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semana 0 ala 30
Esto significa que durante las semanas 1 y 2 del embarazo, una mujer no está todavía
embarazada. Esto es cuando su cuerpo se está preparando para un bebé. Una gestación
normal dura de 37 a 42 semanas.
Semana 1 a 2
La primera semana de embarazo comienza con el primer día del período menstrual de
una mujer. Ella aún no está embarazada.
Durante el final de la segunda semana, se libera un óvulo del ovario. Aquí es cuando es
más probable concebir si usted tiene relaciones sexuales sin protección.
Semana 3
El zigoto pasa los próximos días bajando por la trompa de Falopio. Durante este tiempo,
se divide para formar una bola de células llamada blastocisto.
Un blastocisto está compuesto de un grupo interno de células con una cubierta externa
Semana 4
Semana 5
El embrión crece rápidamente y los rasgos externos del bebé empiezan a formarse.
Es durante este tiempo en el primer trimestre que su bebé tiene mayor riesgo de daños a
raíz de factores que pueden causar anomalías congénitas. Esto incluye ciertas
medicinas, consumo de drogas ilícitas, consumo excesivo de alcohol, infecciones como
la rubéola y otros factores.
Semanas 6 a 7
Semana 8
Las manos y los pies comienzan a formarse y lucen como pequeños remos.
Semana 9
Semanas 11 a 14
Los párpados de su bebé se cierran y no volverán a abrirse hasta que más o menos la
semana 28.
Los huesos y el tejido muscular se siguen desarrollando y los huesos se vuelven más
duros.
Semanas 19 a 21
La madre puede sentir una agitación en la parte inferior del abdomen. Esto se llama
primeros movimientos fetales, cuando la mamá puede sentir los primeros movimientos
del bebé.
Semana 22
El lanugo cubre todo el cuerpo del bebé.
Semanas 23 a 25
Semana 26
Se forman los sacos de aire en los pulmones de su bebé, pero los pulmones aún no están
listos para trabajar por fuera del útero.
Semanas 27 a 30
Semanas 31 a 34
Se presenta respiración rítmica, pero los pulmones del bebé no están completamente
maduros.
Los huesos de su bebé están completamente desarrollados, pero son aún blandos.
Semanas 35 a 37
La piel no está tan arrugada a medida que se forma grasa bajo la piel.
Semana 38 a 40
Las uñas pueden extenderse más allá de las puntas de los dedos.
En su 40ª semana del embarazo, van 38 semanas desde la concepción y su bebé podría
nacer en cualquier momento.
Factores de riesgo para el producto
genéticos
Uno de los riesgos más frecuentes asociados al embarazo es la edad materna avanzada,
que se relaciona con alta incidencia de enfermedades crónicas que afectan a la gestante
y a su hijo y se asocia con factores de riesgo genéticos y no genéticos. En la actualidad,
constituye la principal indicación para el diagnóstico prenatal, con el objetivo de
identificar factores de riesgo genéticos y no genéticos en gestantes con diagnóstico
prenatal por amniocentesis , Se revisaron las historias obstétricas y genéticas y se
estudiaron variables de ambas categorías.
Un bebé crece dentro del útero de la madre. Esto se denomina ambiente intrauterino. Un
dispositivo intrauterino (DIU) es un objeto colocado dentro del útero para evitar la
concepción y el embarazo.
Muchos factores diferentes pueden llevar a que se presente un retraso del crecimiento
intrauterino (RCIU). Es posible que un feto no reciba suficiente oxígeno y nutrición de
la placenta durante el embarazo debido a:
Problemas en la placenta
Preeclampsia o eclampsia
Citomegalovirus
Rubéola
Sífilis
Toxoplasmosis
Alcoholismo
Tabaquismo
Drogadicción
Trastornos de coagulación
Diabetes
Enfermedad renal
Nutrición deficiente
Enfermedades de la tiroides
Anemia
Malformaciones uterinas
Embarazo múltiple
Si la madre es pequeña, puede ser normal que el bebé sea pequeño y esto no se debe al
RCIU.
Según la causa de este retraso, el feto puede ser simétricamente pequeño. O es posible
que el bebé tenga una cabeza de tamaño normal, mientras el resto de su cuerpo es
pequeño. Mientras el resto de su cuerpo es pequeño.
Los gases de pesticidas, limpiadores para el hogar y pinturas pueden ser dañinos para un
feto en desarrollo, en particular durante el primer trimestre. Mientras está embarazada,
utilice productos de limpieza que no contengan sustancias químicas. Si tiene que usar
productos químicos para limpiar, póngase guantes, ventile la zona y evite inhalar los
gases.
El esmalte de uñas, las uñas postizas así como los tintes y las permanentes para el
cabello contienen sustancias químicas fuertes. No existen muchos estudios de
investigación acerca del uso de estos productos durante el embarazo. Es siempre una
buena idea reducir la exposición a estas sustancias químicas y asegurarse de que la
habitación esté bien ventilada ,de la Organización de Especialistas de Información
Teratológica para obtener mas información acerca de los efectos que las sustancias
químicas pueden tener en el feto.
Una sola prueba de diagnóstico por rayos X, como una radiografía dental, no daña al
feto. Aún así, es una buena idea evitar las radiografías innecesarias durante el embarazo.
Si una radiografía es necesaria, asegúrese de informar al técnico de que está
embarazada. Muchas radiografías pueden posponerse hasta después del embarazo. Si las
radiografías son necesarias, pueden hacerse con un delantal de plomo que le protege el
abdomen.
Si viaja en avión con frecuencia por negocios o como piloto de aerolínea, asistente de
vuelo, mariscal del aire o mensajero, es posible que supere el límite de radiación
cósmica que se considera seguro durante el embarazo . Aunque un vuelo de vez en
cuando no representa un riesgo, los vuelos nacionales frecuentes de baja altitud o varios
vuelos internacionales a gran altitud pueden aumentar su exposición a la radiación.
Tabaco
También se recomienda evitar el humo de segunda mano, el que posee algunos de los
mismos riesgos que fumar durante el embarazo.
Alcohol
No existe una cantidad conocida de alcohol que sea segura para beber durante el
embarazo y mientras intenta quedar embarazada. Todos los tipos de alcohol son
igualmente dañinos, incluyendo todas las variedades de vinos y la cerveza. Los riesgos
de beber durante el embarazo incluyen problemas con el crecimiento del bebé en
desarrollo y trastornos del espectro alcohólico fetal. Esta es una afección de por vida
que puede causar una combinación de problemas físicos, de comportamiento y del
aprendizaje.
Drogas ilegales
El uso de drogas ilegales durante el embarazo, como la cocaína, las metanfetamina y las
drogas de club, puede provocar problemas tanto a usted como a su bebé. Pueden causar
bebés con bajo peso al nacer, defectos de nacimiento o un aborto espontáneo. Es más
probable que su hijo tenga discapacidades del aprendizaje y del desarrollo. Y si se
inyecta drogas, corre el riesgo de contraer VIH. El VIH puede transmitirse a su bebé
durante el embarazo.
El uso indebido de medicamentos recetados también puede ser dañino. El uso indebido
puede incluir tomar más de la dosis recetada o tomarla con mayor frecuencia, usarla
para drogarse o tomar los medicamentos de otra persona. Los posibles efectos del uso
indebido de un medicamento durante el embarazo dependen del medicamento que esté
mal utilizando.
Opioides
El cannabis (marihuana) es otra droga que podría ser dañina para su bebé. Algunas
investigaciones muestran que el consumo de cannabis durante el embarazo está
relacionado con problemas de desarrollo en niños y adolescentes. Aunque se necesita
más investigación, lo más seguro es dejar de usarlo si está embarazada. Los Centros
para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU. Recomiendan que
las personas eviten consumir cannabis durante el embarazo.
Todos los embarazos implican algunos riesgos, pero hay ciertas afecciones y problemas
de salud que pueden aumentar ese riesgo, como:
Un embarazo múltiple
Si tiene una enfermedad crónica, debe hablar con el médico para enterarse de qué
manera puede minimizar el riesgo antes de embarazarse. Una vez que se produce el
embarazo, es posible que se necesite un equipo de profesionales de la salud que la
supervise. Algunos problemas de salud comunes que pueden complicar el embarazo
son:
Hipertensión arterial
Problemas renales
Enfermedades autoinmunes
Enfermedades de la tiroides
Obesidad
VIH
Cáncer
Infecciones
Otras afecciones que pueden aumentar el riesgo del embarazo pueden ocurrir durante el
desarrollo del mismo, por ejemplo, diabetes gestacional e incompatibilidad Rh. Un buen
cuidado prenatal puede ayudar a detectarlas y tratarlas.
Algunas síntomas, como náuseas, dolor de espalda y fatiga, son comunes durante el
embarazo. A veces es difícil saber qué es normal. Llame a su profesional de salud si
algo le molesta o le preocupa.
Cuidados durante el embarazo
CUIDADO PRENATAL
Un buen cuidado prenatal incluye una buena alimentación y buenos hábitos de salud
antes y durante el embarazo. Idealmente, usted debe hablar con su proveedor de
atención médica antes de empezar a intentar quedar embarazada. He aquí algunas cosas
que deberá hacer:
Elegir a un proveedor: Será necesario que elija un proveedor para su embarazo y parto.
Este proveedor le ofrecerá servicios de cuidado prenatal, de parto y de posparto.
También debería:
Hablar con su proveedor sobre cualquier medicamento que tome. Esto incluye
medicamentos de venta libre. Solo debe tomar los medicamentos que su proveedor
considere que es seguro tomar mientras está embarazada.
Hable con su proveedor sobre los distintos exámenes que se le practicarán durante el
embarazo. Estos exámenes pueden ayudar a su proveedor a ver cómo se está
desarrollando el bebé y a detectar cualquier problema con su embarazo. Los exámenes
pueden incluir:
Pruebas de ultrasonidos para ver cómo está creciendo su bebé y ayudar a establecer una
fecha de nacimiento estimada
Pruebas de glucosa para detectar diabetes gestacional
Prueba de translucencia nucal (ultrasonido vaginal) para buscar problemas con los genes
del bebé
Exámenes de sangre para hacer seguimiento a cualquier enfermedad crónica que haya
tenido antes de quedar en embarazo
Si usted tiene un embarazo de alto riesgo, podría ser necesario que consulte a su
proveedor con mayor frecuencia, y que se realice exámenes adicionales.
Su proveedor hablará con usted sobre cómo manejar las molestias comunes del
embarazo como lo son:
Presión arterial alt durante el embarazo (preeclampsia). Su proveedor hablará con usted
sobre cómo cuidarse si tiene preeclampsia.
Problemas con la placenta. Es posible que cubra el cuello uterino, que se aleje de la
matriz o que no esté funcionando tan bien como debería.
Sangrado vaginal.
Pensar en los posibles problemas puede ser atemorizante. Pero es importante estar al
tanto de manera que pueda informar a su proveedor si nota síntomas inusuales.
Cómo desea manejar el dolor durante el trabajo de parto, incluso si desea o no recibir un
bloqueo epidural
Sus sentimientos sobre un parto asistido con fórceps o con ayuda de ventosas
También es buena idea hacer una lista de las cosas que debe llevar al hospital. Empaque
una maleta con anticipación para tenerla lista cuando comience el trabajo de parto.
Hable con su proveedor sobre lo que sucede si supera la fecha esperada de parto. Según
su edad y factores de riesgo, su proveedor podría tener que provocar el parto entre la
semana 39 y la semana 42, aproximadamente.
Una vez que comienza el trabajo de parto, puede utilizar una serie de estrategias para
sobrellevarlo.
Si tuvo una cesárea se quedará en el hospital por 2 o 3 días antes de irse a casa. Su
proveedor le explicará cómo cuidarse usted sola cuando regrese a casa conforme se
recupera.
Si necesita ayuda, hay muchos recursos disponibles para las madres primerizas.
No puede manejar las molestias comunes del embarazo sin tomar medicamentos
Podría haber estado expuesta a una infección de transmisión sexual, a químicos, a
radiación o a otras sustancias tóxicas
Sangrado vaginal
Es la mejor manera de asegurar que su pequeño tenga un buen inicio para una vida
saludable. Un buen cuidado prenatal incluye una buena alimentación y buenos hábitos
de salud antes y durante el embarazo.
Una visita de cuidados previos a la concepción puede ayudar a que las mujeres tomen
medidas para tener un embarazo saludable incluso antes de quedar embarazadas.
Aumentar la ingesta diaria de ácido fólico (una de las vitaminas B) a al menos 400
microgramos2
Buscar ayuda para problemas de depresión, ansiedad u otros problemas de salud mental.
Las mujeres que sospechan que podrían estar embarazadas deben programar una visita
con su proveedor de atención médica para comenzar a recibir cuidados prenatales. Las
visitas prenatales a un proveedor de atención médica generalmente incluyen un examen
físico, control del peso y entrega de una muestra de orina. Según la etapa del embarazo,
los proveedores de atención médica también pueden realizar análisis de sangre y
estudios por imágenes, como exámenes por ultrasonido. En estas visitas también se
habla sobre la salud de la madre, la salud del feto y cuestiones relacionadas con el
embarazo.3
Ayudar a garantizar que los medicamentos que toman las mujeres sean seguros. Las
mujeres no deben tomar ciertos medicamentos, incluidos algunos tratamientos para el
acné11 y suplementos alimenticios y a base de hierbas12 durante el embarazo, ya que
pueden dañar al feto.
Beneficios del ácido fólico
Ácido fólico o folato son términos que se utilizan de forma indistinta aunque el ácido
fólico es un folato artificial. También se llama vitamina B9. El ácido fólico es
hidrosoluble, es decir, que se puede diluir en líquido. De hecho, el exceso de ácido
fólico en el cuerpo se elimina mediante la orina. Te contamos para qué sirve el ácido
fólico y cómo tomarlo.
El ácido fólico o folato es una vitamina que pertenece al grupo B, por lo que se habla
también de vitamina B9. El nombre de la vitamina viene de la palabra latina folium que
significa hoja. El ácido fólico es fundamental para la formación de las células, ayuda a
prevenir las anemias y a mantener la piel sana.
Puede que te preguntes para qué sirve el ácido fólico. A continuación, te contamos
cuáles son sus principales aplicaciones:
Además, en el caso de que una pareja quiera tener un hijo el ácido fólico puede ayudar
al hombre a que la calidad del esperma sea mejor y se eviten malformaciones en el feto.
Los beneficios del ácido fólico en las mujeres, sobre todo en casos de embarazo, son los
siguientes:
Reducir las malformaciones del feto. Es decir, disminuyen los riesgos de que el bebé
tenga espina bífida, anencefalia y otros problemas del cerebro o de la columna vertebral.
Prevenir cardiopatías.
Tal y como hemos visto anteriormente, los beneficios del ácido fólico favorecen la salud
tanto de hombres como de mujeres, sobre todo en el caso de un embarazo. A
continuación, te contamos en qué alimentos se encuentra y cómo tomarlo.
Panes y cereales.
Hígado.
El control del embarazo o control prenatal es el seguimiento que se realiza durante todo
el periodo de gestación. Las revisiones con el especialista ginecólogo deben ser
mensuales durante los siete primeros meses del embarazo y más frecuentes cuando se
acerca la fecha estimada de parto. En cada cita se realizan pruebas de rutina para
verificar el buen desarrollo de la gestación, mientras algunos reconocimientos se
realizan solo en embarazos de riesgo.
El control del embarazo consiste en una serie de revisiones y visitas sucesivas al médico
para llevar a cabo la observación de la evolución del bebé. Las pruebas diagnósticas y
de control más frecuentes durante el control parental son:
Examen obstétrico
Ecocardiografía
Ecografía obstétrica
Las consultas de control del embarazo no requieren cuidados tras las mismas, aunque el
especialista ginecólogo puede prescribir medidas o medicación en caso de ser necesario.
En cada consulta es aconsejable plantear todas las preguntas y comunicar los temores,
aunque se pueda pensar que son irracionales, o que van a parecer ridículos o irrisorios.
Desmayos o mareos.
Dolor abdominal.
Hemorragia vaginal.
Fiebre.
Erupción generalizada.
Aun cuando el ritmo de las visitas depende de cada caso, en general el control clínico se
realizará con la siguiente frecuencia:
Análisis de sangre.
Ecografía obstétrica.
Ecocardiografía.
Básicamente las pruebas que se realizan durante el primer trimestre de la gestación son:
Test EBA.
También se solicita un análisis básico de sangre que incluye la determinación del estado
inmunológico de todas aquellas infecciones que pueden trasmitirse al feto a través de la
placenta, así como un análisis de orina. En esta primera analítica del embarazo se suelen
realizar las siguientes determinaciones:
Interesa para conocer si se es Rh – (negativo) y en tal caso poder prevenir los problemas
de incompatibilidad, así como para posibles transfusiones, etc. Si se conoce ya, por
haberse realizado con anterioridad en un laboratorio de garantía, puede omitirse.
Hemograma y plaquetas:
Permite valorar si se padece anemia, y en su caso de qué tipo, así como conocer si el
número y morfología de los glóbulos blancos y plaquetas es normal, con el fin de
descartar procesos infecciosos, inmunológicos o incluso hematológicos.
Pruebas de coagulación:
La coagulación de la sangre es un proceso complejo y para explorarlo hay que hacer una
“batería de pruebas” que permiten descartar cualquier anomalía en alguna de las etapas
del proceso. Con ello se pretende conocer sí hay algún trastorno de la coagulación que
podría producir hemorragias en el momento del parto o incluso durante el embarazo.
Glucemia:
Es la valoración del nivel de glucosa (azúcar) en la sangre. Una persona puede ser
diabética sin presentar síntomas durante años. Durante el embarazo puede potenciarse la
posible aparición de una diabetes, que suele revertir después del embarazo.
Serología luética:
Normalmente se hace una sola prueba llamada RPR o VDRL que descarta la presencia
de anticuerpos de la sífilis. En caso positivo tendrá que verificarse el resultado con otras
pruebas y de confirmarse, la mujer debe tratarse, pues la enfermedad puede afectar
gravemente al niño.
Serología de la toxoplasmosis:
La toxoplasmosis es una infección parasitaria que el 85% de las personas adultas han
padecido la mayoría de las veces de forma inadvertida. Si se padece la enfermedad por
primera vez estando embarazada, se puede afectar gravemente el feto o puede
producirse un aborto espontáneo. Con los análisis sabremos si se ha infectado
recientemente (anticuerpos IgM positivos) y en tal caso tendría que medicarse
enseguida, o bien la ha padecido hace un cierto tiempo (anticuerpos IgG altos e IgM
negativos), en cuyo caso no hay peligro para el feto pues la enfermedad ya ha pasado.
En caso de duda puede que el médico solicite otros análisis: IgA, test de avidez, etc. Si
resulta que no está inmunizada, es decir, no ha pasado la enfermedad y por tanto no
tiene defensas frente a ella (anticuerpos IgG negativos), el médico le recomendará unas
medidas profilácticas para minimizar el riesgo de infectarse durante el embarazo.
Serología de la rubéola:
VIH:
Es posible que el médico solicite el permiso de la gestante para efectuarle una prueba de
VIH (SIDA) aunque no tenga ningún factor de riesgo. Ello facilita enormemente el
control epidemiológico de la enfermedad, además el diagnóstico precoz permite reducir
drásticamente el riesgo de transmisión materno-fetal de la enfermedad mediante la
administración de los tratamientos adecuados alrededor de la fecha probable del parto.
Es el análisis de una muestra de orina. Sirve para descartar cualquier posible infección
de vías urinarias, problema frecuente y que se acentúa en el embarazo.
Por tanto está indicada únicamente en las embarazadas que no pertenecen a un grupo de
alto riesgo de cromosomopatía, en cuyo caso se recomendaría la realización de una
técnica invasiva para la obtención del cariotipo fetal.
Hemograma:
Test de O’Sullivan:
Serología de toxoplasmosis:
Esta prueba se solicita a todas las mujeres de cualquier grupo sanguíneo y factor Rh con
el objetivo de detectar la presencia de anticuerpos grupales (ABO) anti-D y no-A no-B y
no-anti-D. Si se detectan, debe continuarse su investigación y control.
Sedimento de orina:
Sexo fetal.
Localización placentaria.
Movimientos fetales.
A pesar de tener en cuenta todas estas premisas, hay una serie de circunstancias
(obesidad, poco líquido amniótico, posición fetal, etc.) que pueden impedir detectar
alguna malformación. Además, debe tenerse en cuenta que algunas malformaciones no
son detectables en estas semanas de gestación o se producen en etapas más tardías.
Controles en el tercer trimestre
Básicamente las pruebas que se realizan durante el tercer trimestre de la gestación son:
Electrocardiograma (ECG).
Hemograma:
Pruebas de coagulación:
Sedimento de orina:
Se evalúa la placenta.
Es una prueba de bienestar fetal que valora las modificaciones de la frecuencia cardíaca
fetal (FCF) tras la estimulación fetal mediante una laringe artificial.
Fluxometría Doppler:
Permite la evaluación del flujo hemático que tiene lugar en un vaso determinado,
mediante el Doppler pulsado. Habitualmente por este procedimiento es posible
adelantarse en 2-3 semanas a los signos de peligro proporcionados por otras
exploraciones. Este examen es absolutamente indoloro e inofensivo, ya que se efectúa
mediante una variante de la técnica ecográfica.
Además, en algunos casos, dependiendo de las condiciones clínicas que se den en cada
uno de los mismos, se podrán realizar otras pruebas complementarias como:
Amnioscopia:
Consiste en la observación del líquido amniótico, es decir, de las aguas que rodean al
niño, por medio de un dispositivo óptico llamado amnioscopio. Suele realizarse cuando
el embarazo ha llegado a término y se desea confirmar que su prolongación no es
peligrosa para el feto.
Amniocentesis tardía:
Evaluación pélvica:
Al final del embarazo es importante confirmar que el cinturón óseo materno, a través
del cual tiene que avanzar el feto durante el parto (pelvis) es de unas dimensiones
adecuadas, especialmente si se trata de una mujer que va a dar a luz por primera vez.
¿Por qué cambia el cuerpo de la mujer
durante el embarazo?
Estas hormonas son necesarias para preparar el cuerpo para el embarazo y mantenerlo,
como los estrógenos y la progesterona, la gonadotropina coriónica (que suprime la
menstruación), preparar las glándulas mamarias para la lactancia (estrógenos y
prolactina), inducir el parto (oxitocina) y, en menor medida, las hormonas tiroideas (que
incrementan funciones corporales de la madre para que el crecimiento del feto sea
adecuado) o la insulina para la regulación de la glucosa. Estas variaciones hormonales
serán las responsables de muchos de los cambios que tienen lugar en el cuerpo femenino
durante la gestación:
Aumento del tamaño y la sensibilidad de las mamas. Además, los pezones se tornan más
prominentes y las areolas se agrandan y se hacen más oscuras. Igualmente, se hinchan y
se hacen visibles unas pequeñas protuberancias blanquecinas alrededor del pezón,
llamadas tubérculos de Montgomery, que posteriormente se encargarán de producir un
líquido que ayudará a protegerlo. En ocasiones, el desarrollo de la mama puede producir
punzadas y dolor en los pezones.
Aumento del tamaño del útero. Sus paredes se fortalecen, al tiempo que los vasos
sanguíneos se dilatan y el volumen de sangre aumenta de cuatro a cinco litros, con la
finalidad de nutrir adecuadamente al embrión. A las 12 semanas de embarazo, se puede
observar un leve abultamiento en el abdomen. Pasadas las 20 semanas, el crecimiento
del útero alcanza la altura del ombligo y el abultamiento del abdomen se hace más
patente.
Incremento del ritmo cardiaco. Dado que tiene que bombear más sangre, el corazón late
más deprisa. Al final del embarazo, la placenta recibe una quinta parte del flujo
sanguíneo de la madre. También aumenta la cantidad de sangre que tiene la madre, y el
ritmo respiratorio y el metabolismo se vuelven más rápidos. El retorno sanguíneo por
las venas, desde las piernas, puede verse más afectado por el aumento de tamaño del
útero y se puede producir hinchazón o edema en las piernas y, en ocasiones, varices.
Mayor apetito y aumento de peso, aunque también es posible adelgazar un poco. La
cintura puede ensancharse y, a partir del segundo mes, también pueden hacerlo las
caderas. El desarrollo del bebé, la placenta, el líquido amniótico y el extracelular, el
mayor volumen de sangre, de las mamas y del útero, así como el aumento de los
depósitos de grasa, producen el incremento de peso a lo largo de los nueve meses de
embarazo.
Si antes del embarazo la mujer era de constitución muy delgada (Índice de Masa
Corporal <18), el aumento de peso normal debe estar entre los 12 y los 18Kg. Si el IMC
estaba entre 18,5 y 24,5, el incremento de peso debería estar entre los 11,5 a 16Kg. En
caso de sobrepeso (IMC entre 25 y 29,9), el peso no debería aumentar en más de 7 a
11,25 Kg. Y si había obesidad (IMC>30), el peso no debería aumentar más de 5 a 9Kg.
Cambios de humor e irritabilidad. También puede darse una mezcla de emociones como
dudas, alegría y ansiedad.
Aparición de diversas molestias. Por ejemplo, la madre puede sufrir inflamación de las
encías, náuseas y vómitos (especialmente por las mañanas), ardor de estómago,
malestar, cansancio, estreñimiento, hemorroides, necesidad de dormir más horas o dolor
de pelvis, etc. La frecuencia e intensidad de estos síntomas difieren de unas madres a
otras.
Los riñones y el corazón trabajan todavía con más intensidad –el volumen de sangre ha
aumentado un cincuenta por ciento-. Se puede producir mayor sensación de piernas
hinchadas o cansancio, orinar con más frecuencia por la presión sobre la vejiga y
pueden aparecer varices en las piernas.
Muchas de las molestias que pudieran haber aparecido durante el primer trimestre,
como las náuseas o el cansancio, desaparecen durante estas semanas y, de hecho, es
habitual que la madre se sienta plena de energía.
Durante estas semanas, la embarazada vivirá los siguientes cambios físicos y síntomas:
Continúa el aumento de tamaño del útero y del abdomen. Pueden incluso llegar a
interferir con la rutina diaria de la mujer embarazada en actividades tan básicas como
comer, dormir, caminar, inclinarse o incorporarse.
Sigue aumentando el peso. En general, el mayor incremento suele producirse entre las
semanas 20 y 24 del embarazo.
Cansancio intermitente, lo que provoca una mayor necesidad de dormir con más
frecuencia.
En las últimas semanas de gestación o en los primeros días tras el parto, las mamas,
pueden producir un líquido amarillento o blanco denominado calostro que contiene gran
cantidad de minerales y anticuerpos. Es un líquido normal que será el primer alimento
del bebé en la lactancia materna.
Aumento de las ganas de orinar, cuando la cabeza del bebé ya está encajada en la pelvis.
Estrías. Durante la gestación, la piel sufre una distensión en algunas zonas de cuerpo,
que puede provocar la formación de estrías, sobre todo durante el tercer trimestre. Las
estrías son una rotura del tejido de las fibras elásticas de la epidermis, que produce
múltiples líneas en la piel, normalmente longitudinales y simétricas entre sí. Suelen
aparecer, sobre todo, en la parte inferior del abdomen, alrededor del ombligo, en las
caderas, las mamas, los muslos, las nalgas y las axilas. Inicialmente, su tono es entre
rojo y violeta y, con el paso del tiempo, pasan a tener un color blanco nacarado y se
vuelven menos visibles. Los factores hormonales y genéticos también influyen en su
aparición.
Manchas. A partir del cuarto mes del embarazo, también son habituales alteraciones en
la melanina (pigmento natural de la piel), que dan lugar a manchas llamadas cloasmas.
Estas suelen ser de color marrón claro u oscuro y de bordes poco definidos. Suelen
aparecer en las zonas más expuestas a la luz del sol como la frente, los pómulos y el
labio superior, pero normalmente desaparecen unos seis meses después el parto.
Además, los lunares y pecas tienden a oscurecerse.
Cambios de humor. En los primeros meses, es normal que la mujer sufra cambios de
humor y se sienta a menudo irritada sin que, aparentemente, exista una razón. Esto se
debe tanto a los cambios hormonales típicos de esta etapa, que aumentan la sensibilidad
de la mujer, como a las preocupaciones respecto a la evolución del embarazo y a la
salud de su bebé, que suelen surgir durante el primer trimestre. Es importante manifestar
estas emociones y hacer las preguntas que las generan. El ginecólogo/a y la matrona son
las mejores fuentes de información veraz y realista.
Por último, los cambios en su cuerpo pueden conducir a una menor autoestima, sobre
todo en el tercer trimestre, ya que no se siente tan atractiva como antes o siente miedo
de no volver a ser la misma tras el parto. Todo ello, de nuevo, puede intensificar la
tristeza y la preocupación.