Intro A La Historia Del Arte - Freixa
Intro A La Historia Del Arte - Freixa
Intro A La Historia Del Arte - Freixa
Introducción
a la
Historia del Arte
Fundamentos teóricos
y lenguajes artísticos
BARCANOVA
TErvtAS UNMRSITARIOS
Colección dirigida por José Manuel Bennudo
Bibliografía ... .... .. .... ... ... .. ..... .... .... ... .. ........ ..... .... . .... ...... .. .... ....... .. .... . 273
2. LA HISTORIA DEL ARTE COMO HISTORIA.
LAS TÉCNICAS DE INVESTIGACIÓN Y EL PROBLEMA
DE LAS FUENTES
MIREIA FREIXA
2. Spina es el pequeño muro o seto, ornado con esculturas o monumentos, que mar-
caba el camino a seguir durante las carreras que se desarrollaban en el circo.
64 La historia del arte como historia
3. Véase C. D'Onofrio, Gli obelischi di Roma, Ro ma, 1967, y B. Fagan, Alla scoperta
dell'antico Egitto, Rom a, Newton Compton, 1984 (1975).
4. Nikolaus Pevsner, « El resu rgir del dórico», en Estudios sobre arte, arquitectura
y diseño, Barcelona, Gus tavo Gili, 1983 (1968), pp. 159-178.
La obra de arte y el proceso histórico 65
5. Joseph Rykwert, LJJs primeros modernos. LJJs arquitectos del siglo XVIII, Barcelo-
na, Gustavo Gili, 1982 (1980), pp. 188-198.
66 La historia del arte como historia
6. Véase Quentin Bell, «The Art Critic and the Art Historian», en Leonardo, núm.
2 (1980), pp. 139-142. Hay edición castellana: México, Premiá, 1978.
La obra de arte y el proceso histórico 67
7. Pioneros del diseño moderno. De William Morris a Walter Gropius, Barcelona, Gus-
tavo Gili, 1970 (1936); Los orígenes de la arquitectura .moderna y el diseño, Barcelona, Gusta-
vo Gilí, 1969 (1968).
8. Véa se Manfredo Tafuri, «Para una crítica de la ideología arquitectónica », en De
la vanguardia a la metrópoli, Barcelona, Gustavo Gili, 1972, y W. Oelchslin, «Contro la
storiografia della "Tabula Rasa"», en Rassegna, núm. 5 (1981), pp. 36-41.
68 La historia del arte como historia
9. Francis Haskell y Nicholas Penny: L'antico nella storia del Gusto. La seduzione
della scultura classica, Turin, Einaudi, 1984 (1981).
10. Sobre teoría e historia del patrimonio y de la restauración, véase C. Chirici, Il
problema del restauro, Milán, Ceschina, 1971; C. Brandi, Teoria de la restauración, Ma-
drid, Alianza, 1988 (1970); F. Haskell, La dispersione e la conservazione del patrimonio
artistico, y A. Conti, « Vicende e cultura del restauro»; en Conservazione, falso, restauro,
vol. X de Storia dell'Arte Italiana, Turín, Einaudi, 1981, pp. 1-117.
La obra de arte y el proceso histórico 69
13. Véase H. H. Brumme r, «The Statue Court in the Va tican Belved ere», en Acta Un i-
versitatis Stockholm iensis. Stockholm Studies in History of Art, núm . 20 (1 970), Estocol-
mo, y W. Oelchslin, «Il "Laocoon te", o del restauro delle statue antiche», en Paragone,
núm. 287 (1974), Florencia, pp. 3-29.
La obra de arte y el proceso histórico 71
nos una Venus de Milo con brazos o una Victoria de Samotracia con
cabeza? La idea que nos hemos formado sobre estas piezas clave para
la historia del arte pasa necesariamente por su mutilación.
Ahora bien, los distintos criterios de restauración, conservación o
intervención, han incidido de forma directa en la propia vida de los ob-
jetos y son básicos para la comprensión de la historia. La utilización
que de un capitel clásico se hace en una iglesia románica, la ornamen-
tación de jardines renacentistas o barrocos con sarcófagos paleocris-
tianos, las reinterpretaciones medievales de arquitectos románticos
como Viollet-le-Duc, son maneras muy distintas de interpretar e inci-
dir en el patrimonio, pero todo eso equivale también a crearlo.
14. Lajos Vayer (ed.), Problemi di metodo: condizioni di esistenza di una storia dell'arte,
Bolonia, Clueb, 1982.
15. Id., ibid., p. 2.
La profes ión del historiador del arte 73
16. Para agilizar la lectura de las páginas siguientes, referenciamos las notas biblio-
gráficas de los distintos libros citando entre paréntesis dentro del texto, excepto cuando
aquéllas son demasiado extensas.
74 La historia del arte como historia
17. Una síntesis sobre los métodos de trabajo científico es la de Umberto Eco, Come
si fa una tesi di laurea, Milán, Tascabili Bompiani, 1977. Hay edición castellana: Cómo
se hace una tesis, Barcelona, Gedisa, 1983. El título de la edición castellana puede llevar
a confusión, ya que una tesis no se corresponde estrictamente a una tesi di laurea italia-
na, pero el libro es altamente recomendable por la claridad con que está redactado y por-
que sigue todo el proceso del trabajo científico desde la elección del tema hasta el redac-
tado definitivo y la preparación del texto para una posible edición.
La profesión del historiador del arte 75
18. Roberto Salvini, «Le nuove tendenze della critica e l'interpretazione della per-
sonalita artística. Ovvero a utonomía ed eteronomia della storia dell 'arte», en Lajos Va-
yer (ed.), Problemi di metodo: condizioni di esistenza di una storia dell'arte, Bolonia, Clueb,
1982, p. 15.
19. Lionello Venturi, Historia de la crítica de arte, Barcelona, Gustavo Gili, 1979 (1964),
cap. 8.
La profesión del historiador del a rte 77
20. André Chastel (ed), «Les catalogues», en Revue de l 'A rt (é dito riaux), París, Flam-
marion, 1980, pp. 60-69.
80 La h istoria del arte como historia
21. Véase Otto Pacht, Historia del arte y metodología, Madrid, Alianza, 1986 (1977).
La profesión del historiador del arte 81
22. Véase Luigi Grassi, « Fonti, documenti, letteratura a rtistica: il loro significato
nella storia della critica », en / Congresso Nazio nale di Storia dell 'Arte, Roma, Centro Na-
zionale di Ricerca, 1980, pp. 225-245, y el n úmero m onográfico «La pertinen ce du docu-
ment en l'histoire de l'a rt», en Revue de l'A rt, núm. 54 (1982), París.
La profesión del historiador del arte 83
23. Vol. I, Documentos biográficos de Juan de Herrera, por Luis Cervera; vol. II, Da-
tos histórico-artísticos de fines del siglo xv y principios del XVI, por José María de Azcá-
rate; vol. III, Documentos de artífices de artes industriales de los Reyes de España, por
José Luis Morales y Marín.
La profesión del histor iador del a rte 85
24. Die Kunstliteratur, Viena, Anton Schroll, 1924. Hay una vers ión en castellano
de Esther Benítez, con adiciones de Antonio Bonet Correa, realizada a partir de la 3.ª
edición italiana revisada en 1964 por Otto Kurtz, La literatura artística, Madrid, Cátedra,
1976.
86 La historia del arte como historia
25. Hay edición en castellano de Gustavo Gilí (Barcelona, 1979), en versión de Ros-
send Arqués y con la bibliografía actualizada por Tomas Llorens, Arnau Puig e Ignasi
de Sola-Morales. Esta edición está basada en la 6.ª edición italiana de Giulio Einaudi,
que a su vez se basa en la 2.ª edición italiana, la última revisada por el autor. Hay tam-
bién una nueva impresión de Gustavo Gilí en la colección Punto y Línea (1982).
26. B. G. Teubner, Leipzig-Berlín, 1924. Hay versión castellana .d e María Teresa Pu-
marega, Idea. Contribución a la historia de la teoría del arte, Madrid, Cátedra, 1977.
La profesión del historiador del arte 87
pero son un modelo idóneo para hacer accesibles las fuentes a un pú-
blico más amplio. Las antologías, que, por lo general, se presentan con
un pequeño comentario introductorio para cada texto, permiten ofre-
cer una gama más variada de documentos, completando los de conte-
nido teórico con otros de tipo técnico, legal, crítico, iconográfico, etc.
Debemos reconocer como trabajo pionero en su género la edición
de Elisabeth G. Holt, A Documentary History of Art (3 vols., Nueva York,
Anchor Press/Doubleday, 1957-1966), que últimamente ha iniciado la pu-
blicación de otra serie de documentos alrededor de los vínculos entre
artista y público desde el siglo XIX. Por otro lado, la editorial norte-
americana Prentice Hall, de Nueva Jersey, ha publicado una nueva se-
rie en varios volúmenes editados por H. W. Janson. Y en castellano la
colección «Fuentes y Documentos para la Historia del Arte» de la edi-
torial Gustavo Gili (vol. I: Arte antiguo, editado por Antonio José Pitarch
y otros; vol. II: Arte medieval I, por Joaquín Yarza, Milagros Guardia
y Teresa Vicens; vol. III: Arte medieval II, por Joaquín Yarza y otros;
vol. IV: Renacimiento en Europa, por Joaquim Garriga; vol. V: Barroco
en Europa, por José Femández Arenas y Bonaventura Bassegoda y Hu-
gas; vol. VI: Renacimiento y barroco en España, por José Femández Are-
nas; vol. VII: Ilustración y romanticismo, por Francisco Calvo Serraller
y otros; vol. VIIl: Las vanguardias del siglo XIX, por Mireia Freixa; Bar-
celona, 1982).
El conjunto de obras que por su trascendencia y por su volumen
dominan la literatura artística son los textos teóricos -la tratadística-,
que desde el Renacimiento hasta la época de la Ilustración han sido uno
de los indiscutibles puntos referenciales de los artistas, a los que ofre-
cían una normativa sobre la que encauzar su producción. La tratadís-
tica puede tratar temas teóricos, pero también técnicos, didácticos
o testimoniales. Toda la bibliografía citada más arriba desde Julius
Schlosser, relaciona ampliamente los principios tratados, y sólo qui-
siéramos alertar sobre el peligro de ediciones precipitadas y dudosas
traducciones. Otro gran apartado de la literatura artística lo determi-
nan los textos de tipo historiográfico, desde Le Vite de Vasari, que como
tales textos historiográficos han sido tratados en otra parte de este vo-
lumen. Pero el ámbito que abarca la literatura artística es mucho más
amplio: documentos legales que definen el marco jurídico de la activi-
dad del artista o de la propia obra de arte; los escritos de los filósofos;
el extenso campo de la literatura religiosa, normativa respecto a la li-
turgia, sermonarios, tratados de teología; y también crónicas medieva-
les, libros de viajes, epistolarios, crítica artística e, indiscutiblemente,
la novela o la poesía.