Civil Trabajo Final
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Civil Trabajo Final
MATERIA
DERECHO CIVIL
PROFESOR
JORGE AGUIRRE
INTEGRANTE
¿Qué elementos deben existir para que haya un contrato de transacción? Para
que haya transacción, deben existir los siguientes elementos:
Que las partes hagan concesiones recíprocas: eso significa que las personas que
participan del contrato cambian un derecho por otro, lo que es muy diferente a
renunciar a un derecho. Estas concesiones pueden ser muy dispares.
1º. La res dubia o derecho discutido que comporta una relación jurídica incierta (o
al menos incierta subjetivamente para las partes, aunque objetivamente no haya
fundamento para la duda), susceptible de provocar litigios, se haya iniciado o no
proceso judicial o arbitral.
2º. La intención de las partes de sustituir la relación dudosa por una relación cierta
e incontestable.
3º. Las recíprocas concesiones por parte de los interesados, para resolver la
controversia. Este requisito esencial, tal y como lo interpreta la jurisprudencia no
exige la paridad en los sacrificios o concesiones, porque “el móvil de la solución de
conflictos puede determinar desigualdad en las concesiones, y aunque si una de
las partes no da, promete o cede su derecho, existiría una mera renuncia de la
otra, no obstante, las prestaciones pueden ser sacrificios de orden moral y no han
de tener necesariamente contenido patrimonial.
El contrato de compromiso se define como aquel en virtud del cual las personas
entre las que haya surgido una controversia, o aquellas que admitan la posibilidad
de que exista en el futuro, convienen en someter la decisión de la misma al juicio
arbitral.
El contrato de compromiso se define como aquel en virtud del cual las personas
entre las que haya surgido una controversia, o aquellas que admitan la posibilidad
de que exista en el futuro, convienen en someter la decisión de la misma al juicio
arbitral. “La visión clásica parte de la regla indiscutible de que los contratos son
hechos para ser respetados; cuando una persona contrata lo hace con la fe y la
esperanza de que lo contratado se cumplirá”
“Las obligaciones que nacen de los contratos tienen fuerza de ley entre las partes
contratantes, y deben cumplirse al tenor de los mismos”.
Los anteriores artículos, entre muchos otros que pudiera citar, dan lugar a la sólida
edificación de lo que se denomina “eficacia de los contratos”.
Según los principios latinos, el principio “pacta sunt servanda” solo admite tres
excepciones: imposibilidad física, imposibilidad moral y cláusula “rebus sit
estantibus”. La cláusula “rebus sit estantibus” es la que permite la revisión de los
contratos. Pero el contrato que no tiene cláusulas bajo el principio “rebus sit
estantibus”, o revisión, no puede revisarse y tiene que cumplirse al pie de la letra
todo lo pactado.
Características
Afianzadora
LA HIPOTECA
La Hipoteca Inmobiliaria es considerada como una garantía real que, sin llevar
consigo desposesión actual del propietario de un inmueble, le permite al acreedor,
si no es pagado al vencimiento, el derecho de embargar y rematar ese inmueble
en cualesquiera manos en que se encuentre, y el de cobrar con preferencia sobre
el precio (Mazeaud citado por Valencia, 2006, p. 171 ).
De igual forma es definida como el contrato en virtud del cual una persona llamada
deudor hipotecario, constituye un derecho real sobre un bien generalmente
inmueble, determinado y enajenable, a favor de la otra parte llamada acreedor
hipotecario, para garantizar el cumplimiento de una obligación, sin desposeer al
deudor del bien gravado y que le da derechos al acreedor, de persecución y en
caso de incumplimiento de la obligación, de enajenación y de preferencia para ser
pagado con el producto de la enajenación. El término hipoteca designa tanto al
contrato como al derecho de garantía (Darlington, 2013, p. 161 ).
En síntesis, puede señalarse que los principales tratadistas sobre el tema, hacen
referencia a un contrato accesorio y de garantía real, mediante el cual el deudor
da en garantía un bien inmueble, sin desprenderse del mismo, para asegurar el
cumplimiento de la obligación. Ahora bien, hay que tener presente que la hipoteca
además de poderse constituir sobre bienes inmuebles, esta puede darse también
sobre muebles; no obstante, únicamente respecto los admitidos por la ley, aunado
a ello, a través de la misma, puede asegurarse una obligación ajena con el valor
de la cosa.
CARACTERÍSTICAS DE LA HIPOTECA.
En ese orden, precisamente los artículos 1579 y 1595 del código civil preceptúan
que la hipoteca requiere constar por escritura pública e inscribirse en el Registro
Público para que afecte a terceros. Ha de ser constituida por las personas que
según el Registro Público están facultadas para ellos.
Por otra parte, este contrato será bilateral “cuando el acreedor se obligue a
pagarle al deudor hipotecario, una remuneración por dicha garantía” (Arroyo
Camacho citado por Mitil, 2015, p.33 ). En cuanto a la bilateralidad de este
contrato, hay que verla desde el punto de vista de su utilidad o beneficio, ya que
de tal forma será también oneroso. Y esto es así, cuando el propietario de la finca
constituye la hipoteca al momento de recibir el dinero, siendo este el caso.
Resultando de esta forma beneficiado al obtener el crédito, que posiblemente, sin
esta garantía no lo habría conseguido, mientras que el acreedor obtiene como
beneficio, una garantía más efectiva para su crédito. Porque obtiene seguridad de
que el mismo será satisfecho. De esta forma estamos en presencia de un contrato
de hipoteca, tanto bilateral como oneroso.
Se dice entonces, que la hipoteca no puede existir sin el crédito por ser ésta
accesoria; y aunque la obligación principal penda sobre una condición, se
entenderá que la hipoteca garantiza el cumplimiento o el nacimiento de ésta.
En los casos que la hipoteca se extinga por vía indirecta v. gr. por pago, se
entenderá que la hipoteca como tal no garantiza el cumplimiento de obligación
alguna. Y por ello, existirá la hipoteca o el gravamen sobre la finca, hasta mientras
tanto no sea cancelada por el acreedor hipotecario o en su defecto por quien
tenga inscrito el derecho real a su nombre en el Registro Público, o por vía
El deudor de igual forma tiene derechos de administración del bien, percibir frutos,
y disponer del mismo, ya sea para enajenarlo o para imponer otro derecho real;
sin embargo, estos últimos actos no pueden perjudicar al acreedor hipotecario, por
la oponibilidad erga omnes de su derecho real (Darlington, 2013, p. 165 ).
Obligaciones del Acreedor Hipotecario. La obligación per se que deviene del
cumplimiento de la obligación principal por parte del deudor, la de cancelar la
hipoteca (Valencia, 2006 , p. 175 ).
Obligaciones del Deudor Hipotecario. Entre las obligaciones que puede tener el
deudor hipotecario está la de cuidar el bien inmueble con todas las diligencias de
un buen padre de familia, es decir, cuidar y atender debidamente (Valencia, 2006,
p.176 ).
CLASES DE HIPOTECA
ALCANCE DE LA HIPOTECA
BASES JURÍDICAS
Siendo que el objeto central del artículo se basa en el alcance del contrato de
hipoteca, conforme la legislación civil de Panamá, veamos los principales
elementos que regula al respecto el Código Civil de Panamá.
Que las personas que constituyan la prenda o hipoteca tengan la libre disposición
de sus bienes o, en caso de no tenerla, se hallen legalmente autorizadas al efecto.
En atención a lo expuesto, el primer requisito se deriva del objeto o del fin a que
responde dicho contrato y del carácter accesorio que lo distingue, porque la
hipoteca no puede existir sin una obligación principal -en principio- anterior o
coetánea, a cuyo cumplimiento sirva de garantía; de donde se deduce que sin
dicha obligación principal no pueda subsistir ni tiene lugar dicho contrato. Por
tanto, aunque exista la promesa de constituir la hipoteca, esta promesa no es
exigible mientras no exista o se constituye la obligación que ha de ser asegurada.
Respecto al segundo podemos decir, que la hipoteca responde ordinariamente de
un crédito real o de una obligación principal cuyo cumplimiento se garantiza por
alguno de dichos medios y, por consiguiente, es de esencia de este contrato, que
en el caso de no ser cumplida la obligación principal garantizada, pueda
procederse contra la garantía aplicándose el producto de la misma a la
satisfacción de dicha obligación, la cual no podría tener efecto si el bien o los
bienes hipotecados no fueran de la pertenencia del que los hipoteca.
Hay que tener presente, que este contrato es accesorio, constituido para
garantizar una obligación principal, de cuyo cumplimiento responde, y que por
tanto es de esencia en este contrato que, vencida la obligación asegurada, pueda
o puedan ser enajenadas las cosas dadas en hipotecas, el cual requiere no solo
que el que las grava en tal concepto, tenga la propiedad de ellas, sino que además
goce de la libre disposición de sus bienes, porque el acto que realiza constituye
una verdadera enajenación o transmisión, según queda ya indicado.
Vencida en efecto la obligación principal garantizada con hipoteca, sin que hubiera
sido cumplido en la forma estipulada, surge de ese mismo hecho el derecho del
acreedor a proceder contra los bienes que constituyan la garantía para hacer
efectiva con su producto la obligación indicada, es lo que jurídicamente se
denomina, derecho de persecución o venta, respecto los bienes hipotecados a fin
de darle cumplimiento al pago de la deuda.
Ahora bien, en nuestro derecho positivo el pacto comisorio es prohibido, tal como
lo determina el artículo 1550 citado.
Vencida la obligación asegurada sin que sea hecha efectiva por el deudor, nace
pues el derecho del acreedor para proceder a su realización; pero hasta que no
llegue este caso no tiene derecho alguno aquel para apropiarse las cosas
hipotecadas, ni para disponer de ellas o ella con ningún otro objeto.
No podrá, por tanto, el heredero del deudor que haya pagado parte de la deuda,
pedir que se extinga proporcionalmente la prenda o la hipoteca mientras la deuda
no haya sido satisfecha por completo.
Tampoco podrá el heredero del acreedor que recibió su parte de la deuda devolver
la prenda ni cancelar la hipoteca en perjuicio de los demás herederos que no
hayan sido satisfechos.
Se exceptúa de estas disposiciones el caso en que, siendo varias las cosas dadas
en hipoteca o en prenda, cada una de ellas garantice solamente una porción
determinada del crédito.
Ahora bien, cuando la prestación no consista en dar dinero, sino otra cosa, o
cuando sólo sea para ejecutar un hecho u omitirlo, siempre y cuando su
incumplimiento pueda traducirse en dinero, la hipoteca no asegurará sino
indirectamente el cumplimiento específico de estas prestaciones, pues de una
manera directa e inmediata sólo puede garantizar la percepción de una cantidad.
El derecho de venta que tiene el acreedor hipotecario, sobre el bien objeto del
gravamen, se lo otorga la ley, que está inmerso en el contrato; y dicho derecho de
venta, es de conocimiento del deudor. Así es que, al firmar el contrato de hipoteca,
éste acepta todas las cláusulas -siempre y cuando no sean contrarias a la ley, a la
moral ni al orden público-, derechos y obligaciones que emanan de él.
Una vez que la obligación se hace exigible, el acreedor hipotecario ejercitará este
derecho de persecución, si el inmueble gravado ha pasado a manos de terceros.
El último párrafo del artículo citado destaca taxativamente las clases de hipotecas
que reconoce la normativa civil, siendo estas voluntarias o legales.
Bienes que pueden ser objeto de Hipoteca: “ARTÍCULO 1567. Sólo podrán ser
hipotecados:
Los derechos reales enajenables, con arreglo a las leyes, impuestos sobre bienes
de aquella clase;
Del citado artículo, no se limita a decir que sólo pueden ser objeto de hipoteca los
bienes inmuebles, y los derechos reales enajenables impuestos sobre ellos; sino
también los bienes muebles susceptibles de ser específicamente determinados o
individualizados, y de ser descritos a suficiencia, tal como se deja entrever en el
ordinal tercero de este artículo.
Ahora desarrollaremos, los bienes que no pueden gravarse con hipoteca, ya sea
por su naturaleza o su especialidad o por el estado en que se encuentran.
Nuestro Código Civil, en su artículo 1569, en sus siete ordinales, señala aquellos
bienes no susceptibles de gravarse, no siendo realmente taxativo dicho artículo,
podrá hipotecarse cualquier bien, siempre y cuando cumpla con los requisitos la
Ley determina. Este artículo, establece lo siguiente:
Los frutos y rentas pendientes, con separación del predio que los produzca;
Los títulos de la deuda del Estado, de los Municipios, y las obligaciones y acciones
de banco, empresas o compañías de cualquiera especie;…”.
Al respecto, el Código Civil, hace una clasificación de los frutos, ellos son
naturales y civiles; los naturales son aquellos que da la naturaleza ayudada o no
de la industria humana y los frutos civiles son aquellos que provienen del alquiler
de los edificios, el precio de arrendamientos de tierras y el importe de la renta, por
indicar algunos.
Por otro lado, los títulos de la deuda del Estado y de los municipios, no puede ser
objetos de hipoteca, en vista que ello atenderá contra el orden público, y por ende
contra la Nación.
Se establece entonces, que todo incremento que provengan de las partes o por
vía distintas a lo mencionado, no pueden considerarse para los efectos de la
extensión objetiva de la hipoteca. Esta extensión de la hipoteca no es necesaria
que haya pacto expreso, sino que, por ministerio de la Ley, la hipoteca comprende
las accesiones naturales, tal como lo expresa la primera fracción de este artículo
en análisis.
“ARTÍCULO 1572.
Siendo dos o más fincas las que se hipotecaren por un solo crédito, tendrá que
acordar el deudor con el acreedor voluntariamente de la distribución del crédito,
sobre la que irá responder cada finca en caso de incumplimiento, de lo contrario, si
las partes no acordaren nada al respecto; se determinará entonces la
indivisibilidad de la hipoteca en cuanto a los bienes gravados, y podrá el acreedor
hipotecario en caso de incumplimiento, solicitar la venta de cualquiera de las
fincas gravadas para pagarse su crédito.
El acreedor podrá reclamar del tercer poseedor de los bienes hipotecados el pago
de la parte de crédito asegurada con los que aquel posee, si al vencimiento del
plazo no lo verifica el deudor después de requerido judicialmente.”
Una vez requerido el tercer poseedor, deberá verificar el pago del crédito con los
intereses correspondientes, o desamparar los bienes hipotecados.
En atención al artículo citado, las hipotecas voluntarias son aquellas en las cuales
hay una manifestación de la voluntad entre las partes a fin de constituirse la
misma con el propósito de garantizar una obligación. En ese orden de ideas, la
persona que tenga facultades para constituir la hipoteca, puede hacerlo por sí o
por medio de apoderado con facultad especial para hipotecar.
“ARTÍCULO 1591.
Ahora bien, en cuanto al segundo párrafo de este artículo 1951, que se refiere a
que si la obligación asegurada, estuviese sujeta a condición resolutoria inscrita,
surtirá la hipoteca su efecto, en cuanto a tercero, hasta que se haga constar en el
Registro el cumplimiento de la condición.
De esta forma los terceros que intenten adquirir la finca saben con certeza la
responsabilidad que le corresponde, por el expresado motivo; de igual modo los
adquirentes del crédito podrán valerse de la fe pública del Registro, para
salvaguardar sus respectivos derechos.
El deudor no quedará obligado por dicho contrato a más que lo que estuviere por
el suyo. El cesionario se subrogará en todos los derechos del cedente.
Si la hipoteca se ha constituido para garantizar obligaciones transferibles por
endoso o títulos al portador, el derecho hipotecario se entenderá transferido con la
obligación o con el título, sin necesidad de dar de ello conocimiento al deudor, ni
de hacerse constar la transferencia en el Registro.
Otro de los derechos que posee el acreedor hipotecario antes de que el deudor
cumpla la obligación principal, es el de ceder a un tercero el crédito hipotecario, tal
como lo determinan los artículos 1598, 1599, 1600 del Código Civil.
“ARTÍCULO 1618.
Se trata de una notaría especial competente para los asuntos municipales del
distrito especial de San Miguelito, y creada por virtud de la Ley 57 del 5 de octubre
de 1976.
Vale anotar que la Ley 2 de 1904, tenía por título: “Sobre creación de un segundo
circuito de notaria y registro en la Provincia de Los Santos”.
Esta Ley está integrada por dos artículos; el artículo 1 decía que desde el 1 de
mayo de 1904 habrá en la provincia de Los Santos un segundo circuito de notaría
y registro integrado de la siguiente manera: Las Tablas que sería su cabecera,
Guararé, Pocrí, Pedasí y Tonosí.
El Circuito Notarial de Coclé está integrado por dos notarías, y según la Ley 60 de
5 de diciembre de 2001, publicada en la Gaceta Oficial 24447 de viernes 7 de
diciembre de 2001, y tiene jurisdicción en la provincia de Coclé.
La Notaría Cuarta del Circuito de Chiriquí fue creada por virtud de la Ley 60 de 5
de diciembre de 2001, con sede en Barú, tiene jurisdicción en la provincia de
Chiriquí.
Jurisdicciones especiales.
Artículo 1718. En los lugares que no fueren cabecera de notaría, ejercerá las
funciones de notario el Secretario del Consejo Municipal, en la extensión de
poderes de todas clases, sustitución de poderes, protestos y otros actos cuya
demora sea perjudicial, que deban otorgar las personas que se encuentren en
incapacidad física de trasladarse a la cabecera del circuito de notaría y en el
otorgamiento de escrituras sobre contratos cuyo valor principal no exceda de
doscientos cincuenta balboas.
En relación traemos a cita, también, el artículo 2116 del Código Administrativo que
reproduce la norma del Código Civil, en los siguientes términos:
Artículo 2116. En los lugares que no sean cabecera de Circuito Notarial ejercerá
las
Notarías Especiales.
Para el nombramiento, decía el artículo 3 de la ley que debería tener los mismos
requisitos que se exigen para ser magistrados de las Corte Suprema de Justicia y
deberán cobrar, en todas las escrituras que elaboren, los tributos que señala la
ley.
Competencia-.
No obstante, el mismo texto del artículo 1715 del Código Civil fue trascrito,
íntegramente, en el Código Administrativo, el cual en su artículo 2113 se refiere,
también, a la competencia de los notarios así:
CONCLUSIONES.
La Hipoteca es definida como el contrato en virtud del cual una persona llamada
deudor hipotecario, constituye un derecho real sobre un bien generalmente
inmueble, determinado y enajenable, a favor de la otra parte llamada acreedor
hipotecario, para garantizar el cumplimiento de una obligación, sin desposeer al
deudor del bien gravado y que le da derechos al acreedor, de persecución y en
caso de incumplimiento de la obligación, de enajenación y de preferencia para ser
pagado con el producto de la enajenación.
El derecho real que se genera sobre los bienes afectados, en razón del contrato
de hipoteca celebrado, es eficaz para garantizar el cumplimiento de la obligación,
como un respaldo a favor del acreedor del vínculo contractual.
Luego del análisis de las normas jurídicas que regulan los diversos componentes
del contrato de hipoteca, según el Código Civil de la República de Panamá, se
concluye que esta presenta un desarrollo normativo suficientemente claro y
abarcador para que su debida aplicación, surta los efectos para cual fue creada
esa figura de garantía.
El objeto del Derecho Notarial es dar fe pública respecto de los actos y contratos
que ante el notario deben pasar, y la confianza respecto de los documentos que
se ponen bajo su custodia.