La Relación Sociedad - Ambiente

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 10

La relación sociedad-ambiente

Esp. Prof. Univ. Luciana Ponce Laso


Año 2020

ECOLOGÍA EL AMBIENTE

AÑO 2013

1
Un poco de historia
LA RELACIÓN SOCIEDAD Y AMBIENTE
Para comenzar a comprender cómo fue relacionándose el hombre, organizado en
sociedad con el ambiente, es importante partir de la pregunta:

¿Qué significó la instalación y expansión de la especie (Homo sapiens)?


Esta pregunta reúne a varias cuestiones distintivas a la especie humana como ser:
 El hombre, desde sus comienzos evidenció ser la especie con mayor
capacidad de escapar al determinismo ambiental, a las fuerzas de la
naturaleza.
 Tiene aptitudes que le permiten vivir en todos los climas y geografías.
 Puede condicionar la vida de animales y plantas.
 Manejar los recursos minerales en su beneficio.
 Explotar las energías de los combustibles fósiles y captar energías de la
naturaleza (solar, eólica, otras).
 Desplazarse por distintas geografías a distancias increíbles y, en menor
tiempo.

Figura 1: Modificación de las relaciones entre el hombre y la naturaleza. (Tomado de: Calvo et al.
1997)

2
Puede decirse que hasta 1400 de nuestra era, las acciones humanas fueron
localizadas, determinaron el florecimiento, apogeo y ruina de distintas culturas, con
impactos fuertes en la organización del poder a nivel mundial. De alguna forma, el
incremento de las poblaciones estaba asociado a un mayor consumo de la energía
endosomática (alimentación, mantenimiento de las funciones vitales).

Pero las sociedades fueron evolucionando (capacidad de transformación del


medio, transportes más eficientes, aumento exponencial de la tecnología, nuevas
formas de comunicación) y así se modificaron las relaciones con el ambiente, como
bien esquematizaron Calvo et al. (1997) en la figura 1:

Esta evolución y organización del hombre en sociedad evidencia cómo se fueron


acentuando los problemas ambientales, en relación al uso y abuso de los recursos
naturales, desencadenado en lo que hoy se conoce como desastres ambientales,
vigentes en la pérdida de biodiversidad, la sustitución de los paisajes naturales por
urbanizaciones, cultivos y áreas de servicio; la fragmentación del paisaje y su
destrucción en los aprovechamientos mineros; la utilización de combustibles fósiles, la
contaminación en sus variadas formas, y la demanda creciente de recursos naturales;
el aumento de las asimetrías entre los que tienen mucho y los que nada tienen: las
desigualdades entre países ricos y pobres, las modernas formas de imperialismo que
generaron un escenario mundial muy diferente, cargado de conflictos y de
incertidumbre sobre el futuro del planeta y de la especie humana.

Esto llevó a la sociedad a enfrentar una crisis social civilizatoria, que en palabras de
Leff, E. no solo implica una crisis ambiental, ecológica, sino también una crisis social
profunda, que requiere el compromiso de la sociedad para hacer frente a los
problemas que la humanidad fue instalando.

La crisis se acentuó, a partir de la década del 70 en la Conferencia de Estocolmo


(Suecia) en 1972 y la de Tbilisi (Rusia) en 1978, donde se hace vigente la necesidad
de un cambio de perspectiva de análisis de problemas sectoriales a replantearse
modelos de interpretación de la realidad global y a elaborar tendencias a futuro, que
den cuenta de la necesidad de revertir la situación.

En estos años se desarrollaron varios encuentros internacionales con la


participación de países de todo el mundo, preocupados por un tema en común: el
ambiente.

3
Es en este punto, donde la educación desde una perspectiva ambiental, se convierte
en una de las herramientas fundamentales para este cambio de paradigma, basado en
los principios de la modernización, en la cual se consolidó un conocimiento
fragmentado y simplificado de la realidad.

Es la Educación Ambiental, la encargada de revertir esta construcción de


conocimiento fundado en el paradigma de la complejidad y en un enfoque holístico de
la interpretación social. Aquí, la educación es vista como una de las herramientas para
alcanzar el Desarrollo Sostenible, porque comienza a mostrar a los ciudadanos el
camino para un cambio de actitud que permitirá tomar decisiones apropiadas para
asegurar el futuro de toda la humanidad.

Uno de los primeros pasos para ir construyendo una formación orientada y pensada
para la construcción del Desarrollo Sostenible, es conocer las diferentes concepciones
y terminologías de “ambiente y ecología”.

EL AMBIENTE Y LA ECOLOGÍA: NOCIONES

El ambiente:
Existen una variedad de definiciones acerca de la interpretación y comprensión del
significado de Ambiente o Medio Ambiente, ya que todas dependen del marco
filosófico y epistemológico de los autores y del contexto histórico, político y social en la
que son definidas.

A continuación se presentan algunas de las interpretaciones y conceptualizaciones


realizadas por diferentes autores:
Según el Diccionario de la Real Academia Española, la palabra ambiente procede del
latín ambĭens, -entis, que rodea o cerca. Sin embargo, la definición está contenida en
el término medio ambiente: “conjunto de circunstancias o condiciones exteriores a
un ser vivo que influyen en su desarrollo y en sus actividades”. RAE (2008).
Es decir que el ambiente puede serconceptualizado como un espacio
multidimensional, cuyo tamaño dependerá de muchos factores como ser:
 La constitución de los organismos, su conformación social,
 Sus costumbres,
 El proceso que se analice y
 La escala de tiempo que se considere, ya que el ambiente puede aparecer
como muy variable, o poco variable.
4
Definir el tamaño del ambiente al que se hace referencia, no es una cuestión de
términos, tampoco una cuestión metodológica, es la base para la comprensión de la
relación del ser humano, vegetal o animal (o grupo de ellos) con el mundo circundante.
Es también la base para la planificación del desarrollo.
Cualquier proyecto debería estar ubicado en magnitudes de tiempo y de espacio (o
volumen), es decir, conocer la escala en la cual se está tratando la relación entre un/os
organismo/s y su ambiente.

Evolución del concepto “ambiente”


En los primeros años del siglo XIX, se otorgaba al ambiente una connotación
geográfica, física. Fue Charles Darwin quien supera esta dimensión del concepto
aportando su visión orgánica y enfatizando la importancia de estudiar las
interrelaciones entre los ecosistemas (Di Pace et al., 2004). Estos autores sostienen
que cuando se focaliza un objeto (individuo, población o sistema) del universo sea o
no viviente, el centro de interés es el objeto o el sistema y lo externo a ellos se
denomina ambiente. A este enfoque, que toma como centro a una especie –o mejor- a
una población y sus relaciones suele llamárselo Autoecología y puede tomar como
objeto el conocimiento del ambiente de una planta o animal (una “plaga”, por ejemplo,
a la que la sociedad desea conocer suficientemente para poder controlarla).

Cuando se intenta conocer al ambiente integralmente como un ecosistema (lago,


pradera, bosque), como unidad funcional, los estudios son abordados por otra rama de
la ecología que es la sinecología que estudia la dinámica del ecosistema en su
conjunto, en sus procesos reguladores.

Actualmente la Ecología de Paisajes tiene un enfoque similar, aunque su


unidad de análisis es un espacio o territorio determinado en el espacio y en el
tiempo, a diferencia del clásico análisis de ecosistemas (como unidades funcionales)
que realiza la ecología clásica.

Por su parte, Begon et al. (1986), considera que el ambiente es: “el conjunto de
factores físicos, químicos y bióticos que influyen sobre ese organismo (…)”.
Lo que representa un concepto muy semejante al que, posteriormente sostendrá
Gallopín et al. (1991), aludiendo que “el ambiente es un macrosistema de
interacciones cuya organización determina el comportamiento del sistema que no
proviene de su propia organización”.

5
Es decir, el ambiente de un sistema dado, está constituido por aquellos
elementos que no pertenecen al sistema pero que están interrelacionados con él,
constituyendo una relación funcional, más amplia, que lo condiciona. El sol, por
ejemplo, no es parte de un ecosistema, pero la energía que emite es la que regula la
estabilidad de la Tierra (y de cualquiera de sus paisajes).
Como es habitual, existen muchísimas definiciones de ambiente, así como de la
Ecología y cada persona, grupo o institución adoptará aquella que más se ajusta a la
realidad que se analiza.

A partir del Congreso de Estocolmo en 1972 el ambiente es interpretado como, “el


conjunto de componentes físicos, químicos, biológicos y sociales capaces de causar
efectos directos e indirectos en un plazo corto o largo sobre los seres vivos y sobre las
actividades humanas”.
González, L. (1996), sostiene que “El concepto de ambiente, se comprende como
la forma de representamos el resultado de las interacciones entre el sistema biofísico y
el sistema cultural que han implicado históricamente diferentes tipos de configuración
estructural. En este marco el hombre se ha representado de diferentes formas su
sentido de finalidad, ha construido ideas de progreso que recogen sus objetivos y
deseos como sociedad; ha construido conceptos como el de desarrollo”.

Estas distintas posturas denotan que el ambiente no está constituido sólo por
factores físico-naturales, sino por factores sociales, económicos, culturales, históricos,
etc. De ahí que no se debe confundir al ambiente, con la ecología.

La ecología
El término ecología deriva de las palabras griegas oikos, que significa “casa”, y
logía, que significa “estudio de”. Literalmente la ecología es el estudio de la casa, fue
acuñado originalmente por el zoólogo alemán Ernst Haeckel en 1866. Él lo llamó
Oecologie y definió su ámbito de aplicación como el estudio de las relaciones entre los
animales y su ambiente.

Desde la creación de la palabra ecología como ciencia, se han desarrollado una


variedad de definiciones, dependiendo de la postura del autor y del contexto histórico y
social. A modo de ejemplos se toman algunos de esos autores:

6
Andrewartha (1961), postuló que la Ecología es el estudio científico de la
distribución y abundancia de los organismos sobre la Tierra. Y fue Krebs (1985), quien
modificó la definición y le dio un sentido más funcional, que actualmente se utiliza,
considerando a la ecología como “el estudio científico de las causas que determinan la
distribución y abundancia de los organismos sobre la faz de la Tierra”.

Por su parte Ondarza (1993), agrega que “La ecología es la ciencia que estudia las
interrelaciones de los organismos y su ambiente natural. Tiene como objeto de estudio
al ecosistema, que es una entidad formada por plantas y animales de las mismas o
diferentes especies, que interaccionan unas con otras dentro de un ambiente físico de
características definibles”.

Smith Robert L.; Smith Thomas M. (2005), sostienen que “la ecología es una
ciencia que estudia las relaciones entre los seres vivos entre sí y las relaciones de los
seres vivos con su entorno físico de materia y energía”.
A medida que fue evolucionando el término ecología como ciencia, se fueron
consolidando distintas terminologías, que hoy son muy utilizadas, especialmente en el
ámbito del manejo de los recursos naturales, como es el caso del hábitat, como
expresión de “la caja del sistema” y el nicho ecológico, que se ha usado para sintetizar
las funciones de los elementos dentro del sistema o, más propiamente, del
ecosistema.

El Hábitat
Como propone Odum (1985) el hábitat es el lugar donde se puede encontrar a un
organismo. Este enunciado, si bien simple, permite captar rápidamente el concepto.
Sin embargo, hay que tener presente que la definición no toma sólo la localización
geográfica, sino la constelación de variables ambientales que determina que ese
organismo esté en ese sitio. En sentido inverso podría decirse que, si se dieran tales
condiciones de insolación, temperatura, calidad de suelo etc. se tendría mucha
probabilidad de encontrar a ese organismo. Esto es sólo parcialmente cierto ya que
intervienen otros factores en la configuración del ambiente: la disponibilidad de
semillas o huevos, la historia previa del sitio y otros, que determinan que el análisis
mesológico (estudio del medio, o del hábitat) sea sólo una herramienta útil para
modelar -por ejemplo- el área cultivable para trigo u otro cereal, realizar modelos para
prever la expansión de una plaga o de una epidemia, el ambiente de un individuo o

7
población o, cuando se trata de analizar riesgos o impactos ambientales de un
programa de desarrollo.

El Nicho ecológico
El estudio del nicho ecológico de los organismos, aunque sea como modelo
simplificado, resulta de mucha utilidad cuando se pretende realizar un estudio de
impactos y de riesgos ambientales.
Según plantea Odum (1962) y con fines muy explicativos, el nicho es la profesión de
un individuo en el ambiente, algo parecido a los rubros de ofertas de servicio en las
páginas amarillas de un directorio (guía telefónica) de una ciudad. Zapateros,
plomeros, abogados, ferreterías, serían los nichos. El número de profesionales dentro
de cada rubro, estaría indicando el "tamaño del nicho", lo que está en relación con el
tamaño de la población de esa ciudad.
En términos generales se puede utilizar la propuesta de Odum, aunque no se puede
desconocer la multiplicidad de definiciones que se dieron a este término. Grinnell
(1917 y 1928), consideraba al nicho como un modelo de distribución de las especies,
en el que los organismos ocupaban distintos hábitat según las demandas propias de la
especie (condiciones físicas, químicas, biológicas), es decir que esta postulación se
acerca más al concepto de hábitat que se ha explicado o algo que podría llamarse
nicho espacial (mapa de distribución del cultivo de naranjas en la Argentina, que
estaría indicando el nicho de esa especie de naranjas, dado que implica las
condiciones de suelos, clima, etc. que requiere esa planta). En 1927 Elton publicó su
libro sobre ecología animal y allí el concepto de nicho se centra en las interacciones de
los individuos en las mallas tróficas, por lo que el nicho trófico explicaba bien la función
de los organismos en el ambiente desde la perspectiva de los flujos de energía o,
dicho en otras palabras: de quién se come a quién.
El concepto de nicho cayó en desuso durante varias décadas, a partir de la definición
que diera Hutchinson (1957) que fue conocida luego como el concepto de nicho como
hipervolumen. El consideraba que, para entender cabalmente el nicho de un
organismo, había que imaginarlo suspendido en un hipervolumen, por innumerables
ejes, cada uno de los cuales es una variable ambiental. Esto indujo a la idea de la
imposibilidad de establecer el nicho ecológico por la cantidad de información que sería
necesaria. Sin embargo, en la práctica se sabe que no todos los factores tienen el
mismo peso, y que pueden existir factores clave (Odum, 1962) que son los que
determinan la posición de un organismo en un ambiente.

8
Para sinterizar este apartado, queda demostrado como fueron evolucionando las
distintas conceptualizaciones de ambiente, ecología y de otras terminologías, esto
ocurrió desde la mitad del siglo XIX en adelante.

REFERENCIAS

 ANDREWARTHA, H.G. (1961) Introduction to the Study of Animal Populations:


London, Methuen, 281 p.

 CALVO Diodora; MOLINA Ma. Teresa y SALVACHÚA, Joaquín (1997) “Ciencias de


la tierra y del medio ambiente”. Ed. McGraw Hill. Madrid.

 CURTIS, H.; BARNES S, N; SCHNEK, A.; MASSARINI, A. (2009) Curtis Biología.


Ed. Médica Panamericana. Séptima Edición. Buenos Aires.

 DI PACE, M. (et al.) (2004). Ecología de la ciudad. Universidad Nacional de General


Sarmiento. Libros Prometeo. Buenos Aires, Argentina.

 ENKERLIN, E.C., G. CANO, R.A. GARZA, E. VOGEL. (1997). Ciencia ambiental y


Desarrollo Sostenible. International Thomson Editores. México, 666 p.

 FLORES, Raúl C.; REYES HERRERA, L.; y HERNÁNDEZ GUZMÁN, V. (2006).


“Ecología y medio ambiente”. Ed. Thomson. México.

 GALLOPÍN, G. et al. (comps.). (1991). El futuro ecológico de un continente. Una


visión prospectiva de la América Latina. Fondo de Cultura Económica, México. pp.
21-100.

 KREBS, J. Charles. (1985). Ecología. Estudio de la Distribución y la Abundancia. 2ª.


Edición. Editorial Harla. México.

 NEIFF, J.J. (1996). Ecosistemas de América Latina y sus potencialidades de


producción. Simposio sobre Ecosistemas Naturais do Mercosur. Santa Maria,
Brasil, p.1 – 12.

 ODUM, E.; WARRETT, G. (2006) Fundamentos de Ecología. Ed. Thomson.


México.

 ODUM, H.T. (1962). Ecological tools and their use: man and the ecosystem. pp. 57-
75, In: Proceedings of the Lockwood Conference on the Suburban Forest and
Ecology, ed. by P.E. Waggoner and J.D. Ovington. The Connecticut Agricultural
Experiment Station Bulletin 652, Oct. 1962, 105 pp.

 ODUM, E. (1985). Trends expected in stressed ecosystems. BioScience 35(7): 419-


421.

 PURVES, W; SADAVA, D.; ORIANS, G., HELLER, C. (2006) Vida. La Ciencia de la


Biología. Ed. Médica Panamericana. Sexta Edición. Buenos Aires.

9
 SMITH, T.; SMITH, R. (2007) Ecología. Ed. Pearson Addison Wesley. Sexta Edición.
Madrid.

 VALVERDE, T.; CANO SANTANA, Z.; MEAVE, J. y CARABIAS, J. (2005) “Ecología


y medio ambiente”. PEARSON. México.

10

También podría gustarte

pFad - Phonifier reborn

Pfad - The Proxy pFad of © 2024 Garber Painting. All rights reserved.

Note: This service is not intended for secure transactions such as banking, social media, email, or purchasing. Use at your own risk. We assume no liability whatsoever for broken pages.


Alternative Proxies:

Alternative Proxy

pFad Proxy

pFad v3 Proxy

pFad v4 Proxy