Metabolismo Microbiano
Metabolismo Microbiano
Metabolismo Microbiano
Ciclo de Krebs
BALANCE ENERGÉTICO DE LA RESPIRACIÓN
El resultado neto de las reacciones del ciclo de Krebs es la oxidación completa del
piruvato a CO2 con formación de cuatro moléculas de NADH y una de dinucleótido
de flavinadenina (FADH). El NADH y el FADH pueden ser oxidados nuevamente
por el sistema transportador de electrones. Un total de 15 moléculas de ATP son
sintetizadas en cada vuelta del ciclo, por lo tanto, dado que cada molécula de
glucosa rinde dos de piruvato, 30 moléculas de ATP son sintetizadas por cada
molécula de glucosa que entra al ciclo de Krebs (ver figura 3). Esto, sumado a las
seis moléculas de la reoxidación del NADH y las dos del vía glucolítica, da un total
de 38 moléculas de ATP por molécula de glucosa respirada. Además de sus
funciones como mecanismo generador de energía, el ciclo de Krebs sirve como
productor de metabolitos claves para la biosíntesis. La reducción del oxígeno
forma radicales libres que son muy tóxicos para la bacteria. Entre los más
importantes se encuentra el superóxido. Éste es eliminado por las bacterias
aerobias y tolerantes del oxígeno, por la enzima superoxidodismutasa que cataliza
la formación de peróxido de hidrógeno, también tóxico. El peróxido de hidrogeno
es degradado por enzimas como catalasa y la peroxidasa, a oxígeno
Glucólisis
molecular y agua. Estas enzimas están ausentes en las bacterias anaerobias
estrictas, explicando en parte la susceptibilidad que tienen al oxígeno. En las
bacterias aerobias obligadas, el oxígeno es el aceptor final de electrones. Sin
embargo, las bacterias anaerobias facultativas pueden usar, en ausencia de
oxígeno, otros compuestos inorgánicos como aceptores finales de electrones, por
ejemplo: nitrato, fumarato, sulfato, etc.
REGULACIÓN DEL METABOLISMO
Cada reacción metabólica está regulada no solo con respecto a otras reacciones,
sino también con respecto a la concentración de nutrientes en el medio. La
regulación se realiza a diferentes niveles: en la actividad enzimática y en la
síntesis de las enzimas. En la primera, regulación de la actividad enzimática, se
produce: activación de enzimas alostéricas, inhibición por retroalimentación,
activación alostérica y cooperatividad. La inducción enzimática y la represión por
productos finales, son mecanismos de regulación de la síntesis de enzimas. En las
bacterias anaerobias facultativas la fermentación (como única vía de producción
de energía) es bloqueada en presencia de oxígeno, asegurando que el suministro
de energía se produzca por respiración, que consume menos glucosa y acumula
menos lactato. En este fenómeno denominado efecto Pasteur, la enzima
fosfofructoquinasa es activada o inhibida según la relación entre el ATP y el ADP,
regulando así el consumo de glucosa. Este es un ejemplo de regulación de la
actividad enzimática por una enzima alostérica. El ejemplo clásico de regulación
de la síntesis de enzimas lo constituye el operón lactosa. Hay tres enzimas que
participan en la utilización de la lactosa (ß-galactosidasa, galactósido permeasa y
galactósido transacetilasa), las cuales tienen un promotor único. En ausencia de
lactosa, la transcripción para estas enzimas está bloqueada por un represor que
se une al promotor inhibiendo la acción de la ARNpolimerasa. Cuando se agrega
lactosa al medio, ésta se une al represor, bloqueando de este modo su unión al
promotor y permitiendo la acción de la ARNpolimerasa y la síntesis de las tres
enzimas anteriormente mencionadas.
Crecimiento bacteriano
Puede ser definido como el aumento ordenado de todos los constituyentes
químicos de la célula. Las condiciones físicas y químicas del medio donde el
microorganismo se encuentra afectan marcadamente sus actividades. La
comprensión de como influye el ambiente sobre el crecimiento nos ayuda a
explicar la distribución de los microorganismos en la naturaleza y hace posible
diseñar estrategias que favorezcan el crecimiento o que nos permita controlarlo.
Las bacterias como grupo, son extremadamente versátiles y tienen gran
capacidad para utilizar una amplia gama de nutrientes que van desde compuestos
inorgánicos simples, a compuestos orgánicos más complejos. Los nutrientes se
pueden dividir en dos clases: esenciales, sin los cuales la célula no puede crecer y
no esenciales, se usan cuando están presentes pero no son indispensables.
Algunos nutrientes son usados solo como precursores de macromoléculas
celulares, otros solo como fuente de energía sin ser incorporados directamente al
material celular y otros cumplen las dos funciones al mismo tiempo. También se
pueden clasificar como macro y micronutrientes según la cantidad requerida.
MACRONUTRIENTES
El carbono es el mayor constituyente de la célula bacteriana, por lo tanto no llama
la atención que requiera más carbono que cualquier otro nutriente. Según la forma
en que lo usa, existen fundamentalmente dos tipos de bacterias: autótrofas y
heterótrofas. Las primeras son capaces de sintetizar todos sus componentes
orgánicos a partir de compuestos inorgánicos como el CO2 . Como ejemplo de
este grupo citamos las bacterias del suelo, que carecen de interés médico. En
cambio, las heterótrofas usan sustancias orgánicas como fuente de carbono. En
este grupo se encuentran todas las bacterias de interés médico. La glucosa, por
ejemplo, es usada como fuente de carbono y de energía. También existen
bacterias que pueden usar otras sustancias orgánicas como fuente parcial o
exclusiva de carbono. Entre las bacterias más versátiles se encuentran las del
género Pseudomonas, muchas de las cuales pueden usar más de cien
compuestos orgánicos. Después del carbono, el elemento más abundante en la
célula es el nitrógeno que representa entre el 12 y el 15% del peso seco. Es el
constituyente principal de las proteínas y los ácidos nucleicos. La mayoría de las
bacterias son capaces de usar el amonio como fuente de nitrógeno, mientras que
otras pueden usar los nitratos. La reducción de nitratos, se puede lograr por dos
mecanismos diferentes: reducción asimiladora, en la cual se reduce por la vía del
nitrito y reducción desasimiladora, donde el nitrato sirve como aceptor final de
electrones. La primera está bastante extendida entre las bacterias, mientras que la
segunda solo es común en bacterias anaerobias y anaerobias facultativas. El
fósforo es usado para la síntesis de ácidos nucleicos y de fosfolípidos. La mayoría
de las bacterias lo usan en forma inorgánica como fosfato (PO4=). Los fosfatos
orgánicos si bien están distribuidos ampliamente en la naturaleza, para ser usados
deben ser atacados primero por fosfatasas, enzimas que clivan estos compuestos
liberando el fósforo inorgánico.
MICRONUTRIENTES
Aunque requeridos en cantidades muy pequeñas, los micronutrientes son
importantes para la nutrición de la bacteria. Entre estos destacamos el cobalto, el
cobre y el manganeso.
FACTORES DE CRECIMIENTO
Son sustancias que deben ser aportadas preformadas, porque la bacteria que los
requieren no pueden sintetizarlos a partir de los nutrientes ya sea por falla o
ausencia de una vía metabólica determinada. Estas sustancias incluyen vitaminas
del complejo B, aminoácidos, purinas y pirimidinas. Las bacterias que no necesitan
factores de crecimiento, se denominan prototróficas y, las que sí los requieren,
auxotróficas para ese factor.
REQUERIMIENTOS ATMOSFÉRICOS Y AMBIENTALES Oxígeno
Las exigencias de oxígeno de una bacteria en particular, reflejan el tipo de
metabolismo pro ductor de energía. Según su relación con el oxígeno, existen
bacterias: anaerobias obligadas, anaerobias facultativas, aerobias obligadas y
microaerófilas. De las primeras (anaerobias obligadas), existen las estrictas y las
aerotolerantes. Las bacterias anaerobias obligadas estrictas, crecen en ausencia
de oxígeno, el cual es muy tóxico e incluso letal cuando la exposición es breve.
Las segundas (aerotolerantes) también crecen solo en ausencia de oxígeno, pero
toleran su presencia un poco más que las anteriores; por ejemplo: Clostridium sp.
Las bacterias anaerobias facultativas, son capaces de crecer en presencia o en
ausencia de oxígeno. Ejemplo de éstas son las bacterias de la familia
Enterobacteriaceae. Las aerobias obligadas, requieren oxígeno para su desarrollo.
Dentro de este grupo se encuentran la Pseudomonas. Por último, las
microaerófilas crecen mejor con presiones de oxígeno bajas (3 a 5%); las
concentraciones altas (21%) inhiben su crecimiento. En las bacterias aerobias,
anaerobias facultativas y anaerobias aerotolerantes, la enzima
superoxidodismutasa impide la acumulación del radical superóxido; esta enzima
está ausente en los anaerobios estrictos. El peróxido de hidrógeno formado por la
acción de la superoxidodismutasa es destruido con rapidez por la enzima catalasa
o peroxidasa, como ya se mencionó. En el laboratorio de microbiología los
requerimientos atmosféricos de oxígeno, pueden determinarse cultivando la cepa
en caldo tioglicolato. Este medio contiene muchos nutrientes, siendo un caldo de
enriquecimiento apropiado para casi todas las bacterias de interés médico. El
ácido tioglicólico actúa como agente reductor que disminuye el potencial redox del
medio, generando un gradiente de concentración de oxígeno a lo largo del tubo.
En la superficie del medio, la concentración es similar a la atmosférica y va
disminuyendo gradualmente hasta que en el fondo del tubo no existe oxígeno
disuelto. Las bacterias aerobias estrictas podrán crecer en la superficie del caldo,
las microaerófilas crecerán en la franja inmediata que está debajo de la superficie.
Las anaerobias facultativas crecerán en todo el tubo, mientras que las anaerobias
lo harán en el fondo del mismo.
Anhídrido carbónico
Algunas bacterias como Neisseria y la Brucella, tienen muchas enzimas con baja
afinidad por el CO2 y requieren una concentración más elevada (10%) de la que
habitualmente está presente en la atmósfera (0.03%). Estos requerimientos
atmosféricos mencionados deben ser tenidos en cuenta cuando se realiza el
cultivo de estas bacterias.
Potencial de oxidación reducción
Es un requerimiento físico del medio de cultivo. Éste es un factor crítico para
determinar si se desarrollará o no el inoculo sembrado en dicho medio. Para la
mayoría de los medios de cultivo en contacto con el aire, el potencial de oxidación
reducción es de +0,2 a +0,4V, a pH 7. Las bacterias anaerobias obligadas son
incapaces de crecer a menos que el potencial sea tan bajo como -0,2V. Para
establecer dichas condiciones en un medio de cultivo se puede eliminar el
oxígeno, recurriendo a sistemas de cultivo anaerobio o agregando al propio medio
compuestos que contengan sulfidrilo, por ejemplo, el tioglicolato de sodio.
Temperatura
Es uno de los factores ambientales más importantes que influyen en la
proliferación y mantenimiento de la vitalidad de los microorganismos. Cada
bacteria tiene su propia temperatura mínima por debajo de la cual no puede
proliferar, temperatura óptima en la cual el crecimiento es mas rápido y
temperatura máxima por encima de la cual no puede multiplicarse. Así, es posible
distinguir tres grupos de microorganismos según el rango de temperatura en el
que es posible su multiplicación: psicrófilas, crecen entre -5 y 30ºC, temperatura
óptimo de 15ºC; mesófilas, crece entre 10 y 45ºC, con el óptimo a los 30ºC y
termófilas, que crecen entre 25 y 80ºC, con el óptimo en 55ºC. En el laboratorio se
puede determinar la temperatura óptima de crecimiento, sembrando el
microorganismo en estudio en un medio de cultivo adecuado e incubándolo a
diferentes temperaturas, para después evaluar los rendimientos obtenidos en las
distintas condiciones. Si bien la mayoría de los microorganismos de interés medico
son mesófilos, pueden existir diferencias entre las temperaturas de crecimiento
óptimas de los mismos, siendo para la mayoría de 35 a 37ºC.
Concentraciones de hidrógeno
Cada microorganismo tiene un rango de pH en cual puede crecer y un pH óptimo
bien definido. Según en el pH que se obtenga mayor rendimiento, encontramos
microorganismos acidófilos, neutrófilos (la mayoría de interés médico) y alcalófilos,
que crecen bien en pH ácidos, neutros y alcalinos respectivamente. Para la
mayoría de las bacterias de interés médico, el pH óptimo es de 7,2 a 7,6. Sin
embargo, hay microorganismos humanos como M. tuberculosis que resisten
valores muy bajos de pH. Como los microorganismos al multiplicarse y realizar sus
funciones metabólicas, suelen modificar el pH del medio, éste puede prepararse
con amortiguadores de pH (buffer), los cuales mantiene el pH relativamente
constante.
Condiciones osmóticas y disponibilidad de agua
El agua es un requerimiento esencial para todo ser vivo y la disponibilidad de ésta
es un factor importante que afecta el crecimiento de los microorganismos en sus
ambientes naturales. Esta disponibilidad no depende solamente del contenido de
agua que haya en el ambiente, porque algunas sustancias y superficies pueden
absorber moléculas de agua y por consiguiente reducir la disponibilidad en el
ambiente. Las sales y los azúcares disueltos en agua, condicionan la
disponibilidad de la misma porque las moléculas de agua se asocian y no quedan
disponibles para ser usadas por los microorganismos. La disponibilidad de agua
se expresa generalmente como actividad acuosa o potencial de agua.
Generalmente los microorganismos se encuentran en ambientes con menor
cantidad de solutos que en el interior celular, por lo tanto el agua tiende a entrar a
la célula por osmosis. Por el contrario, si se encuentran en medios de baja
actividad acuosa, el agua tenderá a salir de la célula, por lo tanto perderá agua.
Así, encontramos microorganismos que pueden crecer en altas concentraciones
salinas (halófilos) como las que están en el agua de mar, en altas concentraciones
de azúcar (osmófilos) como las que hay en una jalea o en ambientes muy secos
(xerófilos). Estos generalmente captan agua de dichos ambientes, gracias a las
altas concentraciones de solutos en su interior. La concentración de solutos con
actividad osmótica dentro de la célula bacteriana es superior a la concentración
del exterior celular. Con excepción de las bacterias del género Mycoplasma y de
las formas lister (L) que no tienen pared celular, la mayoría de las bacterias tienen
tolerancia osmótica que les permite soportar grandes cambios de osmolaridad.
Captación de nutrientes
La concentración de solutos en el interior de una célula bacteriana es mayor que
en el medio extracelular. Esto es aplicable tanto al medio natural como a la
mayoría de los medios de cultivo usados en el laboratorio. La principal barrera
para el paso de solutos entre la célula y el medio externo es la membrana celular.
Las bacterias están rodeadas de membranas semipermeables, compuestas por
una mezcla compleja de proteínas, lípidos y glucoproteínas, que restringen el
ingreso de la mayoría de los solutos. Sin embargo, tienen sistemas que permiten
el transporte de sustancias pequeñas a través de dichas membranas. Las
moléculas de mayor tamaño primero deben ser degradadas a moléculas más
pequeñas por enzimas (exoenzimas) producidas por la propia bacteria y
secretadas al exterior celular. En las bacterias gramnegativas estas exoenzimas
se encuentran fundamentalmente en el espacio periplásmico (espacio virtual
ubicado entre la membrana externa y la membrana plasmática), mientras que en
las bacterias grampositivas están ancladas en la membrana plasmática. Dichas
enzimas son activas sobre: proteínas, polisacáridos, lípidos y ácidos nucleicos,
entre otros. Bacterias como S. aureus, S. pyogenes, y C. perfringens, elaboran
algunas de estas enzimas que contribuyen a la virulencia, destruyendo los
componentes vitales de los tejidos del huésped infectado. Pueden ser constitutivas
(se sintetizan siempre) o inducibles (se sintetizan solo cuando está presente su
substrato). Con excepción del agua y el amonio que ingresan a la célula por
difusión pasiva en respuesta a un gradiente de concentración a ambos lados de la
membrana, el resto de los metabolitos lo hacen por sistemas de transporte más
específicos. Tanto las porinas, como los canales de maltosa, no requieren
consumo de energía. Los primeros son sistemas inespecíficos que permiten el
ingreso de moléculas pequeñas (peso molecular menor o igual a seis mil dalton).
Las porinas son proteínas ubicadas en la membrana externa de las bacterias
gramnegativas, que forman canales o poros permitiendo el pasaje de las
moléculas pequeñas e hidrofílicas. En la difusión facilitada, una proteína asociada
a la membrana celular facilita el equilibrio a ambos lados de la misma, actuando
en conjunto con una quinasa citoplasmática dependiente de ATP. Estas proteínas
de membrana se denominan permeasas y muchas son inducidas por el substrato
a ser transportado. Cuando la sustancia es fosforilada por la quinasa
citoplasmática, queda atrapada dentro de la célula. La difusión facilitada se parece
a la difusión simple, porque el substrato se mueve por un gradiente de
concentración (de mayor a menor), por lo tanto el propio proceso de transporte no
requiere energía. La diferencia que tiene con la difusión pasiva, es que está
mediada por una proteína transportadora, es más rápida y tiene mayor
especificidad de substrato. El transporte activo permite que los solutos ingresen a
la célula en contra de un gradiente de concentración, consumiendo energía
metabólica. Como ejemplo citaremos al sistema de la ß-galactósido permeasa,
mediante el cual la lactosa (disacárido) es concentrado dentro de una bacteria
como E. coli. El transporte de la lactosa se produce por una permeasa específica
(proteína M); dicha reacción implica gasto de energía. La energía se usa para
disminuir la afinidad de la permeasa por la lactosa en la parte interna de la
membrana celular, favoreciendo su rápida liberación dentro del citoplasma. Si la
generación de energía es bloqueada por el agregado de azida de sodio al sistema,
la permeasa cataliza la difusión facilitada de la lactosa, cesando el transporte
cuando la concentración del disacárido sea la misma a ambos lados de la
membrana. En medios aerobios y a pH neutro, la baja concentración de hierro no
permite alcanzar un desarrollo óptimo. Las bacterias han desarrollado varios
sistemas para obtener cantidades adecuadas de dicho elemento. Los sideróforos
son ligandos de bajo peso molecular cuya función es suministrar hierro a la célula.
Aunque existe una variación importante en la estructura de los distintos tipos de
sideróforos conocidos, la mayoría son de dos tipos: catecoles: la enterobactina es
la más estudiada; e hidroximatos: producidos por algunos hongos. La
enterobactina es un poderoso quelante que E. coli produce rápidamente cuando
existe déficit de hierro y la secreta al medio externo.
Crecimiento de las poblaciones bacterianas
El paso esencial para iniciar el estudio de una cepa bacteriana, es el cultivo. Este
paso es importante para proveer de una población de bacterias que puedan ser
analizadas mediante pruebas bioquímicas, serológicas, genéticas y de
susceptibilidad a los antibióticos. El cultivo es el proceso de propagación de los
microorganismos en el laboratorio, que se obtiene aportando las condiciones
ambientales adecuadas y los nutrientes necesarios para el crecimiento bacteriano.
Debemos recordar que algunas de las bacterias que causan infecciones en seres
humanos no son capaces de crecer en medios artificiales inertes. Es necesario
conocer cuales son los requisitos básicos de la bacteria en cuestión para su cultivo
en el laboratorio (nutrientes, requerimientos atmosféricos y ambientales), así como
los requisitos del o de los tipos bacterianos que se necesite recuperar. La siembra
de un material que contiene bacterias en un medio sólido adecuado con la técnica
de aislamiento permite, luego de un período adecuado de incubación, la
recuperación de millones de bacterias agrupadas en colonias aisladas. Éstas
pueden ser aisladas nuevamente en un nuevo medio para obtener un cultivo puro.
El crecimiento se define como el aumento del número de bacterias en una
población determinada (ver figura 4). Es importante diferenciar entre el crecimiento
de una célula individual y el de una población. Dicho crecimiento celular es el
resultado del aumento del tamaño de la célula, seguido de su división. El
crecimiento de una población, en cambio, es el resultado del aumento del número
total de células, que puede ser cuantificado directamente (contando el número de
células) o indirectamente (por ejemplo, midiendo la masa celular). El recuento de
células totales puede determinarse por recuento microscópico en una cámara con
áreas de volumen conocido, contando las células por unidades. Este recuento,
considera la totalidad de las células presentes en la muestra (viables y no viables).
Para realizar un recuento de las células viables, es necesario hacer un cultivo en
medio sólido para contar el número de unidades formadoras de colonias (UFC)
presentes en un volumen conocido de la