GOFFMAN. Internados. Selección. Filpe SUBRAYADO
GOFFMAN. Internados. Selección. Filpe SUBRAYADO
GOFFMAN. Internados. Selección. Filpe SUBRAYADO
Bibliografía
Goffman, Erving (2001) Internados. Ensayos sobre la situación social de los enfermos
mentales. Buenos Aires, Amorrortu.
Selección del capítulo: "Sobre las características de las instituciones totales", pp. 15 - 132.
Introducción
Las instituciones absorben a los individuos, a los que les insume tiempo y esfuerzo estar
en ellas. Esto se ve especialmente en las que Goffman llama “instituciones totales”, que
son aquellas cerradas al entorno, que obstaculizan la interacción social (por ejemplo,
asilos para ancianos; hospitales para infecciosos; cárceles; cuarteles y barcos; o
monasterios y conventos). Goffman analiza estos cinco tipos de institución total.
Las instituciones totales manejan casi todas las necesidades de los sujetos mediante una
organización burocrática de conglomerados humanos. Las personas están sometidas a
estricta vigilancia. Los que conforman el personal vigilan a los otros, llamados “internos”.
Los que vigilan tienen generalmente más contacto con el mundo exterior. La movilidad
social entre ambos grupos es muy restringida: no es fácil para un interno pasar a ser
supervisor o parte del personal, y viceversa. La comunicación entre ambos grupos es muy
limitada, y cada grupo tiene prejuicios y estereotipos con respecto a los otros ("estos
internos son todos rebeldes", por ejemplo).
sea, muchos internados son más víctimas de estas contingencias que de la misma
enfermedad mental supuestamente padecida.
Además de las contingencias, hay un segundo factor en la internación, que es el circuito
de personas que intervienen en ella. En primer lugar los allegados, familiares o conocidos
que influyen en dicha internación. Después están los denunciantes, y en tercer lugar los
mediadores que establecen el contacto entre el hospital y los familiares (policías,
sacerdotes, médicos, etc.). El paciente siente muchas veces que todas estas personas se
han confabulado para internarlo y a veces hay razones para pensar así. Esto enfría las
relaciones del paciente con sus allegados, pues se siente traicionado.
El paciente va sintiéndose cada vez menos libre y más engañado a medida que se van
cumpliendo las condiciones para que sea internado. Los pre-pacientes suelen sentir la
internación como una privación injusta y masiva de todas sus posesiones, y a veces
consiguen convencer de esto a otras personas externas al entorno de agentes que
participaron del proceso de internación (o sea personas que no son allegados, ni
denunciantes, ni mediadores).
Sucede también que muchas veces los allegados y mediadores necesitan y buscan alguna
justificación racional para retener por la fuerza al paciente en un lugar de internación. La
carrera del paciente dentro del hospital depende en gran medida de las formas en que ha
reconstruido -en forma retrospectiva- toda su etapa previa de pre-paciente (por ejemplo,
provocará diferentes sentimientos si fue denunciado o si fue internado por presiones
familiares).
Así, el personal del hospital tiene derecho a conocer todo el pasado del paciente,
generando una invasión de su intimidad. En la vida cotidiana del hospital corren rumores,
hay murmuraciones, cualquier conducta fuera de lo común del paciente acentúa su
patología a los ojos de los demás. Por regla general, las instituciones totales divulgan
sistemáticamente el tipo de información sobre cada interno que éste puede tener interés
máximo en ocultar. Allí todo lo privado se vuelve público.
El sistema funciona como una incubadora: los pacientes ingresan en condiciones sociales
de primera infancia para pasar -al año- a salas de convalecientes en condiciones de
adultos resocializados. Según su conducta, los pacientes son destinados a mejores o
peores salas. Puede suceder que un descenso de su status moral en la institución, no
revista importancia para el paciente ya que siente que no cambia su etiqueta de insano,
que mantiene siempre desde que entró. En estos casos se percibe en el enfermo una
cierta relajación y fatiga moral, donde nada importa.
A medida que el paciente hace su carrera, va cambiando su concepción acerca de su
propio yo, y acerca del mundo en general, influyendo en esto notablemente el entorno
social del hospital.