Novelas Varias

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 25

Novela Picaresca

Lazarillo de Tormes
Tratado Primero

El primer tratado comienza con Lázaro de Tormes contando la historia


de su infancia. Su sobrenombre proviene del lugar donde nació, que fue
el río Tormes. A los ocho años, su padre, Tomé González, fue acusado
de robo y obligado a servir a un caballero en contra de los moros.
Durante esta expedición perdió su vida.

Lázaro y su madre, Antona Pérez, se fueron a vivir a la ciudad donde


ella le cocinaba a los estudiantes y le lavaba la ropa a los mozos de
caballos del comendador de la Magdalena. Ella comenzó a tener
relaciones con un mozo llamado Zaide, y Lázaro aceptó la relación entre
ellos porque notó que él traía mejor comida a la casa. Luego, nació el
hermano mulato por parte de madre de Lázaro, pero la felicidad les duró
muy poco, porque Zaide robó y fue capturado y azotado.
Una vista del río
En un mesón conoce su madre a un ciego, al que le pareció que Lázaro Tormes.
le servía como guía. Su madre le dio permiso y Lázaro partió junto al
ciego. El ciego era muy astuto y, más que cualquier otro, le enseñó a Lázaro lo difícil que
era la vida. El ciego, también, era muy avaro y apenas le daba de comer. Cuando finalmente
Lázaro se cansa de vivir con el ciego, éste engañó a su amo para que se diera contra un palo
para poder salir de él.

Tratado Segundo

En este tratado Lázaro se encuentra con un clérigo. Lázaro aceptó el trabajo que le propuso
el clérigo. A Lázaro no le fue muy bien en este trabajo, ya que el clérigo era avaro y no le
alimentaba decentemente. Llegó el momento en el que Lázaro se cansó, y decidió robarle al
clérigo el pan de la misa para poder comer. Para poder conseguir el pan, el sacó una copia
de la llave del baúl dónde estaba el pan, y lo saco una noche, y se lo comió. Al el clérigo
enterarse de esto, decidió asegurar el baúl, pensando que eran ratones que se comían el pan,
pero cuando encontró que era Lázaro, el lo despidió de su trabajo.

Tratado Tercero

Lázaro llegó a Toledo, donde, por quince días, vivió de limosnas. Un día, se encontró con
un escudero de muy buena apariencia, quien fue su próximo amo. Su nuevo hogar fue una
casa con poco alumbrado. La casa carecía de muebles.

Lázaro entonces se dio cuenta de que el escudero, aunque aparentaba ser un hombre de
buena familia, en realidad era pobre. Para poder comer, Lázaro tuvo que mendigar, y darle
parte de lo que recibía al escudero. Un día el gobierno de esa área prohibió el mendigar por
las calles, y Lázaro, por suerte, consiguió comida a través de unas vecinas. El escudero
estuvo sin comer por ocho días, hasta que consiguió un real para mandar a Lázaro a
comprar comida al mercado.

Más tarde los dueños de la casa del escudero vinieron a cobrar el alquiler de la casa, pero el
escudero se excusó y desapareció. Lázaro se quedó una vez más sin amo.

Tratado Cuarto

Las vecinas llevaron a Lázaro a dónde el Fraile de la Merced, su próximo amo. Al fraile le
gustaba mucho caminar y visitar. Tanto caminaron Lázaro y el fraile que en ocho días
Lázaro rompió su primer par de zapatos. El fraile fue el primer amo en regalarle un par de
zapatos. Lázaro se cansó de seguirlo y lo abandonó.

Tratado Quinto

En este tratado, Lázaro se encuentra con un buldero. El buldero engañaba, junto a un


alguacil, a la gente, tratando de convencerla para que creyeran en sus ideales. Por ejemplo,
ellos hicieron un "drama" para que la gente creyera en los milagros. Después de cuatro
meses Lázaro dejó al buldero, y siguió su camino.

Tratado Sexto

Su próximo amo fue un maestro pintor de panderos, con el cuál duró muy poco. Una vez,
Lázaro entró a una Iglesia, dónde se encontró con un capellán, siendo éste su próximo amo.
El capellán le dio a Lázaro un asno y cuatro cántaros de agua para ir a vender agua por la
ciudad. Este fue el primer trabajo que tuvo Lázaro dónde ganaba comisiones todos los
sábados. Estuvo en esas condiciones por cuatro años, y, ahorrando poco a poco, pudo
comprarse su primera espada y ropa usada. Después de haber mejorado Lázaro su
apariencia, dejó al capellán y también dejó su oficio.

Tratado Séptimo

Después Lázaro se asentó con un alguacil. Duró muy poco con él, porque le pareció que el
oficio de su amo era peligroso.

Llegó el día en el que el arcipreste de San Salvador vio a Lázaro y lo casó con una criada
suya. Vivía muy bien con su nueva esposa, en una casa al lado del arcipreste. Luego
comenzaron a formarse cuentos sobre su esposa y el arcipreste. La mujer de Lázaro lloró
mucho por estos cuentos, pero Lázaro la tranquilizó. El decide no hacerle caso a los cuentos
para que no hubiera una intervención en su felicidad. Finalmente llegó a un período de
estabilidad en su vida, y para él no había nada mejor.
Novela Histórica
Los Herederos de la Tierra

Barcelona, 1387. Las campanas de la iglesia de Santa María de la Mar


siguen sonando para todos los habitantes del barrio de la Ribera, pero
uno de ellos escucha su repique con especial atención... Hugo Llor, hijo
de un marinero fallecido, a sus doce años trabaja en las atarazanas
gracias a la generosidad de uno de los prohombres más apreciados de la
ciudad: Arnau Estanyol. Pero sus sueños juveniles de convertirse en
constructor de barcos se darán de bruces contra una realidad dura y
despiadada cuando la familia Puig, enemiga acérrima de su mentor,
aproveche su posición ante el nuevo rey para ejecutar una venganza
que llevaba años acariciando. A partir de ese momento, la vida de Hugo
oscila entre su lealtad a Bernat, amigo y único hijo de Arnau, y la
necesidad de sobrevivir en una ciudad injusta con los pobres. Obligado a
abandonar el barrio de la Ribera, busca trabajo junto a Mahir, un judío
que le enseña los secretos del mundo del vino. Con él, entre viñedos,
cubas y alambiques, el muchacho descubre la pasión por la tierra al
tiempo que conoce a Dolça, la hermosa sobrina del judío, que se
convertirá en su primer amor. Pero este sentimiento, prohibido por las
costumbres y por la religión, será el que le proporcionará los momentos
más dulces y amargos de su juventud. Diez años después de La catedral
del mar, Ildefonso Falcones regresa de nuevo a ese mundo que tan bien
conoce, la Barcelona medieval. Y lo hace recreando una vez más a la
perfección esa efervescente sociedad feudal, prisionera de una nobleza
voluble y corrupta, y la lucha de un hombre por salir adelante sin
sacrificar su dignidad.
Novela Sentimental
Romeo y Julieta
En la tradición literaria occidental, Romeo y Julieta se ha convertido en la historia de amor
por antonomasia, y puede afirmarse que su fama excede a la del mismo Shakespeare.
Aunque como en tantas otras ocasiones el argumento no es invención suya, correspondió al
dramaturgo inglés fijarlo en su forma definitiva al convertir su fuente en una obra
magistral. Con mayor o menor fidelidad, de la tragedia shakesperiana partirían los
creadores de las más diversas disciplinas artísticas (desde la literatura, la pintura y la
música hasta la danza, la ópera y el cine) que en los siglos siguientes abordarían
reiteradamente la historia de los amantes de Verona.

Shakespeare se basó, en este caso, en el poema La trágica historia de Romeo y Julieta


(1562), de Arthur Brooke. Pero el tema de la "muerta viva", destinado a hallar su más
elevada expresión en este drama (según el conocido estudio de H. Hauvette, La morte
vivante), era mucho más antiguo; en su difusión tuvo un importante papel el relato Romeo e
Giuletta, del italiano Matteo Bandello (1485-1561), divulgado en el extranjero por Pierre
Boisteau. La versión de este último fue a su vez traducida al inglés en el Palacio del Placer
de William Painter, e interpretado libremente por Arthur Brooke en el poema La trágica
historia de Romeo y Julieta, que Shakespeare siguió muy de cerca.

Se ha intentado establecer una relación entre el drama de Shakespeare y los otros derivados
de la misma fuente: el de Lope de Vega (Castelvines y Monteses) y la Adriana (1578) de
Luigi Groto, que contiene frases e imágenes que se encuentran también en el drama de
Shakespeare, pero que son tan sólo lugares comunes del petrarquismo; además, ambos
dramas son completamente diferentes en el modo de tratar el argumento y en el estudio de
los personajes. La obra de Shakespeare fue escrita, según unos, en 1591; se publicó "in
quarto" en 1597, en 1599, en 1609 y en otra fecha imprecisa, y en "in folio" en 1623. Las
relaciones entre los diversos textos han sido minuciosamente estudiadas.

El argumento

Dividida en cinco actos en los que se alterna la prosa con el verso, Romeo y Julieta se inicia
con una riña entre miembros y criados de las dos principales familias de Verona, los
Montescos y los Capuletos; queda así patente desde el principio la irreconciliable enemistad
que enfrenta a ambos clanes. Ni Romeo ni Julieta están presentes en tal riña, que sólo
finaliza cuando irrumpe el Príncipe Scala e impone la paz con amenazas.

En compañía de sus amigos Benvolio y Mercucio, Romeo asiste a una fiesta de máscaras en
casa de los Capuletos, y, si antes se creía enamorado de Rosalina, ahora se siente cautivado
por la belleza de Julieta; se acerca a ella y, tomándole la mano, le declara su amor. La
pasión es instantánea y recíproca, y culmina en un beso; sólo tras separarse conocen, cada
uno por su cuenta, la identidad del otro: Julieta es la hija de Capuleto; Romeo, el hijo de
Montesco. Con este descubrimiento termina el primer acto.
En otras circunstancias, tal enamoramiento podría haber culminado en una jubilosa boda:
ambos son de noble cuna, e incluso sabemos que el viejo Capuleto, padre de Julieta, se
inclina por respetar la elección de su hija ante un posible matrimonio (Acto I, II) y que tiene
un buen concepto de Romeo, al que considera "un joven virtuoso y bien gobernado" (Acto
I, V). Pero el odio entre las familias es tal, que los jóvenes nunca llegarán ni siquiera a
plantearse la posibilidad de comunicar su pasión a sus padres; por otra parte, el saberse
miembros de clanes enfrentados no puede detener la fuerza y determinación que engendra
en ellos el amor.

Sin ninguna ruptura temporal, la acción del segundo acto comienza esa misma noche:
finalizada la fiesta, Romeo se separa de sus amigos y, desde una calleja, salta la tapia y
entra en el jardín de la casa de los Capuletos. Allí vislumbra en una ventana el perfil de
Julieta. Tiene lugar entonces la icónica escena del balcón (en realidad, ventana): sin haber
advertido la presencia de Romeo, que la escucha en la oscuridad, Julieta pronuncia en voz
alta sus amorosas quejas, lamentando que Montesco sea el apellido de su amado para negar
enseguida toda importancia a ese hecho: "¿Qué hay en un nombre? Lo que llamamos rosa,
olería tan dulcemente con cualquier otro nombre". Aparece entonces ante sus ojos Romeo;
inflamados en mutuo amor, conciertan, tras un dulce coloquio, casarse en secreto. Gracias a
la ayuda de Fray Lorenzo, su propósito se cumple la tarde del día siguiente: el fraile los une
en matrimonio en su convento.

Pero en el acto tercero, el aborrecimiento mutuo de Capuletos y Montescos, que ya había


determinado la clandestinidad de la boda, es ahora causa de una forzosa separación de los
amantes que conducirá al trágico final. En una plaza de Verona, Mercucio, amigo de
Romeo, topa con Tebaldo (sobrino de la señora Capuleto), que está furioso por la presencia
de Romeo en la fiesta de máscaras celebrada en casa de los Capuletos la noche anterior.
Romeo interviene, y al desafío de Tebaldo responde con palabras que ocultan el nuevo
vínculo de parentesco, y rehúsa batirse. Mercucio se indigna ante tanta sumisión y saca la
espada. Romeo trata en vano de separar a los contendientes, consiguiendo tan sólo dar
ocasión a Tebaldo para herir de muerte a Mercucio. Entonces Romeo se ve arrastrado a
luchar, mata a Tebaldo y huye.

Informado de los hechos, el Príncipe Scala condena a Romeo al destierro. La noticia de la


sentencia llega a oídos de Julieta, y también de Romeo (oculto en la celda de Fray
Lorenzo), causando la desesperación de ambos. Les queda como único consuelo el ya
previamente convenido encuentro para esa misma noche; al amanecer, tras una triste
despedida, Romeo parte hacia Mantua. Como remate del acto tercero, una decisión del
viejo Capuleto agrava aún más la situación: pese a la oposición de su hija, Capuleto fija
para dos días después la boda entre Julieta y el conde Paris, un matrimonio del que se venía
hablando desde antes de que Julieta conociese a Romeo.

En el acto cuarto, con la esperanza de que encuentre un remedio a la situación, Julieta


acude a la celda de Fray Lorenzo. Todo el ardid para volver a reunir a los esposos es idea
de Fray Lorenzo: aconseja a Julieta que finja ante sus padres aceptar el casamiento con el
conde, y le proporciona un narcótico que Julieta deberá tomar la víspera de la boda y que la
hará parecer muerta durante cuarenta y dos horas; creyéndola muerta, su familia llevará su
cuerpo, en ataúd abierto, al panteón de los Capuletos. El fraile mismo se ocupará de avisar
a Romeo, que la sacará del sepulcro en el momento de su despertar y la conducirá a
Mantua. Empujada por la pasión, Julieta acepta sin reticencia alguna tan temerario plan,
cuya primera parte se cumple sin dificultades: Julieta se aviene al matrimonio, toma el
narcótico, es hallada muerta y, al final del cuarto acto, lo que iba a ser gozosa boda ha de
convertirse en lúgubre sepelio.

En el quinto acto, un simple contratiempo arruina la arriesgada estratagema de Fray


Lorenzo. Romeo se encuentra en Mantua, donde había de recibir un mensaje que lo pondría
al corriente del plan y que contendría la indicación de trasladarse a Verona para acudir al
panteón de los Capuletos a la hora prevista. Pero la carta no llega a Romeo porque el
mensajero que debía entregarla es retenido ante la sospecha de que podría estar contagiado
por la peste. Y en lugar de ello Romeo recibe, por otro conducto, la noticia de la muerte de
Julieta y de su entierro en el panteón de los Capuletos.

Desesperado, Romeo compra a un boticario de Mantua un poderoso veneno y se dirige a


Verona; su irrevocable decisión es tomar la pócima junto a la tumba de su amada.
Entretanto, Fray Lorenzo conoce por el mensajero que su carta no ha llegado a Romeo: el
propio Fray Lorenzo debe por ello ocuparse de abrir el panteón en el momento del
despertar de Julieta, y con este propósito se encamina también al cementerio. Sin embargo,
por una fatal coincidencia, un tercer personaje se adelanta a ambos: el conde Paris,
sinceramente enamorado de su prometida, acude al panteón de los Capuletos para depositar
flores en la tumba de Julieta.

De este modo, cuando Romeo llega al panteón, encuentra al conde Paris, que le sale al paso
y lo increpa; luchan, y Romeo acaba matando al conde. A continuación, Romeo contempla
por última vez el hermoso rostro incorrupto de Julieta, toma el veneno y cae muerto. Llega
entonces Fray Lorenzo, y asiste al despertar de Julieta; tras ver a su lado el cuerpo de
Romeo con la copa de veneno aún en la mano, Julieta comprende lo sucedido y, presa del
dolor, se apuñala. El funesto desenlace es contado al Príncipe y a los Capuletos y
Montescos por Fray Lorenzo, por el criado de Romeo y por el paje de Paris, causando la
general consternación y el mínimo consuelo de la reconciliación de las familias,
conmovidas por la catástrofe que ha provocado su enemistad.

Una tragedia singular

Ha sido advertido muchas veces por los críticos que ésta no es una tragedia en el sentido en
que lo serán las grandes tragedias de Shakespeare, ya que no brota de los caracteres, sino
que es debida a una fortuita combinación de circunstancias externas, hasta tal punto que en
el siglo XVIII se pudo alterar el desenlace del drama haciéndolo feliz. No obstante, la
concepción de Shakespeare resulta trágica por las mismas imágenes con que opera, ya que
en ellas muestra su visión de la historia de los dos enamorados en su rápida y fatal belleza,
casi como un relámpago, encendido de pronto y también súbitamente apagado.
Novela Policiaca
El Sueño Eterno
El general Sternwood, un hombre muy rico pero acabado, no tanto por su avanzada
edad, sino más bien por las travesuras de Carmen y Vivian.

Sus jóvenes y hermosas hijas, una psicológicamente inestable y la otra con serios
problemas conyugales, en suma dos joyitas que le “alegran” la vida al general.

Sternwood contrata los servicios de Marlowe, para librarlo de una persona que desea
hacerse rico a sus expensas, en un asunto relacionado con Carmen. Marlowe debe
tratar de descubrir quién es el chantajista y qué intenciones tiene.

Aunque todo parece muy fácil, se irá complicando cada vez más con una serie de
asesinatos, el descubrimiento de un negocio de libros pornográficos frente a la
misma policía y la muerte pisándole los talones a nuestro protagonista.

Sternwood le encarga a Marlowe el cuidado de Carmen que ha contraído unas


deudas de juego con el dueño de una librería, Geiger. Sternwood también la encarga
la búsqueda de su yerno, esposo de Vivian, de la que Marlow terminará
enamorándose.

Por su parte, Vivian sospecha que su padre está más interesado en saber qué le
ocurrió a su empleado, Sean Regan, que desapareció misteriosamente hace
aproximadamente un mes.

Luego de que Geiger muere de un disparo en su casa un hombre no identificado


abandona la escena, dejando en su interior a Carmen, bajo los efectos de las drogas.
Marlowe encuentra una cámara fotográfica escondida en la casa con el carrete
desaparecido. Joe Brody tiene el carrete y está intentando chantajear a Sternwood
con implicar a Carmen en el asesinato.

Más adelante se descubre que el chofer de Sternwood, Owen Taylor, disparó a


Geiger. Brody simplemente aporreó a Taylor para dejarlo inconsciente y robarle el
carrete. Él lo dejó en el coche, el cual fue más adelante lanzado al embarcadero
conduciendo a Taylor a una muerte acuática.

Tanto el director como los guionistas, e incluso el propio Raymond Chandler


quedaron desconcertados al darse cuenta de que ninguno de ellos sabía quién había
matado al chofer.

Tampoco se desarrolla el asesinato de Geiger ni el posterior asesinato de Brody por


el subalterno de Geiger, Carol Lundgren (probablemente entre otras razones porque
Lundgren es un hombre y la pareja homosexual de Geiger, algo que la censura no
habría permitido en esa época).

La historia pronto se centra en el corazón del misterio de la película: la búsqueda de


Sean Regan.

Eddie Mars es el propietario de la casa donde vivía Geiger, así como de una casa de
juego frecuentada por Vivian. Marlowe conoce por primera vez a Mars mientras está
investigando el asesinato de Geiger, que también había pillado a Mars por sorpresa.

Los dos se ofrecen su ayuda si la necesitan. Sin embargo, Mars se vuelve mucho
menos amable cuando le preguntan por Sean Regan, el cual aparentemente se ha
fugado con la mujer de Mars. Vivian está demasiado ansiosa porque Marlowe
termine con la investigación una vez resuelto el asunto de Geiger y deje de
investigar la desaparición de Regan. Marlowe se pregunta porque Mars no está más
interesado en encontrar a su esposa y porqué hay tanta gente que no quiere que
localice a Regan.

Más adelante se revela, al menos de forma implícita, que Mars había convencido a
Vivian de que tenía pruebas de que Carmen había asesinado a Regan y había estado
usándolas para lograr la cooperación de Vivian.

Mientras tanto, la esposa de Mars no se había fugado con Regan en absoluto, sino
que estaba escondida para que pareciera que lo había hecho. Mars esperaba que esto
alejara las sospechas de que fuera él el asesino.

Tras ser capturado y llevado a la casa de Geiger, donde está escondida la mujer,
Marlowe convence a Vivian para que le ayude a él en vez de a Mars y los dos
deciden que fue Mars quien mató a Regan después de todo.

Mars recibe un disparo por error de uno de sus propios hombres durante un tiroteo
en la casa.

Novela Ciencia Ficción


La Máquina del Tiempo

En La Máquina del tiempo el autor narra la historia de cómo un científico


de finales del siglo XIX viajó a través del tiempo con la intención de
conocer el futuro de la humanidad, se desplazó hasta el año 802.701,
pero lejos de encontrar una sociedad en la plenitud de su desarrollo, ve
un mundo en decadencia habitado en su superficie por unos seres
hedonistas, los Eloi, sin escritura, ni inteligencia ni fuerza física. El
Viajero supone que así debió de terminar la humanidad tras resolver
todos sus conflictos existenciales, sin embargo, poco después descubre
que estos seres viven con un inmenso miedo al subsuelo y a la oscuridad.
El subsuelo está dominado por unas siniestras criaturas, los Morlock, otra
rama de la especie humana que se ha habituado a vivir en las tinieblas y
sale de noche para alimentarse de los Eloi que captura.

Los hermanos Eloi eran descendiente de los antiguos capitalistas, y los


Morlocks de los proletarios, quienes enterrados junto con las máquinas y
la industria, en la novela, acaban por dominar a sus antiguos opresores.

La máquina del tiempo, trata fundamentalmente sobre la lucha de clases.


Llevando las cosas al extremo, las diferencias entre la clase obrera y las
clases pudientes podría alcanzar un desenlace, en un futuro lejano, en el
mundo descripto en el libro, con dos "degeneraciones" de los hombres
sin cualidades humanas y enfrentadas entre sí.

Acerca del autor:

H.G. Wells fue un escritor, novelista, historiador y filósofo británico. Es


famoso por sus novelas de ciencia ficción y es considerado junto a Julio
Verne uno de los precursores de este género.

Más información sobre el autor:


Libros de H.G. Wells...
Biografía de H.G. Wells...
Novela Psicológico
La hora Violeta
Las obras novelescas centradas en la enfermedad y el dolor tienen su título de
referencia en La montaña mágica, de Thomas Mann, y a ella es casi inexcusable
remitir cualquier narración cuyo motivo básico sean los enfermos de difícil curación
aislados en un centro hospitalario, como Pabellón de reposo (1943), de Camilo José
Cela, o, con un trasfondo político, Pabellón del cáncer (1968), de Solzhenitsyn.
Pero La hora violeta, de Sergio del Molino (Madrid, 1979), se alinea sobre todo en
la trayectoria, más fecunda, de la llamada non fiction, en la que los elementos
novelescos desaparecen para dejar paso a la confesión, incluso en forma
indisimulada de diario, de experiencias íntimas dolorosísimas relacionadas con la
enfermedad y sin apenas transformación. Es el caso de Diario del hombre pálido
(2010), de Gracia Armendáriz, o, más cerca del caso que nos ocupa, de obras como
Noches azules (2011), de Joan Didion, y Mortal y rosa (1975), de Francisco Umbral,
creaciones estas últimas con las que La hora violeta mantiene especial parentesco.

Divino y sus reflexiones acerca de las “noches azules” han estimulado tal vez el
título, mientras que el eje temático de Umbral -la muerte temprana de su propio
hijo-, que Sergio del Molino comenta admirativamente (pp. 177-182), lo aproxima al
núcleo argumental de La hora violeta, donde el autor glosa con detalle el largo
proceso de más de un año por el que su hijo recién nacido sufre las
desesperadas e inútiles tentativas encaminadas a curarle la implacable leucemia
que se le ha descubierto.

Sin cambiar nombres, lugares ni circunstancias, manteniendo el nombre del niño y el


de los padres, extirpando, pues, del relato cualquier asomo de ficción, Sergio del
Molino nos ofrece un minuciosísimo relato de los hechos -estancias en el hospital,
pruebas clínicas, períodos de aislamiento en habitaciones estériles, sesiones de
quimioterapia-, pero, sobre todo, de la continua zozobra de los padres, de sus
alternancias de ánimo, que van desde la depresión a la esperanza, de su creciente y
necesario acomodo a la vida de acompañantes de hospital, de su familiaridad
progresiva incluso con el vocabulario de la enfermedad y los nombres y efectos de
cada prueba y cada medicamento, de su relación con algunos otros niños enfermos o
con médicos y enfermeras de los dos hospitales por los que pasa el desventurado
Pablo. En este vaivén fortísimo de emociones va surgiendo el libro como una tarea
necesaria que convertirá la experiencia en algo perdurable y, a la vez, servirá
de asidero liberador para evitar el derrumbamiento ante la adversidad: “Lo
urgente es también este libro. Con su escritura esquivo lo importante. Encaro la
pena con palabras, y mientras resuelvo problemas de estilo, depuro el lenguaje y
estructura sus páginas, evito ser tragado por lo importante. Cuidar de los detalles
literarios es mi forma de asirme al mástil y mantenerme al mando de la nave” (p.
126). El cuidado formal es, en efecto, notable, aunque neologismos innecesarios
como “repulsar” (p. 112), galicismos como “reclamarse” (p.23) o algún error del
tipo “punto y final” (p. 191) empañen un tanto la tersura habitual de la prosa. A
pesar de ello, lo que predomina sobre todo lo demás es la sinceridad de las
confesiones, el sutil análisis de la evolución de la enfermedad -paralelamente, la
transformación progresiva del cronista que da cuenta de ella y de sí mismo- y la
intensidad de la narración -porque narración es, al fin y al cabo-, todo lo cual hace
de La hora violeta una lectura cuyo interés no decae en ningún momento. La
literatura del dolor y el relato de “no ficción” se enriquecen notablemente a
partir de este momento con la obra de Sergio del Molino.
Novela Realista
La hora Violeta

El protagonista es Augusto Pérez, un joven rico y profesional. Es hijo único y


cuando su madre viuda fallece, Augusto no sabe qué hacer con su vida. Por
casualidad conoce a una pianista, Eugenia Domingo del Arco, y comienza a
cortejarla, pero Eugenia lo rechaza porque ya tiene novio.

Augusto entabla una amistad con Rosario, una de las sirvientas de Eugenia, y
comienza a cuestionar el sexo femenino y se pregunta si las mujeres tienen
alma y si se puede confiar en ellas. Como experimento, Augusto le pide a
Eugenia que se case con él para ver cómo respondería. Eugenia, quien en ese
momento se había peleado con su novio Mauricio, decide aceptar su propuesta
de matrimonio. Sin embargo, poco antes de la boda Augusto recibe una carta
de Eugenia en que ella le dice que ha decidido no casarse con él y que se va a
ir a las provincias con Mauricio a vivir de un trabajo que Augusto le había
conseguido.

Tras recibir esta noticia, Augusto contempla el suicidio. Pero antes, decide ir a
Salamanca a ver a Don Miguel de Unamuno.

En su visita, el escritor le dice a Augusto que no existe, que sólo es un


personaje de ficción en su libro y que está destinado a morirse, no a suicidarse.
Augusto discute con Don Miguel--quien juega el papel de Dios en la vida del
personaje como autor del libro--y le suplica que no lo mate. Augusto vuelve a
su casa muy confundida y allí se muere al lado de su perro Orfeo.

No se sabe si Augusto se mató o si Don Miguel lo mató. Víctor dice en el


prólogo que Augusto se suicidó. Unamuno dice en el post-prólogo que él
decretó la muerte de Augusto.

Temas

La inmortalidad: El ansia de inmortalidad del ser humano es un tema


recurrente en la obra unamuniana. En Niebla, Augusto lucha contra su destino,
rogándole al autor que no lo mate.

La inadecuación del ser humano: Augusto es incapaz de resolver dilemas


cotidianos, como si debe llevar el paraguas. Tampoco puede hacer decisiones
importantes, como si debe casarse, o resolver los dilemas existenciales, como
si existe o no.

Existencialismo: Augusto está tan perdido en sus pensamientos, que no está


presente en la vida, como si no existiera. Por ejemplo, no ve a Eugenia cuando
la pasa en la calle por estar tan distraído en sus pensamientos. El tema resalta
aún más en la conversación con Don Miguel al final de la obra, cuando éste le
dice a Augusto que no existe.
La igualdad de la mujer: Augusto cuestiona la igualdad de la mujer. No está
seguro si la mujer tiene alma y si puede ser fiel a su palabra; quiere explorar
estas dudas.

La metaficción: Víctor y Augusto hablan de la novela o "nivola" que Víctor


está escribiendo. Unamuno, a través del personaje de Víctor, explica su teoría
de la literatura y lo que es una "nivola".

Realidad o ficción: Como sugiere el título Niebla, esta obra borra la línea
entre la realidad y la ficción. Unamuno se mete dentro de la ficción y el
protagonista descubre que es sólo un ente de ficción.

Estructura y estilo

En este texto predominan los monólogos y diálogos, y la escasa narración es


omnisciente. Hay muy poca descripción, hasta el punto en que no se sabe
dónde ni cuándo ocurre la historia, ni mucho de la apariencia de los
personajes. Esta falta de descripción no sólo caracteriza la ficción
unamuniana, sino casi toda la narrativa de los modernistas, marcando una
ruptura con el realismo y sus descripciones detalladas, presentaciones
panorámicas y párrafos largos. Otra diferencia entre Niebla y la novela
tradicional es que el lector tiene un papel activo y tiene que interpretar el final
abierto y decidir cómo se murió Augusto.

La obra consiste en 33 capítulos, un prólogo, un post-prólogo y un epílogo.


También incluye cinco historias intercaladas. La confluencia de la realidad y
la ficción reaparece en la autoría de algunas partes de la obra. Víctor Goti, un
personaje y amigo de Augusto, es autor del prólogo. El post-prólogo fue
escrito por Unamuno y el epílogo por el perro Orfeo.
Novela Aventura
La Vuelta al Mundo en 80 días
Todo empezó en una discusión sobre la posibilidad de dar la vuelta al mundo
en ochenta días en el Reforma Club de Londres, como podemos imaginar era
la típica discusión inglesa en la que solo podían participar los hombres.
En ella se entablaba el tema de la imposibilidad de realizar dicho viaje en tan
breve periodo de tiempo, pero era una discusión desigualada porque solo había
un defensor de la idea; Phileas Fogg, defensor hasta el punto de apostar toda
su fortuna a que era capaz de realizar semejante hazaña. La apuesta se aceptó,
y emprendió el viaje con su nuevo criado francés llamado Picaporte.

Durante los primeros días del viaje todo son presentaba muy favorable, pero
con la llegada al Cairo apareció la primera contrariedad, porque se
encontraron con el detective Flix, el cual había confundido a Fogg con un
ladrón que había robado cincuenta y cinco mil libras al banco de Inglaterra.
Este va siguiendo a Fogg y a su criado por todos los lugares que recorren, pero
con la mala suerte de no recibir nunca a tiempo la orden de detención.

De este modo llegan a Bombay, después de hacer tiempo por la ciudad,


subieron al convoy del tren que les correspondía para llegar a Calcuta, pero se
encontraron con que la vía del tren no estaba acabada. Necesitaban llegar a
Hong-Kong el día veinticinco y estaban a veintidós. Ante tal imprevisto Fogg
decidió comprar un elefante con el que prosiguieron el viaje junto a un viejo
general que llevaba la misma dirección que ellos y un guía parsi. Tras un
rescate peligroso por romper ciertas tradiciones locales llegaron a Calcuta
acompañados de la joven que rescataron, la bella y joven viuda Aouda.

Tras nuevos incidentes embarcaron en un buque con destino a Hong-Kong,


otra vez con el policía Flix tras sus pasos. Aouda siguió el viaje junto a ellos.

En Hong-Kong, Picaporte se encontró con Flix, el cual consiguió


emborracharlo con la consecuencia de perder el barco en el que se dirigían a
Japón, Fogg y la bella Aouda. El joven Picaporte se encontraba solo y sin
dinero en Hong-Kong, hasta que por suerte encontró un grupo de tirititeros
que actuaban en Japón y se unió a ellos. Llegaron a Yokohama donde
actuaron, Picaporte salió a escena con sus nuevos compañeros. Una vez allí
todo la escena se derrumbó porque Picaporte diviso a su amo. Otra vez juntos
se embarcaron hacia San Francisco de California, allí tomaron un tren que
debía atravesar todo el continente en diagonal y dejarlos en New York. Pero
en pleno duelo a pistola con un tal coronel Proctor, se vieron atacados por una
banda de indios sioux que estaban asaltando trenes. Era necesario poner fin a
la lucha que llevaba diez minutos, y si el tren no paraba ganarían los indios.
La estación del Fuerte Kearney estaba a menos de dos millas, y allí se
encontraba un destacamento Americano, pero si pasaban del fuerte los
salvajes serían los dueños del tren. Al final, Picaporte, con su maravillosa
destreza llego a la cabeza del tren y con increíble destreza consiguió soltar el
enganche que unía el tren a la máquina con la fortuna de detener el tren a
menos de cien pasos de la estación de Kearney.

Los soldados del fuerte al oír los disparos, acudieron rápidamente, pero los
indios no les esperaron. Al finalizar la aventura los viajeros se dieron cuenta
de que faltaba gente, entre ellos Picaporte. Se llegó a un acuerdo con el
capitán del fuerte y echando a perder toda su fortuna, a causa de la apuesta,
Fogg marcho en busca de su amigo, junto a treinta soldados americanos. Flix
accedió a quedarse con Aouda, mientras esperaban su regreso.

Pasaron casi dos días hasta que llegaron de vuelta Fogg junto a Picaporte, en
este momento Fogg llevaba veinticuatro horas de retraso por lo que Picaporte,
con sentimiento de culpabilidad, estaba desesperado. Tras mucho pensar Fogg
se enteró que había un vehículo que podía llevarlos a falta de tren. Fogg
examino el extraño vehículo, tenía un alto mástil y una enorme vela cangreja,
como se ve era un trineo aparejado en balandra. Al final Fogg llego a un
acuerdo con el patrón de la embarcación y partieron en un duro viaja hasta
poder montarse en tren.

Al día siguiente, diez, a las cuatro de la tarde llegaron a Chicago, rápidamente


tomaron otro tren que atravesó rápidamente los Estados de Indiana, Ohío,
Pensilvania y Nueva Jersey hasta detenerse en la estación, al margen derecho
del rió Hudson, a las once y cuarto de la noche del día doce a las siete de la
mañana. Ahora tenían nueve días, trece horas y cuarenta y cinco minutos para
llegar a Londres, Ya se consideraba fracasado en su empeño, pero diviso un
buque mercante llamado Henrietta, al cual se dirigió.

Después de mantener una acalorada discusión con el capitán que estaba a


bordo, consiguió contratar los servicios del buque mediante una gran cantidad
de dinero. Una hora después partieron. En su viaje costearon Long Island y se
dirigieron rápidamente hacia el Este.

El día siguiente, trece, a mediodía, subió un hombre al puente para tomar la


situación, parece lógico suponer que ese hombre fuera el capitán del barco,
pero no lo era, era el propio Fogg, que había encerrado al capitán del barco en
la cámara. Este dirigió el barco hacia Liverpool. Durante ese mismo día
doblaron la punta del banco de Terranova, todo parecía ir muy bien, pero el
tiempo empezó a empeorar.

Los viajantes no parecían preocuparse, ya que si el tiempo fallaba les quedaba


la opción del vapor. Así fue, tuvieron recurrir al vapor por que la velocidad del
Henrietta había disminuido considerablemente. La máquina funcionaba a todo
gas, pero para, variar en esta historia, algo tenía que fallar, y esta vez era la
escasez de carbón. Dos días después, el maquinista notifico que no había
carbón para terminar la jornada. Fogg, tomo una importante decisión y mando
soltar al capitán, al que le compro el barco, una vez fue el barco suyo, empezó
a aprovechar toda la madera del mismo, dejándolo sin camarotes, toldilla,
carroza, entrepuente, etc. El día veinte, el barco quedo plano como un pontón,
pero aquel día se divisó la costa irlandesa.

A la una de la madrugada llegaron al puerto de Queenstown y todos los


tripulantes bajaron enseguida y tomaron el tren hacia Dublín al alborear el día,
cuando llegaron embarcaron en un barco de vapor y a las doce menos veinte
del día veintiuno, Fogg desembarco en Liverpool, solo faltaban seis horas para
llegar a Londres, pero en ese momento Flix aprovecho para intentar detenerlo,
pero Fogg tuvo suerte de que le anunciaran, a Flix, justo un momento antes
que se había encontrado al verdadero ladrón del banco de Londres.

A pesar de su suerte, Fogg, da por perdida su apuesta por un retraso de


minutos. Pero entonces descubren, felizmente sorprendidos, que habían
llegado veinticuatro horas antes, a causa de haber dado la vuelta al mundo en
la dirección del Sol, o sea, de occidente a oriente. Al final Fogg gana la
apuesta y ¿cómo no?, se casa con la bella Aouda.
Novela Caballería
Mi Amado Extraño
Hubo un tiempo en el que Kimbra Charlton cabalgó de un lado
a otro con el bandido que tenía por esposo, pero desde su
repentina muerte, ha vivido a merced de la banda a la que éste
pertenecía. Con el fin de proteger a su hija, y mantener su
hogar, debe seguir todos los dictámenes de los antiguos
compañeros de su marido, incluso si eso significa tener que
robar los cuerpos de los cadáveres del campo de batalla, pero
cuando se encuentra con un soldado escocés herido, es incapaz
de dejarlo allí para que muera... Incapaz de recordar nada de su
pasado, Lachlan Maclean vive atormentado por imágenes de
violencia y traición, incluso cuando recibe los atentos cuidados
de la viuda inglesa, la cual lo mantiene oculto en su parcela
mientras sana sus heridas. Kimbra nota como los sentimientos
se agitan en su alma rota, los cuales le dan la fuerza de
voluntad suficiente como para sobrevivir, y a pesar de que
Lachlan es su enemigo jurado, Kimbra lentamente sucumbe a
su calmada fortaleza... Pero si fue un escocés quien le arrebató
a su amado marido... ¿Cómo podrá otro reclamar ahora su
corazón?

También podría gustarte

pFad - Phonifier reborn

Pfad - The Proxy pFad of © 2024 Garber Painting. All rights reserved.

Note: This service is not intended for secure transactions such as banking, social media, email, or purchasing. Use at your own risk. We assume no liability whatsoever for broken pages.


Alternative Proxies:

Alternative Proxy

pFad Proxy

pFad v3 Proxy

pFad v4 Proxy