Platon y Aristoteles
Platon y Aristoteles
Platon y Aristoteles
CONTEXTO HISTORICO-CULTURAL-FILOSOFICO.
Histórico: A Platón le toca vivir una época de crisis política. La guerra del Peloponeso enfrentó a
las dos ciudades más poderosas de Grecia: Atenas y Esparta, representantes de dos modelos
políticos diferentes. La democracia ateniense frente a la aristocracia totalitaria espartana. La
derrota de Atenas supuso el ascenso al poder del régimen oligárquico de los Treinta Tiranos
impuestos por los vencedores. Tiempo después una revuelta restaura la democracia. Para Platón
este gobierno fue incluso peor que el anterior. Entre las torpezas que cometió está la condena a
muerte de Sócrates. Este episodio convenció definitivamente a Platón de la necesidad de una
reforma de la organización política, a la que dedicó gran parte de su esfuerzo intelectual.
Cultural: Platón vive en el momento de mayor esplendor del clasicismo griego. Destacan en
literatura los dramas de Sófocles y Eurípides, y las comedias de Aristófanes. Comienzan los
estudios históricos con Heródoto. Por otra parte, las artes plásticas y la arquitectura cívico-
religiosa viven un florecimiento espectacular.
Filosófico: Platón fue discípulo de Sócrates que se convierte en su mayor influencia. De éste
heredó Platón su apuesta por la objetividad de los valores y la verdad, frente al relativismo y
escepticismo de los sofistas se extendía tanto al ámbito del conocimiento como a la moral. El
intelectualismo también lo debe a Sócrates, concordando que el conocimiento es la vía adecuada
para actuar bien y alcanzar la felicidad. Platón tuvo conocimiento de la obra de los primeros
filósofos. Rechazó la preocupación de los “Físicos” por la Naturaleza, así como, el mecanicismo
de los atomistas. En su defensa de la inmortalidad y reencarnación del alma se percibe la
influencia del pitagorismo, al igual que en el papel fundamental que concede tan to el
Conocimiento como para la Educación a las Matemáticas. Su concepto de Demiurgo es deudor de
la idea de Anaxágoras de una inteligencia ordenadora. Además, Platón pretendió cerrar, con su
teoría de los dos mundos, la fractura que en el pensamiento griego había abierto la
incompatibilidad y enfrentamiento de las posturas sobre el ser y la realidad expresadas por
Parménides y Heráclito. Ambos mundos, el del devenir de Heráclito y el eterno e inmutable
parmenideo eran reales, ahora bien, el auténtico es el del eleata, el otro es mera copia.
PLATON
El objetivo va a seguir siendo el problema de la Naturaleza con el que se inició la filosofía,
pero desde una nueva perspectiva. La naturaleza era entendida por los griegos como el
conjunto de todos los seres del universo el fundamento y el origen de todos los seres. Por lo
tanto, el problema fundamental es: qué es el verdadero ser, qué realidades podemos decir
que son verdaderas, y que son, por tanto, el origen, el sustrato y la causa de todo lo que es.
Pero ante este problema Platón no pudo pasar por alto todo lo que hasta ahora había dicho
la filosofía precedente. Por ello, recoge en su pensamiento los problemas fundamentales
planteados por los filósofos anteriores.
2) MUNDO SENSIBLE.
Los caracteres principales del mundo sensible son:
Es el mundo del devenir.
Es aparente, múltiple, cambiante.
Se conoce por los sentidos.
Existe por PARTICIPACIÓN, concepto central de la filosofía platónica. La relación que hay entre
las Ideas y las cosas sensibles se efectúa mediante participación: una cosa es en la medida en
que participa de su Idea.
Esto significa que las cosas sensibles son imitaciones o copias de las Ideas, y que éstas a su vez,
son los modelos, paradigmas o arquetipos de los seres sensibles. Las cosas sensibles son así,
“inferiores” a las Ideas, en el sentido en el que representan una disminución del “ser verdadero”.
Podemos compararlas a las sombras cuando se dicen que son menos reales que los cuerpos que
las producen.
Es engendrado, no es eterno.
3. EL HOMBRE
La concepción platónica del mundo es dualista: Mundo de las Ideas y Mundo sensible. También
su concepción del hombre, su antropología es dualista: el hombre es un compuesto de alma y
cuerpo. Pero igual que el Mundo de las Ideas tiene prioridad sobre el mundo sensible, también el
alma tiene prioridad sobre el cuerpo; hasta el punto de que para Platón estudiar al hombre es
estudiar su alma.
2) EL ALMA EN PLATON.
Platón afirma que el cuerpo es una cárcel para el alma porque cree que son dos realidades muy
distintas: el cuerpo es de naturaleza material, y por tanto pertenece al mundo sensible, y el alma
es de naturaleza espiritual y procede del mundo inteligible. Lo propio del alma no es estar junto al
cuerpo; su lugar natural es el mundo inteligible. Por eso, la unión alma-cuerpo es una unión
accidental, un estado transitorio y pasajero. Más aún, es un estado antinatural pues el lugar propio
del alma es el Mundo de las Ideas y su actividad propia la contemplación de éstas.
El alma tiene primacía sobre el cuerpo y debe gobernarlo, controlarlo. El cuerpo es para el alma
un vehículo, como la nave que pilota el navegante o el coche guiado por su cochero. Platón
mantiene pues, una concepción bastante peyorativa del cuerpo humano: el cuerpo es un estorbo
para el alma, la arrastra con sus pasiones y el impide la contemplación de la Ideas. Por eso la
tarea fundamental del alma mientras permanece unida al cuerpo es la de purificarse, prepararse
para la contemplación de las Ideas.
En la República expone Platón su doctrina de la Naturaleza Tripartita del Alma, doctrina que toma
de los pitagóricos y según la cual el alma consta de tres partes:
Alma racional: es la parte más noble y superior, pues su actividad consiste en conocer
intelectualmente y dirigir y guiar a las otras dos. Es inmortal y está situada en el cerebro.
Alma irascible: es la encargada de regular las pasiones nobles. Es mortal y está situada en el
tórax.
Alma concupiscible: es la fuente de las pasiones innobles, de los deseos del cuerpo: instinto de
conservación, apetito sexual…Es mortal y está situada en el abdomen.
La inmortalidad del alma es una de las doctrinas fundamentales de Platón. En su diálogo Fedón
intenta demostrar la inmortalidad del alma, pero él mismo reconoce que sus argumentos no son
seguros, y que no disipan todas las dudas. La prueba principal es la que se basa en la
Reminiscencia. Para Platón, el hecho de que el hombre conozca los modelos absolutos (Ideas) a
pesar de que estos no existan en el mundo sensible, muestra que el alma preexistió antes de
unirse al cuerpo. En este resultado de preexistencia el alma contempló las Ideas, ideas que
recuerda en el mundo sensible pues éste es una copia o imitación de aquel.
Pero si preexiste independientemente del cuerpo, también sobrevive después de la muerte de
éste. Por lo tanto, el alma es inmortal.
El principal interés de Platón al formular su psicología es ético, que consiste en insistir en que el
elemento racional tiene derecho a gobernar a los otros elementos, a actuar como un auriga y que
la principal ocupación del hombre debe consistir en procurar que su alma tienda hacia la verdad.
Pero además de este interés ético, tiene también una clara intención gnoseológica: establecer la
posibilidad del conocimiento de las Ideas.
ETICA.
Frente al relativismo de los sofistas, Sócrates estaba convencido de que los conceptos morales
pueden ser fijados racionalmente. Platón no sólo participa de esta convicción socrática, sino que
con su teoría de las Ideas expresa de forma radical el carácter absoluto de los conceptos morales.
La ética de Platón es eudemonista pues tiende a averiguar qué es el Bien, el supremo Bien del
hombre en cuya posesión consiste la felicidad verdadera y al cual se llega mediante la práctica de
la virtud.
EL BIEN
Al comienzo del Filebo, Protarco y Sócrates adoptan dos actitudes extremas: Protarco se dispone
a mantener que la esencia del Bien es el placer, mientras que Sócrates defiende que es la
sabiduría.
Sócrates va a demostrar que el placer no puede ser el único y verdadero bien humano. No
podemos identificar Bien y placer, como defendían algunos sofistas, y decir que “bueno” es lo que
a cada cual apetece, lo que agrada, pues no todo lo que trae consigo placer es bueno. Además,
porque una vida de puro placer, en la que no tuviese parte alguna la razón, el conocimiento, sería
no una vida humana sino la vida de un animal.
Ahora bien, esta forma de entender el Bien no expresa por completo el pensamiento de Platón al
respecto. Cabe también hablar de que para Platón el Bien absoluto son las ideas, en cuya
contemplación consiste la felicidad suprema. En este sentido, la virtud será el modo de acceder al
Bien.
VIRTUD.
Mediante la práctica de la virtud se accede al Bien y por tanto a la suprema felicidad. Pero no hay
un concepto estable de virtud en la filosofía platónica, sino diversos conceptos que no se excluyen
entre sí:
Virtud como sabiduría. Platón, fiel a su maestro Sócrates, identifica virtud y sabiduría, sólo
que para Platón virtuoso será aquel que tiene conocimiento de las Ideas.
Virtud como purificación. Según esto, virtuoso es aquel que purifica su alma de las
pasiones y se prepara para llegar a contemplar el mundo de la Ideas (Fedro y Felón).
Virtud como armonía del alma. Este concepto se desarrolla en la República. En esta obra
señala Platón 4 virtudes principales: sabiduría o prudencia, fortaleza o valentía, templanza
y justicia, considerada la virtud fundamental. Pues bien, la armonía surge en el alma
cuando “cada parte hace lo que le es propio”. Esto significa que:
La justicia consiste en la armonía de estas tres partes, en la posesión de cada una de ellas de la
virtud o disposición que le es propia: prudencia, fortaleza y templanza. El hombre que consiga
esta armonía será justo. La justicia es pues, la virtud por excelencia y por ello, sólo la justicia
puede proporcionar una vida feliz. Platón conecta la justicia con la felicidad, pues sólo quien es
justo vive felizmente. Pero ¿por qué? Porque no se puede ser feliz obrando contra la propia
naturaleza humana y según ésta, a la razón, al alma racional corresponde gobernar.
En definitiva, como los sofistas, Platón admite que la justicia ha de definirse no por las leyes sino
por la naturaleza del hombre. Pero el error de los sofistas proviene de su análisis incorrecto de la
naturaleza humana: al tomar como modelo de comportamiento natural a los niños y a los animales
prescinden del aspecto más característico del hombre: la razón. Así:
Cuando proponen como principio de justicia la búsqueda del placer y el dominio del más
fuerte pasan por alto que el hombre tiene razón y no sólo deseo.
Cuando establecen el dominio del más fuerte, olvidan que la fortaleza ha de someterse a
la razón, que es quien debe gobernar a la sociedad y al individuo.
Platón va a establecer un vínculo claro entre el alma y el Estado, por ello la ética nos lleva a al
político, pues sólo en una ciudad justa es posible educar hombres justos.