Un Gabinete Numismatico de La Ilustracion Espanola-2153218
Un Gabinete Numismatico de La Ilustracion Espanola-2153218
Un Gabinete Numismatico de La Ilustracion Espanola-2153218
ABSTRACT: In the last years of of the 18th century, the pioneer of the econo-
mic societies established in the Spanish Bourbon kingdoms, the Real Sociedad Bas-
congada de Amigos del País, founded a numismatic collection in Vitoria, inspired by
its under-secretary, Diego Lorenzo del Prestamero, and funded by the contributions
of members in both the Peninsular and the colonies. The War of the Convention,
that caused France to invade and occupy a large part of Guipúzcoa and eventually
the city of Vitoria, marked the turning point in the existence of the Bascongada and,
consequently, of its activities, including its numismatic activity. Acquired by the Lea-
sehold Delegation (Diputación Foral) of Álava, this numismatic collection is now in
the Palace of Bendaña in Vitoria-Gasteiz, awaiting its definitive location.
El decisivo papel jugado por las Sociedades Económicas de Amigos del País
en el progreso de la cultura española del siglo XVIII ha sido ya suficientemente
destacado, así como el carácter de precursora y modelo que ostenta dentro de ellas
la Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País1. Respecto de esta última exis-
ten también numerosos estudios que analizan su contribución a prácticamente
todas las facetas de la vida social y económica, educativa y pedagógica, científica
y literaria en el País Vasco durante sus más de 30 años de existencia2. Menos cono-
cida hasta hace poco había sido su contribución al progreso de otras disciplinas,
como la arqueología, o la formación de un gabinete numismático, nutrido con
aportaciones voluntarias de socios tanto de la península como desde las posesio-
nes españolas en América y Filipinas3.
El carácter eminentemente práctico de la ciencia en busca del bien común, de
la utilitas, durante ese período histórico que se ha dado en llamar Ilustración4 tuvo
entre sus plasmaciones más específicas la constitución de gabinetes o laboratorios
de muy distintas especialidades, desde los propiamente experimentales (de agri-
cultura, botánica, física, química, minería…) hasta los que cabe considerar más
herederos de la tradición coleccionista-anticuaria precedente (pintura, escultura,
1. Este estudio es doblemente deudor a Gloria Mora. Primordialmente en la idea y los ánimos en
torno a la gestación del mismo, y en la inestimable ayuda prestada en la consecución de referencias
bibliográficas. También he de agradecer las facilidades otorgadas por Federico Verástegui en el acceso
a la documentación del archivo de la familia de los Marqueses de la Alameda y los algo más que orien-
tativos consejos de María Camino Urdiain.
2. Ante la imposibilidad de recoger la amplia bibliografía existente sobre Sociedades Económi-
cas citaremos únicamente los estudios de ANES, Gonzalo. Economía e Ilustración en la España del siglo
XVIII. Barcelona: 1969 y El siglo de las luces. Madrid: 1994. Sobre la Bascongada: TELLECHEA IDÍGORAS,
José Ignacio. Bibliografía sobre la Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País. San Sebastián:
1985, pp. 185-247; esta Sociedad ha sido además objeto de cinco seminarios monográficos, los dos pri-
meros con aproximaciones generales a la historia de la Sociedad, un tercero que giró en torno a su
actuación en América en general y, de forma más específica, en Méjico, en el cuarto y el quinto, en el
que se analizaron sus relaciones con el mundo ilustrado europeo.
3. ORTIZ DE URBINA MONTOYA, Carlos. La Real Sociedad Bascongada y la Arqueología en el País
Vasco del siglo XVIII. En MORA, Gloria-DÍAZ ANDREU, Margarita (ed). La cristalización del Pasado: Géne-
sis y desarrollo del marco institucional de la arqueología en España. Málaga: 1997, pp. 77-90.
4. SARRAILH, Jean. La notion de l’utile dans la culture espagnole à la fin du XVIIIe siècle. Bulletin
Hispanique, 50, 1948, pp. 485-550.
5. Dicho Plan fue reeditado en facsímil por las Juntas Generales de Guipúzcoa con ocasión de
la celebración del bicentenario de la muerte de Xavier María de Munibe, con introducción de José Igna-
cio Tellechea Idígoras. San Sebastián: 1985. El análisis comparativo acerca de las similitudes y diferen-
cias entre este intento y el proyecto que cuajaría al año siguiente de la Bascongada resulta en todo
caso sugerente, particularmente entre lo propuesto por el Plan de 1763 en sus títulos II, Medios para
fomentar y adelantar la Agricultura, la Economia Rustica, las Ciencias, y Artes Utiles, y el Comercio, y
III, De los empleos, Gobiernos, y Junta de la Academia, y lo materializado por la Sociedad en sus más
de 30 años de existencia. No menos lo resulta el de la evolución sufrida por el articulado de los Esta-
tutos entre su versión de 1765 y la de 1774.
6. Una relación más pormenorizada de los precedentes de la Bascongada se puede encontrar en
URQUIJO E IBARRA, Julio de. Un Juicio sujeto a revisión. Menéndez Pelayo y los Caballeritos de Azcoitia.
San Sebastián: 1925; MARTÍNEZ RUIZ, Julián. Las Ciencias Naturales y la Real Sociedad Bascongada de
los Amigos del País. San Sebastián: 1972, pp. 33 y ss.; y en el Elogio de don Xavier María de Munive
Idiaquez (Extractos de las Juntas Generales celebradas por la Real Sociedad Bascongada de los Amigos
del País en la villa de Vergara por julio de 1785. Madrid: 1786, pp. 33-66).
7. La expresión «caballeritos de Azcoitia» la utiliza por primera vez Isla en una carta dirigida al
Conde de Peñaflorida fechada el 3 de marzo de 1749. La fundación de la academia precedería en cua-
tro años a la polémica generada por la publicación de la Historia del famoso predicador Fray Gerun-
dio de Campazas, alias Zotes (1758) del P. Isla y la sarcástica respuesta del Conde de Peñaflorida Los
aldeanos críticos o Cartas críticas sobre lo que se verá, dados a luz por don Roque Antonio de Cogollor,
quien los dedica al príncipe de los peripatéticos don Aristóteles de Estagira. Impreso en Evora, año de
1758: véase IRIARTE, Joaquín. El Conde de Peñaflorida y la Real Sociedad Bascongada de los Amigos del
País (1729-1785), En Colección Ilustración Vasca, IV. San Sebastián: 1991, pp. 163-175.
12. La Utilidad de las Sociedades Patrióticas es precisamente el título de una disertación leída en
las Juntas Generales celebradas en setiembre de 1774 en Vitoria (Extractos… de 1774. Vitoria: s.a., pp.
84-85). La sesión del 17 de septiembre se había inaugurado con un Discurso sobre la indispensable
necesidad que todo Ciudadano tiene de trabajar por las Patria (Resumen de Actas de la Real Sociedad
Bascongada de los Amigos del País en sus Juntas Generales celebradas por Setiembre de 1774. Vitoria:
1775, p. 7).
13. Ensayo de la Sociedad Bascongada de los Amigos del País. Año 1766. Vitoria: 1768, pp. 9-15.
14. Suponemos que esta dotación económica puede estar en la base del error que supone hacer
aparecer a la Bascongada como una entidad creada y becada por la Secretaría de Marina, cometido en el
panel dedicado a Louis Joseph Proust en la exposición sobre la Escuela de Artillería del Alcázar de Sego-
via: «Tan solo dos años despues se trasladó a España. Fue contratado por la Sociedad Vascongada de Ami-
gos del País que fundada y becada por la Secretaría de Marina, que iba a contar con un laboratorio de
quimica, para la investigacion. Proust se hizo cargo del laboratorio con el asesoramiento de Rouelle».
15. SILVÁN, Leandro. La vida y obra del Conde de Peñaflorida, fundador de la Real Sociedad Bas-
congada de los Amigos del País. Patronato Jose María Quadrado. San Sebastián: CSIC, 1971. El carácter
innovador de las cátedras de Mineralogía y Química y de la creación del laboratorio químico ha sido
ya puesto de relieve por FAGES I VIRGILI, Juan. Los químicos de Vergara y sus obras. Discursos leídos
ante la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales en la recepción pública del Ilmo. Sr.
Don… Madrid: 1909; LABORDE WERLINDEN, Manuel. La Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País
y la metalurgia a fines del siglo XVIII. San Sebastián: 1950; El Real Seminario de Vergara en la historia
de la Escuela de Ingenieros Industriales de España. San Sebastián: 1966 y Actividades de la Real Socie-
dad Bascongada de los Amigos del País en el desarrollo de la técnica industrial minero-metalúrgica
durante el siglo XVIII. III Semana Internacional de Antropología Vasca. Bilbao: 1976, pp. 51-77; SILVÁN,
Leandro. Los estudios científicos en Vergara a fines del siglo XVIII. Monografías Vascongadas, nº 12.
San Sebastián: 1953; El «Laboratorium Chemiculm» de Vergara y la Real Sociedad Bascongada en las
investigaciones sobre la purificación de la platina. Boletín de la Real Sociedad Bascongada de los Ami-
gos del País, 25, 1969; y Visión crítica del esfuerzo cultural realizado por la Real Sociedad Bascongada
en el siglo XVIII. Boletín de la Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País, XXXVII, pp. 395-415
o SILVÁN, Leandro; LABORDE WERLINDEN, Manuel; GONZÁLEZ GARMENDIA, María Jesús; FUENTES PÉREZ,
Manuel y BAULNY, Olivier. En Bicentenario del wolframio. Homenaje a los hermanos Elhuyar. San
Sebastián: 1983.
16. En 1780 volvería a Francia hasta su regreso a España en 1786 contratado por el Conde de
Lacy como director del Real Laboratorio de Química instalado en el Alcázar de Segovia, sede la Escuela
de Artillería, en cuya inauguración de 1792 pronunciaría el discurso de apertura. Ese mismo año Proust
impulsaría la creación de un gabinete de ciencias naturales proponiendo la adquisición de una colec-
ción de Casimiro Gómez Ortega, director del Jardín Botánico de Madrid; compra que volvería a inten-
tarse tras el fallecimiento de éste, y la puesta en venta de su colección mineralógica. Pero la relación
de los miembros de la Bascongada con la enseñanza en instituciones militares es mucho más estrecha.
El Conde O’Reilly, inspector general de Infantería, capitán general del Reino de Andalucía, teniente
coronel de los Ejércitos en Madrid y en Valencia y socio benemérito desde 1773, fundaría por Real
Orden de 31 de enero de 1774 la Real Escuela Militar de Ávila, designando como primer Director al
Brigadier Jorge Sicre, benemérito desde 1776; en esta escuela figuraría como profesor Manuel Aguirre,
extraordinario colaborador de la Bascongada de la que era socio benemérito desde 1770. O’Reilly sería
un valioso colaborador de la Sociedad contribuyendo decisivamente a que saliera adelante la resolu-
ción del cecial y remitiendo, entre otras, una reedición de la obra de Euclides (quizás Los seis primeros
libros y el undécimo y duodécimo de los Elementos de Euclides, traducidos de la versión latina por Fede-
rico Comandino, según edición de Roberto Simsom. Madrid: 1774).
17. SILVÁN, Leandro. Relaciones hispano-suecas en el siglo XVIII. Boletín de la Real Sociedad Bas-
congada de los Amigos del País, XXXVII, 1981, pp. 47-52.
Miguel Jerónimo Súarez Núñez (profesor, 1769), Antonio José Cabanilles (literato,
1786), José Cadalso (benemérito, 1773)… Nómina que se haría aún más prolija si la
extendiéramos a aquellos otros que, sin ser socios, mantuvieron estrechas relacio-
nes con la Bascongada, como Rafael Floranes, Gaspar Melchor de Jovellanos, Mar-
tín Sarmiento… o esporádicas como Francisco Pérez Bayer, Enrique Flórez…
Significada y relativamente numerosa es también la presencia de socios extran-
jeros en el Catálogo de 1792, que muestra un evidente predominio de franceses, 54
en total, frente a un portugués, un danés, dos suecos y nueve británicos. Figuran
entre ellos Miguel Adamson (socio extranjero en París en 1770), Mr. Arset (extran-
jero en París, 1776), Pierre Bayen (extranjero en París, 1788), Dr. Blak (Profesor en
Edimburgo, 1778), el Conde de Casini (extranjero en París, 1788), Causin (extran-
jero en París, 1788), Francisco Chabaneau (profesor en Vergara, 1778), Mr. Dau-
banton (profesor en Petersbourgo, 1778), Mr. Dicet (extranjero en París, 1788), el
abate Diquemare (extranjero en París, 1776), Lefrançcois de Lalande (extranjero en
París, 1778), Carlos Bourgoine Esqrs (extranjero en Carron, 1778), Mr. Fourcroy
(Extranjero en París, 1788), Pierre Clement Grignon (extranjero en St. Dicier de
Champagne, 1770), Mr. La Grange (extranjero en París, 1788), Mr. Laplace (extran-
jero en París, 1788), Mr. Le Febre de Guineau (extranjero en París, 1788), Mr. Le
François (extranjero en París, 1788), Mr. Mauduit (extranjero en París, 1788),
Mechain (extranjero en París, 1788), Mr. Messier (extranjero en París, 1788), Gui-
llermo Parrsons (extranjero en Londres, 1788), Rogerio Pettitward (extranjero en
Londres, 1788)19, Mr. Rivard (literato en Roan en 1775 y Extranjero en Roma en
1789), William Robertson (extranjero en Edimburgo, 1778), Mr. Rouelle (extranjero
en París, 1778), el abate Sicar (extranjero en París, 1790), Roberto Spencer Corbert
(extranjero en Londres, 1783), Mr. Stockenstrom (Socio en Estocolmo, 1777), Mr.
Mopinot de la Chapotte (extranjero en París, 1770), Miguel Ventades (benemérito
en Londres, 1773), Mr. Villeneuve (extranjero en París, 1788) o Mr. Vitton (bene-
mérito en Edimburgo, 1778), entre otros.
Sin embargo, no todo habían sido facilidades. Previamente incluso a su cons-
titución oficial en 1764 el maestro del Colegio de jesuitas de Vergara, padre Ostiz
había dictado un sermón contra la futura Sociedad e incluso, pocos días antes del
24 de diciembre fundacional se había distribuido en Vergara un folleto anónimo
satírico titulado Apología de la Sociedad de los Amigos del País. En 1874 Vicente de
la Fuente en su Historia de las Sociedades secretas antiguas y modernas de España
y especialmente de la Francmasonería insinuaba un origen masónico de la Bas-
congada, aun sin tener pruebas, aludiendo a la propia divisa de las tres manos
unidas «como un signo masónico de los más conocidos». Se iniciaba así una tra-
dición que en tiempos más recientes heredaría Marcelino Menéndez y Pelayo en
19. Pettiward y Parrsons, miembros ambos de la Sociedad de Anticuarios de Londres, fueron pro-
puestos a la par para Socios Extranjeros como «cavalleros viageros yngleses».
su Historia de los Heterodoxos Españoles (2.ª ed. Madrid: 1911), obra en la que
tacharía a la Bascongada y a sus fundadores y directores de enciclopedistas y anti-
rreligiosos, acusación que sería rebatida por Julio de Urquijo en Un juicio sujeto a
revisión: Menéndez Pelayo y los Caballeritos de Azcoitia. San Sebastián, 192520.
20. Sobre la divisa y sello de la Bascongada véase BLANCO MOZO, Juan. Manuel Salvador Carmona
en París: su aportación a la RSBAP. V Seminario de Historia de la RSBAP. Madrid: 1999, pp. 219-226.
21. Dicha exposición, titulada De la curiosidad en materias de instrucción, precedida de otra De
la educación en general, enfrenta el carácter meramente recolector de algunos gabinetes («General-
mente no se pueden sufrir ciertas personas opulentas que recogen preciosidades en su casa, que gus-
tan enseñarlas, que las colocan suntuosamente sin conocer sino muy superficialmente el verdadero
mérito de lo que juntan») a la útil vertiente de estudio científico de los mismos, que no logra calar
hondo en la península («El gusto de las antigüedades pasa por encima á vista del solemne grupo que
forman las dos sociedades de inscripciones y bellas artes de París y de antiquarios de Londres, que cuen-
tan entre sus miembros al mismo Rey a vista del numeroso grupo de famosos hombres que cultivan esta
amena ciencia en ambas ciudades con gloria y reputación. El gusto por las colecciones y de hermosos
gavinetes pasa por encima. Si algún infeliz se dedica a él, lo ponen luego en ridículo, lo que le obliga
á abandonarlo o á exercerlo en secreto») (Extractos… de 1790. Vitoria: 1790, pp. 27-66 y 67-87 respec-
tivamente, y sobre todo 67, 70, 74 y 84).
22. La entrega de premios para las Escuelas públicas en 1774 sería aplazada hasta concluir la acu-
ñación de las monedas en Madrid, suspendida «por dar lugar á otra obra mandada trabajar por el Rey
nuestro Señor». El propio Campomanes contribuiría en 1774 al diseño de la moneda de la Sociedad,
que tendría en una cara el busto del Rey con su nombre y fecha, y en la otra un pedestal con la ins-
cripción LAN ONARI y sobre él el distintivo de la Sociedad con las tres manos juntas y en una orla «La
Sociedad Bascongada»; un esbozo muy del gusto del Conde de Peñaflorida cansado de diseños rebus-
cados (Carta de 18 de enero de 1774 del Conde de Peñaflorida a Pedro Jacinto de Álava. La Ilustración
Vasca. Vitoria-Gasteiz: 1987, pp. 237-241. Colección Fondo Histórico, 1; Carta de 14 de febrero de 1774
de Pedro Jacinto de Álava al Conde de Peñaflorida, ATHA, Fondo Prestamero, Caja 31, nº 134). Otra
aportación de ese mismo año sería la realizada por Tomás Francisco Prieto, que llegaría a ser director
de grabado de medallas de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y grabador general de
la Casa Real de Moneda y que aparece como profesor grabador en Madrid a partir de 1778 hasta su
fallecimiento en 1783, que entregaría 71 medallas «primorosamente gravadas» (7 de oro, 40 de plata, 10
de cobre, 8 de bronce y 6 de latón) (Extractos… de 1776. Vitoria: s.a., p. 1). La presencia de grabado-
res de primer orden se completa con la inclusión de Gerónimo Antonio Gil, primer grabador de la Casa
de Moneda de Méjico y director general de la Real Academia de San Carlos de la Nueva España, y de
Francisco Assensio y Mejorada, abridor de las láminas del Arte de escribir de Francisco Javier de San-
tiago Palomares, como socio benemérito en 1793 y profesor en 1776, respectivamente. En la estampa
grabada por Carmona del retrato del Conde de Peñaflorida, efectuado a partir del dibujo de Luis Paret,
se lee un verso de la Epístola a los Pisones, la conocida como Arte Poética que Horacio dirigió a Lucio
Calpurnio Pisón, al que el propio Peñaflorida denominó «gran Príncipe del buen gusto» en su Discurso
sobre el buen gusto en la literatura (ARETA ARMENTIA, Luis María. Obra literaria de la Real Sociedad Bas-
congada de los Amigos del País. Vitoria: 1976, pp. 74 y 89-90).
23. Precisamente los premios constituyen uno de los dos medios esenciales mediante los que la
Bascongada considera que el Gobierno puede contribuir al florecimiento de las Sociedades Económi-
cas, según se anota en la respuesta a la Real Orden de 14 de julio de 1786 en la que Su Magestad soli-
cita se le propongan «los medios más proporcionados para restablecer el fervor de estos cuerpos
patrióticos» (Extractos… de 1786. Vitoria: 1787, p. 22). A los mismos se dedicó el título XXVIII de los
aprobados en 1774 (Vitoria: 1774, pp. 113-115).
Martínez), por citar sólo algunos de los innumerables premios otorgados por la
Sociedad y recogidos en sus Extractos. Frente a las recompensas pecuniarias, las
gratificaciones a las investigaciones no prácticas, podríamos decir, ofertan la
patente de benemérito y una medalla con la divisa de la Sociedad para el autor de
una biografía sobre cualquier vasco ilustre.
Más reveladores resultan los esfuerzos de los miembros de la Bascongada por
completar su formación científica en los principales centros europeos del momento,
paralelos en su concepción a las pensiones de ampliación de estudios en el extran-
jero creadas por Carlos III y alejados de los que José Cadalso llamaría «viajeros a la
violeta»24. El primer Socio viajero en el extranjero, Ramón María de Munibe, hijo
segundo del Conde de Peñaflorida (a cuyo cargo correrían todos los gastos), ini-
ció su viaje de formación por Europa en el verano de 1770 acompañado de su
preceptor el abate francés Luis Cluvier, con unas directrices de utilidad respecto
de lo que había de ser estudio principal del alumno, la naturaleza, sumamente
clarificadoras «y con particularidad aquellos puntos de Phísica, Historia Natural y
Matemáticas que sean más acomodados para producir utilidad a nuestro país». En
Francia visitó el Condado de Foix y siguió los cursos de química en el Jardín del
Rey impartidos por Hilario Martín Ruelle (socio extranjero de la Bascongada en
1776-77, que aparece luego como profesor de química y como astrónomo del Real
Observatorio de París entre 1788-92, y que en la publicación de su Calendrier
solaire, impreso en París en 1789, se titulaba «Astronome de la Société Royale Bas-
quaire»), se relacionó con Miguel Adamson (Censor Real y miembro de la Academia
Real de Ciencias de Francia, socio extranjero entre 1770 y 179325) y Pedro Franco
Dávila (Socio de Mérito desde 1768)26. Atravesando Bélgica, Holanda y Dinamarca
24. Los cuatro pensionados enviados en 1752 a París para el aprendizaje del grabado, Juan de la
Cruz Cano Olmedilla, Tomás López, Alfonso Cruzado y Manuel Salvador Carmona acabarían ingre-
sando como socios profesores de la Bascongada en 1774, 1772 y los dos últimos en 1775. Carmona
sería el autor del logotipo de la Sociedad en 1771 y del retrato de su fundador, el Conde de Peñaflo-
rida, en 1785. Remendando el título de su satírica obra sobre la educación Eruditos a la violeta, Cadalso
aludía a los jóvenes aristócratas que viajaban por Europa sin aprender más que vaguedades; este libro
formaba parte de la biblioteca de Diego Lorenzo del Prestamero.
25. Siguiendo instrucciones de Adamson en agosto de 1771 se le remitirían muestras de granos,
margas y tierras de las tres provincias vascas, así como datos referentes a la situación, permeabilidad y
profundidad de las últimas, para que estudiara los medios de lograr hacer más fértil el suelo y aumen-
tar la producción (Junta semanaria de los Amigos de Álava de 21 de marzo de 1771, ATHA, DH 1352-1).
26. Pedro Franco Dávila, miembro de la Academia Imperial de San Petersburgo y de las Socie-
dades Reales de Londres y Berlín, había logrado reunir en París notables colecciones de historia natu-
ral, arqueología y etnografía, catalogadas por Romé de L’Isle y publicadas en París en 1767. Su
Gabinete, cuya parte de historia natural sólo llegó a ocupar cinco grandes salas, se dividía en dos sec-
ciones: Curiosidades de la Naturaleza (con 12 apartados) y Curiosidades del Arte (con 6, una de ellas
para Piedras antiguas y modernas con inscripciones y, otra para Bronces antiguos, bustos, bajorelieves
y medallas). Ofrecidas las colecciones a Carlos III serían adquiridas tras informe favorable de Enrique
Flórez en 1771, el mismo año en que llega a la Bascongada un ejemplar del catálogo. El propio Dávila
sería nombrado con un sueldo de 1.000 doblones director del naciente Gabinete, núcleo inicial del
Museo Nacional de Ciencias Naturales inaugurado el 4 de noviembre de 1776 (la misma fecha en que
se abría en Vergara el Seminario Patriótico Bascongado). La relación de Dávila con la Bascongada
databa de varios años antes, de 1768, cuando Dávila había solicitado al Conde de Peñaflorida la remi-
sión de minerales del País Vascongado para su colección.
27. Una aproximación al viaje de Ramón María, minuciosamente preparado por Peñaflorida y
aprobado por el Rey y el secretario de Estado en SILVÁN, Leandro. Relaciones científicas hispano-suecas
en el siglo XVIII. Boletín de la Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País, XXXVII, 1981, pp. 28-33.
Desde su acceso al trono, Carlos III se había propuesto la mejora del lamen-
table estado en que se encontraba la artillería española (en 1762, el mismo año de
la conquista inglesa de La Habana, se crea el Colegio de Artillería de Segovia), una
reforma que ya había acometido en la homóloga arma del Reino de Nápoles
durante su reinado. En 1777 siendo ministro de Marina el Marqués González de
Castejón, navarro oriundo de Tudela, la industria nacional de fabricación de caño-
nes para la Marina de Guerra no había superado todavía el fracaso de la expe-
riencia de fundición en sólido de 1754, a pesar de haber incorporado a las
instalaciones de Sevilla en 1767 al prestigioso fundidor suizo Jean Maritz y a un
equipo compuesto de 21 técnicos28. Ante la deficiente calidad de los fabricados en
Liérganes y La Cavada, e interrumpido el suministro de los proporcionados por
Inglaterra en 1775 a raíz de la Guerra de Independencia en las colonias america-
nas, González de Castejón confiaba a principios de 1777 al capitán de Navío José
Domingo de Mazarredo las gestiones oportunas para la contratación de dos espías
vizcaínos que debían introducirse en la fábrica de artillería de Carron (Escocia) y
enviar un detallado informe técnico. La respuesta de 26 de febrero de 1777 de
Mazarredo, socio de número de la Bascongada desde 1767, daba cuenta en una
minuciosa comunicación de los principales fallos que presentaba la industria
nacional de cañones y explicaba los proyectos docentes de la Real Sociedad Bas-
congada, que se proponía incorporar al Seminario Patriótico una cátedra de Mine-
ralogía y otra de Metalurgia. Para la primera se proyectaba traer profesores de las
minas de Freiberg y para la segunda de Suecia, si bien la falta de recursos eco-
nómicos había aplazado hasta ese momento su contratación. Mazarredo sugería
al ministro tratar con el Conde de Peñaflorida, director de la Bascongada, según
él la persona idónea para desarrollar el proyecto. Se iniciaba así una copiosa
correspondencia entre el Conde de Peñaflorida y el Marqués de Narros, de un
lado, y el ministerio de Marina, por el otro, que revela el establecimiento de dos
planes: el primero, la introducción de dos «sujetos hábiles» (Ignacio de Montalvo y
Juan José Elhuyar) en la factoría de Carron; y el segundo, la creación de la Real
Escuela Metalúrgica de Vergara, con el compromiso de contratar a los mejores pro-
fesores de Física, Química y Mineralogía y Metalurgia, junto a la dotación para un
laboratorio químico y un gabinete mineralógico29.
28. Dentro de los deseos de la monarquía borbónica de dotar a la Marina de Guerra de las princi-
pales innovaciones tecnológicas se enmarcaría el viaje desarrollado por Europa en 1787 de los capitanes
de artillería Jorge Juan Guillelmi y Tomás de Morla, miembros de la Escuela de Artillería de Segovia.
29. Sobre esta labor de espionaje véase GÓMEZ PELLÓN, Inés y ROMÁN POLO, Pascual. Ciencia,
Tecnología y Espionaje en La Bascongada. En Los Encuentros sobre Historia. Siglo XVIII, La Real Socie-
dad Bascongada de los Amigos del País en la Ilustración. Vitoria-Gasteiz: 1999, pp. 15-40 y La Bascon-
gada y el ministro de Marina, Espionaje, Ciencia y Tecnología en Bergara (1777-1783). San Sebastián:
Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País, 1999.
30. En esas tareas de espionaje europeo les habían precedido los marinos Jorge Juan, Antonio
de Ulloa y Juan Langa: LAFUENTE, Antonio y PESET, José Luis. Política científica y espionaje industrial en
los viajes de Jorge Juan y Antonio de Ulloa (1748-1751). Melanges de la Casa de Velázquez, 17, 1981,
pp. 233-262; HELGUERA, Juan. Las misiones de espionaje industrial en la época del Marqués de la Ense-
nada y su contribución al conocimiento de las nuevas técnicas metalúrgicas y artilleras, a mediados del
siglo XVIII. Actas del IV Congreso de la Sociedad Española de Historia de las Ciencias y de la Técnica,
t. II. Valladolid: 1988. Sobre la militarización de la ilustración española y vasca en particular: GIL MUÑOZ,
Margarita. Cultura europea y milicia. Los oficiales de la Ilustración en la RSBAP. V Seminario de Histo-
ria de la RSBAP. Madrid: 1999, pp. 263-308.
31. Este gabinete, mostrado por Pedro Jacinto de Álava a la embajadora rusa durante su estancia
en julio de 1774, sería objeto de cumplidos por GASPAR DE JOVELLANOS, Melchor. En SOMOZA, Julio (ed.).
Diarios, t. I. Oviedo: Instituto de Estudios Asturianos, 1953-1956, p. 190. El catálogo de las piezas que
lo integraban se efectuó en 1834 siendo ya su poseedor José Joaquín de Salazar (ATHA, DH 1264-10).
32. En la formación de ambas resulta fundamental la figura de Ramón María de Munibe, que
impresionado durante la visita efectuada en París al Gabinete de Pedro Franco Dávila, «para ver bien
su gabinete se necesita un mes», escribiría a su padre, el Conde de Peñaflorida, director de la Bascon-
gada, acerca de la conveniencia de dotar a Vergara de colecciones similares; una idea recogida ya en
los Extractos de 1771, y para la que la junta guipuzcoana de junio de 1772 redacta un Plan de forma-
ción de un gabinete mineralógico. En 1783 Fausto Elhuyar, profesor de Mineralogía en el Real Semi-
nario, propondría un Plan de colección mineralógica del País Bascongado, que la junta semanaria de
Guipúzcoa remitiría a sus homólogas de Vizcaya y Guipúzcoa para su conocimiento y efectos.
33. A pesar de ello, en ocasiones se ha llegado a vincular la colección numismática de la Bas-
congada con el Seminario vergarés (CLAVERÍA ARZA, Carlos. Relieves del genio vasco, 24. Pamplona: 1962,
pp. 168-201).
34. Cartas de 17 y 21 de julio de 1774 de Pedro Jacinto de Álava al Conde de Peñaflorida (ATHA,
Fondo Prestamero, Caja 31 n.os 156 y 157), citadas por URDIAIN, María Camino. Epistolario del Fondo
Prestamero. Colección Ilustración Vasca IX. Vitoria-Gasteiz: 1996, p. 49; las respuestas del Conde de
Peñaflorida se reproducen en La Ilustración Vasca. Vitoria-Gasteiz: 1987, pp. 269-270. Colección
Fondo Histórico, 1. El regalo de Llaguno aparece recogido en los Extractos… de 1774. Vitoria: s.a., p.
100. Las donaciones de libros vinculadas con la epigrafía, numismática y arqueología no fueron espe-
cialmente numerosas, recogiéndose las de los tomos 6 y 7 en italiano de las Antigüedades del Her-
culano, regalados por Carlos III en 1773 y 1780 o el Descubrimiento de una villa Romana subterránea
en la provincia de Champaña, obsequiado en 1777 por Pierre Clement Grignon. Grignon, residente en
St. Didier de Champagne, miembro de la Academia de Ciencias de Chalons y correspondiente de la de
París, había resultado agraciado en 1770 con el primer premio sobre fuelles de ferrería de forja y pro-
puesto como socio por Pedro Jacinto de Álava al Conde de Peñaflorida en carta de 4 de abril de 1771,
junto al de Juan Laclergue como socio profesor en Vergara. Grignon tras aparecer como Socio Extran-
jero en 1771, figuraría como profesor extranjero a partir de 1772, y en 1778 cedería una colección de
sus obras a la Bascongada. Las excavaciones desarrolladas por Carlos III en Herculano eran conocidas
con anterioridad a estas donaciones, como se desvela en el Discurso preliminar leído en la primera
Junta General Preparatoria de la Sociedad celebrada en Vergara el día 7 de febrero de 1765: «… por
un Principe en fin à quien está la tierra tan acostumbrada à obedecer, que à una insinuacion suya ha
sabido descubrir Ciudades enteras sepultadas mas de mil años en su seno? (a) Alude al descubrimiento
hecho en el Reynado de S.M. en Napoles, del antiguo Herculanum sepultado en la famosa erupcion
del Vesubio en tiempo de Tito Vespasiano». (Discurso… Vitoria: 1768, p. 19).
35. Cartas de julio y de 7 de octubre de 1774 del Conde de Peñaflorida a Pedro Jacinto de Álava,
La Ilustración Vasca. Vitoria-Gastéiz: 1987, pp. 269 y 279. Colección Fondo Histórico, 1.
36. Efectos que fueron inmediatamente devueltos a la Sociedad (Cartas de 26 de noviembre de
Miguel José de Olasso a José Joaquín de Landázuri y de 28 de noviembre de 1769 de José Joaquín de
Landázuri a Miguel José de Olasso, ATHA, DH 1015-2.7 (1 y 2). En esas mismas fechas el Conde de Peña-
florida solicitaba a Pedro Jacinto de Álava la remisión del «tratado que hai del P. Florez sobre mone-
das» con el fin de rebatir las tesis vertidas por éste en La Cantabria (1768) que venían a demostrar la
inconsistencia de los fundamentos de la teoría vascocantabrista; hecho que, por otro lado, precipitaría
la salida de Landázuri de La Bascongada (Carta de 21 de noviembre de 1769 de Xavier María de Munibe
a Pedro Jacinto de Álava, La Ilustración Vasca. En Colección Fondo Histórico, 1. Vitoria-Gasteiz: 1987,
p. 100). Sobre los proyectos históricos de la Bascongada: OLABARRI GORTÁZAR, Ignacio. «Proyectos his-
toriográficos de la Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País». I Seminario de Historia de la Real
Sociedad Bascongada de los Amigos del País. San Sebastián: 1986, pp. 461-470 y ORTIZ DE URBINA MON-
TOYA, Carlos. La Historia Nacional de la Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País: identifica-
ción de dos manuscritos depositados en el Archivo del Territorio Histórico de Álava. Boletín de Sancho
el Sabio 7. Vitoria-Gasteiz: 1997, pp. 341-345.
37. Extractos… de 1772, Vitoria: s.a., p. 130; … de 1774. Vitoria: s.a., p. 103; … de 1775. Vito-
ria: s.a., p. 149; … de 1777. Vitoria: s.a., p. 96; … de 1779. Vitoria: s.a., pp. 135-136; … de 1780. Vito-
ria 1780, p. 115; … de 1785. Madrid: 1786, p. 146. El propio monarca regaló en 1771 dos medallas a
la Sociedad, según informa por carta Pedro Jacinto de Álava al Conde de Peñaflorida (ATHA, Fondo
Prestamero, Caja 31, nº 109). Las 11 monedas de 1772 habían sido remitidas por el Conde de Baños,
mientras que las 160 de varios metales y entre ellas algunas que son raras y bien conservadas recibidas
en 1774 lo fueron desde La Habana (Cuba) por José Antonio de Armona, miembro del Consejo de
Hacienda y director general de Correos y Rentas de la isla de Cuba, y socio benemérito de la Bascon-
gada desde 1771 (Carta de 5 de junio de 1784 de Lorenzo del Prestamero al Conde de Peñaflorida,
ATHA, Fondo Prestamero, Caja 37, nº 57; Carta de 12 de enero de 1774 de José Antonio de Armona al
Conde de Peñaflorida, ATHA, DH 1015-4.31).
38. De este año data el acuerdo para la formación del mismo y no de 1775, como equivocada-
mente cita MARTÍNEZ DE SALAZAR, Ángel. Diego Lorenzo del Prestamero, un erudito e ilustrado alavés.
En Lorenzo del Prestamero (1733-1817) una figura de la ilustración alavesa. Vitoria-Gasteiz: 2003, p.
21, sin duda reproduciendo el error de SAN VICENTE, José Ignacio. Del trueque al euro a través de la
Colección Numismática Prestamero. Vitoria-Gasteiz: 2001, p. 15.
39. (Extractos… de 1785. Madrid: 1786, p. 147). La muerte en 1783 de Joaquín Manrique de
Zúñiga, Conde Baños, Grande de España, presidente del Consejo de Órdenes, gentil hombre de cámara
del rey y mayordomo mayor de la Reina Madre, socio honorario y de mérito de la Bascongada desde
1771, había supuesto la donación a la Bascongada de una selecta librería, integrada por más de 600 volú-
menes, así como de «porción de medallas de oro y plata acuñadas en España de memorables sucesos, y
otras preciosidades que están anunciadas en los Extractos» (Extractos… de 1784. Vitoria: s.a., p. 119).
40. Extractos… de 1786. Vitoria: 1787, p. 22. Al final del mismo, y tras enumerar las donaciones
recibidas, se volvería a solicitar la colaboración de los socios en el enriquecimiento de este Monetario
que con el tiempo puede ser util a la Nacion: pp. 126. De la existencia de algún tipo de catálogo da
El eco alcanzado entre los Socios no se hizo esperar. A partir de los Extrac-
tos de ese mismo año, y dentro de un apartado intitulado Monetario, se recogen
puntualmente cuantos depósitos de monedas llegan a la Sociedad. En el corres-
pondiente a 1786:
El coronel D. Jose de Alava individuo de la Sociedad à resultas de la nota suplica-
toria que se puso en los extractos del año pasado pag. 147 há regalado 34 monedas
arabigas de oro y plata que recogió en la costa de África en el tiempo que estuvo
allí con su regimiento. El Socio de Merito D. Jose Ignacio de Carranza Visitar del
Obispado de Jaen ha regalado un gran número de monedas romanas à mas de las
otras que se dio noticia el año anterior41.
prueba la carta remitida por Prestamero a Pedro Jacinto de Álava el 20 de enero de 1787 en la que le
remite una moneda árabe registrada con el número 24, y se alude a la práctica de leer las inscripcio-
nes de las piezas existentes en el monetario a los curiosos (Archivo del Parlamento Vasco en adelante
APV, Fondo Bonilla, Caja 21.79).
41. Extractos… de 1786. Vitoria: 1787, pp. 125-126.
42. Extractos… de 1787. Vitoria: 1788, p. 100. La propuesta presentada por el Subsecretario Pres-
tamero en la Junta General de la mañana del 31 de julio de 1787 había consistido en la adquisición de
monedas financiada con la venta de los duplicados de plata de la serie regalada por Juan José Eche-
veste; sugerencia aceptada con la condición de conservar una moneda de cada cuño (ATHA, DH 1076-1).
Prestamero, una de oro del Rey Godo Recaredo, y algunas otras de bronce de los
municipios de España43.
Antichità e i loro protagonisti in Spagna e in Italia nel XVIII secolo. Roma: 2003, pp. 1-27). Ya se ha
recogido anteriormente la remisión por Prestamero de una «moneda arábiga» para su lectura a Pedro
Jacinto de Álava, a la sazón residente en Madrid (Carta de 20 de enero de 1787, APV, Fondo Bonilla,
Caja 21.79).
46. Es el caso de LAFOURCADE, Maite. Magistrados de los Parlamentos de Toulouse y de Navarra,
miembros de la Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País. En V Seminario de Historia de la
RSBAP. Madrid: 1999, pp. 331-358, y de ABEBERRY, Xabier. Síntesis sobre los franceses miembros de la
RSBAP. V Seminario de Historia de la RSBAP. Madrid: 1999, p. 396. Montegut, miembro en la Asam-
blea de la nobleza en el Parlamento de Toulouse, ante el cariz de los acontecimientos políticos en Fran-
cia había abandonado la ciudad el 20 de octubre de 1790, refugiándose en Vitoria, donde tras ser
nombrado al año siguiente socio extranjero había pasado a colaborar activamente con la Bascongada
hasta su regreso a Francia el 20 de noviembre de 1791. En los Extractos correspondientes a este año
le veremos regalando a la Sociedad 4 monedas, dos libros de su difunta madre y otro suyo sobre las
Antigüedades de Touluose; en los mismos se reproduce traducido su trabajo «Noticia genealógica e his-
tórica de la familia de los Césares» (Extractos… de 1791. Vitoria: 1791, pp. 82-118) y en los del año
siguiente se incluiría su Examen de las inscripciones sobre los Toros de Guisando (Extractos… de
1792. Vitoria: 1792, pp. 41-74). Lafourcade presenta además a Montegut no sólo como responsable de
la clasificación del monetario, sino como descifrador de las leyendas escritas en caracteres desconoci-
dos hasta entonces. Op. cit., p. 343. Sin embargo, el borrador de los extractos de 1791 identifica a otro
como responsable de los pliegos y de la instrucción «…que dio el Subsecretario Dn. Lorenzo del Pres-
tamero», una frase rodeada por un círculo que no se produce en el texto impreso y cuya ausencia ha
podido dar lugar a errores en la atribución de esa autoría (ATHA, Fondo Prestamero, Caja 23 nº 6.2). No
cabe en cualquier caso dudar de la amistad existente entre ambos, ni de los conocimientos sobre
numismática de Montegut, reconocidos por el propio Prestamero en una nota que sobre el falleci-
miento del francés inserta en unos de sus manuscritos sobre inscripciones (ATHA, DH 1299-2).
47. ATHA, Fondo Prestamero, Caja 23 nº 6.1.
ofrecer al viajero «un breve prontuario que… contenga las cosas particulares que
hay en el y merecen verse y observarse en las tres bellas artes Pintura, Escultura
y Arquitectura, con otras noticias que nacen naturalmente de esa exhibicion» ela-
borada «por manos hábiles con noticias del mismo lugar o pais, pues es regular
que las gentes naturales instruidas no ignoren nada de lo que en ellos se con-
tiene», subsanando «los defectos y herrores que se han observado en el viaje de
Ponz, que aunque español y muy inteligente, no ha podido librarse enteramente
de las equivocaciones, que se atribuyen á los autores viajantes extranjeros»55. Entre
las descripciones, eminentemente artísticas y con un mínimo complemento histó-
rico, de las principales piezas existentes en edificios religiosos como los conven-
tos de San Antonio, de las Brígidas, de Santo Domingo, de San Francisco, de las
iglesias de San Pedro, de San Ildefonso, de San Miguel, de San Vicente, de la Cole-
giata de Santa María; o civiles como el colegio de San Prudencio, la Plaza Nueva,
o las de las casas de los Marqueses de la Alameda, del Marqués de Legarda, de
Miguel Ramón de Zumalabe, del Conde de Villafuente, se incluyen las de la Bas-
congada y la del Marqués de Montehermoso, las dos que ofertan colecciones
numismáticas. En la sede de la primera, presidida por el busto de Carlos III, existe
«una librería, monetario y colección de inscripciones romanas traídas de varios
pueblos de esta Provincia de Álava»; en la segunda, amén de «bellas pinturas», se
encuentran un relieve de madera de Berruguete, dos cabezas de mármol de
Séneca y Cicerón, dos grandes vasos etruscos, y «una selecta librería de las mejo-
res ediciones, una curiosa colección de historia natural, como también de estam-
pas y dibuxos de los mejores profesores, y un monetario de bellísimas monedas y
camafeos notables»56.
Ese mismo año de 1792 Prestamero propondría al director de la Sociedad la
compra de una colección de monedas de plata en Francia. La situación política del
país vecino, convulsionado por la reciente revolución, la habían colocado a un pre-
cio asequible, «las que en tiempo mas feliz no las darian por el, y creo ventajoso a
la Sociedad que aprovechandose de las circunstancias las adquiera al precio que
señala Um. pues pasado este tiempo no se encontrara otro». No se proporcionan
más detalles sobre el origen concreto, volumen y composición de esta colección,
pues a pesar de la favorable disposición del Marqués de Montehermoso no queda
alavesa. Vitoria-Gasteiz: 2003, pp. 73-141, vuelve a insistir en una paternidad que se puede dar por
descartada según las razones expuestas por ORTIZ DE URBINA MONTOYA, Carlos. Don Lorenzo de Pres-
tamero y Sodupe. Un ilustrado al servicio de la Bascongada. En La Historia de Álava a través de sus
personajes. Vitoria-Gasteiz: 2003, pp. 140-141. Acude TABAR en su apoyo a otra referencia en igual sen-
tido de esa misma publicación, la Presentación de Félix LÓPEZ LÓPEZ DE ULLÍBARRI; por el contrario, la
biografía de Prestamero elaborada por Ángel MARTÍNEZ DE SALAZAR se limita a reseñar a Winhelm von
Humboldt como responsable en la adscripción de dicha autoría. Op. cit., p. 31.
55. Guía de Forasteros en Vitoria, por lo respectivo á las tres bellas artes de Pintura, Escultura y Arqui-
tectura, con otras noticias curiosas que nacen de ellas, Extractos… de 1792. Vitoria: 1792, pp. 91-92.
56. Guía de Forasteros… Extractos… de 1792. Vitoria: 1792, pp. 112-114.
57. Carta de 2 de marzo de 1792 del Marqués de Montehermoso a Diego Lorenzo del Prestamero
(ATHA, Fondo Prestamero, Caja 36, nº 126).
58. Extractos… de 1793. Vitoria: 1793, pp. 3 y 147-148.
59. Junta Privada de los Amigos de Álava de 20 de noviembre de 1793 (ATHA, Fondo Prestamero,
Caja 23, nº 7).
60. Junta General Privada de 1 de agosto de 1792 (ATHA, DH 1076-1, p. 119); Junta Privada de los
Amigos de Álava de 5 de febrero de 1794, ratificada el 7 de julio por los Amigos de Bilbao (ATHA, Fondo
Prestamero, Caja 23, nº 7). En la Junta Privada de 21 de marzo de 1794 se alude sin embargo a 152
como las monedas regaladas por Gironda (ATHA, Fondo Prestamero, Caja 23, nº 7).
tendrían la facilidad de remitirlas con seguridad, sin otra diligencia que ponerles
un sobre-escrito en los terminos que queda insinuado». Sugerencia inmediata-
mente aceptada, comisionándose al director para la redacción de la correspon-
diente representación en nombre de la Sociedad y de su remisión a Madrid, a
Pedro Jacinto de Álava, para su tramitación ante la Corte61.
O’Crouley ofrecería, tras su propuesta como socio de mérito, no sólo conti-
nuar con la entrega de monedas sino dedicar a la Sociedad Bascongada, sin con-
traprestación de abono de gastos de impresión, la traducción del inglés que había
realizado de Diálogos sobre la utilidad de las Monedas Antiguas principalmente
por la conexión que tienen con los Poetas Griegos y Latinos de Josef Addison. La
Bascongada aceptaría con mucho gusto pero con una condición. La obra debería
superar una revisión efectuada por «personas inteligentes», según lo marcado por
los Estatutos de 1766 en su artículo XXVII y en el título XXIX de los de 1774. De
ser así, dado «que no pide dinero alguno», y «siendo por otra parte de un genero
de erudicion qe hoi se cultiva con mucho gusto y aplicación y de que pueden resul-
tar tan conocidos adelantamientos a este Monetario, se admita sin la menor restric-
cion la dedicacion de esta obra y á su autor se le despache una Patente de Socio
Literato»62. Admitida la dedicatoria, y renovada por O’Crouley su voluntad de con-
tribuir al monetario de la Bascongada, la versión en castellano del original publi-
cado en inglés en Glasgow en 1751 sería editada en Madrid por la oficina de Plácido
Barco en 1795, con un anexo del catálogo de las piezas de su colección. Pero el
decaimiento sufrido por la Bascongada después de la Guerra de la Convención
orientaría a O’Crouley hacia horizontes más estables y compensatorios. Tras la Real
Cédula de 6 de julio de 1803, por la que Carlos IV concedía a la Real Academia de
la Historia la inspección de las antigüedades españolas, O’Crouley ofrecería su
colección de monedas a esta Academia bien mediante compra o por un empleo en
Madrid para uno de sus hijos o una pensión segura por dos o más vidas63.
61. Junta privada celebrada por los Amigos de Álava en Vitoria de 7 de mayo de 1794 (ATHA,
Fondo Prestamero, Caja 23, nº 7).
62. Según había informado paralelamente Gironda, de aceptar la Bascongada la dedicatoria de
Pedro Alonso O’Crouley, éste, teniente quadrillero mayor de la Santa Hermandad Vieja de Toledo, esta-
ría dispuesto a enviar otra remesa de «monedas apreciables» y «si despues quisiese la Sociedad darle el
titulo de Literato por Autor de una obra de erudiccion como lo es esta que entonces le persuadirá a
que remita todo lo duplicado de aquel sovervio monetario con lo que juzga se pondra éste en un pie
floreciente, digno de la Sociedad que lo fomenta» (Junta privada de los Amigos de Álava de 21 de marzo
de 1794, ATHA, Fondo Prestamero, Caja 23, nº 7).
63. Ofrecimiento de adquisición que sería finalmente rechazado tras el informe redactado por
José Antonio Conde el 16 de diciembre de 1803 (Archivo de la Real Academia de la Historia en ade-
lante ARAH, GN 1803-1804/1(1-7). Sobre la Real Cédula de 1803: MAIER ALLENDE, Jorge. II Centenario de
la Real Cédula de 1803. La Real Academia de la Historia y el inicio de la legislación sobre el patrimo-
nio arqueológico y monumental de España. Boletín de la Real Academia de la Historia, 2003, pp. 437-
473. Curiosamente Gironda, oficial mayor de la Contaduría de la Aduana de Cádiz, y O’Crouley, ambos
residentes en Cádiz y Socios de la Bascongada desde 1793 y 1794 respectivamente, aparecen poco des-
pués junto a la propia Sociedad como interesados, que anticipan 21.000 reales, en el pleito para cobrar
un crédito contra el Marqués de los Castillejos por valor de 60.000. Socio benemérito y de mérito en
Cádiz desde 1772, donde desempeñaba el cargo de alguacil mayor del tribunal de la Santa Inquisición
de Sevilla, Francisco de Laguardia y Fernández, alavés oriundo de Lanciego, había obtenido el Mar-
quesado en 1769 y fallecería en Cádiz en 1792, siendo traspasado el título a su mujer (Junta General
del 25 de septiembre de 1798, ATHA, DH. 1076-1); (Juntas Generales Privadas de la R.S.B. celebradas en
la ciudad de Vitoria por el mes de agosto de 1801, ATHA, Fondo Prestamero, Caja 23, nº 10).
64. En la Junta privada celebrada por los Amigos de Vizcaya en Bilbao el 7 de julio de 1794, tras
lamentar «el mal estado en que se han hallado los Gabinetes de Física y Mineralogia, principalmente el
primero, en que faltan y se hallan fuera de servicio muchas alhajas de utilidad y valor», se encarga al
director del Seminario la agilización de diligencias ante la Dirección General de Temporalidades y
demás tribunales a que competa la puesta en corriente de los Juros y demás rentas cedidas al Semina-
rio por el soberano, junto a las haciendas de los exjesuítas del Colegio de Vergara (ATHA, Fondo Pres-
tamero, Caja 23, nº 7).
65. (ATHA, Fondo Prestamero, Caja 7, nº 5). Carlos y Zúñiga había obtenido su patente de socio
literato, una medalla con la divisa de la Sociedad y 15 doblones, merced al premio que las Juntas de
1793 habían otorgado a su ensayo sobre el papel de la educación, Ex fascibus fasces (Extractos… de
1793. Vitoria: 1893, p. 6); en las juntas celebradas en noviembre de ese mismo año se le había
animado a la prosecución de su trabajo sobre un «catecismo histórico de los minerales de España»
(Junta de 24 de noviembre de 1793, ATHA, DH 1076-1). Con anterioridad al envío del Plan de Antigüe-
dades a la Bascongada, Carlos y Zúñiga había remitido a la Real Academia de la Historia, el 1 de mayo
de 1796, una Lección e interpretación de una inscripción hallada en Torrellas de Aragón, demoledora-
mente censurada por los Antiquarios doctos, que no sólo desaconsejan su publicación sino que le
transmiten incluso que «desea la Academia que no la mencione, ni diga haber remitido esta Leccion a
su juicio» (ARAH, CAZ/9/7979/1(1 a 6). Ese mismo año Prestamero se ocuparía de responder a un escrito
de Carlos y Zúñiga, cuyo contenido desconocemos, pero que por coincidencia de fechas se puede sos-
pechar fuera el mismo remitido a la Academia (Junta General Privada de 31 de julio de 1796, ATHA, DH
siglo XVIII la tesis del origen puramente español de las monedas ibéricas, el pro-
blema de su interpretación había pasado a relacionarse estrechamente con el del
origen e identificación de ese pueblo primitivo y con la averiguación de la lengua
que hablaba. El Plan de Carlos y Zúñiga no hacía sino trasladar a la numismática
el vascoiberismo, una teoría que desde el siglo XVI venía identificando a los vas-
cos, descendientes de Túbal, como los primeros pobladores de la Península Ibé-
rica y al euskera como la primera lengua peninsular, y cuyo contenido había
sufrido una severa censura por la Real Academia de la Historia66. Agradecimien-
tos al margen, la escasez de fondos no permitiría a la Sociedad costear «pr ahora»
ni la publicación ni el examen de la obra, aunque se admitiría «su dedicatoria como
una prueba de la estimacion que hace de ella»67.
La última donación de monedas de que tenemos constancia sería la efectuada
en 1805 por Pedro Díaz Valdés, obispo de Barcelona, «dos medallas de plata acu-
ñadas con motivo del viage de SS. JJ. a Barcelona»68.
1076-1, p. 141). Apenas tres años más tarde Carlos y Zúñiga volvería a enviar a la Academia cuatro nue-
vas memorias. Una en febrero, sobre la interpretación de una moneda de Obulco recogida por el Mar-
qués de Valdeflores en su Ensayo sobre los alfabetos desconocidos, en la que Carlos y Zúñiga identifica
al vasco como la lengua que aparece en las leyendas de las monedas españolas desconocidas, escrita
además de derecha a izquierda; el informe redactado por Joaquín Traggia el 11 de marzo de 1803, tam-
bién socio literato de la Bascongada desde 1784, es devastador: «Por lo demás, la cosa interesa tan poco
que no merece la pena de que se gaste el tiempo en tan inútiles investigaciones». En marzo de 1800
Carlos y Zúñiga enviaría una segunda, y al mes siguiente otra más, insistiendo en el origen vasco de
las leyendas celtibéricas; siendo nuevamente Traggia el encargado de refutarlas recurriendo a argu-
mentos lingüísticos, llegando la Academia a ofrecer al cura toledano la consulta de las monedas que
considere precisas para su estudio. E1 1 de octubre llegaría la respuesta de Carlos y Zúñiga a las obser-
vaciones de Traggia. El expediente concluiría con un nuevo informe de Traggia en el que orienta a Car-
los y Zúñiga sobre el método que debería utilizar para seguir trabajando con provecho en el
desciframiento de las monedas de letras desconocidas (ARAH, GN 1799-1800/2(1 a 19).
66. CACCIOTI, Beatrice y MORA, Gloria. La moneda ibérica en las colecciones y tratados de numis-
mática españoles de los siglos XVI a XIX. Anejos de Archivo Español de Arqueología XIV. Madrid: 1995,
pp. 351-359. Sobre el vascoiberismo: CARO BAROJA, Julio. Sobre la lengua vasca y el vascoiberismo,
Colección Askatasun Haizea, 35. San Sebastián: 1979, 271 pp.
67. Junta General Privada de 4 de agosto de 1801 (ATHA, Fondo Prestamero, Caja 23, nº 10).
68. Junta General Privada de 28 de julio de 1805 (ATHA, DH 1076-1, p. 256 v).
tutela del párroco local se traslada al Colegio de San Prudencio de Vitoria, en el que
existía una cátedra de humanidades, antes de formarse religiosamente en Sala-
manca y regresar a Peñacerrada como presbítero en 1757. En esta localidad per-
manece hasta 1771 en que se traslada a Vitoria, ingresando al año siguiente como
socio y profesor de la Comisión primera de Agricultura y Economía Rústica, disci-
plina a la que al parecer se había dedicado durante su residencia en Peñacerrada69.
En los siguientes 45 años y hasta su fallecimiento en 1817 la actividad de Pres-
tamero parecería inagotable, figurando en cuantos proyectos culturales se desa-
rrollasen en Vitoria y convirtiéndose paulatinamente en uno de los principales
soportes de la Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País en la provincia
de Álava, entidad en la que la personalidad de Prestamero adquiriría su verdadera
dimensión y desarrollaría toda su potencialidad. Su inicial inclusión en la Comi-
sión primera iría dando paso paulatinamente a una mayor implicación en las tareas
administrativas de la Sociedad, que culminarían con su designación como subse-
cretario en 1778, cargo que desde su predecesor José Ángel de Aranguren llevaba
aparejado también el de vicearchivero. Este nombramiento resultaría a la postre
decisivo para la conservación del Archivo de la Sociedad Bascongada, actualmente
depositado en el Archivo del Territorio Histórico de Álava bajo la denominación
Fondo Prestamero70.
Agricultura, botánica, historia, demografía, epigrafía, numismática y arqueo-
logía serían algunas de las disciplinas cultivadas por Prestamero. Desde su incor-
poración a la Sociedad Bascongada sus prestaciones superarían las derivadas de
su vinculación docente como profesor de agricultura, colaborando en la recolec-
ción de noticias geográficas de la provincia de Álava, en la encuadernación de
69. Sobre Prestamero: GONZÁLEZ DE ECHÁVARRI, Vicente. Alaveses Ilustres VI. Vitoria: 1906, pp. 271-
329; ORTIZ DE URBINA MONTOYA, Carlos. Don Lorenzo de Prestamero y Sodupe. Un ilustrado al servicio
de la Bascongada. En La Historia de Álava a través de sus personajes. Vitoria-Gasteiz: 2003, pp. 109-143;
MARTÍNEZ SALAZAR, Ángel. Diego Lorenzo del Prestamero, un erudito e ilustrado alavés. En Lorenzo del
Prestamero (1733-1817) una figura de la ilustración alavesa. Vitoria-Gasteiz: 2003, pp. 13-42.
70. La existencia de este fondo documental se debe a la labor de ordenación, custodia y clasifi-
cación desarrollada por Prestamero, y a su capacidad para preservar la integridad del mismo en cir-
cunstancias comprometidas, como la creada en 1801 con la ocupación por tropas del ejército del
Palacio de Escoriaza-Esquivel, sede de la Bascongada, o la generada tras la finalización de la Guerra
de la Independencia como consecuencia de la desarticulación de la propia Sociedad. En diciembre de
1816, apenas dos meses antes de su muerte y contando ya 83 años de edad, Prestamero escribía a Íñigo
Ortés de Velasco intercediendo para preservar los efectos de la Sociedad recomendando la colocación
primero de los cajones para luego poder instalar los libros sin que éstos sufrieran daño alguno (ATHA,
Fondo Prestamero, Caja 37, nº 5; URDIÁN MARTÍNEZ, María Camino. Fuentes documentales para la his-
toria de la Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País. Sus archiveros: Pedro M.ª de Unceta y
Diego Lorenzo del Prestamero. Ernaroa. Bilbao: 1985, pp. 81-83; ORTIZ DE URBINA Carlos. Op. cit., pp.
118-119 y 124-125. Sobre la documentación del Fondo Prestamero: URDIÁN MARTÍNEZ, María Camino.
Catálogo del Fondo Prestamero. Vitoria-Gasteiz: 1996. Colección Ilustración Vasca, VIII; Epistolario del
Fondo Prestamero. Vitoria-Gasteiz: 1996. Colección Ilustración Vasca, IX; Catálogo del Fondo de la Real
Sociedad Bascongada de los Amigos del País. Colección Ilustración Vasca, XI. Vitoria-Gasteiz: 1997.
71. MARTÍNEZ DE SALAZAR, Ángel. Op. cit., p. 18; Juntas de 13 de diciembre de 1775 y de 15 de
enero de 1777 de los Amigos de Álava (ATHA, DH 1352-1); Extractos… de 1773. Vitoria: s.a., pp. 57-60
y 99; Extractos… de 1774. Vitoria: s.a., p. 46.
inscripciones de Iruña y otro más del miliario de Cabriana, junto a otras tres ins-
cripciones vizcaínas, una de Luxua y dos de Meacour de Morga74.
Estrechamente ligados a los análisis epigráficos aparecen los desarrollados en
torno al trazado de la calzada romana de Hispania in Aquitania ab Asturica Bur-
digalam, el conocido como Iter 34. Hasta Prestamero, únicamente Joseph Moret
en sus Investigaciones históricas de las antigüedades del Reino de Navarra,
impreso en Pamplona en 1766, había adelantado el tránsito de esta calzada por tie-
rras alavesas, aunque sin realizar reducción alguna de sus mansiones. Comple-
mentando la puntual revisión de las fuentes escritas con un exhaustivo seguimiento
sobre el terreno del recorrido del camino, que le permitirían tomar un cabal cono-
cimiento de la geografía local y el descubrimiento de numerosos restos y yaci-
mientos arqueológicos, plantearía una reducción de las cinco mansiones situadas
en la provincia de Álava citadas por el Itinerario (Deobriga, Beleia, Suessatio,
Tullonio y Alba) todavía hoy consideradas como válidas. Sería asimismo el autor
del primer plano de la ciudad romana de Iruña (Trespuentes, Álava), la Beleia del
Itinerario, el primer yacimiento arqueológico documentado en Álava, en el que se
delimita el perfil del recinto amurallado con la escala correspondiente en pies cas-
tellanos, incluyendo sus tramos curvos, sus cuatro puertas y los tres caminos que
lo comunican.
Especial relevancia tiene su excavación de la villa romana de Cabriana
(Comunión, Álava) que le permite figurar como el primer arqueólogo científico del
País Vasco. Tras una primera intervención efectuada el 20 de marzo de 1794,
redacta un informe acompañado de un plan y el dibujo de un mosaico descubierto
con el tema de las cuatro estaciones que se presentan a la junta de la Real Socie-
dad Bascongada celebrada el 16 de abril y que generan en ésta unas amplias
expectativas. Acordada la prosecución de la excavación y el levantamiento de los
planos pertinentes, que serían sufragados por la propia Sociedad, la campaña se
inicia el 2 de junio y se alarga dos semanas. De sus resultados se envía a una
Memoria a la Real Academia de la Historia en 1799, que revela la modernidad de
sus planteamientos: tras una recogida de noticias (fase de documentación) y la
consecución del «permiso y licencia de los dueños de las heredades» se obtiene el
equivalente a una autorización oficial dando aviso a la «Justicia de Comunión» (fase
de obtención de licencias y permisos), se realiza una prospección del terreno, y
observando indicios de la existencia de mosaicos se realizan unas catas (se usa
incluso este término, con el que se designa hoy en día a dicha labor arqueológica),
desistiendo de continuar en los trabajos ante la ausencia de peones y dibujante.
75. El trabajo de SÁENZ DE BURUAGA, Andoni. Op. cit., pp. 43-71 no cita el pionero trabajo al res-
pecto de VEGAS ARAMBURU, José Ignacio. De los primeros estudios arqueológicos y la RSBAP. I Semi-
nario de Historia de la RSBAP. San Sebastián: 1986, pp. 351-368; no recoge al tratar del Iter 34 la
existencia de otra versión del Camino militar de Prestamero, depositado en la Real Academia de la
Historia; tampoco concreta la fecha de la excavaciones en Cabriana «que no debieron alejarse mucho
de los inicios de la última década del siglo XVIII»; ni se alude a la Memoria de dicha excavación, tam-
bién depositada en la Real Academia de la Historia; se adelanta a 1794 la realización de los dibujos y
plano por Valentín de Arambarri, que datan de una fecha posterior. Todo ello a pesar de estar publi-
cada desde 1990 la Memoria de la intervención arqueológica de Prestamero en Cabriana en ORTIZ DE
URBINA MONTOYA, Carlos y PÉREZ OLMEDO, Esther. El inicio de la arqueología en Álava: D. Lorenzo del
Prestamero y Cabriana. Veleia, 7, 1990, pp. 105-118; de la monografía sobre la historia de la arqueolo-
gía en Álava en los siglos XVIII y XIX publicada por ORTIZ DE URBINA MONTOYA, Carlos. La Arqueolo-
gía en Álava en los siglos XVIII y XIX. Vitoria-Gasteiz: 1996, en la que se dedica el capítulo II.b a la Real
Sociedad Bascongada y parte del II.c a analizar las figuras de Rafael de Floranes, Pedro Jacinto de
Álava, Joseph Cornide y Lorenzo del Prestamero; o del artículo que sobre la actividad arqueológica de
la Bascongada se presentó al Congreso sobre La Cristalización del Pasado: Génesis y desarrollo del
marco institucional de la arqueología en España: véase ORTIZ DE URBINA MONTOYA, Carlos. En MORA,
Gloria y DÍAZ ANDREU, Margarita (ed). La Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País y la
arqueología en el País Vasco del siglo XVIII. Op. cit., pp. 77-90.
76. ORTIZ DE URBINA MONTOYA, Carlos y PÉREZ OLMEDO, Esther. El inicio de la arqueología en
Álava: D. Lorenzo del Prestamero y Cabriana. Op. cit., pp. 105-118.
77. Extractos… de 1792. Vitoria: 1792, p. 11.
78. SANTOYO, Julio-César. Viajeros por Álava. Siglos XV a XVIII, pp. 202 y 207-211. Durante su
estancia en Vitoria los días 17 y 18 de octubre de 1799 Humboldt visitaría «la casa de la Sociedad
Patriótica… [donde] se hallan muchas inscripciones romanas halladas en la Provincia de Álava. Allí ví
dos trozos de suelo de mosaico que solo ofrecen decoraciones», aludiendo separadamente a la colec-
ción de Prestamero, «posee un gabinete numismático y mineralógico, así como algunos utensilios
romanos hallados en la provincia». En una nueva visita girada en marzo de 1800 escribiría a su mujer
Carolina «…aquí me ha recibido con la mayor cordialidad el viejo Prestamero del que seguramente te
acordarás; me condujo enseguida a casa de un amigo que me ofreció confitura y chocolate; me ha mos-
trado un pequeño jardín donde él trabaja ahora y me ha indicado que ya ha puesto una cama para mi.
Ha preguntado mucho por ti y los niños y en verdad es un viejo muy amable».
79. Ya en la Junta General de 2 de agosto de 1791, Prestamero había solicitado a la Sociedad una
carta de recomendación para el Conde de Floridablanca en la que se hiciera constar su desempeño del
puesto de subsecretario y «haber cuidado del Seminario Patriotico por algun tiempo, haber coordinado
el Archivo y trabajado en la formacion de su monetario» (ATHA, DH 1076-1).
80. Prestamero sería el encargado en 1810 de dar respuesta a la petición del gobernador civil de
Vizcaya, no lo olvidemos bajo el reinado de Pepe Botella, de información acerca de la Sociedad, en un
intento de resurgimiento bajo un nuevo período de influencia francesa, esta vez no sólo ideológica.
81. La ya referida en 1805 de Pedro Díaz Valdés.
82. Junta General de 1 de mayo de 1800 (ATHA, DH 1076-1, pp. 194).
83. Así parece deducirse del borrador del acta de la sesión celebrada el 4 de agosto de 1801,
«considerando los gravisimos inconvents qe resultarian de ocuparse en ningun caso por tropas un edi-
ficio en que se halla depositado todo lo mas precioso que la Sociedad tiene de libros, monedas, curio-
sidades y papeles» (ATHA, Fondo Prestamero, Caja 23, nº 10). Y así, en el original de las actas la palabra
monedas no aparecería reproducida, «… todo lo más precioso que la Sociedad tiene de libros, curio-
sidades y papeles» (Junta General Privada de 4 de agosto de 1801, ATHA, DH 1076-1, pp. 201).
84. Carta de 26 de febrero de 1808 de Juan Bautista Erro a Lorenzo del Prestamero (ATHA, Fondo
Prestamero, Caja 34, nº 54).
85. Carta de 10 de enero de 1816 de Ramón de Zubía a José Joaquín de Salazar (ATHA, DH 1264-13).
86. Carta de 21 de diciembre, sin año, de José Joaquín de Salazar a Lorenzo de Prestamero, (ATHA,
Fondo Prestamero, Caja 38, nº 2).
87. El monetario ocupa el último número, el 558, de los bienes protocolorizados en el Inventa-
rio de los bienes que quedaron por fallecimiento de Dn Diego Lorenzo del Prestamero, 4 de agosto de
1817 (AHPA, Antonio López de Maturana, Protocolo 29.165).
88. GONZÁLEZ DE ECHÁVARRI, José María. Alaveses Ilustres, VI. Vitoria: 1906, pp. 326-328.
89. Las dos primeras aparecen recogidas en el Índice último de libros prohibidos y mandados
expurgar para todos los reinos y señores del Católico Rey de las Españas, don Carlos IV. Madrid: 1790,
pp. 184 y 291.
90. ORTIZ DE URBINA MONTOYA, Carlos. Don Lorenzo de Prestamero y Sodupe. Un ilustrado al
servicio de la Bascongada. En La Historia de Álava a través de sus personajes. Vitoria-Gasteiz: 2003, p.
142 y ss.
91. Inventario de los bienes que quedaron por fallecimiento de Dn Diego Lorenzo del Presta-
mero, 4 de agosto de 1817 (AHPA, Antonio López de Maturana, Protocolo 29.165).
Juan II de Fray Liciniano Sáez (Madrid: 1786), Genealogía de Alonso Torres, Bio-
grafía de Alejandro Javier, Ensayo histórico de la familia del Emperador Vale-
riano de François de Montegut, Historia de los Emperadores Romanos y Griegos
sin autor, Historia Napolitana de Julio César, Geografia por The use of schori, o
Los Insectos? de Floro. Junto a otros sobre economía, 2 asientos, dos más de reli-
gión, uno de derecho, otro de viajes (La utilidad de los viajes de Dacebal), otros
cuatro de asuntos variados, destaca la presencia de los versados sobre distintos
aspectos científicos: Análisis de las aguas en general, 2 tomos de la traducción de
Herrgen sobre La Orictognosia de Widermann (Madrid: 1798), el Aparato para la
Historia Natural de Torrubia (Madrid: 1754), 3 tomos de Elementos de Chimia, y
la Introducción a la Historia Natural y a la Geografía Física de España de Gui-
llermo Bowles (Madrid: 1775), además de los ya mencionados 9 tomos de Línea
Botánica y la Botánica de Dioscoridis. Más numerosa es la presencia de los ver-
sados sobre antigüedades y epigrafía: Inscriones antiquarum sin autor ni más refe-
rencias; un tomo de Onofrio Panvinio sin identificar; Instrumento antiquario =
Lapidarias (que bien pudiera ser Instituciones Antiquario Lapidarias, publicado
en italiano en 1770 y traducido por Castro González, Madrid: 1794); Recolección
de Antigüedades sin autor (quizás el Compendio de las antigüedades romanas tra-
ducido por Francisco Pérez Pastor, Madrid: 1771); Bastitania y Contestania del
Reyno de Murcia de Juan Lozano (Murcia: 1794) y la Noticia del Viaje de España
hecho de orden del Rey del Marqués de Valdeflores (Madrid: 1765).
Pero el bagaje más amplio es obviamente el dedicado a la numismática, con
presencia de obras clásicas junto a otras menos conocidas. Entre éstas podemos
mencionar los 2 tomos del Tesaurus Numismarum de Morella (quizás se trate del
Thesaurus morellianus, sive Familiarum romanorum numismata omnia, que
cuenta con dos impresiones en Amstelaed en 1734, por André Morell y por Siqe-
bert Havercamp), Valor de las medallas de Enrique tercero de Sáenz (con proba-
bilidad se trata de la Demostración histórica del verdadero valor de todas las
monedas que corrian en Castilla durante el reynado del señor Enrique III editado
por Liciniano Sáez en Madrid en 1796), Noticia elemental de las monedas antiguas
de Erasmo Florich? Prontuario de Medallas de los antiguos (¿quizás el Prontuario
de las medallas de todos los mas insignes varones que ha avido desde el principio
del mundo traducido del francés por Juan Martín Cordero?) Varones sin autor
(¿podría ser el Norte fijo y Pronptuario que hizo para la mas clara inteligencia del
valor de todas las monedas usuales y corrientes de España de José Inocencio de
Aparici. Madrid: 1741), Medallas raras de Mr. de Ele?, Emelario de las monedas de
oro de los Emperadores sin autor, Monedas de Francia por Mr. L. Blance?, Dicho
sobre una moneda de la colonia de Tarragona sin autor, 2 tomos de la Ciencia de
Medallas sin autor, Defensorio de las antiguas monedas de oro y plata de España
de Vicente de Campos González (Madrid: 1758), Escrutinio de maravedís y mone-
das de uso antiguo de Pedro de Cantos (Madrid: 1763), 1 tomo de Medallas de Luis
el Grande (que bien pudiera ser, Medailles sur les principaux evenements du
Regne du Louis le Grand, con una primera edición en la Imprenta Real de París
en 1702 y una segunda en 1723). Entre los clásicos destacan los 2 tomos de
Anselmo Banduri Numismata Imperatorum Romanorum (1718), De Numis
hebraeo-samaritanis de Francisco Pérez Bayer (Valencia: 1781), Examen de las
medallas antiguas atribuidas a la ciudad de Munda en la Bética de Guillermo
López Bustamante (Madrid: 1799), Medallas de las Colonias, Municipios i Pueblos
antiguos de España del Conde de Lumiares (Valencia: 1773), dos juegos de los tres
tomos de las Medallas de las Colonias, Municipios y Pueblos Antiguos de España
de Enrique Flórez (Madrid: 1757, 1758 y 1773), Congeturas sobre las medallas de
los reyes godos y suevos de España de Velázquez de Velasco (Málaga: 1759), Diálo-
gos sobre la utilidad de las medallas antiguas de Joseph Addison traducidos del
inglés por Pedro Alonso O’Crouley (Madrid: 1795), los seis tomos del Diccionario
Numismático General de Tomás Andrés de Gusseme (Madrid: 1773-1776), el Alfa-
beto de la lengua primitiva de España y explicacion de sus mas antiguos monu-
mentos de inscripciones y medallas de Juan Bautista de Erro (Madrid, 1806) y su
secuela, Observaciones filosoficas a favor del alfabeto primitivo o respuesta apolo-
gética a la censura crítica del cura de Montuenga (Pamplona: 1807) y Mundo pri-
mitivo, Ensayo sobre los alfabetos de letras desconocidas que se encuentran en las
mas antiguas medallas y monumentos de España del Marqués de Valdeflores
(Madrid: 1752), Museo de las Medallas desconocidas españolas de Vincencio Juan
de Lastanosa (Huesca: 1645), Medallas antiguas inéditas de Vives. Ciencia de las
Medallas de Mingarron (sin duda un error, pues debe tratarse de la traducción
efectuada por Manuel Martínez Pingarrón. Madrid: 1772 de la obra en francés de
Louis Jobert) y la Historia de la Medallas de Charles Patin traducida por Francisco
Pérez Pastor.
Una bibliografía rica y numerosa en la que no sería extraño faltaran otras
obras no reproducidas en el inventario y que habrían sido enajenadas antes de la
confección de éste (resulta llamativa la ausencia del Diálogos de Medallas, ins-
cripciones y otras antigüedades de Antonio Agustín reeditada en Madrid en 1744
por Sebastián de la Quadra, cuya adquisición había sido solicitada personalmente
el propio Prestamero92), caso de un libro en italiano, Della Vía Appia publicado
en Nápoles por Francesco Maria Pratilli en 1745, regalado con dedicatoria por el
Marqués de Montehermoso a Prestamero, y que actualmente forma parte de la
biblioteca de Miguel Delibes93. Elenco numismático que contrasta con la escasez
de ejemplares sobre este mismo asunto denunciada por Prestamero a Pedro
Jacinto de Álava en 1787, en la que destaca la ausencia de la obra de Gusseme
(regalada por Llaguno y recogida por el propio Álava), «… ya que tenemos nro.
poco de monetaria…»94.
El monetario permanecería en manos de la familia de los Marqueses de la Ala-
meda hasta que en los primeros meses de 1925 fuera cedido en depósito al grupo
«Federico Baraibar» de la Sociedad de Estudios Vascos para la exposición de la
«Colección de Prehistoria y Arqueología Alavesas» que esta entidad había montado
desde 1924 en su sede, un local cedido por la Escuela de Artes y Oficios, fundada
por la Bascongada dos siglos antes. Ocupada la Escuela durante la Guerra Civil
por un batallón italiano, primero, y destinada después como sede del Ministerio
de Educación, el Marqués de la Alameda retiraría la colección.
A raíz de la adquisición en 1941 del Palacio Augusti por la Diputación Foral
de Álava con destino a sede del futuro Museo Provincial, que albergaría en su seno
colecciones de pintura, escultura, arqueología, numismática… se iniciarían los
contactos institucionales para lograr de nuevo el depósito del monetario95 que no
se concretaría hasta el 8 de septiembre de 1950. De esta fecha data la formaliza-
ción del documento de compraventa (y la constancia oficial de entrega del mone-
tario) entre doña Tomasa Zabala y Ortiz de Bustamante, viuda del Marqués de la
Alameda, y don Pedro de Verástegui y Novia de Salcedo, actual detentador del
título, «dueños proindiviso de un monetario de 3.175 piezas de muy diversas épo-
cas», y don Lorenzo de Cura y Lope, don Ángel de Apraiz y Buesa y don Antonio
Mañueco Francos, presidente, vocal y secretario respectivamente de la Diputación
alavesa. El precio de venta había sido de 41.014 pesetas. Desde ese momento el
fondo numismático se iría enriqueciendo paulatinamente, en ocasiones como con-
secuencia de adquisiciones como la colección de reales de a ocho de los Borbo-
nes, llevada a cabo por Domingo Irigoyen durante la presidencia de la corporación
provincial por Cayetano Ezquerra, en otras por entrega o donación de particula-
res y también como fruto de las actividades arqueológicas, que a partir de esta
década sufrirían una progresión espectacular en la provincia de Álava.
En los años 1981 y 1982 José Ignacio San Vicente estudiaría las monedas roma-
nas y españolas, prácticamente la mitad de las 4.000 piezas que integraban el mone-
tario. Concluiría que la procedencia de los ejemplares de la Colección Prestamero
es muy variada, y que aunque es posible que parte de los del siglo IV sean hallaz-
gos realizados en el territorio histórico de Álava y en La Rioja, dado que uno de
los principales aportadores era el propio Prestamero, es probable que el resto de
piezas procedan de otras zonas peninsulares, pues uno de los más activos provee-
dores de la colección y miembro de la Bascongada era Joseph Ignacio de Carranza,
94. Carta de 20 de enero de 1787 de Diego Lorenzo del Prestamero a Pedro Jacinto de Álava (APV,
Fondo Bonilla, Caja 21.79).
95. Tanto Pedro de San Cristóbal como José Ignacio San Vicente, en el prólogo y estudio res-
pectivamente, de la publicación Del trueque al euro a través de la Colección Numismática Prestamero
(2001) sitúan en 1941 el año de compra de la Colección Prestamero por la Diputación Foral de Álava.
96. Carranza sería uno de los más asiduos proveedores de monedas de la Bascongada, y como
tal aparece retratado en la correspondencia intercambiada por Prestamero y Álava en la década de los
años 90, «Ha llegado aquí [Vitoria] hoy el Sor Carranza, Visitador de Jaén, con el Administrador de la
Aduana y mañana pienso hacerle una visita para chuparle algunas monedas de las muchas que trae
según me han asegurado». (Carta de 16 de octubre de 1790 de Diego Lorenzo del Prestamero a Pedro
Jacinto de Álava, APV, Fondo Bonilla, Caja 21, nº 68).
97. No deja de ser significativo que en ninguna de las actas de depósito de materiales con des-
tino a la Sección Arqueológica del Museo Provincial llevada a cabo por la Sociedad de Estudios Vas-
cos, José María Díaz de Mendívil, instituto Ramiro de Maeztu de Vitoria, colegio Santa María de Vitoria
y Rosa Zubigaray y Elósegui en enero de 1950 se haga mención a la entrega de monedas (archivo del
Museo de Bellas Artes de Álava).
98. Más detalles sobre la composición de este fondo, que incluiría un hallazgo monetario efec-
tuado en Turiso, se pueden obtener de distintas relaciones de entrega de monedas de Antonio
Mañueco a la Diputación Foral de Álava; concretamente se detallan 866 piezas, bronces imperiales
romanos, ibéricas y denarios de plata en su mayoría (ATHA, DAI 15.818-4).
99. SAN VICENTE, José Ignacio. Del trueque al euro a través de la Colección Numismática Presta-
mero. Vitoria-Gasteiz: 2001, p. 16.