleza. […] Se trata entonces de reconocer, bajo la presencia de lo temporal y de lo
pasajero, la sustancia que es inmanente y lo eterno que es presente. Lo racional es el sinónimo de la idea.
El movimiento dialéctico
Cuanto más rígidamente concibe el modo común de pensar la oposición mutua entre lo verdadero y lo falso, más tiende éste a
tomar posición respecto a un sistema filosófico dado, o respecto de una concordancia, o de una contradicción, y en esa toma
de posición sólo ve al uno o al otro de los dos extremos. No concibe la diversidad de los sistemas filosóficos como el desarrollo
progresivo de la verdad, sino que sólo ve la contradicción en dicha diversidad. El capullo desaparece en el estallido de la
floración, y podría decirse que el capullo es refutado por la flor. A la aparición del fruto igualmente, la flor es considerada como
un falso ser de la planta, y en el lugar de la flor se introduce al fruto como su verdad. Estas formas no sólo son distintas, sino
que cada una aniquila a la otra, porque son mutuamente incompatibles. Mas al mismo tiempo, su naturaleza fluida pasa por
momentos de unidad orgánica en los que estas formas no sólo no se aniquilan, sino que cada una de ellas es tan necesaria
como la otra, y esta igual necesidad es precisamente lo que constituye la vida del todo.
ESPÍRITU OBJETIVO
ANTÍTESIS
ESPÍRITU ABSOLUTO
ESPÍRITU SUBJETIVO
TESIS
* Los espíritus subjetivo y objetivo se desarrollan y oponen a partir de la historia, por eso es que las flechas encontradas salen de la misma línea.
Pero es también a través de la historia que se reencuentran y sintetizan en el Espíritu Absoluto.
Espacio de lectura
La astucia de la razón
El hombre hace su aparición como ser natural manifestándose como voluntad natural: eso que se ha llamado lado subjetivo,
necesidad, deseo, pasión, interés particular, opinión y representación subjetivas. Esta masa inmensa de deseos, de intereses
y de actividades son los instrumentos y los medios de que se vale el Espíritu del mundo para lograr su fin, elevarlo a la
conciencia y realizarlo. Pues su única meta es encontrarse a sí mismo, realizarse y contemplarse en la realidad. Es su bien
propio lo que los pueblos y los individuos buscan y obtienen en su activa vitalidad, mas, al mismo tiempo, esos pueblos e
individuos son los medios y los instrumentos para algo superior y más vasto que ellos ignoran y realizan inconscientemente.
[…] yo he aclarado e indicado desde el principio cuál es nuestro supuesto, o nuestra creencia: la Idea de que la Razón
gobierna al mundo, y que, por lo tanto, gobierna y ha gobernado a la historia universal. Por relación a esta Razón universal,
todo lo demás le está subordinado y le sirve de instrumento y de medio. Pero, además, esta Razón es inmanente a la realidad
histórica y se realiza en ella y mediante ella. Es la unión de lo Universal, existente en sí y por sí, y de lo individual y subjetivo
lo que constituye la única verdad.
Para reflexionar
1. Relaciona las siguientes columnas. Primero une la etapa evolutiva señalada por Hegel con la fase del desarrollo del
espíritu que le corresponda; luego une esta fase con la etapa de la dialéctica con la cual se relaciona.
2. Escribe un breve comentario sobre por qué consideras que el fragmento de Hegel que acabas de leer se titula “La
astucia de la razón”.
detrás de todo el proceso. Esto es lo que Hegel llama astucia de la razón, el motor por
el cual los fines del espíritu se cumplen a través de los movimientos y luchas sociales, el
progreso de la ciencia y el saber, y las creaciones del arte. Para que la astucia de la razón
se verifique, no es necesario que los pueblos que buscan transformarse o los artistas que
crean nuevas obras sean conscientes de que sus acciones repercutirán en el curso de la
historia. Quizás algunos sabios, y los filósofos en primer término, lleguen a descubrir
los momentos del proceso dialéctico y las fases del desarrollo del Espíritu en la historia,
pero esto no altera el fin de autoconocimiento del espíritu, como tampoco lo altera el
hecho de que otros agentes de la historia no alcancen este saber.
OPOSICIÓN DE
AUTOCONCIENCIAS
LUCHA A MUERTE
SUBLEVACIÓN
INTERCAMBIO DE PAPELES
ESCLAVO AMO
CONCILIACIÓN:
DOS CONCIENCIAS LIBRES
168 UNIDAD 8 • El idealismo clásico alemán
En el mapa mental anterior, los cuadros centrales representan los momentos deci-
sivos de la dialéctica amo-esclavo, en tanto que los de los extremos representan las
conciencias en conflicto. La línea gruesa del centro representa la historia, el espacio
donde se desarrolla todo el proceso. Advierte que las flechas que relacionan al amo y
al esclavo se oponen o apuntan hacia una u otra dirección; esto refleja los momentos
de oposición, afirmación y nuevo conflicto, hasta que se alcanza la síntesis.
Espacio de lectura
Para reflexionar
1. Piensa en un movimiento social, actual o del pasado, de tu país o del extranjero, en el que puedas identificar un
movimiento dialéctico similar al ejemplo del amo y el esclavo. Ubica los distintos momentos del proceso (consulta el
mapa mental) en el caso que seleccionaste. Detállalos brevemente para complementar el siguiente cuadro.
Enfrentamiento de
autoconciencias
Lucha a muerte
Comprensión y conciliación
NOMBRE: • GRUPO
EVALUACIÓN DE LA UNIDAD 8
Resuelve los siguientes ejercicios para reafirmar lo que aprendiste en esta unidad. Si
es necesario, repasa tus lecturas y apuntes.
I. COMPRENSIÓN DE DOCTRINAS
Lee con atención las siguientes oraciones. Si consideras que lo que afirman es correc-
to, escribe una C dentro del paréntesis; si consideras que enuncian algo incorrecto,
escribe una I. Cuando termines, corrige las oraciones erróneas en tu cuaderno.
1. Fichte, predecesor de Hegel, sostenía que para poder llegar a saber algo
debía existir una identidad entre el sujeto y el objeto del conocimiento. ( )
2. Para Hegel el movimiento dialéctico es una forma de razonamiento, pero no es
un fenómeno real que de hecho exista en el mundo. ( )
3. Cuando Hegel afirma que “todo lo racional es real”, quiere decir que la realidad
deviene o se desarrolla de manera racional. Afirma también que a esto se
debe que nuestra razón asimile perfectamente la realidad cuando nos concen-
tramos en comprenderla. ( )
4. En el marco de la filosofía hegeliana, superar significa dejar atrás las expe-
riencias que se han adquirido y comenzar de cero en la búsqueda de nuevos
conocimientos. ( )
5. Hegel llama astucia de la razón al hecho de que el espíritu absoluto alcance
su fin último (la autoconciencia) a través de los individuos y sociedades que
hacen la historia. ( )
de acuerdo con la ley de los tres estados. Otro ejemplo de esto se encuentra en las
ciencias. No todas nacen al mismo tiempo, ni todas alcanzan el estado positivo al
mismo tiempo. La primera ciencia que alcanzó el estado positivo desde la Antigüe-
dad fue la matemática. Después, en el Renacimiento, lo alcanzaron la astronomía y
la física. Más adelante, durante la Ilustración, las ciencias que alcanzaron el estado
positivo fueron la química y la biología. Y la última en alcanzar ese estado, según
Comte, será la sociología.
Te sorprenderá que considere a la sociología como una ciencia. Pero en efecto,
Comte la consideraba como la “totalización de la experiencia”, es decir, el saber
que reúne la totalidad de los conocimientos de un modo positivo. El sociólogo —que
vendría siendo un filósofo en estado positivo— estudia el orden social y describe las
leyes responsables de su cambio y su evolución. De estas leyes y de su conocimiento,
pero también de su traducción a normas y aplicaciones prácticas, dependerá la evo-
lución de la sociedad y el establecimiento de un orden.
El último paso en el establecimiento de una sociedad ordenada y en progreso será
la adopción de una religión positiva que, como en las ciencias, cambie las supersticio-
nes religiosas por una creencia positiva que, en este caso, sustituya a Dios por la con-
fianza en la existencia de una entidad superior que nos adelanta en el conocimiento
de las leyes que conducen y rigen la naturaleza y que han de regir la sociedad.
Espacio de lectura
Para reflexionar
Busca en la televisión, los periódicos o en Internet alguna noticia, reportaje o comentario donde encuentres ecos del pensa-
miento positivista (confianza absoluta en la razón, primacía del conocimiento científico, etc.). Pega o reseña la noticia en tu
cuaderno. Después elabora un cuadro donde señales las ventajas y desventajas que esa forma de pensamiento positivo tiene
para nuestra sociedad o nuestra época.
9.2.1 SAINT-SIMON
Comencemos con Saint-Simon (Claude-Henri de Rouvroy, conde de Francia, 1760-
1825), cuya forma de pensar lo coloca en un lugar intermedio entre Marx y Comte,
quien fue su secretario por algunos años.
Hombre educado, entre otros por el propio D’Alambert (autor de la Enciclope-
dia), militar que tomó parte en la guerra de independencia de Estados Unidos, fue
también crítico tanto de la filosofía de la Ilustración como de la realidad social de su
tiempo. Estaba convencido de que la Revolución Francesa no había terminado por
darle forma a una sociedad nueva y mejor, y que a mitad del camino era necesario
preguntarse por dónde se debía continuar.
Compartía con los ilustrados la idea de que era el espíritu racional y científico
el que debía guiar a la humanidad por ese camino. Él, como Comte, pensó en que
se necesitaba una nueva ciencia, a la que llamó fisiología social, que estudiara a la
sociedad, las formas y los tiempos de organización y que definiera sus leyes.
176 UNIDAD 9 • Las filosofías de la transformación
Saint-Simon no elaboró una utopía como tal. No trazó o imaginó el modelo de una
sociedad futura, pero sí pensó en dos cosas centrales: que esa sociedad nueva debía
tener su base en los trabajadores (se podía prescindir de la monarquía o del clero, pero
no de los trabajadores), y que debería estar organizada por un gobierno de científicos,
organizados en diversas cámaras, cuya función sería la de establecer los criterios de in-
dustrialización. Al final, si se planeaba bien, de tal manera que los intereses de obreros
e industriales coincidieran plenamente, ésa sería una sociedad pacífica.
Espacio de lectura
El trabajo socialista, para poder ejercer una fuerte atracción sobre el pueblo, deberá diferir radicalmente de las odiosas formas
con que nos lo presenta el estado actual. La industria socialista, para ser atractiva, necesitará cumplir las siete condiciones
siguientes:
1. Que cada trabajador sea asociado, retribuido con dividendos y no con salario.
2. Que todo hombre, mujer o niño, sea retribuido en proporción de las tres facultades: capital, trabajo, talento.
3. Que las sesiones industriales sean variadas aproximadamente ocho veces al día, pues el entusiasmo no puede
sostenerse más de hora y media o dos horas en el ejercicio de una función agrícola o manufacturera.
4. Que sesiones industriales sean ejercidas en compañía de amigos espontáneamente reunidos, intrigados y estimula-
dos por activísimas rivalidades.
5. Que los talleres y cultivos presenten al obrero los atractivos de la elegancia y limpieza.
6. Que la división del trabajo sea llevada al grado supremo, a fin de aficionar a cada sexo y cada edad a las funciones
más adecuadas.
7. Que en esta distribución, cada uno, mujer o niño, goce plenamente del derecho al trabajo o el derecho a intervenir en
cada rama de trabajo que le convenga elegir, siempre que acredite aptitudes y probidad.
Para reflexionar
1. Investiga en enciclopedias, Internet o en tus libros de historia si existe un modelo de organización comunitaria que reúna
los elementos característicos del falansterio. Descríbelo en tu cuaderno y explica por qué consideras que se inspira
en la doctrina de Fourier.
2. Escribe un comentario crítico al socialismo utópico, en el que examines las siguientes preguntas: ¿Por qué los tra-
bajadores deben ser el núcleo principal de la transformación social? ¿Qué podría hacerle falta a este grupo para
desarrollar una buena organización social? ¿Qué otros grupos sociales deberían participar en la reconstrucción de la
sociedad? ¿Realmente sería posible y recomendable eliminar todas las pasiones de la sociedad?
9.2.3 EL MARXISMO
¿Qué hay en el marxismo, la doctrina de Carlos Marx (1818-1883) y Federico Engels
(1820-1895), que hizo que influyera en muchos movimientos sociales del siglo xx y
aun en algunos del siglo xxi?
La respuesta no es nada fácil. En realidad, nunca hay una sola respuesta para
esas preguntas. Pero una de las razones de esa influencia es que el marxismo es una
doctrina filosófica que no sólo se propone generar ideas para transformar la realidad,
sino que se concibe como revolucionaria, es decir, como una doctrina que plantea
acciones concretas para modificar la realidad social y, por ende, la historia.
El problema que el marxismo encuentra al inicio es simple: ¿Realmente son las
ideas las que conducen al mundo? ¿De verdad son las cosas que el espíritu concibe
—como pensaba Hegel— las que producen las transformaciones? La respuesta que
dan a esta pregunta es lo más importante: a partir de la lectura de Feuerbach, otro
filósofo alemán, Marx concluyó que el motor de la historia y el generador del movi-
Marx miento social no es el pensamiento, sino la materia. Así, el espíritu no sería otra cosa
que el reflejo de la materia que lo produce.
El materialismo histórico
Basado en esta idea, Marx adoptó la dialéctica hegeliana para explicar el cambio
histórico a partir de las “condiciones materiales” que lo producen. Para Marx
tales condiciones son las formas de producción, que constituyen la base material
que determina la organización social y el cambio en la historia. Su propuesta, en
resumen, es la siguiente: una cierta manera de producir determina la forma que
adopta una organización social. Es decir, que la forma de las relaciones de produc-
ción depende de la forma en que se producen los objetos. Por ejemplo, en la Edad
Media lo que definía el tipo de relación que existía entre el señor y el siervo era la
producción con telares, mientras que en la era industrial lo que definía la relación
entre burgueses y proletarios era la producción con la máquina. Esas relaciones,
conformadas a partir del modo de producción y definidas por la ley y por la forma
de reparto del ingreso, constituyen en conjunto lo que Marx llama infraestructura de
la sociedad.
Lo que es importante entender aquí es la postura de Marx, según la cual, la
organización social, es decir, toda la infraestructura en la que está sostenida la vida
de una sociedad, se basa en la manera en que los hombres transforman la natura-
leza en productos. Esto lleva a concluir que para encontrar las contradicciones que
provocan que se pase de una forma de producción a otra (siguiendo una lógica
dialéctica), necesitamos estudiar los modos de producción y su historia, y entender
cómo puede el hombre influir en la manera de producir —es decir, transformar sus
condiciones de trabajo— para alcanzar una sociedad más igualitaria. En resumen,
lo que plantea esta doctrina es que para llegar a una sociedad mejor y más justa
no son las ideas y los pensamientos los que tienen que cambiar, sino las formas de
producción.
El capital
La obra cumbre de Carlos Marx es El capital. En ella Marx analiza el modo de pro-
ducción capitalista para comprender cómo funciona, buscando encontrar las contra-
dicciones internas que al final lo transformarían.
9.2 • El socialismo utópico y el marxismo 179
El comunismo
Un ejército de obreros en condiciones de miseria y desempleados, y una enorme con-
centración del capital en muy pocas manos, es el principio de la transformación de
la sociedad hacia un estado mejor. La supresión de la propiedad privada —que para
Marx es la fuente de la acumulación primaria del capital— es el primer paso hacia
la construcción de la dictadura del proletariado, en la que todos los bienes y medios
de producción son públicos, al ser propiedad del Estado. De esta forma, todos los
miembros de la sociedad comienzan, poco a poco, a hacer valer por igual su trabajo.
Idealmente, después de que todos hayan llegado a una condición de igualdad, el Es-
tado tendría que desaparecer.
Espacio de lectura
Mercancía y trabajo
Como los valores de cambio de las mercancías no son más que funciones sociales de las mismas y no tienen nada que ver
con sus propiedades naturales, lo primero que tenemos que preguntarnos es esto: ¿cuál es la sustancia social común a
todas las mercancías? Es el trabajo. Para producir una mercancía hay que invertir en ella o incorporar a ella una determinada
cantidad de trabajo. Y no simplemente trabajo, sino trabajo social. El que produce un objeto para su uso personal y directo,
para consumirlo, crea un producto, pero no una mercancía. Como productor que se mantiene a sí mismo no tiene nada que
ver con la sociedad. Pero para producir una mercancía no sólo tiene que crear un artículo que satisfaga una necesidad social
cualquiera, sino que su mismo trabajo ha de representar una parte integrante de la suma global de trabajo invertido por la
sociedad. Ha de hallarse supeditado a la división del trabajo dentro de la sociedad. No es nada sin los demás sectores del
trabajo y, a su vez, tiene que integrarlos.
Marx, Salario, precio y ganancia.
180 UNIDAD 9 • Las filosofías de la transformación
Espacio de lectura
Para reflexionar
1. Después de leer a Marx y Engels, explica con tus propias palabras por qué el valor del trabajo humano no puede
compararse con el de las mercancías.
2. ¿Cuál crees que sería la forma correcta de valorar y retribuir el trabajo de las personas? Desarrolla y escribe la res-
puesta en tu cuaderno.
sí es fácil reconocer que desarrolló su filosofía y sus escritos en tres grandes etapas:
a) La de crítica a la moral ascética, los valores judeocristianos, la cultura y ciertas
formas de la racionalidad filosófica; b) la del nihilismo, que consiste en la nega-
ción y rechazo a los valores que ha criticado; y c) la de la idea del superhombre
como superación del momento nihilista.
9.3.2 EL NIHILISMO
Es esta etapa la que a menudo ha provocado que la obra de Nietzsche sea malinter-
pretada. Muchos han tomado ésta como la propuesta central de su filosofía, como si
el único objetivo del filósofo fuera derribar a la moral ascética desde sus cimientos,
para luego dejar a los seres humanos a merced del sinsentido. Sin embargo, esta
interpretación es resultado de haber hecho una lectura incompleta de la filosofía
nietzscheana.
182 UNIDAD 9 • Las filosofías de la transformación
Espacio de lectura
El nihilismo
Una vez admitidos estos dos hechos, que el devenir carece de objetivo y que no está dirigido por ninguna unidad global en
la que el individuo pudiera sumirse enteramente como elemento de un valor supremo, queda una escapatoria posible: la de
condenar por ilusorio a todo ese mundo del devenir e inventar un mundo situado más allá, que sería el mundo verdadero.
Mas en el momento en que el hombre descubre que este mundo no está edificado más que sobre sus propias necesidades
psicológicas y que no hay fundamento alguno para creer en él, empieza a tomar cuerpo la última forma del nihilismo que
implica la negación del mundo metafísico e impide creer en un mundo verdadero. Llegados a este estadio, se reconoce que la
realidad del devenir es la sola realidad y se prohíben todos los caminos alternativos que condujeran a la creencia en otros
mundos y en falsos dioses —mas no se soporta este mundo al que se le ha negado ya la voluntad de negar...
¿Qué ha ocurrido entonces? Que el sentimiento de la falta de valor de la existencia se ha instalado en nosotros cuando
hemos comprendido que ésta no puede ser interpretada en su conjunto ni con la ayuda del concepto de “fin”, ni con la
del concepto de “unidad”, ni con la del concepto de “verdad”. No se llega a ninguna parte, no se espera nada; la unidad
global se desvanece en la pluralidad del devenir: el carácter de la existencia no consiste ya en ser “verdadera” sino en ser
falsa... no queda ninguna razón para persuadirse de que existe un mundo verdadero... En suma, las categorías de “fin”, de
“unidad”, de “ser”, gracias a las cuales dábamos valor al mundo, le son ahora retiradas, y el mundo parece haber perdido
todo su valor...
Para reflexionar
1. Relaciona en el siguiente cuadro las tres transformaciones de las que habla Nietzsche con las tres etapas de su crítica
que acabas de estudiar. En la segunda columna escribe la etapa que corresponde a la transformación y en la tercera
explica brevemente en qué consiste ésta.
Camello
León
Niño
2. Identifica algún momento de la historia, puede ser el que te está tocando vivir o incluso algún momento de tu propia
existencia, en que se manifieste el nihilismo. Escribe un ensayo de una cuartilla en el que expliques por qué tal situa-
ción es nihilista y donde propongas una opción para superar ese momento de negatividad.
Una observación
Como puedes ver, ninguno de estos estadios está libre de contradicciones y de tensio-
nes, lo que llevaría a concluir que éstas forman parte de cualquier modo de vida.
Espacio de lectura
El hombre ético
El trabajo, el matrimonio y la sociedad son los deberes fundamentales dentro de la existencia ética. Para el hombre ético no
es necesario hacer una extensa normatividad para su vida, pues ésta viene dada en el conocimiento de cada una de sus
situaciones concretas, esto es, no se requiere, ni se puede tener una normatividad a priori, pues lo concreto no puede suje-
tarse a este tipo de conocimiento. Tampoco se necesita de la ley positiva general (no matar, no robar, no cometer adulterio,
etc.), pues ésta sirve más bien para contener los impulsos de las personalidades estéticas; el hombre ético muy rara vez se
encuentra relacionado con los problemas judiciales, su deber está en lo ordinario de su trabajo y su familia, y cumpliendo
estas dos responsabilidades, en la sociedad.
Para reflexionar
Piensa en cómo sería vivir, trabajar, cumplir con los deberes o relacionarse con los demás en cada uno de los estadios
descritos por Kierkegaard. En tu cuaderno, describe a tres personajes que representen cada estadio; pueden ser personajes
de la literatura, el cine o de tu propia invención.
NOMBRE: • GRUPO
EVALUACIÓN DE LA UNIDAD 9
Resuelve los siguientes ejercicios para reafirmar lo que aprendiste en esta unidad. Si
es necesario, repasa tus lecturas y apuntes.
I. COMPRENSIÓN DE DOCTRINAS
Responde brevemente a las siguientes preguntas:
1. ¿A qué llama Augusto Comte el estado positivo de la humanidad?
2. ¿Qué tienen en común los modelos socialistas propuestos por Saint-Simon y
Fourier? Explica por qué se les caracteriza como utópicos.
3. ¿Cuál es la contradicción que encierra el capitalismo según Marx?
4. ¿Qué es el superhombre para Nietzsche?
5. Menciona y explica las diferencias entre la doctrina de los tres estados de
Comte y la de los tres estadios del hombre de Kierkegaard.
Espacio de lectura
El final de la filosofía
Ese carácter del ser del “ser ahí”, embozado en cuanto a su de dónde y su adónde, pero tanto menos embozado en sí mismo,
antes bien “abierto”, este “que es”, lo llamamos el “estado de yecto”, de este ente en su “ahí” de tal suerte que en cuanto es un
“ser en el mundo”, es el “ahí”. La expresión “estado de yecto” busca sugerir la facticidad de la entrega a la responsabilidad. El
“que es y ha de ser” “abierto” en el “encontrarse” del ser “ahí” no es ese “que es” que se expresa ontológica y categorialmente
en la “efectividad” inherente al “ser ante los ojos”. Ésta sólo se vuelve accesible en un fijar la vista en ella. El “que es” “abierto” en
el “encontrarse” ha de concebirse, en cambio, como una determinación existenciaria de aquel ente que es en el modo del
“ser en el mundo”. La “facticidad” no es la “efectividad” del “factum del mundo” de algo “ante los ojos”, sino un carácter del ser
del “ser ahí” acogido en la existencia, aunque inmediatamente repelido. Ante el “que es” de la “facticidad” no podemos
encontrarnos nunca en una intuición.
Espacio de lectura
El absurdo
Durante todos los días de una vida sin brillo, el tiempo nos lleva con él. Pero siempre llega un momento en que es necesario
que lo llevemos con nosotros. Vivimos mirando el porvenir: “mañana”, “más tarde”, “cuando te hayas situado”, “con la edad lo
comprenderás”. Estas inconsecuencias son admirables porque, a fin de cuentas, se trata de morir. Un día llega, sin embargo,
en que un hombre constata o dice que tiene 30 años. Así afirma su juventud. Pero, a la vez, se sitúa por relación al tiempo.
Ocupa en él su lugar. Reconoce estar en cierto momento de una curva que confiesa debe recorrer. Pertenece al tiempo y,
sobrecogido por el horror, reconoce en él a su peor enemigo. Mañana, deseaba mañana, cuando todo en él hubiera debido
rechazarlo. Esta rebeldía de la carne es el absurdo.
Para reflexionar
Responde las siguientes preguntas:
1. ¿Por qué el hombre es un “ser para la muerte” según Heidegger? ¿Qué consecuencias crees que puede tener el
definir al hombre como un ser para la muerte? Menciona y explica una de ellas.
2. Si el absurdo de la vida consiste en que ésta no se puede comprender mediante la razón, ¿mediante que otras facul-
tades humanas podría entenderse la existencia? Elabora tu respuesta en la forma de un breve ensayo.
Algunas claves
Las novelas y películas que exponen problemas e ideas del existencialismo pueden ser
de gran ayuda para explicar al estudiante que, además de una doctrina, el existencia-
lismo es una peculiar actitud ante la vida. Le sugerimos al profesor proyectar en clase
películas como Rebelde sin causa (Rebel without a cause, Nicholas Ray, Estados Unidos,
1955), Trainspotting (Danny Boyle, Estados Unidos, 1996), o Adaptation (Spike Jonze,
Estados Unidos, 2002); o bien, la lectura de novelas como El extranjero de Albert
Camus, La Náusea de Jean Paul Sartre o El lobo estepario de Hermann Hesse. Después
de la exhibición de las películas o la lectura de los textos se pueden realizar debates
o exposiciones en los que los estudiantes comenten, discutan y aclaren sus ideas. Al
final se les puede pedir que elaboren un resumen o ensayo donde presenten las que
consideren son las características más importantes del existencialismo y sus implica-
ciones culturales.
Espacio de lectura
La filosofía
4.111 La filosofía no es una de las ciencias naturales.
(La palabra “filosofía” debe significar algo que esté sobre o bajo, pero no junto a las ciencias naturales.)
4.112 El objeto de la filosofía es la aclaración lógica del pensamiento.
La filosofía no es una doctrina, sino una actividad.
10.2 • Problemas y doctrinas fundamentales 197
Michel Foucault
Aunque Michel Foucault nunca aceptó ser estructuralista —como tampoco aceptó
nunca ser propiamente filósofo— lo cierto es que su pensamiento se constituye
a partir de tratar de comprender ciertos fenómenos como la locura, el poder, la
verdad y el sujeto, en torno a dos ejes primordiales: la estructura de la que son de-
pendientes y su historia. De este modo, su pensamiento no está compuesto tanto
de ideas “filosóficas” como de análisis concretos de momentos de la historia donde
se produce una cierta estructura a partir de la cual ciertas cosas son vistas como
problemas. Así, sus afirmaciones son en realidad tangenciales, conclusiones sobre
cosas que en el espacio de la historia pueden ser vistas como estructuras o ejes
que producen significación y que nos permiten comprender el presente de manera
crítica.
Por ejemplo, al examinar el problema del loco, Foucault comenzó por pregun-
tarse cuándo éste se convirtió en un problema, y la conclusión a la que llegó fue
que eso ocurrió en el momento en que la razón emergió como la referencia de lo
humano (es decir, con Descartes, en la modernidad), pues en ese nuevo contexto la
locura comenzó a considerarse como una “enfermedad” de la razón y se convirtió
en un campo de estudio. De este modo, descubre que el sujeto llamado loco y el
surgimiento de un campo de saber que examina la locura es un movimiento simul-
táneo que conforma una estructura. El loco existe en función de la existencia de ese
198 UNIDAD 10 • Filosofía contemporánea
campo de estudio. A partir de ahí Foucault acuña la idea de una arqueología, que
sería un método de estudio de los discursos, es decir, de la forma en que se articulan
los conocimientos, las imágenes, las ideas, las palabras, etc., sobre un sujeto
dado, por ejemplo, el loco. Así, puede dar cuenta de que un cierto tipo de sujeto (el
loco, el homosexual, el hippie) lo es en la medida en que depende de un discurso que
lo define, le da el carácter de sujeto y crea instituciones alrededor de él. Ese discurso,
comprenderá más adelante, se estructura a partir del poder, como una expresión
del mismo. Poder que no es el poder político, que no es algo que se ostenta, sino
que se ejerce. Poder que es entendido, ante todo, como una estructura: una relación
asimétrica que se presenta casi en cualquier parte: en la escuela, en el manicomio,
en la cárcel, en la casa.
Espacio de lectura
Para reflexionar
Piensa en otro fenómeno histórico y social, como la diversidad sexual, la bulimia, las tribus urbanas, etc., que se haya estruc-
turado a partir de ciertas ideas o acontecimientos y que haya dado lugar a sujetos, instituciones, lenguajes, etc., y realiza una
breve investigación sobre él. Después explica lo siguiente:
sin importar a qué te quieras dedicar, la filosofía continuará siendo una actividad
vital entre los hombres.
Este apartado, en consecuencia, no es sino una puerta abierta para que formules
tus propias preguntas y para que, después de conocer la forma en que los filósofos
han estructurado sus preguntas a lo largo de la historia, te sientas con la libertad de
hacer tuyo el pensamiento.