El documento narra la Pasión de Jesucristo desde la Última Cena hasta su crucifixión. Describe los momentos clave como la traición de Judas, la negación de Pedro, el juicio ante Poncio Pilato y la decisión del pueblo de crucificar a Jesús en lugar de liberar a Barrabás.
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El documento narra la Pasión de Jesucristo desde la Última Cena hasta su crucifixión. Describe los momentos clave como la traición de Judas, la negación de Pedro, el juicio ante Poncio Pilato y la decisión del pueblo de crucificar a Jesús en lugar de liberar a Barrabás.
Descripción original:
presentacion y guion de via crusis viviente juvenil iglesia
El documento narra la Pasión de Jesucristo desde la Última Cena hasta su crucifixión. Describe los momentos clave como la traición de Judas, la negación de Pedro, el juicio ante Poncio Pilato y la decisión del pueblo de crucificar a Jesús en lugar de liberar a Barrabás.
El documento narra la Pasión de Jesucristo desde la Última Cena hasta su crucifixión. Describe los momentos clave como la traición de Judas, la negación de Pedro, el juicio ante Poncio Pilato y la decisión del pueblo de crucificar a Jesús en lugar de liberar a Barrabás.
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Bienvenidos a todos, muy queridos amigos de esta
comunidad. Estamos reunidos para celebrar un gran
acontecimiento de la historia de la Salvación. La Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo. Cristo sufrió, fue perseguido, condenado a muerte porque habló de amor e igualdad entre todos los hombres, porque proclamó que Dios es Padre bueno de todos, porque defendió al humilde y al pobre, fue crucificado como malhechor porque denunció la injusticia de su pueblo y luchó por la fraternidad, oración y ayuda entre todos. Cristo resucitó y vive para siempre, porque es Hijo de Dios y el amor. El bien y el compartir triunfarán sobre el mal. Éstos hechos sucedieron en la historia hace más de 2000 años, pero hoy se repiten en nuestros tiempos. Cristo, sigue sufriendo su Pasión en los hombres y mujeres que sufren por el abandono, la explotación, la injusticia, el desprecio, y sigue resucitando en los que luchan por la unión, la participación y la justicia. Vamos a representar la Pasión de Jesucristo y la Pasión de nuestra comunidad. Vamos a celebrar la Resurrección de Cristo y el compromiso de todos los que colaboran en mejorar la comunidad. Les pedimos mucha atención.
Jesús se dirige a hablar con los Apóstoles
-Cuando llegó la hora, se puso Jesús a la mesa con los
Apóstoles, y les dijo: Jesús: Cuánto he deseado cenar con ustedes en esta Pascua, antes de mi Pasión, porque les digo que nunca más comeré hasta que tenga su cumplimiento en el Reino. -Mientras cenaban, dijo: Jesús: Les aseguro que uno de ustedes me va a traicionar. -Y profundamente conmocionado, añadió con toda claridad: Jesús: Es uno de los 12 que está mojando en la misma fuente que yo. Es cierto que el Hijo del Hombre tiene que seguir su camino como dicen las escrituras, pero ¡Ay de ese hombre! Más le valiera nunca haber nacido. -Los discípulos se miraban desconcertados sin saber por quién lo decía y empezaron a preguntarse unos a otros ¿Quién podría ser el que iba a hacer aquello? Entonces, habló Judas, el que lo estaba traicionando. Preguntó a Jesús Judas: ¿No seré yo, Maestro? -Jesús le contestó Jesús: Sí. Tú lo has dicho. Lo que vas a hacer, hazlo en seguida. -Ninguno de los comensales entendió por qué se lo decía. Judas salió inmediatamente. Era de noche. Durante la cena, Jesús tomó un pan, pronunció la acción de gracias, lo partió y se los dio a sus discípulos diciendo Jesús: Tomen y coman, este es mi cuerpo. -Igual lo hizo con el cáliz después de cenar. Tomando una copa, pronunció la acción de gracias, se las pasó y les dijo Jesús: Ésta es mi sangre. La sangre de la alianza que se derramará por todos. *inserte sonido de piano rápido* Jesús: Les digo, cada vez que beban de esa misma copa, háganlo en memoria mía. Les doy un nuevo mandamiento, que se amen unos a otros, igual que yo los he amado. Ámense también entre ustedes. En esto conocerán que son discípulos míos. Que se amen unos a otros.
*inserte canción de los apóstoles en la última cena. La última
cena (Camilo Sesto)(1,7 segundos)*
-Dicho esto, salió Jesús con sus discípulos, pasaron al
Torrente de Cedrón y se dirigieron al monte de los Olivos, y llegaron al Getsemaní y dijo a sus discípulos Jesús: Siéntense aquí mientras yo voy a orar. -Él se alejó de ellos y cayó a tierra pidiendo que si era posible, se alejase de él aquella hora y decía Jesús: Abba, Padre, todo es muy firme para ti. Aparta de mí este trago amargo, pero que no se haga lo que yo quiero, sino, lo que quieres tú. Demonio: ¿Tú crees que todo el peso del pecado puede llevarlo un solo hombre, un mísero hombre? Pues lo dudo ¿por qué sigues haciendo esto? Sabiendo que no va a servir para nada. Ninguno de ellos confía en ti, nadie lo hace ¡RINDETE! -Al entrarle la angustia, se puso a orar con más insistencia. Le caía hasta el suelo un sudor que parecía goterones de sangre. Luego, levantándose en la oración, fue donde estaban los discípulos. Los encontró dormidos, vencidos por la tristeza. Les dijo Jesús: ¿Cómo es que duermen? Levántense y oren para que puedan resistir la prueba. -Se apartó de nuevo, y oró repitiendo las mismas palabras. Demonio: ¡Viste! No pueden permanecer despiertos los que dicen ser tus discípulos, tus propios amigos. Ellos aún no saben quién eres, no saben que eres un cobarde ¿Acaso tú si sabes quién eres? ¿Realmente eres el Hijo de Dios? Si fuera así, nadie se quedaría dormido en tu presencia. Nunca vas a poder con tanto, tú eres solo uno, y ellos son muchos más de lo que crees. Jamás vas a poder ¡RINDETE COBARDE! Al volver, nuevamente a los discípulos, los encontró otra vez dormidos, porque se estaban muriendo de sueño y no sabía que contestarles. Volvió por tercera vez y les dijo: Jesús: ¿Así que durmiendo y descansado? ¡Basta ya! Ha llegado la hora, miren
*inserte música de suspenso*
-Jesús estaba hablando cuando se le acercó Judas, uno de los 12. Acompañado de una turba con espadas y lanzas. El traidor, les había dado esta contraseña Judas: Aquel a quien yo bese, ese es. Captúrenlo y llévenlo con cuidado. -En cuanto llegó, se le acercó a Jesús y le dijo Judas: Rabbí, Maestro. -Jesús le dijo Jesús: Judas, ¿Con un besó entregas al Hijo del Hombre? *inserte música de tensión* -En seguida acudieron los otros, y echando mano a Jesús, lo apresaron. *inserte canción de duelo* -Pedro lo iba siguiendo de lejos. -Entre Pedro, y un soldado el cual estaba maltratando a Jesús, ocurre un fuerte altercado. Pedro toma la espada de éste, y sin dudar, corta la oreja al soldado. -Jesús, indignado por lo sucedido, se suelta y exclama: Jesús: ¡PEDRO NO! ¿QUÉ HAS HECHO? Suelta esa espada, recuerda que quién usa la espada, muere por la espada. -Jesús antes de ser tomado de nuevo por los soldados, le cura la oreja al soldado herido. -Pedro, impactado por lo que hizo, huye de la escena. -Pedro, huyendo todo despavorido, llega a un pequeño patio, en donde unas mujeres estaban buscando calor. -Encendieron fuego en medio del patio, se sentaron alrededor y Pedro se sentó con ellas. Una criada, al verlo sentado a la luz, lo observó fijamente y le dijo Criada: También éste estaba con él. -Pero él lo negó. Pedro: No lo conozco, mujer. -Poco después, lo vio otra y le dijo Criada2: ¡Tú también eres uno de ellos! -Pedro, volvió a negarlo. Esta vez con juramento. Pedro: ¡No conozco a ese hombre! ¡Lo juro! -Pasada alrededor de una hora, otra le insistía Criada3: Seguro que éste estaba con él. Éste es galileo, se le nota en el acento. -Entonces, Pedro se puso a echar maldiciones y a jurar Pedro: ¡No conozco a ese hombre! ¡Lo juro, lo juro! *inserte sonido de un gallo* - Todavía estaba él hablando cuando cantó un gallo. En aquel momento, el Señor se volvió hacia Pedro, y Pedro recordó que el Señor le había dicho “Hoy mismo, antes de que cante el gallo, me habrás negado 3 veces”. Y alejándose, lloró amargamente. - Los sumos sacerdotes y el concejo en pleno buscaron un falso testimonio contra Jesús para condenarlo a muerte, pero no lo encontraban, a pesar de los muchos falsos testigos que comparecían. Finalmente, aparecieron dos que dijeron Testigo 1: Este ha afirmado que puede derribar el Santuario de Dios y que puede reconstruirlo en tres días. -Pero ni aun así, coincidían sus testimonios. El sumo sacerdote le preguntó Sacerdote: ¿No tienes nada que responder? ¿Qué significan estos cargos en contra tuya? -Jesús siguió callado -Entonces, el sumo sacerdote volvió a interrogarle diciendo Sacerdote: Te ordeno por el Dios mismo a que nos digas si tú eres el Mesías, hijo de Dios -Jesús le respondió Jesús: Tú lo has dicho, pero además les digo esto, desde ahora van a ver al Hijo del Hombre compartiendo el poder con el Todopoderoso, y viniendo sobre las nubes del cielo. -El sumo sacerdote se rasgó las vestiduras, exclamando Sacerdote: ¡Ha blasfemado! ¡No hacen falta testigos, acaban de oír la blasfemia! ¿Qué me piden? Pueblo enfurecido: ¡QUE MUERA, QUE MUERA! -Al amanecer, llevaron a Jesús a casa de Caifás, al palacio del Gobernador. Jesús compareció antes Pilato y empezaron la acusación diciendo Sacerdote: Hemos comprobado que este anda amotinando a nuestra nación, oponiéndose a que se pague el tributo al César, diciendo que el es Mesías, el Rey. -Pilato le preguntó Pilato: ¿Tú eres el Rey de los Judíos? -Jesús le contestó Jesús: Mi reino no es de este mundo. Si lo fuera, mis seguidores habrían luchado para impedir que cayera en manos de los judíos, pero no, mi reino no es de este mundo. -Pilato insistió Pilato: ¿Pero entonces, tú eres Rey? -Jesús le contestó Jesús: Tú lo has dicho. Yo soy el Rey, mi misión consiste en dar testimonio de la verdad, para eso nací yo y vine al mundo. -Pilato contestó Pilato: La verdad… ¿Qué es la verdad? -Y dicho esto, dijo a los judíos Pilato: Yo no encuentro ningún cargo contra él. -Ahora bien, en la fiesta de Pascua, el gobernador romano solía conceder la libertad a un preso, el que la gente escogía. Había en aquel entonces, un preso muy famoso llamado Barrabás, el cual estaba en la cárcel a causa de cierta revuelta acaecida y un homicidio. -La gente empezó a concentrarse a reclamar el indulto de costumbre. Pilato preguntó Pilato: ¿A quién quieren que les suelte? ¿A Barrabás o a Jesús? Al quién llaman el Mesías. -Pilato hizo esta pregunta porque él sabía que se lo habían entregado por envidia. Los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo convencieron a la gente de que pidieran a Barrabás y que muriese Jesús -Pilato volvió a preguntar Pilato: ¿A quién quieren que les suelte? ¿A Barrabás o a Jesús? -Contestaron ellos Pueblo enfurecido: ¡A BARRABÁS, A BARRABÁS! -Pilato les respondió Pilato: ¿Y qué hago con Jesús? A quien algunos le llaman el Mesías -Contestaron todos Pueblo enfurecido: ¡QUE LO CRUCIFIQUEN! -Pilato respondió Pilato: Pero ¿Qué ha hecho de malo? -Ellos gritaban más y más. Pueblo enfurecido: ¡QUE LO CRICIFIQUEN, QUE LO CRICIFIQUEN! -Entonces, soltó a Barrabás. Pilato mandó a azotar a Jesús. -Los soldados del gobernador llevaron a Jesús al pretorio, y después de reunir a toda la tropa a su alrededor, le quitaron sus ropas y le echaron encima a manto morado. -Después, trenzaron una corona de espinas, se la pusieron en la cabeza y en la mano derecha una caña, luego doblaban la rodilla ante él y le hacían burlas adorándolo. Soldado: ¡Salve al Rey de los Judíos! -Otros le escupían, otros le agarraban la caña y lo golpeaban en la cabeza. Sacerdote: ¡Si sueltas a ese, no eres amigo del César! ¡Todo el que pretende ser Rey, se declara contra el César! -Cuando Pilato oyó estas palabras, mandó a sacar a afuera a Jesús y se sentó en el Tribunal, en el lugar conocido con el nombre del Juzgado. Entonces, nuevamente se dirigió a los judíos. -Aquí tienen a su Rey. -Los judíos gritaban Judíos: ¡FUERA, FUERA! ¡QUE MUERA, QUE MUERA! -Viendo Pilato que todo era inútil y que, al contrario, se estaba formando un bulto, pidió agua y se lavó las manos. Cara a la gente, dice Pilato: Soy inocente de esta sangre, haya ustedes. -El pueblo entero contestó Pueblo enfurecido: ¡NOSOTROS Y NUESTROS HIJOS RESPONDEMOS POR SU SANGRE! - Entonces, así se lo entregó para que le crucificaran y se hicieran cargo de Jesús. - Él, llevando personalmente su Cruz, salió para un lugar llamado “La Calavera”, en hebreo, Gólgota. - Detrás, iba también mucha gente del pueblo. - Jesús es golpeado y burlado sin parar. Se lo coloca una corona hecha de espinas, le dan una capa y le dan un cayado con las mayores humillaciones. - Jesús hace su recorrido, con la gran y pesada cruz a cuestas. De repente, cae por primera vez. Los soldados no pierden la oportunidad, le gritan y lo golpean para que recobre la conciencia y siga el camino. Jesús, débil, logra ponerse de pie y continúa. - En el camino, María se interpone entre los soldados y Jesús, rompe en llanto al ver a su hijo todo magullado y desfigurado. Jesús no hace más con consolarla y llorar junto a ella. Los soldados enfurecidos, la apartan y la tumban. - Jesús pierde las fuerzas cada vez más, sus piernas tiemblan y parece irse. Los soldados notan esto, y buscando entre la multitud a alguien que lo ayude, ven a un Cirineo. Con golpes y amenazas por parte de los soldados, se une con Jesús en el camino. Él también cae, y los soldados lo apartan, viendo que su propuesta fue en vano. - Una mujer conocida como la Verónica, corre sin pensarlo a dónde Jesús. Ve su cara ensangrentada y con sudor. Llorando, esta le ofrece limpiar su rostro. Jesús accede, y después de ser advertida por los soldados, se retira del lugar. Al abrir el paño con el cual limpió a Jesús, Verónica sorprendida y con lágrimas en los ojos, observa que el rostro de Jesús quedó impregnado completamente en el paño. - Estando cada vez más cerca del punto de la crucifixión, Jesús cae por segunda vez, las fueras que le quedan son mínimas. Es azotado nuevamente por los solados, los gritos no paran, y colapsando ante la presión, logra ponerse de pie. - En pleno recorrido, unas mujeres de Jerusalén corren despavoridas evitando a los guardias. Llorando con mucho dolor, se acercan a Jesús. Jesús, ya con nada de fuerzas, las consuela y bendice. Los soldados apartan con golpes y jalones a las mujeres. - Jesús se encuentra débil y moribundo, ya no puede más y colapsa por última vez junto a la cruz. Ya el punto de crucifixión está cerca, los soldados nuevamente le gritan y golpean. Jesús ya no puede más, pero con sus últimas y pocas fuerzas, logra trasladar la Cruz hasta el lugar. - Se acerca el momento de la Crucifixión de Jesús, en donde él entrega su vida por todos los pecados del mundo. - Jesús es azotado sin piedad, los soldados no hace más que reír y reír. Sus vestiduras son repartidas a modo de juego, dejándolo completamente desnudo. - Finalmente, es crucificado en la cruz. Clavos en sus manos y ambos pies, junto a la corona de espinas enterrada en su cráneo. - Junto a él, son también crucificados dos malhechores, uno a la izquierda y otro a la derecha. Jesús: ¡PADRE! ¡Perdónalos, por qué no saben lo que hacen! Demonio: ¿QUIÉN ES TU PADRE? ¿QUIÉN ERES TÚ? Jesús: ¡DIOS MÍO! ¡DIOS MÍO! ¡¿POR QUÉ ME HAS ABANDONADO?! Soldado: ¿Por qué llamas a Dios, imbécil? ¡Sabes que no va a venir a salvarte! Demonio: ¡TE ESTÁS SACRIFICANDO POR QUIENES NO LO MERECEN! ¡TU PADRE NO QUERRÍA ESO DE TI! Jesús: Tengo sed, tengo sed… ¡DIOS MÍO TENGO SED! Malhechor Malo: ¡No eres el que dice ser el Mesías! ¡Sálvate a ti y sálvanos a nosotros por igual! Malhechor Bueno: ¡CÁLLATE! ¿ACASO NO LE TEMES A DIOS? TÚ QUE ESTÁS EN EL MISMO SUFRIMIENTO. Nosotros debemos pagar por nuestros crímenes, pero él, él no ha hecho nada malo. ¡JESÚS! ¡POR FAVOR ACUERDATE DE MI CUANDO ESTÉS EN EL REINO! Jesús: Hermano mío, te aseguro que hoy mismo, estarás conmigo en el Paraíso. María, en llanto, se acerca junto a Juan, el discípulo querido, a los pies de la cruz. Jesús: ¡MADRE MÍA! Ahí tienes a tu hijo. Y a Juan le dijo Jesús: ¡HIJO MÍO! Aquí tienes a tu madre. Demonio: ¡¿ESTÁS DEJANDO A TU MADRE CON UN INDEFENSO NIÑO?! ¡BAJA DE LA CRUZ DESGRACIADO Y CUIDALA A ELLA POR TI MISMO! Jesús, con su último aliento de vida, dice Jesús: Ya todo se ha cumplido ¡PADRE! ¡PADRE! En tus manos encomiendo mi espíritu… - Jesús ha muerto. Ha entregado su vida, su sufrimiento y su pasión, por cada uno de nosotros. - Decimos: Te adoramos Cristo y te bendecimos ,R. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo. (Hacemos un instante de Silencio) - A los malhechores se les quiebran las piernas con un mazo, para que sufran y luego, mueran. - Un soldado atraviesa con una lanza, el costado de Jesús estando ya muerto. Todo queda en silencio, y el soldado comienza a llorar cuando al sacar la lanza, sale sangre y agua al mismo tiempo. - La tierra comienza a temblar cual terremoto fuera, y los truenos junto a la lluvia, aparecen de la nada. - El soldado, con la voz quebradiza, dice Soldado: ¡En verdad hemos asesinado a un santo! ¡HEMOS ASESINADO AL HIJO DE DIOS! -Al para el temblor y la tormenta, todos los reunidos, pueblo en contra, pueblo bueno, discípulos y soldados, se arrodillan ante el cuerpo crucificado de Jesús. -Después de un tiempo, Jesús es bajado por los soldados y entregado a María y Juan. María cubre su cuerpo desnudo y lo prepara para ser llevado al sepulcro.
-Al tercer día de la muerte de Jesús, fue María Magdalena al
sepulcro. Vio quitada la gran piedra que funcionaba como puerta y de inmediato echó a correr, para avisarles a Pedro y a Juan de lo sucedido. Llegó a donde ellos estaban y les dijo Magdalena: ¡Se han llevado al Señor del Sepulcro! ¡No sé dónde lo han puesto! -Desconcertados por la noticia, Pedro y Juan le piden a María que se tranquilice y revise nuevamente el sepulcro. María, en llanto y angustiada, va al sepulcro de nuevo. Se adentró un poco al interior de éste, y vio a dos Ángeles vestidos de blanco, uno sentado en donde estaba la cabeza de Jesús y otro en donde estaban sus pies. -Los Ángeles preguntaron Ángeles: Mujer ¿Cuál es la razón de tu llanto? -Magdalena en llanto responde Magdalena: ¡Se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto! -De repente, Jesús resucitado, se le acerca por detrás a Magdalena, sorprendiéndola. Jesús: Mujer ¿Por qué lloras tan desconsolada? ¿A quién está buscando? -Magdalena todavía de espaldas, confunde la voz de Cristo con el señor encargado de cuidar los sepulcros. Magdalena: Señor, por favor, si usted se ha llevado a Jesús, dígame dónde lo ha puesto y yo misma lo recogeré. -Jesús le dice Jesús: ¡MARÍA! ¡MÍRAME! Magdalena: ¡Maestro! Magdalena, emocionada y en llanto, quiere tocar a Jesús. Jesús: ¡No! No me toques, aún no he subido a donde mi Padre; pero vete a donde mis hermanos, tus hermanos y diles: subo a mi Padre y a vuestro Padre y a vuestro Dios. ¡CRISTO HA RESUCITADO!