Inteligencia Emocional M1-S2 PDF

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GESTIÓN EFECTIVA DE LAS EMOCIONES

MÓDULO 1
SESIÓN 2: EL ARTE DE GESTIONAR LAS EMOCIONES EN LA
VIDA PERSONAL

OBJETIVO DE APRENDIZAJE
Desarrollar el marco conceptual relacionado a la gestión de las emociones en la vida
personal, mediante el estudio de los componentes de la inteligencia emocional, a fin de
enriquecer las habilidades individuales e interpersonales de los participantes.
Como mencionamos anteriormente la inteligencia emocional es la capacidad de
interactuar con el mundo de forma receptiva y adecuada, es la habilidad de reconocer y
canalizar positivamente las emociones propias y la de los demás, a fin de obtener un
equilibrio emocional tanto en el hogar como en el trabajo, con familiares, amigos,
compañeros, jefes y subordinados.
No es común que las personas traten y solucionen sus problemas en su casa, y en su
trabajo se olviden de ello o viceversa, pero, la inteligencia emocional permite que las
personas se enfoquen y desarrollen su trabajo sin que sus emociones afecten
negativamente su desempeño, de igual forma, la inteligencia emocional permite que las
relaciones intrafamiliares sean bien llevaderas aun en medio de situaciones por resolver.
La IE nos ayuda a construir relaciones sólidas, tomar buenas decisiones, y hacer frente
a situaciones difíciles.
Adicionalmente al gestionar las emociones desarrollamos motivos, argumentos o
razones suficientes y adecuadas que nos permitan mejorar nuestra autoestima y
autoconfianza. Se basa en dar significados a los acontecimientos, para que las
emociones que nos puedan provocar no hagan de nosotros unas personas
permanentemente infelices.

Debemos considerar que las emociones no controladas o gestionadas adecuadamente,


pueden producir en nosotros repercusiones también a nivel físico o corporal (esto es lo que
llamamos somatización). Así, por ejemplo, cuando estamos ansiosos por algún
acontecimiento, esta emocionalidad nos produce un aumento del ritmo cardíaco, opresión
torácica, sudoración, dolor de cabeza, etc. En la medida en que seamos capaces de dar
paso a un estado de ánimo positivo (relajación, tranquilidad, empatía) estaremos haciendo
uso de nuestra Inteligencia Emocional.
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GESTIÓN EFECTIVA DE LAS EMOCIONES

DESARROLLO DE LA INTELIGENCIA EMOCIONAL EN EL AMBITO PERSONAL

Existen numerosos motivos para desarrollar nuestra capacidad de adaptación a la vida, y


en ella, desarrollar habilidades que nos permitan mejorar la salud física y psicológica. Así
lo ponen de manifiesto numerosas investigaciones acerca de la psiconeuroinmunología
(Fernánderz- Abascal y Palmero, 1999; entre otros). Las capacidades de gestión
emocional se relacionan con la calidad de vida por las siguientes razones:

Las emociones positivas (felicidad, alegría, esperanza...) mantienen y recuperan el


equilibrio psicofísico del organismo. Además, facilitan los efectos curativos sobre
determinadas enfermedades, sobre todo cuando estas están relacionadas con
somatizaciones psicológicas, o quedan agravadas por el estrés o la ansiedad.

Como sabemos la ira, la ansiedad y la depresión tienen efectos tóxicos sobre la salud.
Cuando las emociones negativas persisten desencadenan o coadyuvan cuadros
patológicos. Numerosos estudios ponen de relieve la influencia negativa del estrés y
la ira en las enfermedades cardiovasculares (Delmás, Crespo y Bennages, 1998). Así
mismo el sistema inmunitario es susceptible de verse afectado por procesos emocionales
como la tristeza, el estrés y la depresión, que pueden influir negativamente a través de
perturbaciones conductuales secundarias, tales como alteraciones del sueño, de la dieta,
o de los hábitos de salud..., todas ellas capacidades de incrementar el riesgo de inicio,
progresión o severidad de la enfermedad (Cohen y Rodríguez, 1995).

COMPONENTES QUE DESARROLLAN LA INTELIGENCIA EMOCIONAL

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GESTIÓN EFECTIVA DE LAS EMOCIONES

* Autoconocimiento o conciencia de uno mismo


Autoconocimiento es tener conciencia de nuestras propias emociones e impulsos, ser
capaces de responsabilizarnos de nuestros actos, de pensar antes de actuar y de evitar
los juicios prematuros.
Identificar plenamente la motivación y la meta a alcanzar y canalizar las emociones al
cumplimiento de las mismas. Saber que estoy en capacidad de cumplir cada paso hasta
llegar a la meta ya es suficiente motivación para trabajar en ello.
*Autocontrol emocional o autorregulación
Nos permite no dejarnos llevar por los sentimientos del momento.
Al entender nuestras propias emociones y saber cómo manejarlas, podemos utilizar el
autocontrol para contener nuestra reacción si ese no es el momento ni el lugar correcto
para expresarlas. Alguien que tiene buen CE sabe que reaccionar a las emociones de
una manera irrespetuosa, demasiado intensa, demasiado impulsiva, o dañina puede ser
perjudicial para las relaciones
Cuando nos dejamos llevar por las emociones, no hay lugar para el pensamiento
racional y nuestro juicio se nubla. Por ejemplo, cuando tenemos miedo reaccionamos
exageradamente ante situaciones, imaginando que son más peligrosas de lo que
realmente son.

La conciencia de uno mismo es una habilidad básica que nos permite controlar nuestros
sentimientos y adecuarlos al momento. Por otro Iado, la capacidad de tranquilizarse uno
mismo, de desembarazarse de la ansiedad, de la tristeza, de la irritabilidad exagerada, y
de las consecuencias que acarrea una ausencia... es también una habilidad que comparten
las personas inteligentes emocionalmente.

Las personas que carecen de esta habilidad tienen que batallar constantemente con
las tensiones desagradables mientras que, quienes destacan en el ejercicio de esta
capacidad, se recuperan rápidamente de los reveses y contratiempos de la vida.

* Automotivación y autoestima
Saber dirigir las emociones hacia un objetivo nos permite mantener la motivación y fijar
nuestra atención en las metas en lugar de en los obstáculos. En esto es necesaria cierta
dosis de optimismo e iniciativa, de forma que seamos emprendedores y actuemos de
forma positiva ante los contratiempos.
Está comprobado que las personas que sacan fuerza de voluntad y motivación incluso
en los peores momentos son más inteligentes emocionalmente. El motivo es porque han
dado todo de sí mismos y se sienten orgullosos con la recompensa

El control de la vida emocional y su subordinación a un objetivo resulta esencial para


espolear y mantener la atención, la motivación y la creatividad. El autocontrol emocional
—la capacidad de demorar la gratificación y sofocar la impulsividad— constituye un
imponderable que subyace a todo logro. Y si somos capaces de sumergimos en el estado
de «flujo» estaremos más capacitados para lograr resultados sobresalientes en
cualquier área de la vida.

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GESTIÓN EFECTIVA DE LAS EMOCIONES

* Reconocimiento de emociones ajenas o empatía


Las relaciones sociales se basan muchas veces en saber interpretar las señales que los
demás emiten de forma inconsciente y que a menudo son no verbales. El reconocer las
emociones ajenas, aquello que los demás sienten y que se puede mostrar por la
expresión de la cara, por un gesto, por una mala contestación, nos puede ayudar a
establecer lazos más reales y duraderos con las personas de nuestro entorno.
La empatía, otra capacidad que se asienta en la conciencia emocional de uno mismo,
constituye la habilidad popular fundamental. Las personas empáticas suelen sintonizar
con las señales sociales sutiles que indican qué necesitan o qué quieren los demás, y esta
capacidad las hace más aptas para el desempeño de vocaciones tales como las
profesiones sanitarias, la docencia, las ventas y la dirección de empresas...

* Relaciones interpersonales y habilidades sociales


El arte de las relaciones se basa, en buena medida, en la habilidad para relacionarnos
adecuadamente con las emociones ajenas.
Esta habilidad es la base en la que se sustenta la popularidad, el liderazgo y la eficiencia
interpersonal, tener capacidad de producir sentimientos en los demás.
Las personas que sobresalen en este tipo de habilidades suelen ser auténticas «estrellas»
que tienen éxito en todas las actividades vinculadas a la relación interpersonal.

Reconocer a los demás y ser reconocidos alimenta nuestro autoconcepto dado que nos
posiciona en una realidad. Sentirnos reconocidos y reconocer a los demás promueve la
aparición de habilidades sociales fruto del deseo y el sentimiento mutuo de conexión.
No todas las personas manifiestan el mismo grado de pericia en cada uno de estos
dominios. Hay quienes son sumamente diestros en gobernar su propia ansiedad por
ejemplo, pero en cambio, son relativamente ineptos cuando se trata de apaciguar los
trastornos emocionales ajenos. A fin de cuentas, el sustrato de nuestra pericia al respecto
es, sin duda, neurológico, pero el cerebro es asombrosamente plástico y se halla
sometido a un continuo proceso de aprendizaje, por lo que cualquiera de estas
capacidades o habilidades puede mejorarse en cualquier momento de nuestra vida. Las
lagunas en la habilidad emocional pueden remediarse y, en términos generales, cada uno
de estos dominios representa un conjunto de hábitos y de reacciones que, con el esfuerzo
adecuado, pueden llegar a mejorarse.

Las relaciones interpersonales y habilidades sociales son un conjunto de hábitos,


conductas, pensamientos y emociones, que nos permiten mejorar nuestra relación con
los demás, sentirnos bien, obtener lo que queremos, y conseguir que quienes nos
conocen nos respalden en el logro de nuestros objetivos.
EL MODELO DE VALLÉS Y VALLÉS (1999) ENUMERA LAS SIGUIENTES
HABILIDADES DE LA IE:

1. Conocerse a sí mismo.
2. Automotivarse.
3. Tolerar la frustración.
4. Llegar a acuerdos razonables con compañeros y compañeras.
5. Identificar las situaciones que provocan emociones positivas y negativas.
6. Saber identificar lo que resulta importante en cada situación. 4
GESTIÓN EFECTIVA DE LAS EMOCIONES

7. Autorreforzarse.
8. Contener la ira en situaciones de provocación.
9. Mostrarse optimista.
10. Control de los pensamientos.
11. Autoverbalizaciones para dirigir el comportamiento.
12. Rechazar peticiones poco razonables.
13. Defenderse de las críticas injustas de los demás mediante el diálogo.
14. Aceptar las críticas justas de manera adecuada.
15. Despreocuparse de aquello que nos podría obsesionar.
16. Ser un buen conocedor del comportamiento de los demás.
17. Valorar las cosas positivas que hacemos.
18. Ser capaz de divertirse.
19. Hacer actividades menos agradables pero necesarias.
20. Sonreír.
21. Tener confianza en sí mismo.
22. Mostrar dinamismo y actividad.
23. Comprender los sentimientos de los demás.
24. Conversar.
25. Tener buen sentido del humor.
26. Aprender de los errores.
27. Ser capaz de tranquilizarse.
28. Ser realista.
29. Calmar a los demás.
30. Saber lo que se quiere.
31. Controlar los miedos.
32. Poder permanecer solo sin ansiedad.
33. Formar parte de algún grupo o equipo.
34. Conocer los defectos personales y la necesidad de cambiar.
35. Tener creatividad.
36. Saber por qué se está emocionado.
37. Comunicarse eficazmente con los demás.
38. Comprender los puntos de vista de los demás.
39. Identificar las emociones de los demás.
40. Autopercibirse según la perspectiva de los demás.
41. Responsabilizarse de su comportamiento.
42. Adaptarse a nuevas situaciones.
43. Autopercibirse como una persona emocionalmente equilibrada.

CONOCIÉNDOTE A TI MISMO

EL AUTOCONCEPTO
El autoconcepto es básicamente la imagen que tenemos de nosotros mismos. Esta
imagen se forma a partir de un gran número de variables, y además está
particularmente relacionado con nuestras interacciones con las personas importantes en
nuestras vidas.

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GESTIÓN EFECTIVA DE LAS EMOCIONES

Incluye las percepciones de nuestras capacidades, dificultades o limitaciones, así como


nuestra propia singularidad, y a medida que pasa el tiempo y envejecemos estas
percepciones se vuelven mucho más rígidas, organizadas, detalladas y específicas.
COMPONENTES DEL AUTOCONCEPTO
Diferentes acercamientos teóricos han propuesto diferentes formas de definir y pensar
sobre el término del autoconcepto.
De acuerdo con la Teoría de la Identidad Social, el autoconcepto se compone de dos
partes fundamentales: la identidad personal y la identidad social.

Nuestra identidad personal incluye cosas tales como los rasgos de personalidad y otras
características que hacen a cada persona única. La identidad social incluye los grupos a
los que pertenecemos dentro de la comunidad, la religión, la universidad o la propia familia.
Para el Psicólogo humanista Carl Rogers el concepto de uno mismo se compone
de tres factores diferenciados:
1. La imagen de ti mismo, o cómo te ves. Es importante darse cuenta de que la
auto-imagen no coincide necesariamente con la realidad. La gente puede
tener una auto-imagen inflada y creer que lo relativo a sí mismo es mejor de lo
que realmente es. Por el contrario, hay personas que son propensas a tener
una auto-imagen negativa y percibir o exagerar sus defectos o debilidades.

2. La autoestima, o el cuánto te valoras. Una gran cantidad de factores puede


afectar a la autoestima, y de hecho esto puede afectar incluso sobre cómo
nos comparamos con los demás y cómo responden los demás ante nosotros.

De esta manera cuando la gente responde positivamente a nuestra


conducta, somos más propensos a desarrollar una autoestima positiva.

3. El Yo ideal, o cómo te gustaría ser. En muchos casos, la forma en que nos


vemos y cómo nos gustaría vernos a nosotros mismos no coincide, y eso es
algo sobre lo que podemos trabajar de diferentes maneras, y debemos
hacerlo.

AUTOESTIMA POSITIVA

Debemos saber que una alta autovaloración no es siempre una característica


psicológica saludable, mientras que una baja valoración de uno mismo no es
necesariamente causa de inadaptación o de tendencias antisociales. Lo importante a la
hora de catalogar la valoración que las personas hacen de sí mismas, es examinar la
calidad de los ingredientes que consideran relevantes para medir su valía, y el empleo
que hacen de estos ingredientes en el día a día. Por ejemplo, según sus biografías,
bastantes personajes diabólicos de la Historia, como Calígula, Gengis Kan, Jack el
Destripador o Idi Amin, no tenían problema de baja autoestima, sino todo lo contrario.

La cuestión es que un alto aprecio a uno mismo puede acarrear consecuencias


destructivas cuando este aprecio está basado en tendencias egocéntricas y
prepotentes. Por eso, fomentar indiscriminadamente la autovaloración positiva en este tipo
de personas puede ser peligroso... por lo que debemos fomentar la autoestima siempre
teniendo en cuenta unos valores personales positivos de referencia. 6
GESTIÓN EFECTIVA DE LAS EMOCIONES

Por lo tanto, cuando hablamos de alta autoestima es importante distinguir la


autoestima saludable o constructiva, de la autoestima narcisista o destructiva. La
autoestima saludable consiste en la valoración global positiva, razonable y optimista
que hace la persona de sí misma. Para hacer esta autovaloración la persona elige y
sopesa sus virtudes, defectos, capacidades, limitaciones, y también las consecuencias
gratificantes de sus comportamientos para su sano bienestar y desarrollo, y el de los
demás. Por el contrario, la alta autoestima narcisista o destructiva se basa en valorar,
en exclusiva, las capacidades y talentos que alimentan el sentimiento de superioridad
o de poder sobre el prójimo, y las conductas placenteras que resultan del ejercicio o la
puesta en práctica de dicho dominio o supremacía sobre otros.

Nuestro objetivo debe ser fomentar nuestra autoestima y mejorar nuestro


autoconcepto buscando siempre intentar conseguir una autoestima positiva o
constructiva.

LA FALTA DE AUTOESTIMA (WAYNE DYER)


El disgusto con uno mismo puede tomar muchas formas y quizá tú mantienes un
comportamiento de subestima de ti mismo. He aquí una breve Iista de
comportamientos típicos de autosubestimación que entran en la categoría del autoveto:

— Rechazar los cumplidos que recibes «Oh, no es nada... En realidad no soy


inteligente; simplemente tengo buena suerte,...».

— Inventar excusas para restarte mérito «Gracias a mi peluquera, ella es capaz de hacer
que una rana parezca una belleza»... «Créeme, es gracias a mi guardarropa»... «El
verde es mi color».

— Darle el crédito a los demás cuando en realidad tú te lo mereces «Gracias a Miguel,


sin él yo no sería nada»...«Marie hizo todo el trabajo; yo sólo la supervisé».

— Usar referencias a otras personas cuando hablas «Mi marido dice...» «A mamá le
parece...»«Jorge me dice siempre que...».

— Apoyar tus opiniones en los demás «¿No es cierto que así es esto, querido?»,... «Eso
fue lo que dije, ¿no es cierto, Marta?»... «Pregúntenle a mi marido, él se lo dirá».

— Negarte a pedir algo que te gusta, no porque pienses que no te lo puedes permitir
(aunque éste puede ser el motivo que alegues para no hacerlo), sino porque piensas
que no te lo mereces.

— No comprarte algo porque piensas que lo tienes que comprar para otra persona,
aunque no sea necesario este sacrificio, o no comprarte las cosas que te gustaría tener
porque piensas que no las mereces.

— Evitar otorgarte caprichos como por ejemplo flores, vino o lo que sea, que te
encantan porque consideras que es un despilfarro.

— El usar motes con implicaciones peyorativas para referirte a ti mismo (y hacer que
los demás también los usen).

— Un amigo te regala una joya. Inmediatamente te pasa por la cabeza un pensamiento


de este tipo... «Debes tener un cajón Ileno de joyas en tu casa para regalar a las otras
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chicas».

— Alguien te Ileva a un restaurante o un teatro. Tú piensas: «Así es siempre al principio,


pero
¿cuánto durará cuando descubra qué tipo de persona soy realmente*».
— Una chica acepta una invitación para salir contigo y tú piensas que lo hace por un
sentimiento caritativo.

COMO GANAR AUTOESTIMA

Con tu mente actuando ahora a favor tuyo en vez de en contra tuya, se vislumbran en
el horizonte una serie de fascinantes actividades de autoestima. He aquí una breve Iista
de esta clase de comportamientos que luego podrás ampliar cuando consigas un
sentido de autoestima basado en tu propia valía.

— Escoge una serie de reacciones nuevas ante las tentativas de los demás de llegar
a ti con amor y aceptación.

— En vez de dudar inmediatamente de la sinceridad de cualquier gesto afectivo, acéptalo


con un «Muchas gracias», o «Cuánto me alegro que pienses así».

— Si hay alguien por quien sientes verdadero amor díselo de frente:


«Te amo» y mientras observas su reacción puedes darte una palmadita en la espalda
por haberte atrevido a correr ese riesgo.

— En un restaurante, pide algo que realmente te guste sin preocuparte por lo que
pueda costar. Date un verdadero gusto porque lo mereces. Empieza a elegir las cosas
que más te gusten en todas las situaciones, incluso en los mercados y tiendas de
comestibles. Date el lujo de adquirir tu producto favorito, sea lo que sea, porque lo
mereces. Abomina y destierra toda conducta abnegada en la que te niegues a ti mismo a
menos que sea absolutamente necesario. Y rara vez lo es.

— AI cabo de un día agobiante y después de haber comido mucho, toma tiempo para
una siesta o date un paseo por el parque, incluso si tienes mucho que hacer. Te ayudará
a sentirte ciento por ciento mejor.

— Inscríbete en alguna organización o practica alguna actividad que te guste. Quizás


has estado postergando hacerlo porque tienes tantas responsabilidades que simplemente
no tienes tiempo para ello.

— Elimina la envidia reconociéndola como una manera de rebajarte a ti mismo. AI


compararte con otra persona e imaginarte que eres menos querida que ella, haces que
otros sean más importantes que tú. Mides tus propios méritos comparándolos con los de
los demás.

Recuérdate a ti mismo que:

1. Un tercero puede preferir a otra persona sin necesidad de que ello sea un reflejo
negativo de tu persona.

2. Si eres o no elegido, por cualquier persona significativa, no quiere decir nada, pues
no es así como evalúas tu propio mérito.

— Tu actividad basada en el amor a ti mismo puede incluir nuevas formas de tratar tu


cuerpo, tal como elegir comida buena y nutritiva; eliminar el exceso de8peso [...] hacer
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paseos en bicicleta o caminatas regularmente; hacer muchos ejercicios saludables...

— Sexualmente, puedes practicar un mayor amor a ti mismo. Puedes contemplarte


desnudo frente al espejo y decirte lo atractivo que eres.

— Puedes dejar de equiparar tu actuación o funcionamiento en cualquier cosa, con tu


propia valía. Puedes perder tu puesto, o fracasar en algún proyecto... Puede que no te
guste como hiciste algún trabajo... Pero eso no quiere decir que tú no valgas, que no
tengas méritos. Tú debes saber que tienes un valor dado ajeno a tus logros.

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