Resumen Mias Unidad 1 (Gi)
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1) IVAN PAVLOV
Él ve en la fisiología la conexión entre la anatomía cerebral y los procesos psicológicos.
Para él la actividad nerviosa superior supone una interacción entre la excitación y la inhibición
producto de la actividad de millones de neuronas. Pavlov reconoció las condiciones que llevaban a
una ruptura de la normalidad de la actividad nerviosa, son las siguientes: excitación extrema por
excesiva intensidad de los estímulos; inhibición llevada al límite; y movilidad llevada al límite.
A partir de estas condiciones observadas experimentalmente, se reconocen una serie de
procesos fisiopatológicos: alteraciones de la movilidad; alteraciones de la fuerza; y alteraciones del
equilibrio.
Según AZCOAGA el lenguaje se organiza a partir de la acción conjunta de dos analizadores.
El analizador cinestésico motor, que tenía la función de codificación fonológica y sintáctica, y el
analizador verbal de Wernike con la función de decodificación y codificación semántica. La
depresión funcional de estos analizadores da lugar a distintos síntomas de naturaleza fonológica,
sintáctica o semántica, con manifestaciones inhibitorias o excitatorias.
Por otro lado, Pavlov también se refirió al lenguaje como un medio de abstracción de la
realidad: la misma se consigue sustituyendo las cosas o acción concreta con palabras. Por lo tanto
las palabras están relacionadas con estímulos externos o internos a los que señalizan y reemplazan,
por lo que pueden provocar los mismos efectos que los estímulos originales. Ello se obtiene
mediante la asociación entre las cosas con palabras.
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El lenguaje constituye el Segundo Sistema de Señales que para Pavlov se forma con la
combinación repetida y asociada de un estímulo verbal con otros del medio externo o interno del
organismo; y es organizado mediante la información propioceptiva de los músculos articulaciones y
tendones. Así se van creando conexiones neuronales que posibilitan la expresión cognitiva del
individuo.
Las cadenas asociativas se complejizan, quedando asociadas a estímulos del primer sistema
de señales, pudiendo provocar la activación fisiológica que los mismos producirán. Igualmente se
tendrá una respuesta condicionada ante las palabras o ideas evocando otras palabras o ideas. En
algunos casos evocarán respuestas adquiridas, tanto fisiológicas como cognitivas, en el curso de la
experiencia individual, en otros casos prevalecerá el significado que le confiere la cultura cuando la
experiencia individual está ausente.
Lo interesante del lenguaje considerado inicialmente como un sistema de señales
condicionadas (Ecs) que reemplazan la realidad, y el hecho de que produce los cambios fisiológicos
que la misma producirá; radica en sus enormes implicancias terapéuticas: desde recursos tan viejos
como la sugestión, el efecto placebo, hasta técnicas más empleadas en la actualidad como la
“modificación semántica” y la “reestructuración comitiva” entre otras.
2) LEV VIGOTSKY
Es considerado uno de los precursores de la Neuropsicología. Él otorga especial importancia
al empleo de las herramientas para modificar el mundo externo, y de signos que median nuestras
acciones y dirigen los procesos psicológicos; y del origen social o exterior al organismo biológico.
El desarrollo mental del niño no supone una mera maduración del SN o de los rasgos innatos, sino
que ocurre en el proceso de relación con los objetos externos y con las personas adultas. Así es
como el niño llega a dominar el empleo de herramientas que se han a cumulado a lo largo de la
historia del hombre; y cómo llega al uso de signos (lenguaje) para la organización de su propia
conducta.
Sus principios de organización cerebral son:
a) Principio del origen sociocultural de las funciones. El curso del desarrollo de los
procesos psicológicos superiores revela que en las primeras etapas las funciones
cerebrales están conectadas con actividades externas que luego llegan a interiorizarse.
b) Principio de las estructuras sistémicas de las funciones. Concibe el cerebro con
interrelaciones funcionales plásticas, por lo que las funciones específicas no se basan en
la actividad de una zona limitada sino que es producto de una actividad “integral” de
zonas separadas, diferenciadas, pero jerárquicamente integradas. Estas ideas sentaron las
bases para la teoría de los Sistemas Funcionales Complejos de Luria.
c) Principio cronogenético. Hace referencia al carácter dinámico y cambiante de las
funciones, por lo que síndromes idénticos pueden ser resultado de diferente localización
de lesiones, y viceversa, lesiones de idéntica localización pueden originar trastornos
distintos. Ello es debido a que las interrelaciones de distintas zonas corticales son
resultado del desarrollo.
En tal sentido, en alteraciones que ocurran en edades tempranas del desarrollo debidas a
lesiones cerebrales locales, es el centro superior más próximo el que más se reciente. En la
organización cerebral, el desarrollo sigue una dirección de abajo a arriba, mientras que la
disolución de las mismas sigue a la inversa, de arriba a abajo. Queda claro que las lesiones
cerebrales pueden provocar alteraciones diferentes en el niño y en el adulto. En el niño la
influencia secundaria de la lesión va hacia arriba (detiene el desarrollo de áreas superiores y de los
procesos cognitivos que debieran realizar), en el adulto la influencia secundaria de la misma
lesión va hacia abajo (a áreas responsables de funciones más específicas y desarrolladas).
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Alexander Ramonovich Luria piensa que la actividad mental tiene lugar con el trabajo
concertado de distintas estructuras cerebrales, y que conforman sistemas funcionales complejos
(SFC) que actúan como un todo. Él entiende que los procesos mentales no están “localizados”, sino
que son posibilitados por la integración de distintas estructuras que actúan concertadamente
conformando “sistemas”. Se diferencian tres grandes sistemas funcionales complejos:
Primer sistema: posibilita el tono atencional e ingreso de la información a niveles
superiores, regula el alerta cortical, el tono, la vigilia, los niveles de conciencia y estados mentales.
Dado que en estado de vigilia se recibe el mayor flujo de información, se necesita la corteza
despierta o alerta regulado por las exigencias del medio. Para esto, estructuras del tronco encefálico
y diencefálico seleccionan la información y activan la corteza. Otra importante fuente de activación
cortical supone la elaboración de intensiones o metas que se forman con participación del lenguaje
desde regiones prefrontales mediales y basales en estrecha conexión con la formación reticular.
Segundo sistema: recibe, analiza y almacena la información que proviene del medio interno
y externo. Comprende las regiones posteriores del cerebro y su organización es jerárquica desde lo
más específico a lo más complejo. Posee áreas primarias altamente específicas para la recepción y
el análisis de la información, secundarias para la síntesis y reconocimiento. La mayor complejidad
se alcanza en las áreas terciarias donde se integran los distintos analizadores y se posibilita la
conversión de la percepción concreta al pensamiento abstracto. Además permite la organización
espacial y simultánea, y el desarrollo de procesos simbólicos con significados verbales.
Tercer sistema: va de lo complejo a lo específico: primero aparecen las áreas terciarias que
posibilitan la programación, regulación y verificación de la acción, y se ubica en las regiones
frontales del cerebro. No se responde pasivamente al medio sino que se crean intensiones o metas
en relación con el lenguaje que lo forma (aparece el lenguaje como un instrumento organizador).
Subordina la conducta a programas de acción. Su afección produce una alteración de los
mecanismos atencionales y motivacionales para el aprendizaje, además de déficits en la
programación de la acción en la resolución de problemas, y en la organización gnósico práxica. Las
áreas secundarias organizan los impulsos nerviosos. Y finalmente, las áreas primarias constituyen
el canal de salida de la información.
En el modelo de LURIA la información sensorial ingresa en primer lugar a las áreas
sensoriales primarias, se elabora en las áreas secundarias para su reconocimiento, y es integrada en
las áreas terciarias para su significación multimodal. Luego, para que una acción sea llevada a cabo,
la información circulante llega a las areas terciarias del tercer sistema funcional (frontal) para la
elaboración de un plan de acción, luego sigue hacia la region secundaria para su contextualización y
secuancialidad, y finalmente llega a las áreas primarias frontales o motoras, constituyendo la salida
de la información hacia la médula y los efectores para la realización de la acción.
Los daños en el niño son más generalizados y difusos que en adultos, que son más
específicos. En estos casos el cerebro del niño se reorganiza para adquirir funciones, el del adulto
para sustituirlas o compensarlas.
LURIA demuestra que una lesión cerebral “local” no conduce a la pérdida de una función
completa como suponía el localizacionismo de funciones. Por el contrario, según LURIA “un foco
patológico como resultado de una herida, una hemorragia o un tumor, perturba el funcionamiento
normal de un área cerebral dada, suprime las condiciones necesarias para el normal funcionamiento
de un sistema funcional particular y, entonces, lleva a la reorganización del funcionamiento de
partes intactas del cerebro, de modo que la función alterada puede ejecutarse por nuevas vías”.
LURIA consideraba que en la práctica ninguna lesión cerebral está tan precisamente
demarcada que destruya solo un grupo de células nerviosas estrictamente localizadas: “por regla
general algunos elementos quedan completamente destruidos mientras que otros continúan
funcionando, aunque lo hagan bajo condiciones patológicamente cambiadas, a veces deprimidos o
inhibidos por el procesos patológico, y a veces estimulados o excitados por el mismo”. Por esto, y
porque los síntomas varían según los casos, las lesiones y las fases que atraviesan, LURIA otorga
especial importancia al estudio de la dinámica de la enfermedad en el curso de su evolución.
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4) NIVELES DE INTEGRACIÓN
Otros modelos desarrollados sugieren que los aportes de los sistemas funcionales sean
interpretados como progresivos niveles de integración de la información, que se van apartando de
estructuras anatómicas concretas y perdiendo su modalidad específica. THACHER Y JHON
intentan definir niveles de análisis más complejos que superen el análisis en áreas primarias,
secundarias y terciarias de la corteza. En tal sentido definen los siguientes niveles de análisis: 1)
Sensaciones, o patrones espacio temporales de información que llegan al SNC; 2) Percepciones, o
interpretaciones del significado de las sensaciones en el contexto de la información almacenada en
experiencias anteriores; 3) Conciencia, que representa un estado momentáneo de la circulación de
la información en el seno de la actividad nerviosa; 4) Experiencia subjetiva, derivada de la
información de la conciencia y reorganizada en un episodio aislado de experiencia; 5) La
autoconciencia, que representa la percepción de experiencias subjetivas actuales, en relación con
experiencias subjetivas previas.
Según KRAWCHIK RAQUEL las funciones superiores se organizan con la experiencia, que
a su vez se organiza y toma sentido con el lenguaje, que termina reforzando el fenómeno del
conocimiento. Plantea una Neuropsicología del Comportamiento en donde es necesario entender la
conducta misma y los principios del aprendizaje, para comprender la organización de las funciones
cerebrales superiores.
Finalmente, en todos los casos revisados se postula una actividad mental a partir de la
activación global y sintética del sistema nervioso, la cual se asume algún modo de reorganización
cerebral. “El intercambio de información entre sistemas o niveles de integración, no se limita a
relaciones de entrada y salida sino a relaciones interactivas que destaca la continuidad espacial entre
los sistemas funcionales y el flujo temporalmente continuo de información entre sistemas o
unidades funcionales”.
Plasticidad neuronal y organización funcional: los cambios cerebrales que hacen posible
la organización de las funciones cognitivas (sistemas funcionales integrados) se sustentan en el
fenómeno denominado plasticidad neuronal, el cual puede ser visto desde diferentes niveles de
análisis: molecular, se liberan factores tróficos (promotores del crecimiento) como respuesta al
daño cerebral; bioquímico, se producen cambios en el flujo de iones, los niveles de
neurotransmisores y la estructura pre y post sináptica, como respuesta al daño cerebral; anatómico,
se establecen nuevas conexiones o vías en forma espontánea en respuesta al daño cerebral; y
psicológico o conductual, se producen cambios en los aspectos perceptivos, cognitivos y
emocionales de la conducta tras el daño cerebral.
Por otro lado, se sabe de la existencia de diversos mecanismos de recuperación o
compensación funcional cuando hay lesiones cerebrales, que justifican diversos programas
terapéuticos de reorganización funcional.
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normalidad otra tarea como reconocer caras famosas, podemos afirmar que hay una disociación
entre la lectura, que está afectada, y el reconocimiento que se halla intacto. Por lo tanto, el
reconocimiento de palabras y el de caras están organizados por módulos distintos o subprocesos
cognitivos.
Sin embargo, puede ocurrir que la lectura sea un proceso más complejo que el
reconocimiento de caras, y que por ello se vea afectado primero.
6) MODELOS FACTORIALES
ARDILA distingue el concepto de sistema funcional del de sistema cerebral. El primero se
refiere al conjunto de factores de naturaleza cognoscitiva que participan en un proceso psicológico o
en la ejecución de una tarea particular. El segundo, se refiere a las estructuras nerviosas que
fundamentan el sistema funcional.
Según el autor, en condiciones normales, durante la realización de una tarea como escribir,
leer, hacer cálculos u orientarse en el espacio concreto, participan diferentes sistemas cerebrales que
representan el sustrato nervioso de los sistemas funcionales correspondientes. Mediante un análisis
factorial se intentan conocer los factores de la actividad psicológica que subyacen a al ejecución en
distintas pruebas neuropsicológicas. Estos serían en consecuencia, los elementos básicos de la
actividad cognoscitiva.
LURIA consideraba que cuando un factor particular queda incapacitado por una lesión
cerebral, se trastornan todos los procesos complejos del comportamiento que implica el factor,
mientras que todos los demás quedan normales. LURIA ya sostenía que ordenando los factores
involucrados y sus efectos se llega a algunos hallazgos sorprendentes:
1) Procesos psicológicos que parecen similares o idénticos pueden no estar relacionados en
absoluto el uno con el otro.
2) Procesos psicológicos que parecen no tener nada en común, pueden estar relacionados por
su dependencia de un determinado factor cerebral.
ARDILA propone algunos factores responsables de la ejecución neuropsicológica entre los
que se destacan: habilidades verbales, construccionales y espaciales, atención, cálculo y generación
verbal. No obstante, el reconocer factores necesarios para la actividad psicológica, no exime el
estudio de la dinámica cerebral.
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localizacionistas hacia una evaluación focalizada en el tratamiento. Se reconocerían cuatro
paradigmas:
1) La evaluación basada en un paradigma localizacionista. Implica el empleo de test
neuropsicológicos con el fin de localizar en el cerebro las funciones afectadas. Los aspectos
emocionales se observan y valoran en la administración de los tests.
2) La evaluación basada en modelos neurocognitivos específicos. Implica contar con
modelos de procesos y subprocesos neurocognitivos a fin de identificar la presencia de déficits
particulares. Las propuestas radican en ofrecer estimulación neurocognitiva de las funciones
afectadas, sin descuidar aquellas conservadas o bien desarrolladas. Los aspectos cognitivo –
afectivos son escasamente considerados. Tiene escasa validez ecológica.
3) La evaluación basada en un paradigma de validez ecológica. Supone que los test
neuropsicológicos son complementados con pruebas en contextos específicos, muchas veces
realizadas con observaciones conductuales sobre actividades de la vida diaria y las relaciones
afectivas del paciente. Estas evaluaciones involucran al paciente en su quehacer cotidiano, en donde
los procesos neuropsicológicos están afectados por la valoración cognitiva afectiva que hace la
persona de cada situación.
4) La evaluación focalizada en el tratamiento. Implica una valoración neuropsicológica y de
diversas actividades de la vida diaria, pensando en una propuesta terapéutica que contemple los
aspectos neurocognitivos, conductuales y afectivos involucrados. Se trata de hallar las estrategias,
modalidades de procesamiento de la información y programas de acción que aporten a un esquema
terapéutico de carácter ecológico. Esto incluye la familia y el ambiente de la persona. La familia no
sólo debe ser informada, sino entrenada en relación a las pautas que deben considerar en el apoyo
terapéutico.
En síntesis, las tendencias actuales de evaluación y tratamiento en neuropsicología implican
de modo progresivo aspectos psicológicos, medioambientales y familiares. Las descripciones
conductuales y del contexto, las evaluaciones psicométricas, la evaluación de constructor
neurocognitivos específicos y el empleo de pruebas con validez ecológica, parecen ser herramientas
fundamentales para el trabajo de Neuropsicólogo actual.
LÓPEZ LUEGO considera que la elección de un tipo de modalidad de trabajo dependerá de
la patología del paciente, pero también de la formación del profesional y de los recursos con que se
disponga. Según este autor, se pueden reconocer de modo general cuatro formas de intervención
neuropsicológica: 1) Terapia de estimulación general: el funcionamiento cognitivo puede
mejorarse mediante la estimulación del sistema cognitivo en forma general. Hay que ejercitar la
función cognitiva. 2) Terapia de estimulación específica: centrada en ejercicios que desarrollan o
estimulan procesos específicos como atención simultánea, reconocimiento, planificación, etc. es
fundamental una correcta evaluación Neuropsicológica inicial. 3) Terapia de adquisición y
desarrollo de estrategias: consiste en enseñar estrategias cognitivas que sean aplicables a una
amplia variedad de contextos. Por ejemplo, recordad información. 4) Terapia de refuerzo
neurocognitivo: mediante la intervención en el contexto socio-medio-ambiental, identificando
eventos reforzantes y contingentes en relación a las demandas cognitivas y los recursos de
afrontamiento.
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En ocasiones el profesional observa que los síntomas que refiere el paciente no pueden ser
atribuibles a ninguna alteración o cambio patológico reconocible en el cerebro, ya sea bioquímico,
bioeléctrico o estructural. En estos casos se emplea el concepto de “trastorno funcional”, cuando los
síntomas o signos no son el resultado de una lesión o enfermedad neurológica objetivable, sino
consecuencia de alteraciones. Con el aporte de psicólogos especialistas en análisis funcional del
comportamiento, comienza en los últimos años el desarrollo de evaluaciones neuropsicológicas en
contextos específicos con el apoyo y diseño de pruebas ecológicamente válidas. De este modo,
observar el paciente en su desempeño en las actividades de la vida diaria o realizar una descripción
comportamental en base a una modelización neuropsicológica, resulta más enriquecedor que las
evaluaciones tradicionales o de laboratorio.
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tumores cerebrales, y en enfermedades psiquiátricas tales como trastornos afectivos y la
esquizofrenia.
4) Tomografía por Emisión de Positrones (PET): es una técnica de mayor sensibilidad que la
anterior, ya que permite valorar la función cerebral mediante la obtención de información de la
actividad metabólica del cerebro (llegando a la intimidad de la célula). Esta técnica permite
identificar la concentración de glucosa en el cerebro. Las áreas funcionalmente más activas
consumen mayor cantidad de glucosa, por lo tanto concentran el radiofármaco. La aplicación de la
técnica es similar al SPECT, y permite avanzar tanto en el conocimiento de enfermedades
neurológicas y psiquiátricas, como en determinadas funciones como la memoria, lenguaje, etc. se
destacan sus contribuciones en el estudio de la enfermedad de Alzheimer y otras demencias. Esta
técnica se realiza solo en pocos centros en el mundo y demanda altos costos.
5) Técnicas basadas en el registro neurofisiológico: son técnicas que se basan en el registro
de la actividad bioeléctrica de las neuronas. El electro-encefalograma (EEG) ha sido el primer
instrumento clínico en el estudio de la actividad cerebral, muy útil en el diagnóstico de las
epilepsias y aquellas enfermedades que suponen anomalías bioeléctricas. A mediados de los 80 se
introduce el mapeo cerebral que consiste en el registro promediado y estadístico de las señales del
EEG realizado en computadora. Así, los cambios en la actividad bioeléctrica se reflejan en mapas
funcionales a color, como una expresión de diferentes funciones o procesamiento cognitivo que el
sujeto realiza. En la actualidad, si bien estas técnicas son útiles en los estudios de rutina, diagnóstico
de epilepsias, son de un valor relativo en el estudio de la función cerebral global. En cambio,
guardan cierta importancia en la investigación y el estudio de ciertos procesos cognitivos.