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AÑO II Santiago, Noviembre 3 de 19(9 Num.

97

OTRO PARA EUROPA

-«SÍ&&*..., .
_.Z_...._¿¿Jsui...

D. Ismael—Al pie de esta sepultura, D. Fernando— Moleré usted su intentona


donde una candidatura
y guárdese la corona,
duerme su sueño profundo,
que si la candidatura
he querido yo en persona en eso del
viaje topa,
colocar una corona
salgo de la sepultura
antes de irme al viejo mundo.
y me largo para Europa.

20 CENTAVOS
r
Ah! si usted siempre hubiese
=*•
usado la ——

CARPIQUINA
del Dr. BORRELL
Se vende todas las Boticas
en
CvX^ </^~~~~^\
Droguerías y Perfumerías ^O^v^ 55">? '

Luis Rudlopp
SUCESOR DE

CRISTIANO RUDLOFF é Hijos


VALDIVIA.

Gran Fábrica de Calzado y


Curtiduría
LA MAS GRANDE DE CHILE

todas las Exposiciones del ?


premiada en país
en la de Búffalo con

MEDALLAS DE PLATA Y DE BRONCE


Especialidad en Calzado para Mineros, Marine
ros, Oficinas Salitreras,
Policías y Tropas del
l-'jército, Últimamente se ha instalado una sec
ción de Calzado fido.

fica RUDLOFFOS

. : VALDIVIA

Ventas totalmente al poi


mayor

IVUeF
La mujer del bandolero

Plácida noche de luna. —


Es que era ella, ella, balbuceaba con
Salí á andar por el campo con mi viejo mezcla de terror y compasión.
amigo el pastor, y tras de haher cruzado Más sorprendido que indignado por es
los jardines y un pequeño bosquecillo, nos tas extravagancias, quise saber la causa y
encontramos en la ex
tensa y pelada llanura
iiue separa el castillo
del río.
Más allá e éste,
una espesa selva 7 lue

go las montañas.

¿Y aquí no pe
nan? le pregunté á mi
supersticioso compañe
ro.

El hombre miró á
todos lados con recelo
sa expresión, movió los
labios como para ha
blar, pero al fin que
dóse callado.
No volví á interro
garlo.
Sentíase en el am
biente una suave cal
ma de las serenas no
ches de verano: pare
cía respirarse tranqui
lidad deliciosa.
Gozando de todas
esas confusas sensa
ciones y de la tran
quilidad profunda de
los campos, avancé en
dirección al río, segui
do del pastor. En la
ribera quédeme largo
rato mirando el efec
to de la luna en las
aguas.
Entonces fué cuan
do por allá, entre los
matorrales de la otra
orilla, vi moverse una
forma más negra que
la misma obscuridad.
sentí mi espíritu poseí
do de una muy ardien
te y muy extraña cu
riosidad.

Voy á atravesar en el bote, dije al poco rato después, sentados bajo los ár
pastor, señalando la siniestra figura; boles del jardín, disponíame á escuchar 1»
quiero saber qué contiene eso. . .
siguiente leyenda:

¡No, señor, por Dios, no vaya! gimió I


el viejo con inusitada congoja. No vaya á
mirarle la cara. El era un bandolero de los
tiempos ca
. .

Y, como quisiera desasirme de sus bra ballerescos, tan valeroso como enamorado,
zos que me sujetaban, empujóme con ex tan fuerte como compasivo y tan
supersti
traordinarias fuerzas hacia atrás y me llevó cioso como blasfemador.
casi arrastrando hasta gran distancia de Ella. .una pobre muchacha casi fea,
.

la ribera. Allí luego, rendido por el es


insignificante, de esos seres de quienes na
fuerzo, dejóse caer á mis pies pidiéndome da se dice porque no pueden ni represen
perdón con aflijido acento. tan nada. . . en apariencia. . .

Corre -
Vuela
I
LA MUJER DEL BANDOLERO

La conoció después que hubo arrasado dos los odios y el ansia de todas las rebel
un castillo y muerto en singular combate días.
al castellano sin entrañas. Tuvo un hijo que pareció venir del cielo

Miróla él con menos desdén que á las para aplacar sus padecimientos, pero lo
demás, porque la vio tan enamorada y hu amó el bandido con pasión tan entrañable
milde, y la pobre, abandonada de todos, que se olvidó por completo de ella, hasta
creyó haber encontrado al fin el ser que negarle esas mismas caricias maquinales
la comprendía y. todo lo abandonó á su
. .
que antes le prodigaba. Entonces una ví
vez para seguirlo . . .
bora la mordió en el pecho. y la prime . .

¡ Fatal engaño ! ra vez que lo pensó tuvo la sensación del


Elbandido la admitía como se admite abismo: mas el diario suplicio de los ce
un perroservicial obstinado en seguirnos. los, sumados al suplicio de su vida entera,

Ella amaba. acabaron por turbar su razón y. abo . .

Compañera primero, esclava después y rreció el fruto de sus entrañas con el odio
más tarde cómplice de sus crímenes, des feroz de los seres infernales. . .

cendió rápidamente los escalones de la de Y ahí va, con el siniestro proyecto en


gradación que comienzan en una primera su corazón y en los ojos el fulgor de los
falta y siguen en pendiente fatal hasta la padecimientos infinitos.
sima de todas las abyecciones y miserias. Llega.
La infeliz, al comprender que no era Empiezan á caer las sombras de la no

amada, sólo arrastró con resignación la che.


vida mientras su amante no añadió á los Déjase caer extenuada sobre una peña
diarios insultos de su indiferencia el in y rompe en desconsolado llanto.
sulto atroz de preferir á otra . . .
;, Acaso el arrepentimiento?
Vedla: levántase, alza el niño en los
II brazos. el pequeñuelo llora y se retuer
. .

ce. .ella lo arroja en medio de las ondas


.

Sombría tarde de invierno.


espumosas y rugientes. .

La atmósfera está inmóvil, con esa cal


ma fatídica, siniestra que coge en ocasio

nes á la naturaleza y las nubes se mue Y allí, cuentan, dejó transcurrir los
ven pesadamente arriba cual vientres de días la vieron precipitarse y
hasta que
animales monstruosos. desaparecer en medio de las aguas fatales.
Con un pequeño en los brazos, corre Desde entonces, hacia la media noche,
una mujer, saltando por sobre los riscos un fantasma más negro que la misma obs

del estrecho camino que conduce al río. curidad recorre las riberas gimiendo: y el
Es ella. que lo mira se siente poseído de diabólica
Agotada resignación de bestia hu
su atracción; más ¡ay de él si llega á verle el
milde, sintió adentro el espolonazo de feo- rostro!
Nankeh oe ZAID

AGRIDULCE

A UNA BELDAD
LA VERGÜENZA DEL DIA

otra noche, sediento


La ¿Que si eres hermosa? Ya lo creo;
del noble arte que placer depara: en tí encuentra el deseo
me fui al Municipal á ver á Clara. más exigente, perfección y encanto:
tu es gentil como palmera;
cintura
que del arte dramático es portento.
¡Cómo gocé admirándola! ¡Qué bella y suelta, tu sedosa cabellera,
su pupila, su voz, ora esté en
calma semeja de ese reluciente manto.
ó en honda conmoción! ¡Reluce en ella Tus orejas rosadas, diminutas,
son dos conchas marinas;
la magestad del genio y la del alma!
Ante su poderío, y son tus labios codiciadas frutas
un inmenso gentío cálidas, olorosas, purpurinas.
delirante y febril cae de hinojos... Cuando miran tus ojos
Así pensaba yo; volví los ojos, á los cielos el alma se levanta;

y el teatro estaba
tétrico y vacío. y el escote que muestra tu garganta
Vacío el teatro, sí. En cambio, afuera, llena de tentaciones y de antojos.
público abigarrado y numeroso, Eres hermosa, sí, eres hermosa,
en un circo de pújiles y fieras, un dechado de gracia y perfección:
aplaudía rabioso. ..

algo te falta nada más...— ¿Qué cosa?


Oh dolor! ¡Oh. vergüenza! TTn de jabón...

poco
\ que al arte sacro lo rosero venza!
SlTTR PEPE
&W Hvtsoa económicos ISVtlS

Vendo por muy poca cosa A cualquiera se le fía

excelente perezosa. un par de patas con cría.

Empleo busca persona lista, Vendo en un lote, délos primeros.


vista de aduana de buena vista. porotos burros y caballeros.
LAS MOSCAS, PROPAGADORAS DEL TIFUS

LA mosca á la que considera


vulgar, de dicha protección; tercero, que la fiebre
mos como un insecto molesto pero inofen tifoidea desaparecía gradualmente con la
sivo, es un propagador de bacterias de ti- aproximación del tiempo frío y la consi
tus. Ya hace algunos años que la ciencia guiente disminución de las moscas á fines
había demostrado esta mala condición de de año. La conclusión final del informe
la mosca. En 1888, el profesor Celli ali fué, que la mosca transporta el bacilo tífi
mentó moscas con cultivos puros de ba co, bien por adherencia en las patas de
cilos tíficos, y las inoculaciones que reali materias infestadas, bien por sus mismos
zó en algunos animales probaron que los órganos digestivos.
microbios que habían pasado por las mos Es eviente la importancia de este in
cas eran virulentos. secto como propagador de la terrible en
El doctor George M. Koeber, en su in fermedad en los campamentos militares,
forme acerca del arraigo de la fiebre ti según se demostró en la guerra anglo-boer
foidea en la región de Colombia, llamó la y en la hispano-americana, así como en
atención sobre el peligro de la contami los grandes ejercites de obreros empleados
nación de los alimentos por las moscas que en alguna obra gigantesca, cual la del Ca
han estado en contacto con los tíficos. El nal de Panamá. Y lo mismo que sucede en
predominio de la fiebre tifoidea en los estos casos, ocurre indudablemente en las
campamentos de las tropas yanquis, du ciudades, á pesar de ser diferentes las con
rante la guerra de Cuba, fué sometido al diciones de la vida.
estudio de una comisión especial que des Se ha demostrado que una especie de
cubrió: primero, que las moscas volaban mosquito es la causa de la propagación
alrededor de las ambulancias sanitarias, y de las fiebres palúdicas; la fiebre amari
luego se posaban en los alimentos que se lla la produce otro mosquito, y ahora re
servían á los soldados; segundo, que los sulta que la mosca, con su fama de ino
oficiales cuyas tiendas estaban protegidas fensiva, es un activo agente de difusión de
con biombos que impedían el acceso de los enfermedades intestinales. En vista de es
insectos, padecían la enfermedad propor- to, el doctor Howard dice que la mosca ca
cionalmente menos que los que carecían sera debe denominarse la "mosca tífica".

i*.
^3 TE
S5 Filomena
lo proclama la experiencia
el primero entre todoi

Únicos introductores;

Alfredo Betteley y (o
VALPARAÍSO
El compadre busca suerte

Zacarías, empeñado en encontrar novia, está Quien, en vista de las cartas, le


ahora en Cartajena. y allí se decide á consultar
asegura que
es solicitado por «na rubia: y por, una morena.
ufla famosa adivina.

Y al despedirlo le dice : —

Vea, dice luego Zacarías, allí hay una


Busque con confianza, una rubia y una mo morena; esa debe ser la que me ansia.
rena lo aguardan, lo ansian.

be acerca y se declara. Más. á lomejor, la Lo que hace escapar al compadre poseído


dama se vuelve y resulta ser una negra feroz de miedo, no tanto por la navaja del negro
que anda ademas con otro hegTo muy bruto. como por la figura de la negra.
ENMENDAR LA PLANA A DIOS
muchacho soltero y rico,
Pepa, la niña mediana
de mi vecina Isabel, pensaba tomar el tren
era tan chata la pobre
para venir desdo Cádiz
d buscar aquí mujer.
nomo de fijo no hay tres:
Para ella desconocido,
y aunque lloraba por novio,
nadie se animaba al ver liego aquí el primo, á la vez
que daba de alta el doctor
aquella nariz ridicula
á la niña de Isabel.
en forma de cascabel.
Desde entonces, hija y madre,
Cuando más triste se hallaba, con tanto ardor como fe,
hubo Pepa de, leer no omitieron medio alguno
en El Liberal que cierto
para pescar el de .el.
sabio doctor parisién En ie acosaron tanto
fin,
variaba las incorrectas red,
para atraparle en su
facciones de la mujer día
que escribió á *a madre un
sacando punta á las chatas lo que ustedes van á ver:
con la mayor sencillez. "Daría con mucho gusto
De dulce esperanza llena mi mano á Pepa, porque es
fué á verle Pepa y después un modelo de mujeres:
de someterse á un masaje pero ha de saber usted
de cinco meses ó seis, que á mí me gustan las chatas
logró, por mil pesetillas, con nariz de cascabel,
hallarse en posesión de y la de mi prima veo
"

una nariz casi griega que no es la que yo soñé. . .

que no habfa más que ver, Y hoy, mientras Pepita, en vano

arreglada tan en firme, procura retroceder


según el doctor francés, frotándose las narices
que no podría ser chata contra la dura pared,
jamás, como antes 10 fué. el primo está en relaciones
y se casa antes de un mes
Más el móvil verdadero
con una chica muy chata
de su afán por parecer
sobrina de un coronel.
correcta, era que sabia
Juax PÉREZ ZUÑÍ G A
que su primo juan Manuel,

Pruébela Ud. y se

QUINA EISELE convencerá que

no hay TÓMCO ÁperÍÜY0 «"* la iguale


Agente en Santiago: Ernesto T.E'sele
^
Augusto Bianchlni L.
—■
Casilla 345 •—

Huér.'anos 825 VALPARAÍSO


(entre Estado y S. Antonio) Depósito.
Salvadcr Dcncso Num. 2

Teléfono Inglés
Núm. 984
LOS CONVENTILLOS MODERNOS

los alquileres originada


por la falta de casas.
uno de los ideales de
los filántropos es la
|K
Í'T^t
h
i
>«pf
¿£ÍM
construcción de casas

cómodas, amplias, con


luz, aire, higiénicas y
fe

'•
i plácidas, donde las fa-
I 1 SÉÉ9
* JlRffSISm
milias
ran
obreras
vivir
pudie-
con holgura
y, sobre todo, con muy
poca plata.
Este bello ideal, que
hace pocos años pare
cía irrealizable á los
mismos que lo defen
dían, es ya una hermo
sa realidad en Italia.
Ved, si no, este bello
conjunto de edificios,
construidos en Roma
bajo el nombre de "Ca
Casa Moderna", sa Moderna" Aunque
.

construida en el término de conventi


Roma como mo llo no le corresponde,
delo de conven
tillo, en donde puede decirse que la
pueden vivir có "Casa Moderna" viene
modamente tres á reemplazar al anti
cientas familias
guo conventillo, ó casa
pobres, teniendo
baños, sala de de inquilinato, donde
lectura, farmacia hasta ahora viven en
y escuela. inmunda promiscuidad
de piara familias ente
ras, durmiendo hasta
diez ó quince personas en una sola habita
ción porque los alquileres son muy caros.
La "Casa Moderna" viene á llenar mu
chas necesidades. Imaginaos, por ejemplo,
en Roma, donde la población, en los últimos
seis años, según la reciente estadística del
diputado Maggiorino Ferraris, ha crecido
El jardín del conventillo

LA población de las grandes capitales cre


ce de una manera enorme. Umversalmente,
por cada individuo que muere nacen cua
tro... Este fabuloso desarrollo de las mul
titudes trae consigo un espantable aumento
de miseria. No es que la tierra sea
peque
ña para asilar á tanto ser humano, ni es
que tampoco se niegue á darles alimento.
Lo que ocurre es que las gentes se oponen
á vivir fuera de las grandes ciudades. Lo
mismo que se ha dicho de la República Ar
gentina, que es un gigante de cabeza gran
de pero de cuerpo pequeño, puede
repetirse
de algunas naciones europeas. Los hom
bres, ipor temor á la soledad, tratan siem
pre de andar juntos, prefiriendo tener ham
bre en las ciudades antes que vivir en el
campo...
Esto se ha creado un grave problema uni
versal. Muchas ciudades no pueden conte
ner ni alimentar tal. exceso de
población.
De ahí la carestía dé, la vida, la escasez de Lo que se ve por una de las ventanas del
salario, y lo que es peor aún, la suba de conventillo
LOS CONVENTILLOS MODERNOS

en oo,269
personas, ó sea once mil. perso no tiene nada que ver con los bancos cons
nas seis meses.
en . . tructores que hoy son tan abundantes en el
En Buenos Aires, la estadística nos da mundo. La asociación italiana por cuya
sorpresas mucho mayores. iniciativa se construyó el primer conventi
La inauguración de la primera "Casa Mo llo moderno, es el "Istituto Romano del
derna" ha sido para Italia una fiesta na Beni Stabili" (Instituto Romano de Bienes
cional. No se trata de una empresa de Estables) No es una institución personal,
.

comercio, que construya casas para ganar sino pública. Está bajo el patrocinio del
alquileres. Se trata simplemente de una rey. El director técnico de las construc
sociedad filantrópica, de beneficencia, que ciones es el célebre ingeniero ¿álamo.

**++**++*
HJS6CD0CHS
* + -*+* + **->

£1 mejor sistema riciar á un loro que le miraba enfurecido

tirano de desde su jaula.


Dionisio, Siracusa, podía
no

No te acerques, le dijo el amo de la
vivir atormentado por ias conspiraciones
que se fraguaban en su contra. casa, porque te picaría.
Un hombre hizo anunciar él tenía -^¿ Y por qué?
que
un sistema' infalible para descubrirlas, y

Porque no te conoce.

Pues dígale usted que me llamo Ti-


que lo comunicaría mediante una fuerte
burcio. .
suma.

Llamóle. Dionisio, y el desconocido le
dijo: Desconsuelo

Señor, no tengo ningún sistema. Pero


Augusto estaba inconsolable por la muer
si decís á las gentes que os he revelado
te de uno de
amigos predilectos.
sus
uno infalible, nadie se atreverá á cons
Consolaos, señor, le dijo un cortesano;

pirar.
vuestras lágrimas no padrán devolverle la
Dionisio lo encontró excelente, y pagó la
vida.
cantidad estipulada. —
Eso es precisamente lo que me descon
<4
suela, respondió el gran Emperador ro
El ideal mano.

¡Caballero, no saldrá usted de esta fon



da hasta que pague la cuenta:
La misión de un general
¡Oh, qué suerte la mía! Por fin he-
— en

contrado lo que hasta la fecha he buscado


Cuando el general tebano PélopUas mar

inútilmente. ¡Un asilo seguro para toda mi chó á la guerra, le dijo llorando su mujer:
vida! —

¡Sobre todo, cúidate mucho!



Te olvidas de quien soy, respondió Pe-
El desconocido lopidas. Un general no debe cuidarse, sino

Un chico muy duro de mollera quería aca cuidar á los demás.


FLAGRANTE DELITO

Amigo querido. . . si tú ...lo que acaba de suceder Estoy verdaderamente atrl-


supieras . . . en casa. . .
bulado. . .

Figúrate que la señora es- después abraza a la patrona De repente el patrón se pre-
teba sola. Liega el primo, se así... senta. Ve al primo abrazando
sienta en esta forma, á la señora. . .

Pam" 'e dS" d6 6n sesruida casti^ á la


puntapiés'
"

^wJ
'

1ue "ora todas las lágrimas


puntapiés. señora... disponibles.

Pasan lo restante del día Y & la mañana siguiente es


asi.. ¿Entiendes algo de todo
.
el señor quien acaricia á la esto?
señora, como ésta acariciaba á —
¿Yo' Nada
su primo .
poesms
jH.O de noviembre j» ASONANCIAS
(á C. S.) Te vi por la ciudad, ¡ oh suerte fausta !
una tarde cruzar hermosa y tímida,
¡No sé qué lleva este día como tímida á veces cruza el aura
en sus horas tan calladas! la cálida campiña.

Algo de tristes recuerdos Y asi como ella halaga del labriego


y de angustias y de lágrimas! la frente sudorosa y abatida,
así halagó también tu suave efluvio
Parece que el viento gime la faz del alma mía.
recordando á nuestras almas
Y también como el aura te alejaste
algún ser que hemos querido
agena á los dolores, y á las cuitas,
y que en la tumba descansa! llevándome enredado el pensamiento
Allí, donde el pensamiento tu púdica sonrisa.
hacia el cielo se levanta,
Más, como ya quitártelo no puedo
y en mil protestas se inspira hagamos una cosa, ¿quieres?... mira:
y en mil súplicas se ensancha. tú te guardas el mío, pero en cambio
el tuyo me dedicas.
Allí "única" parte incierta
en donde la verdad se halla; Así podrás feliz cuando te mueras
el cielo conquistar de la otra vida,
allí el llanto es verdadero,
y yo podré decir que en este mundo
allí ciertas las palabras. hay ángeles y dichas.
Allí por cada recuerdo
brota una doliente lágrima; Víctor M. BAEZA

por cada lágrima, flores


que del sepulcro se abrazan. j» INVOCATORIA
Allí, Carmen, donde lloras
tu inesperada desgracia, Si el quemuere y ha tenido
donde todos tus sollozos siempre puros sentimientos,
se ahogan sin esperanza. y los santos mandamientos
Allí mi alma con la tuya fiel, cual yo, los ha cumplido,
orando están por otra alma, al cielo dirigido
va
y mi corazón enfermo á gozar... ¡Que más espero
en tu dolor te acompaña. Al instante morir quiero!
¡No sé qué lleva este día
en sus horas tan calladas!
Más, si todo es de un baturro
algo de tristes recuerdos •uentec'illo; y el que muere
no siente, ni ve, ni quiere,
y de angustias y de lágrimas!
ni prueba gota... ¡Me escurro:
G. ESPEJO hay una chioha en "El Burro",
mi mujer hace un puchero! . . .

San Bernardc.
¡Vaya, pues, morir no quiero!
Si hay otra vida mejor,
j» SIN AMOR sin suegras, ni tinterillos,
No toques, ven y escucha de mi vida sin cambio, modas, ni pillos,
la página más negra, niña hermosa ; después de ésta, de dolor...
no toques, repitió, niña querida,
no toques, por piedad, niña dichosa.
¡Yo que he sido, mi Señor,
La música cesó, triste el poeta de tu causa, fiel cordero,
se enarboló temblando la melena mátame que morir quiero!
é irguiéndose tranquila su silueta
contó su vida escena por escena. Más, si no esa anchura
hay tras
Habló de la niñez y de su encanto, por donde los astros van
y de la juventud y sus amores,
que más tarde se lloran con el llanto
(como dijera Don Juan)
que dejan en el alma los dolores. una mansión de ventura...
Y concluyó diciendo : yo he sufrido . . .

¡Caduque aquí mi figura


y llorando á la par que esto decía,
que esto es, de gloria, un sendero!...
y hoy sin amor más sufro en el olvido,
Y morir. morir no quiero!
que no amar, es más triste todavía.
. .

Héctor Arnaldo GUERRA


Leopolpo 2.o ARANDA A.

JAQUECA Y DOLORES DE CABEZA


por porfiados que sean, desnpsrccen infaliblemente empleando lis

Cápsulas de Nervalina
toma r eoli culera conllunzn. sin pelicro ali-uno para el coi
que se pueden
i cl-cslomago
CORRE-VUELAREVISTA LITERARIA, GUMORISTICf. E ILUSTRADA
OFICINA: Teatlnos. 666 • o •
CASILLA, 2017 • • •
TELEFONO INGLES: 780
Editores propietarios: Empresa "Zig-Zag"
Año II
Santiago, Noviembre 3 de 1909 NUM. 97

SOLUCIÓN EQUITATIVA

taívámeñtlnic¿mruftedPqu?era<JeJombfe°n
quedo con tea ? f™
y A ca
^J^W^ ?
If ,Se "tva
m
e3 Ios ar^le™s nuestro asunto equi-
diez mlll°nes de pesos y yo me
hacemos aI
V usted se lleva ío^dtei mfílone's contrario, yo me quedo con Tacna y Arica

M^\^ndTkLT,osí^e,mf¿¿0s?dÍab,OS Se ,as arre*la uste* P^a que siempre me


Charlas de la Semana

EN tiempos pasados, de beatífico recuer permisos, nombramientos y resortes de ad

do, las carreras eran perfectamente legis ministración.


lativas y, á consecuencia del trabajo abru Tan listos andan que, antes de que se
mador, legislaban poco y mal. La prueba produzca un suceso en las oficinas ministe
la tenemos en una serle voluptuosa de le riales, ya los diputados andan reunidos en

yes que andan por ahí á palos con la jus grupo, alterados y sorprendidos, comentan
ticia, pidiendo á gritos reformas y aclara do la audacia de los ministros que se per

ciones, parches y remiendos. miten dictar decretos, sin consultarlos á


Sin embargo, con todo esto, las Cáma ellos, sombrero en mano y con acento su-

ras eran admirables y francamente inofen pilcativo y cariñoso.


sivas. Así como van las cosas, dentro de poco
Pero poco á poco y lentamente ha ido tendremos el gusto de ver al señor Cox Mén

penetrando al cuerpo legislativo cierto es dez, ó al señor Correa Bravo, ó al señor


píritu gracioso, cierta tendencia á dejar Rivas Ramírez ó por lo minos al señor
á un lado la consulta y la discusión más Alfonso, erguido en su sillón, diciendo:
6 menos airada, para entrar de lleno en Señores, debo informar á la Cámara que
el señor Ministro de Industria
y Obras Pú
blicas, desde hace varios días, acaricia un
pensamiento que destruye la armonía gu
bernativa y atrepella nuestros propósitos
dominantes. El señor Ministro piensa nom
brar ocho palanqueros que saben leer y es
cribir, casi todos ellos solteros y en estado
de cargar bultos.
—Si me permite el señor diputado, ob
servará á esto el Ministro, le diré que yo
no he pensado en eso.

—Yo afirmo lo contrario.


¿Y en qué se funda usted para aven


turar una afirmación tan redonda y tan di
vertida?

En mis conocimientos psicológicos. En


el modo de mirar de su señoría se revela
un propósito, en la niña del ojo izquierdo
he visto hace poco algo como un relámpa
go fugitivo, y, además, ayer en la plaza
de armas observé que su señoría miraba con

atención á un motormán y al verlo apretar


palancas con cierta maestría, su señoría
funciones administrativas. Este deseo no sonrió con fruición.
contenido de ingerencia en la labor prácti Ahora dirá la Cámara si es ó no efecti

ca, ha nacido con más fuerza en la Cá vo que el señor Ministro medita un atenta
mara joven, que sin duda estimó su papel do que va en contra de nuestros sagrados
demasiado platónico, y que el
platonismo derechos y de nuestras prerrogativas. En
está reñido desde el año pasado con la ju consecuencia, ó el señor Ministro deja de
ventud entusiasta . pensar en palanqueros ó se va.

Por esta razón ya no se discuten leyes De este modo los Ministros se van & ver

en esta rama del Parlamento, encontrando obligados á no pensar en nada, y á no re


que es mucho más lucido tratar allí sobre velar nada en la niña de sus ojos pardos.

CUQÜIN
CROQUIS DE ACTUALIDAD

Cuando la vio de pasó don Juan Luís


y oyó que le dijeron: "fué tu amada",
lanzó una carcajada,
1
pidió una. Copa y se quedó feliz.
—Que hable el candidato... Habló despacio,
de la gloria, la banda y su destino,
»,. B'i. y a^s- aplaudirle la entusiasta tropa j
enloqueció una mosca en el .espacio
y fué á caer al vaso cristalino.
¡i»j¡-$£>rii>espués tomó
5" se bebió la
la
mosca
copa
con el vino.
«gr ]MIS6eLHJ\eH «#?
Cómo ayudan á Inglaterra sus colonias La madreselva no debía faltar en nin
gún jardín, porque atrae á las abejas, y
El gobierno federal de Australia ha todos los jardineros saben lo necesario que
acordado construir un acorazado del tipo
es este insecto para la fertilización de las
"Dreadnought" para la armada inglesa. flores.
El gobierno del Canadá también construi
rá una escuadra con su correspondiente
dotación para que preste servicio como
Grandes compras famosas
auxiliar á la marina de la Gran Bretaña.
Los planos encargados son los de ocho La repentina compra del Hotel de Pi-
cruceros de primera clase, del tipo "Corn- ccadilly por la cantidad de 2.500,000 du
wall", de 10,000 toneladas do desplaza ros es uno de los casos más notables en

miento, diez destroyers y diez torpederos. que una cosa de gran valor ha cambiado
Todos estos buques se construirán en In de dueño en pocos momentos.
glaterra y serán pagados en los cinco años Pero el caso ni es único ni de los más
que durará su construcción. famosos. En Inglaterra se han vendido nu
merosas fincas importantes en los últi
mos veinte años y en dos ocasiones por lo
menos el precio ha excedido al del hotel
Contra las moscas
citado. Sólo una, la de Kensington, se ven
Frótense los muebles, cuadros etc., por dió en tres millones de duros y no se tar
diferentes partes con aceite de laurel, cu daron dos horas en realizar la transacción.
yo olor las ahuyenta. En los últimos tres meses han cambiado
Se destruyen también poniendo sobre de dueño dos fincas por 6.250,000 dollars
una mesa un plato de mercurio con leche cada una.
6 agua y azúcar. Mr. Pierpont Morgan ha realizado gran
des compras. Hace algunos años le ense
ñaron una colección de cuadros de autores
Cómo se curan los mordiscos famosos y la compró en seguida por cince
millones de duros, extendiendo en el acto
Cuando muerde una serpiente no hay
un cheque para el pago.
que perder tiempo tratando de matarla, Los aficionados á los caballos recorda
sino rasgar la ropa para dejar la herida
rán la sensación que causó M. Blanc cuan
al descubierto cuanto antes. Con un cuchi
do, en la venta de caballos del difunto du
llo bien afilado se abren los agujeros he de cien
que de Westminster, pagó
cerca
chos por los dientes del reptil, cortando á
mil pesetas por el célebre "Plying Fox".
lo largo y hacia afuera, para que salga
Lo más curioso es que el señor Blanc hizo
bien la sangre. También se consigue el
un gran negocio, pues la progenie de
mismo resultado chupando la herida, pero
"Flying Fox" le produjo más de quinien
este sistema es menos eficaz.
tos mil duros.
Luego se lava la parte lesionada y se
lleva al paciente á que lo vea el médico
lo más pronto posible, conservando la pre
sión sobre la herida. DIVERSOS
Cuando muerde un gato, un perro etc., En casi todas las calles del Japón hay
se apli
se lava primeramente la herida y
una cocina pública, donde por una peque
ca polvos de cuerno de siervo.
Si el animal
ña cantidad guisan las comidas que se lle
estaba enfermo, chúpese la herida después van.
de limpiarla.
Para las picaduras de ciempiés, tarán

tulas etc., se aplican los polvos de


cuerno
duele Según se dice, no hay mujeres que gas
de ciervo 6 sal común. Si la herida ten tanto en perfumes como las damas de
mucho, hay que consultar con el médico. la corte de Rusia. Calcúlase que la Czari
na gasta anualmente 7,500 pesetas en
esencias para unas fuentecillas ornamenta
Plantas que conviene tener
les que tiene en sus habitaciones 'particu
En los valles surcados por ríos que po lares. Su perfume predilecto es el llama
nen el suelo demasiado húmedo, deben do "Esprit Unis", del cual le manda gran
plantarse girasoles (maravillas), porque es des cantidades una casa inglesa.
la planta que más humedad
absorbe.
bonita y
El ricino es una planta muy
inofensiva, pero la detes
completamente Teodoro Roosevelt, hijo del expresiden
tan todos los animales. Ninguna
langosta
sus hojas, y los topos
te de los Estados Unidos, está ganando
se atreve á comer fábrica de
raíces seis duros semanales en una
desvían sus túneles si encuentran
alfombras.
i|p ricino.
ahijado Cariñoso

1 u .-' r
afufa. J

A
4Lf'"-

jW¡m\\Y^

-¿Qué hubo? ¿No entras á ver al ahijado? —


Ya ves, Graciela, he tenido que arrastrarlo
-No puedo. con una fuerza de 30 caballos.
-A ver si puedes. —

; Ay, compadre! y el niño que quería verlo.

-Parece que está enojado. -i Caramba ! Como esgrime la mamadera .

-Como nó, si hace tres días que no te veía. -Es muy gracioso, ya ves tú.

i Jesucristo ! —¿Qué decía usted, doctor?


Ja, ja, ja . . . no tedecía yo que este chico —

Que tiene usted para tres semanas. T lo


es muy gracioso... Sale igualito al padrino. peor es que durante este tiempo no va á poder
ver usted á su querido
ahijado.
Cómo se hace una ciudad hoy día
POCAS ciudades en él mundo se han he
cho en tan poco tiempo ni han adquirido
importancia tan rápidamente cómo Oklaho-
ma City, población hoy rica
y floresciente,
y que hace veinte años no era más que una
de las innumerables ipraderas del Far West,
con alguno que otro campamento de salva-
jéis comanches instalados acá ó allá.
Estos pielesrojas cedieron el territorio de
Oklahoma al gobierno americano en 1856,
pero nadie había pensado én establecer allí
una población hasta
que, en 1880, un tal
Payáe empezó á edificar sin pedir "permiso á
nadie. Como el terreno era propiedad del go
Lo que .se construyó el primer día
bierno, se le echó mano y ío metieron én
la cárcel. Ahora se trata de levantarle una
estatua. Y la inereee, porqué gracias á su que, figurándose lo que iba á ocurrir, lleva
Iniciativa, mucha gente pidió que se permi ba allí dos años, con su mujer y sus hijos,
tiese colonizar aquellas inmensas praderas, viviendo en un carro. Todo el mundo que
y al fin, en 1889, él presidente Harrlson dis- ría (star en primera fila, para llegar má<3
pronto y coger los lotes mejo
res. Hubo con este motivo al
gunas reyertas, con heridos y
muertos. Los buenos caballos
y los carruajes ligeros se pa
gaban á peso de oro.
Al dar las doce, un cañona
dio la señal de la apertu
zo
Centenares de jinetes, en
ra.
tre ellos no pocas amazonas,
se lanzaron á galope tendido,

seguidos de coches, carros y


vehículos de todas clases. En
un momento, todos los lotes
tuvieron dueño. En algunos
de ellos, se descubrieron "ma
drugadores" que, durante la
noche anterior, se habían des
lizado sin que nadie los vie
se y habían estado ocultos
La calle tal está hoy. entre la hieroa hasta el mo
principal de Oklahoma, como
mento crítico. Las disputas,
las riñas á tiros y á cuchi
puso que se dividiese en lotes, que se adju lladas por un pedazo de tierra, abundaron
dicarían á los que primero los reclamasen, de lo lindo. Uno de los mejores lotes lo co
á partir de las doce de un día determinado. gió una atrevida joven que, á horcajadas en
Cuando llegó aquel día, millares de colo veloz caballo, fué casi todo el tiempo á la
nos esperaban en los límites del territorio á cabeza de los corredores.
que éste se abriese, para precipitarse sobre A la una de la tarde, todo estaba tranqul
los lotes. Había familias que estaban acam lo. La pradera aparecía sembrada de blan
padas en la llanura desde algunas semanas cas tiendas de campaña. Cada colono des
antes, y hasta se dio caso de un hombre cansaba sobre el trozo de terreno que ha
bía conquistado, ó que había comprado;
porque muchos buscaban los lotes, no para
sí, sino para venderlos en seguida á buen
precio.
Inmediatamente se procedió á levantar
la ciudad. Una gran tienda de campaña era
la oficina donde los que habían conseguido
lotes se inscribían y hacían el pago. En po
cas horas, se construyeron numerosas caba
nas y casitas dé madera; abriéronse comer
cios de todas clases; establecióse un Banco
con 250,000 francos de. capital, y hasta se

eligió un- alcalde. Al anochecer, ya se vo


ceaba por las calles en embrión un periódi
los co local, el "Oklahoma Herald". Aquel en
El momento de la señal para ocupar
terrenos tusiasmo decayó un poco tres días después,
COMO SE HACE UNA CIUDAD HOY DIA

les,como Guthrie, reunían una población


de más de 3,000 almas.
Para la breve historia de Oklahoma cons
tituyen aquellos tiempos la edar: antigua.
Después vino la época del renacimiento.
Descubriéronse en el territorio ricas minas
de >plomo y de hierro, las antiguas praderas
se convirtieron en fértiles eampos, y el go
bierno yanqui empezó á darse cuenta de que
aquel país merecía considerarse como algo
más que un simple territorio.
En 1905, entre Oklahoma y las poblacio
nes vecinas reunían 1,125
fábricas, con más
de ochenta millones de francos de capital.
En 1906, el territorio producía 200.000,000
de francos en algodón, 250.000,000 en
granos
y otros 250.000,000 en frutas; disponía de
cerca de 10,000 kilómetros de vías
férreas,
y sus ciudades gozaban ya de todos los ade
lantos modernos: teléfonos, tranvías eléc
Victoreando al primer gobernador de Oklahoma, tricos, servicio de incendios de primera cla
el día en que fué instituido el Estado. se, etc.

cuando empezó á el agua y á faltar


escasear
la comida. Los pozos no
se abrían tan
pronto como fuera de desear, y el ganado
tardaba en venir. Llegó á pagarse cinco
francos por un jarro de agua y 1.25 fran
cos por un emparedado de jamón rancio, y
muchas familias abandonaron la población
incipiente, después de vender sus terrenos
por cualquier cosa.
Pero los que quedaron eran gentes de
alientos, y á Jos dos meses, Oklahoma City
podía rivalizar en población y en prosperi
dad con muchas ciudades de España. Al
año de su fundación, había en torno suyo
Una hora después de darse la señal : los
otras muchas ciudades, algunas de las cua- colonos instalados en sus lotes.

LAS VELE1DA DE LA MUERTE

LIRIO DEL FANGO FANGO DORADO


Desnudo allí, en la mesa La fúnebre carroza
de disección, su lívida belleza, va cubierta de flores,
bajo un rayo de sol plomizo y turbio, emblema del pesar y los amores ;
era un pálido lirio del suburbio elegante, lujosa,
que arrastró por el fango su pureza en actitud solemne y pensativa,
Y de estudiantes turba bulliciosa, sigue la comitiva
sobre el cadáver que miraba al cielo, tras la urna pomposa.
lanza su pulla baja y vergonzosa, El muerto... era un bellaco;
la torpe carcajada y el libelo. abusó sin medida
Ella no supo nunca de embelesos : de la gente de bien y desvalida ;
entre la mofa vil del mundo entero, y con la ruin habilidad del caco
á la infame limosna del dinero, juntó caudales y triunfó en la vida.
'

daba ella la limosna de sus besos . . .


Canalla y usurero,
El mundo en su equilibrio por cada peso que escondía artero,
la repudia y su pena más encona ; ¡ qué de angustias y lágrimas salobres !
mancha su frente con mortal ludibrio, Estaba su dinero
no le dá que comer ni la perdona. bañado con el llanto de los pobres.
Ni la muerte piadosa, ahora pudo Y hoy, ante su cadáver
el escarnio evitar horrible y fiero : la gente, de respeto dá señales, ,
sobre su cuerpo lívido y desnudo y se deseubre y al difunto admira . . .

cae el dicho gi osero, i Oh, Dios ! qué gran mentira


el epigrama cruel y el chiste crudo. que la Parca -nivela á los mortales !

A. Al.

N
LO QUE PINTAN LOS POLITICE
(SEGUIDA

1. Un esqueleto el Doctor

2.- -Varios cuadros así, de cuando en

dibujó con tinta china nos suele presentar el señor Cox,


en que ñgura un profesor de box
y, como estaba de humor,
le colgó una carabina. "A Dios rogando y con el mazo dando",

5.

Den Fidel una figura 6. —
En las tardes, en su quinta,
de odalisca ha diseñado, imagina mil primores;
con la intención noble y pura pero hasta ahora no pinta
ie molestar á Pleiteado. ppr no gastar en colores.
}S PARA EL PRÓXIMO SALÓN
BEKIE

3.
Un lorito alegre y fino

4.Don Francisco de Paula ha dibujado


nos á pintar don Paulino,


va
fe vida el ideal:
su
un loro capaz de hablar un curita de campo contristado,
todo el año sin cesar.
in^ónervo y sin un real.

7. —
Don Abdón, no sé por qué, 8.
Don Malaquías

ha pintado de memoria aborda,


contalentos especiales,
un fígaro que antes fué cuadritos de brocha gorda
una eminencia oratoria.
que son obras magistrales.
— ?$L, Concurso de Chistes ♦

Pero, hombre, le observa el empleado,


¿qué te van á pasar por esta manta ta»
vieja y tan rajada?

¡Baih! reiplica el sujeto, la manta será


vieja: pero las rajaduras son nuevecitas.
—L. M.

Una señora corría apresuradamente tra


tando de alcanzar un carro, seguida acci
dentalmente de un perro de finísima raza.
Este en mitad de su carrera atropello
un bulto que en mitad de la calle había.
Sólo después de efectuado el estropicio se
vino á saber que aquel bulto era un respe
table canasto de tortillas.
El tortillero viendo por los suelossu pre

ciada mercadería corre tras ei perro y de la


señorar gritando que lo han arruinado. La
dama protesta y dice que el perro no le
pertenece.

nCómo no le ha de pertenecer, dice el
buen hombre, si la sigue tan prolijamente.

Acaso el seguir, responde la señora es
'Mira, Lucho; mi mamá supo,

no sé título de propiedad? En ese caso usted tam
cómo, que anoche te di tres besos, y está bién serra mío, pues me ha seguido como
furiosa. dos cuadras.
Entonces...

entonces... me los de
vuelves.

Don Virgilio, un grave cincuentón, va de

paseo con simpática niña y en el ca


una
mino se encuentra con un amigo. Después
de saludarlo le dice:
Tengo el gusto de presentarte á mi

nieta.
La conozco, contestó el amigo, también

fué nieta m,ía el año pasado. R. —

Juanito pregunta á la mamá:


le

Mamasita, ¿vendrán este año los reyes


magos ?

Sí, hijito, en mes y medio más.


¿Me traerán regalos?



-""i te i ortas bien.
Pero ¿qué me traerán?

Eres demasiado curioso,



¿for qué pre
guntas tanto?

Vé; para ver qué regalos traen y si valen


la í'P'ia de que me porte bi.n durante tan
to tieni] o.

*
—Señora, dice la sirviente, he resuelto
retirarme de aquí inmediatamente.
Un Inlividuo va á empeñar su manta; pe —

¡Te vas! ¿Por qué motivo?


ro en el camino se enreda en un disturbio de la señorita
el poncho hecho trizas. Porque, como el novio
y sale de él con
viene aquí todos los días, la gente podrá
No obstante, llega hasta el montepío y M. 8.
creer que viene por mí.

hace su solicitación.
Las fiestas del Centenario

rr^netndnTO%fev,^iL°m-,SÍ(5v-— FS pr,eciso que organicemos para el Centenario un programa


estamos
mo

lí fines dé f9s09necesarl° discutir algo grande y fenomenal. El tiempo apremia, ya


Todos. —

Discutamos. —

¡Vamos discutiendo, hijitos !

Presidente .

Después del largo debate, ya hemos acordado algo


6Se hermosIsimo P™&rama va á llegar' muy tarde,
_?n: í?ní?h¿
mos en Octubre rt"di9ief°
de 1914. porque ya esta-
CREPÚSCULO
ESTABA la señora Antonia que cogía el Dábale el trajín de los cigarros, que el.i
cielo con las manos. boraba en casa para una excelente
Era una mala vergüenza la de su hija, parroquia,
lo preciso á las exigencias del
vivir; y con
aquella mocetona de ojos negros, habla des los dos duros mensuales que Manuel le en
carada y conducta más descarada que el
tregaba para el avío de su casa y persona,
hablar. amén de otras faenillas semejantes
que de

¿Por qué se iba? ¿Por qué abandonaba sempeñaba en la vecindad, tenía uno para
á su madre? ¡Ni que su madre fuese una divertirse los Domingos y las fiestas de en
tirana! Nunca la prohibió entrar, salir,
. . .
tre semana.
hacer su reverendo gusto, irse de baile y Todo iba bien para ella, .-.nn pasaoa gus
donde no eran bailes con aquel charranazo tosamente por las locuras de su moza, con
de ebanista que la tra'a sorbido el seso. Y tal de tenerla á su lado y de verla todos los
ai nunca la (prohibió nada, ¿á qué apartarse
d,ías, cuando hecha una gloria de guapa se
de ella? ¿á qué largarse con el otro? ¡Desa
ponta en mangas de camisa delante del es
gradecida! ¡Mala persona!
. . .
Por su . . .
pejo á hacerse un historiado moño con la
puesto, ya se lo dirían de misas, andando mata de su pelo rubio.
el tiempo, cuando el otro se hartara de Y ahora de pronto, todo, porque todo lo
ella y la pusiese en mitad de la calle". era su hija para ella, se le venía abajo.
Así monologueaba la señora Antonia, Isidora tomaba las de Villadiego con aquel
mientras atizaba la lumbre y revolvía en un gandul 6n de ebanista y la dejaba sola, sola
cacerolón las patatas con bacalao que dispo á los cuarenta años cuando más falta hacen
nía para la cena del señor Manuel, un al- los hijos y en ellos se reúnen todos los
bañil de cincuenta años que vivía en el afectos que durante la juventud andan suel
cuarto próximo, sólo, sin mujer y sin hijos. tos y repartidos.
Y que no valieron súplicas, llantos y ame
nazas. La muy pindonga de la niña había
hecho por la tarde un lío con sus ropas
y hasta más ver, es decir, hasta nunca,
porque lo que es ella, su madre, antes se
sacaba los ojos que volverlos á poner en
semejante desagradecida ingratona, mala
hembra .

Llorando pasó toda la tarde, junto al fo


gón, sentada en una silla con los codos so
bro las rodillas y los cerrados puños pues
tos en los ojos que eran dos fuentes de
amargura.
Así la sorprendió la hora del crepúsculo,
sollozando y teniendo por compañía de sus
sollozares el burbujeo del caldo en la ca
zuela y ed chisporroteo de los carbones en
la hornilla. Y así hubiera estado más y
más horas aquella mujer, todavía guapa y
frescachona, de no avisarle la tos del alba-
ñil, sonando en la habitación inmediata,
que éste había vuelto del trabajo y aguar
daba su cena.

¡Ay, se-ñor Manuel, señor Manuel! so


llozaba Antonia, refiriendo su cuita al hom


bre. Le parece á usted si es desgracia la
mía. ¡Pícara!... ¡Picarona!... ¡Dejar á su
madre! ... ¡A su madre- que ha perdido la
salud y se ha hecho tiras el pellejo por
ella!... ¡Dejarme ahora, cuando más la ne
cesitaba! Y no para mantenerme. Para eso
el ca
yo me basto y me sobro; para darme
Ella se había encargado de servir al buen lor de su cariño y de su presencia. ¿Qué
hombi\ ; y lo hacía á conciencia, aviándole será ahora de mí? ¿Qué será, Dios mío, qué
será ?
por las mañanas el cocido, llevándoselo al
. . .

mediodía á la obra y volviendo luego á Vamos, calma seña Antonia, calma, de


realizar en su domicilio los propios menes cía el albañil. Así son los hijos; el que
no nos deja por su gusto, nos deja porque
teres y aviar la habitación y la cena del al-
la muerte se encarga, de llevárselo. Ya
me
bañil .

A trabajadora y buscavidas no ganaba ve usté á mí.


á la señora Antonia mujer alguna de la

Sí, pero usté. . .

Yo peor aún más que usté. Usté tiene


cali..
CREPÚSCULO

el consuelo de que se arrepienta y vuelta —

¿Y usté lo dice y tieue los ojos hechos


a buscarla. ríos?

¡Volver!...
¡Que vuelva si se atreve! —

Verdad. ¡Es tan triste ver acercarse


Rodando bajará todos los escalones que hay la vejez cuando está uno solo!
desde mi piso á la calle, y hay ciento diez —
Y tan triste. Qué va á ser de mí en
y seis. Pero de todas maneras es muy tris aquella casa, cuando la busque á ella
te ¡muy triste!... Sola me quedo. Sola pa- con los ojos, cuando la llame con la

safa ^ .-* *•
ffliM?i

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/í>.-/':- -:
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f$ { v r. 4*'*,'t s ¡s;|

ra mientras me dure la
vejez que ya
está á la puerta; sola y pensando en
la mala vida que la
aguarda. Por-
aue el otro se cansará de ella y la
mandará á freir espárragos; y
empe-
sará á rodar y cuando se empieza á
rodar, no se para sino es llegando
al fin.

Si es
que le pasa
muy triste lo
á usté, señora.
¿Y á mí? ¿y lo que
me ha ocurrido á mí? Veinte años te-
aía el muchacho y no había en el ofi
cio mejor oficial. Cayó soldado, y vino la voz y no me responda, ni la encuentre.
guerra y ya no tuve de él más noticias Lo que de mí, señora
que —

Antonia; lo
un par de cartas; después tuve otra, la que
de todos los que llegan á viejos y se ven
peor: porque no era de él, era del solos en el mundo.
capitán,
dándome cuenta de que el chico había
—¡Solos!...
muerto peleando como un héroe. ¡Un héroe! Hubo una pausa larga, interrumpida con
Un albañil había hecho yo de él. Al héroe sollozos .

lo enterraron sin que yo lo viera. El alba El crepúsculo alumbraba á aquellos dos


ñil hubiera sido la alegría y el consuelo
y seres condenados por la desdicha á una te
el amparo de mi vejez.
rrible soledad. A sus reflejos, que por débi-
Juntas corr,ían las lágrimas de los dos biles disimulaban arrugas y curtimientos
viejos, juntas y en silencio. Abstraído ca de
la piel, aún era bella la
da cual en el recuerdo del bien mujer, aún resul
perdido, taba srallari-'o °1 albañil con sus
ojos negros
las dejaba correr, mLntras el aire de Ikuos de bondad y ternura.
Mayo
entraba por la abierta ventana y los pos Los rostros se alzaron á un
treros reflejos del crepúsculo se esparcían tiempo, y el
señor Manuel, tomando entre sus
manos las
por la habitación acariciando con el beso manos de la señora
tibio de su luz aquellos dos dolores que se
Antonia, le dijo:

Mire usted, para todo hay remedio. Ma
apretaban instintivamente el uno contra el
_

ñana coja usted sus muebles


y paseaos aquí
otro en el sofá de esparto. ¡Qué demonio!... Haremos de las dos ca

Señora Antonia, basta ya de llorar, de- sas una.
c'a el albañil.
(
Joaquín D1CENTA
EN EW CEMENTERIO

Vistas tomadas durante la piadosa rom^a efectuada el Lunes al Cementerio Ge


neral.

■.^■vv v.-< .>


EN EL CEMENTERIO

nm >

m
MTT'V

i
'I

ir cí.
i
g0 LOS ENEMIGOS
COMO sabía cuanto lo irritaban las con cómicas se sucedían para desesperación su
tradicciones, díjele con el tono más termi ya alegría de los no escasos envidiosos.
y
nante: En cierta pelea en que tenorio llevaba

Eso de que "los extremos se tocan" es
gran ventaja, llegósele por detrás la for
una solemne estupidez, una
estupidez muy nida lechera y con una sola mano, apretán
corriente y aceptada, pero no por eso menos dole el pescuezo, obligólo á arrodillarse an
estúpida. te su contendor. Lo más curioso es
que es
Los ojillos le brillaron de furor. teúltimo, interpretando favorablemente pa

¿Sí? ¿Así te parece á tí? chilló con agu ra sí esta acción, dio en cortejar á la "La
da voz de tiple; y en la cara le conocí Bena" y fué despedido con cajas destem
que
estaba buscando unargumento contundente. pladas

Así me parece, volví á afirmar con gran Pero las cosas llegaron á hacerse intole
calma. rables.
El hombre se revolvió todo nervioso Un día
en se me acercó el pobre muchacho

' '

su asiento y arrojó lejos el cigarro encen


diendo otro al instante.
Frunciendo luego el ceño con aire medi
tativo, pareció concentrarse profundamen
te por un rato. Al fin apareció una sonrisa
de triunfo en sus labios y murmuró:
Vas á cambiar de opinión.

Ar" -lléneme en el sofá y esperé el cuen


to cuya relación intencionalmente provo
cara.
Mi amigo comenzó entonces con sosega
do acento:

Hace años, cuando trabajaba en e!


campo, tuve un mozo en casa, que era todo
un tipo de tenorio campesino: dé edad y me pidió permiso para retirarse del
con veintiuno ó veintidós años, alto y del fundo.
gado, de redondeado y moreno rostro, oji ¿Qué

es lo que te ha pasado? le pre


llos vivos y pequeños, labios delgados y gunté.
expresión picaresca, simpática; con ésto, Esa mujer,

pues, señor, respondióme


una despejada inteligencia y una fama en afligido, que ya no me deja vivir.
demoniada de calavera. Su partido entre A ver, cuéntame lo que te ha hecho.

las mujeres era colosal, al punto de que Estaba ayer en la trilla



onversando
por su causa llegaran á haber riñas públi con la Juana María, cuando llegó ella por
cas entre ellas. Solamente una le resistía: detrás y, delante de todos, me paseó de la
La Bena, lechera, tan robusta que se asegu cintura y al cogollo del montón del pajar
raba haber tomado un toro por las astas y me tiró con el en'Vión. . .

dad alo vueltas cual débil ternerillo. Pues ¡Buena cosa! exclamé, ¿y tu tuviste que

no sólo le resistía, sino que parecía haber quedarte sin chistar?


se propuesto humillar su vanidad haciéndo El mozo se encogió de hombros con in
lo objeto de 'tenaz y sangrienta persecución; genua humildad.
y como, el pobre mozo no podía competiren -^Y ¿qué le iba á hacer yo, pv.es, patrón?
fuerzas con su formidable rival, las escenas balbuceó.
LOS ENEMIGOS

—Hay que tomar venganza: es imposible do. Voy á tener que echarla á la
dejarse poner en ridículo por una mujer. cama, por
que si no . . .

Leiego, tras sesuda meditación, lo inte


rrogué de este modo:

¡Claro, por unos ocho días lo menos!


Pues bien... todo sucedió según lo dis
¿Sale de noche "La Bena"?

puse . . .

Ahora está yendo donde una tía enfer


ma y se vuelve después de comer. —¿Y?


'¿Dónde la señora Larga, va?

Aquí mi amigo aspiró con delicia una
—Ahí mismo. gran bocanada de humo y echándose atrás
en su sillón pronunció con la

¡Ah! magnífico: esta noche te pones á mayor fatui


la orilla del zanjón del Sauce y la esperas. dad posible:
Cuando vaya pasando le echas el lazo y. . .
Al otro día, pues, mi

señor, sucedió lo
¡ahí puedes hacer lo que se te antoje! que yo había previsto, lo que tenía que su
El otro se asombró de mi "astucia". ceder por fuerza, dados...

La maneo y le doy una tunda —

Pero, ¡qué diablos sucedió al otro


que no día!
se le olvide en su vida, exclamaba encanta- —
Al otro día se casaron...

X.

VARIEDADES
1'íh'íi disimular Hay que cambiar los carteles y anun
ciar esta noche
Uno de esos viejos gruñones y malicio para "Otello", para que

sos, que no encuentran nada bueno en el aproveche su barba.

mundo, decía á un amigo en el Casino: «5* *5*


¿Se ha fijado usted en el modo que

tiene Rodríguez de jugar?

—Sí, ¿y qué?
¿No le parece que es bastante raro?

Hombre.... ¡A ver si va á usted á pen


sar que hace trampas!


No diré que nó.

¡Pero si siempre pierde!


¡Pues por eso precisamente...! ¡Pier


de para disimular!

Una compañía de cómicos hace una jira


por las provincias.
Los carteles anuncian "Romeo y Julie
ta" para la noche.
Por la tarde se presenta el primer ac

tor aldirector y le pide sesenta centavos


á cuenta.

¿Para qué los necesita? pregunta el


director.

Para afeitarme. Esta noche tengo que
hacer de Romeo, y no es posible que me

presente á la escena con la barba de ocho


días.

No adelanto un centavo á nadie, con
testa el empresario.
—Mira, mamá, allí.... allí va mi

Y ¿qué hago, entonces? papá
deloíro Domingo.
EN liA INMACULADA CONCEPCIÓN

¿S^l^^¿w*u*í2

Alumnas del Colegio de la Inmaculada Concepción, confirmadas el Domingo último por el

nuncio apostólico monseñor Sibillá.


MÍTINES

Niñitas concurrentes á la matines, ofrecida el 23 de Octubre por la señorita Elena Zanelü C.


en Valparaíso, con motivo de su primera comunión.

EN EL CLUB NACIONAL
**.:

srvsíl i. w'ím

Diner concert efectuado en el Club Nacional el


Domingo último
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Únicos concesionarios—importadores para Chile

Luis ÍDoütier y CI£ —


SñrrriAGo
DE VALPARAÍSO

SOCIEDAD TIPOGRÁFICA

Grupo de miembros fundadores y socios activos

■ Mncurrentes al banquete con que esta institución celebró el aniversario de su fvmdaciór


LA ORAN REVISTA DE GIMNASIA

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Damos algunas fotografías referentes á la gran revista de gimnasia verificada el Domingo


31 del mes pasado, bajo los auspicios del Club Gimnástico Alemán, en el picadero de la Quln-

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LA GRAN REVISTA DE GIMNASIA

ta Normal. A esta fiesta asistió una enorme concurrencia que no bajaría de 8,000 personas
y fué uno de los espectáculos más interesantes de que hay memoria en los anales del sport
chileno.
I ■ l

SOCIEDAD PELUQUEROS DE VALPARAÍSO

Asistentes al banquete celebrado el Domingo 24 de Octubre en celebración del 17. o aniversaiio


social

SOCIEDAD JORNALEROS DE ADUANA

il,' fundación -o, i.il con un gran banquete en .& Quinta Ro.'.->
V!p1h: mío il lT.o nniv. vsario a
El brujo del Muelle

EN 1897 era yo segundo oficial


'

en el primero me detuvo por el brazo, dicién-


"Dictator", que hacía su travesía entre Calcu dome:
ta y Liverpool. Nos encontrábamos en Cal Mira allá.
■—

cuta, el Muelle número 1, en el momento


en Mirando hacia la dirección indicada des
que empieza esta relación, ocupa
dos en. el cargamento de los pro
ductos de la región.
El muelle en referencia tenía, en
tre los naturales, la reputación de
estar habitado por aquellos duen
des eternos que jamás desapare
cen.
En esta región era en .donde se
reunían para sus meetings las al
mas de todos aquellos que se ha
bían suicidado.
La noche en que vi el brujo, no
estábamos ocupados en cargamen
to; por lo tanto, el muelle y sus
alrededores se hallaban en comple
ta obscuridad.
Un centinela de los naturales ha
cía la guardia aquella noche.
Me hallaba yo en la cubierta del
"Dictator", en donde había querido
fumar un rato después de comida.
Reclinado en un sillón me halla
ba, cuando" el oficial principal, Mr.
Da\ies, se me unió y principiamos
í conversar de los asuntos ocurri
dos en el día. La noche estaba tranquila.
cubrí, con gran asombro, una figura blan
La atmósfera se sentía algo pesada. ca que hacía señas con sus brazos al pe
Después de unos cuantos momentos de trincado guardián.
conversación, fuimos sorprendidos por un No pude distinguir nada más,
porque la
grito penetrante que llegó hasta nosotros. noche estaba demasiado obscura.
Incorporándome inmediatamente, dirijí Por espacio de algunas yardas, la
mi vista hacia el muelle, imaginándome ver apari
ción parecía avanzar; en seguida,
al pobre centinela bañado en y repen
sangre ó que tinamente, se levantaba en el aire; hacía
algún asesino, con puñal en mano, se ava- después un movimiento rápido y luego desa
lanzaba hacia él. En vez de esto, vi al
parecía totalmente.
guardián que permanecía como una esta Sentí, involuntariamente,en todo mi ser,
tua de mármol, mirando hacia el
muelle, un frío extraño. El guardia huyó como si
eon los ojos casi salidos de sus órbitas. Pa diez mil demonios se hubieran avalanzado
sobre él.
De todos modos fuimos al muelle á in
vestigar lo sucedido.

Quizás, sugerí á mi amigo, algún ladrón


trata de asustar al centinela para hacerlo
huir y así poder robar.

Oh, sí, en verdad; me contestó. Ya


me imagino un ladrón que vuela por los
aires y en seguida se hace humo. De to
dos modos iré con usted, pues creo
que no
sería inútil ó esté de más.
Nos dirigimos allá y encontramos á un
sargento de policía, dos soldados indígenas
y el pobre centinela.
Parecía que el asustado centinela, al huir.
había caído en brazos del sargento
y de
los dos soldados y, ahora, lo
obligaban á
volver á su puesto. El infeliz centinela
pe
recía petrificar' o
como si sus pies estu
y día á Allah que primero le diera la muer
vieran clavado el suelo.
en te antes que llegar á su
puesto, tal era el
Iba á dirigirme al muelle para prestar horror que sentía ante la horrible
aparición
"xilio á aquel infeliz, cuando el oficial Cuando lo dejaron en libertad, á
ruege
nuestro, el pobre individuo huyó con más sin que nadie
me viera pude colocar un
precipitación que antes. garfio y alambre en él; por supuesto,
un

¿Me dice usted, dijo el sargento, ponien la otra punta del alambre estaba á bordo.
do uno de sus pies sobre un palo de roble Sólo había un inconveniente para mi
que había en el muelle, que
ha visto un brujo?

Efectivamente, lo hemos
visto. Estamos seguros como
que ahora lo vemos á usted. ». íí;

El sargento se rió sarcás-


ticamente. Me sentí ofendi
do ante aquella risa é ioa á
contestar cuando el palo, en
donde había apoyado el sar
gento su pie, comenzó á mo
verse á lo largo del muelle.
El pie del sargento resbaló
y, perdiendo el equilibrio, ca
yó al suelo.
Prontose levantó y pudi
mos cómo el palo seguía
ver

avanzando, sin que hubiera


nadie al rededor de él y, apa
rentemente, sin ayuda de nin
guna clase. Avanzó hasta
caer en el río, formando gran
ruido.

Parece muy extraño es

to, ¿no es así? dijo el sar

gento .

Extraño y en demasía,

contesté. No hay. duda que


existen duendes en esta tie
rra.
Mi compañero se retiró á
bordo y me dejó sólo con el
sargento .

Convine con éste en no


decir á nadie ni una so
la palabra de lo ocurrido;
pues si era duende, efectiva
mente, nadie nos creería y,
si no, el ri
caeríamos en

dículo. Con esto


nos retira
mos, esperando descubrir alguna vez la plan. Era el centinela que, por más que
causa de aquel extraño misterio. yo esperaba, no se alejaba de aquellos al
Una semana después, el buque dejó á Cal rededores. Resolví algo bueno. Una red
cuta y no pude saber nada de aquel que estaba yo reparando la até á un lar
duende. go palo de bambú y le puse una camisa
Encontré al carpintero muy afanado lim blanca. Salí en un bote y, desde allí, la alar-
piando un palo de roble. Iba ya á salir de gué hasta cerca del muelle y la hacía avan
la carpintería cuando observe que el palo zar en dirección al centinela; después la
tenía un gancho en una punta y un peda elevaba en el aire y la dejaba caer.
zo de alambre atado á él. Mientras más lo Fué algo digno de morir de risa, señor,
v
miraba lo encontraba más parecido y exac ver al centinela huyendo horrorizado co
to al de Calcuta en aquella noche. mo si hubiera visto un brujo. Me reí tan
¿En dónde obtuvo usted ese pedazo de

to que llegué á enfermarme. Corría el cen
roble? le pregunté. tinela cuanto le daban sus piernas.
Lo compré en Calcuta, señor.

Después que desapareció el centinela,
arreglé rápidamente el aparato y el palo
¿Lo compró usted con ese pedazo de

alambre? de roble fué mío.


Voy á decirle la verdad. Lo saqué del

Pero, después que huyó el centinela,

muelle de Calcuta. No tenía dinero para ¿no vio usted á nadie?


comprarlo y lo necesitaba. Resolví obtener A nadie, señor, absolutamente á nadie

lo como pudiera. Le aconsejo que, para otra vez, deje


¿Y cómo consiguió traerlo á bordo sin las cosas en donde estén. Usted ha estado
ser visto? en inminente peligro de ser pillado.
—Estaba botado el palo en el muelle. Creí Le conté cómo me había hallado presente
nunca di
dueño. Resolví entonces en aquel suceso y le declaré que
que no tendría
ría yo una palabra de lo ocurrido.
apropiármelo. Una noche muy obscura y
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