Anatomia Del Sistema Neurologico
Anatomia Del Sistema Neurologico
Anatomia Del Sistema Neurologico
y torácica
Resumen:
La presente revisión brinda una pincelada sobre la anatomía cervical y torácica para
introducir una metódica, adecuada y completa exploración física orientada tanto en
el diagnóstico de las patologías más comunes, así como la detección de simuladores
y otros casos de importancia médico legal.
Palabras clave:
Generalidades:
La columna cervical y torácica forma el esqueleto axial del cuello y el dorso. Entre
sus funciones están:
En cuanto a las curvaturas de la columna, las que tienen convexidad hacia adelante
son llamadas lordosis y las que tienen convexidad posterior se les llama xifosis.
Durante el período prenatal toda la columna vertebral está arqueada en xifosis, por
la posición fetal dentro de la cavidad uterina.
Una vértebra típica, está conformada por el cuerpo vertebral, el arco vertebral y
siete apófisis. El arco vertebral está conformado por un pedículo y una lámina de
cada lado y rodea al foramen vertebral.
Los pedículos tienen una escotadura vertebral superior y otra inferior que
conjugadas con las vértebras superior e inferior correspondientes, forman los
forámenes intervertebrales o agujeros de conjunción. Las siete apófisis se
distribuyen en dos transversales y una espinosa, donde están las inserciones
musculares paravertebrales de los planos profundos y cuatro articulares (carillas),
que están cubiertas de cartílago y sirven para restringir y permitir los arcos de
movilidad de acuerdo a su orientación espacial en cada región.
Vértebras cervicales:
Las características que las distinguen es que su cuerpo vertebral es más pequeño y
más ancho de lado a lado que anteroposteriormente, la cara superior es cóncava y
la inferior convexa. Su foramen vertebral es grande y triangular.
Poseen apófisis transversas por donde pasan las arterias vertebrales, excepto en C7
donde existe el agujero, pero la arteria no discurre por él. Sus apófisis articulares
superiores tiene dirección superoposterior y las inferiores dirección inferoanterior.
Las apófisis espinosas de C3 a C5 son cortas y bífidas; la de C6 es larga, pero la de
C7 es más larga y fácilmente palpable (Figura 4).
Las vértebras C1 y C2 son atípicas. La vértebra C1, el atlas, es similar a un anillo,
es algo arriñonada cuando se observa desde arriba o desde abajo. Sus carillas
articulares superiores cóncavas reciben los cóndilos occipitales. C1 no tiene apófisis
espinosa ni cuerpo y consiste en dos masas laterales conectadas por los arcos
anterior y posterior. Transporta el cráneo y rota sobre las carillas articulares
superiores planas grandes de C2. (Figura 5).
Su cuerpo tiene forma de corazón, tiene una o dos carillas articulares para la
cabeza de la costilla. Su foramen vertebral es circular y más pequeño que en las
regiones cervical y lumbar. Su apófisis transversa es larga y fuerte y se
extiende posterolateralmente; la longitud disminuye de T1 a T12. Las carillas
articulares superiores tiene una dirección posterior y ligeramente lateral; las carillas
inferiores, una dirección anterior y ligeramente medial. Su apófisis espinosa es
larga y con pendiente posteroinferior; la punta se extiende hasta nivel del cuerpo
vertebral inferior (Figura 7).
Articulaciones cigoapofisiarias
Son las articulaciones entre las apófisis o carillas articulares. Tienen cápsula
articular y permiten el deslizamiento y por ende el movimiento entre las vértebras.
Entre los ligamentos más importantes que unen una vértebra con otra se destacan
los amarillos, que unen verticalmente dos láminas, cuya función es detener la
flexión brusca de la columna e impedir la lesión de los discos.
Los interespinosos y supraespinosos unen las apófisis espinosas, obviamente. Un
caso especial de este ligamento ocurre en la región cervical, donde se encuentra el
ligamento nucal, que es muy fuerte y cumple la función de dar estabilidad e incluso
sustituir el hueso en vértebras como C3 a c5 que tienen apófisis espinosas cortas.
Por último están los ligamentos intertranversos, que unen las apófisis del mismo
nombre y son más gruesos en la columna torácica (Figura 9).
Son la atlanto occipital y la atlanto axial. Son de tipo sinovial, sin discos
intervertebrales, como se mencionó anteriormente y permiten un rango de
movimiento más amplio que el resto de al columna. La articulación atlanto occipital
permite el "cabeceo", el movimiento de "si" y la inclinación lateral de la cabeza.
Entre sus ligamentos destacan las membranas atlantooccipitales anterior y
posterior.
La articulación atlanto axial tiene tres puntos de contacto: dos laterales y uno
medio: la apófisis odontoides. Esta apófisis se mueve en su cavidad, permitiendo el
movimiento del "no" y está sostenida por el ligamento transverso del atlas, parte
del cruciforme junto a los fascículos longitudinales superior e inferior. (Figura 10).
Los factores que permiten que los movimientos del cuello sean amplios son:
En la porción cervical, la irrigación está dada por las arterias vertebrales y las
cervicales ascendentes, en la región torácica por las
arterias intercostales posteriores. El drenaje venoso en ambas porciones está dado
principalmente por las venas espinales que forman los plexos venosos vertebrales
interno y externo.
La capa intermedia está formada por el erector de la columna, cuya función resulta
evidente por su nombre. Este músculo tiene tres porciones: iliocostal, longísimo y
espinoso, que además de extender la columna ayudan con su inclinación lateral. La
capa profunda está compuesta por los transversoespinosos, que incluyen
los semiespinosos, torácico, cervical y de la cabeza, así como el multífido y
los rotadores.
Son los que forman los límites del triángulo suboccipital. Incluyen el recto posterior
mayor y menor de la cabeza; y el oblicuo superior e inferior de la cabeza. (Figura
11).
Estos músculos tienen función postural y de extensión y rotación de la cabeza.
Están dentro del conducto vertebral. En niños la médula llega hasta el nivel L2-L3,
en adultos hasta L1-L2. Está ensanchada en dos regiones para la inervación de las
extremidades: intumescencia cervical (de C4 a T1), de donde se origina el
plexo braquial y la lumbosacra (de T11 a L1). La médula está suspendida en el
saco dural por el ligamento dentado y rodeada de líquido cefalorraquídeo en el
espacio subaracnoideo. De cada segmento medular parten una raíz anterior
(eferente, que lleva los axones de la motoneurona del asta anterior) y otra
posterior (aferente, que antes de ingresar a la médula forma el ganglio de la raíz
dorsal, donde están los cuerpos neuronales de las células sensitivas). Ambas raíces
se unen después del conducto vertebral y forman un nervio espinal.
Exploración física
Columna cervical
Inspección:
Palpación:
Se debe hacer en posición supina para que así los músculos del cuello estén
relajados, pues la cabeza del paciente está apoyada.
Superficie anterior: el explorador debe colocarse del lado derecho del paciente y
con una mano sostener el dorso del cuello y con la otra palpar las estructuras.
Hueso hioides: por encima del cartílago tiroides se explora con los dedos pulgar e
índice en forma de pinza hasta encontrar esta estructura ósea en forma de U. Se
le pide al enfermo que degluta para palparlo mejor. Este hueso está por delante de
la vértebra C3 (Figura 12).
Cartílago tiroides: es más fácil de palpar en los hombres pues es la popular
"manzana de Adán".
Al ser más largo cráneo caudalmente que el hioides abarca dos cuerpos vertebrales
por delante: en su parte superior C4 y en la inferior C5. (Figura 13).
Primer anillo cricoideo: se palpa inmediatamente por debajo del cartílago tiroides,
más fácilmente durante la deglución y está por delante del cuerpo vertebral de C6.
(Figura 14)
Tubérculo carotídeo: a unos 2,5 cm. a cada lado del primer anillo cricoideo se palpa
el tubérculo anterior de la apófisis transversa de C6. Es importante porque este es
el sitio de acceso quirúrgico a C5 y C6 y el lugar utilizado para infiltrar el ganglio
estrellado. (Figura 15).
Superficie posterior: el explorador debe colocarse detrás del paciente, ahuecar sus
manos de modo que sostengan el cuello para que los músculos se relajen, poniendo
sus dedos juntos en la línea media posterior.
Es preferible explorarlas en decúbito supino para que los músculos estén relajados.
(Figura 19).
Tejidos blandos
Zona I: Superficie anterior. Incluye el triángulo anterior del cuello limitado por
el esternocleidomastoideo, la mandíbula y la escotadura supraesternal de cada
lado. Debe explorarse con los músculos relajados (decúbito supino).
Músculo esternocleidomastoideo: para explorarlo se le pide al paciente que vuelva
la cabeza al lado examinado, para que el músculo sobresalga. (Figura 20)
Glándula tiroides: se palpa con la técnica usual (detrás del paciente sentado, con
los dedos sobre ella, pidiéndole al paciente que degluta). Si no hay patología suele
ser lisa e indolora.
Pulso carotídeo: está situado junto al tubérculo carotídeo, debe ser palpado con los
dedos índice y medio y unilateralmente para evitar cortar la circulación carotídea.
(Figura 22).
Glándula parótida: se encuentra sobre el ángulo de la mandíbula, el cual se palpa
afilado y óseo.
Zona II: Superficie posterior. Debe explorarse con el examinador detrás del
paciente, que debe estar sentado.
Músculo trapecio: palparlo desde su origen en la protuberancia occipital externa
hasta sus inserciones en acromion, espina de la escápula y vértebras hasta T12,
para documentar cualquier asimetría o debilidad del mismo. (Figura 24).
Arcos de movilidad
Rotación: Debe quedar el mentón casi alineado con el hombro de cada lado.
Inclinación lateral: pedirle al paciente que toque el hombro con su oreja, sin
levantar el primero. Debe haber al menos 45 ° de movilidad.
Exploración neurológica:
Pruebas especiales:
Adson: se utiliza para establecer el estado de la arteria subclavia, que puede estar
comprimida por una costilla cervical extra o por los músculos escalenos anterior y
medio muy tensos, que comprimen la arteria cuando pasa entre ellos en camino
hacia la extremidad superior. Para efectuarla hay que tomar el pulso radial a nivel
de la muñeca, luego hacer abducción, extensión y rotación externa del brazo del
paciente, luego este debe hacer una inspiración profunda y volver la cabeza hacia el
brazo que se somete a prueba.
Columna torácica:
Dada su movilidad tan limitada, su exploración es sencilla, se inicia con la
inspección, observando asimetrías y examinado con cuidado las curvaturas en
busca de una hiperxifosis o escoliosis. Su movimiento principal es la rotación, la
cual se explora como se observa en la figura 33.