Tema 4. Inmunología
Tema 4. Inmunología
Tema 4. Inmunología
INMUNOLOGÍA
La Inmunología es un disciplina dentro de la Biología que se ocupa del estudio del reconocimiento
de "lo propio" frente a "lo extraño". ¿Qué significa esto?
La Inmunología es una ciencia relativamente joven. En 1796, Edward Jenner descubrió una sustancia
que ofrecía protección frente a una enfermedad, llamada viruela. A esta sustancia la denominó
vacuna. Desde este momento, se puede decir que nace la Inmunología.
Inicialmente, la Inmunología estudió los elementos implicados en la defensa del organismo frente a
ataques externos.
En una fase posterior, la Inmunología analizó, además, los procesos de transformación de células sanas
en células tumorales, así como las respuestas del organismo frente a esas células, reconociendo estas
células tumorales como unas células extrañas.
Actualmente, la Inmunología abarca también el estudio de las enfermedades autoinmunes, las alergias
y los fenómenos de rechazo que aparecen en los trasplantes.
El sistema inmune, sistema inmunitario, es un sistema difuso, ya que está constituido por un gran
número de órganos y tejidos diseminados por todo el cuerpo. Se encarga de elaborar la respuesta
inmune frente a un antígeno.
La capacidad de resistir a un agente infectivo, ya sea por la defensa que realiza el sistema inmune o
sea por otro tipo de barrera que defienda al organismo de la infección, se denomina Inmunidad.
Los humanos, y también otros animales, poseemos una serie de barreras de defensa que impiden la
entrada de agentes dañinos. Estas barreras se denominan:
•Externas: como la piel o las mucosas, que están en contacto con el exterior. Funcionan como
un muro que impide el paso de agentes externos.
•Internas: se localizan dentro del organismo, como los macrófagos o los linfocitos.
Atendiendo a la acción que tienen las barreras de defensa, se pueden clasificar en:
•Inespecíficas: como las lágrimas, que atacan a cualquier tipo de agente.
•Específicas: como las inmunoglobulinas, que están elaboradas para un agente concreto.
Atendiendo al modo de aparición, las barreras de defensas pueden ser:
•Innatas: se originan en el desarrollo embriológico del individuo, con independencia de la
presencia de antígenos.
•Adquiridas: sólo se forman cuando aparece un antígeno, como ocurre en el caso de
formación de inmunoglobulinas.
Las barreras externas se encuentran delimitando nuestro organismo en contacto con el exterior. Son
barreras físicas, químicas o biológicas. Se caracterizan por ser inespecíficas e innatas. Estas barreras
son:
Este tipo de barrera está constituido por el Sistema Inmune. El sistema inmune, o inmunitario, se
encuentra diseminado por todo el organismo, por lo que se dice de él que es un sistema difuso. Está
constituido por vasos linfáticos, órganos linfáticos, tejidos linfáticos y células y moléculas
distribuidas por el torrente sanguíneo hacia otros tejidos.
Vasos linfáticos:
Los vasos linfáticos pertenecen al sistema circulatorio linfático. Éstos forman una red de vasos
abierta por donde circula la linfa (líquido transparente que recorre los vasos linfáticos). En la linfa
aparecen las células y moléculas del sistema inmune.
La linfa es drenada en los ganglios linfáticos, donde se detectan los antígenos, que pondrán en
marcha la respuesta del sistema inmune.
Órganos del sistema inmune:
Existen órganos linfoídes primarios. Constituyen los órganos donde se forman las células del
sistema inmune. Son la médula ósea y el timo.
Los órganos linfoides secundarios forman el lugar donde las células del sistema inmunitario
terminan su diferenciación o bien se activan produciendo la respuesta inmune. Son el bazo y los
ganglios linfáticos.
• Bazo: El bazo es un órgano linfoide secundario, situado en la zona abdominal, por detrás del
estómago. En él aparecen dos tipos de tejidos, la pulpa roja y la pulpa blanca. La función de
la pulpa roja consiste en filtrar la sangre y capturar y destruir los eritrocitos viejos, que han
perdido o mermado su función de transporte de oxígeno. La pulpa blanca contiene tejido
linfoide en forma de una vaina, en torno a una arteriola. Este tejido recibe el nombre de PALS
(vaina arteriolar linfoide - periarteriolar lymphoid shealth). En el PALS se encuentran los
linfocitos T y los linfocitos B, que se activan en presencia de antígenos.
Además de los órganos propios del sistema inmune, aparecen unos tejidos linfoides asociados a otros
aparatos o sistemas. Estos tejidos son:
•GALT: es el tejido linfoide asociado al tubo digestivo, que incluye amígdalas, apéndice
vermiforme y placas de Peyer.
•BALT: es el tejido linfoide asociado al aparato respiratorio.
•MALT:es el tejido linfoide asociado a las mucosas
En todos estos tejidos se encuentran linfocitos T y B, además de otros tipos celulares pertenecientes
al sistema inmune. Las células T y B se activan cuando los antígenos capturados por estos tejidos son
presentados a ellas.
Los antígenos son moléculas extrañas al organismo, que se unen a anticuerpos específicos, uno
para cada uno de ellos. No son células completas, ni virus completos. Son sólo fragmentos de las
moléculas externas de virus o moléculas externas de células extrañas (como por ejemplo una bacteria o
una célula tumoral). También pueden ser toxinas liberadas por células extrañas.
Los antígenos pueden ser cualquier tipo de molécula, aunque los más abundantes son los antígenos
con estructura proteica. No todo el antígeno se une al anticuerpo; sólo se une una pequeña parte,
conocida con el nombre de determinante antigénico o epítopo.
La zona del anticuerpo que se une al epítopo se denomina paratopo. En ocasiones, el antígeno puede
unirse a un anticuerpo, pero sin provocar respuesta inmune. Éstos son moléculas con actividad
antigénica pero sin actividad inmunogénica. Estas moléculas reciben el nombre de haptenos. Si un
hapteno se une a una proteína grande produce inmunogenicidad.
Las barreras físicas del organismo impiden la entrada de cuerpos extraños, pero, si alguno logra
saltarse estas barreras se dispara una serie de mecanismos inespecíficos y otros específicos, que
tienen como fin la destrucción del agente extraño.
Mecanismos inespecíficos:
• La respuesta inflamatoria
Este mecanismo entra en acción cuando la piel o las mucosas sufren una lesión. Es fácil reconocer los
síntomas de una inflamación. Éstos son enrojecimiento, hinchazón, dolor y fiebre local. ¿A qué se
deben estos síntomas?
El enrojecimiento de una herida se debe a un aumento del flujo sanguíneo hacia la zona. Este
aumento es consecuencia de la liberación de sustancias piretógenas, como la histamina, por
parte de las células dañadas.
Los mastocitos están distribuidos por todo el organismo, sin embargo se concentran en el aparato
respiratorio y en la piel. Por eso las reacciones alérgicas más frecuentes se localizan en la piel y en
el tracto respiratorio. Las consecuencias varían desde la urticaria (ronchas), rinitis alérgica
Mecanismos específicos:
Especificidad: Sólo actuarán aquellas células activadas por el antígeno que penetró en el
organismo, y no otras. Además, esas células sólo actúan sobre antígenos externos,
no sobre células propias.
Especialización: Actúan células o moléculas que puedan atacar a ese antígeno, y no otras.
Diversidad: Al existir un gran número de antígenos debe existir una gran cantidad de
receptores antigénicos que desencadenan la respuesta.
El agente patógeno es capturado por la llamadas células presentadoras de antígenos (CPA) (son
un grupo diverso de células del sistema inmunitari ocuya función es la de captar, procesar y, como su
nombre los indica, presentar moléculas antigénicas sobre sus membranas para que sean reconocidos,
en especial por linfocitos T. El resultado de la interacción entre una CPA y un linfocito T correspondiente
inicia las respuestas inmunitarias antigénicas), generalmente, macrófagos y células B, que degradan
esos antígenos. Al degradarlos, pequeños péptidos de las proteínas externas del agente patógeno se
unen de forma específica en un surco existente en el macrófago. El tandem formado es expuesto en la
membrana. Este macrófago activado se moviliza por el torrente sanguíneo hasta encontrar linfocitos, a
los que activará.
En la respuesta específica humoral las células no atacan directamente a los antígenos. Son las
proteínas llamadas anticuerpos, liberadas por las células plasmáticas, las que actúan contra los
antígenos.
4.5.1 ESTRUCTURA:
Son proteínas globulares de gran peso molecular, formadas por 4 cadenas polipeptídicas, dos pesadas,
llamadas H (heavy), y dos ligeras, denominadas L (light). Estas cadenas se unen mediante puentes
disulfuro, uno entre las cadenas L y H, y dos entre las cadenas H. Estas cadenas proteicas presentan
radicales glucídicos.
Existen dos tipos de cadena, las L y las H. Las cadenas H y L presentan dos regiones, o dominios,
diferenciados: el dominio variable, V, y el dominio constante, C. El dominio variable es el
responsable de reconocer al antígeno y unirse a él, ya que ahí se encuentra el paratopo. El dominio
constante se une a las células del sistema inmune para activarlas.
Existe una gran variedad de anticuerpos, tantos como antígenos. Esta gran variedad se obtiene
como consecuencia de la reordenación y la mutación de los genes que codifican la región V.
El proceso de recombinación y mutación está muy regulado, de forma que cada linfocito B sólo
expresa un gen reordenado de la cadena H y otro de la cadena L. Así, cada linfocito produce
un único tipo de anticuerpo.
Los isótopos de inmunoglobulina que aparecen en la especie humana son las inmunoglobulinas A, D, E,
G y M.
2. Inmunoglobulina A:
Corresponde al 13% del total de
inmunoglobulinas. Se encuentra específicamente
ensecreciones serosas y mucosas, como son
la leche o las lágrimas. Actúa protegiendo la
superficie corporal y los conductos secretores.
Genera, junto con la inmunoglobulina G, la
inmunidad al recién nacido, al encontrarse en la
leche.
3. inmunoglobulina M:
Representa el 6% del total de inmunoglobulina.
Aparece en los linfocitos B naïve unida a su
membrana plasmática. Se manifiesta en la
respuesta primaria activando el sistema del
complemento.
4. Inmunoglobulina D:
Aparece en muy baja concentración (1%). Son las
primeras inmunoglobulinas sintetizadas por los
linfocitos B naïve. Su función puede estar
relacionada con la activación de estas células. Su
estructura es similar a la estructura de la
inmunoglobulina G, aunque varía en la posición de
los restos glucosídicos de las cadenas proteicas.
5. Inmunoglobulina E:
Se encuentra en concentraciones muy bajas en el
suero y secreciones al exterior (0'002%). Sin
embargo, su concentración aumenta en los
procesos alérgicos.
• Activación del sistema del complemento, que termina con la lisis del
microorganismo.
• Precipitación de toxinas disueltas en el plasma. Así, son fácilmente destruidas por los
macrófagos.
• Activación de linfocitos.
Cuando el sistema inmune actúa por defecto o por exceso, la tolerancia se ve afectada, apareciendo
distintos tipos de enfermedades, como la autoinmunidad, las inmunodeficiencias y la
hipersensibilidad.
4.6.1. AUTOINMUNIDAD:
La autoinmunidad es un proceso que se desencadena por una alteración en el reconocimiento de lo
propio. Los mecanismos de control existentes en el organismo no actúan correctamente, de forma que
un linfocito o un anticuerpo reconocen como extrañas a las células o moléculas del propio organismo.
Algunas de las enfermedades autoinmunes más conocidas son la diabetes juvenil, la esclerosis múltiple,
la artritis reumatoide, el lupus eritematoso, la psoriasis, etc.
En la actualidad se están utilizando anticuerpos monoclonales como terapia para algunas de estas
enfermedades, pero la esperanza de curación se encuentra en la terapia génica.
4.6.2. INMUNODEFICIENCIAS:
Dentro de este grupo se incluyen enfermedades producidas por la falta de actuación del sistema
inmune. Existen dos tipos de inmunodeficiencias:
Actualmente se esta siguiendo una línea de investigación muy esperanzadora con las terapias
génicas.
4.6.3. HIPERSENSIBILIDAD:
La hipersensibilidad es una disfunción del sistema inmune, debido a que se produce una respuesta
inmune frente a una sustancia prácticamente inocua, como puede ser el polen, las heces de los ácaros
del polvo, la fresa, el melón, etc. Las sustancias frente a las que se produce la respuesta reciben el
nombre de alérgenos, y la reacción que se desata se conoce como alergia o hipersensibilidad.
El proceso alérgico se desencadena con una primera exposición al alérgeno. Los macrófagos lo
degradan y lo presentan en sus membranas a los linfocitos. Éstos producen inmunoglobulinas E, con
lo que se produce la memoria inmunológica.
Una segunda exposición al alérgeno puede provocar una hipersensibilidad inmediata (fase aguda) y
una hipersensibilidad retardada (fase retardada o celular).
• En la hipersensibilidad inmediata, la inmunoglobulina E sintetizada contra el alérgeno se une a
éste, activándose los monocitos y basófilos. Se liberan sustancias piretógenas (histamina,
serotonina, heparina, etc.) responsables de la respuesta inflamatoria.
La sensibilidad inmediata de gran intensidad recibe el nombre de choque o shock
anafiláctico. Se produce un aumento de la permeabilidad en los vasos sanguíneos, con lo que
el volumen de líquido es mayor. Así, la presión arterial cae. A nivel respiratorio, los bronquios se
contraen, produciendo asma y asfixia. En la zona intestinal, aparecen contracciones, nauseas,
vómitos y diarreas.
Todo este cuadro sintomático puede llevar a una brusca bajada de la presión sanguínea
en la zona cerebral y a la pérdida del conocimiento. También puede ocurrir en la zona
cardiaca, produciendo un ataque cardiaco e, incluso, la muerte.
• La hipersensibilidad retardada se denomina sí porque aparece varias horas, incluso días,
después. Es producida por el ataque de linfocitos T, al alérgeno cuando éste es transportado
por la sangre a los distintos tejidos.
El tratamiento normal a la hipersensibilidad se realiza con antihistamínicos. Estos fármacos son sólo
útiles cuando hay liberación de histamina. El asma, asociada a estos casos, se trata con