Platon y Aristoteles

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TEMA II: PLATON Y ARISTOTELES.

CONTEXTO HISTORICO-CULTURAL-FILOSOFICO.
Histórico: A Platón le toca vivir una época de crisis política. La guerra del Peloponeso enfrentó a
las dos ciudades más poderosas de Grecia: Atenas y Esparta, representantes de dos modelos
políticos diferentes. La democracia ateniense frente a la aristocracia totalitaria espartana. La
derrota de Atenas supuso el ascenso al poder del régimen oligárquico de los Treinta Tiranos
impuestos por los vencedores. Tiempo después una revuelta restaura la democracia. Para Platón
este gobierno fue incluso peor que el anterior. Entre las torpezas que cometió está la condena a
muerte de Sócrates. Este episodio convenció definitivamente a Platón de la necesidad de una
reforma de la organización política, a la que dedicó gran parte de su esfuerzo intelectual.
Cultural: Platón vive en el momento de mayor esplendor del clasicismo griego. Destacan en
literatura los dramas de Sófocles y Eurípides, y las comedias de Aristófanes. Comienzan los
estudios históricos con Heródoto. Por otra parte, las artes plásticas y la arquitectura cívico-
religiosa viven un florecimiento espectacular.
Filosófico: Platón fue discípulo de Sócrates que se convierte en su mayor influencia. De éste
heredó Platón su apuesta por la objetividad de los valores y la verdad, frente al relativismo y
escepticismo de los sofistas se extendía tanto al ámbito del conocimiento como a la moral. El
intelectualismo también lo debe a Sócrates, concordando que el conocimiento es la vía adecuada
para actuar bien y alcanzar la felicidad. Platón tuvo conocimiento de la obra de los primeros
filósofos. Rechazó la preocupación de los “Físicos” por la Naturaleza, así como, el mecanicismo
de los atomistas. En su defensa de la inmortalidad y reencarnación del alma se percibe la
influencia del pitagorismo, al igual que en el papel fundamental que concede tan to el
Conocimiento como para la Educación a las Matemáticas. Su concepto de Demiurgo es deudor de
la idea de Anaxágoras de una inteligencia ordenadora. Además, Platón pretendió cerrar, con su
teoría de los dos mundos, la fractura que en el pensamiento griego había abierto la
incompatibilidad y enfrentamiento de las posturas sobre el ser y la realidad expresadas por
Parménides y Heráclito. Ambos mundos, el del devenir de Heráclito y el eterno e inmutable
parmenideo eran reales, ahora bien, el auténtico es el del eleata, el otro es mera copia.
PLATON
El objetivo va a seguir siendo el problema de la Naturaleza con el que se inició la filosofía,
pero desde una nueva perspectiva. La naturaleza era entendida por los griegos como el
conjunto de todos los seres del universo el fundamento y el origen de todos los seres. Por lo
tanto, el problema fundamental es: qué es el verdadero ser, qué realidades podemos decir
que son verdaderas, y que son, por tanto, el origen, el sustrato y la causa de todo lo que es.
Pero ante este problema Platón no pudo pasar por alto todo lo que hasta ahora había dicho
la filosofía precedente. Por ello, recoge en su pensamiento los problemas fundamentales
planteados por los filósofos anteriores.

 De Pitágoras acepta el dualismo antropológico y su teoría sobre la inmortalidad del


alma.
 De Heráclito toma que la realidad sensible está en incesante cambio.
 De Parménides toma las cualidades del ser.
 De los sofistas tiene en cuenta su afirmación acerca de la relatividad del
conocimiento.
 De Sócrates asume la búsqueda de un concepto o definición estable que haga
posible.
Mito del Demiurgo, en El Timeo:
Un ser divino, el Demiurgo, fabrica el mundo tomando como modelo las Ideas. El Demiurgo
no crea a partir de la nada, sino que actúa sobre una materia eterna, caótica a la que Platón
llama de muchas maneras, a veces, espacio. El Demiurgo es pues, un principio o una
inteligencia ordenadora cuya función es fabricar el mundo plasmando las Ideas en la
materia. Según Platón, si el universo no es perfecto es porque la materia incluye siempre
desorden e indeterminación. Cuanto en el mundo hay de orden, razón y belleza se debe a
las Ideas.
Interpretación: para superar las contradicciones entre lo uno y lo múltiple, lo cambiante y lo
permanente, lo relativo y lo absoluto, lo que es y lo que parece ser, Platón se ve obligado a
afirmar que hay dos realidades:
-hay un mundo perfecto, fijo, estable, que es el mundo de la realidad auténtica, es el Mundo
de las Ideas;
-hay un mundo sensible, mundo material, visible y sujeto al cambio y a la mutación, que no
es más que copia o imitación de ese Mundo de las Ideas.
Esta teoría platónica, llamada Teoría de las Ideas, es la doctrina central de su filosofía.
Intenta dar una interpretación ontológica de la realidad y será el fundamento de su teoría del
conocimiento, su antropología, su ética y su política.

1. TEORIA DE LAS IDEAS.


Brevemente formulada esta teoría consiste en afirmar que existen entidades inmateriales,
absolutas, inmutables y universales, que son descubiertas por el pensamiento, y que están
situadas en un mundo superior al mundo físico que perciben los sentidos. Las cosas sensibles
son copias de esas entidades a las cuales llama Platón Ideas. De esta forma todas las cosas que
llamamos, por ejemplo, justas o bellas imitan la Idea de Justicia o la Idea de Belleza.
Según esta teoría, la realidad queda dividida en dos mundos distintos y contrapuestos: por una
parte, el eterno e inmutable mundo de las Ideas y por otro el universo físico, el mundo sensible.
Pero es necesario decir que el mundo de las Ideas no puede confundirse con ningún lugar físico.
No significa una especie de ámbito espacial donde se “encontraran” las Ideas, como los seres
materiales se encuentran en este mundo, puesto que las Ideas no tienen propiedades físicas, sino
sólo inteligibles. Lo que Platón quería señalar al utilizar la expresión “Mundo de las Ideas” es que
éstas tienen una realidad independiente de las cosas sensibles, y que, por tanto, no cambian, ni
perecen con ellas.
La finalidad de esta teoría de las Ideas era doble:
-Combatir el relativismo de los sofistas, según el cual las cosas son para cada uno lo que a cada
uno le parece que son.
-Dar respuesta a los grandes problemas del ser, de la ciencia, y de la verdad, salvando la
multiplicidad real de los seres y la realidad del movimiento, pero buscando a la vez el fundamento
del ser, de la verdad y de la ciencia en objetos fijos, estables y absolutos: las ideas.

1) MUNDO INTANGIGLE O MUNDO DE LAS IDEAS.


I.NOCION DE LA IDEA EN PLATON.
El sentido actual de la palabra “idea” puede hacernos malinterpretar la teoría de Platón.
Para él, dicho término no tiene en absoluto el sentido de “representación mental “es decir,
de algo que sólo existe en nuestra mente. Al contrario, designa a las únicas realidades en
sentido pleno, designan a realidades que tienen realidad extramental. Hay multitud de cosas
sensibles bellas para Platón una mera construcción mental, no es lo que nosotros llamamos
la idea o concepto de lo bello más allá de la mente y con independencia de los objetos
sensibles bellos.
II. CARACTERES FUNDAMENTALES DE LAS IDEAS.
En primer lugar, las ideas son las causas de las cosas, así, las cosas bellas son tales
porque imitan o participan de la Idea de Belleza o Belleza en sí. Ahora bien, así como para
los presocráticos el sustrato permanente o arjé era a la vez el material del que las cosas
están constituidas y lo que las cosas verdaderamente son en Platón estos dos aspectos se
separan. De una parte, tenemos el material a partir del cual una cosa está constituida, y
esto es la materia y de otra parte lo que las cosas verdaderamente son, su esencia y esto
es la Idea o Forma que imitan y de la que participan. Pues bien, las Ideas son causa de las
cosas en cuanto a su esencia o modo de ser verdadero y también son causa ejemplar pues
son los fines, los modelos de los seres naturales.
Son inmutables y eternas: no engendradas, sin fin, sin cambio.
Son indivisibles e incorpóreas.
Son captables sólo por la inteligencia, por el entendimiento, mediante un proceso dialéctico.
Las Ideas están jerarquizadas. Según Platón, hay infinidad de Ideas, pero este mundo ideal
no es caótico, sino que tiene una estructura jerárquica. La Idea más elevada de la que
participan las demás es el Bien. En los diálogos platónicos Sócrates afirma sentirse incapaz
de definir qué es el Bien: intentará describir el bien pasando a exponer el famoso
paralelismo entre el sol y la Idea del Bien. Sócrates dice que el sol es el producto del Bien y
que se le parece mucho, pues la relación que hay entre el sol y otros objetos sensibles es
análoga a la relación que hay entre el Bien y las otras Ideas; así, igual que el sol hace que
sean visibles los objetos sensibles dándoles luz y es la razón de su existencia y crecimiento,
también el Bien es responsable de existencia de las formas inteligibles.
Según Platón, es al matemático y, sobre todo, al filósofo a quien corresponde ascender
dialécticamente en el conocimiento de las Ideas hasta alcanzar la Idea del Bien.

2) MUNDO SENSIBLE.
Los caracteres principales del mundo sensible son:
Es el mundo del devenir.
Es aparente, múltiple, cambiante.
Se conoce por los sentidos.
Existe por PARTICIPACIÓN, concepto central de la filosofía platónica. La relación que hay entre
las Ideas y las cosas sensibles se efectúa mediante participación: una cosa es en la medida en
que participa de su Idea.
Esto significa que las cosas sensibles son imitaciones o copias de las Ideas, y que éstas a su vez,
son los modelos, paradigmas o arquetipos de los seres sensibles. Las cosas sensibles son así,
“inferiores” a las Ideas, en el sentido en el que representan una disminución del “ser verdadero”.
Podemos compararlas a las sombras cuando se dicen que son menos reales que los cuerpos que
las producen.
Es engendrado, no es eterno.

2. TEORIA DEL CONOCIMENTO.


Platón fue un pensador que estaba convencido de que el hombre puede llegar a alcanzar
conocimientos verdaderos y trató de averiguar cuál es el objeto de tales conocimientos. Se negó a
admitir la teoría de Protágoras de que el conocimiento es la mera percepción sensible y la idea de
que la verdad sea relativa. Platón pensaba que la percepción sensible no merece el nombre de
conocimiento, puesto que, según él, sólo hay conocimiento de lo que es, de lo estable y
constante, y de esos objetos sensibles no se puede decir en realidad que son, sino que devienen.
El conocimiento científico aspira a dar con la definición, con una definición que sea clara y
precisa; por lo tanto, el objeto del verdadero conocimiento ha de ser estable y permanente, fijo y
susceptible de definición inequívoca, características que poseen las Ideas; éstas serán pues, el
objeto del verdadero conocimiento.
I.GRADOS O NIVELES DEL CONOCER.
Los grados del conocimiento están expuestos en el libro VI de la República, en el que se
nos ofrece el símil de la línea.
El desarrollo de la mente humana desde la ignorancia hasta el conocimiento atraviesa dos
campos principales: el de la OPINIÓN (doxa) y el del CONOCIMIENTO (episteme). La
diferencia entre ambos es una diferencia de los objetos a los cuales se refieren:
La opinión o doxa versa sobre IMÁGENES y el conocimiento versa sobre ORIGINALES.
Quienes se mantienen al nivel de la opinión ignoran lo bello en sí, lo bueno en sí y todas las
otras Ideas, y sólo saben de cosas bellas, de cosas buenas, etc.; conocen únicamente las
imágenes, pero sin saber que son imágenes y por lo tanto viven como en un sueño, porque
soñar es justamente considerar que las imágenes son verdaderas. Las opiniones son ciegas
pues no conocen las razones de aquello en el que creen. Por lo tanto, sólo la episteme
puede recibir propiamente el nombre de saber.
Pero la línea no está dividida sólo en dos secciones, sino que opinión y conocimiento se
subdividen a su vez en dos grados. El segmento correspondiente a la opinión se divide en:
Creencia (pistis) que tiene por objeto a las cosas sensibles reales, animadas e inanimadas.
Imaginación (eikasia) que tiene por objeto las sombras o imágenes de aquellas cosas
sensibles de cualquier manera que se formen: en los sueños, en la fantasía, en el arte…
La imaginación es un concepto más ciego que la creencia. Por ejemplo, el hombre cuya
única idea de caballo es la que tiene a partir de los caballos particulares de la realidad y que
no ve que los caballos particulares son “imitaciones” del caballo ideal (o Idea de caballo) se
halla en un estado de creencia. Pero si un artista pinta un caballo, el cual sería la imitación
de una imitación y alguien creyese que el caballo pintado es el caballo real, se hallaría en el
estado de imaginación.
El segmento correspondiente al conocimiento o episteme se divide en:
Razón Discursiva: cuya ciencia correspondiente es la matemática.
Inteligencia Pura: cuya ciencia es la dialéctica.
Platón habla, en relación con la razón discursiva, de las matemáticas. El razonamiento
geométrico, por ejemplo, se sirve de ciertas figuras sensibles: las figuras geométricas
dibujadas en el papel, en la arena o de otra manera. Pero estas figuras sensibles no son el
objeto propio de la geometría, sino sólo la imagen de tal objeto. En efecto, cuando la
geometría considera las propiedades del cuadrado refiriéndose, por ejemplo, a un cuadrado
concreto dibujado en una hoja no afirma que tales propiedades sean de ese cuadrado, sino
que las atribuye al cuadrado en sí.
Pero, aunque las matemáticas sean un conocimiento conceptual, tienen carácter hipotético
por lo que no son el grado más alto del conocimiento. Platón llama nous a esta forma
suprema de la inteligencia humana en la que se manifiesta la verdad primera y fundamental.
El hombre que está en este grado del conocimiento emplea las hipótesis de la diámoia
como punto de partida, pero las rebasa hasta llegar a los primeros principios; en este
proceso no se utilizan “imágenes” sino que se procede a base de las ideas mismas, esto es,
mediante el razonamiento abstracto.
Esta superación de todo conocimiento carente de verdad, en el que la mente se eleva a los
primeros principios para descender hasta los términos mismos del mundo inteligible, es
llamado por Platón dialéctica. La dialéctica es pues, el método propio de la filosofía que nos
permite el acceso al mundo de las Ideas. En principio, la dialéctica es un proceso
ascendente hacia la Idea y luego Idea en Idea hasta la Idea del Bien. Este proceso
ascendente va de lo múltiple (cosas, ideas) hasta lo uno (el Bien), pero también hay una
dialéctica descendente que reconstruye las Ideas sin recurso alguno a la experiencia.
II.CONOCER ES RECORDAR: LA REMINISCENCIA.
Si es posible la dialéctica como método de ascenso hacia el Mundo de las Ideas es porque
Platón creía que el conocimiento del mundo sensible nos hace intuir que hay un mundo
Inteligible. Si somos capaces de juzgar acerca de la igualdad de dos trozos de madera es
porque intuimos la Idea de igualdad. El hecho de que seamos capaces de juzgar las cosas
más o menos iguales, más o menos bellas, implica el conocimiento de un modelo: de la Idea
de Belleza o Igualdad, que son, según Platón, conocidas por nosotros antes e
independientemente de que conozcamos objetos iguales o bellos.
El fundamento está en la inmortalidad del alma: el alma humana preexiste a su unión con el
cuerpo y en su estado de preexistencia adquirió el conocimiento de las Ideas. Esto significa
que, según Platón, el alma humana vivió en el Mundo de las Ideas antes de caer en la
cárcel del cuerpo. Al entrar en el mundo sensible y unirse al cuerpo, olvida las Ideas. Sin
embargo, al contemplar las cosas puede recordarlas, puesto que las cosas del mundo
sensible imitan y participan de aquéllas. Aprender es pues, un proceso de recuerdo, en el
que las concreciones de cada idea nos recuerdan las Ideas contempladas anteriormente. El
conocimiento sensible no carece pues de valor: sirve de ocasión para el recuerdo. Esto
quiere decir que el conocimiento sensible tiene la función de recordarnos lo que ya
conocíamos y habíamos olvidado. El conocimiento humano es pues, reminiscencia,
recuerdo de un saber poseído y olvidado.
Lo que impulsa la vida intelectual es el Amor: ésta desea la Belleza, es su amante (philós); y
como la sabiduría (sophía) es bella, la ama: es philósophos.

3. EL HOMBRE
La concepción platónica del mundo es dualista: Mundo de las Ideas y Mundo sensible. También
su concepción del hombre, su antropología es dualista: el hombre es un compuesto de alma y
cuerpo. Pero igual que el Mundo de las Ideas tiene prioridad sobre el mundo sensible, también el
alma tiene prioridad sobre el cuerpo; hasta el punto de que para Platón estudiar al hombre es
estudiar su alma.

1) EL TEMA DEL ALMA EN EL MUNDO GRIEGO.


En el pensamiento griego el problema del alma se plantea de forma muy distinta a como se
plantearía hoy. Esta discrepancia se pone de manifiesto en el hecho de que ningún filósofo griego
negó la existencia del alma. El problema fundamental no era para ellos el de su existencia sino el
de su naturaleza. Para el pensamiento moderno el problema fundamental es la cuestión de su
existencia.
En general podemos hablar de dos conceptos distintos de alma en el mundo griego, según se la
relacione con la vida o con el conocimiento intelectual. Efectivamente, para algunos el alma sería
principio de vida, aquello en virtud de lo cual un ser vivo está vivo (Aristóteles). Para otros el alma
vendría a entenderse como principio del conocimiento racional (Platón), como aquello que nos da
la capacidad de reflexionar por la cual nos distinguimos de los animales. Las consecuencias que
derivan de una u otra manera de concebir el alma discrepan:
Para los que entienden el alma como principio de vida: todos los vivientes poseen alma;
establecen una estrecha relación entre alma y cuerpo, pero difícilmente dan sentido a la
inmortalidad del alma. Para los que ven el alma como principio de conocimiento: sólo el hombre
posee alma. Plantean fácilmente la cuestión de su inmortalidad, pero hacen difícil la unión alma-
cuerpo.
Estas dos maneras de entender el alma pueden ser denominadas respectivamente, concepción
aristotélica y concepción platónica; si bien es cierto que ni Platón se desentiende de la función del
alma respecto del cuerpo, ni Aristóteles deja de relacionar la actividad intelectual con el alma.

2) EL ALMA EN PLATON.
Platón afirma que el cuerpo es una cárcel para el alma porque cree que son dos realidades muy
distintas: el cuerpo es de naturaleza material, y por tanto pertenece al mundo sensible, y el alma
es de naturaleza espiritual y procede del mundo inteligible. Lo propio del alma no es estar junto al
cuerpo; su lugar natural es el mundo inteligible. Por eso, la unión alma-cuerpo es una unión
accidental, un estado transitorio y pasajero. Más aún, es un estado antinatural pues el lugar propio
del alma es el Mundo de las Ideas y su actividad propia la contemplación de éstas.
El alma tiene primacía sobre el cuerpo y debe gobernarlo, controlarlo. El cuerpo es para el alma
un vehículo, como la nave que pilota el navegante o el coche guiado por su cochero. Platón
mantiene pues, una concepción bastante peyorativa del cuerpo humano: el cuerpo es un estorbo
para el alma, la arrastra con sus pasiones y el impide la contemplación de la Ideas. Por eso la
tarea fundamental del alma mientras permanece unida al cuerpo es la de purificarse, prepararse
para la contemplación de las Ideas.
En la República expone Platón su doctrina de la Naturaleza Tripartita del Alma, doctrina que toma
de los pitagóricos y según la cual el alma consta de tres partes:
Alma racional: es la parte más noble y superior, pues su actividad consiste en conocer
intelectualmente y dirigir y guiar a las otras dos. Es inmortal y está situada en el cerebro.
Alma irascible: es la encargada de regular las pasiones nobles. Es mortal y está situada en el
tórax.
Alma concupiscible: es la fuente de las pasiones innobles, de los deseos del cuerpo: instinto de
conservación, apetito sexual…Es mortal y está situada en el abdomen.
La inmortalidad del alma es una de las doctrinas fundamentales de Platón. En su diálogo Fedón
intenta demostrar la inmortalidad del alma, pero él mismo reconoce que sus argumentos no son
seguros, y que no disipan todas las dudas. La prueba principal es la que se basa en la
Reminiscencia. Para Platón, el hecho de que el hombre conozca los modelos absolutos (Ideas) a
pesar de que estos no existan en el mundo sensible, muestra que el alma preexistió antes de
unirse al cuerpo. En este resultado de preexistencia el alma contempló las Ideas, ideas que
recuerda en el mundo sensible pues éste es una copia o imitación de aquel.
Pero si preexiste independientemente del cuerpo, también sobrevive después de la muerte de
éste. Por lo tanto, el alma es inmortal.
El principal interés de Platón al formular su psicología es ético, que consiste en insistir en que el
elemento racional tiene derecho a gobernar a los otros elementos, a actuar como un auriga y que
la principal ocupación del hombre debe consistir en procurar que su alma tienda hacia la verdad.
Pero además de este interés ético, tiene también una clara intención gnoseológica: establecer la
posibilidad del conocimiento de las Ideas.

ETICA.
Frente al relativismo de los sofistas, Sócrates estaba convencido de que los conceptos morales
pueden ser fijados racionalmente. Platón no sólo participa de esta convicción socrática, sino que
con su teoría de las Ideas expresa de forma radical el carácter absoluto de los conceptos morales.
La ética de Platón es eudemonista pues tiende a averiguar qué es el Bien, el supremo Bien del
hombre en cuya posesión consiste la felicidad verdadera y al cual se llega mediante la práctica de
la virtud.

EL BIEN
Al comienzo del Filebo, Protarco y Sócrates adoptan dos actitudes extremas: Protarco se dispone
a mantener que la esencia del Bien es el placer, mientras que Sócrates defiende que es la
sabiduría.
Sócrates va a demostrar que el placer no puede ser el único y verdadero bien humano. No
podemos identificar Bien y placer, como defendían algunos sofistas, y decir que “bueno” es lo que
a cada cual apetece, lo que agrada, pues no todo lo que trae consigo placer es bueno. Además,
porque una vida de puro placer, en la que no tuviese parte alguna la razón, el conocimiento, sería
no una vida humana sino la vida de un animal.
Ahora bien, esta forma de entender el Bien no expresa por completo el pensamiento de Platón al
respecto. Cabe también hablar de que para Platón el Bien absoluto son las ideas, en cuya
contemplación consiste la felicidad suprema. En este sentido, la virtud será el modo de acceder al
Bien.

VIRTUD.
Mediante la práctica de la virtud se accede al Bien y por tanto a la suprema felicidad. Pero no hay
un concepto estable de virtud en la filosofía platónica, sino diversos conceptos que no se excluyen
entre sí:

 Virtud como sabiduría. Platón, fiel a su maestro Sócrates, identifica virtud y sabiduría, sólo
que para Platón virtuoso será aquel que tiene conocimiento de las Ideas.

 Virtud como purificación. Según esto, virtuoso es aquel que purifica su alma de las
pasiones y se prepara para llegar a contemplar el mundo de la Ideas (Fedro y Felón).

 Virtud como armonía del alma. Este concepto se desarrolla en la República. En esta obra
señala Platón 4 virtudes principales: sabiduría o prudencia, fortaleza o valentía, templanza
y justicia, considerada la virtud fundamental. Pues bien, la armonía surge en el alma
cuando “cada parte hace lo que le es propio”. Esto significa que:

 La parte racional, a la cual corresponde la virtud de la sabiduría o la prudencia, debe


guiar a la parte irascible, dominando los instintos y las pasiones.

 La parte irascible, a la cual corresponde la fortaleza o valentía, debe, junto a la parte


racional, dominar a la concupiscible o apetitiva.

 La parte concupiscible, a la que corresponde la templanza, debe ser atemperada,


debe mantenerse bajo el dominio de la razón.

La justicia consiste en la armonía de estas tres partes, en la posesión de cada una de ellas de la
virtud o disposición que le es propia: prudencia, fortaleza y templanza. El hombre que consiga
esta armonía será justo. La justicia es pues, la virtud por excelencia y por ello, sólo la justicia
puede proporcionar una vida feliz. Platón conecta la justicia con la felicidad, pues sólo quien es
justo vive felizmente. Pero ¿por qué? Porque no se puede ser feliz obrando contra la propia
naturaleza humana y según ésta, a la razón, al alma racional corresponde gobernar.
En definitiva, como los sofistas, Platón admite que la justicia ha de definirse no por las leyes sino
por la naturaleza del hombre. Pero el error de los sofistas proviene de su análisis incorrecto de la
naturaleza humana: al tomar como modelo de comportamiento natural a los niños y a los animales
prescinden del aspecto más característico del hombre: la razón. Así:

 Cuando proponen como principio de justicia la búsqueda del placer y el dominio del más
fuerte pasan por alto que el hombre tiene razón y no sólo deseo.

 Cuando establecen el dominio del más fuerte, olvidan que la fortaleza ha de someterse a
la razón, que es quien debe gobernar a la sociedad y al individuo.

Platón va a establecer un vínculo claro entre el alma y el Estado, por ello la ética nos lleva a al
político, pues sólo en una ciudad justa es posible educar hombres justos.

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