Luxie Ryder - Midnight Rodeo - Midnight Cowboys I - Las Ex 69
Luxie Ryder - Midnight Rodeo - Midnight Cowboys I - Las Ex 69
Luxie Ryder - Midnight Rodeo - Midnight Cowboys I - Las Ex 69
Gracias!!!
Argumento
Cuando el rodeo llega a la ciudad, el único interés de la dueña del
bar, Talia, es el dinero extra que obtendrá, con el aumento de las
ventas. Lo que ella aun no sabe es que el rubio y sexy Reb, y el
moreno y misterioso Cody, le harán cuestionarse todo lo que creía
saber hasta ahora sobre los hombres, el sexo y sus propios deseos.
Talia contuvo una respuesta cortante. Los vaqueros del extremo de la barra
habían estado llamándola así toda la noche, aunque los cariño, ya estaban
empezando a molestarla. Ella les había dicho con una sonrisa forzada, más
de una vez, que no le gustaba que la llamaran de esa manera, pero parecía
que habían decidido no escucharla.
“Ya voy.” Puso las bebidas frente a los dos hombres, uno tan moreno como
el otro rubio.
“Bueno, estás haciendo un buen trabajo ", sonrió Reb. "Se ve muy bien."
“Gracias Talia” dijo, permitiendo que sus ojos se quedaran sobre ella
mientras tomaba un largo trago de su cerveza. Su mirada pasó sobre ella,
causando una tensión entre sus piernas, que estaba casi segura que él
podía sentir.
¡Maldita sea! Quería lo que él le estaba vendiendo. Talia sabía que su
reacción al sexy vaquero se debía casi en su totalidad a la auto-impuesta
sequía sexual. Su entrepierna se humedeció ante la invitación de sus ojos, y
la sensación aumentó cuando lo vio lamer con su lengua una gota perdida
de cerveza en su labio. Las cosas estaban mucho peor de lo que pensaba, si
un guapo desconocido podía hacerla sentir tan caliente sin siquiera
intentarlo.
Cody se volvió hacia ella. "¿Quieres que vigilemos la puerta en caso de que
ese tipo quiera regresar?”
La hora de cierre llegó sin más incidentes. Fieles a su palabra, los chicos
mantuvieron un ojo en la multitud, deteniéndolos antes de que pudieran
escalar y sobrepasar el límite permitido de personas a través de la puerta.
"Yo solo cuido de los caballos” respondió Reb, asintiendo con la cabeza
hacia su amigo. “Cody es la superestrella."
Él asintió con la cabeza. "Puede ser. Sólo tienes que tomar precauciones”.
"Todo" dijo Cody mirándola a los ojos, después de una pausa. Talia oyó reír
a Reb mientras tomaba un trago de cerveza y miró de uno a otro,
preguntándose qué era lo que había pasado por alto que era tan gracioso.
"Ok, bueno, gracias de nuevo" dijo ella, tratando de dejar claro que estaba
esperando para cerrar.
Retorció sus pies, apenas capaz de salir de su asiento, capturada entre los
dos grandes hombres. "Disculpa", dijo a Cody, haciendo un gesto de que
quería pasar.
Talia pasó junto a ellos, sin saber por qué Cody seguía mirándola con tanta
intensidad. La tensión se rompió cuando se volvió hacia su amigo y le dio
una palmada en el hombro. “Vamos, amigo, la señora quiere salir de aquí. "
"Era lo menos que podía hacer", dijo ella, avanzando hacia la puerta con la
esperanza de que la siguieran. "Realmente aprecio su ayuda."
"Cody tiene debilidad por las damiselas en aprietos," bromeó él, dándole un
codazo a su amigo en las costillas y haciendo caso omiso de la mirada
oscura que obtuvo a cambio.
Talia prometió que lo haría, sobre todo por el hecho de que Reb la levantó
contra su cuerpo duro y no la dejó ir hasta que ella lo hizo. "Bájala, Reb,"
dijo Cody, quitándose el sombrero para besarla en la mejilla, cuando
finalmente salió del bar. Su amigo hizo lo mismo en el otro lado, arrastrando
una mano casualmente sobre su cadera, mientras pasaba por la puerta.
Reb la miró y dejó lo que estaba haciendo para saludarla con la mano, y
golpeó a Cody en el muslo, para que dirigiera su mirada hacia ella.
Vio a Reb saltar a un lado, trepando para salir del camino, unos momentos
antes que la puerta del canal se abriera. El caballo de Cody saltó, golpeando
con sus patas, incluso antes de estar libre de las barras.
Cody se agarró, con una mano enredada a través de una cuerda tensa, su
cuerpo se sacudía sobre la silla mientras trataba de mantenerse sobre el
caballo salvaje. Ella podía ver la concentración en su rostro y la forma en
que los músculos de sus muslos se contraían, mientras él los apretaba
alrededor del animal.
Se cubrió los ojos mientras esperaba los gritos de los espectadores, pero
nunca llegaron. Mirando entre sus dedos, se encontró con Cody en pie,
sacudiéndose con el sombrero el polvo de sus zahones, mientras saludaba a
la multitud. Volviéndose hacia ella, le hizo una profunda reverencia, antes
de reír al ver su expresión todavía conmocionada.
Talia bajó las manos, sonriendo de nuevo, con alivio, al ver la emoción en su
rostro. Él parecía brillar de excitación y ella tuvo una idea general de por
qué se exponía a tanto peligro.
Cody hizo un gesto por encima del hombro, usando el brazo para darle
instrucciones para salir de las gradas e invitándola bajar y unirse a ellos.
Algunas de las otras mujeres jóvenes de la multitud comenzaron a reír con
entusiasmo, seguras de que la invitación también las incluía a ellas.
Cuando Talia llegó al lugar al que había sido dirigida, estaba al final de una
línea muy larga de personas, hombres, mujeres y niños entre ellos, todos
esperando para pedir autógrafos o fotos.
Cody se había subido a la verja, tomando los artículos que Reb le entregaba,
firmándolos de forma rápida y entregándolos de nuevo. Él vio a Talia en la
parte posterior de la multitud y sonrió, encogiéndose de hombros a modo de
disculpa. Reb se volvió en su dirección después de recibir un golpe en las
costillas, y pareció como si quisiera ir hacia ella, hasta que un niño le puso
una cámara en la mano y le pidió que tomara una fotografía.
Talia esperó tanto tiempo como pudo, sin sentirse como una fan. El orgullo
finalmente la obligó a alejarse, una vez que se dio cuenta de que no tenía
idea de por qué estaba realmente esperando para verlos. Un fuerte silbido
la hizo darse la vuelta, y vio a Cody levantar las manos como preguntándole
a dónde iba.
Señaló su reloj, tratando de decirle que tenía que volver al trabajo. Cody
asintió con la cabeza, diciéndole con ese gesto que lo entendía, e hizo una
mímica como de beber una botella de cerveza, y luego puso los pulgares en
alto cuando ella entendió lo que le quería decir. Irían a verla más tarde.
Lamentó esa decisión unos pocos minutos más tarde, cuando la pelusa
pegajosa y dulce se aferraba a sus dedos y se negaba a despegarse. Talia
podía sentir algo de dulce en la barbilla y trató de quitarlo con el dorso de
una mano, dándose cuenta, demasiado tarde, que había arrastrado el
algodón de azúcar a través de su cabello en el proceso.
“No se queden ahí, ayúdenme", dijo ella riendo, mientras cada uno de ellos
le ponía una mano debajo de una axila y la ponían de pie.
Capítulo 3
Todavía se reían de ella, cuando entraron en el bar, más tarde, esa noche.
"Si querías ser cubierta por algodón de azúcar, sólo tenías que hacérnoslo
saber" bromeó Reb. "Estaríamos felices de hacerlo."
Talia les invitó una cerveza antes de dejarlos el uno en compañía del otro,
mientras centraba su atención en la creciente multitud. Por lo menos tenía
un poco de ayuda esta noche, pensó, mientras Cindy se precipitaba a través
de la puerta, pidiendo disculpas por llegar tarde.
A medida que la noche avanzaba, Talia tuvo la clara impresión de que Cody
y Reb estaban esperando hasta que ella estuviera libre, para pedirle otra
ronda de bebidas. Cindy había estado rondándolos toda la noche, su cara
bonita y rubia se iluminaba con esperanza cada vez que la miraban.
"No es justo." Ella hizo un mohín más tarde, arrinconando a Talia junto a la
caja. "He estado moviendo mi culo toda la noche y ninguno de esos tipos del
final de la barra me ha echado una mirada."
“Parece que están aquí sólo para beber, eso es todo", le dijo Talia, a
sabiendas, por propia experiencia, que eso no era cierto. Esta noche, al
igual que la noche anterior, Cody y Reb la miraban constantemente. Y sus
ojos rara vez habían estado en su cara.
Al principio, ella les devolvía las sonrisas, cada vez que los encontraba
mirándola. Eventualmente, trató de ignorarlos, al comenzar a sentir un
hormigueo en cualquier parte del cuerpo, cada vez que la miraban. Talia ya
no tenía dudas de que estaban hablando de ella íntimamente.
"Talia"
"Yo no estaba pidiendo más cerveza", dijo, su voz sonaba un poco ronca.
"Sin embargo, gracias."
Sus ojos bajaron hasta sus pechos por un breve momento, antes de
esconderlos bajo el ala de su sombrero, haciendo un gesto por encima del
hombro con un movimiento de cabeza. "El idiota de anoche acaba de entrar.
¿Quieres que nos deshagamos de él?”
Talia examinó la habitación, hasta que vio el pequeño grupo en una
esquina. "Si pueden hacerlo sin causar una escena, se los agradecería” dijo
ella, decidiendo que el dinero del chico y sus amigos no valía la pena, por el
riesgo del daño que podrían causar si se desataba una pelea.
"Creo que les debo otra bebida," ofreció ella, cuando volvieron a tomar sus
asientos.
Reb negó con la cabeza, fijando sus ojos verdes en los de ella, inusualmente
serio por un momento. "Puedes pagárnoslo más tarde" dijo
misteriosamente, sosteniendo su mirada.
Talia luchó contra el impulso de gemir en voz alta, alejándose del intenso
calor que emanaba de los dos hombres, casi sin aliento por el latido
ardiente entre sus muslos. ¿Qué demonios estaban tratando de hacerle?
Cindy se fue a casa una hora más tarde, tomándose su tiempo para recoger
sus cosas. Al darse cuenta de que los vaqueros tenían intención de
quedarse un rato más, finalmente dejó a Talia a solas con ellos.
"Me muero de hambre", dijo Cody, llevando su atención de nuevo hacia ellos
y quitarla de la tarea de cargar los vasos en el lavavajillas. "¿Hay algún
lugar para comer por aquí?”
Talia sonrió. "No a esta hora de la noche. Bienvenidos a un pequeño pueblo
de EE.UU.”.
A pesar de lo tarde que era y lo cansada que estaba, Talia sabía que lo
único amable que podía hacer, después de que habían sido tan útiles, era
ofrecerles por lo menos una comida. "Puedo prepararles algo," ofreció ella.
“¿Estás segura de que no te importa? " dijo Cody, con la cara llena de alivio.
"Por supuesto que no. Denme un minuto para cerrar bien la puerta y
podemos ir a la cocina." Escapó de la habitación, aliviada de estar fuera de
la altamente cargada situación, por un momento.
"Maldita sea, eso estuvo buenísimo", exclamó Reb, diez minutos más tarde,
después de devorar la hamburguesa que había preparado.
"No, eso fue más que suficiente” respondió Cody, dando a Reb una mirada,
que lo desafiaba a que continuara asintiendo con la cabeza. "Gracias."
Ella sintió su sonrisa, atravesándola hasta los dedos de los pies, y comenzó
a sonrojarse. “No hay problema. "
"Así que, ¿vives aquí?” Preguntó Reb, colocando los codos sobre la mesa.
"¿Qué piensa tu novio de que trabajes hasta tan tarde?” dijo Cody.
Reb y Cody se miraron de nuevo, una conversación tácita pasó entre ellos.
"No sería tan difícil si conocieran a mi ex." Ella se echó a reír, poco
dispuesta a explicarles que el infierno se congelaría antes de que ella dejara
que un hombre entrara en su vida otra vez. Bueno, al menos no a corto
plazo.
Una vez más, la conversación murió, dejándola sentada entre los dos
hombres.
“Sí, por favor "dijo Reb, poniéndose de pie. "Ahora vuelvo, tengo que ir al
baño." Él sonrió, caminando fuera de la habitación.
Él asintió con la cabeza, poniéndose de pie a su lado. "Déjame que coja eso"
se ofreció, cuando ella se estiraba para alcanzar el tarro de galletas.
Cody deslizó una mano hasta su torso, riendo entre dientes en la parte
posterior de su garganta, mientras permitía que su palma rozara su pezón
antes de tomar el pecho. Talia gimió por el contacto y una sensación
pulsante comenzó en su coño. El envolvió la mano libre en su pelo, tirando
de su cabeza hacia atrás, suavemente, para poder morder su cuello antes
de llevar de nuevo su boca hacia la de ella.
Talia sintió otro cuerpo presionando contra su espalda. Saltó para tomar
distancia por la sorpresa, y se encontró con Reb mirándola fijamente, el
deseo hacia parecer sus ojos más oscuros. La sonrisa de niño había sido
sustituida por una mirada de intensa concentración. “¿Q... qué están
haciendo?” preguntó ella, sorprendida por la falta de reacción de Cody ante
la interrupción.
Capítulo 4
Reb sonrió, pasando un dedo sobre su mejilla antes moverlo hacia el pezón,
que se asomaba a través de su top.
"¡Esperen, chicos! No sé si puedo hacer esto” dijo ella, dando un paso atrás.
Cody puso una mano alrededor de su muñeca con suavidad, deteniéndola
en su huida.
“¿Por qué no?”
“¿Por qué no?” repitió ella, sintiéndose acorralada. “Bueno, apenas los
conozco, para empezar."
"Los dos te deseamos, Talia", dijo Reb, pasándole una mano por el otro
brazo. "Hemos estado observándote toda la noche", suspiró, tirando de ella
más cerca, "viendo tu hermoso pelo negro rozar tu cuerpo y ese pequeño
culo sexy balanceándose hacia adelante y atrás, en nuestras propias
narices”.
"Y sabemos que nos deseas", dijo Cody, deslizando la mano por la parte
baja de su espalda, instándola a acercarse más. "Vi la forma en que me
miraste antes y cómo reaccionaste cuando Reb te tocó. Tus pezones se
endurecieron al instante, al igual que lo están ahora."
"¿Por qué?, ¿porque eres una chica buena? Dijo Reb en tono de burla,
pasando una mano sobre su culo. "O porque tienes miedo de que la gente
se entere."
"Está bien ser una chica mala, si quieres serlo, Talia" dijo Cody, llevando su
cabello hacia un lado para murmurar en su oreja. "Nadie lo sabrá nunca."
“No tengas miedo de tomar lo que quieres, "dijo Cody, mientras ella lo
miraba con incertidumbre. "Pero si quieres que nos vayamos, sólo tienes
que decirlo." Los dos hombres se quedaron inmóviles, su respiración
caliente flotando sobre su rostro y cuello, mientras esperaban su respuesta.
"¿Quieres que nos vayamos Talia?”
"No te arrepentirás, nena" dijo Reb, deslizando la mano entre sus piernas.
"¡Mierda!, Cody, esta tan caliente y húmeda que puedo sentirlo a través de
sus jeans." el jadeó, hundiendo los dientes en su hombro. Las piernas de
Talia temblaron cuando Cody tomó sus pechos, y mordió suavemente su
labio, mientras lo chupaba dentro de su boca.
Reb se alejó sin previo aviso, como si supiera que Cody lo seguiría. Talia fue
alzada en los brazos de Cody, y colocada en la cama sólo segundos más
tarde. En el momento que ella y Cody llegaron a la pequeña habitación, Reb
había descartado la mayor parte de su ropa. Él la puso de pie al instante,
para empezar a sacarle la camiseta, mientras Cody se desnudaba
rápidamente y luego comenzó a quitarle los jeans.
Los dos hombres acariciaron y besaron cada centímetro de piel que iban
exponiendo, dejándose caer sobre sus rodillas a cada lado de ella, mientras
la ayudaban a salir de sus pantalones y bragas. Reb se situó detrás de ella
para desabrochar su sostén, besando la piel de su espalda. Cody
permaneció de rodillas, acariciando su cuerpo con sus ojos y sus manos, y
deslizó sus dedos bajo las copas del sostén para acariciar sus pezones.
"Te dije que lo sería” respondió Reb, por encima de su hombro, rozando las
manos de Cody al tomar sus pechos por completo en sus manos.
Talia dejó caer la cabeza sobre el hombro de Reb, mientras miraba a Cody
separar los rizos de su ingle. "¡Oh Dios!, puedo ver lo húmeda que estas"
jadeó él, mirándola por un momento, antes de deslizar un dedo sobre su
hinchado clítoris. Ella se sobresaltó y cayó más pesadamente contra Reb,
cuando Cody bajó la cabeza y la rozó con la lengua. "Tienes un sabor tan
dulce, cariño." Levantó sus piernas del suelo y las colocó sobre sus
hombros.
Reb la sostuvo con firmeza, dando un paso atrás para aumentar el ángulo
en el que estaba suspendida entre los dos hombres.
“Oye, yo quiero ver" se quejó Reb, hasta que Cody lo ayudó a levantarla
hacia la cama, separando las piernas para su amigo. Este gimió, mientras
tocaba suavemente su clítoris, añadiendo un dedo a la tortura, cuando lo
deslizó fácilmente en su interior. Cody se había movido hasta tumbarse a su
lado, acariciando su cuerpo hasta que sus cálidos labios besaron los suyos.
"Cuando Reb termine, te voy a follar tan fuerte, que vas a gritar," le susurró
al oído, haciendo que una nueva ola de electricidad se lanzara a través de
ella, por sus palabras.
Reb besó su muslo, subiendo por la cama para acostarse al lado de ella,
mientras Cody hizo su camino hacia abajo. "Daté la vuelta” ordenó él,
guiando sus movimientos con una fuerte mano en su cadera. Talia hizo lo
que le dijo, sintiendo el cuerpo pesado. De rodillas, empezó a temblar de
nuevo, al sentir la punta de la polla de Cody comenzar a empujar dentro de
su coño, mientras Reb se arrodillaba delante de ella, invitándola a tomar su
pene en la boca.
“Ah, tienes una boca dulce, nena," dijo Reb, acariciándole la cara hasta
sostener con firmeza su mentón. "No podré resistir mucho más tiempo."
Reb salió de su estupor y levantó la vista, sonriendo al ver lo cerca que ella
estaba. Empujando su cabeza hacia la cama, entre sus rodillas, se inclinó
sobre su espalda. Tomó sus pechos en las manos, apretando y tirando de
sus pezones, mientras daba besos a lo largo de su espina dorsal. "Mejor le
das lo que quiere," lo escuchó decir. “Cody no se detendrá hasta que te
haga explotar.
Los dedos de Cody se hicieron más y más erráticos, hasta que experimentó
su orgasmo.
Durante los primeros diez minutos después de terminar, Talia no pudo hacer
más que quedarse tendida dónde la habían dejado, jadeando y sudando.
Finalmente, sus músculos comenzaron a protestar, y la necesidad de
moverse se hizo insoportable. En el momento que levantó la cabeza, los
hombres la ayudaron, despejando un hueco en el centro de la cama, y
animándola a acostarse entre ellos.
Capítulo 5
Talia se despertó con la fría luz de la mañana, aliviada al saber que estaba
sola.
Rodó sobre su espalda, riendo como una niña traviesa al recordar lo que
había sucedido la noche anterior. El recuerdo causó que una pequeña
punzada de deseo la recorriera, alejando la vergüenza que pudiera sentir.
Quitó el cobertor y miró el reloj, dándose cuenta que había dormido
demasiado. Sus muslos, espalda y hombros dieron un grito de protesta,
haciéndola detenerse. Talia se echó a reír mientras se levantaba con
cuidado. Había olvidado lo que una noche de amor podía hacerle a una
chica.
Sintiéndose más humana después de la ducha, bajó para trabajar en el bar.
La acción de lavar los platos y tazas de la cocina, activó sus recuerdos,
haciéndola sonreir. Sabiendo que iba a pasar todo el día poniéndose al día,
pero sin importarle, tomó su café en la mesa, riendo una vez más, mientras
la bebida la fortificaba.
No podía sentir pena o vergüenza por lo que había sucedido. Dos vaqueros
calientes la habían devastado, agitando cualquier creencia que pudiera
haber tenido, de que era una 'niña buena'. La memoria le trajo a la mente
las palabras de Cody, incluyendo lo último que había dicho antes que ella se
quedara dormida. ¿Qué había querido decir?
"Estoy cerrando", gritó por encima del hombro, cuando oyó pisadas cruzar
el suelo del bar.
Cody hizo girar los ojos. "¿Está bien que estemos aquí?”
Talia asintió con una tímida sonrisa, sabiendo que él estaba preguntando
mucho más.
Talia había disfrutado del control que había descubierto que tenía sobre
ellos, por un momento los dejó de pie a su lado, con el sudor corriendo por
sus agitados cuerpos, mientras los obligaba a verla masturbarse. Cody
había mantenido la distancia, advirtiéndole con los ojos que iba a pagar por
tales cosas. Reb había empezado a acariciar su pene mientras la veía, su
deseo hizo erupción en su mano, cuando llegaron al clímax al mismo
tiempo.
"Daté la vuelta," le había ordenado Cody, apartando a Reb fuera del camino
y poniendo una gran mano sobre su espalda, la obligó a descansar sobre las
palmas de las manos en la cama. Talia obedeció, sus jugos empapaban el
interior de sus piernas, mientras se estremecía de anticipación por su toque.
Pero él se tomo su tiempo, se alineo con cuidado, echando su cabeza hacia
atrás, por el cabello que había cogido en su puño e introduciendo su polla
dentro de ella tan duro y rápido como pudo.
****
“Cody no viene", dijo él. "Tuvo una pequeña caída. Un caballo lo golpeó
fuertemente."
“Oh, Dios. ¿Está el bien?” Talía estaba realmente angustiada ante la idea.
"Está en el hospital. Se rompió el brazo, pero sólo lo van a dejar esta noche
debido a que quedó inconsciente por el golpe.
Reb se echó a reír. “Pensé que ibas a desmayarte, sólo quería asegurarte
que no era nada serio."
“Oh, pobre Cody" dijo ella.
"Pobre de mí, querrás decir. ¡Dios!, ese hombre ha sido como un oso con
dolor de cabeza desde el accidente. Cualquiera pensaría que yo lo empuje
del maldito caballo."
“Un poco conmocionado. Por un momento pensé que lo había perdido allí. El
maldito caballo le cayó encima."
Se sirvió uno para ella, levantando el vaso para brindar por la buena salud
de Cody, antes de tomarlo de un trago y tragarlo con una mueca.
“Eres una mujer interesante" dijo Reb, de manera apreciativa, mientras ella
colocaba de golpe su vaso vacío sobre el mostrador. Ella sonrió con
benevolencia, con los pensamientos en otra parte.
"Estoy tan contenta de no haberlo visto caer ayer" dijo, recordando el miedo
que había sentido por él.
Reb se echó a reír. "Sí, él me dijo que lo estabas observando a través de tus
dedos." Sacudió la cabeza al imaginarlo. "Te das cuenta que todavía puedes
ver lo que está sucediendo cuando haces eso, ¿no?" Ella le dio un puñetazo
en el brazo mientras seguía burlándose de ella, mirándola a través de sus
dedos de vez en cuando, y no paró hasta que la hizo reír.
"Así que, ¿tienes algo planeado para esta noche después de cerrar?
preguntó Reb.
Talia podía ver la esperanza en sus ojos y, por primera vez, se dio cuenta
que no estaba ni remotamente interesada, si Cody no estaba involucrado.
"No esta noche.” Sonrió para suavizar sus palabras. "El último par de días
me ha agotado. Quisiera retirarme temprano.”
Cindy negó con la cabeza, sonriendo hacia el alto hombre. “¡Hola Cindy!”
dijo él, enviando una mirada hacia Talia, que le dijo que él sabía cuál era su
juego, pero iba a dejarla salirse con la suya. "¿Puedo invitarte a un trago?”
Capítulo 6
"¿Qué quieres?" ladró Cody, cuando Talia entró en su habitación del
hospital, la mañana siguiente.
"Yo... he venido a ver cómo estabas", dijo ella, preguntándose tanto por su
propia cordura, como porque diablos estaba él enfadado con ella. Estaba
pálido y demacrado. Tal vez se sentía tan mal como parecía. Eso explicaría
su estado de ánimo.
“Bueno, como puedes ver, estoy bien." Su rostro se tornó duro, mientras
clavaba los ojos en la pantalla del televisor, por encima de la cama.
Por primera vez desde que había entrado, su actitud la hizo enojar. ¿Quién
se creía que era? "¿Por qué es eso de tu incumbencia? No eres el dueño de
ninguno de nosotros.”
Sus ojos marrones, cálidos por lo general, se tornaron duros y oscuros, por
lo que Talia se sintió contenta de que estuviera confinado en la cama.
“Tienes razón. No es de mi incumbencia si quieren follarse el uno al otro".
"¿Por qué te importa? Tú fuiste el que me sedujo sin decirme que tenías una
historia con tu amigo. En un momento, te estaba besando, y al siguiente,
Reb y tú me estaban hablando de pasar la noche con los dos.”
Algo de la ira dejó la cara de Cody. “Oh, mierda, Talia. No llores." Extendió
una mano para tomar la suya, pero ella saltó lejos, como si la hubiera
quemado. “Es sólo que Reb—”
Talia pasó el resto del día tratando de imaginar cuál era su problema.
Seducirla fue idea de Cody, o al menos así lo parecía. ¿Tal vez Reb fue el
instigador y dejó que su amigo hiciera el trabajo de campo? De cualquier
manera, el fue la razón de que todo ocurriera, y su actitud de ahora
arruinaba esa creencia.
¿Cuántas veces habían hecho este tipo de cosas? Por la forma en que la
habían vuelto loca, casi sin palabras, parecían muy entrenados en el arte de
compartir una mujer. Talia se calentó al recordar a Cody ayudando a Reb,
cuando puso su cabeza entre sus piernas y la forma en que habían
intercambiado posiciones de forma que uno podía follarla mientras lamía al
otro.
Pero también recordó la manera como Cody había dicho que él no había
querido compartir. ¿Qué había querido decir? Tal vez quedó atascada entre
ellos, en medio de un juego de machos. Talia no tenía idea de cuál era su
problema, pero estaba absolutamente segura de que no era ella.
Reb no ayudó al llegar de nuevo, más tarde ese día. "¿Fuiste a verlo?"
"Sí". Su tono fue cortante. No era culpa de Reb que su amigo fuera un jodido
arrogante, pero no podía dejar de dirigir parte de su enojo hacia él. Le dolía
la cabeza, por haber pasado toda la noche pensando en ese par y
necesitaba un lugar donde desahogar su frustración.
Él sonrió, quitándose el sombrero para pasar una mano por su pelo, dejando
escapar un largo suspiro. "¿Tengo que pensar que no te fue bien?”
"Lo que no entiendo," dijo Talia, haciendo caso omiso de sus palabras, "Es
porque está tan malditamente enojado conmigo. La última vez que estuvo
aquí, parecía bastante feliz. ¿Qué pasó?”
"¿Qué te dijo?"
"Quería saber si habías pasado la noche aquí. Cuando le dije que no era de
su maldita incumbencia, se puso muy enojado."
Reb miró alrededor del bar, dando al resto de los clientes una mirada
irritada. “Tenemos que hablar, pero hay demasiada gente aquí. ¿Puedes
venir a mi remolque después de salir del trabajo?”
"No voy a terminar hasta muy tarde, ¿está bien?” Talia no sabía que
esperaba escuchar, pero su interés se despertó. Reb se fue después de
darle su dirección, besándola en la mejilla de una forma muy casta,
teniendo en cuenta lo que ya habían compartido.
Cerró el bar un par de horas más tarde e hizo el trayecto a través de las
tranquilas calles. El remolque Reb fue bastante fácil de encontrar y ella
llamó nerviosamente a la puerta.
Se escucharon voces desde el otro lado y se dio cuenta que no estaba solo.
Antes de que cualquier pensamiento se pudiera formar en su mente, sobre
quien era la persona que estaba con él, Cody abrió la puerta.
Capítulo 7
"¿Es siempre tan grosero?” Preguntó Talia, después de que Cody pasara a
su lado, sin decirle una palabra, dejándola mirando una entrada vacía.
Reb tomo asiento a su lado, después de hacer una bola con un poco de ropa
y quitarla del camino. “Lo siento” dijo él, mirando a su alrededor. "No
tenemos visitas muy a menudo."
“¿Tenemos?”
"No puedo” dijo ella, dejando que el silencio pendiera entre ellos, mientras
esperaba que fuera al grano.
"Le dije que yo estaba, ya sabes, interesado en ti, y quería ver a dónde
podrían llevarnos las cosas."
“Oh, Dios” dijo ella, pasándose una mano por el pelo. "Mira, Reb…”
“Sé que suena arrogante. Quiero decir, no tengo ninguna razón para creer
que me deseas. Sólo necesitaba que él se hiciera a un lado y me dejara el
camino libre”.
"Al principio, trató de persuadirme de ello, dijo que no íbamos a estar aquí
el tiempo suficiente como para que algo sucediera. Yo le dije que
encontraría una manera de hacerlo funcionar, tal vez volviendo a la ciudad
entre los rodeos. Fue entonces cuando su actitud cambió y me dijo que no
le importaba un carajo lo que hiciéramos." Reb parecía tan confundido como
se sentía.
"Tal vez, él no quiere que las cosas cambien. Parece feliz de vivir y trabajar
contigo, así como las otras cosas que hacen juntos." Talia sintió enrojecer
sus mejillas. ¿Cómo había podido pensar alguna vez que era lo
suficientemente sofisticada, para manejar una situación como ésta con
tanta naturalidad como ellos parecían hacerlo? A pesar de lo que Cody
había dicho, ella era realmente una buena chica de corazón.
"No es como si fuera la primera vez que este tipo de cosas han sucedido",
dijo Reb, rechazando sus palabras. "Yo me enamoro a cada instante. Lo
siento, no estaba hablando de nosotros, "dijo rápidamente, riendo cuando
ella giró los ojos."De todos modos, las otras veces, a él no le importaba para
nada."
"¿Qué yo me enamore?”
"No hemos fracasado todavía." Él sonrió antes de darse cuenta de que esa
era la peor respuesta que podía dar. "Lo que quiero decir es –”
“No importa” dijo ella, poniéndose de pie. "Fue una locura el querer estar
cerca de ustedes dos."
Capítulo 8
Talia no tenía intención de abrir el bar, cuando se levantó al día siguiente,
por lo que se puso un chándal y se dejó caer delante de la televisión,
intentando disfrutar de unas horas de telenovelas. Sabía que era una locura
perder el dinero extra que traería el incremento de las ventas, por ser el
último día del Rodeo, pero a ella no le importaba. Cody y Reb dejarían la
ciudad mañana, si bien no era para siempre, por lo menos lo sería hasta la
próxima Feria del Condado, y su vida podría volver a la normalidad. Pero lo
normal no le parecía tan atractivo ahora y, en el fondo, ella sabía por qué.
Se había enamorado de Cody. Talia se enorgullecía de su inteligencia, pero
esta vez la había dejado en mal. Enamorarse de un hombre tan harto de la
vida que ni siquiera estaba buscando amor, ya era una locura.
"Esto es justo lo que necesitaba", dijo Talia en voz baja, mientras se movía
para abrir la puerta, y saltaba hacia un lado cuando Reb entro en el bar, con
una mano presionada contra su cara. “¿Qué diablos te pasó?”
"¿Por mí?”
“Bueno, en cierto modo. Me vio con Cindy después del show. Vino hasta mí,
me preguntó dónde estabas y qué diablos creía que estaba haciendo. Le
dije que se fuera al diablo." Reb sonrió mientras tomaba el paquete de hielo
que Talia le dio. "Supongo que no fue una buena idea ¿eh?"
Talia se echó a reír, a pesar de sí misma. "Estás loco," dijo ella, despeinando
su cabello antes de golpearlo en la parte posterior de la cabeza cuando algo
se le ocurrió. "Oye, ¿qué estabas haciendo con Cindy? Te has repuesto del
enamoramiento malditamente rápido, ¿no?"
"No seas tonto. Me complace que Cindy y tú estén juntos. ¿Vas a salir con
ella otra vez?"
"Probablemente no", dijo él, mientras el buen humor dejaba su cara. Reb
pasó un dedo por su brazo, haciendo que los ojos de ella se volvieran hacia
él. Ella podía ver la invitación en su mirada, pero se apartó, para no darle
una idea equivocada. Reb suspiró, pero no la presionó más, mirándola por
un momento más, antes de tomar su sombrero y ponerse de pie.
“Bueno, cuídate” Talia sonrió, sin saber qué decirle a alguien con el que
había tenido tanta intimidad, pero apenas conocía.
Talia se sorprendió, tanto por su presencia como por el tono de su voz. ¿Por
qué siempre estaba tan enojado con ella? "Nunca me diste la oportunidad."
“Bueno, quizá fue así, pero ten por seguro que me habría gustado que me lo
dijeras."
Cody dejo caer la cabeza, escondiendo los ojos bajo el ala de su sombrero.
"No lo habría golpeado, para empezar."
Talia se puso las manos en las caderas. "Eso fue algo terrible. El pobre Reb
no se lo merecía."
"Lo sé, lo sé” dijo él, dejando caer su voz a un volumen razonable. "Pero no
fue del todo mi culpa."
“Sí, me lo dijo”.
"Y luego, en el hospital, cuando dijiste que lo habías visto a solas la noche
anterior, me imaginé que tú querías lo mismo" Los ojos de Cody buscaron
los de ella, en busca de pistas sobre la reacción a sus palabras.
“De todos modos, para cuando me dijo que ibas a ir a su trailer la noche del
miércoles, ya estaba convencido de que tenían algo."
Talia podía ver que la confesión era difícil para él. Así que, había golpeado a
su amigo y se sentía como un tonto. ¿Qué esperaba lograr contándole
aquello? “Bueno, espero que te hayas disculpado por golpearlo."
“Oh, lo hice", dijo él. "Vino a verme esta mañana y me hizo escucharle. Reb
es la razón por la que estoy aquí. Les debo a ambos una disculpa."
“Sí, es cierto" dijo ella, no queriendo dejarlo salir del embrollo con tanta
facilidad. “Tengo una pregunta, sin embargo. ¿Por qué te importaba tanto
que tuviéramos algo?”
“Más te vale que lo hagas," dijo ella, comenzando a sonreír. Talia se alejó,
mientras él se acercaba, dando pasos hacia atrás, hasta que el mostrador
de madera detuvo su progreso. "Quiero estar muy segura de entender lo
que estás diciendo."
Su mirada bajó hasta su boca, cuando el espacio entre ellos se redujo a sólo
unas pulgadas. "Le pegué porque él te alejo de mí, y luego pareció que no
te quería en lo absoluto."
"¿Él me alejó de ti?” Talia inclinó la cabeza, sin permitirle besarla hasta que
hubiera terminado de explicarse.
"¿Por qué no le dijiste cómo te sentías?” Talia se echó a reír, al darse cuenta
de lo que había dicho. “Olvida eso, ¿por qué no me lo dijiste a mí? "
"Yo quería más, pero no de Reb” susurró ella, con la respiración rápida,
cuando su cuerpo reaccionó tanto a la cercanía de él y como a los recuerdos
que provocaban sus palabras. "Lo único que recuerdo claramente de esa
noche eres tú, todo lo demás está borroso.”
Cody dio un paso atrás, cuando Talia lo apartó riendo. “Sí. Por favor, Entren”
"Mejor me voy", dijo Cody después de que ella hubiera servido a los
clientes. "Tengo que ver al doctor."
"Para ser una mujer inteligente, haces algunas preguntas muy tontas" dijo
él, riendo mientras caminaba hacia la calle.
Capítulo 10
Al final, él no regresó. En vez de eso, Talia salió en una cita.
Talia simplemente cerró el bar. El negocio había muerto casi tan pronto
como el Rodeo se había ido de la ciudad. Sus clientes habituales lo tendrían
que entender.
Mientras caminaba hacia el vestíbulo del pequeño hotel, una hora más
tarde, Talia saludó a la recepcionista, con una sonrisa secreta al darse
cuenta que la noticia de que había salido con un vaquero se sabría en toda
la ciudad al amanecer. Chelwood era demasiado pequeño para tener
cualquier tipo de vida privada, pero a ella no le importaba. Le encantaba el
lugar.
"Talia... wow”, dijo él con dificultad, casi sin aliento. "Te ves increíble."
Encantada de haber llevado el único vestido de su armario, Talia alisó los
pliegues invisibles de la Lycra negra del vestido hasta la mitad del muslo. La
noche era cálida, por lo que había dejado sus brazos al descubierto y
llevaba un brazalete de plata a juego con el collar de su cuello. "Gracias, tu
también te ves muy bien."
"Sí, seguro” dijo él, mientras permanecía de pie detrás de ella para empujar
su silla. "Ese es el problema con la vida en la carretera, no puedes llevar un
montón de cosas contigo.” Él le acarició su largo pelo y lo quitó del camino
para dejar caer un ligero beso en su hombro desnudo antes de tomar
asiento.
“Bueno, creo que te ves bien", sonrió ella, conmovida por su nerviosismo.
Talia se sentía un poco nerviosa también, pero la idea de estar a solas con
él finalmente, pesaba más que cualquier duda que pudiera haber tenido.
"Denos un momento" respondió Cody, sin apartar los ojos de ella. "¿Tienes
hambre?" le preguntó, cuándo el camarero se marchó. Talia asintió con la
cabeza, inclinando su cuerpo hacia adelante. "De comida, quiero decir"
preguntó él, con una lenta sonrisa, mirando sus labios entreabiertos. “Yo
tampoco”, dijo de nuevo, mientras ella negaba con la cabeza.
"Tendrás que me dejarme hacer todo el trabajo esta vez," sonrió ella,
después de que él la besara. Talia rozó sus labios contra su cuello, mientras
ayudaba a sacar su camiseta sobre su cabeza, con cuidado, para evitar que
le golpeara el brazo. Tiró la ropa por la habitación, dejándose caer de
rodillas delante de él para abrir el cinturón de sus jeans. El bulto bajo el
tejido la invitaba de manera tentadora, por lo que no pudo resistirse de
juguetear con sus dientes, sobre la dureza que contenía.
Cody gimió cuando ella deslizó la cremallera hacia abajo, moviendo los
pantalones para dejar que su polla saltara libre. "Cariño, me encanta tu
boca," dijo él, mientras sus labios se cerraban a su alrededor. Talia gimió
en la parte posterior de su garganta mientras lo tomaba tan profundamente
como podía, con los ojos fijos en sus reacciones. Los músculos de su
abdomen se estremecían cada vez que lo sacaba casi hasta la punta, y
luego le permitía volver a deslizarse hacia adentro. "Tengo que sentarme."
Se rió cuando empezó a balancearse sobre ella.
Talia le ayudó a salir de sus jeans y botas, antes de ponerse de pie para
abrir la cremallera de su vestido. “Yo puedo hacer eso” dijo él, haciéndola
girar. Cody le pasó la lengua por la piel que exponía mientras abría la
prenda, retirando los tirantes de los hombros para dejar caer la tela sobre
sus caderas, antes de girarla.
Miró sus pechos, pasándole el pulgar sobre el pezón, para luego deslizar la
palma abierta hacia su abdomen, dejándola desaparecer dentro de las
capas del vestido. Talia lo miraba expectante, sonriendo cuando sus ojos se
estrecharon y hundió sus dientes en su labio inferior, cuando descubrió que
no llevaba ropa interior. "Pensé en hacer las cosas un poco más fáciles para
ti" le explicó inocentemente, encantada con su reacción. "¡Oh!”.
“Cama”, fue lo único que pudo decir, mientras utilizaba su cuerpo para
empujarlo hacia esta. Los dedos de Cody salieron de ella y ella gimió por la
pérdida. Esperó hasta que él se deslizó en medio de la enorme cama, y
luego se quitó el vestido y se arrastró para quedar de rodillas a su lado.
"¿Qué quieres que haga?" preguntó ella, sonriendo, mientras él pasaba una
mano por su cabello, retorciendo los oscuros mechones alrededor de sus
dedos.
Ella lo succionó, una y otra vez, utilizando sus manos para mantenerlo fijo,
mientras sus caderas se resistían debajo de ella. Talia tuvo que levantar la
cabeza cuando su pulgar entró en su vagina sin previo aviso, por lo que
gritó y se movió contra su lengua, que todavía se movía sobre su clítoris.
“Cody… Cody, voy a correrme. Oh, voy a correrme. Tan fuerte, tan
jodidamente fuerte" dijo entrecortadamente, clavando sus uñas en sus
muslos, cuando él echó un brazo por encima de su culo, fijándola contra su
boca. Succionaba su clítoris entre los labios, moviendo la cabeza
rápidamente de lado a lado.
Talia aguantó tanto como pudo, antes de alejarse de él, demasiado sensible
para permitirle seguir adelante. Cayó sobre la cama con un suspiro, con las
piernas abiertas sobre el torso y el abdomen de él. “Jesús”, dijo, mientras
miraba al techo en estado de shock, riéndose un poco por la intensidad de
su orgasmo.
“Pensé que ibas a hacer todo el trabajo ", dijo Cody, tratando de colocarla
de nuevo sobre él con un brazo. "Ven aquí y fóllame, ¿quieres?”
“Lo siento” se echó a reír, poniéndose a horcajadas sobre él. Sus ojos ardían
sobre ella y se mordió el labio, otra vez, mientras la observaba sostener su
polla en posición vertical y retorcer las caderas, para colocarlo en la entrada
a su coño. Los ojos de Talia brillaron cuando la primera pulgada, estiró su
entrada y contuvo el aliento cuando se empujó hacia abajo, cubriéndolo por
completo.
"Dios, estás tan húmeda” gimió él con voz ronca, usando su mano sana para
mantenerla inmóvil, mientras se estremecía en su interior. "Tan estrecha y
húmeda."
Talia se inclinó hacia adelante, apoyando sus manos sobre su ancho pecho,
mientras comenzaba a mecerse contra él, gimiendo un poco con cada
embestida. Cody tomó su cabello en su mano y lo utilizó para empujar su
cuerpo hacia el suyo, besándola cuando sus rostros se encontraron. Él se
hizo cargo, sosteniéndola contra él con un brazo fuerte en la espalda,
mientras sus caderas dejaban la cama para introducir la polla dentro de ella,
una y otra vez.
Ella deslizó su propia mano entre ellos, presionando los dedos contra su
montículo, para aumentar la fricción causada por su abdomen. Su otra
mano se colocó en su cabello, anclando su cuerpo contra sus empujes.
Capítulo 11
Cuando Reb volvió a la ciudad una semana después, Cody estaba viviendo
en el apartamento de Talia. Ambos habían acordado que era una tontería
perder tiempo estar separados, especialmente cuando él volvería a salir
pronto a la carretera otra vez.
“¿Cómo vas a hacer que esto funcione?” preguntó Reb, cuando Cody le dijo,
delante de Talia, que tenían la intención de seguir viéndose.
"Sólo faltan dos meses más hasta el final de esta temporada, y luego voy a
colgar mis espuelas”.
"¿Vas a dejar el Rodeo?” preguntó Talia, tan sorprendida como Reb por la
noticia. "¿Cuándo decidiste eso?”
"Yo también te echaré de menos, Reb. Hemos estado juntos mucho tiempo."
"No seas tan duro con él” dijo ella mientras observaba a Reb, alejándose de
ellos. "No creo que tuviera la intención de interponerse entre nosotros."
Él se rió, tirando del sombrero hasta sus ojos. "¿Qué pasa contigo y esas
estúpidas preguntas?”
Fin
Si deseas saber más de
nuestros proyectos o
ayudarnos a realizarlos
Visítanos!!!
http://elclubdelasexcomulgadas.bogspot.
com