Doctrina Del Pecado
Doctrina Del Pecado
Doctrina Del Pecado
El escritor C. Ryrie, cita a un médico que dijo no hace mucho: “que en psicoterapia no
hay lugar para el concepto del pecado”, también cita a un pensador que hace mucho
tiempo dijo: “que el hombre es consciente del pecado, solamente por su falta de
conocimiento”. Si supiera más, disipar semejante ilusión del pecado.
2. Que el pecado es un principio inherente. Es decir, que el bien y el mal siempre han
existido. Dios y el Diablo. Y que ambos son eternos. Que ni uno ni otro es soberano.
6. En la naturaleza. Las erosiones, las plagas, la esterilidad, el fenómeno del niño, en fin, la
Biblia explica que la naturaleza fue sujeta a grandes cambios, por causa del pecado del
hombre. Gén. 3:17-19; Rom. 8:19-22. Las plantas, las aves, los peces y toda especie
animal, todos tienen su enemigo. No fue así desde su creación, sino que después del
pecado hubo la obscuridad moral y espiritual que afectó hasta la naturaleza.
C. La Biblia declara su realidad. De una manera clara y amplia, Jehová acusa al hombre de ser
pecador. Examine los siguientes pasajes en el A. T. Sal. 14:1-3, 6-7. En el N. T. lea los siguientes
versículos: 1 Tim. 1:15; 1 Jn. 1:8-10. (Por ahora basta con estos ejemplos, porque en el correr de
nuestro estudio tendremos saturación de porciones de la Biblia).
La realidad del pecado es patente, Isaías lo expresa de esta manera: “que desde la planta del pie
hasta la cabeza, no hay cosa sana en nosotros, sino hinchazón y podrida llaga”. Is. 1:6.
TAREA 2: En pocas palabras haga una descripción de la entrada del pecado según Gén. 3:1-6.
Luego escriba las horribles consecuencias del pecado que experimentaron de inmediato Adán y
Eva, así como los juicios dictaminados sobre los culpables.
Aunque Adán pecó por instigación satánica, sin embargo el pecado original humano, fue el
pecado de Adán y no el pecado de Satán. Adán y Eva, como todo el género humano
concentrado en ellos pecaron bajo su propia responsabilidad, mental, moral y espiritual se
degeneró con el pecado, perdiendo su santidad y justicia originales.
Ahora cada niño es concebido en pecado y formado en maldad, Sal. 51:5; enajenado desde la
matriz y descarriado desde el vientre, hablando mentiras Sal. 58:3; por naturaleza, hijo de ira Ef.
2:3; desde su juventud con un corazón corrompido. Gén. 6:5; 8:21; y todo esto porque lo que es
nacido de la carne, carne es, Jn. 3:6 y ¿quién hará limpio al inmundo? Nadie, Job. 14:4; es una
verdad fisiológica, filosófica, y a la vez legal, Heb. 7:9,10.
La culpa y condenación son directos sobre cada ser humano, sin intermediarios. Rom. 11:32;
3:9,22. Y Rom. 5:12-21 es una comparación de nuestra relación con Adán y con sus efectos que
incluye tanto contraste como semejanzas.
El resultado de la participación del hombre con el pecado de Adán, se denomina IMPUTACION
DEL PECADO.
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Hay tres imputaciones principales presentadas en la Biblia, y son:
1) la imputación del pecado de Adán a sus descendientes, en cuyo hecho se basa la
doctrina del pecado original,
2) la imputación del pecado del hombre a Cristo, en cuyo hecho está basada la
doctrina de la salvación, y
3) la imputación de la justicia de Dios en aquellos que creen en Cristo, en cuyo
hecho se basa la doctrina de la justificación.
Volviendo a la imputación del pecado, la naturaleza humana corrompida por el
pecado original, es transmitida de una generación a otra desde Adán a toda la raza
humana, como lo comprueba, la historia, la experiencia, así como la Biblia.
El Pecado Personal (Rom. 3:23) es la forma de pecado que incluye todo lo que en la vida diaria
está en contra o fracasa en conformidad con el carácter de Dios. Los hombres son conscientes con
frecuencia de sus pecados personales, y los pecados personales pueden tomar una gran variedad de
formas. El pecado personal se relaciona con algún mandamiento particular de Dios en la Biblia.
Incluye el aspecto de rebelión o desobediencia.
Es verdad, que muchos tratan de excusarse de sus pecados echándole la culpa a otros, como
Adán, que culpó a la mujer, y esta a la serpiente; se le echa la culpa al Diablo, a las circunstancias,
a la debilidad y a tantos más pretextos; pero la conciencia y la Biblia, no dan la menor esperanza de
que Dios acepte tales disculpas. Sinceramente cómo debe contestarse la siguiente pregunta
¿Quién es culpable al pecar? _____________________
Analice Deut. 24:16 Comparado con 2 reyes 14:6 y 2 Crón. 25:4.
¿Cuál es la causa u origen de tantos pecados cometidos a diario? La Biblia contesta con tres
categorías de tentación: “los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida” 1
Jn. 2:16. La tentación de Eva y la tentación de Jesucristo, prueban que satanás no tiene otro camino
de ataque sino por medio de ellas.
El Señor Jesús enseñó que del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios,... vea; Mat.
15:19-20.
Santiago dice: “que cada uno es tentado cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido”
Stg. 1:14,15.
Jeremías dice en su Cap. 17:9; Engañoso es el corazón más que todas las cosas y perverso.
El pecado también se debe a la desobediencia no solo a la Ley de Moisés, sino a la Ley del código,
sino mas bien es un reconocimiento a esta ley universal.
Por último, el pecado se debe a la incredulidad, que es el pecado que realmente condena. Lea Jn.
3:36; 5:24; No creer en Dios, es hacerle mentiroso, lo que es un insulto personal lanzado por la
criatura al rostro de su Creador 1 Jn. 5:10 qué pecado puede compararse con éste?
No dar crédito a Dios es el pecado que cierra la puerta a toda posibilidad de salvación. 2 Cor. 4:3,4.
La incredulidad acerca de la gloria de Cristo el cual es la imagen de Dios, es la puerta para que
Satanás entre y ciegue el entendimiento. Apoc. 21:8.
Una palabrita que ha sido muy repetida es la siguiente: “Cada uno cree lo que quiere creer”; la
causa de la incredulidad es la mala voluntad, y detrás de esa voluntad está el corazón corrompido.
La oración que conviene a todos debiera ser: Creo, ayuda a mi incredulidad. Mr. 9:24.
Resumiendo: El pecado se originó primero en Satanás y los ángeles que le siguieron, él lo trajo al
mundo, se lo propuso a Adán y a Eva, y estos lo aceptaron y lo heredaron a su posteridad, de tal
manera que cada niño nace pecador. Además de que el pecado se originó en Satanás, se originó en
Adán, también se origina en cada uno de nosotros de varias fuentes inmediatas, como son, el
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corazón, la voluntad, la carne, la desobediencia y la incredulidad.
A. Lo que el pecado no es
1. 1. No es una necesidad; aunque algunos piensan que era necesario para enseñarnos el
amor y la gracia de Dios. “Es verdad que el evangelio pone de manifiesto estas
excelencias del Ser Supremo, pero no tenemos derecho para decir que no hubo otra
manera de hacérnoslas conocer. La Biblia dice que todos tenemos pecado y que todos
pecamos, pero no dice que pequemos 1 Jn. 1:7-2:2.
Pero la Biblia dice: Que la muerte pasó a todos los hombros, por cuanto todos pecaron.
Rom. 5:12; (Prov. 26:2.)
El pecado no fue un accidente, no fue una sorpresa para Dios, puesto que El ya había
elaborado un plan para la redención Ap. 13:8.
4. No es una mera negación. La denominada Ciencia Cristiana, dice que el pecado es una
negación, que la maldad es la ausencia de lo bueno, el pecado la ausencia de la justicia;
que el pecado y la enfermedad solo existen en el pensamiento. Pero como ya hemos
visto, la Biblia reconoce la realidad del pecado.
5. No es una maldad inherente en la materia. Hay quienes dicen que el hombre es malo
porque tiene cuerpo, y que la carne es el asiento de todo pecado, siendo de materia
inherentemente mala. Con esto acusan a Dios de haber creado la materia corrupta, con la
capacidad de corromper el espíritu. Pero la materia no es mala en sí. El reino mineral es
pura materia sin pecado. Es cierto que la vía común para que las tentaciones nos alcancen
es el cuerpo, pero el cristiano debe y puede glorificar a Dios con su cuerpo, pero el
cristiano debe y puede glorificar a Dios con su cuerpo. Muchos pecados son del alma no
del cuerpo. El Diablo y los demonios son sumamente malos sin tener cuerpos materiales.
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B. Lo que el pecado es:
El pecado consiste en cualquier infracción de las normas que salvaguardan la vida normal o
sea la comunión entre Dios y el hombre, o entre los hombres.
En el curso A-7 de la Academia Cristiana del Aire, se cita al Dr. George P. Pardington con un
resumen que debe incluirse bajo este tema:
f. Obstinación, se refiere a la dureza del corazón, el grado más alto del pecado (Ex.
4:21).
g. Otras palabras que expresan pecado son las siguientes: falta, Gén. 41:9; transgredir, o
sea pecar por ignorancia; Lev. 4:13; vagar Ez. 34:6; errar Sal. 119:21; aborrecer Lev.
19:17; maldad Sal. 94:20; Miseria Prov. 31:7. (Hay una gran cantidad de palabras
hebreas que de una u otra manera expresan pecado, dice el Dr. Pardington).
a. Errar al blanco, es la palabra más común para pecado, tanto en el A.T. como en el N.T.
Aparece 174 veces en el Nuevo Testamento y 71 veces en las epístolas de Pablo.
b. Pasar o sobrepasar una línea de deber o de conducta. Es siempre usada para indicar la
violación de una ley positiva, un precepto expreso con sanción mencionada (1 Tim.
2:14).
c. Fracaso, una caída de donde debía haberse mantenido (Gál. 6:1), derivaciones de la
misma se encuentran en Mat. 6:14; Ef. 1:7; Stg. 5:16).
TAREA 3: Escriba las definiciones bíblicas que se encuentran en las siguientes citas: Prov. 21:4;
24:9; Juan 16:8,9; Rom. 14:23; Stg. 4:17; 1 Jn. 3:4. 1 Jn. 5:17.
TAREA 4: Haga un listado de tres docenas de pecados, de los siguientes pasajes bíblicos: (Ex.
20:1-17; Comp. Deut. 5:6-21) (Mat. 7:21-23) (Rom. 1:28-32) (1 Cor. 6:9,10) (Gál. 5:19-21) (Ef.
4:25-31) (1 Tes. 5:14)
La Biblia pinta un cuadro muy triste de los resultados de la entrada del pecado en el
mundo, el Dr. Pardington nos ofrece lo siguiente: “Todos han pecado (Sal. 14:2-3;
Is. 53:6; Rom. 3:9-10; 22-23; 1Jn. 1:8-10; Cada boca se ha tapado (Sal. 130:3;
143:2; Rom. 3:19). Todos están bajo maldición (Gál. 3:10). Todos son hijos del
Diablo (Jn. 8:44; 1 Jn. 3:8-10).
El hombre natural es extraño a las cosas de Dios (1Cor. 2:14). El corazón natural es
engañoso (Jer. 17:9) Está separado de la vida de Dios y el entendimiento
entenebrecido (Ef. 4:18) La naturaleza mental y moral corrompida (Gén. 6:5, 12,
8:21; Sal 94:11; Rom. 1:19-31). La conducta exterior es vil y abominable (Ef. 2:3,
Tit. ·:3; Col. 3:5-7). Esclavos del pecado (Rom. 6:17; 7:5,7,8, 14-15, 19, 23-34)
Controlado por el príncipe de la potestad del aire (Ef. 2:2) Mente carnal enemiga
de Dios (Rom. 8:7,8) Hijos de ira (Ef. 2:3) Muertos en pecados y transgresiones (Ef.
2:1) El cuerpo debilitado y condenado a muerte (2 Cor. 4:4; Rom. 8:11).
El hombre es entonces por naturaleza, tan deteriorado en cuerpo y alma que está
perdido, y es impotente para salvarse a sí mismo.
La voz, “castigo”, quiere decir la pena impuesta por una autoridad legítima por
algún delito o falta cometido.
Propósitos del castigo: Su primer propósito es la vindicación de la ley o de la
autoridad constituida que promulgó la ley. El castigo divino “es infligido” directa o
indirectamente por el Legislador, en vindicación de su justicia que ha sido ultrajada
por la violación de su ley. Luego es punitivo , es decir, que es castigo con el
propósito de exigir del culpable que sufra la pena por delito a fin de que la justicia
divina quede vindicada. El castigo ha sido definido como la reacción de la santidad
divina contra el pecado. El pecador y todo el mundo debe convencerse al
contemplar o experimentar el castigo divino, que Dios existe, que es santo, que la
pena es merecida por cuanto Dios es justo, y que las leyes divinas tienen que
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respetarse. (vea los siguientes pasajes: Ap. “0; Dt. 32:4; Job. 34:10,11; Sal. 62:12;
119:37; Jer. 9:24; Rom. 1:18; 2:5,6; 2Tes. 1:6; 1 Ped. 1:17; Fil. 2:10,11; Heb.
10:26,27). Otro propósito es el reformativo , y casi siempre tiene que ver con el
pueblo de Dios, por cuanto ellos son susceptibles a dicha corrección. Este castigo
procede del amor de Dios mas bien que de su justicia Heb. 12:5-12, Job. 5:17,
42:1-6,10, Sal 6:1 94:12; 118:18; Pv. 3:11; Is. 2:16; Ap. 3:19.
Otro propósito del castigo es el preventivo , tiene que ver con cargar al pecador
con la pena para hacer que pague su obligación a la justicia. No sería un acto de
justicia hacer que un delincuente reciba una sentencia más allá de la cuenta solo con
el fin de hacer que otros en la sociedad teman y no incurran en la misma falta. Pero
aplicando la pena justa sí es correcto, y eso mismo usa Dios en su gracia, para que
otros recapaciten en sus corazones y dejen de cometer la misma violencia de la ley.
Es precioso que el castigo sea merecido y justo si ha de tener un efecto saludable.
El castigo Moral. Con estos términos se designa las consecuencias naturales del
pecado, donde participan más palpablemente el espíritu y el alma y no solamente
resultados físicos. Hay un sentimiento de culpabilidad, un remordimiento muy
hondo, el que es más fuerte en los creyentes. Es un castigo terrible por el sufrimiento
que causa. Dios ha hecho que haya este sentir.
El castigo positivo del pecado. Esto lo podemos reducir a una sola palabra:
MUERTE, Rom. 6:23 dice: “La paga del pecado es muerte”, . La pena del pecado
puede resumirse en siete palabras: “muerte·, Perdido”, Condenación” Castigo,
eternal, “culpa”. Muerte incluye todo lo que está envuelto en la separación de Dios,
física y espiritual, temporal y eterna. Aquellos que se llaman vivos hoy, pero que no
conocen a Dios por la fe en Jesucristo, tienen una existencia que no MERECE EL
NOMBRE DE VIDA, POR MÁS QUE ESTÉ LLENA DE PLACERES. El fin de
tal existencia es la muerte, tanto física como eterna, y esta última será en el lago de
fuego para eterna destrucción. Destrucción (o perdición) no quiere decir la
aniquilación o cesación de existencia, sino que la cosa destruida ya no sirve
inutilizada. (Mat. 7:13; Rom. 9:22; Fil. 1:28; 3:19; 2 Tes. 2:3; 1Tim. 6:9; Heb.
10:39; 2Ped. 2:1,3; 3:7; 16; Ap. !7:8,11).
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Estas dos fuentes de actividad que el cristiano tiene en sí mismo se considera también
en Gál. 5:17 “La carne contra el Espíritu y el Espíritu contra la carne, se oponen entre
sí”. De allí entonces tenemos de que la palabra instruye al hijo de Dios de cómo hacer
frente y vencer al pecado.
2. El deseo.
Si en el primer caso no hicimos frente al problema de manera eficaz, éste se
abrirá paso hacia el corazón, dando lugar al segundo paso que es el deseo.
Buscaremos cómo satisfacerlo, y a estas alturas será sumamente difícil lidiar
con él.
3. La acción.
Como consecuencia de los pasos anteriores, el pecado es cometido. El pecado
nunca se comete espontánea e inconscientemente; en algún momento previo fue
acariciado en la mente y en el corazón. Cometerlo, es casi inevitable ya. En este
momento la batalla se ha perdido y en lugar de la victoria encontramos la
derrota. Es muy tarde para todo, excepto para la confesión y el perdón.
4. El encubrimiento.
El pecado hace sentirse avergonzado a quien lo comete. Jn. 3:19-20. Así pasó
con Adán y Eva, y otros. En tanto que el pecador mantenga oculto su pecado e
intente esconderse de la vista de Dios, su compañerismo con El se mantendrá
roto, y esto es justamente lo que busca Satanás, para que esté vulnerable a
futuras tentaciones y pecados.
Ciertos pecados pueden requerir que la iglesia tome cuenta de ellos aplicando una
disciplina al hechor. Y si éste persiste en pecar, el Señor puede disciplinarlo de manera
directa ya sea con enfermedad o con la muerte física. 1 Cor. 5:1-5; 11:29-32.
Dios nos ha provisto de los siguientes recursos para la victoria contra el pecado.
1. La palabra de Dios. 1 Jn. 2:1; Sal. 119:11; Jn. 17:17 etc.
2. La oración de Cristo que vive para interceder por nosotros. Heb. 7:25-28; 10: 19-22;
Luc. 22:32; Mat.6:12,13.
3. El Espíritu Santo que mora en el cristiano 1 Cor. 6:13-20; Ro. 8:27; Jn. 14:23, 26 y
16:7; Zac. 4:6.
4. La Iglesia, o sea reunirse con otros creyentes en Cristo. Heb. 10:23-25. Los cultos
de la iglesia deben fortalecer la fe y estimular a los cristianos en su andar diario. Es
una triste falla cuando no es así. 1 Cor. 11:17; Ef. 5:19-21.
TAREA 5: Haga un lista de las reacciones que el creyente debe tener, según los
siguientes versículos: Ro. 6:1-14; 8:2,3; 1 Tim. 5:22; Heb. 12:1-4; Apoc. 18:4.
Conclusión: La Biblia indica claramente los efectos devastadores del pecado sobre el hombre, y la
ausencia total de esperanza para solucionar su problema de pecado, sino solamente a través de
Jesucristo.
Bibliografía: Biblia, Curso A-7 Academia Cristiana del aire. Biblia de estudio Ryrie, Síntesis de
doctrina bíblica, Ryrie. Grandes Temas Bíblicos, Chafer. Perfeccionando a los santos, Libros 1-
B. Dic. Ilustrado Edit. Caribe.
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