Redacción Filo
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Para distinguir los distintos puntos de vista de los filósofos sobre este tema,
tenemos las llamadas Escuelas Éticas, de las que derivan tres tipos:
materiales, formales y especiales (de las que no vamos a hablar en esta
redacción). Comenzando por las especiales, tenemos la ética a Nicómano,
creada por Aristóteles, la cual es teleológica, quiere decir que persigue el fin
al que el ser humano se orienta, eudaimonista, tiene la felicidad como parte
principal, y intelectualista, entiende que la felicidad solo puede ser el fin de un
animal racional. Pero para entender la Felicidad, primero debemos saber que
lo único que nos diferencia de los animales es la razón, ya que ellos no
pueden pensar, por lo tanto no pueden ser felices, aunque esto no es malo ya
que no necesitan serlo. Tambíen debemos tener claro que no es lo mismo la
fortuna que la Felicidad, ya que la primera se refiere a la concurrencia de
hechos externos favorables o desfavorables, y la segunda a la actividad
consciente e interna conforme a la razón y virtud perfecta. Para explicar todo
esto, existe el Libro VI Ética a Nicómano, en el cual divide las virtudes (rasgos
que hacen destacar a una persona ) en éticas, quiere decir, las
temperamentales como la compasión, y dianoéticas, que son las
intelectuales, como la ciencia, el intelecto, y muchas más, auqnuue una de
ellas tiene un valor especial, la prudencia, virtud consitente en un saber
deliberativo acerca de la elección, permite escoger el término medio entre dos
extremos, que te llevará a la Felicidad.
Ahora vamos a continuar con las escuelas formales, que tenemos la ética
deontológica, explicada en el libro “Fundamentación de la metafísica de las
costumbres”. Lo primero que hace es criticar a las escuelas materiales, ya
que piensa que estas se fundamentan en una observación empírica y una
exploración psicológica de las acciones humanas, para después hacer una
generalización que exprese lo que todo ser racional busca o persigue, que
viene siendo un problema porque todo está enfocado a la subjetividad, y la
ética a inclinaciones, pasiones y resortes. Se identifa un fín y se ofrecen
medios para llegar a este. Por ello Kant quiere crear una verdadera Metafísica
Práctica o de las costumbres. Lo segundo que hace es el proyecto de una ley
moral universal, sabiendo que la autonomía (capacidad de ponerse normas a
uno mismo) no es lo mismo que la heteronomía (legislación de otros). Estos
mandatos los recibe la voluntad, facultad del ser humano que se encarga de
la toma de decisiones, y la razón es la que dista esos mandatos. También
saber que el deber es el sometimiento voluntario a los mandatos que brotan
de la razón, por reconocer en ella la única fuente universalmente válida de
legalidad. Los principios prácticos materiales solo producen Imperativos
Hipotéticos, que son una guía para saber qué medios escoger para llegar a
un fín hipotéticamente bueno, estos obligan hipóteticamente a seguir sus
indicaciones, ya que si no compras su tesis no tendrás que seguirlas. Y de
ahí Kant llega al Imperativo Categórico moral, que proviene de la razón a
priori, quiere decir sin basarse en la experiencia, abstrae de todos los fines
subjetivos, y considera al hombre como fín en sí mismo. Este se despliega en
tres momentos: obra de tal forma que la máxima de tu acción pueda volverse
universal, obra de tal forma que trates al ser humano como un fín en sí mismo
y nunca como un medio para un fín determinado, y obra de tal forma que
puedas ser un co-legislador en el Reino de los Fines, escenario contrafáctico
(en contra de lo racional), ideal regulativo y tiene característica asíntota,
quiere decir que puede mejorar pero nunca llegar.