Trabajo Final de Historia II (Especificidades Nacionales)

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Las Especificidades nacionales de México

Antecedentes

La insurrección de 1810 dirigida por Miguel Hidalgo y Costilla se convirtió en un


alzamiento de los desposeídos contra las clases pudientes. El plan original se propone
lograr el apoyo de la población criolla y de las tropas, arrestar a todos los españoles y
organizar un gobierno mexicano en nombre de Fernando VII. Bajo el mando de
Hidalgo, se levanta un conjunto de 80.000 hombres (masas indígenas, campesinos y
algunos grupos militares).

La guerra de independencia, mantiene como fuerzas latentes un conflicto de clases


y de razas. Espantados por el carácter clasista y racial de la insurrección y por las
proyecciones que aquella va adquiriendo, los oficiales del ejército (en su mayoría
mexicanos), los terratenientes y la iglesia, se alían a la corona española. Si bien la
insurrección va siendo derrotada, su impacto es irreversible, y las atrocidades de la
corona española contribuyen a que la causa de independencia vaya ganando a la
mayoría de la población.

Como catalizador externo, en el año 1820, Riego se subleva en Cádiz y obliga a


Fernando VII a restablecer la constitución liberal de 1812, limitaba del absolutismo real.
Las clase conservadora de México, iglesia y ejército, temerosos de que este triunfo
liberal en España incida en los territorios mexicanos, cuyas fuerzas profundas
representarían una amenaza a sus privilegios, plantean la independencia a través de una
formula monárquica como medio de evitar la concreción del peligro. Cabe señalar que
México fue la única de todas las antiguas colonias españolas que comenzó su vida
independiente bajo la forma de una monarquía y no de una república.

Una vez iniciada las negociaciones entre liberales y conservadores, asume el


mando su primer gobernante Agustín de Iturbide, aceptado y aprobado por el Tratado de
Córdoba (24 de Agosto de 1821) por O`Donojù, último virrey español. Iturbide, es
proclamado emperador por el congreso constituyente el 18 de Mayo de 1822.

La independencia política va acompañada por la preservación de la riqueza,


privilegios, y el poder de los grandes terratenientes y de la iglesia (solución
monárquica). Esta independencia no se traduce inmediatamente en la constitución de
México como nación ni en el surgimiento de un estado nacional centralizado y eficiente.
Es por ello, que en 1823, el imperio dio paso a la república, y los dirigentes intelectuales
de la aristocracia criolla (divididos entre si), sustituyeron las instituciones centralizadas
de gobierno, que siempre habían conocido, por un sistema federalista del que nada
sabían.

El imperio fue una formula temporal. Desde el punto de vista interno, la


estructura socioeconómica de la colonia es preservada y consolidada en lo esencial por
los nuevos gobiernos. El poder es tomado por los grupos terratenientes y burgueses
urbanos de origen criollo, asentados en el México central, en conflicto con los rancheros
mestizos del norte y del sur.

Como Fuerzas profundas, encontramos en el interior del territorio un México dividido


en clases y razas:

-La iglesia mantiene y refuerza su riqueza, poder y privilegios. Es el principal


propietario, pero no moviliza sus bienes, ni sus recursos, y se beneficia con la exención
de impuestos.

-El ejercito defiende celosamente sus efectivos, sus sueldos y privilegios, e


intervienen de modo activo en la política, alternando su apoyo entre distintos grupos y
gobernantes e imponiendo decisiones.

-Las masas indígenas ven frustradas las esperanzas que suscitaron las promesas de
sus líderes revolucionarios. Son mantenidos en la sujeción, la expoliación y la
marginalidad, entrecortadas por explosiones ocasionales de rebeldía.

La vida política se polariza durante varias décadas en dos tendencias


fundamentales:

-Los Moderados: agrupan y expresan a los terratenientes y burgueses urbanos de


la región central y a la iglesia, y al mismo tiempo cuentan con el apoyo de la logia
masónica del rito escocés. Propician una política conservadora y clerical y buscan
implantar una república centralizada y autoritaria dirigida por caudillos militares (esta
tendencia logra la simpatía y alianza de Gran Bretaña).

- Los Puros: son expresión política de los rancheros mestizos y criollos del norte
y del sur. Propician una política liberal y anticlerical que instaure una constitución
democrática, limite el poder y los privilegios de los terratenientes y de la iglesia, y
asegura la vigencia de las libertades públicas y locales y de una república federal (los
puros son apoyados por Estados Unidos y por la logia masónica del rito de York).

Anexión de Texas por parte de Estados Unidos:

Como fuerzas profundas al conflicto texano, la situación interna de México y la


debilidad del sistema federal da cabida a un largo periodo, donde las revoluciones,
sublevaciones cuarteleras fueron incontables. El sistema federal, no bien habían
comenzado a echar raíces, fue abolido en 1835, para ser restaurado unos cuantos años
después. Presidentes, presidentes por delegación y presidentes interinos siguieron unos a
otros en una sucesión alucinante. En treinta años, el poder ejecutivo cambio cuarenta
veces de mano hasta la dictadura de Santa Ana que se extiende de 1834 hasta 1855.

Debido a la rapidez en que se desarrollaron movimientos separatistas, mantener la


integridad territorial de México constituyo una tarea imposible. Tal es el caso de
Yucatan que se separo de la Federacion en 1839 y permaneció mucho tiempo apartado
de ella (insurreccion de los mayas contra los blancos se prolonga varios años). Mas
grave aun fue que Texas, una provincia periférica colonizado por los Estados Unidos, se
rebelara en 1835, proclamara su independencia en 1836 y la mantuviera con las armas
acabando finalmente los texanos, tras una desesperada lucha, por capturar al mismo
Santa Ana.

Como fuerzas profundas de los deseos anexionistas de Texas hacia Estados


Unidos, se encuentra la colonización la cual se inicio en 1821,gracias a las concesiones
que realizo el gobierno mexicano. Moses Austin, jefe de un grupo de agricultores y
ganaderos sureños, negocio un acuerdo con las autoridades mexicanas en 1821, para el
establecimiento de 300 familias angloamericanas en el territorio de Texas, deshabitado
salvo por tribus de indios. En su convenio con el gobierno de Iturbide, Moses Austin se
comprometió a que los colonos respetarían las leyes de México en todos los aspectos.
En 1823, la República de México ratifico el acuerdo firmado entre el gobierno imperial
y Austin: a cambio de la concesión de tierras en Texas, los colonos angloamericanos se
comprometerían a respetar las leyes mexicanas. Sin embargo, casi desde el comienzo la
gente de Austin violo sus compromisos: el numero de familias que entraron a Texas de
los EEUU fue superior al estipulado: la tendencia de los colonos era la de desconocer
totalmente la soberanía mexicana y de auto gobernarse de forma irrestricta.
En Washington, la penetración norteamericana a Texas fue mirada por John
Quincy Adams, secretario de Estado del Presidente Monroe, y luego a su vez
Presidente de los EEUU con la Doctrina Monroe, era Adams uno de los mas conscientes
y uno de los precursores del imperialismo estadounidense; creía en la necesidad de que
los Estados Unidos se transformara en potencia imperial y extendiera su hegemonía en
América Latina.

En 1825, poco después de asumir la presidencia, Adams ordeno al Secretario de


Estado Henry Clay que abriese negociaciones para la compra de México. Clay converso
con los representantes del gobierno mexicano y argumento que a todo el país le
convenía que su capital estuviera colocado en su pleno centro geográfico. México no se
dejo convencer por tan curiosos razonamientos y rechazo la oferta.

En 1830, inició la presidencia en México, Vicente Guerrero, cuyo influyente


ministro fue Lucas Alaman, conservador nacionalista y dinámico en su afán de asegurar
el control efectivo del gobierno mexicano sobre todo el territorio del país, el ministro
Alaman restringió la inmigración de angloamericanos a Texas, y decreto la unión de
Texas con Coahuila, para constituir una sola entidad política-administrativa. Este
decreto represento una fisura entre las relaciones, pues los anglotexanos miraron las
medidas de centralización interna como una virtual declaración de guerra. Bajo la
dirección de Sam Houston y otros dirigentes, comenzó a gestarse el movimiento
secesionista texano, por su separación de México y su unión con los Estados Unidos.

La proclamación a principios de 1835 de una nueva constitución mexicana, de


tipo centralista, fue el punto álgido que desencadeno la insurrección. Bajo la jefatura de
Houston, los texanos se alzaron y, el 2 de Mayo de 1835 proclamaron la independencia
del Estado.

Bajo el mando del General Santa Ana, las fuerzas federales mexicanas penetraron
en Texas para reprimir la rebelión. A México le asistía todo el derecho de un pueblo
invadido por un poderoso vecino. Santa Ana actuó como interventor despótico, lo que
represento un punto de inflexión, pues ante la opinión mundial los anglo-texanos fueron
vistos con simpatía, como rebeldes contra una injusta tiranía.

Una vez mas el tejido diplomático se encuentra en tensión, emprendida la guerra,


Santa Ana cae en manos de las tropas de Houston y es obligado a firmar convenios. Por
uno de ellos, Santa Ana se comprometió a cesar el convenio a retirar las tropas
mexicanas de Texas, reconociendo la independencia de ese territorio. Pero una vez
puesto en libertad, Santa Ana se negó a reconocer la validez de los instrumentos
suscritos, en vista de que su firma le había sido extorsionada bajo amenaza de muerte.

Liberado de la dominación mexicana, el Texas anglosajón de Houston, debió ser


anexado a los EEUU. Pero los EEUU no acepto el nuevo territorio aspirante. Ello se
debía a la oposición de los liberales del norte: representantes de la burguesía industrial
y capitalista opuesta a las pretensiones de la oligarquía agrícola del sur. Ya los EEUU
entraban en la etapa del conflicto entre el norte y el sur, entre capitalismo industrial
ascendente y el esclavismo agrícola, entre el nacionalismo económico auspiciado por
los intereses industriales y la política de comercio y de dependencia ante la industria
británica, favorecida por la “plantocracia” sureña. Por presiones de los norteños, el
congreso y el ejecutivo de los EEUU en 1837 reconocieron la independencia, pero no la
anexion de Texas.

En Octubre de 1838 los texanos, ofendidos por la negativa norteamericana de


acceder a su solicitud de admisión a la unión, retiraron dicha petición y se dispusieron a
existir como nación soberana. Establecieron relaciones comerciales con Inglaterra y
Francia. La Gran Bretaña se sintió encantada de tener acceso al mercado texano y al
algodón de ese territorio. Desde el punto de vista geoestratégico, una influencia
económica sobre Texas permitiría a Inglaterra y su aliada, Francia, interponerse en la
ruta de la expansión estadounidense hacia el sur.

En los EEUU, la idea de la presencia inglesa en Texas hizo que hasta algunos
adversarios de la anexión de ese territorio comenzaron a cambiar de idea. Los
partidarios de la anexión, por su parte, intensificaron las presiones, utilizando la
amenaza inglesa como poderoso argumento. A su vez en EEUU se promovió la
Doctrina del “Destino Manifiesto”, base material según la cual los angloamericanos
están predestinados a extender su hegemonía sobre todo el Hemisferio occidental,
anexando territorios vecinos para dar cabida a su pujante población.

Es asi como en 1845, Texas fue anexado a EEUU. La Gran Bretaña había tratado
de evitar tal desenlace, ofreciendo a Texas mediación con México para lograr que esa
República reconociera la soberanía de su antiguo provincia del noroeste. Después de la
resolución norteamericana de anexión a Texas, el propio gobierno de México se dirigió
a Houston, ofreciéndoles un arreglo: a cambio de que Texas se comprometiera a
permanecer independiente, sin unirse a los EEUU. México le reconocería su soberanía y
le ofrecería su leal amistad y colaboración.

En 1845 en la convención popular, se voto por mayoría aplastante a favor del


ingreso a los EEUU.

Una vez aprobada la resolución anexionista se produce un quiebre en el tejido


diplomático, pues México rompe sus relaciones con los EEUU. Entre los
angloamericanos del sur y los texanos se pedía la inmediata guerra contra México para
obligarla a ceder Texas oficialmente, entregar igualmente California y otros territorios.
La agitación belicista y expansionista se propago por el país, con los latifundistas y
comerciantes sureños como base y fuente principal.

Es entonces, Polk quien declara la guerra a México en 1846, Santa Ana, quien
desde el exilio había negociado secretamente con los EEUU, y les había prometido la
entrega de Texas, California y Nueva México, llego a México con la discreta
complicidad de los norteamericanos.

Bajo el mando de los generales Zacarias Taylor y Winfield Scott, los EEUU
triunfaron al cabo de algo mas de un año de lucha. Las tropas de Scott ocuparon la
Ciudad de México en Septiembre de 1847. Después de la caída de la capital, Santa Ana
dimitió y huyo. En Febrero de 1848, Trist y los representantes del gobierno provincial
mexicano que se constituyo después del desastre, suscribieron el Tratado de Guadalupe
Hidalgo.

Este tratado vino a representar un punto de inflexión para México, pues debido a
los términos que en el se establecían, México tuvo que reconocer la perdida de Texas y
la anexión de ese territorio a los EEUU, estableciéndose limites entre Texas y México a
lo largo del Rio Bravo o Rio Grande. México también tuvo que entregar el grande y rico
territorio de California, juntasen su porción nororiental que hoy constituye el estado de
Nevada. En termino fue obligado a renunciar a Nueva México (toda la porción situado
entre Texas y California, y que comprende los actuales estados de Nueva México,
Arizona, Colorado y Utach).

Este punto de inflexión para México represento la perdida de la totalidad de la


superficie cedida a los EEUU, equivalió a la mitad del territorio nacional de México
cambio de tan enorme adquisición, el gobierno norteamericano se comprometió a pagar
la suma de 15 millones de dólares, mas de 3 millones por cancelación de deuda
mexicana.

Poco después de la firma del Tratado de Guadalupe Hidalgo, el hallazgo de los


colosales yacimientos de oro de California dio al triunfo norteamericano una nueva
dimensión, hasta entonces insospechada. En lugar de conquistar tan solo tierras de
cultivo y pastoreo, los EEUU se habían hecho dueños de las mas ricas reservas de
mineral precioso de la época. El oro californiano estimulo extraordinariamente el
desarrollo del capitalismo norteamericano y mundial. Aunque la anexión de México
septentrional había sido iniciativa de los latifundistas del sur de los EEUU, la conquista
beneficio en definitiva a los capitalistas del norte, fortalecidos por el de California.

La principal amenaza a la independencia y a la integridad territorial de


Mexico no procedía de fuera sino de adentro. Fuerzas latentes: El Movimiento
reformista:

El mal era aun mas profundo. Una reducida aristocracia hacendada; una gran masa
de campesinos analfabetos y miserables, una iglesia que era la mayor propietaria de el
país, cuyas posesiones no podían ser vendidas, cuyo clero reclamaba la exención de
jurisdicción de los tribunales civiles y cuya influencia era casi totalmente antiliberal; un
ejercito de oficiales perezosos sujetos las leyes militares; un país dividido en castas y
clases sociales. No eran estos los fundamentos mas adecuados para erigir sobre ellos un
eficaz gobierno republicano.

El Movimiento Reformista:

Comienza a mediados del siglo, y una revuelta ocurrida en 1854, en la pequeña


ciudad de Ayutla en el estado de Guerrero señalo el comienzo de una nueva era mas
violenta aun. Tras la búsqueda de crear un estado Mexicano modelado a imagen del
liberalismo del siglo XIX, encontramos la sustitución de luchas de partidos por un
conflicto de principios, y llevo a un puesto del gabinete y finalmente a la presidencia a
un indio zapoteco de gran integridad, Benito Juárez.
Se produjeron entonces una serie de innovaciones drásticas. Bases materiales del
movimiento:

-Ley Juárez: de Nov. De 1855, que reorganizo el sistema judicial y limito las
inmunidades legales, o fueros, de clérigos y militares, la supresión de los Jesuitas.

-Ley Lerdo: Junio de 1856, que prohibía a las entidades civiles y eclesiásticas
conservar propiedades reales excepto las destinadas al culto publica, y daba medidas
para la venta forzosa (no para la confiscación) en condiciones muy liberales, de las
tierras inmovilizadas por las manos muertas de la iglesia, y por ultimo en Febrero de
1857, la promulgación de una nueva constitución. En su estructura era esta semejante a
la antigua constitución federal de 1824. Disponía sin embargo, la existencia de una sola
cámara legislativa, ignoraba categóricamente a la iglesia católica como iglesia del
estado; e incorporaba junto con una extensa declaración de derechos las Ley Juárez y la
Ley Lerdo.

La constitución liberal, en los años futuros, seria utilizada fácilmente para servir a
los fines de la autocracia presidencial. La Ley Lerdo, cuyo propósito era el de facilitar
una mejor y mas amplia distribución de la propiedad, ayudaría, no a que los campesinos
adquirieran propiedades sino a la formación de una nueva aristocracia.

Las leyes Juárez y Lerdo, se oponían violentamente a las clases privilegiadas,


tanto eclesiásticas como laicas, provocando así ciertas fisuras entre el gobierno y la
iglesia. El papa había condenado ya la nueva legislación. El arzobispo de México
amenazo con la excomunión a todo el que jurara lealtad a la constitución y en
Diciembre de 1857 un golpe de estado en Ciudad de México, punto álgido que
represento la culminación de una serie de revueltas armadas, echo abajo el nuevo orden
y restauro el antiguo. En Enero se proclamo una dictadura militar, que se apresuro a
deshacer toda la labor de los presidencial, Juárez huía a las provincias para organizar
allí la resistencia y establecer por ultimo el gobierno liberal en Veracruz, el principal
puerto del país.

La guerra así comenzaba, que duro tres años, y en la que se peleo con una singular
intensidad, dejo a México postrada. (La legislación de la Reforma desencadena una
contraofensiva conservadora-clerical que desemboca en una sangrienta guerra civil de
tres años, en la que se entrelazan conflictos regionales, religiosos y sociales).
En medio de ella, Juárez (Julio 1859), proclamo reformas aun mas drásticas- que
provocan quiebre entre las relaciones de la iglesia y el Estado (mediante su separación),
la confiscación de sus propiedades, la supresión de los monasterios y la institución del
matrimonio civil- y propuso también proyectos para la división de grandes propiedades,
la reforma del sistema de tasación, el fomento de la educación y el aliento a la
inmigración.

El gobierno de Juárez, designado presidente por el Congreso, decide en plena


lucha la confiscación de bienes clericales, la supresión de órdenes religiosas. El control
de aduanas, el apoyo del gobierno norteamericano y un amplio grado de adhesión
popular permiten a Benito Juárez, conducir exitosamente una guerra regular y de
guerrillas, y entrar triunfalmente en la Ciudad de México (Enero de 1861).

La guerra de guerrillas continúo aun, la situación financiera del país era caótica y
en Julio, poco después de haber sido reelegido para la presidencia, Juárez, tomo la gran
decisión de suspender los pagos de la deuda nacional exterior, lo que se convertiría en
un punto de inflexión para México, pues provocaría la invasión de tres grandes
potencias. Los conservadores y clericales derrotados apelan a la intervención extranjera
de Francia, Gran Bretaña y España.

Como antecedente a ello, tenemos que el gobierno recién trasladado había robado
una gran suma de dinero en la legación británica de Ciudad de México. Otras deudas
eran antiguas, y por un Convenio firmado en 1851, México había destinado una parte de
sus ingresos aduaneros para saldarlas.

Invasión Napoleónica a México:

Es entonces en 1861, por el Convenio de Londres, que las tres potencias


acordaron forzar el pago de sus deudas con la ocupación militar de parte de la costa
mexicana.

Por lo que a España e Inglaterra se refiere el episodio termino pronto. Napoleón


III tenia convencimiento de que México estaba preparado para la monarquía, y en el
archiduque Maximiliano de Austria había elegido al príncipe que debía reinar.

Bajo la protección de los franceses la oligarquía mexicana se reunió en Asamblea


Nacional y decidió establecer un régimen monárquico.
Napoleón III una vez que Maximiliano acepta el trono, esboza planes para el
establecimiento de un gran protectorado francés en el nuevo mundo, que abarcaría no
solo a México sino que se extendería luego hacia las Antillas y Centroamérica.
Napoleón III prometió a Maximiliano que las tropas francesas permanecerían en el país
para pacificarlo y así garantizar la estabilidad del trono.

Mas tarde Napoleón, tuvo motivos derivados de la dinámica política europea para
abandonar la aventura mexicana (Guerra de los Ducados en 1764) Enfrentamientos
entre Prusia y Austria.

Los últimos soldados franceses se retiraron en 1867 y al marcharse, las fuerzas de


Juárez se apretaron en torno al sentenciado emperador. En Mayo se rindió y en Junio
pago con su vida propia locura y los errores de los demás.

La guerra y el imperio terminaron a la vez. Porque Juárez, otra vez presidente de


México, permaneció en la presidencia los 5 años de vida que le quedaban. Empleo estos
en la inmensa tarea de reconstruir un país destrozado por la guerra. En 1872, muere. Sus
leyes y los de su sucesor en la presidencia Miguel Lerdo de Tejada 1872-1876,
continúan la línea de movilizaciones y redistribución de propiedades eclesiásticas e
indígenas, fomentan la colonización, disuelven las órdenes religiosas, implantan la
libertad de enseñanza. La nueva clase latifundista aprovecha las leyes reformistas y los
conflictos civiles e internacionales para seguir enriqueciéndose y afirmándose.

En 1876, Lerdo anuncio su candidatura para un segundo mandato presidencial;


provocando la rebelión armada del general Díaz. Después de muchas maniobras y de un
pequeño enfrentamiento, Díaz, se hizo del poder federal, mando a Lerdo al exilio y
consiguió ser elegido presidente constitucional a finales de 1876. Fue reelegido 8 veces
(1876-1911) gobernó durante un periodo de 34 años, con un intervalo formal de 1880-
1884 en el cual gobernó González.

El Porfiriato: gestación de fuerzas profundas que derivarían la ola


revolucionaria de 1910.

Durante el porfiriato tiene lugar la consolidación y expansión de la estructura


socioeconómica que se ha ido configurando desde la emancipación, la organización
definitiva del sistema político-institucional y la integración de México al sistema
internacional.
Bajo el porfiriato, el aparato estatal es centralizado y fortalecido, sobre todos los
sectores. Los jefes regionales y locales están sometidos a constante vigilancia, se les
cambia de puesto y lugar cuando pueden volverse demasiado populares.

Se hace uso del terrorismo represivo, contra los indígenas, campesinos, y los
opositores que no se someten al gobierno central ni a los abusos y depredaciones de los
propietarios nativos y de los inversores extranjeros. Es la policía rural quien hace
efectiva estas acciones.

Se instaura una Política de paz, estabilidad y crecimiento económico y de


otorgamiento de privilegios discriminatorios (empleos, negociados, monopolios) hace
que el porfiriato se gane el apoyo y la lealtad de la aristocracia criolla, rural y urbana, y
de los generales, funcionarios, antiguos reformistas acaudalados, clero y capitales
extranjeros. Pero tras esta política de paz, encontramos como fuerzas latentes, un
régimen que hace uso del terrorismo represivo, que prohíbe los sindicatos obreros, los
opositores políticos, abogados, intelectuales, periodistas, lideres sindicales, son
reducidos en gran medida por el terror, el asesinato o cohecho. No se tolera la existencia
de una autentica vida política y solamente llega a existir un partido oficialista (Unión
Liberal, 1891).

Se cumple una campaña sistemática de descredito del pueblo mexicano,


especialmente de los indígenas y mestizos a quienes se imputa una incapacidad racial
congénita y una creciente tendencia degenerativa. El desprecio a la cultura nacional
recibe consagración oficial. La orientación desnacionalizadora se evidencia en la
cultura, arquitectura, arte y las costumbres.

El porfiriato comienza por restablecer la confianza de la oligarquía nacional y de


los inversores extranjeros. La creciente estabilidad monetaria termina por posibilitar en
1905 la adopción del patrón oro. Las leyes mexicanas son modificadas a favor de los
extranjeros, y las concesiones a estos se multiplican.

Las inversiones extranjeras comienzan a ingresar en cantidades cada vez más


considerables. Afluyen hacia la explotación agropecuaria, los ferrocarriles, los servicios
públicos, el petróleo y la minería, el comercio mayorista y minorista; adquieren una
posición dominante en la economía. La inclusión de miembros de la familia del
presidente de su círculo íntimo en los directorios de las empresas extranjeras refuerza
los vínculos entre estos y el sistema de poder.

El porfiriato cumple una distribución masiva de tierras a favor de capitalistas


foráneos y nacionales y de políticos y generales, a expensas sobre todo del campesinado
indígena. Entre 1883 y 1894, un quinto de la superficie total de la república es repartida
entre especuladores extranjeros y amigos personales del círculo dirigente.

Hacia 1910, solo un 10 por ciento de las comunidades indígenas conservan algo
de sus tierras (tres cuartas partes de las minas pertenecen a extranjeras, gracias al
“Código Minero de 1884”que otorga a los dueños del suelo la propiedad del subsuelo.

Bajo el porfiriato, se entra de lleno en el desarrollo capitalista independiente, altos


índices de prosperidad y progreso. El crédito externo y el flujo de capitales extranjeros
parecen no tener límites. El brillante rostro de progreso prosperidad material encubre
un trasfondo sombrío y amenazador. Como fuerzas profundas, la mayoría del pueblo
mexicano recibe poco o ningún beneficio de la política porfirista y del crecimiento
económico dependiente y deformado que aquella promueve y refleja. La concentración
de riquezas y poder por una minoría de nativos y extranjeros va acompañada de la
expoliación, miseria y opresión de los obreros, los campesinos y las capas medias
inferiores. El rápido crecimiento demográfico amenaza rebasar los esquemas de un
sistema socioeconómico y político cada vez más rígido. La dominación extranjera se
ejerce de modo casi absoluto sobre la vida nacional y va creando un nacionalismo que
termina por convertirse en violento y generalizada xenofobia.

Finalizando su mandato: Porfirio comienza a maniobrar entre las empresas


extranjeras y entre las grandes potencias para disminuir su influencia relativa
(especialmente en lo que se refiere a los ferrocarriles y al petróleo). Sus tardías
veleidades nacionalistas no son comprendidas ni creídas por el pueblo mexicano, pero
irritan a los intereses extranjeros, que comienzan a retirar su apoyo al régimen e incluso
a estimular conspiraciones contra el.
Los aspectos opresivos pasan a un primer plano, intelectuales y políticos
intensifican su actividad opositora. Todas esas fuerzas profundas que han ido
gestándose terminan por salir a la superficie en la ola revolucionaria de 1910.

Centroamérica: Dominio Británico

El caso de Centroamérica es muy particular. No representaba gran importancia


para la economía mundial, todas las operaciones comerciales eran canalizadas a través
del puerto de Belize, el cual se encontraba ocupado por británicos, este puerto era
reclamado como territorio nacional por el gobierno federal de las Provincias Unidas de
Centroamérica, que se habían separado de México en 1823.

Gracias a las disensiones que se presentan entre Centroamérica y España, Gran


Bretaña pasa a convertir formalmente a Belize en colonia británica. Esta presencia
inglesa en el puerto les permitiría influir en el reino de Mosquitia, punto geoestratégico
muy importante, pues controlaba la mayoria de las tierras bajas, desde Rio Seco en
Honduras hasta el valle de Matina en Costa Rica.

Gran Bretaña influía de gran manera en el reino de Mosquitia, coronando así a


Jorge Federico II. Gran Bretaña, cuya potencia marítima era la primera del mundo,
presentaba sumo interés por el Pacifico, ya que se proponía crear un canal que uniese
ambos océanos a través de América Central. Es por estos intereses, que Gran Bretaña,
se encargaría de influir en el reino de Mosquitia, pues este le concedería aquellos
territorios que necesitasen en la costa del Caribe. Mas no con ello podía garantizarse la
construcción de los posibles terminales del canal en el Pacifico, pues gran parte del
territorio que tenia que atravesar se encontraban en poder de la federación de Provincias
de Centroamérica.

En este punto, encontramos una federación que reclamaba la tierra en posesión


de los Mosquitos, y a pesar de que a Gran Bretaña debía conseguir los derechos de
transito, su dominio sobre los Misquitos, representaba un punto de inflexión para la
Federación, pues esta se encontraba en desventajas al momento de presentarse una
negociación. Vemos de esta manera, como esa débil federación, necesita posteriormente
de un préstamo proveniente de Inglaterra. Este préstamo, represento un punto de
inflexión para la federación. Pues esta tuvo que lidiar a la revolución armada cuando en
1826 intento extender su autoridad a las provincias.

Encontramos así, que los conservadores centralistas, con base en la ciudad de


Guatemala, perdieron la guerra civil frente a los liberales de las provincias periféricas,
trasladando así la capital de la federación hacia San Salvador, aplicando a su vez
políticas centralizadoras, bajo el mando de Francisco Morazan.

Los británicos, que habían apoyado a los conservadores, pasaron a respaldar al


gobierno liberal de Morazan, cuyo ministro británico Chatfield, se convirtió en el
principal consejero financiero de Morazan. Estos se encargaron, de federalizar las
fuentes de ingreso, con las recaudaciones provenientes de las tarifas arancelarias se
pretendía financiar los gastos del gobierno. Es así como en el año 1838, Morazan
presenta para que fuesen aprobadas por el Congreso Federal de San Salvador, las tarifas
aduaneras y la legislación sobre el tabaco, cuya victoria se traduce en un punto de
inflexión, que provoca la secesión de Honduras, Nicaragua y Costa Rica. Meses más
tarde, en 1839, Guatemala también se retiro de la unión. En respuesta a ello Morazan
renuncia a la presidencia.

La desintegración de la unión centroamericana, se constituye como un punto de


inflexión, del cual se aprovecha Gran Bretaña, para atacar a los estados independientes,
como ejemplo de ello, encontramos el caso de Honduras que fue invadida por tropas
britanicas en 1838. Dos años mas tarde ocuparon la aduana nicaragüense de San Juan
del Norte, aunque se retiraron rapidamente. Es en 1847, los britanicos se hicieron del
puerto de San Juan del Norte (Greytown), reclamando que este pertenecia al reino de
Mosquitia. En respuesta a esa acción, los nicaragüenses se aliaron con los
estadounidenses concediéndoles derechos exclusivos de transito a través de su territorio,
así como también dieron permiso para construir un canal a una compañía
estadounidense encabezada por Cornelius Vanderbil. Dicha compañía, no tenia mas
alternativa que operar por a través de Greytown, pagando impuestos a los Misquitos.

En este punto encontramos a una Gran Bretaña disputándose con EEUU los
dominios sobre Centroamérica, y es así como estas dos potencias llegan a un acuerdo
mediante el Tratado Clayton-Bulwer de 1850, donde las dos naciones convinieron que
nadie podría estacionar tropas en el istmo (Belize y las islas del Golfo eran excluidas) y
que ningún canal o cualquier otro sistema de transporte que pudiese construir o
controlar cualquiera de ellos gravaría con ningún tipo de impuestos a las mercancías que
se desplazasen en transito. Dicho tratado suponía la retirada de los soldados británicos
del territorio misquito.

Los intereses de Vanderbil se vieron amenazados, en Nicaragua, debido a unas


revueltas de los liberales en contra de los conservadores, quienes habían concedido el
derecho al transito. Los liberales apoyados por grupos financieros norteamericanos,
emprendieron la campaña contra Vanderbilt, a la cabeza se encontraba Walker, quien
tomo a Nicaragua eligiéndose el mismo presidente en 1856. Por otra parte los
conservadores se hicieron del apoyo de los británicos y de Vanderbilt y de los gobiernos
conservadores de las otras cuatro republicas centroamericanas.

En 1857, los aliados centroamericanos ganaron la guerra y Walker y sus


mercenarios fueron evacuados desde Greytown por la armada de los Estados Unidos.
Esta derrota a Walker, represento un punto de inflexión para los liberales, pues
estos acontecimientos les aseguro el control político a las clases conservadoras de todas
las republicas centroamericanas, durante los 15 años siguientes a 1856.

Desde el momento que Walker, pretendió anexar Nicaragua a los EEUU, se


entrelazo un nexo entre Gran Bretaña y Nicaragua, conciliación que trajo entendimiento
sobre antiguas disputas. En 1859, Gran Bretaña se retiro de las islas del golfo, las cuales
devolvió a Honduras. En cuanto a Belize, Guatemala la reconoció como colonia
británica. En 1860, otro tratado anglo-nicaragüense reconocía la soberanía de
Nicaragua sobre Los Mosquitos, pero este fue conservado como reserva india con
autonomía propia.
Las Especificidades Nacionales de Guatemala

Se puede decir que la vida de Guatemala como nación independiente se


caracterizó por un ir y venir de las tendencias liberales que subyacían en el contexto
latinoamericano del siglo XIX, por lo cual las políticas adoptadas a los efectos de lograr
la organización del Estado guatemalteco desde 1824 a 1888 se podrían enmarcar dentro
de un contexto definido como la ascensión, caída y restablecimiento del orden liberal en
Guatemala.

La ascensión del orden liberal de Guatemala se inicia una vez que esta junto a
otras cuatro Provincias se separa de México luego de la caída de Iturbide en 1823, y
pasan a constituir una federación muy bien conocida como las Provincias Unidas de
Centroamérica (Honduras, Nicaragua, Costa Rica, El Salvador y Guatemala), cuya
capital quedó establecida en Guatemala. Al año siguiente de la conformación de esta
federación establece con la promulgación de la Constitución centroamericana una
importante base material de corte liberal signó los destinos de estas provincias en los
primeros años de su existencia. Cabe resaltar que esta Constitución no planteaba
mayores inflexiones a los intereses de la clase dominante guatemalteca que se tradujeran
en modificaciones en el status quo existente para el momento, puesto a que se le seguían
reconociendo a los ladinos los privilegios que gozaban desde la época colonial producto
del monopolio comercial consecuencia directa del control que ejercían sobre el
Consulado (institución que regulaba lo concerniente a la exportación de los productos
agrícolas de la región).

Este escenario comienza a ser modificado a partir del conjunto de reformas de


corte liberal que empiezan a proponerse en el Primer Congreso Federal de 1826
celebrado en Guatemala y que contó con la participación de los distintos integrantes de
las Provincias con tendencias conservadoras y liberalista las cuales en principio se
contraponen cuando se propone adoptar una medida que plantea la supresión del sistema
de tribunales mercantiles dominados hasta el momento por el Consulado (el cual le
permitía disfrutar en el ámbito comercial de una jurisdicción especial), este hecho
evidentemente, al plantearle una inflexión a los intereses de la clase que hasta el
momento ejercía la hegemonía dentro del contexto, implica una fisura en el status quo
preestablecido que amenaza con modificarlo, por lo que rápidamente los monopolistas
guatemaltecos y la jerarquía eclesiástica trazan una estrategia para evitar que el
Consulado sufra la inflexión señalada. En este sentido, buscan y obtienen el apoyo del
Presidente del Congreso, el salvadoreño Manuel José Arce, quien se pasa del lado
liberal al conservador y logra ponerle coto a la medida, continuando así, y aunque a
corto plazo los Tribunales.

Debido a que luego del golpe de Estado asestado por los liberales a Arce
enmarcado dentro del contexto en la guerra civil que enfrentó entre 1826-1829 a
conservadores y liberales, se suprime el Consulado luego de que los liberales lograran
la victoria definitiva en la guerra, asimismo cabe señalar que se emprenden medidas en
contra de la Iglesia por la posición adoptada por esta en el Congreso de 1826.

A principios de los años 30, durante la presidencia federal de Morazan en El


Salvador y durante el gobierno provincial de Guatemala de Mariano Gálvez se aprueban
leyes de carácter liberal sin precedentes en el contexto latinoamericano del momento,
las cuales enmarcadas dentro de la tendencia liberal, propugnan dentro de la federación
centroamericana: la supresión del fuero eclesiástico, la libertad religiosa, se autoriza el
matrimonio civil y el divorcio, entre otras.

El tejido interno guatemalteco se ve mucho más friccionado cuando Gálvez


promulga otra serie de medidas que producen mayores inflexiones a los intereses
eclesiásticos y conservadores enmarcadas si se puede decir en una especie de reforma
agraria, en la que se busca el traspaso de importantes extensiones de propiedad pública
para su correspondiente explotación por extranjeros y protestantes, asimismo se adoptan
un conjunto de normas que teniendo como modelo Los Códigos Livingston de los
Estados Unidos (elección de jefes policiales y celebración de juicios con jurados),
plantean serias modificaciones dentro del status quo que implican serias inflexiones a
los intereses de los conservadores. Asimismo, Gálvez debido a la realidad económica
que enfrentaba Guatemala durante su gobierno se vio obligado a implementar otro
conjunto de medidas de carácter económico que terminó afectando a las capas medias y
populares de la región, dando así origen a ciertas fisuras dentro del partido liberal que
culminan con su derrocamiento en 1838, por la campaña del ejercito de Carrera, quién
luego de la victoria dispuso en el poder Burrundia a quien luego de dos meses intentó
derrocar.
Burrundia recurrió al apoyo militar del gobierno federal de San Salvador, el cual
efectivamente se lo dio, y envía sus tropas a Guatemala para que combatan en Montaña,
mientras otro grupo de liberales al otro lado de Guatemala en el territorio de
Quezaltenango organizaron el gobierno de la nueva Provincia Los Altos, la cual es
anexionada a la unión en el momento que la misma se resquebraja con la salida de
Honduras, Nicaragua y Costa Rica a las que en 1840 se les une Guatemala, la cual luego
del apoyo de los ladinos a la causa de Rafael Carrera, pasa a estar dominada por él, una
vez que este derrota a Morazan y conquista la provincia de los Altos.

El ascenso al poder de Carrera en Guatemala en 1840 marca el inicio de la etapa


de la caída de la reforma liberal en el país, puesto a que se suprimen todas las medidas
adoptadas en los períodos anteriores y con ello reconstruir el status quo correspondiente
al período anterior al Primer Congreso Federal de 1826. Por lo que con la restauración
conservadora de Carrera de le fueron devueltos los privilegios a la Iglesia, se restableció
el Consulado, y este paso junto con el gobierno a proteger por un lado, los intereses de
la oligarquía y por el otro, a promover el progreso económico del país aplicando para
ello sus practicas tradicionales (monopolización de las rutas comerciales, del mismo
comercio y por ende de las tarifas aduaneras), los modos de vida de la población
indígena en este contexto fue respetado, se prohíbe la libertad de prensa y de opinión.
La aplicación de estas medidas fue posible por la promulgación de la Constitución de
1851, en donde la separación de los poderes brillaba por su ausencia, ya que al
Congreso se le es a asignada como única función la de nombrar al Presidente, por lo que
luego del nombramiento de Carrera en 1854 como Presidente vitalicio pasa a tener un
receso legislativo que dura hasta 1865 fecha en la cual muere el caudillo, por lo que el
Congreso procede a nombrar como Presidente al candidato propuesto por Carrera,
Vicente Cerna, quien permanece en el gobierno hasta 1871, cuando es derrocado por
luna revolución liberal en cuya cabeza se encuentra la personas de Justo Fustino
Barrios (abogado y militar de la ciudad guatemalteca).

Finalmente, en el período comprendido entre 1871-1885 de la mano del


gobierno de Barrios son restablecidas las políticas liberales adoptadas después de la
época post-independentistas (supresión definitiva del Consulado, campaña en contra de
la Iglesia), asimismo adopta otras medidas que se alejan del contexto liberal del
momento y le imprimen fuertes rasgos dictatoriales al régimen, una de ellas es el
decreto de la educación pública obligatoria a los efectos de inculcarles a los niños
indígenas los valores y costumbres del mundo moderno, la promulgación en 1878 de la
ley de vagos y el decreto de la obligación al trabajo de los indígenas. Asimismo, en
virtud de la legislación aprobada en 1873, se le otorgaron nuevas posibilidades en el
ámbito comercial a los blancos y ladinos, y con la promulgación del código del
comercio en 1877, el mismo quedo abierto a las potencias extranjeras, se repartieron
tierras optimas para la producción de café para su explotación tanto a nacionales y
extranjeros , así como se le otorgo confecciones a las empresas ferroviarias para la
creación de nuevas rutas que le permitiera al país su progreso económico y la
diversificación de su economía.
Las Especificidades Nacionales de Cuba

Durante la época de 1830 Cuba permanecía bajo la dominación de la Corona


española, a diferencia de las demás colonias americanas quienes para ese entonces, ya
habían logrado su independencia de la metrópoli. Tales movimientos independentista,
no obstante, generaron ciertos beneficios a la actividad económica de la isla, debido a
que por una parte, la producción de azúcar en Haití había desmejorado y por otra, el
bloqueo impuesto durante las guerras napoleónicas seria el reflejo del aumento de los
precios del azúcar. Tales circunstancias económicas representaron para Cuba un
progreso, y en tal sentido se pueden considerar como la fuerza subyacente el desinterés
por parte de la isla de quedar libre del Imperio.

Para el año 1833 a raíz de la muerte del Rey de España Fernando VII, se
desatan una serie de conflictos a causa de la disconformidad por parte de Carlos María
Isidro Borbón, hermano de Fernando VII, reacio a la posibilidad de que Isabel II (hija
de su difunto hermano) fuera la nueva reina, inicio las denominadas guerras carlistas
(1833-1839) cuyas características se enmarcadas principalmente en un problema
sucesoral. En este contexto ocurren una serie de reformas como lo son la supresión de
la censura de prensa, la convocatoria de las cortes, confiscación de propiedades
agrícolas de la iglesia, se pone fin al comercio de esclavos etc,. Esta ùltima representa
un punto de inflexión para Cuba, siendo una de sus principales bases materiales.

Otro de los hechos fundamentales durante este periodo, fue la solicitud por parte
de la población cubana de poder elegir los funcionarios en las Cortes españolas, y así
tener cierta representatividad de sus necesidades e intereses ante los mismos. Dentro de
este marco, resalta la figura del Gobernador ante la Corona, Miguel Tacón cuya gestión
en la isla se orientó al restablecimiento del orden y a la mejora de las infraestructuras,
así como también una estricta disciplina y comportamientos inequívocamente
autoritarios. A pesar de ello, su aprobación a la construcción del Ferrocarril, permitió
que Cuba se convirtiera en un punto geoestratégico de inversiones y estudios
extranjeros, lo cual generó un crecimiento económico extraordinario, sin embargo no
ocurrió así en las aéreas social y política. Aunado a tal situación, la problemática del
sistema laboral de Cuba fundamentalmente esclavista (objeto de oposición por parte de
la Corona), era indispensable para cubrir las necesidades de las plantaciones, no
obstante las condiciones comienzan a mejorar a partir de 1838 con la salida del Capitán
Tacón, ya que durante su mandato la importación de esclavos era casi remota.

De acuerdo a los anteriores planteamientos, podemos considerar el descontento y


las pretensiones insatisfechas de los plantadores y demás población cubana, como
fuerza latente ante posibles sentimientos independentistas, ya que a su vez en este
contexto, ocurre el aumento del precio de los esclavos, debido a la intercepción de los
barcos provenientes del África, por parte de la armada británica. Tal hecho motivo una
posible adhesión de Cuba a Estados Unidos, ya que estos últimos tenían acceso al
mercado laboral a precios más accesibles, lo que generaba gran interés en los
empresarios cubanos.
La idea de formar parte de Estado Unidos, fue del agrado de la población
cubana, pues representaba la oportunidad de tener la autonomía ante el Imperio
Español. Así mismo, es importante destacar, que las políticas norteamericanas siempre
tuvieron presente su interes en Cuba, primeramente para evitar la influencia inglesa
sobre la isla, asì como también por el poder económico que esta ultima representaba, en
la época de 1830-1850, ello explica la iniciativa del gobierno del Presidente
norteamericano James Polk, en el año 1848 de comprar a Cuba, a lo cual España se
opone.

Tal negativa desvaneció la posibilidad de lograr la autonomía de España, la otra


manera para conseguir dicho objetivo era a por la vía de las armas, lo cual representaba
un punto de inflexión para los propietarios de esclavos, tal y como lo señala Macaulay
en su obra El Nacimiento de los Países Latinoamericanos : “la independencia no era un
opción que pudiese ser tenida en cuenta: supondría un enfrentamiento armado y
debilitaría, si no destruía por completo, el orden social existente, conduciendo, antes o
después, a la abolición de la esclavitud en Cuba. La idea de la independencia era más
atractiva para aquellos cubanos que no tenían o tenían muy pocas propiedades
esclavizadas”.

Un hecho de gran relevancia, enmarcado dentro de este sentimiento antiespañol,


fue la persistencia de Narciso López, (venezolano participe en los movimientos
emancipadores de Hispanoamérica) quien bajo el ideal de anexar a Cuba a los Estados
Unidos, intento liberar la isla en tres expediciones fallidas. La primera de ellas fue en el
año 1849, López contaba con equipos y financiamiento para la invasión, sin embargo
ella no se concreto principalmente debido a la oposición del Gobierno Federal de los
Estados Unidos bajo el mando de Zachary Taylor, quien ocupo la presidencia tras la
muerte de James Polo. En efecto, Taylor se vio en la obligación de hacer pública dicha
incursión, ya que existían fuerzas subyacentes a tal situación, como lo fueron, El
Tratado de Neutralidad con España y el Tratado Clayton-Bulwer con Inglaterra, el cual
prohibía que ambos países anexaran territorios de Centroamérica y el Caribe.

La segunda expedición se llevo a cabo un año después cuando López habiendo


reorganizado sus fuerzas, logra desembarcar en tierras cubanas, sin embargo, fueron
reprimidos por las tropas españolas viéndose en la necesidad, de partir nuevamente
hacia territorio norteamericano. La última incursión a Cuba ocurre en 1851, pero sin
contar con el respaldo de la población cubana y ser nuevamente atacados por las fuerzas
españolas, las fuerzas comandadas por López fueron eliminadas y posteriormente, tal
personaje fué condenado a muerte.

Los anteriores acontecimientos, la crisis económica de ese momento, las


disparidades a nivel regional, la poca participación política de los cubanos en cargos
públicos y demás fuerzas subyacentes, motivaron en 1868, un enfrentamiento armado
de carácter nacionalista, cuyo principal objetivo era la liberación del dominio español,
lo cual representaba una fisura en las relaciones con la metrópoli.

Tal conflicto se conoce como la Guerra de los Diez años, y es considerado el


primer paso hacia la búsqueda de la independencia de Cuba. El actor principal de estos
hechos fue Carlos Manuel de Céspedes, quien promulgaba la emancipación de los
esclavos, la autonomía del imperio español y otras reformas de corte social. No
obstante, es necesario señalar, que no todo el pueblo cubano estaba favor de dicho
levantamiento, bien sea porque aspiraban la anexión con Estados Unidos o bien porque
preferían seguir bajo la autonomía de España. A pesar de tales oposiciones, la rebelión
llevo varios años de luchas, batallas, reformas (creación de un gobierno republicano),
pérdidas económicas y humanas que dejaron a Cuba en situación de deterioro.
Las inflexiones que dicho conflicto generaron tanto a la colonia como al
Imperio, motivaron que en 1878 ambos acordaran la paz, firmando el “Pacto de
Zanjón”, en este, se otorgaba la libertad a los esclavos y se garantizaba la participación
de representantes cubanos en las Cortes españolas, lo cual se traducía en una mayor
capacidad de autogobierno. Tales hechos, no significaron la total autonomía de España,
pero si los inicios para la independencia.

A la luz de los anteriores acontecimientos podemos señalar, que los intereses


económicos que regían en Cuba eran controlados por los dueños de las plantaciones
cuya base material era fundamentalmente el sistema esclavista. Así mismo, Cuba no
tenia las bases necesarias para obtener su independencia en ese momento, ya que no
buscaba la autonomía por el sentimiento de libertad.
Las Especificidades Nacionales de Argentina

La independencia política de los países hispanoamericanos constituyó un gran


viraje en el status quo del continente del siglo XIX, el cual estuvo acompañado por
grandes fricciones en el tejido de las nacientes Repúblicas que en definitiva terminaron
por repercutir en lo distintos ámbitos de vida de sus respectivos habitantes. En este
contexto, las ex-colonias tenían la tarea de superar las reglamentaciones impuestas
desde España que durante años signaron sus destinos, y, crear unas nuevas que se
adecuaran a sus nuevas realidades atendiendo las especificidades de cada uno de los
nuevos Estados independientes de América Latina, los cuales debieron aprender con el
tiempo a autogobernarse y administrarse por sí mismos. Todo ello planteaba la
necesidad de reestructurar el orden económico, administrativo y político de las nuevas
naciones, dicho proceso adquirió un matiz característico en cada uno de ellos y es la
razón por la que se habla de especificidades nacionales.

El problema o nudo principal en el contexto de la República de Argentina queda


recogido en la página 236 de la obra de Marcos Kaplan Formación del Estado nacional
en América Latina y es el siguiente: “La tarea de organizar la nueva sociedad y un
Estado centralizado absorbe casi dos tercios de la historia argentina en el siglo XIX,
desde 1810 hasta 1880 aproximadamente, lapso cubierto por situaciones de anarquía,
guerras civiles, despotismo y conflicto internacional”.

En Argentina durante la época colonial las Provincias Interiores gozaban de


ciertos beneficios, entre los cuales se pueden mencionar:

 Proteccionismo derivado del sistema mercantilista español, que protegía sus


industrias locales. Tal sistema fue mermado con las medidas adoptadas por
Buenos Aires que le abrió el mercado interno argentino a los intereses
comerciales de Gran Bretaña.
 Poseían una gran cantidad de recursos naturales, mano de obra indígena y
mercados internos.
 Mostraban una relativa diversificación de las estructuras económicas sin
evidenciarse una súper especialización en la ganadería.
En este sentido, en el noroeste se encontraban las Provincias andinas de Salta,
Tucumán, Jujuy y Catamarca, las cuales por su proximidad con el Alto Perú se
concentraron en producir para esa economía minera alimentos, ganadería y
animales de carga, asimismo poseían algunas industrias de azúcar textiles y
equipos de transporte protegidas de la competencia exterior. En el extremo
oeste, las Provincias de Mendoza, San Juan y La Rioja por sus proyecciones
hacia Chile y el Río de la Plata se caracterizaron por practicar la agricultura de
subsistencia, junto con la producción de vino y Brandy, igualmente protegidos
de la competencia externa que les garantizaban satisfacer las demandas de toda
Sudamérica meridional. Y El medio oeste, Córdoba y San Luís formadas por
praderas semiáridas producían textiles y abastecían de animales de tiro al Alto
Perú.

Todo ello al desenvolverse bajo formas precapitalistas de producción e intercambio, se


podría decir que a la final terminó por traducirse en una baja productividad y escasa
capacidad de competencia a niveles de costos y calidad en el ámbito del comercio
exterior, tomando en cuenta que en este contexto se halla el liberalismo comercial como
fuerza subyacente importante, la cual en definitiva presiona incansablemente hasta
producir una profunda fisura en el contexto que derivan en las inflexiones sociales y
económicas que signaron a las Provincias Interiores de Argentina en el período post-
independentista.

El caso contrario al de las Provincias Interiores es el que experimentó Buenos


Aires a comienzos del proceso de Independencia de Argentina alrededor de 1810, en el
que gracias a su ubicación geográfica (cercanía de las Pampas al mar, extensas llanuras
fluviales ausentes casi en su totalidad de obstáculos naturales) se ubica dentro del
contexto como un gran punto estratégico sobre todo en el ámbito comercial, al
convertirse en el eje de intermediación por excelencia entre el sistema internacional y el
resto del país., permitiéndole así erigir su supremacía desde el punto de vista
económico-comercial sobre las demás provincias, la cual prontamente logra trascender
al ámbito político y social de Argentina, produciéndose así las profundas
contradicciones entre Buenos Aires y las demás Provincias del interiores que signan
durante varias décadas la historia Argentina como República independiente y cuyo
punto de partida se encuentra en el desequilibrio que produjo dentro del status quo del
país su proceso de Independencia, así lo afirma Marcos Kaplan en la página 236 de su
obra intitulada Formación del Estado nacional en América Latina: “El proceso de la
emancipación y sus consecuencias llevan a primer plano el conflicto básico entre
Buenos Aires y el interior”.

En este sentido, el conflicto entre Buenos Aires y las Provincias del Interior
enfrenta a dos grupos con intereses antagónicos, por un lado, están los de las Provincias
interna, las cuales buscaban volver a la prosperidad que disfrutaban antes de la
Revolución de Mayo de 1810, por lo que consideran como única alternativa para ello la
protección de sus economías contra la competencia extranjera a través del
establecimiento de barreras fiscales al comercio o su prohibición total. Ello,
evidentemente se contraponía a los intereses librecambistas de Buenos Aires, tomando
en cuenta el escenario que desde el punto de vista comercial se crearía con el alza de las
tarifas aduaneras (reducirían el comercio, provocarían el alza de los precios en el país y
probablemente de los salarios) contraviniendo así con el interés de la clase dominante
integrada por:

Ganaderos, mercantiles, financieros e intelectuales cuyo objetivo fundamental


era la monopolización de los beneficios económicos y sociales de la Revolución, por lo
que buscaron siempre mantener el control sobre los puertos y aduanas de Buenos Aires,
y de las rentas provenientes del comercio exterior, las cuales le permitirían erigir su
supremacía en el plano económico y político. Este hecho evidentemente friccionaba aún
más el tejido de Buenos Aires y las Provincias interiores ya que le estaría negando a
estas últimas gozar de un cierto grado de autonomía desde el punto de vista económico-
financiera (proteccionismo aduanero, disponibilidad de recursos fiscales) que les
permitiera comercializar entre ellas y el exterior sin tener como intermediador a Buenos
Aires y acentuar una política federalista que se opusieran a las tendencias
centralizadoras de Buenos Aires.

Asimismo, dentro del mismo contexto se presentan contradicciones dentro del


grupo dominante de Buenos Aires y el litoral, que enfrenta los intereses, por un lado, de
los grupos urbanos mercantiles-financieros de la ciudad de Buenos Aires que colocan a
la expansión comercial como el único medio garante de su prosperidad, por lo cual
buscaron y encontraron el apoyo necesario en grupos similares en el interior y en
algunos oficiales del ejercito, que en definitiva se tradujo en la conformación del Partido
Unitario, el cual propugnaba el desarrollo capitalista y de la civilización europea en
Argentina a través de una política centralizadora. Por otro lado están los terratenientes
que consideraban a la producción agropecuaria como la base de su prosperidad, ellos
conforman el Partido Federal junto con los representantes de las tendencias federalista
del Interior, aliándose así en su lucha contra el unitarismo del bloque porteño-
bonaerense.

La lucha entre Unitarios y Federales implicó en Argentina durante muchos años


una inflexión a las tentativas de su organización política y socioeconómica, debido a la
ausencia de una unidad nacional que garantizasen la estabilidad política y la continuidad
de las políticas en beneficio del colectivo. Un ejemplo de ello, fueron las políticas
implantadas por Bernardino Rivadavia en la década de los veinte, quien fue producto de
la tentativa unitaria de organizar al país en función de una administración nacional y en
función de los intereses de Buenos Aires, por lo que luego del Congreso Constituyente
de Buenos Aires de 1825, se erige como el titular interino de la administración nacional.

Las políticas implementadas por Rivadavia estuvieron altamente influenciadas


por la realidad Europea, a la cual se sentía altamente identificado, por lo que planteaba
la liberalización del comercio y la integración de Buenos Aires al sistema económica de
Europa Occidental, fomentando el intercambio comercial, la inmigración y las
inversiones extranjeras, y en definitiva, la introducción del país que para ellos era
Buenos Aires en la corriente de modernización y progreso mundial, mientras las
Provincias Interiores eran relegadas al atraso y a la miseria por la pérdida de su
participación en los mercados nacionales y extranjeros, y por la falta de protección
hacia su agricultura, artesanado y manufacturas locales.

El Régimen encarnado por Juan Manuel Rosas constituye desde 1829 a 1852 un
intento por suprimir el conflicto entre los unitarios y los federales, pero en sí no logra
sino atenuarlo de manera provisional. Esto no podía ser de otra manera, tomando en
cuenta que él era uno de los miembros más adinerados de la clase alta terrateniente de la
Provincia de Buenos Aires y su fama como hombre de negocios constituyó en definitiva
una base material importante para alcanzar el éxito político, ya que se hizo del apoyo de
la clase dominante de Buenos Aires para titularse gobernador de la misma. Por lo que
durante el parte de su mandato estuvo a merced de los intereses centralizadores de los
integrantes de esa clase, y debido a ello logró imponer la hegemonía de la Provincia
bonaerense sobre todo el país, yendo en contra de los deseos federativos de corte social
que aclamaban las Provincias Interiores quienes abogaban por la protección de sus
economías a la penetración de los comerciantes y financistas tanto nacionales como
extranjeros y, por una participación mas equitativa en los recursos nacionales que les
permitiera la adaptación de sus economías a la nueva realidad del país y la creación de
un sistema global más equilibrado.

Cabe destacar, que si bien durante el principio de su régimen atendió a las


demandas proteccionistas del interior, tal hecho simplemente represento una maniobra
para obtener apoyo político y consolidar su mandato, puestos a que para la consecución
de sus intereses y los de su clase necesitaban que en el plano comercial existiesen las
menores trabas posibles.

Rosas aprovecha las contradicciones presentes en el tejido de Buenos Aires y las


Provincias Interiores para profundizar sus diferencias y con ello dividirlas aún más a los
efectos de ejercer un mayor control sobre ellas. Para ello se vale de varías estrategias
entre las cuales se pueden mencionar: las vigila permanentemente, usa contra ellas y
cualquier oficial disidente la fuerza militar, la corrupción personal, utiliza ayudas de
distintos tipos y les impone las normas y tutela de Buenos Aires. En este sentido, se
evidencia la imposibilidad de que las aspiraciones de las provincias sobre el
establecimiento en ellas de organismos de carácter representativos se concreten, al no
llevarse a cabo durante este período la tan necesaria Asamblea Constituyente,
representando así una inflexión a la organización federal del país. Se puede considerar
que este hecho tiene como fuerza latente la ausencia dentro del proyecto político de
Rosas de un Programa de desarrollo nacional de Argentina que lejos de favorecer a sus
intereses personales favoreciera al colectivo, lo cual se evidencio aun mas cuando en
1831 por medio del Tratado firmado entre las Provincias de Buenos Aires, Entre Ríos y
Corrientes y Santa Fé para conformar con ello la Confederación Argentina, cuya
característica principal era que legitimaba al gobernador de Buenos Aires de actuar en
nombre de las demás provincias en materia de defensa y política exterior.
En este sentido, la época rosista constituyó uno de los períodos más álgidos de
las relaciones internacionales de Argentina como República independiente, ya que se
retoman las viejas disputas territoriales de la época de la colonia que tienen como fuerza
subyacente la ausencia de delimitaciones precisas de las fronteras entre los dominios de
España y Portugal respectivamente, este conflicto si se puede decir es heredado por
Argentina y Brasil, los cuales se disputan los territorios de Uruguay y Paraguay
considerados dentro del contexto como puntos geoestratégicos en el ámbito comercial,
lo cual determina la intervención de Gran Bretaña en el conflicto con el objeto de
preservar sus intereses comerciales en el área.

Con relación al conflicto con Uruguay desde el punto de vista de Argentina


como república independiente, se puede decir que se inicia en 1825 cuando los
uruguayos se rebelan en contra del gobierno de Brasil y le solicitan su anexión a
Argentina, a los efectos de sumar fuerzas en contra de Brasil. Tal solicitud es atendida
por Argentina y empieza el conflicto. Brasil por un lado, gozaba del apoyo de Francia e
Inglaterra, las cuales actuaban en pro de sus intereses y Argentina afirmaba su poder y
sus pretensiones de integrar a Uruguay a la Confederación rioplatense bajo la bandera
de un nacionalismo opuesto a la hegemonía de las potencias extranjeras en la región.

En este contexto, la mediación de Gran Bretaña en la persona de Lord Ponsonby


fue fundamental, quien jugando si se quiere con las contradicciones que friccionaban el
tejido interno de Argentina logró persuadir al gobierno de Buenos Aires a renunciar a
sus pretensiones de anexionar a su territorio la Banda Oriental de Río de la Plata
(Uruguay). Y a l mismo tiempo Ponsonby logró también persuadir a Brasil sobre sus
aspiraciones de mantener bajo su poder a un Uruguay rebelde, haciéndole ver cuan poco
beneficioso le resultaría hacerlo. Gran Bretaña hizo todo esto con el interés de
establecer en esa área del Río de la Plata a un Uruguay independiente libre de la
influencia de Brasil y Argentina y asegurar con ello los intereses comerciales y
financieros de la burguesía británica en el área, que no era otro que el de mantener
abiertos al comercio de sus mercancías las rutas del río Paraná y el Uruguay
garantizando con ello su entrada en los mercados suramericanos.

Uruguay es declarada como República Independiente en 1828 en virtud de un


tratado preliminar firmado entre Brasil y Argentina.
En 1830 Uruguay como República Independiente, ya había adoptado su
constitución y electo Presidente al General Fructuoso Rivera liberal y partidario total
del libre comercio, este personaje tuvo como competidor en la carrera por la presidencia
al nacionalista, proteccionista y amigo de Juan Manuel Rosas el general Lavalleja. En
Uruguay los partidarios de ambas tendencias se agrupan en el Partido Blanco (en apoyo
a Lavalleja) y el Partido colorado (en apoyo a Rivera) respectivamente. En 1834, con la
llegada a la presidencia de Manuel Oribe partidario de Lavalleja se fricciona el tejido de
Buenos Aires y Uruguay y al mismo tiempo se quiebra la estabilidad interna de este
país, debido al malestar que causaba en una parte de la sociedad uruguaya
particularmente en los partidarios del partido colorado la influencia que ejercía Rosas
sobre el actual gobierno, por lo que derivo en la encarnizada guerra civil iniciada en
1836 con el alzamiento de Rivera y que cuenta con el apoyo de Brasil, Gran Bretaña y
Francia en virtud de sus intereses comerciales.

Se puede decir que en la guerra civil uruguaya se observa la extrapolación del


conflicto interno de Argentina a Uruguay, tomando en cuenta que la participación
argentina se hizo cada vez más directa en la medida en la que los unitarios antirrosistas
que se encontraban en Uruguay en el exilio apoyaban la causa de Rivera y los
colorados, y presionaban e intrigaban para conseguir el suficiente apoyo para derrocar al
dictador bonaerense, a lo que Rosas tomo la posición de apoyar a los blancos ante las
inflexiones que le presentaba a su régimen el escenario actual.

Otra fricción dentro del contexto internacional del período rosista la constituyó
las contradicciones entre Francia y Argentina, las cuales comienzan a tomar forma
cuando dentro del contexto de la guerra civil de Uruguay, Francia, apoya a Rivera en
contra de Rosas, tomando como precedente que desde 1835, Francia veía en la
elevación de los aranceles argentinos una inflexión a sus intereses comerciales aunado a
ello, se presentaron denuncias por parte de Francia de que a sus ciudadanos se les estaba
dando un trato injusto dentro de su jurisdicción. Todo ello derivó en el establecimiento
de un bloqueo de las costas argentinas por parte de las flotas francesas que duró desde
marzo de 1838 hasta octubre de 1840, del cual, Rosas y la economía argentina salieron
a simple vista airosos, puesto que le permitió en principio el fomento agropecuario y
manufacturero de las provincias internas, la diversificación de la economía en general y
a la autonomía de las fuerzas capitalistas externas.
Rosas luego de la supresión del bloqueo francés en 1840, siguió interviniendo en
Uruguay, al punto de que en 1841 ordeno a una escuadra de argentina bloquear a
Uruguay, en apoyo a las intenciones de Oribe de apoderarse de todo el territorio
uruguayo, dicho plan es concretado casi en su totalidad en 1843, puesto a que el único
territorio que se le escapaba para el momento era Montevideo. En este contexto, Rivera
y Rosas emplearon distintas tácticas para lograr alianzas y contrarrestar fuerzas
respectivamente en función de los territorios vecinos, particularmente de Brasil, por lo
que Rosas le propone a Brasil, a los efectos de frenar su intervención en el conflicto,
que siempre y cuando Brasil no le diera apoyo y asilo a los colorados y aceptara y
reconociera como Presidente del Uruguay a Oribe, Argentina se comprometería a dejar
de lado todas sus pretensiones de anexar el territorio uruguayo a la Confederación
rioplatense y de respetar su independencia. El acuerdo no se alcanzó porque Brasil no le
agradaba el hecho de que Oribe quedara al mando de la nación.

Francia e Inglaterra al observar dentro del contexto inflexiones a sus intereses


comerciales (irrupción definitiva del comercio con Uruguay), y ante la negativa del
mandatario de Buenos Aires de ponerle fin a su intervención en Uruguay, ambas
potencias imponen un bloqueo en las costas de Buenos Aires a los efectos de presionar
la salida de Rosas de Uruguay y ponerle fin a su política económica de corte
nacionalista. Entre 1849 y 1850 fueron levantados los bloqueos (primero lo hizo
Inglaterra y luego Francia), los cuales de nuevo fueron resistidos por Rosas. Se puede
decir que estas victorias sobre sus enemigos externos lejos de traerle beneficios le trajo
grandes inflexiones en el plano político, económico y social a este personaje, en
principio, porque lo privo de manera definitiva de recurrir al peligro externo como
argumento para la afirmación del nacionalismo y de su poder en Argentina, en segundo
lugar porque todos los conflictos internacionales en internos en los que estuvo
enmarcado el período de Rosas impacto negativamente en la estructura socioeconómica
del país, debido a que el sistema productivo y los canales comerciales fueron afectados
por los enfrentamientos y estos costos a la final superaron las ventajas que representaba
dentro del contexto a corto plazo el aislamiento. (expansión y diversificación de las
economías debido al aumento de las exportaciones, proteccionismo a las manufacturas
locales, la posesión de grandes extensiones de tierras producto de las victorias obtenidas
por el régimen, etc., pero no atiende las demandas de las grandes capas medias y
populares de la sociedad Argentina).
En definitiva, Rosas y el régimen que encarna durante el largo tiempo que
permanece en el poder no logra darle solución a los problemas que le dieron sustento y
justificación, por lo que va acumulando tenciones y conflictos que confluyen para dar
origen a su derrocamiento el cual surge de la sublevación de uno de los miembros más
destacados de sus filas, se trata de Justo José de Urquiza. Quién fuera gobernador de la
Provincia entre Ríos y Corriente (Provincia del alto Paraná), logra unir en su persona las
tendencias federalistas del Litoral y del Interior del país, quienes cansados del
autoritarismo y la falta de un programa de desarrolla nacional le dan su apoyo, al igual
que las potencias europeas y de Brasil y con esta coalición de fuerzas logra en la Batalla
de Caseros del 3 de febrero de 1852 derrocar a Rosas, quién se exila en Inglaterra.

A partir de este momento se inicia en Argentina el proceso de organización


definitiva del Estado nacional que va a perdurar hasta finales del siglo XIX, y que tiene
como primera base material la Constitución de 1853, la cual se fundamenta en una
concepción demo liberal del Estado que propugnaba un régimen representativo,
republicano, federal, en el cual se les otorgaba a las provincias interiores un cierto grado
de autonomía, institucionalizaba el sistema político al dotarlo de una administración
nacional integrada por un presidente, una burocracia central, un Congreso y el Tribunal
Supremos en donde se estipulaba la separación de los poderes, decretó la libertad de
opinión y religiosa en toda la nación e incluso declaraba la abolición de la esclavitud.
En cuanto al rasgo federal de la constitución, se puede decir que fueron incluidas
cláusulas para preservar el orden público y la paz social en la nación, a los efectos de
evitar que la autonomía que gozaban a partir de ese momento las Provincias derivase en
una anarquía, le otorgaba la facultad al Presidente de intervenir en los asuntos internos
de esas Provincias que amenazasen con desestabilizar el orden preestablecido.

En este contexto, emerge de nuevo las contradicciones entre Interior y Buenos


Aires y tiene como fuerza latente la no aceptación del gobierno unitario de Buenos
Aires de la Constitución de 1853, por estar esta patrocinada por Urquiza (caudillo de
Provincia), por lo cual permanecieron por varios años como un Estado independiente y
soberano aparte de la Confederación Argentina. Urquiza a los efectos de darle entrada
en vigor a la Constitución establece la capital de la nación en Paraná ubicada en la
Provincia de Entre Ríos, la cual dentro del mapa se constituye como un punto
geoestratégico y de conflicto en el ámbito comercial con Buenos Aires, tomando en
cuenta que desde el período de Rosas permanece cerrado al comercio exterior para
mantener el monopolio del tráfico internacional de la ciudad porteña, en detrimento de
los intereses de los grupos dominantes de tendencia federal de la Provincia del Litoral,
en este sentido se podría consideras este hecho como una fuerza subyacente del
levantamiento de Urquiza a la autoridad de Rosas.

En este período, se concreta la penetración y dominación británica en el ámbito


económico y social de Argentina, debido a las políticas implementadas por Urquiza que
con el objeto de lograr el progreso económico del país y su incorporación definitiva en
el sistema internacional incrementan de manera intensiva los vínculos comerciales,
sociales y culturales de la nación con Gran Bretaña. En el ámbito comercial en virtud de
los términos de intercambio establecidos, Argentina es especializada en la producción
agropecuaria y la vuelven dependiente de los productos industriales ingleses a los
efectos de actuar en provecho de los intereses de la burguesía británica y de la clase
dominante del momento, por lo que se incrementa la inversión de esta potencia en
diversos sectores de la actividad economía del país entre los cuales caben destacar los
siguientes: agricultura, agropecuario, transporte (ferrocarriles, de navegación marítima y
fluvial), comunicaciones, energético, servicios, etc.,

Asimismo, Gran Bretaña influyó enormemente desde el punto de vista del


desarrollo social y cultural de Argentina. Se puede considerar que este hecho tiene como
fuerza latente la política adoptada por Urquiza para la promoción de la inmigración
extranjera en el país a los efectos de impregnarse de la ideología, conocimiento y
técnica de los mismos para concretar sus planes en cuanto a progreso económico se
refiere.

Luego de la unión de Buenos Aires a la Confederación (1859-1861), de la mano


del gobernador de la ciudad porteña y primer presidente de Argentina como República
unificada Bartolomé Mitre(1862-1868), la nación continua su camino hacia el progreso,
puesto a que es mantenida la Constitución de 1853. En este contexto, se mantienen
vigentes las contradicciones en lo interno del país hasta finales del siglo XIX, cuando
durante el primer período constitucional de Julio A. Roca (1880-1886) , las mismas son
suprimidas dándose así el paso definitivo para la unificación política de la nación, la
cual se ve complementada con la unificación económica de la nación, que se da a través
de la creación de una red nacional de ferrocarriles que le da una nueva dinámica al
desarrollo económico del país y su inserción en el sistema económico internacional. A
manera de referencia la primera línea férrea data de 1857, la cual en la década siguiente
fue ampliada conectando Rosario (Paraná) con Córdoba (centro de la nación) y con la
líneas adicionales que salían de Buenos Aires y se dirigían hacia el sur y el este del país,
y ya en 1876 al ferrocarril llegar a Tucumán, alcanzaba al noroeste del país.

Asimismo en el contexto de la reforma liberal en Argentina se implementan


medidas para el desarrollo del capital humano argentino, una caso paradigmático de ello
se dio durante la presidencia de Domingo f. Sarmiento (1868-1874), quién en base del
modelo de desarrollo norteamericano promueve el establecimiento de la educación
pública gratuita en Argentina y en sí le otorga un rol importante y preponderante a esta
materia en cuanto a desarrollo económico se refiere, que si se quiere desde esta
perspectiva es integral.

Finalmente, las perspectivas del desarrollo económico desde la caída de Rosas


hasta finales del siglo XIX estuvo signada por el principio doctrinario del Laissez faire,
por lo que el Estado se abstuvo en la medida de lo posible de interferir en el desarrollo
de las fuerzas productivas, sólo lo hizo en dos oportunidades, una en la creación de
líneas de ferrocarriles en áreas que en virtud de su potencial agrícola eran prioritarias
desde el punto de vista de interés nacional, y la otra, en el hecho de que no estimulo el
desarrollo de las industrias manufactureras del país, lo cual determinó el carácter
desequilibrado con el que Argentina participaba en el comercio exterior y que fue en
fin producto del modelo escogido por la clase liberal dirigente (reglamentaciones
mínimas y crecimiento económico condicionado por el exterior).
Las Especificidades Nacionales de Chile

De los Estados emancipados por los dominios de España en América Latina,


Chile representó como país un modelo de evolución en todos sus sentidos. En efecto, la
estructura social estaba liderizada por la aristocracia terrateniente cuyo poder
socioeconómico y político le permitía la defensa de sus intereses. Por otra parte, desde
el punto de vista geográfico y económico, Chile a pesar de poseer un territorio de poca
extensión, tuvo un gran auge en la explotación de metales preciosos, de gran interés
para el capital extranjero, además su posición geoestratégica (salida al océano pacífico)
era ventajosa en el ámbito comercial.

Posterior al periodo denominado “Patria Nueva” el cual finaliza con la renuncia


de Bernardo O’Higgins, Chile vive en un contexto de inestabilidad política y de
creación de sus bases materiales conocido como la “Organización de la República”.
Durante este etapa surgen ciertas contradicciones desde el punto de vista ideológico, lo
cual se evidencia en una serie de “ensayos constitucionales” que representaron el inicio
de la formación de Chile como un Estado Nacional.

El escenario entre 1823-1830, se encuentra determinado por un sistema político-


constitucional, posterior a la Constitución Moralista de 1823, en la cual se establecía un
Ejecutivo ejercido por un Director Supremo bajo la administración de Ramón Freire y
cuya complejidad e inconformidad por parte de la población la hacen inaplicable dentro
de un contexto de crisis política, que finalmente conllevan a la renuncia del Freire. Es a
partir de este momento, cuando se instaura en Chile un sistema cuyo ideal se basa
principalmente en el federalismo.
La importancia de tal sistema radica en la creación de la Constitución de 1826, a
partir de la cual surgen nuevas reformas al sistema político-administrativo del Estado.
Por una parte, el gobierno será ejercido por un Presidente (correspondiendo el mandato
a Manuel Blanco Escala) quedando anulada la figura de Director Supremo, y por otra, el
país se dividiría en 8 provincias (Coquimbo, Aconcagua, Santiago, Cochagua, Maule,
Concepción, Valdivia y Chiloé), administradas bajo asambleas al mando de un
gobernador, designado por cada una de las municipalidades. No obstante, el proyecto
constitucionalista no tuvo mayor progreso debido a la escases de recursos en las
provincias, falta de potestades al Ejecutivo, unido a ello la inestabilidad desde el punto
de vista gubernamental, motivado a la renuncia de Escala quien gobernó solo por dos
meses. Posteriormente asume el cargo, Agustín de Eyzaguirre en una situación
económica, social y política de gran complejidad, lo cual lo hace objeto de un golpe de
estado por parte del Coronel Enrique Campino, y se impone nuevamente Ramón Freire
como Presidente Provisional y Francisco Antonio Pinto Díaz como Vicepresidente.

El nuevo régimen gobernaría en un primer momento con el apoyo de los


diferentes grupos de dominación (pipiolos del bando liberal, federalistas, O´higginistas
y pelucones del bando conservador). No obstante, al derogarse las leyes federalistas que
regían al antiguo gobierno, surgen fisuras entre dicho bando político y la administración
de ese entonces. La anarquía que caracterizaba ese contexto conjuntamente al apoyo
brindado por parte de Pinto a los pipiolos, fue generando contradicciones con los demás
grupos políticos, de allí que las discrepancias existentes entre el régimen y la oposición
van ejerciendo presión sobre la política nacional y la elección del nuevo Congreso. En
este sentido, se designo una comisión (bajo el control del literato español José Joaquín
de Mora) que estuvo encargada de redactar un nuevo estatuto constitucional, cuyas
bases se fundamentaban en un equilibrio que mantuviese equidistante las políticas
federalistas y las tendencias de los pelucones.

La nueva Constitución de 1828 era la más progresista en relación a la


implementación de políticas liberales, a esta eran reacios los demás bandos político,
argumentando que dicho proyecto era opuesto a la realidad cultural, política y social de
Chile para ese entonces. La más importante de sus innovaciones fue la implementación
al Poder Ejecutivo de la denominación de “Presidente de la República” así como
también, el establecimiento de un Vicepresidente, quien en caso de que el Presidente
muera o posea alguna imposibilidad, el mismo ejercerá su cargo. Ambos serían elegidos
mediante votación directa desempeñando sus cargo por 5 años. Igualmente, el poder
legislativo estaría a cargo de un Congreso Nacional, conformado por dos Cámaras:
Diputados y Senadores.

Tal acontecimiento conllevaría en 1829 a una lucha, cuya fuerza que subyace se
encuentra definida en las elecciones de Presidente Francisco Pinto y del Vicepresidente,
siendo este ultimo elegido por el Congreso. En efecto, Dicho órgano de corte liberal,
decidió nombrar a Joaquín Vicuña como Vicepresidente, cargo que correspondía
elegirse por votación popular. Tal punto álgido llego a su máxima expresión con la
Revolución de 1829. Por una parte se organizaron ejércitos en el sur, bajo el mando del
General José Joaquín Prieto, combatiendo en la primera batalla en Ochagavia contras
las fuerzas liberales, donde no hubo vencedor. Conjuntamente se estableció una Junta
Provisional, conformada por el bando conservador, la cual instaura un Congreso
Plenipotenciario eligiendo como Presidente a Francisco Ruiz Tagle y como
Vicepresidente a Ovalle, no obstante, la figura resaltante de este acontecimiento fue
Diego Portales, quien asumiría el cargo de Ministro del Interior, Relaciones Exteriores,
Guerra y Marina.

Finalmente este escenario de conflictos fue decidido en la Batalla de Lircay en


1830, resultando como vencedores los conservadores (aliados a los estanqueros,
O’Higginistas y federalistas) frente a los pipiolos o liberales. Dicho contexto sentara las
bases materiales para el nuevo periodo denominado “República Conservadora” a partir
del cual se establecerá un nuevo gobierno.

La nueva administración se encontraba bajo el mando del Presidente Joaquín


Prieto, quien se proclamo como tal el 18 de septiembre de 1831, sin embargo, la figura
fundamental dentro de la organización política del país era Diego Portales, quien si bien
solo ocupaba el rango de ministro, ello no impidió que el mismo asumiera la
responsabilidad de reorganizar al país. Su pensamiento se basaba en la idea de crear un
gobierno fuerte y centralizado, bajo un principio de autoridad que lo llevaron a imponer
una serie de medidas consideradas por muchos como dictatoriales, cuyo único fin era el
mantenimiento del orden interno de la nación, Macaulay y Busnell plantean tales
políticas de la siguiente manera: “ Depuro a los burócratas y a los militares, y no solo a
los que parecían demasiado liberales, sino también a aquellos cuya única falta consistía
en ser deshonestos o incompetentes. Estuvo dispuesto a sobornar o amordazar a la
prensa y fue un firme defensor de la pena muerte para los conspiradores…” (pag 119).
Es así como, sus ideas tan influyentes fueron las que permitieron dar paso a la creación
de una nueva Constitución en 1833, a partir de la cual Chile entraría en un periodo de
estabilidad institucional y política. En ella se establecieron una serie de innovaciones
desde el punto de vista gubernamental. En primer lugar, el Ejecutivo estaría a cargo de
un Presidente quien administraría al Estado siendo así el Jefe Supremo de la Nación,
dotándolo de gran cantidad de atribuciones como el nombramiento de sus ministros. Así
mismo, el periodo presidencial seria de 5 años permitiendo la reelección inmediata por
una vez.

Por otra parte, dicha Constitución se caracterizo por no ser presidencialista y


tampoco parlamentaria por lo que ambos poderes se mantenían independientes uno del
otro. El Congreso seguiría formado por las dos cámaras (diputados y senadores), cuya
función se destinaba a la discusión y aprobación de las leyes. A su vez, se permitió
nuevamente los mayorazgos, se estableció la religión católica y se doto a los ciudadanos
de sus garantías constitucionales. Lo relevante de dicha Constitución, fue que si bien fue
objeto de modificaciones durante ciertos periodos, la misma permaneció vigente hasta
1925, garantizando la firmeza en al ámbito político-institucional.

A partir de este momento, Chile entra en una etapa de proliferación económica


mediante la implementación de impuestos, la disminución del gasto público, el aumento
del comercio exterior principalmente con Inglaterra, sumado a ello el descubrimiento de
minas de plata y cobre cuya producción de alguna manera permitía entre otras cosas,
mitigar el déficit en las arcas fiscales. Igualmente, se le concedió al empresario
estadounidense Guillermo Wheelwright, la posibilidad de establecer una línea de barcos
a vapor que unieran los puertos de Valparaíso y del Callao en el Perú. También éste
mismo fue participe en la construcción del primer ferrocarril que transcurría desde
Copiapó hasta Caldera y posteriormente, en la iniciativa de la construcción de la línea
que iría desde Santiago hasta Valparaíso la cual finalmente seria contratado por otro
empresario estadounidense.

Una vez analizado desde el ámbito interno como se estaba formando la


República, es importante mencionar algunos hechos en el contexto internacional de
carácter principalmente geoestratégico y fronterizos que entablo Chile con sus Estados
vecinos. Primeramente es relevante destacar que Chile mantuvo con Perú diferencias de
tipo meramente económicas, debido por una parte, a las deudas contraídas de Perú hacia
Chile y por otra al aumento de las aduanas a las mercancías chilenas ya que el puerto de
Valparaíso había adquirido mayor preponderancia en comparación con el puerto del
Callao. Todo ello generó ciertas fisuras en las relaciones de ambos países. No obstante,
existen fuerzas que subyacen a tales circunstancias, ya que hay que tomar en
consideración el hecho que Perú dentro de este escenario a su vez tenia pugnas y
divisiones internas existiendo asi un ambiente de anarquía, aunado a los ideales por
parte de Andrés Santa Cruz (influenciado por el pensamiento de Bolívar) dirigidos a
unir dos países con características similares en su historia, lengua, cultura etc.

Originalmente, Santa Cruz estuvo encargado del Gobierno del Perú en 1826, sin
embargo, sus opositores lograron provocar la caída del Gobierno, por lo que este se vio
en la necesidad de trasladarse a Bolivia donde fue elegido en 1829 Presidente. Inicio un
gobierno con ciertos aspectos dictatoriales no obstante hubo avances a nivel económico,
educativo, de infraestructura así como en el mantenimiento de la estabilidad en el orden
interno. Su pensamiento estaba dirigido a unificar bajo un mismo Estado a Perú y
Bolivia, por lo cual llegó a conformarse una Confederación en 1837 que desde el punto
de vista administrativo estaba divido en varios poderes: el Ejecutivo, bajo el mando de
un Jefe de Estado y el Consejo de Ministros, el Poder Legislativo residía en un
Congreso bicameral, y por su parte, el Judicial representado por las Cortes Suprema.
Lo relevante de la anterior situación, fueron las inflexiones que tal unión
representaba para los intereses de Chile, ya que desde el ámbito geográfico la misma
estaba conformada por los territorios Nor-peruano, Sur-peruano y Bolivia lo cual
significaba una amenaza principalmente a nivel económico, por el posible dominio que
la nueva confederación ejercería en el Pacifico.
De esta manera, Chile decidió ir a la guerra contando con el apoyo de los
peruanos que se oponían al gobierno de Santa Cruz y con la participación en menor
grado de Argentina. Durante este proceso se realizaron una serie de conflictos armados,
sin embargo, la batalla decisiva se llevo a cabo en Yungay, territorio perteneciente al
Estado Nor-peruano, que culmino con la derrota de Santa Cruz y en tal sentido con el
fin de la Confederación en 1839. Uno de los aspectos a considerar, fueron las
inflexiones que dicho hecho represento a nivel personal para Diego Portales, ello
principalmente por la negativa por parte de la población chilena en relación a tal
conflicto bélico, provocando así una sublevación militar que culminaría con la vida de
esta distinguida figura chilena.

A partir de la década de los 40 en adelante, Chile se caracterizo por ser un país


cuyo poder económico iba cada vez en aumento. La producción minera generaba
ingresos para el Estado, como también un potencial comercial a raíz de la penetración
de capital extranjero, como lo afirma Macaulay y Bushnel (pag 124): “La continua
expansión minera…generó ingresos para el Estado y aporto unas divisas que
financiaron la expansión del comercio internacional y permitieron atender
oportunamente el servicio de la deuda externa, que era poco común en la Latinoamérica
de los años cuarenta”

En tal contexto encontramos el valor que adquirió la costa del pacifico durante
dicha época representando un gran valor económico, específicamente en el territorio
desértico de Atacama (perteneciente a Bolivia en un primer momento), a causa del
descubrimiento de salitre, que originaría interés por parte de inversiones extranjeras en
su mayoría provenientes de Inglaterra. Tales inversiones, permitirían el desarrollo en la
explotación de dicho mineral, y a su vez, generaría contradicciones entre los principales
puertos comerciales (Valparaíso, Antofagasta y el Callao) dentro de esta zona
geográfica.

Las pretensiones entre cada unos de los países se hicieron más álgidas cuando el
capital chileno conjuntamente con las inversiones extranjeras, decidieron extender sus
actividades de explotación hacia territorio Boliviano, específicamente al paralelo 23,
siendo aceptadas por el Presidente boliviano para ese momento Mariano Melgarejo. Tal
situación represento un punto de inflexión a los intereses de Bolivia, es decir, por una
parte se estaba cediendo territorio a Chile, quien a su vez estableció un acuerdo a partir
del cual los ingresos obtenidos por las actividades realizadas entre los paralelos 24 y 25
serian divididos entre ambos países. Así mismo, los intereses de Chile no solo se
centraban en el plano económico sino tambien en el geográfico, ya que pretendía
obtener territorios peruanos mediante la ayuda de Bolivia. Sin embargo, aun cuando ello
fue rechazado por el mandatario, tal propuesta fue conocida por Perú, y al sentirse
indignados ante tal ofrecimiento, deciden considerar a Chile como su enemigo.

Por otra parte, el continuo crecimiento e intereses expansionistas de Chile


llevaron a la firma de un tratado en 1873, conocido como el Tratado de Alianza
Defensiva, entre Perú y Bolivia, y que serviría como un medio de protección ante
posibles ataques por parte de los chilenos. No obstante, los intereses entre ambos países
eran contradictorios, ya que un año mas tarde a la firma de dicho acuerdo, Bolivia
decidió establecer un convenio con su vecino del sur, ello según lo señala Boersner en
su libro “Relaciones Internacionales Latinoamericanas 1492-1975”: ratificó los limites
trazados con Melgarejo en 1866, a lo largo del paralelo 28. Así mismo, Bolivia se
comprometió a no aumentar, durante un lapso de 25 años, los impuestos pagaderos por
las personas o empresas de nacionalidad chilena que trabajaran en la explotación de
nitratos en territorio boliviano” (pag 179).

En este sentido, es importante destacar que durante este periodo el Perú se vio
caracterizado por la implementación de controles por parte del Estado hacia las
actividades económicas, conllevando en 1875 al aumento de los impuestos sobre las
exportaciones de nitratos ejerciendo presión sobre Bolivia para la aplicación del mismo.
Chile por su parte, influenciaba a Bolivia para que este disminuyera tales impuestos.
Ello evidencia las fisuras presentes entre los tres Estados cada uno de los cuales buscaba
el mayor beneficio a sus intereses.

Para el año 1878, Bolivia decidió aumentar tales tributaciones, lo que generaba
inflexiones a la Compañía de Nitratos de Antofagasta, quienes poseían concesiones para
la explotación del mineral en territorio boliviano. La negativa por parte de la misma a
pagar tales impuestos represento el punto álgido en tal situación ya que al verse afectado
tanto el capital extranjero como la burguesía, Chile se vio en la necesidad de convertir
simple contradicciones en un conflicto armado, enviando sus tropas a la zona de
Antofagasta. Por su parte, Bolivia y Perú unidos bajo el Tratado de Alianza Defensiva
declararon la guerra en 1879.

Durante cuatro años se llevaron a cabo una serie de batallas tanto en el plano
terrestre como en el naval. Tomando en consideración las bases materiales, Chile poseía
mayor ventaja con respecto a sus rivales desde el punto de vista militar, ello aunado a
un respaldo extranjero que le permitió apoderarse cada vez mas de territorios bolivianos
y peruanos. Tal dominio en el conflicto fue lo que genero la petición de paz por parte
del Perú a Chile, firmando un tratado en 1833 por el cual las provincias peruanas de
Arica y Tacna quedaban bajo la administración chilena por 10 años al cabo del cual un
plebiscito decidiría a favor de pertenecer a Chile o al Perú. Así mismo, la provincia de
Tarapacá pasaría a formar parte de Perú.

En relación a Bolivia, si bien esta continuo la lucha por cierto tiempo, la misma
decidió llegar a un acuerdo en 1883, cuyo resultado en gran medida represento una
inflexión para los mismos, ello a causa de la incorporación por parte de Chile de todo el
litoral boliviano. No obstante, a cambio de ello Chile prometía la libre circulación de
personas y mercancía a través de su territorio. Ya para 1895, se firmaba un acuerdo de
paz entre ambos Estados en donde Chile prometía la anexión de Tacna y Arica a Bolivia
en caso de que la mismas por el plebiscito decidieran a favor de Chile.

Lo relevante de tal conflicto, fue por una parte el fortalecimiento de Chile en


todos los ámbitos, especialmente en el punto geoestratégico y por otra el debilitamiento
del Perú y Bolivia cuyos gastos y por tanto su debilitamiento militar, político,
económico etc conllevaron varios años de recuperación. Sin embargo, la mayor
inflexión presente dentro de este contexto fue la perdida de salida al mar de Bolivia que
hasta el día de hoy sigue siendo motivo de conflictos.

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