Guía de Estudio. L: Os Distintos Sistemas Sociales

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 11

Guía de estudio.

Los distintos Sistemas


Sociales
Profesor: Mtro. Hugo Salinas Ibarra

Bloque III: Los distintos sistemas sociales 2


Economía y sociedad 2
Producción y sistema social 4
Formas de organización social 5
Feudalismo 6
Capitalismo 7
Socialismo 8
Referencias 11

1
Bloque III: Los distintos sistemas sociales

La relación entre economía y sociedad puede que sea de las más antiguas que
existen. Todo grupo de elementos biológicos en este planeta, llevan acabo cierto
tipo de acciones para satisfacer sus necesidades fisiológicas. En esa búsqueda, la
humanidad coordinó esfuerzos y distribuyó tareas.

Esta sencilla forma de subsistir, con el desarrollo de las relaciones sociales hizo
cada vez más complejo el asunto de la subsistencia.

Eventualmente las relaciones de trabajo estaban sancionados por una autoridad.


Eventualmente el trabajo estuvo dirigido alcanzar ciertos objetivos de la propia
sociedad.

Eventualmente las personas, para poder obtener sustentos debían adquirir


mercancías necesarias.

El paso que se dio al conformar el concepto de “mercancía”, corresponde con uno


de los hechos históricos más importantes. Es uno de los hechos que nos ha
diferenciado del resto de los animales en el planeta.

A través de esa trayectoria histórica es que se fueron configurando formas distintas


de organizar la vida de las comunidades, a estas etapas les llamaremos sistemas
sociales.

Economía y sociedad
Una gran parte de la actividad humana se dedica a la producción, distribución y uso
de recursos escasos para satisfacer las necesidades individuales y sociales.

La historia económica es la rama de la historia que estudia estas actividades.


Además de su dimensión económica, influyen en todas las facetas de la vida
humana. La revolución industrial es un buen ejemplo: el establecimiento de fábricas

2
tras la domesticación del vapor, la creciente importancia de la clase trabajadora, la
difusión de nuevos bienes de consumo dieron un cambio decisivo en la historia
cultural, la historia política e historia social.

Por tanto, el estudiante de ciencias sociales no puede descuidar la historia


económica. El economista, en cambio, tiene una relación más ambigua con la
historia económica. Como ciencia dedicada a determinar los patrones que gobiernan
las actividades económicas, la economía debería dar un lugar importante a la
historia económica, ya que esta última se trata del estudio empírico de las
actividades económicas.

Sin embargo, la historia económica a menudo queda relegada a la verificación de


teorías y conceptos construidos en abstracción. Incluso ocurre que se critica a la
economía por descuidar totalmente la historia, cuando ésta debería jugar un papel
importante en la construcción de teorías económicas.

El término economía proviene del griego oikos (casa) y nomos (regla).


Etimológicamente, la economía representa, por tanto, el arte de administrar bien una
casa, administrar las posesiones de una persona y luego, por extensión, un país. En
su sentido actual, la economía se refiere al conjunto de actividades de una sociedad
que tienen como objetivo la producción, distribución y consumo de bienes y
recursos.

En la década de 1940, el economista australiano Colin Clark estableció la noción de


sector de actividad económica. Esta expresión designa la clasificación de las
actividades económicas en tres categorías principales:

- El sector primario que agrupa todas las actividades vinculadas a la explotación


directa de los recursos naturales (agricultura, pesca, viticultura, etc.);

- El sector secundario que agrupa a todas las industrias de procesamiento de


materias primas (agroalimentario, producción de bienes de consumo, etc.);

3
- El sector terciario, también llamado sector servicios, que agrupa todas las
actividades destinadas a la prestación de servicios intangibles (seguros, banca,
administración, comercio, etc.).

Los sectores de actividad económica dependen unos de otros. Así, el pescador que
va a alta mar a pescar trabaja en el sector primario. El fabricante que envasa este
mismo pescado para elaborar un producto congelado desarrolla una actividad
industrial clasificada en el sector secundario. El comerciante que ofrece a la venta
este pescado en bandejas realiza una actividad de servicios clasificada en el sector
terciario. Es aquí que observamos las relaciones comerciales que nos parecen de lo
más naturales actualmente (Llanos, 2016).

Producción y sistema social


La producción en las primeras etapas de la humanidad, estaba condicionada al
consumo directo de las personas. Sólo se tomaba de la naturaleza aquello que era
necesario para el corto y mediano plazo.

Los recursos y su distribución no dependían del actual esquema de clases sociales


y asignación del trabajo. Actualmente el flujo económico, la política monetaria, la
política fiscal, la política arancelaria, la política de inversión social, conllevan tal
cantidad de variables que un análisis descriptivo resulta insuficiente. El sistema
social, entendido como la totalidad de resultados de las interacciones humanas,
parece estar referido en primera instancia a lo económico. Los sistemas morales,
educativos, políticos, o incluso ecológicos, se comportan como epifenómenos de las
directrices económicas.

El período que comenzó en 1945 estuvo marcado por un espectacular crecimiento


del comercio mundial, tanto que entre 1949 y 1974 la tasa de crecimiento del
comercio sería mayor que la de la producción. Asimismo, entre 1970 y 1993, el valor
del comercio mundial pasó de $ 292 mil millones a $ 4,252 mil millones, lo que
representa un crecimiento de 1356% en 20 años. Además, mientras que en 1970 el
comercio internacional representaba sólo el 25% del PIB mundial, esta cifra se elevó

4
al 45% en 1990. Según los economistas contemporáneos, esta aceleración del
comercio de bienes durante el siglo XX está vinculada a varios factores esenciales,
donde resalta:

La liberalización del comercio internacional. El libre comercio, es decir, la reducción


generalizada de las medidas proteccionistas sobre las mercancías, también ha
contribuido significativamente al aumento del comercio internacional. El
establecimiento del Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio
(GATT) en 1947 fue el principal instrumento para esta liberalización del comercio
mundial. En ese contexto funcionó la economía mundial hasta el gobierno de Donald
Trump (2017 - 2021).

Formas de organización social


La vida moderna le parecería increíble a un habitante que hubiera vivido hace 100
años. La cantidad de transformaciones que se han observado a nivel tecnológico,
sin duda alguna le causarían la más honda impresión.

Estas transformaciones tienen que ver con un concepto denominado: “Modo de


producción”. Un modo de producción se refiere a una de las etapas del desarrollo de
la humanidad. Ha habido solo cinco modos de producción en los más de 100.000
años que lleva existiendo nuestra especie en este planeta.

Para que exista un modo de producción, tienen que cumplirse las siguientes
condiciones: Por principio de cuentas, un determinado nivel de desarrollo de la
ciencia y la tecnología. En segundo lugar, tiene que existir una serie de pautas
aceptadas socialmente que permitan entender la manera en que las personas
trabajan y aprovechan el resultado de su trabajo (Bajoit, 2014).

A esta última idea, se le conoce con el nombre de: relaciones sociales de


producción. En cada uno de los cinco modos de producción se observan estas dos
características: un nivel de desarrollo en ciencia y tecnología, así como
determinadas reglas con las que se asigna un rol económico.

5
Feudalismo
Las poblaciones de la Edad Media vivían con miedo a la pobreza y el hambre.
Huyen de las ciudades y se establecen en el campo donde los latifundistas les dan
comida y protección a cambio de trabajo y obediencia. La sociedad feudal es, por
tanto, una sociedad rural. El poder pertenece a los señores dueños de la tierra.

Los señores feudales son guerreros. Son ricos y todopoderosos en su señorío


donde imponen su justicia y sus leyes. Los señores menos afortunados se someten
a los más poderosos. Se convierten en vasallos de otro señor (más poderoso) a
quien reconocerán como su señor supremo.

El vasallo rinde homenaje y jura lealtad a su soberano a cambio de que éste le ceda
un feudo (en general, un dominio). Los clérigos son las personas de la iglesia. Son
los únicos que saben leer y escribir.

En la Edad Media, la iglesia poseía inmensas riquezas que beneficiaron a obispos y


abades. En cambio, en el campo, los sacerdotes y los sacerdotes viven tan
miserablemente como los campesinos.

Los campesinos: son los más numerosos (90% de la población). Trabajan la tierra
del señor. Le deben regalías y trabajos penosos. Entre los campesinos, los villanos
son hombres libres mientras que los siervos pertenecen a los señores que pueden
venderlos.

Para defender su dominio, cada señor recurrió a caballeros que le hicieron un


juramento y lucharon junto a él en las guerras. A cambio, cada caballero recibía un
feudo en el que podía hacer trabajar a los siervos. El señor se convirtió así en el
señor supremo del caballero; el caballero se convirtió en su vasallo.

La sociedad de la Edad Media se basaba en este vínculo que unía a los soberanos
y sus vasallos: los soberanos tenían vasallos que a su vez tenían vasallos. Entonces
todos los señores estaban vinculados entre sí. Esta organización se llamó
"feudalismo" (Gluj, 2020).

6
Los señores vivían en los castillos fortificados. Vivían bien gracias a los impuestos
que pagaban los campesinos y las cosechas que se realizaban en la parte del
dominio en la que los campesinos realizaban las tareas del hogar. Los señores
estaban constantemente en guerra. Es el feudalismo donde aparece el fenómeno
del oscurantismo, que es la renuncia absoluta a los procedimientos racionales
dentro de un grupo humano. Todo tenía una explicación y esa explicación provenía
de la Biblia (Gluj, 2020).

Capitalismo
La sociedad capitalista solo podría nacer de la acumulación de capital. La primera
cuestión es, por tanto, saber de dónde podría haber venido esta acumulación en los
albores de los tiempos modernos.

El comercio, tal como se practicaba en la Edad Media, era incapaz de producirlo.


Este autor ha recopilado una serie de datos sobre ganancias comerciales débiles,
que parecen bastante impresionantes, pero que son demasiado pocos para
convencer completamente. Entonces, debemos distinguir cuidadosamente entre el
comercio local y el comercio interurbano o internacional, que continúa
desarrollándose en los últimos siglos de la Edad Media.

El capitalismo es el cuarto modo de producción descrito por la teoría del


materialismo histórico dialéctico. El capitalismo surgió como una contradicción en la
forma de producir y distribuir roles sociales en el feudalismo.

Fue a principios del siglo XVI cuando comenzó el desarrollo de una nueva clase
social, estos son los burgueses. La también llamada burguesía, se refiere a la gente
que va a iniciar con procesos de producción de mercancías, a la inversión en
tecnología, y a la contratación de ayudantes u obreros (Llanos, 2016).

Son los primeros empresarios. Aunque el producto de su innovación es


aprovechada principalmente por los monarcas europeos por medio de excesivas
cargas de impuestos. Le tomaría más de dos siglos a la burguesía quitar del poder a

7
la monarquía. A este periodo de transición se le conoce como época de las
revoluciones burguesas.

Uno de sus primeros episodios fue la guerra de independencia de Estados Unidos


en 1776, o bien, la revolución francesa de 1789. La producción de mercancías por
medio de la compra de fuerza de trabajo es el hilo conductor de este modo de
producción. Sigue vigente hasta nuestros días (Bajoit, 2014).

Socialismo

El capitalismo y el socialismo se han colocado con mayor frecuencia bajo el signo


de la alteridad radical. Esta suposición es la ruta de navegación que recorre gran
parte de la teoría social y económica, desde sus fundadores hasta la época
contemporánea. Encontramos rastros de una interpretación tan dicotómica en
autores que han entendido el capitalismo y el socialismo en su generalidad.
Grandes pensadores como K. Marx, J. Schumpeter o incluso F. A. Hayek,
impulsados por doctrinas y presuposiciones ampliamente discordantes, tienen en
común una visión tan dualista del capitalismo y el socialismo.

Pero también podemos detectar la impronta de esta representación en los enfoques


que abordan el capitalismo y el socialismo, no como categorías generales y
abstractas, sino como entidades históricas y concretas. En estos enfoques, el
dualismo antes mencionado se afirma hoy por la preponderancia de la idea del
invencible retorno de las viejas economías socialistas al capitalismo.

De hecho, a pesar de sus diferencias, los proponentes de tal concepción se oponen


al capitalismo y al socialismo en al menos cinco factores principales que a sus ojos
encarnan tantos elementos de definición y, por lo tanto, tantos criterios de
comparación y diferenciación de estas dos formaciones económicas.

Éstas son la naturaleza de las relaciones económicas (en particular la esencia de


las relaciones de financiación, producción, trabajo e intercambio), las modalidades
dominantes de coordinación de estas relaciones (plan o mercado), las

8
especificidades de las instituciones. condiciones económicas, las características de
la ideología dominante y, finalmente, las formas del sistema político que la legitiman.

Sin embargo, estos sistemas tienen algunas características esenciales en común.


Se acercan, de hecho, a la mayoría de los criterios invocados por las percepciones
dualistas. Por lo tanto, contrariamente a lo que podría parecer, el trabajo asalariado,
la moneda, la descentralización del comercio o incluso el mercado difícilmente son
los atributos del capitalismo por sí solo, ya que existieron en diversos grados en las
economías socialistas.

Simétricamente, la planificación y centralización de actividades son fenómenos que


van mucho más allá del alcance del socialismo y también especifican muchas
economías capitalistas. Finalmente, instituciones como la propiedad privada y
especialmente el estado de derecho y los sistemas políticos basados en la
democracia representativa de ninguna manera reflejan criterios relevantes para
definir el capitalismo en su generalidad.

Múltiples experiencias históricas enseñan, de hecho, que al igual que las


sociedades de tipo soviético, el desarrollo del capitalismo puede haber tenido como
corolario el surgimiento de la propiedad pública o incluso sistemas políticos basados
en el modelo de partido único y el rechazo total al liberalismo económico y político.

De estas indicaciones se desprende que el socialismo "realmente existente" nunca


fue la simple antítesis del capitalismo. Por eso no se puede dilucidar la dinámica, la
crisis y el colapso de las economías socialistas, según un enfoque puramente
negativo, en referencia mecánica a los principios funcionales que rigen el
capitalismo.

Cualquiera que acepte esta conclusión y luego comience una reflexión sobre la
evolución comparativa del capitalismo y el socialismo, se enfrentará entonces a un
formidable desafío teórico. De hecho, ante la insuficiencia de los criterios antes
expuestos, ¿qué nivel de análisis y qué método de comparación conviene favorecer
que permitan identificar tanto las singularidades como las similitudes de estas dos

9
formaciones económicas? El socialismo siempre ha enfrentado prácticas
desestabilizadoras de los países capitalistas. Incluso en el surgimiento del primer
país socialista: la URSS, Estados Unidos de América hizo todo lo posible por
impedir el arribo del gobierno revolucionario.

Cuando Cuba adoptó el socialismo, el gobierno estadounidense emprendió la


reconquista en tiempo record y al fracasar impuso un bloqueo económico que sigue
afectando hasta la fecha la forma de vida de los habitantes de la isla. Se usa el caso
cubano para demostrar que el socialismo sólo genera hambre y carencias, siendo
que la verdadera causa de esas carencias es el bloqueo norteamericano.

10
Referencias
Bajoit, Guy (2014). Relaciones de clases y modos de producción: teoría y análisis.
Cultura y representaciones sociales, 9(17), 9-53. Recuperado en 27 de
diciembre de 2020, de http://www.scielo.org.mx/scielo. php?script=sci _arttext
&pid= S2007-81102014000200001&lng=es&tlng=es

Gluj, Anabella (2020). A propósito de las categorías de modo de producción y


formación económica social. Izquierdas, 49, 12. Epub 22 de abril de
2020.https://dx.doi.org/10.4067/S0718-50492020000100212

Llanos Encalada, Mónica (2016). El desarrollo de los sistemas de producción y su


influencia en las relaciones laborales y el rol del trabajador. Economía y
Desarrollo, 157(2), 130-146. Recuperado en 27 de diciembre de 2020, de
http://scielo.sld.cu/scielo.php ?script=sci_artte xt&pid=S0252-8 5842 0160 002
00 010 &lng= es&tlng=es

11

También podría gustarte

pFad - Phonifier reborn

Pfad - The Proxy pFad of © 2024 Garber Painting. All rights reserved.

Note: This service is not intended for secure transactions such as banking, social media, email, or purchasing. Use at your own risk. We assume no liability whatsoever for broken pages.


Alternative Proxies:

Alternative Proxy

pFad Proxy

pFad v3 Proxy

pFad v4 Proxy