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CORR

AÑO II Santiago, Diciembre 8 de 1909 Num. 102

LA FUERZA DEL GALPÓN

Huracanes y ciclones Pues el dueño, sin empacho,


soplan sobre los galpones; que no lo -mueven del macho,
más el famoso edificio ha dicho, hasta por los codos,
sigue allí, rudo y fatal, aunque corran vendavales
grave, como un maleficio. y aún cuando se opongan todos
y firme, como un peral. los treinta municipales.

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Ah! si usted siempre hubiese
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MJeF
LA GURA EN FALSO \& \b
sería malo mirarlo como un aviso y enmen
SOÑÓ un sastre que se moría y que Dios
le llamaba á cuenta. El Diarilo no le acu darse.
mirándolo con aire socarrón, Lo mismo digo yo, contestó el sastre,

saba; per"
principió .¡esenvolver una enorme bande
á y al efecto, siempre que veas que dudo to
mando las medidas... pues, como ya sabes,
ra de paños y telas de varios colores, que
no tienes más que decirme: Maestro, ¡la
había ido haciendo su ángr' malo con los
bandera!
retazos de paño que aquel había sisado.
En efecto, á los pocos d,ías, observando
Sudaba el pobre sastre cada gota como una
el oficial que el maestro andaba ya entre
nuez: el diablillo con mucna pai:ra y sorna
si son flores, ó no son flores, dio la voz de
le pasaba la bandera por las narices, ha
ciéndole aire con aire; pero un aire que le
alarma, diciendo:
helaba hasta los tatúanos: y vuelta luego
¡Maestro, la bandera!

Por algún tiempo esta frase hizo su efec


á sudar, y vuelta á helarse d¿ rx'->, y tiri
to; pero poco á poco la terrible pesadilla
tón. Si dura algo más la pesadilla, tuviera El sas
se ídé borrando de la imaginación.
el sastre que dar cuenta de veras.
tre principió á cortar cuando no lo viera
Bajó al taller tan páliio y desencaja.! ». el oficial.

lúe <1 oiicial hubo ,.e i;rr juntarle la rausa Últimamente un día le trajeron un hermo
de su malestar. Contósela el maestro con so y abundante paño de color poco común:
reserva y todavía muy afectado. El oficial calculó al punto que podía sicar de> allí para
era hombre de bien, ó como se dice ahora, un chaleco: el oficial, al ver la tijera, dio al
de moralidad (pues ello es que según se va
punto la voz de alarma:
aumentando la moralidad se van acabando ¡Maestro, la bandera!

los hombres de bien, ; y en vez de decirle líl maestro continuo cortando más, y pa
al sastre que no hiciera caso, que no tu- ra tianquilizar al oficial, le dijo:
vera aprensión, que aquello sólo era una Mira, lo que es de este color no recuer

Ilusión, le dijo gravemente: do que hubi.se ningún retazo en la ^andera.


Maestro, ya sabemos que de sueños y

La curación, como otras muchas, había
agüeros no se puede hacer caso; pero no sido hecha en falso.

TE I*

S- Filomena
io proclama la experiencia
el primero entre todos

Únicos introductores;

Alfredo Betteley y (o .

VALPARAÍSO

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VVEl.A
CURA
'

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Luis (Doütier y Ciü —


5anti/\go
Poderoso Caballero
la paz.
DE cien hombres á quienes se pregunte ellos la desencadenan 6 la aplacan;
ellos la afirman ó la desgarran; la democra
qué es lo que más apetecen, ochenta contes la libertad.
tarán: dinero. cia, ellos la fingen ó la minan;
Para abrirse todas las puertas; para girar ellos la toleran ó la aherrojan .

en todas las esferas; para conquistar mu En Europa reinan los monarcas, los pre
sidentes, los parlamentos; pero gobiernan
jeres, disfrutar goces, alcanzar poder y glo ó con
ria, no hay, en los tiempo» actuales, medio
los plutócratas. Contar con Rostchild
miás eficaz y rápido que el dinero. Bleichroeder es más que contar con Alejan
dro ó con Napoleón. Por eso se les
llama
En tiempos remotos y en pueblos salva
del petróleo; en
jes, cuando un hombre quería poseer á to reyes del acero, del trigo,
das las mujeres y subyugar á todos los realidad son soberanos de los pueblos.
hombres de su tribu, se armaba de un buen A todo alcanza y todo lo intentan, desde
crear falsas reputaciones á las cupletistas
garrote y la emprend.a á estacazo limpio cambiar los con
con todos y contra todos. Y si era valiente, y á las bailarinas, hasta
tornos del mapa del mundo.
vigoroso y ágil, en un santiamén ya era re
Con oro se hace "reclame" y con la
jefe, cacique ó rey y vivía y gozaba á ex
clame" se hace lo que se quiere, lo mismo
pensas de sus vasallos.
Más tarde, en las épocas caballerescas, un lanzar un veneno al consumo público que
Amadís cualquiera revestía la cota de ma hacer aceptar una candidatura al cuerpo
Glsctor&l
lla, empuñaba el lanzón 6 el mandoble, ca
Para el rico son las primicias de todos
balgaba en brioso palafrén, y asi se iba por
esos mundos de Dios á la conquista de ín
los frutos, los néctares de todos los viñe
.

sulas y á buscar princesas que, enamoradas dos, los halagos de todas las vanidades y
del donaire y de las proezas del paladín, las genuflexiones de todos los hombres.
le ofrecían reinos, esclavos, palacios y te El oro encierra la plenitud del bien como
soros.
la plenitud del mal. Puede hacer la dicha
En los tiempos que corren, el placer y ó la desgracia de los hombres y pueblos,
la .dicha no se conquistan á palos ni á lan volcarse como cuerno de abundancia ó exha
zadas. Hoy no peleamos: compramos. Sali lar, como la solf atara, vapores mefíticos.
mos al mundo, no con la coraza .bien tem ¡Poseer es imperar, es dominar, es gozar!
plada sobre el pecho, sino con la cartera ¡Y así se quiere que el afán de la riqueza
bien repleta en la mano. Y el resultado es no nos fustigue! ¡Como levantar, indife
el mismo: dominamos, gozamos, vivimos la rentes, los hombros, ante ese amuleto pro
plenitud de la vida prodigando, no nuestra digioso, ante ese talismán omnipotente! ¡C6
mo no tender los brazos, y elevar
la vista,
sangre ni nuestra carne, sino nuestros bi
y entonar alabanzas, y
formular votos ante
lletes y nuestras monedas de oro.
Beato el que posee, decimos y creemos fir ese ídolo milagroso, dios de los tiempos
los fu
memente todos. Para él las consideraciones, presentes y, de hoy más, también de
los honores, el poder en lo que tiene de turos!
sin
más efectivo, la felicidad en lo que ,Nó; imposible! Tenemos que anhelar
la riqueza, porque con ella se llega
aparenta de más valioso y hasta la gloria tregua
en lo que unge de más deslumbrador.
á todo, se domina todo y se disfruta de to
de
Antes, la aparición de un héroe ó de un do; porque es, por excelencia, el medio
santo hacía prosternarse á las multitudes ó lograrlo todo, el sendero que conduce á to
das partes, menos menos, acaso, á la fe
les arrancaba cánticos y aclamaciones. Hoy,
. . .

la aparición de un rico nos hace doblar la licidad.


cerviz, anuda de admiración y de envidia Expliquemos esta aparente paradoja.
nuestra garganta, deja correr un calofrío Hay muchas clases de ricos.
por nuestros miembros y paraliza casi los Hay el rico de nación, de abolengo, que
latidos del corazón. heredó su fortuna como el pecado original,
El rico es el semidiós moderno. Los ban sin conciencia de lo que es, de lo que vale y
archimi de lo que significa. Este tal, cuando joven,
queros israelitas y los burgueses
se envicia, se prostituye, se hastía pronto,
llonarios gobiernan el mundo. La guerra,
PODEROSO CABALLERO...
envidia á los pobres que todavía tienen ham
quistar, la riqueza infinita, indefinida y uoi
bre, paladar y digestión y acaba por confi lo mismo inaccesible.
narse en
sport automático dentro del
un
Hay el avaro. Este no es un rico, sino un
cual vive aburrido, insulso, menos feliz
que pordiosero. No viste púrpuras, sino andra
el cochero que lo pasea por el
parque ó la jos; No goza ni disfruta: llora y gime. Vi
quinta. ve en los más amargos trances, inquieto, re
Este tipo
es envidiable dos años, mientras
celoso, perseguido, temeroso de perder lo
se del placer; más tarde es despre
cansa
que ha acumulado; amante celoso de una
ciable y acaba digno de la más misericor cortesana que sonríe á todos los transeún
diosa Compasión. tes y se entrega á todos los solicitantes:
Hay el rico que ha trabajado y adquirido, acosado en la vigilia del terror, y durante
que ha acumulado hago á bago su fortuna, el sueño por la pesadilla. ¡Cuánto más fe
que es digno de ella porque con su esfuer liz el obrero que canta en su, bohardilla, ó
zo la ha sacado de lá nada el
y puede sentir vagabundo que roe su mendrugo y duer
el orgullo de haberla creado. me después á la orilla del camino y á la
A éste
se le puede envidiar mientras lle sombra de árbol!un
ga á
acumular el primer millón. Después El único rico feliz es el filántropo. K!
es un condenado á cadena
perpetua. que trabaja y ahorra para hacerse bien ?
,,.
La riqueza, que comenzó á mirar como para hacer el bien; el que cuenta su oro á
u'p, medio de procurarse satisfacciones y á la vez que las miserias que puede socorrer
la./quét'h sus ensueños él mismo ponía un y los males que puede conjurar; el que, más-
límite para después retirarse á la vida pri- inteligente' y mas bueno que los otros, as
J

va,da á disfrutar de sus oeneficios, acaba pira á enriquecerse enriqueciendo, y derra


ppj", convertirse en un fin y en una obse ma el pan del trabajo entre los menestero

sión; un. millón, iqué bagatela! diez, ¡qué sos y los merecedores.
miseria!' cien, ¡para qué sirven!1 Nó; aquél ¡Rara ávis! La vieja experiencia tiene de
tonel de las Dánaides hay que llenarlo, aque mostrado que la nlantropía es. patrimonio
lla roca' de Sisifo ,hay que subirla hasta las de los pobres mas que de los ricos, y quiei
altas cimas. quiere acaparar riquezas para hacer el bien.
Y á la lucha, á la brega, al afán insacia corre inminente peligro de posponer el bien

ble, á la ruta sin meta, al eterno arras que puede hacer á las riquezas que quiere
trar de la cadena! acaparar.
,.,.
Y1 el sueño huye y se va el apetito, y la Preguntadle á~ Creso moribundo: él os di
salud se agota, y el amor se extingue y la rá que la riqueza mor sí misma y en sí mis
felicidad se desvanece en el anhelo de con ma no es la felicidad.

| ■_,.
M. FLORES
s-
KMK*^tfrfc*WÍW»^4W%«1^'4i**^>^'^ >*;yr*>''feS-»>"'ferr>''fer*> fe*>

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PELLUCO

MAÑANITA dominguera. Mucha clari


dad y azul arriba; en las> calles mucho sol,
polvo y muchas negras de las enmanta
das devotas que se dirigen á las iglesias
á oir la misa de obligación.
Allá va también, después de haber ven
dido sus impresos, el suplementero Pe-
lluco, arrapiezo que apenas ha pagado do
ce anualidades á la vida y ya tiene que

ganarse el pan, recorriendo media ciudad


á pie descalzo para vender los diarios y
periódicos.
A pesar de sus pocos años, tiene todas
las de la marca: no hay picardía que no
conozca ni maula en que no se haya ejer
citado. Sabe el secreto que hace ganar
siempre á su caballo de palo en las ca
rreras acuáticas por las acequias; verdad
es que sus costillas saben también lo que
le ha costado profundizar en esta cien
cia: más de una señal hay en ellas de las
palizas y mojicones recibidos en los días
en que perdió en las tales carreras el pro
ducto de la venta de diarios. Esos días,
Pelluco volvía á su cuartucho alicaído y
cabizbajo, como perro con remordimien
tos, á recibir de su padre un sermón con
aplicaciones prácticas sobre la espalda y
donde "la espalda cambia de nombre", co
mo dijo el otro.

Pero el rapaz debía pensar: no se llega


á la sabiduría sin sacrificios, y los sermo
nes prácticos resultaban predicados en de
sierto.
¡Y cómo le celebraban los colegas aque
lla ligereza increíble de que hacía gala en
los tranvías para subir y bajar, y pegar
le un tirón al bolsillo de la cobradora, y
hacerles "nariguetas" y tumbos á los ins de hace una treintena de años y que, oú-
pectores! Estos rabiaban por pescar una mo casi todas las de su condición, obten
le las orejotas del granuja, pero jamás lo drá al fin su título de jubilada en el hos
consiguieron; el pilluelo se les escabullía pital.
haciendo zapatetas. Allá va Pelluco, pero inconocible de se

Eso sí, tenía el orgullo del oficio: rio y estirado, con sus trapitos de cristia

Hay días en que vendo doscientos nar que lo realzan ante sí mismo y que
"Corre-Vuelas" y "Penecas". ¡Mecon.... su madre le ha puesto para que la acom
'lúe es cierto! pañe á misa.
Mañanita dominguera. Camina el suple Arrodíllate aquí, chiquillo, y estáte

mentero al lado de su madre, respetable quieto, dice la buena mujer, mientras se


lavandera que desempuerca la ropa des persigna devotamente.

CURACIÓN SEGURA
DEL DOLOR DE CABEZA Y
NEURALdIAS CON LAS

SE VENDÍ EN TODAS LAS BOTICAS SURTIDAS'


PELLUCO

Pelluco obedece y sus rodillas suenan Pero, sobre todo, es entusiasta por la
con golpe seco en las tablas del piso. En música militar. Díganlo si no las muchas
seguida hace la señal de la cruz con un veces que se ha quedado "acachado" con
ción digna de ser vista. los diarios, no vendiendo ni uno solo, por
El muchacho es hombre de creencias. seguir á un batallón que marcha al son
En la calle y con el vestido andrajoso de de alegres tocatas á hacer ejercicio en los
los días comunes, no se acuerda de si hay suburbios de la ciudad.
Dios ó no lo hay; pero en el templo y con ¡Oh! aquella música brillante y Dullicio-

sa le hacía repicar á gloria el cora

zón, saltando dentro del pecho como


si bailara un zapateado. ¿Dónde ha
bía encanto mayor que contemplar á
esos soldados, graves y rígidos, que se mo
vían automáticamente al compás de las
sonoras cornetas?
Se olvidaba entonces de que debía pre
gonar sus periódicos para llevar las ga
nancias; al chiribitil, so pena de oir los
infaltables sermones, aliñados con punta
piés y varillazos: se olvidaba de las conduc
toras, de los judas y de todos los pacos
nacidos y por nacer.
Pero aquello solía tener lugar en los
días ordinarios. Ahora, en esta mañanita
el traje que lleva, es otra cosa. En la ca de Domingo, estaba Pelluco en la iglesia,
lle se siente con hígados para arrebatarle oyendo una misa de función, con los ojos
como puños al mirar tantas luces y ador
la cartera á un futre 6 hacer uso del cor
taplumas en un "boche" infantil; pero en nos, y pensando con la boca, que la tenía
la casa del Señor, está conmovido y teme de á cuarta de puro abierta....
De pronto se oyó en la calle: rataplán,
roso, incapaz de hacer daño á una mosca.
Siente Pelluco que Dios le mira desde rataplán, plan, plan.
el altar; y luego aquella copa de oro res Sintió el rapazuelo cosquilleo en las
un

entrañas; recogió el sucio pañuelito en


plandeciente que el sacerdote alza en sus
manos, ¿no es cosa del cielo? que estaba hincado y volvió el rostro ha
cia la puerta.
¡Y qué me dicen ustedes cuando suena
el órgano! Entonces sí que la emoción de Los tambores se acercaban: rataplán,
Pelluco sube de punto. A él le encanta la plan. plan. Luego el bombo hizo pum.
música. Sus grandes orejas salientes, á Aquí ardió Troya: rompió la banda con
una bulliciosa marcha; una explosión de
modo de bocinas fonográficas, parecen he
chas exprofeso para escuchar y recoger so sonidos retumbó en el templo y con ella
se derrumbó tor'a la gravedad de Pelluco.
nidos. Por eso será que retiene en la me
moria y silba con tanta fidelidad las can Se encasquetó la puntiaguda chupallita y,
saltando por encima de las escandalizadas
ciones, con sólo oirías una vez en los tea
tros, á donde suele introducir su poco devotas, gritó con todas sus fuerzas, ebrio
de entusiasmo, lanzándose á la calle:
limpia personalidad, casi siempre sin pa —

¡La música, miéchiea!


gar un cobre, de guerra.
ROP

5^
*T Hvxqob 6coíiómtco8 Y1

Ofrezco al primer glotón Se ofrece un excelente corredor

un sandwich de jamón. que trabaja al detalle ó por mayor.

Soldado que hoy goza de vida tranquila, Para mis buenas caseras

por cuarenta cobres vende su mochila. tengo un surtido de peras.


HISTORIETAS NACIONALES

LA CRINOLINA

(Recuerdos del incendio de la Compañía)

I
II

PASCUALITA González, era una beatita En ese año, llegado Noviembre, celebróse
encantadora, alma de Dios, virtud en mano con inusitado esplendor en la iglesia de los
ojos de candor y, como raro
don, lengua padres de la Compañía de Jesús el homena
fina, medida y circunspecta. je á la Virgen María y una concurrencia nu
Había llegado á ser demasiado
soltera merosa, y hasta selecta podríamos decir.
por culpa de los sucesivos años invadió noche á noche el templo.
que se le
habían precipitado unos tras otros sin sa La celebración den Mes de María, en la
ber cómo.
iglesia de la Compañía fué en esa época la
Cumplidora de sus deberes de cristiana, gran preocupación social de Santiago.
asistía á todas las funciones de Pascualita González, como era de presu
iglesia; pe
ro sin
perjudicar jamás sus quehaceres del mir, no faltaba tampoco á esa función reli
hogar, ni otras obligaciones, ya que ella era giosa y desde el 8 de Noviembre fué oons
hacendosa, muy sociable, y como soltera, y tante diariamente en su peregrinación des
sola, tenía que atenderse á sí misma, supues de la Chimba al centro.
to que, desgraciadamente, escasos eran tam
bién los bienes de fortuna con III
que conta
ba y de que para sus gastos tenía
que des
contar. Así, llegó el 8 de Diciembre, día hasta el
Vivía en el barrio de la Chimba de la cual los fieles pudieron repetir, si bien sólo
capital de Chile; pero todos los barrios eran en mística prosa:

Santa casa de oración,


templo de. la Compañía
que á pleg*aria y a sermón
llamas de noche y de día
la devota población .

Y así, también, Pascualita, ^mo era na


tural, se aprontó para asistir á esa última
noche, de la función de María.
Comió más temprano que de costumbre,
á pesar de que siempre comía temprano, an
tes de las 5.
Escogió la basquina más nueva que tenía,
púsose alborozada una crinolina expléndi-
da, de riquísimo acero, que guardaba sólo
para los grandes actos, ya que era recuer
do cariñoso de cuando estuvo de seml-novia
y la cual quería más que su propia vida y
envuelta airosamente en su manto, y con
la alfombrita ai brazo, apresuróse á empren
der su travesía de costumbre para ocupar
el mejor lugar en el templo.
La iglesia estaba ya, sin embargo, in
vadida por una concurrencia numerosa.
Pascualita con gran trabajo llegó cerca
del altar mayor y allí, sobre la alfombrita
qu^ llevaba, sentóse á esperar la fiesta.
En breves momentos las naves quedaros
estrechas para contener al gentío inmenso
que la invadía: toda la sociedad de Santia
go estaba y las damas mostrábanse espléndi
das con lujosos atavíos religiosos y con sus
bien conocidos por ella, pues en sus salidas resaltantes crinolinas que las inflaba como
los recorría ya á pie, ora en coche ó bien á globos.
en ómnibu. Sólo un cuchicheo se sentía en la santa
Y aquí la tenemos, si bien sin presentar casa.

todos los rasgos de su vida, en el aciago año Las luces se reflejaban por todas partes
de 1863. y al fondo, en el altar de la Virgen, uaa
LA CRINOLINA

inedia luna de gas causaba la más viva im mera sociedad de Chile quedaba adolorida
presión. por la hedida más profunda que podía re
cibir. Sus damas más hermosas, sus miem
IV bros más estimables hab,ían desaparecido con
la hecatombe mas espantosa de los tiempos
Ya era casi la hora de la oración. La moderaos . . .

tiesta hdb,ía comenzado.


De súbito un grito horrendo se escapó de
todos los pechos, de más de 3,000 personas
que había en el templo.
Una llamarada se alzaba del altar de la
'
Pascualita González, por su parte, había
Virgen y los gritos de: sido de las primeras en ver el principio
¡Incendio! ¡Incendio! hacían saltar lo
— del incendio.
cos de terror á los fieles. Quizo escapar y logró llegar cerca de una
Peí o... las puertas eran estrechas para puerta; pero... enredóse en la crinolina y

cayó. Pudo ppmerse de


pie, mas pronto encon
tróse aislada, sin sali
da, sin salvación posi
ble. El humo casi la
ahogaba. ..

Era tan santita, con


que resolvióse á
todo,
esperar la muerte arro
dillada ante el altar de la Virgen ya en
vuelta en llamas.
Si se hubiera sacado la crinolina quizás
habría logrado escapar; pero ¿cómo? ¿aban
donarla?... Era la de semi-novia » . . .

Sin embargo, francamente, ella nada pen


só. Su pensamiento, en esos momentos, esta
ba sólo en Dios.
Aguardaba, pues, resignada, la muerte ho
rrenda que se le esperaba.
De súbito, por suerte, sintió por la mura
lla del poniente un ruido sordo y pronto
más y más perceptible.
Era un forado. . .

La asfixia ya hacía su obra.


dar escape á ese torrente humano que se Unos brazos la cogieron y trataron de sa
desbordaba. Todos querían salir y las da carla por el forado; pero. no cabía, la cri
. .

mas armadas de sus crinolinas de moda nolina era un estorbo.


caían unas tras otras, se enredaban y for Arrancáronle inmediatamente los vestidos
maban una muralla compacta, terrible. . . y la crinolina.
El fuego, entre tanto, asumía proporcio Así escapó Pascualita.
nes enormts y el humo contribuía á con Agradeció inmensamente el servicio que le
sumar la hecatombe que se .precipitaba . . .
hicieron, de salvarle la vida; pero jamás
De repente, todas la; cabezas ardían co les (perdonó que le sacarán la crinolina. . .

mo fósforos. . . Era la de semi-novia y por ella habría da


Era el complemento del drama. La pri- do su vida.

Cabo MOYA

£*
j» NO LLORES PECADOiíA j»
SONETO
En la «ala de disección
"No llores, pobre flor... Cesa en tu llanto, Como una blanca rosa deshojada
que, si en tu senda todavía corta sobre el jélido mármol yace Inerte,
tu corazón las penas no soporta, triste flor de miseria, abandonada
en los brazos helados de la muerte.
mañana, ¿qué será, si hoy sufres tanto?
Joven y bella y alba, cual la nieve,
Ríe... Aprende á vivir. ¡No sabes cuánto
conserva aún su divinal frescura:
Inmenso daño el abatirse aporta! es que la muerte á veces no se atreve
Díme, ¿el placer del mundo no te exhorta? á marchitar de un golpe la hermosura.
¿No te atrae un vivir de más encanto?..." Sus ojos de un color negro de duelo,
los que vaga halo de tristeza,
De esta suerte un poeta consolaba por un
al apagarse contemplando el cielo
á una joven mujer entrlsteciaa •
se hanquedado con lánguida fijeza.
por el desprecio que mundo hallaba.
en el
así, desnuda en el marmóreo lecho,
Y
Y en tanto el bardoaquel, sin egoismo, á cuyo borde la arrojó la vida,
se fué y llorando se perdió en la vida! . . . con las manos cruzadas sobre el pecho
en actitud solemne y recogida,
¡No sabe el hombre consolarse él mismo!
La que fuera en el mundo pecadora
Victob BARROS LYNCH y vendiera al placer su ebúrneo seno,
es Magdalena mística que implora
el perdón del apóstol nazareno.
> REMINISCENCIAS!...
¿Recuerdas esas horas Hectob ARNALDO GUERRA
de Idílica ventura,
de dulzura,
dé ensueños y d« amor'
¿...aquella vez que solos MI CALLE j»
los dos entre las flores,
te hablé de mis amoies,
Para la sefi orí tu Carmela Carras ro B.
te hablé de mi pasión?
¿Recuerdas cuando juntos,
corriendo poi los prados.
lapizados
88 ¡Qué triste es la calle dó está mi casita
humilde y tranquila cual místico Edén!
de explíndido ve-dor, ¡Qué triste es la calle dó está mamacita
felices entonamos que espera deseosa mi vuelta también!
dulcísimas canciones Mi calle es muy pobre y en ella yo vivo,
de dichas é ilusiones, no hay árbol ninguno que sombra me dé,
de goces y de amor? no hay árbol que se alce gigante y altivo
¿Recuerdas esas frases y sola mi calle muy triste se v£.
que mi alma enamorada,
Yo paso en las tardes, de mística calma,
y arrobada,
por todas las calles vecinas de aHl
te dijo aquella vez...
llevando tristezas que matan el alma,
en que ambos dos unidos,
radiantes de alegría, llevando amarguras que viven en ti!
formamos, ese dfa, Y al á los chicos jugar inocentes,
ver
de amores unEdén? Jugar reírse con alma infantil,
y
¡Oh, Instantes venturosos, bendigo temblando sus años sonrientes,
de afectos y caricias, tan tiernos y dulces cual flores de Abril.
de delicias, Yo evoco el recuerdo de aquellos instarte*
de amor y de placer ! . . .

que siempre dichoso sin penas viví


¿Recuerdas? . ; Oh ! venturas !
. . . . .
lloro y bendigo los años ausentes
yo
¡ Oh ! goces que murieron : que nunca en el alma pesares sentí.
¡ las dichas que se fueron
¡Qué edad más dichosa que aquella del niño,
ya nunca han de volver ! . . .

que todo es contento, que todo es amor;


Julio KLOQUES CAMPOS su alma tan pura, cual candido armiño,
y
exhala perfumes de célica flor!

j» ROCTO... ¡Y aquellas edades de mística calma


se van y nos dejan en triste penar,
Del charco, tenue vapor y cuando recuerdos nos vienen al alma
prorrumpen los ojos en triste llorar!
surge á la sonriente altura,
A. FUENTES
y en gota se transfigura
del más diamantino albor.
De la aurora al resplandor,
temblorosa, tierna, pura, SERPENTINA j»
la gota de agua fulgura
¿Sabes qué sueñan las rosas?
en el cáliz de una flor. Dulcemente
Mi amor, con alas de fuego, sueñan cosas
Y luego, muy amables, muy hermosas.
sube hasta el azul. . .

Dulcemente,
esclavo de tu albedrío, tiernamente,
de dulce idealismo lleno, sueñan, ¡ oh, niña, las rosas
hacerse más hermosas
se posa en tu virgen seno en

para adorno de tu frente !


cual la gota de rocío. . .

Alberto MAURET O Andrios MATTA


CORRE-VUELA REVISTA LITERARIA, BUMORISTICfl E ILUSTRADA
IFICINA: Teatinos, 666 • • •
CASILLA, 2017 • • • TELEFONO INGLES: 711
Editores propietarios: Empresa "Zlg-Zag"
Año II Santiago, Diciembre 8 de 1909 Num. 102

ANTE EL ARBITRO

El Águila.—El Cóndor y yo queremos arreglar ante usted el asunto AIsop, amistosamente.


■ni™
■nisesL ??Í á Esaut0-,
!f-— m? s?J°r don Eduardo; y conste que estoy llano á
entregar los mó-
ejando.
salvo la ignidá personal, qui es lo justo. Como chileno puro, iftor. no me flio
■en la plata, mayormente cuando é trata con el bello seuso.
CV CftHRLHS ..JT)
CADA tres años llegan á cierto recinto Su señoría es mal intencionado. ¿Qué

muy conocido varios señores á quienes se dirán mis honorables colegas, ante el hecho
ha dado en llamar representantes del pue de que mi ilustre interlocutor ha hecho, vo
blo y que- tienen á su cargo velar por los tar á don Sófocles Chapitas dos días '.de¿
intereses patrios. pues de que este caballero descansaba en el
'

Y apenas se han repáníingado en el cla silenció eterno? He aquí un telegrama en


sico sillón sacan de las profundidades de que sé comunica el fallecimiento, autqpsla: y
sus bolsillos grandes legajos 'y se disponen
:
entierro ¿cabe mayor cinismo?
á probar que han sido llevados "á aquella El señor Chapitas está vivo, honorable

levantisca academia por la libre voluntad po colega.


pular. Los discursos se suceden; unos á. —Está muerto, señor mío.
otros con pasmosa rapidez. Aquello es una —

Yo ne olido el cadáver.
lluvia de brillantes peroratas. r —

Pues, usted tiene olfato apócrifo ,ó\ el


^-Ah, señores, dice uno, yo he venido señor Chapitas es de rulo.
aquí en los robustos brazos de mis electo —¡Esas son argucias de- su. señoría.
res, de mis conciudadanos, de un selecto —Y las de usted son galleríos
paradógicos.
grupo de patriotas..,

No aceptó lo de gallería ni lo de pa
—'Muertos, contesta alguien. goda.

^¡Oh, crasa impostura! Ellos eran vivos, —

'Señor presidente, he sido vejado.


muy vivos •El señor quiere achacarme á —

Usted tiene cara de vejiga.'


'

mi elección defectos que sólo tiene la de él. El presidente llama al orden, el discur
—A mi me consta, señor presidente, que so sigue y después que concluye un honora

el honorable que protesta ha falsificado la ble vione otro y otro, y todos anuncian que
voluntad del pueblo. En las urnas electora tienen que revelar algo, gordo, inusitado y
les los votos no pertenecían á aquellos cu terrible. La más grande de las falsificacio
yas firmas se estamnaban : en el lábaro glo- nes. ¡Los cementerios electorales! ¡Los
. rioso de la libertad electoral. Los manes y tuttis putrefactos!
las cenizas de honrados ciudadanos se han Después de oir semejantes cosas duran
septido estremecer en su perenal reposo an te días, semanas y meses, un hombre ilus
te la audacia truhanesca del honorable. Me tre descubrió lo siguiente: que los registros
consta que en la subdelagación del Cucuru electorales eran malos porque databan.de 20
cho Encantado han votado todos los cadá años <y wi este tiempo muere mucha gente,
veres. Hay una generación de seres desa y eso se presta á perturbaciones en el ejer
cicio del santo y melifluo derecho electoral.
Y en cierta ocasión Con voz solemne, lle
na de unción y de inflecciones apostólicas,
este portentoso ingenio anunció su descu
brimiento á los colegas que se quedaron es
tupefactos ante esa prueba de talento, ab
negación, profundidad y clarovidencia.
"

Los hombres patriotas dijeron, pues:


ÍNo es posible que esto siga así.„jRefor-

memos! Hagamos obra de patriotismo. No


más muertos levantándose de las tumbas á
depositar su voto en la urna sacrosanta.
Y se presentó un proyecto de ley de re
forma de los registros electorales.
De esto hace un rño y los cadáveres
muertos tienen fundados motivos para creer
que no concluirá tan luego el tragín sacri
lego, que volverán otra vez á ser pasto de
la maledicencia y los vivos también sospe
chamos que dentro de ipoco veremos nueva
mente salir de sus sarcófagos á respetables
esqueletos, que serán llevados en coches de
servicio público á depositar su postuma opi
nión política en la clásica cajita de doble
fondo .

parecidos, cementerio entero que protes


un
OUCON
ta de las calaveradas de ultra-tumba
en que

aparecen electoralmente mezclados.

* *
DISCURSOS PARLAMENTARIOS

Vayan los dos con cuidado



¿Vamos dos por esa entrega


& traer, en buena unión, y no obstante te demudas?
la reseña, en el Senado,

Es que esas actas, colega,
de la última sesión. suelen ser morrocotudas .

•-»-¡ Con tanto bulto me aplano !



En dos párrafos cortitos

¡ Y, esto es muy poco ¡ Dios mío I pueden- extractar todo eso.


b»ues' hoy no habló ni Lazcano, Y. .
guarden los manuscritos
.

ni/Walker, ni don Darlo. para venderlos al peso.

@ ®

BLASCO CHISMOSO
■s "Be 'doña Juana parlaba con gestos mil demostraba.
Blasco en" gaya conferencia, Y exclamó de mal humor :
-y la enorme concurrencia

¡ Güeno el gringo pelador !


ruidosa le ovacionaba. abrir tres horas la boca
Un rotito que escuchaba, y tanta plata pedir,
Sürflo á tan bella elocuencia,1 nada más que pa ecir
'

su desdén y su impaciencia que su paisana era loca ! '

SIUR-PEPE
MARICTA y joe
EL día 20 de Diciembre, á las tres de estuvo á punto de sentirse germa-
fuerzo,
la tarde, el señor Abraham llamó á Joe á nófilo. Unes perros sabios le inspiraron
su despacho. El señor Abraham, banquero fuerte afecto fraternal. Gracias á las in
de estirpe judaica, remuneraba, á modo de sólidas performances de un solemne buey,
aguinaldo, losservicios y actividad inte adiestrado por una india, comprendió la
ligente de susubordinado con una grati religión de los egipcios y el culto de Apis,
ficación de cincuenta libras esterlinas. del cual tenía muy vagas noticias.
A las cinco de la ¡.arde salió Joe de la Joe andaba por los veintiocho; era viril
banca. El azacaneo febril de la city ha y candido de aspecto; rubio, con claros
bía cesado. Era un día de niebla. El suelo ojos inocentes y sonrisa pueril. Era socio
estaba embadurnado de papilla negruzca. de un club escocés, Caledoniam Club; in
.loe llevaba consigo cuarenta libras en no tentaba seguir el movimiento político á
tas de á cinco, y diez aurinas monedas través de las hojas diarias, con penoso
que se complacía en hacer sonar sorda esfuerzo de su inteligencia tardía; practi
mente dentro del bolsillo del chaleco. Se caba la cultura fisiológica de los esports,
consideraba bastante feliz. Entró á tomar cuando le quedeba vagar para ello, y era
el té en un Syons. Con magnífica largue abstemio y casto. Había amado, allá en
za propinó seis peniques á una camarera su adolescencia, á una dulce niña de tren
de canina expresión y carnívoro estuche za rubia y ojos celestes.
dental. Aportó, á poco, en su posada, l.o Cuando un hombre rechoncho y grave,
Guilford Street, y se encerró en la alcoba. desde el centro de la pista, imitaba, sir
Tumbado sobre el angosto y fementido viéndose de un tubo de quinqué, las me
lecho, se le volatilizaba el espíritu en un lodiosas inflexiones de la prosodia asnal,
humo rosa de quimeras. Después de comer, de manera que el buen público se dester
y opreso en un smoking-dress de respeta nillaba de risa, una dama elegante penetró
en el teatro y vino á sentarse al lado de
.loe. Despojándose del amplio casacón, co
lor de añil con toques briscados y pieles
de marta que brillaban suavemente, como
de piel, ostentó la gracilidad de su cuerpo,
arrebozado tenuemente en una especie de
túnica, de tonos mate de malva. El vestido
ó túnica profesaba á su dueña una gran
adhesión personal; se le ceñía al cuerpo
en tan apretado abrazo, que casi se con
fundía con él. La cintura caía casi debajo
de los sobacos, dando así gran aire á la
persona. Los senos, bien asentados y de
discreta medida, como los que Tiziano pin
tó, iniciaban una erectil agresividad en el
abierto descote, de lechosa blancura y sua
vidad sedeña. Cuando se hubo sentado,
venciendo su timidez natural, osó mirar
la. Era una mujer de lóbrega y complica
da cabellera; de ojos negros, así como
adormecidos; la boca de una rojez increí
ble para quien no conozca el ocultismo del
tocador; el rostro ovado, de candidez vir
ginal. La dama sonrió á Joe. Este quiso
corresponder. Sólo atinó á hacer una mue
ca desgraciada. "¿Será una...?" pensó. En

seguida, la dama comenzó á hablarle. Era


extranjera, napolitana. Londres la entris
tecía mucho. Deseaba tanto volver á su
país. . Todo esto lo dijo de primera In
.

tención, replegándose en su butaca con ui


mimo desolado; los ojos puestos de hito
en hito sobre el inglés; el entrecejo algo
fruncido, como si quisiera contener el
llanto. Joe sentíase estúpido. Una pasión
ble edad, encaminóse al Hipódromo, en inflamatoria y subitánea se apoderó de él.
donde tomó una localidad de platea. To

¿Y por qué no vuelve usted á su país?


dos los números se le antojaban la más No se le ocurrió otra cosa. Haciendo la

acabada muestra de un arte sumo, y los pregunta advirtió que decía una tontefía.
ejecutantes, seres favorecidos por la na Además, si Marieta (se llamaba Marieta)
se marchase, él sería desgraciado
turaleza con excelsos dones. Ante un hér
Terminado el espectáculo, Marieta se
cules teutón que hacía prodigios de es
MARIETA Y JOE

colgó del brazo de Joe. El mozo temblaba. encontrar un hombre á quien ame de ve

La muchedumbre, en torno, les oprimía. ras. . .


¿No te parece? el
No me gusta
Joe tomó á Marieta de la cintura y la vicio. Me repugna; me entristece; casi me
apretó ardientemente. mata. Pero en Londres no hay dinero;
¡Ay! Me hace usted daño, suspiró, no

tampoco hay dinero en Londres. Y yo


sin que se echase de ver cómo el amor quiero dinero ¿comprendes? Mucho dine-

ro. No por el dinero mismo, sino para ale

jarme del mundo, para vivir bajo los na


ranjos, cerca del mar, con mi hombro, con
el único, con quien sea.
Joe estaba con los ojos en el suelo. Ir-
guió la cabeza de pronto, y con gran fir
meza:

trabajaré para tí, si me quieres.


Yo

¿Quererte? y saltando ágilmente se


abalanzó sobre él, se sentó en sus piernas
y le prodigó alocadas caricias.
De esta suerte Marieta sometió la vo

luntad de Joe.

A las once de la mañana penetró un au


ingenuo, repentino y terrible de Joe la tomóvil en el patio del Hotel Saboya, en
enorgullecía. el Strand. Joe saltó á tierra, rebotando
¡Perdón,

perdfifn! masculló Joe levemente en el pavimento de caucho. Un


muy ruborizado. mozo se adelantó á su encuentro.

Ya en la calle, anduvieron á la ventu —

¿Trae el señor algún equipaje?


ra, sin rumbo fijo. —
Nada más que esta maleta. El resto
¡Vamonos a mi casa! Tengo vinos

llegará mañana por Charing Cross.


exquisitos y fiambres; vinos de mi tierra, En el hall se avistaron con el Mana-
vinos rojos y amables. No me gustan los ger.
restaurantes públicos. —

¿Qué habitaciones quiere el caba


Joe se hacía de rogar, dudaba. llero?
No sé si debo, señorita.

. .

En el piso principal; dos habitaciones
Marieta tenía un flat amueblado con grandes, con un gabinete de recibir. Na
discreta elegancia. Las flores, flores yertas turalmente que las habitaciones den tam
de invierno, yacían por donde quiera. La bién al pasillo, para el caso de visitas eno
lumbre estaba encendida en la chimenea. josas. ¿Entiende usted?. . .

Comieron, y bebieron y hablaron; esto es, —


Entendido.
habló Marieta. Repitió sus nostalgias y sus

Mi señora vendrá dentro de unes mi
pesadumbres. nutos.

Londres me ahoga, con su negrura y Joe elogió las habitaciones. Y volvién


su tristeza. ¡Ay, mi sol! Mi sol de Italia, dose hacia el Manager:
mi cielo azul . . . —Mi señora desea comprar algunas
Entonces Joe, en un arranqué, le ofre alhajas. No conozco aquí ningún joyero,
ció sus cincuenta libras. Con ellas podía ni soy entendido en la materia: ¿quiere
hacer el viaje. usted acompañarme?

¿Cincuenta libras? Las tengo* yo. ¿Qué Habiéndose puesto el Manager del ho
te has figurado? replicó amargamente. No tel al servicio de Joe, salieron entrambos
es eso. He venido á Londres porque dicen camino de una joyería. Retornaron á poco,
que es la ciudad más rica del mundo. Que seguidos de un dependiente que traía al
ría hacerme rica, para vivir en paz, con el gunas joyas en un saquito á fin de que la
hombre á quien amase. Porque tengo que señora eligiese. Subieron al gabinete. Joe,.
MARIETA Y JOE
con elegante ademán de desenfado, arro —

¡Ladrón! ; Vengan las joyas ahora


jó sobre la mesa guantes, sombrero y bas mismo!
tón. Penetró luego en la estancia, cerran Joe estaba lívido.
do la puerta tras de sí. Oyóse algo así co —

¡Por amor de Dios! ¡Déjeme escapar!


mo un diálogo musitado. Joe salió de -

Tome, tome.
nuevo. Y le iba entregando el collar, la lan-
Mi señora, que no está en traje á pro

zadera, los anillos.. .

pósito para recibir, desea que le muestre —

¡Falta la diadema!
las joyas dentro de la habitación. Joe llevó la mano, al bolsillo é hizo un
El dependiento extrajo del saquito las movimiento ágil. Algo brilló fríamente.
joyas. Sin que el Manager lo pudiera impedir,
Ya sabe usted: este collar de perlas, seccionóse la yugular, con una navaja bar
2,000 libras; estos pendientes de brillan bera. Cayó ya exánime.
tes, 1,000; esta lanzadera, 1,500; estas
otras sortijas, á 4 00, indistintamente; es-
Aquel mismo día,en el restaurant del
r.a diadema, 3,000.
Saboya, unadama morena se informaba
Jce sonrió, como desdeñando la minús del mozo acerca del conato de robo y del
cula cuestión del precio. Se introdujo en suicidio del ladrón.
la alcoba. En ella, durante un tiempo, se Ahí es nada, señera; como quien no

escuchaba leve rumor, como de diálo


un quiere la cosa unas 10,000 libras. Estuvo
go. Luego cesó. Pasaron unos minutos . en un tris que no se largase.
Nadie salía. El dependiente miró al Mana ¿Y le amenazaron ó él mismo se

ger con gesto dubitativo. Este salió co mató?


rriendo al pasillo con tal ímpetu, que dio El Manager dice que fué como un ra

de bruces contra un caballero que, en tra yo. Cuando quiso darse cuenta ¡zas! ya
je de automovilista, peludo abrigo y go se había cortado el pescuezo.
rra antiojera calada, salía á buen paso. —

¡Pobrecillo! La dama tenía los ojos


FI1 Manager arrancó la gorra al automo- llenos de lumbre, los labios temblorosos
t i lista . Era .Toe. Oye, tráeme champagne frapé.

Ramón PÉREZ DE AYA LA

-¿Es usted el periodista X?


-Nó, señor. Soy afinador de pianos
-; Ah!
EL TERRIBLE SEGUNDITO

Segundito ensaya un nuevo sport: enlazar los iQ,ue no siempre aceptan de buen grado seme-
paraguas de los transeúntes. junios libertades. ^
.

J^fijk

jT¡t

HE ■

^w^

Cuyo caso fué el de nuestro héroe, que se vio Hasta que, en su desesperada huida, cayó Se-
perseguido tenazmente por un' señor enfurecido. gundito en un pozo del alcantarillado.

De donde fué sacado En estado misma madre


un ¡ que ni su lo
conoció.
EN EL TEATl

Don Emilio. —
Para esta pieza bonita Don Artubo. —

Justo, señor don Emilio,


Senado, como dos y dos son tres,
y en el cuadro del
actor se necesita
un y tal caso preciso es
en

de colero y de levita solicitar el auxilio


de Ismael Valdes Valdes.
que esté muy bien preparado.
RO POLÍTICO

» w

Don Ismael. —

Aunque agradezco que on m,í Aquí debo en forma varia:


se hayan fijado, señores,
disponer la luminar!"
,

no puedo decir que sí, apuntalar al que escolla,


pues mejor estoy aquí, preparar la maquinaria
detrás de los bastidores. y dirigir la tramoya.
««**«*«
Concurso de Chistes ** **#**

Entre novios:
Ella.— ¡Qué dichosa me consideraré al ser

confidente- de, tus pesares!


E?Z.-TjPero,' hija, ¡sí no tengo ningunos!
Ella. los cuando nos ca

Pero /tendrás
sernos. :;: ...

En el juagado:
El juez.—Usted. ha cometido tres homict
,

dios, cinco robos y diecisiete estafas.


El reo. —

Qué quiero, pu iñor.hey hecho


lo que hey podio —

Un sacerdote predicaba ensalzando e) üó

iler de Dios.
mueve-
—Si, hermanos míos, decía, no se

la hoja del árbol sin la voluntad de píos. . .

Y un señor que escuchaba absorto no re

sistió la tentación de .preguntarle:


*r-Tta alusión: —

;.Y. si hay viento, padre?


ese Casino que yo frecuento
—-Hay. en

un par de .imbéciles de los que no puedes


formarte laea.
—Sí,- ¿eh? ¿Y quién es el otro?

Bconomía doméstica:
.—Como tú sabes,
Suegra (bastante gorda)
hace el desayuno
pues, Francisco, aquí
se
á gas,
á gas, el almuerzo á gas, la comida
-n fin todo a gas.
Yerno.— ¡De manera, querida señora, que
hélice y un mo-
usted le ponemos una
si á
.:.,.-. queda hecha un dirigible!

HJuti'e esposos:
muriese ¿te casarías
Esposa.— Si yo me

,-on otra? Lrna reprimenda:


pero nó aquí el jefe, usted ó yo?
Esposo— \ Bueno es errar una vez —

¿yuién es

-machar el clavo! —Usted.


Pues si no es usted el jefe, ¿por qué
* dice tantas majaderías?
Amor y Derecho Internacional

=^=

r=^B(
'■"
'-.^«Hl ^ Yi /\
.
>, /^^ y\

"l^V^vNv N

t t
Declaración de hostilidades Entente cordiale

..Tratado de paz ....,,


Triple alianza

De qué está hecha la mujer


El vtrdadero origen de la mujer, segün dora; el ligero estremecimiento de la hier
una: leyenda india, es el
siguiente: Twashtri, ba y la delicadeza del sauce; el terciopelo
el dios Vulcano de la mitología
india, creó de las flores; la ligereza de la pluma; la
el mando, y al querer hacer la
mujer se en gentil mirada de la gama; la juguetona vi
contró con que había agotado todos los ma veza del rayo del sol; las lágrimas de la
teriales creadores en el hombre, le
yno nube; la inconstancia del viento; la timi
quedaba ningún elemento sólido. Lleno de dez de la liebre; la vanidad del pavo real:
perplegiáad, el dios
se puso á meditar pro la dureza del diamante; la crueldad del ti
fundamente, ycuando- hubo encontrado la gre; el frío de la nieve; la charla de la co
solución, fué tomando: la redondez de la lu torra y ti arrullo de la tórtola, y con todo
na; la curva ondulante de la
serpiente; los filio formó una mujer.
graciosos retorcimientos de la
planta trepa- y.
En la variedad está el gusto


HACE mucho calor aquí; mejor es Llegaron al jardín y en un extremo de
que salgamos al jardín, decía él mientras él encontraron un banco que parecía in
la llevaba del brazo por la galería. vitarlos á sentarse.

Supongo que no nos echarán de me —

¿Quieres que nos sentemos? Aquí es


nos, dijo ella. tá muy fresco y agradable, dijo él.

Creo que si nos echaran de menos —

¿Y oiremos desde aquí cuando em


no te importará mucho. . .
piecen á tocar el siguiente baile?

Nó, mucho nó, contestó ella son —

¡Oh! indudablemente. ¿Cómo habría


riendo. de permitir yo que lo perdieras? ¿Con
Hacía tiempo que no se hablan en quién lo tienes comprometido? le pregun
contrado. En sus respectivos "carnets" ha tó mientras se sentaban.
bían apuntado ya algunos bailes marcán

Con un jovencito que acabo de cono
dolos con una cruz. cer; se me olvida su nombre.
EN LA VARIEDAD ESTA EL GUSTO

¡Qué hermoso brazalete es ese! ¿Quie —


Es verdad, pero ya es tarde; no sa

res dejarme verlo? Al decir esto él le tomó bes cuánto lo siento.


la mano y contempló el brazalete á la luz —

Qué habrá dicho. . .

de la luna. Después agregaba: —

¡Oh! no te preocupes. No lo sientes


Siempre me han gustado estos en mucho, ¿no es cierto?


forma de cadena, y estos guantes largos —

Nó, pero .
pero hace frío aquí.
. .

los lucen tanto. Debe ser difícil sujetar —


Está fresco, no más; además, lo pa
los aquí arriba, decía después, oprimiéndo samos mucho mejor, ¿no te parece?
le el brazo. —

Sí, pero. tengo frío.


. . . .

Espero que oiremos cuando empiece —


A ver, me pondré más cerca de tí;
la música. así estamos mejor.

No tengas miedo, amenudo me siento Volvió después á tomar su mano y le
aquí y se la oye perfectamente. dijo:
Después de una corta reflexión le pa —
Tienes unas manitos extremadamente
reció que la afirmación que acababa de ha bonitas, i acercándosela á los labios la be
cer no era muy conveniente, y entonces só la punta de los dedos.
agregó: —
No seas tonto, le dijo ella entonces,

Vengo con frecuencia para acá á fu pero sin retirar la mano.


marme un cigarro después de haber bai —

¿Volveremos á esta parte del jardín


lado. otra vez?

¿Sí? dijo ella con tono que indicaba —


Tal vez; lo veremos.
malicia, i después continuaba: Este asien —

Después del té, ¿qué te parece?


to es un poco duro. —
No puedo dejar de pensar en ese

Sí, podríamos haber traído cojines. baile.



El respaldar tampoco es muy blando, —
Nole des tanta importancia.
agregó ella después de una pausa. —
Estamúsica me hace recordar la de

Veamos, dijo él, tal vez podamos la opereta "Geisha".


arreglarlo; inclínate un poco hacia delan —
A mí también me gusta mucho.
te. ¿Cómo está ahora? —
Es una pieza muy bonita. ¿La has
El había pasado su brazo tras la espal visto?
da y lo había colocado al rededor de su —
Varias veces. ¿Te acuerdas de esa
cintura. parte cuando Hayden Coffin le enseña á

Creo que .
empezó á decir ella, y
. .

Marie Tempest la manera de besar?


él la interrumpió diciendo: —
Creo que ya terminaron los lanceros.

¿No ves que tu vestido es claro, y es ¿No fué ésta la última figura? preguntó
más que posible que el banco no esté muy ella separándose un poco de él.

limpio? —
No' sé. No me he estado fijando. Nos

Es cierto. Parece que la orquesta ha
queda tiempo aún. Estaba pensando en el
empezado á tocar. . .

modo besar.
de . .

Sí, son lanceros. Esta es la introduc —

¿Eneso estabas pensando?...


ción; no hay para qué entretenernos to Esta vez ella no rechazó la suave pre
davía. sión de su brazo que la atrajo hacia él,

Sí, ¿pero el jovencito? hasta que su cabeza descansó suavemente



No te preocupes; es un niño no más. sobre su hombro.

Me andará buscando, seguramente.
-^Sí, estaba pensando en eso . . .

Bueno, no te encontrará si te que El hizo una ligera inclinación del cuer


das aquí.
po y la besó repetidas veces.
Como ella no contestara nada, él le di —

Mira, el siguiente baile ha empeza


jo después de una corta pausa:
do, dijo ella sin moverse.

¡Qué bonito pelo tienes!


¿De veras? le preguntó ella, como si



No importa; quedémonos aquí. Yo
fuera la primera vez que lo oía decir. podría permanecer horas enteras así.
Como parte del pelo estuviera un poco

Pero, fíjate, yo tengo que entrar pa


ra no perder este número.
desarreglada, él lo empezó á arreglar, pe
ro el resultado fué que lo dejó peor de lo

¿Con quién lo tienes apuntado?



Con mi novio.
que estaba.
. .

Mira, dijo ella de repente, los lance


¡Cómo! Con tu.... con el jovencito....


ros han comenzado y me has hecho per Bueno.... tal vez es mejor que entremos
derlos. entonces.
MUNDO FEMENINO

Vestidos prácticos.-El triunfo del fular .-Combinaciones y


adornos.~Un traje déla reina de Suecia

CONTINUA la moda presentándonos un es necesario plancharlo para ponérselo. Los


carácter esencialmente práctico. Si nos fija fulares más de moda son los de fondo obs
mos con detenimiento en las diferentes épo curo con lunares blancos, sembrados en me

cas de la moda, veremos que sus aparentes dio de otros lunares, del color del fondo,
caprichos obedecen á las necesidades ó á en diferente matiz que hacen bellos cam

las costumbres. Los peinados enormes, los biantes.


trajes envolventes, las largas colas, se lle Se inventan lindas combinaciones de te
vaban en aquellos tiempos en que la mujer las para los vestidos, ya son el paño y la

ocupaba en la sociedad un puesto privile jerga, la vuelta y el tafetán, este último con
giado en apariencia por el culto de la ga el tal ó la muselina. Algunas veces resul
lantería, pero secundario en realidad, sin tan combinaciones preciosas con dos rasos
del mismo color,
personalidad ni independencia. Los peina uno mate y otro bri

dos «Lucillos, los trajes sastre, son hijos le- llante.


la necesidad de
gítimos del feminismo, de
trabajar que actualmente tienen las muje
En siguen los bordados en sou-
adornos
res. pueden gastar el tiempo en un to
No
tache, y los botones
grandes con los vesti
á
cador complicado las que han de asistir
dos de paño, jerga y tafetán. En los de
una oficina; ni las damas ricas que siguen
confe tussor, crespón y sarga, se llevan mucho los
la vertiginosa vida moderna: visitas,
encajes de hilo: gripur, crochet y macra-
rencias, viajes y "sports". mé. Este, que se hace de hilos anudados,
Así es que sin perder la coquetería, pre
presenta un aspecto bellísimo y es difícil de
valece la sencillez, lo cómodo, lo práctico.
una es
ejecutar. Con* los matices de madera, trigo
Este año todos los vestidos llevan
maduro, habana, etc., son preciosos estos en
pecie de abrigos de la misma tela, levitas,
cajes del mismo color.
blusas rusas, guerreritas. Es muy raro ver
Para los trajes de lienzo y. los escasos
á las elegantes con las blusas y las faldas
trajes de batista, se prefieren el bordado in
años. Eá los tra
en cuerpo como los demás
glés y el bordado al
plumetis.
esto sucede, es porque llevan pane
jes que En euanto á lossombreros, en medio del
Ya
les que les dan apariencia de abrigos. eclecticismo reinante, ha triunfado para los
hasta en los trajes Prince
hemos dicho rué
de más lujo el adorno de plumas. Las flo
sa se figuran chaquetas incrustadas. res, cintas, ote, quedan relegadas á los som
Muchas levitas se llevan sin manga, pero mucho vestir
breros modestos. Los 'de se

de modo que hagan juego con las mangas adornan con profusión de plumas, cuyo ta
del vestido Se ven muchas blusas rusas, pa
.
maño se exagera uniendo unas con otras y
del
recidas á las que llevamos á principios se combinan de maneras caprichosas.
siglo, con costura en medio de la espalda
larga que arranca del
y aldeta estrecha y

cinturón . La joven reina de Sue.'ia tiene un traje;

original, el de coronel del regimiento de la


Entre todas las telas domina el fular; y guardia, que ella misma manda. Sobre un%
en verdad que no faltan razones para pre falda azul, estrecha y corta, lleva la guerre
á
ferirlo. Lige.o, fresco, sencillo, evita los en ra, con las insignias, exactamente igual
friamientos como todas las telas de seda, y las de los hombres, y la gorra de reglamen
está bella y marcial
ofrece la inapreciable ventaja de no arrugar to. Su Majestad, que

tejidos, por más que se traje militar, na pasado así vesti


se como los otros con su

lleve prensado dentro de una maleta.; No da revista á los soldados de su ejército.

COLOMBINE
FERROCARRIL t>U ARICA A VA PAZ

\'¡ rns -.órnalas de la .lente que se embarca en Valparaíso para ir á trabajar en esa

'

''■".:• ..i terrea


]YiisceLH]NreH
Debe saberse En un minuto recorre un
rayo de luí
11.160,000 millas. En un minuto nacen ei
.— WTOMAS generales de la jaqueca: ma el mundo 800 seres humanos y perecen
lestar, escalofríos, ineptitud para el traba- otros tantos.
Jo, náuseas y algunos vómitos. Síntomas lo
cales: dolor en un punto, los ojos, las ce-
Jas, una sien, en la frente. Este dolor, li
gero y vago al principio, aumenta poco á Fibra productiva
poco y hace insoportable el ruido y la luz,
complicándose á veces con vómitos. Prodúcese en China una planta textil Ha
Lo mejor para combatir la jaqueca es re
mada "ramle" muy útil á sus cultivadores.
currir á compresas de agua fría, de agua
Es un vegetal de fibras muy resistentes; re
de Colonia ó de agua avinagrada, á que
fractario al hielo y á la humedad; invul
se añade un poco de éter; descanso en la
nerable al ataque de los insectos. Se repro
cama, silencio y obscuridad; infusión ca duce sin «uevas siembras durante más de
liente de mlisa, té ó café; sinapismos en
cincuenta años, dando seis cosechas anuales
las pantorrillas; baños de pie sinapizados.
Cada 10,000 metros cuadrados pueden produ
cir 20 toneladas de tallos.

Misterios de la ciencia

Una aplicación de los molinos de viento


Estamos muy lejos todavía de conocer
todos los misterios de la telegrafía sin hi
los. Hasta hace poco, cuando se enviaron En la isla dinamarquesa Sjalland, existe
marconigramas por encima de los Alpes, la electricidad fabricada por un molino de
se cre'a que las ondas herzianas eran radi viento, cuya rueda tiene un diámetro de 46 y
calmente interceptadas por las montañas. está en una torre de 43 pies de alto; la super
Ahora, en París, se ha comprobado un fenó ficie expuesta al viento representa un cua
meno muy curioso. Si en una habitación drado de 340 pies; con un viento cuya -ve
cualquiera, de cualouier casa de la metró locidad sea ae 23 pies por segundo, el ma
lino produce una fuerza de 86 caDallos; la
poli francesa, se coloca un aparato recep
tor con dos hilos metálicos, uno de ellos corriente produce luz para 378 lámparas de
simplemente ten-lHo en el suelo y el otro incandescencia y 6 lámparas de arco, además
snido a una cañer.ía de gas ó de agua, el de proporcionar fuerza para varios motores.
aparato registrará todos los despachos ex
pedidos desde la torro Eiffel. Esto prueba
que,en ciertas condiciones, que hoy por día

no pueden concretarse, un radio-telegrama El tocador


puede ser interpretado sin necesidad de an
tena.
El tocador debe estar siempre mantenido
en un estado de perfecto aseo: el agua debe
ser hirviendo ó lo más caliente posible.
Altos sentimientos Conservad las pomadas, polvos, jabones y
líquidos en envases bien cerrados.
Profesan los chinos una gran veneración Pasad fuertemente las escobillas de dien
á los ancianos. Este sentimiento se traduce tes y de uñas con agua hirviendo ó anti
ó
de una manera caritativa, y mucho antes séptica. Colocad las escobillas paradas
que los pueblos europeos,
han tenido los con el pelo para abajo: de otro modo el
chinos su lev de Beneficencia para los
vie
agua y la humedad, concentrados en la ba
jos. Un Código penal impone
las penas se las cerdas, las destruirían pronto.
de
más severas centra los oue rehusan
su
Limpiad á menudo los peines, las limas
edad etc. En resu
auxilio á los pobres que tienen una para las uñas, cortaplumas,
deben
avanzada, y es muy raro que la justicia men, todos los utensilios de tocador
esta ín ser con frecuencia esterilizados.
tenga oue intervenir en asuntos de
cir el áci
dole. La ancianidad es también una Emplead para el caso el formol,
cunstancia atenuante de los delitos. do bórico puro, en una solución de bicloru
ro de mercurio á razón de un gramo por li
tro de agua.
Brillantina para la barba y el cabello:

un minuto Espíritu de vino, 20 gramos; agua her


Lo que puede hacerse en
vida ó destilada, 10 gramos; glicerina, &

pueden hacerse en un gramos.


Infinidad de cosas
Además, algunas gotas del perfume que
recorremos con la
minuto. En un minuto
su movimiento diurno 13 millas se prefiere.
tierra en Sacudid el frasco antes de usarlo.
y con ella,
alrededor del sol, 1,080 millas.
TEOKIA MUSICAL

&
^r 1

1¡lili <

I. Modérate 2. Crescendo.

3. 4. Con brío.
Legato.

5. Pianissimo. 6. Tempo di marcia.


UNION CICU5*A

^vt»

.«?i>

#
'. 4


%

Vista tomada de tos asistentes al paseo de ronalr

Ornpo de socios
\99
Bfc PU3N*E DB "IdAS CUCHARAS

"Las Cucharas'
Grupos de trabajadores de la hueva construcción del puente de

-OSO-

DE CAMAMA

Asistentes al meeting organizado en Calama el Domingo 7 de Noviembre


gran
para tratar asuntos importantes de interés local
B3 CURICO

Plaza de Armas de Curicó

:
■'-** :'-4tó:" ■VJSfc - ■

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y
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¿&É
P*
íw^P??'

kiosko de la Banda de músicos, vistos desde los jaruines de la Plaza.


Intendencia y
3b *UNBb TRANSANDINO

El túnel

Trabajadores y empleados en este trabajo

® ®
BICICLETAS^
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CHILLAN—Carlos Scfiafer y Miguel Gangas.

en Pin TALCA Blanco é hijos.


<£ J
LINARES— Abel Valenzuela.
HIPÓDROMO CHIbB

Motín, ganador del premio Quinquina. Cataclismo, ganador del premio Qnillota

Llegada de la 8.a carrera: 2. o Yohar. ílasrón. ganador de la 8.a carrera

LICOR
ÁRABES
del Or. Yunge
LA CARGA ES EXCESIVA
Los extraordinarios esfuerzos que tienen que em
los ríño
plearse en la lucha
por la existencia afectan
nes y causan nueve décimas partes de los achaques
y sufrimientos de la humanidad.
La gente ocupada, aquellos que trabajan mucho y
descansan poco, que piensan mucho y duermen po
co, son los que atarean mas los ríñones.
Atacar demasiado á los riñones es congestionarlos
y tupirlos; perturbarlos é impedirles en su gran obra
de filtrar la sangre.
La gente ocupada, tanto hombres como mujeres,
de que ri
suelen abandonarse y no se aperciben sus

ñones están enfermos. A pesar de achaques y dolores


urinarios, continúan excesivas
y desórdenes
en sus

tareas hasta que los riñones tienen que rendirse.


Toda vacilación ó aplazamiento para los que sufren
de los riñones, es de malas consecuencias. Deben: ó

á los riñones ó seguir en decadencia


proceder curarse

hasta la fatal Diabetes ó el mal de Bright. Los prime


ros síntomas, si se descuidan se irán
haciendo cada

día más graves.


Las Pildoras de Foster para los riñones le curarán á Ud. Este grande específico ha devuel
de pacientes, como lo comprueban
to la salud de un modo completo y permanente á miles
sus declaraciones.

en el
Obsérvense los síntomas de las enfermedades de los ríñones. Reconózcase
la orina. Ayú
dolor de espalda, lomo o cintura, ana señal de peligro. Fxaminese
funciones. Curadlos cuando estén e fermos.
dese a los ríñones a desempeñar sus
están enfermos son: dolores reumáticos y
Otros síntomas manifiestos de que los riñones
neurálgicos en los músculos; los síntomas de la orina, unos bien patentes y otros investiga.
recrecimientos de las ojeras, hinchazón, palidez ó color
bles mediante simples experimentos,
etc.
encerado, falta de energía, visión de olas ó puntos, .

debe Ud. aplazar, sino recurnr en el acto alas


Al sentir cualquiera de estos síntomas no
Pildoras de Foster para los riñones.

de Policía, domiciliado la calle Mal¡sü¡N.o.70, |


S El señor Froilán Cordero Robinson, Sub-Inspector
en
^

i mTteíes
I
S3^ maPreos,
como ensañamiento de la vista, mal dormir por las noches, cansando por las ma- •
X
X ñañas é irregularidad de la orina.

LAS PILDORAS DE FOSTER


PARA LOS RÍÑONES
la
las boticas. Se enviara muestra gratis, franco porte, qtiien
a so
De Yenta en
E. U. de A.
licite. Foster McClelian Co., Buffalo, N. Y.,
El Sueno cle.eir c. h. W. PerKelt
Novela inédita del Dr. Breadle
Para proveer á la alimentación de sus y minucioso bastaron para ese hallazgo. Mi
retoños, la mosca "seygomia" se vale de alegría llegó al colmo cuando me di cuen
una estratagema genial.
Procediendo, como ta de que podía, sin dificultad, reconstituir,
si conociese los más íntimos detalles ana por síntesis, el 1 quido bienhechor, que se
tómicos de las orugas y de las mariposas, compone únicamente de elementos químicos
:
busca los capullos de éstas, ios desgarra conocidos. Aunque difícil, ese trabajo fué
en parte para tener acceso á ellos; en se llevado á término y muy pronto pude ha
guida pica, gracias á sus dardos, á la crisá ber vendido mi líquido á todas las seygo
lida que encierra el capullo, en ocho pun mias del mundo.
tos precisos, siempre los mismos; y, rete Todo eso estaba bien, pero eso no era to
ned bien esto, esos ocho puntos correspon do, y una idea fantástica se apoderó de
den exactamente á los
ganglios nerviosos que
representan los centros
del movimiento en la
crisálida en cuestión.
Por los ocho canalícu
los practicados de ese
modo, inyecta en segui
da; valiéndose de su
trompa, un líquido ela
borado cu glándulas es
peciales.
En contacto con ese
líquido, los ganglios son
presa de un accidente
especial; hay, si así lo
queréis, suspensión de
la vida. Después, nues
tra "seygomia" pone
sus huevos en la ober
tura de cada capullo
y
cuando los huevos es
tallan, á las larvas no
les queda sino nutrirse
muy tranquilamente con
su víctima, la crisáli
da siempre viva, pero
con esa vida inactiva
y como
suspendida,
que la hace incapaz de
defenderse ó de mo
verse.
Muy admirado por el
estudio de circuns
esas
tancias, pillé seygomias
y crisálidas, y estudié
en mi
estudio los pro
cedimientos antos ex
presados.

A MENUDO SE NECESITA
DE ALGUIEN MAS CHI

CO QUE UNO

Al principio observé
que las crisálidas, pre
paradas de ese modo, no se descompo mí poco á poco. Ya que un conjunto de sus
nían, ni siquiera después de seis meses ó tancias dadas podía herir de muerte apa
un año, pero que tampoco salían de ese es rente los centros nerviosos de un animal
tado de muerte aparente. Por otra parte, vivo, ¿por qué otra sustancia dada, el antí
después de mil percances, conseguí aislar doto en cierto modo de la primera, no po
en mis
seygomias, las glándulas especiales dría neutralizar su efecto y devolver la vi
de que os he hablado, y obtuve por simple da á la Víctima? Me llevé en pruebas du
destilación algunas gotas de un líquido que rante tres años completos, ensayaba mil
analicé. Dos meses de un trabajo incesante combinaciones basándome en trabajos an-
EL, SUEÑO DE Sl±l S. H. VV. FERKETT

teriores -dativos á la reviviscencia de los torio rechazo, permaneció aterrado; no po


rotíferos. Al fin, conseguí mi objeto y ob día comprender que las leyes de este país
tuve el triunfo, admirado al ver á una de se opusieran á una
mis crisálidas, inmóvil desde hacía más
operación de esa clase
y que me pusiera en ei caso de que me me
de un año, convenientemente re inyectada, tieran preso si me prestaba á dio.
nacer y transformarse después en una so Su historia, me lo manifestó, era de las
berbia mariposa, bajo la influencia de mi más sencillas. Tenia una sobrina de diecio
nuevo serum. cho años, hija de su hermana, casada en
Entonces comuniqué mi experiencia y pu
Francia, con un funcionario casi meneste
bliqué folleto tras folleto... Pero, mi joven roso. Después de- su último viaje había sen
amigo, yo no pertenecía al gobierno; ¿quién tido verdadera adoración por la muchacha,
era ese doctor Desgenets?. Un descono una y ha-
alhaja, algo notable, parisiense,
. .

cido, un aislado, por lo tanto un farsante. Día jurado casarse ella. Había ofrecido
con
Me resigné al olvido y continué mis traba
toda su fortuna; asegurar el porvenir del
jos por íui propia satisfacción. Tomé por padre, de la madre y de los demás hijos con
sujetos de mis experiencias animales más un dote regid; la familia aceptó de lleno,
y más importantes. Al principio sanguijue pero lk hermosa creatura rehusaba de hecho,
las, crustáceos con sistema nervioso casi rogándole al tío, que creyese en todo su
únicamente ganglionar; después seres con
afecto, pero declaraba que jamás se casaría
organización más compleja, pájaros, pesca cod un hombre que tenía veintidós años
dos. Al fin abordé al "cuy" y al perro, más que alia.
esos tristes comparsas de nuestro organis —
Si podéis, agregó, llenos de malicia los
mo íntimo. En todos, el mismo resultado,
ojos, rejuveneceros quince años ó envejecer
til mismo éxito. Pude además comprobar me otros tantos, entonces seré vuestra mu
un hecho nuevo. Mis pensionistas, al volver
jer mañana.
á la vida, no habían envejecido ni en un Durante los seis meses que pasó en París,
día; no habían mudado el pelo, ni habían ninguna diligencia la familia, ninguna
de
cambiado sus costumbres; se habría podido promesa de pudo doblegar á la
su parte
creer, después de cinco ó seis años, que se empecinada personita, quien, ante tanta in
habían quedado dormidos el día antes. Mi sistencia, no sabía sino repetir cincuenta
fortuna personal me permitía esta locura; veces por día su mala broma.
lanzar por millares los ejemplares, una es Lo más grave ara que ella había con

pecie de manifiesto al público, bajo la for cluido por decirlo seriamente; un día aún,
ma de protesta contra la inercia de los que volvió ella á la casa, mostrando orgullosa-
deberían haber sido mis jueces y mis co menta mi folleto á su tío, sorprendido al
laboradores. Mis folletos recorrieron todos principio, decidido en seguida á tentar la
los continentes, pero no llegó nada, ni si aventura. Después firmó, con entusiasmo,
quiera una respuesta sensata. ¡Ah! cómo una declaración por la cual se comprometía
Imaginarse que gente respetable y sensa á casarse con Sir Ferkett, después de quince
ta á ocuparse de semejantes cuchufletas!
va años, si se sometía á la prueba propuesta.
No había sino locos que podían comprender Y el americano sacó triunfalmente de otro
me, y fué efectivamente un loco, un loco bolsillo el bienaventurado papel que movía
enamorado, el que vino hacia mi. ante mis ojos. A pesar ae tanta sublimidad
en un sentimiento tan exaltado, permanecí

inquebrantable y moví negativamente la ca-


LA ÚNICA SOLUCIÓN DE UN PROBLEMA DIFICTJ
peza¡ cuando Sir Ferkett
exhibió de un ter
un revól
cero de sus innumerables bolsillos
ver del calibre de un cañoncito
de campaña
Sir S. H. W. Ferkett es uno de esos po
y me dijo:
bres afligidos que entre cuarenta millones
—Vamos, jraes, ya que no queréis atenta
encuentran por aquí y por allá én el
mente hacerlo, y ya que no tengo nada que
se
Nuevo Mundo. des
hacer sobre la tierra, voy á mataros y
Un hermoso día de Mayo de 1890, lo -vi Tenéis cinco
pués me mato yo. ¡All right!
entrar á este mismo escritorio en que hoy
minutos para pehsar...
estamos. De estatura enorme, de una
cons
Y de uno de los bolsillos de su
chaleco
titución de atleta, vestido con un invero,.- salió un cronómetro, mientras mi
interlocu
símil traje de cuadros multicolores, habla- tor iba áafirmar sus codos
en la chimenea
me dijo
ha casi correctamente el francés; á silbar.
y se ponía
<¡n preámbulos: Misreflexiones fueron cortas: en un
se
Señor, quiero hacerme adormecer por
ese empecinado una
gundo decidí hacer á
pago lo que se pida. iría á dar
vos,
buena inyección de morfina y que
Por no haberme entregado al hipnotismo, en cuanto estuviera tran
el act" el sentido de su parte á la policía,
no comprendí en no había con
quilamente dormido. Pero yo
solicitud. un fenómeno bas
tado con mi huésped: por
Así lo manifesté. Sacando entonces de
se lo puso ad
llevó al col tante raro, la primera inyección
<m gabán uno de mis folletos, mirablemente enfermo, sin producir
el me
mo mi estupefacción al explicarme que que segunda y una tercera no
nor sueño; una
ría ser "adormecido" por mi método por
de quince años. Ante mi peren produjeron mejor resultado.
un período
(Concluirá )
ANUARIO «
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