Periodo 3 y 4
Periodo 3 y 4
Periodo 3 y 4
Este período abarca aproximadamente desde los 7 hasta los 11 años de edad y se
caracteriza por una mejora significativa en la capacidad de los niños para pensar
de manera lógica sobre eventos y objetos concretos.
Puntos clave:
Durante este período, los niños adquieren la capacidad de pensar de manera lógica
sobre objetos y eventos concretos en su entorno.
Son capaces de entender la conservación (por ejemplo, que la cantidad de líquido en
un vaso sigue siendo la misma incluso si se vierte en un recipiente diferente) y la
reversibilidad (por ejemplo, que un objeto puede regresar a su estado original
después de una transformación).
Estructuras del conocimiento:
los niños adquieren la capacidad de pensar de manera más lógica y sistemática sobre
el mundo que los rodea. Esto significa que pueden aplicar principios lógicos a
objetos y eventos concretos en su entorno.
Los niños en este estadio son capaces de comprender la seriación, que implica
ordenar objetos o eventos según un atributo específico, como el tamaño o la
longitud. También pueden clasificar objetos en categorías basadas en sus
características compartidas, lo que muestra una comprensión más sofisticada de la
relación entre los objetos.
Pensamiento abstracto: Durante este período, los individuos pueden razonar sobre
conceptos abstractos y hipotéticos. Pueden pensar en términos de posibilidades y
considerar múltiples perspectivas.
Hipotético-deductivo: Se desarrolla la capacidad de formular y probar hipótesis
utilizando el razonamiento deductivo.
Reflexión metacognitiva: Los individuos pueden reflexionar sobre su propio
pensamiento y proceso de resolución de problemas, lo que les permite ser más
conscientes de sus propias capacidades y limitaciones cognitivas.
Pensamiento abstracto:
Es la habilidad de manejar ideas o conceptos que no están directamente relacionados
con objetos físicos. Por ejemplo, pensar en números o en la justicia.
Razonamiento hipotético-deductivo:
Consiste en formular suposiciones sobre situaciones y luego deducir sus posibles
consecuencias lógicas. Por ejemplo, proponer una teoría y luego probar su validez
mediante la lógica.
Reflexión metacognitiva:
Es la capacidad de reflexionar sobre cómo pensamos y aprendemos. Implica entender
nuestras propias estrategias de pensamiento y ajustarlas según sea necesario. Por
ejemplo, pensar en qué métodos de estudio funcionan mejor para nosotros y por qué.