Inteligencia Emocional M1-S2 PDF
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MÓDULO 1
SESIÓN 2: EL ARTE DE GESTIONAR LAS EMOCIONES EN LA
VIDA PERSONAL
OBJETIVO DE APRENDIZAJE
Desarrollar el marco conceptual relacionado a la gestión de las emociones en la vida
personal, mediante el estudio de los componentes de la inteligencia emocional, a fin de
enriquecer las habilidades individuales e interpersonales de los participantes.
Como mencionamos anteriormente la inteligencia emocional es la capacidad de
interactuar con el mundo de forma receptiva y adecuada, es la habilidad de reconocer y
canalizar positivamente las emociones propias y la de los demás, a fin de obtener un
equilibrio emocional tanto en el hogar como en el trabajo, con familiares, amigos,
compañeros, jefes y subordinados.
No es común que las personas traten y solucionen sus problemas en su casa, y en su
trabajo se olviden de ello o viceversa, pero, la inteligencia emocional permite que las
personas se enfoquen y desarrollen su trabajo sin que sus emociones afecten
negativamente su desempeño, de igual forma, la inteligencia emocional permite que las
relaciones intrafamiliares sean bien llevaderas aun en medio de situaciones por resolver.
La IE nos ayuda a construir relaciones sólidas, tomar buenas decisiones, y hacer frente
a situaciones difíciles.
Adicionalmente al gestionar las emociones desarrollamos motivos, argumentos o
razones suficientes y adecuadas que nos permitan mejorar nuestra autoestima y
autoconfianza. Se basa en dar significados a los acontecimientos, para que las
emociones que nos puedan provocar no hagan de nosotros unas personas
permanentemente infelices.
Como sabemos la ira, la ansiedad y la depresión tienen efectos tóxicos sobre la salud.
Cuando las emociones negativas persisten desencadenan o coadyuvan cuadros
patológicos. Numerosos estudios ponen de relieve la influencia negativa del estrés y
la ira en las enfermedades cardiovasculares (Delmás, Crespo y Bennages, 1998). Así
mismo el sistema inmunitario es susceptible de verse afectado por procesos emocionales
como la tristeza, el estrés y la depresión, que pueden influir negativamente a través de
perturbaciones conductuales secundarias, tales como alteraciones del sueño, de la dieta,
o de los hábitos de salud..., todas ellas capacidades de incrementar el riesgo de inicio,
progresión o severidad de la enfermedad (Cohen y Rodríguez, 1995).
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GESTIÓN EFECTIVA DE LAS EMOCIONES
La conciencia de uno mismo es una habilidad básica que nos permite controlar nuestros
sentimientos y adecuarlos al momento. Por otro Iado, la capacidad de tranquilizarse uno
mismo, de desembarazarse de la ansiedad, de la tristeza, de la irritabilidad exagerada, y
de las consecuencias que acarrea una ausencia... es también una habilidad que comparten
las personas inteligentes emocionalmente.
Las personas que carecen de esta habilidad tienen que batallar constantemente con
las tensiones desagradables mientras que, quienes destacan en el ejercicio de esta
capacidad, se recuperan rápidamente de los reveses y contratiempos de la vida.
* Automotivación y autoestima
Saber dirigir las emociones hacia un objetivo nos permite mantener la motivación y fijar
nuestra atención en las metas en lugar de en los obstáculos. En esto es necesaria cierta
dosis de optimismo e iniciativa, de forma que seamos emprendedores y actuemos de
forma positiva ante los contratiempos.
Está comprobado que las personas que sacan fuerza de voluntad y motivación incluso
en los peores momentos son más inteligentes emocionalmente. El motivo es porque han
dado todo de sí mismos y se sienten orgullosos con la recompensa
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GESTIÓN EFECTIVA DE LAS EMOCIONES
Reconocer a los demás y ser reconocidos alimenta nuestro autoconcepto dado que nos
posiciona en una realidad. Sentirnos reconocidos y reconocer a los demás promueve la
aparición de habilidades sociales fruto del deseo y el sentimiento mutuo de conexión.
No todas las personas manifiestan el mismo grado de pericia en cada uno de estos
dominios. Hay quienes son sumamente diestros en gobernar su propia ansiedad por
ejemplo, pero en cambio, son relativamente ineptos cuando se trata de apaciguar los
trastornos emocionales ajenos. A fin de cuentas, el sustrato de nuestra pericia al respecto
es, sin duda, neurológico, pero el cerebro es asombrosamente plástico y se halla
sometido a un continuo proceso de aprendizaje, por lo que cualquiera de estas
capacidades o habilidades puede mejorarse en cualquier momento de nuestra vida. Las
lagunas en la habilidad emocional pueden remediarse y, en términos generales, cada uno
de estos dominios representa un conjunto de hábitos y de reacciones que, con el esfuerzo
adecuado, pueden llegar a mejorarse.
1. Conocerse a sí mismo.
2. Automotivarse.
3. Tolerar la frustración.
4. Llegar a acuerdos razonables con compañeros y compañeras.
5. Identificar las situaciones que provocan emociones positivas y negativas.
6. Saber identificar lo que resulta importante en cada situación. 4
GESTIÓN EFECTIVA DE LAS EMOCIONES
7. Autorreforzarse.
8. Contener la ira en situaciones de provocación.
9. Mostrarse optimista.
10. Control de los pensamientos.
11. Autoverbalizaciones para dirigir el comportamiento.
12. Rechazar peticiones poco razonables.
13. Defenderse de las críticas injustas de los demás mediante el diálogo.
14. Aceptar las críticas justas de manera adecuada.
15. Despreocuparse de aquello que nos podría obsesionar.
16. Ser un buen conocedor del comportamiento de los demás.
17. Valorar las cosas positivas que hacemos.
18. Ser capaz de divertirse.
19. Hacer actividades menos agradables pero necesarias.
20. Sonreír.
21. Tener confianza en sí mismo.
22. Mostrar dinamismo y actividad.
23. Comprender los sentimientos de los demás.
24. Conversar.
25. Tener buen sentido del humor.
26. Aprender de los errores.
27. Ser capaz de tranquilizarse.
28. Ser realista.
29. Calmar a los demás.
30. Saber lo que se quiere.
31. Controlar los miedos.
32. Poder permanecer solo sin ansiedad.
33. Formar parte de algún grupo o equipo.
34. Conocer los defectos personales y la necesidad de cambiar.
35. Tener creatividad.
36. Saber por qué se está emocionado.
37. Comunicarse eficazmente con los demás.
38. Comprender los puntos de vista de los demás.
39. Identificar las emociones de los demás.
40. Autopercibirse según la perspectiva de los demás.
41. Responsabilizarse de su comportamiento.
42. Adaptarse a nuevas situaciones.
43. Autopercibirse como una persona emocionalmente equilibrada.
CONOCIÉNDOTE A TI MISMO
EL AUTOCONCEPTO
El autoconcepto es básicamente la imagen que tenemos de nosotros mismos. Esta
imagen se forma a partir de un gran número de variables, y además está
particularmente relacionado con nuestras interacciones con las personas importantes en
nuestras vidas.
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GESTIÓN EFECTIVA DE LAS EMOCIONES
Nuestra identidad personal incluye cosas tales como los rasgos de personalidad y otras
características que hacen a cada persona única. La identidad social incluye los grupos a
los que pertenecemos dentro de la comunidad, la religión, la universidad o la propia familia.
Para el Psicólogo humanista Carl Rogers el concepto de uno mismo se compone
de tres factores diferenciados:
1. La imagen de ti mismo, o cómo te ves. Es importante darse cuenta de que la
auto-imagen no coincide necesariamente con la realidad. La gente puede
tener una auto-imagen inflada y creer que lo relativo a sí mismo es mejor de lo
que realmente es. Por el contrario, hay personas que son propensas a tener
una auto-imagen negativa y percibir o exagerar sus defectos o debilidades.
AUTOESTIMA POSITIVA
— Inventar excusas para restarte mérito «Gracias a mi peluquera, ella es capaz de hacer
que una rana parezca una belleza»... «Créeme, es gracias a mi guardarropa»... «El
verde es mi color».
— Usar referencias a otras personas cuando hablas «Mi marido dice...» «A mamá le
parece...»«Jorge me dice siempre que...».
— Apoyar tus opiniones en los demás «¿No es cierto que así es esto, querido?»,... «Eso
fue lo que dije, ¿no es cierto, Marta?»... «Pregúntenle a mi marido, él se lo dirá».
— Negarte a pedir algo que te gusta, no porque pienses que no te lo puedes permitir
(aunque éste puede ser el motivo que alegues para no hacerlo), sino porque piensas
que no te lo mereces.
— No comprarte algo porque piensas que lo tienes que comprar para otra persona,
aunque no sea necesario este sacrificio, o no comprarte las cosas que te gustaría tener
porque piensas que no las mereces.
— Evitar otorgarte caprichos como por ejemplo flores, vino o lo que sea, que te
encantan porque consideras que es un despilfarro.
— El usar motes con implicaciones peyorativas para referirte a ti mismo (y hacer que
los demás también los usen).
chicas».
Con tu mente actuando ahora a favor tuyo en vez de en contra tuya, se vislumbran en
el horizonte una serie de fascinantes actividades de autoestima. He aquí una breve Iista
de esta clase de comportamientos que luego podrás ampliar cuando consigas un
sentido de autoestima basado en tu propia valía.
— Escoge una serie de reacciones nuevas ante las tentativas de los demás de llegar
a ti con amor y aceptación.
— En un restaurante, pide algo que realmente te guste sin preocuparte por lo que
pueda costar. Date un verdadero gusto porque lo mereces. Empieza a elegir las cosas
que más te gusten en todas las situaciones, incluso en los mercados y tiendas de
comestibles. Date el lujo de adquirir tu producto favorito, sea lo que sea, porque lo
mereces. Abomina y destierra toda conducta abnegada en la que te niegues a ti mismo a
menos que sea absolutamente necesario. Y rara vez lo es.
— AI cabo de un día agobiante y después de haber comido mucho, toma tiempo para
una siesta o date un paseo por el parque, incluso si tienes mucho que hacer. Te ayudará
a sentirte ciento por ciento mejor.
1. Un tercero puede preferir a otra persona sin necesidad de que ello sea un reflejo
negativo de tu persona.
2. Si eres o no elegido, por cualquier persona significativa, no quiere decir nada, pues
no es así como evalúas tu propio mérito.