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ISSN: 1576-7914

UN GABINETE NUMISMÁTICO DE LA ILUSTRACIÓN


ESPAÑOLA: LA REAL SOCIEDAD BASCONGADA DE
LOS AMIGOS DEL PAÍS Y DIEGO LORENZO DEL
PRESTAMERO
A numismatic collection of the Spanish Illustration: the
Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País and
Diego Lorenzo del Prestamero

CARLOS ORTIZ DE URBINA MONTOYA


Real Sociedad Bascongada de Amigos del País

RESUMEN: En las postrimerías del siglo XVIII, la pionera de la Sociedades Eco-


nómicas fundadas en los territorios de la Corona borbónica española, la Real Socie-
dad Bascongada de los Amigos del País, establecería en Vitoria de la mano de su
subsecretario, Diego Lorenzo del Prestamero, un gabinete numismático que se nutri-
ría de las aportaciones de sus socios, tanto peninsulares como coloniales. La Gue-
rra de la Convención, que daría lugar a la invasión y ocupación francesa de buena
parte del territorio de Guipúzcoa y en última instancia de la ciudad de Vitoria, mar-
caría el punto de inflexión en la existencia de la Bascongada, y en consecuencia de
sus actividades y, entre ellas, de su monetario. Adquirida por la Diputación Foral de
Álava, esta colección numismática se encuentra en la actualidad depositada en el
Palacio de Bendaña de Vitoria-Gasteiz a la espera de su ubicación definitiva.

Palabras clave: monetario, Bascongada, Prestamero, Alameda, utilitas, biblioteca.

ABSTRACT: In the last years of of the 18th century, the pioneer of the econo-
mic societies established in the Spanish Bourbon kingdoms, the Real Sociedad Bas-
congada de Amigos del País, founded a numismatic collection in Vitoria, inspired by
its under-secretary, Diego Lorenzo del Prestamero, and funded by the contributions
of members in both the Peninsular and the colonies. The War of the Convention,

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that caused France to invade and occupy a large part of Guipúzcoa and eventually
the city of Vitoria, marked the turning point in the existence of the Bascongada and,
consequently, of its activities, including its numismatic activity. Acquired by the Lea-
sehold Delegation (Diputación Foral) of Álava, this numismatic collection is now in
the Palace of Bendaña in Vitoria-Gasteiz, awaiting its definitive location.

Key words: numismatic activity, Bascongada, Prestamero, Alameda, utilitas.

El decisivo papel jugado por las Sociedades Económicas de Amigos del País
en el progreso de la cultura española del siglo XVIII ha sido ya suficientemente
destacado, así como el carácter de precursora y modelo que ostenta dentro de ellas
la Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País1. Respecto de esta última exis-
ten también numerosos estudios que analizan su contribución a prácticamente
todas las facetas de la vida social y económica, educativa y pedagógica, científica
y literaria en el País Vasco durante sus más de 30 años de existencia2. Menos cono-
cida hasta hace poco había sido su contribución al progreso de otras disciplinas,
como la arqueología, o la formación de un gabinete numismático, nutrido con
aportaciones voluntarias de socios tanto de la península como desde las posesio-
nes españolas en América y Filipinas3.
El carácter eminentemente práctico de la ciencia en busca del bien común, de
la utilitas, durante ese período histórico que se ha dado en llamar Ilustración4 tuvo
entre sus plasmaciones más específicas la constitución de gabinetes o laboratorios
de muy distintas especialidades, desde los propiamente experimentales (de agri-
cultura, botánica, física, química, minería…) hasta los que cabe considerar más
herederos de la tradición coleccionista-anticuaria precedente (pintura, escultura,

1. Este estudio es doblemente deudor a Gloria Mora. Primordialmente en la idea y los ánimos en
torno a la gestación del mismo, y en la inestimable ayuda prestada en la consecución de referencias
bibliográficas. También he de agradecer las facilidades otorgadas por Federico Verástegui en el acceso
a la documentación del archivo de la familia de los Marqueses de la Alameda y los algo más que orien-
tativos consejos de María Camino Urdiain.
2. Ante la imposibilidad de recoger la amplia bibliografía existente sobre Sociedades Económi-
cas citaremos únicamente los estudios de ANES, Gonzalo. Economía e Ilustración en la España del siglo
XVIII. Barcelona: 1969 y El siglo de las luces. Madrid: 1994. Sobre la Bascongada: TELLECHEA IDÍGORAS,
José Ignacio. Bibliografía sobre la Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País. San Sebastián:
1985, pp. 185-247; esta Sociedad ha sido además objeto de cinco seminarios monográficos, los dos pri-
meros con aproximaciones generales a la historia de la Sociedad, un tercero que giró en torno a su
actuación en América en general y, de forma más específica, en Méjico, en el cuarto y el quinto, en el
que se analizaron sus relaciones con el mundo ilustrado europeo.
3. ORTIZ DE URBINA MONTOYA, Carlos. La Real Sociedad Bascongada y la Arqueología en el País
Vasco del siglo XVIII. En MORA, Gloria-DÍAZ ANDREU, Margarita (ed). La cristalización del Pasado: Géne-
sis y desarrollo del marco institucional de la arqueología en España. Málaga: 1997, pp. 77-90.
4. SARRAILH, Jean. La notion de l’utile dans la culture espagnole à la fin du XVIIIe siècle. Bulletin
Hispanique, 50, 1948, pp. 485-550.

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historia natural, epigrafía, numismática…). La Importancia de la Epigrafía y


Numismática para el estudio de la Historia, título original del discurso de ingreso
a la Academia de la Historia de Cándido María Trigueros leído el 20 de julio de
1792, hunde sus orígenes en la tradición humanística de siglos anteriores, si bien
mudando el eclecticismo de los «gabinetes de curiosidades» típicos del Renaci-
miento hacia cánones más propios de una ciencia auxiliar de la historia en el siglo
XVIII. En cuanto fuente de información en sí misma, la moneda, como las ins-
cripciones epigráficas y otros restos arqueológicos, pasaba a constituir una impres-
cindible herramienta en el proceso de depuración de la historia nacional. Con ese
carácter científico, adoleciente de tintes coleccionistas, nacería el monetario de la
Bascongada.

1. LA CONCRECIÓN DE UN IDEAL ILUSTRADO: LA REAL SOCIEDAD BASCONGADA DE LOS


AMIGOS DEL PAÍS

La data cronológica tradicionalmente admitida para el nacimiento de la Socie-


dad Bascongada de los Amigos del País es el 24 de diciembre de 1764, fruto de
una reunión celebrada en el Palacio de Insausti de Azcoitia por los que a la pos-
tre resultarían ser los dieciséis miembros fundadores, estrechamente unidos por
relaciones de parentesco. Surge en esta fecha no sólo con los símbolos identifica-
tivos que ostentaría posteriormente, su título oficial de Sociedad Bascongada, la
divisa Irurac Bat (Las tres hacen una) y el sello con tres manos tendidas que se
enlazan como símbolo de unión de las tres provincias que la integran, sino tam-
bién con un articulado de sus estatutos (remitidos para la aprobación en la corte
a Felipe Tiburcio de Aguirre, Consejero de Órdenes y Sumiller de Cortina de Su
Majestad), y con los cargos reglamentarios de tesorero, secretario, consiliarios y
director ya electos. Un nacimiento formal que no hubiera sido posible de no cons-
tituir sino la puesta en ejecución de una idea gestada varios meses antes, cuando
muchos de sus constituyentes se habían reunido en Vergara en el mes de sep-
tiembre para celebrar la Bula Papal que autorizaba el culto al beato Martín de Agui-
rre, cuya cuna se disputaban acremente Beasain y Vergara. Su precedente más
inmediato había sido el Plan de una Sociedad Económica o Academia de agricul-
tura, ciencias, artes útiles y comercio, adaptado a las circunstancias y economía
particular de la M.N. y M.L. Provincia de Guipúzcoa que Xavier María de Munibe,
octavo Conde de Peñaflorida y futuro primer director de la Bascongada, había pre-
sentado junto con otros quince próceres a las Juntas Generales de esa provincia
celebradas en Villafranca de Ordicia del 2 al 6 de junio de 1763. Ambicioso plan
que finalmente no llegaría a concretarse, a pesar de haber sido reproducido por
su interés en un apéndice del Registro de Juntas y de haberse acordado su remi-
sión «a los Pueblos… como punto tan digno de ocupar su atencion», y de las

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amplias facultades otorgadas a ese respecto al Conde de Peñaflorida en las siguien-


tes Juntas celebradas en Azcoitia en 17645.
Los orígenes más remotos hay que buscarlos en las tertulias literarias y cientí-
ficas desarrolladas en distintas localidades guipuzcoanas y vizcaínas desde media-
dos del siglo XVIII, perfectamente reglamentadas para 1748. Y más concretamente
en la organizada en el azcoitiano palacio de Insauti por el Conde de Peñaflorida, al
que en una temprana carta fechada el 26 de febrero de 1756 un amigo tolosano que
firma Pepe (muy posiblemente José Francisco de Lapaza, uno de los doce firman-
tes del Plan de 1763 que no formarían parte, sin embargo, de la futura Bascongada)
le reclamaba solicitara apoyo a las Juntas Generales de Guipúzcoa para una Socie-
dad de Amigos: «Pudiera V.M. formar una compañía con los Ams-s de esa Villa y la
de Azpeitia, y señalar uno que fuese (digamoslo assi) corrector… y su honor se
interesa en dar á ella [a la provincia de Guipúzcoa] un monumento inmortal y glo-
rioso pa los que fuessemos de la Sociedad. No discurro otro medio, ni siquiera que
dejara Vm. de tomar de veras»6. Dos años antes, en 1754 y, según Joaquín Iriarte,
el Conde de Peñaflorida habría inaugurado una Academia en Azcoitia en unión de
Joaquín de Eguía y Manuel Ignacio de Altuna y Portu, el famoso «triunvirato» al que
el padre José Francisco Isla se refiere como «caballeritos de Azcoitia»7.
Superado el ámbito estrictamente provincial, que pasaba a englobar a los tres
territorios forales vascos (Álava, Guipúzcoa y Vizcaya), la Sociedad celebra su pri-
mera Asamblea General en Vergara el 6 de febrero de 1765. Apenas dos meses más

5. Dicho Plan fue reeditado en facsímil por las Juntas Generales de Guipúzcoa con ocasión de
la celebración del bicentenario de la muerte de Xavier María de Munibe, con introducción de José Igna-
cio Tellechea Idígoras. San Sebastián: 1985. El análisis comparativo acerca de las similitudes y diferen-
cias entre este intento y el proyecto que cuajaría al año siguiente de la Bascongada resulta en todo
caso sugerente, particularmente entre lo propuesto por el Plan de 1763 en sus títulos II, Medios para
fomentar y adelantar la Agricultura, la Economia Rustica, las Ciencias, y Artes Utiles, y el Comercio, y
III, De los empleos, Gobiernos, y Junta de la Academia, y lo materializado por la Sociedad en sus más
de 30 años de existencia. No menos lo resulta el de la evolución sufrida por el articulado de los Esta-
tutos entre su versión de 1765 y la de 1774.
6. Una relación más pormenorizada de los precedentes de la Bascongada se puede encontrar en
URQUIJO E IBARRA, Julio de. Un Juicio sujeto a revisión. Menéndez Pelayo y los Caballeritos de Azcoitia.
San Sebastián: 1925; MARTÍNEZ RUIZ, Julián. Las Ciencias Naturales y la Real Sociedad Bascongada de
los Amigos del País. San Sebastián: 1972, pp. 33 y ss.; y en el Elogio de don Xavier María de Munive
Idiaquez (Extractos de las Juntas Generales celebradas por la Real Sociedad Bascongada de los Amigos
del País en la villa de Vergara por julio de 1785. Madrid: 1786, pp. 33-66).
7. La expresión «caballeritos de Azcoitia» la utiliza por primera vez Isla en una carta dirigida al
Conde de Peñaflorida fechada el 3 de marzo de 1749. La fundación de la academia precedería en cua-
tro años a la polémica generada por la publicación de la Historia del famoso predicador Fray Gerun-
dio de Campazas, alias Zotes (1758) del P. Isla y la sarcástica respuesta del Conde de Peñaflorida Los
aldeanos críticos o Cartas críticas sobre lo que se verá, dados a luz por don Roque Antonio de Cogollor,
quien los dedica al príncipe de los peripatéticos don Aristóteles de Estagira. Impreso en Evora, año de
1758: véase IRIARTE, Joaquín. El Conde de Peñaflorida y la Real Sociedad Bascongada de los Amigos del
País (1729-1785), En Colección Ilustración Vasca, IV. San Sebastián: 1991, pp. 163-175.

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tarde se obtiene la autorización regia para su establecimiento, firmada por el Mar-


qués de Grimaldi en Madrid el 8 de abril de 17658. La coincidencia de fines y obje-
tivos de la Sociedad con el espíritu renovador del que la monarquía borbónica
intenta impregnar al país es plena, y constituye, según los términos de la propia
Carta de aprobación, un modelo a seguir «cuyo exemplo quisiera Su Magestad que
îmitaran los Caballeros de las demás Provincias, fomentando, como lo hace la
Nobleza Bascongada, unos establecimientos tan ùtiles para la gloria de el Estado».
Una invitación reeditada de forma más expresa y oficial en abril de 1774 por el
Conde de Campomanes en su Discurso sobre el fomento de la industria popular,
disertación que prohija el Consejo de Castilla y cuyos 30.000 ejemplares se distribu-
yen mediante circular de 18 de noviembre por todo el Reino9. Para octubre de 1788,
en poco más de doce años, Floridablanca contabilizaba 60 sociedades autorizadas,
número que Gonzalo Anes incrementa hasta 97 entre 1774 y 180810; la Bascongada
no sólo había sido el patrón a imitar sino que en muchas ocasiones sus miembros
habían colaborado activamente en la creación de otras Sociedades (el Marqués de
Montehermoso reglamenta en 1777 la de Sevilla) o formado parte de ellas (Antonio
de la Quadra y el Marqués de Valdelirios, director y subdirector en 1775 de la Matri-
tense eran socio y director en Corte, respectivamente, de la Bascongada).
Utilidad. Utilitas. Un concepto en torno al que gravita la Ilustración española
y que constituye quizás la seña identificativa más específica de la actuación de la
Sociedad Bascongada, y el principal pilar sobre el que se hubiera apoyado el no
nato precedente guipuzcoano: «No ay que acobardarse de las muchas piezas que
se tocan, pues no todas se han de mover aun tiempo. Este Plan es, como un Apa-
rador, ò Tienda de un Mercader abierta, y puerta á los ojos del Pùblico, no con la
idèa de despachar todos los generos de un golpe, sino para que el discernimiento
de los curiosos, é inteligentes, pueda escoger comodamente aquèllo que pareciesse
mas util, y mas de el caso: y aun esto abrá que separar al principio lo mas aco-
modàdo, y segùro»11.

8. A la consecución de la aprobación real no habían sido ajenas las intercesiones de un signifi-


cado elenco de personalidades, entre las que el copiador de cartas de la Sociedad deja constancia de
los oficios de agradecimiento remitidos al Secretario de Estado, el Marqués de Grimaldi, al Conde de
Baños, a Nicolás de Azara… (Archivo del Territorio Histórico de Álava, en adelante ATHA, DH 1261-8).
9. El oficio de remisión del Discurso enviado por Pedro Rodríguez Campomanes al Conde de
Peñaflorida el 18 de septiembre de 1774 no puede ser más explícito acerca de los objetivos persegui-
dos: «Lo he compuesto para promover en este Reino el bien común, que está reducido a dar ocupa-
ción útil a todo» (ATHA, DH 1015-4.26 y 27); dicho oficio está reproducido en los Extractos de las Juntas
de ese año (Extractos… de 1774, pp. 104-105).
10. ANES ÁLVAREZ, Gonzalo. Economía e Ilustración en la España del siglo XVIII. Op. cit. Entre las
primeras se encuentran las de Tudela, que solicitó autorización en diciembre de 1773, aunque no le
fue concedida hasta 1778; la de Baeza en 1774; la Matritense en 1775…
11. Punto 47 del Plan de una Sociedad Económica o Academia de agricultura, ciencias, artes
útiles y comercio, adaptado a las circunstancias y economía particular de la M.N. y M.L. Provincia de
Guipúzcoa. San Sebastián: 1985, pp. XXIII.

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Utilitarismo profeso tanto en la dedicatoria del Ensayo de la Sociedad Bas-


congada de los Amigos del País dedicado al Rey N. Señor publicado en 1768 («No
mire Vuestra Magestad á la pequeñez de la Obra, y sí al constante anelo y al infa-
tigable estudio con que los Individuos de la Sociedad procuramos habilitarnos
para poder ser útiles a nuestros Conciudadanos, unico objeto de nuestros cuida-
dos»); en la Historia de la Sociedad redactada por el Conde de Peñaflorida e inserta
a continuación («El bien y ùtilidad de este han de ser los polos sobre que giren
nuestros discursos y el blanco à que se han de dirigir nuestras operaciones»); en
el Discurso preliminar leído en la primera Junta General preparatoria del 7 de
febrero de 1765 («Siendo el fundamento de esta Sociedad un sincero deseo de pro-
curar à nuestro Pais todo genero de ùtilidades»), como en el Aviso a los socios que
preludia el primer tomo de Extractos de las Juntas Generales de 1771 que vio la
luz al año siguiente («Una Sociedad cuyo instituto pide muchas operaciones prác-
ticas y dispendiosas, nada puede hacer si no la sostiene el amor al bien público y
la liberalidad de sus Individuos»).
Práctica frente a teoría, hechos frente a palabras, y un decidido impulso de
todos los sectores económicos en busca del bien público son los fines persegui-
dos por la creación de la Sociedad, nítidamente expuestos en el artículo 1º del
Título I que recoge la Idea general de la Sociedad en los Estatutos publicados en
1766 en San Sebastián, «La Sociedad Bascongada de los Amigos del País es un
Cuerpo patriótico, unido con el único fin de servir a la Patria y al Estado, procu-
rando perfeccionar la Agricultura, promover la Industria y extender el Comercio»12.
La sintonía con el espíritu regenerador propugnado por el Despotismo ilustrado de
Carlos III es absoluta y propicia que la Sociedad sea tomada bajo protección real
el 14 de septiembre de 1770 y vea aprobados sus Estatutos apenas tres años más
tarde, el 10 de agosto de 1773, en un exordio en que el Monarca presenta a la Bas-
congada como modelo a imitar,
este exemplo podría conducir para que los Caballeros de otras Provincias procura-
sen tambien fomentar unos establecimientos que tanto contribuyen á la cultura
general y prosperidad de la Nacion, y á la ocupacion util y decorosa de las perso-
nas distinguidas.

Progreso y modernización del país que habrían de fundamentarse en la edu-


cación, uno de los objetivos prioritarios, sino el primordial, perseguido por la
Sociedad Bascongada. En su proyecto pedagógico prima el sentido utilitario,

12. La Utilidad de las Sociedades Patrióticas es precisamente el título de una disertación leída en
las Juntas Generales celebradas en setiembre de 1774 en Vitoria (Extractos… de 1774. Vitoria: s.a., pp.
84-85). La sesión del 17 de septiembre se había inaugurado con un Discurso sobre la indispensable
necesidad que todo Ciudadano tiene de trabajar por las Patria (Resumen de Actas de la Real Sociedad
Bascongada de los Amigos del País en sus Juntas Generales celebradas por Setiembre de 1774. Vitoria:
1775, p. 7).

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desgranado en el Discurso preliminar leido en la primera Junta General prepara-


toria de la Sociedad celebrada en Vergara el día 7 de febrero de 1765, que tiene
presente la conveniencia de progresar en el estudio de las matemáticas «que ocu-
pan el primer lugar entre las Ciencias», la geometría «alma de todas las ciencias», la
arquitectura civil e hidráulica, la maquinaria, la física «un espacioso jardín tan
ameno como vario», la agricultura, la historia natural «os enseñará todos los secre-
tos de la Economía Rustica», la medicina y la cirugía y «las demás partes de la Phi-
sica Experimental os proporcionarán un perfecto conocimiento de la Naturaleza»,
y las Bellas Letras que «abrazan la Historia, la Politica, las Lenguas y toda suerte de
Literatura», la poesía y la música, la escultura, la pintura y las restantes artes. El fin,
la «Felicidad Pública»:
Veo en fin que à la ignorancia suceden las Ciencias, á la indolencia la aplicación, à
la inaccion la industria, à la incomodidad el regalo, à la miseria y pobreza la opu-
lencia y la riqueza; en una palabra sobre las reliquias de la infelicidad de nuestra
amada Patria veo levantar un trono à la Felicidad Pùblica13.

El medio para conseguirlo, el fomento de la educación. En la temprana fecha


de 18 de abril de 1765, con ocasión de la Junta extraordinaria celebrada en Azcoi-
tia para comunicar a los Amigos el beneplácito real, se examina un Reglamento
dispuesto para los alumnos que se remite al Marqués de Grimaldi para su aproba-
ción, sancionada en San Ildefonso el 12 de agosto de ese mismo año, «es una con-
sequencia del zelo que animó a V.S. y a sus Compañeros para la formacion de un
establecimiento tan ùtil a los progresos de las Artes y las Ciencias, y al honor de
la Patria. El Rey lo aprueba, alabando el fin que V.S. ha tenido de mejorar la edu-
cacion pùblica». En las Juntas de la Sociedad celebradas en septiembre de 1767 en
Marquina surge la idea, ya muy madurada, de crear un Seminario Patriótico y en
octubre de 1768 se crea una Junta de Institución encargada de dar forma defini-
tiva al proyecto; la Real Cédula de 27 de abril de 1774 aprueba su establecimiento
en el Real Colegio de Vergara con la denominación de Escuela Patriótica. Con
anterioridad se había logrado mediante Real Provisión de 19 de agosto de 1769 y
para «la educación de la juventud» la adscripción de la casa, iglesia y colegio que
los jesuitas poseían en Vergara hasta su expulsión en 1767, y la adjudicación de su
biblioteca, menaje y casa contigua por Reales Órdenes de apenas dos meses más
tarde, los días 9 y 18 de octubre; el 1 de marzo de 1770 otra Real Orden concedía
a la Sociedad una asignación de 4.624 reales anuales para la dotación de maestros,
y en 1771 se ponía en marcha una Escuela Provisional.
Las Juntas Generales de setiembre de 1776 darían el paso definitivo acor-
dando la apertura inmediata del centro de enseñanza a expensas de la Bascongada,
siendo inaugurado el 4 de noviembre, festividad de San Carlos, conmemorando la

13. Ensayo de la Sociedad Bascongada de los Amigos del País. Año 1766. Vitoria: 1768, pp. 9-15.

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fiesta onomástica del Monarca. En febrero de 1777 se honra al establecimiento con


el título de Real y mediante Real Cédula de 26 de marzo de 1778 se dotan con
30.000 reales dos cátedras, una de Química y Metalurgia y otra de Mineralogía y
Ciencias Subterráneas –las primeras establecidas en España–, con 6.000 reales el
laboratorio químico y con 3.000 reales el gabinete mineralógico14; sobre las ocul-
tas motivaciones de esta contribución y la decisiva intervención del Marqués Gon-
zález de Castejón en la misma trataremos más adelante. Estas dotaciones colocan
al Seminario de Vergara a la cabeza de este tipo de establecimientos en Europa y
le hacen precursor de las ciencias físico-naturales en España, como ha destacado
en su monografía sobre Los estudios científicos en Vergara a fines del siglo XVIII,
Leandro Silván, que lo considera el remoto y principal origen de la Escuela Nacio-
nal de Minas, así como también de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de
Minas y de Ingenieros Industriales15. En 1785, el año de fallecimiento del Conde
de Peñaflorida, el Seminario había alcanzado su apogeo, contando con más de 130
internos y 80 externos, y un cuadro de educadores excepcional, siendo reconoci-
dos sus estudios por todas las universidades españolas desde el 25 de octubre de
1787 y surtiendo de varias promociones de cadetes militares y navales al ejército
de la nación entre 1787 y 1799.
La nómina de profesores del centro incluye nombres de investigadores de
talla mundial como los franceses Chavaneau (responsable del descubrimiento,

14. Suponemos que esta dotación económica puede estar en la base del error que supone hacer
aparecer a la Bascongada como una entidad creada y becada por la Secretaría de Marina, cometido en el
panel dedicado a Louis Joseph Proust en la exposición sobre la Escuela de Artillería del Alcázar de Sego-
via: «Tan solo dos años despues se trasladó a España. Fue contratado por la Sociedad Vascongada de Ami-
gos del País que fundada y becada por la Secretaría de Marina, que iba a contar con un laboratorio de
quimica, para la investigacion. Proust se hizo cargo del laboratorio con el asesoramiento de Rouelle».
15. SILVÁN, Leandro. La vida y obra del Conde de Peñaflorida, fundador de la Real Sociedad Bas-
congada de los Amigos del País. Patronato Jose María Quadrado. San Sebastián: CSIC, 1971. El carácter
innovador de las cátedras de Mineralogía y Química y de la creación del laboratorio químico ha sido
ya puesto de relieve por FAGES I VIRGILI, Juan. Los químicos de Vergara y sus obras. Discursos leídos
ante la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales en la recepción pública del Ilmo. Sr.
Don… Madrid: 1909; LABORDE WERLINDEN, Manuel. La Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País
y la metalurgia a fines del siglo XVIII. San Sebastián: 1950; El Real Seminario de Vergara en la historia
de la Escuela de Ingenieros Industriales de España. San Sebastián: 1966 y Actividades de la Real Socie-
dad Bascongada de los Amigos del País en el desarrollo de la técnica industrial minero-metalúrgica
durante el siglo XVIII. III Semana Internacional de Antropología Vasca. Bilbao: 1976, pp. 51-77; SILVÁN,
Leandro. Los estudios científicos en Vergara a fines del siglo XVIII. Monografías Vascongadas, nº 12.
San Sebastián: 1953; El «Laboratorium Chemiculm» de Vergara y la Real Sociedad Bascongada en las
investigaciones sobre la purificación de la platina. Boletín de la Real Sociedad Bascongada de los Ami-
gos del País, 25, 1969; y Visión crítica del esfuerzo cultural realizado por la Real Sociedad Bascongada
en el siglo XVIII. Boletín de la Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País, XXXVII, pp. 395-415
o SILVÁN, Leandro; LABORDE WERLINDEN, Manuel; GONZÁLEZ GARMENDIA, María Jesús; FUENTES PÉREZ,
Manuel y BAULNY, Olivier. En Bicentenario del wolframio. Homenaje a los hermanos Elhuyar. San
Sebastián: 1983.

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purificación, fundación y aplicación del platino) y Proust (responsable de la Ley


de las proporciones definidas y autor de cruciales trabajos sobre el espato calcá-
reo, el espato-flúor, el feldespato, el yeso y el cobalto), los hermanos españoles
Elhuyar (descubridores del wolframio y del ferrotungsteno) o el sueco Andrés
Nicolás Thunborg (que redefinió las técnicas de purificación del platino). Docen-
tes que en muchos casos ocuparían con posterioridad puestos destacados en la
enseñanza y en la administración del Reino. En junio de 1778 llega desde París
Francisco de Chavaneau como maestro de física experimental y de lengua fran-
cesa; en 1787 se trasladaría a trabajar a Madrid para el Gobierno en una instala-
ción dedicada a obtener platino puro. A fines de octubre de 1778 y también desde
la capital francesa, tras haber fracasado el intento de contratar al profesor Henel,
llegaría Luis Joseph Proust, que impartió clases como profesor de Química hasta
1780; más tarde sería profesor en Madrid y director del Gabinete de Química en la
Academia de Artillería de Segovia16. En 1778 se nombra a Fausto de Elhuyar pro-
fesor de Mineralogía, pensionado posteriormente por la Bascongada para ampliar
sus estudios de ciencias metálicas en Freiberg y en distintos puntos de Europa en
unión de su hermano Juan José (subvencionado por el Rey con 20 reales diarios
con idéntica finalidad); ambos hermanos colaborarían con Chavaneau en los tra-
bajos sobre el platino que tuvieron una honda repercusión en Suecia y Alemania
(Juan José sería destinado con posterioridad a las minas de Nueva Granada y
Fausto, que renuncia en 1785 a su puesto de profesor en Vergara, en 1787 a las
de Nueva España). Anders Nicolaus Tunborg Hook, profesor de Mineralogía y
Metalurgia, dictaría sus lecciones a partir de 1787 hasta 1793, en que desanimado
por el escaso interés suscitado entre sus alumnos («… todos son contrarios a tales
Ciencias, dando solamente preferencia al Latín, Filosofía y Religión») renuncia a su
nombramiento como socio profesor y se traslada a Madrid17.

16. En 1780 volvería a Francia hasta su regreso a España en 1786 contratado por el Conde de
Lacy como director del Real Laboratorio de Química instalado en el Alcázar de Segovia, sede la Escuela
de Artillería, en cuya inauguración de 1792 pronunciaría el discurso de apertura. Ese mismo año Proust
impulsaría la creación de un gabinete de ciencias naturales proponiendo la adquisición de una colec-
ción de Casimiro Gómez Ortega, director del Jardín Botánico de Madrid; compra que volvería a inten-
tarse tras el fallecimiento de éste, y la puesta en venta de su colección mineralógica. Pero la relación
de los miembros de la Bascongada con la enseñanza en instituciones militares es mucho más estrecha.
El Conde O’Reilly, inspector general de Infantería, capitán general del Reino de Andalucía, teniente
coronel de los Ejércitos en Madrid y en Valencia y socio benemérito desde 1773, fundaría por Real
Orden de 31 de enero de 1774 la Real Escuela Militar de Ávila, designando como primer Director al
Brigadier Jorge Sicre, benemérito desde 1776; en esta escuela figuraría como profesor Manuel Aguirre,
extraordinario colaborador de la Bascongada de la que era socio benemérito desde 1770. O’Reilly sería
un valioso colaborador de la Sociedad contribuyendo decisivamente a que saliera adelante la resolu-
ción del cecial y remitiendo, entre otras, una reedición de la obra de Euclides (quizás Los seis primeros
libros y el undécimo y duodécimo de los Elementos de Euclides, traducidos de la versión latina por Fede-
rico Comandino, según edición de Roberto Simsom. Madrid: 1774).
17. SILVÁN, Leandro. Relaciones hispano-suecas en el siglo XVIII. Boletín de la Real Sociedad Bas-
congada de los Amigos del País, XXXVII, 1981, pp. 47-52.

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En ese lapso de 30 años (1764-1794), la decana de las Sociedades de Amigos


del País había dado cumplida satisfacción al objeto de su constitución, definido en
el artículo 1º de los Estatutos de 1766: «cultivar la inclinacion y el gusto de la
Nacion Bascongada ácia las Ciencias, bellas letras, y Artes: corregir y pulir sus cos-
tumbres: desterrar el ocio, la ignorancia y su funestas consequencias: y estrechar
mas la union de las tres Provincias Bascongadas de Alaba, Vizaya y Guipuzcoa», a
través de la estructuración de sus actividades en cuatro comisiones: I. Agricultura
y Economía Rústica, II. Ciencia y Artes Útiles, III. Industria y Comercio y IV. His-
toria y Buenas Letras. Sin pretender abordar cuestiones como su implantación y
repercusión en el conjunto de la sociedad o la vigencia de sus logros, no cabe
señalar sino que su actuación fue ímproba en todas las manifestaciones de la vida
social, económica, cultural y educativa del País Vasco.
Pedagógicamente, y al margen del Seminario Patriótico Vascongado, la Bas-
congada fundaría escuelas de primeras letras, pondría las bases para el estableci-
miento de academias gratuitas de dibujo en Vitoria, Bilbao y Vergara y promovería
la instauración de una Escuela de Música y de un Seminario o Casa de Señoritas
de Vitoria, que finalmente no llegarían a concretarse. Reseñar su contribución al
desarrollo de la agricultura, la ganadería, la industria o el comercio requeriría un
estudio monográfico, a pesar de lo cual no pueden evitar señalarse algunas de sus
actuaciones más destacadas. La importación de semillas nacionales y extranjeras y
las pruebas con su siembra; el perfeccionamiento de útiles para labores agrícolas;
la publicación de métodos orientados a la producción de montes y árboles fruta-
les, y la implantación de pastos artificiales con plantas traídas de Francia; la con-
secución de un modelo para curar merluza; la autorización real para la
introducción en las provincias vascas de ovejas churras de Castilla, hasta entonces
prohibida; la gestión para el traslado de bacalao vivo desde Terranova para la
repoblación de los mares cercanos; la constitución de la Real Compañía de Pesca
Marítima, aprobada mediante Real Cédula; la estimulación de la búsqueda de
minas y el acopio de substancias para estos criaderos, o el aumento de la pro-
ducción de las Salinas de Añana; la experimentación con la calcinación del hierro,
máquinas y obras de agua, barquines o fuelles de ferrería, trompas, acero, carbón
de piedra, turba…; la convocatoria de premios para el perfeccionamiento de las
ferrerías y de distintas manufacturas; la subvención para industrias de alfarería,
sillas de junco, peletería, quincallería…
Mención especial merecen los esfuerzos de la Bascongada en el campo sani-
tario, con un novedoso ideario de sanidad laboral e industrial, epidemiológica y
medio ambiental, y meritorias iniciativas benéfico asistenciales, difundiendo a tra-
vés de sus Extractos consejos, normas e indicaciones para tratar accidentes y enfer-
medades, e incluso intervenciones quirúrgicas, o destacando las aplicaciones
médicas de la electricidad; y desarrollando una intensa propaganda de inoculación
antivariólica o de estudio de las aguas. Fue la responsable así mismo de la crea-
ción de instituciones benéficas, como la Casa de Misericordia de Vitoria abierta en

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UN GABINETE NUMISMÁTICO DE LA ILUSTRACIÓN ESPAÑOLA:
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1778. Por la directa repercusión cultural sobresalen sus publicaciones, y particu-


larmente su colección de Extractos de Juntas Generales, impresos ininterrumpida-
mente entre 1772 y 1793, en los que se publicaron eruditos estudios de variadas
disciplinas. Bajo su intervención directa o bajo su amparo se editaron numerosos
libros y folletos de excepcional interés: el Tratado de Náutica o Pilotaje de Fray
Domingo de Respaldizar; el Nuevo arte de escribir de Francisco Javier de Santiago
Palomares (Madrid, 1776); la Recreación Política de Nicolás de Arriquibar (Vitoria:
1779), las Fábulas de Félix María Samaniego (Valencia, 1781), las Cartas escritas
por Mr. de Fer de Valentín de Foronda (Burdeos, 1783), el Aumento del Comercio
de José María de Uría (Madrid, 1785), los Discursos de Agustín Ibáñez de la Ren-
tería (Madrid, 1790), el Padre del Pueblo de Pedro Díaz de Valdés (Vitoria: 1793),
la propia Historia de la Sociedad Bascongada, sus Estatutos o el Ensayo de la
Sociedad Bascongada18.
Por otro lado la relación de miembros de la Bascongada sobrepasa los estre-
chos límites de las tres provincias, incorporando a los más señalados pensadores
ilustrados no sólo de la península sino también del extranjero, y a destacados
miembros de la administración borbónica, como el Conde de Campomanes (socio
de honor desde 1771), el Marqués de Grimaldi (socio de honor, 1777) o el Conde
de Aranda (socio de honor y de mérito, 1786). Entre los ilustrados españoles, y al
margen de algunos de sus fundadores como el Conde de Peñaflorida, el Marqués
de Montehermoso o el Marqués de Narros (los tres directores de la Bascongada
sucesivamente), se cuentan nombres como José Nicolás de Azara (socio de mérito
desde 1766), Joseph Cornide (profesor, 1777), Francisco Javier de Santiago Palo-
mares (profesor, 1774), Joaquín Traggia de Santo Domingo (literato, 1784), Anto-
nio Ponz (benemérito, 1770), Juan José y Fausto Elhuyar (profesores, 1777), Juan
Bautista Muñoz (literato, 1782), Valentín de Foronda (benemérito, 1776), Vicente
María Santibáñez (literato, 1782), Manuel Salvador Carmona (profesor, 1775), José
de Vargas y Ponce (benemérito, 1777), Juan Meléndez Valdés (literato, 1783), Casi-
miro Gómez Ortega (literato, 1776), Félix María Samaniego (mérito, 1765), el Duque
de Villahermosa (benemérito, 1776), Antonio de Ulloa (benemérito y literato, 1781),
Guillermo Bowles (literato, 1774), José Francisco de Solano (Benemérito, 1787), José
Agustín Llano (honor, 1767), Pablo Olavide (socio, 1769), Juan Antonio Llorente (lite-
rato, 1788), Ignacio de Albiz (profesor, 1768), Jacinto Ceruti (literato, 1784), el Prín-
cipe de Pignateli (benemérito y literato, 1776), José Cadalso (benemérito, 1777),

18. Está pendiente aún el estudio de la implicación de la Bascongada en la impresión de otras


obras, como la Recreación filosófica o Diálogos sobre la fisofía natural del portugués Teodoro de
Almeyda, traducida por Antonio Figueroa y publicada en Madrid en 1785-1792, para cuya edición se
había solicitado apoyo a la Sociedad en 1777. Almeyda, célebre por su libro O feliz indepedente do
mundo e da fortuna, aparece como socio literato en Bayona en 1776 y en Lisboa entre 1777-93, su
nombre habría sido barajado como posible maestro principal del Seminario de Vergara ya en 1774. El
traductor Figueroa aparece como benemérito en Cádiz entre 1785-86 y en La Coruña entre 1787-93.

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Miguel Jerónimo Súarez Núñez (profesor, 1769), Antonio José Cabanilles (literato,
1786), José Cadalso (benemérito, 1773)… Nómina que se haría aún más prolija si la
extendiéramos a aquellos otros que, sin ser socios, mantuvieron estrechas relacio-
nes con la Bascongada, como Rafael Floranes, Gaspar Melchor de Jovellanos, Mar-
tín Sarmiento… o esporádicas como Francisco Pérez Bayer, Enrique Flórez…
Significada y relativamente numerosa es también la presencia de socios extran-
jeros en el Catálogo de 1792, que muestra un evidente predominio de franceses, 54
en total, frente a un portugués, un danés, dos suecos y nueve británicos. Figuran
entre ellos Miguel Adamson (socio extranjero en París en 1770), Mr. Arset (extran-
jero en París, 1776), Pierre Bayen (extranjero en París, 1788), Dr. Blak (Profesor en
Edimburgo, 1778), el Conde de Casini (extranjero en París, 1788), Causin (extran-
jero en París, 1788), Francisco Chabaneau (profesor en Vergara, 1778), Mr. Dau-
banton (profesor en Petersbourgo, 1778), Mr. Dicet (extranjero en París, 1788), el
abate Diquemare (extranjero en París, 1776), Lefrançcois de Lalande (extranjero en
París, 1778), Carlos Bourgoine Esqrs (extranjero en Carron, 1778), Mr. Fourcroy
(Extranjero en París, 1788), Pierre Clement Grignon (extranjero en St. Dicier de
Champagne, 1770), Mr. La Grange (extranjero en París, 1788), Mr. Laplace (extran-
jero en París, 1788), Mr. Le Febre de Guineau (extranjero en París, 1788), Mr. Le
François (extranjero en París, 1788), Mr. Mauduit (extranjero en París, 1788),
Mechain (extranjero en París, 1788), Mr. Messier (extranjero en París, 1788), Gui-
llermo Parrsons (extranjero en Londres, 1788), Rogerio Pettitward (extranjero en
Londres, 1788)19, Mr. Rivard (literato en Roan en 1775 y Extranjero en Roma en
1789), William Robertson (extranjero en Edimburgo, 1778), Mr. Rouelle (extranjero
en París, 1778), el abate Sicar (extranjero en París, 1790), Roberto Spencer Corbert
(extranjero en Londres, 1783), Mr. Stockenstrom (Socio en Estocolmo, 1777), Mr.
Mopinot de la Chapotte (extranjero en París, 1770), Miguel Ventades (benemérito
en Londres, 1773), Mr. Villeneuve (extranjero en París, 1788) o Mr. Vitton (bene-
mérito en Edimburgo, 1778), entre otros.
Sin embargo, no todo habían sido facilidades. Previamente incluso a su cons-
titución oficial en 1764 el maestro del Colegio de jesuitas de Vergara, padre Ostiz
había dictado un sermón contra la futura Sociedad e incluso, pocos días antes del
24 de diciembre fundacional se había distribuido en Vergara un folleto anónimo
satírico titulado Apología de la Sociedad de los Amigos del País. En 1874 Vicente de
la Fuente en su Historia de las Sociedades secretas antiguas y modernas de España
y especialmente de la Francmasonería insinuaba un origen masónico de la Bas-
congada, aun sin tener pruebas, aludiendo a la propia divisa de las tres manos
unidas «como un signo masónico de los más conocidos». Se iniciaba así una tra-
dición que en tiempos más recientes heredaría Marcelino Menéndez y Pelayo en

19. Pettiward y Parrsons, miembros ambos de la Sociedad de Anticuarios de Londres, fueron pro-
puestos a la par para Socios Extranjeros como «cavalleros viageros yngleses».

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su Historia de los Heterodoxos Españoles (2.ª ed. Madrid: 1911), obra en la que
tacharía a la Bascongada y a sus fundadores y directores de enciclopedistas y anti-
rreligiosos, acusación que sería rebatida por Julio de Urquijo en Un juicio sujeto a
revisión: Menéndez Pelayo y los Caballeritos de Azcoitia. San Sebastián, 192520.

2. LA EDUCACIÓN Y LOS VIAJES DE ESTUDIOS

La utilitas constituye la razón fundamental que explica la tardía creación del


gabinete numismático por la Real Sociedad Bascongada. O quizás cabría mejor
decir la ausencia de utilitarismo científico del mismo. Se trata de un estableci-
miento más propio de «curiosos» que de científicos, según una disertación leída en
las Juntas de la Sociedad celebradas en Bilbao en julio de 1790,
Llamase curioso al recogedor de papeles raros, de libros, de pinturas, de estampas,
de monedas, de antigüedades, de historia natural, etc: la mayor parte de ellos logran
conocimientos claros, extendidos, y tal vez no comunes entre los mismos que se
dedican a las ciencias como profesion… En un reyno, donde principia á alumbrarse
la aurora del saber, aparece una infinidad de medios sábios, que por todos lados y
de todos modos cooperan al edificio del saber, y brotan á centenares los poetas,
los historiadores, los filólogos, etc. Estos á la verdad no pueden llamarse sino curio-
sos, porque acarician las ciencias más que las conocen, las aman mas que las pro-
fundizan, pero son infinitamente utiles, en quanto mantienen con sus producciones
frequentes y vivas aquel fuego sagrado, a cuyo calor se arriman los grandes genios21.

Dentro de un gusto por cánones y formas clásicas (sufragio de bustos para


personajes homenajeados, como el costeado con 15.000 reales para el de Car-
los III, o el del propio Conde de Peñaflorida en 1792; retratos, como el Ambrosio
Meabe en 1782 o el del Marqués de González de Castejón en 1783; acuñación de
medallas para los premios de la Bascongada, acordada en 1773 y cuya licencia se

20. Sobre la divisa y sello de la Bascongada véase BLANCO MOZO, Juan. Manuel Salvador Carmona
en París: su aportación a la RSBAP. V Seminario de Historia de la RSBAP. Madrid: 1999, pp. 219-226.
21. Dicha exposición, titulada De la curiosidad en materias de instrucción, precedida de otra De
la educación en general, enfrenta el carácter meramente recolector de algunos gabinetes («General-
mente no se pueden sufrir ciertas personas opulentas que recogen preciosidades en su casa, que gus-
tan enseñarlas, que las colocan suntuosamente sin conocer sino muy superficialmente el verdadero
mérito de lo que juntan») a la útil vertiente de estudio científico de los mismos, que no logra calar
hondo en la península («El gusto de las antigüedades pasa por encima á vista del solemne grupo que
forman las dos sociedades de inscripciones y bellas artes de París y de antiquarios de Londres, que cuen-
tan entre sus miembros al mismo Rey a vista del numeroso grupo de famosos hombres que cultivan esta
amena ciencia en ambas ciudades con gloria y reputación. El gusto por las colecciones y de hermosos
gavinetes pasa por encima. Si algún infeliz se dedica a él, lo ponen luego en ridículo, lo que le obliga
á abandonarlo o á exercerlo en secreto») (Extractos… de 1790. Vitoria: 1790, pp. 27-66 y 67-87 respec-
tivamente, y sobre todo 67, 70, 74 y 84).

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tramita en 177422…) la naturaleza científica que la Sociedad imprime a sus estu-


dios en el Seminario de Vergara, sin descuidar por ello la formación humanística
y artística (la preferida por la mayoría de los estudiantes y con un significado peso
en los exámenes de alumnos desarrollados en el transcurso de la celebración de
las Juntas Generales, en los que abundan las traducciones y lecturas de Virgilio,
Cicerón, Q. Curcio, Horacio, Plinio, etc.), tiene su correspondencia en el carácter
utilitario que prima tanto en los planes de estudio y en los premios otorgados por
la Sociedad23, como en la formación de los alumnos pensionados en la nación o
en el extranjero, o en los viajes de profesores para profundizar en sus conoci-
mientos en diferentes países europeos.
Las gratificaciones e inversiones de la Sociedad recompensan e inciden fun-
damentalmente en investigaciones sobre cuestiones técnicas de aplicación prác-
tica. Bien de forma directa, fomentando la construcción de barrenos, sembraderas,
importando simientes (lino de Riga, trigo de Marruecos, maíz de Canadá, alfalfa de
Francia, trébol de Holanda, patatas de Irlanda y Málaga, nabo de Galicia) y ensa-
yando con su plantación, adquiriendo una casa de labranza en Basauri para el
desarrollo de proyectos, elaborando estadísticas de ferrones y su producción,

22. La entrega de premios para las Escuelas públicas en 1774 sería aplazada hasta concluir la acu-
ñación de las monedas en Madrid, suspendida «por dar lugar á otra obra mandada trabajar por el Rey
nuestro Señor». El propio Campomanes contribuiría en 1774 al diseño de la moneda de la Sociedad,
que tendría en una cara el busto del Rey con su nombre y fecha, y en la otra un pedestal con la ins-
cripción LAN ONARI y sobre él el distintivo de la Sociedad con las tres manos juntas y en una orla «La
Sociedad Bascongada»; un esbozo muy del gusto del Conde de Peñaflorida cansado de diseños rebus-
cados (Carta de 18 de enero de 1774 del Conde de Peñaflorida a Pedro Jacinto de Álava. La Ilustración
Vasca. Vitoria-Gasteiz: 1987, pp. 237-241. Colección Fondo Histórico, 1; Carta de 14 de febrero de 1774
de Pedro Jacinto de Álava al Conde de Peñaflorida, ATHA, Fondo Prestamero, Caja 31, nº 134). Otra
aportación de ese mismo año sería la realizada por Tomás Francisco Prieto, que llegaría a ser director
de grabado de medallas de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y grabador general de
la Casa Real de Moneda y que aparece como profesor grabador en Madrid a partir de 1778 hasta su
fallecimiento en 1783, que entregaría 71 medallas «primorosamente gravadas» (7 de oro, 40 de plata, 10
de cobre, 8 de bronce y 6 de latón) (Extractos… de 1776. Vitoria: s.a., p. 1). La presencia de grabado-
res de primer orden se completa con la inclusión de Gerónimo Antonio Gil, primer grabador de la Casa
de Moneda de Méjico y director general de la Real Academia de San Carlos de la Nueva España, y de
Francisco Assensio y Mejorada, abridor de las láminas del Arte de escribir de Francisco Javier de San-
tiago Palomares, como socio benemérito en 1793 y profesor en 1776, respectivamente. En la estampa
grabada por Carmona del retrato del Conde de Peñaflorida, efectuado a partir del dibujo de Luis Paret,
se lee un verso de la Epístola a los Pisones, la conocida como Arte Poética que Horacio dirigió a Lucio
Calpurnio Pisón, al que el propio Peñaflorida denominó «gran Príncipe del buen gusto» en su Discurso
sobre el buen gusto en la literatura (ARETA ARMENTIA, Luis María. Obra literaria de la Real Sociedad Bas-
congada de los Amigos del País. Vitoria: 1976, pp. 74 y 89-90).
23. Precisamente los premios constituyen uno de los dos medios esenciales mediante los que la
Bascongada considera que el Gobierno puede contribuir al florecimiento de las Sociedades Económi-
cas, según se anota en la respuesta a la Real Orden de 14 de julio de 1786 en la que Su Magestad soli-
cita se le propongan «los medios más proporcionados para restablecer el fervor de estos cuerpos
patrióticos» (Extractos… de 1786. Vitoria: 1787, p. 22). A los mismos se dedicó el título XXVIII de los
aprobados en 1774 (Vitoria: 1774, pp. 113-115).

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Fotografía 1. Medallón dedicado al Conde de Peñaflorida en la Escuela de Artes y Oficios


de Vitoria, fundada por la Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País.

experimentando con el acero, financiando la búsqueda de minas de carbón, con-


tratando oficiales para el desarrollo de manufacturas (de Talavera para la fabrica-
ción de loza en Vitoria, por ejemplo). Bien indirecta, recompensando con premios
en metálico la manufactura de un cuchillo marinero con 400 reales, con 500 el
mejor modo de trillar, con 1.000 reales la demostración de cuál es el mejor fuelle
para ferrerías e idéntica cantidad para el vivero más amplio de árboles, con 15
doblones y patente de benemérito a quien proponga el mejor plan para una com-
pañía de ferrones e idéntica cantidad y patente para la mejor demostración de los
ramos de industria que hace falta desarrollar en las tres provincias vascongadas,
especialmente en el concerniente al hierro; o financiando el traslado de maestros
al extranjero para perfeccionar su arte (casos del enviado a Londres en 1775 para
mejorar la fabricación de cuchillería y quincalla o de un relojero a Ginebra en
1786) o de aprendices a otras ciudades españolas (mayormente a Madrid, uno en
1773 para aprender el arte de estampar, otro en 1777 a casa del maestro cerrajero
Matheo de Pindat o los 3 pensionistas de 1778 a la Escuela de Platería de Antonio

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Martínez), por citar sólo algunos de los innumerables premios otorgados por la
Sociedad y recogidos en sus Extractos. Frente a las recompensas pecuniarias, las
gratificaciones a las investigaciones no prácticas, podríamos decir, ofertan la
patente de benemérito y una medalla con la divisa de la Sociedad para el autor de
una biografía sobre cualquier vasco ilustre.
Más reveladores resultan los esfuerzos de los miembros de la Bascongada por
completar su formación científica en los principales centros europeos del momento,
paralelos en su concepción a las pensiones de ampliación de estudios en el extran-
jero creadas por Carlos III y alejados de los que José Cadalso llamaría «viajeros a la
violeta»24. El primer Socio viajero en el extranjero, Ramón María de Munibe, hijo
segundo del Conde de Peñaflorida (a cuyo cargo correrían todos los gastos), ini-
ció su viaje de formación por Europa en el verano de 1770 acompañado de su
preceptor el abate francés Luis Cluvier, con unas directrices de utilidad respecto
de lo que había de ser estudio principal del alumno, la naturaleza, sumamente
clarificadoras «y con particularidad aquellos puntos de Phísica, Historia Natural y
Matemáticas que sean más acomodados para producir utilidad a nuestro país». En
Francia visitó el Condado de Foix y siguió los cursos de química en el Jardín del
Rey impartidos por Hilario Martín Ruelle (socio extranjero de la Bascongada en
1776-77, que aparece luego como profesor de química y como astrónomo del Real
Observatorio de París entre 1788-92, y que en la publicación de su Calendrier
solaire, impreso en París en 1789, se titulaba «Astronome de la Société Royale Bas-
quaire»), se relacionó con Miguel Adamson (Censor Real y miembro de la Academia
Real de Ciencias de Francia, socio extranjero entre 1770 y 179325) y Pedro Franco
Dávila (Socio de Mérito desde 1768)26. Atravesando Bélgica, Holanda y Dinamarca

24. Los cuatro pensionados enviados en 1752 a París para el aprendizaje del grabado, Juan de la
Cruz Cano Olmedilla, Tomás López, Alfonso Cruzado y Manuel Salvador Carmona acabarían ingre-
sando como socios profesores de la Bascongada en 1774, 1772 y los dos últimos en 1775. Carmona
sería el autor del logotipo de la Sociedad en 1771 y del retrato de su fundador, el Conde de Peñaflo-
rida, en 1785. Remendando el título de su satírica obra sobre la educación Eruditos a la violeta, Cadalso
aludía a los jóvenes aristócratas que viajaban por Europa sin aprender más que vaguedades; este libro
formaba parte de la biblioteca de Diego Lorenzo del Prestamero.
25. Siguiendo instrucciones de Adamson en agosto de 1771 se le remitirían muestras de granos,
margas y tierras de las tres provincias vascas, así como datos referentes a la situación, permeabilidad y
profundidad de las últimas, para que estudiara los medios de lograr hacer más fértil el suelo y aumen-
tar la producción (Junta semanaria de los Amigos de Álava de 21 de marzo de 1771, ATHA, DH 1352-1).
26. Pedro Franco Dávila, miembro de la Academia Imperial de San Petersburgo y de las Socie-
dades Reales de Londres y Berlín, había logrado reunir en París notables colecciones de historia natu-
ral, arqueología y etnografía, catalogadas por Romé de L’Isle y publicadas en París en 1767. Su
Gabinete, cuya parte de historia natural sólo llegó a ocupar cinco grandes salas, se dividía en dos sec-
ciones: Curiosidades de la Naturaleza (con 12 apartados) y Curiosidades del Arte (con 6, una de ellas
para Piedras antiguas y modernas con inscripciones y, otra para Bronces antiguos, bustos, bajorelieves
y medallas). Ofrecidas las colecciones a Carlos III serían adquiridas tras informe favorable de Enrique
Flórez en 1771, el mismo año en que llega a la Bascongada un ejemplar del catálogo. El propio Dávila
sería nombrado con un sueldo de 1.000 doblones director del naciente Gabinete, núcleo inicial del

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pasó a Suecia en julio de 1771, estudiando un curso de Mineralogía en el Bergsko-


llegium de Estocolmo y otro en la Escuela de Mineralogía de Upsala, relacionán-
dose con notables químicos (como Gustavo Engestrom, de cuyo tratado sobre
Docimasia hizo una recopilación en castellano) y físicos (como Juan Gotshalk
Vallerius) y traduciendo del sueco el Ensayo de Mineralogía de Axel Federico
Cronstedt (descubridor del níquel); de allí se trasladó en el verano de 1772 a Ale-
mania, residiendo en Sajonia, donde fue alumno de la Escuela de Freiberg; y más
tarde a Viena, Venecia, Turín y Roma, antes de regresar a Azcoitia. Ramón María
fue el responsable de la remisión a la Bascongada de curiosas producciones de la
naturaleza y de diferentes muestras de minas que integrarían el gabinete de His-
toria Natural de la Bascongada. Nombrado miembro de la Real Academia de Cien-
cias de Estocolmo y del Instituto de Freiberg, y socio de número y secretario
perpetuo de la Bascongada en 1773, murió el 20 de junio del año siguiente de 1774
a la temprana edad de veintitrés años27.
Su hermano Antonio María de Munibe y Javier María de Eguía, hijo del Mar-
qués de Narros, cadetes del Regimiento de Reales Guardias de Infantería Españo-
las, cursarían estudios de química en París en 1775 siguiendo instrucciones de la
secretaría general de la Sociedad bajo la dirección de Eugenio Izquierdo de Ribera
y Lezaun (Teniente Coronel del mismo Regimiento y pensionado de Carlos III en
la capital francesa para el estudio de Historia Natural y de Química, y futuro direc-
tor del Gabinete de Historia Natural de Madrid, que aparece desde 1776 como
socio profesor y después literato). Más tarde se trasladarían a Inglaterra, Holanda,
Alemania y Suecia para profundizar en los conocimientos sobre la obtención del
hierro. En París conocerían a los hermanos Juan José y Fausto Fermín Elhuyar, que
llevaban cinco años formándose en matemáticas, física, química e historia natural,
y que a su regreso a España en 1777 serían inscritos como socios profesores de la
Bascongada, preparando su futura incorporación al equipo docente del Real Semi-
nario de Vergara. Con el periplo de Fausto Elhuyar a distintas ciudades europeas
en 1778 se iniciaba uno de los episodios quizás más desconocidos y novelescos
de la historia de la Bascongada del que trataremos a continuación. No sin antes
reseñar el carácter así mismo formativo del viaje emprendido por Gerónimo Mas,
maestro de matemáticas enviado por la Sociedad a completar sus estudios de quí-
mica a París desde mediados de 1787 a abril de 1789, en que se reintegra como
profesor de química en Vergara hasta 1794.

Museo Nacional de Ciencias Naturales inaugurado el 4 de noviembre de 1776 (la misma fecha en que
se abría en Vergara el Seminario Patriótico Bascongado). La relación de Dávila con la Bascongada
databa de varios años antes, de 1768, cuando Dávila había solicitado al Conde de Peñaflorida la remi-
sión de minerales del País Vascongado para su colección.
27. Una aproximación al viaje de Ramón María, minuciosamente preparado por Peñaflorida y
aprobado por el Rey y el secretario de Estado en SILVÁN, Leandro. Relaciones científicas hispano-suecas
en el siglo XVIII. Boletín de la Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País, XXXVII, 1981, pp. 28-33.

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UN GABINETE NUMISMÁTICO DE LA ILUSTRACIÓN ESPAÑOLA:
LA REAL SOCIEDAD BASCONGADA Y DIEGO LORENZO DEL PRESTAMERO

Desde su acceso al trono, Carlos III se había propuesto la mejora del lamen-
table estado en que se encontraba la artillería española (en 1762, el mismo año de
la conquista inglesa de La Habana, se crea el Colegio de Artillería de Segovia), una
reforma que ya había acometido en la homóloga arma del Reino de Nápoles
durante su reinado. En 1777 siendo ministro de Marina el Marqués González de
Castejón, navarro oriundo de Tudela, la industria nacional de fabricación de caño-
nes para la Marina de Guerra no había superado todavía el fracaso de la expe-
riencia de fundición en sólido de 1754, a pesar de haber incorporado a las
instalaciones de Sevilla en 1767 al prestigioso fundidor suizo Jean Maritz y a un
equipo compuesto de 21 técnicos28. Ante la deficiente calidad de los fabricados en
Liérganes y La Cavada, e interrumpido el suministro de los proporcionados por
Inglaterra en 1775 a raíz de la Guerra de Independencia en las colonias america-
nas, González de Castejón confiaba a principios de 1777 al capitán de Navío José
Domingo de Mazarredo las gestiones oportunas para la contratación de dos espías
vizcaínos que debían introducirse en la fábrica de artillería de Carron (Escocia) y
enviar un detallado informe técnico. La respuesta de 26 de febrero de 1777 de
Mazarredo, socio de número de la Bascongada desde 1767, daba cuenta en una
minuciosa comunicación de los principales fallos que presentaba la industria
nacional de cañones y explicaba los proyectos docentes de la Real Sociedad Bas-
congada, que se proponía incorporar al Seminario Patriótico una cátedra de Mine-
ralogía y otra de Metalurgia. Para la primera se proyectaba traer profesores de las
minas de Freiberg y para la segunda de Suecia, si bien la falta de recursos eco-
nómicos había aplazado hasta ese momento su contratación. Mazarredo sugería
al ministro tratar con el Conde de Peñaflorida, director de la Bascongada, según
él la persona idónea para desarrollar el proyecto. Se iniciaba así una copiosa
correspondencia entre el Conde de Peñaflorida y el Marqués de Narros, de un
lado, y el ministerio de Marina, por el otro, que revela el establecimiento de dos
planes: el primero, la introducción de dos «sujetos hábiles» (Ignacio de Montalvo y
Juan José Elhuyar) en la factoría de Carron; y el segundo, la creación de la Real
Escuela Metalúrgica de Vergara, con el compromiso de contratar a los mejores pro-
fesores de Física, Química y Mineralogía y Metalurgia, junto a la dotación para un
laboratorio químico y un gabinete mineralógico29.

28. Dentro de los deseos de la monarquía borbónica de dotar a la Marina de Guerra de las princi-
pales innovaciones tecnológicas se enmarcaría el viaje desarrollado por Europa en 1787 de los capitanes
de artillería Jorge Juan Guillelmi y Tomás de Morla, miembros de la Escuela de Artillería de Segovia.
29. Sobre esta labor de espionaje véase GÓMEZ PELLÓN, Inés y ROMÁN POLO, Pascual. Ciencia,
Tecnología y Espionaje en La Bascongada. En Los Encuentros sobre Historia. Siglo XVIII, La Real Socie-
dad Bascongada de los Amigos del País en la Ilustración. Vitoria-Gasteiz: 1999, pp. 15-40 y La Bascon-
gada y el ministro de Marina, Espionaje, Ciencia y Tecnología en Bergara (1777-1783). San Sebastián:
Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País, 1999.

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UN GABINETE NUMISMÁTICO DE LA ILUSTRACIÓN ESPAÑOLA:
LA REAL SOCIEDAD BASCONGADA Y DIEGO LORENZO DEL PRESTAMERO

Montalvo, navarro y socio profesor de la Bascongada desde 1776, cambiaría


su nombre por el de José Martínez y se haría pasar por sobrino de un cura de
Morales de Toro huido de la Justicia española. Después de un período de apren-
dizaje de inglés en Londres lograría introducirse en Carron a la espera del segundo
agente, Juan José Elhuyar, el espía científico. Juan José iniciaría su viaje en 1778
en apariencia como pensionado por el rey Carlos III para completar su formación
en «ciencias metálicas», acompañado de su hermano Fausto, pensionado por la
propia Sociedad Bascongada con idéntico motivo y con gastos sufragados por la
dotación de la cátedra de Mineralogía. Tras seguir los cursos del geólogo Abrahm
Gottlob Werner en el Instituto Metalúrgico de Freiberg hasta fines de 1779, pasa-
rían a reconocer las instalaciones metalúrgicas de Austria-Hungría, donde tendrían
frecuente trato con el barón de Born, destacado metalúrgico. En octubre de 1781
concluiría su viaje cuando Fausto es reclamado por la Bascongada para incorpo-
rarse a su Cátedra de Mineralogía y Ciencias Subterráneas, y Juan José, al no poder
introducirse en Carron por hallarse Inglaterra en guerra contra la coalición franco-
española, se dirige a Suecia, siguiendo en Upsala un curso de química con el pres-
tigioso profesor Torbern Olof Bergman y de Docimasia con Pedro Jacobo Hjelm,
hasta que en 1783, el Ministro de Marina reclama el regreso de los dos espías. Igna-
cio de Montalvo y Juan José de Elhuyar serían destinados a las fábricas de armas
menores de Jimena, si bien el último no llegó a incorporarse por ser nombrado el
15 de diciembre de 1783 director general de las Minas del Reino de Nueva Granada.
Este episodio viene a reforzar la idea de la militarización de la ciencia española
como uno de los rasgos más acusados de la Ilustración española30.

3. EL GABINETE NUMISMÁTICO DE LA BASCONGADA

Resulta evidente a estas alturas que la formación de un gabinete numismá-


tico no constituiría una prioridad entre los objetivos a desarrollar por los Amigos.
No podemos dejar de constatar tampoco otra serie de hechos significativos. En
primer lugar, que su creación tuvo lugar en las juntas generales de julio de 1785,
tras el fallecimiento a comienzos de ese mismo año del primer director de la Bas-
congada, el Conde de Peñaflorida, y bajo la nueva presidencia electa del Marqués

30. En esas tareas de espionaje europeo les habían precedido los marinos Jorge Juan, Antonio
de Ulloa y Juan Langa: LAFUENTE, Antonio y PESET, José Luis. Política científica y espionaje industrial en
los viajes de Jorge Juan y Antonio de Ulloa (1748-1751). Melanges de la Casa de Velázquez, 17, 1981,
pp. 233-262; HELGUERA, Juan. Las misiones de espionaje industrial en la época del Marqués de la Ense-
nada y su contribución al conocimiento de las nuevas técnicas metalúrgicas y artilleras, a mediados del
siglo XVIII. Actas del IV Congreso de la Sociedad Española de Historia de las Ciencias y de la Técnica,
t. II. Valladolid: 1988. Sobre la militarización de la ilustración española y vasca en particular: GIL MUÑOZ,
Margarita. Cultura europea y milicia. Los oficiales de la Ilustración en la RSBAP. V Seminario de Histo-
ria de la RSBAP. Madrid: 1999, pp. 263-308.

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UN GABINETE NUMISMÁTICO DE LA ILUSTRACIÓN ESPAÑOLA:
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de Montehermoso, gran aficionado a las antigüedades y a la numismática, de las


que llegó a formar interesantes colecciones, y poseedor además de un gabinete de
historia natural31. En segundo, que en ningún momento dicho gabinete numismá-
tico estuvo relacionado con el proyecto educativo desarrollado por la Sociedad en
el Seminario de Vergara (a diferencia de lo sucedido con las colecciones mineraló-
gica o de historia natural32) pasando desde su creación a estar regentado por el
subsecretario, cargo ocupado desde 1778 por Diego Lorenzo del Prestamero en
Vitoria, ciudad de la que era natural el nuevo director y a la que se trasladaría la
sede de la Sociedad33.
Si bien el título VI de los Estatutos, dedicado a la Comisión de Historia, Polí-
tica y Buenas Letras, había incluido en su punto cuarto, como otra ocupación más
de la misma, la conveniencia de «formar las colecciones mas completas que pueda
de estos diversos asuntos», el monetario de la Sociedad no surge únicamente como
fruto de una decisión ex profeso. A pesar de que ya en julio de 1774 Pedro Jacinto
de Álava (al que en febrero de ese año Eugenio de Llaguno había hecho llegar el
Diccionario Numismático general para la perfecta inteligencia de las Medallas
antiguas de Tomás Andrés de Gusseme) comunicara al Conde de Peñaflorida su
interés en «realizar un pequeño monetario a imitación del que tiene el Marqués de
Montehermoso», cuya formación correría de su cuenta y de que cuenta con la
aprobación del director de la Sociedad, no tenemos noticia de que se llevara
finalmente a cabo34. Con ocasión de esa correspondencia el mismo Conde había

31. Este gabinete, mostrado por Pedro Jacinto de Álava a la embajadora rusa durante su estancia
en julio de 1774, sería objeto de cumplidos por GASPAR DE JOVELLANOS, Melchor. En SOMOZA, Julio (ed.).
Diarios, t. I. Oviedo: Instituto de Estudios Asturianos, 1953-1956, p. 190. El catálogo de las piezas que
lo integraban se efectuó en 1834 siendo ya su poseedor José Joaquín de Salazar (ATHA, DH 1264-10).
32. En la formación de ambas resulta fundamental la figura de Ramón María de Munibe, que
impresionado durante la visita efectuada en París al Gabinete de Pedro Franco Dávila, «para ver bien
su gabinete se necesita un mes», escribiría a su padre, el Conde de Peñaflorida, director de la Bascon-
gada, acerca de la conveniencia de dotar a Vergara de colecciones similares; una idea recogida ya en
los Extractos de 1771, y para la que la junta guipuzcoana de junio de 1772 redacta un Plan de forma-
ción de un gabinete mineralógico. En 1783 Fausto Elhuyar, profesor de Mineralogía en el Real Semi-
nario, propondría un Plan de colección mineralógica del País Bascongado, que la junta semanaria de
Guipúzcoa remitiría a sus homólogas de Vizcaya y Guipúzcoa para su conocimiento y efectos.
33. A pesar de ello, en ocasiones se ha llegado a vincular la colección numismática de la Bas-
congada con el Seminario vergarés (CLAVERÍA ARZA, Carlos. Relieves del genio vasco, 24. Pamplona: 1962,
pp. 168-201).
34. Cartas de 17 y 21 de julio de 1774 de Pedro Jacinto de Álava al Conde de Peñaflorida (ATHA,
Fondo Prestamero, Caja 31 n.os 156 y 157), citadas por URDIAIN, María Camino. Epistolario del Fondo
Prestamero. Colección Ilustración Vasca IX. Vitoria-Gasteiz: 1996, p. 49; las respuestas del Conde de
Peñaflorida se reproducen en La Ilustración Vasca. Vitoria-Gasteiz: 1987, pp. 269-270. Colección
Fondo Histórico, 1. El regalo de Llaguno aparece recogido en los Extractos… de 1774. Vitoria: s.a., p.
100. Las donaciones de libros vinculadas con la epigrafía, numismática y arqueología no fueron espe-
cialmente numerosas, recogiéndose las de los tomos 6 y 7 en italiano de las Antigüedades del Her-
culano, regalados por Carlos III en 1773 y 1780 o el Descubrimiento de una villa Romana subterránea

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UN GABINETE NUMISMÁTICO DE LA ILUSTRACIÓN ESPAÑOLA:
LA REAL SOCIEDAD BASCONGADA Y DIEGO LORENZO DEL PRESTAMERO

expuesto también la necesidad de que la Sociedad formara su propia colección


numismática, «Necesitamos ya de un pequeño Monetario para ir colocando las
Medallas y monedas que se van juntando y estan en mi Papelera» señalando ade-
más la conveniencia de incluir a continuación de los Extractos una relación de las
donaciones efectuadas a la Sociedad35. Es preciso recordar que ambas iniciativas,
de suerte pareja, se insertan en el ámbito de una correspondencia privada entre
dos amigos y que ninguna de las dos trascendió a otro ámbito ni fue tratada ofi-
cialmente en las juntas celebradas por la Bascongada.
Tampoco parece ser resultado exclusivamente de un proceso de acumulación
de un número tal de ejemplares que exigiera su ordenación y clasificación, a pesar
de que las donaciones de medallas se habían iniciado de forma espontánea en una
fecha temprana y de la anteriormente comentada intención al respecto del Conde
de Peñaflorida. Proceso de recogida que es anterior incluso al que es posible
seguir a través de las referencias recogidas en los Extractos, de las que a conti-
nuación daremos puntual noticia, como se deduce de la reclamación efectuada en
noviembre de 1769 por el secretario de la Bascongada, Miguel José de Olasso, a
José Joaquín de Landázuri con motivo de la dimisión de éste, para que devolviera
los libros, documentos y «monedas antiguas» que, pertenecientes al depósito de la
Sociedad, conservaba Landázuri en su poder36.

en la provincia de Champaña, obsequiado en 1777 por Pierre Clement Grignon. Grignon, residente en
St. Didier de Champagne, miembro de la Academia de Ciencias de Chalons y correspondiente de la de
París, había resultado agraciado en 1770 con el primer premio sobre fuelles de ferrería de forja y pro-
puesto como socio por Pedro Jacinto de Álava al Conde de Peñaflorida en carta de 4 de abril de 1771,
junto al de Juan Laclergue como socio profesor en Vergara. Grignon tras aparecer como Socio Extran-
jero en 1771, figuraría como profesor extranjero a partir de 1772, y en 1778 cedería una colección de
sus obras a la Bascongada. Las excavaciones desarrolladas por Carlos III en Herculano eran conocidas
con anterioridad a estas donaciones, como se desvela en el Discurso preliminar leído en la primera
Junta General Preparatoria de la Sociedad celebrada en Vergara el día 7 de febrero de 1765: «… por
un Principe en fin à quien está la tierra tan acostumbrada à obedecer, que à una insinuacion suya ha
sabido descubrir Ciudades enteras sepultadas mas de mil años en su seno? (a) Alude al descubrimiento
hecho en el Reynado de S.M. en Napoles, del antiguo Herculanum sepultado en la famosa erupcion
del Vesubio en tiempo de Tito Vespasiano». (Discurso… Vitoria: 1768, p. 19).
35. Cartas de julio y de 7 de octubre de 1774 del Conde de Peñaflorida a Pedro Jacinto de Álava,
La Ilustración Vasca. Vitoria-Gastéiz: 1987, pp. 269 y 279. Colección Fondo Histórico, 1.
36. Efectos que fueron inmediatamente devueltos a la Sociedad (Cartas de 26 de noviembre de
Miguel José de Olasso a José Joaquín de Landázuri y de 28 de noviembre de 1769 de José Joaquín de
Landázuri a Miguel José de Olasso, ATHA, DH 1015-2.7 (1 y 2). En esas mismas fechas el Conde de Peña-
florida solicitaba a Pedro Jacinto de Álava la remisión del «tratado que hai del P. Florez sobre mone-
das» con el fin de rebatir las tesis vertidas por éste en La Cantabria (1768) que venían a demostrar la
inconsistencia de los fundamentos de la teoría vascocantabrista; hecho que, por otro lado, precipitaría
la salida de Landázuri de La Bascongada (Carta de 21 de noviembre de 1769 de Xavier María de Munibe
a Pedro Jacinto de Álava, La Ilustración Vasca. En Colección Fondo Histórico, 1. Vitoria-Gasteiz: 1987,
p. 100). Sobre los proyectos históricos de la Bascongada: OLABARRI GORTÁZAR, Ignacio. «Proyectos his-
toriográficos de la Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País». I Seminario de Historia de la Real

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UN GABINETE NUMISMÁTICO DE LA ILUSTRACIÓN ESPAÑOLA:
LA REAL SOCIEDAD BASCONGADA Y DIEGO LORENZO DEL PRESTAMERO

Los Extractos correspondientes a las juntas generales celebradas en Bilbao en


1772 recogen en un apartado dedicado a la «Lista de los Efectos, Libros, Máquinas
y Curiosidades que ha tenido la Sociedad de regalo desde diciembre último de
1771» un primer donativo de «Once Medallas de plata acuñadas en exaltaciones,
desposorios y nacimientos de varios príncipes de Europa». En los años sucesivos
las entregas recogidas por los Extractos se harían más frecuentes, si bien no espe-
cialmente cuantiosas: en 1774 «Ciento y sesenta Monedas y Medallas Romanas.
Quatro Medallas acuñadas: una, con ocasión del casamiento del príncipe nuestro
Señor: dos, del Duque de Parma: y otra, del rey actual de Cerdeña»; en 1775 «Una
medalla en memoria del Morro»; en 1777 «Medallas. Una de oro de la coronación
del rey de Francia Luis XVI en 1775, regalada por el excelentísmo señor Duque de
Grimaldi. Otra del emperador y emperatriz, y la división de la Polonia en 1773,
por el mismo señor excelentísimo. Otra del rey de Nápoles, Fernando el IV, por el
mismo. Una de plata del rey nuestro señor, y el establecimiento del Monte Pío para
el socorro de los cosecheros de Málaga en 1776, regalada por el mismo excelen-
tísimo señor Duque de Grimaldi. Otra de Christiano VII, rey de Dinamarca 1776,
por el mismo señor excelentísimo. Otra de Federico Príncipe hereditario de Dina-
marca 1774, por el mismo excelentísimo»; en 1779: «Una medalla de oro, y dos de
plata de las que se acuñaron para premios de la Real Academia de derecho patrio
y público de San Isidro el Real de Madrid, regaladas por el socio B. y M. don Juan
Joséf de Echeveste, Caballero del orden de Santiago y comisionado de la Sociedad
en el reyno de México»; en 1780 «Colección de monedas de reales de [plata] á ocho,
quatro, dos, uno y medio [de cada año] desde el año de 1732 hasta el de 78, inclu-
sive, regaladas para el depósito de la Sociedad por el socio don Juan Joséf de
Echeveste»; hasta llegar a 1785, en que se produce el depósito más numeroso:
Quatrocientas medallas antiguas de colonias y municipios de España, imperiales,
arabigas y desconocidas, regaladas por el Socio de Merito Don Joseph Ignacio de
Carranza, Visitador del Obispado de Jaen, con la historia manuscrita de la batalla
de las Navas de Tolosa, sacada del archivo de Vilches, y una punta de saeta de hie-
rro, con la parte de una hebilla de cinturón, de cobre sobredorado, con esmalte y
labores arabescas, de gusto exquisito, que se encontraron en el mismo sitio de la
referida batalla de las Navas. Don Lorenzo del Prestamero, Subsecretario de la Socie-
dad, ha regalado más de cinquenta medallas de todos géneros, y de las más raras37.

Sociedad Bascongada de los Amigos del País. San Sebastián: 1986, pp. 461-470 y ORTIZ DE URBINA MON-
TOYA, Carlos. La Historia Nacional de la Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País: identifica-
ción de dos manuscritos depositados en el Archivo del Territorio Histórico de Álava. Boletín de Sancho
el Sabio 7. Vitoria-Gasteiz: 1997, pp. 341-345.
37. Extractos… de 1772, Vitoria: s.a., p. 130; … de 1774. Vitoria: s.a., p. 103; … de 1775. Vito-
ria: s.a., p. 149; … de 1777. Vitoria: s.a., p. 96; … de 1779. Vitoria: s.a., pp. 135-136; … de 1780. Vito-
ria 1780, p. 115; … de 1785. Madrid: 1786, p. 146. El propio monarca regaló en 1771 dos medallas a
la Sociedad, según informa por carta Pedro Jacinto de Álava al Conde de Peñaflorida (ATHA, Fondo
Prestamero, Caja 31, nº 109). Las 11 monedas de 1772 habían sido remitidas por el Conde de Baños,

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UN GABINETE NUMISMÁTICO DE LA ILUSTRACIÓN ESPAÑOLA:
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Es en estos momentos, en las primeras Juntas celebradas tras la muerte de


Peñaflorida, desarrolladas en Vergara entre el 28 de julio y el 2 de agosto de 1785
en las que se elegiría como sucesor al Marqués de Montehermoso –que a buen
seguro conocía y, desde luego, compartía las aficiones numismáticas de Presta-
mero– cuando, tras hacer mención de la donaciones recibidas desde 1784 hasta la
fecha, se incluye una nota final que revela la intención de la Sociedad de crear un
«Gavinete de este ramo de instrucción». La mano de Prestamero se adivina tras este
acuerdo que, tras aludir ¡cómo no¡ a su utilidad, encarga su formación y dirección
al subsecretario, el cargo que él mismo ocupa, con unas halagüeñas perspectivas
«y pudiendose llevar a cabo este en poco tiempo á un estimable grado de perfec-
cion con el auxilio de los zelosos Socios esparcidos por el reyno, se suplica á estos
tenga á bien contribuir por su parte á tan util establecimiento con aquellas meda-
llas que buenamente caygan en sus manos»38. Una petición institucional de dona-
ciones que se verán recompensadas con la noticia individual de las personas y
piezas regaladas en «un artículo á parte» que se incluirá en los Extractos39.
Para las siguientes Juntas, celebradas en julio de 1786 en Vitoria, y según
recoge el apartado de Actas y ocurrencias de entre año, el monetario ha adquirido
carta de naturaleza y se ha acordado la inclusión en los Extractos de un aviso soli-
citando a los socios que «tengan à bien enviar para su aumento las monedas que
buenamente caigan en sus manos», reiterando el compromiso de publicar sus
donaciones nominalmente al final de los Extractos. Es el 11 de mayo de 1786. La
noticia informa sin proporcionar más detalles de la existencia de «bastante numero
de monedas antiguas y modernas» en el archivo de la Sociedad, y de la decisión
de «hacer un monetario, para ponerlas en orden»40.

mientras que las 160 de varios metales y entre ellas algunas que son raras y bien conservadas recibidas
en 1774 lo fueron desde La Habana (Cuba) por José Antonio de Armona, miembro del Consejo de
Hacienda y director general de Correos y Rentas de la isla de Cuba, y socio benemérito de la Bascon-
gada desde 1771 (Carta de 5 de junio de 1784 de Lorenzo del Prestamero al Conde de Peñaflorida,
ATHA, Fondo Prestamero, Caja 37, nº 57; Carta de 12 de enero de 1774 de José Antonio de Armona al
Conde de Peñaflorida, ATHA, DH 1015-4.31).
38. De este año data el acuerdo para la formación del mismo y no de 1775, como equivocada-
mente cita MARTÍNEZ DE SALAZAR, Ángel. Diego Lorenzo del Prestamero, un erudito e ilustrado alavés.
En Lorenzo del Prestamero (1733-1817) una figura de la ilustración alavesa. Vitoria-Gasteiz: 2003, p.
21, sin duda reproduciendo el error de SAN VICENTE, José Ignacio. Del trueque al euro a través de la
Colección Numismática Prestamero. Vitoria-Gasteiz: 2001, p. 15.
39. (Extractos… de 1785. Madrid: 1786, p. 147). La muerte en 1783 de Joaquín Manrique de
Zúñiga, Conde Baños, Grande de España, presidente del Consejo de Órdenes, gentil hombre de cámara
del rey y mayordomo mayor de la Reina Madre, socio honorario y de mérito de la Bascongada desde
1771, había supuesto la donación a la Bascongada de una selecta librería, integrada por más de 600 volú-
menes, así como de «porción de medallas de oro y plata acuñadas en España de memorables sucesos, y
otras preciosidades que están anunciadas en los Extractos» (Extractos… de 1784. Vitoria: s.a., p. 119).
40. Extractos… de 1786. Vitoria: 1787, p. 22. Al final del mismo, y tras enumerar las donaciones
recibidas, se volvería a solicitar la colaboración de los socios en el enriquecimiento de este Monetario
que con el tiempo puede ser util a la Nacion: pp. 126. De la existencia de algún tipo de catálogo da

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UN GABINETE NUMISMÁTICO DE LA ILUSTRACIÓN ESPAÑOLA:
LA REAL SOCIEDAD BASCONGADA Y DIEGO LORENZO DEL PRESTAMERO

El eco alcanzado entre los Socios no se hizo esperar. A partir de los Extrac-
tos de ese mismo año, y dentro de un apartado intitulado Monetario, se recogen
puntualmente cuantos depósitos de monedas llegan a la Sociedad. En el corres-
pondiente a 1786:
El coronel D. Jose de Alava individuo de la Sociedad à resultas de la nota suplica-
toria que se puso en los extractos del año pasado pag. 147 há regalado 34 monedas
arabigas de oro y plata que recogió en la costa de África en el tiempo que estuvo
allí con su regimiento. El Socio de Merito D. Jose Ignacio de Carranza Visitar del
Obispado de Jaen ha regalado un gran número de monedas romanas à mas de las
otras que se dio noticia el año anterior41.

En el de 1787: «El Excmo. Sr. Conde de Fernán-Nuñez, miembro Honorario de


la Sociedad Grande de España y Embajador de S.M. en París, regaló quatro meda-
llas de plata y cobre de las acuñadas con motivo de los augusteos desposorios de
los Serenisimos Infantes de España y de Portugal, celebrados en Madrid y Lisboa
en el año de 1785». Muestra del decidido impulso que la Sociedad pretende dar al
gabinete es la adquisición a instancia de Prestamero y a lo largo del año de 1787
de varias colecciones numismáticas por un importe total de 2.907 reales y 17 mara-
vedís; lamentablemente no se detalla ni la cuantía ni la procedencia de dichas
monedas, aportándose únicamente la referencia de que se trata «de muchas meda-
llas de plata romanas, desconocidas, de retratos de algunos personajes, dedica-
ciones, proclamaciones de Reyes, monedas de estos reynos y de los extrangeros»42.
Tras un año sin entrega alguna, en las Juntas de 1789 y dentro del apartado
general de Efectos regalados a la Sociedad desde las últimas juntas generales se
hace relación de:
D. Pedro Jacinto de Alava, dos medallas de plata, grande y mediana, de la procla-
macion de nuestro Augusto Monarca Carlos IV, en Madrid. D. Juan Porcel, otra
medalla sobre el mismo asunto. El Marques de Legarda dos del mismo metal, sobre
el mismo asunto. D. Bernardo de Esquibel siete medallas de diferentes ciudades,
sobre el mismo asunto. D. Domingo de Zambrana, otra de plata de la proclamación
de Carlos III. D. Joseph Ignacio de Carranza, Visitador del Obispado de Jaen, dife-
rentes medallas de bronce de los municipios de España é Imperiales. D. Lorenzo del

prueba la carta remitida por Prestamero a Pedro Jacinto de Álava el 20 de enero de 1787 en la que le
remite una moneda árabe registrada con el número 24, y se alude a la práctica de leer las inscripcio-
nes de las piezas existentes en el monetario a los curiosos (Archivo del Parlamento Vasco en adelante
APV, Fondo Bonilla, Caja 21.79).
41. Extractos… de 1786. Vitoria: 1787, pp. 125-126.
42. Extractos… de 1787. Vitoria: 1788, p. 100. La propuesta presentada por el Subsecretario Pres-
tamero en la Junta General de la mañana del 31 de julio de 1787 había consistido en la adquisición de
monedas financiada con la venta de los duplicados de plata de la serie regalada por Juan José Eche-
veste; sugerencia aceptada con la condición de conservar una moneda de cada cuño (ATHA, DH 1076-1).

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UN GABINETE NUMISMÁTICO DE LA ILUSTRACIÓN ESPAÑOLA:
LA REAL SOCIEDAD BASCONGADA Y DIEGO LORENZO DEL PRESTAMERO

Prestamero, una de oro del Rey Godo Recaredo, y algunas otras de bronce de los
municipios de España43.

En las 1790 y de nuevo en el apartado específico de Monetario se reseñan las


siguientes entregas:
Don Íñigo Ortes de Velasco regaló diferentes medallas de plata romanas y españo-
las. D. Juan Joseph de Arechavala residente en Arequipa quatro medallas de plata
de la proclamación de Carlos III en Lima y de Carlos IV en Lima, Potosí y Ciudad de
la Plata. D. Joseph Ignacio de Carranza, Visitador del Obispado de Jaen, una de oro
imperial y de algunas colonias y municipios de España. El Vizconde de Ambite y el
Conde de Echauz algunas monedas antiguas Españolas de plata. D. Pedro Jacinto
de Alava y D. Lorenzo del Prestamero diferentes medallas de Colonias y municipios
de España y África44.

Se hace a continuación un nuevo llamamiento a los «zelosos Socios repartidos


en todas las provincias del reyno» para que continúen con la donación de mone-
das, que será agradecida «expresando por menor de todas las piezas á que se
extienda su generosidad». Pero esta vez se estimula de forma específica la entrega
de piezas pertenecientes a tres épocas concretas: «especialmente de colonias y muni-
cipios en gran bronce, que son los que adornarán mucho á esta colección como tam-
bien las de los Reyes Godos y Moros que reynaron en España». Se supera el marco
estrictamente clásico (a pesar de la especial incidencia en grandes bronces de colo-
nias y municipios romanos) y el relativo a medallas conmemorativas, para incidir en
las etapas medievales. Precediendo a esta nueva llamada a la colaboración se ofrece
una esperanzadora visión del estado de formación del gabinete, que para mostrar
su utilidad está en esos momentos en fase de clasificación:
por la generosidad que ha merecido á diferentes individuos suyos se ha recogido ya
un número considerable de medallas de todo género y para que se puedan sacar las
utilidades que ofrece un deposito de esta naturaleza se estan colocando actualmente
en las divisiones y clases que exige la ciencia numismática. En los Extractos que se
impriman se dara razon del estado en que se halla45.

43. Extractos… de 1789. Vitoria: 1789, p. 91.


44. Extractos… de 1790. Vitoria: 1790, pp. 100-101.
45. Extractos… de 1790. Vitoria: 1790, p. 101. A este interés en el estudio de las monedas árabes
no sería ajeno el proyecto abordado por Pedro Rodríguez de Campomanes tras su nombramiento en
1764 como director de la Real Academia de la Historia de proceder a publicar las Inscripciones y Meda-
llas Árabes, para el que se llegó a solicitar incluso la licencia de impresión, inicialmente aplazada por
el deseo de Campomanes de que se incluyeran algunas inscripciones del mismo idioma, y que final-
mente no vería la luz. Del mismo tendría noticias la Bascongada no sólo mediante el Conde de Cam-
pomanes, sino también a través de la colaboración en el mismo de otros Amigos como Francisco Javier
de Santiago y Palomares y Jerónimo Antonio Gil (ALMAGRO GORBEA, Martín y MAIER, Jorge. La Real
Academia de la Historia y la Arqueología española en el siglo XVIII. En Illuminismo e ilustración. Le

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UN GABINETE NUMISMÁTICO DE LA ILUSTRACIÓN ESPAÑOLA:
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En cumplimiento de este último acuerdo, en la sesión inaugural de las Juntas


Generales celebrada en la villa de Vergara el 28 de julio de 1791, se presentan «doce
pliegos del catalogo de las medallas antiguas que la Sociedad tiene en su moneta-
rio de Vitoria por el mismo, como también una carta é instrucción para la adquisi-
ción y conservación de medallas», que aunque anónimos son indudablemente
debidos a la pluma de Prestamero a pesar de que distintos autores los hayan atri-
buido a Jean François de Montegut46. Lamentablemente ni catálogo ni instruccio-
nes se incluyeron entre las memorias publicadas, a pesar de que en la junta de
conclusión del 2 de agosto por la tarde se había acordado «que las memorias y
papeles qe se han remitido en estas Juntas se impriman por Estractos y en los qe
salen anualmente»47. En el apartado de Regalos a la Sociedad desde las últimas jun-
tas generales, nuevamente ha desaparecido la nomenclatura de Monetario, se enu-
meran los siguientes:
Don Ignacio de Vicuña, Socio de N. regaló una medalla de plata del Emperador
Nerva. D. Miguel de Cendoya Socio B. y Recaudador de la Sociedad en Sevilla dife-
rentes monedas arábigas y de los Emperadores del baxo Imperio, como también de
los Reyes de Castilla, D. Enrique, D. Fernando el Católico y otros. D. Ignacio Puja-
das Socio B. algunas monedas de Emperadores, de las desconocidas Españolas y
una Hebreo samaritana muy apreciable. D. Carlos de Otazu una de plata de la

Antichità e i loro protagonisti in Spagna e in Italia nel XVIII secolo. Roma: 2003, pp. 1-27). Ya se ha
recogido anteriormente la remisión por Prestamero de una «moneda arábiga» para su lectura a Pedro
Jacinto de Álava, a la sazón residente en Madrid (Carta de 20 de enero de 1787, APV, Fondo Bonilla,
Caja 21.79).
46. Es el caso de LAFOURCADE, Maite. Magistrados de los Parlamentos de Toulouse y de Navarra,
miembros de la Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País. En V Seminario de Historia de la
RSBAP. Madrid: 1999, pp. 331-358, y de ABEBERRY, Xabier. Síntesis sobre los franceses miembros de la
RSBAP. V Seminario de Historia de la RSBAP. Madrid: 1999, p. 396. Montegut, miembro en la Asam-
blea de la nobleza en el Parlamento de Toulouse, ante el cariz de los acontecimientos políticos en Fran-
cia había abandonado la ciudad el 20 de octubre de 1790, refugiándose en Vitoria, donde tras ser
nombrado al año siguiente socio extranjero había pasado a colaborar activamente con la Bascongada
hasta su regreso a Francia el 20 de noviembre de 1791. En los Extractos correspondientes a este año
le veremos regalando a la Sociedad 4 monedas, dos libros de su difunta madre y otro suyo sobre las
Antigüedades de Touluose; en los mismos se reproduce traducido su trabajo «Noticia genealógica e his-
tórica de la familia de los Césares» (Extractos… de 1791. Vitoria: 1791, pp. 82-118) y en los del año
siguiente se incluiría su Examen de las inscripciones sobre los Toros de Guisando (Extractos… de
1792. Vitoria: 1792, pp. 41-74). Lafourcade presenta además a Montegut no sólo como responsable de
la clasificación del monetario, sino como descifrador de las leyendas escritas en caracteres desconoci-
dos hasta entonces. Op. cit., p. 343. Sin embargo, el borrador de los extractos de 1791 identifica a otro
como responsable de los pliegos y de la instrucción «…que dio el Subsecretario Dn. Lorenzo del Pres-
tamero», una frase rodeada por un círculo que no se produce en el texto impreso y cuya ausencia ha
podido dar lugar a errores en la atribución de esa autoría (ATHA, Fondo Prestamero, Caja 23 nº 6.2). No
cabe en cualquier caso dudar de la amistad existente entre ambos, ni de los conocimientos sobre
numismática de Montegut, reconocidos por el propio Prestamero en una nota que sobre el falleci-
miento del francés inserta en unos de sus manuscritos sobre inscripciones (ATHA, DH 1299-2).
47. ATHA, Fondo Prestamero, Caja 23 nº 6.1.

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proclamación de Carlos IV en Madrid. Mr. de Montegut Socio E. Parlamentario de


Tolosa dos medallas de plata de la Academia de Inscripciones y juegos florales de
aquella ciudad. El Coronel D. Joseph de Álava Socio B. una colección de 33 meda-
llas de plata de la proclamación de Carlos IV por diferentes acuerdos y ciudades de
América que pesan 31 onzas y una ochava. D. Lorenzo del Prestamero Socio B. y
Subsecretario de la Sociedad una moneda ligada de plata y cobre de D. Alonso el
VI que ganó a Toledo: otras de D. Alonso VIII y Reyes posteriores que reynaron en
Castilla y León48.

Al año siguiente, con ocasión de las Juntas Generales reunidas en Vitoria en


julio de 1792, se presentaba el día 28 una memoria acerca del Estado en que se
halla el Monetario que va formando la Sociedad, cuyo mayor número de monedas
debe á la generosidad de sus individuos dispersos en la Península; nuevamente de
carácter anónimo, y nuevamente atribuible a Diego Lorenzo del Prestamero. Y la
Bascongada en un intento de reforzar aún más si cabe el proceso de donaciones
(claramente significado en el título del informe redactado por Prestamero),
acuerda en su sesión de 1 de agosto escribir individualizadamente «á todos lo que
se han servido remitir monedas antiguas para el Monetario de la Sociedad, dán-
doles en su nombre las debidas gracias», y nombrar una Comisión de tres socios
encargada de reconocer el estado en que se hallaba la formación del gabinete
numismático. Se plantea incluso la necesidad existente de una ampliación del
«armario de dho monetario todo quanto permita el sitio en que esta colocado»49.
Desgraciadamente la memoria sobre el monetario tampoco es reproducida en
los Extractos de ese año. ¿Los motivos de semejantes ausencias?. ¿Quizás la falta
de interés de las mismas? ¿su falta de calidad? o ¿quizás falta de notoriedad de su
autor? Esta última hipótesis parece más acertada tratándose de Prestamero, pues
ninguno de sus trabajos presentados a Juntas fue incluido en los Extractos corres-
pondientes. Es el caso, por ejemplo, de otra memoria también anónima recogida
en las Juntas de 1792 con el número 5 titulada Camino romano que atraviesa por
medio de la provincia de Álava, con varias inscripciones romanas, mármoles y
monedas halladas en sus mansiones militares, respecto de la que no caben dudas
en su adscripción, y que tampoco se halla reproducida en los Extractos de ese
año. La relación de donaciones de ese año, esta vez rotulada como «Monedas que
algunos individuos de la Sociedad le han presentado para su monetario», se des-
glosa de la siguiente forma:
D. Francisco Peyrolon, vecino de Valencia veynte y cinco de plata y bronce. D. Ber-
nardo Esquivel, de Soria una de oro de los Reyes de Aragón y diez y siete de nues-
tras Colonias y Municipios. D. Ramón de Pignateli cincuenta y una de
Emperadores y Municipios entre las que venían algunas muy raras. D. Lorenzo del
Prestamero algunas arábigas, quatro de Municipios y dos de Emperatrices.

48. Extractos… de 1791. Vitoria: 1791, pp. 119-120.

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D. Manuel de Echanove algunas de bronce que ha recogido en el camino nuevo


desde Miranda á Burgos50.

Mención especial merece la inclusión en los Extractos de 1792 de la Guía de


Forasteros en Vitoria, por lo respectivo á las tres bellas artes de Pintura, Escultura y
Arquitectura, con otras noticias curiosas que nacen de ellas51. Una publicación de
inspiración ilustrada que se engloba dentro de la literatura de viajes típica del siglo
XVIII que pretende ofrecer una visión más realista del país frente a la imagen
pintoresca, y casi siempre peyorativa, ofrecida por los autores extranjeros. No cabe
descartar además una influencia directa en su gestación de dos de los principales
representantes de esa literatura en España, Antonio Ponz, autor de El Viaje de
España (Madrid, 1772) y El Viaje fuera de España (Madrid, 1785)52, o Gaspar Mel-
chor de Jovellanos y sus Diarios53. El primero, socio benemérito en Madrid desde
1770, luego profesor y más tarde socio literato, se detiene en Vitoria en agosto de
1783 camino de Francia, describiendo sus monumentos y obras de arte, y el plan-
tío de árboles y semilleros que poseía la Bascongada, de la que hace grandes elo-
gios y comenta cabe esperar grandes ventajas. Jovellanos visita Vitoria en 1791 y
1797, reeditando la estancia que en 1782 le había llevado junto al Conde de Toreno
a esta ciudad para tratar de la unión de la Bascongada con la Sociedad de Asturias;
en el transcurso de las mismas Jovellanos visitaría la casa de los Urbina, la colec-
ción de Historia Natural del Marqués de Montehermoso y «el museo de D. Lorenzo».
La Guía es una obra anónima cuya autoría ha sido erróneamente atribuida
a Diego Lorenzo del Prestamero, si bien no hay que descartar su colaboración
en unión, muy posiblemente, del Marqués de Montehermoso54. Se pretende

49. Junta General Privada de 1 de agosto de 1792 (ATHA, DH 1076-1, p. 119).


50. Extractos… de 1792. Vitoria: 1792, pp. 4, 8-9 y 123.
51. Extractos… de 1792. Vitoria: 1792, pp. 91-121. Existe otra tirada aparte sin fecha ni autor.
52. Ponz había colaborado con la Bascongada en 1774 con ocasión de la grabación de las meda-
llas para las Escuelas de Primeras Letras, entrevistándose con Pedro Jacinto de Álava en la madrileña
casa de Dávila (Carta de 7 de marzo de 1774 de Pedro Jacinto de Álava al Conde de Peñaflorida, ATHA,
Fondo Prestamero, Caja 31 nº 139).
53. La importancia otorgada en particular por la Comisión de Álava de la Bascongada a esta lite-
ratura de viajes había quedado ya de manifiesto en la Junta Privada de esta provincia desarrollada el
17 de setiembre de 1785 en la que se había tratado de las correcciones a efectuar en la Guía de Foras-
teros de Madrid –título que luego adoptaría la anónima guía vitoriana–; las enmiendas sugeridas por
los alaveses serían ratificadas por la Junta Privada de Guipúzcoa el 26 de setiembre y por la de Vizcaya
el 2 de octubre (ATHA, Fondo Prestamero, Caja 22, nº 8.17). A la biblioteca de la Sociedad Bascongada
habían llegado en 1775 la Descripcion de todas las provincias, reynos, estados y ciudades principales
del Mundo de Fray Jayme Regullosa; en 1776 dos tomos en francés de los Viajes de Cornelio le Brun
en la Moscovia, Persia y á las Indias orientales; y en 1781 el Voyage pintoresque de la Flandre & du
Brabant de Descamps, remitido por el socio extranjero Mr. Rivard junto a La Vie des Peintres Flamands,
Alemands & Holandois del mismo autor: Extractos… de 1775; Vitoria: s.a., p. 148; … de 1776. Vitoria:
1776, pp. 91-92; … de 1781. Vitoria: 1781, p. 106.
54. El reciente trabajo de T ABAR A NITUA, Fernando. La Guía de forasteros en Vitoria por
Lorenzo del Prestamero. En Lorenzo del Prestamero (1733-1817) una figura de la ilustración

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UN GABINETE NUMISMÁTICO DE LA ILUSTRACIÓN ESPAÑOLA:
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ofrecer al viajero «un breve prontuario que… contenga las cosas particulares que
hay en el y merecen verse y observarse en las tres bellas artes Pintura, Escultura
y Arquitectura, con otras noticias que nacen naturalmente de esa exhibicion» ela-
borada «por manos hábiles con noticias del mismo lugar o pais, pues es regular
que las gentes naturales instruidas no ignoren nada de lo que en ellos se con-
tiene», subsanando «los defectos y herrores que se han observado en el viaje de
Ponz, que aunque español y muy inteligente, no ha podido librarse enteramente
de las equivocaciones, que se atribuyen á los autores viajantes extranjeros»55. Entre
las descripciones, eminentemente artísticas y con un mínimo complemento histó-
rico, de las principales piezas existentes en edificios religiosos como los conven-
tos de San Antonio, de las Brígidas, de Santo Domingo, de San Francisco, de las
iglesias de San Pedro, de San Ildefonso, de San Miguel, de San Vicente, de la Cole-
giata de Santa María; o civiles como el colegio de San Prudencio, la Plaza Nueva,
o las de las casas de los Marqueses de la Alameda, del Marqués de Legarda, de
Miguel Ramón de Zumalabe, del Conde de Villafuente, se incluyen las de la Bas-
congada y la del Marqués de Montehermoso, las dos que ofertan colecciones
numismáticas. En la sede de la primera, presidida por el busto de Carlos III, existe
«una librería, monetario y colección de inscripciones romanas traídas de varios
pueblos de esta Provincia de Álava»; en la segunda, amén de «bellas pinturas», se
encuentran un relieve de madera de Berruguete, dos cabezas de mármol de
Séneca y Cicerón, dos grandes vasos etruscos, y «una selecta librería de las mejo-
res ediciones, una curiosa colección de historia natural, como también de estam-
pas y dibuxos de los mejores profesores, y un monetario de bellísimas monedas y
camafeos notables»56.
Ese mismo año de 1792 Prestamero propondría al director de la Sociedad la
compra de una colección de monedas de plata en Francia. La situación política del
país vecino, convulsionado por la reciente revolución, la habían colocado a un pre-
cio asequible, «las que en tiempo mas feliz no las darian por el, y creo ventajoso a
la Sociedad que aprovechandose de las circunstancias las adquiera al precio que
señala Um. pues pasado este tiempo no se encontrara otro». No se proporcionan
más detalles sobre el origen concreto, volumen y composición de esta colección,
pues a pesar de la favorable disposición del Marqués de Montehermoso no queda

alavesa. Vitoria-Gasteiz: 2003, pp. 73-141, vuelve a insistir en una paternidad que se puede dar por
descartada según las razones expuestas por ORTIZ DE URBINA MONTOYA, Carlos. Don Lorenzo de Pres-
tamero y Sodupe. Un ilustrado al servicio de la Bascongada. En La Historia de Álava a través de sus
personajes. Vitoria-Gasteiz: 2003, pp. 140-141. Acude TABAR en su apoyo a otra referencia en igual sen-
tido de esa misma publicación, la Presentación de Félix LÓPEZ LÓPEZ DE ULLÍBARRI; por el contrario, la
biografía de Prestamero elaborada por Ángel MARTÍNEZ DE SALAZAR se limita a reseñar a Winhelm von
Humboldt como responsable en la adscripción de dicha autoría. Op. cit., p. 31.
55. Guía de Forasteros en Vitoria, por lo respectivo á las tres bellas artes de Pintura, Escultura y Arqui-
tectura, con otras noticias curiosas que nacen de ellas, Extractos… de 1792. Vitoria: 1792, pp. 91-92.
56. Guía de Forasteros… Extractos… de 1792. Vitoria: 1792, pp. 112-114.

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constancia de que finalmente se llevara a cabo su adquisición. Parece manifiesto


a estas alturas que la existencia del gabinete numismático de la Real Sociedad Bas-
congada de los Amigos del País se debía a la conjunción de dos personalidades
afines, la del director y la del subsecretario, algo evidenciado por la carta que el
primero dirige al segundo en marzo de 1792 felicitándole por los progresos del
monetario y mostrando su decidido apoyo al mismo:
Celebro infinito lo que Um. me dice de los grados de perfeccion que va adquiriendo
el monetario de la Sociedad bajo la direccion de Um. Ojala hubieramos podido añadir
a este precioso deposito el de la librería para que todo estubiese bajo la custodia de
Um. Del resto no encuentro exorbitante el precio de la colección de monedas de plata
que piden en Francia… Creo buenas las mathematicas, creo excelente la Chimia, la
creo tambien la Botanica, pero tambien creo que el estudio de las antiguedades se
debe practicar en todo Cuerpo, Reino, ò Provincia ilustrada. Sino, no merecería la
aceptación que tiene en Inglaterra y en Francia i en todo Pais sabio, ni un lugar en
las Enciclopedias. Asi considero que el monetario que completa la Sociedad la
deben hacer tanto honor como qualquier de los otros ramos que maneja57.

En las juntas generales celebradas en Bilbao en julio de 1793 la noticia con el


aumento del monetario ha pasado a engrosar el bloque principal de ocurrencias
de la Sociedad Su relación pormenorizada se ofrece al final de los Extractos:
D. Juan Domingo de Gironda, vecino de Cádiz ciento y cincuenta monedas de dife-
rentes pueblos de España, de Emperadores, Familias y Proclamaciones, en plata y
bronce de todos tamaños, de las quales algunos son raras y apreciables. D. Ignacio
María de Pujadas vecino de los Arcos diferentes monedas antiguas de los Reyes de
Castilla y León y de Emperadores romanos. D. Jayme de Viana, de la Villa de Lagran
quatro medallas romanas. D. Francisco Peyrolon de Valencia doce de Emperadores
en plata y bronce. D. Manuel de Echanove ha continuado con empeño recogiendo
quantas se le han presentado en el camino nuevo que ha dirigido desde Miranda á
Burgos. La Señora Doña María de los Angeles Hurtado de Mendoza, vecina de Soria,
varias monedas de Emperadores romanos y Reyes católicos, en plata y bronce, una
Arábiga, y otra de oro, proclamación de Carlos IV, en Soria58.

Se trataba de los últimos Extractos impresos por la Real Sociedad Bascongada.


El estallido de la Guerra de la Convención al año siguiente supondría la invasión
y ocupación de gran parte del País Vasco, culminada con la conquista de Vitoria
en julio de 1795, pocos días antes de la firma de la Paz de Basilea el 22 de ese
mes, y trastocaría de una forma prácticamente irreversible el funcionamiento de la
Bascongada, que languidecería tras los fallecimientos en 1798 del Marqués de

57. Carta de 2 de marzo de 1792 del Marqués de Montehermoso a Diego Lorenzo del Prestamero
(ATHA, Fondo Prestamero, Caja 36, nº 126).
58. Extractos… de 1793. Vitoria: 1793, pp. 3 y 147-148.

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Montehermoso, su director, y de Pedro Jacinto de Álava, el pilar básico de la


misma en Álava, y en julio de 1803 del Marqués de Narros, su tercer rector.
El flujo de donaciones de monedas a la Sociedad Bascongada se mantuvo
estable, e incluso con esperanzadores horizontes, desde las Juntas de 1793 hasta
que la conquista de gran parte de Guipúzcoa y el estado general de guerra en el
país lo interrumpieron definitivamente. En ese lapso de varios meses las Juntas Pri-
vadas de los Amigos en Álava recogen en su sesión del 20 de noviembre la oferta
de Andrés de Palacios, vecino de Córdoba, de remitir «las monedas que tenga
duplicadas, a cuyo fin pide una lista de las que actualmente tiene el Monetario de
la Sociedad, y que se le señale sujeto en Madrid que las reciba». Propuesta rauda-
mente aceptada, y para cuya satisfacción se acuerda el envío inmediato de la rela-
ción solicitada59, lo que no hubiera sido posible de no estar confeccionada y
puesta al día, en una prueba más de la diligencia y rigor con que Prestamero
regentaba el gabinete numismático de la Sociedad. En la Junta Privada de 5 de
febrero de 1794 se daría cuenta de la remisión de «151 monedas de plata y bronce
de todos los tamaños» por Pedro Alonso O’Crouley, vecino de Cádiz, a Manuel
Amilaga, agente de la Sociedad en Madrid, y del ofrecimiento de aquél de conti-
nuar en sus remesas «si la Sociedad le distingue admitiéndole por unos de sus indi-
viduos»; en esa misma Junta se acordaba su agregación como socio de mérito, que
por vicisitudes bélicas no sería ratificada hasta las Juntas Generales de julio de
1796. La donación a cambio del nombramiento como socio, un modelo de recom-
pensa para la Bascongada y un mecanismo de proyección social e intelectual para
los adquirientes, había sido el procedimiento ensayado, con idéntica categoría de
mérito, para recompensar ofrendas similares de Francisco Peyrolon y Juan
Domingo de Gironda60.
Gironda, además de remitir monedas y de actuar como promotor para que
otros las enviasen, sugeriría la puesta en marcha de un procedimiento que, de
aprobarse «seria mui conveniente para facilitar las remesas de esta especie» y agi-
lizaría las donaciones. La concesión de una franquicia de portes por la dirección
de Correos para «todos los pliegos qe vengan con monedas para la Sociedad, diri-
giendo las cartas a alguno de los Directores de Correos de Madrid, expresando en
el sobre-escrito el numo de monedas antiguas que van en ellas. Por este medio no
se exponian á la contingencia de que se extravien ò las roben, como ha sucedido,
y los sugetos generosos, habisados de esta concesion, cuyas residencias carecen
de la proporcion de ordinarios, como sucede à muchos en el interior del Reyno,

59. Junta Privada de los Amigos de Álava de 20 de noviembre de 1793 (ATHA, Fondo Prestamero,
Caja 23, nº 7).
60. Junta General Privada de 1 de agosto de 1792 (ATHA, DH 1076-1, p. 119); Junta Privada de los
Amigos de Álava de 5 de febrero de 1794, ratificada el 7 de julio por los Amigos de Bilbao (ATHA, Fondo
Prestamero, Caja 23, nº 7). En la Junta Privada de 21 de marzo de 1794 se alude sin embargo a 152
como las monedas regaladas por Gironda (ATHA, Fondo Prestamero, Caja 23, nº 7).

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tendrían la facilidad de remitirlas con seguridad, sin otra diligencia que ponerles
un sobre-escrito en los terminos que queda insinuado». Sugerencia inmediata-
mente aceptada, comisionándose al director para la redacción de la correspon-
diente representación en nombre de la Sociedad y de su remisión a Madrid, a
Pedro Jacinto de Álava, para su tramitación ante la Corte61.
O’Crouley ofrecería, tras su propuesta como socio de mérito, no sólo conti-
nuar con la entrega de monedas sino dedicar a la Sociedad Bascongada, sin con-
traprestación de abono de gastos de impresión, la traducción del inglés que había
realizado de Diálogos sobre la utilidad de las Monedas Antiguas principalmente
por la conexión que tienen con los Poetas Griegos y Latinos de Josef Addison. La
Bascongada aceptaría con mucho gusto pero con una condición. La obra debería
superar una revisión efectuada por «personas inteligentes», según lo marcado por
los Estatutos de 1766 en su artículo XXVII y en el título XXIX de los de 1774. De
ser así, dado «que no pide dinero alguno», y «siendo por otra parte de un genero
de erudicion qe hoi se cultiva con mucho gusto y aplicación y de que pueden resul-
tar tan conocidos adelantamientos a este Monetario, se admita sin la menor restric-
cion la dedicacion de esta obra y á su autor se le despache una Patente de Socio
Literato»62. Admitida la dedicatoria, y renovada por O’Crouley su voluntad de con-
tribuir al monetario de la Bascongada, la versión en castellano del original publi-
cado en inglés en Glasgow en 1751 sería editada en Madrid por la oficina de Plácido
Barco en 1795, con un anexo del catálogo de las piezas de su colección. Pero el
decaimiento sufrido por la Bascongada después de la Guerra de la Convención
orientaría a O’Crouley hacia horizontes más estables y compensatorios. Tras la Real
Cédula de 6 de julio de 1803, por la que Carlos IV concedía a la Real Academia de
la Historia la inspección de las antigüedades españolas, O’Crouley ofrecería su
colección de monedas a esta Academia bien mediante compra o por un empleo en
Madrid para uno de sus hijos o una pensión segura por dos o más vidas63.

61. Junta privada celebrada por los Amigos de Álava en Vitoria de 7 de mayo de 1794 (ATHA,
Fondo Prestamero, Caja 23, nº 7).
62. Según había informado paralelamente Gironda, de aceptar la Bascongada la dedicatoria de
Pedro Alonso O’Crouley, éste, teniente quadrillero mayor de la Santa Hermandad Vieja de Toledo, esta-
ría dispuesto a enviar otra remesa de «monedas apreciables» y «si despues quisiese la Sociedad darle el
titulo de Literato por Autor de una obra de erudiccion como lo es esta que entonces le persuadirá a
que remita todo lo duplicado de aquel sovervio monetario con lo que juzga se pondra éste en un pie
floreciente, digno de la Sociedad que lo fomenta» (Junta privada de los Amigos de Álava de 21 de marzo
de 1794, ATHA, Fondo Prestamero, Caja 23, nº 7).
63. Ofrecimiento de adquisición que sería finalmente rechazado tras el informe redactado por
José Antonio Conde el 16 de diciembre de 1803 (Archivo de la Real Academia de la Historia en ade-
lante ARAH, GN 1803-1804/1(1-7). Sobre la Real Cédula de 1803: MAIER ALLENDE, Jorge. II Centenario de
la Real Cédula de 1803. La Real Academia de la Historia y el inicio de la legislación sobre el patrimo-
nio arqueológico y monumental de España. Boletín de la Real Academia de la Historia, 2003, pp. 437-
473. Curiosamente Gironda, oficial mayor de la Contaduría de la Aduana de Cádiz, y O’Crouley, ambos

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UN GABINETE NUMISMÁTICO DE LA ILUSTRACIÓN ESPAÑOLA:
LA REAL SOCIEDAD BASCONGADA Y DIEGO LORENZO DEL PRESTAMERO

Muchas e interesantes iniciativas respecto del gabinete numismático de la Bas-


congada verían así truncado su desarrollo como consecuencia de la Guerra de la
Convención. Iniciativas además no gravosas para la Sociedad que, en esos
momentos previos a la invasión francesa, experimentan un deterioro considerable
en los gabinetes de física y mineralogía del Seminario de Vergara, carente además
de los medios económicos precisos para su recomposición64.
En los siguientes 20 años, entre 1795 y 1815, la Bascongada volvería a ocu-
parse en contadas ocasiones de cuestiones numismáticas. La primera en 1796, soli-
citando a José Ignacio de Macazaga, pensionado por la Sociedad en la Escuela de
Antonio Martínez de Madrid, la remisión de algunas de las medallas en que tra-
baje. Y el Plan de Antigüedades Españolas reduzido á dos Articulos y ochenta Pro-
posiciones cuyo prinzipal objeto se dirige á probar que las monedas, inscripciones
y medallas antiguas Españolas de caracteres celtibericos y beticos estan escritas por lo
comun en Lengua Bascongada, remitido en 1801 por Luis Carlos y Zúñiga, cura de
Escalonilla en el Arzobispado de Toledo, académico de mérito de la Real de Derecho
Español y Público de Santa Bárbara de Madrid, y socio literato de la Bascongada
desde 1793, posteriormente promovido a socio de mérito65. Extendida durante el

residentes en Cádiz y Socios de la Bascongada desde 1793 y 1794 respectivamente, aparecen poco des-
pués junto a la propia Sociedad como interesados, que anticipan 21.000 reales, en el pleito para cobrar
un crédito contra el Marqués de los Castillejos por valor de 60.000. Socio benemérito y de mérito en
Cádiz desde 1772, donde desempeñaba el cargo de alguacil mayor del tribunal de la Santa Inquisición
de Sevilla, Francisco de Laguardia y Fernández, alavés oriundo de Lanciego, había obtenido el Mar-
quesado en 1769 y fallecería en Cádiz en 1792, siendo traspasado el título a su mujer (Junta General
del 25 de septiembre de 1798, ATHA, DH. 1076-1); (Juntas Generales Privadas de la R.S.B. celebradas en
la ciudad de Vitoria por el mes de agosto de 1801, ATHA, Fondo Prestamero, Caja 23, nº 10).
64. En la Junta privada celebrada por los Amigos de Vizcaya en Bilbao el 7 de julio de 1794, tras
lamentar «el mal estado en que se han hallado los Gabinetes de Física y Mineralogia, principalmente el
primero, en que faltan y se hallan fuera de servicio muchas alhajas de utilidad y valor», se encarga al
director del Seminario la agilización de diligencias ante la Dirección General de Temporalidades y
demás tribunales a que competa la puesta en corriente de los Juros y demás rentas cedidas al Semina-
rio por el soberano, junto a las haciendas de los exjesuítas del Colegio de Vergara (ATHA, Fondo Pres-
tamero, Caja 23, nº 7).
65. (ATHA, Fondo Prestamero, Caja 7, nº 5). Carlos y Zúñiga había obtenido su patente de socio
literato, una medalla con la divisa de la Sociedad y 15 doblones, merced al premio que las Juntas de
1793 habían otorgado a su ensayo sobre el papel de la educación, Ex fascibus fasces (Extractos… de
1793. Vitoria: 1893, p. 6); en las juntas celebradas en noviembre de ese mismo año se le había
animado a la prosecución de su trabajo sobre un «catecismo histórico de los minerales de España»
(Junta de 24 de noviembre de 1793, ATHA, DH 1076-1). Con anterioridad al envío del Plan de Antigüe-
dades a la Bascongada, Carlos y Zúñiga había remitido a la Real Academia de la Historia, el 1 de mayo
de 1796, una Lección e interpretación de una inscripción hallada en Torrellas de Aragón, demoledora-
mente censurada por los Antiquarios doctos, que no sólo desaconsejan su publicación sino que le
transmiten incluso que «desea la Academia que no la mencione, ni diga haber remitido esta Leccion a
su juicio» (ARAH, CAZ/9/7979/1(1 a 6). Ese mismo año Prestamero se ocuparía de responder a un escrito
de Carlos y Zúñiga, cuyo contenido desconocemos, pero que por coincidencia de fechas se puede sos-
pechar fuera el mismo remitido a la Academia (Junta General Privada de 31 de julio de 1796, ATHA, DH

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UN GABINETE NUMISMÁTICO DE LA ILUSTRACIÓN ESPAÑOLA:
LA REAL SOCIEDAD BASCONGADA Y DIEGO LORENZO DEL PRESTAMERO

siglo XVIII la tesis del origen puramente español de las monedas ibéricas, el pro-
blema de su interpretación había pasado a relacionarse estrechamente con el del
origen e identificación de ese pueblo primitivo y con la averiguación de la lengua
que hablaba. El Plan de Carlos y Zúñiga no hacía sino trasladar a la numismática
el vascoiberismo, una teoría que desde el siglo XVI venía identificando a los vas-
cos, descendientes de Túbal, como los primeros pobladores de la Península Ibé-
rica y al euskera como la primera lengua peninsular, y cuyo contenido había
sufrido una severa censura por la Real Academia de la Historia66. Agradecimien-
tos al margen, la escasez de fondos no permitiría a la Sociedad costear «pr ahora»
ni la publicación ni el examen de la obra, aunque se admitiría «su dedicatoria como
una prueba de la estimacion que hace de ella»67.
La última donación de monedas de que tenemos constancia sería la efectuada
en 1805 por Pedro Díaz Valdés, obispo de Barcelona, «dos medallas de plata acu-
ñadas con motivo del viage de SS. JJ. a Barcelona»68.

4. DIEGO LORENZO DEL PRESTAMERO

¿Pero cuáles eran las directrices de esa ciencia numismática en virtud de la


que se estaba organizando y clasificando el monetario de la Real Sociedad Bas-
congada? La respuesta hay que buscarla en el encargado del mismo, el subsecre-
tario Prestamero.
Diego Lorenzo del Prestamero y Sodupe había nacido en la alavesa villa de
Peñacerrada el 11 de agosto de 1733. Tras realizar sus primeros estudios bajo la

1076-1, p. 141). Apenas tres años más tarde Carlos y Zúñiga volvería a enviar a la Academia cuatro nue-
vas memorias. Una en febrero, sobre la interpretación de una moneda de Obulco recogida por el Mar-
qués de Valdeflores en su Ensayo sobre los alfabetos desconocidos, en la que Carlos y Zúñiga identifica
al vasco como la lengua que aparece en las leyendas de las monedas españolas desconocidas, escrita
además de derecha a izquierda; el informe redactado por Joaquín Traggia el 11 de marzo de 1803, tam-
bién socio literato de la Bascongada desde 1784, es devastador: «Por lo demás, la cosa interesa tan poco
que no merece la pena de que se gaste el tiempo en tan inútiles investigaciones». En marzo de 1800
Carlos y Zúñiga enviaría una segunda, y al mes siguiente otra más, insistiendo en el origen vasco de
las leyendas celtibéricas; siendo nuevamente Traggia el encargado de refutarlas recurriendo a argu-
mentos lingüísticos, llegando la Academia a ofrecer al cura toledano la consulta de las monedas que
considere precisas para su estudio. E1 1 de octubre llegaría la respuesta de Carlos y Zúñiga a las obser-
vaciones de Traggia. El expediente concluiría con un nuevo informe de Traggia en el que orienta a Car-
los y Zúñiga sobre el método que debería utilizar para seguir trabajando con provecho en el
desciframiento de las monedas de letras desconocidas (ARAH, GN 1799-1800/2(1 a 19).
66. CACCIOTI, Beatrice y MORA, Gloria. La moneda ibérica en las colecciones y tratados de numis-
mática españoles de los siglos XVI a XIX. Anejos de Archivo Español de Arqueología XIV. Madrid: 1995,
pp. 351-359. Sobre el vascoiberismo: CARO BAROJA, Julio. Sobre la lengua vasca y el vascoiberismo,
Colección Askatasun Haizea, 35. San Sebastián: 1979, 271 pp.
67. Junta General Privada de 4 de agosto de 1801 (ATHA, Fondo Prestamero, Caja 23, nº 10).
68. Junta General Privada de 28 de julio de 1805 (ATHA, DH 1076-1, p. 256 v).

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UN GABINETE NUMISMÁTICO DE LA ILUSTRACIÓN ESPAÑOLA:
LA REAL SOCIEDAD BASCONGADA Y DIEGO LORENZO DEL PRESTAMERO

tutela del párroco local se traslada al Colegio de San Prudencio de Vitoria, en el que
existía una cátedra de humanidades, antes de formarse religiosamente en Sala-
manca y regresar a Peñacerrada como presbítero en 1757. En esta localidad per-
manece hasta 1771 en que se traslada a Vitoria, ingresando al año siguiente como
socio y profesor de la Comisión primera de Agricultura y Economía Rústica, disci-
plina a la que al parecer se había dedicado durante su residencia en Peñacerrada69.
En los siguientes 45 años y hasta su fallecimiento en 1817 la actividad de Pres-
tamero parecería inagotable, figurando en cuantos proyectos culturales se desa-
rrollasen en Vitoria y convirtiéndose paulatinamente en uno de los principales
soportes de la Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País en la provincia
de Álava, entidad en la que la personalidad de Prestamero adquiriría su verdadera
dimensión y desarrollaría toda su potencialidad. Su inicial inclusión en la Comi-
sión primera iría dando paso paulatinamente a una mayor implicación en las tareas
administrativas de la Sociedad, que culminarían con su designación como subse-
cretario en 1778, cargo que desde su predecesor José Ángel de Aranguren llevaba
aparejado también el de vicearchivero. Este nombramiento resultaría a la postre
decisivo para la conservación del Archivo de la Sociedad Bascongada, actualmente
depositado en el Archivo del Territorio Histórico de Álava bajo la denominación
Fondo Prestamero70.
Agricultura, botánica, historia, demografía, epigrafía, numismática y arqueo-
logía serían algunas de las disciplinas cultivadas por Prestamero. Desde su incor-
poración a la Sociedad Bascongada sus prestaciones superarían las derivadas de
su vinculación docente como profesor de agricultura, colaborando en la recolec-
ción de noticias geográficas de la provincia de Álava, en la encuadernación de

69. Sobre Prestamero: GONZÁLEZ DE ECHÁVARRI, Vicente. Alaveses Ilustres VI. Vitoria: 1906, pp. 271-
329; ORTIZ DE URBINA MONTOYA, Carlos. Don Lorenzo de Prestamero y Sodupe. Un ilustrado al servicio
de la Bascongada. En La Historia de Álava a través de sus personajes. Vitoria-Gasteiz: 2003, pp. 109-143;
MARTÍNEZ SALAZAR, Ángel. Diego Lorenzo del Prestamero, un erudito e ilustrado alavés. En Lorenzo del
Prestamero (1733-1817) una figura de la ilustración alavesa. Vitoria-Gasteiz: 2003, pp. 13-42.
70. La existencia de este fondo documental se debe a la labor de ordenación, custodia y clasifi-
cación desarrollada por Prestamero, y a su capacidad para preservar la integridad del mismo en cir-
cunstancias comprometidas, como la creada en 1801 con la ocupación por tropas del ejército del
Palacio de Escoriaza-Esquivel, sede de la Bascongada, o la generada tras la finalización de la Guerra
de la Independencia como consecuencia de la desarticulación de la propia Sociedad. En diciembre de
1816, apenas dos meses antes de su muerte y contando ya 83 años de edad, Prestamero escribía a Íñigo
Ortés de Velasco intercediendo para preservar los efectos de la Sociedad recomendando la colocación
primero de los cajones para luego poder instalar los libros sin que éstos sufrieran daño alguno (ATHA,
Fondo Prestamero, Caja 37, nº 5; URDIÁN MARTÍNEZ, María Camino. Fuentes documentales para la his-
toria de la Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País. Sus archiveros: Pedro M.ª de Unceta y
Diego Lorenzo del Prestamero. Ernaroa. Bilbao: 1985, pp. 81-83; ORTIZ DE URBINA Carlos. Op. cit., pp.
118-119 y 124-125. Sobre la documentación del Fondo Prestamero: URDIÁN MARTÍNEZ, María Camino.
Catálogo del Fondo Prestamero. Vitoria-Gasteiz: 1996. Colección Ilustración Vasca, VIII; Epistolario del
Fondo Prestamero. Vitoria-Gasteiz: 1996. Colección Ilustración Vasca, IX; Catálogo del Fondo de la Real
Sociedad Bascongada de los Amigos del País. Colección Ilustración Vasca, XI. Vitoria-Gasteiz: 1997.

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UN GABINETE NUMISMÁTICO DE LA ILUSTRACIÓN ESPAÑOLA:
LA REAL SOCIEDAD BASCONGADA Y DIEGO LORENZO DEL PRESTAMERO

libros, en la publicación de Actas y Extractos, organizando la labor de los recau-


dadores, coordinando la impresión de las obras de Arriquibar… siendo nombrado
por ello en 1796 socio literato. Tras ocupar la subsecretaría su presencia llegaría a
hacerse casi omnipresente en cualquier iniciativa de la Sociedad, sin ostentación
pública pero indispensable en el funcionamiento de los engranajes internos, como
revela la documentación generada en las juntas. Su implicación en funciones buro-
cráticas no serían óbice para el desarrollo de una más que notable participación
en las tareas agrícolas de la primera comisión, responsabilizándose de la búsqueda
de un terreno para realizar experimentos agrícolas en Álava, contribuyendo al
envío de margas a Adamson a París, o confeccionando un herbario con más de
600 plantas clasificadas científicamente según las directrices de Casimiro Gómez
Ortega, miembro de la Real Academia de Ciencias de París, director y primer cate-
drático del Jardín Botánico de Madrid y socio literato en Madrid desde 1776, encua-
dernadas en 7 grandes tomos de gran formato, con indicación del lugar del
hallazgo, su designación alavesa, y en ocasiones sus virtudes medicinales.
Desde la estancia de Ramón María de Munibe en París, de su visita al gabi-
nete de Dávila y de los contactos con Adamson, la formación de colecciones de
historia natural y de mineralogía y su correspondiente biblioteca para el Semina-
rio de Vergara había pasado a ser otro de los objetivos de la Sociedad. Proyecto al
que se sumaría Prestamero desde 1775, encargado por la Comisión de Álava de
recoger para el Gabinete de la Sala de juntas «muestras de todas las producciones
naturales de esta Provincia: al Amo Prestamero se dio el encargo de este particu-
lar por lo tocante a tierras, piedras, sales, vetunes y minerales, y al Amigo Alava
por lo respectivo a maderas». Para 1775 el gabinete de historia natural de Vergara
cuenta ya con una colección de minas expuestas en cuatro escaparates construi-
dos al efecto y clasificadas según el método propuesto en su Ensayo de Mineralo-
gía por Cronsted, en parte traducido por Ramón María de Munibe, responsable del
envío durante su viaje por Europa de buena parte de las curiosidades allí recogi-
das. Entre las donaciones más interesantes que la enriquecerían posteriormente se
cuentan «algunos fragmentos de huesos humanos petrificados trahidos de la villa
de Miranda de Hebro» y una momia guanche envuelta en pieles hallada en una
cueva y regalada por el Marqués de Tabalosos, gobernador y capitán general de
Canarias y socio benemérito y de mérito desde 1774, junto a otras petrificaciones
no detalladas71. El propio Prestamero acabaría poseyendo una interesante colec-
ción de historia natural (acrecentada mediante compras efectuadas en Madrid a
Guillermo Thaler) y una biblioteca especializada, en la que se englobarían muy

71. MARTÍNEZ DE SALAZAR, Ángel. Op. cit., p. 18; Juntas de 13 de diciembre de 1775 y de 15 de
enero de 1777 de los Amigos de Álava (ATHA, DH 1352-1); Extractos… de 1773. Vitoria: s.a., pp. 57-60
y 99; Extractos… de 1774. Vitoria: s.a., p. 46.

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LA REAL SOCIEDAD BASCONGADA Y DIEGO LORENZO DEL PRESTAMERO

posiblemente piezas y libros de la propia Sociedad Bascongada, que serían dona-


das al Marqués de la Alameda en pago de unas deudas72.
Relacionar sus múltiples trabajos sobre historia, demografía, botánica … todos
inéditos, sería una prolija labor que no debe obviar señalar su participación local
en el estudio sobre las vías de comunicación romanas en la Península Ibérica
emprendido por el académico gallego Joseph Cornide o la ímproba contribución
al Diccionario Geográfico Histórico publicado por la Real Academia de la Historia
en 1802, en virtud de la cual sería nombrado correspondiente de la misma73.
Pero serían sin duda la epigrafía, la numismática y la arqueología romana las
disciplinas más cultivadas por Prestamero. Con antelación a 1750 sólo se tenía
constancia en Álava de algunos hallazgos fortuitos en Iruña, recogidos en 1585 por
Diego de Salvatierra, y de una única lápida romana, la de Urbina de Basabe, citada
por Fray Juan de Victoria hacia 1591. Los manuscritos de Prestamero revelarían la
existencia de 43 inscripciones más sólo en el campo de la epigrafía latina, a la que
habría que añadir otra anepigráfica, reseñando su descubrimiento, medidas y ubi-
cación, así como su texto y transcripción, acompañada en numerosos casos de su
representación gráfica. Valioso repertorio incrementado notablemente con la adi-
ción de abundantes inscripciones medievales y modernas, y a las que cabe añadir
las referencias proporcionadas en su Camino romano que atraviesa Álava acerca
de la existencia de más ejemplares de lectura ininteligible. Prestamero sería así
mismo el encargado de satisfacer la petición de información sobre inscripciones
romanas en el País Vasco efectuada a la Sociedad Bascongada en 1804 por el abate
Juan Francisco Masdeu desde Roma con vistas a la confección de su Colección
Antiquaria de la España romana dividida en 12 clases, remitiendo a través de Íñigo
Ortés de Velasco, director de la Sociedad, cuatro bellos dibujos de otras tantas

72. Cedidas intervivos en agradecimiento al Marqués de la Alameda mediante carta de 6 de sep-


tiembre de 1810, «sus producciones de historia natural, de sus manuscritos y los libros que fuesen de
su agrado», éstas volverían a ser protocolarizadas con los números 556 y 557 en el inventario de los
bienes de prestamero efectuado tras su fallecimiento, tasadas grosso modo en 10.000 reales y adjudi-
cadas al Marqués de la Alameda en subsanación de varias deudas contraídas por Prestamero (Escritura
de combenio y cesion otorgada por los Señores el Marqués de la Alameda y Dn Lorenzo Sodupe, 1 de
agosto de 1817 e inventario de los bienes que quedaron por fallecimiento de Dn Diego Lorenzo del
Prestamero, 4 de agosto de 1817, Archivo Histórico Provincial de Álava en adelante AHPA, Antonio
López de Maturana, Protocolo 29.165).
73. Una relación más pormenorizada de la producción escrita de Prestamero en ORTIZ DE URBINA,
Carlos. Op. cit., pp. 138-142. Cornide, académico correspondiente de la Historia desde 1755, colaboraría
intensamente con el padre Flórez en la publicación de la España Sagrada, y en la restauración de la
Torre de Hércules en La Coruña, trasladándose a Madrid en 1789, donde ascendería a supernumerario,
numerario y posteriormente bibliotecario y secretario perpetuo de la Academia. Socio de mérito de la
Bascongada desde 1777 cooperaría con la Bascongada actuando en La Coruña como enlace de las
remesas para América.

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UN GABINETE NUMISMÁTICO DE LA ILUSTRACIÓN ESPAÑOLA:
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inscripciones de Iruña y otro más del miliario de Cabriana, junto a otras tres ins-
cripciones vizcaínas, una de Luxua y dos de Meacour de Morga74.
Estrechamente ligados a los análisis epigráficos aparecen los desarrollados en
torno al trazado de la calzada romana de Hispania in Aquitania ab Asturica Bur-
digalam, el conocido como Iter 34. Hasta Prestamero, únicamente Joseph Moret
en sus Investigaciones históricas de las antigüedades del Reino de Navarra,
impreso en Pamplona en 1766, había adelantado el tránsito de esta calzada por tie-
rras alavesas, aunque sin realizar reducción alguna de sus mansiones. Comple-
mentando la puntual revisión de las fuentes escritas con un exhaustivo seguimiento
sobre el terreno del recorrido del camino, que le permitirían tomar un cabal cono-
cimiento de la geografía local y el descubrimiento de numerosos restos y yaci-
mientos arqueológicos, plantearía una reducción de las cinco mansiones situadas
en la provincia de Álava citadas por el Itinerario (Deobriga, Beleia, Suessatio,
Tullonio y Alba) todavía hoy consideradas como válidas. Sería asimismo el autor
del primer plano de la ciudad romana de Iruña (Trespuentes, Álava), la Beleia del
Itinerario, el primer yacimiento arqueológico documentado en Álava, en el que se
delimita el perfil del recinto amurallado con la escala correspondiente en pies cas-
tellanos, incluyendo sus tramos curvos, sus cuatro puertas y los tres caminos que
lo comunican.
Especial relevancia tiene su excavación de la villa romana de Cabriana
(Comunión, Álava) que le permite figurar como el primer arqueólogo científico del
País Vasco. Tras una primera intervención efectuada el 20 de marzo de 1794,
redacta un informe acompañado de un plan y el dibujo de un mosaico descubierto
con el tema de las cuatro estaciones que se presentan a la junta de la Real Socie-
dad Bascongada celebrada el 16 de abril y que generan en ésta unas amplias
expectativas. Acordada la prosecución de la excavación y el levantamiento de los
planos pertinentes, que serían sufragados por la propia Sociedad, la campaña se
inicia el 2 de junio y se alarga dos semanas. De sus resultados se envía a una
Memoria a la Real Academia de la Historia en 1799, que revela la modernidad de
sus planteamientos: tras una recogida de noticias (fase de documentación) y la
consecución del «permiso y licencia de los dueños de las heredades» se obtiene el
equivalente a una autorización oficial dando aviso a la «Justicia de Comunión» (fase
de obtención de licencias y permisos), se realiza una prospección del terreno, y
observando indicios de la existencia de mosaicos se realizan unas catas (se usa
incluso este término, con el que se designa hoy en día a dicha labor arqueológica),
desistiendo de continuar en los trabajos ante la ausencia de peones y dibujante.

74. (ATHA, DH 1080-30). Masdeu mostraría su agradecimiento a la Bascongada en el primer tomo


publicado en Roma en 1808 (ARAH, ms. 9/5888, p. 4). Sobre las actividades arqueológicas de Presta-
mero véase SÁENZ DE BURUAGA, Andoni. Diego Lorenzo del Prestamero y las Antigüedades romanas
alavesas. Lorenzo del Prestamero (1733-1817) una figura de la ilustración alavesa. Vitoria-Gasteiz:
2003, pp. 43-71.

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UN GABINETE NUMISMÁTICO DE LA ILUSTRACIÓN ESPAÑOLA:
LA REAL SOCIEDAD BASCONGADA Y DIEGO LORENZO DEL PRESTAMERO

Fotografía 2. Dibujos y transcripción del epígrafe de Urbina de Basabe (Álava)


según manuscrito original de Diego Lorenzo del Prestamero depositado
en el Archivo del Territorio Histórico de Álava.

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242 CARLOS ORTIZ DE URBINA MONTOYA
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Conseguida la financiación de la Bascongada, a la que presenta un avance de lo


descubierto, efectúa la excavación (fase intervención) y redacta el oportuno
informe (fase de estudio), el remitido a la Real Academia de la Historia (fase de
difusión). Pero nuevamente el estallido de la Guerra de la Convención apenas un
después supondría la paralización de las gestiones en torno a esta excavación y a
la realización del plano y dibujos previstos, que serían finalizados en 1803 tras un
laborioso expediente incoado por la Sala de Antigüedades de la Real Academia de
la Historia75. El bagaje monetario de la excavación había resultado llamativamente
escaso, 4 monedas (2 de Trajano, 1 de Constantino y 1 de Constancio Cloro)76.
El desarrollo durante la monarquía borbónica del coleccionismo de anti-
güedades como símbolo de prestigio y poder ha sido resaltado por Gloria Mora
en su artículo. A esta tendencia no iba a sustraerse la Real Sociedad Bascongada
de los Amigos del País, espejo y modelo de las sociedades ilustradas peninsula-
res. Nuevamente, y como sucediera con el monetario, el gabinete de antigüeda-
des de la Bascongada surge asociado a la figura de Diego Lorenzo del
Prestamero. En la Guía de Forasteros en Vitoria se señala la existencia en la casa
que ocupa la Bascongada, que sirve también de escuela gratuita de dibujo y en
la que se conservan estampas de la Logia del Vaticano y el busto de Carlos III
de mármol de carrara, de «una librería, monetario y colección de inscripcio-
nes romanas, traidas de varios pueblos de esta Provincia de Alava» 77 . La
relación con la actividad epigráfica de Prestamero parece obvia. Sin embargo,
los testimonios de las visitas efectuadas por Jovellanos en 1797 y Humboldt en

75. El trabajo de SÁENZ DE BURUAGA, Andoni. Op. cit., pp. 43-71 no cita el pionero trabajo al res-
pecto de VEGAS ARAMBURU, José Ignacio. De los primeros estudios arqueológicos y la RSBAP. I Semi-
nario de Historia de la RSBAP. San Sebastián: 1986, pp. 351-368; no recoge al tratar del Iter 34 la
existencia de otra versión del Camino militar de Prestamero, depositado en la Real Academia de la
Historia; tampoco concreta la fecha de la excavaciones en Cabriana «que no debieron alejarse mucho
de los inicios de la última década del siglo XVIII»; ni se alude a la Memoria de dicha excavación, tam-
bién depositada en la Real Academia de la Historia; se adelanta a 1794 la realización de los dibujos y
plano por Valentín de Arambarri, que datan de una fecha posterior. Todo ello a pesar de estar publi-
cada desde 1990 la Memoria de la intervención arqueológica de Prestamero en Cabriana en ORTIZ DE
URBINA MONTOYA, Carlos y PÉREZ OLMEDO, Esther. El inicio de la arqueología en Álava: D. Lorenzo del
Prestamero y Cabriana. Veleia, 7, 1990, pp. 105-118; de la monografía sobre la historia de la arqueolo-
gía en Álava en los siglos XVIII y XIX publicada por ORTIZ DE URBINA MONTOYA, Carlos. La Arqueolo-
gía en Álava en los siglos XVIII y XIX. Vitoria-Gasteiz: 1996, en la que se dedica el capítulo II.b a la Real
Sociedad Bascongada y parte del II.c a analizar las figuras de Rafael de Floranes, Pedro Jacinto de
Álava, Joseph Cornide y Lorenzo del Prestamero; o del artículo que sobre la actividad arqueológica de
la Bascongada se presentó al Congreso sobre La Cristalización del Pasado: Génesis y desarrollo del
marco institucional de la arqueología en España: véase ORTIZ DE URBINA MONTOYA, Carlos. En MORA,
Gloria y DÍAZ ANDREU, Margarita (ed). La Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País y la
arqueología en el País Vasco del siglo XVIII. Op. cit., pp. 77-90.
76. ORTIZ DE URBINA MONTOYA, Carlos y PÉREZ OLMEDO, Esther. El inicio de la arqueología en
Álava: D. Lorenzo del Prestamero y Cabriana. Op. cit., pp. 105-118.
77. Extractos… de 1792. Vitoria: 1792, p. 11.

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UN GABINETE NUMISMÁTICO DE LA ILUSTRACIÓN ESPAÑOLA:
LA REAL SOCIEDAD BASCONGADA Y DIEGO LORENZO DEL PRESTAMERO

1799 permiten apuntar a la existencia de otro núcleo de recogida de restos en la


propia residencia de Prestamero, en el que probablemente se acumulasen las pie-
zas no entregadas al depósito de la Sociedad; colección de la que no tenemos más
noticias, y que quizás acabara destruida como consecuencia de las sucesivas con-
frontaciones bélicas que volverían a afectar a Álava en el siglo XIX (la Guerra de
la Independencia y las guerras civiles carlistas)78.
Y por último la numismática, la gran afición de Prestamero, cuya disposición
y erudición, unidos a su cargo de subsecretario de la Bascongada, le harían res-
ponsable del monetario que fomentaría la Sociedad a partir de 1785 y que regen-
taría hasta su renuncia al cargo en 1798, tras serle concedido un Canonicato y
Maestrazgo en Tudela (Navarra). Sin que conozcamos los motivos que originan su
deseo de salir de Vitoria, ese mismo año de 1798, el de la muerte de Pedro Jacinto
de Álava y el Marqués de Montehermoso, dos de sus mejores amigos, director uno
de la Bascongada y alma mater de la misma en Álava el otro, Prestamero renuncia
al cargo recién obtenido, que logra permutar mediante Sanción Real en agosto de
1799, mientras la Bascongada lo declaraba en agradecimiento socio de mérito y
benemérito abonado. Y no para quedarse en Vitoria, como revela la instancia que
varios meses antes había presentado en Madrid, fechada en esta ciudad el 6 de
marzo, solicitando la concesión de una «plaza de supernumerario de la Real Biblio-
teca de la Corte, agregandolo al ramo numismático». ¿Su aval?, los conocimientos
atesorados «con motivo de haber formado y regentado el monetario que posee la
Real Sociedad Bascongada, por espacio de veinte y un años, que ha sido su Vice-
secretario». Ansioso por lo que se ve de salir fuera de la capital alavesa, ofrece
incluso desempeñar el cometido sin sueldo, pues puede mantenerse holgada y
dignamente con las «rentas de la prebenda». Sin embargo, la plaza no debió con-
cedérsele, pues continuaría residiendo en Vitoria hasta el final de sus días79.
En la capital alavesa Prestamero seguiría constituyendo la piedra angular sobre
la que se apoyarían los distintos intentos de reconstitución de la Real Sociedad

78. SANTOYO, Julio-César. Viajeros por Álava. Siglos XV a XVIII, pp. 202 y 207-211. Durante su
estancia en Vitoria los días 17 y 18 de octubre de 1799 Humboldt visitaría «la casa de la Sociedad
Patriótica… [donde] se hallan muchas inscripciones romanas halladas en la Provincia de Álava. Allí ví
dos trozos de suelo de mosaico que solo ofrecen decoraciones», aludiendo separadamente a la colec-
ción de Prestamero, «posee un gabinete numismático y mineralógico, así como algunos utensilios
romanos hallados en la provincia». En una nueva visita girada en marzo de 1800 escribiría a su mujer
Carolina «…aquí me ha recibido con la mayor cordialidad el viejo Prestamero del que seguramente te
acordarás; me condujo enseguida a casa de un amigo que me ofreció confitura y chocolate; me ha mos-
trado un pequeño jardín donde él trabaja ahora y me ha indicado que ya ha puesto una cama para mi.
Ha preguntado mucho por ti y los niños y en verdad es un viejo muy amable».
79. Ya en la Junta General de 2 de agosto de 1791, Prestamero había solicitado a la Sociedad una
carta de recomendación para el Conde de Floridablanca en la que se hiciera constar su desempeño del
puesto de subsecretario y «haber cuidado del Seminario Patriotico por algun tiempo, haber coordinado
el Archivo y trabajado en la formacion de su monetario» (ATHA, DH 1076-1).

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Bascongada80, que a pesar de seguir celebrando sus juntas no recuperaría ni


externa ni internamente la potencialidad desarrollada con anterioridad a la Guerra
de la Convención. Precisamente la situación política sería la causa de que el mone-
tario, estabilizado en su volumen y sin apenas donaciones81, hubiera sido retirado
para su mejor conservación pasando a estar custodiado directamente por Presta-
mero. En las Juntas Generales celebradas en Vergara en 1800 se comisionaría a
Prudencio María Verástegui, archivero de la Sociedad, para que recogiera «el Mone-
tario y qualquiera otros efectos pertenecientes a la Sociedad que tuviera Dn
Lorenzo del Prestamero y de qualquier otra Persona donde pueda haber algunas
monedas, y lo coloque todo en el Depósito de la Sociedad»82. Sin embargo, dicho
monetario no aparecería entre los bienes que la Sociedad intenta proteger en 1801
ante la inminente ocupación de su casa de juntas por tropas del ejército83, lo que
parece apuntar a que Prestamero, buen amigo del por entonces archivero Verás-
tegui, continuaría regentándolo y estudiando sus piezas, para lo que recabaría en
1808 asesoramiento de Juan Bautista Erro sobre la lectura de una moneda de Clu-
nia84. Prueba de su reconocido prestigio como versado en estas materias sería su
concurso como experto tasador en abril de 1812 de las colecciones de historia
natural, antigüedades y numismática que pertenecientes al gabinete de la viuda del
Marqués de Montehermoso, y valoradas en 12.000 reales, fueron entregadas a José
Joaquín de Salazar en liquidación de un pago pendiente de 16.000 reales corres-
pondiente a 240 cabezas de ganado85.
Precisamente José Joaquín de Salazar, supernumerario desde 1800, otro de los
interlocutores a los que Prestamero acudiría en busca de información sobre una
gran pieza, remitiría a instancias de éste la descripción de 7 monedas antiguas de
su colección, integrada mayoritariamente por ejemplares de Alemania, Estados
Unidos, Portugal y «una de Barcelona de cobre»86. Perdido el catálogo efectuado
por el Marqués de Montehermoso en 1785, el efectuado en 1834 por José Joaquín

80. Prestamero sería el encargado en 1810 de dar respuesta a la petición del gobernador civil de
Vizcaya, no lo olvidemos bajo el reinado de Pepe Botella, de información acerca de la Sociedad, en un
intento de resurgimiento bajo un nuevo período de influencia francesa, esta vez no sólo ideológica.
81. La ya referida en 1805 de Pedro Díaz Valdés.
82. Junta General de 1 de mayo de 1800 (ATHA, DH 1076-1, pp. 194).
83. Así parece deducirse del borrador del acta de la sesión celebrada el 4 de agosto de 1801,
«considerando los gravisimos inconvents qe resultarian de ocuparse en ningun caso por tropas un edi-
ficio en que se halla depositado todo lo mas precioso que la Sociedad tiene de libros, monedas, curio-
sidades y papeles» (ATHA, Fondo Prestamero, Caja 23, nº 10). Y así, en el original de las actas la palabra
monedas no aparecería reproducida, «… todo lo más precioso que la Sociedad tiene de libros, curio-
sidades y papeles» (Junta General Privada de 4 de agosto de 1801, ATHA, DH 1076-1, pp. 201).
84. Carta de 26 de febrero de 1808 de Juan Bautista Erro a Lorenzo del Prestamero (ATHA, Fondo
Prestamero, Caja 34, nº 54).
85. Carta de 10 de enero de 1816 de Ramón de Zubía a José Joaquín de Salazar (ATHA, DH 1264-13).
86. Carta de 21 de diciembre, sin año, de José Joaquín de Salazar a Lorenzo de Prestamero, (ATHA,
Fondo Prestamero, Caja 38, nº 2).

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de Salazar acerca de su Gavinete de Historia natural y de antiguedades, que des-


cribiría las piezas que integraban las secciones de Cuadrúpedos; Peces; Antigüe-
dades, subdividida en romanas, a su vez integrada por inscripciones-otros y
bronces; celtíberas; etruscas en bronce y en barro; americanas, copas y vasos; ves-
tidos, armas y muebles de indios; y Curiosidades, de China, antiguas, plantas,
barros, yesos y piedras; no incluiría lamentablemente la relativa a la colección
numismática.

5. LA BIBLIOTECA DE PRESTAMERO. VICISITUDES DEL GABINETE NUMISMÁTICO DESDE LA


GUERRA DE LA INDEPENDENCIA HASTA NUESTROS DÍAS

Fallecido Prestamero el 13 de febrero de 1817 la colección de monedas, cus-


todiada junto con sus libros anejos en casa de Bernarda Borica, sería heredada por
su única hermana, Teresa. La ausencia de compradores en la almoneda pública
iniciada el 7 de marzo de 1817, prolongada durante 10 días y en la que se liquida
parte de la biblioteca (otra sería enajenada por su sobrino Lorenzo Sodupe) y de
los enseres de Prestamero, motivaría la inclusión de un anuncio en la Gaceta de
Madrid. Ante la ausencia de postores y de entendidos que tasaran el monetario
«de mucha consideracion», y con el fin de proseguir con el inventario de los bie-
nes se valoraría, provisionalmente, en 24.000 reales de vellón87, el precio final-
mente abonado por el adquiriente, el Marqués de la Alameda. A este lote se
agregarían además «los libros qe le corresponden»88. El acuerdo entre la heredera
Teresa y el Marqués de la Alameda a la concusión del inventario era total, pen-
diente únicamente del posible traspaso del «monetario y libros que se le han agre-
gado», que continuaban depositados en casa de Bernarda Borica en tanto el
Marqués «[que] no tiene responsabilidad alguna y solo como amigo contribuira gra-
tuitamente» a dar los pasos oportunos para una venta, que finalmente no llegaría
a llevarse a cabo.
Sobre el número de monedas que integraban dicha colección no tenemos más
aproximación que el proporcionado por un documento de venta de ese moneta-
rio siglo y medio más tarde, 3.175 piezas; tampoco es posible conocer si en ese
total estaban incluidos ejemplares de otra procedencia. Pero asumiendo que, aun-
que pudiera haber sido así, no supondrían un incremento significativo, no puede
sino constatarse la importancia de las más de 3.000 piezas de este monetario de
fines del siglo XVIII, máxime si tenemos en cuenta que por esas fechas, en 1796,
el Gabinete numismático de la Academia no contaba con más de 12.000 piezas.

87. El monetario ocupa el último número, el 558, de los bienes protocolorizados en el Inventa-
rio de los bienes que quedaron por fallecimiento de Dn Diego Lorenzo del Prestamero, 4 de agosto de
1817 (AHPA, Antonio López de Maturana, Protocolo 29.165).
88. GONZÁLEZ DE ECHÁVARRI, José María. Alaveses Ilustres, VI. Vitoria: 1906, pp. 326-328.

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Respecto de la biblioteca poseemos, por el contrario, la enumeración indivi-


dualizada de los 333 asientos que la integraban, en ocasiones formados por colec-
ciones sin determinar el número de ejemplares, lo que hace imposible conocer su
volumen final. El total supera los 500 libros y fueron tasados por Baltasar Manteli,
librero de Vitoria, en 9.533 reales a excepción de 3 lotes prohibidos que fueron
entregados al Santo Oficio de la Inquisición (La Monarquía de los Soliptos, en fran-
cés. Amsterd: 1754; De la importancia de las opiniones religiosas de M. Necker, en
francés. Londres: 1789; y una Historia de la Iglesia en francés de 4 tomos89) y del
número 477 que era un reloj de faldriquera. La temática abarcada es amplia, incor-
porando libros de Numismática, Antigüedades, Religión, Historia de España (con
abundantes crónicas de Reyes, de los vertidos en la polémica sobre el vascocan-
tabrismo, de historia alavesa y vasca, de escritores clásicos greco-latinos…), pero
también de Literatura, Ópera, Física, Química y numerosos de Agricultura, de otros
vinculados con la Real Sociedad Bascongada y la Ilustración, amén de un número
indeterminado de variadas materias. A esta multiplicidad y riqueza temática e
incluso numérica de libros no sería, sin duda, ajena la incorporación de ejempla-
res procedentes de la propia Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País90.
Conocemos, incluso, la relación de los vinculados con el monetario, que ocu-
pan los números 157 al 222 en el inventario de bienes, 103 libros (de ellos tres
asientos figuran como vendidos en la almoneda, 2 tomos del Diccionario Geo-
gráfico Histórico de la Academia, 9 de la Línea Botánica y la Botánica de Dios-
coridis)91. El resto de los asociados muestra una temática amplia que supera la
estrictamente vinculada con la numismática o las antigüedades en general, a pesar
del evidente predominio de estos últimos. Se incluyen libros sobre historia de
España con clásicos del Renacimiento como las Antigüedades de España, África y
otras provincias de Bernardo José de Aldrete (Amberes: 1614) o coetáneos de la
época como la obra anónima Colonias gemelas reintegradas (Madrid: 1788), el
Diccionario Geográfico Histórico de la Real Academia de la Historia (Madrid: 1802)
y seis tomos y dos suplementos de un Diccionario Histórico sin identificar
(pudiera ser el Gran Diccionario Histórico o Miscelánea curiosa de la Historia
sagrada y profana de Luis Moreri, editado en 1753 en París por José de Miravel,
o el Diccionario Histórico y Forense del derecho Real de España de Andrés Cor-
nejo, Madrid, 1779); el Apéndice a la Crónica nuevamente impresa del Señor Rey

89. Las dos primeras aparecen recogidas en el Índice último de libros prohibidos y mandados
expurgar para todos los reinos y señores del Católico Rey de las Españas, don Carlos IV. Madrid: 1790,
pp. 184 y 291.
90. ORTIZ DE URBINA MONTOYA, Carlos. Don Lorenzo de Prestamero y Sodupe. Un ilustrado al
servicio de la Bascongada. En La Historia de Álava a través de sus personajes. Vitoria-Gasteiz: 2003, p.
142 y ss.
91. Inventario de los bienes que quedaron por fallecimiento de Dn Diego Lorenzo del Presta-
mero, 4 de agosto de 1817 (AHPA, Antonio López de Maturana, Protocolo 29.165).

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Juan II de Fray Liciniano Sáez (Madrid: 1786), Genealogía de Alonso Torres, Bio-
grafía de Alejandro Javier, Ensayo histórico de la familia del Emperador Vale-
riano de François de Montegut, Historia de los Emperadores Romanos y Griegos
sin autor, Historia Napolitana de Julio César, Geografia por The use of schori, o
Los Insectos? de Floro. Junto a otros sobre economía, 2 asientos, dos más de reli-
gión, uno de derecho, otro de viajes (La utilidad de los viajes de Dacebal), otros
cuatro de asuntos variados, destaca la presencia de los versados sobre distintos
aspectos científicos: Análisis de las aguas en general, 2 tomos de la traducción de
Herrgen sobre La Orictognosia de Widermann (Madrid: 1798), el Aparato para la
Historia Natural de Torrubia (Madrid: 1754), 3 tomos de Elementos de Chimia, y
la Introducción a la Historia Natural y a la Geografía Física de España de Gui-
llermo Bowles (Madrid: 1775), además de los ya mencionados 9 tomos de Línea
Botánica y la Botánica de Dioscoridis. Más numerosa es la presencia de los ver-
sados sobre antigüedades y epigrafía: Inscriones antiquarum sin autor ni más refe-
rencias; un tomo de Onofrio Panvinio sin identificar; Instrumento antiquario =
Lapidarias (que bien pudiera ser Instituciones Antiquario Lapidarias, publicado
en italiano en 1770 y traducido por Castro González, Madrid: 1794); Recolección
de Antigüedades sin autor (quizás el Compendio de las antigüedades romanas tra-
ducido por Francisco Pérez Pastor, Madrid: 1771); Bastitania y Contestania del
Reyno de Murcia de Juan Lozano (Murcia: 1794) y la Noticia del Viaje de España
hecho de orden del Rey del Marqués de Valdeflores (Madrid: 1765).
Pero el bagaje más amplio es obviamente el dedicado a la numismática, con
presencia de obras clásicas junto a otras menos conocidas. Entre éstas podemos
mencionar los 2 tomos del Tesaurus Numismarum de Morella (quizás se trate del
Thesaurus morellianus, sive Familiarum romanorum numismata omnia, que
cuenta con dos impresiones en Amstelaed en 1734, por André Morell y por Siqe-
bert Havercamp), Valor de las medallas de Enrique tercero de Sáenz (con proba-
bilidad se trata de la Demostración histórica del verdadero valor de todas las
monedas que corrian en Castilla durante el reynado del señor Enrique III editado
por Liciniano Sáez en Madrid en 1796), Noticia elemental de las monedas antiguas
de Erasmo Florich? Prontuario de Medallas de los antiguos (¿quizás el Prontuario
de las medallas de todos los mas insignes varones que ha avido desde el principio
del mundo traducido del francés por Juan Martín Cordero?) Varones sin autor
(¿podría ser el Norte fijo y Pronptuario que hizo para la mas clara inteligencia del
valor de todas las monedas usuales y corrientes de España de José Inocencio de
Aparici. Madrid: 1741), Medallas raras de Mr. de Ele?, Emelario de las monedas de
oro de los Emperadores sin autor, Monedas de Francia por Mr. L. Blance?, Dicho
sobre una moneda de la colonia de Tarragona sin autor, 2 tomos de la Ciencia de
Medallas sin autor, Defensorio de las antiguas monedas de oro y plata de España
de Vicente de Campos González (Madrid: 1758), Escrutinio de maravedís y mone-
das de uso antiguo de Pedro de Cantos (Madrid: 1763), 1 tomo de Medallas de Luis
el Grande (que bien pudiera ser, Medailles sur les principaux evenements du

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Regne du Louis le Grand, con una primera edición en la Imprenta Real de París
en 1702 y una segunda en 1723). Entre los clásicos destacan los 2 tomos de
Anselmo Banduri Numismata Imperatorum Romanorum (1718), De Numis
hebraeo-samaritanis de Francisco Pérez Bayer (Valencia: 1781), Examen de las
medallas antiguas atribuidas a la ciudad de Munda en la Bética de Guillermo
López Bustamante (Madrid: 1799), Medallas de las Colonias, Municipios i Pueblos
antiguos de España del Conde de Lumiares (Valencia: 1773), dos juegos de los tres
tomos de las Medallas de las Colonias, Municipios y Pueblos Antiguos de España
de Enrique Flórez (Madrid: 1757, 1758 y 1773), Congeturas sobre las medallas de
los reyes godos y suevos de España de Velázquez de Velasco (Málaga: 1759), Diálo-
gos sobre la utilidad de las medallas antiguas de Joseph Addison traducidos del
inglés por Pedro Alonso O’Crouley (Madrid: 1795), los seis tomos del Diccionario
Numismático General de Tomás Andrés de Gusseme (Madrid: 1773-1776), el Alfa-
beto de la lengua primitiva de España y explicacion de sus mas antiguos monu-
mentos de inscripciones y medallas de Juan Bautista de Erro (Madrid, 1806) y su
secuela, Observaciones filosoficas a favor del alfabeto primitivo o respuesta apolo-
gética a la censura crítica del cura de Montuenga (Pamplona: 1807) y Mundo pri-
mitivo, Ensayo sobre los alfabetos de letras desconocidas que se encuentran en las
mas antiguas medallas y monumentos de España del Marqués de Valdeflores
(Madrid: 1752), Museo de las Medallas desconocidas españolas de Vincencio Juan
de Lastanosa (Huesca: 1645), Medallas antiguas inéditas de Vives. Ciencia de las
Medallas de Mingarron (sin duda un error, pues debe tratarse de la traducción
efectuada por Manuel Martínez Pingarrón. Madrid: 1772 de la obra en francés de
Louis Jobert) y la Historia de la Medallas de Charles Patin traducida por Francisco
Pérez Pastor.
Una bibliografía rica y numerosa en la que no sería extraño faltaran otras
obras no reproducidas en el inventario y que habrían sido enajenadas antes de la
confección de éste (resulta llamativa la ausencia del Diálogos de Medallas, ins-
cripciones y otras antigüedades de Antonio Agustín reeditada en Madrid en 1744
por Sebastián de la Quadra, cuya adquisición había sido solicitada personalmente
el propio Prestamero92), caso de un libro en italiano, Della Vía Appia publicado
en Nápoles por Francesco Maria Pratilli en 1745, regalado con dedicatoria por el
Marqués de Montehermoso a Prestamero, y que actualmente forma parte de la
biblioteca de Miguel Delibes93. Elenco numismático que contrasta con la escasez
de ejemplares sobre este mismo asunto denunciada por Prestamero a Pedro
Jacinto de Álava en 1787, en la que destaca la ausencia de la obra de Gusseme

92. Archivo Municipal de Vitoria: VAR/331.


93. Agradecemos a Germán Delibes la amabilidad que ha tenido ofreciéndonos esta noticia y
permitiéndonos la consulta del mismo.

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(regalada por Llaguno y recogida por el propio Álava), «… ya que tenemos nro.
poco de monetaria…»94.
El monetario permanecería en manos de la familia de los Marqueses de la Ala-
meda hasta que en los primeros meses de 1925 fuera cedido en depósito al grupo
«Federico Baraibar» de la Sociedad de Estudios Vascos para la exposición de la
«Colección de Prehistoria y Arqueología Alavesas» que esta entidad había montado
desde 1924 en su sede, un local cedido por la Escuela de Artes y Oficios, fundada
por la Bascongada dos siglos antes. Ocupada la Escuela durante la Guerra Civil
por un batallón italiano, primero, y destinada después como sede del Ministerio
de Educación, el Marqués de la Alameda retiraría la colección.
A raíz de la adquisición en 1941 del Palacio Augusti por la Diputación Foral
de Álava con destino a sede del futuro Museo Provincial, que albergaría en su seno
colecciones de pintura, escultura, arqueología, numismática… se iniciarían los
contactos institucionales para lograr de nuevo el depósito del monetario95 que no
se concretaría hasta el 8 de septiembre de 1950. De esta fecha data la formaliza-
ción del documento de compraventa (y la constancia oficial de entrega del mone-
tario) entre doña Tomasa Zabala y Ortiz de Bustamante, viuda del Marqués de la
Alameda, y don Pedro de Verástegui y Novia de Salcedo, actual detentador del
título, «dueños proindiviso de un monetario de 3.175 piezas de muy diversas épo-
cas», y don Lorenzo de Cura y Lope, don Ángel de Apraiz y Buesa y don Antonio
Mañueco Francos, presidente, vocal y secretario respectivamente de la Diputación
alavesa. El precio de venta había sido de 41.014 pesetas. Desde ese momento el
fondo numismático se iría enriqueciendo paulatinamente, en ocasiones como con-
secuencia de adquisiciones como la colección de reales de a ocho de los Borbo-
nes, llevada a cabo por Domingo Irigoyen durante la presidencia de la corporación
provincial por Cayetano Ezquerra, en otras por entrega o donación de particula-
res y también como fruto de las actividades arqueológicas, que a partir de esta
década sufrirían una progresión espectacular en la provincia de Álava.
En los años 1981 y 1982 José Ignacio San Vicente estudiaría las monedas roma-
nas y españolas, prácticamente la mitad de las 4.000 piezas que integraban el mone-
tario. Concluiría que la procedencia de los ejemplares de la Colección Prestamero
es muy variada, y que aunque es posible que parte de los del siglo IV sean hallaz-
gos realizados en el territorio histórico de Álava y en La Rioja, dado que uno de
los principales aportadores era el propio Prestamero, es probable que el resto de
piezas procedan de otras zonas peninsulares, pues uno de los más activos provee-
dores de la colección y miembro de la Bascongada era Joseph Ignacio de Carranza,

94. Carta de 20 de enero de 1787 de Diego Lorenzo del Prestamero a Pedro Jacinto de Álava (APV,
Fondo Bonilla, Caja 21.79).
95. Tanto Pedro de San Cristóbal como José Ignacio San Vicente, en el prólogo y estudio res-
pectivamente, de la publicación Del trueque al euro a través de la Colección Numismática Prestamero
(2001) sitúan en 1941 el año de compra de la Colección Prestamero por la Diputación Foral de Álava.

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canónigo en la provincia de Jaén96. El análisis de monedas de San Vicente no dife-


rencia la procedencia del fondo, lo que impide conocer si todas provenían de la
colección de Prestamero, lo más probable, o si también la componían monedas con
otro origen97. El número de monedas estudiado alcanza las 2.102 piezas, de ellas
275 pertenecientes a la época medieval (reinos de León, 15; Castilla-León, 191;
Cataluña, 16; Navarra, 28; Aragón, 14; Valencia, 8; Murcia, 1 y Sicilia, 2) y el resto
procedentes de época antigua (hispano-púnicas, 32; libio-fenicias, 3; ibero-tartési-
cas, 16; hispano-griegas, 77; bilingües, 16; hispano-latinas, 314; imperiales roma-
nas, 122; de la crisis del 69, 12; de la familias de los Flavios, 91; Antoninos, 309;
Severos, 43; de la anarquía militar, 322; de la Tetrarquía, 132; de las familias de
Constantino, 249; Valentiniana, 38; de los últimos emperadores de Occidente, 35
y de Bizancio,16), un total de 1.827 monedas98.
Después de esta catalogación la colección sería expuesta en una sala del
Museo Provincial de Bellas Artes en febrero de 1983, tras una selección efectuada
por el propio San Vicente y el montaje de Miguel Ángel González de San Román,
donde permanecería hasta 1999, año en que con motivo de las obras de reforma
del Museo de Bellas Artes, sus fondos serían de nuevo recogidos, permaneciendo
en la actualidad almacenados en el Palacio de Bendaña a la espera de su ubica-
ción definitiva99.

96. Carranza sería uno de los más asiduos proveedores de monedas de la Bascongada, y como
tal aparece retratado en la correspondencia intercambiada por Prestamero y Álava en la década de los
años 90, «Ha llegado aquí [Vitoria] hoy el Sor Carranza, Visitador de Jaén, con el Administrador de la
Aduana y mañana pienso hacerle una visita para chuparle algunas monedas de las muchas que trae
según me han asegurado». (Carta de 16 de octubre de 1790 de Diego Lorenzo del Prestamero a Pedro
Jacinto de Álava, APV, Fondo Bonilla, Caja 21, nº 68).
97. No deja de ser significativo que en ninguna de las actas de depósito de materiales con des-
tino a la Sección Arqueológica del Museo Provincial llevada a cabo por la Sociedad de Estudios Vas-
cos, José María Díaz de Mendívil, instituto Ramiro de Maeztu de Vitoria, colegio Santa María de Vitoria
y Rosa Zubigaray y Elósegui en enero de 1950 se haga mención a la entrega de monedas (archivo del
Museo de Bellas Artes de Álava).
98. Más detalles sobre la composición de este fondo, que incluiría un hallazgo monetario efec-
tuado en Turiso, se pueden obtener de distintas relaciones de entrega de monedas de Antonio
Mañueco a la Diputación Foral de Álava; concretamente se detallan 866 piezas, bronces imperiales
romanos, ibéricas y denarios de plata en su mayoría (ATHA, DAI 15.818-4).
99. SAN VICENTE, José Ignacio. Del trueque al euro a través de la Colección Numismática Presta-
mero. Vitoria-Gasteiz: 2001, p. 16.

© Ediciones Universidad de Salamanca Cuad. diecioch., 5, 2004, pp. 203-250

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